Capítulo 12 Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Nicholas Tarrier • Rumina Taylor Entre los avances más notables de la última década está el manejo directo de los síntomas “positivos” de la esquizofrenia con tratamientos psicológicos. Muchos de esos avances se originaron en el Reino Unido, donde un grupo de investigadores experimentados que trabajaban en el contexto del Servicio Nacional de Salud (SNS) desarrollaron y evaluaron esos métodos. Nick Tarrier estuvo a la vanguardia de este grupo durante ese periodo. En el contexto del manejo del caso y los medicamentos antipsicóticos, esta mezcla creativa de componentes de tratamiento ha demostrado ser efectiva lo mismo para pacientes crónicos que no responden del todo a los medicamentos que para pacientes en una fase aguda del trastorno. La evidencia es ahora suficiente para que dichos enfoques hayan sido incluidos en las recomendaciones de los gobiernos del Reino Unido y EUA en sus directrices de tratamiento con financiamiento gubernamental. Más recientemente, ha surgido evidencia clara que apoya el uso de esos procedimientos para prevenir el inicio del trastorno en las personas en riesgo. Los logros y dificultades de esas técnicas se ilustran en el caso de “Jim”, quien desarrolló una complicada red de delirios reminiscentes del personaje de Russell Crowe en Una Mente Maravillosa, relacionados con complejas maquinaciones de otros, incluyendo amigos y familiares, para aprovecharse de él y despojarlo de su dinero y de su novia. En ningún otro lado se ilustra mejor que en este capítulo la habilidad del terapeuta para poner en práctica esos nuevos enfoques. Estos nuevos tratamientos psicológicos, con apoyo empírico, representan la vanguardia del trabajo terapéutico con esos pacientes gravemente perturbados y pueden aliviar en cierto grado la tragedia que representa la esquizofrenia. D. H. B. L a esquizofrenia es una enfermedad mental grave que se caracteriza por síntomas positivos de alucinaciones, delirios y alteraciones del pensamiento. Las alucinaciones suelen ser auditivas y por lo general implican escuchar voces que hablan en tercera persona sobre la persona, aunque también pueden ocurrir en otros sentidos. Los delirios suelen ser estrafalarios, se sostienen con fuerte convicción y a menudo involucran una mala interpretación de la percepción o la experiencia. Su contenido puede incluir una variedad de temas, como el control por extraterrestres, persecución, menciones e ideas somáticas, religiosas o grandiosas. Las alteraciones del pensamiento se infieren de la interrupción y desorganización del lenguaje. Alucinaciones y delirios, y en ocasiones las alteraciones del pensamiento, se conocen como “síntomas positivos” y reflejan un exceso o distorsión del funcionamiento normal. Los “síntomas negativos” también suelen estar presentes y reflejan una disminución o pérdida de la función normal, incluyendo restricciones en la gama y productividad de pensamiento y lenguaje, y en el inicio de la conducta. Las consecuencias de esos síntomas pueden ser disfunción del funcionamiento personal, social, ocupa- 502 <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Barlow, Editorial El Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. cional y vocacional. El funcionamiento puede verse aún más afectado por la presencia frecuente de trastornos comórbidos, en especial depresión y ansiedad, y el riesgo de suicidio es elevado. Durante muchas décadas algunos aspectos de la descripción, diagnóstico y clasificación de la esquizofrenia y los trastornos psicóticos dieron lugar a mucho debate y controversia, cuyos detalles pueden encontrarse en la mayor parte de los textos de psiquiatría. Esos detalles no se revisarán aquí excepto para decir que puede existir una variación considerable en la presentación clínica del trastorno entre pacientes y en el mismo paciente a lo largo del tiempo. Además, en años recientes la terapia cognitivo-conductual para la psicosis (TCCp) se ha concentrado en la reducción de los síntomas positivos y el malestar asociado, aspectos en los que se enfoca la mayor parte de este capítulo. El tratamiento estándar para la esquizofrenia sigue siendo el uso de medicamentos antipsicóticos y algún tipo de manejo del caso, y se supone que la terapia cognitivo conductual para la psicosis que se describe en este capítulo es una ampliación de los mismos. De hecho, revisiones recientes de las directrices del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (National Institute for Health and Clinical Excellence, NICE, 2009) del Reino Unido, y el Equipo de Investigación de Resultados para el Paciente con Esquizofrenia (Dixon et al., 2010) en EUA, sugieren que debe ofrecerse la terapia cognitivo-conductual para la psicosis junto con medicamentos para quienes sufren esquizofrenia. DESARROLLO DE LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA LA ESQUIZOFRENIA Aunque la terapia cognitivo-conductual para la esquizofrenia sigue un tema y conjunto de principios comunes, fue desarrollada en varios centros, principalmente del Reino Unido, a partir de una serie de perspectivas teóricas y conceptuales. La notable expansión observada en los decenios de 1980 a 1989 y de 1990 a 1999 en el uso de la terapia cognitivo-conductual para el tratamiento de los trastornos afectivos y de ansiedad influyó en los psicólogos clínicos en el campo de la esquizofrenia, quienes trataban de entender y tratar a este padecimiento con una perspectiva psicológica. Éste fue el caso en particular en el Reino Unido, donde psicólogos clínicos que trabajaban en centros de salud mental para adultos trataron una variedad de trastornos y fueron capaces de transferir sus métodos de tratamiento a varios grupos diagnósticos. Esa transferencia de habilidades y trabajo multidisciplinario fue facilitada por la estructura y función de un sistema de atención universal de la salud en el Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud (National Health Service, [NHS]). Otro factor que ha contribuido al conocimiento y divulgación de la terapia cognitivo-conductual para pacientes en general y para pacientes psicóticos en particular ha sido el financiamiento del entrenamiento profesional en el ámbito de la salud, en especial de psicólogos clínicos. No obstante, la divulgación de los tratamientos en el servicio de salud y la disponibilidad universal de la terapia cognitivoconductual para la psicosis han sido lentas y no carentes de problemas (Brooker y Brabban, 2006; Tarrier, Barrowclough, Haddock y McGovern, 1999). EVIDENCIA EMPÍRICA Consideraciones clínicas, éticas y económicas han alentado a profesionales clínicos a orientar su trabajo por la evidencia resultante de las evaluaciones de los tratamientos. La obtención de la evidencia progresa de estudios no controlados y proyectos de pequeña escala a estudios controlados y luego a ensayos con control aleatorio (ECA) de eficacia y efectividad. A pesar de las críticas sobre la pertinencia de los ensayos con control aleatorio en el campo de la salud mental (Richardson, Baker, Burns, Lilford y Muijen, 2000; Slade y Priebe, 2001), estos siguen siendo la regla de oro con que se juzga a todos los tratamientos (Doll, 1998; Pocock, 1996; Salkovskis, 2002). Una vez que se ha establecido una base de datos de ensayos controlados, los metaanálisis pueden ofrecer una medida del nivel promedio del efecto terapéutico de dicho tratamiento. En el caso de la esquizofrenia, una serie de metaanálisis publicados sustentan la efectividad de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis en el tratamiento de los síntomas positivos de pacientes psicóticos (p. ej., Gould, Mueser, Bolton, Mays y Goff, 2001; Pilling et al., 2002; Rector y Beck, 2001; Tarrier y Wykes, 2004; Zimmermann, Favrod, Trieu y Pomini, 2005), aunque algunos hallazgos son incompatibles (p. ej., Lynch, Laws y McKenna, 2010). De los 20 ensayos controlados de la terapia cognitivo-conductual para la esquizofrenia identificados por Tarrier y Wykes (2004), se dispuso de datos de 19 estudios sobre sus efectos en los síntomas positivos. Esos estudios tienen un tamaño del efecto promedio de 0.37 (DE = 0.39, mediana = 0. 32), con un rango entre -0.49 y 0.99. Usando la convención de Cohen (1988) para categorizar los tamaños del efecto, 14 (74%) estudios lograron por lo menos un tamaño del efecto pequeño, seis (32%) al menos un tamaño del efecto moderado y tres (16%) lograron un tamaño del efecto grande. En general, esos estudios indican un tamaño del efecto modesto en el mejoramiento de los síntomas positivos en comparación con la atención psiquiátrica estándar (tratamiento usual o TU), lo que probablemente no es sorprendente dada la naturaleza y gravedad del trastorno. Un metaanálisis y revisión actualizados indicaron que los tamaños otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 503 del efecto fueron de 0.476 para la terapia cognitivo conductual para la psicosis en los síntomas positivos de 30 ensayos, 0.474 para los síntomas negativos de 14 ensayos, 0.477 para el funcionamiento social de 11 estudios y 0.424 para la depresión de 11 estudios (Wykes, Everitt, Steele y Tarrier, 2008). Estos hallazgos fueron ampliados en un metaanálisis que examinó la efectividad de la terapia cognitivoconductual para la psicosis en el seguimiento (de tres a 15 meses después del tratamiento) en comparación con el tratamiento usual y otros tratamientos psicológicos (psicoeducación e intervención familiar). Sarin, Wallin y Widerlöv (2011) incluyeron 22 estudios y 2 469 participantes. Cuando la terapia cognitivo-conductual para la psicosis se comparó en el seguimiento con el tratamiento usual y con otros tratamientos psicológicos inmediatamente después de terminar, se encontró una tendencia a favor de la terapia cognitivo conductual para la psicosis, aunque ésta no fue estadísticamente significativa. Por consiguiente, parecía haber una demora en los efectos de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Manejo de síntomas en la esquizofrenia crónica A pesar del medicamento de mantenimiento, un porcentaje considerable de pacientes con esquizofrenia siguen teniendo alucinaciones y delirios persistentes que ya no responden a la medicación. La mayor parte de los estudios de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis se han llevado a cabo con pacientes que tienen enfermedades crónicas. Esos estudios, de los cuales se dispone de datos para 16, tienen un tamaño del efecto promedio de 0.4 (DE = 0.32, mediana = 0.33), con un rango de -0.32 a 0.99 (Tarrier y Wykes, 2004). Otra estrategia ha sido adoptar un enfoque menos genérico y enfocar la terapia cognitivo conductual para la psicosis en un grupo de participantes más definidos o en síntomas específicos. Por ejemplo, Fowler y colaboradores (2009) reclutaron a jóvenes con psicosis temprana, funcionamiento social pobre y desempleo a quienes ofrecieron una intervención cognitiva-conductual diseñada para mejorar la recuperación social. En comparación con el grupo que sólo recibió el tratamiento usual, quienes tenían problemas de psicosis no afectiva y recuperación social que recibieron terapia cognitivo-conductual demostraron incrementos significativos en el número de horas semanales de actividad constructiva y estructurada; estos resultados se asociaron además con disminuciones de importancia clínica y significativas en síntomas y desesperanza. De igual modo, Grant, Huh, Perivoliotis, Stolar y Beck (2012) evaluaron un paquete de terapia cognitiva enfocada en la recuperación administrado durante 18 meses para mejorar el funciona- miento y los síntomas negativos en personas con esquizofrenia que presentaban daños cognitivos. Quienes recibieron tratamiento mostraron mejoría significativa en el funcionamiento global y en los síntomas positivos y negativos (motivación). En un estudio temprano, Trower y colaboradores (2004) enfocaron la terapia cognitiva en la disposición a acatar las órdenes recibidas en las alucinaciones. En el seguimiento realizado a los 12 meses el grupo que recibió la terapia cognitiva conservaba las reducciones significativas en el poder y omnisciencia percibidos en las voces, la conducta asociada de sometimiento y el malestar y depresión. En la actualidad se lleva a cabo la reproducción de este estudio en un ensayo con control aleatorio realizado en centros múltiples con un seguimiento más largo que permita a los investigadores sacar conclusiones más precisas respecto con la efectividad y durabilidad de dicha intervención (Birchwood et al., 2011). En relación con el tratamiento de creencias delirantes, recientemente han surgido aproximaciones que abordan con éxito la preocupación, insomnio y sesgos del razonamiento, condiciones que se cree mantienen la persistencia de los delirios y el malestar relacionado (puede encontrar una revisión de esos estudios en el trabajo de Freeman, 2011). Recuperación de síntomas en la esquizofrenia aguda Un puñado de estudios han investigado el uso de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis en el tratamiento de pacientes gravemente enfermos y hospitalizados por un episodio psicótico agudo. Debido a que los participantes se encuentran en un estado agudo de la enfermedad y probablemente de suspicacia, agitación e inestabilidad, el tratamiento suele administrarse como terapia revestida que incluye una variedad de duraciones en que puede administrarse de manera flexible. Dos estudios han producido tamaños del efecto de -0.49 a 0.93 (Drury, Birchwood, Cochrane y Macmillan, 1996; Haddock, Tarrier et al., 1999), lo que indica una varianza considerable en este pequeño número de estudios. El Estudio de la Terapia Cognitiva para la Alineación con la Realidad en la Esquizofrenia Temprana (Study of Cognitive Reality Alignment Therapy in Early Schizophrenia [SoCRATES]) (Lewis et al., 2002), que es por mucho el estudio más grande y con mayor rigor metodológico, reclutó a 309 pacientes con esquizofrenia de inicio temprano y produjo un tamaño del efecto de 0.12. En un seguimiento de este ensayo a los 18 meses, tanto la terapia cognitivo conductual para la psicosis como el consejo de apoyo seguían mostrando beneficio clínico sobre el tratamiento usual solo, aunque hubo tendencia a una mejor respuesta de las aluci- 504clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. naciones auditivas a la terapia cognitivo conductual para la psicosis (Tarrier, Lewis et al., 2004). Un ensayo con control aleatorio más reciente incluyó a participantes en la fase aguda de su primer episodio de psicosis que recibieron terapia cognitivo-conductual para la psicosis o un trato amistoso; la terapia cognitivo conductual para la psicosis mejoró significativamente el funcionamiento en comparación con el trato amistoso a mitad y a final del tratamiento con un tamaño del efecto de 0.39, pero no mejoró los síntomas (Jackson et al., 2008). Igual que en el estudio SoCRATES, la terapia cognitivo-conductual para la psicosis parecía fomentar la pronta recuperación (Lewis et al., 2002). Sin embargo, para el seguimiento realizado al año se había perdido cualquier diferencia entre los grupos que recibieron terapia cognitivo-conductual para la psicosis y trato amistoso. Además, la falta de un grupo con el tratamiento usual significó que no se considerara cualquier tratamiento adicional que recibieran los participantes como resultado de su fase aguda (Jackson et al., 2008). Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Prevención de recaídas Varios estudios han investigado la capacidad de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis para prevenir o demorar futuros episodios agudos. La recaída es un resultado importante debido a la alteración, angustia y costos económicos que conlleva la exacerbación de los síntomas. Varios estudios han encontrado que las intervenciones con terapia cognitivo-conductual para la psicosis, donde la prevención de recaídas era sólo uno de varios componentes, tuvieron poco éxito, y cuatro de esos estudios demostraron una reducción promedio de las recaídas de sólo 1.4%, en comparación con los tratamientos de control, el éxito fue mayor en los casos en que la terapia cognitivo-conductual para la psicosis se enfocaba directamente en la prevención de recaídas y dos de esos estudios demostraron una disminución promedio en las recaídas de 21% (Tarrier y Wykes, 2004). El metaanálisis más reciente de Sarin y colaboradores (2011), que incluyó un puñado de estudios que compararon a la terapia cognitivo-conductual para psicosis con el tratamiento usual y otras intervenciones psicológicas para examinar las tasas de recaída, no encontró ninguna evidencia sólida de que la terapia cognitivoconductual para la psicosis tuviera efectos en la prevención de recaídas. En un seguimiento hecho al año se encontró también que ofrecer terapia cognitiva en la fase aguda no tenía éxito en la reducción de admisiones hospitalarias ni en el número total de días pasados en el hospital (Jackson et al., 2008). Un ensayo con control aleatorio grande, realizado en centros múltiples y metodológicamente robusto, investigó la efectividad de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis y una intervención familiar diseñadas específicamente para la prevención de recaídas y la reducción de síntomas en pacientes con psicosis que habían recaído recientemente (Garety et al., 2008). Ninguna de esas intervenciones tuvo éxito en la remisión o recaída en los seguimientos hechos a los 12 o 24 meses, aunque la terapia cognitivo conductual para la psicosis disminuyó la depresión y los síntomas y mejoró el funcionamiento social, mientras que el trabajo familiar mejoró la angustia asociada con los delirios. Sin embargo, en un estudio posterior del mismo grupo de investigadores, donde se utilizó una nueva metodología estadística para reexaminar los datos (Dunn et al., 2012), se encontró que la terapia cognitivo-conductual para la psicosis incrementaba los meses en remisión y reducía los síntomas, pero sólo si se concluía e incluía una serie de estrategias cognitivas y conductuales dirigidas a la prevención de recaídas y a los síntomas. Intervención temprana Además del efecto en individuos con psicosis más establecidas, existe un interés creciente en desviar el curso de la esquizofrenia en una etapa temprana. Morrison y colaboradores (2004) reportaron un estudio que utilizó técnicas de la terapia cognitivo-conductual en este grupo en un intento de prevenir o posponer el primer episodio agudo del trastorno mediante la intervención en un período prodrómico. Su técnica se enfocó no en síntomas positivos francos sino en las dificultades para resolver problemas. El resultado de este primer ensayo con control aleatorio resultó prometedor. La terapia cognitivo-conductual para la psicosis demostró ser mejor que el tratamiento usual para impedir la progresión a la psicosis evitando la prescripción de medicamentos antipsicóticos y disminuyendo los síntomas. Sin embargo, esos resultados no se repitieron en un ensayo con control aleatorio más reciente, realizado en centros múltiples, que comparó la terapia cognitiva ofrecida a jóvenes en riesgo de enfermedad mental grave y el tratamiento usual. No hubo diferencias entre los grupos en términos de la transición a la psicosis en el curso de 12 a 24 meses, aunque los autores discuten la posibilidad de que su estudio no pudiera detectar una diferencia debido a tasas de conversión inesperadamente bajas en el grupo control, y cuestionaron el estado de riesgo mental de su muestra, así como el impacto de su condición control de supervisión activa (Morrison, French et al., 2012). La terapia confirió beneficios clínicamente significativos en la frecuencia e intensidad de los síntomas. Este mismo grupo de investigación ha evaluado también la efectividad de la terapia cognitiva para quienes ingresaron a servicios de intervención temprana que descontinuaron los medicamentos antipsicóticos (Morrison, Hutton et al., 2012). Todos los parti- otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 505 cipantes recibieron terapia que se asoció con mejorías en los síntomas positivos y negativos y en el funcionamiento al final del tratamiento y en el seguimiento, así como en incrementos en la recuperación según la calificación de los pacientes en el seguimiento. Un metaanálisis reciente de ensayos con control aleatorio de servicios de intervención temprana, terapia cognitivoconductual e intervenciones familiares en individuos con psicosis temprana (de tres a cinco años después del inicio de la enfermedad) confirmó los efectos positivos de las intervenciones en este período crucial. Los servicios de intervención temprana, que incluían terapia cognitivo-conductual para la psicosis, trabajo con la familia y medicamentos como parte del paquete de atención, facilitaron el acceso y compromiso con el tratamiento, así como la reducción en las tasas de recaídas, admisiones hospitalarias y síntomas. La terapia cognitivo-conductual para la psicosis por sí sola mejoró la gravedad de los síntomas en un seguimiento realizado a los dos años, mientras que la terapia familiar mejoró las tasas de recaídas y las admisiones hospitalarias al final del tratamiento (Bird et al., 2010). Por consiguiente, parece ventajoso que los servicios de intervención temprana ofrezcan un plan integral de tratamiento en las etapas iniciales de la enfermedad. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Resumen de la evidencia La evidencia de que la terapia cognitivo-conductual para la psicosis reduce los síntomas positivos en pacientes con esquizofrenia crónica en remisión parcial es buena; aunque la evidencia de que dicha terapia acelera la recuperación de pacientes en una fase aguda de la enfermedad al nivel de lograr un beneficio clínico significativo es más ambigua. Las reducciones en las tasas de recaídas se alcanzan cuando la intervención se enfoca en su reducción, pero son decepcionantes para la versión estándar de terapia cognitivo-conductual para la psicosis. Existe evidencia positiva del efecto benéfico de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis y la intervención familiar en pacientes en los servicios de intervención temprana que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad. Ofrecer terapia cognitivoconductual en la fase prodrómica supone poco beneficio adicional en términos de prevenir la psicosis completa en individuos vulnerables, aunque puede haber mejoría en los síntomas. AVANCES TEÓRICOS Ha existido considerable debate teórico sobre la comprensión de la esquizofrenia, donde dominan las explicaciones biológicas. Sin embargo, sistemáticamente se ha demostrado la influencia de los factores psicológicos y sociales en el curso de la esquizofrenia, por lo que han sido incorporados en modelos de diátesis-estrés que enfatizan la importancia de dichos factores psicosociales en la precipitación y mantenimiento de episodios psicóticos (Nuechterlein, 1987). Aunado a los avances en la terapia cognitivo-conductual se han desarrollado modelos cognitivos (Garety, Kuipers, Fowler, Freeman y Bebbington, 2001) que se espera darán lugar al perfeccionamiento de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis a medida que se desarrollen y sean sometidos a pruebas empíricas. Por ejemplo, aunque esta forma de terapia parece tener poco efecto significativo en la disminución del riesgo suicida (Tarrier, Haddock et al., 2006), se espera que al mejorar la comprensión conceptual de los mecanismos psicológicos que subyacen a dicho riesgo surgirán intervenciones enfocadas en su reducción (Bolton, Gooding, Kapur, Barrowclough y Tarrier, 2007; Johnson, Gooding y Tarrier, 2008). PRINCIPIOS CLÍNICOS BÁSICOS En el caso de la esquizofrenia, todas las variantes de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis comparten una serie de estrategias clínicas como el compromiso y establecimiento de una relación terapéutica, la evaluación con base en la formulación individualizada del caso que identifique la experiencia psicótica (síntoma) y establezca asociaciones entre la cognición, la conducta y el afecto del paciente dentro del contexto ambiental en respuesta a esta experiencia, y una estrategia de intervención que se fundamente en esta formulación y utilice métodos cognitivos y conductuales para disminuir los síntomas psicóticos y la angustia emocional asociada. A los pacientes se les enseña tanto a estar al tanto de sus síntomas como métodos para manejarlos (p. ej., aprender a controlar las alucinaciones auditivas dejando de prestarles atención o pensando en explicaciones alternativas de sus experiencias). Los pacientes pueden adquirir estrategias de afrontamiento separadas en sus componentes, que aprenden individualmente y luego agregan en una estrategia global. Los pacientes sobreaprenden esas estrategias de afrontamiento durante las sesiones para asegurar que puedan utilizarlas fuera de terapia. Aprender esas técnicas de control les permite cuestionar las creencias que puedan haber tenido como “Las voces son incontrolables”, “Las voces son omnipotentes” y “Debo obedecer a las voces”. De este modo, al aprender a controlar procesos psicológicos básicos como la atención (mediante el cambio de atención y la distracción), los pacientes aprenden también a cuestionar sus creencias sobre sus experiencias y síntomas. También pueden utilizarse experimentos conductuales y pruebas de realidad para refutar las creencias delirantes e inapropiadas. Se presta particular atención a la identificación de 506clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. conductas de evitación y de seguridad que refuerzan las creencias inapropiadas. Cambiar esas conductas es un método poderoso para cambiar las creencias y los delirios. Puede apoyarse a los pacientes en sus intentos de cambio conductual por medio de las autoinstrucciones y estrategias de afrontamiento que disminuyen la activación (p. ej., ejercicios de respiración, relajación rápida, imaginería guiada y facilitación del diálogo interno positivo orientado a la tarea). En algunos casos refractarios, los pacientes están convencidos e inamovibles en la creencia de que sus delirios son verdaderos y no muestran disposición a examinar la veracidad de esta experiencia subjetiva. En esos casos, el clínico debe negociar las metas del tratamiento y orientarlo más a la disminución del malestar que a los síntomas en sí. No hacerlo probablemente resulte en que el paciente se aleje y se niegue a recibir tratamiento. Con frecuencia sucede que las creencias delirantes del paciente persisten a pesar de la evidencia que las contradice, incluyendo la evidencia que ocurre naturalmente y la elaborada por el terapeuta por medio de experimentos conductuales y pruebas de realidad. Para debilitar esas explicaciones delirantes, el terapeuta debe usar todas las oportunidades ofrecidas por el descubrimiento guiado y el cuestionamiento socrático para reconsiderar la evidencia a favor de la explicación del paciente sobre los eventos y debilitar así los delirios. Se recomienda señalar la evidencia contradictoria con una actitud de sorpresa y desconcierto, lo que a menudo se conoce como la técnica Columbo, de modo que el paciente tenga que explicar las contradicciones y revisarla a la luz de esta nueva evidencia. Aunque en el caso de los delirios muy fuertes esto puede ser un proceso lento, las creencias delirantes pueden ser debilitadas o, como sucede en algunos casos, pueden mantenerse o regresar, pero con una disminución considerable en su importancia y naturaleza angustiante. Por ejemplo, una paciente anciana tratada por uno de los autores (N. T.) experimentaba alucinaciones auditivas de naturaleza blasfema y obscena. Creía que su cerebro actuaba como transmisor y emisor de sus pensamientos, por lo que otras personas cercanas podían escuchar sus pensamientos blasfemos y obscenos. Su principal contacto social eran su iglesia local y el club social asociado. Un domingo, durante el servicio eclesiástico escuchó las voces y quedó convencida de que sus pensamientos sobre esas voces habían sido transmitidos en voz alta a toda la congregación. Se sintió tan mortificada y avergonzada que abandonó la iglesia y no pudo regresar o mantener el contacto social con sus amigas. Estaba convencida de que había sido aislada por la congregación de la iglesia. Si se le preguntaba por la evidencia de que así era, contestaba que se había encontrado en la ciudad con algunos miembros de la congregación y que la ha- bían ignorado por completo, lo que reforzó su sensación de exclusión, vergüenza y repulsión por sí misma. Al ser interrogada con mayor detalle, dijo que mientras caminaba por la acera había visto a sus amigas conducir a cierta distancia. Existía una alta probabilidad de que no la hubieran visto, por lo que se cuestionó la evidencia de que era excluida. Se acordó una meta de tratamiento que pondría a prueba su interpretación de la situación. Si el temor de que la congregación de la iglesia la rehuiría en caso de que regresara era real, podía esperar una reacción negativa cuando regresara a la iglesia. Si el temor era irracional, no debería haber reacción negativa; de hecho, los otros deberían mostrarse complacidos de verla regresar. La idea de regresar a la iglesia le hizo sentir mucha ansiedad, pero manejó el regreso con métodos que había aprendido para afrontar la experiencia de alucinaciones auditivas y ansiedad. Para su sorpresa, lejos de ser evitada o aislada fue recibida con calidez y consideración. Esta experiencia debilitó considerablemente sus creencias de que los demás podían escuchar sus pensamientos, y sus delirios fueron calificados como mínimos. Cuando algunos meses después se le preguntó por los hechos en el seguimiento, dijo que creía que los demás podían escuchar sus pensamientos, pero que como al parecer no los molestaban, ¡a ella tampoco le preocupaban! En este caso, su explicación delirante de los hechos pasados había regresado, pero ya no la angustiaba ni alteraba su funcionamiento social. También se ha hecho hincapié en mejorar la autoestima y los sentimientos de valor personal del paciente, una adición al tratamiento que ha demostrado ser efectiva y bien recibida por los pacientes (Hall y Tarrier, 2003). En este capítulo se han ubicado esos métodos después del tratamiento de los síntomas, lo que indica una progresión de la reducción de los síntomas al aumento de la autoestima. Sin embargo, no existe razón para no iniciar la mejoría de la autoestima al principio del tratamiento, lo que puede ser deseable en algunos casos. El futuro puede deparar nuevas y emocionantes oportunidades para el uso de la tecnología como teléfonos inteligentes tanto en la realización de evaluaciones e intervenciones en tiempo real como en la individualización de los protocolos de tratamiento (Kelly et al., 2012). FACTORES ANTECEDENTES Y ASOCIADOS Fases del trastorno y su relación con los propósitos del tratamiento La esquizofrenia, un trastorno complejo que puede ser permanente, pasa por una serie de fases. Por ejemplo, otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 507 Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. la fase prodrómica que ocurre antes de un episodio psicótico avanzado se caracteriza por síntomas inespecíficos y síntomas de ansiedad, depresión, irritabilidad, insomnio y experiencia cuasipsicótica (p. ej., pensamiento mágico, sentimientos de paranoia). La fase prodrómica se desarrolla en un episodio psicótico en que están presentes los síntomas psicóticos floridos que interfieren gravemente el funcionamiento. Un episodio psicótico requiere un manejo agudo que con frecuencia incluye hospitalización. A la recuperación de un episodio agudo de psicosis le sigue un período de remisión o remisión parcial en que se administran dosis de mantenimiento de medicamentos antipsicóticos. No es inusual que en las fases de recuperación y remisión permanezcan síntomas residuales y, en algunos casos que la recuperación sea, si acaso, muy pobre. Los propósitos y estrategias del tratamiento de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis varían dependiendo de la fase del trastorno. Por ejemplo, durante la fase prodrómica el propósito es prevenir la transición a un episodio psicótico completo; durante un episodio agudo el propósito es acelerar la recuperación; durante la remisión parcial, el propósito es disminuir los síntomas residuales e impedir otras recaídas; y en la remisión completa el propósito es mantener bien al paciente. Los detalles de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis pueden variar dependiendo de esos propósitos y de la fase del trastorno en que se aplican. Por ejemplo, durante una admisión por un episodio psicótico agudo el paciente suele encontrarse alterado, angustiado y agitado, por lo que las sesiones de terapia suelen ser breves y frecuentes, mientras que en el caso de los pacientes crónicamente enfermos que viven dentro de la comunidad, las sesiones de la terapia siguen el formato ambulatorio normal. En todos los ca- sos, la terapia se ajusta a la tolerancia del paciente y, a excepción de casos extraordinarios, la terapia cognitivoconductual para la psicosis acompaña siempre a la medicación antipsicótica apropiada. En la tabla 12-1 se resumen las diversas fases del trastorno y las estrategias apropiadas de tratamiento. Características asociadas y discapacidad Es importante que el clínico preste atención tanto a las características asociadas y los factores complejos como a los síntomas del trastorno que van de los efectos de la enfermedad en los procesos psicológicos básicos (p. ej., atención) a problemas clínicos (p. ej., riesgo de suicidio) a problemas sociales (p. ej., privación social y pocas oportunidades de empleo). En la tabla 12-2 se resumen esas características asociadas. El punto crucial es que el clínico esté consciente de que dichos problemas pueden surgir. Algunos de ellos pueden enfrentarse manteniendo el mensaje simple y breve, pero con abundante repetición (es decir, hacer uso del sobreaprendizaje en la enseñanza de las estrategias de afrontamiento). También puede ser útil anotar puntos sencillos que el paciente pueda emplear como ayuda mnemotécnica o crear un pequeño “cuaderno de ejercicios” que le permita tener un registro continuo de esos puntos. Esto suele funcionar mejor que proporcionar manuales que el paciente lee rara vez y extravía a menudo. Es importante equilibrar la naturaleza y duración de las sesiones con el nivel de tolerancia del paciente. En principio puede ser mejor realizar sesiones breves o permitir que el paciente salga cuando ha tenido suficiente. La naturaleza individualizada de la terapia es altamente estresante, por lo que las primeras sesio- Tabla 12-1. Propósitos y métodos de tratamiento en diferentes fases de la esquizofrenia Fase Propósito Método de tratamiento Prodrómica antes la enfermedad Prevenir la transición a la psicosis completa Terapia cognitivo-conductual para los primeros indicios y prevención del recrudecimiento de los síntomas Episodio agudo Recuperación rápida Terapia cognitivo-conductual y entrenamiento para el afrontamiento Remisión parcial, con Disminución de síntomas residuales síntomas Terapia cognitivo conductual y mejoramiento de la autoestima Remisión Prevención de recaídas Terapia cognitivo-conductual para estar bien e intervención familiar Prodrómica de la recaída Abortar la recaída Identificación de indicios tempranos y prevención de recaídas 508clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Tabla 12-2. Características asociadas con la esquizofrenia: características que deben ser evaluadas y consideradas como dificultades potenciales en el tratamiento psicológico de la esquizofrenia Psicológicas • Alteración o ralentización de los procesos de pensamiento • Dificultad para discriminar la señal del ruido • Atención restringida • Hipersensibilidad a las interacciones sociales • Dificultad para procesar las señales sociales • Afecto plano y restringido • Activación elevada y regulación disfuncional de la activación • Hipersensibilidad al estrés y a los sucesos de la vida • Alto riesgo de depresión y desesperanza • Efectos del trauma • Estigmatización • Disminución en la autoestima y valor personal • Riesgo elevado de abuso de drogas y alcohol • Riesgo elevado de suicidio y conductas autolesivas • Interferencia en el desarrollo normal en la adolescencia y la adultez temprana debido al inicio de la enfermedad Psicosociales • Hipersensibilidad al ambiente familiar e interpersonal (incluyendo el creado por el equipo profesional) • Riesgo de perpetrar o de ser víctima de violencia Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Sociales • Condiciones de privación social • Malas condiciones de vivienda • Espiral social descendente • Desempleo y dificultad para competir en el mercado de trabajo • Restricción de las redes sociales • Trayectoria psiquiátrica que interfiere con el uso de otros recursos sociales nes pueden dedicarse a la habituación al estrés social de estar con el clínico. Enseñar al paciente estrategias sencillas para lidiar con la tensión y la ansiedad (p. ej., relajación breve) pueden ayudarlo a habituarse a la situación de terapia y le ofrecen una tarea concreta en la cual concentrar la atención. Las tareas sencillas para enfocar la atención, como concentrarse en un solo objeto en la habitación por un período breve, ayudan a disminuir el efecto de los estímulos irrelevantes en la consciencia del paciente. También es importante reconocer que algunos pacientes con esquizofrenia no presentan las señales verbales y no verbales que el terapeuta considera indicadores de angustia, depresión o tendencias suicidas severas. El afecto puede ser plano o inapropiado, lo que da lugar a que el terapeuta pase por alto señales importantes de riesgo; para evitar esta situación, así sea en parte, es importante no hacer nunca suposiciones sobre el estado mental y obtener desde el inicio el compromiso del paciente de informar al terapeuta de cambios importantes en su vida o estado de ánimo. Por desgracia, existen problemas, como las condiciones sociales, que el terapeuta no puede cambiar y que aun así tienen impacto en el proceso de tratamiento. No obstante, no hay nada malo en tratar de defender o ayudar a los pacientes a empoderarse contribuyendo a sus intentos por mejorar sus circunstancias. Por último, es importante que el terapeuta adopte una aproximación sin juicios y que aprenda a atemperar sus propias frustraciones si el progreso de la terapia es más lento de lo que esperaba. Algunos aspectos de la esquizofrenia hacen difícil el trato con algunos pacientes, situación de la que debe estar consciente el terapeuta a fin de desarrollar una aproximación tolerante. Se ha de- otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 509 mostrado que la falta de una relación positiva entre los encargados de manejar el caso y los pacientes se asocia con un pronóstico más pobre (Tattan y Tarrier, 2000). Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. CONTEXTO DE LA TERAPIA Es altamente probable que para el momento en que un paciente es canalizado para recibir terapia cognitivoconductual esté al cuidado de un equipo multidisciplinario de salud mental, que reciba medicamentos antipsicóticos y algún tipo de manejo de caso. Las personas que desarrollan una enfermedad psicótica usualmente reciben el diagnóstico de un profesional general, de un equipo de atención primaria o bien en la sala de urgencias, y suelen ser canalizadas a servicios de salud mental. La organización de estos servicios varía entre países, dependiendo de las filosofías y estructuras de atención a la salud, aunque el contenido de la terapia ofrecida puede ser independiente de la forma en que esté organizado el servicio. Eso implica que los procedimientos terapéuticos descritos en este capítulo pueden utilizarse en sistemas de atención que varían en su estructura y organización. Se ha ofrecido terapia cognitivo-conductual para la psicosis en pabellones cerrados y abiertos, en hospitales e instalaciones de salud ambulatorias, en instalaciones comunitarias e incluso en los hogares de los pacientes. Es probable que entre más flexible sea el sistema, más factibles sean el compromiso y asistencia del paciente. Para este fin se ofrece tratamiento en el hogar del paciente, procedimiento común en el Reino Unido. La evidencia de ensayos de investigación indica que los tratamientos cognitivo-conductuales suelen requerir alrededor de 20 sesiones de tratamiento, las cuales pueden realizarse de manera intensiva durante tres meses o menos intensiva a lo largo de nueve meses o más. Las impresiones clínicas indican que algunos pacientes se benefician del tratamiento continuo, aunque menos intensivo, mientras que a otros les ayudan las sesiones de refuerzo. Los clínicos deberían guiarse siempre por la necesidad clínica del paciente y adoptar un enfoque de colaboración en lugar de apegarse al rígido protocolo de “talla única”. Debe recordarse que la terapia cognitivo-conductual no “cura” la esquizofrenia sino que ayuda al paciente a afrontar una enfermedad crónica. Como se mencionó, la presencia de posibles factores asociados significa que los pacientes pueden presentar una serie de dificultades clínicas, además de los síntomas psicóticos. El clínico debe estar consciente de esta posibilidad y estar preparado para abordar o tratar esos problemas antes de avanzar en el tratamiento de los síntomas psicóticos. Es posible que deba enfrentar problemas clínicos como altos niveles de ansiedad, de- presión, desesperanza y conducta y riesgo suicida no sólo por ser prioridades clínicas sino por la posibilidad de que existan interacciones importantes entre esos otros trastornos y la psicosis. El tratamiento que aquí se describe corresponde al formato individual de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis, aunque también puede administrarse en un formato de grupo. Además de ser bien recibidos por algunos pacientes, los grupos tienen la ventaja de permitir que los pacientes aprendan uno del otro. Los resultados sugieren beneficios clínicos en términos de una mejoría de la autoestima, aunque las disminuciones de los síntomas son modestas en comparación con las obtenidas en tratamientos individuales (p. ej., Barrowclough et al., 2006), y cualquier mejoría parece perderse en el seguimiento (Lecomte, Leclere y Wykes, 2012). También puede accederse a otros tratamientos psicosociales como las intervenciones familiares. En muchas publicaciones se presenta evidencia que indica que las intervenciones familiares disminuyen las tasas de recaída en individuos de alto riesgo que se encuentran en etapas iniciales y en la psicosis tardía (Bird et al., 2010; Onwumere, Bebbington y Kuipers, 2011; Onwumere y Kuipers, 2011). Los detalles de la intervención familiar escapan al propósito de este capítulo (para conocer las aplicaciones clínicas de las intervenciones familiares, consulte los trabajos de Barrowclough y Tarrier, 1992; Kuipers, Onwumere y Bebbington, 2010; Mueser y Glynn, 1995; vea también capítulo 11 de Miklowitz en este volumen). Se ha combinado la terapia cognitivoconductual individual y la intervención familiar con cierto éxito, y se sugiere que los terapeutas consideren el posible beneficio clínico de esta estrategia. Otros han ofrecido terapia familiar a personas en quienes concurren diagnósticos del espectro de la esquizofrenia y abuso de drogas, con ciertos beneficios en los síntomas y funcionamiento para los clientes y sus familiares (Mueser et al., 2013). La intervención familiar concomitante puede disminuir el estrés en el ambiente familiar y contribuir a mantener la mejoría. Muchos pacientes viven solos o están separados de sus familiares, por lo que la intervención familiar no puede ser una opción. Variables del paciente Los pacientes con esquizofrenia representan un grupo heterogéneo donde entre 20 y 45% de sus integrantes son resistentes al tratamiento farmacológico (Kane, 1999) y entre 5 y 10% no muestra beneficio de los medicamentos antipsicóticos (Pantelis y Barns, 1996). Aunque existe confusión entre los términos resistente al tratamiento, recuperación incompleta e intolerancia al tratamiento, queda claro que, a pesar de los bien publicitados avances en los medicamentos antipsicóticos, su uso en el tratamiento convencional es ineficaz 510clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. para una cantidad importante de pacientes. Por consiguiente, es importante ajustar y perfeccionar los tratamientos para identificar tanto los factores que predicen una buena respuesta al tratamiento psicológico como los casos en que no se espera beneficio para los pacientes. Por desgracia, se sabe poco en gran detalle sobre qué pacientes obtendrán o no beneficio de los tratamientos cognitivo-conductuales (Tarrier y Wykes, 2004). Entre los factores que han sido asociados con un resultado pobre se encuentran síntomas negativos de aplanamiento afectivo y alogia (empobrecimiento cognitivo) (Tarrier, 1996). Los factores asociados con un mejor resultado incluyen una duración más corta de la enfermedad, menor edad (Morrison, Turkington et al., 2012), mayor capacidad de afrontamiento previa a la terapia (Premkumar et al., 2011), mejor consciencia clínica y cognitiva (Emmerson, Granholm, Link, McQuaid y Jeste, 2009; Perivoliotis et al., 2010), síntomas menos severos antes del tratamiento (Tarrier, Yusupoff, Kinney et al., 1998), un mayor nivel educativo y mejor funcionamiento en línea base (Allott et al., 2011) y receptividad a la contradicción hipotética (Brabban, Tai y Turkington, 2009; Garety et al., 1997). Esos resultados sugieren una mejor respuesta de los pacientes que son más jóvenes, cuya enfermedad es menos severa, con menos déficit cognitivo severo y mejor funcionamiento, pero en la actualidad no existen normas estrictas que sean respaldadas por la evidencia. Otro problema importante es el abandono del tratamiento. Existe alguna evidencia de que los pacientes que abandonan el tratamiento tienden a ser hombres, desempleados, sin habilidades y solteros, con un bajo nivel educativo y menor CI premórbido. La duración de su enfermedad es larga, pero en el momento de dejar el tratamiento su enfermedad no es necesariamente grave y pueden funcionar a un nivel razonable. Se ha encontrado que el abandono es pronosticado por menos síntomas negativos, consumo de cannabis o de otras drogas y factores como carecer de un familiar que participe en el tratamiento (Stowkowy, Addington, Liu, Hollowell y Addington, 2012). Quienes abandonan el tratamiento sufren alucinaciones y delirios, son paranoides, aunque no necesariamente se muestran suspicaces del clínico, se encuentran deprimidos y moderadamente desesperanzados. La mayoría no puede ver la utilidad del tratamiento psicológico o piensa que el tratamiento no los beneficiará personalmente (Tarrier, Yusupoff, McCarthy, Kinney y Wittkowski, 1998). Variables del terapeuta Las variables del terapeuta incluyen una serie de factores como entrenamiento, experiencia, competencia, supervisión y estilo personal. Quienes se encargan de planificar la atención a la salud tienden a esperar, principalmente por criterios económicos, que esas complejas terapias serán llevadas a cabo por clínicos mínimamente cualificados, lo que ciertamente es un error (Tarrier et al., 1999). El tratamiento psicológico de una persona con psicosis es complejo y el clínico no sólo necesita de las habilidades y experiencia para tratar al trastorno psicótico en sí sino también de la capacidad para tratar una variedad de problemas comórbidos como trastornos de ansiedad, por estrés postraumático, depresión y adictivos. Para que el clínico pueda tratar con éxito a una persona que además de una enfermedad mental grave muy probablemente presente diversos trastornos comórbidos, parece razonable esperar que posea la experiencia y entrenamiento suficiente en terapia cognitivo-conductual que le permitan reaccionar a diversas exigencias clínicas y niveles de complejidad. Un estudio reciente demostró que mejores resultados de la terapia cognitivo conductual para la psicosis se asocian con clínicos que dedican la mayor parte de su tiempo clínico a realizar esta intervención específica y que reciben supervisión frecuente (Steel, Tarrier, Stahl y Wykes, 2012). El tratamiento de trastornos psicóticos no se presta al solo seguimiento de un manual altamente prescriptivo. Como se indicó en la sección anterior sobre características asociadas y discapacidades, el clínico necesita ser competente para reconocer y priorizar una variedad de problemas clínicos que se presentan para tratamiento. También es necesario que posea cualidades personales que involucren al paciente, quien puede ser difícil de manejar o estar perturbado, y que le permitan adaptar el tratamiento a ese individuo. La investigación sugiere que la ausencia de una relación positiva se asocia con un resultado más pobre (Tattan y Tarrier, 2000), lo que indica la necesidad de que el clínico posea la experiencia y la paciencia que le permitan desarrollar esa relación y mantener el compromiso. Un estudio reciente utilizó el método Delphi para examinar los componentes de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis, considerados importantes por los expertos del campo. Se coincidió en que los componentes esenciales eran una evaluación detallada, el uso de un modelo y formulación cognitivos, la implementación de estrategias de cambio y las actitudes que deben mantener los terapeutas (p. ej., normalización de la lógica) (Morrison y Barratt. 2010). PROCEDIMIENTO DE LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL: MODELO MANCHESTER Un modelo clínico: el modelo de afrontamiento-recuperación El modelo desarrollado y descrito por Tarrier tiene muchas semejanzas con otros modelos y se ha beneficiado otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 511 del contacto y discusión con otros investigadores del campo. El principio básico es el modelo de recuperación en que los pacientes afrontan una enfermedad potencialmente persistente que puede cambiar muchos aspectos de sus vidas, afectar sus esperanzas y aspiraciones y asociarse con trastornos comórbidos como depresión y ansiedad. El terapeuta ayuda al paciente a facilitar, en la medida de lo posible, el proceso de recuperación. El modelo de afrontamiento se asemeja y usa muchos métodos de otros enfoques de la terapia cognitivo-conductual que enfatizan el afrontamiento de los síntomas más que su curación, e interviene para modificar tanto los procesos cognitivos (p. ej., atención) como el contenido cognitivo y la conducta. En la figura 12-1 se presenta el modelo clínico que guía el tratamiento; éste asume que la experiencia de síntomas psicóticos, alucinaciones y delirios es una interacción dinámica entre factores internos y externos. Los factores internos pueden ser biológicos o psicológicos y también pueden ser heredados o adquiridos. Por ejemplo, los factores genéticos influyen tanto en el funcionamiento bioquímico del cerebro como en la capacidad cognitiva; o bien la disfunción biológica y psicológica puede ser adquirida, por ejemplo, en déficit en la flexibilidad cognitiva y en el desarrollo de actitudes inadaptadas. Esos factores internos aumentan la vulnerabilidad de los individuos a la psicosis, y dicho riesgo es aumentado aún más por la exposición al es- FACTORES INTERNOS FACTORES EXTERNOS Factores biológicos constitucionales y adquiridos Estresores y contexto ambiental Factores psicológicos constitucionales y adquiridos (p. ej., déficits cognitivos, actitudes inadaptadas) Mayor exposición a los estresores VÍAS DE MEDIACIÓN Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Activación y disfunción en la regulación de la activación Incremento en la activación emocional Sesgos cognitivos y conducta congruente con dichos sesgos Disfunción del procesamiento de la información EXPERIENCIA PSICÓTICA SÍNTOMAS PSICÓTICOS POSITIVOS alucinaciones y delirios Sesgos en la recolección y procesamiento de datos Valoración primaria y secundaria de la experiencia y sus consecuencias CONSECUENCIAS DE CORTO PLAZO • Emocionales • Conductuales • Cognitivas • De afrontamiento CONSECUENCIAS DE LARGO PLAZO • Retraimiento y aislamiento social • Poca oportunidad de reforzamiento • Discapacidad • Estigma Figura 12-1. Modelo clínico de los orígenes y mantenimiento de los síntomas psicóticos 512clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. trés ambiental, como en ciertos ambientes interpersonales o excesivamente demandantes. La interacción entre factores internos y externos es importante tanto en el origen del trastorno como en el mantenimiento de los síntomas. La combinación de una disfunción en el procesamiento de la información como el monitoreo de la fuente de las alucinaciones (es decir, una creencia acerca del lugar del que proviene la voz) y el razonamiento probabilístico en los delirios, con disfunciones en el sistema de activación y su regulación da lugar a alteraciones de la percepción y el pensamiento que son características de la psicosis. El individuo es reactivo a esas experiencias e inicia un proceso de valoración primaria y secundaria en que trata de interpretarlas y darles significado, y luego reacciona a sus consecuencias. La valoración que hacen los pacientes de la experiencia a menudo resulta en sentimientos de amenaza y reacciones emocionales concomitantes, y en conductas de evitación y seguridad. La reacción inmediata a la experiencia psicótica es multidimensional e incluye elementos emocionales, conductuales y cognitivos. La situación puede ser agravada por efectos secundarios como un estado de ánimo deprimido, ansiedad en contextos sociales y por el efecto del trauma. El aspecto importante del modelo es que la valoración (incluyendo las creencias sobre la experiencia) y la reacción a la experiencia psicótica se retroalimentan a través de varias rutas posibles, lo que incrementa la probabilidad de que la experiencia psicótica se mantenga o recurra. Por ejemplo, la reacción emocional a escuchar voces amenazantes o a experimentar fuertes sentimientos de paranoia puede ser de ansiedad o enojo, emociones que incluyen niveles elevados de activación autónoma que puede incrementar la probabilidad de los síntomas psicóticos, sea directamente a través del incremento sostenido en los niveles de activación o indirectamente por medio de la afectación del procesamiento de la información. De igual modo, las respuestas conductuales a los síntomas psicóticos pueden aumentar la exposición al estrés ambiental o incrementar el riesgo de trauma (p. ej., involucrándose en actos violentos o en conductas peligrosas) lo cual mantiene o agrava los síntomas psicóticos. Por ejemplo, los pensamientos paranoides pueden dar lugar a conflicto interpersonal o bien a evitación social y retraimiento, situaciones que pueden aumentar la probabilidad de que se presenten los síntomas. Es probable que el conflicto interpersonal se interprete como evidencia de persecución, mientras que el retraimiento y el aislamiento probablemente den lugar a resentimiento y rumiación confirmatoria sin oportunidad de refutar esas creencias paranoides. La valoración de que el contenido de las voces o los pensamientos delirantes es válido y verdadero puede resultar en conducta que sea con- gruente con esas creencias y a un sesgo de confirmación en la obtención y evaluación de la evidencia en que se basarán juicios de realidad futuros. Las experiencias psicóticas pueden llevar a creencias disfuncionales ante las que luego se reacciona de una forma que da lugar a su confirmación o a la incapacidad para refutarlas. Esto se conoce como el ciclo ECAC o ciclo de experiencia-creencia-acción-confirmación. Se sugiere que dichos ciclos mantienen la experiencia psicótica por medio del reforzamiento de creencias y conductas inadaptadas. El modelo genérico descrito en la figura 12-1 ofrece una imagen general de cómo surgen y se mantienen los problemas del paciente. En dicho modelo se insertan los microelementos de sucesos específicos ligados al tiempo, como el ciclo de experiencia-creencia-acción-confirmación (figura 12-2). Evaluación El clínico debe ser capaz de evaluar y desarrollar una formulación de los determinantes de los síntomas psicóticos del paciente, para lo que puede resultarle útil el uso de instrumentos estandarizados de evaluación (existen muchos que evalúan diversas funciones; en el trabajo de Barnes y Nelson, 1994, encontrará una descripción y revisión detallada de esas evaluaciones). Se recomiendan las Escalas de Evaluación de Síntomas Psicóticos (PSYRATS; Haddock, McCarron, Tarrier y Faragher, 1999) como un método efectivo para evaluar la naturaleza multidimensional de los síntomas psicóticos positivos. El clínico debe entender la variación individual en los síntomas psicóticos, lo que puede lograr Experiencia Creencia Acción Confirmación Figura 12-2. Ciclo de experiencia-creenciaacción-confirmación (ECAC) otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 513 mediante el uso de una entrevista semiestructurada (la Entrevista Antecedente y de Afrontamiento [EAA]: para más detalles consulte los trabajos de Tarrier, 2002, 2006) que cubra la naturaleza y variación de los síntomas psicóticos positivos experimentados por el paciente, incluyendo creencias sobre los síntomas psicóticos, reacciones emocionales que acompañan a cada síntoma, estímulos antecedentes y contexto en que ocurre cada síntoma, así como consecuencias que resultan de esos síntomas y cómo se ven afectadas conducta y creencias del paciente, incluyendo los métodos que éste usa para afrontar y manejar sus experiencias. Esto permite al clínico elaborar una imagen completa de cómo experimenta el paciente la psicosis día a día y cómo se modifican su afecto, su conducta y sus creencias. El clínico debería tener el cuidado de identificar las conductas de evitación y de seguridad que ocurran debido a los síntomas psicóticos y a los casos en que el paciente no logra refutar las creencias irracionales o delirantes; para ello puede usar como guía los modelos clínicos presentados en las figuras 12-1 y 12-2. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Intervención Estrategias de afrontamiento Cuando el clínico ha elaborado una imagen completa de la experiencia psicótica del paciente, puede analizarla con él y explicarle la lógica de la terapia cognitivoconductual para la psicosis. Es muy posible que los pacientes estén totalmente convencidos de la verdad de sus pensamientos delirantes y no acepten ninguna visión alternativa, en cuyo caso debe presentarse el afrontamiento del malestar como una meta apropiada. La terapia cognitivo-conductual para la psicosis y el entrenamiento del afrontamiento se caracterizan porque: • • • • • • • Se fundamentan en una evaluación o formulación individualizadas. Enfatizan un proceso normal y general de lidiar con la adversidad. Hacen hincapié en que esto forma parte del proceso de recuperación. Se llevan a cabo de manera sistemática por medio del sobreaprendizaje, la simulación y el juego de roles. Son aditivos en el sentido de que es posible agregar diferentes estrategias en una secuencia que progresa hacia la implementación in vivo. Pretenden proporcionar un nuevo conjunto de respuestas que no son curativas, sino que conforman un método para afrontar un problema permanente. Las habilidades de afrontamiento cognitivo se aprenden a través de un proceso de verbalización externa que disminuye lentamente hasta interiori- • • • zar el procedimiento requerido como pensamiento bajo control interno. Mejoran la función ejecutiva. El aprendizaje de habilidades de afrontamiento cognitivo y conductual se desarrolla a través de un proceso de práctica o repaso graduado. Proporcionan oportunidades de reevaluación y reatribución. Esos métodos de afrontamiento incluyen los siguientes cambios en los procesos cognitivos, el contenido cognitivo y la conducta. CAMBIO DE ATENCIÓN El cambio de atención, proceso en que los pacientes dejan de concentrarse en un tema o experiencia para enfocarse en otro, implica la inhibición de una respuesta en curso y el inicio de una respuesta alternativa. Durante la sesión se utiliza el repaso para entrenar a los pacientes a cambiar la atención de una señal por medio del repaso ante estímulos externos (p. ej., un aspecto de su entorno, como describir una fotografía o estar consciente del ruido de fondo del tráfico) o ante estímulos internos, a menudo a un conjunto de imágenes positivas. Por ejemplo, un paciente al que se pidió que eligiera una escena positiva a la cual atender eligió un restaurante de Blackpool donde había disfrutado de una comida placentera. Se le entrenó para que pudiera suscitar una imagen visual del restaurante describiendo en gran detalle la escena, mobiliario y decoración. Luego se le pidió que recordara la experiencia de la comida en todos sus sentidos, la memoria visual de los platillos, su aroma y sabor, la sensación de sostener en sus manos el cuchillo y el tenedor, la experiencia de comer, entre otros. El paciente repasó continuamente el recuerdo de la comida en el restaurante hasta que pudo suscitarlo a voluntad. Luego repasó la tarea de cambiar su atención de los pensamientos delirantes a las imágenes de la comida. Se le enseñó a usar el inicio de un delirio como señal para cambiar la atención (vea más adelante el Entrenamiento de la consciencia). DISMINUCIÓN DE LA ATENCIÓN Es un proceso por el cual los pacientes restringen el rango y contenido de su atención, muchos pacientes hablaban de “poner su mente en blanco” o enfocar su atención como método de afrontamiento. La evidencia sugiere que un problema que enfrentan los pacientes con esquizofrenia es la incapacidad para filtrar la información adecuadamente y distinguir la señal del ruido. Entrenar a los pacientes a enfocar y mejorar el control de la atención puede ayudarlos a superar esta dificultad disminuyendo y regulando su atención. 514clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. MODIFICACIÓN DE LAS AUTOVERBALIZACIONES Y EL DIÁLOGO INTERNO Desde hace algunos años se sabe que es posible incorporar con éxito las autoverbalizaciones de los pacientes a la intervención. El uso de las autoverbalizaciones y del diálogo interno puede cumplir una serie de funciones en el control de la emoción, por ejemplo, enseñar a los pacientes a superar las emociones negativas asociadas con sus voces, a inducir la conducta dirigida a metas, y a inducir y dirigir la prueba de realidad. En cada caso se enseñan al paciente verbalizaciones que dirigen la respuesta apropiada, como “No debo tener miedo”, “Debo seguir y tomar el autobús”, o ¿Por qué pienso que ese hombre me está mirando si nunca lo he visto antes?” Dentro de la sesión se pide primero al paciente que cuando se presente la señal apropiada repita en voz alta el conjunto de verbalizaciones o preguntas. Luego se disminuye gradualmente el volumen de las afirmaciones verbalizadas hasta interiorizarlas; más tarde el paciente las practica en situaciones simuladas dentro de la sesión. El aprendizaje de esas afirmaciones de cuestionamiento es una herramienta útil para generar y evaluar explicaciones alternativas de la experiencia. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. REATRIBUCIÓN Se pide a los pacientes que generen una explicación alternativa para una experiencia y que practiquen luego las afirmaciones de reatribución cuando ocurra la experiencia. Al principio, cuando inicia el entrenamiento de afrontamiento se usaban reatribuciones relacionadas con la enfermedad como “No es una voz real, es mi enfermedad”, pero esta estrategia resultó ser de poca utilidad, por lo que se abandonó. Ahora se intentan usar explicaciones alternativas como “Parece una voz real, pero sólo son mis pensamientos” y “Puede parecer que la gente me mira, pero están mirando hacia otro sitio”. Si los pacientes hacen cambios que aumenten su control de los síntomas o circunstancias, o que cuestionen la omnipotencia o infalibilidad de sus voces, entonces esos cambios pueden usarse como evidencia de una reatribución concerniente a la naturaleza de sus síntomas o a su capacidad para ejercer control; por ejemplo, “¿Cómo puede la voz ser todopoderosa si dice sandeces?” o “No tengo porque creerlo si no es verdad”. ENTRENAMIENTO DE LA CONSCIENCIA Se enseña a los pacientes a monitorear y estar al tanto de sus síntomas positivos, en especial de su inicio. Los pacientes no sólo adquieren consciencia de sus expe- riencias sino que también tratan de aceptarlas pero no reaccionar ante ellas. Los pacientes escuchan sus voces pero no reaccionan ante ellas ni quedan atrapados por su contenido. Una función del entrenamiento de la consciencia es lograr que los pacientes estén al tanto de la forma y características de sus pensamientos y percepciones más que del contenido, por ejemplo, que supervisen el inicio físico de una voz y luego usen el cambio de atención para disminuir el impacto emocional del contenido. El propósito es doble: ayudar a los pacientes a desvincularse mentalmente de sus síntomas, en especial el contenido, y a emplear los síntomas como señal para una acción alternativa. TÉCNICAS DE DESACTIVACIÓN Es importante enseñar a los pacientes a afrontar niveles elevados de activación toda vez que han sido relacionados con la psicopatología de la esquizofrenia y al hecho de que suelen ocurrir como antecedentes y como respuesta a las experiencias psicóticas. Las estrategias de afrontamiento pueden ser conductas pasivas simples que eviten la agitación (como sentarse tranquilamente en lugar de caminar de un lado a otro) o métodos más activos de control de la activación (como ejercicios de respiración o relajación rápida). No se favorece el entrenamiento de relajación prolongado, como los ejercicios tradicionales de relajación progresiva, porque se llevan mucho tiempo y están fuera del tema. Lo que funciona mejor aquí es la adquisición rápida de una habilidad utilizable. INCREMENTO EN LOS NIVELES DE ACTIVIDAD Muchos pacientes con esquizofrenia son vulnerables al pensamiento delirante o a las alucinaciones en periodos de inactividad, un problema al que parecen ser particularmente propensos. A muchos les resulta útil encontrar algo que hacer, por lo que la simple programación de actividad puede ser una importante estrategia de afrontamiento, sobre todo si se implementa al inicio del síntoma para crear una tarea dual que compite por los recursos de atención. Además de aumentar la actividad significativa, también disminuye la exposición a las condiciones en que se agravan los síntomas. VINCULACIÓN Y DESVINCULACIÓN SOCIAL Aunque muchos pacientes toleran mal las interacciones sociales, para muchos más la vinculación social resulta un método útil de afrontamiento. Posiblemente esto se debe a que la interacción social funciona como una tarea dual y una fuente de distracción y porque ayuda a otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 515 los pacientes a racionalizar el pensamiento inadaptado. Es conveniente poder valorar la cantidad de estimulación social involucrada en cualquier interacción de acuerdo con el nivel de tolerancia de un paciente particular, y enseñarlo a utilizar niveles de desvinculación social para desarrollar tolerancia a la estimulación social. El retraimiento y la evitación social son respuestas comunes cuando se experimenta sobreestimulación como resultado de la interacción social, aunque los pacientes pueden aprender métodos menos drásticos de desvinculación, como dejar la habitación por un período breve y luego regresar, alejarse temporalmente del grupo social y practicar la desvinculación funcional dejando de conversar por periodos cortos o bajando la mirada. Gracias al uso de esos métodos los pacientes pueden controlar y tolerar la estimulación social. Si sienten que tienen cierto control sobre la intensidad de las interacciones sociales pueden iniciarlas con más confianza para disminuir el impacto de sus síntomas. Esto puede ser facilitado por el entrenamiento simple en habilidades específicas para la interacción y el juego de roles. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. MODIFICACIÓN DE CREENCIAS Los pacientes pueden aprender a analizar la evidencia para examinar sus creencias y, de ser inapropiadas, a cuestionarlas y generar explicaciones alternativas. Aunque muchos pacientes ya hacen esto en cierta medida, los niveles experimentados de activación, aislamiento y evitación pueden hacer que esos intentos fracasen. Esos métodos son muy similares a los empleados en la terapia cognitiva tradicional, excepto en que es posible que el paciente necesite más instigación y en que la meta es incorporar las habilidades de modificación de las creencias en un proceso autorregulatorio. Puede alentarse a los pacientes a cuestionar sus creencias conforme se presentan: “¿Cuál sería el propósito de que alguien me espiara? ¿Cuánto esfuerzo y costo implicaría eso? ¿Cómo se financiaría y organizaría esto y para obtener qué cosa?” De igual modo, puede animarse a los pacientes a buscar incongruencias y a utilizarlas para cuestionar sus creencias. Por ejemplo, al paciente que participó en una pelea 15 años antes y que sigue evitando a los jóvenes porque teme que el mismo grupo busque venganza se le puede pedir que reflexione en el hecho de que, dado que los integrantes de la pandilla ahora se encuentran cerca de los cuarenta años, ha estado vigilando al grupo de edad equivocado. Esto puede usarse para cuestionar su creencia de que necesita estar vigilante para mantenerse a salvo. De hecho, sus conductas de seguridad no lo han protegido de la fuente de peligro. Los pacientes también pueden aprender a examinar la evidencia para cuestionar sus creencias sobre las voces que escuchan. Cuando los pacientes perciben que sus voces son omnipotentes y verdaderas, los clínicos pueden investigar si son erróneas o incorrectas. Por ejemplo, el paciente cuyas voces le dijeron que pronto iba a ser asesinado porque era un espía, concluyó que las voces deberían ser ciertas y que debía merecer su destino. Sin embargo, las voces también le dijeron que pronto estaría casado, y como no podía encontrar evidencia que apoyara esto decidió que no era verdad. Sin embargo, nunca pensó cuestionar la veracidad de las voces en lo concerniente a la amenaza de asesinato. Darse cuenta de que era poco probable que se casara en el futuro cercano lo ayudó a cuestionar la idea de que sería asesinado dudando de la veracidad de las voces y a buscar evidencia objetiva adicional en apoyo del anillo del espía, que no apareció. PRUEBA DE REALIDAD Y EXPERIMENTOS CONDUCTUALES Probablemente la mejor manera de evaluar las creencias sea ponerlas a prueba en la realidad mediante algún tipo de acción; el cambio conductual puede ser la mejor manera de producir un cambio cognitivo. En ocasiones los pacientes hacen esto de manera natural, aunque la tendencia a la interpretación sesgada y la protección de hipótesis puede llevarlos a conclusiones erróneas. Los pacientes pueden aprender a identificar creencias específicas y a generar predicciones rivales que pueden poner a prueba. La incapacidad de hacer esto en la vida real usualmente conduce a patrones de evitación que pueden ser revertidos para cuestionar las creencias que respaldan. Mejorar las estrategias de afrontamiento Los métodos de afrontamiento se desarrollan a lo largo del tiempo y varían en su complejidad, van de intentos sencillos y directos de controlar los procesos cognitivos, como la atención, a métodos más complejos y autodirigidos que modifican el contenido cognitivo y la inferencia. Con frecuencia se desarrollan combinaciones de diferentes estrategias de afrontamiento, por ejemplo, el uso de las técnicas de cambio de atención y de desactivación permite atenuar la fuerza de un delirio, de modo que pueda ponerse en práctica la prueba de realidad. Sin esos métodos de afrontamiento inicial el paciente podría no ser capaz de someterse a la prueba de realidad. Las estrategias de afrontamiento inicial también pueden usarse para cuestionar la fuerza del delirio de la omnipotencia de las voces y permitir el incremento de la autoeficacia. El terapeuta puede hacer preguntas como, “Usted utilizó con eficacia los métodos de cambio de atención para afrontar sus voces, 516clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. ¿qué le dice eso acerca de que ellas tienen todo el control y usted está indefenso?” El paciente puede hacer afirmaciones que indiquen que las voces demostraron ser falibles y que él tiene cierto control sobre la situación, lo que puede usarse luego como autoverbalización o como diálogo interno modificado para mejorar aún más la autoeficacia y el afrontamiento. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Modificación de la conducta o la cognición Los cambios en la conducta y la cognición se complementan entre sí y ninguno es necesariamente mejor que el otro. Los cambios en la conducta deben usarse siempre para examinar y potencialmente cuestionar los pensamientos o creencias inadaptadas o como experiencias de aprendizaje. De igual modo, los cambios en la cognición deben usarse como oportunidades para modificar la conducta y establecer nuevos comportamientos. El terapeuta siempre debe buscar oportunidades de instigar a los pacientes para que revaloren sus creencias. Esto puede llevarse a cabo como parte de experimentos conductuales formales, cambios que ocurren naturalmente y reflexiones frecuentes de lo que se ha logrado en el tratamiento. En la evaluación y durante la formulación el terapeuta deber estar siempre alerta a las conductas de evitación o de seguridad de los pacientes o a los momentos en que estos no se comportan de una forma que pudiera refutar sus temores, delirios o cogniciones inadaptadas. Lo anterior puede usarse muy al inicio del tratamiento como experimentos conductuales para poner a prueba las creencias de los pacientes o para ofrecer oportunidades de rápida mejoría para cuestionar creencias pesimistas y desesperanzadas como “Nada vale la pena si no puedo cambiar” o “No tengo control de mi vida o mis circunstancias”. La creencia de falta de control se presenta a menudo y puede refutarse con muchos cambios conductuales pequeños que pueden repetirse y a los que puede hacerse referencia frecuentemente. Por último, con frecuencia es útil obtener al inicio del tratamiento algunos cambios conductuales, aunque pequeños, e incrementar la actividad que puede tener varios beneficios asociados y ofrecer la oportunidad de revaloración. Modificación del contenido cognitivo o los procesos cognitivos Los terapeutas con frecuencia deben elegir entre tratar de modificar el contenido de alucinaciones y delirios o los procesos de atención que esos fenómenos han capturado. Por lo general la terapia cognitiva se enfoca en el contenido de la cognición; en el modelo de intervención para el afrontamiento la modificación se extiende a los procesos cognitivos no sólo porque eso aumenta la flexibilidad clínica, sino también por la presencia habitual de déficit en la regulación de la atención y la función ejecutiva en los trastornos psicóticos. En la práctica, esas tácticas pueden operar juntas. Por ejemplo, la modificación inicial de los procesos de atención por medio del cambio de atención puede disminuir el impacto emocional de la experiencia. Es posible obtener un efecto similar si en lugar de atender a lo que dice la voz se atienden las características físicas de la alucinación. Esto no sólo abre una brecha para cuestionar la verdad del contenido de la voz o el pensamiento delirante, sino que también ofrece una sensación de control sobre esas experiencias. Por ejemplo, tome el caso de un joven que experimenta voces que lo acusan de haber cometido un asesinato y que además le dicen que es ruso. Al inicio se le puede enseñar a desviar la atención de las voces de manera sistemática para disminuir su impacto emocional. Con esta técnica es posible debilitar la fuerza emocional de la experiencia a fin de obtener una sensación de control y cuestionar la creencia de que las voces son todopoderosas. Al aumentar su autoeficacia y su sentido de poder, el paciente puede cuestionar luego el contenido de las voces que lo acusan de asesinato analizando la evidencia objetiva de que se cometió un crimen. También puede usar la falsedad de las voces que le dicen que es ruso para cuestionar la veracidad de la acusación de asesinato, si las voces erraron acerca de un tema, pueden estar equivocadas en relación con el otro. La modificación de los procesos y contenidos cognitivos ofrece al terapeuta dos rutas básicas para la intervención y la flexibilidad para pasar de una táctica a la otra. ESTUDIO DE CASO El siguiente caso ofrece alguna indicación de cómo funciona la terapia cognitivo-conductual para la psicosis. Historia Jim, un hombre de 28 años, desarrolló una enfermedad psicótica cuando tenía 22. Durante su primer episodio Jim se volvió cada vez más paranoide y acusaba a la gente, incluso a sus amigos, de robar su dinero. Decía que podía sentir que la gente le sacaba dinero y su cartera del bolsillo mientras socializaba en el bar local y cuando viajaba en autobús. Durante algunos meses había experimentado una sensación de que “algo estaba mal” y luego empezó a escuchar voces que le advertían que la gente estaba en su contra y que maquinaban para “causarle daño”. Las voces le hablaban y no sólo le advertían de las “maquinaciones” sino que también le informaban quién estaba involucrado para que estuviera en guardia. Las voces insistían particularmente en otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 517 Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. que las personas más cercanas a Jim eran quienes más estaban en su contra y los “peores maquinadores”, también le dijeron que su novia era infiel y experimentó “visiones” enviadas por las voces en que su novia tenía sexo con otros hombres. Aunque en realidad no creyó que su novia fuese infiel las acusaciones hechas por las voces lo hicieron enojar mucho. En algunas ocasiones Jim perdió el control y confrontó a algunos amigos por tener una aventura con su novia, aunque por lo regular aceptaba sus negativas. Jim también escuchaba voces que hablaban de él. Esas otras voces solían “conspirar” y hacer comentarios insultantes y acusatorios. En ocasiones se burlaban de Jim por el engaño de la novia y hacían comentarios sobre su deficiencia sexual, a lo que atribuían la infidelidad. Sus amigos y familiares advirtieron que empezó a alejarse y que era cada vez más desaliñado. A menudo cuchicheaba o hacía comentarios sarcásticos a los miembros de su familia acerca de cómo “se enriquecían a costa de mi esfuerzo”. Las voces también le dijeron que “buscara las señales de que las maquinaciones estaban llegando a un punto crítico”. Jim empezó a hacer anotaciones de los hechos cotidianos, como la hora en que ciertos autobuses pasaban cerca de su casa y el tipo de publicidad que llevaban en sus costados. Sus padres, quienes encontraban esos escritos por toda la casa con varios pasajes subrayados, se sentían cada vez más preocupados por esta situación y por el excesivo consumo de alcohol de su hijo. Los amigos empezaron a evitarlo y Jim estaba cada vez más aislado; rompió con su novia, quien ya no pudo soportar sus acusaciones de infidelidad. En el verano la situación se deterioró con mucha rapidez y una tarde Jim fue detenido y hospitalizado de acuerdo con la Ley de Salud Mental. Había acudido temprano al bar local, donde estaban algunos de sus amigos, sin embargo, se mantuvo alejado de ellos y se dedicó a beber solo en una esquina. De repente se levantó de su asiento y empezó a gritar a sus amigos y a acusarlos de robar su dinero, de socavar su confianza y de divulgar rumores en su contra. Tomó algunas monedas de sus bolsillos y las lanzó a sus amigos; ellos intentaron ignorarlo, pero Jim se mostró cada vez más agitado y agresivo y al final atacó físicamente a uno de ellos. Varias personas se involucraron y cuando se desató la pelea la situación se volvió más caótica. Se llamó a la policía y Jim fue arrestado; como había sufrido lesiones menores fue llevado a la sala de emergencias del hospital local y de ahí fue canalizado al pabellón psiquiátrico. Jim pasó alrededor de cinco semanas en el hospital, tiempo en que fue tratado con medicamentos antipsicóticos. Su plan de atención incluía consejo y su familia recibió psicoeducación en que se les proporcio- nó información sobre el diagnóstico de esquizofrenia y consejo general de cómo manejarlo en casa. Los síntomas de Jim remitieron durante la estancia en el hospital y fue dado de alta con citas frecuentes en el área de consulta externa con su psiquiatra y tratamiento en casa con el equipo de participación asertiva. En el curso de los años intermedios Jim tuvo otras cinco recaídas en las cuales se presentaba un patrón similar. Se volvía paranoide, escuchaba voces y se aislaba, y le resultaba cada vez más difícil cuidar de sí mismo. Cada recaída era seguida de una hospitalización breve en que se aumentaban los medicamentos. No obstante, a pesar del aumento en la medicación y de los cambios en los antipsicóticos atípicos, se hizo común la presencia de síntomas residuales después de un episodio. Jim siguió experimentando alucinaciones auditivas, delirios paranoides y delirios de referencia. Debido a su paranoia evitaba salir o hacer contacto con la gente. Fue capaz de iniciar y mantener una relación, aunque las voces siguieron enviándole “visiones” y a cuestionar la fidelidad de su novia. Jim fue canalizado a terapia cognitivo-conductual para tratar sus síntomas positivos persistentes como parte de una aproximación multidisciplinaria para su cuidado y para fomentar su recuperación. Situación actual Jim vive ahora en su propio apartamento, tiene buenas relaciones con sus padres, quienes viven muy cerca y a los que ve cada pocas semanas. Está desempleado y recibe apoyos por discapacidad; asiste dos o tres días a la semana a un centro de atención diurna para personas con problemas de salud mental. Asistió a una universidad local a estudiar informática, aunque recientemente abandonó la escuela porque el contacto social le resultó demasiado estresante. Tiene una novia estable, Sue, a la que ve con regularidad. Perdió contacto con los amigos que tenía antes de que enfermara, y aunque los ve de manera ocasional, los rehúye y evita los lugares a los que cree que pueden ir. Recibe medicamentos antipsicóticos y cada mes asiste a citas de atención ambulatoria con un psiquiatra, además de recibir cada semana en su domicilio la visita de una enfermera psiquiátrica comunitaria que le brinda consejo y apoyo, y supervisa su estado mental. Estado mental del paciente referido Jim experimentaba alucinaciones auditivas en la forma de diversas voces que le hablaban y que decían cosas sobre él. Las describía como voces “serviciales” y voces “malignas”. Las voces “serviciales” le advertían de las “maquinaciones” de otros y de las situaciones y mo- 518clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. mentos peligrosos en que se encontraba bajo amenaza. Le aconsejaban que evitara a “personas corruptas” que podrían atacarlo o agredirlo. Jim pensaba que sus advertencias eran muy útiles y estaba convencido de que actuar en consecuencia lo mantenía a salvo del daño. Las voces “malignas” por lo general hablaban de él, decían que era “estúpido, inútil y que no era bueno”, que “no daba el ancho sexualmente” y otras afirmaciones personalmente difamatorias. Había voces que le decían que su novia era infiel y que lo engañaba. No estaba seguro de si esas voces eran “serviciales” o “malignas”. Las voces también le enviaban imágenes en que Sue le era infiel y al mismo tiempo le decían que era estúpido y sexualmente inútil. Aunque Jim dijo que no creía que Sue fuera infiel, las voces eran cada vez más intensas y persuasivas, y él no podía resistirse a contestarles. Sue pudo convencerlo de que sus temores no tenían fundamento. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Compromiso Al inicio Jim se resistía a establecer contacto con los clínicos (en este caso, había sido canalizado a un psicólogo clínico para recibir terapia cognitivo-conductual). En el momento de la canalización se encontraba bastante paranoide y cuando fue visitado en su casa para la primera cita después de que no asistió a la clínica, se negó a abrir la puerta. (En el Reino Unido es común que los profesionales de la salud mental hagan visitas domiciliarias). A esto le siguió una breve conversación a través del buzón que terminó con la afirmación del clínico de que regresaría en un momento más conveniente. Otras dos visitas se encontraron con la negativa de Jim a abrir la puerta. La estrategia consistió en hacer contacto para tranquilizar a Jim asegurándole que sus puntos de vista eran perfectamente válidos y que se haría otra visita en un momento posterior para ver cómo se sentía al respecto. En situaciones en que el compromiso inicial es problemático, la mejor estrategia es “aprovechar la resistencia”, tratar de apaciguar la situación y reducir cualquier agitación, mantener el contacto y regresar en otro momento. La siguiente ocasión Jim estaba más relajado y permitió que el clínico entrara en su departamento. Dada la paranoia del paciente, en este punto era importante que el clínico iniciara una interacción y relación positiva, y que no presentara el tema de los síntomas o el tratamiento psicológico hasta que se sintiera absolutamente cómodo con él. De modo que, en el caso de Jim, las dos primeras sesiones fueron breves y se refirieron a su bienestar general y a temas de su interés. La intención principal del clínico era mantener el compromiso de Jim y dar inicio a una relación terapéutica. No siempre sucede que no sea posible iniciar con más rapidez la evaluación y el tratamiento, pero es esencial mantener el compromiso. La cuarta sesión fue más larga y el clínico planteó la posibilidad de un tratamiento psicológico. Esto requirió la discusión de los síntomas de Jim a lo largo de las siguientes líneas: “Entiendo que ha estado escuchando voces cuando no hay nadie presente. ¿Qué hace usted con eso? ¿Tiene idea de qué son esas voces? ¿Las voces son difíciles para usted? ¿Le gustaría intentar hacer algo acerca de esas voces? Esas preguntas no sólo plantean el tema de la experiencia psicótica y la sugerencia de tratamiento, sino que también intentan obtener una idea de lo que cree el paciente acerca de las voces y de si las percibe como reales o no. El clínico también puede hacer preguntas acerca de los delirios paranoides: “¿Es verdad que está teniendo dificultades con la gente?” “¿Siente que algunas personas están en su contra? ¿Qué hace con esos pensamientos y sentimientos? ¿Por qué cree que están ocurriendo? “¿Son difíciles para usted?” “¿Le gustaría intentar y hacer algo acerca de esos pensamientos y preocupaciones?” El clínico intenta evaluar con rapidez la fuerza de los delirios y la disposición de Jim a considerar el tratamiento. A Jim no le entusiasmaba el tratamiento. Pensaba que tanto sus temores como sus voces eran reales y que en su caso no era apropiado el tratamiento psicológico. Esta reacción se encuentra a menudo en pacientes con síntomas psicóticos residuales y persistentes. Deben considerarse varios puntos importantes: • • • ¿Qué es necesario hacer para mantener el compromiso? ¿Cómo puede identificarse y llegarse a un acuerdo mutuo sobre un problema clínicamente relevante? ¿Cómo puede enmarcarse el tratamiento de modo que el paciente considere que le permite alcanzar un beneficio positivo y deseado? Primero, es importante validar la experiencia, pero no es necesario estar de acuerdo en la causa. Por ejemplo, en este caso fue muy importante aceptar que Jim escuchaba voces y creía que algunas personas estaban en su contra. Esto puede hacerse sin aceptar que las voces provienen de una entidad real o que la gente en realidad está en su contra. Eso permite separar la creencia de Jim acerca de lo que le sucede de la experiencia; es decir, que Jim tenga una creencia no equivale a que sea cierta. De igual modo, que Jim escuche voces no es lo mismo que creer que las voces existen como entidad real e independiente. Aunque no sea po- otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 519 Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. sible coincidir con esos puntos en esta ocasión, el clínico debe regresar a esos temas. Por el momento, el compromiso es más importante. A continuación, suele ser útil investigar las consecuencias de la experiencia. Algunas de las voces causan angustia y las ideas paranoides de Jim le provocan temor, lo que hace más probable que esté dispuesto a abordar dichos problemas. Eso puede plantearse de la siguiente forma: “Usted me ha dicho que las voces en ocasiones lo hacen sentir muy molesto. Tal vez yo pueda ayudarlo con ese malestar ¿le gustaría trabajar en eso? “Los pensamientos de que algunas personas están en su contra y quieren dañarlo lo hacen sentir muy asustado. ¿Cree que el temor sea algo en lo que podamos trabajar juntos, de modo que se sienta menos asustado? Quizá si siente menos miedo pueda lidiar mejor con la gente. ¿Cree que eso le ayudaría? En los casos en que los pacientes están muy confundidos o carecen de consciencia sobre sus síntomas, tratar de convencerlos de eliminar sus síntomas y las experiencias que creen que son reales puede ser contraproducente y poner en riesgo el compromiso. Sin embargo, tratar de disminuir la angustia puede ser una alternativa viable para una meta colaborativa. El modelo también asume que la disminución de las reacciones emocionales puede debilitar los síntomas. Sin embargo, Jim tampoco se mostró entusiasta acerca de esta meta del tratamiento. Opinaba que su temor sobre la gente era una reacción razonable dado que había personas que querían dañarlo y esta emoción lo mantenía alerta y vigilante ante la amenaza y el peligro. Creía que dicha vigilancia en realidad lo mantenía a salvo del daño, por lo que tenía poca motivación para cambiar y ponerse en medio del peligro. Para proteger el compromiso es importante no cuestionar al paciente ni discutir con él, y menos aún en esta etapa inicial en que no está convencido de que pueda obtener algún beneficio del tratamiento. La siguiente estrategia usada por el clínico para obtener el compromiso de Jim fue preguntarle por sus metas de vida. CLÍNICO: Jim, ¿qué tipo de metas tiene? ¿Existe algo que le gustaría lograr personalmente? ¿Hay algo que le gustaría hacer y que no ha podido conseguir por alguna razón? JIM: Sí, muchas cosas. Me gustaría obtener un empleo bien pagado. Me gustaría regresar a la universidad. Eso me ayudaría a conseguir un buen trabajo. CLÍNICO: Asistir a la universidad le ayudaría a conseguir un buen empleo. Esa es muy buena idea. ¿Le gustaría regresar a la universidad? JIM: Sí, pero cuando iba antes tuve problemas. CLÍNICO: ¿Qué tipo de problemas eran? JIM: Bueno, tenía miedo de las personas que encontraba ahí. Pensaba que algunas de ellas eran siniestras, sórdidas, mezquinas. Las voces me dicen que no vaya. Tengo que hacer lo que me dicen las voces. CLÍNICO: Entonces una de sus metas importantes es regresar a la universidad para poder conseguir un buen trabajo, pero su temor a la gente y las voces le impiden ir a la universidad y lograr sus metas, ¿es correcto? JIM: Sí, supongo que es correcto. Jim pudo percatarse así que su psicosis obstaculizaba la obtención de sus metas importantes, lo que permitió que él y el clínico se pusieran de acuerdo en un problema que debía ser abordado. De este modo Jim pudo ver un beneficio de recibir tratamiento. Además de mantener el compromiso, el clínico se enteró de muchas cosas acerca de Jim y sus problemas. Las voces advierten a Jim de ciertas situaciones y él las escucha e inicia la acción de evasión, de modo que ha desarrollado una serie de conductas de seguridad que lo protegen del daño percibido. Aunque no se están aprovechando las oportunidades de probar o refutar esas cogniciones de amenaza abandonando las conductas de seguridad, existen situaciones que se prestan a la prueba de realidad. Jim experimenta alucinaciones de comando (voces que le dan una orden específica) a las que responde. La probabilidad de que Jim piense que las voces son poderosas y que su control sobre ellas es escaso o nulo ofrece una oportunidad de refutar en el futuro esas atribuciones. Jim experimenta algunos sentimientos de disonancia ya que ahora está consciente de que las metas que valora son impedidas. Formulación del caso El tratamiento se deriva naturalmente de una evaluación precisa de los problemas del paciente y es importante establecer los detalles de los antecedentes y consecuencias de los síntomas psicóticos (para una discusión de la formulación general del caso, consulte el trabajo de Tarrier y Calam, 2002). En este caso, Jim presenta muchos síntomas psicóticos y probablemente sea mejor enfrentarlos por etapas. Delirios paranoides Jim tiene delirios paranoides que ocurren en diversas situaciones. Cuando está solo en su departamento le preocupa que sus antiguos amigos y su familia hayan robado todo su dinero y estén maquinando en su contra, lo que es reforzado por las voces que le dicen que 520clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. necesita estar en guardia. También se vuelve muy paranoide cuando sale. Por ejemplo, en la calle busca indicios de sus antiguos amigos entre la multitud, de modo que pueda escapar si los ve o si ve a “personas aterradoras” que puedan atacarlo. En el centro diurno se muestra tan paranoide como cuando asistía a la universidad. Las voces le dicen que la situación es arriesgada, que hay personas peligrosas y que debe tener cuidado. Jim conoce las voces que le advierten del peligro y cuando se presentan las escucha y les presta atención. Entre más tiempo pase en el centro diurno, más agitado se muestra, por lo que suele regresar a casa después de un tiempo breve, eso lo convence de que las voces lo ayudaron a mantenerse a salvo. Jim también se pregunta por qué lo ayudan las voces y concluye que debe ser porque en cierto sentido es especial. Esto lo confunde por lo desagradables y ofensivas que son con él las voces “malignas”, pero concluye que, dado que es especial, las voces “malignas” lo ponen a prueba para ver si merece su ayuda. Sólo la gente especial puede ser puesta a prueba y ayudada. Al pensar así Jim resolvió la disonancia planteada por el hecho de experimentar voces “serviciales” y “malignas”. El clínico y Jim deciden en conjunto enfocarse en las dificultades que experimenta en el centro diurno: CLÍNICO: Muy bien Jim, me gustaría que me explicara en detalle lo que sucede en el centro diurno. Le pido esto porque, si recuerda, no pudo alcanzar su meta de asistir a la universidad por sus sospechas de las personas que encontraba ahí. Bien, la situación en el centro diurno es muy parecida a lo que ocurría en la universidad, por lo que, si examinamos la situación en el centro diurno podemos encontrar la manera de que pueda afrontar el regreso a la universidad. ¿Le parece bien? JIM: Muy bien. Bueno, una de las cosas que suceden es que sé que las voces saben que soy vulnerable porque saben en qué momento me encuentro así, que es cuando me atacan, pero también quieren ayudarme, por lo que me advierten de la gente siniestra que hay por ahí. CLÍNICO: ¿Cómo saben las voces que es vulnerable? JIM: Lo saben porque saben cómo me siento. CLÍNICO: ¿Cómo se siente cuando es vulnerable? JIM: Tembloroso y con el alma en vilo. CLÍNICO: ¿Es cómo una sensación de ansiedad o estrés? JIM: Sí, más o menos así. Parece que Jim se pone ansioso cuando anticipa la visita al centro diurno. Parecen haber varias razones para ello, como ansiedad anticipatoria y situacional, ansiedad social, miedo a ser atacado o niveles elevados de activación general. Una hipótesis es que Jim se percata de esta sensación de ansiedad y la atribuye erróneamente a que es “vulnerable” a las voces. Esto se debe a que su ansiedad se asocia con una mayor probabilidad de experimentar alucinaciones auditivas, pero Jim atribuye significado a esta asociación. Las voces son imbuidas con atributos de poder y propósito. CLÍNICO: Muy bien Jim, entonces usted se siente ansioso y vulnerable. ¿Qué sucede luego? JIM: Bueno, por lo general empiezo a escuchar las voces. Pueden decir muchas cosas, pero me advertirán del peligro. Sé que las voces me atacarán, pero las escucho porque quiero mantenerme a salvo y ellas me advertirán. Aquí Jim no sólo está indicando la presencia de las voces en esta situación, sino también que concentra su atención en escucharlas, lo que podría evidenciar una disminución en el umbral para detectarlas. Esto sugiere que reorientar la atención puede ser un método muy útil para manejar esta situación. El clínico no sugiere este método en esta etapa, pero puede recurrir a él más tarde. CLÍNICO: ¿Qué sucede cuando le hacen advertencias? JIM: Las voces ven que alguien es peligroso y dicen “¿Lo ves? Va a agarrarte, te va a atacar. Es mejor que salgas de aquí” Cuando dicen eso, puedo ver que el tipo parece violento y que quiere atraparme, por lo que salgo de ahí tan rápido como puedo. CLÍNICO: ¿Qué sucede luego? JIM: Salgo de ahí y me siento muy aliviado por haber podido escapar. Me siento muy afortunado de que tener las voces que me mantienen a salvo. De otra manera recibiría una paliza, me encontraría en un problema terrible. Entre más lo pienso, más afortunado y especial me siento. Me mantienen a salvo. Parece que Jim atribuye a sus voces significado personal y poder para mantenerlo a salvo. De hecho, desarrolló un tipo de conducta de seguridad que disminuye su ansiedad y lo ayuda a escapar de una consecuencia a la que teme. Su conducta de evitación también refuerza su sensación de ser especial. Esto establece un ciclo de conducta útil que el clínico puede utilizar para ayudar a Jim a abandonar sus conductas de seguridad y refutar sus predicciones catastróficas de que será atacado. Para ello, es útil obtener un poco más de detalle. CLÍNICO: Usted dijo que la mayor parte del tiempo las voces lo advierten sobre el peligro en el centro diurno. ¿Esto sucede siempre? otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 521 Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. JIM: No, no en todas las ocasiones. Siempre escucho con mucho cuidado para detectar las voces, pero no siempre están ahí. CLÍNICO: Entonces, ¿qué sucede cuando las voces no están ahí? JIM: En ocasiones me siento todavía vulnerable, pero sigo adelante. CLÍNICO: ¿Quiere decir que no se va, que permanece ahí? JIM: Sí, en ocasiones me aburro y regreso a casa, pero generalmente me quedo a conversar y tomar una taza de té. CLÍNICO: Dígame Jim, ¿las personas que encuentra ahí son las mismas, escuche o no las voces? JIM: Sí, prácticamente son las mismas personas todo el tiempo. CLÍNICO: Entonces en ocasiones las voces le dicen que alguien es peligroso y usted se va de inmediato y se siente aliviado por no haber sido atacado, y otras veces las voces no están ahí y se queda con las mismas personas, las que antes pensó que eran peligrosas, y nada sucede. ¿No significa eso que en ocasiones son peligrosas y otras veces no lo son? ¿No es curioso? JIM: Sí, supongo que sí. No había pensado en eso antes. Aquí el clínico busca incongruencias en situaciones que puedan usarse para refutar las creencias de Jim. El clínico destaca la incongruencia en la presencia lógica de la amenaza y retroalimenta a Jim preguntándole qué hace con eso. El clínico amplía el tema de la incongruencia de la ocurrencia de las voces. CLÍNICO: En ocasiones las voces no están ahí. ¿A qué se debe eso? JIM: No lo sé tampoco. Quizá tienen que buscar a alguien más ese día. Sí, eso debe ser. Debe haber otras personas especiales a las que buscar y ayudar. Que tengan tantas personas especiales a las cuales cuidar demuestra lo importante que son las voces. Significa que yo también soy realmente especial, una de las personas verdaderamente especiales. En este punto Jim parece estar confabulando y asimilando esta nueva información en su red de pensamientos delirantes. La nueva información se procesa de forma que proteja al sistema delirante en lugar de cuestionarlo. Esto es útil porque permite presentar y probar una explicación alternativa: que las voces ocurren cuando Jim les presta atención y se siente estresado y que es menos probable que ocurran si se encuentra más relajado y comprometido. El clínico necesita ahora motivar a Jim para que ponga a prueba algunas de sus creencias. Compara la situación del centro diurno con la universidad y la obtención de una meta importante para motivar a Jim a que intente hacer frente a la situación del centro diurno. Además, está probado que por lo general a Jim le gusta asistir, aunque su temor al ataque mantiene su ambivalencia. Otro factor motivacional es enseñarle a manejar su temor y a sentirse más relajado en la situación. Jim necesita disponer de un conjunto plausible de explicaciones alternativas de lo que le sucede, de modo que pueda procesar cualquier nueva información de una manera diferente que no refuerce sus delirios. En el pasado se le dijo que era paranoide porque su enfermedad mental involucraba un desequilibrio de sustancias bioquímicas en su cerebro. Esta explicación no le resulta particularmente atractiva porque no refleja su experiencia real ni su estigmatización. Jim necesita que se le presente un modelo alternativo de su experiencia que le permita entender mejor su tratamiento psicológico. El clínico podría sugerir que la paranoia es resultado de la comprensión o interpretación inadecuadas de las situaciones, y que si Jim se siente estresado y ansioso, como ocurre en el centro diurno, puede atribuir equivocadamente su estado físico a una “vulnerabilidad”. Es más probable que experimente las voces cuando se siente ansioso, pero eso no significa que las voces sepan que es vulnerable. El clínico también podría sugerirle que ignore las voces cuando le digan que está a punto de ser atacado y que siga con lo que estaba haciendo en el centro diurno. Como están presentes las mismas personas y no lo atacan cuando las voces están ausentes, es poco probable que lo hagan en presencia de las voces. Eso permitiría realizar un experimento conductual que ponga a prueba si las voces mantienen a salvo a Jim, lo que lo ayudaría a cuestionar su creencia de que las voces son veraces y útiles, además de saberlo todo y ser poderosas. Cuando Jim enfrentaba esas situaciones estaba muy consciente de que las voces podrían presentarse, por lo que desarrolló un foco de monitoreo interno que lo hacía sentir “vulnerable” y un escudriñamiento externo para escuchar las voces. Lo primero significa que era más probable que amplificara cualquier sensación interna, lo último significaba que era más probable que verbalizara lo que las voces solían decirle y también, paradójicamente, que enfocara su atención en su interior. Era muy probable que las voces fueran desencadenadas por este proceso de enfocarse en lo interno y escudriñamiento atencional, por lo que la intervención implicaba convencerlo de usar otras estrategias de 522clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. atención al enfrentar esas situaciones. Esas estrategias fueron ensayadas en las sesiones e instigadas con un diálogo interno apropiado. Jim también hizo una serie de atribuciones acerca de las voces. Creía que las voces lo advertían de la amenaza porque él “podría ser especial”, pensaba además que lo lograban por medio de telepatía y que él tenía poco control de este proceso. Jim se sentía afligido porque las voces solían ser desagradables y no podía entender por qué eran así si lo ayudaban a evitar el peligro. Pero concluyó que tenían que “ponerlo a prueba” porque era especial, lo que a su vez confirmó su creencia de que era especial. Por supuesto, buena parte de esta explicación había sido elaborada sobre la premisa incorrecta de que las voces en realidad lo advertían de un peligro auténtico, lo que podía ser cuestionado. Una explicación alternativa de su experiencia podría basarse en una normalización de esta experiencia: todos tenemos en ocasiones pensamientos autorreferentes o estrambóticos y en su caso, Jim los percibía como voces externas en lugar de identificarlos como meros pensamientos que eran parte de sí mismo. Jim encontró plausible esta explicación, aunque no la aceptaba del todo. Aunque eso no es inusual, sembró en su mente la semilla de la duda y podía hacerse referencia a ella constantemente para debilitar aún más sus explicaciones delirantes. En el caso de Jim surgieron dos dificultades, él no tenía una explicación alternativa para las voces diferente a que representaban a algunas entidades o seres poderosos, aunque imprecisos y mal definidos (delirios), o que eran la manifestación de un desequilibrio bioquímico en su cerebro (enfermedad). El clínico le sugirió que sus voces podrían ser sus propios pensamientos o una fuga de la memoria a la consciencia que no identificaba como parte de sí mismo. Ésta era la razón por la que las voces reflejaban con frecuencia sus temores o preocupaciones, o bien algunos aspectos de su pasado. Las voces lo advertían cuando estaba en peligro; él creía que lo ayudaban y lo protegían en esas situaciones. Por ejemplo, en una ocasión en que caminaba por la acera, las voces le dijeron que un hombre que venía en dirección contraria lo iba a atacar; Jim cruzó la calle para evitarlo y creyó que al hacerlo había evitado el ataque. Luego advirtió que el hombre parecía “sospechoso”, lo que confirmó aún más su creencia de que las voces lo habían salvado del peligro. Éste es un ejemplo del ciclo experiencia-creencia-acción-confirmación al que se hizo referencia previamente: • • Experiencia: las voces le dicen que se aproxima una persona sospechosa Creencia: está en peligro inminente • • Acción: cruza la calle Confirmación: evitó ser atacado Esto puede usarse como otro ejemplo terapéutico: CLÍNICO: Usted me dijo que cuando el hombre se le acercó en la calle lo estaba mirando y que las voces le dijeron que estaba en peligro. ¿Qué sucedió luego? JIM: Bueno, yo sabía que iba por mí, de modo que crucé la calle y me alejé. CLÍNICO: Cuando cruzó la calle ¿el hombre lo miró, lo siguió o le dijo algo? JIM: No, no lo creo. CLÍNICO: ¿No le parece raro si había salido para atacarlo? JIM: Sí, supongo que sí. No lo había pensado antes. Estaba muy contento de alejarme. CLÍNICO: Dígame Jim, ¿hacia dónde mira usted cuando camina por la calle? JIM: Bueno, hacia donde me dirijo, por supuesto. ¡Qué pregunta tan boba! CLÍNICO: Bueno, así parece, pero piense hacia donde se dirigía el hombre cuando pensó que lo veía para atacarlo. JIM: Bueno, él caminaba hacia mí, y estaba mirando en esa dirección. El clínico continúa su interrogatorio de modo que Jim regrese una y otra vez a la conclusión de que el hombre lo miraba porque estaba en su línea de visión, nada más. No había evidencia de que intentara atacarlo, y una vez que Jim salió de su línea de visión el hombre dejó de prestarle atención. Pueden planearse experimentos para enfatizar aún más este punto. En ocasiones, las acciones de Jim podrían atraer la atención hacia él, lo que haría que la gente lo mirara (la profecía autorrealizada). Una vez más, esto puede someterse a una línea similar de cuestionamiento y ponerse a prueba. Puede adoptarse un enfoque similar con otros ejemplos de la conducta paranoide de Jim y con su comportamiento con amigos y familia. El clínico siempre regresa a los ejemplos anteriores de cambio exitoso de creencia y conducta y le pregunta a Jim cómo se siente al respecto y si puede identificar algunos factores comunes entre los éxitos anteriores y los problemas actuales. “Visiones” enviadas por las voces Jim estaba muy molesto por las “visiones” que experimentaba en que su novia tenía sexo con otras personas. Pensaba que las voces le enviaban las visiones, también por un proceso de telepatía. Aunque no creía que su novia fuera infiel, se sentía muy molesto y enojado otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 523 Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. cuando las voces se lo decían. Trató de apartar las imágenes de su mente, pero cuando esta estrategia falló se convenció aún más de que las imágenes le eran enviadas por telepatía. Entre más enojado y molesto se sentía, más difícil le resultaba resistir la creencia y considerar la experiencia de las visiones como evidencia colateral. Una explicación alternativa era que las visiones eran imágenes mentales que se habían vuelto muy vívidas y que ocurrían en respuesta a sus pensamientos catastróficos acerca de la infidelidad de su novia y que persistían porque Jim trataba de suprimirlas. Las voces eran sus propios pensamientos que cuestionaban la fidelidad de su novia porque sus rumiaciones constantes sobre el tema lo habían vuelto inseguro acerca de su relación. Esta explicación alternativa, junto con una revisión de la evidencia objetiva concerniente a la seguridad de relación, debilitó considerablemente las creencias delirantes de Jim acerca de infidelidad, telepatía y la realidad de las voces. El clínico introdujo ejercicios de supresión de pensamiento para demostrar el efecto de rebote de los intentos de Jim para sacar las imágenes de su mente. La exposición a las “visiones” también fue útil en este caso (aunque tal vez no lo sea en todos los casos), lo que demostró que las imágenes que controlaban su atención se desvanecían con el tiempo, junto con la incomodidad que causaban, lo que fue una evidencia adicional de que se trataba de un fenómeno interno y no de telepatía externa. También se enseñó a Jim a identificar el inicio de las voces y a cambiar su atención a estímulos alternativos como una forma de disminuir su impacto y demostrar que era más probable que esas experiencias fueran generadas internamente en lugar de provenir de una entidad externa. El clínico comparó esas experiencias con los trastornos de ansiedad en que las creencias e imágenes catastróficas alimentan las creencias irracionales y amenazantes, señalando que la imaginería vívida de lo “que podría ocurrir” o de una “catástrofe” imaginada produce una cascada repentina de emociones intensas. Esas experiencias luego son reetiquetadas no como situaciones reales sino como circunstancias desagradables aunque altamente improbables. Cualquier disminución en la fuerza de una creencia delirante se utilizó también para cuestionar las creencias generales de Jim acerca de control, amenaza y veracidad. graves y todo lo que éstas conllevan, como sufrir el estigma de una enfermedad mental e incluso el acoso y la exclusión, los efectos del rechazo social y ambientes interpersonales negativos, así como la sensación proyectada de devaluación e inutilidad. Los pacientes con depresión e ideación suicida pueden ver incrementados sus sentimientos de baja autoestima debido a su estado de ánimo depresivo. Además, un proceso de atribución puede hacerlos pensar que, si sienten que desean quitarse la vida, seguramente no valen nada y merecen morir. En la figura 12-3 se representan los factores con el potencial de impactar y mantener los esquemas personales negativos. Como puede verse estos factores son fuertes, múltiples e implacables. Padecer una enfermedad mental grave tiene como consecuencia la formación de esos esquemas personales negativos que luego sesgan la forma en que se asimila la información, por lo que esos esquemas negativos se mantienen y se fortalecen en lugar de ser cuestionados y modificados. Los sentimientos de baja autoestima pueden inhibir el uso eficaz de las estrategias de afrontamiento y aumentar el riesgo de depresión y de conducta autolesiva. Mejorar la autoestima del paciente El propósito de este conjunto de técnicas es producir la generalización de los atributos positivos, cuestionar los esquemas personales negativos, mejorar la autoestima general y provocar reacciones emocionales positivas. Este método puede llevarse a cabo en dos etapas. La primera etapa genera cogniciones positivas acerca del sí mismo y la segunda da lugar a una respuesta emocional positiva. Una alternativa es combinar ambas etapas de modo que los procesos de respuesta cognitiva y emocional ocurran juntos. Por comodidad se describe de la siguiente manera el procedimiento para el proceso de dos etapas: Etapa 1: Respuesta cognitiva • • BAJA AUTOESTIMA: UN PROBLEMA COMÚN Los pacientes con esquizofrenia suelen tener una mala percepción de sí mismos y baja autoestima. Puede suponerse que esos conceptos globales se manifiestan en términos de un esquema personal negativo. Se plantea que esto es consecuencia de enfermedades mentales • Pedir al paciente que mencione 10 cualidades positivas sobre sí mismo (la cantidad puede variar dependiendo de las capacidades del paciente; es importante que el paciente no falle en la generación del número requerido). Una vez que el paciente ha producido una lista de esas cualidades, pedirle que califique qué tanto cree en la realidad de cada una de ellas en una escala de 0 a 100 puntos (donde 0 = Nada en absoluto y 100 = Por completo). Pedir al paciente que presente ejemplos específicos que sean evidencia de cada cualidad; facilitar específicamente acciones recientes que puedan ligarse al tiempo, como “la semana pasada”; usar el 524clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. • • • conocimiento que se tenga del paciente para hacerle recordar ejemplos. Promover y registrar tantos ejemplos como sea posible. Pedir al paciente que repase la lista de ejemplos presentados para cada cualidad (lo que puede hacer por medio de la descripción verbal y la imaginería mental del suceso) y que califique de nuevo su creencia de que posee dicha cualidad. (Por lo general la calificación de la creencia cambia para mostrar un incremento; debe enfatizarse al paciente que su creencia puede cambiar dependiendo de la evidencia en la que enfoca su atención). Se asigna al paciente la tarea de supervisar su conducta durante la semana siguiente y registrar evidencia específica que apoye la opinión de que posee esas cualidades. El propósito es producir generalización y aprendizaje de la experiencia de una serie de atributos positivos. En la siguiente sesión, se proporciona retroalimentación sobre los ejemplos y se da lugar a otros. Se pide de nuevo al paciente que vuelva a calificar su creencia de que en realidad posee esas cualidades, y se señala cualquier cambio en esas creencias. Se pide al paciente que reflexione sobre el efecto que tiene en lo que cree sobre sí mismo y sus cualidades, provocar y enfocarse en conductas y evidencias específicas y la forma en que eso podría afectar la opinión general que tiene de sí mismo. Eso refuerza todos los atributos positivos y el proceso por el cual el paciente llega a una opinión más positiva de sí mismo. Mantener el procedimiento. Hay que enfatizar continuamente que las creencias del paciente sobre sí mismo varían dependiendo de en qué concentra su atención, y que la autoestima puede ser afectada considerablemente por la creencia y que es susceptible a cambio. • • El caso de “Dave” ilustra la forma de llevar a la práctica este procedimiento. Dave logró aprender a afrontar sus síntomas, que al disminuir considerablemente permitieron una mejoría significativa en su nivel de funcionamiento. Dave expuso una serie de atributos que pensaba que podía tener: “servicial”, creencia a la que asignó una calificación de 60 sobre 100; “amistoso”, creencia a la que asignó una calificación de 50; y “buen Información entrante Esquema incongruente Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. Esquema congruente Asimilación Reacción social Estigma Esquema negativo Visión negativa de sí mismo Visión negativa del futuro personal Visión negativa de las circunstancias Caer en la trampa y no tener estrategia de salida Bajo valor social Conductas autolesivas Ideas suicidas Desesperanza Ambiente social y familiar crítico y hostil Afecto Depresión Trauma Figura 12-3. Mantenimiento de esquemas negativos. otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 525 Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. padre”, que calificó con 30. Luego se le pidió que sugiriera evidencia concreta y específica que apoyara todas esas creencias. Para “servicial” dijo que unos meses antes había prestado dinero a un amigo, que la semana previa había abierto la puerta para alguien y que esa semana había ayudado a su padre en el jardín. En esta ocasión asignó a esa creencia una calificación de 90. Para “amistoso,” Dave mencionó que conservaba a muchos amigos desde hacía 10 a 20 años; sus amigos lo buscaban con regularidad y disfrutaban de su compañía; se sentía cómodo hablando con personas en los bares o autobuses. Se llevaba bien con los amigos de sus padres. Dave pensaba que se llevaba bien con el terapeuta y le gustaba hablar con él, y que podía hablar sin dificultad o reserva con diferentes tipos de personas de antecedentes distintos. En esta ocasión asignó a esa creencia una calificación de 100. En el caso de ser un “buen padre”, Dave dijo que disfrutaba cuando hablaba con su hijo y su hija cada semana (se había divorciado de la madre, quien tenía la custodia). Se sentía molesto cuando no los veía. Le gustaba comprarles regalos. Se sentía feliz de que eligieran actividades en lugar de que hicieran las cosas por pura conveniencia, y esto en sí le brindaba placer. En esta ocasión asignó a esa creencia una calificación de 60. Sin embargo, en este punto introdujo algunas evaluaciones negativas. Sentía que no podía ser un buen padre porque no vivía con sus hijos y no se llevaba bien con la madre. Dijo que las cosas siempre eran más sencillas para los padres ausentes, quienes veían a sus hijos por cortos periodos y tendían a malcriarlos. En su opinión, eso no era una crianza responsable. En este punto resultó útil para el clínico revisar el modelo de cómo se mantienen opiniones negativas como esa (figura 12-3) para discutir la congruencia de esos pensamientos con los esquemas y para indicar que las afirmaciones eran “sobregeneralizaciones”, un proceso por el cual se maximizan los negativos y se minimizan los positivos. Además, aunque esos pensamientos y creencias temían un efecto depresivo sobre el estado de ánimo y mantenían las creencias negativas de Dave sobre sí mismo, además de que no reflejaban las circunstancias con exactitud. Para cuestionar las opiniones que Dave tenía de que era un mal padre, se realizaron varios ejercicios: se le pidió que definiera lo que es un “mal padre” en términos explícitos y que luego comparara objetivamente su conducta con esa definición. Se le pidió que comparara su conducta con la de otras personas en circunstancias similares. Por último, se le pidió que hiciera una valoración realista y objetiva de su desempeño y sus circunstancias. Mientras realizaba esos ejercicios, el clínico enfatizaba el potencial de un sesgo negativo en las autovaloraciones, junto con estrategias para afrontarlo en el futuro. Etapa 2: Respuesta afectiva También se le pidió a Dave que explicara por qué eran importantes esas cualidades y cuáles eran los beneficios potenciales de poseerlas. Durante este proceso el clínico utilizó el descubrimiento guiado y la imaginería para asegurar que las cualidades seleccionadas fuesen significativas e importantes para Dave. Se le pidió que generara ejemplos prácticos de cada cualidad y se hizo particular hincapié en que describiera conductas específicas asociadas con la calidad y contexto en que ocurrían. Se puso atención en las experiencias emocionales del paciente cuando exhibía esa cualidad, generando así el afecto positivo asociado con esa experiencia. Se le pidió que imaginara la reacción emocional positiva que podría experimentar la persona que interactuaba con él cuando exhibiera una cualidad positiva, y que imaginara de manera vívida la experiencia de la otra persona, que describiera cómo se sentiría y que intentara imitar esa experiencia. Se le pidió luego que describiera cómo se sintió cuando provocó la emoción positiva en la otra persona. Por ejemplo, en la demostración de generosidad al ayudar a un amigo, se empleó la imaginería guiada para pedirle que imaginara cómo se sintió ese amigo al recibir su ayuda. Se le solicitó que intensificara y sostuviera esta emoción positiva. Luego, por medio de un proceso similar, se le pidió que imaginara y describiera cómo se sintió cuando se dio cuenta de lo bien que se sintió su amigo al recibir su ayuda. Una vez más, se le pidió que intensificara y sostuviera esta emoción. Se realizó un proceso similar para todas las características positivas y los escenarios. PREVENCIÓN DE RECAÍDAS Es raro que ocurran recaídas sin avisos. Usualmente son precedidas por un periodo de síntomas prodrómicos que pueden durar días, aunque es más común que sea por semanas y, en algunos casos, meses; sin embargo, el pródromo promedio es de cuatro semanas (Birchwood, Macmills y Smith, 1994). Los signos y síntomas prodrómicos comunes incluyen síntomas no psicóticos (p. ej., depresión leve o disforia, ansiedad, insomnio, irritabilidad, fluctuaciones del estado de ánimo y sensibilidad interpersonal) y síntomas psicóticos de bajo nivel (p. ej., suspicacia, pensamiento mágico, ideas de referencia, sentimientos de que “algo es raro o está mal” y de que el individuo no “encaja” con quienes lo rodean). Durante la fase prodrómica los pacientes exhiben cambios en su conducta, por ejemplo, se retraen, evitan el contacto social, abandonan los pasatiempos o intereses, parecen más preocupados o incapaces de continuar con el trabajo u otras actividades rutinarias o demandantes. A medida que el pródromo progresa, esos signos y síntomas se intensifican y los pacientes 526clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. pueden exhibir conductas extrañas y estrafalarias, como ser incapaz de cuidar de sí mismos, mostrarse social o sexualmente inapropiados, hacer acusaciones contra otros, hablar entre dientes y desconectar la televisión o el teléfono. Puede pedirse a los pacientes que recuerden los signos y síntomas que precedieron a episodios y recaídas previas, los cuales pueden sustentarse en el inicio del episodio o admisión al hospital, luego identifican cuándo se advirtieron esos cambios, qué cambios ocurrieron, cómo progresaron y en qué secuencia. Cada signo o síntoma puede anotarse en una tarjeta y pedir al paciente que las organice en un orden temporal de ocurrencia, lo que permite identificar la firma de recaída del paciente, es decir, el conjunto de signos y síntomas individuales que caracterizan a su pródromo y el curso temporal que llevó a la recaída. Los miembros de la familia o los profesionales del equipo profesional de salud mental, de estar disponibles, pueden ayudar a identificar los cambios prodrómicos y su secuencia. Los clínicos pueden encontrar útil el uso de evaluaciones estandarizadas de los síntomas prodrómicos, como la Escala de Signos Iniciales (Birchwood et al., 1989). Dichos instrumentos también ayudan al clínico a inducir o indagar sobre posibles síntomas prodrómicos que no sean recordados espontáneamente por el paciente. El paciente debe ser capaz de distinguir el pródromo real de las fluctuaciones normales del estado de ánimo que no señalan una recaída. Esto se hace por medio de un proceso de entrenamiento discriminativo en que el paciente monitorea durante varias semanas su estado de ánimo y sus experiencias, con la meta de que aprenda a distinguir un pródromo real de la “falsa alarma” de las fluctuaciones normales en el afecto. La siguiente etapa es formular una estrategia para enfrentar el siguiente pródromo. Pueden plantearse y repasarse las estrategias de afrontamiento, obtener la ayuda de otros y solicitar la atención de los servicios psiquiátricos, lo que puede incluir un incremento o cambio en los medicamentos. Con el conocimiento del curso temporal de los pródromos de los pacientes el clínico puede identificar diferentes acciones para distintas fases del pródromo y la “ventana de oportunidad” para la intervención. Una meta importante de este enfoque de tratamiento es planear para el futuro, sobre todo para los sucesos potencialmente estresantes que pueden ocurrir y la manera de estar al tanto de los síntomas emergentes y las recaídas. La supervisión de los pacientes puede incluir que estos envíen postales para informar al clínico que se encuentran bien o que empezó el pródromo. Tecnologías como los teléfonos celulares y el correo electrónico ofrecen a los clínicos innovadoras plataformas y métodos para supervisar y mantener el contacto con los pacientes, identificar los signos tempranos de recaída e intervenir en el momento óptimo. Esos avances tecnológicos también pueden dar lugar a la evaluación e intervención en tiempo real, y al desarrollo de sistemas inteligentes para identificar periodos críticos y realizar intervenciones individualizadas (Kelly et al., 2012). PROBLEMAS Y DIFICULTADES CLÍNICAS Trastorno del pensamiento El trastorno del pensamiento, caracterizado por lo general por la alteración del lenguaje, hace difícil comprender el significado de lo que cuenta el paciente. Sin embargo, con experiencia y paciencia, a menudo es posible seguir cierta lógica interna en el habla del paciente. Eso puede lograrse pidiendo que explique el significado o reflexionando sobre lo que uno entendió para replantearlo luego en un lenguaje más coherente. Avanzar de manera relajada por esos pasos organizados contribuye a impedir que el paciente se sienta agobiado por el contenido emocional de la discusión, lo que es más probable que ocurra cuando el material analizado es emocionalmente destacado. Síntomas psicóticos intratables Lamentablemente, existen casos en que los mejores esfuerzos del terapeuta y la medicación óptima producen poca mejoría en los síntomas del paciente, aunque se dispone de algunas opciones para esos casos intratables. Primero, es necesario asegurarse de que se cuenta con los servicios apropiados de apoyo que maximicen la calidad de vida del paciente. Segundo, deben hacerse revisiones regulares del tratamiento, en especial de los medicamentos y las circunstancias ambientales, a fin de evitar el estrés excesivo. Por último, siempre vale la pena continuar con algunas estrategias cognitivo-conductuales sencillas y directas porque, luego de un largo periodo, pueden empezar a tener efecto. Riesgo de suicidio y conducta autolesiva El riesgo de suicidio en pacientes con esquizofrenia es significativo. Los factores de riesgo incluyen el hecho de ser un hombre joven, padecer una enfermedad crónica con numerosas exacerbaciones, altos niveles de sintomatología y daño funcional, sentimientos de desesperanza asociados con depresión, temor a un deterioro mental mayor, y dependencia excesiva del tratamiento o pérdida de fe en el mismo. En un estudio se identificaron dos rutas al riesgo suicida, las cuales otros trastornos <i>Manual clínico de trastornos psicológicos: tratamiento paso a paso</i>, edited by David H. Esquizofrenia Barlow, Editorial El y Manual Moderno, 2018. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. psicóticos 527 Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. eran mediadas por la desesperanza: (1) incremento en el aislamiento social, al que contribuyeron una mayor duración de la enfermedad, más síntomas positivos, mayor edad y desempleo, y (2) una visión más negativa de sí mismo, mayor frecuencia de críticas de familiares y más síntomas negativos, a las que contribuyeron significativamente el hecho de ser varón, soltero y desempleado (Tarrier, Barrowclough, Andrews y Gregg, 2004). Un estudio de cohorte y una revisión sistemática más recientes confirmaron y extendieron los hallazgos anteriores. Se identificó el hecho de ser un varón joven con una historia de delitos violentos como predictor del suicidio, aunque este último hallazgo se restringió específicamente a los individuos con un bajo CI (Webb, Langström, Runeson, Lichtenstein y Fazel, 2011). Una revisión sistemática de 51 estudios identificó predictores importantes relacionados con la enfermedad, como síntomas depresivos, alucinaciones y delirios, enfermedad física comórbida y abuso de drogas (Hor y Taylor, 2010). Es importante que los terapeutas estén conscientes de que los intentos suicidas son una posibilidad muy real cuando se trata a una persona con esquizofrenia. Por desgracia, estos pacientes suelen cometer suicidio de manera impulsiva usando métodos letales como saltar de las alturas, la inmolación o armas de fuego. Es necesario evaluar la presencia de ideación suicida y preguntar directamente al paciente si ha hecho algún plan específico o si ha emprendido alguna acción y si se rompieron las barreras normales contra la conducta autolesiva y el suicidio. Es importante estar al tanto de factores que pueden elevar el riesgo, incluyendo la erosión de la autoestima, el aumento en la sensación de desesperanza y desesperación, en especial en relación con la percepción que tiene el paciente de la enfermedad y la recuperación; alteración de las relaciones familiares o sociales; y cualquier cambio en las circunstancias sociales o pérdida de las relaciones de apoyo (p. ej., cambios, vacaciones o partida de los integrantes del equipo de salud mental). Además, la ocurrencia de sucesos importantes, pérdidas o experiencias de vergüenza pueden dar lugar a desaliento. Algunos factores que pueden incrementar el riesgo de suicidio son exclusivos de los trastornos psicóticos, como la experiencia de alucinaciones de comando que ordenan a los pacientes que se causen daño. Otros ejemplos son más idiosincrásicos. Uno de los autores (N. T.) tuvo un paciente que experimentaba sensaciones físicas extrañas que interpretaba como el hecho de que la reina de Inglaterra entraba en su cuerpo. Como súbdito leal, pensaba que debía desocupar su cuerpo para darle la posesión absoluta, por lo que intentó matarse cortándose las muñecas. Esto no fue el resultado de un deseo de morir, sino que fue motivado más bien por un sentido de protocolo social hacia la realeza. Por fortuna el intento no tuvo éxito. Muchos clínicos suponen que los síntomas psicóticos tienen el efecto protector de ocultar la dura realidad de la carga de la enfermedad mental grave. La mejoría en la consciencia de la sintomatología pueden producir una mayor exposición a esta carga, aumentando de este modo la probabilidad de un escape potencial a través del suicidio. Es necesario que el clínico esté consciente de todos esos factores, que conozca bien a sus pacientes y que supervise los cambios en sus circunstancias o estado de ánimo que puedan ser problemáticos. Es importante estar al tanto de los cambios predecibles y hacer planes para ellos, establecer buena comunicación con otros trabajadores de salud mental y abordar de forma abierta el estado de ánimo depresivo y la desesperanza. La evaluación del riesgo agudo de suicidio se complica todavía más por el afecto plano o incongruente de los pacientes, por lo que es posible que un paciente con esquizofrenia no exhiba las señales que el clínico buscaría en un paciente deprimido. Cuando el riesgo sea elevado debe llamarse a los servicios psiquiátricos de emergencia. Diagnóstico dual: comorbilidad del consumo de alcohol y drogas Los trastornos comórbidos por consumo de drogas son un problema creciente en los pacientes con esquizofrenia. A los pacientes con diagnóstico dual suele irles peor que a los pacientes que sólo presentan esquizofrenia en una variedad de resultados. Tienden a ser persistentemente más sintomáticos, suelen tener recaídas y readmisiones más frecuentes y tempranas, son más propensos a presentarse en los servicios de emergencia, a exhibir niveles más altos de agresión y violencia, y a mostrar un riesgo más elevado de conducta autolesiva y suicidio. El uso de la entrevista motivacional en pacientes con esquizofrenia ha sido eficaz para mejorar la motivación para cambiar la conducta relacionada con el consumo de drogas (Barrowclough et al., 2011; Haddock et al., 2003). Dicha entrevista motivacional se considera un “estilo” más que una intervención específica y puede incluirse en el enfoque de la terapia cognitivo-conductual para aumentar la motivación del paciente para cambiar la conducta de consumo de alcohol o de drogas y al mismo tiempo abordar la psicosis. Se plantea que este enfoque de tratamiento dual es necesario por la importante interacción entre consumo de alcohol o drogas y los síntomas psicóticos. Muchos pacientes no consideran que su consumo de alcohol o de drogas sea un problema y perciben que los beneficios, como automedicación, identificación con los pares o disfrute su- 528clínico Manual clínico de trastornos paso El Manual Moderno, 2018. <i>Manual de trastornos psicológicos: tratamientopsicológicos. paso a paso</i>, Tratamiento edited by David H.paso Barlow,aEditorial ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucqsp/detail.action?docID=5635078. Created from ucqsp on 2019-07-02 17:51:07. peran cualquier consecuencia negativa. El propósito de las sesiones iniciales es cambiar u obtener afirmaciones motivacionales del paciente, para lo cual el terapeuta usa las habilidades de la entrevista motivacional de escucha reflexiva, aceptación y reforzamiento selectivo. Una vez que el paciente identifica al consumo de drogas o alcohol como un problema y expresa el deseo de cambiar, la terapia puede avanzar a formas prácticas para alcanzar esa meta. El ensayo con control aleatorio más grande realizado a la fecha comparó una condición combinada de tratamiento usual, entrevista motivacional y terapia cognitivo-conductual con el solo tratamiento usual en personas que además de la psicosis presentaban consumo de drogas. Los resultados demostraron que el tratamiento mejoró la motivación para modificar el consumo de drogas y redujo significativamente el consumo diario, hallazgo que se mantenía en el seguimiento hecho a los 24 meses. Sin embargo, no hubo efectos en resultados clínicos como las tasas de recaída, síntomas y funcionamiento (Barrowclough et al., 2010). Copyright © 2018. Editorial El Manual Moderno. All rights reserved. CONCLUSIÓN La terapia cognitivo conductual para la psicosis tiene beneficios significativos para los pacientes con esquizofrenia y psicosis y debería formar parte de un plan completo de atención. Aunque es improbable que “cure” a los pacientes, puede ayudarlos a enfrentar y a recuperarse de su enfermedad. La intervención se basa en una evaluación y formulación detalladas, lo que requiere de considerable habilidad, experiencia y conocimiento tanto de la terapia cognitivo conductual como de la psicosis, y no se presta con facilidad al formato simple de un protocolo. La investigación futura sobre los aspectos teóricos no sólo permitirá comprender a la psicosis desde una perspectiva psicológica, sino que también deberá contribuir al desarrollo de los procedimientos de la terapia cognitivo-conductual. Se requiere además investigar la forma en que los nuevos tratamientos psicológicos son divulgados, penetran en los servicios de salud mental y se vuelven accesibles para los pacientes. REFERENCIAS Allot, K., Alvarez-Jimenez, M., Killackey, E. J., Bendall, S., McGorry, P. D., & Jackson, H. J. (2011). Patient predictors of symptom and functional outcome following cognitive behaviour therapy or befriending in firstepisode psychosis. Schizophrenia Research, 132, 125– 130. Barnes, T. R. 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