Sin honestidad no hay seguridad Si hay algo que afecta nuestra profesión es la gran cantidad de empresas que salieron a la calle para ganarse unos buenos pesos proclamando que, las cámaras que filmaban y grababan eventos se llamaban “cámaras de seguridad”. ¿Realmente una cámara de video me da seguridad? Piense un poco: una cámara no brinda seguridad; es similar a un seguro: sirve luego de consumado un delito, no antes que se produzca. La seguridad propiamente dicha se encarga de proteger sus activos antes de que se produzca un delito, no después. Dejando esto en claro, muchos empresarios y comerciantes compraron el concepto de seguridad a través de la imagen; todo el mundo puede ver que prácticamente todos los shoppings, comercios, empresas y, últimamente, hasta colegios privados indican que tienen seguridad porque instalaron cámaras de videovigilancia. En ningún momento indican quién las está monitoreando, qué protocolos se aplican, el nombre de los operadores, los turnos de dichos operadores y la adecuación de la sala de control ni la capacitación que reciben dichos observadores Es innegable que la tecnología digital aporta a la seguridad grandes beneficios. En las últimas décadas, gracias a los avances tecnológicos y la globalización, han surgido y proliferado un sinfín de equipos, sistemas y aplicaciones, que se encuentran al alcance, prácticamente y como nunca antes, de cualquier bolsillo y con la posibilidad de ser controladas desde la palma de la mano. Además, las nuevas tecnologías de información y comunicación han logrado desarrollar, y continúan desarrollando, día a día, más y mejores aplicaciones de software que, conjugadas con equipos de hardware, conforman una importante tecnología, que aplicada correctamente a la seguridad puede contribuir a la prevención de delitos. Sin embargo, y a pesar de estos avances, me sorprendíó recibir en mi correo una publicidad que indicaba literalmente: “Solución Inteligente para Retail”, entendiéndose por “retail” los comercios de venta al público. Abrí apresuradamente el mail y observé la siguiente imagen: Para cualquiera que tenga formación en seguridad, pero que posee un poco de sentido común, al ver esta imagen y tratar de proponer una solución de seguridad para semejante estructura de shopping center se da cuenta, rápidamente, que es una tarea seria, muy seria ya que se encuadra en la una de las especialidades de seguridad más complejas y que se denomina “seguridad de puertas abiertas”, típica de los locales comerciales donde el flujo circulante de personas es constante y a toda hora. Más aún, le diré que un especialista en seguridad debe recurrir a varios recursos físicos (hardware) de protección, de comunicaciones (redes) y de procedimientos operativos profundos (insiders, contramedidas de intrusión, contrainteligencia y muchos otros mecanismos contra vulnerabilidades) para tener semejante estructura razonablemente protegida ante cualquier incidente. Sin embargo, quien enviaba este mail, era una firma fabricante de cámaras de seguridad y el que lo enviaba era su representante en la República Argentina y la solución que ellos llaman “inteligente” para uno de los bloques del shopping, de casi un cuarto de manzana de tamaño consistía en colocar “seis cámaras inteligentes”. Sí, como leyó bien, seis cámaras para ese predio. Le adelanto que como consultor en seguridad recibo muchos mails como estos, pero ninguno llegó al extremo de proponerse como una solución inteligente para suprimir, mitigar o eliminar el delito. Le adelanto que aunque coloque doce cámaras o, inclusive 32 cámaras logrará una solución “inteligente”. Un incidente de asalto con toma de rehén incluída demora de 3 a 6 minutos y la policía, si es alertada de manera inmediata tarda 5 minutos en llegar a escena –en el mejor de los casos ya que a veces tarda 4 veces más-. Es decir, la detección del incidente no tiene utilidad. El disparo de un arma de fuego se produce, frente a una amenaza entre 0,75 segundos a 1,5 segundos. Es decir, imposible de detener con estos medios. Una intrusión sin rehenes con robo y huída incluída tarda 4 minutos en Argentina. Y el robo inadvertido como el robo a los clientes de los comercios, arrebatos, sustracción de pertenencias personales generalmente pasan completamente inadvertidos y demoran unos 6 a 8 segundos antes de la huída. Y esto considerando horas diurnas con pocos visitantes. Imagine solamente horas nocturnas con muchos clientes circulando por los pasillos y entrechocándose entre ellos ingresando y saliendo de los locales de venta. Inclusive, si se lee la publicidad completa al pie de esta nota se podrá leer “plataforma inteligente para la productividad”. Esto quiere decir que, además, los empleados van a ser evaluados en su productividad de acuerdo a lo que muestren seis cámaras. Realmente esto no solo es ridículo sino también injusto para los empleados de los comercios dentro del Shopping. A un empleado no se lo evalúa solamente por lo que se puede observar en una cámara en un instante dado. La evaluación de recursos humanos desde el punto de vista de la seguridad escapa, inclusive, a cualquier departamento de recursos humanos ya que es una especialidad específica de la protección de activos. En síntesis: sobre este tema, de cámaras ni hablar. Sembrar la ignorancia en la población generando una falsa sensación de seguridad es un delito punible por la ley ya que todos: clientes, empleados, propietarios y hasta guardias de seguridad, están confiados en que esta solución inteligente va a protegerlos de cualquier delito. Creo que está llegando la hora de que el Gobierno intervenga para evitar que empresas sin escrúpulos bastardeen la profesión del especialista en seguridad y por otro lado, subestimen al ciudadano haciéndole creer cosas que no son verdaderas, lo que implica, tácitamente, un fraude. Si profundizamos un poco más, estos fabricantes y comerciantes están generando un ambiente de inseguridad social ya que un incidente en ese shopping de ejemplo, traerá un perjuicio social a los ciudadanos que están tratando de pasar un momento agradable y, simultáneamente, lo robado ingresará al circuito clandestino del delito: más armas para robar, drogadicción, prostitución, mercado negro, corrupción, extorsiones, rescates para recuperar lo robado y docenas de otros delitos. Las asociaciones de instaladores de cámaras, por su parte, no opinan sobre estos temas ya que quitarían la fuente de trabajo a sus asociados: empresas proveedoras y técnicos, contribuyendo, lamentablemente a este perverso circuito que permanece oculto a la mayoría de la gente. Estimo que es hora que la Secretaría de Seguridad y las diferentes Fuerzas de Seguridad intervengan para difundir lo que realmente implica la palabra “seguridad”. Adjunto el aviso completo –para quien desee saber quién es el fabricante y la empresa puede contactarme por correo privado que remitiré la información correspondiente-.