2015.01.05 severa gonzalez-abre los ojos

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“Abre los ojos”
Acabamos de dejar atrás un año complicado, y ya son siete, en los que el
malestar de una sociedad, largamente castigada por una crisis económica
desmentida hasta el ridículo por un presidente de gobierno socialista, ha sido el
caldo de cultivo propicio para la irrupción en el panorama político de
determinadas formaciones populistas, con promesas de un mundo mejor.
Formaciones que con idílicas y cambiantes recetas, moldeables según
conveniencia, proponen “tomar el cielo por asalto” y no por consenso;
telepredicadores de izquierda, de corte comunista, que cuestionan la
Constitución española simplemente porque no la han votado y que, además,
son favorables al “derecho a decidir” tanto de catalanes como vascos; y hacen
apología del terrorismo de ETA, en su idea de que “la ley justa es sólo aquella
que me gusta”.
Afortunadamente, cada vez son más las personas, de toda índole social y
generacional, que advierten públicamente del enorme problema que supondría
para nuestro país el retorno al comunismo, erradicado en Europa tras la caída
del muro de Berlín. Y no puedo más que, desde esta excelente plataforma que
me brinda La Verdad, sumarme a esas voces que diariamente ponen negro
sobre blanco las consignas programáticas de estos populismos tan peligrosos
que gradúan con gran maestría según criterios ambientales.
Y me refiero a sus manifiestos vaivenes en promesas como una renta básica
universal que, al principio, era para cualquier ciudadano por el simple hecho de
serlo y luego se terció solo para determinados sectores de población. Me
refiero también a aquellos “donde dije diego” que fijaban los 60 años como
edad para la jubilación para luego “decir digo” y cambiarla a los 65 o 67. O a la
jornada laboral generalizada de 35 horas semanales para luego delimitarla a
“determinadas profesiones”. O la despenalización de la okupación de la
propiedad privada para después concretar que se efectuaría tras “previa
negociación” entre las partes. Duplicar el número de funcionarios también
engrosa su lista de locuaces propuestas, que acompañan de simples e
irrealizables recetas económicas, como el incremento de la presión fiscal o el
impago de la deuda. En pocos meses han maniobrado en todo, hasta el
extremo de justificar este maquillaje con el soez argumento de que “en política
nunca hay que comprometerse a algo que no se pueda cumplir
inmediatamente”.
Lo graves es que para quienes alertamos de las perniciosas consecuencias
que dichos disparates supondrían para la economía española, se nos acusa de
promover el “discurso del miedo”. Miran hacia otro lado cuando advertimos de
que la historia ya nos ilustra sobre estas milagrerías políticas y que la teoría
pasa a la práctica en países como Cuba o Venezuela, en donde la hermandad
populista ha conseguido que adquirir un termómetro o productos básicos como
la leche sean “grandes privilegios”.
Y lo más grave es que, con todo, los últimos sondeos les sitúan como primera
fuerza en voto directo y con posibilidad de gobernar en algunas comunidades
autónomas. Esta inclinación por “la política de los chollos” reafirma mi
convicción de que la crisis económica es muy mala consejera. Sólo salir de ella
abrirá los ojos a una sociedad muy dolida. Como dijera el inversionista y
empresario estadounidense, Warren Buffett, solamente "cuando baja la marea
se ve quién nadaba desnudo". Afortunadamente, la marea está empezando a
bajar pues la recuperación económica de España no es una esperanza sino
una realidad en pleno desarrollo. Así lo acreditan los últimos informes
económicos basados en indicadores como la recuperación del sector
constructor e inmobiliario, el crecimiento bancario y no bancario y la
continuidad del buen comportamiento de nuestras exportaciones, que ya
suponen un tercio del PIB, superando el peso relativo que alcanzan en las
economías de Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Italia. Factores a los
que habría que añadir otros externos como la caída del precio del petróleo , la
depreciación del euro, los nuevos estímulos monetarios del BCE y la política
fiscal, que por primera vez desde el 2009 dejará de contraer el Producto Interior
Bruto. Los datos de que se disponen apuntan a que la recuperación económica
del 2014 se mantendrá en el 2015, con tasas de crecimiento cercanas al 2%.
Sin embargo, de esta crisis solo se saldrá definitivamente cuando el
desempleo, a pesar de su intensa disminución este año pasado, baje a niveles
tolerables y los ingresos de las familias se hayan recuperado.
Ésta y no otra debe ser la tarea prioritaria de un gobierno responsable y a ello
debe dedicar todos sus esfuerzos, como bien ha afirmado en reiteradas
ocasiones nuestro presidente Garre. Porque solo la tan ansiada salida de esta
maldita crisis y la creación de empleo desinflarán el souflé de populismos y la
agitación y la propaganda de aquellos otros que, sintiéndose adelantados por la
izquierda, se afanan en recobrar, a costa incluso de poner en peligro sus vidas
con deportes de riesgo, la identidad ideológica que los primeros le han birlado.
Hay quienes nos acusan de excesivo optimismo pero la realidad española, tras
el necesario golpe de timón llevado a cabo por el gobierno ‘popular’ del
presidente Rajoy, nos da la razón: España ha pasado de ser “el enfermo de
Europa” a ejemplo de cambio en la Unión Europea y en los foros económicos
internacionales. La realidad es ésta y, lo demás, es ciencia-ficción.
Severa González, portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea
Regional. @sevejumilla
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