Frontera sur y política migratoria en México (circularidad, seguridad y derechos humanos) Ernesto Rodríguex Chávez LA FRONTERA de México es sin duda un escenario clave para constatar los cambios ocurridos en la complejidad, magnitud y dinámica migratoria América Central-México-Estados Unidos en los últimos 30 años, así como para demostrar las nuevas necesidades legales y de política que impone la migración internacional a la región y a ~ é x i c oen particular. No obstante haber crecido en importancia y lograrse avances en la gestión migratoria del gobierno en el último sexenio, la frontera sur sigue siendo un tema poco dimensionado en el debate político y en la investigación académica en México. El tema no ha logrado contextualizar su importancia estratégica en la definición de la política migratoria nacional ante el eclipse que provoca la magnitud y los impactos de la emigración mexicana hacia Estados Unidos. Lo que si ha trascendido son las manifestaciones más conflictivas y negativas de la migración en la zona, como los riesgos, accidentes, extorsiones y demás vicisitudes que sufren los emigrantes indocumentaSUR ERNESTO RODRÍGUEZ C HAVEZ es profesor e investigador, especidista en migración internacional. En los últimos años ha sido profesor en el Departamento de Relaciones Internacionales del ITAM y, en la actualidad, es director del Centro de Estudios Migratorios del Instituto Nacional de Migración de México. Nota: Los criterios expresados son responsabilidad exclusiva del autor. Frontera sur y política migratoria en México dos en tránsito por México, así como el tráfico de personas, las violaciones a los derechos de los trabajadores temporales guatemaltecos y la presencia de algunos miembros de la Mara Salvatrucha. MULTIPLICIDAD Y COMPLEJIDAD MIGRATORIA LA ZONA de la frontera sur mexicana es la parte del territorio nacional donde se expresa con mayor fuerza la condición de México como territorio de origen, destino y tránsito de emigrantes, así como de vida transnacional de comunidades fronterizas. La emigración de mexicanos de los estados del sur, sobre todo de Chiapas, hacia Quintana Roo (también en el sur), el norte del país y Estados Unidos, se triplicó en los últimos lo años, con sus respectivas implicaciones para el funcionamiento y la estructura laboral de la zona. En Chiapas, esto se produce en un contexto que se caracteriza por el rezago económico y social, conflictos por la tenencia de la tierra y luchas por reivindicaciones de los pueblos indígenas, así como por zonas controladas por fuerzas zapatistas. Por otra parte, desde la década de 1980 la llegada de decenas de miles de refugiados guatemaltecos, desplazados por la guerra en su país, más sus descendientes, llevó a incrementar su tradicional presencia en los estados del sureste mexicano y a modificar la dinámica social y cultural de la región. Buena parte de los que no retornaron a sus lugares de origen en los años noventa, se nacionalizaron mexicanos y obtuvieron tierras en el marco de un programa especial para su integración social permanente, coordinado por la Comisión y el Alto Comisionado Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR). Con una geografía heterogénea d e difícil acceso en sus franjas de selva y montaña y de fácil tránsito en las tierras bajas cercanas a las costas en sus dos extremos-, la frontera sur es una demarcación de enorme porosidad en sus 1149kilómetros, con cientos de pasos informales y sólo ii puntos de internación con presencia de autoridades migratorias. Cada año, se realizan en ella alrededor de 2 millones de internaciones, de las cuales alrededor de 78% son documentadas. Tales ingresos se componen, en lo fiindamental, por visitantes locaFOREIGN AFFAIRS E N E S P A @ O L . Octubre-Diciembre2006 [ 651 Ernesto Rodriguz CháYez les, emigrantes indocumentados de tránsito hacia Estados Unidos, trabajadores temporales y turistas. Como flujo poblacional dominante, encontramos los de tipo local desde ambos lados de la frontera, con una tradición histórica y cultural de cruces diarios para visitas familiares, comerciar, comprar o adquirir algún servicio, sobre todo en Chiapas y Quintana Roo y, en menor medida, en Tabasco y Campeche debido a las características propias de esa zona de la frontera que cuenta con menos población y vías de comunicación. En los últimos años, la presencia documentada y no documentada de trabajadores temporales guatemaltecos en la agricultura chiapaneca se ha extendido en forma no autorizada a las labores de la construcción, el comercio y los servicios en las comunidades urbanas cercanas a la línea fronteriza, con una circularidad diaria en más de 60% en los trabajadores no agrícolas. A este panorama de guatemaltecos que residen en los estados del sureste mexicano, de desplazamientos transfronterizos y de trabajadores temporales guatemaltecos, debemos añadir la migración de tránsito indocumentada que se interna por esta frontera con la intención de llegar a Estados Unidos. Desde su detonante en la década de 1980 con la guerra en América Central, ese flujo se ha mantenido en crecimiento aun después de los acuerdos de paz en estos países en los años noventa, llegando a calcularse para 2005 entre 250 ooo y 300 o00 cruces. Esta migración de tránsito indocumentada impone una actividad muy diferente en la frontera sur mexicana, no sólo por la diferencia en el tipo de emigrante y sus objetivos de cruce, sino por la complejidad que se añade al coexistir con el entramado de actividades delictivas relacionadas con el tráfico y la trata de personas, así como con el contrabando de drogas. Este flujo tan complejo y desprotegido, que no representa más de 25% de todo el movimiento poblacional en la frontera sur en los últimos años, tiene un peso mucho mayor en la labor diaria de las autoridades migratorias mexicanas, en la utilización de los pocos recursos disponibles y en las críticas que reciben sobre violaciones a los derechos de los emigrantes que se producen durante el proceso de retención, paso por las estaciones migratorias y devolución a sus países de origen. [ 66 1 FOREIGN AFFAIRS EN ESPA@OL - Volumen 6 Nu'mero q Frontera sur y politiea migratoria en México Este fenómeno creciente de la migración de tránsito que se interna por la frontera sur de México, aumenta la complejidad de la situación migratoria del país al agregarse, junto a un grupo mucho más pequeño de emigrantes que llegan por los aeropuertos, a la gran corriente de emigración mexicana que sin los documentos requeridos trata de internarse en Estados Unidos; contingentes que se encuentran ante una frontera cada vez más vigilada y de dificil cruce, a causa de las medidas impuestas por el gobierno estadounidense en la última década para tratar de impedirles el paso. Esa situación en la frontera México-Estados Unidos aumenta la concentración de 'los emigrantes indocumentados nacionales y extranjeros en las localidades mexicanas fronterizas, lo que lleva a una mayor presión en cuanto a necesidades locales de senicios y seguridad pública, y a generar, a su vez, un terreno propicio para la acción de bandas de traficantes de personas, delincuentes que asaltan a los emigrantes, desarrollo de la prostitución y la trata de personas, además de las acciones ligadas al narcotráfico que en ocasiones utiliza a los emigrantes para sus objetivos. Lo anterior, implica el desplazamiento de los emigrantes a zonas de más Mcil acceso y, en consecuencia, más muertes, más contratación de "polleros"y más violencia en la frontera, reproduciendo un ciclo mortal de violaciones permanentes a los derechos de los emigrantes. (Cómo enfrentar, entonces, los retos que impone a la política y la acción rnigratoria del gobierno mexicano esta multiplicidad y complejidad rnigratoria en su frontera sur, en un contexto de regionalización de los flujos migratorios y de mayores compromisos nacionales e internacionales de respeto a los derechos de los trabajadores migratorios? ESTRATEGIA INTEGRAL Y COMPLEMENTARIA L o HASTA AQUÍ EXPUESTO apunta a la necesidad de instrumentar una política migratoria en la frontera sur de México, que respete como premisa la circularidad migratoria y la vida transfronteriza en la zona, conjugando más flexibilidad en la documentación de los flujos migratorios locales con respeto a los derechos de los emigrantes, documentados o no, y mayor contribución a la seguridad fronteriza. Esto con un enfoque regional y de responsabilidad compartida entre las instituciones y los países involucrados en estos procesos. FOREIGN AFFAIRS E N ESPA@OL Octubre-Diciembre2006 [ 671 Ernesto Rodrzguez Chávez La idea fundamental es encauzar los flujos locales de población en la frontera sur hacia un camino ordenado y seguro a través de un mejor mecanismo de documentación de visitantes locales y de trabajadores temporales guatemaltecos, que otorgue mayores facilidades e información para lograr tal objetivo. Partimos del supuesto de que, en la medida en que se consiga hacer más factible y flexible la circulación migratoria documentada en la frontera sur, habrá menos condiciones para violaciones a los derechos de estos emigrantes y más seguridad en la región, sin tener por ello que necesitar interponer un muro o limitar la movilidad en la frontera, que a la larga provocará que los trabajadores temporales se conviertan en inmigrantes permanentes ante la imposibilidad de cerrar su ciclo laboral entre dos lugares con una frontera de por medio. En particular, la extensión de la documentación de trabajadores temporales guatemaltecos hacia otros sectores económicos, además de la agricultura y hacia otros estados del sureste mexicano aparte de Chiapas, ejercerá un fuerte impacto sobre la protección de los derechos de estos emigrantes, ya que podrían demostrar así su estancia legal en el país. Ello también influirá en el mercado laboral regional, en un contexto geográfico complicado, crecimiento de la emigración chiapaneca hacia Estados Unidos y falta de mano de obra en sectores como la construcción en algunas zonas de Chiapas y Q_uintanaRoo. La más completa y mejor documentación de los flujos migrator i o ~contribuirá de manera importante a la seguridad fronteriza. Al tener identificadas a la mayor parte de las personas que se internan por esa frontera y poseer un mejor registro de sus entradas y salidas, ello permitirá un mejor control y verificación de la estancia legal de los extranjeros en el país. A su vez, ayudará a distinguir mejor y trabajar de diferente manera con el flujo migratorio que contribuye al desarrollo local y la migración de tránsito indocumentada que se interna al territorio nacional para llegar a Estados Unidos. Lo anterior lleva también a la necesidad de mejorar los procesos de aseguramiento (retención) y repatriación de los emigrantes indocumentado~que entran por esa frontera, junto a la lucha contra la corrupción entre las autoridades y el combate al tráfico y la trata de emigrantes de acuerdo con los estándares internacionales. [ 68 1 FOREIGN AFFAIRS EN ESPA@OL fifumen 6 Númeroq Frontera sur y política migratoria en México Los actuales movimientos de población en la frontera sur, no obstante se busque facilitarlos o retenerlos, deben ser incorporados al tradicional acento humanitario que ha distinguido la atención de refugiados y asilados políticos en México. La modernización de los procesos migratorios y la ampliación de la infraestructura del Instituto Nacional de Migración en la frontera sur, así como la adecuación de la legislación a la dinámica migratoria actual y a los convenios internacionales suscritos por México, deberán ser el soporte básico y obligado para impulsar el desarrollo de la documentación y el mejor control migratorio, así como el respeto de los derechos de los emigrantes y la posibilidad de ofrecer mejores servicios. Respecto a todo lo anterior, constituye un avance sustantivo la "Propuesta de política migratoria integral en la frontera sur de México", publicada por el Instituto Nacional de Migración de México en noviembre de 2005, con líneas estratégicas, programas, proyectos y acciones concretas, parte de las cuales ya se están ejecutando y otras dependerán de la disponibilidad de recursos humanos, financieros y tecnológicos, así como de cambios necesarios en la normatividad migratoria vigente y sus procedimientos de operación migratoria. Al margen de las criticas que diariamente reciben las autoridades migratorias mexicanas, fundadas o no, y de todos los cambios normativos y operativos instrumentados en los últimos años, la realidad es que la multiplicidad, manifestaciones, complejidad y magnitud de la migración actual en la frontera sur de México, aunada a la regionalización del fenómeno y la situación internacional de lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, rebasan la infraestructura y los recursos disponibles por la institución, así como la legislación vigente y las prácticas históricas de atención a este fenómeno. Avanzar en la formulación y aplicación de una política migratoria integral para la frontera sur de México, que contribuya a la mejora de la seguridad fronteriza, pero que busque facilitar en primer lugar los flujos migratorios documentados y la protección de los derechos de los emigrantes, constituye un importante aporte a la construcción de una política migratoria de Estado que incluye, también, a la frontera norte y la emigración mexicana hacia Estados Unidos. A su vez, consolidará la postura de México frente a una FOREIGN AFFAIRS EN ESPA@OL Oct~bre-Diciembre2006 [69] Ernesto Rodn'pez Chávez negociación con ese país en materia migratoria que, aunque cada proceso lleva su propio ciclo, ambos deben verse en un contexto regional. La importancia de la frontera sur mexicana, en la dinámica actual de la migración centro y sudamericana que transita por México hacia Estados Unidos, trasciende lo binacional con Guatemala y Belice, para convertirse en un componente estratégico regional en la relación, la cooperación y la gestión de los flujos migratorios de México y Estados Unidos. Este componente regional de la migración, no limita o subordina la trascendencia nacional del fenómeno, sino que lo coloca en un contexto más complejo de interacciones locales e internacionales. e) [ 701 FOREIGN AFFAIRS EN E S P A ~ O L Kfrmcn 6 Número g