LA DROGADICCION Podemos entender a la drogadicción, como aquella enfermedad que consiste en la adicción o dependencia a ciertas sustancia tóxicas para nuestro organismo, las cuales afectan en distintos grados a nuestro sistema nerviosos central, al igual que varias de nuestras funciones cerebrales. Todo lo anteriormente manifestado, produce efectos a nivel fisiológico y psíquico, que se manifiestan en alteraciones del comportamiento, de las emociones, de el juicio y la percepción del medio ambiente que nos rodea. El consumos drogas, dependiendo del tipo en cuestión, lleva a que la persona padezca de euforia y/o alucinaciones, y en los momentos de abstinencia se experimenta desesperación, angustia y depresión. En algunos casos extremos de drogadicción, el consumo de drogas puede llevar a la locura permanente y/o la muerte de la persona. Con respecto a la historia de la drogadicción, podemos señalar que el uso de las drogas no es sólo una cuestión del presente o de décadas recientes, sino que podemos encontrar sugerencias de su uso desde la prehistoria. En el siglo II después de Cristo, los galenos utilizaban al opio, como una forma de aquietar el dolor de los enfermos. Asimismo, los derivados del cannabis, fueron utilizados hace muchísimos años atrás. Es así, como varios siglos antes de la era actual, en China, Asiria y la India, estos eran utilizados como una forma de alcanzar estados de éxtasis o supuestos estados subliminales. Muchas culturas utilizaron las drogas con fines rituales, pero en ambientes altamente controlados y sólo por personas especialmente designadas. Por estos motivos no se conoce que existieran casos de dependencia a estas substancias. Más adelante, a mediados del siglo XIX, irrumpió con fuerza el consumo de la morfina. Principalmente, por medio de la invención de la jeringa, en el año de 1850. Muchos de los adictos, comenzaban a utilizarla, como una manera de calmar sus dolores fisiológicos, pero muchos terminaron siendo adictos a la misma. Más adelante, ya en el siglo XX, aparecería la heroína y la cocaína. La heroína, nace por como un derivado de la morfina, la cual fue utilizada como calmante, durante la Primera Guerra Mundial. La heroína, en fuertes dosis, es mucho más tóxica que la morfina y produce una dependencia física, bastante más fuerte que la morfina. Es así, como la heroína, es la droga que causa la mayor cantidad de muertes, por medio de sobredosis mortales. Con respecto a la cocaína, se puede mencionar que esta también debió su difusión al interés médico que generó en sus inicios, porque de hecho se trató del primer anestésico local verdaderamente eficaz. Este descubrimiento, como tal, fue utilizado por Segmund Freud, quien utilizaba pequeñas dosis de cocaína, para anestesiar zonas específicas en el cuerpo. Su trabajo al respecto, llegó a oídos de un oftalmólogo, llamado Koeller, quien probó las cualidades anestésicas de la cocaína, en una incisión realizada en el ojo de una animal, lo cual resultó un completo éxito. Es así, como hoy en día se reconoce a Koeller, como quien descubrió esta capacidad de la cocaína. Aquello ocurría a mediados de 1914. Lamentablemente hoy conocemos a la cocaína por los terribles efectos que produce en el adicto, y en el círculo de personas que lo rodean. Ahora estudiaremos algunas de las drogas más utilizadas. La heroína es una droga en forma de polvo, el cual es cristalino, blanco, inodoro y muy fino. La heroína, por lo general, es consumida por medio de comprimidos o aspirada por la nariz, aún cuando la manera más recurrente, es de manera líquida, introducida al torrente sanguíneo a través de inyecciones. Con respecto a sus efectos, estos son los mismos que los de la morfina, pero potenciados. Su efecto principal, es la depresión del sistema nervioso central. Produce dependencia psíquica y fisiológica, aparte de crear una rápida tolerancia del organismo, lo que lleva a desear dosis cada vez mayores. De igual manera, tenemos al crack, el cual es un derivado de la cocaína. Este se forma por medio del clorhidrato de cocaína, el cual es mezclado con carbonato de sodio y agua. A esta mezcla, se le aplica un fuerte golpe de calor, y luego, se le aplica un rápido golpe de frió. Con esto, la mezcla anteriormente señalada, se cristaliza. Estos cristales, son luego fumados usando pipas de agua. Sus efectos son muchísimo más potentes que los de la cocaína. Por lo mismo, es una de las drogas, que más rápidamente puede producir adicción. Por todo esto, el peligro de una sobredosis, está bastante más latente, que con otras drogas. También tenemos a las anfetaminas, las drogas más utilizadas, para provocar estados de euforia, entre los drogadictos. Son altamente utilizadas, como un medio de apaciguar el hambre, el cansancio y la fatiga. El problema, es que una vez acabados sus efectos, las anfetaminas provocan fuertes cuadros de cansancio y depresión. Si una persona se intoxica con las mismas, puede presentar alucinaciones, irritabilidad, insomnio y confusión mental. Al consumir dosis, mayores a los 30 miligramos, puede producirse la muerte de quien las ingiere. La dependencia de las anfetaminas, es psíquica. Dentro de los alucinógenos más conocidos, está el LSD-25. Más conocido como “ácido”. El LSD, proviene de un hongo, el cual se llama cornezuelo de centeno. La forma más usual de consumirlo, es por medio de papel secante, en forma de cuadrados, que se coloca en zonas de alta irrigación sanguínea, como debajo de la lengua. El LSD, no crea dependencia física, sino que psíquica. Uno de los puntos más graves en el consumo del LSD, es que puede provocar alucinaciones, sin haber sido ingerido, en las últimas horas. Lo que ordinariamente, se conoce como “flashback”. Como efectos adversos, tenemos ideas suicidas, tendencias sumamente agresivas, fuertes delirios de persecución, etc. Las sustancias psicoactivas o adictivas pueden actuar en el sistema nervioso central, en virtud de la existencia de ciertos componentes de la superficie de la célula cerebral, conocidos como receptores, sobre los cuales se fijan, para luego actuar sobre el interior de la célula nerviosa. Así, entonces, en cuanto al mecanismo de acción, la cocaína incrementa la liberación hacia el torrente sanguíneo de dopamina, una de las sustancias que permiten la transmisión de los impulsos nerviosos. Los opiáceos (derivados del opio) disminuyen la actividad de un tipo particular de neuronas (no adrenérgicas), con lo que se produce un incremento de la actividad generada por la adrenalina, lo cual se traduce en excitación general del organismo, y se manifiesta, por ejemplo, con dilatación de las pupilas e incremento del ritmo cardíaco. Dentro de los cambios en el comportamiento, que podrían sugerir que una persona sufre de drogadicción, están los siguientes: Los alucinógenos como LSD (ácido lisérgico) activan las vías que utilizan serotonina como neurotransmisor y que controla funciones tales como el apetito y el control de los impulsos. De ahí que los adictos al LSD sean protagonistas de historias de crímenes violentos. Con respecto a los tratamientos a seguir, para que una persona drogadicta, deje su adicción, estos por lo general son multidisciplinarios y se requiere del compromiso del adicto. Lo que generalmente se recomienda, con respecto a éste punto, es lo siguiente: La terapia individual de grupo y otros tipos de terapias de comportamiento constituyen componentes críticos del tratamiento efectivo para la adicción. -No hay un solo tratamiento que sea apropiado para todas las personas. -El tratamiento debe estar fácilmente disponible en todo momento. -El tratamiento efectivo debe abarcar las múltiples necesidades de la persona, no solamente su uso de drogas. -El plan de tratamiento del paciente debe ser continuamente evaluado y, de ser el caso, modificado para asegurar que el plan se mantenga a la par con los cambios en las necesidades de la persona. -Para que el tratamiento sea efectivo, es esencial que el paciente lo continúe durante un período adecuado de tiempo. Para muchos pacientes, los medicamentos conforman un elemento importante para el tratamiento, especialmente cuando se combinan con los diferentes tipos de terapia. En el caso de individuos con problemas de acción o abuso de drogas que al mismo tiempo tienen trastornos mentales, se deben tratar los dos problemas de una manera integrada. -En el caso de individuos con problemas de adicción o abuso de drogas que al mismo tiempo tienen trastornos mentales, se deben tratar los dos problemas de una manera integrada. -La desintoxicación médica es solamente la primera etapa del tratamiento para la adicción y por sí misma hace poco para eliminar el abuso de drogas a largo plazo.