Intervención norteamericana en República Dominicana

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Causas de la Intervención Norteamericana
 La política expansionista de EE.UU
 La doctrina Monroe que tiene como lema “América para los americanos” y era un
pretexto de EE.UU para proteger sus intereses sobre Latinoamérica, al no querer
que otra potencia interviniera en América.
 Las deudas contraídas durante el gobierno de Lilís.
 El temor de los EE.UU de que los alemanes ocuparan el país y lo usaran como base
operativa, ya que eso pondría en peligro la navegación por el Canal de Panamá.
Comienzo de la Intervención Norteamericana
Al renunciar Juan Isidro Jiménez de la presidencia el 7 de mayo de 1916, su lugar lo
ocupó un consejo de secretarios de estado. Entre tanto, Desiderio Arias recibió un
ultimátum del ministro Russel y el contralmirante Caperton de Estados Unidos, en el cual el
pedían que se entregara o la ciudad de Santo Domingo sería bombardeada. Ante esta
situación, Desiderio Arias se fue a la línea noroeste el 13 de mayo de 1916 dejando así la
capital. El 16 de mayo de 1916, se produjeron los primeros desembarques por Montecristi,
puerto plata y la capital del país.
La estrategia militar de los Estados Unidos era tomar la provincia de Santiago
primero, por ser la segunda ciudad del país por esa razón que fueron los desembarques en
la provincia Montecristi y puerto plata. Al trayecto Montecristi-Santiago, el cual es
conocido como la línea noroeste, era la vía para llegar a la provincia de Santiago, pero
también era el lugar donde Desiderio Arias estaba con sus hombres. En este trayecto se
produjeron alrededor de 11 combates entre guerrilleros dominicanos y las tropas
norteamericanas comandadas por el general Pendleton. El más importante de estos
combates fue el ocurrido en la barranquita, un lugar cercano Mao. Allí unos 80
dominicanos dirigidos por Carlitos Daniel y máximo cabral se enfrentaron en un combate
desigual, a las tropas norteamericanas, los cuales estaban mejores equipados.
En puerto plata, desembarcaron las tropas de infantería la marina de los Estados
Unidos, la cual encontró resistencia del pueblo encabezadas por Luis Ginebra y otros
patriotas. En Altamira, Laíto Baez trató de contener el avance de las tropas invasoras, pero
murió en el intento. La ocupación de Santiago ya era un hecho, mientras Desiderio Arias se
rendía y entregaba las armas a cambio de la garantía de su vida y libertad personal.
Al quedarse la capital sin un líder, los políticos comenzaron a discutir acerca de
quien sería el próximo presidente. Fue así, que fue elegido el Dr. Francisco Henríquez y
Carvajal como presidente de la república y tomó posesión del cargo el 31 de julio de 1916.
Cuando Estados Unidos se enteró que se había elegido un nuevo presidente, el
Departamento de Estado de los Estados Unidos, le comunicó al país que no reconocería el
nuevo gobierno si éste no aceptaba sus demandas. El presidente no aceptó esos reclamos y
los norteamericanos para presionar al gobierno dominicano, ordenó a la receptoría de
aduanas que no hiciera entrega al gobierno de los fondos que les correspondían hasta que
se produjera un arreglo en algunos artículos de la convención dominico-americana de
1907.
En esos momentos, el principal objetivo que tenían estados unidos era colocar un
gobernante títere. Además querían prolongar la ocupación militar en nuestro territorio en
vista de nuestra posición geográfica respecto al canal de Panamá. El gobierno de los
Estados Unidos tenía miedo de que los Jimenistas y Desiderio Arias se aliaran con otras
potencias y que esas potencias utilizaran a nuestro país como base operativa para así poner
en peligro la navegación a través del canal de Panamá y de declararle la guerra a los
Estados Unidos. Éste temor era muy lógico, ya que Estados Unidos estaba, junto con
Francia, Inglaterra e Italia, en la primera guerra mundial contra los alemanes.
En noviembre, el presidente de los Estados Unidos en ese momento, Woodrow
Wilson, le dio instrucciones al capitán del navío Knapp para que proclamara oficialmente la
ocupación militar de la República Dominicana.
Este capitán emitió públicamente una proclama, leída desde el buque Olimpia,
anunciando que desde ese momento, 29 de noviembre de 1916, la República Dominicana
quedaba en estado de ocupación militar.
Luego de esta proclama, el gobierno militar norteamericano realizó gestiones
encaminadas a imponer mediante la fuerza: la paz, la obediencia y la sumisión de todos los
dominicanos.
Realizaron un desarme de la población civil. Todos los ciudadanos dominicanos
fueron desprovistos de sus armas de fuego. Fueron confiscadas más de 35 mil armas de
fuego, entre fusiles y revólveres.
También se impuso una censura férrea a los medios de comunicación, quedando así
prohibidas todas las públicas de carácter informativo y de interpretación crítica en contra
de la ocupación militar. Además, el gobierno militar destituyó a los secretarios de estado y
puso en sus puestos a oficiales de la marina norteamericana.
Algunas medidas tomadas durante la ocupación norteamericana
 En abril de 1917 se creó la Guardia Nacional dominicana
 Establecimiento en Haina de una escuela de entrenamiento para oficiales
dominicanos, en la cual ingresó en diciembre de 1918, Rafael Leonidas
Trujillo.
 Creación de nuevas instituciones como fueron la dirección general de rentas
internas, secretaría de salud y beneficencia, y un tribunal superior de tierras.
 Reorganización de las aduanas para hacer una mejor recaudación.
 Promulgación de leyes como la ley orgánica de enseñanza pública, ley de
sanidad.
 Instalación de alumbrado eléctrico en algunas de las ciudades por primera
vez, pavimentación de calles y construcción de sistemas de alcantarillado.
 Construcción de la carretera del norte y el sur, que inicialmente iniciada por
el gobierno de Cáceres, reanudación de la construcción de la carretera
Duarte, carretera Sánchez, carretera mella.
 Construcción de varios puentes de acero y hormigón armado. La utilización de
estas vías de comunicación permitieron el uso, por primera vez, del vehículo
de motor.
La Política Económica de los Ocupantes
Debido a la guerra europea con la derrota del eje alemán en 1918, librada en los
campos productores de remolacha azucarera en Francia, Rusia, Polonia y Alemania se
produjo una gran escasez de azúcar. De inmediato esta se comenzó a sentir en todo el
mundo y los resultados fueron una enorme demanda de azúcar de caña y un alza en los
precios el cual fue de gran ayuda para la economía dominicana.
Al subir los precios la prosperidad económica comenzó a sentirse de inmediato pues
se generaba grandes ingresos a los ingenios, por el cual hubo sustanciales aumentos de
salarios y considerables beneficios para los colonos dueños de las tierras cañeras. Lo
mismo ocurrió para los cultivadores de cacao, café y tabaco.
El comercio por su parte, empezó a importar grandes cantidades de mercancías y,
durante los años 1918 y 1921 la economía dominicana creció a niveles nunca antes
imaginados.
Esta súbita y gigantesca expansión de la vida económica y de los negocios en el país
recibió el nombre de Danza de los Millones. Durante este periodo se hicieron grandes
construcciones como son Ferrocarriles, puentes, carreteras, grandes casas, centros
comerciales, edificios etc. en las provincias de Puerto Plata, Santiago, San Pedro de
Macorís, La Vega y Sánchez
Favorecido por las danzas de los millones, el régimen de los marines inició un
ambicioso programa de construcciones de Obras Pública como: carreteras el cual se
mencionan la Carretera Duarte, Carretera Sánchez y la Carretera Mella dejando pendiente
230 Km. en construir. Estas carreteras y puentes pusieron fin a las diferencias regionalistas
y permitió la existencia de un mercado nacional unificado. Pero estas carreteras tenían
también un objetivo político que buscaba que el Estado neo colonial ejerciera eficazmente
su función de control político mucho mas centralizada que antes, poniéndole fin a la
hegemonía
caudillista y militar porque estas carreteras facilitaban el rápido
desplazamiento de las tropas norteamericanas para aplastar los movimientos guerrilleros
que se organizaron en algunas zonas del país.
Otra ventaja de la danza fue el pago de la deuda externa con los Estados Unidos
saldada en 1919, el cual no daba razón para que los norteamericanos siguieran en el país
por lo que no les convenía el pago de los 20 millones de dólares. A pesar de la bonaza
económica, en 1920 la economía norteamericana decayó el cual se comenzó a reflejarse en
la economía dominicana con una reducción en los precios de productos de exportación.
Para concluir las construcciones, los gobernadores que sucedieron a Knapp
negociaron nuevos empréstitos internacionales. Unos por US$2,500,000.00 dólares
contratado con banqueros de Nueva York en 1921 y otro ascendiente a US$10,000,000.00
en 1922 cuando se inauguró la carretera Duarte. Estos préstamos violaban el articulo No.3
de la convención Dominico – Americana de 1907 que prohibía al Estado Dominicano hacer
mas préstamos hasta tanto se saldara la deuda de los 20 millones
con el gobierno
norteamericano.
En 1920 el gobierno militar puso en vigencia una nueva ley llamada Ley de
Franquicias mediante el cual se efectuaría una sustancial rebaja de impuestos aduaneros a
cientos de artículos estadounidenses facilitando la penetración masiva de mercancías
norteamericanas. Esto provocó la ruina de numerosos productores nacionales y la no
posibilidad de desarrollar una industria nacional.
Para facilitar la expansión de las compañías azucareras norteamericanas, el
gobierno de los marines propició el despojo de la propiedad de la tierra a campesinos y
terratenientes en las zonas ubicadas las plantaciones cañeras. Estos dictaron leyes de
impuestos a la propiedad territorial y la de registro de tierras que al obligar a los
propietarios a pagarlos, estos decidieron vender sus tierras a precios irrisorios.
Movimientos nacionales de resistencia en contra de la ocupación
norteamericana.
En la ocupación militar norteamericana habían dos tipos de resistencias nacionales,
los cuales eran la resistencia rural y la resistencia urbana. La resistencia rural utilizaba
métodos pacíficos y sobre todo guerrilleros en contra la ocupación norteamericana y la
resistencia urbana utilizaba métodos pacíficos y/o diplomático, ya que estaba compuesta
por intelectuales. La resistencia rural duró cinco años, de 1917 hasta 1922. En esta
participaron cientos de campesinos de la zona este y de algunas zonas del Cibao.
Resistencia rural
Con el desarme de la población civil, el gobierno de los marines habría logrado una
pacificación, menos en los habitantes de San Pedro de Macorís, Hato Mayor, El Seibo e
Higüey, es decir, en las zonas del Este, donde los campesinos y algunos trabajadores
hicieron frente a los ocupantes por medio de las guerrillas. El movimiento guerrillero de la
zona oriental se originó por los abusos y los atropellos cometidos por los dueños de
ingenios y plantaciones cañeras, los cuales eran norteamericanos. Estos dueños de ingenios
y plantaciones cañeras compraban durante muchos años a bajo precio, las tierras de los
campesinos que estaban a la cercanía de las suyas, o los hacían desalojarla en caso de no
venderla.
La causa anterior, es decir, las tierras, no fue el único motivo de la resistencia
campesina, porque la causa fundamental que los empujó a combatir contra los
intervencionistas fue la defensa de la patria.
La lucha de los movimientos de guerrilla fue de gran importancia porque la
infantería de la marina fracasó durante cinco años y medio en controlar la mayor parte de
la zona este del país debido a que en distintos momentos, los norteamericanos se
enfrentaron contra 8 y 12 líderes guerrilleros, los cuales eran capaces de reclutar hasta 600
combatientes regulares y además contaban con el apoyo de numerosos guerrilleros como
también con la ayuda y la simpatía de la población y general. Empleando su medio
ambiente y experiencia como ventaja, los guerrilleros lucharon contra una fuerza que
poseía equipo y entrenamiento superior al de ellos.
Los principales líderes guerrilleros fueron Vicente Evangelista y Ramón Natera.
También se destacaron Fidel Ferrer, Martín Peguero, Gregorio Urbanos Gilbert, Ramón
Batía, Salustiano Goicochea y Pedro Celestino del Rosario.Sobre estos líderes se desplegó
una feroz persecución. Producto de estas persecuciones, algunas zonas del país fueron
testigo de los actos de salvajismo y de violaciones cometidos por las tropas de infantería de
la marina. Evidencia de esto fueron los más de 300 guerrilleros colgados, torturados,
desmembrado y fusilados por los marines.
La propaganda Yanqui llamaba Gavilleros a los grupos de resistencia de región Este
y del Cibao, compuestos en mayoría por campesinos, como forma de asociar la lucha de los
movimientos rurales con las bandas de delincuentes existentes antes de la ocupación.
En cuanto a la resistencia pacífica, el cual fue otro método de oposición al gobierno
invasor, los dominicanos, por ejemplo, cuando los marines se presentaban a un lugar
público, los dominicanos abandonaban ese lugar también al paso de los marines por las
calles de la ciudad o de los pueblos, las mujeres les cerraban las puertas de las casas como
medio de repudio y los pulperos se negaban a venderle bebidas alcohólicas, entre otros
manifestaciones.
En contraste con ese método de protesta, en los campos de Salcedo y San Francisco
de Macorís hubo una resistencia armada. En esta zona se destacaron algunos líderes
campesinos, entre ellos estarán Lucas Camilo y Cayo Báez. En el caso de Lucas Camilo,
éste se fugó de la cárcel y junto a un grupo de fugitivos se enfrentaron a las tropas del
capitán Buckalow, muy famoso por sus métodos de tortura. En el caso de Cayo Báez, éste
fue torturado, por órdenes del capitán Buckalow. El método de tortura que utilizaron fue
agarrar un hierro candente como arma de tortura, para así quemarle el pecho y el
estómago.
La lucha de los guerrilleros entró en decadencia tan pronto se vislumbraron las
posibilidades de la desocupación militar. Los últimos grupos que en los primeros meses de
1922 permanecían alzados fueron convencidos de que de pusieran las armas bajo ciertas
condiciones, pues se iba a instalar un gobierno provisional dominicano.
Resistencia urbana.
En los primeros años de la ocupación, los políticos tradicionales, la pequeña
burguesía urbana y los intelectuales no ofrecieron ninguna resistencia activa contra los
ocupantes. Sólo las fuerzas patrióticas “Gavilleras” enfrentaron a los invasores. Los
políticos tradicionales, unos por temor y otros por pesimismo, más bien colaboraron con el
gobierno militar, mientras los intelectuales viajaban en comisiones al extranjero, tratando
inútilmente, de doblegar la voluntas del presidente Wilson de los Estados Unidos.
En febrero de 1919, llegó al país el contralmirante Thomás Snowden, para sustituir
al capitán Harry Knapp como gobernador militar. Snowden abandonó la política de su
antecesor de trabajar con los dominicanos, a quienes habían nombrado en algunas
funciones del gobierno militar. En agosto, el depuesto presidente dominicano Francisco
Henríquez y Carvajal, viajó desde Cuba a Francia para participar en la conferencia de la
paz, en Versalles, para allí exponer acerca de la situación dominicana, pero éste no logró su
objetivo.
Los primeros comités procausa dominicana se formaron en Cuba y facilitaron los
fondos para que Henríquez y Carvajal hiciera este viaje.
Luego, Henríquez y Carvajal se dirigió a Estados Unidos. En septiembre de 1919, se
celebraron varias conferencias con funcionarios del departamento de Estado en
Washington, de donde salió una primera comisión integrada por dominicanos para estudiar
la situación del país, con la ayuda de técnicos norteamericanos. También Henríquez y
Carvajal propuso en Washington, un plan de desocupación gradual, en el cual, se indicaba
que para contar con la cooperación de los dominicanos, era necesario que el gobierno
militar restableciera en el país, las libertades civiles y políticas, suprimiera la censura y la
justicia militar, y estableciera un conjunto de leyes para reorganizar a la nación.
La comisión integrada por Adolfo Nouel, Federico Velásquez, Francisco J. Peynado
y Jacinto de Castro, llamada Junta Constitutiva, creada el 3 de noviembre de 1919, fracasó
en sus propósitos, porque el gobernador Snowden jamás puso en práctica lo sugerido, y en
enero de 1920 la comisión renunció en pleno.
En febrero de 1920 se formó la agrupación patriótica Unión Nacional Dominicana,
presidida pos Don Emilio Tejada y creada por Américo Lugo, estaba integrada por
Enríquez Henríquez, Andrés Pérez, Antonio Hoepelman, Fabio Fiallo, Emilio Billini,
Manuel Arturo y Armando Pérez Perdomo. El propósito de esta agrupación era el de
organizar y realizar campañas de resistencias civiles frente al gobierno militar y obligar a
los Estados Unidos a retirarse del país.
La consigna del movimiento era la reintegración de la soberanía pura y simple. Una
de las primeras actividades de este movimiento fue la celebración, a finales de junio, de la
semana patriótica, ideada por Américo Lugo. En todas las ciudades se iniciaron las
actividades con alboradas y se recaudaban recursos económicos para enviar misiones de
dominicanos a diversos países de América para agitar la opinión internacional a favor de
los dominicanos. Esta campaña nacionalista tomó tanta fuerza en Estados Unidos que se
levantaron voces en el congreso en demanda de la restauración de la independencia
dominicana.
En la campaña electoral de 1920 en los Estados Unidos, el asunto dominicano se
convirtió en un tema de debate público. Uno de los candidatos a la presidencia de Estados
Unidos, Warren Harding, atacó en un discurso, las políticas intervensionistas del presidente
Wilson en el Caribe y dio a conocer su intención de retirar las tropas norteamericanas en
donde hubieran sido enviadas en violación de los derechos de sus vecinos latinoamericanos.
De manera que cuando Warren Harding ganó las elecciones, en noviembre de 1920, ya
existía una atmósfera favorable para poner fin a la intervención norteamericana.
Planes de desocupación.
Las presiones internas y externas, incluyendo la de los países latinoamericanos que
exigían una rápida desocupación de República Dominicana, llevaron al Presidente Wilson a
ordenarle a Snowden que integrara una nueva comisión con los mismos propósitos que la
anterior, la que había renunciado en enero de 1920.
Pocos meses después que Harding tomó posesión de la presidencia de los Estados
Unidos, nombró un nuevo Gobernador Militar, llamado Samuel Robinson, para que viniera
a Santo Domingo a facilitar los trabajos de la desocupación. Robinson llegó en junio de
1921 e inmediatamente publicó una proclama preparada en Washington en la cual daba a
conocer un plan de evacuación escalonado que haría posible la celebración de unas
elecciones generales supervisadas por el gobierno militar, para elegir un nuevo presidente
dominicano. De acuerdo al Plan Harding, el nuevo gobierno tendría que reconocer todos
los actos y medidas del gobierno militar y también que la Policía Nacional Dominicana,
quedara dirigida por oficiales norteamericanos, propósitos que fueron rechazados
firmemente por la Unión Nacional Dominicana.
La propuesta norteamericana quedo en suspenso, hasta que Francisco J. Peynado, se
traslado a Washington en mayo de 1922 para buscar una nueva formula que armonizara las
posiciones y resultara aceptable para ambas partes; Peynado junto al Secretario de Estado,
Charles Evans Hughes, llegó a un acuerdo de evacuación para ser sometido a los líderes
políticos dominicanos. Este acuerdo llegó a llamarse Plan Hughes-Peynado y contemplaba
el establecimiento de un gobierno provisional que prepararía las condiciones para la
celebración de elecciones en 1924 y reconocimiento de todos los actos y disposiciones del
gobierno militar, incluyendo los derechos creados a favor de terceros, las emisiones de
bonos de los empréstitos hechos por el gobierno de los marines, la validez de las nuevas
tarifas aduanales establecidas y vigencia de la Convención Dominico-Americana de 1907,
hasta tanto el país saldara la deuda externa, aumentada por el gobierno militar.
Los comisionados que firmaron el acuerdo en Washington se trasladaron al país y
después de varios días de debates, decidieron escoger, en octubre de 1922, al comerciante
Juan Bautista Vicini Burgos como Presidente provisional. De esa manera, los sectores
nacionalistas radicales que exigían el retorno puro y simple a la soberanía nacional, se
quedaron aislados, limitados a la parte mas consciente de la pequeña burguesía urbana.
La presidencia nominal de Vicini Burgos y la apertura de la campaña electoral hizo
revivir el espíritu de partidos entre los dominicanos.
Juan Isidro Jiménez había muerto y su partido quedó bajo la influencia de Desiderio
Arias y Elías Brache. Los partidos horacista y legalista, dirigidos por Horacio Vásquez y
Federico Velásquez, cambiaron de nombres y para las elecciones de 1924 se llamaban
Partido Nacional y Partido Progresista.
En la campaña electoral para elegir un Presidente constitucional, se formaron dos
(2) grandes alianzas políticas; una llamada Alianza Nacional Progresista, que agrupó a
Vásquez y Velásquez, y la otra se llamó Coalición Patriótica de Ciudadanos, que agrupo a
los Jimenistas, y llevaba como candidato presidencial a Francisco J. Peynado.
Las elecciones se celebraron con normalidad el 15 de Marzo, estando el país
ocupado todavía, y fueron ganadas por Horacio Vásquez; éste se juramentó el 12 de Julio
de 1924, el mismo día en que las tropas norteamericanas iniciaban su evacuación final, en
medio de la alegría de todo el pueblo que convirtió la ocasión en una auténtica fiesta del
patriotismo dominicano.
Consecuencia de la Ocupación.
La ocupación militar norteamericana dejó al país en una situación muy diferente a la
del 1916. El proceso de modernización, iniciado en las últimas décadas del siglo XIX, cobró
un nuevo impulso durante los años de ocupación.
Las tres (3) carreteras construidas, empezaron a borrar el tradicional aislamiento
entre las distintas regiones que vivían separadas unas de otras; cientos de autos y camiones
se desplazaban sobre ellas, disminuyendo la importancia de ferrocarriles.
El desarme de la población civil y la creación de un nuevo ejército, sin relación con
los caudillos del pasado, impidió la ocurrencia de nuevas revueltas armadas.
La administración pública, principalmente de las aduanas y la de Rentas Internas,
había sido reorganizada y existían sistemas de contabilidad y de contraloría que hacían
esperar un adecuado manejo de las Rentas Internas.
La ocupación enseñó a los líderes dominicanos, que el centro del poder militar,
político y económico en el área del Caribe, estaba en Washington y no en los países
europeos, cuya influencia continuó siendo desplazada por el creciente poderío
norteamericano.
La Ley de franquicias, que favoreció la entrada de cientos de productos y marcas en
inglés, dio origen a una marcada americanización del lenguaje. Esto terminó arruinando a
los productos nacionales y al incipiente desarrollo industrial que pudo haberse fortalecido
con la danza de los millones.
Las construcciones de Obras Públicas del gobierno militar, trajo como consecuencia
que buen gobierno era aquel que construyera muchas obras públicas.
Con el auge de la industria azucarera, que fue favorecida con leyes específicas desde
su inicio, la economía dominicana quedó convertida en una economía de plantación
sumamente dependiente de los precios mundiales del azúcar, sobre los cuales el gobierno no
tenía ningún control.
Para 1925, existían veintidós (22) ingenios, la mayoría de los cuales eran propiedad
de empresarios norteamericanos, con casi tres millones de tareas de tierras agrícolas y con
una inversión declarada que sobrepasan los cuarenta millones de dólares.
El gobierno de Horacio Vásquez
El tercer y último gobierno de Horacio Vásquez fue otra de las consecuencias y una
prolongación de la ocupación norteamericana. Este llegó a la presidencia mediante la ¨
Alianza Nacional Progresista ¨, que agrupó los partidos de Vásquez y Velásquez en torno
aun acuerdo que le daría a Velásquez la vicepresidencia y a su partido el 30% de los
ministerios y cargos públicos.
El gobierno del viejo caudillo no se diferenció mucho del gobierno militar en materia
de política económica. Las obras públicas iniciadas por los ocupantes fueron concluidas y
algunas ampliadas a lugares más distantes, como fue el caso de las principales carreteras
nacionales. Para continuar con ese amplio programa de construcciones, el gobierno de
Vásquez tomó nuevos préstamos internacionales, siempre con el consentimiento de gobierno
norteamericano, pues el Estado dominicano seguía atado a una especie de protectorado
financiero.
En diciembre de 1924, el gobierno firmó un nuevo convenio que modificaba
ligeramente la Convención Dominico-Americana de 1907, pero que prolongaba por muchos
años el control financiero de los Estado Unidos sobre la República Dominicana. Los
debates que ese nuevo convenio provocó en el Congreso, que lo ratificó en abril de 1925,
originaron la ruptura política entre los partidos Nacional y Progresista.
Como Vásquez llegó al poder en medio de una situación económica muy difícil,
resultante de los bajos precios de los productos de exportación y el agotamiento de los
recursos del ultimo préstamo de 10 millones de dólares contratado por el gobierno militar
en 1922, gestionó un nuevo préstamo en septiembre de 1926 para pagar deudas vencidas y
para atender su vasto programa de inversiones públicas.
Con esos nuevos recursos el gobierno se pasó todo el año de 1927 construyendo. Por
primera vez, se construyó el acueducto de Santo Domingo, se dragaron los principales
puertos del país, se construyeron nuevas escuelas y se ampliaron las tres carreteras
nacionales hasta llegar a provincias más lejanas, acelerando así el proceso de
modernización de la sociedad dominicana.
Con apenas dos años gobernando, Vásquez empezó a ser tentado por el viejo vicio de
la reelección presidencial. Algunos intelectuales que simpatizaban con el Partido Nacional
argumentaban, sin razón, que el presidente y los miembros del Congreso habían sido electos
de acuerdo a la Constitución de 1908 que amplió el período presidencial de cuatro a seis
años, no así el Vicepresidente, quien supuestamente había sido electo después de
promulgada la nueva Constitución de 1924 que reducía el período presidencial a cuatro
años. De ser así, Vásquez y el Congreso debían permanecer en sus respectivas funciones
hasta 1930 y Velásquez hasta 1928.
La polémica pública en torno a este delicado problema duró casi dos años. El
Congreso, controlado por los horacistas, convocó la Asamblea Revisora y en junio de 1927
aprobó una Constitución que prolongaba el período del Presidente, del Vicepresidente y de
los miembros del Congreso.
El Vicepresidente Velásquez no aceptó la extensión de su cargo y el 16 de agosto de
1928 presentó su renuncia y de inmediato fue sustituido por un alto dirigente del partido y
funcionario del gobierno llamado José Dolores Alfonseca, un hombre del entorno
presidencial. El rompimiento de la alianza entre horacistas y velazquistas se originó en el
incumplimiento del acuerdo por partes del Presidente Vásquez, quien en las elecciones
de1924 se había comprometido a darle a los seguidores del Partido Progresista un 30% de
los ministerios y cargos públicos.
Pero la elección del nuevo Vicepresidente provocó otra crisis política, ahora en el
propio seno del Partido Nacional, pues muy pronto se empezó a ver a Alfonseca como uno
de los posibles sucesores de Vásquez en 1930. Esa posibilidad atizó las intrigas políticas en
el partido gobernante. Los adversarios de Alfonseca muy pronto empezaron a promover una
nueva reelección del viejo y enfermo caudillo como forma de ‘cerrarle el paso’ al nuevo
Vicepresidente. Entre los adversarios de Alfonseca estaba Martín de Moya, Secretario de
Hacienda y sobrino de Trina Moya, la esposa de Presidente.
Las tempranas rivalidades entre Alfonseca y de Moya por la sucesión presidencial
terminaron involucrando a un tercer personaje llamado Rafael Leonidas Trujillo. Con la
sutileza de la serpiente, el jefe del ejército utilizó las ambiciones de los políticos
tradicionales para derrocar al Presidente Vázquez en febrero de 1930.
A través del siguiente trabajo le presentamos las diferentes causas que produjeron la
Intervención Norteamericana en nuestro país, las medidas políticas que tomaron los
ocupantes, las instituciones que crearon, las diferentes guerrillas que se enfrentaron a los
norteamericanos para impedir su paso y las consecuencias que dejó este hecho en nuestro
país.
Además de esto, especificamos en qué lugares desembarcaron las tropas norteamericanas
antes de ser oficializada formalmente la ocupación, cómo se desarrolló la política
económica dirigida por los norteamericanos en nuestro país y el gobierno de Horacio
Vásquez, ya que fue una consecuencia de la intervención.
La Intervención Norteamericana por un lado fue buena y por otra fue mala. Las cosas
buenas que realizaron los norteamericanos durante su estadía, fueron: La creación de
instituciones como La Secretaría de salud y beneficencia, el Tribunal Superior de Tierras, la
creación de la guardia Nacional en 1917 y la promulgación de leyes como la ley de
enseñanza pública y la ley de Sanidad. Con esta última, hicieron varias campañas para
combatir enfermedades venéreas, el paludismo y parásitos intestinales
Otras de las cosas buenas fueron: La construcción de carreteras, ya que permitió la
cercanía de las provincias, la construcción de acueductos, puentes y alcantarillados, y la
reorganización de las aduanas, a las cuales, le incorporaron un nuevo sistema de
contabilidad.
Las cosas negativas fueron: Endeudar más al país al tomar dos préstamos (uno de US$ 2,
500, 000 y otro de US$ 10, 000, 000), maltratar a los líderes guerrilleros dominicanos con
fusilamientos, desmembramiento, torturas y ahorcamientos.
Esto demuestra que a pesar de que los países interventores sólo ocupan a otros para su
propio beneficio, los países que resultan ocupados de una u otra forma resultan también
beneficiados.
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