Pureza Sexual: 16 cosas que necesita saber (Sexual Purity: 16 Things You Need to Know) BY RANDY ALCORN APRIL 22, 2015 He desarrollado el siguiente material y se lo he enseñado a muchos jóvenes y padres durante varios años. Cuando mis hijas ya casadas eran adolescentes, me enfoqué bastante en compartirlo y discutirlo con ellas así como con los hombres jóvenes que pidieron salir con ellas. A continuación una versión abreviada del material "Directrices para la pureza sexual": 1. El sexo es bueno. Dios lo creó, Dios lo llamó "bueno", y existió antes de que hubiera cualquier pecado en el mundo. El sexo no fue creado por Satanás, Playboy, el Internet, o un pervertido que acecha en las sombras de una tienda porno. Sin embargo, Dios require el sexo dentro de sus intenciones y demandas, no las del mundo (Efesios 5:3-4). Dios diseñó el sexo para la unión sagrada del matrimonio entre un hombre y una mujer, y lo reserva para esa unión. 2. Como todos los buenos regalos de Dios, el sexo puede ser mal utilizado y pervertido. El agua es un regalo de Dios, sin la cual no podríamos sobrevivir. Pero las inundaciones y los maremotos son agua fuera de control, y los efectos son devastadores. Del mismo modo, Dios diseñó el sexo para existir dentro de ciertos límites. Cuando es practicado en consonancia con el propósito de Dios, es hermoso y constructivo. Cuando está fuera de control, violando el propósito previsto por Dios, se convierte en algo feo y destructivo. 3. Los límites del sexo son los límites del matrimonio. La unión sexual se concibe como una expresión de un compromiso de por vida, un símbolo de la unión espiritual que existe sólo dentro del compromiso incondicional del matrimonio. Fuera del matrimonio, el compromiso duradero está ausente y el acto sexual se convierte en una expresión falsa, una mentira. El sexo no se convierte en algo permisible a través de los sentimientos subjetivos, sino a través del compromiso objetivo de por vida del matrimonio. 4. Su pureza sexual es esencial para su caminar con Dios. La pureza sexual no es una opción para un cristiano obediente; es un requisito. La voluntad de Dios se centra en nuestro carácter y en la pureza moral mucho más que en nuestras circunstancias, tales como el trabajo y la educación: "Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual" (1 Tesalonicenses 4:3). 5. Usted es vulnerable a la inmoralidad sexual. No se engañe a sí mismo pensando que nunca puede sucederle esto. "Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga" (1 Corintios 10:12). Si piensa que nunca va a caer sexualmente, usted no está tomando las precauciones para evitar que esto ocurra. 6. Usted es un objetivo para la inmoralidad sexual. Cuanto más involucrado esté en servir a Cristo, mayores serán los intereses de Satanás en destruirlo a usted y la obra de Dios en usted y a través de usted. El maligno quiere acabar con usted y usar su vida como un mal ejemplo para los demás cristianos. Dios requiere que seamos instrumentos sagrados y puros para ser usados por Él (2 Timoteo 2:20-21). Pero así como el maligno es poderoso para tentarnos, Dios es infinitamente más poderoso para librarnos, y nos ha dado en Cristo todos los recursos que necesitamos para vivir una vida piadosa (2 Pedro 1:3-4). 7. Su cuerpo le pertenece a Dios, no a usted. "Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Corintios 6:20). Cuando usted vino a Cristo, cuando Él lo afirmó como Señor de su vida, usted le entregó a Dios todo su ser, incluyendo su cuerpo. Él pagó el precio más alto por ello: la sangre derramada del Dios Todopoderoso! 8. La pureza sexual comienza en la mente, no en el cuerpo. "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón [mente, ser interior], pues de él mana la vida" (Proverbios 4:23). Cuidado con lo que usted expone a su mente. Si está en una dieta, no vaya a Baskin & Robins. Si lo hace, su resistencia se romperá. Si desea abstenerse de la lujuria, no vaya a lugares, no vea películas y programas, ni lea cosas que estimulen la lujuria. No le dé comida chatarra a su mente. Asegúrese de que está recibiendo nutrición espiritual. 9. Ya que Dios no quiere que usted tenga relaciones sexuales antes del matrimonio, del mismo modo Él no desea que usted haga aquello que prepara su cuerpo para el sexo prematrimonial. Existe una continuidad de contacto físico que comienza con cosas como sentarse juntos y tomarse de las manos, algo que consecuentemente se puede trasladar a las relaciones sexuales. Las Escrituras no especifican exactamente qué comportamiento "intermedio" es permisible, pero una cosa es cierta: la línea debe establecerse antes de que alguno de ustedes llegue a tener un estímulo sexual. 10. Una vez que deja que su cuerpo cruce la línea, ni sabrá ni se preocupará por sus convicciones cristianas. Algunos cristianos le piden a Dios que proteja su pureza, para luego, de manera voluntaria, ponerse en situaciones de tentación y así, pasen a preguntarse por qué Dios no respondió a su oración. Sin importar qué tan fervientemente ore para no caer en la inmoralidad, caerá si continúa tomando decisiones que alimenten su tentación hacia dicha inmoralidad. No permita que sus elecciones socaven y anulen sus oraciones. 11. Si usted tiene intimidad sexual con alguien fuera del matrimonio, usted le está robando a Dios y a la otra persona. Puesto que él o ella le pertenece a Dios, no a usted, eso significa que usted está pidiendo prestada esta persona por una noche. Tenga cuidado con lo que hace con aquello que no le pertenece a usted. Tendrá que rendir cuentas a su propietario. 12. Dios tiene los mejores intereses en mente cuando le dice que no tenga relaciones sexuales antes del matrimonio. El sexo no solo es algo que hacemos — el sexo es algo que somos—. Está relacionado con el bienestar de toda su persona. Tener relaciones sexuales fuera del matrimonio es auto-destructivo en todos los sentidos. La pureza sexual es siempre lo mejor, no sólo para Dios y los demás, sino para usted. 13. Dios no le va a pedir que se abstenga de la impureza si fuera imposible obedecerlo. El sexo es algo de lo que todos pueden abstenerse —es un fuerte deseo, sí, pero nunca es una urgencia, nunca una necesidad—. "La gracia de Dios nos enseña a decir 'no' a la impiedad y a los deseos mundanos, y a vivir en este siglo, con autocontrol, vidas justas y piadosas". (Tito 2:12). Usted puede y debe recurrir a sus recursos en Cristo, y decir "no" a las tentaciones para pecar. 14. Satanás le mentirá sobre el sexo, pero Jesús le dice la verdad. Jesús le dijo de Satanás: "Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de mentiras" (Juan 8:44). Satanás es un mentiroso, pero Jesús es la Verdad y el vocero de la verdad (Juan 14: 6). Él dijo: "Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos. Entonces conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Juan 8:32). Los que creen las mentiras de Satanás sobre el sexo terminan en esclavitud. Aquellos que creen la verdad de Cristo sobre el sexo, terminan libres. 15. Usted debe aprender a pensar a largo plazo, no a corto plazo. Bueno o malo, siempre se cosecha lo que se siembra —usted siempre cosechará las consecuencias de sus elecciones—. "No os engañéis: Dios no puede ser burlado. Cada uno cosecha lo que siembra" (Gálatas 6:7). Las consecuencias de por vida de la impureza sexual son peores de lo que podemos imaginar. Las recompensas duraderas de la pureza sexual son mayores de lo que podemos imaginar. 16. Si usted ha violado algunas de estas directrices, confiese y arrepiéntase. Viva de una manera tal en la que anhele escuchar a su Señor decirle algún día: "Bien hecho". Póngase del lado correcto en el sistema moral del universo. Honre a Dios viviendo en pureza sexual. Si lo hace, usted experimentará sus bendiciones y recompensas no sólo hoy, mañana o dentro de diez años, sino por toda la eternidad.