BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 1 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 La naturaleza en tus manos Editora general Yesica M. Guardado Co–Editora Académica M.Sc. Rosa María Estrada H., Nicaragua. Coordinación de contenido Bióloga Andrea Castro, Colombia. M.Sc. Rosa María Estrada H., Nicaragua. Guillermo Recinos, El Salvador. Carlos Estrada Faggioli., El Salvador. Corrección de estilo: Carlos Estrada Faggioli Maquetación: Carlos Estrada Faggioli Yesica M. Guardado Open Acces Pyrilia haematotis Locación: Boca Tapada, Pital, Costa Rica. Septiembre de 2019. Fotografía: Graciela Neira Soporte digital: Carlos Estrada Faggioli Toda comunicación dirigirla a: edicionbioma@gmail.com Páginas Web de BIOMA: https://edicionbioma.wordpress.com El Salvador, diciembre 2019. 2 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Comité editorial La naturaleza en tus manos Bióloga Andrea Castro Investigadora grupo Biodiversidad de Alta Montaña BAM, Colombia. Yesica Maritza Guardado Fotógrafa, Consultora Editorial. Rosa María Estrada H. M.Sc. Bióloga, Especialista en Entomología. Consultora, Nicaragua. Manuel Alberto Cortez Martínez Médico Veterinario Zootecnista. Especialista en fauna silvestre, El Salvador. Lara-Uc Ma. Mónica, Ph.D. Docente–Investigadora. Ciencias Marinas y Costeras de Universidad Autónoma de Baja California Sur, La Paz, Baja California Sur, México. Carlos De Soto Molinari Fotógrafo de Naturaleza, República Dominicana. Geógrafo Ignacio Aisur Agudo Padrón Gerente Investigador Projeto “Avulsos Malacológicos–AM”, Florianópolis, Santa Catarina/ SC, Brasil. Tania Vianney Gutiérrez Santillán, Ph.D. Instituto de Ecología y Manejo de Recursos Naturales, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. Oswaldo Rodríguez Flores M.Sc. Entomólogo, Profesor titular del Departamento de Protección Agrícola y Forestal Director del Museo de Entomología, Universidad Nacional Agraria, Managua, Nicaragua. Biólogo Luis Pineda Técnico en Gestión de Cuencas y Humedales. Dirección General de Ecosistemas y Vida Silvestre, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, MARN, El Salvador. Antonio Tosto Especialista en Arácnidos, República Dominicana. Guillermo Recinos Estudiante Tesista de Licenciatura en Biología, Coordinador de Contenido de Revista BIOMA, El Salvador. Maestra, Lilia Acevey Maestra, articulista y fotógrafa, Argentina. Biólogo Pablo Galán Biólogo-Botánico, El Salvador. Carlos Estrada Faggioli Comunicador, Consultor y Director del Proyecto BIOMA, El Salvador. 3 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Contenido Sinopsis de la familia Plumbaginaceae en El Salvador, Pág. 6 De antiguos cazadores en Tanzania, Pág. 15 Mitos y realidades de la fauna silvestre de El Salvador, Pág. 23 Contribuciones al inventario de aves del bosque pino-roble del Parque Nacional Montecristo, Metapán, Santa Ana, El Salvador, Pág. 35 Los contenidos vertidos en los artículos publicados en la Revista BIOMA son de exclusiva responsabilidad de quien los remite para su publicación, BIOMA solamente responderá por el editorial. 4 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Astrophytum asterias Locación: El Jardín de Wari, San Salvador Fotografía: Álvaro Castillo 5 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Sinopsis de la familia Plumbaginaceae en El Salvador Dagoberto Rodríguez Delcid Asociación Jardín Botánico La Laguna, Herbario LAGU, Antiguo Cuscatlán, La Libertad, El Salvador. Correo electrónico: darodelcid@gmail.com Resumen Abstract En el siguiente documento se presentan descripciones breves de géneros y especies de la familia Plumbaginaceae, clave de géneros y especies, fotografías y mapa de localización. Dos géneros con tres especies se encuentran en el país, Limonium (Limonium sinuatum (L.) Mill.) y Plumbago (Plumbago auriculata Lam. y Plumbago zeylanica L.) In the following document, brief descriptions of genera and species of the Plumbaginaceae family, key of genera and species, photographs and location map are presented. Two genera with three species are found in the country, Limonium (Limonium sinuatum (L.) Mill.) And Plumbago (Plumbago auriculata Lam. And Plumbago zeylanica L.) Palabras clave: El Salvador, Plumbago, Plumbaginaceae Key words: El Salvador, Plumbago, Plumbaginaceae 6 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Introducción Se encuentran cerca de 150 especies, principalmente en el hemisferio norte del viejo mundo. La única especie para el país es Limonium sinuatum El Doctor David J. Guzmán en su segunda (s.f.) y tercera edición (1975) de Especies útiles de la Flora Salvadoreña menciona a “plombago”, “hierba vesicante”, Plumbago caerulea como una planta silvestre y hace una descripción breve de esta menciona algunos usos de esta; hoy en día, se conoce solo para Argentina, Bolivia y Perú. Además, hace mención de dos especies más Plumbago scandens (sin. de Plumbago zeylanica) y Plumbago rosea que es originario de China, de las cuales menciona el color de sus flores y lo raras que son en el país. Limonium sinuatum (L.) Mill. (Fig. 1) Sinonimia: Statice sinuata L. Nombre común local: amor en seco Plantas anuales o bianuales erectas de hasta 60 cm de altura, algunas veces ramificadas y escabroso-hispidas. Hojas inferiores pinnatífidas, con lóbulos anchos y redondeados en la punta. Ramas con 3 alas. Espiguillas con 3 a 5 flores, en espigas secundarias cortas al final de las ramas. Cáliz como la corola, de 1 cm de ancho, ampliamente en forma de embudo de color azul o púrpura, glabra. Corola pequeña blanco amarillento. Este es el resultado de la revisión de literatura de la familia Plumbaginaceae (Edmondson, (2009); Grayum, (2014); Guzmán (1975), Luteyn, (2001); Rueda, et al. (2019) y Standley y Williams (1966)), además de una serie de viajes de recolecta botánica y revisión de colección en el Herbario MHES (Museo de Historia Natural de El Salvador) y LAGU (Jardín Botánico La Laguna) y revisiones de bases de datos del Missouri Botanical Garden http://www. tropicos.org/Home.aspx y JSTOR Global Plants https://plants.jstor.org/ sustentan este artículo. Esta especie es poco recolectada, sin embargo, es comercializada comúnmente como flor de corte en mercados locales. Material recolectado. Santa Ana. Mpio. Santa Ana, Potrero Grande, P.N. Los Volcanes, Sector Los Andes, Los Clemente; 16 abril 2018 (fl.); Rodríguez, López, Galán, Hernández, Delgado, Martínez, González y Hernández 06636 (duplicados en B, CAS, LAGU, MO). (Fig. 2) Plumbaginaceae Esta familia botánica se ubica dentro del orden Caryophyllales, alberga especies con forma de vida variada como hierbas perennes, subarbustos o arbustos. Con hojas simples, alternas, enteras y pinnatisectas, en ocasiones con aurículas. Inflorescencias simples o compuestas, en forma de racimos, espigas o cimas. Flores actinomorfas. Cáliz tubular con 5 o 10 costillas frecuentemente glandulares, la parte superior frecuentemente escariosa. Pétalos casi libres. Estambres 5. Fruto en forma de cápsula con 1 semilla. Se estima un aproximado de 27 géneros con casi 700 especies distribuidas en todo el mundo, pero con máxima diversidad en el Mediterráneo y la región Irano- Turánica. Clave de géneros Cáliz no en forma de tubo y sin glándulas……………….…………Limonium. Cáliz en forma de tubo y con glándulas……………………...…….Plumbago. Limonium Adanson Hierbas perennes o anuales, generalmente creciendo de forma erecta y ramificada. Hojas caulinares o basales, angostas o anchas enteras, a menudo pinnatífidas. Tallos frecuentemente alados. Flores bastante pequeñas, en espiguillas con brácteas. Cáliz en forma de embudo con 5 o 10 costillas y extendiéndose en la antesis. Pétalos unidos solo cerca de la base, de forma obovado. Fruto en forma de utrículo incluido en el cáliz. 7 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 1. Inflorescencias de Limonium sinuatum. 8 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 2. Mapa de ubicación espacial de las especies de la familia Plumbaginaceae en El Salvador Plumbago L. Clave para las especies Hierbas foliosas perennes o subarbustos, algunas veces escandentes o trepadoras. Hojas delgadas, sésiles o con peciolo y con 2 aurículas basales. Inflorescencias simples, en racimos o espigas. Cáliz cubierto con glándulas sésiles o pediceladas. Corola con lóbulos de colores brillantes. Fruto una cápsula circuncísil. El género presenta alrededor de 20 especies, 3 son nativas de América tropical y solo 2 especies se encuentran en el país. Plantas cultivadas vistosas, con flores con tono azul o blanco; costillas del cáliz con tricomas, solo en la mitad superior……………………Plumbago auriculata. Plantas no cultivadas, flores con tono blanco y poco vistosas; costillas del cáliz con tricomas a todo lo largo………………………………..Plumbago zeylanica. 9 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Distribución: Trópicos del Viejo y Nuevo Mundo. Localmente habitando en sitios secos de vegetación secundaria aledañas a bosques deciduos y semideciduos de tierras bajas desde los 0 a 1100 msnm Plumbago auriculata Lam. (Fig. 3) Sinonimia: Plumbago capensis Thunb. Nombres comunes locales: azulina, umbela Material colectado. Santa Ana. Mpio. Metapán, P.N. San Diego-La Barra, Las Iguanas, Reunión de Los Patos, orilla de la Laguna de Metapán, 10 marzo 2009, Rodríguez, Monterrosa, Martínez y Santos 01565 (duplicados B, BM, LAGU, MO); Sonsonate. Mpio. Izalco, Ctón. Las Lajas, A.N.P. Complejo San Marcelino, Sector Bosque Las Lajas, Alterna 2, 14 abril 2012, Galán y Calderón 01332 (duplicados LAGU, MO); La Liberdad. Mpio. San Juan Opico, Ctón. Agua Escondida, Crio. Calle Vieja, A.N.P. La Argentina, Ruta 2, 18 marzo 2014, Rodríguez y Valencia 04633 (duplicados LAGU, MO); Mpio. Antiguo Cuscatlán, Laderas de La Laguna, 3 m NE del M. 77, 22 diciembre 1988, Cruz 00160 (duplicados B, F, LAGU, MO); Bosque Las Laderas, Jardín Botánico La Laguna, zona de tala de árboles, 4 febrero 2004, Carballo 01003 (duplicados B, BM, LAGU, MO); La Unión. Mpio. La Unión, Barrancones, 01 febrero 1998, Davidse, Sidwell, Monro, Ventura, Reyes y Sagastizado 37347 (duplicados B, BM, ITIC, LAGU, MO), (Fig. 2). Subarbustos escandentes de hasta 3 m. Hojas angostamente ovadas a elípticas, obtusas, atenuadas en la base. Pecíolo con aurículas basales pequeñas. Inflorescencias terminales y ramificadas, ejes puberulentos y brácteas de casi 3 mm, linear-lanceoladas, acuminadas. Flores sésiles. Cáliz de 11 a 16 mm, puberulento, con 10 costillas portando glándulas sólo en la mitad superior, (a veces con glándulas subsésiles en la mitad inferior). Corola de 25 a 35 mm, azul claro o blanco. Distribución: Nativa de Sur África y ampliamente cultivada y naturalizada en los trópicos del Nuevo Mundo. Localmente plantada desde los 50 a 1000 msnm para decoración. Material recolectado. Santa Ana. Mpio. Metapán, San José Ingenio, P.N. Montecristo, alrededores del Casco de la hacienda de San José, 8 noviembre 2017 (fl.), Rodríguez 06408 (duplicados LAGU, MO); La Libertad. Municipio Antiguo Cuscatlán, Jardín Botánico La Laguna, Zona 7, 23 febrero 1984, Berendsohn 00002 (duplicados LAGU, MO), Área Urbana del Plan de La Laguna, alrededores de la Zona 33, 22 marzo 2012 (fl.), Rodríguez, Galán y Valle 02689 (duplicado LAGU); Mpio. Colón, Ctón. El Capulín, Col. Jardines de Colón, Calle Los Mangos, Pol. 29 #17, 12 febrero 2012, Galán 1186 (duplicados LAGU, MHES); San Salvador. Mpio. San Salvador. Parque Saburo Hirao, Jardines aledaños a las colecciones de Historia Natural del Museo de Historia Natural de El Salvador, 22 marzo 2019, Elías 00004 (duplicado MHES), (Fig. 2). Plumbago zeylanica L. (Fig. 4) Sinonimia: Plumbago scandens L. Nombres comunes locales: gualcochile, chabac Hierbas o subarbustos escandentes de 1 a 2 m. Hojas ovadas a elípticas, obtusas, acuminadas o agudas; pecíolo auriculado en la base. Inflorescencias ramificadas, en racimos terminales con ejes glabros y brácteas con casi 4 mm, en forma de lanza y acuminadas. Flores subsésiles. Cáliz de 10 a 12 mm, glabro, con 10 costillas llevando glándulas pediceladas a todo lo largo. Corola de 20 a 30 mm con tono blanca. 10 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 3. Inflorescencias de P. auriculata. 11 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 4. Inflorescencias de P. zeylanica 12 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Agradecimientos Agradezco al personal del Herbario del Museo de Historia Natural de El Salvador (MHES) por su amabilidad en la búsqueda de la especie en sus colecciones y a Leonel Delgado guardaparque del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) por la fotografía de Limonium sinuatum. Bibliografía Edmondson, J.R. 2009. PLUMBAGINACEAE. Pp. 570-571 in G. Davidse, M. Sousa S., S. Knapp, F. Chiang & F.R. Barrie. Flora Mesoamericana. 4(1). Missouri Botanical Garden, St. Louis, Missouri, USA Grayum, M.H. 2014. PLUMBAGINACEAE. Pp. 330-331. in B.E.Hamel, M.H.Grayum, MANUAL DE PLANTAS DE COSTA RICA VOL. VII., DICOTILEDONEAS (PICRAMNAIACEAE-RUTACEAE), Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 129. Missouri Botanical Garden, St. Louis, Missouri, USA Guzmán, D.J. (s.f.) ESPECIES UTILES DE LA FLORA SALVADOREÑA. Pag. 388-389. Segunda Edición. Imprenta Nacional, San Salvador, El Salvador, C.A. Guzmán, D.J. (1975) ESPECIES UTILES DE LA FLORA SALVADOREÑA. Pag. 612. Tercera Edición. Ministerio de Educación, Dirección de Publicaciones, San Salvador, El Salvador, Centro América. Luteyn, J.L. 2001. PLUMBAGINACEAE. Pp. 1985-1986 in W.D. Stevens, Carmen Ulloa Ulloa, A. Pool y O.M. Montiel. Flora de Nicaragua, Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 85(3). Missouri Botanical Garden, St. Louis, Missouri, USA Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) 2011. Mapa de los Ecosistemas de El Salvador, Actualización- enero 2011. Rueda, R.M., Coronado, I. y Holt, S. 2009. in FLORULA DE LA RESERVA NATURAL NICARAGUA. Pág. 234. Colección Cultural de Centro América Serie Geográfica y Naturalista No. 5. Nicaragua Standley, P.C. y Williams, L.O. 1966. PLUMBAGINACEAE. Pp. 207-210 in Flora of Guatemala. VIII (2). Fieldiana 24. Field Museum of Natural History, Chicago, USA 13 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 14 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 15 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Vamos viajando por llanos arenosos y pedregosos. Cruzando lechos secos de ríos que, en algún momento del año llevarán agua para los sedientos habitantes, si los cielos se conmueven. Vemos un cerco de ramas protegiendo a un pozo excavado en su lecho, de donde extraen el agua que generosamente les brinda. Estamos pasando por donde proliferan esos mágicos, centenarios y tan especiales árboles que me emocionan hasta las lágrimas por su grandiosidad, y me hacen recordar con ternura a “El Principito”, de Saint Exupery: los Baobabs, una de cuyas variedades, el Adansonia digitata, abunda en estos lugares. Para rodear sus enormes troncos hacen falta varias personas, parecen estar formados por otros más pequeños, reunidos en un eterno y apretado abrazo. Sus frutos tienen varios usos, algunos de ellos medicinales. 16 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 De pronto, llegamos a un pequeño poblado, con toscas casas con forma de iglú, hechas con ramas, y cubiertas con pieles de animales o corteza de árboles, es de los Bosquimanos (de los pocos que están en la zona del lago Eyasi, pues la mayoría están al sur del continente. Su cultura está deteriorada, han abandonado bastante sus milenarias tradiciones, para vivir casi exclusivamente del turismo. ¡Qué tristeza! A este pueblo de la etnia San (extraños o vagabundos) los primeros colonos holandeses los llamaron “boschjesman” (hombres de los bosques). Hace ya 20.000 años habitaban las tierras del sur de África, y en Tanzania, hace unos 10.000. Son el pueblo más antiguo que aún existe. Quedan unos 3000 en esta zona de Tanzania, que a veces se desplazan hacia los montes del Ngorongoro. Al arribar, vemos a un grupo de hombres, vestidos con pieles de Babuino y pantaloncitos cortos, influencia de algún misionero, reunidos alrededor de un fuego, que encienden rotando un palito en el hueco de una madera. Fumaban unas pequeñas pipas, cuyo contenido les hacía toser. Detrás, apoyados en el tronco de un árbol, los arcos y las flechas. Al querer mirarlas de cerca, me advierten que tenga cuidado, porque algunas están envenenadas. Un poco más alejadas, las mujeres con los niños, y, solitario, el jefe… 17 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 18 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Son amables y sonríen mucho. Nos hacen oír un instrumento de una sola cuerda, tocado como el violín, y luego nos invitan a acompañarlos en una cacería. Ahí llegó el momento del asombro. ¡Tienen una increíble puntería! A 15 metros, le acertaron a una avecita. ¡Y a unos 5 m, a un ratón que se escurría para escapar! Supe que son cazadores y recolectores (Compartieron conmigo semillas del fruto del baobab, que abrieron de un machetazo). Cuando se les acaban lo que puedan encontrar, cambian de lugar. Obviamente no cultivan. Son de estatura pequeña. Se agrupan en clanes, con un jefe que debe haberse destacado en algo. Para el turista, tenían artesanías tales como tallas en madera, y unas muñecas de tela, en las que destaca el tamaño de los senos. Conversando a través del guía, llama la atención el sonido de su lengua, como con chasquidos. No tiene escritura. Como despedida, quisieron que participáramos en tiro con arco, tratando de atinar a un tronco. Yo, particularmente, practiqué Arquería. ¡Pero, les juro que no pude tensar ese arco en absoluto! 19 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 20 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Me despedí de ellos con cierta congoja en el corazón. ¿Cuánto tiempo más sobrevivirán sin ser desplazados por mezquinos intereses? ¿Y sin caer bajo las nefastas influencias del alcohol que les proporcionen los turistas? ¿En qué punto habrá sido bueno para ellos ese contacto con gente de otros lados, y el empezar a saber de la existencia del dinero? El tiempo lo dirá… 21 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Labiomaxillar complex Olympus m1 mii / ultra rail mini MJKZZ. de / Tamron SP 90 / MITUTOYO SL 50 x / DIY LED / difusor de bricolaje 404 cuadros @ 0.7 um 1/50 ISO 200 Locación: Deutschland/ Alemania Fotografie/ Fotografía: John-Oliver Dum 22 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Mitos y realidades de la fauna silvestre de El Salvador Manuel Alberto Cortez M. Médico Veterinario Zootecnista Especialista en Rehabilitación de Fauna Silvestre 23 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 En el folklore salvadoreño se conocen diversos mitos y muchos de ellos tienen que ver con la fauna, para los cuales en muchos casos se ve comprometida la vida del animal. Con frecuencia muchas especies son atacadas hasta el punto de ocasionarles la muerte de manera injustificada, poniendo en riesgo sus poblaciones en zonas de baja densidad de individuos, por lo que en esta ocasión tocaremos algunos de los mitos comunes que se conocen y se aclararan las dudas en torno a estos con el fin de romperlos y salvaguardar la fauna. Mito Se dice que, los puercoespines, Sphiggurus F. Cuvier, 1825, (Fig. 1), arrojan sus espinas. Realidad Realmente no poseen un mecanismo muscular que le permita arrojar sus espinas, solamente cuando de manera directa se tiene contacto con las agujas del puercoespín estas pueden clavarse en el cuerpo del animal o persona. Mito Se cree que, la saliva de los osos hormigueros, Myrmecophagidae Linnaeus, 1758, (Fig. 2) ,es venenosa o puede convertirte en piedra. Realidad Los osos hormigueros en ocasiones salivan en exceso al momento de estar estresados, no tienen glándulas de veneno y definitivamente no pueden convertir a una persona en piedra. Mito Hacer un collar con el pene, os penis o hueso peneano de un mapache, Procyon Storr, 1780, (Fig. 3), hace que cualquier hombre se convierta en un semental o “Don Juan” y ninguna mujer podrá resistirse a sus encantos. Realidad Ningún hueso, sangre, carne, o parte del cuerpo de algún animal pueden ocasionar un efecto de “Don Juan” en un hombre. 24 Figura 1. Sphiggurus Sp. Fotografía: Miguel Ángel Merino Martínez, El Salvador. ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 2. Myrmecophagidae, oso hormiguero, Tamandua mexicana Linnaeus, 1758, Fotografía: Manuel Cortez, El Salvador. 25 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 3. Mapache, Procyon lotor (Linnaeus, 1758), Fotografía: Néstor Omar Herrera, El Salvador. 26 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Mito Dicen que, el canto de las auroras, Glaucidium brasilianum (Gmelin,1788), (Fig. 4) anuncian la muerte. Realidad La manera más común de las aves de comunicarse es a través de cantos, ya sea para atraer pareja, por motivos sociales, advertencia de un depredador, entre otras. En países donde no está presente dicha ave muchas personas mueren sin necesidad que una aurora cante cerca de sus ventanas. Mito Algunas personas creen que, las lechuzas, Strigiformes Wagler, 1830, (Fig. 5), son brujos o brujas transformados. Realidad Las lechuzas son aves rapaces nocturnas, ayudan a controlar poblaciones de roedores que pueden afectar los cultivos y los bienes de los seres humanos, además de alimentarse de otros animales como pequeños mamíferos y aves. Figura 4. Aurora, Glaucidium brasilianum (Gmelin, 1788), Fotografia: Vladlen Henríquez, El Salvador. Mito Se cree que, las serpientes son la representación del diablo, atraen a los rayos en las tormentas y traen mala suerte a las personas. Realidad Las serpientes son animales controladores de poblaciones de ratas y ratones que pueden llegar a dañar la economía y la salud de los seres humanos, no existen pruebas de que atraigan rayos. Mito Algunos creen que, los corales, Micrurus ssp. (Fig. 6) y falsos corales, Lampropeltis triangulum (Fig. 7) muerden las ubres de las vacas o los senos de las mujeres lactantes mientras duermen para alimentarse de su leche. Realidad Los corales son animales reptiles, no toman leche, ellos se alimentan de pequeñas serpientes, anfibios, roedores y lagartijas. No existen pruebas de mujeres que se hayan presentado al sistema médico con mordeduras o chupetes de culebras en sus senos por el mito descrito. Figura 5. Lechuza de campanario, Tyto alba (Gmelin, 1788), Fotografia: Vicente Picó, Argentina. 27 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 6. Micrurus nigrocinctus, coral verdadero. Fotografía: Melissa Rodríguez, El Salvador. 28 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 7. Lampropeltis triangulum, falso coral. Fotografía: Vladlen Henríquez. 29 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Mitos Solamente 3 especies de murciélagos se alimentan de sangre de las cuales solamente el vampiro común (Desmodus rotundus) puede alimentarse de sangre humana, lo cual es muy raro y los otros dos restantes se alimentan exclusivamente de sangre de animales. el resto de los murciélagos del mundo (un aproximado de 1,200 especies) pueden consumir dependiendo su tipo de alimentación peces, roedores, ranas, insectos, frutas, néctar de flores etc. Los murciélagos tienen un papel muy importante en el control de poblaciones de insectos y sabandijas y a su vez ayudan a polinizar las plantas. Se cree que, los murciélagos, (Fig. 8) son ciegos, se alimentan de sangre, les gusta enredarse en tu cabello. Realidad Los murciélagos tiene una visión muy diferente a la del ser humano y es en algunas especies un tanto limitada, por lo que desarrollaron un sistema llamado ecolocalización, que les permite volar y evitar chocar con algún objeto, esto se aplica para murciélagos insectívoros ya que los murciélagos frugívoros tienen ojos grandes porque los ocupan para ver la fruta, saber si esta lista o no para su consumo. Definitivamente no buscan enredarse en tu cabello si chocan contigo es por un simple accidente, generalmente pueden ser juveniles que están aprendiendo a volar. Figura 8. Uroderma bilobatum, Murciélago frujivoro. Fotografía: Luis Pineda, El Salvador. 30 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Mito Hay quienes creen que, los cantiles, Gonatodes albogularis, Duméril y Bibron, 1836, (Fig. 9), son venenosos y arrojan “leche” de su boca. Realidad Los “cantiles” se alimentan de pequeños insectos, no son animales venenosos ni arrojan ningún tipo de sustancia de sus bocas. En El Salvador no hay ningún tipo de lagartija venenosa. Mito Se dice que, cuando las personas en zonas rurales defecan al aire libre deben tener cuidado pues una “serpiente tepelcua” Dermophis mexicanus, (Fig. 10), podría introducirse en su ano y que para poder expulsarla se debe beber leche o hacer “asientos” en leche tibia. Realidad Figura 9. Uroderma bilobatum, Cantíl. Fotografía: Nelsy Hernández, El Salvador. Las “Tepelcuas” no son serpientes, ni reptiles son anfibios de la familia Dermophiidae y son de hábitos subterráneos por lo que realmente donde prefieren estar ya que es su hábitat natural y no dentro de un ser humano. Las tepelcuas son importantes para el buen mantenimiento del suelo pues son controladores de ciertos animales que dañan las raíces de las plantas. Mito Se dice que, los sapos “tiran” leche. Realidad Algunas especies de anuros, sapos, (Fig. 11) segregan una sustancia lechosa que posee bufotoxinas las cuales pueden ser letales para algunos animales como los perros por ejemplo cuando estos se alimentan o mascan a los sapos. Sin embargo, esta toxina no podría matar a una persona solo es un mecanismo de defensa para los depredadores. Mito Se cree que si una “casampulga” o viuda negra (Latrodectus mactans) (Fig. 12) te muerde debes preparar una bebida (horchata) con las heces fecales de la persona afectada por la mordedura para salvar su vida. Realidad La picadura de una casampulga puede llegar a ser muy riesgosa ya que su veneno es neurotóxico por lo que deberá ser trasladado a un centro asistencial para recibir el antídoto y tratamiento médico adecuado. Figura 10. Dermophis mexicanus, “Tepelcua”. Fotografía: Vladlen Henríquez, El Salvador. 31 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 11. Rhinella marina, Sapo. Fotografía: Vladlen Henríquez, El Salvador. 32 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 12. Latrodectus mactans, casampulga” o viuda negra. Fotografía: Antonio Tosto, República Dominicana 33 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 34 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Contribuciones al inventario de aves del bosque pino-roble del Parque Nacional Montecristo, Metapán, Santa Ana, El Salvador Néstor Herrera Compañeros en Vuelo El Salvador Correo electrónico: herrera.nestor@gmail.com Resumen Abstract El Parque Nacional Montecristo es una de las primeras áreas protegidas establecidas en El Salvador, la cual alberga una avifauna representativa de los bosques nubosos y pino-roble del núcleo mesoamericano. En este estudio se presentan resultados del esfuerzo de inventario en un periodo de ocho meses durante la estación no reproductora entre octubre 2003 a mayo 2004, en un total de 57 días de campo utilizando cuatro métodos: establecimiento de una estación de redes de neblina para la captura y toma de datos; detección en transectos mediante búsquedas intensivas; captura y colecta de especímenes y el registro de especies por observaciones libres. Se registraron 21 especies nuevas para el Parque y dos nuevas para El Salvador (Periquito Barrado, Bolborhynchus lineola y Vaquero Gigante, Molothrus oryzivora), incluyendo la primera documentación del Chipe Caridorado, (Setophaga chrysoparia). El inventario registró la cantidad de 167 especies de bosque pino-roble incluyendo vegetación de transición a bosque nebuloso y/o bosque latifoliado subperennifolio. La mayoría de los individuos capturados fueron especies residentes (253), mientras que 76 individuos fueron migratorios. En los transectos se registraron 79 especies, siendo necesario un mayor esfuerzo para definir como completo el inventario, índices de riqueza estiman entre 80 a 208 especies presentes en bosque pinoroble. Se ha generado información biológica para 26 especies. Montecristo National Park is one of the first protected areas established in El Salvador, which is home to a birdlife representative of the cloud and pine-oak forests of the Mesoamerican nucleus. In this study, results of the inventory effort are presented in an eight-month period during the non-breeding season between October 2003 and May 2004, in a total of 57 field days using four methods: establishment of a nets station for data capture and collection; detection in transects through intensive searches; capture and collection of specimens and the registration of species by free observations. 21 new species were registered for the Park and two new ones for El Salvador (Barred Parakeet Bolborhynchus lineola y Giant Cowbird Molothrus oryzivora) including the first documentation of Golden-cheeked Warbler (Setophaga chrysoparia). The inventory recorded the amount of 167 species of pine-oak forest including transition vegetation to cloud forest and / or dry broadleaf forest. The majority of the individuals captured were resident species (253), while 76 individuals were migratory. In the transects 79 species were registered, being necessary a greater effort to define as complete the inventory, wealth indexes estimate between 80 to 208 species present in pine-oak forest. Biological information had been generated for 26 species. Key words: birds, pine-oak forest, Montecristo, protected areas, Metapan Palabras clave: Aves, Bosque Pino-Roble, Montecristo, Áreas Protegidas, Metapán 35 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Introducción (Komar 2000) y se ha documentado la riqueza de especies para cada formación vegetal, principalmente bosque nuboso, bosque pino-roble y plantaciones de ciprés (Komar 2002). Pero muchos otros trabajos que se han realizado en los últimos quince años no se han dado a conocer o permanecen como publicaciones grises. Área de estudio El Parque Nacional Montecristo, está ubicado en el cantón San José Ingenio, Metapán, departamento de Santa Ana, El Salvador, la tenencia es estatal con una extensión de 1973 ha. Está ubicado dentro de la cordillera norte Alotepeque -Metapán, compuesta por tres grandes grupos de montañas altas y fuertemente diseccionadas y orientados de oeste a este en dirección paralela a la costa (MARN 2004a) (Fig. 1). Las elevaciones principales son Montecristo o El Trifinio (2418 msnm), donde concurren las fronteras de Guatemala, Honduras y El Salvador, cerro Miramundo (2300 msnm), y cerro El Brujo (2000 msnm). El rango altitudinal del Parque comprende de 800 hasta los 2418 msnm, dividiéndose en cuatro pisos altitudinales definidos por comunidades vegetales, de 800 a 1,000 msnm acontece la vegetación semidecidua tropical, entre 1000 y 1900 msnm la comunidad de pino-roble, liquidámbar, el bosque nuboso ocurre entre los 2000 y los 2350 msnm, arriba de esa altitud y hasta los 2418 msnm, el bosque es reemplazado por vegetación arbustiva y herbácea (MARN 2004). El Parque es parte de la Reserva de la Biósfera Trifinio Fraternidad, un área que comprende Guatemala, Honduras y El Salvador sobre el macizo de Montecristo (Herrera et al. 1998). Entre octubre 2003 a mayo 2004 se realizó un inventario de aves del bosque de pino-roble con énfasis en la estación no reproductiva, incluyendo fuertes esfuerzos en febrero, marzo y abril, cuando existe presencia de aves migratorias. El inventario incluyó la recolecta de especímenes para documentar la taxonomía de las aves de El Salvador, obtener información de la biología de las especies y generar material de referencia para estudios más amplios. El material recolectado fue depositado en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas y en el Museo de Historia Natural de El Salvador. Incluye las zonas de vida Bosque Húmedo Subtropical (fresco) y el Bosque Muy Húmedo Montano Bajo Subtropical (Holdridge 1978), la vegetación presente es bosque subperennifolio, bosques de pino, pino-roble y nuboso, se caracteriza por su diversidad de orquídeas a nivel nacional; árboles y muchas nuevas especies para la ciencia botánica, como pata de palomo (Quetzalia reynae Lundell), majagua (Hampea reynae Fryxell), siete pellejos (Zinoweiwia cuneifolia Lundell), se conocen cerca de 216 especies de plantas medicinales, es considerado uno de los sitios con mayor biodiversidad del país (Reyna et al. 1996). Los bosques nubosos y pino-roble en las alturas del macizo Montecristo están totalmente aislados de otros bosques similares. Además del aislamiento vegetacional, las zonas bajas son altamente pobladas por seres humanos, y transformadas de su estado original para usos agrícolas. Como resultado cientos o miles de especies de flora y fauna tienen poblaciones aisladas, este aislamiento hace vulnerable a estas especies, igualmente da una importancia adicional en su papel de refugio de biodiversidad (Komar et al. 2005). Esta condición lo ha hecho objeto de un considerable número de investigaciones. En el caso de las aves, se ha preparado la lista de aves del Parque Montecristo Figura 1. Ubicación del Parque Nacional Montecristo, Metapán, Santa Ana, El Salvador. 36 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Metodología las cercanías del casco de San José Ingenios (1090 msnm), para un total de 15 km. Se dividió dicha calle en fragmentos que fueron recorridos durante cuatro horas cada día, deteniéndose frecuentemente cada 10 min. Todas las aves escuchadas o vistas fueron registradas, excepto aquellas que volaban sobre el sitio y no estaban ocupando el hábitat. Se realizaron cuatro esfuerzos principales, con un determinado tiempo de observación y toma de datos de la siguiente manera: 1. Establecimiento de una estación de monitoreo de aves. Se estableció una estación con 16 redes de neblina (12 x 2.5 m, 36 mm de apertura), ubicada a 500 m al noreste de la cabaña científica, en una transición de bosque pino-encino a 1,900 msnm. Las redes fueron operadas durante tres días, 11 horas/día cuando las condiciones meteorológicas lo permitieron, entre noviembre 2003 hasta abril 2004. Las aves capturadas fueron identificadas, medidas, anilladas y luego puestas en libertad. Las redes se operaron durante un total de 24 días, totalizando 1,973 horas/red. El recorrido se inició en las primeras horas, documentando las especies ocurrentes a lo largo del transecto, dividiéndose en horas de observación (rango 06:00–10:00 horas), de esta manera se obtienen datos independientes a lo largo del trayecto. La detección se hizo mediante reconocimiento de cantos y llamadas de las especies, así como por observaciones. En todos los casos se anotó el número de individuos de cada especie. Los datos obtenidos fueron procesados para obtener curvas de acumulación a fin de determinar si el inventario estaba completo, para ello se corrigieron los datos, utilizándose EstimateS (Versión 7.00, R. K. Colwell: http://viceroy. eeb.uconn.edu/estimates). Este programa proveyó una curva randomizada de acumulación de especies, además de una serie de estimaciones de riqueza de especies basado en índices como Chao 1 (Colwell 2004). 2. Captura y recolecta de especímenes Esta actividad incluyó trabajo de campo del 9 al 22 de febrero y del 13 al 20 de abril, para un total de 22 días en el campo. En febrero se realizaron recolectas en la finca Los Conacastes, cantón El Limo, al costado oeste del Parque, una propiedad privada de 160 ha de extensión ubicada entre 1100 a 1800 msnm. La permanencia en la finca fue del 9 al 11 de febrero. Luego del 12 de febrero al 22 se establecieron operaciones desde el Casco Colonial de San José Ingenios (870 msnm) dentro del Parque Nacional Montecristo, movilizándose desde este sitio a las zonas de captura con redes de neblina, en cinco estaciones de captura: Sendero Pioneros de la Naturaleza, La Finquita, Torre control de incendios, Las Casitas y Los Planes. En febrero y durante la ejecución del trabajo de campo en general, existieron fuertes vientos intermitentes escala 6 de Beaufort, con temperaturas de 15 grados centígrados. Estas condiciones generaron bajos niveles de detectabilidad, por tal razón no se realizaron transectos, porque no lo permitieron las condiciones meteorológicas. 4. Visitas con observaciones no estandarizadas En abril las operaciones se llevaron a cabo en el sector Los Planes de Montecristo (1,850 msnm), principalmente en la cabaña científica y/o en la zona de acampar número dos. Las estaciones de captura fueron: calle antiguo aserradero, zona de acampar tres y sendero al Trifinio (Los Planes). Se utilizaron redes de neblina (12 x 2.5 m, 36 mm de apertura), 15-20 redes por día, permaneciendo abiertas 8 h por día, desde las 06:00 hasta las 17:00 h. Se llevaron a cabo observaciones no estandarizadas en todas las visitas al parque, durante la ejecución de las actividades anteriormente descritas, pero adicionalmente se dedicaron siete días mientras se realizaba la maratón de Aves (25–26 de octubre 2003), un taller de entrenamiento en ornitología (16–19 de diciembre 2003) y una visita a la finca Los Conacastes (29 de mayo 2004). En todas las oportunidades, se tomó nota de las especies de aves ocurrentes en los diversos sitios, principalmente aquellas encontradas al trasladarse de un sitio de redes a otro o en observatorio permanentes o de manera casual. Se incluyen observaciones hechas por Oliver Komar, ex-Director del Programa de Ciencias para la Conservación de SalvaNATURA, Mark Robbins y Arpad Nyari del Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas. Se usan nombres comunes de las especies de acuerdo a Howell y Webb (1995) y nombres locales según se indique. El número de horas red en febrero fue de 1,486 y en abril fue de 723.25, para un total de 2209.25 hr/red. Las redes fueron colocadas en bosque pino-roble, en febrero entre 900 a 1400 msnm y entre 1850 a 2050 msnm, mientras que, en abril, se colocaron entre 1800 a 2000 msnm, en cada sitio se colocaron en estaciones distintas y equidistantes. 3. Transectos para la estimación de la diversidad de aves Esta actividad se realizó del 16 al 19 de marzo. Los conteos se realizaron caminando despacio a lo largo de la calle de Los Planes (1800 msnm), hasta 37 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 La documentación se basó en toma de fotografías, grabaciones de cantos o llamadas y/o la recolecta de especímenes, según el caso. La mayor parte del material fotográfico quedó depositado en el Programa de Ciencias, mientras que las aves colectadas fueron preparadas como pieles de estudio y depositadas en museos. Cuadro 1. Nuevas especies registradas para el Parque Nacional Montecristo inventario en la estación no reproductora (octubre 2003-mayo 2004) en bosque pino-roble. Las observaciones realizadas en el año 2004, se han complementado con comentarios posteriores ocurridos durante los años 2009 a 2013, así como con otros documentos generados después del año 2004, a fin de fortalecer la discusión del estado de conservación de las especies de aves del bosque pinoroble. Resultados y discusión El esfuerzo de inventario documentó la cantidad de 167 especies de bosque pino-roble y sitios adyacentes, como vegetación de transición a nuboso y/o bosque latifoliado subperennifolio. Un mayor énfasis se realizó en bosque pino-roble. Se documentó el registro de 21 nuevas especies para el Parque, entre estas: Aguililla Negra Menor (Buteogallus anthracinus), Periquito Barrado (Bolborhynchus lineola), Tecolote Bigotudo (Megascops trichopsis), Picolargo Coroniazul (Heliomaster longirostris), Mosquero vientre-ocre (Mionectes oleagineus), Pibí Occidental (Contopus sordidulus), Pibí Oriental (Contopus virens), Mosquero Mínimo (Empidonax minimus), Mosquero de Hammond (Empidonax hammondii), Tirano Viajero (Tyrannus verticalis), Golondrina Ranchera (Hirundo rustica), Chipe Flanquicastaño (Setophaga pensylvanica), Chipe Caridorado (Setophaga chrysoparia), Chipe Cabeciamarillo (Setophaga occidentalis), Chipe Gorjiamarillo (Setophaga dominica), Chipe de Kentucky (Geothlypis formosa), Chipe Roquero (Basileuterus lachrymosus), Colorín Azulnegro (Cyanocompsa parellina), Vaquero Gigante (Molothrus oryzivorus), Oropéndola Cabecicastaña (Psarocolius wagleri) y Piquituerto Rojo (Loxia curvirostra). (Cuadro 1) a. Estación de monitoreo de aves Se capturó 329 individuos de 38 especies. La mayoría fueron residentes (253), mientras que 76 fueron migratorias. El 26.44% de las capturas fueron de Chichinero Común (Chlorospingus flavopectus), el 8.21% fue Colibrí-serrano Gorjiverde (Lampornis viridipallens), (Fig. 2) y 5.78% el Mosquero Amarillento (Empidonax flavescens), mientras que las migratorias más capturadas fueron Zorzalito de Swainson (Catharus ustulatus) 5.47%; Chipe de Wilson (Cardelina pusilla)4.56%; Chipe de Townsend (Setophaga townsendi) 3.04% y Chipe Dorsiverde (Setophaga virens) 2.74%, (Fig. 3). Dos representaron ser nuevas especies para El Salvador Periquito Barrado (B. lineola) y Vaquero Gigante (M. oryzivorus). Cinco especies sólo fueron capturadas en la estación de redes cercana a la cabaña científica Colibrí Magnífico (Eugenes fulgens), Paloma-perdíz Cariblanca (Geotrygon albifacies), Tangara Dorsirarrayada (Piranga bidentata), Trogon Collarejo (Trogon collaris) y Vireo de Filadelfia (Vireo philadelphicus). 38 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 b. Captura y recolecta de especímenes Se capturó un total de 405 aves, 234 de estas fueron recolectadas. El total de especies capturadas fue de 66. Las especies más abundantes en las capturas en ambas fechas fueron Chipe de Wilson (Cardelina pusilla) 12%; Pavito Aliblanco (Myioborus miniatus) 7%; Chipe Suelero Coronado (Seirus aurocapilla) y Chipe Dorsiverde (S. virens, ) 5%; Chipe Gorrirrufo (Basileupterus rufifrons) 4%; Guardabarranco (Myadestes occidentalis) 4%; Zorzalito de Swainson (C. ustulatus); Chichinero Común (Chlorospingus flavopectus) 3%. 27 especies sólo fueron registradas en las capturas de redes en febrero y ocho sólo fueron capturados en abril: Copetón Triste (Myiarchus tuberculifer), (Fig. 4); Saltón Nuquiblanco (Atlapetes albinucha); Chipe de Tolmie (Geothlypis tolmiei) (Fig. 5); Golondrina Gorrinegra (Notiochelidon pileata); Vireo Gorripardo (Vireo leucophrys); Chipe Ocotero (Peucedramus taeniatus); Elenia Serrana (Elaenia frantzii) y Reinita de Magnolia (Setophaga magnolia). Figura 2. Colibrí-serrano Gorjiverde (Lampornis viridipallens). Figura 4. Copetón Triste, Myiarchus tuberculifer. Figura 3. Chipe Dorsiverde (Setophaga virens). 39 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 c. Transectos para la estimación de la diversidad de aves 70 Un total de trece horas de muestreo registraron 79 especies (61 residentes, 16 migratorias). Las curvas de acumulación indican que se necesita un mayor esfuerzo para completar el inventario (Figs. 6 y 7). La mayoría de los estimadores aplicados para especies migratorias estiman que habrá entre 16 y 50 presentes y para especies residentes sugieren que hay entre 61 y 208 (Cuadro 2). No. de especies 60 50 40 30 20 10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Horas de esfuerzo Figura 6. Curva de acumulación de especies residentes detectadas en los transectos. 18 16 No. de especies 14 Figura 5. Chipe de Tolmie, Geothlypis tolmiei. Cuadro 2. Valores de riqueza de especies con base a los resultados de los transectos. 12 10 8 6 4 2 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 Horas de esfuerzo Figura 7. Curva de acumulación de especies migratorias detectadas en los transectos 40 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Las especies residentes con mayores valores de abundancia relativa fueron Chara (Cyanocorax melanocyaneus), (Fig. 8 ); Paloma Arroyera (Leptotila verreauxi); Copetón Triste (M. tuberculifer) y Bolsero Dorsidorado (Icterus chrysater). Mientras que las especies migratorias Chipe Dorsiverde (S. virens) y Chipe de Townsend (Setophaga townsendi) (Fig. 9), presentaron los mayores valores. encontró el 22 de enero de 2009 entre el kilómetro 15 y 16, en la carretera que del Casco Colonial conduce al sector conocido como Los Planes. Periquito Barrado, Bolborhynchus lineola Komar escuchó una pareja sobrevolando el bosque nebuloso a 2,200 msnm el 26 de octubre 2003. Existen varios registros después de esa fecha, incluyendo el 16 de octubre de 2010, una bandada observada pasando sobre el sector El Plan de los Helechos. Este es un nuevo registro para El Salvador, actualmente solo se ha registrado en el parque Montecristo. Las especies con menor representación fueron Zorzalito Piquinaranja (Catharus aurantiirostris), Chipe Gorgiamarillo (Setophaga dominica), Aguililla Aura (Buteo albonotatus) (Fig. 10) y Chipe Cejiblanco (Oreothlypis superciliosa). 21 especies sólo fueron registradas en los transectos de marzo. Lora Frentiblanco, Amazona albifrons Parejas reproductoras fueron registradas en febrero, un nido activo se encontró en la zona de Las Casitas (1300 msnm) y otro en las inmediaciones de la torre de control de incendios (1400 msnm). La zona de la torre parece ser su límite altitudinal (1450 msnm). Grupos de nueve a quince ejemplares fueron registrados, entrando y saliendo del parque, hay un dormidero en la zona de pluma de ingreso, en El Cóbano. Se observó que se alimentan de bellotas de Quercus peduncularis (Trel). d. Observaciones no estandarizadas Durante la estadía se obtuvieron observaciones importantes a cerca de la avifauna del Parque, como el registro de anidación de Aguililla Negra Menor (Buteogallus anthracinus), (Fig. 11), Aguililla Colicorta (Buteo brachyurus) (Fig. 12), Cotorra Frente Blanca (Amazona albifrons) y Colibrí Orejiblanco (Hylacharis leucotis); la depredación de Plátano Asado (Piaya cayana) sobre Chipe Peregrino (Leiothlypis peregrina) (Fig. 13), estando esta última atrapada en una red; la asociación de hasta siete individuos de Carpintero Arlequín (Melanerpes formicivorus) para dormir juntos en el mismo árbol (n=5) y la alimentación de Clorofonia Coroniazul (Chlorophonia occipitalis) en frutos de muérdago (Lorantaceaea), entre otras. Comentarios para cada especie se detallan a continuación: Tecolote Bigotudo, Megascops trichopsis Un espécimen fue recolectado en la finca Los Conacastes (1100 msnm) el 10 de febrero. Uno más fue escuchado el 17 de marzo en la torre de control de incendios (1400 msnm). Este es el primer registro de esta especie para el departamento de Santa Ana. Aguililla Negra Menor, Buteogallus anthracinus Una pareja construyendo un nido fue observada del 13 al 15 de febrero. M. Rivas y E. Martínez observaron que un adulto llevó alimento la mañana del 14 de febrero y por las tardes llevó material consistente en ramas de pino. El nido se ubicaba a 150 m debajo de la torre de control de incendios, en un árbol de pino ubicado sobre un risco (aproximadamente 1350 msnm), en el borde de una quebrada. Este es el primer registro de anidación y de esta especie para el Parque. Picolargo Coroniazul, Heliomaster longirostris Una hembra fue observada alimentándose en flores de pito (Erythrina berteroana Urb.) en las cercanías de Majaditas (1100 msnm) el 18 de marzo. Interacciones entre Colibrí Orejiblanco (Hylocharis leucotis), Esmeralda de Canivet (Chlorostilbon canivetii) y Colibrí Coroniazul (Amazilia cyanocephala) fueron observados, las aves defendían las inflorescencias y aunque H. longirostris es de mayor tamaño, fácilmente era desalojado por C. canivetii. Este es el primer registro para el departamento de Santa Ana. Aguililla Colicorta, Buteo brachyurus Un adulto fase clara acarreando material para nido fue observado y documentado con fotografías el 16 de diciembre 2003, en bosque pino-roble, 1700 msnm. Carpintero-velloso Mayor, Picoides villosus Especies restringida a Montecristo (Komar 2000) y Cerro El Pital (Thurber et al. 1987). Durante el presente inventario se tuvieron frecuentes observaciones, dos en bosque nuboso y uno en bosque pino-roble el 26 de octubre 2003; dos machos y un individuo no determinado en Los Planes el 16 de diciembre 2003; un macho visto el 19 de marzo 2004 en Los Planes y dos machos más a 1800 msnm en abril 2004. Dos registros recientes del autor son de individuos observados en Los Planes, el 17 de octubre del 2010 y el 30 de marzo del 2011. Paloma-perdiz Cariblanca, Geotrygon montana Se encontró el segundo registro de esta perdiz, anteriormente se conocía la presencia de esta especie por un registro del 14 de mayo de 1997 para la zona de Los Planes (N. Herrera, datos no publicados). M. Robbins encontró un espécimen en bosque nubuso y recientemente, R. Juárez-Jovel (Com. Pers.) la 41 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Mosquero Vientre-ocre, Mionectes oleagineus Este es un mosquero especialista de bosques, registrado solamente en la zona occidental de El Salvador (Komar y Domínguez 2001). Un individuo fue capturado en la estación de monitoreo (1900 msnm), cuatro fueron recolectados en febrero y uno más en abril a 1800 msnm. Este es el primer registro para el departamento de Santa Ana y también para el Parque Nacional Montecristo. Esta población está geográficamente separada de las poblaciones de la cadena volcánica costera, los individuos capturados a 1900 msnm representan un rango de altura que está por encima del reportado anteriormente (Monroe 1968). Un ejemplar fue anillado en bosque pino-roble, con anillo rojo número 1415 el 10 de julio de 2007 y fue recapturado en el bosque nebuloso de Montecristo, el 17 de diciembre de 2008 y el 25 de marzo 2009 (Andino y Komar 2010), lo que demuestra migraciones al interior del parque. Dos reportes recientes 21 marzo de 2011 y 21 octubre de 2012, confirman la presencia de la especie en el parque. Tirano Occidental, Tyrannus verticalis Este es un mosquero de zonas bajas, frecuente en zonas abiertas. Registrado previamente por Komar (2000) en la zona del casco San José Ingenios el 18 febrero de 1991. Se recolectó un individuo en la periferia del Parque, en su límite inferior (870 msnm) entre vegetación adyacente a bosque de pino. Golondrina Ranchera, Hirundo rustica Especie migratoria común en zonas abiertas, humedales y zonas costeras. Se documentó su presencia en marzo y abril, por bandadas volando en áreas abiertas de torre de control de incendios y Majaditas. Trepador americano, Certhia americana Robbins escuchó uno en abril 2004 a 1800 msnm en la plantación de ciprés (Cupressus lucitanica). Esta especie está considerada como casual, con tan sólo tres avistamientos anteriores (Komar y Domínguez 2001). En Montecristo ha sido registrado cantando activamente de febrero a julio (Funes et al. 2012) Chipe Flanquicastaño, Setophaga pensylvanica El 20 de abril, Robbins registró un macho a 1,500 msnm. Esta es una especie transeúnte (Komar y Domínguez 2001), cuyas migraciones ocurren en las tierras bajas del Caribe (Thurber et al. 1987). Este es el segundo registro para El Salvador y el primero para el Parque. Pibí Occidental, Contopus sordidulus M. Robbins documentó con grabaciones como una especie poco común en las partes bajas del bosque pino-roble. Esta es una especie considerado transeúnte (Komar y Domínguez 2001). Pibí Oriental, Contopus virens Robbins documentó con grabaciones como una especie común en las partes bajas del bosque pino-roble. Esta es una especie considerado transeúnte y casual con dos avistamientos anteriores (Komar y Domínguez 2001). Robbins registró 13 individuos el 16 de abril. Otra observación reciente fue el 16 octubre de 2010. Es transeúnte entre los meses de abril, mayo y octubre. Chipe Caridorado, Setophaga chrysoparia Un macho fue visto a 1710 msnm a 25 m abajo del mirador El Anonal y otro más a 1,550 msnm abajo del mirador El Infiernillo, ambos del 26 de octubre 2003. Dos más fueron vistos el 16 de diciembre por E. Martínez. El 14 de febrero se observó un macho forrajeando en árboles de roble (Quercus peduncularis Trel) en la torre de control de incendios (1,400 msnm). Andino et al. (2008) registra dos individuos (macho y hembra) observados el 14 de diciembre 2006, dos más el 18 de diciembre 2006 y tres individuos del 11–15 de diciembre 2007. Esta especie está amenazada a nivel global (IUCN 2004) y es considerado un visitante regular en el bosque pino-roble y pino-encino del Parque Montecristo (1400–1800 msnm), con presencia entre octubre a febrero. Mosquero Mínimo, Empidonax minimus Esta especie es un nuevo registro para el Parque. Se colectaron ocho ejemplares entre 800 a 1300 msnm. Su estado es transeúnte, ocurriendo entre los meses de marzo, abril y octubre. Mosquero de Hammond, Empidonax hammondii, (Fig. 14) Este es un mosquero especialista de bosques de las zonas altas, registrado en El Salvador únicamente en la Cordillera Fronteriza o zona norte (Dickey y Van Rossem 1938). Es el primer registro para el departamento de Santa Ana. Un individuo fue escuchado el 26 de octubre 2003 en Los Planes y se colectaron seis ejemplares en febrero (870–1400 msnm) y siete en abril (1800– 1900 msnm). Ha sido observado frecuentemente en el bosque pino-roble, por diversos observadores, su estado se considera común. Chipe Cabeciamarillo, Setophaga occidentalis Se registraron un total de 14 especímenes entre octubre, febrero y marzo. Se consideraba como vagabundo migratorio (Komar y Domínguez 2001). Además de las documentaciones en los transectos y observaciones libres, se observaron ejemplares en las estaciones de redes (febrero). 42 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Chipe Dorsiverde, Setophaga virens Especie común en bosque pino-roble, siendo la especie con mayor número de capturas en febrero (n=30); en marzo se obtuvo una frecuencia de 4.02 individuos/hr, en abril se registraron entre 50 a 90 individuos predominantemente machos (M. Robbins notas de campo). Chipe Gorjiamarillo, Setophaga dominica Considerado un vagabundo migratorio (Komar y Domínguez 2001), pero se tienen registros de octubre, diciembre, febrero y marzo, estos datos sugieren que ocurre en El Salvador con regularidad y no es vagabundo. Chipe Carirrojo, Cardellina rubrifrons Un individuo fue visto el 16 de marzo en bosque pino-roble a 1,750 msnm y uno más a 1,810 msnm en la antigua calle al aserradero, el 19 de marzo del 2003. Se le consideraba como vagabundo migratorio (Komar y Domínguez 2001). No se conocían registros desde 1980 (Hellebuyck 1983). Chipe Roquero, Basileuterus lachrymosus Tres individuos fueron recolectados en febrero. Otro ejemplar fue observado el 17 de octubre de 2010. Esta es una especie típica de bosques perennifolios y semideciduos (Howell y Webb 1995). Este fue el primer registro para el Parque. Vaquero Gigante, Molothrus oryzivorus Komar observó una hembra el 29 de mayo del 2004 en la finca Los Conacastes (1,100 msnm), junto con una colonia de oropéndolas (Psarocolius wagleri). Este es un nuevo registro para El Salvador. Oropendola Cabecicastaña, Psarocolius wagleri. Komar encontró una colonia de 22 nidos el 29 de mayo del 2003. Los nidos estaban distribuidos en dos árboles de laurel (Cordia alliodora) en medio de un pequeño claro para agricultura, los nidos estaban en asocio con otros de Icterus sp. Se encontraron por lo menos 12 hembras y 2 machos. Las oropéndolas llegan a anidar en febrero, y este fue el segundo año seguido que anidaron en este sitio. Las personas locales dicen que las oropéndolas se quedan en la zona durante la estación no reproductora, y han visto hasta 3 dentro del Parque Nacional Montecristo cerca de Majaditas. Figura 8. Chara, Cyanocorax melanocyaneus. Piquituerto Rojo, Loxia curvirostra Nuevo registro para el Parque. Dos machos y dos hembras fueron encontrados en las cercanías de la torre de control de incendios (1450 msnm) el 26 de octubre. Tres más fueron vistos el 16 de diciembre en el mismo sitio. Es considerado un vagabundo migratorio (Komar y Domínguez 2001), estos datos sugieren que ocurre en El Salvador con regularidad y no es vagabundo. 43 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 9. Chipe de Townsend, Setophaga townsendi. Figura 10. Aguililla Aura, Buteo albonotatus. Figura 11. Aguililla Negra Menor, Buteogallus anthracinus. 44 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 12. Aguililla Negra Menor, Buteogallus anthracinus. 45 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Figura 13. Chipe Peregrino, Leiothlypis peregrina. 46 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Bibliografía Agradecimientos Se agradece el apoyo técnico en campo de los colegas Leticia Andino, Victoria Galán, Luis Girón, Samuel López de Aquino, Esmeralda Martínez, Marvin Rivas, Hernán Vásquez y Carlos Zaldaña. En abril, el estudio se realizó bajo el liderazgo de Mark Robbins y Arpad Nyari del Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas. Oliver Komar realizó importantes observaciones al manuscrito y compartió registros muy importantes para enriquecer la publicación. Andino, L., V. Galán y O. Komar. 2008. Cuarto Informe Anual, Proyecto de Monitoreo Permanente de Aves Terrestres, El Salvador. Noviembre 2003 a diciembre 2007. SalvaNATURA, El Salvador. 39 p. Andino, L. y O. Komar. 2010. Sexto Informe Anual, Proyecto de Monitoreo Permanente de Aves Terrestres, El Salvador. SalvaNATURA, El Salvador. 39 p. Colwell, R. K. 2004. EstimateS: Statistical estimation of species richness and shared species from samples. Version 7. User’s Guide and application published at: http://purl.oclc.org/estimates. Se agradece a la administración del Parque Montecristo, por el apoyo y facilidades brindadas para alojarnos en el Casco Colonial San José Ingenio, en la Cabaña Científica, y por la colaboración en la estación de redes, así también a los guardarecursos: Abraham Aldana, Juan José Aldana, Silvestre Carranza, Roque Galdámez, Raúl Gutiérrez, Alejandro López Ramos, Anibal Meza Calderón, Eduardo Orellana, Juan Pacheco Gutiérrez, Ascensión Paredes y Eugenio Ramos. En los Planes contamos con el apoyo de Perfecto Carranza y su familia. Se agradece el apoyo de Mario y Luis Cristiani y el personal de la finca Los Conacastes. Dickey, D. R. y A. J. Van Rossem. 1938. The birds of El Salvador. Chicago: Field Mus. Nat. Hist. Zool. Ser. 23:1–609. Funes, C., O. Bolaños y O. Komar. 2012. Breeding of the Brown Creeper (Certhia americana) in Central America. Wilson Journal of Ornithology 124(1):177-179 Todas las actividades realizadas se ampararon en el permiso Resolución MARN-DGPN-AIMA–03–2004 otorgado por la Dirección de Patrimonio Natural, del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Hellebuyck, V. 1983. Three new specimen records of birds for El Salvador. Wilson Bull. 95:662-664. El financiamiento para la realización del inventario fue gracias American Bird Conservancy (ABC), US Fish and Wildlife Service y el Museo de Historia Natural de la Universidad de Kansas. PRBO Conservation Science colaboró con el establecimiento de la estación de redes permanente. Agradecemos la colaboración de Transportes Aéreos del Continente Americano (TACA) por la donación de los pasajes aéreos para Samuel López de Aquino. Herrera, N., R. Rivera y R. Ibarra Portillo. 1998. Estudio de la fauna vertebrada en la reserva de la biosfera La Fraternidad (El Salvador, Guatemala y Honduras) Informe de Consultoría. Fundación para la Conservación de los Ecosistemas Mayas, ciudad de Guatemala. Holdridge, L. 1978. Mapa de Zonas de Vida de El Salvador. Ministerio de Agricultura y Ganadería, San Salvador. Howell, S. N. G. y S. Webb. 1995. A guide to the birds of Mexico and northern Central America. Oxford Univ. Press, New York. IUCN 2004. 2004 IUCN Red List of Threatened Species. <www.redlist.org>. Komar, O. 2000. Lista de las aves del Parque Nacional Montecristo, El Salvador. SalvaNATURA, San Salvador. 47 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 Komar, O. 2002. Birds of Montecristo National Park, El Salvador. Ornitología Neotropical 13:167-193 Komar O., G. Borjas, G.A Cruz, K. Eisermann, N. Herrera, J. L. Linares, C.E. Escobar y L. E. Girón. 2005. Evaluación Ecológica Rápida en la Propuesta Área Protegida Trinacional Montecristo en Territorio Guatemalteco y Hondureño. Informe de Consultoría. San Salvador: SalvaNATURA Programa de Ciencias para la Conservación Komar, O. y J. P. Domínguez. 2001. Lista de Aves de El Salvador. Fundación Ecológica de El Salvador SALVANATURA, Serie Biodiversidad No. 1. 68 p. Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2004. Plan Especial de Protección del Medio Físico y Natural y Catálogo de Espacios Naturales. 185 p. Reyna, M. L. 1979. Vegetación arbórea del bosque nebuloso de Montecristo. Tesis de licenciatura. Univ. El Salvador. Reyna, M. L., A. Sermeño, R. Guillen, C. Abrego, N. Herrera, M. Vásquez y N. Arriaza. 1996. Plan del sistema de áreas protegidas, zonas de amortiguamiento y corredores biológicos. Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), Secretaría Ejecutiva del Medio Ambiente. San Salvador. Thurber, W. A., J. F. Serrano, A. Sermeño y M. Benítez. 1987. Status of Uncommon and Previously Unreported Birds of El Salvador. Proceeding of the Western Foundation of Vertebrate Zoology. Vol. 3. No. 3: 109-293. 48 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 49 ISSN 2307-0560 BIOMA Nº 53, Año 5, diciembre 2019 La naturaleza en tus manos Toda comunicación dirigirla a: edicionbioma@gmail.com Páginas Web de BIOMA: https://edicionbioma.wordpress.com El Salvador, diciembre 2019. Open Acces 50 ISSN 2307-0560