“La única costumbre que hay que enseñar a la niñez es que no se sometan a ninguna” Jean Jacques Rousseau “Huehuehtlahtolli”1, “Ixtlamachiliztli”2 y “Tlayolchiutìa”3, son las tres palabras claves para este trabajo de análisis, pero más que ser solo palabras referentes para conceptualizar ideas, son perspectivas de vida que retomare a lo largo de estas líneas como enseñanzas de vida. La actualidad en la que nos vemos sumergidos ofrece un sinfín de comodidades para la vida cotidiana, la existencia de súper mercados y de franquicias prácticamente en cada esquina, la universalización de los medios de comunicación, incluido el “Quinto Poder” del cual forman parte las redes sociales y el internet, todas y cada una de estas herramientas y comodidades se nos han otorgado bajo la promesa de acercarnos más a nuestros seres queridos y de facilitarnos las tareas cotidianas. Esta “ilusión” de cercanía social mantiene en un profundo sopor a la mayoría de la población no solo mexicana, si no mundial. Los valores más universales e indispensables para el ser humano como el respeto, la tolerancia, la empatía y la socialización, han sido intercambiados por una tableta, una laptop o un smartphone. Estos cambios en la sociedad son resultado de una generación consumista en un extremo enfermizo, una sociedad que ha dejado de ver al otro como un reflejo de sí mismo y un ente esencial para su propia existencia. Es una sociedad envuelta en lógicas mercantiles y propuestas económicas que son decoradas con hermosas palabras y atractivos adjetivos, estos con el único fin de reducir al ser humano no solo a un simple ente cuyo único objetivo es el consumo, si no que al mismo tiempo lo convierte en una materia prima, un producto más. “La Antigua Palabra” “Dar sabiduría a los rostros ajenos” 3 “Hacer fuertes los corazones humanos” 1 2 Sin embargo, aunque todo este panorama nos da la “fantasía” de permanencia o eternidad y con esto quiero decir, que pareciese que esto siempre ha sido así, que esto no es nuevo y que la sociedad no ha sufrido cambios relevantes, esto es una falacia, muchas personas de mi generación o anteriores vivimos en una época diferente, una época donde aprendíamos valores, donde solo se consumía lo necesario y se hacía en la “mercería” de la esquina, donde los medios censuraban contenido a favor de la moral y ética pública y aunque este no era el mejor panorama de desarrollo de una sociedad, era sin duda una mejor propuesta de la que vivimos actualmente. Es aquí donde se hacen presentes dos factores claves, los intereses políticos y el factor que modifica las sociedades, es decir la educación. “La teoría de acción antidialógica”4 nos esclarece un poco este aspecto, esta nos habla sobre la necesidad de conquista y las acciones que toman los dominadores, estos prefieren dividir al pueblo para mantenerlo oprimido, haciendo así, que la invasión cultural y la manipulación de la información descalifiquen la identidad de los oprimidos, es aquí donde Freire nos enfatiza la necesidad del trabajo cooperativo como única vía de liberación de estos modelos preconstruidos ajenos al hombre y a la sociedad, a su vez, afirma también sobre la teoría antidialógica que apela a la invasión cultural camuflada, entiéndase como globalización, en donde se nos invita a la falsa admiración del mundo y a las relaciones establecidas como naturales, todo esto como mitos superestructurales para mantener el statu quo y mantener a los oprimidos peleados entre sí, esto con el conocimiento perverso de que los individuos divididos son fácilmente dirigidos y manipulados. Sin embargo, la educación posee poderosos ejecutores de estos modelos, nosotros los pedagogos. Ixtlamachiliztli es el primer concepto que usaremos para esclarecer mi punto de vista sobre este aspecto. Como hemos revisado en los textos de León Portilla y demás autores, los principales aportes de la educación mexicana para el mundo son sus valores y sus ejecutores, estos se constituían 4 “Pedagogia del oprimido” Paulo Freire como entes sumamente preparados en todas las artes, canto, literatura, filosofía, astronomía, etc., debido a su exagerada función ética, no cualquiera podía formar las nuevas generaciones, solo podía acceder a este honor aquel que había dominado el “arte” de “dar sabiduría a los rostros ajenos”. Freire también aglomera el factor ético profesional del pedagogo con la siguiente frase, “El maestro es el responsable de la reproducción de modelos y por ello, debe cargar con la responsabilidad que esto implica”. Nuestro papel como pedagogos es una labor completamente ético, es nuestra responsabilidad verificar los contenidos que se nos exige proporcionar a nuestro alumnado y a la sociedad en general, debido a que los beneficios, problemas o crisis que estos produzcan, son solo responsabilidad nuestra y es un peso muy grande como para tomarlo a la ligera. “Educación por competencias”, es un término muy actual, una propuesta pedagógica aparentemente innovadora que adornada de bellas palabras y desarrollada por supuestos actores educativos nos propone el desarrollo de diversas “competencias” para la vida, con el aparente objetivo de preparar al individuo para todas las facetas de la vida, la social, la laboral y la ética. Los actuales docentes son evaluados severamente sobre el dominio del contenido de esta nueva “innovación” pedagógica, durante este proceso de implementación de plan y programas, los pedagogos han pasado por un proceso de difamación, convirtiéndolos en un ente ineficaz, poco productivo socialmente hablando y recibiendo una fuerte presión social y política sin una aparente justificación. Es aquí donde nos vemos obligados para comprender este escenario la revisión histórica de este “modelo educativo”, sorprendentemente nos encontramos sus orígenes en la década de los 70’s en Canadá y E.U. Este se elaboró como una respuesta a un problema económico, no a una problemática social, no a una problemática educativa, dio solución a un problema económico, desde este momento sabemos que esto no va por un buen camino.5 Uno de los problemas que se solucionaron con este “modelo”, fue el hecho de que la población entre los 15 y 25 años de edad que terminaban la educación básica proporcionada por el estado, no presentaban una certificación apta para el trabajo, se presentaba la oportunidad de abrir vacantes laborales de bajo salario, pero con la certeza de tener una mano de obra calificada y oportuna. Esta “innovación” educativa fue introducida a México, no en fecha reciente como aparentemente pudiese verse, fue implementada en los 80’s en los CONALEP, otorgando un modelo educativo que certificaba al alumnado para su ingreso al campo laboral inmediatamente al término de su preparación y tenía su propia bolsa laboral, el alumno se encontraba sin la necesidad de asistir a una educación superior. El CONALEP es una institución reconocida nacionalmente como deficiente, en el examen del COMIPEMS, se solicitan menos de 50 aciertos para el ingreso a estas instituciones, cuando la UNAM solicita un mínimo de 88 aciertos para el ingreso a su modalidad de educación media superior CCH. Es este sistema deficiente, encargado de la producción de mano de obra barata en masa, el cual está siendo promovido arduamente por la administración del ex candidato presidencial Enrique Peña Nieto, con la intención de abarcar toda área educativa y castigando con severidad a los opositores de la misma. Tlayolchiutìa, esta palabra es el cumulo de valores, ahora prácticamente inexistentes en nuestra sociedad, es la idea de no solo fortalecer los conocimientos y habilidades adquiridas por nuestra juventud, es el gran aporte de la educación mexicana para el mundo, es la idea de fortalecer emocionalmente y reflexivamente a los nuevos cimientos de nuestra sociedad. “El origen del modelo por competencias” doctorales/2012/lsg/origenes_formacion.html 5 - http://www.eumed.net/tesis- Es la idea de comunidad, de la eliminación del término individualismo de las sociedades, la eliminación de la competencia entre los individuos y el nacimiento de la colectividad y del trabajo cooperativo para lograr un fin, una sociedad más humana y con menos problemáticas de orden social. En nuestros orígenes prehispánicos no había una idea de individuo, esta era sustituida por una idea de colectivismo social, la primicia educativa era que el conocimiento no era una propiedad, era un derecho, un tesoro del cual era dueña la sociedad en su totalidad, es por esto que no nos encontraremos con autores específicos de alguna teoría, estos no se consideraban dueños del conocimiento y por ende, no lo podían sustentar como suyo, era de la ya mencionada colectividad. Huehuehtlahtolli, representa la poca información que hemos podido recaudar de nuestros orígenes, esta tradición oral contenía un gran contenido filosófico, ético y moral. Este representaba el conglomerado de características de la sociedad Mexica, una sociedad consiente de la realidad del mundo, que no trataba de endulzarla con fantasías, la enfrentaba con actos y realidades, en algunas veces enriquecida literalmente por la poesía, pero esta solo era un recurso cultural. Nuestro papel como reproductores de modelos es muy importante, no podemos deslindarnos de nuestra realidad, el mundo es uno y no cambiara de la noche a la mañana a pesar de nuestros esfuerzos, pero esto en vez de desalentarnos, debe ser un motor que nos impulse a realizar cambios dentro de la misma estructura educativa, el derecho a la libertad de catedra que aun poseemos es la herramienta más poderosa a nuestro servicio. Se nos otorgan una lista de conocimientos, habilidades y destrezas que debemos desarrollar dependiendo del nivel educativo en el que se nos pida laborar, pero es aquí donde se nos otorga la libertad de decidir cómo hacerlo, como guiar a nuestro alumnado a los aprendizajes esperados y al desarrollo de las competencias para cada contenido. Debemos romper con las cadenas que nos invitan a competir entre nosotros, vernos como una unidad colectiva, un grupo de personas con “Rostro y Corazón”, nosotros los Pedagogos somos los profesionales que contamos con las herramientas necesarias para poder establecer nuevos paradigmas y nuevas rutas hacia donde encaminar la sociedad y a pesar de no ver resultados tangibles en intervalos cortos de tiempo, debemos establecer como prioridad la construcción de una nueva sociedad, de lo contrario, debemos aceptar la responsabilidad de reproducir los modelos decadentes que se nos está obligando a reproducir, sabiendo que en cierto momento, la sociedad tiene el derecho de reclamarnos estas conductas, esta vez no por la desacreditación de los medios o los intereses políticos, si no, por la justa rendición de cuentas de alguien que pudo hacer la diferencia y prefirió simplemente cruzarse de brazos.