CHIMWEMWE CHA YESU Leticia DE LOS FRAILES Educadora en María Corredentora Sueños, sueños que te hacen impulsarte hacia delante y seguir caminando hasta conseguir que se hagan realidad. África, ese era mi gran sueño desde niña. Tras un camino recorrido en el grupo de “Voluntariado Misionero María Ana Mogas” y después de mi primera experiencia misionera en Argentina en el 2009, sentía que aún latía fuerte aquel sueño africano. Sin embargo, ya no dependía únicamente de mi decisión sino de un proyecto común de vida junto con mi marido, Jesús. Así, después de una experiencia de voluntariado en Marruecos, nos fuimos preparando para nuestra misión en Mozambique estudiando portugués y conociendo los proyectos de allí. Y por fin, llegó nuestra hora. Volamos rumbo a Maputo, capital de Mozambique, donde nos acogieron generosamente las hermanas que viven allí. Conocimos la preciosa “Escola Mª Ana Mogas”, la cual comenzó debajo de un árbol, y el Hogar que alberga a niños huérfanos o con dificultades económicas, permitiéndoles recibir una buena educación. Después de unos días allí, nos dirigimos hacia nuestro destino misionero: Tete. Se trata de una ciudad que se encuentra en el norte del país, en la llamada “zona quente” debido a su tierra de carbón y las altas temperaturas casi constantes durante todo el año. Actualmente, existen más de 150 empresas extranjeras que extraen carbón y lo exportan. Tete, mantiene un núcleo urbano de estilo colonial rodeado de crecientes barrios llenos de “payotas” y pequeñas casas de ladrillos construidas sobre piedra y habitadas por emigrantes procedentes del campo en busca de una vida mejor. Es un entorno marcado por el cruce del río Zambeze al que acuden todos los días decenas de personas para lavar la ropa, bañarse o pescar, arriesgando la vida ante la posible aparición de un cocodrilo. Todo este entramado no se podría comunicar si no fuera por su imponente puente que hace posible el tránsito, ya sea a pie, en coche, moto o “chiapa”. Nosotros convivimos en la casa de una Comunidad de cinco hermanas: Fabia, Lurdes, Judite y Selma (mozambicanas) y Sonia (española). Desde el primer momento nos sentimos en familia. Sonia nos ayudó mucho a adaptarnos y a conocer más aquella realidad llena de grandes contrastes y paradojas que convivían juntos. El primer día, nos llegó la noticia de que había fallecido la hermana de Rodolfo, un chico ciego muy querido y cercano a las hermanas. Fue uno de los momentos más fuertes. Sentimos el sufrimiento de la familia y les acompañamos en el velatorio y en el cementerio. Al fijarme en las lápidas me impactó el ver que allí yacían jóvenes de mi edad y muchos niños y adolescentes. Aquello me removió por dentro. Qué cantidad de vidas acortadas, sin más futuro… Al día siguiente, comenzamos nuestra labor misionera en el CREI, Centro Regional de Educación Inclusiva. Este Centro tiene 112 alumnos, la mayoría con distintas discapacidades, de los cuales 68 viven allí. Nuestra labor fue de asesoramiento a los profesores en la educación de chicos con discapacidad, ya que apenas tienen formación sobre ello. También pudimos organizar unas jornadas de ocio y tiempo libre con un grupo de niños que no se fueron a sus casas en vacaciones. Nos llenó mucho el poder propiciarles un espacio diferente en el que desarrollar sus capacidades y en el que conseguimos comunicarnos, disfrutar y compartir lo que cada uno era. Otra de las experiencias que más me marcaron fueron las visitas que realizábamos a la Prisión femenina donde les enseñábamos a las mujeres a hacer pulseras, rezábamos y escuchábamos sus historias llenas de dolor y angustia. Esos ratos que compartíamos con ellas eran sus momentos de desconexión de aquel lugar en el que pasaban la mayor parte del día trabajando en la machamba (huerta). Durante el tiempo que vivimos en Tete, fuimos conscientes de todo tipo de necesidades, desde los más vulnerables (niños y ancianos), hasta la falta de formación profesional en algunos sectores como la educación y la sanidad. Vimos escenas de ancianos abandonados en sus humildes payotas pero también de ancianos que cuidan de otros más débiles. Niños cuya morada es la calle que sólo conocen la limosna de los extranjeros blancos, y otros niños que disfrutan de un sano ocio en Centros de Día sustentados por Congregaciones religiosas. Muchos niños huérfanos, a causa del SIDA y la tuberculosis, que viven en Orfanatos con manos que les cuidan y les brindan una nueva oportunidad de ser grandes personas. Para nosotros fue una sensación muy fuerte la normalidad de la coexistencia de la Vida y la Muerte, la alegría y la tristeza, la celebración y la despedida. Nos marcaron sus misas de más de dos horas donde el forastero se siente acogido y bendecido, donde se canta y se danza para alabar y dar gracias a Dios. A raíz de esto, me planteo que una de las claves más importantes para transformar nuestro mundo es convertirnos en agentes multiplicadores, agentes de cambio que siembren pequeñas semillas en personas que a su vez trabajen por convertir su mundo en un lugar más digno y justo donde vivir. Los mozambicanos cuentan con grandes cualidades que admiro, como su Fuerza, su capacidad de lucha ante las dificultades, su unión Comunitaria tanto para lo bueno como para lo malo, su esperanza de algo mejor, su alegría y sus grandes sonrisas. Para concluir, quería hacer mención a uno de los días más felices de mi estancia en Mozambique y de mi vida: el día de mi cumpleaños. Ese día realmente experimentamos el sentido de “un único pueblo”. Nos reunimos personas de Brasil, Venezuela, España y Mozambique. Celebramos el don de la vida y compartimos la Eucaristía, la comida y la cultura de cada uno. Nunca olvidaré a mis hermanos de misión y a mis hermanos los preferidos de Dios, a los que nadie tiene en cuenta. Todo esto me lleva a entender mucho mejor y a intentar, cada día, vivir el verdadero significado que varias veces nos decían los sacerdotes y la gente de allí: CHIMWEMWE CHA YESU (lengua Chichewa) o KUKONDWA YESU (lengua Nyungwe) que significa LA ALEGRÍA DE JESÚS uniendo nuestros nombres, el de mi marido y el mío (Leticia y Jesús), y dándole sentido desde la fe en Jesucristo. Leticia de los Frailes Mozambique-Verano 2014 Para completar, puedes leer lo que comunica Jesús en el Blog del Grupo de Voluntarios: http://vmanamogas.blogspot.com.es/ Y si quieres conocer un poco más MOZAMBIQUE: https://www.youtube.com/watch?v=rtvYktmEUKM