La ciencia del Derecho Penal consiste en un conjunto sistemático de conocimientos obtenidos del ordenamiento positivo, referente al delito, al delincuente, a las penas y a las medidas de seguridad. La ciencia del Derecho penal es el conjunto sistemático de conocimientos extraídos del ordenamiento jurídico positivo, referentes al delito, al delincuente y a las penas y medidas de seguridad. Por lo tanto, su objeto lo constituye el Derecho penal y de ahí que se le designe también con el nombre de Dogmática jurídico-penal. EL DERECHO PENAL COMO CIENCIA. La ciencia del derecho penal es el conjunto sistemático de principios relativos al delito, a la pena y a las medidas de seguridad. Se trata de una sistematización cuyo objeto lo constituyen las normas que definen los actos seriamente trastornadores del orden social y las medidas adecuadas para su prevención y represión. La Ciencia Del Derecho Penal es el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento del delito, del delincuente, y de la reacción social que ambos provocan, conocimientos de los que, sistemáticamente estructurados, se deducen principios y leyes generales. El Delito es una conducta humana sobre la que recae una sanción de carácter criminal. El Delincuente es una persona natural que reúne las condiciones necesarias para responder ante el poder público. La Reacción Social es el movimiento de la sociedad afectada por el delito que se traduce en una sanción. DERECHO PENAL: Jiménez de Asúa define el Derecho Penal, como un “conjunto de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del poder sancionador y preventivo del Estado, estableciendo el concepto del delito como presupuesto de la acción estatal, así como la responsabilidad del sujeto activo, y asociando a la infracción de la norma una pena finalista o una medida aseguradora” Fontán Balestra dice que “es la rama del ordenamiento jurídico que contiene las normas impuestas bajo amenaza de sanción”. Se advierte que en esta definición se contemplan los dos principales aspectos del Derecho Penal: la determinación de los hechos delictivos y su sancionabilidad. DEFINICIONES SUBJETIVAS Y OBJETIVAS Las subjetivas centran la definición en el ius puniendi (poder de castigo) del Estado. Mencionan el contenido substancial, o sea, valores e intereses que las normas tutelan. Así, el Derecho Penal es el derecho de castigar que tiene el Estado como facultad pública de definir delitos y fijar sanciones que le son aplicables. O, el Derecho penal es la “la rama del Derecho que regula la potestad pública de castigar y aplicar medidas de seguridad a los autores de infracciones punibles” (R. C. Núñez). Las definiciones subjetivas de Derecho Penal adolecen del defecto que circunscribe la disciplina a la facultad de castigar a los autores de infracciones punibles; pero omite la expresión de que el Derecho Penal debe señalar, en primer término, cuáles son las infracciones punibles. Las definiciones objetivas se refieren al conjunto de normas que promulga el Estado para combatir el delito. Tenemos: el Derecho Penal es el conjunto de reglas jurídicas establecidas por el Estado, que asocian al crimen como hecho, la pena como legítima consecuencia (Franz Von Liszt). DENOMINACIONES Las denominaciones que recibió el Derecho Penal fueron: - - - Derecho Criminal, para denotar que el interés principal es el autor del delito Derecho Represivo o Sancionador, para relievar el carácter punitivo de este Derecho. Derecho de Prevención, para denotar que este Derecho tiene normas jurídicas de conducta prohibidas. Derecho Protector De La Sociedad, para designar que el delito constituye una afrenta a la sociedad y que este Derecho lo protege. Derecho De Lucha Contra El Crimen, para nombrar que es en base a este Derecho que se sanciona el delito. Derecho Protector De Criminales, Pedro Dorado Montero lo llama así para significar que este Derecho es una valla contra la venganza privada o pública de la sociedad. Derecho De La Defensa Social, nombre que se le dio por utilizar junto a la Pena otras medidas para defender la sociedad, esta denominación tiene origen en la Escuela Positivista. Antropología Criminal, llamado así por los positivistas porque dan una mayor importancia a la sociedad como medio, en relación al delito. Derecho del Código Social. En Centro y Suramérica se le llamó Derecho del Código Social, bajo influencia de la Escuela Positiva. Derecho Penal, utilizado—por primera vez—en 1756 por Regnerus Engelhard para resaltar su carácter punitivo. Unos dicen que la denominación de Derecho Penal es muy angosta, no abarca las Medidas de Seguridad. Derecho Criminal. Para otros Derecho Criminal es muy amplio. En los países anglosajones se impuso esta última (Criminal Law). En Hispanoamérica se impone la denominación de Derecho Penal. CARACTERES El Derecho Penal es: - Publico. Sólo el Estado puede sancionar con una pena de carácter criminal. Único y Exclusivo. Nadie puede hacer justicia por sus propias manos. Regulador de las relaciones del individuo con el Estado. Sólo este puede calificar una conducta como delito. Normativo. Porque trata de adecuar la conducta del individuo a los fines del Estado. Uno de esos fines es atenuar la criminalidad. Valorativo. Porque la conducta cae dentro de un valor o un antivalor (lo antijurídico), estos valores cambian según el tiempo y el espacio geográfico. Finalista. Porque el fin del Derecho Penal es prevenir la ilicitud. Se confunde con el derecho de castigar del Estado, de ahí que la sanción pueda ser: retributiva, expiatoria o de enmienda. NATURALEZA Existen dos corrientes: para unos el Derecho Penal es sancionadora y para otros es constitutiva. ROCCO y CARRARA parten de la unidad entre la norma y la ley, dicen que la naturaleza del Derecho Penal es constitutiva porque protege bienes jurídicos propios que no están definidos en otros sectores del Derecho por ejemplo el derecho a la vida se protege desde antes del nacimiento (se castiga el aborto), después del nacimiento (el infanticidio), durante la vida (homicidio). Es el único sector del Derecho que crea un bien y lo protege, aunque es cierto que el Derecho Civil, protege al concebido, pero solamente lo hace con relación a derechos espectaticios. GRISPIGNNI y von LISZT y sus seguidores parten de la base ontológica de la división entre la norma y la ley; y dicen que el Derecho Penal es sancionadora porque: El Derecho Penal no crea normas jurídicas ni crea bienes propios dignos de tutela, sólo se limita a garantizar bienes jurídicos que ya están definidos, por ejemplo la propiedad en el Derecho Civil, las libertades en el Derecho Constitucional. Modernamente prima esta última corriente ya que el Derecho Penal en la actualidad sólo dispone de sanciones. ELEMENTOS Y MÉTODO Para la Escuela Clásica los elementos del Derecho Penal son el delito y la pena. Para los Positivistas son el delincuente, el delito y la pena, en ese orden. Actualmente se aceptan los tres, pero el estudio del delincuente es puramente jurídico, evitando caer en exageraciones positivistas. El método del Derecho Penal es el técnico jurídico, que en su aplicación ha de tener tres fases en correcto equilibrio: - De la Interpretación, el científico recolecta datos para obtener el sentido de la norma jurídica positiva por la captación del fin que persigue. En la fase Dogmática se elabora un sistema coordinado de principios extraídos del Ordenamiento Jurídico. - Fase de la Crítica, es la proposición de reformas (Crítica Jurídica) y la incorporación de nuevas instituciones (Política Criminal). Las dos primeras permiten conocer como es el Derecho positivo, la última permite determinar cómo debe ser. ERECHO PENAL Te explicamos qué es el derecho penal y cuáles son sus tres aspectos. Además, sus características generales y por qué es proporcional. El Derecho penal impone sanciones para mantener el orden social. ¿Qué es el Derecho Penal? El Derecho Penal es una rama del Derecho Público Interno. Puede considerarse una disciplina científica ya que es un conjunto sistemático de principios. Se refiere a: delitos, penas, medidas de seguridad. El objetivo es la creación del orden social y su conservación, a través de la imposición de sanciones para evitar comportamientos que se consideran peligrosos (delitos). Un medio de control social se define como un conjunto de modelos y símbolos culturales que son determinados y aplicados a través de un conjunto de actos. El derecho penal es uno de los medios de control con los que cuenta el Estado para superar las tensiones y conflictos sociales. A pesar de que el derecho penal pueda parecer un concepto moderno, diversas sociedades y civilizaciones a lo largo de la historia han tenido unas normas parecidas a las que establece el derecho penal. La Ley del Talión (el ojo por ojo, diente por diente) o el derecho romano son algunos ejemplos de la evolución que ha sufrido el derecho penal a lo largo de la historia. Ver además: Fuentes del Derecho. Características del Derecho Penal: 1.Público El derecho penal es un medio de control monopolizado por el Estado. La sanción no se impone respondiendo al interés de la persona perjudicada por el delito, sino respondiendo al interés de la colectividad. Por eso, la pena sólo puede ser impuesta por el Estado, es decir que el derecho penal es un medio de control monopolizado por el Estado. No se ocupa de la relación entre individuos sino de la relación entre el Estado soberano y los individuos. 2.Tiene tres aspectos Objetivo. En tanto conjunto de normas jurídico-penales. Las mismas establecen una responsabilidad civil derivada del delito. Por eso, la aplicación del derecho penal presupone el crimen como hecho, cuya legítima consecuencia es la pena o la medida de seguridad. Subjetivo. En tanto Derecho del Estado de sancionar, “Ius Puniendo”. La facultad del Estado de crear y aplicar sanciones a quienes infringen esas normas jurídico-penales (Derecho Penal Objetivo). Esta facultad se ejerce a través de la Criminalización Primaria (determinación de las conductas a sancionar) y de la Criminalización Secundaria (aplicación de las penas). Científico. En tanto doctrina, la Ciencia del Derecho Penal es la disciplina que interpreta y estudia, de manera sistemática el Derecho Penal Objetivo vigente. 3.Punitivo El Derecho penal protege los ordenamientos jurídicos a través de penas. Los bienes jurídicos son creados por otros ordenamientos jurídicos distintos del Derecho Penal, pero este último es el encargado de proteger esos ordenamientos jurídicos a través de la imposición de penas. Por eso se lo denomina accesorio y secundario en relación a las ramas del derecho que crean los bienes jurídicos. 4.Discontinuo No prevé la intervención estatal en todas las situaciones, sino que especifica cuáles son las conductas penadas (aquellas que resultan más peligrosas para los bienes que protege). Por eso el Derecho Penal se considera valorativo, porque al seleccionar las conductas más peligrosas, les da una importancia a su carácter dañino. 5.Regulador de conductas El Derecho penal no se ocupa del ámbito del pensamiento, más bien castiga los hechos. Únicamente se ocupa de las acciones de las personas que exceden su pensamiento, aquellas que se manifiestan en el exterior de la persona. Es decir que Derecho Penal no se ocupa del ámbito del pensamiento. Lo que se castiga son actos o hechos consumados. Sólo cuando se ha cometido una acción se puede penar y nunca se puede aplicar el derecho penal a una persona por las ideas que tenga. 6.“Ultima Ratio” El derecho penal funciona como la última instancia jurídica que sanciona una conducta, es decir que su intervención se vuelve necesaria para penalizar las conductas más peligrosas, ante las cuales ninguna otra intervención del Estado es efectiva. 7.Cultural El Derecho penal es modificado por el Estado a lo largo del tiempo. La concepción de qué es un delito depende de cada cultura, por eso el Derecho Penal no sanciona las mismas acciones en todos los países, e incluso es modificado a lo largo del tiempo en un mismo Estado. 8.Normativo Una norma determina las conductas permitidas y las prohibidas. Al señalar las conductas que serán sancionadas, el Derecho Penal es normativo ya que define aquello que está prohibido. 9.Finalista Los castigos utilizados también poseen una función preventiva. Tiene un objetivo específico, un fin colectivo, puede ser mantener el orden social, asegurar el bienestar de la comunidad, garantizar la justicia, etc. El objetivo principal del derecho penal es el de proteger a la sociedad de comportamientos que puedan perjudicarla. Para ello se utilizan castigos impuestos a cualquiera que infrinja las leyes. Además, estos castigos también tienen una función preventiva, puesto que aunque no pueden revocar las acciones ya cometidas, pueden servir para la prevención de posibles infracciones futuras. 10. Personalísimo Castiga exclusivamente a las personas que cometieron la infracción, es decir que la pena no puede extenderse a sus descendientes ni a ninguna otra persona. Además, el responsable no puede ser reemplazado por otro en el cumplimiento de la pena. 11. Proporcionalidad El Derecho penal aplica castigos que sean proporcionales al delito cometido. El derecho penal está basado en el principio de la proporcionalidad, es decir, las sanciones o castigos aplicados deben ser consecuentes con los delitos cometidos. Además, de manera similar se aplica el principio de mínima intervención que dice que para aplicar una pena, el delito o falta cometidos deben de ser graves y siempre se debe aplicar la pena menos grave posible que se adecue al delito. Fuente: https://www.caracteristicas.co/derecho-penal/#ixzz6F4k769YQ puntes de Derecho Penal – Parte General (página 2) Enviado por Oscar Cabrera Cabrera Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6 Esto se logra a través de medidas que por un lado llevan a la separación del delincuente peligroso por el tiempo necesario, a la par que se reincorpora al medio social a aquellos que no lo son mediante el tratamiento adecuado en cada caso para lograr esta finalidad. Concretamente, el Derecho Penal es parte de la ciencia jurídica, y por ello su finalidad es el estudio y la interpretación de los principios contenidos en la Ley. 2. DEFINICION DE DERECHO PENAL El Derecho Penal es la rama del derecho público interno relativa a los delitos, a las penas y a las medidas de seguridad, que tiene por objetivo inmediato la creación y la conservación del orden social. El Derecho Penal es un medio de control social, y este último puede ser comprendido como un conjunto de modelos culturales y de símbolos sociales y también de actos, a través de los cuales dichos símbolos y modelos son determinados y aplicados. Con ellos, se trata de superar las tensiones sociales: generales, de grupo y/o de individuos. Cualquiera que sea el sistema político-económico de una sociedad, el Estado tratará de "desmontar los elementos conflictivos potenciales y de aceitar la maquinaria de la circulación social" Como disciplina científica es el conjunto sistemático de principios relativos al delito, a la pena y a las medidas de seguridad. Bramont-Arias Torres, señala que: "El Derecho Penal es un medio de control social que se caracteriza por imponer sanciones -penas o medidas de seguridad- cuando, se han cometido acciones graves que atenten contra los bienes jurídicos de mayor valor de la sociedad". Siguiendo esta misma línea de pensamiento Mir Puig señala: "(ဦ) es una forma de evitar los comportamientos que juzga especialmente peligrosos -los delitos-. Se trata, pues, de una forma de control social lo suficientemente importante para que, por una parte, haya sido monopolizado por el Estado y, por otra parte, constituya una de las parcelas fundamentales del poder estatal(ဦ)". También se dice que es el "Conjunto de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del poder sancionador y preventivo del Estado, estableciendo el concepto de delito como presupuesto de la acción estatal, así como la responsabilidad del sujeto activo, y asociando a la infracción de la norma una pena finalista o una medida aseguradora." (Luís Jiménez de Asúa ) "Rama del ordenamiento jurídico que contiene las normas impuestas bajo amenaza de sanción." ( Fontán Balestra ) Su objetivo fundamental es mantener el orden social mediante el respeto de los bienes jurídicos tutelados por la ley. El Derecho Penal tiene tres aspectos: Objetivo: El Derecho Penal es un conjunto de normas jurídicopenales (posición clásica). El presupuesto para su aplicación es el delito y, su consecuencia es la pena o medida de seguridad. Además, se establece una responsabilidad civil derivada del delito. Célebre es la definición que dio Von Liszt, para quien el derecho penal es el "conjunto de reglas jurídicas establecidas por el Estado, que asocian al crimen como hecho y a la pena como legítima consecuencia". Subjetivo: Es lo que se conoce como "Ius Puniendo" o Derecho del Estado a castigar o sancionar. Es la facultad que tiene el Estado de crear o aplicar determinadas sanciones a las personas que infringen el Derecho Penal Objetivo, es decir las normas jurídico penales. Fernández Carrasquilla señala que: el derecho penal subjetivo no es otra cosa que una potestad derivada del imperio o soberanía estatal y que dependiendo del momento en que se desenvuelva puede tomar diversas formas, puede ser una potestad represiva -momento legislativo-, una pretensión punitiva -momento judicial-, o una facultad ejecutiva -momento ejecutivo o penitenciario-. Científico, Ciencia del Derecho Penal o Dogmática Jurídico Penal: La dogmática penal, expresa Roxin: "es la disciplina que se ocupa de la interpretación, sistematización, elaboración y desarrollo de las disposiciones legales y opiniones de la doctrina científica en el campo del Derecho penal". Fernández Carrasquilla, a su vez, con visión político criminal, considera que la "Dogmática Jurídico Penal" es el estudio sistemático y lógico-político de las normas del derecho penal positivo vigente y de los principios y valores en que descansan o que las animan". Las dogmática jurídico penal, por su referencia al derecho vigente y por sus métodos se diferencia de la historia del Derecho Penal y del Derecho Penal comparado, pero también de la Política Criminal, cuyo objeto no constituye el derecho penal como ES sino como DEBERÍA SER en cuanto a una adecuada disposición para sus fines. Por otro lado, se dice que actualmente se habla de una estructura tridimensional del Derecho desde el punto de vista del Derecho Penal, que gira entorno a la Criminología, Dogmática Penal y la Política Criminal: Hecho : Criminología Estructura Tridimensional Norma : Dogmática Penal Valor : Política Criminal La Criminología es actualmente una ciencia en continuo cambio, lo cual, como podrá suponerse, ha incidido en la manera de conceptuarla, el objeto de estudio, el método, y los postulados generales asignados; el avance del pensamiento criminológico a pesar de ser una ciencia relativamente nueva ha sido notorio. La palabra "criminología" tiene raíces griegas y latinas que significan desde un punto de vista etimológico la "teoría del crimen". Bustos Ramírezafirma que: "Mientras el derecho penal se ocupa de la definición normativa de la criminalidad como forma del poder del Estado, la criminología estudia cómo surgen al interior del sistema esos procesos de definición. De esta manera ambas disciplinas conforman una unidad normativa y empírica. Tradicionalmente mediante la criminología se intenta explicar el delito como fenómeno individual y social La Dogmática Penal es el estudio concreto de las normas penales, de los tipos penales, de la Ley en sentido estricto. Se le debe desmenuzar y entender de manera coherente. Es un método de investigación jurídico que centra su estudio en las normas observándolas desde un punto de vista abstracto, general, sistemático, crítico y axiológico; el estudio consiste en determinar el verdadero sentido y genuino alcance de las normas, correlacionarlas e integrarlas en totalidades coherentes de progresiva generalidad, extraer los principios generales que rigen las normas y los gruposracionales que de ellas se forman y desentrañar las valoraciones políticas, constitucionales e internacionales en que esas normas descansan o se inspiran. Tal como indica Fernando Velásquez: "(ဦ) esta disciplina se ocupa del estudio de un determinado derecho positivo y tiene por finalidad reproducir, aplicar y sistematizar la normatividad jurídica, tratando de entenderla y descifrarla, construyendo un sistema unitario y coherente; su objetivo, pues, es integrar el derecho positivo sobre el cual opera con conceptos jurídicos, fijando después los principios generales o dogmas que señalan las líneas dominantes del conjunto. Desde este punto de vista, la dogmática es ciencia, pues posee un objeto (el derecho positivo), un método (el dogmático) y unos postulados generales o dogmas". La Política Criminal es el conjunto de criterios, empleados o a emplear por el Derecho Penal en el tratamiento de la criminalidad. Es el fundamento de que por qué se castiga determinada conducta y por qué no otras. Es decir, se ocupa de cómo configurar el derecho penal de la forma más eficaz posible para que pueda cumplir con su tarea de protección de la sociedad. Por ejemplo: Las excusas absolutorias (art. 208º del C.P.). El maestro BRAMONT ARIAS conceptúa la política criminal como, la ciencia y el arte de los medios preventivos y represivos de que el Estado dispone para luchar contra el delito. Como ciencia la política criminal elabora principios; como arte, los aplica. La Política Criminal surge teniendo como base los resultados de las corrientes criminológicas. 3. RELACION DEL DERECHO PENAL CON OTRAS AREAS DEL DERECHO El derecho penal sé interrelaciona con otras ramas y disciplinas auxiliares que como su nombre lo indica lo auxilian en la aplicación de sus normas lo anterior es muy importante ya que sin la ayuda de ellas no podría llevarse acabo el cumplimiento de el derecho penal. La relación que guarda el Derecho Penal con otras ramas jurídicas así como otras ciencias y disciplinas, es importante por que resultan indispensables en un momento dado para resolver situaciones que se presentan en el Derecho Penal. 3.1. CON OTRAS RAMAS DEL DERECHO. Derecho Civil: Perteneciente al Derecho Privado, diversas figuras y nociones del Derecho Civil van aparejadas al Derecho Penal, pues este implica conocer nociones civiles, por Ej. Para entender el Robo, Apropiación Ilícita, etc.; hay que conocer el que se entiende por patrimonio; para entender el delito de Omisión de Asistencia Familiar, atentado contra la patria potestad, y otros , es menester recurrir a este derecho y comprender el matrimonio,alimentos, etc. Derecho Comercial: Como rama del Derecho Privado tiene una relación estrecha con el Derecho Penal, pues en materia de sociedades comerciales y títulos valores, se presentan diversas figuras típicas, como libramiento indebido, fraude en la administración de personas jurídicas, etc. Derecho Procesal: Rama del derecho que estudia las normas adjetivas, que rigen el proceso penal como consecuencia inmediata de la comisión del delito que es materia del derecho penal. Derecho Constitucional: Cuyo objeto de estudio es la Constitución, en la que establecen las bases a que debe sujetarse el derecho penal. Derecho Administrativo: Diversos delitos acontecen en el Ámbito administrativo; esta rama del Derecho Publico Prevé la organización de diversos organismos que atañen al Derecho Penal. Derecho Internacional: Existen delitos en materia Internacional que son objeto de estudio de esta rama del Derecho. Como los establecidos referentes a la aplicación espacial de la ley penal y otros, También se habla de un Derecho Penal Internacional así como de un Derecho Internacional Penal. Derechos Humanos: Son los inherentes a la naturaleza humana sin los cuales no se puede vivir como ser humano. En su aspecto positivo, son los que reconoce la Constitución Política del Perú de 1993 Y los que se recogen en los pactos, convenios y los tratados Internacionales suscritos y ratificados por nuestro país. 3.2. CON OTRAS DISCIPLINAS AFINES AL DERECHO Filosofía: En esta área del conocimiento humano, no jurídica, existen fundamentos que dan luz al Derecho Penal, como la valoración de determinados bienes jurídicos tutelados por el Derecho Penal. Sociología: El comportamiento criminal, el comportamiento y la pena, tienen en su explicación un fundamento sociológico. Con base en la sociología es posible entender y quizá prever el delito y ciertas conductas que, sin llegar a ser delictivas, afectan seriamente a la sociedad. El estudio del grupo social y su comportamiento es vital para el Derecho Penal y ciencias afines. Psicología: Mediante las aportaciones de la Psicología es posible analizar el comportamiento humano para entender el porque del delito. En materia Procesal, el estudio de la personalidad del delincuente se basa en la Psicología. El estudio del carácter, del temperamento y la personalidades esencial para comprender al hombre en su manifestación externa de comportamiento. El artículo 46 del Código Penal contempla la posibilidad de tener en cuenta las circunstancias personales del sujeto, para aplicar la pena. Psiquiatría: La aportación de esta ciencia en materia Penal es de valor incalculable, pues ayuda al juez a resolver los problemas derivados de la comisión de delitos por parte de inimputables. Ocasionalmente, el privado de la libertad por una sentencia pierde la razón, por lo que se requiere la intervención de especialistas en esta área. Medicina Forense: Esta rama de la medicina general coadyuva en la investigación de determinados delitos, como lesiones, aborto, infanticidio, homicidio y algunos sexuales principalmente, con lo cual logra una adecuada y mas justa administración de justicia, pues esclarece las dudas que se le presentan al Derecho Penal. Criminalistica: Al igual que la medicina forense, esta disciplina, basada en conocimientos científicos, es de una ayuda invaluable en la investigación del delito. Balística, dactiloscopia y retrato hablado son algunos ejemplos de las aportaciones de esta disciplina. El Catedrático español de Derecho Penal, José Cerezo Mir, en su libro "Curso de Derecho Penal Español - Parte General", señala que: "Con el término Criminalística, introducido por Hans Gross, se designa un conjunto de conocimientos o técnicas tendentes al esclarecimientos del delito, al descubrimiento del delincuente, a la aportación de las pruebas y a impedir la comisión de delitos futuros (técnicas de inspección del lugar del delito, para recoger huellas, conocer loso instrumentos de comisión del delito, la psicología del testimonio, etc.). Se discute su carácter de ciencia. En realidad aunque comprende un conjunto de técnicas muy diversas, es una ciencia empírica, que suministra datos interesantes a la Ciencia del Derecho Penal y a la Criminología". Criminología: Ciencia no jurídica, perteneciente al mundo del "ser" y que estudia la conducta antisocial y el delito, así como el autor de este, desde un punto de vista distinto del normativo, se considera básica en el análisis del Derecho Penal, pues permite examinar las causas del delito y la personalidad del delincuente. 4. CARACTERISTICAS DEL DERECHO PENAL El Derecho penal, a diferencia de los otros medios de control social formales se caracteriza por ser eminentemente sancionador y fragmentario. Pues bien, abordemos cada de uno de ellos. SANCIONADOR Se dice que el Derecho Penal tiene carácter sancionador, secundario y accesorio, por cuanto se afirma que el derecho penal no crea bienes jurídicos, sino que sólo limita a imponer penas y por ello resulta accesorio; puesto que a los bienes jurídicos -creados por otros ordenamientos jurídicos-, el derecho penal, se encarga de protegerlos y consecuentemente resulta secundaria su tarea. Por otro lado se sostiene que el Derecho Penal tiene carácter constitutivo, primario y autónomo, al estimarse que el derecho penal contribuye en la creación de bienes jurídicos. "Lo más correcto sería pues, afirmar que el derecho penal es predominantemente sancionador y excepcionalmente constitutivo. Pese a ello, cabe consignar que el derecho penal siempre es sancionador en el sentido que no crea los bienes jurídicos, sino que les agrega su tutela penal" FRAGMENTARIO "Significa que el Derecho penal no ha de sancionar todas las conductas lesivas de los bienes que protege, sino sólo las modalidades de ataque más peligrosas para ellos. Así, no todos los ataques a la propiedad constituyen delito, sino sólo ciertas modalidades especialmente peligrosas". Es por ello que, "la intervención punitiva estatal no se realiza frente a toda situación, sino solo a hechos que la ley penal ha determinado específicamente (carácter fragmentario) por lo que la pena constituye un instrumento subsidiario" ES PUBLICO En razón que las sanciones que pregona sólo pueden ser impuestas por el Estado. Además, la pena no se impone en interés de ofendido sino de la colectividad y, por último, el objeto del derecho penal no es la relación entre individuos, sino entre el Estado considerado como soberano y los individuos. ES REGULADOR DE CONDUCTAS HUMANAS. Se trata de regular la actividad de los hombres en cuanto trasciendan al exterior, es decir nadie es castigado por su pensamiento. La incriminación de las ideas equivaldría a una radical invasión del campo propio de la moral. ES CULTURAL, NORMATIVO Y FINALISTA La ciencia del derecho penal se ubica en la esfera del "deber ser", por la concepción fundamentalmente cultural de su principal objeto de estudio: el delito. Es normativo porque, son las normas las que señalan lo permitido y lo prohibido. Es valorativo pues, hace una selección de las conductas más peligrosas y dañinas para la sociedad. Es finalista porque, se protegen los bienes jurídicos o intereses jurídicos con referencia a la consecución de un fin colectivamente perseguido, fin que puede ser el orden, el bienestar social, la paz con justicia, etc. ES PERSONALÍSIMO Es decir que el delincuente responde personalmente de las consecuencias penales de su conducta. Esto significa: Que la pena solamente puede cumplirse en aquél que personalmente delinquió, no se transmite a otras personas. Que está prohibido al delincuente obtener que otra persona cumpla por él la pena que le fue impuesta. Que con la muerte del delincuente concluye la posibilidad de sancionar penalmente el hecho del que fuera responsable. 5. EVOLUCION DEL DERECHO PENAL. (SINTESIS) En las líneas posteriores se presentara un alcance sintético de la evolución del derecho penal, que en todo caso, se sugiere al alumno para una mayor comprensión minuciosa recurrir a la bibliografía sobre la materia, que se establece en la parte pertinente del presente trabajo. Cada sociedad, históricamente, ha creado, y crea, sus propias normas penales, con rasgos y elementos característicos según el bien jurídico que en cada caso se quiera proteger. Tabú y venganza privada: en los tiempos primitivos no existía un derecho penal estructurado, sino que había toda una serie de prohibiciones basadas en conceptos mágicos y religiosos, cuya violación traía consecuencias no sólo para el ofensor sino también para todos los miembros de su familia, clan o tribu. Cuando se responsabilizaba a alguien por la violación de una de estas prohibiciones (tabú), el ofensor quedaba a merced de la víctima y sus parientes, quienes lo castigaban causándole a él y su familia un mal mayor. No existía relación alguna entre la ofensa y la magnitud del castigo. La Ley del Talión: las primeras limitaciones a la venganza como método de castigo surgen con el Código de Hammurabi, La Ley de las XII Tablas y la Ley Mosaica, que intentan establecer una primera proporcionalidad entre el daño producido y el castigo. Este debe ser igual a aquel. Es el famoso "ojo por ojo, diente por diente". En los casos en que no existía daño físico, se buscaba una forma de compensación física, de modo tal, por ejemplo, que al autor de un robo se le cortaba la mano. A esta misma época corresponde la aparición de la denominada Composición, consistente en el reemplazo de la pena por el pago de una suma dineraria, por medio de la cual la víctima renunciaba a la venganza. Legitimación del Derecho Penal - marzo 24, 2012 Carlos Luís Sánchez Chacín Derecho penal y su legitimidad: Es mucho lo que se ha escrito en relación a está problemática, al punto que se ha llegado a que grandes doctrinarios lleguen a promover la deslegitimación del Derecho Penal como medio de control social. Bien sabemos que en un determinado conglomerado social hacen vida una gran gama de individuos que sincretizan cultura, creencias e ideologías que distan una de otras, además de las notorias diferencias de estratos sociales, donde los poderosos oprimen a los desventajados, aunado al llamado nuevo orden mundial que exige al mundo ser uno solo sin fronteras que nos dividan, lo que permite la universalización de conductas desviadas que más o menos coinciden. Ante esta situación, se visualiza al Estado como el principal responsable de crear políticas dirigidas a ejercer un control efectivo de los comportamientos desarrollados por los individuos dentro de la sociedad, siendo el mecanismo de control más radical, el derecho penal. A este particular, es conveniente citar al ilustre jurista Hernán Hormazabal[1], cuando indica que: “…los hombres ante la inseguridad que supone vivir aislados, deciden organizarse en sociedad y confiar al Estado la conservación del nuevo orden creado. El Estado se erige como garante de las condiciones de vida en común.” Al encontrarnos frente a frente con la realidad Latinoamericana en materia de Control Social, nos damos cuenta del gran risco existente entre la necesidad de solución de conflictos que tiene la sociedad y la ofertada por el Estado. En primae facie el derecho penal busca controlar socialmente las conductas indeseadas por ser consideradas violentas contra el estado de paz social que debe imperar en un Estado de Derecho. Sin embargo, el Sistema Penal conlleva dentro de si mismo un alto grado de violencia, que muchas veces en vez de resolver conflictos, sólo procrea sub-conflictos, dejando en evidencia que no esta cumpliendo de forma cabal con el fin que predica su justificación. En este orden, el eximio jurista italiano Alessandro Baratta[2], indicaba: “…El sistema punitivo produce más problemas de cuantos pretende resolver. En lugar de componer conflictos, los reprime y, a menudo, éstos mismos adquieren un carácter más grave en su propio contexto originario; o también por efecto de la intervención penal, pueden surgir conflictos nuevos en el mismo o en otros contextos”. En efecto, esto ha conllevado a que surjan dos corrientes del derecho penal muy debatidas, emanadas justamente de su deslegitimación. La primera que debemos mencionar es la posición “Abolicionista”, la que por su nombre nos indica ser la más radical, patrocinada por la Criminología Crítica[3], abanderada por grandes pensadores como Hulsman, Christie y Mathiesen, que consiste en una posición crítica negativa al sistema penal y específicamente al Derecho penal como medio de control social, por considerarlo inútil en la resolución de los conflictos que se someten a su conocimiento, sirviendo en cambio a la generación de una combustión de violencia[4]. Esta corriente doctrinaria propone quitar de las manos del Estado el conflicto y devolverlo a los protagonistas, para que sean ellos quienes mediante medios alternativos menos agresivos, logren subsanarlos[5]. Reitero, es una posición bastante extrema, la cual personalmente no comparto, aunque es una realidad la violencia generada por el Sistema penal y su repercusión en el aumento de la gran mayoría de los males sociales que pretenden controlar[6]. La segunda corriente del derecho penal más atenuadora que deslegitimante, es la conocida como Derecho penal mínimo o de ultima ratio, cuyo mayor exponente es el ius filosofo italiano Luigi Ferrajoli[7], quien menciona: “…el derecho penal, aun cuando rodeado de límites y garantías, conserva siempre una intrínseca brutalidad que hace problemática e incierta su legitimidad moral y política. La pena, cualquiera que sea la forma en que se la justifique y circunscriba, es en efecto una segunda violencia que se añade al delito y que está programada y puesta en acto por una colectividad organizada contra un individuo.” En base a lo señalado por Ferrajoli, podemos decir que el Derecho Penal Mínimo, es la corriente de pensamiento emanado de la deslegitimación del Derecho penal, que ve al abolicionismo más como una utopía que como una realidad practica y propone no la desaparición total del derecho penal como medio de control social, sino su minimización; mediante el establecimiento inexorable de un conjunto de principios infranqueables, que aminoren la fuerza del Ius Puniendi, para que solamente entré en escenario cuando los demás medios de control social sean insuficientes para resolver los conflictos de la sociedad. Derecho Penal Máximo: Se denomina como tal, al Derecho Penal que no esta sujeto a limitaciones en su ejercicio. También denominado Derecho Penal Absoluto o Autoritario[8]. El derecho penal máximo aunque reconoce la existencia de los principios informadores del derecho penal liberal, los omite o flexibiliza, en razón de su finalidad represiva que se justifica en la supuesta “seguridad” del orden social[9]. Así uno de sus más acérrimos opositores, Ferrajoli[10], ha señalado: “el modelo de derecho penal máximo, es decir, incondicionado e ilimitado, es el que se caracteriza, además de por su excesiva severidad, por la incertidumbre y la imprevisibilidad de las condenas y de las penas; y que, consiguientemente, se configura como un sistema de poder no controlable racionalmente por ausencia de parámetros ciertos y racionales de convalidación y de anulación”. Comentaba al inicio del presente ensayo la transcendencia que ha tenido la sociología en la Política Criminal e incluso en la dogmatica penal, pues inspirados en las teorías Parsonsnianas y Luhmannianas (Funcionalismo Estructural y Funcionalismo Sistémico respectivamente), se han elaborado corrientes doctrinarias que fijan su mirada –ya no de forma tradicional en la individualidad- sino en el total social como el eje transversal sobre la cual debe girar el desenvolvimiento de la norma jurídico penal[11]. Los grandes cambios sociales producidos en el siglo XX y ahora en pleno curso del siglo XXI producto de fenómenos globalizadores, han causado un efecto dómino en la estructura social, primero con el detrimento de la familia como célula fundamental de la sociedad, el decaimiento de la educación en todas sus etapas, la agudización de la crisis financiera y consiguiente crecimiento de la pobreza extrema, así como también un aumento considerable de la criminalidad[12]. Incremento del fenómeno delictivo que ha representado ser un reto incomodo para los Estados. Ante tal urgencia social, los Estados partiendo de las teorías de un derecho penal actual, se han querido desligar (por no decir que lo han hecho del todo ya), de los principios limitadores del ius puniendi, por considerar que los mismos tienen un efecto precursor de la impunidad, que solo facilita el mantenimiento de la desviación criminal dentro de las sociedades. El punitivismo patrocina el uso del Derecho Penal como primae ratio para la resolución de los conflictos sociales, convirtiéndose en la formula mágica entonada en los discursos políticos para crear en el total social (sociedad) la idea de seguridad, ante la difusión de la era de un Derecho Penal de Riesgos[13]. Discurso demagogo que dista mucho de la realidad, pero que al parecer calza como anillo al dedo en el conglomerado, que termina avalando lo inaceptable, creándose una especie de fascistización de las masas sociales. Por ello, ideas como el incremento desmesurado de las penas a aplicar, la sobrecriminalización de conductas que durante mucho tiempo parecían ser inalcanzables por el derecho penal, ha conllevado a que hoy día se hable de tipos penales paralelos contenidos en Leyes penales especiales que han ocasionado la Descodificación del Derecho Penal, fenómeno que Silva Sánchez[14] ha denominado como la “Expansión del Derecho Penal”, de la cual el Ordenamiento Jurídico Penal venezolano no es ajeno, como por ejemplo la vigencia de: Ley Contra los Delitos Informáticos, Ley Penal del Ambiente (G. O. (4358E) 3/1/1992), Código Orgánico Tributario, Ley Orgánica de Drogas (G.O.(37510) 05/09/2010), Ley Contra la Corrupción (G.O. (5637E) 07/04/2003), Ley de Hurto y Robo de Vehículos(G.O (37.000) 26/06/2.000), Ley contra Ilícitos Cambiarios (G.O. 5975E del 17/0/10), Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (LEDEPABIS) (G.O (37.930) 04/05/2004), Ley Contra la Delincuencia Organizada(G. O. (5789E) de 26/10/2005), Ley Orgánica para el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (G. O. (38668 de 23 /4/2007), Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (G O. (5859E de 10/12/2007), entre otras. Aunado a la proliferación excesiva de leyes penales, cabe mencionar que otra de las situaciones que ha fomentado el establecimiento de un derecho penal máximo, es el surgimiento de una corriente denominada como “Derecho Penal de la Peligrosidad” (fundado en riesgos)[15], el cual según Rodríguez Morales[16], es: “…en el cual se privilegian los tipos penales de peligro sobre los de lesión de manera que se basa no en la afectación del bien jurídico, sino en la posibilidad de que llegue a ser afectado, lo que genera enorme suspicacias frente a la seguridad jurídica y la certidumbre.” Esta vertiente del Derecho Penal actual apuesta por la penalización de acciones que no sobrepasan la simple preparación, se trabaja en base a expectativas en muchas oportunidades, sin prestar la más mínima atención a las exigencias de punibilidad[17]. Esta concepción del Derecho Penal de la Peligrosidad, implica que para la criminalización secundaria servirán de guía no ya los actos realizados por el autor, sino el autor mismo, sin importar que haya exteriorizado una conducta criminal o no[18]. Sin embargo, la corriente más emblemática del Derecho Penal Máximo en los actuales momentos, es la catalogada como “Derecho Penal del Enemigo”, la cual encuentra su más destacado promotor en Jakobs. Alude la precitada Teoría, que ante las necesidades de seguridad propias de los tiempos que se viven hoy día, es menester la restricción de determinadas garantías ciudadanas, para poder garantizar el bienestar colectivo. Para ello, se discrimina entre Personas y no Personas, Ciudadanos y Enemigos[19], lo que evidentemente contrapone los postulados de un Estado Social, Democrático de Derecho y de Justicia, atentando directamente contra la dignidad del Ser Humano y por ende contra el Estado de Derecho[20]. Así mismo, es de destacar, que esta tendencia de política criminal denominada “Derecho Penal del enemigo”, maximiza la reprensión dirigida a estos grupos que han sido “etiquetados”[21], como enemigos de la sociedad[22], excluyéndolos de la misma. Esta corriente peligrosa del “enemigo”, debe ser desechada por todo Estado Democrático[23], por cuanto su naturaleza es incompatible desde toda óptica con la estructura de un Estado de Derecho donde se garantice el respeto por los Derechos fundamentales de los ciudadanos. Más allá de que Jakobs insista en que el Derecho Penal del Enemigo solo se dirige a un grupo apartado de la sociedad (que realicen conductas referentes a la Delincuencia organizada: Narcotráfico, Terrorismo, algunos delitos sexuales, entre otros), la gran mayoría de las Constituciones Políticas hoy día consagran el principio humanitario de igualdad ante la Ley (Art. 21 CRBV), lo que no permite hacer discriminación de ninguna naturaleza, y exige el tratamiento igualitario para todo ciudadano que haga parte de un Estado de Derecho. En este sentido, Zaffaroni[24], opina: “en la teoría política el tratamiento diferenciado de seres humanos privados del carácter de personas (enemigos de la sociedad) es propio del estado absoluto, que por su esencia no admite grados, y, por ende resulta incompatible con la teoría política del estado de derecho. Con esto se introduce una contradicción permanente entre la doctrina jurídico – penal que admite y legitima el concepto de enemigo y los principios constitucionales e internacionales del estado de derecho, o sea, con la teoría política de este último”. Derecho Penal Mínimo: Hasta ahora, hemos visto como el Derecho Penal parece desfilarse hacia precipicios de arbitrariedad. La contraparte del Derecho Penal Máximo, es el Derecho Penal Mínimo, que postula entre sus principios la mínima intervención penal[25]. Más adecuado a los diseños constitucionales actuales, el derecho penal mínimo no sería la “Carta Magna del Delincuente[26]”, sino la garantía ciudadana frente al arbitrio punitivo. Ahora bien, el garantismo penal -como también se le denomina- no es reciente o novedoso, sino al contrario, data de la era de la Ilustración del Derecho penal. Cesare Bonessana Marqués de Beccaria, fue y sigue siendo uno de los referentes del Derecho Penal Clásico, que marcaba el sendero a seguir para la humanización de la Justicia Penal[27]. Es por ello, que la corriente garantista de hoy día, ha sido denominada como el Neoclasicismo, haciendo referencia al resurgimiento del Derecho Penal de la Ilustración, aunque en lo personal considero que es equivoca hacer una comparación de esa naturaleza, por cuanto ambas corrientes si bien son garantista, la actual contiene un concepción doctrinaria que no coincide del todo con los postulados de los Ilustres del Derecho Penal. A pesar de que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, consagra principios que diseñan un Derecho Penal mínimo, el marco legal que sirve para su materialización es más de corte máxima. Nos encontramos nuevamente frente al dilema del deber ser y el ser, la teoría y la praxiología. En el presente apartado, intentaré reformular un conjunto de principios universales del Derecho penal liberal, con el fin de generar conciencia de la situación que atraviesa nuestra realidad penal hoy día en contraste con los ideales de la sociedad humanística. El derecho penal mínimo conlleva intrínsecamente los siguientes principios, que cumplen la función de fiscalizar el poder punitivo del Estado: Principio de reserva de ley: También conocido como principio de legalidad en sentido estricto, bajo el aforismo latino nullum crimen, nulla poena sine praevia lege poenali[28]. Este principio universal del Derecho penal, estipula que no puede existir delito, ni mucho menos pena, si no existe una ley previa que así lo establezca, exigencia sine qua non para la conservación de un Estado social y democrático de Derecho y de Justicia[29]. En nuestro ordenamiento jurídico, lo encontramos reseñado en el plano constitucional[30], en los siguientes términos: “Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas; en consecuencia: … 6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.” De igual forma, nuestro Código Penal[31], lo estipula de la siguiente manera: “Artículo 1. Nadie podrá ser castigado por un hecho que no estuviere expresamente previsto como punible por la ley, ni con penas que ella no hubiere establecido previamente…”. La doctrina ha esbozado que el Principio de Legalidad tiene por lo menos cuatro garantías explicitas: La garantía criminal, que es justamente la exigencia de preexistencia de ley penal para lo configuración del delito; la garantía penal, que nos indica la existencia legal de las penas a imponer; la garantía jurisdiccional, que conlleva la necesidad que tanto la existencia del delito como la imposición de la pena se lleve a cabo mediante sentencia judicial; y la garantía de ejecución, que inexoblamente exige que la ejecución de la pena esté sometida a la ley. Se puede entonces decir, que es una garantía política que no permite que algún ciudadano se vea afectado por el Derecho Penal en la esfera de sus derechos individuales, cuando su conducta, consecuencia jurídica a imponer, procedimiento penal y forma de ejecución no estén descriptos en una ley penal con previa existencia. Sin embargo, no podemos obviar que la realidad del Poder Punitivo hoy día, ha rebasado toda contención legal, hasta llegar a esferas no presupuestadas[32], lo que nos lleva a considerar, a que si bien el principio de legalidad cumple un rol importante en cuanto a la contención del Ius Puniendi, no es suficiente, por lo que se hace menester la coexistencia de otros principios. Principio de Taxatividad: Tiene como finalidad establecer la prohibición de la analogía contra reo en el Derecho Penal, por cuanto las conductas delictivas deben estar objetivamente descriptas en el ordenamiento jurídico penal, en palabras de Baratta[33]: “Esto impone una técnica legislativa que permita la mayor objetividad en el proceso de concretización judicial de las figuras delictivas, y la limitación de las cláusulas generales y de los elementos típicos normativos por medio de reenvíos a valoraciones sociales y normas cuya existencia y cuyo contenido sean empíricamente comprobables”. Los códigos penales deben permitir la interpretación, más no la analogía[34], en razón, que mientras la interpretación busca un sentido del texto legal que se halle dentro de su sentido literal posible, la analogía supone la aplicación de la ley penal a un supuesto no comprendido en ninguno de los sentidos posibles de su letra, pero análogo a otros sí comprendido en el texto legal[35]. La analogía en el derecho penal es repudiada por la doctrina por representar un riesgo al sistema democrático que sus disposiciones garantizan y defienden. Principio de Irretroactividad: La gran mayoría de las cosas tienen una validez temporal, de lo tangible aquello que podemos observar y tocar- podemos asegurar que no son eternas, incluso la Ley esta sometida a una validez temporal que limita su aplicación. Como expresión derivada del Principio de reserva o legalidad, la irretroactividad, es una garantía que se erige con la finalidad de impedir que la Ley penal que ha entrado en vigor posterior a la comisión de un hecho punible, la cual contenga un mayor agravio para el agente delictivo, sea aplicada sobre el mismo[36]. Este principio tiene su excepción, por supuesto, siempre y cuando la ley penal que entre en vigencia, favorezca mucho más al reo que la vigente para la fecha de la comisión del hecho punible[37]. Por eso se habla de la irretroactividad de la ley modificativa que establece sanciones más severas, que se fundamenta en razones de seguridad jurídica, y de la retroactividad de la ley abolitiva de delitos, la cual se fundamenta en motivos humanitarios y exigencias de elemental justicia[38]. Quedara de parte del juzgador la determinación de la ley penal más favorable. Principio de ultima ratio o actuación razonable: El Derecho penal es concebido hoy día, como el instrumento por excelencia y de primae facie para solucionar los conflictos sociales, sin embargo, en el transcurso del presente trabajo se ha ido desarrollando una contundente posición contraria a dicha postura, por cuanto el derecho penal debe partir de una actuación razonable, esto implica que, su utilización en el ámbito social estará supeditada a la insuficiencia de otras medidas menos agresivas para el control social (Por eso la expresión ultima ratio). Esta actuación razonable del Derecho Penal, puede ser concebida como la exigencia de proporcionalidad que debe existir entre en el conflicto social a solucionar y la medida de control a emplear para tal consecución[39]. El Garantismo presupone, una actuación razonable del poder punitivo, porque se debe ajustar lo más posible a la realidad en la que pretende intervenir[40]. Principio de utilidad o consecuencias manifiestas: La legislación penal debe vislumbrar un conjunto de consecuencias manifiestas de sus normas, dichas consecuencias son aquellas que provienen directamente de las intenciones del legislador, están allí para encarrilar las funciones del Derecho penal, más específicamente de ese dispositivo legal que entre en vigor. Lo antagónico a las consecuencias manifiestas de las normas penales, son las consecuencias latentes, producto de un Derecho Penal Simbólico, aquel que es utilizado como arma política y es maquillado con discursos demagógicos que persuaden a la sociedad de una “seguridad jurídica”, producto de la puesta en vigencia de una determinada Ley penal. En este sentido, un Derecho Penal Mínimo requiere que las normas jurídico penales que se creen y entren en vigencia, sean efectivas y cumplan la función real por la cual fueron creadas, no simplemente un mero simbolismo político. Cuando el Derecho Penal no cumple su función, no existe legitimación material del mismo, esta situación es la que ha llevado a que hoy día sea el centro de un gran torbellino de críticas, por ser más latente que manifiesto. Principio de imputación personal: La sanción penal debe ser impuesta al responsable de la acción delictiva, por esta razón el principio de imputación personal exige la determinación e individualización de ese autor o participe, sin que sea posible la sanción penal por hecho ajeno, lo que quiere decir que debe concurrir una conexión causal entre el comportamiento exteriorizado del agente y el resultado dañoso[41], que permita la atribución de la responsabilidad penal y la imposición de la correspondiente sanción. Este principio, raíz también del principio de exterioridad o materialidad, que indica que el Derecho Penal debe ser de Acto y no de Autor, en base al postulado del aforismo latino “cogitationes poenam nemo patitur”, que significa que los pensamientos no pueden ser penados, sino las conductas materiales[42]. Principio este que se asoma como uno de los principales revulsivos al llamado “Derecho Penal del Enemigo”. Principio de economía de la violencia: Ya hemos dicho que el Derecho penal se quiera o no, siempre será una expresión de violencia institucionalizada. Ahora bien, en un Derecho penal mínimo esta no puede ser rígida, todo lo contrario, se debe economizar lo más posible en todo su desarrollo. Reducir los costos de violencia y aumentar los beneficios en pro de un sistema penal humanista. Actualmente observamos los altos índices de violencia institucionalizada, el derecho penal invade la vida del hombre en todos los espacios, interviene en su privacidad (Intercepciones de llamada, allanamiento de morada, entre otros); en su esfera de libertad personal (Es aprehendido, enjaulado y sometido a una tortura moral); en su propia vida (Al considerarla en muchas ocasiones como un derecho no absoluto, por ejemplo donde aún está vigente la pena de muerte), todo ese oleaje de violencia estatal desbordada, se debe economizar, con la estricta finalidad de apaciguar sus aguas, que en vez de coadyuvar a soluciones efectivas, sólo conllevan complicaciones colaterales. Principio de Culpabilidad: El principio de nulla poene sine culpa, es una confirmación de la conquista del Derecho Penal Liberal, erigiendo la dignidad del ser humano[43], al exigir que para la imposición de una pena, el resultado del hecho delictivo pueda ser imputado subjetivamente[44] a una determinación anímica del sujeto actuante. En otras palabras, es necesario que sea culpable. Observamos pues, que el Derecho Penal mínimo presupone que no puede imponerse una pena, por el simple hecho de la producción de un daño, sino que ese daño tiene que ser un resultado producto de una conducta culpable para poder ser reprochable. La culpabilidad legitima la pena estatal. En palabras de Kunsemuller[45], la culpabilidad representa un: “…postulado garantista esencial a un Derecho Penal democrático, en el cual la pena sólo puede ser impuesta al individuo a quien le es reprochable un quehacer personal suyo perpetrado con dolo o culpa” . El conjunto de principios que con antelación fueron expuestos, no representan la totalidad de los existentes, sino aquellos sobre los cuales considero debe ir encriptado un Derecho Penal Mínimo en la actualidad[46]. El relajo de estas garantías penales, ha conllevado al detrimento de Derecho Penal, no solo a nivel nacional, sino inclusive internacional, por este motivo es menester el replanteamiento de los mismos, no por eufórico capricho, sino por autentica necesidad constitucional, democrática y en fin; Humana. [1] HORMAZABAL, Hernán, Bien Jurídico y Estado Social Democrático y de Derecho, segunda edición, editorial Jurídica Conosur, Santiago de Chile, Chile, 1992, pp. 13. De igual forma, el precitado autor señala que: “En consecuencia, a partir de esta premisa, la conminación penal del Estado sólo quedaría legitimada respecto de conductas que fueran dañinas socialmente, esto es, de conductas humanas, entre las que cobran singular importancia las conductas que pudieran poner en peligro la existencia del Estado que, conforme a lo expuesto anteriormente, se erigía como necesario para el mantenimiento de dichas condiciones.” [2] BARATTA, Alessandro, Principios de Derecho Penal Mínimo en: “Criminología y Sistema Penal (Compilación in memoriam)”, Editorial B de F, Buenos Aires, Argentina, 2004, pp. 299. [3] En cuanto a la Crimininología Crítica: “Con la denominación de «radical» o «crítica» se conoce a la orientación que, abandonando el llamado «paradigma etiológico» esto es, la explicación clásica de la criminalidad como un fenómeno individual, debido a razones antropológicas, psicológicas o sociales, propia de la «criminología positivista», pasa a centrar su análisis en el sistema penal, en tanto que generador de criminalidad («paradigma de control»)” SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, Aproximación... Op. Pág. 19. [4] Ferrajoli, citado por Silva Sánchez, opina que: «el abolicionismo penal —cualesquiera que sean los intentos libertarios y humanitarios que puedan animarlo— se configura, en consecuencia, como una utopía regresiva que presenta, sobre el presupuesto ilusorio de una sociedad buena o de un Estado bueno, modelos de hechos desregulados o autorregulados de vigilancia y/o punición, con relación a los cuales es el derecho penal —tal como ha sido fatigosamente concebido con su complejo sistema de garantías por el pensamiento jurídico iluminista— el que constituye, histónca y axiológicamente, una alternativa progresista». De ser esto cierto —y yo, como se habrá advertido, pienso que lo e s— no cabe duda de que resultan incluso «suaves» las categóricas palabras de HASSEMER, cuando afirma que «quien pretenda abolir el Derecho penal, lo único que quiere es ahuyentar al diablo con Belcebú»'". SILVA SÁNCHEZ, Aproximación… Op. cit. Pág. 25. [5] El profesor de la Universidad de Rotterdam (Holanda), Louk Hulsman, uno de los principales exponentes del abolicionismo, comenta: “Esforcémonos en imaginar e interiorizar lo que es el encierro en la prisión. Se nos ha enseñado a pensar en la prisión desde un punto de vista puramente abstracto. Son puestos en primer lugar el «orden, el «interés general, la «seguridad pública», la defensa de los valores sociales»... Se nos hace creer -y es sólo una ilusión siniestra- que, para ponernos al abrigo de las «acciones de la delincuencia», es necesario, ¡y suficiente!, meter en la cárcel a algunas decenas de miles de personas. De la gente encerrada en nuestro nombre, se nos habla muy poco…”. En Sistema Penal y Seguridad Ciudadana: hacia una alternativa, Editorial Ariel Derecho, S.A., Barcelona, España, 1984, pp. 49. [6] Por cuanto: “una violencia punitiva excesiva no es un antídoto, sino el mecanismo de aceleración y de contagio del envenenamiento” RESTA, Eligio: La certeza y la esperanza. Ensayo sobre el derecho y la violencia, traducción de Marco Aurelio Galmarini, Piados, Barcelona-Buenos Aires-México, 1995. Pág. 55 [7] FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón: Teoría del Garantismo Penal, novena edición, Editorial Trotta, Madrid, España, 2009, pp. 21. [8] En palabras de Muñoz Conde: “Hablar de «Derecho penal autoritario» es de algún modo hablar de lo obvio, pues no hay un Derecho penal que no sea «autoritario»; es más, el Derecho penal es el más autoritario de todas las ramas del Ordenamiento jurídico y probablemente de todos los sistemas formalizados de control social…” continúa el precitado autor: “Pero cuando hablamos del «nuevo Derecho penal autoritario» nos estamos refiriendo a un Derecho penal más autoritario de lo normal; de un Derecho penal que se ha colado de rondón, «por la puerta falsa» de un Ordenamiento jurídico, cuyos parámetros constitucionales habían reconocido unos derechos humanos fundamentales, unas garantías, que, al menos formalmente, sirven de barrera infranqueable al poder punitivo del Estado.” (Negrillas de mi responsabilidad). MUÑOZ CONDE, Francisco, Derecho Penal ante la Globalización y el Terrorismo. Extraído de página web (En línea): http://www.cien ciaspenales.net [9] Según Ferrajoli: “La certeza del derecho penal máximo está en que ningún culpable resulte impune, a costa de la incertidumbre de que también algún inocente pueda ser castigado.” Ferrajoli, Op. cit. Pág. 106. [10] Ferrajoli, Op. cit. Pág. 105. [11] Es necesario aclarar que estas posturas sociológicas, han dado gran influencia a los esbozos teóricos de dos de los más respetados penalistas de la actualidad, Claus Roxin, con su Funcionalismo Penal moderado, y a Gunther Jakobs con su Funcionalismo Penal radical, lo que no implica que la dogmatica se este centrando en la sociedad como tal, sino que se ha dejado a un lado el normativismo radical (apostado por el relativismo neokantiano) y se ha abierto paso a la Política Criminal para la nutrición de la dogmatica jurídico penal, haciendo un acercamiento más que valido, necesario, entre el derecho penal y la realidad social que intenta controlar. [12] En este sentido: “el Derecho penal contemporáneo propio de las sociedades globalizadas ha pasado de ser preservador de bienes jurídicos a convertirse en protector de riesgos, de la mano de una sutil renuncia, subrepticia y paulatina, a los principios y garantías fundamentales consagradas en las Cartas Políticas y en la Parte general de los códigos penales”. GAITÁN GARCÍA, Olga Lucía: “Derecho penal contemporáneo: de la tutela penal a una lesión a la protección de riesgos”, en NFP N° 60, Bogotá, Temis, 1999, págs. 31 y ss [13] De ello, se dice que: “Con la expresión Derecho Penal del riesgo (Risikostrafrecht) se aludiría, en definitiva, a un específico "Derecho Penal de una sociedad del riesgo", en el que la orientación a la prevención y control de las fuentes de peligro, a la minimización del riesgo, va a determinar cambios en la construcción de las categorías jurídicopenales -hasta el punto de que se habla también de una Risikodogmatik.” SÁNCHEZ GARCÍA DE PAZ, María Isabel, El Moderno Derecho Penal y la Anticipación de la Tutela Penal, Publicaciones de la Universidad de Valladolid, Valladolid, España, 1999. Pág. 81 [14] “…no es difícil constatar la existencia de una tendencia claramente dominante en la legislación hacia la introducción de nuevos tipos penales así como a una agravación de los ya existentes, que cabe enclavar en el marco general de la restricción, o la «reinterpretación de las garantías clásicas del Derecho penal sustantivo y del Derecho procesal penal. Creación de nuevos «bienes jurídico-penales», ampliación de los espacios de riesgos jurídicopenalmente relevantes, flexibilización de las reglas de imputación y relativización de los principios político-criminales de garantía no serían sino aspectos de esta tendencia general, a la que cabe referirse con el término «expansión».”. SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, Expansión del Derecho Penal: Aspectos de la Política Criminal en las Sociedades Postindustriales, Cuadernos Civitas, Madrid-España, 1999. Pág. 17-18. [15] Que se desenvuelve en perfectas condiciones en las sociedades de riesgos contemporáneas. En cuanto a los riesgos es válido citar las palabras de Beck: “En la modernidad avanzada, la producción social de riqueza va acompañada sistemáticamente por la producción social de riesgos. Por tanto, los problemas y conflictos de reparto de la sociedad de la carencia son sustituidos por los problemas y conflictos que surgen de la producción, definición y reparto de los riesgos producidos de manera científico-técnica.”(Subrayado de mi responsabilidad), BECK, Ulrich, La Sociedad del Riesgo: Hacia una nueva modernidad, Editorial Paidos, Barcelona, España, 2002. Pág. 25 [16] RODRÍGUEZ MORALES, Alejandro, “Racionalización de la intervención penal Vs. Punitivismo. De Livorno a Guantánamo”, en Dogmatica Penal y Crítica, Vadell Hermano editores, 2008. Pág. 180. [17] Como es el caso de los llamados Delitos de Peligro Abstracto. [18] Así pues: “al aplicar la sanción al delincuente no lo castiga en pago de lo que ha hecho sino que toma en cuenta lo que es y mira sobre todo a lo que hará, y esa obligación de vigilancia y de defensa existe tanto después como antes del crimen; éste sólo reclama mayor urgencia en la intervención del estado”. SOLER, Sebastián, Exposición y Crítica de la Teoría del Estado Peligroso, Valerio Abeledo Editor, Buenos Aires, Argentina, 1929. Pág. 46. [19] Esta discriminación hecha por Jakobs, es la que según él, otorga un carácter de excepcionalidad del Derecho penal del enemigo, que solamente entrará en juego como herramienta de emergencia contra aquellos individuos que se han apartado de su esfera de civilidad, y representan un foco de peligrosidad que debe ser inocuizado. [20] En torno a ello, el profesor brasilero Fernando Capez, enseña: “Podemos, então, afirmar que do Estado Democratico de Direito parte o princípio da dignidade humana, orientando toda a formação do Direito Penal. Qualquer construção típica, cujo conteúdo contrariar e afrontar a dignidade humana, será materialmente inconstitucional, posto que atentatoria ao próprio fundamento da existência de nosso Estado.”. Curso de Direito Penal Parte Geral, Volume I, 7ma. Ediçao, editora Saraiva, Sao Paulo, Brasil, 2004. Pág. 11. (Estime conveniente hacer la cita anterior en el idioma original, por cuanto, el portugués al ser una lengua latina, es de una aceptable compresión para quienes manejamos el español como lenguaje principal). [21] Para mayor información sobre la expresión “etiquetamiento”, recomiendo la lectura de la teoría criminóloga del “Labelling aproach”. [22] De acuerdo a la concepción Jakobsniana, “enemigo” es aquel que de forma permanente y constante lesiona la norma jurídico penal, mostrando evidentes rasgos de indiferencia su conducta desviada. [23] Este tipo de corrientes, según Ferrajoli: “Sirven para configurar sistemas de control penal propios del estado absoluto o totalitario: entendiendo por tales expresiones cualquier ordenamiento jurídico donde los poderes públicos son legibus soluti o totales, es decir, no disciplinados por la ley y, por tanto, carentes de límites y condiciones.”. FERRAJOLI, Op. cit. Pág. 104. [24] ZAFFARONI, Eugenio; El Enemigo en el Derecho Penal, Editorial Ediar, Buenos Aires, Argentina; 2006. Pág. 11-12. [25] Para Ferrajoli: “La certeza del derecho penal mínimo está, al contrario, en que ningún inocente sea castigado, a costa de la incertidumbre de que también algún culpable pueda resultar impune.” Op. Cit. Pág. 107. [26] Haciendo alusión a la célebre frase de Franz Von Listz. [27] Fue Beccaria uno de los principales utilitaristas, que pudo congeniar el humanismo con el utilitarismo, imponiendo una serie de principios filosóficos con transcendencia jurídico-penal. [28] Famosa máxima que se atribuye al destacado jurista alemán Pablo Juan Anselmo Ritter Von Feurbach, padre del movimiento codificador en materia penal, quien estableció el sistema compuesto en: I. Derecho Penal General; II. Derecho Penal Especial; III. Derecho Procesal Penal. [29] En este orden, Mir Puig indica: “El principio de Estado de Derecho impone el postulado de un sometimiento de la potestad punitiva al Derecho, lo que dará lugar a los límites derivados del principio de legalidad. La idea del Estado social sirve para legitimar la función de prevención en la medida en que sea necesaria para proteger la sociedad… la concepción del Estado democrático obliga en lo posible a poner el Derecho penal al servicio del ciudadano, lo que puede verse como fuente de ciertos limites que hoy se asocian al respeto de los principios como los de dignidad humana, igualdad y participación del ciudadano”. MIR PUIG, Op. cit. Pág. 104. [30] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial Nº 5.453, del 24/03/2000. [31] Código Penal venezolano, Gaceta Oficial Nº 5758 del 13/04/2005. [32] Aunque como ha señalado Baratta: “…podemos darnos cuenta fácilmente de que buena parte de la función punitiva se realiza, aun actualmente, fuera del derecho, a pesar de las conquistas alcanzadas, en la historia de las constituciones modernas, por las teorías liberales de la pena. Piénsese en la gravedad del fenómeno de la pena de muerte extrajudicial, en las torturas, en las desapariciones, en las acciones ilegales de la policía, de los cuerpos militares y paramilitares, en el desborde de la función punitiva al margen de la legalidad, como hemos visto en un pasado reciente bajo la dictadura fascista en Europa y vemos todavía en algunos países de América Latina.”. BARATTA, Op. cit. Pág. 305. [33] BARATTA, Op. cit. 306. [34] Vale la oportunidad para señalar, que parte de la doctrina, ha indicado que en el caso de una analogía in bonam partem (que beneficie al reo), no chocará con el sentido de límite garantizador que posee el texto legal. Incluso, así lo dispuso el artículo 6 del Proyecto de Código Penal presentado por el magistrado Alejandro Angulo Fontiveros, ante la Asamblea Nacional en 2004, el cual rezaba de la siguiente forma: “Art.6. Prohibición de la analogía. La ley penal no se aplicará por analogía a menos que ello implique la exclusión o atenuación de las penas.” [35] MIR PUIG, Derecho Penal… Op. cit. Pág.115. [36] Incluso en caso contrario, como alecciona Muñoz Conde: “Una persona tiene derecho a saber de antemano qué conductas están prohibidas y cuáles no. Si, por ejemplo, comete un hecho que la ley vigente en el momento de su realización no considera delito, no puede ser castigada después en base a una ley posterior que declare punible este hecho.” MUÑOZ CONDE, Francisco, Introducción al Derecho Penal, Segunda edición, Serie Maestros del Derecho Penal, Tomo III, editorial B de F, Montevideo-Buenos Aires, 2001. Pág. 153 [37] Código Penal venezolano (G.O 5768E, de fecha 13/04/05): Art. 2“Las leyes penales tienen efecto retroactivo en cuanto favorezcan al reo, aunque al publicarse hubiere ya sentencia firme y el reo estuviere cumpliendo la condena.” [38] GRISANTI AVELEDO, Hernando, Lecciones de Derecho Penal, Parte General, Vigésima segunda edición, editorial Vadell Hermanos, Valencia-Caracas, Venezuela, 2010. Pág. 53. [39] La idoneidad, proporcionalidad y subsidiariedad del Derecho Penal, son elementos intrínsecos del principio de actuación razonable. [40] En palabras de Baratta: “La ley penal, por tanto, no puede ser una respuesta inmediata de naturaleza administrativa, como, en cambio, lo es frecuentemente en la práctica. Los problemas que se debe enfrentar tienen que estar suficientemente decantados antes de poner en práctica una respuesta penal.” Op. Cit. Pág. 308. [41] El catedrático Juan Luis Modollel González, indica: “El Derecho penal no puede conformarse, a diferencia de las ciencias naturales, con la relación causa efecto, sino con la cuestión jurídico social relativa a si un determinado resultado dañoso puede ser imputado al autor como su obra…”, En: Bases Fundamentales de la Teoría de la Imputación Objetiva, Editorial Livrosca, Caracas-Venezuela, 2001. Pág.150. [42] La Corte Suprema de Justicia (extinta), en Sala Plena, el 06/11/97 declaro la nulidad de la Ley de Vagos y Maleantes, haciendo honor a este principio universal del Derecho Penal Liberal. [43] Como lo ha resaltado el legislador penal colombiano, al iniciar las normas reguladoras del Código Penal: “ARTÍCULO 1 - Dignidad humana. El derecho penal tendrá como fundamento el respeto a la dignidad humana”. (Ley 599 del año 2000). [44] En cuanto a esto, menciona José Antonio Caro John: “¿Qué es la imputación subjetiva sino imputación misma de la culpabilidad? Justamente por eso el principio de culpabilidad impone que el Derecho penal sólo puede injerir sobre la esfera individual de la persona mediante una pena como reacción frente al dolo o la culpa, más no así ante cualquier otra manifestación del conocimiento. El principio de culpabilidad funda de este modo una “regla de oro” consistente en que sólo el conocimiento que admite graduación puede ser castigado con una pena también graduable.”. Ponencia presentada en el VIII Curso Internacional de Derecho penal: “El funcionalismo jurídico-penal a debate”, realizado en Lima del 07 al 10 de junio de 2006, y organizado conjuntamente por el Instituto Peruano de Ciencias Penales, la Maestría en Derecho penal de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Editora Jurídica Grijley. [45] KUNSEMULLER LOEBENFELDER, Carlos, Culpabilidad y Pena, Editorial Jurídica de Chile, SantiagoChile, 2001. Pág. 19. [46] Hago esta advertencia, por cuanto existen trabajos de destacados autores donde señalan un cúmulo mayor de Principios, a los cuales no le niego razón de ser, pero por razones de practicidad y economía del presente trabajo, apuntó los que creo más convenientes. 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XXXXXX, actuando con el carácter de Fiscales Auxiliar Encargado y Auxiliar XXXXXX del Ministerio Público del estado XXXX con Competencia Especializada en Drogas; en uso de las atribuciones que me confieren los artículos 285 numeral 4º de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 37 cardinales 1º y 15º de la Ley Orgánica del Ministerio Público y 11, 24, 108 numeral 4º del Texto Adjetivo Penal, presentamos formal ACUSACIÓN en la investigación signada con la nomenclatura interna de este Despacho Nº XXXXXX, de conformidad con el artículo 326 ejusdem, en los siguientes términos: CAPÍTULO I IDENTIFICACIÓN DEL IMPUTADO Y DE SU DEFENSA: La presente acción penal está dirigida … LEER MÁS Con la tecnología de Blogger Imágenes del tema: Michael Elkan CAPITULO 2 - La ciencia del Derecho Penal por Marco Antonio Terragni Derecho.... SUMARIO: 1- El Derecho penal. Concepto. Caracteres. Contenido. Fines. Relaciones con las restantes manifestaciones del Derecho. 2. El derecho penal subjetivo. 2.1. La potestad punitiva del Estado. Concepto y límites. 3. El derecho penal objetivo. 3.1. Derecho penal material, procesal penal y penal ejecutivo. 3.2. Derecho penal común y especial. 3.3. Delitos y contravenciones. 3.4. Delitos comunes, políticos y conexos. 4. El estudio científico del fenómeno penal. 4.1. La Dogmática penal. 4.2. La Política criminal. 4.3. La Criminología. 4.4. Objeto, contenido, método y evolución de cada una. 4.5. Estudio de sus relaciones. Su influencia en las construcciones conceptuales modernas. 5. Las disciplinas auxiliares. 1. El Derecho penal. Concepto. Caracteres. Contenido. Fines. Relaciones con las restantes manifestaciones del Derecho. El Derecho penal, entendido como sistema de normas que obedecen a principios comunes, es aquél que describe sucesos (así ocurre, por ejemplo, en la Parte Especial del Código penal) cuya comisión acarreará las sanciones más graves de las que dispone el Estado; y a su vez determina cuáles serán las condiciones para punir o no a los autores; como lo hace en la Parte General del mismo Código. La sanción de leyes penales es necesaria para encausar la convivencia para que se desarrolle en armonía; por lo mismo, ningún grupo social ha prescindido –ni puede hacerlo- de amenazar con penas y de aplicarlas cuando aquellas reglas no sean acatadas. Forma parte del Derecho público y, como tal los particulares –por regla- no tienen facultades que les permitan influir en el funcionamiento de sus instituciones; salvo excepciones como aquélla que determina la existencia de delitos dependientes de instancia privada o de acción privada respecto de los cuales es la voluntad del particular la que va a permitir poner en movimiento los procedimientos para juzgar a los autores. Esto no significa –obviamente- que los interesados tengan atribuciones como para modificar la ley penal, cuyo dictado corresponde exclusivamente al Estado: es irrefragable. El Derecho penal, como ciencia, tiene como finalidad la de fijar las pautas para interpretar la ley, encontrando los grandes principios, utilizando métodos que permiten ordenarlos y desarrollarlos. A esos efectos y tratando de que la aplicación de la ley por parte de los magistrados sea predecible, se produce una especia de reconstrucción intelectual de las normas. Por ejemplo: El art. 34 C.P. bajo el título "Imputabilidad" establece cuáles son las hipótesis en las que no se aplicará pena: al Derecho penal, como ciencia, le corresponde ordenarlas en causas de ausencia de acción, de tipo, de ilicitud o de culpabilidad; para entender las normas y aplicarlas correctamente. En cuanto respecta a los fines del Derecho penal, en general: El consignarlos de una forma u otra depende de la orientación filosófica de los respectivos intérpretes: Para nosotros el fin del Derecho penal es introducir justicia en una relación entre el autor, la víctima y la comunidad, generada a partir de un hecho calificado previamente por la ley como delito; y al mismo tiempo tratar de conseguir que sucesos semejantes no se repitan. Por último, la doctrina ha dado en algunos casos, más que definiciones una idea de cómo funciona el sistema: Cuando una acción humana, guiada por la voluntad, perturba el orden jurídico fijado por la autoridad pública, aparece la necesidad de restaurarlo aplicando, en su caso, una pena. El Derecho penal es, entonces, la ciencia que estudia el delito como fenómeno jurídico y las relaciones que se producen entre esa infracción y la consecuencia prevista para restaurar el orden normativo. Este quehacer supone llegar a un punto en el cual se consiga el saber del Derecho penal. Este se diferencia del conocimiento característico de las otras ramas, por la sanción, que le es propia, particular; que le pertenece exclusivamente, y es la pena. En orden a los caracteres del Derecho penal se trata de una ciencia, rama del Derecho público, que estudia las normas que relacionadas con el castigo; así como cumple –simultáneamente- la función de garantizar los derechos de quienes delinquen, frente al poder del Estado. Se trata de una disciplina cultural (se ocupa del deber ser) calificativo que se le asigna para diferenciarla de las naturales (del ser). Es valorativa, pues las leyes penales están diseñadas de manera tal que desvaloran los comportamientos antisociales y establecen categorías en orden a la mayor o menor gravedad; calificación que se refleja luego en las clases y a la gravedad de la pena amenazada, según sean los bienes jurídicos afectados y la manera en que sean agredidos. Conforme al mandato constitucional de que debe haber una ley previa al hecho para que el autor de éste pueda ser juzgado y, en su caso, castigado (art. 18 C.N.), la normativa penal constituye un sistema discontinuo de ilicitudes. Todas aquellas conductas que no están previstas son libres (art. 19 C.N.). De allí la importancia que tiene la redacción de los tipos penales, ya que deben describir con precisión lo prohibido u ordenado bajo amenaza de pena: No puede haber zonas grises, cuya existencia podría prestarse a la analogía; procedimiento que, en nuestro país, no puede constituir una fuente de Derecho. Se relaciona con las restantes ramas del Derecho: con el Constitucional porque la Constitución nacional es la base de toda norma jurídica y ella da las pautas acerca de cómo debe ser la legislación de fondo y de forma, así como las decisiones jurisdiccionales que se adopten tomando como base la misma. Con el Derecho civil, en cuando el Código de materia regula las grandes instituciones; como el matrimonio, la patria potestad, los contratos, los derechos reales, etc. Por ejemplo: El art. 34.4 en cuanto declara impune al que obrare en el ejercicio legítimo de su derecho. Es posible que la indicación acerca del actuar lícito se encuentre en algún precepto del Código civil. Lo mismo puede señalarse en orden al Derecho administrativo: en el mismo precepto del C.P. se habla del legítimo ejercicio de la autoridad y la regulación respectiva estar dada en aquella rama del Derecho. 2. El Derecho penal subjetivo. La potestad punitiva del Estado. Concepto y límites. Antes hemos anticipado nuestra forma de pensar sobre el tema: El Estado no tiene derechos subjetivos. De todas maneras, como la tradición sostiene lo contrario, resulta útil suministrar algunas indicaciones al respecto, sobre todo porque algún autor encuentra así la posibilidad de suministrar alguna definición subjetiva sobre lo que es el Derecho penal; en este orden de pensamiento, la ciencia que funda y determina el ejercicio del poder punitivo del Estado. Hay, por ello, quienes ponen el acento en el aspecto subjetivo, como otros lo hacen en el objetivo (conjunto de normas) y criterios mixtos, ya que ese conjunto de normas son las que indican –y así restringen – el ejercicio del ius puniendi del Estado. La ausencia de tipos penales asegura la carencia de legitimación de la injerencia penal, reconociendo un ámbito de actividad privada que la intervención penal está obligada respetar y cuidar con celosía. El Estado debe dirigir su amenaza penal únicamente para supuestos de lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos. Una vez reconocidos estos límites, corresponde a la autoridad pública actuar, conforme a las reglas procesales instituidas, pues no quedan libradas a la decisión de los particulares las consecuencias que surgen de la conducta delictiva. Asume con supremacía soberana, dirigiéndose por medio de normas generales al individuo en un plano de superioridad, como persona del Derecho público. Por eso el Derecho penal es una rama del Derecho público; y a su vez puede ser dividido en Derecho penal común y Derecho penal especial. por el Derecho penal administrativo, el Derecho penal disciplinario, El Derecho penal militar, el Derecho penal tributario, etc. Algunos autores agregan a esta enunciación el Derecho Penal del Trabajo, y Derecho Penal Intelectual. 3. El Derecho Penal objetivo. 3.1. Derecho penal material, procesal penal y penal ejecutivo. Derecho penal objetivo es el conjunto de normas: la totalidad de las leyes que tienen contenido penal. A través de ellas se hace conocer la voluntad del Estado de reprimir las conductas antisociales más graves; también cómo lo hará; a través de qué procedimiento. Y, finalmente, como ejecutará las penas con las que amenaza la comisión de esos hechos. Esas etapas distinguen el Derecho penal material (también llamado material o de fondo), el procesal penal (denominado asimismo como de forma o adjetivo) y el penal ejecutivo. El primero describe las conductas mandadas o prohibidas y establece cuáles serán las sanciones para quienes incurran en ellas (p.e. en la Parte especial del C.P.) ; también establece las condiciones que tienen que concurrir para la punibilidad (Parte general del C.P.). Por su parte, el Derecho procesal penal es el conjunto de reglas para la administración de justicia (el desarrollo del juicio penal); en orden a esas reglas también se genera un estudio sistemático que se denomina Ciencia del Derecho procesal penal. Conforme al particular federalismo de nuestra organización institucional, el Código penal es sancionado por la Nación (art. 75 inc. 12 C.N.) y los códigos de procedimientos (salvo el que organiza los juicios federales) por los estados particulares (las provincias y la Ciudad autónoma de Buenos Aires), conforme a la reserva que hicieron las Provincias, al organizar el sistema federal, de los poderes que no delegaron al Estado nacional (Art. 5, 121, 122 y 123 C.N.). Por último, la sentencia de condena es, como toda sentencia que resuelve la cuestión en debate, es declarativa. Cuando ella condena, al sistema se agregan las reglas de lo que se denomina Derecho de ejecución penal para que se apliquen la pena o la medida de seguridad que el tribunal haya impuesto. Cuando esa condena implica encierro, la rama específica se llama Derecho penitenciario, que en nuestro país estudia –principalmente- la ley de ejecución de las penas privativas de la libertad. 3.2. Derecho penal común y especial. Junto al Derecho penal común, integrado por el Derecho penal material, el formal y el de ejecución, hay un conjunto de disciplinas especiales las que, en definitiva, se desprenden del mismo tronco y, por tanto deben respetar los grandes principios –con base constitucional y en algunos casos marcados por los derroteros que indica la Parte general del Código Penal- que rigen toda la materia punitiva. Entre ellas se encuentran: El Derecho penal militar que cuenta con un contenido legislativo particular y propio, un Código conformado por tres partes: Organización de los Tribunales militares, Procedimiento aplicable y finalmente figuras delictivas específicas, éste último, constitutivo del Derecho penal militar sustantivo o de fondo. La particularidad de esta rama radica en los bienes o intereses jurídicos que tutela, como el honor militar, la disciplina militar, la eficiencia del servicio, etc. El Derecho penal tributario destinado a sancionar los actos que violan los intereses de la hacienda pública. Como característica específica cuenta con la pena fiscal la que, si bien en algún aspecto tiende a imponer la disciplina en el cumplimiento de las obligaciones de esa índole, por otro lado es sanción retributiva, en forma de multas fijas, proporcionales o sujetas a escalas de porcentaje. Estas persiguen, aparte de cumplir la finalidad de prevenir la comisión de hechos semejantes, la obtención de ventajas económicas para el Estado. El régimen legal, propio de la materia, tipifica los delitos tributarios (evasión simple, evasión agravada, apropiación indebida de tributos, etc.), los relativos a los recursos de la seguridad social, así como regla los procedimientos administrativo y penal destinados a juzgarlos. En la misma línea de actividades, existe un Derecho penal financiero destinado a las infracciones que se refieren a operaciones ilícitas en sociedades, negociaciones fraudulentas de banca, operaciones bursátiles, simulaciones, alteraciones de balance, etc. En cuanto al Derecho penal económico es aquel integrado por disposiciones especiales que tienden a la prevención y represión de los hechos delictivos que afectan el desarrollo armónico de la economía nacional. El Derecho penal disciplinario en gran medida procura mantener el orden en la Administración pública pero no se limita estrictamente a las relaciones y sujetos de ella, sino se extiende al ejercicio profesional habilitado por el Estado y a actividades del servicio público con independencia de los sujetos prestadores. Este Derecho penal es especial dispone de sanciones distintas a las del Código penal y a las de las leyes penales especiales. Ellas están relacionadas a la actividad de que se trate, y se materializan en cesantía, inhabilitación, suspensión y otras del mismo carácter. Aparte la diferencia también está dada por la relativa indefinición de la tipicidad de las infracciones si, por ejemplo, se castigase el mal desempeño en el servicio, sin decir –concretamente- qué faltas están comprendidas en esa imputación genérica. La enunciación de Derechos penales especiales puede continuar, pero no es conveniente que se extienda, pues se corre el riesgo de alejar esas disciplinas del tronco común, con la consiguiente dilución de las garantías que resguardan la Constitución nacional y el propio Código penal. Sin embargo, y no obstante que el tema está vinculado al examen que se hará en el apartado siguiente, es preciso mencionar el Derecho penal administrativo, que asocia al incumplimiento de algunos deberes de los particulares con la Administración pública o directamente con la sociedad, como se verá luego, que no están previstos como delitos, con una sanción que encierra diferencia con las propias del Derecho penal común o material. Sin perjuicio de volver sobre el tema, adelantamos que esos hechos no están previstos como delitos pues no revelan una gravedad extrema; tanto que a esta disciplina se la llegó a denominar Derecho penal de bagatelas. 3.3. Delitos y contravenciones. No hay acuerdo doctrinal acerca de las diferencias entre ambos tipos de infracciones: una corriente sigue un criterio cuantitativo; en orden a la gravedad de cada una de ellas. Así la falta o contravención tendría idéntica naturaleza que el delito, solamente sería un delito en miniatura. Sin embargo, esa idea no puede conformar, y menos ser útil en nuestro Derecho teniendo en cuenta el federalismo que ha sido adoptado. Como que la potestad de legislar sobre contravenciones es un poder no delegado por los Estados particulares al nacional. Si la falta fuere un delito de menor gravedad, sería suficiente que el Congreso no considerase así el hecho contemplado por las Legislaturas locales para llevarlo al Código Penal y así apropiarse de una facultad que no tiene. Por lo mismo, sostenemos que la contravención, antológicamente, se diferencia del delito. Y la distinción está en que aquella cumple una finalidad de prevención de que se cometan delitos. Constituye una barrera para que tal cosa suceda. Se ocupa de anticiparse a que ocurran sucesos que afectan la vida normal de una comunidad local y, si esto sucede, de castigarlos aplicando sanciones que son diferentes a las penas que contempla el Código penal. Nunca un Código local (llámese de Faltas, Contravencional, o de la Convivencia Social) podría contemplar la prisión, la reclusión o la inhabilitación; sí la multa, hasta cierta entidad. El Derecho contravencional debe observar todos los principios constitucionales, de legalidad y de culpabilidad: también los legales recogidos por el Código Penal (la responsabilidad penal por dolo o por culpa; nunca objetiva), así como el procedimiento que garantice los derechos del individuo sometido a él. 3.4. Delitos comunes, políticos y conexos. Es posible enfocar la diferencia entre ellos desde tres puntos de vista: el objetivo, el subjetivo y el mixto. El primero pone la atención en la naturaleza del bien jurídico afectado por la acción ilícita, considerando delitos políticos las conductas que dañan o ponen en peligro el ordenamiento institucional del Estado o los derechos de la población, entendidos como colectivos: Con esta inteligencia, la infracción puramente política tiene como consecuencia la destrucción o la perturbación de la organización común. Según el enfoque subjetivo, lo que interesa es la finalidad que persigue el autor: será político si una tendencia de ese carácter lo guía. El criterio mixto une ambos extremos: El delito es político cuando su autor tiene como móvil atacar el interés de mantener la estructura institucional que, para su gobierno, a adoptado la comunidad. No es suficiente que la acción afecte los intereses del Estado (como ocurre con una malversación de los caudales públicos) sino que es preciso que constituya un atentado contra las condiciones políticas de él, sea cual fuese la finalidad última que guíe al agresor. En cuanto a los denominados delitos conexos, aunque se trate de un hecho que podría también ser común, lo que le da tónica política es que quien los comete no está guiado por móviles bajos, como la codicia, la venganza, el odio; es indispensable que los motivos sean elevados (en el sentido del posible beneficio general, como pueden serlo los propósitos de restaurar la libertad perdida por obra de un poder despótico. El delito común también puede considerarse conexo con el político cuando se ha cometido para preparar el político o es una consecuencia del mismo, siempre que estén íntimamente vinculados. 4. El estudio científico del fenómeno penal. La Dogmática penal. La Política criminal. La Criminología. Objeto, contenido, método y evolución de cada una. Estudio de sus relaciones. Su influencia en las construcciones conceptuales modernas. Por ciencia se entiende un conjunto ordenado de conocimientos y para constituir una disciplina de ese carácter, particular, debe partir de una realidad y aplicar un método propio. Hablando del estudio científico del fenómeno penal, resulta evidente que no puede haber una ciencia que comprenda todos sus aspectos, pues él tiene múltiples facetas y, por lo mismo, puede ser enfocado partiendo desde cada una de ellas. De todas maneras, y para no extender innecesariamente el análisis, es posible circunscribirlo a tres desarrollos: Uno, con raíz en el Derecho positivo vigente, lo que da nacimiento a la Dogmática; otro entendiendo el delito como acontecimiento natural (es decir, fáctico) que aparece en un grupo social, perspectiva que da curso a la Criminología. Y el tercero, recogiendo el resultado de las investigaciones de ambas áreas y procurando hacer más amigable la vida comunitaria, culmina con la adopción de una Política criminal determinada. De las tres maneras de visualizar el fenómeno del delito, la única que puede llamarse, verdaderamente, ciencia, es la Dogmática pues tiene una base firme: el Derecho positivo vigente (éste es el dogma, entendido como verdad revelada en las creencias religiosas. Y un método que, como todo estudio científico jurídico, es deductivo, valorativo y finalista. Esto último en el sentido de obtener un mejor conocimiento del Derecho para una exposición ordenada y una aplicación más justa. A su vez, es dable deducir de la Filosofía (jurídico-penal en el caso) los grandes lineamientos de lo que debe ser una perspectiva adecuada a lo que manda una Constitución como la argentina, protectora de la libertad y de los demás derechos individuales. Por lo mismo, porque persigue fines, su labor no puede ser aséptica. Desnaturalizaría su condición de ciencia si constituye una mera exposición de la ley, tal cual su texto. Por el contrario: se trata de la reconstrucción del Derecho positivo vigente utilizando las herramientas que ella misma ha ido elaborando. La tarea de la Dogmática no es un ejercicio de lógica pura porque lo que interesa, fundamentalmente, es examinar los contenidos del sistema jurídico-penal, descubrir el telos de la norma, siendo el objetivo final que las decisiones jurisdiccionales resulten predecibles. Lo único cierto es que no realiza la crítica a los efectos de reformar la normativa, pues ésta es una labor que corresponde a la Política criminal; tampoco debe sustituir lo que es el texto legislado por criterios sociológicos; vicio en que incurre un sector de la doctrina contemporánea. Esta última observación crítica viene a cuento porque, si bien interesa conocer cómo funcionan los grupos, en orden al control social, ninguna observación al respecto, por muy acertada que sea, puede dejar de lado lo que la ley dispone. Es el Derecho positivo vigente el objeto de estudio. A las demás disciplinas científicas que se ocupan de los problemas de la delincuencia, corresponde la aplicación de otros métodos no dogmáticos. La investigación de leyes naturales, de regularidades aproximativas en los fenómenos, etc., es una actividad experimental y preferentemente inductiva. La Antropología criminal, la Sociología criminal y la Criminalística no se deben confundir con el Derecho penal, como ciencia normativa, y de la conveniencia de un método determinado para aquellas investigaciones no puede deducirse la adecuación del mismo método para el Derecho penal. Pero de este aserto no se deduce que los hallazgos de estas disciplinas deban dejarse de lado para la que constituye el objeto central de nuestro estudio. En un momento se creyó que la labor científica debía ser la de examinar exclusivamente la ley, y elaborar teorías que posibiliten el dictado de sentencias previsibles. Hoy existe la convicción de que eso no es suficiente, de que la norma es sólo una parte del objeto de estudio mientras que a la otra la constituye el propio funcionamiento del sistema, porque de no ser éste examinado, queda sin comprobación si se realizan o no los fines que el Derecho se propone. Esto explica la insistencia, de una parte de la doctrina contemporánea, en que la Teoría del Delito debe reelaborarse a partir de la pena la que, al fin y al cabo, es la única realidad que da origen a esta rama del Derecho. De todas maneras, sean cuales fuesen los enfoques (que en distintos momentos del siglo XX dieron lugar a absurdamente encarnizadas "luchas de escuelas") debe presidir las conclusiones el espíritu que destila la Constitución Nacional Argentina, según el cual la libertad y la inocencia son la regla, en tanto que los errores humanos merecen la tolerancia que deriva de comprender que la falibilidad es una perspectiva propia de la especie. En cuanto a la Política criminal ha sido considerada como una disciplina integrante de la llamada Enciclopedia de las ciencias penales, y tiene por objeto de los medios necesarios para enfrentar con mayores perspectivas de éxito el fenómeno de la delincuencia. Desmenuzando la denominación, tenemos que Política es el arte de gobernar, lo que unido al adjetivo criminal representa la idea de cómo gobernar mejor en esa área de los acontecimientos lesivos que se producen en la sociedad. Los hallazgos político-criminales guían las decisiones que toma el poder político para proteger los bienes jurídicos fundamentales o proporciona los argumentos para criticar esas decisiones. Cumple, por ende, una función de guía de los senderos para un mejor actuar y de crítica de las decisiones equivocadas. Se supone que el Estado, como organización jurídica de la comunidad, tiene que ser conducido de tal manera que materialice determinados proyectos. Consecuentemente tiene que existir primero una idea de lo que, por estimárselo bueno y útil, se debe hacer y luego poner los medios de que se disponga al servicio de esa finalidad. También es deseable que los lineamientos sean seguidos por los sucesivos gobiernos, sin perjuicio de que cada uno de ellos adopte las modalidades que le parezcan más adecuadas para llegar a la meta. Trasladando estas consideraciones a la Política criminal de la República Argentina, una apreciación muy genérica demuestra, a mi juicio, lo siguiente: La sociedad, y quienes la representan formando parte de los órganos de conducción del Estado, responden ante el delito con impulsos emocionales. Reaccionan ante la trasgresión de sus reglas pero no saben bien qué hacer con los infractores. En las dos primeras décadas del siglo XX (aunque ello haya ocurrido en muy raras ocasiones) mataba legalmente, como que estaba vigente la pena de muerte, a los autores de los crímenes más feroces, enviaba a la cárcel a quienes no llegaban a tal nivel de "peligrosidad" y no adoptaba ninguna medida (que por lo menos el público pudiese percibir) para con el resto. Salvo la supresión del castigo capital, nada cambió desde entonces y en la actualidad sigue la desorientación. La sociedad, como siempre, reclama seguridad con relación a la delincuencia y el Estado no tiene respuestas novedosas y –lo que es peor- no emite señales unívocas. Las actitudes son las tradicionales: Por un lado procura intimar. La amenaza que utiliza el Poder ejecutivo en alguna ocasión en que hechos graves conmocionan a la opinión pública, consiste en reimplantar la pena de muerte. La acción legislativa concreta opera, por un lado, aumentando hasta límites inconcebibles (por el absurdo a que en la práctica conduce y por su propia irracionalidad) el número de acciones punibles. Asimismo, en una actitud ingenua (pero ciertamente peligrosa para los derechos individuales) aumenta las escalas penales de las figuras tradicionales creyendo que por esa vía se logrará algún efecto en el cuerpo social. Decimos que la actitud es ingenua, porque a esta altura ya nadie –y menos un legisladordebería desconocer que la pura forma de un texto legal no modifica la realidad. Transformar la realidad implicaría que la mayor cantidad de delitos sean esclarecidos y sus autores juzgados. Para lograrlo se requiere un esfuerzo mucho mayor que el que representa sancionar una simple corrección de la ley: se tienen que aplicar recursos económicos para incrementar la eficiencia de la Política, para acelerar los trámites de la Justicia y para transformar en lugares humanamente habitables las prisiones. Aparte, y básico, se necesita la concurrencia de una auténtica voluntad colectiva de resolver los problemas íntegramente, respetando los principios constitucionales, y entre ellos el de igualdad, de forma que la ley se aplique a todos, parejamente. Es imprescindible que exista un auténtico espíritu republicano, que se halle consustanciado con la historia y las tradiciones argentinas, de manera tal que de ellas se nutra y no de la imitación de instituciones importadas ("arrepentido", "agente encubierto", etc.) que chocan con los sabios preceptos receptados por nuestros próceres de 1853. La otra faceta que muestra el Estado argentino actual es de signo totalmente contrario: Suscribe convenios internacionales (algunos incorporados ahora a la Constitución) y participa de actividades de la Organización de las Naciones Unidas signadas claramente por la idea de humanizar el sistema penal: propugnan desincriminar los hechos que no representan una amenaza seria para la pacífica convivencia y reducir las sanciones a la mínima expresión que sea posible en aras a esa misma convivencia. Aparte, son elaborados proyectos de ley (algunos lograron aprobación) que enfrentan de manera más racional la realidad cotidiana, propiciando –entre otras cosas- alternativas a la pena de prisión, suspensión del juicio a prueba, etc. Hay que reconocer que también deroga el Congreso (hecho inusual porque lo corriente es que sume y no reste) algunas figuras como la del desacato, reñida absolutamente con el espíritu republicano y espada pendiente que en cualquier momento podía caer sobre una prensa que no fuese complaciente con el régimen de turno. La Criminología, por su parte, es la disciplina que estudia los factores incluyen para que se genere la delincuencia. En la época en la cual el Positivismo criminológico tuvo su auge (fines del siglo XIX y comienzos del XX) se distinguían dos corrientes: La Antropología criminal, que inició el médico Cesare Lombroso y Sociología criminal, cuyo máximo representante fue el jurista y sociólogo Enrico Ferri. En las últimas décadas del siglo XX surgió otra corriente, llamada Criminología crítica que especuló en torno de la incidencia que el propio sistema penal tiene para generar –a su vez- criminalidad. Desde hace unas décadas, una corriente doctrinaria vuelve sobre el tema de las relaciones entre todas estas disciplinas descubriendo la forma en que la Política criminal se proyecta hacia el saber penal, al proporcionar el componente teológico interpretativo. Este, a su vez, está impregnado por concepciones ideológicas que difieren, como es lógico, según el intérprete. El resultado de estas elucubraciones tiende a traducirse en soluciones para casos concretos, que son soluciones dadas por un poder del Estado, es decir, actos de gobierno o, lo que es lo mismo, actos de decisión política. Así la propuesta político-criminológica concreta es orientada por el saber penal, al ensayar la interpretación coherente de las decisiones político-legislativas para proponerla en la solución de los casos concretos como proyectos de decisiones judiciales, que no pueden evadirse de ese tipo de componente político. LA CIENCIA DEL DERECHO PENAL 1. Conceptos. Ciencia del Derecho Penal: “Es la rama del conocimiento humano compuesta por un acervo de nociones jurídicas de naturaleza Intelectual referida tanto a un sistema de normas, como a uno de conceptos científicos, ambas correspondientes al delito, el delincuente y a las penas o medidas de seguridad”. Para Cuello Calón, la Ciencia del Derecho Penal es “el conjunto sistemático de principios relativos al delito, a la pena y a las medidas de seguridad”. Desde el ámbito normativo, el Derecho penal “es un conjunto de normas positivizadas por una ley, que describen comportamientos tenidos por intolerables o graves y los amenaza con reacciones represivas que son las penas o, en determinados casos, medidas de seguridad” Gonzalo Quintero Olivares. También puede definirse como “la rama del Derecho público interno relativo a los delitos, a las penas y a las medidas de seguridad, que tiene por objetivo inmediato la creación y la conservación del orden social” (Fernando Castellanos Tena). “Conjunto de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del poder sancionador y preventivo del Estado, estableciendo el concepto del delito como presupuesto de la acción estatal, así como la responsabilidad del sujeto activo, y asociando a la infracción de la norma una pena finalista o una medida aseguradora” (Jiménez de Asúa) “Es la suma de todos los preceptos que regulan los presupuestos o consecuencias de una conducta conminada con una pena o con una medida de seguridad y corrección” (Roxín) Estructura de la NORMA PENAL: ACLARACIÓN PREVIA: No es lo mismo “norma penal” que “Ley penal”. - a) Estructura Formal de la norma: Proposición hipotética compuesta de dos elementos: Supuesto de hecho Consecuencia jurídica. 2. Distintas denominaciones, según el derecho comparado: a) b) c) d) e) España y Latinoamérica: Derecho Penal Francia: Droit pénal Italia: Diritto penale Alemania: Strafrecht Inglaterra: Droit criminel 3. Nociones relacionadas con el Derecho Penal: a) Derecho Penal subjetivo: Potestad jurídica del estado de sancionar una conducta penalmente ilícita. b) Derecho Penal objetivo: Normas jurídicas emanadas del poder público que establecen delitos, penas y medidas de seguridad y su forma de aplicación. c) Derecho Penal sustantivo: Norma relativa al delito, al delincuente y a al pena o medida de seguridad.- Se plasma en la “Ley Penal”. d) Derecho Penal adjetivo: Normas que se ocupan de aplicar el derecho sustantivo; se refiere al procedimiento para dictar una sentencia.- Se establece en el Código de Procedimientos Penales. 4. El objeto y el método: OBJETO: - - a) Delitos: Noción Jurídico formal: Entidades típicas que traen aparejada una sanción penal. Acto u omisión que sancionan las leyes penales Noción Jurídico sustancial Corriente unitaria o totalizadora: Delito es la unidad jurídica que describe una conducta sancionada por la ley penal. Corriente Atomizadora o analítica: Hace referencia al conjunto de elementos que integran un tipo penal. Por ejemplo: Conducta típica, antijurídica, realizada por alguien imputable y por tanto culpable que dará por consecuencia la punibilidad. b) Penas: Consecuencia jurídica por la comisión de un delito. Es una especie del género “sanción jurídica”; es la más grave de las sanciones del ordenamiento jurídico. Debe ser Justa. Proporcional a la gravedad del delito Necesaria para el mantenimiento del orden social. c) Medidas de seguridad: Medio proporcional a la peligrosidad del agente, por el cual, el estado trata de evitar la comisión o reiteración de un delito. No se aplican en vía de sanción, sino como tratamientos correctivos. Curativos - Psiquiátricos Desintoxicador Educativo, etc. Atendiendo a su objeto teleológico: Es el instrumento más enérgico de que dispone el Estado para evitar las conductas socialmente insoportables. (Principio de última ratio). METODOS Y SISTEMÁTICA DEL DERECHO PENAL: - Objetivo del método: Instrumento para atacar y resolver un problema. El método empleado en el estudio del Derecho Penal, camina de la mano con la Filosofía del derecho imperante en cada momento histórico: Filosofía en general – Grecia y mundo antigüo Ius filosofía: Teología Moral y Derecho Natural – ius naturalismo - : Edad media Filosofía del Derecho: Ciencia autónoma: siglo XVII – Derecho Natural como filosofía del derecho positivo. Ius Positivismo. Ius Realismo o realismo jurídico. a) Métodos generales: Inferencias inmediatas y no progresivas: Se aprecian y valoran los hechos tal como se perciben, en el lugar y tiempo en que se presentan. - Deductivo: Se parte de lo general para arribar a conclusiones particulares, generalmente a través de silogismos. - Inductivo: Es el método inverso, que busca crear principios generales a partir de la observancia de hechos o circunstancias particulares. - Inferencia por analogía (Analógico): Consiste en confrontar dos o más realidades para descubrir sus características, semejanzas y diferencias. - La estadística: Constituye el instrumento numérico que muestra de manera objetiva el resultado cuantitativo de los hechos, apreciados a partir de criterios preestablecidos. - Dialéctica – reflexión trascendental -: Constituye el ejercicio intelectual que busca llegar a la verdad a través de la confrontación de argumentos lógicos, para arribar a conclusiones que a su vez son discutibles y generan nuevas reflexiones. - Fenomenología: Constituye la apreciación y calificación objetiva de los hechos, tal como se presentan en la realidad. - Materialismo Dialéctico: Es la búsqueda de la verdad a través de confrontar razonamientos que prescinden de toda manifestación espiritual o metafísica. - Semiótica positivista: Analiza los hechos a partir de la simbología propia y característica de cada cultura. - Estructuralismo: Analiza las manifestaciones culturales de los pueblos a partir de sus estructuras sociales, religiosas o jurídicas, representadas en ritos, creencias o tradiciones. b) Métodos Jurídicos clásicos – según Bochenski -: - Deductivo Reductivo- inductivo Fenomenológico Semiótico (Estudio de los signos – lingüísticos o de la naturaleza - en la vida social). MÉTODOS JURÍDICOS A PARTIR DEL S. XVIII a) Formalismo o Positivismo: - Surgimiento: Mediados del siglo XIX con el nacimiento del positivismo. - Característica: La ley es la materia de estudio e investigación. Estudia la normatividad en su aspecto formal – voluntarismo del legislador -. - Derivaciones Positivismo analítico: La materia de estudio es el derecho positivo establecido por voluntad del soberano – independientemente de su valoración Positivismo sociológico: La materia de estudio es la sociedad a través de la lucha de sus clases por la supremacía. Siempre triunfa el fuerte sobre el débil. El estado es creado por el fuerte para legitimar su dominio sobre el débil. El instrumento de dominio es el Derecho. - Presupuesto: Se considera vinculante cualquier ley que haya sido elaborada según unas determinadas reglas, sin tomar en cuenta su contenido – Positivismo legalista -. - Refleja un modo de entender el derecho con un carácter puramente formal, en el sentido de que se concibe a la propia norma de Derecho como una formal categoría metajurídica cuyo contenido sustancial es excluido, quedando reducido a una mera fórmula resultado del positivismo jurídico llevado a sus extremos. - Principales exponentes: Ihering, Coing, Binding, Von Liszt. - - - - b) MÉTODO DEL NEOKANTISMO. Surgimiento: Siglo XX – renacimiento filosófico posterior al positivismo. Punto de transición: El criterio de solución de un conflicto fáctico por medio de la ley, se debía no tanto al producto de un razonamiento, sino al de una votación. SUPUESTOS: Se requiere dar importancia a categorías axiológicas de naturaleza espiritual o psíquica. PRESUPUESTO: Toda decisión debe ser interpretada como una delimitación de intereses contrapuestos y como una estimación de esos intereses mediante juicios de valor, entre los que se encuentran libertad, poder y cultura. Se desliga al derecho de las ciencias meramente naturales (ciencias del ser) para incluirlo en las culturales (ciencias del deber ser). Principales exponentes: Windelband quien se remite a Kant y Hegel; Rickert, Stammler, Radbruch, Mayer. c) MÉTODO DEL FINALISMO: Surgimiento: Años 20s.del siglo XX. Característica: Implica un cambio respecto del positivismo formalista y del relativismo axiológico neokantiano. Admite la distinción neokantiana entre ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu, pero éstas últimas estudian la realidad de las acciones humanas en su finalidad (actitudes subjetivas, condicionamientos anímicos y momentos espirituales), a fin de lograr soluciones más justas, por más adecuadas, a la propia personalidad del comportamiento humano en sociedad. - PRESUPUESTO: La dogmática debe ser sistemática y tener como objeto básico lo permanente, lo supranacional, lo suprapositivo de la materia jurídica, no puede hacerse a partir de la subsunción de una norma jurídica, sino que se debe atender a principios reguladores de determinadas materias que respetan la naturaleza – finalidad - de las cosas. El objeto ontológicamente determinado es solamente el portador del valor, pero no el valor mismo. - CRÍTICA: Al partir de las operaciones lógico- abstractas prescindiendo de sus repercusiones sobre la realidad de la aplicación del Derecho penal, se provocaba una radical separación entre las elucubraciones dogmáticas y las necesidades reales – y variables – de la aplicación del Derecho Penal en la sociedad. – Política criminal -. - PRINCIPALES EXPONENTES: Hans Welzel. d) MÉTODO FUNCIONAL O TELEOLÓGICO. Surgimiento: años 60s del siglo XX. ORIGEN: Transición de la dogmática jurídico-penal de signo ecléctico. CARACTERÍSTICAS: Se vincula la ley penal con la realidad social; el derecho tiene un contenido social y es esa realidad social la que tiene que ser no solo regulada, sino eficazmente entendida y atendida por el derecho para la consecución de sus fines de seguridad jurídica para la convivencia, sobre la base de la protección a los bienes jurídicos de los miembros de la comunidad. - Enlaza la tradición metodológica del neokantismo con la perspectiva filosófica del funcionalismo sociológico. - Principales exponentes: Claus Roxin; Bernd Schunemann, Günther Jakobs. - DIVISIÓN: Funcionalismo moderado: Necesidad de mejorar la contraposición tradicional entre lo dogmáticamente correcto y lo político-criminalmente satisfactorio. Criterio de flexibilidad. Funcionalismo radical: Propone una refundamentación normativa de la teoría del delito y del método dogmático en general. - 5. Ciencias Penales: Son aquéllas que se encargan de estudiar, desde diferentes perspectivas, el fenómeno criminal: a) Dogmática Jurídico Penal: Es la ciencia que estudia el contenido interno del Derecho Penal, específicamente el contenido normativo. (Santiago Mir Puig). “Es la disciplina que se ocupa de la interpretación, sistematización, elaboración y desarrollo de las disposiciones legales y opiniones de la doctrina científica en el campo del Derecho Penal” (Claus Roxín). Función: Averiguar el contenido de las normas penales, sus presupuestos, sus consecuencias, de delimitar los hechos punibles de los impunes, de conocer en definitiva los hechos punibles de los impunes, de conocer, en definitiva, qué es lo que a voluntad general expresada en la ley penal quiere castigar y cómo quiere hacerlo. Delimita el poder o facultad sancionadora del estado a los linderos permitidos por la ley. - Interpretación: Subsunción de un determinado hecho en un determinado precepto jurídico. Sistematización: Creación de un sistema abierto a las necesidades y fines sociales; con la flexibilidad y adecuación necesarias. Crítica del Derecho Penal positivo: Actividad resultante de la aplicación de la ley penal a los casos concretos y la experiencia obtenida de este ejercicio. Construye nuevas tendencias acorde a las nuevas necesidades. b) Política Criminal: Aunque no hay consenso para considerarla una Ciencia autónoma, quienes si lo hacen, la definen como la Disciplina que se encarga del estudio del fenómeno criminal en aras de su prevención y su pretendida erradicación. “Conjunto sistemático de los principios fundados en la investigación científica de las causas del delito y de los efectos de la pena, según los cuales el Estado ha de llevar a cabo la lucha contra el delito por medio de la pena y de las instrucciones con ella relacionadas” (Fran Von Liszt). Contesta a la pregunta de “cómo conviene que sea o debe ser el Derecho Penal positivo” en un lugar y tiempo determinado – Estrategia penal, utilitarismo penal -. Para algunos autores constituye un puente de unión entre el Derecho Penal y la Criminología. c) Criminología: En su concepto más amplio, es “la ordenada totalidad del saber empírico sobre el delito, los delincuentes, la reacción social negativa y el control de esa conducta”. (Kaiser) “Es la ciencia que se ocupa de las causas del delito y de sus formas de comisión, de la prevención y de la lucha contra el mismo” (Quintero Olivares, Gonzalo). “Es una ciencia que procura una explicación causal del delito como la obra de un autor determinado” (Enrique Bacigalupo). CARACTERÍSTICAS: Ciencia empírica Interdisciplinaria Estudia el delito como un hecho en la vida del individuo y la sociedad. Estudia la personalidad del delincuente y la aplicación práctica y la eficacia real de las penas y las medidas de seguridad. TENDENCIAS DE LA CRIMINOLOGÍA: 1. Criminología tradicional o clásica: Reduce su objeto de análisis al estudio del delito y el delincuente. 2. Corrientes mayoritarias: Aceptan una ampliación lógica del objeto y estudian junto al delito y al delincuente, todo el mecanismo de control social, referido tanto a los procesos de criminalización primaria – legislativa – como a los procesos de criminalización secundaria o aplicación de las leyes a las personas condenadas. 3. Corrientes críticas: Ponen en primer lugar el estudio del mecanismo de control social ejercido por el Derecho Penal, resalta la ideología política del criminólogo y se formulan alternativas al modelo social. (De la criminología como teoría de la criminalidad, a la Criminología como teoría de la criminalización”). Para Fernando Castellanos Tena, la Criminología representa el término de muchas Ciencias Penales, entre las que destacan: a) La antropología criminal: - Biología Criminal – Investiga las causas biológicas del delito. - Origen: César Lombroso: En 1876 publicó el libro: “El hombre delincuente”, según el cual, el criminal congénito o nato, es un ser atávico, con regresión al salvaje. Su teoría descansa en TRES puntos fundamentales: Atavismo Locura Moral y, Epilepsia El delincuente nato o congénito, representa al “tipo criminal” próximo al “hombre primitivo”. Posteriormente surgió la escuela “constitucionalista” (constitución criminal) que analizaba la predisposición del delincuente a partir de sus características morfológicas, funcionales y psicológicas que les predisponen a la comisión de delitos. Hay tres tipos de estructura corporal: Leptosómico (asténico): alto y delgado Atlético: Recio y fuerte Pícnico: adiposo - Según los resultados de ciertas investigaciones, los esquizotímicos (leptosómicos y atléticos) suelen ser asociales, enemigos de los demás hombres y por consiguiente entre ellos existe mayor número de delincuentes, en particular incorregibles. Los ciclotímicos o cicloides son menos inclinados al delito, pues son afectuosos, dispuestos a la amistad y si delinquen son susceptibles de reformarse. Esta corriente doctrinal, parte de la existencia de anormalidades o deficiencias en el funcionamiento de las glándulas de secreción interna (tiroides, pituitaria, pineal, el timp, glándulas sexuales, etc.) que inciden en el carácter y comportamiento de las personas y pueden dar lugar a la comisión de delitos. Es el nexo con la endocrinología criminal. - Otros factores biológicos de la criminalidad: La herencia, a través de la cual se pueden transmitir diversas “taras” o predisposiciones a la criminalidad (defectos mentales, alcoholismo, prostitución, etc.). Se hicieron diversos estudios, incluso entre gemelos monocigóticos (idénticos), sin embargo, los resultados no fueron concluyentes ni uniformes, mientras que algunos consideran que la tendencia al delito es heredada, otros le conceden la misma importancia o incluso mayor, a los factores ambientales. La edad: Según estudios realizados se ha llegado a la conclusión de que la criminalidad alcanza su cifra máxima en la juventud, generalmente desde los 18 o 19 años hasta los 25. Posteriormente declina hasta la edad de 40 años y desciende rápidamente para cesar por completo en la vejez. Sin embargo, la edad tiene también importancia por lo que ve a los tipos de delitos: El Sexo: Estadísticamente el mayor rango de criminalidad se da en la población masculina; en tanto que en las mujeres la incidencia delictiva es sustantivamente inferior. Entre una de las razones expresadas que parecen más aceptables se encuentra el que las muchachas son vigiladas con mayor cuidado que los muchachos, y se conducen de acuerdo con los códigos sociales que les inculcan la necesidad de ser buenas. Tal diferencia de cuidado y vigilancia provendría del temor a eventuales maternidades ilegítimas, lo que no es posible en el sexo masculino (Seelig, Tratado de Criminología). Sin embargo, actualmente se está observando un cambio en los patrones – una masculinización de la mujer -, quizá motivada por la mayor participación femenina en la vida social y la mayor facilidad para evitar los embarazos o para suspenderlos. La Raza: Según Von Liszt, la configuración de la criminalidad estaría determinada también por influjos raciales. Para ello se comparó la actividad delictiva entre la raza blanca caucásica, la negra y asíática y la judía, y algunos estudios arrojaron que existe mayor predisposición a delinquir o por lo menos a determinado tipo de delitos, de éstas últimas por encima de la raza blanca europea. Sin embargo, opiniones recientes desacreditan estos resultados a partir de que no se toma en cuenta el contexto social y cultural de los pueblos, en donde existe un mayor rango de discriminación, aislamiento, criminalización y pobreza, factores que contribuyen a una mayor persecución policial y en general de las instituciones del Estado. b) La sociología Criminal: Pretende hallar las causas de la delincuencia en el contexto social – medio ambiente – más que en los factores personales del delincuente. (Enrique Ferri). “El medio social es el caldo de cultivo de la criminalidad; el microbio es el criminal, un elemento sin importancia hasta el día que encuentra el caldo que lo hace fermentar” – Alejandro Lacassgne – en 1885 -. Principales razones sociológicas para la delincuencia: - Mal ambiente familiar. Es uno de los factores de mayor importancia. Influyen decisivamente los ejemplos paternos y fraternos. Así como la pérdida de alguno de los padres por muerte, abandono o separación, o bien la falta de armonía y disfunción en el trato: Mala disciplina (muy suave o muy enérgica). Pobreza - Periodo escolar: Entre los delincuentes se observan en mayor medida a los analfabetas y alumnos con problemas de aprendizaje – aunque estos en ocasiones tienen que ver con cuestiones económicas -. - Malas compañías: Se les considera como un eficiente factor criminógeno. - Ambiente Urbano – Grandes ciudades -. Las estadísticas reflejan una mayor incidencia delictiva en los centros urbanos, que en las zonas rurales. La vida campesina es generalmente más sana, vigilada y disciplinada. Hay mayor cohesión familiar y la mala conducta es socialmente censurada con mayor rigor. Lo que no ocurre en las grandes ciudades en donde se pierde el control de los hijos por parte de los padres. Sin embargo no todos están de acuerdo, hay quienes afirman que muchos no se han convertido en criminales por estar en una gran ciudad, sino que han venido a vivir en ella porque son criminales. De cualquier manera se coincide en que en las grandes urbes existe una mayor propensión al delito. - Ambiente urbano – zonas específicas -. En las grandes ciudades, existen zonas en donde es particularmente perceptible la incidencia delictiva: barrios, casas miserables, sucias, insalubres; falta de empleo, que contribuyen a un mayor índice de delincuencia. c) La endocrinología Criminal: Intenta descubrir el origen de la delincuencia en el funcionamiento de las glándulas de secreción interna, buscando demostrar la influencia de las hormonas en la etiología y aparición del hecho delictivo. El delito es fruto de los desequilibrios hormonales responsables de los trastornos en la conducta humana. Expositores: (Nicolás Pende y Giuseppe Vidoni). d) La psicología Criminal: Rama de la antropología criminal. Estudia al delincuente a partir de sus caracteres psíquicos. Adquirió relevancia a partir de los estudios de Freud y Adler. Según Freud, el delito es resultado del “ello” – instinto – que triunfa sobre el “super yo” – conciencia Moral -. Todos los fenómenos humanos tienen como fuente de producción, el aspecto sexual. Busca descubrir las motivaciones internas – complejos - a través de psicoanálisis – escudriñando el subconsciente de las personas generalmente a través de la hipnosis -. Así describe entre otros: - Complejo de Edipo: Amor sexual hacia la madre y hostilidad hacia el padre o quien lo representa. Complejo de Narciso: Enamoramiento de sí mismo por exaltación de las propias cualidades, físicas o de otra índole. Complejo de Diana: Continencia sexual propios de las doncellas. En cambio Adler considera que el impulso o motor de la vida es el sentimiento de la propia personalidad. Por tanto, el delito es resultado de un complejo de inferioridad adquirido a partir de la disminución de los valores personales, orgánicos y sociales que buscan ser compensados mediante la tendencia del hombre al poder o dominio en medio de una lucha interna y externa. LECTURAS Criminología: RELACIONADAS “Escuela Positivista Italiana”: “Lombroso y Garófalo” DICCIONARIO DE COMPLEJOS e) La Estadística Criminal: Da a conocer las relaciones de causalidad existentes entre determinadas condiciones personales, determinados fenómenos físicos y sociales y la criminalidad. Evidencía sus causas, su aumento o disminución así como su forma de aparición. Ciencias auxiliares del Derecho Penal: - Medicina Legal: Pone al servicio de la administración de justicia penal los conocimientos y las técnicas médico-quirúrgicas. Es importante sobre todo en los delitos de sangre y en los de contenido sexual. El perito busca encontrar el nexo causal entre el autor y el resultado de su conducta. La psiquiatría forense, como parte de la medicina legal, contribuye a dotar al Juzgador de los conocimientos necesarios para conocer si la causa de un delito tiene su origen en enfermedades o trastornos de la mente del autor, en cuyo caso, éste puede resultar inimputable y ser sometido a medidas de seguridad. - Criminalística: La constituye el conjunto de conocimientos heterogéneos encaminados al hallazgo de los delincuentes, al conocimiento del modus operandi de los autores del delito y al descubrimiento de las pruebas y de los procedimientos para obtenerlas y utilizarlas. d) Victimología: Fruto de las tendencias actuales del derecho; si bien surgió en los albores de la historia del derecho; la evolución de la sociedad y del derecho terminó relegando a la víctima del delito a un plano de mera referencia formal. Sin embargo, a partir de la segunda guerra mundial, se retomó la integralidad de los actores en el delito, y la Victimología reinició su expansión más allá de la Criminología. En el Derecho Penal, la víctima es el titular del bien jurídico penalmente protegido que ha sido dañado o puesto en peligro; por tanto la Victimología se ocupa de la víctima del delito, atendiendo a su intervención en el surgimiento de éste y en la posterior solución del conflicto. Se preocupa por los derechos y necesidades de la víctima, en aras de mantener el equilibrio entre los derechos de ésta última y los del imputado. TAREA DE INVESTIGACIÓN: Situación jurídica de la víctima desde la perspectiva constitucional en México. 6. PRINCIPALES DOCTRINAS PENALES: a) ESCUELA CLÁSICA: - Origen: Francisco Carrara (sucesor de las ideas de Rossi y Carmignani). - Principios básicos: No obstante las discrepancias existentes entre los adeptos a esta corriente – Carrara, Rossi y Carmignani -, coinciden esencialmente, en los siguientes postulados: La imputabilidad moral basada en el libre albedrío. Se es penalmente responsable porque al gozar de libre arbitrio, se es moralmente responsable. La Pena es un mal impuesto al delincuente en retribución del delito cometido. Sentido individualista de protección y garantía contra posibles abusos y arbitrariedades. Preponderancia de los principios de legalidad en el procedimiento e imposición de las penas. La exclusiva atención consagrada a la acción criminal, al delito, con un completo descuido de la persona del delincuente. – No se juzga la “maldad” del delincuente, sino “lo malo del hecho”. Su designación no obedece a una autodenominación, sino que fue llamada “clásica” por sus detractores quienes le dieron ese nombre como sinónimo de antigüa o rebasada. b) ESCUELA POSITIVA: - Doctrinistas: César Lombroso, Enrique Ferri y Rafael Garófalo. - Principios básicos: (Cuello Calón – Derecho Penal). El delito es un fenómeno natural y social producido por causas de orden biológico, social y físico. El delincuente es un ser biológica y psíquicamente anormal. La creencia en el libre albedrío de la libertad humana es una ilusión, puesto que la voluntad se encuentra determinada por influjos de orden físico, psíquico y social. Como consecuencia de esta concepción determinista, la responsabilidad penal deja de fundamentarse sobre la imputabilidad moral construyéndose sobre la base de la responsabilidad social. La función penal tiene como fin la defensa social. c) LA “TERZA SCUOLA”: (Escuela Crítica) - Creadores: Alimena y Carnevale. Origen: Surgió en oposición a la doctrina de la escuela positiva aún cuando acepta algunos de sus postulados. – Postura ecléctica entre positivismo y escuela clásica -. Principios: Niega el libre arbitrio Delito: Fenómeno individual y social Estudio científico del delincuente y criminalidad Acepta el principio de la responsabilidad moral Distingue entre imputables e inimputables No considera el delito como actos de personas dotadas de libertad, sino que actúan bajo el influjo de la coacción de la pena. d) ESCUELA SOCIOLÓGICA ALEMANA – LISZT – - Principios fundamentales: El delito se origina por diversas causas (individuales, externas, físicas, sociales y económicas). La pena se justifica para mantener el orden jurídico y la seguridad social. (Amenaza – Prevención general – y Ejecución de la pena – intimidación general para todos y intimidación personal y corrección para el delincuente -. e) DIRECCIÓN TÉCNICO – JURÍDICA. - Origen: Italiano: Arturo Rocco, Manzini, Massari, Battaglini). Postulado principal: La ciencia penal no aspira a la indagación filosófica de un derecho penal natural, ni a la formación del derecho penal del porvenir; abandonando toda discusión filosófica, limita su objeto a la elaboración técnica de los principios fundamentales de sus instituciones, y a aplicar e interpretar este derecho. Principios: El delito es una pura relación jurídica que prescinde de aspectos personales y sociales. Hace abstracción del libre arbitrio, como base de la imputabilidad, pero mantiene la distinción entre imputables e inimputables. La pena es reacción jurídica contra el delito reservada para los imputables. Los inimputables quedan sometidos a medidas de seguridad se carácter administrativo y desprovistas de sentido penal. 7. Relación del Derecho Penal con otras disciplinas: a) Disciplinas Jurídicas: - Derecho Romano: Como antecedente directo del Derecho Mexicano, de él derivan las principales instituciones jurídicas, muchas de las cuales tienen relación con el derecho penal. - Derecho Civil: Para algunos doctrinistas, es el tronco u origen del Derecho, puesto que busca resolver los conflictos que surgen dentro de la “civitas” es decir, dentro de las comunidades humanas. Con el tiempo se especializó en diversas áreas o ramas que dieron origen a muchas de las actuales disciplinas jurídicas. - Derecho Mercantil: Al reglamentar los actos de comercio entre las personas, contempla algunas conductas que por su gravedad contienen sanciones de tipo penal. - Derecho Procesal: Establece las normas generales del procedimiento que garantiza el debido proceso y la garantía de audiencia y defensa de las partes en un conflicto. - Derecho Constitucional: Surge de la Constitución, que a su vez contiene los preceptos y principios fundamentales que rigen las normas jurídicas en beneficio de los habitantes. - Derecho Administrativo: Al contemplar normas que regulan las relaciones entre el estado y los particulares, contiene diversas hipótesis que configuran ilícitos penales. - Derecho Agrario: Como resultado de conflictos por la tenencia de la tierra, el derecho agrario es prolijo en figuras típicas penales en las que participan los sujetos del derecho agrario. - Derecho Laboral: El incumplimiento de las normas protectoras y reguladoras del derecho al trabajo, puede traer como consecuencia la comisión de delitos, previstos en la legislación de la materia. - Derecho Tributario o Fiscal: El incumplimiento de las disposiciones fiscales, puede generar la actualización de diversas conductas sancionadas con penas privativas de libertad. - Derecho Internacional: Al tiempo que rige las relaciones entre los diversos estados, puede contemplar disposiciones especiales de Derecho Penal internacional o procedimientos que deben aplicarse cuando se pretenda extender los efectos de las normas penales fuera del país en que se cometió la conducta. - Derecho Financiero o económico: Tiene relación con el derecho penal, cuando regula conductas concernientes a la economía nacional o a la libre concurrencia de productos y servicios. - Derechos Humanos: Como disciplina autónoma, trata del conjunto de características que distinguen al ser humano como parte de su propia naturaleza y lo hacen ser titular inalienable de atributos y derechos reconocidos por el estado. b) Disciplinas no jurídicas: - Filosofía Antropología Sociología Biología Psicología Psiquiatría Medicina Forense Criminalística Química Criminología - Política Criminológica