Alphonse Bertillon (1853 – 1914) Fue un oficial de policía nacido en París, Francia; es conocido como el creador de una técnica moderna policiaca, creando métodos, procesos y conceptos utilizados para facilitar la investigación judicial, especialmente cuando la sede del servicio de la policía de Paría desarrolló un método de identificación criminal basado en huellas digitales, llamado antropometría en 1882. Fue autor de numerosos trabajos científicos capaces de eliminar la probabilidad de errores en la resolución de problemas legales. Sus descubrimientos conforman el primer paso en el camino del progreso de la criminalística. Inicialmente se incorporó a la Prefectura de policía de París en 1880, realizando labores de copia de los informes y las cartas de los agentes secretos; tiempo después pasó a trabajar como asistente en el laboratorio fotográfico y fue ahí donde se dio cuenta de lo difícil que era para la policía realizar la identificación y reconocimiento de los delincuentes. Fue por ello que inventó la antropometría y la fotografía judicial, adoptada por la administración de policía con éxito. En 1879 en París lanzó un sistema de identificación humana consistente en la medición de las distintas partes del cuerpo. Dicho sistema era una extensión de varios principios de la antropología aplicada a los criminales, tiempo después pasó a llamarse Bertillonage (1882) en honor al creador. Se basó en los principios de Quetelet, en donde las reglas matemáticas presidieron la distribución de las formas y dimensiones de la naturaleza, además tuvo la inspiración para considerar algunas medidas antropométricas para el establecimiento y verificación de identidad. Su sistema consistía en la clasificación e identificación de delincuentes, mediante las medidas óseas, basándose en las ideas de que las dimensiones de los huesos no cambian una vez logrado el pleno desarrollo en la edad adulta y que a su vez las dimensiones óseas varían de unas personas a otras, por lo tanto, es poco probable que las dimensiones de varios huesos de una misma persona, coincidan con todas las dimensiones de los mismos huesos de otra persona. Edmond Locard (1877 – 1966) Conocido criminalista francés por ser pionero en la ciencia forense y la criminología. Nació en Saint-Chamond, Francia, en 1877. Estudió derecho y medicina en la Universidad de Lyon, donde trabajó como ayudante del Dr. Alexandre Lacassagne, considerado padre de la medicina forense moderna. Mientras estudiaba medicina desarrolló interés en la aplicación de la ciencia a los asuntos legales. Es considerado uno de los primeros en realizar teorizaciones y postulado acerca de la relación entre el delincuente y la escena del hecho. Afirmó que “los restos microscópicos que cubren nuestras ropas y cuerpos son testigos mudos, seguros y fieles de nuestros movimientos y encuentros”. Dicha teoría la puso en práctica durante la Primera Guerra Mundial al trabajar para el Servicio Secreto Francés, identificando sitios por donde habían pasado los soldados tomados como prisioneros, para localizar la ubicación de los enemigos, tratando de identificar la causa y el lugar de muerte mediante el examen de las manchas, daños de soldados y prisioneros uniformes. En la época de 1907 estudió junto al antropólogo Alphonse Bertillon, conocido por su sistema antropométrico de identificación de delincuentes. No fue hasta 1910 que el departamento de policía de Lyon le ofreció la oportunidad de formar el laboratorio de la policía por primera vez, donde pondría pruebas recogidas de la escena del crimen científicamente examinados. Edmond Locard escribió tratados de criminalística y poroscopia. Es autor de Traité de Criminalistique, un tratado en siete tomos que constituye una verdadera referencia en la materia, en el que afirmaba que "escribir la historia de la identificación es escribir la historia de la criminología". Uno de los avances más importantes de Locard fue determinar que dos huellas dactilares pertenecen al mismo individuo cuando entre ellas coinciden al menos doce de sus líneas. Otro, la poroscopia, la búsqueda de coincidencias entre los miles de poros presentes en las curvas de las huellas. Gracias a ello es posible realizar identificaciones cuando las marcas de los dedos aparecen incompletas. Locard también inventó el grafoscopio, un microscopio concebido para comparar escrituras. Al final de su carrera, Locard había investigado 10.905 casos criminales. Ambrosio Paré (1510 -1590) Es considerado la principal figura quirúrgica del siglo XVI, el más grande cirujano del Renacimiento, y el padre de la cirugía francesa. Nació en 1510 en Bourg-Herent cerca de Laval (fue llamado también Ambrosio de Laval) en la provincia de Maine, al norte de Francia y murió en París el 20 de diciembre de 1590 con 80 años. Su padre era un lacayo y su madre una prostituta, por lo que la familia pertenecía al estrato social más bajo. Por ello, su educación fue muy limitada y fue un clérigo quien le enseñó las primeras letras, aunque nunca aprendió ni latín ni griego. Comenzó como aprendiz de un barbero-cirujano de París. En 1529, a los 19 años, ingresó como barbero-cirujano en el Hôtel-Dieu de París ya entonces famoso hospital de beneficencia, donde trabajó durante cuatro años; allí asistió a la cura de heridas de muchos pacientes e intervino en numerosas disecciones, prácticas que no eran habituales en la formación de los cirujanos no académicos. Aprendió anatomía y cirugía y comenzó a desarrollar destreza manual y un notable conocimiento de la medicina de su tiempo. A los 26 años se enroló como “cirujano de campaña” de las tropas francesas que se dirigían a la llanura Cisalpina en el norte de Italia. En 1541 superó el examen y se incorporó al Colegio de barberos-cirujanos. En ese mismo año también contrajo matrimonio. En los siguientes treinta años tomó parte en numerosas campañas de las guerras que Francia mantuvo contra España, Alemania e Inglaterra y dentro de casa, en la guerra civil contra los hugonotes. En 1549, en el sitio a Bolonia, hizo otro gran descubrimiento al no cauterizar el muñón de los amputados para cohibir la hemorragia, sino hacerlo por medio de ligaduras de los vasos arteriales y venosos seccionados. Asimismo, diseñó aparatos ortopédicos y prótesis para manos, brazos y piernas y ojos, y consiguió tratar por primera vez una fractura abierta sin tener que amputar la extremidad. Fue admitido en la severa Hermandad de Cirujanos del Colegio de Saint Côme, obligada ésta a reconocer a un hombre tan ilustre, fuera o no cirujano-barbero y escribiera o no en latín. Su reputación fue creciendo, en particular tras tratar al duque de Guisa, paladín de los católicos en las guerras de religión francesas, a quien, herido grave, sus doctores habían dado por insalvable. Pero Paré consiguió curarlo y eso le abrió la puerta para convertirse en el médico de cámara y consejero de cuatro reyes de Francia: Enrique II, Francisco II, Carlos IX y Enrique III. Terminadas sus campañas Paré fue nombrado cirujano real y consejero del rey, residiendo permanentemente en París en una casa vecina al puente Saint Michel. En 1545 publicó una obra sobre las heridas de bala de arcabuz, que se convirtió en clásica en poco tiempo. Hans Gross (1847 - 1915) Considerado el padre de la criminalística. Nació en Graz, ciudad austríaca. Siendo estudiante de derecho había hecho notar la ausencia de herramientas que aplicaran conocimientos científicos y prácticos para resolver las cuestiones criminales, tal cual lo escribiera luego en su obra traducida como “Manual del Juez de Instrucción”. Vio la necesidad de dar a la investigación policial un carácter técnico científico, dedicándose al estudio de la física, química, zoología, fotografía y microscopia. En este manual de experiencias se utilizó por primera vez el término de Criminalística, por ello se considera como el padre de la criminalística. En 1869 comienza su carrera como juez de instrucción y a lo largo de los siguientes 20 años recopiló, sistematizó y volcó toda su experiencia e ideas en su manual “Handbuch für Untersuchungsrichter als System der Kriminalistik” (Manual del Juez como Sistema de Criminalística), que vio la luz en 1893. En él, describía como “Criminalística” a ese cúmulo de conocimientos, auxiliares del derecho, que definía como “el análisis sistemático de las huellas dejadas por el culpable”, virando la metodología de la investigación del hecho a los datos que aportaban las evidencias físicas, mucho más confiable que el testimonio de testigos. Esta metodología propuesta suponía conocimientos, por parte del juez, que eran de esperar en los médicos legistas y químicos forenses, pero también aportes originales, como el examen del lugar del hecho, de documentos, la búsqueda de huellas de todo tipo, etc., para lo cual también describió el “Bolso de la Comisión”, muy similar a los equipos modernos para el procesamiento de la escena del delito. En 1896 el mismo Dr. Gross recopiló, clasificó y describió una gran variedad y número de objetos relacionados directa e indirectamente con la labor del juez de instrucción, y creó el “Museo Criminológico de la Universidad de Graz” En 1912 se inauguró por fin el "Real e Imperial Instituto de Criminología de la Universidad de Graz", único a escala mundial. En resumidas cuentas, se puede decir que Hans Gross en su momento revolucionó la investigación científica. Los resultados de su trabajo fueron determinantes hasta bien entrado el siglo XX y su método científico, conocido bajo el nombre de "escuela criminológica de Graz", le hizo famoso en todo el mundo.