Apelación Especial Presentación. 416 Expediente No. 39-2002 En el caso presente, el postulante reclama contra la negativa de acoger el recurso de Apelación Especial por él interpuesto, el cual de conformidad con el Código Procesal Penal, puede ser promovido únicamente por uno de los sujetos procesales -abogado defensor o acusado- interpretación que se colige del empleo de la conjunción disyuntiva "o", que se advierte en la redacción del artículo 416 del Código Procesal Penal. Sin embargo, como lo interpretó el tribunal a quo, tal facultad -la de apelar- no debe ser entendida restrictivamente, ya que la posibilidad de que los sujetos procesales mencionados hagan uso de la apelación sin limitación de ningún tipo debe ser interpretada a la luz del principio "Pro Actione", tal como lo dispone el artículo 2, inciso 3) literales a) y b) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, norma que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 46 constitucional, prevalece sobre cualquier disposición contraria contenida en una ley de rango ordinario, y habiendo resuelto de esa forma el Tribunal de Amparo de Primera Instancia, procede confirmar la sentencia apelada ADHESIÓN 417 Expediente 2739-2014 En ese orden de ideas, es pertinente acotar que el contenido de la impugnación adhesiva debe conducirse de forma paralela a su naturaleza accesoria, coadyuvante y carente de autonomía sustantiva propia, lo que significa que la existencia de la adhesión está supeditada al recurso principal y supone que el declinar de este por desistimiento, extemporaneidad en su interposición u otro motivo procesal conlleva, necesariamente, la inadmisibilidad de la adhesión. No cabe, entonces, que la adhesión se convierta en una forma de contra-recurso y se presente con pretensiones contrarias a las del recurrente principal, por el contrario, debe promoverse con un contenido acorde con las pretensiones de aquel, es decir, que el adherente se suma a los motivos y agravios que el interponente del recurso haya planteado o puede, incluso, si lo estima pertinente, ampliar la argumentación formulada por este, pero no puede, desde ningún punto de vista, promover nuevos motivos o agravios, porque para ello su oportunidad procesal precluyó. Por lo anteriormente expuesto, se concluye que la autoridad denunciada, al dictar la resolución que constituye el acto reclamado, actuó en el ejercicio de las facultades que le confiere los artículos 203 constitucional y 402 del Código Procesal Penal, sin conculcar los derechos enunciados por el postulante. Al haber resuelto en sentido contrario el Tribunal a quo, debe estimarse el recurso de apelación y denegar la protección constitucional, sin condenar en costas al postulante por no haber sujeto legitimado para su cobro, pero sí debe imponerse multa al abogado patrocinante, por ser el responsable de la juridicidad del planteamiento. FORMA Y PLAZO 418 Expediente 75-2012 El Código Procesal Penal en su artículo 169 dispone que las resoluciones dictadas durante las audiencias y aquéllas que lo sean inmediatamente después de los debates, se dará a conocer por la lectura de la resolución o en la forma prevista para los casos particulares. Por otra parte el artículo 390 del citado código establece que la lectura de la sentencia valdrá en todo caso como notificación y que cuando la complejidad del asunto o lo avanzado de la hora torne necesario diferir la redacción de la sentencia, se leerá tan solo su parte resolutiva y el tribunal designará un juez relator que se imponga a la audiencia sintéticamente de los fundamentos que motivaron la decisión. Asimismo el artículo 418 de la ley Ibidem indica que el recurso de apelación especial será interpuesto por escrito dentro del plazo de diez días ante el tribunal que dictó la resolución recurrida. Al tenor de los preceptos legales precitados y del estudio de las constancias procesales, se advierte que el Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Baja Verapaz dictó sentencia absolutoria a favor de Hermelindo Caal Rossi por los delitos de Atentado y tres de Asesinato, y, dio lectura íntegra del fallo y acta de debate a los sujetos procesales el trece de agosto de dos mil nueve, fecha en la que de conformidad con la normativa anteriormente citada se entiende que quedaron notificadas las partes y, que a partir de esa fecha debe computarse el plazo de la vía recursiva de la apelación especial. Ello en atención a que es hasta el momento en el que se da lectura íntegra al fallo en el que se las partes se enteran de los motivos de hecho y de derecho en los que se fundó el tribunal sentenciador para sustentar su Expediente 75-2012 6 fallo, y de esa cuenta es a partir de ahí que los interesados están en posibilidad de consentir o no según sea el caso el contenido del fallo. En el caso concreto se establece que la sentencia fue leída en forma íntegra por el tribunal sentenciador el trece de agosto de dos mil nueve, por lo que el plazo de diez días para interponer recurso de apelación especial, inició a correr al día siguiente -catorce de agosto de dos mil nueve- venciendo éste el veintisiete de ese mismo mes y año y, al haber planteado apelación especial el Ministerio Público y, la querellante adhesiva por medio de su Mandatario Judicial Especial con Representación el veintisiete de agosto de dos mil nueve, tal como se establece con los escritos contenidos a folios del ciento sesenta y cinco al ciento noventa y uno [165 al 191] del expediente del Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Baja Verapaz, se advierte la temporalidad en la interposición de los relacionado recursos, por lo que no existe vulneración a los derechos constitucionales del accionante al haberlos admitido la autoridad cuestionada. Por consiguiente la autoridad impugnada actuó en ejercicio de las facultades que le confieren los artículos 398, 399 y 425 del Código Procesal Penal y 203 de la Constitución Política de la República de Guatemala por lo considerado, se concluye que el amparo es notoriamente improcedente y, habiendo resuelto en ese mismo sentido el Tribunal a quo, procede confirmar la sentencia apelada MOTIVOS 419 Sentencia de 16/08/2016, dictada dentro del expediente de apelación de amparo número 69-2016. la doctrina legal sentada por esta Corte en asuntos similares al presente, respecto a la forma de computar los plazos en materia recursiva penal, por lo que amerita hacer la transcripción de la sentencia de veinticuatro de marzo de dos mil diez, dictada dentro del expediente cuatro mil doscientos dieciséis – dos mil nueve (4216-2009), en la que se consideró: “(…) En virtud de la sujeción de la ley y que los procesos deben estar preestablecidos, se debe observar lo relativo a la ley adjetiva penal, la que establece en el artículo 399 del Código Procesal Penal que para ser admisibles los recursos deberán ser interpuestos en las condiciones de tiempo y modo que determine la ley […] Y el artículo 44 inciso c) de la ley ibidem, establece que: `(…) Conocerán a prevención en los lugares donde no hubieren Juzgados de Primera Instancia, o bien se encontraren cerrado por cuestiones de horario, o por cualquier otra causa en los casos de delitos sancionados con penas mayores de cinco años de prisión (…)´. En atención a las normas antedichas, se establece que el plazo para la interposición del recurso instado es de tres días, por lo que en el caso concreto el hecho susceptible de analizar es si se vulneró el principio jurídico del debido proceso en cuanto a instar el recurso dentro del plazo señalado en la ley y la presentación del mismo ante el Juez de Paz. De tal cuenta, es oportuno analizar el artículo 45 de la Ley del Organismo Judicial, que regula la forma de computar los plazos, norma que es de observancia obligatoria en el proceso penal (…) haciendo meritoria su trascripción: `(…) de conformidad con el artículo 45 incisos e) y f) de la Ley del Organismo Judicial, que se utiliza supletoriamente en este proceso, establece que todo plazo debe computarse a partir del día siguiente de la notificación (…) En materia recursiva penal, este Tribunal, ha determinado, con el garantismo que caracteriza los pronunciamientos de la jurisdicción constitucional, que: `(…) Una de las garantías fundamentales e inviolables del proceso penal, es la posibilidad que tienen los sujetos procesales de hacer uso de las impugnaciones para atacar las resoluciones judiciales que crean le son perjudiciales, como un medio de revisión de las mismas por parte de autoridad diferente. Los medios de impugnación o recursos se encuentran regulados en el libro Tercero del Código Procesal Penal, el que contiene disposiciones generales comunes a todos los recursos y disposiciones propias de cada recurso, las que media vez no contengan contraposición o contradicción existente entre sí, deben apreciarse como complementarias e integradoras; Expediente 3004-2012 6 por lo que en este caso [de los recursos, propiamente], sería improcedente una interpretación restrictiva de aplicación únicamente de una norma especial en detrimento de una norma general, dada la naturaleza del proceso penal que persigue objetivos de interés público y de facilitación del accionar de las partes (…)´. Doctrina legal sentada en las sentencias de de dieciocho de julio de mil novecientos noventa y seis, expediente ciento setenta y cinco – noventa y seis (175-96); treinta y uno de octubre de mil novecientos noventa y seis, expediente un mil ciento quince – noventa y seis (1115-96); veinticuatro de junio de mil novecientos noventa y siete, expediente un mil ciento treinta y siete – noventa y seis (1137-96); y cinco de noviembre de mil novecientos noventa y siete, expediente cuatrocientos ochenta y uno – noventa y siete (481-97). El criterio jurisprudencial antes citado es aplicable al caso que ahora se examina, pues es evidente que con un rigorismo indebido, la autoridad impugnada procedió a asumir la decisión reclamada en amparo haciendo una indebida aplicación de la facultad de declarar la inadmisibilidad de un recurso (…) con evidente inobservancia de lo regulado en las literales a), e) y f) del artículo 45 de la Ley del Organismo Judicial, normativa, esta última, que es aplicable al momento de asumir una decisión sobre la admisibilidad de un recurso conforme el principio pro actione y cuya observancia no es discrecional sino obligatoria en este tipo de procesos, en atención no solo a los fines que con éstos se pretende alcanzar, sino además, a la doctrina legal emanada por este Tribunal que privilegia la observancia de este principio en procesos penales. Por lo anterior, se considera que la decisión rigorista de la autoridad impugnada, contenida en el acto reclamado, resulta ser agraviante de derechos fundamentales y garantías judiciales del postulante de amparo.