“Corazón de cebolla” Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas. Daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y frescura, y disfrutar escuchando el canto delos pájaros. Pero de pronto, un buen día, empezaron a nacer unas cebollas especiales. Cada una tenía un color diferente! rojo, amarillo, azul, verde, "Después de grandes investigaciones lograron descubrir que cada cebolla tenía dentro, en el mismo corazón, una piedra preciosa e íntima tenía una esmeralda, la otra un rubí, la otra un topacio, la demás allá un diamante" alguna verdadera maravilla 'Pero, por alguna razón incomprensible, aquello se vio como algo peligroso, intolerable, inadecuado y hasta vergonzoso. (total que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa e íntima. Pusieron capas y más capas para cubrirla, para disimular como eran por dentro.) algunas cebollas llegaron a tener tantas capas que ya no se acordaban de lo hermoso que ocultaban debajo. Poco a poco fueron convirtiéndose en unas cebollas comunes, como las que conocemos ahora, sin ese encanto especial que tenían. Un día pasó por allí un ni*o al que le gustaba sentarse a la sombra del huerto. Pasaba tanto tiempo en el que llegó a entender el leguaje de las cebollas y a dialogar con ellas, y descubrió lo que había en lo profundo de sus corazones. comenzó a preguntarle a cada una! Por qué no eres como eres por dentro- ellas le iban respondiendo! /e obligaron a ser así" /e fueron poniendo capas" incluso yo puse algunas para que no me dijeran" )algunas cebollas, la más tímidas, llegaron a cubrir su corazón hasta con diez capas, y ya ni se acordaban de por qu# se pusieron las primeras capas.0)nte esas respuestas, el niño entristeció y comenzó a llorar. Desde entonces todo el mundo llora cuando una cebolla nos abre el corazón". DICIEMBRE 2005 Las frutillas Cuenta una hermosa leyenda Cherokee que el Gran Espíritu creó al hombre y a la mujer, les entregó la tierra con todas sus maravillas y pensó que se sentirían felices, vivirían en paz y fundarían una gran familia.Pero no pasó mucho tiempo antes de que la pareja comenzara a reñir. La mujer gritaba al hombre y el hombre gritaba a la mujer. Ninguno de los dos parecía hacer nada bien a los ojos del otro, y eran tan amargos los reproches y duras las palabras que finalmente la mujer decidió abandonarlo.Por un tiempo el hombre solo se sintió tranquilo pero pronto empezó a echar en falta a su compañera y se entristeció. El Creador le preguntó si le gustaría que la mujer volviera a su lado y el hombre dijo que nada deseaba más y el Creador prometió traerla de vuelta. Ella salía todos los días a recoger frutas y bayas con que alimentarse y el Creador hizo que nacieran en su camino arbustos colmados de arándanos pero ni los miró. Luego, llenó la ribera del arroyo de zarzas de las que pendían grandes y dulces moras pero tampoco se sintió interesada.Más tarde fueron las frambuesas y muchas más frutas silvestres pero no hacía ningún caso, hasta que el Creador hizo aparecer las fresas. La mujer vio una gran mata plagada de frutos rojos y brillantes y quiso probarlos. Se agachó, recogió unos pocos y los comió con deleite. Eran tan dulces y frescos, tan suave su sabor que pensó; "Al hombre le gustaría mucho comer estas frutas", y llenando el cestillo que traía volvió al lado de su pareja para ofrecérselas y disfrutarlas en su compañía.Así se originaron las fresas y el Creador logró que el hombre y la mujer volvieran a estar juntos. (Leyenda Cherokee)