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Breve antología mitológica de las Tierras Bajas de Bolivia

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Facearci temolor rersperias velitat estinis ut fuga. Namet ut od ut
exereped eiciend ebitis si ducia niminctae quidebis nonseque estrum quam sum, sum quae volore parios verit facidit, corem. Isqui consequas rehendae. Nem essunte que quost et eumet mil erovitatur suntum illa doluptatem qui verferf eritenderum ut ulla et
volupta tatemol upictae est lab iduci doluptat magnis il maximax
imagnim aut porendaecus quiat eum arum velite nonse il everum
quae minvent exeriam, qui optatione ma que prendi comnis remperovid ut periant quasimus rescipsae. Officidem num sam qui
de volut dolupta dolorepelia sum atet quunt ut volo dis res comnimus etus asped que eaturib usaestiur re doles delent modis providem quos corepud aestibus, tenihilit pla quis etur audandestiur
magnam deliquam quid que sin natem ariberit volorum fuga. Sam
auditam re pa quam inullor escimporita conse latio di nam quid
quam inist, iume veris diature renihit aut aborepudant millab iumque eatem res arcil inimpos magnatem rem aut et untemporerum
laborum et mo inietur, omnis aut eos sumquod quae mo odictatur?
con el apoyo de
Serie Religión y Cultura en la Amazonía No. 2
Reflexionando desde la diversidad de nuestros pueblos
Encuentros con la Amazonía boliviana. Reflexionando desde la diversidad de nuestros pueblos
Encuentros con la Amazonía boliviana
Encuentros con la
Amazonía boliviana
Reflexionando desde la diversidad de nuestros pueblos
Ángel Eduardo Román-López Dollinger
María Beatriz Castro Mojica
María Clara Zeballos Puccherelli
(Editores)
Encuentros con la Amazonía Boliviana
Reflexionando desde la diversidad de nuestros pueblos
Ángel Eduardo Román-López Dollinger
María Beatriz Castro Mojica
María Clara Zeballos Puccherelli
(Editor/as)
La Paz, Bolivia
2016
TBL2-2016.indb 1
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Esta publicación fue posible gracias al apoyo de:
Román-López Dollinger, Ángel Eduardo / Castro Mojica, María Beatriz / Zeballos Puccherelli,
María Clara
Encuentros con la Amazonía boliviana. Reflexionando desde la diversidad de nuestros
pueblos / Román-López Dollinger, Ángel Eduardo / Castro Mojica, María Beatriz / Zeballos
Puccherelli, María Clara – La Paz, Bolivia: ISEAT, 2016
140 pp.
ISBN: 978-99974-809-9-6
D.L.: 4-1-3942-16
AMAZONÍA BOLIVIANA/RELIGIÓN/DESARROLLO/INTERCULTURALIDAD/PARTICIPACIÓN/INVESTIGACIÓN
Encuentros con la Amazonía boliviana
Reflexionando desde la diversidad de nuestros pueblos
Serie Religión y cultura en la Amazonía No. 2
Primera edición, Agosto 2016
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Cuidado de producción: Angel Eduardo Román-López Dollinger
Edición: Angel Eduardo Román-López Dollinger
Revisión de estilo: Luis Miguel Pecho Salvador
Diagramación: Ángel Eduardo Román-López Dollinger
Diseño de tapa: Álvaro Meruvia Meruvia
Imagen de la tapa: Daniel Carlos Huacani Ticona
Publicación y distribución:
Centro de publicaciones del ISEAT
comunicacion@iseatbolivia.org
Impreso en Bolivia
Printed in Bolivia
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Índice
Presentación
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Introducción
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Imágenes de la Amazonía boliviana
Representaciones de ríos en perspectiva histórica
11
Ana María Lema Garrett
Breve antología mitológica de las Tierras Bajas
en Bolivia
39
Enrique Alfredo López Calderón
Codificación teórica
Metodología cualitativa para el análisis de datos
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Ángel Eduardo Román-López Dollinger
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Índice
Liderazgo político femenino en Tierras Bajas: de la
comunidad a la ciudad
La experiencia de Lucrecia Josecito, representante del Pueblo
Mosetén en la Asamblea Legislativa de La Paz
71
María Clara Zeballos Puccherelli
“Macheteros y violines”
La experiencia musical como pedagogía de la espiritualidad
en la Amazonía beniana
89
Javier Alejandro Barrientos Salinas
“De Hambre no nos morimos”
Los saberes indígenas e interculturales de la localidad de
Palos Blancos
107
Evelyn Wendy Gutiérrez Pozo
Infernalización de lo sagrado, demonización de la
tierra y el bosque
El origen del diablo en los Andes y las Tierras Bajas
125
Froilán Laime Ajacopa
Autoras y autores
133
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Breve antología mitológica de
las Tierras Bajas de Bolivia
Enrique Alfredo López Calderón
Introducción
L
os pueblos indígenas de Tierras Bajas cuentan aún en su acervo
cultural con una amplia tradición oral que se ha mantenido por
siglos, aun contra los intentos propiciados por misioneros católicos y protestantes de erradicar esta conexión de la población con
su pasado y sus ancestros.
En esta pequeña antología me voy a detener en la compilación y el
análisis de relatos orales de los pueblos chiquitano, mosetén, guaraní, yaminahua, yuracaré y movima. La razón de esta elección, un poco arbitraria, es
que he podido acceder a material audiovisual de estos pueblos, generado a
partir del proyecto de rescate de la tradición oral de los pueblos indígenas
realizado por la productora audiovisual DocuAndantes en el año 2012, proyecto del cual fui parte. Pero también he tenido acceso a material en texto,
el cual me ha permitido hacer las comparaciones y validaciones necesarias
para dar un sentido más académico al documento.
Por lo que respecta a la metodología del citado proyecto, es necesario
mencionar que el mismo recopiló historias orales de 31 pueblos indígenas
de Tierras Bajas y altas de Bolivia, llegando a producir 31 videos de historias
orales en idioma original y con subtítulos en castellano.
Una de las principales prerrogativas del proyecto consistía en recopilar relatos mitológicos, poniendo énfasis, en la medida de lo posible, en aquellos mitos que hablan sobre el origen de cada pueblo. Sin
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embargo, en consideración de que una empresa similar, en esta época
en la que los pueblos indígenas bolivianos han sufrido tanta influencia
externa, arriesgaba el éxito del trabajo de campo, por ello se consintió
también, dentro de las posibilidades de cada grupo de trabajo y en función del contexto y la decisión comunitaria de cada pueblo indígena,
tomar en cuenta las narraciones que ellos decidan que son representativas de su acervo cultural.
Por otro lado, sumo a esta experiencia recopilada el conocimiento personal que tengo de pueblos indígenas como el guaraní, movima,
mosetén, guarayo y yaminahua. Pueblos con los que he compartido experiencias de trabajo y de investigación a lo largo de mi vida académica
y profesional.
En lo que respecta a la metodología de análisis voy a emplear en
primer lugar un criterio que sigue la importancia política de las narraciones descritas en el contexto de cada pueblo. Tomando en cuenta que ese
valor político tiene características de prescripción y de proscripción en
cada sociedad y, por tanto, tiene una influencia directa sobre la religión
de cada pueblo. Este análisis tendrá una óptica que considera la historia y
situación actual de cada pueblo tomando en cuenta también los elementos comunes entre ellos.
En relación a la descripción de los pueblos mencionados, voy a
considerar elementos históricos en torno a los términos en idioma originario más importantes encontrados en cada relato oral. Ello no sólo para
enriquecer la interpretación de cada historia, sino también para reforzar
su valor académico.
En segundo lugar, tengo previsto realizar un análisis desde la perspectiva mítica, tomando en cuenta una característica destacada por Viveiros de Castro sobre los mitos de los pueblos indígenas amazónicos, que
se refiere al momento y espacio mítico en el que “los animales y demás
no-humanos dotados de alma “Se ven como personas”, y por consiguiente “son personas”, es decir, objetos intencionales o de dos caras (visible
e invisible) constituidos por relaciones sociales...” (Viveiros de Castro,
2010: 35). Tomando en cuenta que a pesar de tratarse de pueblos diferentes, los mitos suelen tener mucho parecido entre ellos.
Finalmente, a modo de conclusión, destacaré los hallazgos más
importantes del análisis y las recomendaciones para futuras investigaciones sobre el ámbito mítico de los pueblos indígenas de las Tierras
Bajas de Bolivia.
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Enrique Alfredo López Calderón
Historia oral chiquitana: Toirsch, el dueño de los
animales
Este relato oral trata acerca de un cazador que tenía muy mala puntería. Cuando iba de cacería no lograba matar a los animales, solamente
los hería. Esto se repetía constantemente cada vez que lo intentaba. Un
día, mientras se encontraba en el bosque intentando cazar, se le presentó el
toirsch, o el “amo de los animales”, quien le regañó diciéndole que si quiere
cazar debe mejorar la puntería, porque él ya estaba cansado de tener que
curar a los animales que el mal cazador dejaba heridos. Como el cazador
se mostró renuente a aceptar el reproche, el toirsch le brincó encima para
golpearlo, pero en el forcejeo el cazador lo hizo caer. Pelearon nuevamente y
esta vez el toirsch hizo caer al cazador. Siguieron así hasta que estaban empatados a dos. Entonces apareció un ángel que sugirió al cazador atacar por la
derecha, de esta manera el cazador inmovilizó al toirsch. Entonces el toirsch
advirtió al cazador que si volvía o seguía hiriendo su herencia la próxima vez
lo devoraría. En eso llegó su anta, el toirsch se montó en él y se fue al monte.
El principal término besïro1 del relato es toirsch, que ha sido asociado
con “el dueño de los animales”. Debe destacarse que para el pueblo Chiquitano existen muchos dueños de la naturaleza. En efecto, Bernardo Fischermann (1996, p. 31) citando a Riester y Fischermann menciona cuatro:
hichi tuúrsch amo del agua, hichi káarsch amo de las piedras o de los cerros,
hichi schoés amo de la pampa y hichi iúrsch amo de la selva. De igual manera, citando a Schwarz, Fischermann (1996, p. 34) menciona seis: Nirri
Tuúrr amo del agua; Nirri Rroüz amo de la pampa; Nirri Kaarr amo de los
cerros, Nirri Muurrto amo del monte, Nirri Maquiütúrr amo del viento del
norte, Nirri Taarr amo de los chacos.
En el ámbito de lo descrito y en consideración de que la narración
fue realizada en idioma original por un chiquitano nativo de la comunidad
de San Javierito, considero que el empleo de toirsch para “amo de los animales” puede ser una variante regional. De ahí la diferencia con lo encontrado
por Schwarz, Riester y Fischermann. Además es válida la advertencia de
Fischermann en el texto mencionado acerca de que el idioma besïro tiene
muchas variantes regionales.
En lo que respecta a las proscripciones y prescripciones, estas se centran en la importancia del respeto por la naturaleza y también del oficio de
cada persona. En este caso, el cazador es amonestado por el toirsch por tener
1 Besïro se considera el idioma que hablan los chiquitanos.
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mala puntería. Lo proscrito es desperdiciar animales durante la caza y esto
tiene un efecto sobre la religión del Chiquitano por considerar a la naturaleza sagrada. Lo prescrito es ser un buen cazador, lo cual tiene además un
efecto sobre la sociedad, pues el buen cazador mantendrá a la familia bien
alimentada. Mucho más en una cultura como la chiquitana, la cual solía ser
uxorilocal2, como menciona Fischermann (1996) (el esposo se iba a vivir a
casa de la esposa y por tanto tenía la obligación de cazar para su familia y
para la familia de sus suegros, lo cual ayudaba a mantener el equilibrio de
esta organización social).
Historia oral mosetén: Me yachkuti pé pé, la
historia del plátano
La historia narra la aparición de la planta de plátano sobre la tierra.
El Wushu era el único que tenía plantas de plátano que daban frutos, mientras que los Opaj o Mutunes3 no y lo deseaban, pues Wushu sólo les daba
semillas de plantas que no daban fruto. Es que Wushu era un ser mezquino,
no quería compartir la planta de plátano. Entonces los mutunes deciden ir
a robar del platanal y consiguen obtener los frutos del plátano. Esto disgusta a Wushu y decide matarlos emborrachándolos con chicha, entonces los
invita a una fiesta. Los mutunes bebieron mucha chicha, se emborracharon
y comenzaron a pelear. Aprovechando que eran muchos, mataron a Wushu.
Este es un relato oral muy interesante, puesto que si bien ha sido llevado al mundo primigenio para narrar el origen del plátano en el mundo y
además colocar en el relato las enseñanzas de la cultura mosetén, en realidad
se puede ubicar su origen entre los siglos XVI y XVIII, tiempo en el que
la planta de plátano fue introducida por españoles y portugueses desde el
África en la Amazonía.
Es interesante también que este relato haya sido recopilado entre los
mosetenes del Beni que poblaron la región del río Quiquibey huyendo de las
misiones del río Alto Beni, reacios a vivir en las misiones, atemorizados por las
pestes que estaban diezmando a los mosetenes ya de por sí reducidos.
El tipo de relato daría a entender que conseguir la planta de plátano
para el mosetén debe haber sido una tarea muy dura y que probablemente se
2 Este término también se conoce como matrilocal.
3 Pequeños pájaros que habitan en la Amazonía.
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haya requerido incluso de enfrentamientos con otras tribus. A partir de ello la
empresa pasa a formar parte de la historia oral del mosetén en forma de mito.
Pero por otro lado hay una interesante similitud del Wushu con el Yuwashi de
los yaminahua del Perú, descrito por Pérez Gil y Carid Naveira (2013), como
el ser egoísta que no comparte los alimentos con las personas, indiferente al
hambre que sufren y que además, según los autores, está presente en muchos
mitos amazónicos, no sólo de origen pano4.
Desde el punto de vista de las prescripciones, considero que el relato
oral nos enseña la importancia de compartir lo que se tiene. Es por eso que el
mosetén se considera muy hospitalario. Mientras que las proscripciones del
relato se refieren a no ser mentirosos ni egoístas.
Historia oral guaraní: Avati Regua, la historia
del maíz
La historia del maíz cuenta acerca de una época antigua, cuando la comunidad guaraní era azotada por el hambre y la sequía. Una mujer que acababa de tener a su hijo permaneció en su vivienda, mientras el resto de la comunidad salió en busca de alimento. Mientras estaba sola escuchó el canto de
un mbae (algo), que desde la distancia decía: “Cherezo son de chipe machichu!”,
que quiere decir púnzame la panza. La mujer estando sola se asustó y prefirió
no hacer caso. Más tarde, el mbae entró a la casa de la mujer, insistiendo con
su canto: “Aña chicunara dara wae machichu… Chereso son de chipe machichu”;
que significa: “El diablo me ha condenado, púnzame la panza”. La mujer con
su bebé en brazos se arma de valor y cumple con la extraña petición del mbae.
Entonces de la panza del espíritu brota mucha semilla de maíz, suficiente para
la mujer y su familia y para toda la gente de la comunidad.
Esta es una historia muy particular a la que parecen faltarle algunos elementos y otros parecen haber sido mal entendidos. La historia parece narrada
en un tiempo presente, como mostrando la realidad constante de los pueblos
que viven en el chaco, en eterna lucha con el medio ambiente hostil que los
rodea. Ahora bien, el término mba’e, que aparece como espíritu extraño significa en realidad “algo”. Por su parte el término aña, al que se refieren en la
historia como el diablo, tiene sin duda la connotación maléfica. Pero dentro de
la mitología guaraní tiene también la capacidad de crear animales considerados
desagradables por su aspecto como el sapo o el murciélago.
4 Por cierto, los yaminahua son considerados de origen pano también.
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Sin duda que el relato es bastante confuso desde la perspectiva de su
traducción, puesto que un espíritu extraño, mba’e es el portador en su panza de
un maleficio hecho por aña, el diablo, que a la postre resulta en la salvación de
la joven mujer y de su comunidad. Desde la perspectiva guaraní podría ser más
comprensible, puesto que aña es un espíritu maligno, pero con capacidad de
creación, mientras que el espíritu extraño, el mba’e, podría haber sido originalmente un espíritu bueno afectado por la maldición del aña.
No he encontrado otra historia similar entre grupos guaraní de Paraguay o Argentina, que dada la cercanía podrían tener relatos que se asemejen. El relato parece tener una connotación circunscrita a su ámbito
territorial, en el chaco chuquisaqueño, en donde fue obtenida.
Historia oral yaminahua: Na uxé, la historia
del luna
Una muchacha que vivía en una comunidad grande, era visitada por
la noche por un muchacho que se acostaba a su lado. Ella no sabía de quien
se trataba y esto le daba temor porque podía ser uno de sus hermanos. Un
día decide averiguar de quién se trataba, prepara un colorante con hierbas del
monte y en la noche espera a que llegue el misterioso muchacho. Cuando éste
llega, la muchacha aprovecha que se duerme y le marca la cara. Al día siguiente
sale a averiguar quién era la persona y se encuentra con sus hermanos que se
preparaban para la guerra con una tribu rival, entonces descubre que uno de
ellos era el que dormía de noche con ella y lo maldice. Durante la guerra el
muchacho es capturado por los guerreros rivales que sin piedad lo decapitan
y cuelgan su cabeza de un palo en el límite de su territorio. Otro de los hermanos se encuentra con la cabeza y la recoge. Mientras caminaba de retorno
a casa la cabeza le hablaba y le decía que tenía sed. Hasta que el muchacho le
da agua, pero cuando bebía el agua se escurría por su pescuezo sin saciarlo.
Cuando llega a la casa de su madre deja la cabeza en la entrada. La madre llora
por la desventura y la cabeza le habla y le exige que le de agua. Así pasó el tiempo y la madre ya estaba cansada de la cabeza que andaba rodando y con sed.
Finalmente un día la cabeza le pide a la madre que le dé un ovillo de algodón
para subir al cielo, pero le resultó corto. Entonces pidió otro ovillo y consiguió
llegar al cielo y se convirtió en la luna.
Esta historia tiene los elementos como para considerarla un mito de tipo
cosmogónico. En efecto, relata la manera en que se creó la luna para los yami44
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nahua. Haciendo una revisión de mitos similares he encontrado elementos que
confirman similitudes con los pueblos de origen pano en Perú, en particular los
shipibo-conibo mencionados por Françoise Morin (1998).
En lo que respecta al mito en cuestión, el elemento más importante
es la proscripción del incesto y está presente en todas las versiones revisadas
donde existen diferencias en cómo la cabeza llega al cielo. Mientras que
para los yaminahua de Bolivia es gracias a dos ovillos de algodón, para los
shipibo-conibo se requirió una bandada de aves que cargaron la cabeza y la
llevaron al cielo.
Por otra parte, en el mito yaminahua no está muy claro que las mujeres una vez que llegan a menstruar deben buscar marido fuera de su comunidad, como una regla de parentesco que mantiene el equilibrio social
mientras que en el mito yaminahua de Perú al que hacen mención Pérez Gil
y Carid Naveira (2013) esto sí es muy importante.
De igual manera la formación de Uxé (luna) en el mito yaminahua
termina en el momento en que asciende al cielo, mientras que en el mito
shipibo-conibo hay todavía una disputa entre Bari (sol) y Oshe, luego de la
cual Bari otorga poder a Oshe durante la noche.
Historia oral yuracaré: Seuhue Guayabochi Samu
Shuhui, el niño árbol y el tigre de la luna
Una mujer recogía agua en su olla cerca del árbol de guayabochi. Una
vez un joven se le apareció cerca del árbol, le habló, se conocieron, entonces
la mujer resultó embrazada del joven. En su casa sus hermanos le preguntaron
de quien era el bebé y como la mujer no respondía la siguieron y encontraron
al joven. Un día decidieron ir de caza e invitaron al joven y le dijeron que siga
por el sendero del tigre. Cuando regresaron el joven ya no estaba con ellos.
La mujer preguntó por su esposo a sus hermanos y le dijeron que no sabían
dónde estaba, entonces ella salió a buscar al joven. Mientras lo buscaba se
perdió hasta que encontró los huesos del joven. Los apiló y con un soplido
revivió al joven, sólo que le faltaba un hueso de la cara. El joven viendo su
rostro no quiso volver con ella y la envió sola, por temor a que los hermanos
de la joven no lo aceptaran. La joven se perdió y se fue por el sendero del tigre.
Sin querer llegó a la casa de los hermanos tigre. La mamá de los tigres la recibió, la llevó a su casa y la escondió en la parte alta para que no la encuentren
sus hijos. Cuando los tigres llegaron y estaban descansando sintieron caer las
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gotas de leche del seno de la mujer y el tigre mayor, que tenía cuatro ojos,
al encontrar a la muchacha, se la comió dejando el bebé a la madre tigre. La
madre cuidó al niño hasta que fue grande y le encargaba cuidar su sembradío
de los animales del bosque. Entonces lo animales le dijeron que los tigres habían matado a su mamá. El joven volvió a casa y mató a su madre y cuando
regresaron los tigres mató a todos menos al líder que se escapó al cielo y se
escondió en la luna.
Es muy interesante que este mito perviva aún en la memoria oral
del pueblo yuracaré, puesto que es uno de los mitos que ha desencadenado
mayor interés por investigadores como D’Orbigny5, Nordeskiold6 y Metraux7. Además, es un mito que cuenta con innumerables versiones entre
pueblos que provienen de diferentes raíces lingüísticas, como sucede con
los yuracaré, cuya lengua está catalogada como aislada, y los guaraní del
chaco boliviano, que son considerados de ascendencia tupiguaraní por las
conquistas de estos pueblos en el territorio subandino sur de lo que hoy es
Bolivia entre el siglo XVI y XVII, pero que también son considerados de
ascendencia chané -y por ello arawak- por los pueblos que ya habitaban esta
región antes del siglo XVI.
Es por ello que Vincent Hirtzel (2012) le dedicó un artículo al mito
que en general él considera de los mellizos. En particular, para el caso yuracaré, conoce al mito como del Tiri -que es además el dios fundador del
pueblo yuracaré- y del que existen variantes como la recopilada por DocuAndantes (2012), pero también la descrita por D’Orbigny y transcrita por
Roy Querejazu Lewis (2005).
Lo que más le llama la atención de Hirtzel es que pueblos tan diferentes como el yurarcaré y el guaraní (chiriguano para Hirtzel) puedan tener esta
similitud mitológica. Según Hirtzel, ya Metraux se había interesado en esta
similitud y luego de varios intentos por descubrir el fondo de la dirección de
un fenómeno de difusión cultural y de que, incluso, hubiera sugerido en algún momento que los yuracaré habrían adoptado el mito de los guaraní llegó
5 Fue el primero en transcribir el mito del niño árbol de los yuracaré a mediados del
S. XIX (cf. Hirtzel, 2012).
6 Fue el primero en transcribir el mito guaraní de los mellizos a principios del S.
XX, cuando aún se los llamaba chané, e hizo la primera comparación con el mito
transcrito por D’Orbigny (cf. Hirtzel, 2012).
7 Metraux se detuvo a hacer los primeros análisis entre la relación de las sociedades
yuracaré y guaraní y los mitos de niño árbol, el mito del Tiri y el mito de los mellizos (cf. Hirtzel, 2012).
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al final a la conclusión, a mediados del siglo XX, de que esas similitudes son
parte de toda la cultura amazónica. Con ello justificó que grupos lingüísticos
tan diversos como los caribe, arawak y tupiguaraní hubieran conservado tanta
familiaridad en torno a este mito.
Historia oral del pueblo movima: Us Itilakwa che
os Paj’i, el bufeo y el pescador
El padre de familia decide pescar en domingo, a pesar de la recomendación de su esposa de no hacerlo por ser domingo un día de descanso. Mientras pescaba, recibe señales de que algo no andaba bien, pero no hizo caso,
hasta que termina pescando al “policía” del río, que era un bufeo. Éste último,
habiendo sido atrapado por el anzuelo, arrastra al pescador hasta su mundo
subacuático. El pescador queda preso en este mundo encantado por diez años
antes de salir libre y de volver al reencuentro con su familia.
La historia tiene elementos muy importantes desde el punto de vista de
las prescripciones. Por ejemplo no realizar actividades para el propio beneficio
en el día de descanso, o sea el domingo, y hacer caso de las señales de la naturaleza, como por ejemplo cuando sintió un jalón de un pez más grande.
Desde el ámbito de la proscripción se encuentra la relación con los
dueños del agua, del bosque, de los animales o de los peces. En el caso del
dueño de los peces, los movima creen en el voibo, que es el dueño de los
peces, en nombre de quien hay que preparar el chivé con agua y beberlo
pidiendo suerte con la pesca.
Por otro lado, es muy interesante este tipo de relación con las lagunas, las cuales aparecen recurrentemente en las mitologías de los pueblos
amazónicos. En el caso de los moxeños es frecuente oír hablar del jichi o
dueño de la laguna o meandro. La gente del lugar menciona que las lagunas
que tienen jichi suelen ser lagunas muy salvajes con agua turbia. Cuando el
jichi se va, el agua de las lagunas se convierte en cristalina.
Por otro lado, otro elemento a asociar es la desaparición de las personas
por mucho tiempo. En efecto, cuando llegan las lluvias los pueblos de las llanuras moxeñas, entre ellos los movima y los moxeños, suelen quedar aislados
por varios meses. Por ello es frecuente que las personas que se ausentaron de
la comunidad y que no retornaron hasta después de varios años, alimenten
estos relatos orales de personas desaparecidas en las lagunas o en los ríos y de
relaciones con seres del bosque o subacuáticos.
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Es por ello que la historia del bufeo y el pescador narra la desaparición del padre de familia por muchos años. Es posible que otras
narraciones mencionen la desaparición total de la persona perdida.
Pero es necesario reflexionar acerca de que las historias orales tienen
un correlativo muy importante en la vida cotidiana de la gente y que,
en una zona tan peligrosa como la moxeña, se presta a este tipo de
historias y narraciones.
Conclusiones
En los seis mitos analizados he mostrado la importancia de la relación
humano-naturaleza y de cómo esta relación a la postre se constituye en una
forma de prescripción sobre la importancia de mantener el equilibrio entre
la convivencia humano-naturaleza. En particular esto se observa en la capacidad de los animales de adquirir características antropomorfas y por tanto de
poseer cualidades similares a las humanas.
Por otro lado, he mostrado cómo algunos mitos tienen un valor tan
amplio que forman parte de pueblos muy diferentes entre sí y que, a pesar
de que la construcción de cada versión del mito comparte similitudes, existen características que responden específicamente a cada pueblo en función
de su propia organización sociopolítica.
Finalmente, he mostrado también que la construcción de un mito
puede llevarse a cabo en cualquier momento de la historia de un grupo social, respondiendo a las necesidades y aspiraciones de cada pueblo y de la
misma manera los mitos pueden sufrir mutaciones en respuesta a los cambios
sociopolíticos debidos a interacciones internas o externas.
Bibliografía
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48
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Enrique Alfredo López Calderón
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