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El Secuestro del Estado de Guatemala

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La guayaba tiene dueño
Copyright © 2012 Jorge Serrano Elías
laguayabatienedueno@gmail.com
info@laguayabatienedueno.com
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Revisión: Ariel Barría A.
Portada: Amelie Serrano
Ilustración: Miguel Valencia
Diseño y diagramación: Rogelio Terán
Se reservan todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta
obra puede reproducirse por ningún procedimiento electrónico
o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética
o cualquier almacenamiento de información y sistema de
recuperación, sin autorización expresa de su autor.
Impreso en Panamá
por Universalbooks.
Impreso en papel reciclable.
Jorge Serrano Elías
LA
GUAYABA
TIENE
DUEÑ
El secuestro del Estado
de Guatemala
Panamá, República de Panamá
2012
Dedico este libro:
A Dios Padre Todo Poderoso,
a Jesucristo, su unigénito hijo, nuestro
Salvador, y al Espiritu Santo, nuestro gran
consolador y consejero
A mi padre Jorge Adán Serrano Vásquez, paradigma de dignidad, civismo e integridad, quien me
enseñó a amar la libertad y sobre todo con su ejemplo
de lucha por lograrla.
A mi madre Rosa Elías de Serrano quien con su
sabiduría me enseñó a apreciar las relaciones familiares, a valorar la paz y el amor al prójimo.
A mi esposa Magda Bianchi de Serrano, mi gran
compañera, quien idóneamente ha estado conmigo,
apoyándome en todo momento de mi vida y siendo
un bastión en la realización de mis ideales. Ha sufrido
y gozado conmigo y ha sido el gran balance en la estabilidad de mi familia.
A mis hijos, Jorge, Arturo, Juan Pablo, Magda y
Amelie a quienes doy inmensa gratitud por el respeto,
cariño y grandes satisfacciones que cada uno de ellos
me ha dado, sobreponiéndose con carácter a las adversidades que nos ha tocado vivir.
A mis nueras, que vinieron a la familia a traernos
grandes satisfacciones y nos han dado un gran apoyo
solidario, en nuestros problemas.
A mis nietos, quienes han traído nuevas esperanzas y un reto a mi conciencia, para que entienda que
5
todavía tengo mucho por hacer y decir, como una ineludible responsabilidad hacia ellos.
A mis hermanas, cuñados, sobrinos, y sus familias, a mis sobrinos nietos, primos y demás familia,
por su solidaridad y por el apoyo y cariño que nos han
brindado en todo momento.
A mi suegro Arturo Bianchi, mi gran amigo, consejero, correligionario, por todo su apoyo irrestricto, a
mi suegra Irma Lazari de Bianchi, por todo su cariño
y apoyo y a todos los familiares políticos que nos han
favorecido con su aprecio y cariño.
A Paco Perdomo y Chita su esposa, a sus hijos,
Paquito, Alejandra y Gabriel, que en forma solidaria y
abnegada, han transitado juntamente con nosotros los
caminos pedregosos del ostracismo.
Al pueblo panameño en general, por el cariño y
generosidad con la que nos han recibido y cobijado y
muy particularmente a amigos, colaboradores, compañeros de trabajo y funcionarios, que sin prejuicios
nos han tendido la mano y con apego a la justicia y el
derecho, nos han apoyado y protegido en la persecución.
Al pueblo de Guatemala, al que tanto amo y en
particular a aquellos guatemaltecos, que han dedicado
sus vidas con devoción y empeño a la lucha por la
libertad y la justicia.
En forma muy especial quiero rendir un tributo de
gratitud, a todos aquellos hermanos que han perdido
sus vidas en la lucha, manifestándoles a sus seres queridos, que sus nombres están inscritos en una lista inédita
de los héroes ignorados de nuestra querida patria.
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Agradecimientos
A LOS SERRANISTAS
Muy especialmente, un reconocimiento a todos
aquellos amigos, colaboradores y correligionarios, que
valerosamente y contra toda corriente, han defendido
nuestras causas y que por años han sido atacados y señalados como SERRANISTAS; a los “GALLOS”que
han esperado con ansias que yo hablara, se que cuando lean este libro, sabrán que ahora es el tiempo, que
nuestra lucha no ha sido en vano, ni tampoco ha terminado.
A MIS HERMANOS PANAMEÑOS
Un voto de gratitud para todos aquellos panameños, de todos los estratos sociales, e ideologías que nos
han brindado su amistad y su colaboración en diferentes momentos.
Con especial gratitud quiero mencionar al Presidente Guillermo Endara Garimany, quien con firmeza
no solo nos dio un lugar para refugiarnos, sino que una
patria para vivirla; a los presidentes Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martín Torrijos, quienes
en diferentes momentos de la persecución contra mí,
reaccionaron digna, soberana y enérgicamente, en defensa de principios fundamentales como lo constituye
para los latinoamericanos el del asilo político.
Quiero también testimoniar mi agradecimiento
a los ministros de Estado y funcionarios de estos gobiernos, que nos han proveído de seguridad física y
jurídica a través de estos años. Agradezco también la
cortesía y congruencia con esas políticas de Estado que
el actual gobierno y principalmente que el Presidente
Ricardo Martinelli, ha mantenido con nosotros.
A todos los amigos que nos han brindado su amistad y cariño, cuya lista sería muy larga y a quienes presento disculpas por no mencionarlos personalmente.
A mi gran amigo y hermano Lucas Zarak Linares, y a Maria Ruth su esposa, a Mayin Correa, amiga
fiel e invaluable, y a Hugo Giraud, quien me ha distinguido con su caballerosa amistad. A ellos y a sus
familias por todo lo que hemos recibido de ellos, en
cariño, ánimo y respaldo.
Quiero agradecer especialmente a mi amigo y
gran escritor panameño, Ernesto Endara, el “Neco”
por el estímulo y sabios consejos, que como escritor
viejo me dio, estimulándome a escribir este libro.
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Ingeniero Jorge Antonio Serrano Elías
Presidente de la República de Guatemala 1991–1993
9
Contenido
A manera de prólogo
Introducción
15
27
CAPÍTULO I
Día “D”: golpe de Estado
En la Casa Presidencial
En el Palacio de Gobierno
De vuelta a la Casa Presidencial
37
CAPÍTULO II
La democracia propone, algunos disponen y
otros descomponen
Los planteamientos programáticos y la guerrilla
Los entendimientos de las cúpulas
65
CAPITULO III
El país está cada día peor
El entorno mundial y las acciones de gobierno
Líneas políticas: la patronal y la de la ranchería
83
CAPITULO IV
Trabajando para el desarrollo de Guatemala y
la democracia
Aspectos económicos
Recaudación y finanzas públicas
Subsidios y presupuesto
Inflación y recuperación económica
Reservas y balanza de pagos
La estabilización económica
88
Política salarial
Bono 14
Reapertura de ventanilla, reducción de los subsidios y
apoyo a las municipalidades
Titulación de tierras
Políticas sociales
Educación
Salud
La Ley Serrano y las emergencias en los hospitales
nacionales
El cólera
Vivienda
Hogares comunitarios
Niños de la calle y juventudes con problemas
Logros políticos
CAPITULO V
Privatizaciones
El caso de la energía
Telefonía. GUATEL
Nuestro programa
La telefonía rural
El problema
118
CAPÍTULO VI
El retorno de los refugiados y la paz
133
CAPÍTULO VII
La paz
La confrontación sorda pero definitiva.
Lo que nunca aceptaron.
La cúpula militar,
A pesar de la conspiración
Cosas curiosas
150
CAPÍTULO VIII
Y entonces, ¿Por qué el Golpe?
163
12
CAPÍTULO IX
Días antes del golpe
175
CAPITULO X
La construcción de la fachada
Fachada de legalidad
Fachada de legitimidad
Títeres y titiriteros
La filosofía de los titiriteros
184
CAPÍTULO XI
Los problemas después de la función
La fachada de la sucesión
198
CAPÍTULO XII
La persecución
Se abre la persecución y el acoso
La persecución legal
210
CAPÍTULO XIII
Esto ¿Por qué?
229
CAPÍTULO XIV
Entonces, ¿qué fue lo que pasó?
237
CAPÍTULO XV
El secuestro del Estado de Guatemala
A partir de ese momento, el secuestro
El caso de los Gutiérrez
El secuestro del Congreso de la República
El secuestro de los medios de comunicación
242
CAPITULO XVI
El grand finale
Elites delincuenciales
Arzú al poder
Portillo al ruedo. Albacea del Gobierno de Efraín
284
13
Ríos Montt
Berger y Stein a la Presidencia
Berger, gobierno de privilegios
Temática de seguridad
Narcotráfico
Crisis del sistema bancario
El Banco de Comercio
Las ganancias se privatizan y las pérdidas se estatizan
Diferencias con otros problemas bancarios
Mensaje final
CAPÍTULO XVII
Mea Culpa, pero hablemos claro
308
ANEXOS
Anexo uno
LA PERSECUCIÓN JUDICIAL
Anexo dos
DIEZ AÑOS ANTES DE
SER PRESIDENTE DE LA REPÙBLICA
Anexo tres
CARTA DE DIONISIO GUTIERREZ A
RAMIRO DE LEON CARPIO
Anexo cuatro
HISTORICA CARTA DEL CACIF, MAYO 1993
Anexo cinco
UNIVISIÓN PEDIRÁ EXCUSAS AL
PRESIDENTE SERRANO
Anexo seis
LO INCREÍBLE; ESTO YA ES EL COLMO
Anexo siete
PROCLAMA DEL 25 DE MAYO DE 1993 DEL
PRESIDENTE JORGE ANTONIO SERRRANO
ELÍAS CONOCIDA COMO EL “SERRANAZO”
14
320
337
342
344
346
348
351
A manera de prólogo
Esta primera edición de La guayaba tiene dueño
nace sin prólogo de autor invitado. El lector se preguntará por qué. Pues simplemente porque deseo que
sea usted el que lo vaya escribiendo a lo largo de la lectura de esta experiencia de vida que hoy le presento.
Se supone que el prólogo debe dar un contexto
general de la obra, incluir opiniones sobre la misma y
sobre su autor. Normalmente es escrito por una persona a la que se invita, ya sea por amistad, identificación,
reconocimiento o admiración que le tiene al autor. El
prólogo ayuda para que alguien ajeno al escritor justifique la obra y contribuya a que el lector se oriente en
la lectura del libro.
Quien realiza el prólogo suele presentar la obra
y a su autor, ante un público que desconoce la temática. Cuando el autor es nuevo, como en mi caso, el
prólogo suele escribirlo un personaje reconocido para
presentarlo
Yo he decidido renunciar a todo esto, pues cualquier cosa que diga alguien en el prólogo, podría ser
cuestionado por la inmensa campaña que mis detractores han realizado, durante más de 20 años, contra
mi persona; período en el que sistemáticamente me
han bloqueado cualquier posibilidad de defensa o de
simple aclaración.
Me han tratado de político improvisado y desconocido; aseguran que gané la Presidencia de la República de Guatemala, por casualidad y que cuando gané
estaba endeudado. Me han acusado de corrupción, de
haber sido un “aprendiz de dictador” e incluso llegaron prácticamente a copiar todos los delitos que figuran en el Código Penal, para perseguirme.
La verdad es que para que haya un asesino, debe
haber una persona asesinada, un cadáver que sirva
de evidencia y sobre todo, pruebas. Para perseguir al
supuesto asesino, debe haber indicios razonables de
su crimen. Igualmente, si se acusa a una persona de
ladrón, algo debe haber desaparecido y deben existir evidencias irrefutables del delito. Sólo entonces se
debe perseguir al acusado.
En mi caso, mis enemigos, me han llamado corrupto y ladrón. Sin embargo, a lo largo de 20 años
no han dicho que fue lo que se desapareció, y no lo
han hecho, simplemente porque yo no tomé ni un
centavo del Estado guatemalteco. Tampoco participé
en ningún negocio, lo que está bien demostrado en el
informe de la Contraloría General de Cuentas de la
Nación, como consta en los expedientes judiciales levantados en mi contra. La misma Cancillería de Guatemala, en informes que se presentarán más adelante,
declara que no hay pruebas para sustentar los delitos
de los que se me acusó.
Cuando vieron que no había nada con lo que me
pudieran incriminar, entonces ¿qué hicieron? Simplemente decir que había comprado 100 fincas en un
16
día, noticia que se desplegó en todos los periódicos
del país. Incluso dieron a conocer, también con gran
despliegue, el número de las matrículas de las fincas.
Pero obsérvese la saña: las 100 fincas eran locales
de los centros comerciales denominados “Novicentros”, ubicados en la zona 5 y 11 de la capital guatemalteca; centros comerciales de mi propiedad que yo
había desarrollado en los años 1978 y 1979, es decir
más de 10 años antes de ser Presidente. Fue una calumnia criminal y al día de hoy, mucha gente la cree,
al extremo de que han pedido que esas fincas se repartan entre los necesitados.
Lo que más me dolió en este caso, fue que uno de
los periódicos que más despliegue hizo de la noticia,
fue el diario La Hora, en su edición del lunes 14 de
junio de 1993. Esto yo no lo podía entender en aquel
momento, porque Toyita Godoy, la mamá de Oscar
Clemente Marroquín Godoy, director del medio, había sido una de las entusiastas promotoras y vendedoras de esos proyectos. Ella era una dama excepcional
que trabajó conmigo durante muchos años, a quien
siempre estimé y quise mucho. (Ver anexo, Dos)
Otro ejemplo, de los cientos que podría citar, es
haber repetido y repetido durante la campaña electoral, que yo era un hombre endeudado. Incluso, los
partidarios de Jorge Carpio Nicolle pusieron mesas en
todos los municipios de la República, con copias de
las escritura de los créditos que yo había tenido para el
desarrollo de más de doce proyectos inmobiliarios en
los que había participado.
No dijeron, sin embargo, que esos créditos habían
sido pagados. Edmond Mulet, que en ese momento
estaba con Carpio Nicolle lo sabía perfectamente, pues
él había trabajado conmigo, su oficina estaba al lado
17
de la mía, era mi abogado de planta y era el notario
ante el cual se habían hecho la mayor parte de esas
escrituras. (Anexo, Dos)
Cuando yo asumí la Presidencia de la República,
el total de mis deudas era de Doscientos Cincuenta
Mil Quetzales. Tampoco aclararon que en el Banco
Industrial y en el Banco Agrícola Mercantil habían
depósitos por más de Quinientos Mil Quetzales, como
consta en la declaración jurada que presenté a los siete
días de haber asumido el cargo y en los estados de
cuenta de los respectivos bancos.
En dicha declaración también consta que mi patrimonio era superior a los Veinte Millones de Quetzales. No obstante, con una propaganda insidiosa, han
hecho creer a la gente que yo estaba quebrado y lo
repiten cada vez que pueden.
Cosa similar hicieron con mi honra personal y la
de mi familia, cuando vieron que no había nada más
de qué acusarme. Un día fui avisado de que pronto
habría un nuevo ataque ordenado y orquestado por un
jefe militar cercano a Ramiro De León Carpio. A los
pocos días salió, como chisme en las noticias, que me
había ido con una cubana; que me había divorciado,
que Magda, mi esposa, me había dejado en la calle y
que mis hijos e hijas estaban en situaciones que no me
atrevo a repetir.
Fue algo horrible. Mucha gente se comunicaba
con mis familiares y con los de Magda; unos para manifestar su preocupación por lo que estaba sucediendo
y otros, naturalmente, con el ánimo de lograr información fidedigna. Casi tuvimos que mandar fotos de
la familia con periódicos en los que se viera la fecha,
para que nuestros pobres familiares pudieran aclarar.
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Sin embargo, hoy veinte años después, todavía hay
gente que sigue creyendo tan infame mentira.
Aprovecho para aclarar que tenemos una familia
integrada: mis cinco hijos son una bendición de Dios,
todos nos han dado las más grandes satisfacciones, por
su comportamiento, su desempeño familiar, laboral
y profesional. Unos tienen tres títulos universitarios
y otro tiene cinco; tenemos tres nueras que son unas
hijas para nosotros y siete nietos, que son los que nos
han hecho la vida feliz. A Dios gracias somos una
familia, normal con nuestros defectos y problemas y
también con algunas cosas buenas.
Jorge y Magda Serrano
Con Magda vamos a cumplir, primero Dios, 43
años de casados. Lo único que puedo decir es que
quienes nos conocen, son los que mejor testimonio
pueden dar de lo que es nuestra familia. Lo que sí
puedo afirmar, es que todo lo dicho contra ella ha
sido una infame mentira, salida de mentes depravadas
a las que me ha costado perdonar, pero lo he logrado,
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dejando esto en manos de Dios y su justicia, confiando en que, aunque tarde, la verdad siempre sale a luz.
Permítame contar, para que usted juzgue si yo
soy un improvisado, que nací en un hogar en el que
la política era el gran tema. Mi padre, el licenciado
Jorge Adán Serrano, conocido como el “Canche” Serrano, fue un verdadero patriota, amante de la libertad, un luchador contra las dictaduras, tanto contra la
de Manuel Estrada Cabrera, conocida como la de los
20 años, como contra la de Jorge Ubico Castañeda,
conocida como la de los 14.
Se destacó por su valentía, cuando siendo muy
joven cruzó la línea de fuego, en compañía de don
Camilo Bianchi, para llegar al Fuerte de la Palma,
lugar en el que se encontraba atrincherado el tirano,
para entregar a Estrada Cabrera, la nota en la que se
pedía su rendición. Ya adulto, le tocó, con el licenciado Federico Carbonel, ir al Palacio Nacional y entregar a Ubico, el famoso Memorial de los 311, en el que
se le pedía la renuncia.
Cuando mi padre murió la prensa entera, y todas
las instituciones cívicas y políticas, le rindieron todo
tipo de reconocimientos. Los titulares señalaban que
cincuenta años de oposición y lucha cívica ejemplar se
cerraban con su muerte.
Quiero decirle a mis detractores que yo no me
improvisé en la política. Me involucré en ella desde el
día que tuve uso de razón y mi primer discurso político lo pronuncié a los nueve años en el parque central
de Santa Cantarina Pinula; mi primera entrevista de
prensa la di a los diez años en el noticiero “Radio
Sucesos” del periodista Oscar Conde.
Fui Presidente de mi promoción en el Liceo Guatemala, Presidente de la Asociación de Estudiantes de
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Ingeniería (AEI) de la Universidad de San Carlos, dos
veces Miembro de la Directiva de la Asociación de Estudiante Universitarios (AEU), Coordinador del Plan
de los 100 días, para la recuperación del país después
del terremoto de 1976. Ocupé cargos en organismos
regionales e internacionales.
Fui Presidente del Consejo de Estado, organismo encargado de plantear el camino para el retorno a
la constitucionalidad después del Golpe de Estado de
1982.
Fui candidato a la Presidencia de la República,
postulado por la coalición del Partido Democrático de
Cooperación Nacional y el Partido Revolucionario,
obteniendo un 14% de votos válidos en las elecciones
generales de 1984.
Me desempeñé como miembro de la Comisión
Nacional de Reconciliación, electo en representación
de los partidos políticos de oposición; candidato a la
Presidencia de la República, por el Partido Movimiento de Acción Solidaria (MAS); y electo Presidente de
la República a los 45 años de edad.
Este es el resumen de mis posiciones públicas, las
que dieron motivos para que yo fuera conocido ampliamente en el país. Sin embargo, mis detractores,
continúan diciendo, veinte años después, que yo era
un improvisado.
Desde niño, mi padre me dijo que lo que me iba a
dejar era una buena educación y se lo agradezco, pues
aproveché todas las oportunidades que me dio. Así,
obtuve dos títulos en la Universidad de San Carlos de
Guatemala; estudié economía y desarrollo en Suecia;
obtuve una maestría en la Universidad de Standfor y
terminé en ACE, el doctorado en educación. También
fui catedrático en dos universidades de Guatemala.
21
Estoy seguro que usted ha oído mucho más de
parte de mis detractores; y quizá los párrafos anteriores sean los únicos donde conoce ahora algo diferente
sobre mi persona.
Lo único que quiero pedir al lector es que limpie
su mente, que no me crea a mí, pero que tampoco
prejuzgue lo que va a leer. Que observe que he recurrido a documentos y hechos de dominio público;
y mi interés no es otro que hacer que la verdad salga
a f lote, pues soy fiel creyente en que solo el conocimiento de la verdad nos hará libres.
Cuando el objetivo del prólogo de una obra es
defenderla, se denomina galeato. Mi deseo es tomar
los riesgos y que el prologuista, sea usted mi querido
lector. Por supuesto, no le pido que haga un galeato,
solo le pido su objetividad. Estoy seguro que si usted
lee esta obra, es porque le interesa el tema y si eso
es así, es porque conoce la inquietante situación de
Guatemala y le interesa. También podría ser que usted es o vive en otro país latinoamericano, en el que
situaciones similares están aconteciendo o por acontecer, dado que estas mañas viajan más rápido que las
mismas ondas hertzianas.
¿Qué más le puedo decir yo a alguien que como
usted vive y sufre lo que se pretende relatar en este
libro?
En pocas palabras: deseo con todo mi corazón
que sea usted el que haga el Prólogo, ya sea que lo
escriba y me lo mande o que lo guarde en su mente
como fuente de una experiencia vivida por mi patria,
mi familia y yo.
Se que si usted tuvo la paciencia de leerme, merece ser el prologuista de mi obra.
Muchas gracias de todo corazón.
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Mi padre, Jorge Adán Serrano Vásquez, el “Canche Serrano”. En su memoria, los sobrevivientes del grupo de los 311 colocaron esta leyenda sobre
su tumba:
LA LEY FUE TU NORMA
TU ESCUDO EL DERECHO
LIBERTAD TU NORTE
CULTO LA HONRADEZ
DESAFIANDO SÁTRAPAS
EXPUSISTE EL PECHO
EN SOBERBIO CULTO
DE GRAN ALTIVEZ
Soneto escrito por Guillermo Flores Avendaño
Expresidente de Guatemala
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Mi padre firmando la Constitución de 1945, dado que él fue miembro de la
Asamblea Constituyente y miembro de la Comisión de los Quince encargada de redactar el proyecto de la Constitución.
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Reunión de algunos de los 311 firmantes del Memorial en que se le pidió la
renuncia a Ubico. Foto tomada en 1947. Mi padre, Jorge Adan Serrano está
sentado de quinto en la primera fila; a la izquierda en la foto está sentado
el licenciado Luis Arturo González, quien fue presidente de la República,
y a su derecha el doctor Julio Bianchi, tío abuelo de Magda, mi esposa. Al
extremo derecho de la foto, en la fila de los sentados, está el coronel Guillermo Flores Avendaño, mi padrino de bautizo, quien también fue Presidente
de Guatemala.
25
Día de mi graduación como Ingeniero en la Facultad de Ingeniería de la
Universidad de San Carlos, honrosamente apadrinado por el licenciado
Federico Carbonel Rodas y mi padre, patriotas valientes que tomaron la
responsabilidad de entregar el “Memorial de los 311” al tirano de los 14
años. Como acotación histórica, todos los que habían intentado cosa semejante anteriormente, fueron encarcelados o liquidados. Firmar el Memorial
constituía una hazaña temeraria, pero llevarlo al destinatario era un acto
heroico, reconocido así por la historia.
26
Introducción
Durante mucho tiempo he tratado de escribir sobre mis experiencias; sin embargo, cada vez que lo
intentaba, sentía que hacer un anecdotario sobre mi
vida, sería algo que solo disfrutaría mi familia y que,
por otro lado, podría verse como un documento apologético.
Así han pasado casi veinte años. Múltiples veces
lo he intentado sin lograr concretar mi proyecto, pues
a decir verdad, siempre me faltó la motivación suficiente para realizar una aventura de este tipo.
Un día recibí la llamada de un viejo amigo, el
periodista Salvador Bonini, quien me comentó que
vendría a verme, pues tenía un regalo muy especial
que hacerme. Llegó a Panamá y el gran regalo eran
cinco mil negativos de fotos con toda la historia de mi
primera campaña a la Presidencia de la República.
También me traía un folleto editado por la
Presidencia de la República sobre el Proceso de Paz
en Guatemala. Obviamente, mi curiosidad me llevó
a revisar rápidamente el contenido y, al hacerlo, me
di cuenta de que toda referencia a mi persona y, sobre todo, a mi participación en el proceso, había sido
borrada, no sé si por casualidad o con toda la intención del caso.
Esto para mí no era algo nuevo, pues Álvaro Arzú
Irigoyen, siendo Presidente, sistemáticamente lo hizo.
Eso yo lo entendía, porque la paz para él fue como
un elemento de marketing político, por lo que en
su mentalidad, dar crédito a quien él percibía como
competencia, no era lógico; y como digo, eso yo lo
entendía.
Sin embargo, se me hacía sumamente difícil entenderlo si esto también venía de otro ex presidente,
Álvaro Colom Caballeros, quien inició su carrera política precisamente cuando lo nombré como director
del Fondo Nacional de la Paz (FONAPAZ).
No puedo explicar por qué este hecho sí me indignó. Pero al ref lexionar, me di cuenta de que no
era culpa de ellos, que el único culpable era yo, pues
como bien dice el dicho: “El que calla, otorga”.
Irresponsablemente, yo nunca escribí sobre lo que
viví, y dejé que otros, incluyendo mis enemigos, contaran su verdad, muchas veces adulterando los hechos,
ignorándolos o haciendo falsas y temerarias interpretaciones de situaciones que, de sobra, tuvieron una
justificación histórica en cada una de las coyunturas.
Y eso, ¿quién más que yo, podría saberlo?
Todo eso me llevó a una ref lexión profunda. Lo
primero que vino a mi mente fueron mis nietos, que
ya están llegando a una edad en la que quieren saber
más y más de cuando fui Presidente de Guatemala;
y pensé que si no escribía, ellos serían víctimas de
los escritos de mis detractores. Mi esposa Magda, mis
hijos, mis hermanas, sobrinos y, en general toda la
familia, había vivido la experiencia y ellos ya tienen
su propia opinión; pero mis nietos no.
28
Esto realmente me aterró; de inmediato empecé
a escribir con el deseo de dar no solo a mis nietos,
sino que también al pueblo de Guatemala, al que tanto quiero, la oportunidad de conocer mi versión de
los hechos, a la luz de mis experiencia de vida y más
de veinte años de ref lexión; de una ref lexión madura,
un tanto alejada de las pasiones de mi juventud; una
ref lexión inspirada en un legado a las nuevas generaciones y con el profundo deseo de que Guatemala
finalmente encuentre un camino de dignidad y desarrollo.
Hoy soy hombre de dos patrias, una que me vió
nacer, que me crió, me dió todo su amor para desarrollarme, pero que el egoísmo y la codicia desmedida
de algunos de sus hijos la llevaron al borde del abismo,
la humillaron, la han ensangrentado. Una patria cuyas
calles han llenado de dolor, han enfermado la conciencia de mis hermanos, al extremo de que lo bueno
es malo, y lo malo es perfectamente justificable.
Cuán doloroso resulta para uno, que ya no está
inmerso en esa cultura de codicia y muerte, cuando
habla con un paisano y le pregunta cómo están las cosas, y con la mayor inconsciencia le responden: “Pues
aquí todo igual, nada nuevo, los mismos muertos de
siempre”.
Sin embargo, los grupos que la han exprimido,
que le han chupado su dignidad, esos hoy son los respetables, a los que les echan porras, los que gobiernan,
a los que se les exalta.
Esa patria sufrida es la que amo, en la que el corazón de la gente sencilla y pobre está enfermo, pero
no muerto. Lamentablemente, es hoy ejemplo de lo
malo ante el mundo, y compite en las estadísticas del
horror, del abandono y de la miseria.
29
No obstante, mi pueblo, el secuestrado, espera
ansiosamente que llegue el momento en que su llanto
Dios lo cambie en gozo; que para su enfermedad haya
medicina; que en sus calles y montañas no se vea más
la sangre de sus mártires; que en sus campos la voz de
la marimba, el tun y la chirimía abandonen su melancolía y canten con alegría al festejar su liberación.
A nuestro Creador, Dios Todopoderoso, debemos
rogarle que nos perdone por tanta maldad, y le pedimos de todo corazón, que haga explícitos los caminos
de esa liberación.
Hoy tengo otra patria: la que por la misericordia
de Dios me recogió del abandono, curó mis heridas,
me dio ánimo y me proporcionó espacios de dignidad para sobrevivir, para vivir y, que sobre todo, me
proporcionó la sombrilla que cubrió y protegió a mi
familia.
Lo más grande que mi amada Panamá me ha
dado es haberme permitido desarrollar y formar a mis
hijos, ver crecer a mis nietos fuera de una cultura de
muerte. Es un país en que la vida vale y se respeta, en
que la codicia existe, pero el propio Estado y su gente
la regulan; en la que sus poderosos creen en ella, y sus
fortunas están allí, con rostro humano, apuntalando el
crecimiento y el desarrollo.
Mi Panamá no vive de los ahorros de los pobres
que laboran en el extranjero. Ella, caritativamente, es
refugio no solo para exilados como yo, sino para decenas de miles de desplazados que huyen de situaciones
de inseguridad y amargura en otros países. Panamá no
recibe, ella caritativamente envía las remesas.
En pocas palabras, mi Panamá ha sido mi cueva
de Adulam, desde la cual espero, confiando en Dios,
la liberación de mi otra patria, mi amada Guatemala.
30
En Guatemala, la guayaba, además de identificar
la deliciosa fruta que todos conocemos, es un modismo que usamos para identificar a la presidencia,
teniendo una connotación de poder y mando, sobre
todo político.
La guayaba tiene dueño relata cómo los grupos de
elite, los grupos del poder en Guatemala, han manipulado y definido la historia a su sabor y antojo. En
sus páginas presento casos que ayudarán a entender
las estrategias de desprestigio, corrupción y dominio
que estos pequeños grupos han implementado con
algunas de las instituciones que les pudieran hacer
mella en sus intenciones de apoderarse del poder, se
llamen estas Ejército, Organismo Judicial, Congreso
de la República, partidos políticos, líderes políticos,
universitarios, sindicales, líderes gremiales, religiosos,
“miembros de la sociedad civil” y hasta Instancias Nacionales de Consenso, fachadas manipuladas, usadas y
desechadas.
Como posiblemente el lector podrá observar, uno
de mis grandes problemas o pecados, fue que yo me di
cuenta de lo que digo hace más de veinte años, en el
momento álgido en que los dueños de la guayaba tenían
herida la soberbia y esto atentaba frontalmente contra
sus ambiciones de controlar los codiciados monopolios estatales, y a través de estos, SECUESTRAR EL
ESTADO.
Los señores dueños del país, los que me dieron el
golpe de Estado en mayo de 1993, los que con bombos y platillos proclamaron que ellos eran los adalides
del constitucionalismo y la legalidad, impusieron en
el país una Dictadura del Empresariado, y hoy siguen
manejando el país a su sabor y antojo, porque sutil o
abiertamente, han eliminado o comprado a todos los
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grupos que les pudieran hacer sombra.
A mí me han desprestigiado. Decir Serrano Elías
dentro de los grupos allegados a ellos es símbolo de
todo lo malo. Sin embargo, como podrán ver, el país
que yo les dejé y lo que hice en dos años y medio, no
tiene nada que ver con lo que ellos han hecho en veinte. Mi lucha era legítima, aunque a ellos no les gustara
o no les conviniera. La lucha de ellos es despiadadamente egoísta. Si no, veamos lo que se ha dicho de los
resultados de los gobiernos de los dueños de la guayaba:
“La cadena británica BBC retrata al país como
uno de los más peligrosos del planeta, la ruta de mayor
tránsito de drogas desde Colombia hacia México y
Estados Unidos, transacciones que involucran a peligrosas pandillas guatemaltecas y de la región.
En su análisis, la periodista Zeinab Badaw señala
que aunque el crimen organizado y las pandillas no
tengan poder político a través de un partido, tienen al
país en sus manos, ya que controlan el territorio, los
recursos, las instituciones estatales y la cultura.
Guatemala ha perdido una generación completa
de sus jóvenes por la violencia y el crimen, lo que se
ha cobrado costos humanos y económicos muy altos,
y algunos creen que el país ya es un estado fallido”.
(Fuente: reportaje en prensalibre.com 21/12/10: JUSTICIA)
En el diario El País, de España, del 21 de enero de
2008, el señor M.Á. Bastenier, comenta:
“¿Es Guatemala la Somalia de América Latina?
O, más próximamente, ¿el Haití de Iberoamérica? El
Estado guatemalteco cumple con impecable tenacidad
todos los requisitos para convertirse en un Estado fallido, si es que aún no lo es: zonas del país –corredores
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estratégicos los llaman– escapan al control de las fuerzas de seguridad, y son santuarios del narco–delito;
60 muertes violentas por 100.000 habitantes al año,
cuando el índice español no llega a tres; impunidad
que sonríe por igual al que le tira la basura al portal
vecino, que al asesino industrial en serie; y una Administración que regula indiferente la pasividad, en lugar
de prestar servicio al ciudadano”.
No quiero entrar en la discusión de si Guatemala
es un estado fallido o no, pues esto también es relativo, como dice el dicho “cada quien habla de la fiesta,
según le fue en ella”. Porque para los dueños, cómo
va a ser fallido un Estado que los llena de contratos,
al que le pueden vender bienes y servicios al precio
que quieran, el que les protege sus privilegios y sus
prebendas; el que les obedece en la aplicación de la
justicia, el que les tolera hacer todo lo que se les da la
gana, incluso usar los medios de comunicación a su
disposición para hacer juicios y emitir sentencias.
Tampoco para los delincuentes bien organizados,
lavadores de dinero y narcotraficantes, el Estado está
fallido. Tal como lo predije el 25 de mayo de 1993,
ellos están en el mero “paraíso” y más aun, si les llegan a legalizar el narcotráfico, entonces sí se sentirán
como la Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis
Carroll.
Sin embargo, el Estado sí podría estar fallido para
aquellos que ven que ese Estado es incapaz de protegerlos frente a los intereses y abusos de una ínfima
minoría, para los que mendigan justicia porque no la
pueden o no la quieren comprar, para los que pasan
trabajos para comer, los simples asalariaros, los profesionales, obreros o campesinos, para los que viajan en
buses expuestos a que los maten. O sea, en general, sí
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es un Estado Fallido para la inmensa mayoría de los
guatemaltecos.
Liberar al pueblo del Secuestro del Estado, es acabar con la alevosía y ventaja con la que se ha manipulado a los políticos, los diputados, los jueces y magistrados, los medios de comunicación y, en general, a
muchos de los miembros de la sociedad civil.
Yo quise evitar que llegáramos a esto, en la proclama del 25 de mayo de 1993, lo que mis detractores
llamaron el autogolpe. Manifesté entre otras cosas:
“Durante dos años y medio he estado sometido al
chantaje político por parte de algunos miembros del
Congreso de la República: un chantaje que hace imposible gobernar en beneficio del pueblo…” También
expresé:”La irresponsabilidad con la que el Congreso
de la República han resuelto los casos de antejuicio,
es impresionante. Cuántos diputados que incluso han
sido sorprendidos in fraganti en la comisión de delitos y a quienes se les ha planteado antejuicios por
múltiples causas, el Congreso se ha negado a darles
trámites”.
En relación a la justicia señalé: “tenemos que reconocer que la presente Corte Suprema de Justicia,
desde su elección estuvo viciada. Quisimos trabajar
con ella, pero lamentablemente, su conducta de aplicar justicia en forma selectiva, es inaceptable….hemos
hecho grande esfuerzos por llevar delincuentes a la
Justicia , pero más han tardado en entrar a las cárceles,
que en ser puestos en libertad por los jueces y por la
misma Corte”.
Fui claro en esa proclama: “lo único que me
mueve a tomar esta decisión trascendente, es garantizar que nuestra Guatemala no sea presa del narcotráfico; que nuestro país no sea un jardín para las mafias;
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que nuestro país tenga un destino sin corrupción, sin
venalidad, sin demagogia”. Acoté que las medidas tomadas para la depuración del Estado, eran necesarias
y urgentes, “porque en nuestro país el narcotráfico ha
crecido de una manera impresionante…. Las cantidades de tráfico decomisado durante el año pasado y
lo que va del presente, son cantidades sin precedentes
que superan en mucho el mismo presupuesto de la
nación”. “En ese mismo momento, hace veinte años
dije: “ me siento sumamente frustrado de ver la visión
de corto plazo, lo miope que son mchos guatemaltecos que por ganar un poco de popularidad política, se
aferran a cosas inmediatas y pierden de vista esa función trascendente, de largo plazo , que se debe tener
para gobernar nuestro país…”
Por todo esto, consideraba y sigo considerando,
que liberar al pueblo del Secuestro del Estado, es acabar
con la alevosía y ventaja con las que se ha manipulado
a los políticos, los diputados, los jueces y magistrados;
los medios de comunicación, y en general, a muchos
de los miembros de la sociedad civil.
Sé que este libro presenta una realidad cruda e inédita, pues la información allí ha estado. Sin embargo,
ha llegado segmentada a los guatemaltecos y en algunos casos tergiversada u orientada con la interpretación que los dueños le han querido dar al manipularla.
Lo que relato en este libro tiene un respaldo documental considerable, pues si algo he querido hacer
es apegarme a la verdad. No me cabe la menor duda
de que mis detractores usarán toda su inf luencia para
volverme a insultar, acuñando todos los apelativos que
sus comunicadores expertos les vuelvan a recomendar.
No me cabe duda de que tratarán también de
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impedir que esta verdad se sepa. No obstante, les digo
a todos y a cada uno de ellos, que si verdaderamente
están preocupados por la situación del país y su deseo
es descalificarme, increparme por delitos o contradecirme, que esta vez lo hagan sin cobardía, sin mentiras, sin verdades a medias. Si es cierto que tienen
argumentos y buena voluntad, que los discutan frente
a frente conmigo. Yo estoy dispuesto a hacerlo en el
foro que escojan; dispuesto a reconocer mis propios
errores y, por supuesto, a defender mis causas, sobre
todo las que dieron resultados positivos para el bien de
mi patria, Guatemala.
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ANEXO DOS
LAS PROPIEDADES QUE FIGURAN EN ESTE
VERGONSOZO ARTÌCULOS, PERTENECEN A
LOS CENTROS COMERCIALES NOVICENTROS,
UBICADOS EN LA ZONA 11 Y ZONA 5 DE LA CIUDAD
CAPITAL, DESARROLLADOS POR
El Ingeniero Jorge Serrano Elías,
EN LOS AÑOS 1978 Y 1979.
DIEZ AÑOS ANTES DE
SER PRESIDENTE DE LA REPÙBLICA
- La Hora, Lunes 14 de junio de 1993 Pág. 3
Las propiedades del ex Presidente Jorge Serrano Elías
sólo en la capital suman casi 40 millones de quetzales según el detalle que dio a conocer esta mañana el Procurador General de la Nación y Jefe del Ministerio Público,
Edgar Tuna Valladares.
El informe es producto de investigaciones llevadas
a cabo por el Ministerio sobre propiedades adquiridas en
esta capital por el ex Presidente como producto de su enriquecimiento ilícito y peculado excesivo, puntualizó.
Advirtió que esta semana el Ministerio, dará a conocer resultados de mas investigaciones sobre otras propiedades de Serrano Elías.
El detalle del Informe es el siguiente:
338
339
Nota, como puede verse , todos son locales de los centros
comerciales, escriturados en los años 1979 y 1980.
340
Guatemala, 15 de diciembre de 1979.
Nota: Según el “brillante” o “venal” procurador Tuna Valladares, por arte de magia, yo disponía de fondos de la Presidencia,
desde diez años antes, para comprar propiedades como producto de
mi enriquecimiento ilícito.
Esto que parece trivial, fue una de las acusaciones falsas, que
mas han afectado mi reputación y que la gente mas recuerda y repiten. Lo mas triste, es que nunca ningún medio de los que dio despliegue sensacionalista a esta mentira, me permitió ningún tipo de
aclaración. Será esto el respeto a la ley y a la libertad de expresión.
341
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