Barcelona, 17/09/2019 INTERNACIONAL PRIVADO Profesores: QUIM FORNER / VERONA TÍO Tutorías: viernes a las 6. Bibliografía – Garcímartin – Derecho Internacional Privado 1. Introducción: El objeto del derecho internacional privado son las relaciones privadas internacionales, y son aquellas que se establecen entre sujetos en régimen de derecho privado. Dichas relaciones tienen vínculo con más de un ordenamiento jurídico. Los problemas principales de la asignatura, radica en las sentencias extranjeras y su interpretación, así como la contratación extranjera y algunos elementos de extranjería. Frente a todo ello suelen existir conflictos de leyes. Este sector de la ley aplicable se enfocará desde el punto del derecho internacional privado español, tenga las fuentes que tenga. Asimismo, los estados tendrán diferentes criterios de interpretación de las normativas internacionales privadas, haciendo necesario que pueda saberse cual es el tribunal competente. Otro sector importante en el derecho internacional es la competencia judicial internacional, que, en el caso español, lo que nos permite deducir es únicamente si los tribunales españoles son o no competentes, pero no nos permite entrever sobre la competencia de los demás estados. Serian entonces, estos los tres pilares sobre los cuales va a girar la asignatura: Ley aplicable (conflicto de leyes), competencia judicial internacional y el reconocimiento de ejecución de sentencias extranjeras (eficacia de las sentencias). Y este ultimo es importante, ya que los estados tienen competencia exclusiva para ejecutar las sentencias extranjeras dentro de su territorio, no obstante, puede suceder que la fuerza ejecutiva se produzca en el país de destino y no el país requerido. Barcelona, 27/09/2029 Contingut (i II) del Dipr- Competència judicial internacional CJI, llei aplicable LA, reconeixement i execució de decisions estrangeres R&E, cooperació internacional d’autoritats CIA. CASO 1: Resolución Sectores del DIPr CJI / LA /RyE / CIA: los primeros dos bloques (CJI y LA) sobre los que articulamos el derecho internacional se le denomina en el DIPr, la fase declarativa, dicha fase, tal y como sucede en un proceso normal, terminará con una sentencia, y posteriormente esta deberá ejecutarse , dando lugar a la fase ejecutiva (Rye y CIA)). La fase declarativa se produce en un determinado territorio y la fase ejecutiva puede ser en otro. A continuación, haremos un estudio individualizado de casa uno de estos bloques que forman parte del DIPr: Competencia judicial internacional: El objeto de las normas de competencia judicial internacional (CJI) es determinar si los tribunales españoles son o no competentes para conocer de un asunto o litigio internacional, esto es, para conocer de un asunto o litigio que presenta vínculos con otros Estados. Desde la perspectiva de los jueces nacionales, las reglas de CJI funcionan como «reglas de atribución» en la medida en que sirven para atribuirles competencia sobre una parte de los litigios internacionales. Desde la perspectiva de los operadores en el tráfico internacional, las normas de CJI señalan a los futuros litigantes ante qué tribunales estatales pueden reclamar la tutela de sus derechos subjetivos. La mecánica de las reglas de CJI es sencilla: escogen uno de los elementos de la relación privada internacional y atribuyen competencia a los tribunales españoles cuando ese elemento se conecta o vincula con nuestro país. Así, por ejemplo, vamos a ver cómo los tribunales españoles son competentes, en general, cuando el demandado tiene su domicilio en España; o en particular, frente a domiciliados en el extranjero, para conocer de un litigio por daños extracontractuales cuando el daño se padece en el territorio español. En el primer caso, el legislador escoge como conexión o criterio relevante el domicilio del demandado y atribuye CJI a los tribunales españoles cuando dicho domicilio se localiza en España. En el segundo caso, el legislador escoge el lugar donde se padece el daño como criterio relevante y atribuye también CJI a los tribunales españoles para conocer de la responsabilidad derivada de los daños padecidos en España si el demandado tiene su domicilio en el extranjero. Ejemplo 1.(vid. STS de 10 de noviembre de 1993). Eurofred S.A., empresa española con domicilio social en Barcelona, contrata con una empresa coreana, Dong Bang Forwarding Co., el transporte de una partida de microondas desde Busán (Corea del Sur) a Barcelona. La entrega de las mercancías no se produjo, ya que el contenedor que las transportaba llegó vacío a Barcelona. En este caso, las normas de CJI del Derecho español determinan si la empresa española puede o no demandar ante los tribunales españoles a la empresa coreana por incumplimiento contractual. A su vez, para saber si podrá demandarla en Corea del Sur, deberá consultar las normas de CJI del Derecho coreano. Ejemplo. Siguiendo con el ejemplo inicial, si los tribunales españoles son competentes, la carga de internacionalidad jurisdiccional la asume el demandado –la firma coreana– ya que tiene que venir a defenderse a un foro extranjero para ella. Pero además,(i) se va a aplicar la ley procesal española y se va a resolver el fondo del litigio conforme a la ley estatal designada por las normas de conflicto españolas; (ii) se reducen los costes asociados a la práctica de la prueba (pues, previsiblemente, deberá realizarse en España) pero se incrementan los costes o dificultades derivados de una notificación internacional, pues previsiblemente la cédula de emplazamiento deberá notificarse en Corea donde tiene su domicilio el demandado, y los costes derivados de la ejecución de la sentencia, pues previsiblemente la sentencia española deberá ejecutarse en Corea, donde tiene su patrimonio el demandado. Si los competentes fuesen los tribunales coreanos, se aplicaría la ley procesal coreana y la ley material designada por las normas de conflicto coreanas y la relación de costes procesales sería la inversa. Competencia judicial internacional y sectores afines: CJI y Jurisdicción: se emplean indistintamente, como la facultad de un ente para poder juzgar. CJI y Competencia territorial: las normas de CJI nos dicen cuándo son competentes los tribunales españoles contemplados en su generalidad (esto es, qua jurisdicción española), mientras que las normas de competencia territorial determinan, dentro del complejo de tribunales españoles, cuál va a ser el competente por razón de la localidad (Madrid, Barcelona, Bilbao, etc.). Por eso, sólo si se tiene CJI para conocer de un litigio se plantea el problema de identificar el tribunal territorialmente competente. Las reglas de competencia territorial descansan sobre una respuesta positiva a la pregunta sobre la CJI de nuestros tribunales. Advertencia. Es importante subrayar esta última idea. El juego de los artículos sobre competencia territorial de la LEC (artículos 50 y ss. LEC) está condicionado a que los tribunales españoles posean CJI conforme a las reglas correspondientes. Es un error, por consiguiente, utilizar esas normas como reglas de competencia judicial internacional. CJI y LA: Si los tribunales españoles son competentes para conocer de un litigio internacional, las NdC del DIPr español indicarán al juez la ley estatal aplicable al fondo de ese litigio. Como ya sabemos, las primeras, desde la perspectiva del juez español, funcionan como reglas unilaterales o de atribución: sólo le indican si es o no competente. Si la respuesta es afirmativa, y se dan los demás presupuestos procesales, el juez aplicará las NdC españolas, que le indicarán conforme a qué Derecho material, el español o uno extranjero, y cuál en concreto, debe resolver el fondo del litigio. A parte de lo mencionado, es importante tener en cuenta el principio de relatividad del derecho internacional privado, el cual expresa que, a pesar de que todos los ordenamientos jurídicos tienen una rama que organiza las relaciones privadas internacionales, cada estado, resolverá los conflictos de forma diferente debido a que cada Estado tiene sus leyes y sus propios medios de resolución de conflictos. Teniendo esto presente, procederemos a responder las preguntas del caso práctico en cuestión: 1. Justificación a la primera pregunta del caso: Si al interponer la demanda en España, se me da la razón en jurisdicción española, tendré que iniciar el proceso en china para poder cobrar mi deuda sobre los bienes del deudor. (esto ya seria en fase ejecutiva). No obstante, sin mirar el ordenamiento jurídico chino, demandar en el domicilio del demandado, es un principio universal del derecho en materia de tutela judicial efectiva y se llama FORO GENERAL. Por tanto, podré demandarlo en su domicilio, pero en china. Volviendo a la pregunta, la primera pregunta que hay que plantearse es ¿Cuántos elementos hay que relacionan a la situación con el foro? Pg.: El demandante es español, las mercancías vienen a España, puede pagarse con moneda europea (€), el contrato ha de cumplirse en territorio español, el objeto del litigio está en Estado español. Por tanto, cuando el contrato se cumple en el territorio español, justifica suficiente que el Estado Español sea competente, aunque el demandado no esté domiciliado en España. De entrada, he de examinar las normas de competencia españolas. No obstante, si, al contrario, la mercancía está en china, estaríamos hablando de la competencia internacional de autoridades (CIA). Esto es importante con relación a la práctica de la prueba, porque si para determinar que las mercancías llegaron en mal estado, es el estado español quien tendrá que comprobar dicho hecho, solicitando “permiso” a las autoridades chinas para poder practicar la prueba. Si lo que queremos saber es si el Estado Chino es competente, habremos de mirar las normas de derecho internacional privado. No debemos examinar el OJ Chino. Pasos para responder prácticamente: Primero: Tendremos que remitirnos al cuerpo normativo de derecho internacional privado español, para responder a la pregunta sobre la competencia, por tanto, hemos de tener en cuenta que las normas de DIPr tienen carácter jerárquico: -Convenio de la UE. Primer bloque -CL Convenio de Lugano. Segundo bloque -Con respecto a la CJI: Regirá la LOPJ. Tercer bloque -Con respecto a LA: Código Civil. -Con respecto a RyE: LOCJI Por tanto, en un supuesto hipotético, primero aplicará el Convenio de la UE por orden jerárquico y porque además reconoce la competencia del estado español, sin embargo, la competencia viene reconocida por el Convenio de la UE, a pesar de que la LOPJ también se la reconozca. Esto último es importante porque a pesar de que la competencia se reconoce en dos cuerpos normativos, la ley que vamos a utilizar es aquella que jerárquicamente reconoce primero dicha competencia. El método es siempre mirar la legislación que es jerárquicamente superior. Luego, es saber que exista una relación suficiente para que los tribunales europeos sean competentes. Por ejemplo, si el demandado no esta en Europa, ese convenio no aplicará. Porque a pesar de que existe vinculo con Europa, no es suficiente tal y como la he establecido el legislador. Pero si aplicaría, al contrario, es decir, si el demandante está en China, y la demanda se hace hacia España, podrá demandarlo a través del Convenio de la UE porque España está en Europa, y por tanto hay una relación suficiente. A esto lo llamamos, el principio de proximidad razonable, que opera como principio regulativo de la CJI en aquellos ámbitos donde no juega la autonomía privada y, también, en su defecto, i.e. cuando las partes no hayan hecho uso de ella. Conforme a este principio, los tribunales españoles sólo deben afirmar su CJI para conocer de un litigio internacional cuando éste presente una vinculación razonable con España. Segundo. Luego he de mirar si hay algún convenio bilateral o multilateral, y en caso de que no lo haya, solo en ese caso acudiré a las normas jurídicas internas. 2. Justificación a la segunda pregunta del caso: En el marco de la CIA, existen convenios bilaterales que nos permiten arbitrar la facilidad del procedimiento. Estos convenios unifican. No obstante, no tendremos que estudiar los convenios bilaterales porque los reglamentos y directivas europeas son suficientes para unificar la CJI, NdC, RyE. Fuentes y normas (I) (Ejemplo Caso 2): Derecho internacional privado con origen en la UE, en los tratados internacionales y en el derecho estatal autónomo. DIPR AUTONOMO: Derecho internacional privado producido por el legislador estatal. En el cuadro tiene la posición primera, pero realmente está en la base de la pirámide, siendo primero el DIPr institucional, el DIPr convencional de segundo y el autónomo el ultimo. CE en CJI, LA y RyE: Reconoce la tutela judicial efectiva como un derecho. No es una norma atributiva de competencia judicial que tenga interferencia en el DIPr, sin embargo, influye en las demás fuentes (CJI, LA). También tiene influencia en el sector del RyE, ya que, en algunos casos, tendrán competencia los tribunales extranjeros y en algunas ocasiones a pesar de que España también tenga competencia, lo tendrán también los extranjeros. Es decir, La Constitución Española no delimita el ámbito de CJI de los tribunales españoles, pero sí fija ciertos límites, máximos y mínimos, de atribución. Como efecto positivo estaría la afirmación de la CJI de nuestros tribunales en cierto número de litigios internacionales. Este efecto positivo plantea el problema desde la perspectiva del demandado pues se le somete a nuestra jurisdicción; esto es, se le impone la carga procesal de comparecer ante nuestros tribunales con el riesgo, consiguiente, de ser condenado. El efecto negativo, reverso del anterior, es la negación de la CJI de los tribunales españoles para el resto de los litigios internacionales. En este caso, el problema se plantea desde la perspectiva del actor o demandante, ya que ve cerrada la posibilidad de reclamar la tutela judicial de sus derechos subjetivos ante los tribunales españoles. En el primer caso se plantea un problema de sometimiento a la jurisdicción del Estado español; en el segundo, de imposibilidad de acceso. Asimismo, la Constitución impondría un límite de máximos en el sentido de que el legislador español no puede afirmar la CJI de nuestros tribunales cuando ello suponga someter al demandado a una «carga procesal arbitraria o manifiestamente irrazonable». En cuanto al efecto negativo de las normas de CJI, el artículo 24 impondría un límite de mínimos en el sentido de que el legislador español incurriría en denegación de justicia si impide irrazonablemente el acceso a nuestros tribunales o, aun existiendo en abstractos motivos para negarlo, el actor no goce de una vía alternativa razonable para satisfacer sus derechos e intereses legítimos. Consecuentemente, frente a ello nace el “foro de necesidad” para garantizar plenamente el derecho a una tutela judicial internacional efectiva, hay situaciones en las que se debe permitir el acceso a los tribunales españoles, aunque no existiese tal posibilidad aplicando el régimen legal. Las hipótesis en las que existe riesgo de denegación de justicia en el ámbito internacional pueden ser de dos tipos. (1) Laguna de jurisdicción (2) Negativa de reconocimiento. (1) El artículo 22 octies (3) II LOPJ ha tipificado un foro de necesidad para el primer supuesto. Según este precepto: aunque los tribunales españoles no tuviesen CJI conforme a las reglas generales, deberán aceptar su competencia «cuando el supuesto litigioso presentase vinculación con España y los tribunales de los distintos Estados conectados con el supuesto hayan declinado su competencia». (2) También existe riesgo de denegación de justicia cuando el Estado español se niega a reconocer una decisión extranjera y el actor no puede satisfacer su pretensión en el extranjero ni iniciar un nuevo proceso en España por carecer nuestros tribunales de CJI para conocer de ese objeto. Si el condenado por una sentencia extranjera tiene sus bienes en España, o la relación declarada o constituida en el extranjero es un requisito previo para ejercitar un derecho en España (contraer un nuevo matrimonio, p.ej.), la negativa a reconocer la decisión sin posibilidad de iniciar un proceso ex novo en el extranjero (donde la cosa juzgada puede impedirlo) o en España, por carecer nuestros tribunales de CJI según el tenor normativo, puede constituir una violación del derecho a una tutela judicial efectiva. Cuando se da cualquiera de estas dos hipótesis, en principio, pues siempre ha de estarse a las circunstancias de cada caso, el juez español debe admitir su CJI desarrollando judicialmente un foro de necesidad. La constitución al mismo tiempo condiciona la textura del OJ español, por ejemplo, el articulo 9.3 de la constitución al hablar de la seguridad jurídica, en el sentido de que las normas sobre ley aplicable son leyes hechas por el legislador. El principio de igualdad (art 14) influye también en el OJ, ya que contribuyó a que se modificaran las normas discriminatorias por razón de sexo contempladas en el código civil, y alcanzando también al DIPr. En el sector de la CIA, también incide la CE, no como instrumento que ofrezca mecanismos directos de colaboración, pero si los garantiza. LOPJ en CJI: En el Derecho español vigente, las reglas de CJI se encuentran en la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 (LOPJ) fundamentalmente en los artículos 22 y 25 de la LOPJ, además en normas de origen europeo (básicamente reglamentos (Bruselas I y II) y en diversos convenios internacionales. Es una norma del 85, que aparece a posteriori del RB Bis, por tanto, España tiene una posición extraña con relación a las normas de competencia judicial internacional. La LOPJ contiene el régimen de CJI nacional en los artículos 21, 22 y 25. Esta regulación se caracteriza porque es completa (i.e., potencialmente aplicable sea cual sea el objeto del litigio: Derecho patrimonial, familia, sucesiones, la única excepción es la remisión que hace a la ley concursal), autónoma respecto de las normas de competencia territorial y unilateral o atributiva de la CJI. No obstante, por razones de jerarquía normativa, la aplicación de las reglas de CJI de la LOPJ es subsidiaria: sólo puede invocarse fuera del ámbito de aplicación de los convenios internacionales y de las normas europeas que contengan reglas de CJI, o cuando éstas se remitan al Derecho interno (artículo 21.1LOPJ); así, por ejemplo, en el ámbito del Derecho patrimonial, cuando el domicilio del demandado esté en un Estado no miembro de la UE ni con el cual tengamos un convenio multilateral o bilateral aplicable. Ejemplos. Para cualquier demanda en materia de filiación, la CJI de los tribunales españoles viene determinada por la LOPJ. Ésta se aplica también en el caso de una demanda en materia patrimonial (salvo materia concursal) dirigida contra un demandado domiciliado en EEUU o en Canadá. Código civil en LA: El sector de ley aplicable era el derecho internacional privado desde el código civil de 1989. Las normas actuales fueron reformadas en el año 74. Las normas del código civil estaban formuladas como normas unilaterales, actualmente inciden en el sector de la norma aplicable. Otras leyes que también incidieron en este sector, sería la ley cambiaria del cheque. Que a pesar de que es de ámbito mercantil influye en este sector. DIPR INSTITUCIONAL: Tratados de la UE: los Tratados constitutivos de la UE no hacen una distribución de la CJI entre los Estados miembros. No obstante, sí que han conferido competencia al legislador europeo para llevar a cabo esa tarea. En la actualidad, hay una serie de textos, adoptados principalmente en el marco del artículo 81TFUE, que responden al proceso de «europeización» que ha experimentado el DIPr. En concreto, los textos europeos en el ámbito del DIPr, tanto procesal como civil, se pueden dividir en varios grupos: (a) Textos «dobles» que contienen reglas de CJI y de RyE de decisiones judiciales, donde se incluyen relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil Reglamento Bruselas I bis, que se ha extendido a Dinamarca, por la posición especial de este Estado, mediante un Acuerdo bilateral CE-Dinamarca. (b) Relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental Reglamento Bruselas II bis. (c) Textos relativos al desarrollo del procedimiento, donde se incluyen (i) el Reglamento 1393/2007, relativo a la notificación y al traslado en los Estados miembros de documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil o mercantil, también extendido a Dinamarca mediante acuerdo bilateral; (ii) el Reglamento 1206/2001 relativo a la cooperación entre los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros en el ámbito de obtención de pruebas en materia civil o mercantil; (d) Textos relativos a la supresión de exequátur y procesos especiales, donde se incluyen: (i) el Reglamento 805/2004 por el que se establece un título ejecutivo europeo para créditos no impugnados (ii) el Reglamento 1896/2006 por el que se establece un proceso monitorio europeo; (iii) el Reglamento 861/2007, por el que se establece un proceso europeo de escasa cuantía, (iv) o el Reglamento 655/2014, por el que se establece el procedimiento relativo a la Orden Europea de Retención de Cuentas. (e) Textos relativos al acceso a la justicia, como la Directiva 2003/8 destinada a mejorar el acceso a la justicia en los litigios transfronterizos mediante el establecimiento de reglas mínimas comunes relativas a la justicia gratuita para dichos litigios. (f) (g) Textos relativos a las soluciones extrajudiciales de litigios, como la Resolución del Consejo de 25 de mayo de 2000, relativa a una red comunitaria de órganos nacionales responsables de la solución extrajudicial de los litigios en materia de consumo, y la Recomendación de la Comisión de 4 de abril de 2001 relativa a los principios aplicables a los órganos extrajudiciales de resolución de litigios en materia de consumo o la Directiva 2008/52 sobre mediación. (h) En el ámbito de la Ley aplicable (NdC) hay que tener en cuenta, fundamentalmente, el Reglamento 864/2007, de 11 de julio, sobre ley aplicable a las obligaciones extracontractuales (Roma II), el Reglamento 593/2008, de 17 de junio, sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales (Roma I) o el Reglamento 1259/2010, sobre ley aplicable al divorcio y a la separación judicial (Roma III). (i) Textos que regulan los tres sectores del DIPr, esto es, la CJI, la Ley aplicable y el RyE de decisiones, como (i) el Reglamento 2015/848, sobre procedimientos de insolvencia, (ii) las Directivas 2001/17 y 2001/24 sobre saneamiento y liquidación de, respectivamente, compañías de seguros y entidades de crédito, (iii) el Reglamento 4/2009 en materia de obligaciones alimenticias; (iv) el Reglamento 650/2012, sobre sucesiones; o, a partir de enero de 2019, el Reglamento 2016/1103 en materia de regímenes económicos matrimoniales y el Reglamento 2016/1104, para uniones registradas. DIPR CONVENCIONAL: Por último, hay que tener en cuenta los posibles convenios bilaterales o multilaterales que vaya firmando la UE en el ámbito de la cooperación judicial civil que complementarán ad extra este marco normativo, en particular, el Convenio de Lugano 2007 o el Convenio de La Haya sobre acuerdos de elección de foro. Aplica no solo para los países de la UE sino para todos aquellos países que hayan querido rectificar este convenio. CASO 2: Hay que tener en cuenta la autonomía de la voluntad. Las normas de CJI son en gran medida dispositivas: las partes pueden elegir los tribunales estatales competentes para conocer de los litigios internacionales que hayan surgido o puedan surgir entre ellas; por consiguiente, pueden atribuir CJI a los tribunales españoles o excluirla y atribuírsela a un tribunal extranjero o a un mecanismo alternativo de solución de controversias (como el arbitraje). El consentimiento de ambas partes para someterse a nuestros tribunales es la mejor justificación de su competencia. Naturalmente, esto no significa que esa autonomía sea absoluta. Como en cualquier otro sector que responda a un modelo de autonomía privada, el legislador debe intervenir cuando el ejercicio de esa autonomía no responda a condiciones simétricas o de verdadera voluntad, o pueda generar efectos negativos sobre terceros. Por tanto, es importante: a) El pacto de las partes a través del cual se ponen de acuerdo ante que tribunales dirimir las controversias. b) El pacto de las partes a través del cual se ponen de acuerdo ante que ley van a dirimir las controversias. 1. Justificación a la primera pregunta del caso: La determinación de que instrumento se aplica para saber bajo que tribunales se va a dirimir el pleito es lo más complicado. Se refiere a la CJI. Los instrumentos nos dicen: a) Si el demandado está en un país miembro de la UE Bruselas Ibis, b) Si no es un estado miembro de la UE, pero forma parte firmante del Convenio de Lugano Convenio de Lugano (no es una norma derivada de la UE) El criterio definitorio para saber cuál de los dos se aplica (C lugano o RB – Ibis) será donde este el domicilio del demandado. En el caso en cuestión como los tribunales son en Barcelona, aplicara el Convenio de Bruselas y no el de lugano, aplicaría este último si los tribunales fuese otro país fuera de la UE firmante del Convenio de Lugano. El elemento personal es en si el “domicilio del demandado”. El espacial y el territorial tienen que ver con las autoridades que lo aplican y se limitan a los 28 estados de la UE. Y es necesario que haya la conexión suficiente para que pueda aplicarse, y en este carro se confirma. El elemento mas importante es el ámbito territorial, porque el reglamento de lugano se aplica a mas territorios, que a diferencia del Bruselas Ibis aplica solo a los países miembros de la UE. Por tanto, el Bruselas pierde territorio. Al ser paralelos en contenido es importante tener en cuenta que ambos no pueden aplicarse conjuntamente, debido que hay que tener en cuenta las diferencias especiales ya mencionadas. El legislador europeo no puede querer regular todas las relaciones privadas internacionales que estén escasamente relacionadas con la UE. Solo tiene sentido que legisle para objetivos de la UE y que representen una relación suficiente para aplicar estas leyes. El convenio de Bruselas en su artículo 71 y el artículo 5 del Convenio de Lugano, prevé un foro especial, el cual especifica que, si el domicilio del demandado está en un estado miembro por ejemplo Francia, pero el objeto del contrato se cumple en otro estado miembro, el demandante puede demandar en el domicilio del demandado o en otro lugar diferente al domicilio del demandado si el contrato debe cumplirse en otro estado miembro. Muy diferente es el caso de España demanda China que vimos la clase pasada, ya que la LOPJ atribuye la competencia a los jueces españoles cuando exista suficiente conexión con España, que resulte previsible. No podre aplicar en este supuesto ninguno de los convenios (IBIS, Lugano), sino la LOPJ. No obstante, si en cambio el chino quien quiere demandar al español aplicará el Bruselas I bis. 1 Es el mismo articulo 22 quinquies de la LOPJ (lo hemos copiado del Bruselas Bis I) Por tanto, es IMPORTANTE el domicilio del demandado, es decir, si el país está en la UE es Bruselas I bis, si es en otro estado de la EFFTA Convenio de Lugano, es sumamente importante tener en cuenta el ámbito espacial y territorial. La excepción es el caso del ejemplo china. 1. Justificación a la primera pregunta del caso: Aunque ninguna de las partes este domiciliada en Europa, el artículo 25.1 del Bruselas, establece y reconoce la voluntad de las partes de someterse a los tribunales de la UE, es decir, cuando hay sumisión expresa. Cuando dice que “el convenio de lugano lo prohíbe” se refiere a que el artículo 23 señala que en estos supuestos es imposible. No admite la sumisión valida porque requiere que una parte este domiciliada. 2. Justificación a la segunda pregunta del caso: Esta pregunta responde a los foros exclusivos donde los estados se atribuyen de forma exclusiva el conocimiento (competencia) de ciertas materias pj: art 24.1 Bruselas I bis, (igual al LOPJ art 22), pero puede suceder que dos jurisdicciones puedan tener conocimiento sobre una materia en las que ambos puedan ser competentes, por ejemplo: el foro sobre el domicilio del demandado o sobre materias contractuales. Pongamos un ejemplo: Piso de alquiler en Barcelona propiedad de un chino, este lo pone en alquiler a un ruso. El piso queda deteriorado y el chino quiere demandarlo en rusia. Vemos entonces que al intentar demandarlo en rusia no se puede, porque es un foro exclusivo de los tribunales españoles y corresponde solo a ellos juzgar sobre bienes inmuebles situados en España. Pueden existir procedimientos paralelos, porque hay foros que no son exclusivos, es decir, que otros estados pueden conocer sobre determinadas materias que también puede conocer España y por ende no haya una evasión en la competencia exclusiva de otros estados. Los foros exclusivos del 24 del Bruselas I bis no se pueden acordar entre las partes. En este caso las partes han acordado someterse a los tribunales españoles y por tanto es una presunción que opera a favor del foro exclusivo impuesto por las partes. De manera que, a pesar de que se haya iniciado el pleito en Italia, hay un articulo del Bruselas I bis que permite que a pesar de que el pleito se haya iniciado primero en otro tribunal europeo, detendrá el curso del pleito en Italia y tendrá prevalencia el tribunal español porque las partes escogieron este y será un foro exclusivo voluntario. 3. Justificación a la tercera pregunta del caso: La elección de la ley suiza es posible de aplicar porque a pesar de que el artículo 10.5 del código civil lo impide, el Roma I en sus arts. 2 y 3, lo permite. Por ende, si puede aplicarse la ley suiza por jerarquía de aplicabilidad de las leyes. Entonces, si aplicara porque las partes lo han escogido (art 3) y porque a pesar de que no son miembros de la UE, aplica (art 2). Las normas de competencia son disponibles por las partes, pero las normas del sector de la LA son normas indisponibles. El Roma I tiene efectos erga omnes y por el carácter universal del instrumento se podrá aplicar cualquier ley. La diferencia entre los instrumentos interpartes y los erga omnes en el campo de la ley aplicable, es que la eficacia universal se refiere a que un tratado internacional hace las mismas veces que una ley interna porque este ha unificado la legislación de los estados miembros y no miembros. Una norma ocupa el lugar de la otra. Universalidad no quiere decir que aplica a todo el mundo, sino que hablamos en termino o tratados que tienen un ámbito de vigencia los estados vinculados por ese instrumento. Universalidad en DIPr no es lo mismo que en el derecho común. El Roma I es erga omnes porque los puntos de conexión que utilizan las normas son susceptibles de estar conectados con cualquier parte del mundo, independientemente de si son de estados miembros o no. Fuentes y normas (II) Derecho internacional privado con origen en la UE Cuando examinamos las fuentes de DIPr español, es como cualquier otra rama del derecho de nuestro OJ. El derecho externo tiene primacía sobre la ley interna, por tanto, las normas internas no pueden contravenir las normas del derecho europeo. A su vez los convenios prevalecen sobre la ley interna. Inicialmente, la Comunidad Europea carecía de competencias generales en el ámbito de la cooperación judicial en materia civil. No obstante, los Estados miembros, con base en el antiguo artículo 220 del Tratado CE, habían concluido un convenio internacional, que establecía un régimen de CJI uniforme: el Convenio de Bruselas de 1968, relativo a la competencia judicial, al reconocimiento y a la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil. La situación cambió con el Tratado de Ámsterdam. La modificación del Tratado CE supuso la incorporación de dos nuevos e importantes preceptos, los artículos 61 y 65, que permitieron adoptar actos legislativos comunitarios en el ámbito de la cooperación judicial civil transfronteriza, en la medida necesaria para el correcto funcionamiento del mercado interior. El Tratado de Lisboa ha consolidado este proceso en el artículo 81 TFUE. A partir de él (o de su inmediato precedente) se elaboró, entre otros textos, el Reglamento 44/2001, del Consejo, de 22 de diciembre de 2000, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil. Este Reglamento transformó el Convenio de Bruselas de 1968 en norma europea, por eso se conoce también como Reglamento Bruselas I. El Reglamento 44/2001 ha sido revisado por el Reglamento 1215/2012, de 12 de diciembre de 2012. Por contraposición con el anterior a este nuevo texto se le conoce coloquialmente como Reglamento Bruselas I bis (o refundición). Este último texto se aplica desde el 10 de enero de 2015. Hay, además, reglamentos en sectores especiales que también contienen reglas de competencia judicial, por ejemplo, en el ámbito de las obligaciones alimenticias, sucesiones, insolvencia o Derecho de marcas. Junto a estos textos, entre la regulación convencional, han de tenerse en cuenta los convenios de la UE, el Acuerdo UE-Dinamarca o el Convenio de Lugano, y los convenios multilaterales o bilaterales ratificados por España que también contienen algunas reglas de CJI. Por último, las reglas de CJI de origen interno se encuentran fundamentalmente en los artículos 22 y 25 de la LOPJ. Bruselas I Bis: Debe tenerse en cuenta, no obstante, la posición especial en que se encuentran Gran Bretaña (mientras siga siendo Estado miembro) e Irlanda, por un lado, y de Dinamarca, por otro (vid. Protocolos anejos n.º 21 y 22 al TFUE). En principio, las normas europeas en el ámbito de la cooperación judicial civil no vinculan directamente a Gran Bretaña ni a Irlanda, aunque estos países pueden ejercitar un «opting in», i.e. aceptar las normas, en las condiciones definidas en los respectivos Protocolos. De hecho, hasta ahora, Gran Bretaña e Irlanda han ejercitado este opting in en casi todos los textos europeos aprobados en ese ámbito, por lo que en concreto se les aplica el Reglamento Bruselas I bis. En virtud de esa opción, Gran Bretaña e Irlanda deben ser considerados como los demás Estados miembros. El Protocolo de Dinamarca no prevé la facultad de opción. No obstante, el Acuerdo entre la Unión Europea y Dinamarca extiende las reglas del Reglamento Bruselas I bis a las relaciones con este Estado (vid. DOUE, de 10 de julio de 2015). Por ello, las consideraciones que hagamos en relación al Reglamento Bruselas I bis valen también para Dinamarca en virtud de dicho Acuerdo. El Reglamento, con esa salvedad para Dinamarca, está vigente en todos los Estados miembros. Para concretar el ámbito de vigencia territorial en cada Estado miembro ha de estarse a lo que establece el artículo 355TFUE (vid. cdo. 9). El Reglamento no está vigente en los Estados europeos que no sean miembros de la UE, como Andorra, Liechtenstein, Mónaco o San Marino. El Reglamento Bruselas I bis se caracteriza por los siguientes rasgos: (a) es un Reglamento «doble»; (b) establece un régimen uniforme; (c) sus reglas son de aplicación directa; (d) prevalecen sobre el Derecho nacional; y (e) éste no puede menoscabar su «efecto útil». A continuación, vamos a ver qué significa cada uno de ellos. (a) Es un Reglamento «doble», pues contiene tanto reglas de CJI como reglas sobre RyE de decisiones judiciales. (b) Es uniforme con respecto a las reglas de CJI. (c) Reglamento directamente aplicable a los estados miembros. De manera que un juez español no puede declinar su competencia si esta viene atribuida por el reglamento. Y viceversa, es decir, sino viene atribuida hay un derecho subjetivo de no ser demandado en tribunales europeos. (d) Como consecuencia también de esa naturaleza jurídica, las reglas del Reglamento Bruselas I bis prevalecen sobre el Derecho interno español. Lo cual implica que, dentro de su ámbito de aplicación, el Reglamento Bruselas I bis desplaza a la LOPJ. El juez nacional sólo puede acudir a la LOPJ cuando el Reglamento no sea aplicable o, de serlo, cuando éste se remita al Derecho nacional. Constituye un error grave acudir a la LOPJ o a otra norma del Derecho interno español, para fundar la CJI de los tribunales españoles cuando carecen de ella según el Reglamento. Ámbito de aplicación: El ámbito material de aplicación está regulado en el artículo 1 del Reglamento. Este precepto se formula en términos positivos y negativos. El Reglamento Bruselas I bis se aplica, básicamente, en el ámbito del Derecho privado patrimonial, con independencia de la naturaleza del órgano jurisdiccional. En primer lugar, el Reglamento Bruselas I bis sólo se aplica en materia «civil y mercantil», es decir, sólo se aplica a relaciones de Derecho privado, no de Derecho público: las materias fiscal, aduanera, administrativa y seguridad social quedan excluidas. Asimismo, se excluyen del ámbito del Reglamento los litigios entre una autoridad pública y una persona de Derecho privado, siempre que dicha autoridad actúe en el ejercicio del poder público, i.e. con facultades exorbitantes en relación con las normas aplicables en las relaciones entre particulares, y sea esta actuación la que origine el proceso. En cambio, los litigios derivados de actividades iure gestionis de las autoridades estatales son subsumibles bajo el ámbito de aplicación del Reglamento. En segundo lugar, del ámbito general del Derecho privado se excluyen las materias relativas al estado civil o la capacidad de las personas físicas (matrimonio, filiación, adopción, ausencia, fallecimiento, incapacidades o medidas de protección de los incapaces, como los actos de jurisdicción voluntaria relativos a la autorización de una persona sometida a curatela a disponer de un inmueble o la nacionalidad), los regímenes matrimoniales, la insolvencia, las obligaciones alimenticias, los testamentos y sucesiones. Por último, también se excluye el arbitraje. El Reglamento Bruselas I bis no se aplica ni al reconocimiento o ejecución judicial de laudos arbitrales Ámbito espacial: El Reglamento Bruselas I bis es un reglamento «doble» que regula tanto la CJI como el RyE de resoluciones judiciales. Para que el Reglamento sea aplicable en sede de RyE, basta con que se trate de una decisión proveniente de otro Estado miembro, dentro del ámbito material correspondiente. Sin embargo, la regulación de la CJI es algo más complicada. Dentro de ese ámbito, el Reglamento Bruselas I bis determina directamente la CJI de los tribunales de los Estados miembros en ciertos supuestos que se conectan con la UE, pero en otro remite esa determinación a los Derechos nacionales. En concreto, las normas de CJI contenidas en el Reglamento se formulan primordialmente en función del domicilio del demandado. El domicilio o la nacionalidad del actor es irrelevante (vid. STJCE as. C-412/98). Caben, por consiguiente, dos hipótesis: (a) Si el domicilio del demandado está en un Estado miembro, el Reglamento determina directamente la CJI y, por consiguiente, el juez nacional sólo tendrá competencia en la medida en que así lo establezca el propio Reglamento (vid., arts. 4-5); (b) si el domicilio del demandado se halla en un tercer Estado, el Reglamento se remite a las legislaciones nacionales (artículo 6), luego, en nuestro caso, el juez nacional sólo tendrá CJI en la medida en que así lo establezca la LOPJ y dejando siempre a salvo otros textos, en particular, el Convenio de Lugano. Es importante subrayar que las reglas de CJI que establece el Reglamento se aplican aun cuando el litigio no presente vínculos con otro Estado miembro: si el domicilio del demandado está en España, la CJI de los tribunales españoles la determina el Reglamento Bruselas I bis aunque el litigio sólo presente vínculos con España y terceros Estados. Ejemplo (SAP de Málaga, de 29 de diciembre de 2016). Nacional español con residencia en España atropella con su vehículo a un menor marroqui en Nador, quien fallece a las pocas horas. Sus padres demandan en España al responsable del accidente y a su compañía aseguradora. En este caso, la CJI de los tribunales españoles viene determinada por el Reglamento Bruselas I bis [arts. 4 (1) y 11 (1)], aunque el litigio no presente vínculos con otro Estado miembro. La idea de que la aplicación de las reglas de CJI del Reglamento Bruselas I bis viene condicionada por el domicilio del demandado tiene tres excepciones (artículo 6.1 in fine): (a) el artículo 24 que, para cierto tipo de litigios, atribuye CJI exclusiva con total independencia del domicilio de las partes; (b) el artículo 25, que atribuye competencia al tribunal elegido por las partes, también con independencia de su domicilio; (c) y los artículos 18.1 y 21.2 que, en materia de contratos de consumo y trabajo, determinan la competencia frente a domiciliados en terceros Estados si el consumidor tiene su domicilio en la UE o el trabajador despeña habitualmente su trabajo aquí. Relación con otros textos supranacionales La relación del Reglamento Bruselas I bis con otros instrumentos supranacionales que contengan reglas de CJI está contemplada en los artículos 67-73. Las reglas básicas son tres: (a) En la medida en que sus ámbitos de aplicación coincidan, el Reglamento Bruselas I bis sustituye también a los convenios bilaterales que estuviesen en vigor entre España y otro Estado miembro (arts. 69). (b) El Reglamento Bruselas I bis no prejuzga la aplicación de reglas sobre CJI y RyE de decisiones contenidas en otros instrumentos normativos europeos o en las legislaciones nacionales armonizadas en ejecución de éstos (artículo 67). Prevalece la ley especial. (c) El Reglamento Bruselas I bis no sustituye a los convenios multilaterales en materias especiales que estuviesen en vigor para España en el momento de entrada en vigor del Reglamento y que contengan reglas de CJI. No obstante, en este último caso, el Reglamento Bruselas I bis funciona como «texto marco o integrador». La pretensión del legislador europeo es que las posibles reglas de CJI que contengan esos convenios «se integren» en el sistema del Reglamento, que opera como un texto-marco: las reglas especiales del convenio multilateral sustituyen a las reglas del Reglamento, pero los vacíos del convenio multilateral se colman acudiendo al Reglamento (artículo 71.2 del Reglamento). Ejemplo.Si existe un convenio multilateral que, en materias especiales, contiene reglas de CJI, estas reglas prevalen sobre las del Reglamento Bruselas I bis. Sin embargo, en la medida en que dicho convenio especial no contenga reglas sobre, por ejemplo, la litispendencia entre Estados parte, se aplicarán a esta cuestión las normas del Reglamento Bruselas I bis. Bruselas II Bis: Es la norma normas europea en materia matrimonial y de responsabilidad parental. En concreto, el Reglamento 2201/2003, relativo a la competencia, reconocimiento y ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental, también conocido como Reglamento Bruselas II bis. El ámbito material del Reglamento Bruselas II bis viene definido en el artículo 1: se aplica al divorcio, la separación y la nulidad matrimonial, así como a la atribución, el ejercicio, la restricción o la finalización de la responsabilidad parental. Se excluyen, en cambio, los litigios relativos a la determinación de la filiación, la adopción, el nombre y los apellidos del menor o las obligaciones alimenticias. Este Reglamento también es «doble» pues contiene reglas de competencia judicial y de reconocimiento de decisiones. Para el juego de las primeras, es irrelevante el domicilio del demandado, así como su nacionalidad o residencia habitual (aunque, sobre el ámbito de aplicación territorial, más detenidamente infra tema 9). Como en los demás textos adoptados con base en el artículo 81TFUE, Dinamarca no es considerada como Estado miembro a los efectos de este Reglamento, ni se ha concluido un acuerdo bilateral que extienda su aplicación a ese Estado. Convenio de Lugano: El Convenio relativo a la competencia judicial internacional y a la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil, hecho en Lugano el 16 de septiembre de 1988, extendió la regulación del Convenio de Bruselas 1968 a los países miembros de la Asociación Europea de Libre Cambio; por eso se le conoce también como «convenio paralelo». Eran parte de él los Estados UE, más Suiza, Noruega e Islandia (Liechtenstein no fue parte). Su contenido era semejante al del Convenio de Bruselas 1968, aunque existían ciertas diferencias puntuales. El Convenio de Lugano de 1988 tomó como modelo el texto del Convenio de Bruselas 1968. Ya sabemos que este texto se transformó en reglamento y que esta transformación se aprovechó para modificar algunos preceptos, en bastantes casos de forma significativa. Esto provocó que el texto del Convenio de Lugano de 1988 se quedase algo distanciado del texto vigente entre los Estados miembros en ese momento, i.e. el Reglamento 44/2001; una parte del paralelismo se había perdido. Esta circunstancia llevó a los Estados parte a revisar el texto del Convenio de Lugano. El TJUE ha afirmado que la competencia para celebrar este nuevo convenio corresponde en exclusiva a la UE (Dictamen 1/03). El nuevo texto del Convenio de Lugano de 2007, concluido entre la UE, Dinamarca y los Estados de la Asociación Europea de Libre Cambio, ajusta el contenido del Convenio de Lugano original al del Reglamento Bruselas I en su versión del año 2001 (manteniendo, eso sí, diferencias puntuales que iremos señalando en cada tema). El nuevo Convenio está en vigor desde el 1 de enero de 2010 entre los Estados Miembros, Dinamarca y Noruega, Suiza e Islandia. Tras la modificación del Reglamento 44/2001 por el Reglamento 1215/2012 sería oportuno adoptar una nueva versión del Convenio de Lugano para mantener el paralelismo. El Convenio de Lugano no impide la aplicación del Reglamento Bruselas I bis (artículo 73.1 Reglamento). En términos aproximativos, las reglas que rigen la relación entre los distintos textos pueden resumirse así: (a) Si el domicilio del demandado está en un Estado miembro de la Unión Europea, los jueces españoles determinaran su CJI conforme al Reglamento Bruselas I bis. Es irrelevante, por ejemplo, el domicilio del demandante, su nacionalidad o la del demandado. (b) Si el domicilio del demandado está en Suiza, Noruega o Islandia (esto es, Estados que son parte del Convenio de Lugano pero no son Estados miembros de la UE), los jueces españoles deberán aplicar las reglas de competencia del Convenio de Lugano. En los casos de competencias exclusivas y de elección de foro, deberán aplicar el Convenio de Lugano cuando el tribunal designado por esos preceptos sea de uno de esos tres Estados (y en el caso de las cláusulas de elección de foro, mientras no se adapte al nuevo Reglamento, al menos una de las partes tenga su domicilio en un Estado parte) Ejemplo 1: (a) Si ante los tribunales españoles se presenta una demanda por incumplimiento contractual contra una empresa con domicilio en Francia, la CJI la determina el Reglamento Bruselas I bis; (b) Si la empresa tuviese su domicilio en Suiza, Noruega o Islandia, el Convenio de Lugano. Fuentes y normas (y III): Derecho internacional privado con origen en los tratados internacionales y en el derecho estatal autónomo Podemos hablar de 3 principales focos de legislación internacional. En primer lugar, la ONU, y sus distintos organismos, los cuales han dado lugar a textos que tienen incidencia en el DIPr. Por ejemplo: Convenio de la Haya sobre secuestros. Otro foco seria la Comisión Internacional del estado civil, la cual es una organización que esta en estados del continente europeo que tienen el sistema del registro civil. Tiene muchos convenios, por ejemplo, el del Estambul del 78 del cambio de nombre. En concreto llevan la normalización de impresos para certificados del estado civil que son plurilingües y que por tanto son reconocidos en otros estados. Hay otras organizaciones, como por ejemplo la organización interamericana de los DDHH, que hacen muchos convenios pero que la diferencia es que en vez de ser estados europeos son estados americanos, no obstante, España es parte en alguno de estos convenios. La Conferencia de la Haya es otra entidad importante, es universal, es decir, participan estados de todo el mundo, pero se centra fundamentalmente en Europa. La CH sale de una iniciativa del Ministerio de Justicia Holandés, y nace cuando el DIPr se estaba separando del DIP. Sobre los CH se pueden decir varias cosas, primero, son convenios multilaterales, pero últimamente lo que hace son convenios, y algunos textos no vinculantes por ejemplo “los principios de la elección sobre la ley aplicable a los contratos internacionales” que a efectos de España no han tenido mucha incidencia ya que para nosotros aplica el Roma I. Otra característica importante de los Conferencia de la Haya es que se hace una evaluación de la aplicabilidad de los convenios, y examina si estos son obsoletos y deben dejar de aplicarse. Hay muchos convenios de la haya que nunca han entrado en vigor. En caso del convenio del 96, es importante porque nos da aspectos importantes para el curso, ya que se adquirieron competencias en materia de la UE a través del Tratado de Múnich. El CH del 61, nace de una crisis de un litigio entre Suecia y Holanda con respecto a la aplicación del Convenio de 1902 (Caso Bolt), El Convenio del 61, empieza a contemplar todos los sectores, pero con mecanismos rudimentarios de CIA. A raíz de eso nace el convenio de protección de menores del 96 que actualmente tenemos, y contempla reglas CJI y CIA y las decisiones se toman con respecto a las reglas de residencia habitual del CIEC Múnich de 1980. Si observamos el cuadro de fuentes, vemos que el CH menores de 1996 y el RB IIBis aparece tanto en CJI en RyE y en CIA. No debemos preocuparnos con respecto a los dos últimos porque hay cierta armonía en dichos cuerpos normativos. Sin embargo, en materia de CJI suele ser un poco mas complicado determinar la aplicabilidad. Estos instrumentos se realizaron al mismo tiempo y por las mismas personas. Otro instrumento que destacar es el convenio del 2005 sobre elección de foro, este convenio también tiene una larga historia y no es una continuidad porque el convenio que debe realizarse este verano es “el hermano mayor” de este convenio. Lo encontramos en CJI, pero básicamente es un convenio de RyE. El contexto normativo de este convenio es que debemos saber que cuando las partes se han sometido a unos determinados tribunales, cual convenio debe aplicar, es decir, si el Bruselas I bis o el Convenio de Lugano. Arreglo judicial de controversias: aspectos de los que se ocupa el Dipr (no se dio en clases) Competencia judicial internacional (I): conceptos generales Los americanos distinguen entre 3 tipos de jurisdicción, los cuales equivalen a los poderes del estado. Entre de ellos están “jurisdiction to prescribe” = jurisdicción de crear leyes, “jurisdiction to adjudicate” = jurisdicción para resolver conflictos y “jurisdiction to enforcé” = jurisdicción para ejecutar lo sentenciado. En el DIPR nos centramos en el derecho de jurisdicción to adjudicate, contemplado en el art 117 de la CE como la facultad de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Quiere decir que, en territorio español, el estado tiene el monopolio de la jurisdiction to adjudicate y en su territorio el estado hace lo que quiere. El estado tiene una potestad excluyente, en el sentido de que “yo estado asumo jurisdicción” viene a traducirse en que no se permite la intromisión de otros estados en el poder jurisdiccional con respecto a la jurisdicción forzosa. Es la facultad para decidir quién tiene la razón en territorio español. La competencia judicial internacional, es el volumen de asuntos que se pueden atribuir a los tribunales del estado por razón de su internacionalidad. Entonces se atribuyen a la CJI unos asuntos y otros no se atribuyen. Es a su vez, una autolimitación del estado con respecto a atribución de competencias, es decir, el estado español solo tendrá competencia cuando una norma lo habilite. ¿Cómo discriminamos cuales asuntos y cuales no son CJ de los tribunales españoles? La jurisdicción de competencia jurisdiccional internacional y la competencia son prácticamente sinónimos. Cuando hablamos de CJI hablamos de la competencia que tienen en bloque los tribunales de un estado, cosa distinta es que tribunal en concreto pueda conocer del asunto y eso se estudia en derecho procesal. La CJI es un presupuesto del proceso como pueden serlo las otras competencias. Este principio tiene excepciones, a nosotros nos interesa las excepciones del derecho español, y las conseguimos en el Bruselas I bis. Este sistema nuestro de tener normas de CJI que nos obliga a buscar según las normas de competencia objetiva, funcional, el tribunal competente, no es necesario que siempre sea así, por ejemplo, el sistema alemán solapa el sistema de competencias internas con el internacional. Esto quiere decir que depende del sistema positivo de cada país. Por tanto, hay 3 niveles, la jurisdicción, la CJI (autolimitada en el derecho internacional autónomo), las normas de competencia interna que se estudian en derecho procesal. Nuestros tribunales deciden con respecto a la ley aplicable o reconocen sentencias extranjeras. Para ambos casos debemos ser competentes. Lo complicado reside en la CJI, porque si hay que reconocer y ejecutar una sentencia en España ¿quién tiene competencia para hacerlo? España. La respuesta es muy simple. Hay que ver el esquema de forma triangular y no lineal. LA Es decir, CJI RyE La parte general de la CJI, vamos a estudiarla intentando deducir, es decir, cualquier asunto que se suscite en España se resolverá en tribunales españoles. Así lo preveía la LOPJ del 51. Pero como cada CJI es la autolimitación a la limitación impuesta para la jurisdicción, necesitamos saber como van a actuar los estados a la hora de atribuirse o no la competencia en un determinado asunto. Por ello, hay unas determinadas materias en el cual los estados tendrán CJI exclusiva y excluyente. Esto no significa que hacemos incompetentes a los demás tribunales de los otros estados, lo que significa es que no reconoceremos sentencias de otros estados en determinados asuntos. ¿Qué ejemplos tenemos de competencias exclusivas? Competencia exclusiva. Primer elemento para tomar en cuenta. Las que señalan el artículo 24 del reglamento Bruselas I bis. Equivalente al art 22 de la LOPJ. La LOPJ habla sobre competencia exclusiva sobre derechos reales sobre bienes inmuebles sitos en España. En cambio, el 24.1 del Bruselas I bis, señala que tendrá competencia el estado en materia de derechos reales inmobiliarios y de contratos de arrendamiento de bienes inmueble, los órganos jurisdiccionales del estado miembro donde el inmueble se halle o no. Recordemos, nunca aplicaremos el LOPJ para saber la competencia de los tribunales por el principio de jerarquía de las normas. Ejemplos: Otro ejemplo, las peticiones de nulidad de inscripciones en los registros públicos. La LOPJ habla de los registros públicos españoles y el Bruselas I bis, de los registros de los países miembros. Otro ejemplo más complejo, pongamos una acción real relativa a un bien inmueble de un país no miembro de la UE, Túnez, por ejemplo. Vemos que no hay competencia exclusiva de España porque el bien no está en España, pero también vemos que tampoco tiene competencia los tribunales de otro estado miembro. Habrá que tener en cuenta otros elementos para atribuir la competencia de un estado. Los foros de competencia exclusiva obedecen a la intención del legislador de monopolizar, para cierta categoría de litigios, la CJI de nuestros tribunales. Son foros especiales por razón de la materia, pues se establecen en atención al objeto material del proceso, pero que atribuyen competencia judicial con alcance exclusivo y excluyente. Este carácter exclusivo de los foros conlleva tres consecuencias: (a) Se descarta el juego de los demás foros, generales o especiales, incluso de los foros por conexidad. Ninguno de estos foros puede invocarse para sustraer la competencia de un foro exclusivo. (b) Se descarta igualmente el juego de la voluntad expresa o tácita de las partes, lo cual implica, a su vez, un control ex officio de la CJI en estos casos, comparezca o no el demandado (vid. artículo 27 Reglamento Bruselas I bis). (c) Se establece como causa de denegación del reconocimiento de una sentencia extranjera que haya resuelto sobre un litigio para cuyo conocimiento tuviesen competencia exclusiva los tribunales españoles (o los tribunales de otro Estado distinto del de origen de la sentencia). Este tercer aspecto es corolario de los dos anteriores: si no admitimos que otros tribunales puedan ser competentes para conocer de ciertos litigios, es natural que no reconozcamos sus decisiones. En el Derecho español, las competencias exclusivas están recogidas en el artículo 24 del Reglamento Bruselas I bis, en el artículo 22 del Convenio de Lugano y en el artículo 22LOPJ. En la medida en que el artículo 24 del Reglamento Bruselas I bis se aplica con absoluta independencia del domicilio de las partes (artículo 24: «Son exclusivamente competentes, sin consideración del domicilio...») o de la vinculación del litigio con otro Estado miembro, su incorporación al Derecho español ha supuesto prácticamente la derogación material del artículo 22LOPJ. Si el criterio de conexión, p. ej., el inmueble sobre el que recae el derecho real objeto del litigio, se verifica en España, la CJI corresponde exclusivamente a los tribunales españoles en virtud del Reglamento Bruselas I bis. Si está en otro Estado miembro, la CJI corresponde exclusivamente a los tribunales de ese Estado miembro. Y, si está en Suiza, Noruega o Islandia, la CJI corresponde exclusivamente a dicho Estado en virtud del Convenio de Lugano. En el contexto internacional por razones de derecho privado, las vulneraciones de las reglas de competencia territorial en el sentido de normas de CJI son de una gravedad parecidas a las normas de competencia objetiva. Es decir, que da como resultado la nulidad de la sentencia. En el contexto internacional no se determina la validez o no, sino que lo que se interesa saber es si la sentencia es eficaz o no. Otra forma de restringir las competencias exclusivas es que son de interpretación restrictiva, por ejemplo, la resolución de un contrato de compra – venta, pidiéndole al juez que como consecuencia de la resolución del contrato se le pida a la contraparte eliminar la inscripción de ese bien inmueble en el registro, es una acción personal contra el comprador y no una acción contra el bien inmueble, por tanto, no se busca ejecutar un determinado bien inmueble en el registro sino que se trata de una acción relativa a una inscripción en un determinado registro, por tanto, no estamos hablando de una competencia exclusiva del estado español por ser un bien inmueble sito en territorio español, ya que, hablamos de la que en el caso hipotético se busca la “des “inscripción en un registro determinado. El criterio del domicilio del demandado: es un FORO general en materia de la CJI. Se encuentra en casi todos los sistemas y la justificación es que el demandante tiene todo el tiempo para decidir en base a la prescripción de la acción si le corresponde o no reclamar un determinado derecho. Beneficio que no tiene el demandado a la hora de contestar, ya que debe actuar rápidamente. Como veremos mas adelante, la competencia judicial debe regirse siempre por este principio, excepto en algunos casos muy concretos en los que por el objeto del litigio o la autonomía de las partes justifique otro criterio. En el Derecho positivo español, tanto el Reglamento Bruselas I bis (artículo 4.1) como la LOPJ (artículo 22 ter) establecen como foro general para atribuir CJI a los tribunales españoles el hecho de que el domicilio del demandado se encuentre en España. Se califica como «foro general», ya que atribuye CJI con independencia de cuál sea el objeto del proceso (obligaciones contractuales, extracontractuales, etc.), el tipo de demanda (declarativa pura, constitutiva o declarativa de condena) o la localización espacial de los hechos o derechos en disputa (i.e. tanto si el litigio es relativo a hechos o derechos localizados dentro de España como fuera, incluso territorios no sujetos a soberanía estatal). Por último, es título competencial también para los procedimientos de tipo monitorio o cambiario (vid.SAP de Guipúzcoa, de 25 de marzo de 2002), o incluso para acciones colectivas. Advertencia No debe olvidarse que esta regla tiene ciertas excepciones: fundamentalmente, las competencias exclusivas (infra tema 10), o las cláusulas de elección de foro o de sumisión a arbitraje, (infra, tema 11). Así, por ejemplo, una cláusula de sumisión a los tribunales de otro Estado puede ser invocada por el demandado para excepcionar la CJI de los tribunales españoles aunque tenga su domicilio en España. Debe existir una conexión entre los procedimientos a los que se aplique el presente reglamento y el territorio de los Estados Miembros. Por consiguiente, las normas comunes sobre competencia judicial deben aplicarse, en principio, cuando el demandado esté domiciliado en un Estado miembro. No todos los sistemas son fieles a esto, en EE. UU. la regla muchas veces es el domicilio del demandante. ¿Cómo entendemos el domicilio en la LOPJ? Como la ley la LOPJ solo la utilizamos para saber la competencia de los tribunales españoles si el domicilio lo tiene en España. No hay problema. Y si se trata de otros países, estados miembros o no, lo que se entiende por domicilio del demandado será aquello que determinen las leyes nacionales de cada país. Esto para el caso de las personas físicas. Por tanto, primero hemos de preguntarnos si el demandado tiene su domicilio en España, de ser afirmativa la respuesta los tribunales españoles son competentes con carácter general ex artículo 4.1 Reglamento Bruselas I bis (asumiendo que el litigio cae dentro de su ámbito de aplicación material). Si no es así, debe comprobarse si el demandado tiene su domicilio en otro Estado miembro, para lo cual se aplicará el Derecho de ese Estado en cuestión; por ejemplo, para saber si el demandado tiene su domicilio en Francia el juez español aplicará el Derecho francés. Si la respuesta es afirmativa, el juez español declarará o no su CJI si se verifica alguno de los foros alternativos establecido en el Reglamento Bruselas I bis (artículos 7 y ss.); si la respuesta es negativa (i.e. el demandado no tiene su domicilio ni en Francia, ni en otro Estado miembro), el juez español deberá proceder del mismo modo en relación a los Estados parte del Convenio de Lugano; y en el caso de que tampoco esté domiciliado en esos Estados, declarará o no su competencia según lo dispuesto en la LOPJ. . El domicilio tiene dos funciones y ninguna se cumple en su puridad. La primera función es que sirve como criterio de aplicabilidad de ciertas reglas uniformes del Bruselas I bis, esto se traduce de la siguiente manera, si el demandado tiene su domicilio dentro de la UE, entonces respecto de ese demandado para saber si podemos demandarlo en otro estado, el único cuerpo que podemos aplicar es el Bruselas I bis. Y puesto que el demandado esta domiciliado en un estado miembro, tendrán competencia los tribunales del estado miembro donde esta domiciliado. Sirve por tanto como criterio de unificación de las reglas uniformes y funciona (segunda función) es un criterio de atribución de CJI: el domicilio del demandado atribuye CJI con alcance general a los tribunales del Estado miembro en cuestión: si el demandado tiene su domicilio en España y estamos dentro del ámbito de aplicación material del Reglamento, la afirmación de la CJI de los tribunales españoles deriva de este texto. Tanto el Reglamento Bruselas I bis como la LOPJ son normas que determinan la CJI, no la competencia territorial (para determinar esta última ha de acudirse a los artículos 50 y ss.LEC); y que funcionan con independencia de otras cualidades del demandado. Pj: nacionalidad. Todo demandado que no esté domiciliado en un Estado miembro debe estar sometido, por regla general, a las normas nacionales sobre competencia judicial aplicables en el territorio del Estado miembro del órgano jurisdiccional que conozca del asunto. No obstante, si el demandado no esta domiciliado en la UE, dependerá del tipo de acción, si es competencia exclusiva (art 24 Bruselas I bis) aplicará la competencia exclusiva y no el principio general del domicilio del demandado. Es decir, deben aplicarse con independencia del domicilio del demandado. El foro del domicilio del demandado debe completarse con otros foros alternativos (esto quiere decir que podemos escoger entre uno u otro) a causa de la estrecha conexión existente entre el órgano jurisdiccional y el litigio o para facilitar una buena administración de justicia. Supuestos: Si queremos interponer la demanda a una sociedad con domicilio social en Francia ¿Dónde la debemos interponer? Debemos aplicar el criterio del artículo 4. ¿Si el demandado no tiene el domicilio, en ningún estado miembro como podemos saber si España es competente? A través de la LOPJ, pero, si España no es competente, ¿vamos a interpretar el domicilio del demandado como lo haría la ley española? No, ya que, el artículo 62 del reglamento nos dice que, si se trata de personas físicas que tengan domicilio en un determinado estado, se configurará de acuerdo con las reglas de ese estado. Esto con respecto a la interpretación del domicilio que hace el Bruselas I bis. Pueden producirse dos situaciones: Conflicto positivo: Es decir, según el Derecho interno español el demandado está domiciliado en España y según el Derecho francés está domiciliado en Francia, el actor puede acudir como foro general tanto a los tribunales españoles como a los franceses, pues desde la perspectiva de cada juez nacional el demandado estará domiciliado en su propio territorio (si acude a ambos, se producirá una situación de litispendencia internacional y el segundo deberá inhibirse a favor del primero, infra) Conflictos negativos. La solución es más compleja. Se plantea un conflicto negativo cuando, según el Derecho español, el domicilio del demandado no está en España (sino en Portugal, por ejemplo) y según el Derecho portugués el domicilio no está en Portugal (sino en España). En estos casos, para evitar el absurdo de considerar que el demandado no tiene su domicilio en un Estado miembro –y por lo tanto, no aplicar las reglas de competencia del Reglamento–, se han propuesto dos opciones: o acudir al criterio subsidiario de la residencia habitual, o permitir la elección del actor admitiendo una suerte de «reenvío». Esta segunda opción parece la más adecuada pues «refleja» la solución que acabamos de ver para el conflicto positivo. En el caso de las personas jurídicas (en sentido lato: cualquier entidad susceptible de ser parte en un proceso), el artículo 63 del Reglamento sí que establece una determinación uniforme del domicilio. En concreto, afirma que se considerarán domiciliadas «... en el lugar en que se encuentra su sede estatutaria, su administración central o su centro de actividad principal». Los tres criterios juegan como alternativos para determinar el foro general: cualquiera de ellos puede ser invocado por el actor como relevante para fijar el domicilio de la sociedad y, en consecuencia, para abrir el foro general. El actor escogerá la opción que le sea más favorable. Segundo criterio y tercer criterio: Sumisión tácita y expresa: art 26 Bruselas I bis: Las competencias exclusivas no pueden pactarse ni expresa ni tácitamente. Por tanto, no cabe sumisión expresa en competencias exclusivas. Debe respetarse la autonomía de las partes de un contrato, excepto en los contratos de seguros, los contratos celebrados por los consumidores o los de trabajo, en lo que solo se concede una autonomía limitada para elegir el órgano jurisdiccional competente, sin perjuicio de los criterios de competencia exclusiva. En el primer caso, i.e. sumisión expresa, las partes se ponen de acuerdo extrajudicialmente para someter el litigio a los tribunales españoles; nos encontramos ante un acuerdo o cláusula de elección de foro (o cláusula de jurisdicción). En el segundo caso, i.e. sumisión tácita, las partes realizan ciertos actos procesales que permiten presumir su voluntad de someterse a los tribunales españoles. Como se deduce de lo que acabamos de comentar, la voluntad de las partes puede jugar con dos efectos distintos. Un efecto positivo o prorrogatorio, cuando la voluntad común de las partes es que los tribunales españoles resuelvan el fondo del litigio. En tal caso, esa voluntad común puede implicar la atribución de CJI a los tribunales españoles, si carecían de ella conforme a las reglas de CJI que hemos analizado (foros generales y foros especiales), o sencillamente la confirmación de esa competencia, si ya la tenían de acuerdo con dichas reglas. Ejemplo. Imaginemos un contrato de compraventa internacional celebrado entre una empresa española y una francesa. Las partes acuerdan que tanto la entrega de los productos como el pago del precio tengan lugar en Francia. Imaginemos también que en el contrato incluyen una cláusula que dice lo siguiente: «Para cualquier controversia derivada de este contrato, incluida la propia existencia y validez, o de su interpretación, serán exclusivamente competentes los tribunales de Barcelona». El efecto positivo o prorrogatorio de dicha cláusula consiste en la atribución de CJI a los tribunales españoles. Si quien demanda aquí es la empresa española, los tribunales españoles tienen una competencia de la que carecerían en defecto de dicha cláusula; si quien demanda es la empresa francesa, la cláusula confirma la CJI que ya tenían en su defecto (ex artículo 4.1 Reglamento Bruselas I bis) y fijaría el tribunal territorialmente competente. Junto a ese efecto prorrogatorio, las cláusulas de elección de foro tienen un efecto negativo o derogatorio. El alcance de este segundo efecto es «derogar» la CJI que poseían los tribunales correspondientes en virtud de las reglas generales de atribución de competencia (foros generales y foros especiales). Ejemplo. Siguiendo con el ejemplo anterior, el efecto derogatorio de la cláusula se ve desde la perspectiva de los tribunales franceses: Si la empresa francesa decide plantear la demanda en Francia ex artículo 7.1 del Reglamento Bruselas I bis, la empresa española podrá invocar la existencia de dicha cláusula y el juez francés deberá declinar su competencia. Si las partes hubiesen escogido los tribunales franceses y la empresa española es demandada en España, el demandado, pese a tener su domicilio en España, podrá invocar el efecto derogatorio de la cláusula para instar la declinación de la competencia del juez español. Cuando se plantee ante nuestros tribunales la eficacia de una cláusula de elección de foro, el régimen normativo está recogido, fundamentalmente, en el artículo 25 del Reglamento Bruselas I bis, en el artículo 23 del Convenio de Lugano y en el artículo 22 bisLOPJ. En su caso, habrán de tenerse en cuenta los posibles convenios bilaterales que contengan reglas al respecto (como el Convenio con El Salvador) y los convenios multilaterales en materias particulares que prevalecen sobre el Reglamento Bruselas I bis (vid., por ejemplo, artículo 31 CMR). En los siguientes epígrafes vamos a estudiar únicamente las reglas principales: el artículo 25 del Reglamento Bruselas I bis (cuyo tenor coincide, en gran parte, con el artículo paralelo del Convenio de Lugano) y el artículo 22 bisLOPJ. Este precepto se aplica siempre que los tribunales elegidos sean los de un Estado miembro, con independencia del domicilio de las partes. Los tribunales escogidos deberán declarase competentes, aun cuando si no fuese por dicha cláusula carecerían de CJI, y los demás tribunales deberán declinar la CJI que eventualmente tendrían si no fuese por dicha cláusula. Puede así decirse que el artículo 25 prevalece sobre los demás foros previstos por el Reglamento (general y especiales), salvo los foros exclusivos y la sumisión tácita. El Convenio de Lugano establece un régimen equivalente en su ámbito de aplicación, esto es, y desde la perspectiva del juez español, típicamente cuando al menos una de las partes de la cláusula de elección tenga su domicilio en un Estado parte de dicho Convenio y hayan escogido los tribunales de Suiza, Islandia o Noruega. Si las partes de mutuo acuerdo desean someter la controversia a un determinado tribunal, este será competente a menos que el acuerdo sea nulo de pleno derecho en cuanto a su validez material según el derecho de dicho estado miembro. Para saber si un acuerdo es nulo de pleno derecho, debe decidirse con arreglo al derecho del estado miembro del órgano jurisdiccional o de los órganos jurisdiccionales designados en el acuerdo, incluidas las normas sobre conflictos de leyes de dicho estado miembro. Según el artículo 25.1 del Bruselas I bis, está competencia será exclusiva, salvo pacto contrario de las partes. Si las partes han pactado un determinado tribunal, pero se presenta ante otro tribunal pg. en milano, la sumisión tácita pasa por delante de los demás criterios si el demandado comparece u actúa. La comparecencia contestando al fondo sin oponerse a la competencia, provoca la sumisión tácita. Para que no se produzca hay que impugnarla para que no produzca efectos. El demandado puede ejercer una reconvención, por tanto, el tribunal competente para la acción será competente para la reconvención. Art 8 Bruselas I bis. Si hay dos codemandados con domicilios en dos estados miembros distintos, cualquiera de ellos será competente. Podremos elegir el domicilio de cualquiera de ellos. Si uno o varios de los demandados tienen domicilio en estados miembros pero otro demandado tiene domicilio fuera de la UE respecto frente a estos otros la competencia no viene atribuida por el Bruselas ni por el CL sino por la LOPJ cuando se trata de España. Si el pacto es de sumisión expresa exclusiva o no se dice nada, se interpreta como exclusiva, el tribunal competente será el tribunal elegido, pero no otro. La sumisión puede ser exclusiva o no exclusiva. La exclusiva es cuando expresamente se han reservado un determinado tribunal y la no exclusiva es cuando han propuesto un determinado tribunal, pero se guardan la posibilidad de interponerlo ante otro. Fuera del ámbito de aplicación del Reglamento y de los Convenios, el régimen de las cláusulas de elección de foro en nuestro Derecho positivo está regulado en el artículo 22 bis y 22 ter (4) LOPJ. El primero regula su eficacia prorrogatoria y el segundo, la derogatoria. La otra forma en la que puede jugar la autonomía de la voluntad en esta sede es como criterio de atribución de CJI mediante determinados comportamientos procesales: la presentación de la demanda por parte del actor ante los tribunales de un Estado y la no impugnación de la competencia por parte del demandado. El legislador presupone que estos comportamientos implican la voluntad tácita de someterse a los tribunales de ese Estado. En el Derecho español, el régimen de sumisión tácita, como criterio de atribución de CJI a los tribunales españoles, está previsto en el artículo 26 del Reglamento Bruselas I bis, en el artículo 24 del Convenio de Lugano y en el artículo 22 bis (3) LOPJ. Aunque el resultado final coincida (la afirmación de la CJI de los tribunales españoles), desde la perspectiva de los tribunales españoles, el Reglamento Bruselas I bis es formalmente aplicable si estamos en su ámbito de aplicación material (artículo 1) y el demandado tiene su domicilio en un Estado miembro; el Convenio de Lugano, cuando el domicilio del demandado se encuentre en Suiza, Noruega o Islandia. La LOPJ será aplicable en los demás casos (aunque siempre deben tenerse en cuenta los posibles convenios bilaterales o multilaterales que contengan reglas aplicables). Antes de analizar el régimen en cada uno de esos textos, es importante tener en cuenta que el criterio de atribución de CJI basado en la sumisión tácita puede verse desde dos perspectivas. (a) O como una forma de manifestación de la voluntad al comienzo del proceso, equiparable a una cláusula de elección de foro (TJUE as. 48/84): el legislador deduce de ciertas conductas procesales objetivas la voluntad –tácita o ficticia– de someterse a unos determinados tribunales. (b) O como una regla de preclusión de la excepción de falta de CJI. Si el demandado no comparece, el juez asume el control de la CJI; en cambio, si comparece, se le impone a él la carga de impugnar la competencia, y si no lo hace de la forma exigida y en el momento procesal oportuno, le precluye esa posibilidad. Una de las funciones de la sumisión tácita, en este sentido, sería evitar que surgiesen cuestiones de competencia a lo largo del proceso; o dicho de otro modo, procurar que los problemas de competencia quedasen resueltos lo antes posible. Esta perspectiva se halla implícita en el tratamiento positivo de la sumisión tácita y, en consecuencia, el estudio de la sumisión tácita que se hace a continuación debe completarse con las consideraciones que haremos en el tema correspondiente al régimen de control de la competencia. Cuarto criterio: Competencias especiales: como sucede con las competencias exclusivas, las especiales son por razón de la materia. Todos los otros criterios caben en cualquier materia SALVO en las competencias exclusivas. Las competencias especiales tienen un rango jerárquicamente inferior con respecto a las exclusivas (art 7 Bruselas I bis). Fundamentalmente tiene 4 características: - - - Principio de proximidad razonable. Se basan en la existencia de una conexión particularmente estrecha entre la controversia y los tribunales españoles, que justifica una atribución de competencia a éstos en aras a una buena administración de justicia. Deben ser foros objetivamente previsibles para el demandado. Es un sistema de tipificación legal: el grado de conexión o vinculación necesaria para atribuir CJI a los tribunales españoles no es algo que se deje a la apreciación judicial, sino que viene tipificado por el legislador y son numerus clausus. Los tribunales españoles no son competentes para conocer de cualquier litigio que presente una vinculación razonable con España, sino sólo para conocer de aquéllos que presentan la vinculación tipificada por el legislador. Frente al foro general del domicilio del demandado, los foros especiales son subsidiarios: los tribunales españoles pueden ser competentes porque el domicilio del demandado esté en España o, en su defecto, porque aquí se verifique el foro especial. En el caso de que tanto el domicilio del demandado como el foro especial se verifiquen en España, formalmente el juez español sólo puede declararse competente en virtud del primero. Advertencia. Esta relación de subsidiariedad se plantea desde la perspectiva del juez nacional. Desde la perspectiva del actor, cuando el foro general corresponde a un Estado y el foro especial a otro, ambos se ven como alternativos: puede demandar en el primero, en virtud del foro general, o en el segundo, en virtud del foro especial. Si, por ejemplo, en un litigio relativo a un contrato, el domicilio del demandado se encuentra en California y el contrato se debe cumplir en España, el actor puede demandar en California (cuyo Derecho reconoce también como foro general el domicilio del demandado) o en España en virtud del 22 quinquies, a) LOPJ (ya que el lugar de cumplimiento del contrato es España). El sistema de Bruselas tiene unos subsistemas dentro que no trataremos en el curso, se trata de los contratos de consumo (contratos de consumidores). Es cerrado en sí mismo. Contratos individuales de trabajo y contratos individuales de seguros. El reconocimiento de las sentencias con las materias del I bis, se reconocen en los demás estados miembros sin controlar como regla general la competencia del tribunal de origen. Es decir, a los efectos de la libre circulación de las resoluciones judiciales, una resolución dictada en un Estado miembro debe reconocerse y ejecutarse en otro estado miembro incluso si se ha dictado contra una persona NO domiciliada en un estado miembro. Esto quiere decir que se da por bueno, aun pisoteando las reglas de CJI, ya que esto es cosa del demandado de no haber impugnado. A esta regla de no control de la competencia del tribunal de origen, se excluyen las competencias exclusivas. En caso de que este en juego una competencia exclusiva si que se van a controlar. La segunda cuestión que debemos tener en cuenta es que para ciertos casos en los que el demandado tiene domicilio en la UE, establece unas reglas uniformes al igual que en el campo de competencias exclusivas que no dan juego a interpretación. Pero estas reglas que son uniformes dejan un espacio de las normas de competencia judicial en el sistema autónomo. Cualquier sentencia dictada en el ámbito material del Bruselas I es objeto de RyE en el régimen del Bruselas I. El funcionamiento armonioso de la justicia exige reducir al máximo la posibilidad de procedimientos paralelos y evitar que se dicten en estados miembros distintas resoluciones contradictorias. Se ha de prever un mecanismo claro y eficaz que permita resolver los casos de litispendencia y conexidad. Sin embargo, a fin de mejorar la eficacia de los acuerdos exclusivos de elección de foro y de evitar las practicas litigiosas abusivas, es necesario prever una excepción a la norma general de litispendencia para resolver satisfactoriamente una situación particular en la se desarrollen procedimientos paralelos. Esta situación se produce cuando conoce del asunto en primer lugar un órgano jurisdiccional no designado en un acuerdo exclusivo de elección de foro y, a continuación, se somete ante el órgano jurisdiccional designado una acción entre las mismas partes, con el mismo objeto y la misma causa. En tal caso, debe exigirse que el órgano jurisdiccional que conoció del asunto en primer lugar suspenda el procedimiento tan pronto como la demanda se presente ante el órgano jurisdiccional designado y hasta que este último se declare incompetente conforme al acuerdo exclusivo de elección de foro. Se garantiza así que, en tal situación el órgano jurisdiccional designado tenga prioridad para decidir sobre la validez del acuerdo y sobre el alcance de su aplicabilidad al litigio que conoce. El órgano jurisdiccional designado debe poder actuar con independencia de que el órgano jurisdiccional no designado ya se haya pronunciado sobre la suspensión del procedimiento. Esta excepción no debe aplicarse a aquellas situaciones en las que los partes hayan celebrado acuerdos exclusivos de elección de foro contradictorios, ni cuando la demanda se haya interpuesto en primer lugar ante un órgano jurisdiccional designado en un acuerdo exclusivo de elección de foro. En tales casos, debe aplicarse la norma general sobre la litispendencia del Bruselas I bis. La sumisión tácita por parte del demandado se deriva de la suma de dos condiciones: comparecencia y no impugnación de la CJI Las competencias exorbitantes: son competencias que sirven para atraer al tribunal personas que no están domiciliadas en la UE, sean nacionales o no de la UE. La sentencia se reconoce y se ejecuta en los otros estados miembros en el régimen de Bruselas I bis. Son competencias que no se pueden ejercer contra los domiciliados. Resumen: Competencia judicial internacional (II): el caso de las “obligaciones contractuales” (Ejemplo Caso 3) Los supuestos más típicos que veremos serán los incumplimientos contractuales y los hechos dañosos. En materia civil y mercantil en competencia y reconocimiento tenemos el Bruselas I bis (arts 4 – 26). Estas normas establecen una relación jerárquica entre ellos. Y para ello nos servimos de una pirámide ilustrativa, la cúspide de la pirámide están las normas de competencia exclusivas (art 24), y estas establecen el monopolio (conocimiento) de determinadas materias por razón del interés público. Cuando el objeto del litigio cabe en estos supuestos, significa que ningún tribunal europeo diferente al que le compete podrá conocer de esta materia. Las competencias exclusivas prevalecen, se encuentre el domicilio del demandado o no es un estado miembro. Recordemos, para aplicar el Bruselas I bis, tenemos que tener en cuenta los 4 ámbitos, el ámbito temporal siempre se va a aplicar siempre porque rige a partir del 2015. El territorial, todos los estados miembros + Dinamarca + U.K, por tanto, cuando nos encontremos con un supuesto de determinar si se aplica el BIBis, habrá que mirar si se cumplen todos los ámbitos. En el ámbito material, ya sabemos que es civil y mercantil. Este ámbito es objeto de una interpretación autónoma, es decir, que se establece de acuerdo con los esquemas y los objetivos del reglamento + los principios de los estados miembros. El reglamento, señala que materias no entran en consideración dentro del ámbito de aplicación material, y asimismo el articulo 1. Primero habrá que justificar que se cumplen los ámbitos. (en los casos prácticos) En el ámbito de aplicación material, debe existir, como sabemos una conexión suficiente con Europa. Las excepciones a esta regla están relacionadas con los foros. Entonces: 1) Conexión con Europa, pero habrá que ver el objeto de la materia sobre la que se esta llevando a cabo el litigio, por ejemplo, un contrato de arrendamiento será solo competencia exclusiva de los tribunales españoles. Por tanto, no será lo mismo incumplir un contrato de arrendamiento con bienes sitos en España que una servidumbre de paso. 2) La regla general es el domicilio del demandado, pero siempre deben relacionarse con otros foros. Este es el foro general. 3) Las competencias exclusivas art 24 (cúspide de la pirámide): En competencias exclusivas no cabe ni sumisión tacita ni sumisión expresa. Las competencias exclusivas deben interpretarse restrictivamente. Es importante distinguir entre las acciones personales (pedir el pago) y la acción real (restituye el inmueble), solo las reales están cubiertas por las competencias exclusivas. Todo ello para restringir el ámbito cognitivo del 24 Bruselas I bis. Las competencias exclusivas se relacionan con el régimen de competencia y RyE. CASO 3: Vendedor Figueres comprador en UK, la maquina se debe instalar en Lituania. Se entrega la máquina, la maquina llega al destino. Y el vendedor cumple con su obligación, pero el comprador considera que la maquina no se corresponde con lo que tenia anunciado el vendedor y entonces dice que no pagara el precio completo sino a precio reducido. Cosa a la que el vendedor se opone. Nuestro cliente es el vendedor, no debemos olvidar la estrategia del otro. ¿Son competentes los tribunales españoles? Si, porque el domicilio del demandado forma parte de la UE, y recordemos Bruselas I bis aplica a los estados miembros. ¿Pero podría demandarse en otro lugar? Si, en el estado donde debe entregarse la mercancía, art 7.1.b Lo primero que debemos tener en cuenta es que los foros especiales son alternativos al domicilio del demandado de un Estado miembro. Se llaman foros especiales por razón de la materia cuyo objeto deben ser de materia contractual, debe ser una materia de estos foros para que pueda aplicarse este artículo. Los principios que inspiran este 7.1, son los del considerando 16 (proximidad). En las obligaciones Bruselas I Bis tenemos el artículo 7.1, es el mismo artículo 5.1 del C.L (cuando este resulte aplicable) y el mismo artículo 22 quiques a), este ultimo debe interpretarse en armonía con el 7.1. Los foros alternativos del 4 y 7.1 son alternativos, es decir el demandante podrá escoger entre demandar en el domicilio del demandado o entre demandar donde deben entregarse las mercancías. A continuación, haremos un examen mas exhaustivo del 7.1 y 7.2: ¿Qué ha de entenderse por materia contractual? Articulo 7.1 y 7.2: debe interpretarse de manera autónoma, y esta tarea la desarrolla el tribunal de justicia de la UE. Siempre estaremos ante materia contractual cuando exista un compromiso de una parte contra la otra o un compromiso reciproco. El caso Hantle fue el que nos permitió aclarar que es la materia contractual. No se deben interpretar de acuerdo con el derecho nacional. 7.1 a): El 7.1 señala que una persona domiciliada en un EM podrá ser demandado en otro EM en materia contractual, en el lugar de cumplimiento de la obligación (principal) que sirve de base a la demanda. En su defecto, el TJUE ha entendido que ese lugar se determina conforme a la lex contractus, esto es, la ley nacional (material) que rija el contrato (TJUE as. 12/76: el lugar de cumplimiento «... se determina con arreglo a la ley aplicable a la obligación controvertida, según las normas de conflicto del órgano jurisdiccional que conoce del asunto»). La regla vale tanto si es aplicable el Derecho conflictual del foro (Reglamento Roma I, infra tema 24) como si es aplicable el Derecho uniforme Esta es la regla general. 7.1 b) Regla especial. “salvo pacto en contrario el lugar será en” (…) Habrá que ver primero, si es materia contractual y luego si es Contrato de compraventa de mercancías o un contrato de prestación de servicios. Este foro solo aplica a estos dos contratos y existen mas tipos de contratos que se pueden ir por el 7 pero no en el 7.1.b. Los contratos de CV y de PPSS son definiciones autónomas también, porque los derechos de los EM no tienen un concepto único sobre lo que estos son. Las expresiones de “a efectos” y “salvo pacto” son las palabras claves que nos determinarán la aplicabilidad de este artículo. En estos dos tipos contractuales, la obligación relevante no es realmente la que sirve de base a la demanda, sino la que caracteriza el contrato. En estos casos, además, el lugar de cumplimiento de la obligación principal, i.e. la entrega de las mercancías o la prestación de los servicios, se determina de forma autónoma. No por remisión a la lex contractus. Naturalmente, en primer lugar, se estará a los términos del contrato. Deberán consultarse las cláusulas contractuales relativas al lugar dónde el comprador o alguien actuando por su cuenta ha de hacerse cargo de las mercancías (incluidos, en su caso, los INCOTERMS, vid. STJUE as. C-87/10) o donde debe prestarse el servicio encargado. Si de este análisis no es posible concluir la existencia de un acuerdo de las partes sobre el lugar de cumplimiento, en vez de acudir a lo que disponga la ley que rige el contrato (como procede en el caso del que sea aplicable el apartado (a) del artículo 7.1), el TJUE ha entendido que debe hacerse una determinación autónoma o uniforme del lugar de cumplimiento y así, en los casos de compraventa debe estarse al lugar de entrega material de la mercancía al comprador en el destino final, i.e. donde el comprador adquirió o hubiera debido adquirir la facultad de disponer efectivamente de las mercancías en el destino final. Cuestiones particulares. (a) INCOTERMS. En relación al uso de INCOTERMS u otras cláusulas estandarizas, el TJUE ha concluido que son un elemento relevante para determinar el lugar de entrega, pero siempre que permitan «identificar un lugar de entrega de manera clara». Debe analizarse, en particular, si dichas cláusulas fijan únicamente las condiciones relativas al reparto de riesgos o gastos de transporte o si designan también el lugar de entrega. Así sucede, por ejemplo, con la cláusula Ex work, que fija como lugar de entrega el domicilio del vendedor (as. C-87/10, C-196/15); en cambio, en las ventas por expedición, en las cuales el vendedor debe entregar esos bienes al primer transportista para su remisión al comprador, lo relevante es el lugar donde este último debe tomar posesión material de las mismas. En concreto, el tribunal del lugar donde se lleva a cabo la entrega principal en términos económicos, y si no es posible identificar este lugar, cualquiera de ellos a elección del actor. (7.1 c) Regla que determina que cuando no aplique b aplicará a. Este aplicara cuando a pesar de darse las primeras dos condiciones, es decir es UE, y es un contrato de compra venta, el lugar donde debe cumplirse la obligación que sirve de base a la demanda, es un tercer estado no miembro, por ejemplo, que la mercancía se entrega en marruecos. Y aquí puede ser que haya un tribunal alternativo, porque aplicaremos el apartado a). La regla especial prevista para los contratos de compraventa de mercaderías y de prestación de servicios no juega, y ha de volverse a la regla general (artículo 7.1.a), en dos tipos de supuestos: (a) cuando las partes han fijado contractualmente el lugar de pago (como vimos, los problemas del artículo 7.1 del Convenio de Bruselas surgían en aquellos casos en los que el lugar de pago venía fijado ex lege), (b) o cuando esa prestación característica debe cumplirse en un tercer Estado. Ejemplos. Imaginemos una firma española que vende ordenadores a una firma belga y, ante la falta de pago por esta última, decide presentar una demanda ante los tribunales españoles sobre la base del artículo 7.1. En este caso, si las partes no han fijado en el contrato el lugar de pago, la competencia corresponde a los tribunales del lugar de entrega de las mercancías, aunque esta obligación no sea la que fundamenta la demanda del actor. Para determinar el lugar de entrega de las mercancías, hay que estar a lo que las partes hayan dispuesto en el contrato. En este mismo ejemplo, si las partes hubiesen acordado expresamente el pago en España, los tribunales españoles serían competentes directamente en virtud del artículo 7.1 (a) (lugar de cumplimiento de la obligación que sirve a la demanda). Lo mismo valdría si las partes han acordado que la entrega de los ordenadores ha de tener lugar en un tercer Estado. Al hilo de este ejemplo, es necesario señalar que se discute cuál es el significado de los términos «y salvo pacto en contrario» que utiliza el encabezamiento del artículo 7.1.b. La interpretación más razonable de esa expresión, además de que probablemente sea la que mejor encaja con su génesis, es referirla a la determinación expresa del lugar de pago. En ese sentido, la autonomía de la voluntad puede jugar para fijar el lugar de cumplimiento de cualquier obligación derivada del contrato distinta de la principal, (por ejemplo, el pago) y así excluir el juego del principio de concentración de litigios y volver a la aplicación de la regla general prevista en el artículo 7.1 (a). Por eso pude decirse que el juego de la regla especial contemplada en el artículo 7.1 (b) es dispositivo. Las consideraciones anteriores son aplicables, mutatis mutandi, frente a demandados con domicilio en Suiza, Noruega o Islandia, en virtud del Convenio de Lugano. Cuando el domicilio del demandado se encuentra en un tercer Estado, y a salvo del juego de los convenios bilaterales, la CJI de los tribunales españoles, en materia contractual, viene determinada por la LOPJ [artículo 22 quinquies, (a)]. Las diferencias más significativas con el régimen del artículo 7.1 del Reglamento Bruselas I bis son dos: (a) Los foros especiales de la LOPJ determinan la CJI pero no la territorial (ésta quedará sujeta a las reglas de la LEC); (b) El artículo 22 quinquies (a) LOPJ sólo prevé una regla: «que la obligación objeto de la demanda se haya cumplido o deba cumplirse en España». El legislador español no ha incorporado expresamente la norma especial que prevé el Reglamento europeo para los contratos de compraventa de mercaderías y de prestación de servicios, aunque no es descartable que se pueda alcanzar una solución semejante por vía de desarrollo judicial. Para responder prácticamente habrá que realizar estas 3 preguntas: ¿Está domiciliado en la UE? ¿Es un contrato? ¿Es un contrato de CV o de PPSS?? Resumen de sentencia a examinar sobre este tema: Sentencia Electrosteel Europe SA y Edil Centro SpA. La petición de decisión prejudicial tiene por objeto la interpretación del artículo 5, número 1, letra b), primer guión, del Reglamento (CE) nº 44/2001 del Consejo, de 22 de diciembre de 2000, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil (DO 2001, L 12, p. 1; en lo sucesivo, «Reglamento»). 2 Dicha petición fue presentada en el marco de un litigio entre Electrosteel Europe SA (en lo sucesivo, «Electrosteel»), con domicilio social en Arles (Francia) y Edil Centro SpA (en lo sucesivo, «Edil Centro»), con domicilio social en Piovene Rocchette (Italia), por la ejecución de un contrato de venta de mercancías. Mediante escrito de oposición, la compradora propuso, con carácter previo, una excepción de falta de competencia del juez italiano que conocía del asunto, en virtud de lo dispuesto en el Reglamento. En apoyo de esa excepción, la compradora alegó que tenía su domicilio social en Francia y que, por tanto, en el presente litigio la demanda debería haberse interpuesto ante un órgano jurisdiccional de ese Estado miembro. 10 Por el contrario, Edil Centro pretende que el contrato, celebrado en su propio domicilio social, sito en Italia, contiene la cláusula «Resa: franco ns. [nostra] sede» («Entrega: franco nuestro domicilio») referente al lugar de entrega de las mercancías y que, por consiguiente, los órganos jurisdiccionales italianos son competentes para conocer del litigio. Edil Centro se refiere a los términos elaborados por la Cámara de comercio internacional, con sede en París, llamados «Incoterms» («international commercial terms»), en su versión publicada en 2000 (en lo sucesivo, «Incoterms»), redactados en inglés, lengua oficial de éstos, y alega que la cláusula «Resa: franco nostra sede» corresponde al Incoterm «EXW» («Ex Works»), puntos A4 y B4 de éste, que designa el lugar de entrega de las mercancías. El problema radica en que se produce una duda en la interpretación de las clausulas contactuales establecias en los incoterms , debido a que se desprende que la mercancía objeto del contrato controvertido fue entregada a la compradora por un transportista que se hizo cargo de dicha mercancía en Italia, en el domicilio social de la vendedora, y la entregó en Francia, en el domicilio social de la compradora. Ante ello, el tribunal interpone una cuestión prejudicial ante el tribunal de justicia, preguntándose, cual criterio se ha de tomar en cuenta a la hora de interpretar el articulo (antiguo) (5.1 a aprtado b) , es decir, si cuando se trata de un contrato de mercancías se ha de tomar en cuenta como LUGAR DE ENTREGA DE LAS MERCANCIAS: a) El lugar donde se ha que, según el contrato, hubieren sido o debieren ser entregadas las mercaderías, en el sentido de que el lugar de la entrega, pertinente a efectos de determinar el juez competente, es el lugar de destino final de las mercaderías objeto del contrato. b) o bien aquel en el que el vendedor cumple la obligación de entrega, con arreglo a la normativa sustantiva aplicable al caso concreto, o cabe una interpretación distinta de la citada norma?» A su efecto, el tribunal señalo: “Debe interpretarse en el sentido de que, en caso de venta por correspondencia, el lugar en el que, según el contrato, hubieren sido o debieren ser entregadas las mercaderías habrá de determinarse basándose en lo que disponga el propio contrato. Añadió que si resulta imposible determinar sobre esta base el lugar de entrega, sin remitirse al Derecho sustantivo aplicable al contrato, dicho lugar será el de la entrega material de las mercancías, en virtud de la cual el comprador adquirió o hubiera debido adquirir la facultad de disponer efectivamente de dichas mercancías en el destino final de la operación de compraventa”. De este modo, para determinar en el marco de un contrato el lugar de entrega en el sentido del artículo 5, número 1, letra b), primer guión, del Reglamento, el órgano jurisdiccional nacional debe tener en cuenta todos los términos y todas las cláusulas pertinentes de dicho contrato, incluidos, en su caso, los términos y cláusulas generalmente reconocidos y consagrados por los usos mercantiles internacionales, como los Incoterms, dado que permiten identificar dicho lugar de manera clara. Por el contrario, cuando las mercancías objeto del contrato únicamente transitan por el territorio de un Estado miembro que es un tercero respecto tanto del domicilio de las partes como del lugar de remisión o de destino de las mercancías, procede comprobar, en particular, si el lugar que figura en el contrato, situado en el territorio de tal Estado miembro sirve únicamente para repartir los costes y los riesgos vinculados al transporte de las mercancías o bien si constituye también el lugar de entrega de éstas. 25 Incumbe al órgano jurisdiccional remitente apreciar si la cláusula «Resa: franco [nostra] sede», recogida en el contrato controvertido en el litigio principal, se corresponde con el Incoterm «Ex Works», puntos A4 y B4 o a otra cláusula o a otro uso habitual en el comercio por el que se puede designar, de manera clara, sin que sea necesario recurrir al Derecho sustantivo aplicable al contrato, el lugar de entrega de las mercancías de conformidad con dicho contrato. Habida cuenta de las consideraciones que preceden, procede responder a la cuestión planteada que el artículo 5, número 1, letra b), primer guión, del Reglamento debe interpretarse en el sentido de que, en caso de venta por correspondencia, el lugar en el que, según el contrato, hubieren sido o debieren ser entregadas las mercaderías habrá de determinarse basándose en lo que disponga el propio contrato. A fin de comprobar si el lugar de entrega está determinado «según el contrato», el órgano jurisdiccional nacional que conozca del asunto debe tener en cuenta todos los términos y todas las cláusulas pertinentes de dicho contrato que designen de manera clara dicho lugar, incluidos los términos y cláusulas generalmente reconocidos y consagrados por los usos mercantiles internacionales, como los Incoterms elaborados por la Cámara de Comercio Internacional, en su versión publicada en 2000. Si resulta imposible determinar sobre esta base el lugar de entrega, sin remitirse al Derecho sustantivo aplicable al contrato, dicho lugar será el de la entrega material de las mercancías, en virtud de la cual el comprador adquirió o hubiera debido adquirir la facultad de disponer efectivamente de dichas mercancías en el destino final de la operación de compraventa Llei aplicable (I): conceptes generals A partir de ahora vamos a estudiar la tercera, i.e. vamos a analizar cómo se determinan las normas materiales que un juez español ha de aplicar para resolver el fondo de un litigio derivado de una relación jurídico-privada vinculada con varios Estados. Según Quim, cuando hablamos de ley aplicable hablamos de un sector del DIPr. Ley aplicable en un caso concreto significa al saco donde vamos a meter la mano para sacar la norma que vamos a aplicar. Ejemplo 1. Una empresa española (principal) ha concluido un contrato de distribución exclusiva con una empresa francesa (distribuidor). El contrato abarca el mercado francés y el alemán. La empresa española decide resolver el contrato y así se lo notifica a la firma francesa. Sin embargo, ésta entiende que la resolución es abusiva y decide plantear una demanda ante los juec es españoles reclamando una indemnización por los daños y perjuicios sufridos y, además, una compensación por clientela. Ya sabemos que los jueces españoles son competentes para conocer de dicha reclamación en virtud de que el demandado tiene su domicilio en España. Una vez declarada su competencia (y satisfechos los otros presupuestos procesales), el juez se ve ante la tesitura de resolver el fondo del litigio, esto es, de dar una respuesta material a la pretensión del actor. Habida cuenta de que el contrato presenta vínculos con tres ordenamientos jurídicos, el español, el francés y el alemán, es necesario decidir cuál de los tres se va a aplicar al contrato y, en consecuencia, va a servir al juez español para estimar o desestimar la pretensión del actor . Las normas de conflicto (NdC) son las normas que nos indican qué ley material, la española o una extranjera, debe aplicar el juez español para resolver el fondo del litigio. La norma de conflicto remite una determinada controversia jurídica a un determinado ordenamiento jurídico, sea nacional o extranjero, y es en dicho ordenamiento donde debemos buscar la respuesta a esas preguntas. La identificación de la ley material aplicable responde, en términos generales, a la idea la vinculación más estrecha o más significativa: la función primordial de la norma de conflicto es localizar una relación jurídica, o un aspecto de ésta, en la ley estatal con la cual dicha relación presenta la vinculación más estrecha o significativa. Es lo que el DIPr clásico llamaba su «sede natural» o su «centro de gravedad». No se trata, en principio, de buscar un determinado resultado material («justicia material»), cuanto de buscar el ordenamiento con el cual el supuesto presenta una vinculación más significativa («justicia conflictual») y, por ello, en el cual encuentra su «sede natural». La cláusula de los vínculos más estrechos funciona entonces como una cláusula que habilita al juez para analizar y ponderar los vínculos del supuesto con distintos ordenamientos jurídicos y buscar los más relevantes en cada situación. Es importante atender a la formulación de la cláusula de escape para ver su mayor o menor excepcionalidad. Ejemplo. El artículo 4.1 del Reglamento Roma II establece que «la ley aplicable a una obligación extracontractual que se derive de un hecho dañoso es la del país donde se produce el daño». No obstante, el apartado 3 de ese mismo precepto prevé que «si del conjunto de circunstancias se desprende claramente que el hecho dañoso presenta vínculos manifiestamente más estrechos con otro país distinto..., se aplicará la ley de este otro país». Los adverbios «claramente» (por error, omitido en la versión en español del texto) y «manifiestamente» señalan, no obstante, la excepcionalidad de esta cláusula. El tribunal debe aplicar primero la ley: Ley foris = ley causa. Es la ley que regula la cuestión que tenemos planteada. Una vez determinado que el tribunal español es competente pues aplicaremos la ley interna. Pero esta no es siempre la norma general para aplicar. Esta solución se sigue en algunos casos y la veremos mas en materia de contratos. Se llaman normas imperativas de DIPr, son residuales, pero pueden aplicarse en ciertas situaciones y puntualmente. Pero en algunos sistemas es el que se usa. Pj: No todos los estados miembros están vinculados por el Roma III (divorcio y separación). La ley aplicable en este caso, ciertos estados como Suecia o UK en materia de divorcio solo se sabrá la CJI pero si son competentes aplica automáticamente la ley foris. Las leyes de policía o normas internacionalmente imperativas son aquellas normas que se imponen sea cual sea la ley aplicable conforme a las normas de conflicto generales. Una definición bastante acertada del concepto de normas de policía es la recogida en el artículo 9 del Reglamento Roma I: «Una ley de policía es una disposición cuya observancia un país considera esencial para la salvaguardia de sus intereses públicos, tales como su organización política, social o económica, hasta el punto de exigir su aplicación a toda situación comprendida dentro de su ámbito de aplicación, cualquiera que fuese la ley aplicable al contrato según el presente Reglamento». En bastantes ocasiones, con este concepto se alude a normas regulatorias o de naturaleza jurídico-pública pero que pueden incidir en las relaciones de Derecho privado. Como se deduce de esa definición, las normas de policía también delimitan su ámbito de aplicación espacial mediante una técnica unilateral. Esta delimitación puede ser explícita o implícita. Ejemplo. Son normas de policía, por ejemplo, las que prohíben la exportación de determinados bienes desde el territorio español o el comercio de determinadas sustancias en España. Estas normas deben respetarse aunque el contrato quede sujeto a una ley extranjera según la norma de conflicto general. Otra solución es la de normas materiales especiales de DIPr. Lo que se busca al final es una norma nacional, pero la duda es si es de ese estado no de otro. Pero esa norma nacional es la misma solución que para un caso interno cuya ley aplicamos. Por tanto, tendremos unas normas de DIPr para el trafico internacional interno y unas normas de DIPr de trafico internacional externo. Las normas materiales especiales para supuestos de tráfico externo son, como su propio nombre indica, normas que establecen un régimen material, i.e. no hacen una remisión sino que prevén una consecuencia jurídica material, y que se dirigen a supuestos de tráfico externo, i.e. están específicamente dirigidas a las relaciones privadas internacionales, no a los supuestos puramente internos. Son normas de DIPr material. Estas normas, en todo caso, suelen contener un elemento de delimitación de su ámbito de aplicación espacial o, en ocasiones, hay que deducirlo por vía interpretativa de su sentido y finalidad. E incluso no es descartable que su aplicación quede condicionada a una remisión conflictual previa de tal modo que sólo se aplican si forman parte del ordenamiento designado por la norma de conflicto. En el primer caso, la aplicación de la norma material especial es independiente, mientras que en el segundo depende de la solución conflictual. Por último, tenemos las normas de conflicto de leyes. La norma del estado y la capacidad por ejemplo es una norma de conflicto. Sobre las normas de conflicto se monta toda la teoría del DIPR y es un invento de Savigni. Las normas de conflicto no son normas materiales, no contienen una consecuencia jurídica material a un supuesto de hecho, esto es, no nos dicen si procede una condena al pago de daños y perjuicios por incumplimiento contractual o si procede declarar el divorcio de los cónyuges, sino que son un tipo especial de normas de remisión. Primero se aplica la norma de conflicto española y luego las normas materiales designadas por ella, españolas o extranjeras. La norma de conflicto remite una determinada controversia jurídica a un determinado ordenamiento jurídico, sea nacional o extranjero, y es en dicho ordenamiento donde debemos buscar la respuesta a esas preguntas. Primera cosa que hemos de tener en cuenta al momento de tener las 3 posibilidades, si tuviésemos una visualización de las normas de DIPR las normas del sector de ley aplicable del DIPR tendríamos ocupando todo las NdC. En nuestro ordenamiento tenemos una norma de conflicto para el estado y la capacidad, otra para los efectos del matrimonio, etc. Las otras normas ocupan pequeñas regiones (las primeras dos) y nos dan soluciones particulares. Por ejemplo: Convenio de Viena del 80 sobre la CV de mercancías. Empecemos a explicar mejor cada una de ellas: Las normas materiales especiales de DIPr como todas las otras pueden estar en el DIPR autónomo o en el DIPR institucional o convencional. Son un pronunciamiento del legislador acerca de una solución especifica en el tráfico privado internacional. Escasean mucho, tiene que darse una circunstancia en concreto para que el tribunal piense que debe aplicar distinto. Ahora en el caso de normas que estén en textos internacionales, es decir DIPR institucional o convencional, los casos son mas frecuentes porque hay que unificarlos. Por ejemplo, tenemos un régimen civil, mercantil, internacional e institucional de la CV. (…) CLASE. Nota de voz. (FALTA) Llei aplicable (II): el cas de les “obligacions contractuals” (Exemple Cas 3) Distinció procediment/substància, fons/forma Para reducir esta incertidumbre en la que se mueven los contratos internacionales, los Estados han establecido diferentes reglas supra-nacionales uniformes. Estas reglas son de dos tipos. (a) Unos textos armonizan las normas de conflicto, esto es, las normas que designan la ley estatal que se va a aplicar a un contrato internacional. En el Derecho español el texto fundamental es el Reglamento 593/2008, de 17 de junio de 2008, sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales (conocido como Reglamento Roma I). (b) Otros textos armonizan el Derecho material. Su propósito no es designar la ley de un Estado como ley aplicable al contrato, sino establecer un régimen contractual uniforme al margen de los Derechos nacionales. Es un Derecho de los contratos supranacional. El texto más relevante es el Convenio de Viena de 11 de abril de 1980 sobre compraventa internacional de mercaderías. Este convenio regula la formación del contrato y los derechos y obligaciones del vendedor y del comprador dimanantes de ese contrato (artículo 4). Este texto, como la mayoría del Derecho contractual, es dispositivo: las partes pueden excluir total o parcialmente su aplicación (artículo 6). Hablábamos de que hay un telón de fondo que queda gobernado por normas de conflicto de leyes, estas normas describen en su supuesto una categoría de situaciones jurídicas a las cuales se le atribuyen consecuencias jurídicas, la cual es la aplicación de la ley de un estado. Tanto en el Roma I como en el Roma II sabemos que es independiente, puede ser tanto de la UE como no (tercer estado). Las normas de conflicto al utilizar grandes categorías cubren todo el aspecto del derecho privado que pueden ser o menos amplias, por ejemplo, la capacidad de obrar la entendemos en cualquier ámbito de derecho privado. Lo que es el derecho material es bastante detallado pero lo que es el derecho conflictual es bastante complicado de delinear porque es bastante amplio a la hora de definir ciertos conceptos y utiliza grandes categorías tales como, “sucesión por casa de muerte” “contratos” etc.… Sobre esta técnica llamada indirecta de las normas de conflicto podemos proyectar las otras técnicas, tales como las normas imperativas del derecho internacional privado de los Romas y por otra parte las normas de derecho material del DIPr. En el Roma I podemos esperar que nos determine cual es la ley aplicable a los contratos internacionales. No hay definición de que es esto último, más adelante veremos por qué. Las obligaciones contractuales, en virtud del considerando 7, establece que debe haber una coherencia entre los distintos instrumentos. El roma I se refiere a aquello que el tribunal de justicia a entendido como obligaciones contractuales en el Bruselas I bis (CJI). El roma I es el instrumento que rige la ley aplicable para los contratos EN GENERAL. El ámbito material esta señalado en el ámbito material, en el cual hay algunas exclusiones. Dentro de Roma I podemos distinguir entre: -Un régimen general: aquí encontramos un sistema basado en normas de conflictos de leyes que determinan la LA a las obligaciones contractuales y un sistema de previsión de la actuación de las normas imperativas del DIPr (normas de policía) y alguna norma especial de DIPr. -Régimen específico: C.Consumo, C.Seguros y Contratos de Trabajo. A este no le daremos atención. Es importante saber. **Como funciona el convenio de Viena de 1980 con relación al Roma I. ** El articulo 25. Establece que el roma I cede ante tratados internacionales que establezcan normas de conflicto. ¿Qué características podemos destacar del Roma I? Única ley que rige el contrato: Unidad de la LA al contrato, significa sencillamente que en general solo hay una ley que aplica al contrato y vendrá determinada por una norma de conflicto. Esta única ley aplicable al contrato significa dos cosas: 1) No hay una separación entre celebración o formación del contrato y cumplimiento del contrato. 2) Una misma ley rige las obligaciones de una y otra parte. El Reglamento Roma I goza de los mismos atributos jurídicos que cualquier otro reglamento europeo: tiene alcance general, es obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicable por los Estados miembros. No necesita transposición por los Derechos nacionales. El TJUE tiene competencia interpretativa en las condiciones establecidas por el TFUE. El Reglamento Roma I está vigente en todos los Estados Miembros salvo en Dinamarca, donde continúa en vigor el Convenio de Roma 1980. El Reglamento Roma I determina la ley aplicable en materia de obligaciones contractuales en el ámbito «civil y mercantil» (artículo 1). No se aplica a la contratación sometida a un régimen jurídico-público. El Reglamento Roma I tiene carácter universal, i.e. se aplica aunque la ley designada por sus normas de conflicto no sea la de un Estado miembro (artículo 2). Esto significa que el Reglamento Roma I determina la ley aplicable a todo contrato internacional sea con personas europeas o de terceros Estados. Ejemplo. Si el litigio se plantea ante los tribunales españoles, el Reglamento Roma I determinará la ley aplicable al contrato concluido entre una empresa española y una empresa francesa, al contrato concluido entre una empresa española y una empresa venezolana o incluso al contrato concluido entre una empresa argentina y una empresa venezolana que por cualquier razón vienen a litigar a nuestros tribunales. Cuestión particular: la relación entre el Reglamento Roma I y el Convenio de Viena de 1980. Como ya sabemos, el Convenio de Viena de 1980 contiene un régimen de Derecho material uniforme aplicable a las compraventas internacionales de mercaderías. Según su artículo 1, este régimen se aplica: (a) o bien cuando las partes tengan sus establecimientos en sendos Estados parte, al margen de cuál sea a ley estatal designada por el Reglamento Roma I; (b) o bien cuando la ley designada por este Reglamento sea la de un Estado parte, al margen de dónde tengan sus establecimientos los contratantes. Ejemplos. Salvo que las partes hayan previsto otra cosa, un contrato de venta de mercaderías entre una empresa española y una empresa suiza va a quedar sujeto al Convenio de Viena, al margen de cuál fuese la ley estatal aplicable conforme al Reglamento Roma I, ya que España y Suiza son Estados parte de dicho Convenio. Un contrato de venta de mercaderías entre una empresa española (vendedora) y una empresa libanesa (compradora) también va a quedar sujeto a dicho Convenio, aun cuando Líbano no fuese parte, ya que la ley aplicable a dicho contrato según el artículo 4.1 (a) del Reglamento Roma I es la ley española y España es parte del Convenio. Las cuestiones no reguladas por el Convenio quedaran sujetas a la ley estatal designada por las normas del Reglamento Roma I (vid. artículo 7.2 del Convenio) La estructura del Reglamento se puede describir a partir las siguientes ideas. En primer lugar, el régimen general se basa en la autonomía de la voluntad (artículo 3) y, en su defecto, en un listado de normas diferenciadas por categorías de contratos, cuya finalidad es aplicar la ley del Estado donde típicamente se va a localizar el centro de gravedad de cada categoría contractual, acompañadas por una cláusula de escape (artículo 4). Y en segundo lugar, el Reglamento articula la protección de intereses generales o jurídico-públicos a través de las llamadas «normas de policía», que responden a sus propias conexiones y, por lo tanto, juegan al margen de esas normas de conflicto ordinarias (artículo 9). Hay dos maneras de empezar: La ley aplicable a los contratos ¿a que se refiere esa ley? Se aplica a cualquier aspecto contractual nacida de esa relación. Si estamos en la parte general del Roma I, podemos mencionar que se separa de lo que estaba contemplado como régimen de ley aplicable a las relaciones contractuales contemplado en el convenio de roma de 1980, el cual, recordemos se hizo a partir del Bruselas I. El Roma I para determinar la LA a las OC tenia una premisa que establecía que la ley aplicable era aquella que presentara los vínculos mas estrechos con el contrato (para cualquier tipo de contrato). Por tanto, obligaba a las partes litigantes a argumentar que la LA a las OC era la ley que le favorecía. Los vínculos más estrechos en principio se dan con el estado donde tiene la residencia habitual (sociedades =establecimiento) del prestador característico, es decir de aquella parte a cuyo cargo iba la prestación característica del contrato. Por ejemplo: en un contrato compra venta La cosa. Residencia habitual del vendedor. En el Roma I actual, empezamos con una lista de categorías contractuales, establecida en el articulo 4 del reglamento. El cual señala una serie de categorías de contratos a falta de elección de LA por las partes. Luego hay otros apartados relativamente novedosos como el contrato de distribución (apartado f). En el Roma I, en el articulo 19 se aclara que se entiende por residencia habitual o establecimiento habitual en el caso de las personas jurídicas. La regla del articulo 4, no es rígida puede quedar apartada por el apartado tercero del artículo 4. Este ultimo señala que si se desprende que el contrato presenta vinculo mas estrechos que el indicado en el apartado 1 se aplicara este último. Esta es la clausula de escape. Y el apartado 2 es la que no encaja en ninguna de la A a la H del apartado 1. O cuando correspondan a más de una categoría residencia habitual del prestador característico del contrato. Sentencia Niki Foriris.** La cláusula de excepción vuelve a aparecer en el apartado 4. Ya no tan llena de presunciones sino más que una excepción a los vínculos mas estrechos. El apartado 3 y 4 son diferentes, pero en lo mínimo. ¿A que se aplica esta ley? Ya sabemos que aplican al cumplimiento y a las obligaciones de ambas partes, pero en el reglamento encontramos una concreción mayor en el artículo 12. AMBITO DE LA LEY APLICABLE. Es muy distinta al ámbito del reglamento, el ámbito del reglamento determina a que materias son aplicables las normas del reglamento. El ámbito de la LA quiere decir que aspectos concretos regula la LA a ese contrato. En consecuencia, la lista de exclusiones exhaustiva, en cambio la lista de las materias o los aspectos a los que se aplica la ley determinada por el art 4 no es una lista cerrada sino ejemplificativa. Todo el articulo 12 hace referencia al cumplimiento del contrato, mas no hace referencia a la celebración del contrato, sobre esta se habla en el artículo 10 “consentimiento y validez material”. Podemos hablar de la nulidad del contrato, de si ha habido consentimiento o no. ¿Qué ley determina sobre el consentimiento o sobre los requisitos de validez”? La ley que debería regir el contrato si fuese valido o cualquiera de sus disposiciones. Todo ello según el artículo 10. Dentro de las exclusiones del ámbito de aplicación material hay dos que nos llaman mucho la atención, art 1 apartado 2 y el apartado 3, de este último, referido al procedimiento y a la prueba, el procedimiento se excluye porque es poco practico decirle a una autoridad que debe seguir un determinado procedimiento según una ley extranjera. No. En cada país, por ejemplo, en España se seguirá por la LEC. No tiene incidencia sobre el fondo del asunto. La prueba la excluimos porque es materia procesal. ¿Y si la ley aplicable al contrato tiene presunciones o reglas de reparto de la prueba? Solo aplicaran las normas especificas para contratos que tengan incidencias en la carga de la prueba. Art 18. Carga de la prueba 1. La ley que rija la obligación contractual en virtud del presente Reglamento se aplicará en la medida en que, en materia de obligaciones contractuales, contenga normas que establezcan presunciones legales o determinen la carga de la prueba”. Con respecto a la capacidad, ¿cómo puede quedar excluida la capacidad?, quiere decir que utilizaremos las normas vigentes en el foro. Por ejemplo, art 9.1 del Civil español “el estado y la capacidad se rigen por la ley nacional”. No porque lo dice el Roma I sino porque lo dicen nuestras normas autónomas del DIPr. En España la conexión no surge a partir del contrato, sino que la capacidad es una condición particular de la persona y que no dependerá de la relación jurídica, debe depender del contrato sino de una conexión mas estable como la nacionalidad. A pesar de que la capacidad está excluida tenemos el articulo 13 Incapacidad “En los contratos celebrados entre personas que se encuentren en un mismo país, las personas físicas que gocen de capacidad de conformidad con la ley de ese país solo podrán invocar su incapacidad resultante de la ley de otro país si, en el momento de la celebración del contrato, la otra parte hubiera conocido tal incapacidad o la hubiera ignorado en virtud de negligencia por su parte”. esto se llama en DIPr “excepción de interés personal”. Esta es una norma material del DIPr y es un supuesto de trafico internacional, y prevé que se pueda invocar una ley extranjera para invocar una incapacidad. En contratos entre ausentes esta norma no se aplica. Otro ejemplo de norma material lo conseguimos en el segundo aparatado del articulo 10. El cual señala que: “Sin embargo, para establecer que no ha dado su consentimiento, cualquiera de las partes podrá referirse a la ley del país en que tenga su residencia habitual si de las circunstancias resulta que no sería razonable determinar el efecto del comportamiento de tal parte según la ley prevista en el apartado 1.” Todo ello es para evitar las injusticias interpretativas de las leyes internas de los estados miembros o no miembros cuando celebran un contrato y no han establecido cual es la ley aplicable. Aquí aplicaría esta norma material. Es una intervención puntual con respecto al CONSENTIMIENTO. Funcionamiento de las normas imperativas: Las leyes de policía, según el artículo 9 es una disposición cuya observancia un país considera esencial para la salvaguardia de sus intereses públicos, tales como su organización política, social o económica, hasta el punto de exigir su aplicación a toda situación comprendida dentro de su ámbito de aplicación, cualquiera que fuese la ley aplicable al contrato según el presente Reglamento. En sí, hace referencia a normas de derecho publico y el ejemplo típico es la sanción de nulidad del propio derecho de la unión europea cuando hay contratos contrarios al derecho de la UE. Son nulos sea cual sea la ley aplicable al contrato. Estas leyes de policía pueden ser de 3 orígenes geográficos: 1. La propia ley que rige el contrato, determinada por el articulo 4 o el 3 que es prioritario sobre el 4 (recordemos). Si esta ley contiene normas de policía, estas se aplican con toda normalidad porque forman parte de la ley aplicable al contrato. Las normas de policía del foro se aplican siempre (asumiendo que estamos dentro de su ámbito de aplicación de acuerdo con la propia norma). 2. Leyes del foro: Nos interesa, no obstante, las normas de otro ordenamiento, es decir que no están integradas al contrato, que no son parte de la ley del contrato y estas son la del foro: en la hipótesis que el contrato no se rija por la ley del foro. Las leyes de policía del foro se aplicarán siempre. Aparatado segundo del articulo 9. “Las disposiciones del presente Reglamento no restringirán la aplicación de las leyes de policía de la ley del foro.” 3. Normas imperativas de terceros estados, y aquí terceros estados se refiere no a estados no miembros de la UE sino a cualquier estado que no sea el del foro o el de la ley aplicable. En este sentido específico del apartado 3 pueden ser leyes de un estado miembro o de un estado no miembro igual que la ley aplicable al contrato. Estas leyes extranjeras para el juez que conoce y que no son aplicables al contrato, para el no son imperativas, las leyes imperativas serán las imperativas en el foro o aquellas que están dentro de la ley aplicable al contrato. Pero las de un tercer estado no entran por no ser las del foro ni por ser las de la ley aplicable. las normas de policía de terceros Estados, i.e., que pertenecen a un ordenamiento distinto del foro y distinto del que rige el contrato. En relación a aquéllas, el Reglamento presupone que se van a aplicar en todo caso (asumiendo, de nuevo, que se dan las condiciones de aplicación que la propia norma establezca,. En relación a las normas de policía de terceros Estados, el Reglamento deja cierto margen de apreciación al juez para que las «tenga en cuenta» si se dan ciertas circunstancias. El apartado 3 señala lo siguiente: “También podrá darse efecto a las leyes de policía del país en que las obligaciones derivadas del contrato tienen que ejecutarse o han sido ejecutadas en la medida en que dichas leyes de policía hagan la ejecución del contrato ilegal. Para decidir si debe darse efecto a estas disposiciones imperativas, se tendrá en cuenta su naturaleza y su objeto, así como las consecuencias que se derivarían de su aplicación o de su inaplicación”. Es decir, el juez las identifica con estas características, pero él las puede aplicar. Deben darse dos condiciones para aplicarlas: a) lugar de ejecución del contrato, hay territorios donde no se va a cumplir el contrato. b) han de ser normas imperativas. A efectos de ley aplicable es bastante importante tener en cuenta entre: Diferencia entre Sustancia y fondo (entre sustancia y procedimiento, este último excluido del roma I) El procedimiento se rige siempre por la ley del foro. En España es el articulo 3 de la LEC. Solo hay conflicto de leyes en la sustancia no en el procedimiento. Cuando se trata de actos nos interesa también la forma. La forma está regulada en el articulo 11, que habla sobre la validez formal. Se distingue entre fondo y forma porque usualmente es objeto de una norma de conflicto. Si queremos saber la validez de un contrato en cuanto al fondo no podemos tomar en cuenta mas de una ley, al contrario, solo habrá una. Para saber si un contrato es valido en cuanto a la forma hemos de tener mas de una oportunidad, es decir, primero se consultará una ley y si esta no es aplicable esta nos indicará cual es la aplicable. Estas son consultas alternativas. En el roma I (obligaciones contractuales) el contrato es valido en cuanto a la forma si bien respeta las formalidades exigidas por la ley que rige el fondo o bien por las formalidades de la ley del lugar de celebración del contrato. Si se ha celebrado por personas que se encuentran en distintos estados vale con que se cumplan una de estas leyes y si actúan con representantes el lugar donde actual los representantes art 11 roma I. Es decir, la ley del fondo sino es válida no es determinante, puede no ocasionar la nulidad porque puede ser valido por el lugar de celebración. Hay que ver que este articulo esta subdividido. **Prevalece la conexión subjetiva (elección de la LA al contrato) no se necesitará determinar con las leyes subsidiarias objetivas del articulo 4 y esto se refiere al fondo. Las normas sobre la forma son las mismas en ambos casos, elijamos la ley articulo 3 o no la elijamos la ley art 4. Las reglas del art 12 son comunes en las situaciones tanto en el 3 como en el 4. Autonomía de la voluntad: Se puede comparar el articulo el articulo 3 del roma I con el artículo 10.5 del CC. El articulo 3 permite a las partes a escoger cualquier ley, tanto como la de un Estado miembro como no. El reglamento en principio favorece la elección de una ley de un estado. No debe haber ningún vínculo entre ese contrato y esa ley, y además las partes pueden no escogerla y escogerla después o modificar la elegida las veces que quieran. Toda modificación va a tener las siguientes consecuencias: -Si era valido en cuanto la forma desde un principio, no pasa a ser invalido por cambiar la ley. -El camio de ley aplicable no perjudica a los terceros. Los derechos adquiridos por terceros tampoco se pierden. Apartado 2 del artículo 3. Excepción: estipulación a favor de terceros. Otra particularidad, es que con el limite implícito de la congruencia, las partes pueden elegir distintas leyes para regir distintas partes del contrato. El articulo 4 no lo menciona explícitamente. La elección de la ley aplicable puede figurar en: -El contrato, suele ser una de las ultimas cláusulas. Es indistinto. -En otro documento distinto del contrato. La ley aplicable será la elegida por las partes y esta determinará la existencia del consentimiento y su validez. Pero al mismo tiempo esta ley nos determina la nulidad. Con el pacto de elección elegimos la ley aplicable, pero si queremos saber si esa elección de ley aplicable es valida como contrato se contrastará con la ley que las partes hayan declarado elegir. Artículo 3.5: La existencia y la validez del consentimiento de las partes en cuanto a la elección de la ley aplicable se regirán por las disposiciones establecidas en los artículos 10, 11 y 13. Cooperación internacional de autoridades (I): obtención de pruebas El desarrollo del proceso requiere la realización de una serie de actos que han de venir ordenados normativamente. A estos efectos, todos los Estados parten del principio lex fori regit processum: los tribunales de cada Estado aplican su propio Derecho procesal. En nuestro sistema, esta regla se recoge en el artículo 3LEC. Esto significa que la actividad o conducta de los tribunales españoles queda ordenada por el Derecho procesal español, con independencia de que al fondo del asunto le sea aplicable la ley española o una ley extranjera designada por nuestras normas de conflicto. A partir de este criterio, se suelen considerar sujetos a la ley española qua lex fori aspectos cómo, por ejemplo: (a) los presupuestos procesales necesarios para plantear un litigio; (b) los actos preliminares, las formas y requisitos de presentación de una demandada y de su contestación, así como de los posibles escritos de réplica y dúplica; (c) las condiciones procesales para plantear una compensación o una reconvención; (d) la necesidad de asistencia letrada y representación, así como las condiciones de ambas; (e) el régimen de imposición de costas; (f) las formas (normales o «anormales») de conclusión del proceso; por ejemplo, las posibilidades y condiciones de una transacción judicial; (g) las formas de tutela posibles (declarativa o ejecutiva; principal, sumaria o cautelar; mero declarativa, declarativa de condena o constitutiva). En cambio, la lex causae determina, por ejemplo, los plazos de caducidad y prescripción o las reglas sobre carga de la prueba basadas en razones de índole material. La lex fori processum planetea dos exepciones: La primera es las matizaciones que debe tener y la consideración con el derecho extranjero. En muchas ocasiones la ley nacional remite expresamente a la ley extranjera en algunos aspectos procesales. La segunda excepción es que debe producirse una adaptabilidad de los actos procesales, es decir, por ejemplo en materia de litispendencia internacional, por ejemplo, según el artículo 32 del Reglamento Bruselas I bis, el juez español debe determinar la fecha de pendencia del proceso en otro Estado miembro teniendo en cuenta si, conforme al Derecho procesal de ese otro Estado, la presentación de la demanda precede a la cédula de emplazamiento o no (supra, tema 13). Este dato es determinante para, a continuación, decidir si admite o no la excepción de litispendencia. Las autoridades judiciales españolas están sujetas a los límites territoriales del Estado español. Por ello, cuando se ven ante la necesidad de llevar a cabo actos procesales en el extranjero han de solicitar el auxilio de las autoridades correspondientes. El término genérico de cooperación jurídica internacional hace referencia a la cooperación que una autoridad española solicita a las autoridades extranjeras para que lleven a cabo ciertos actos procesales en el territorio de estas últimas, o viceversa, i.e. a la cooperación que las autoridades españolas prestan a autoridades extranjeras. El Estado que solicita la cooperación se suele calificar de «Estado de origen o requirente» y el Estado al cual se solicita «Estado receptor o requerido». En la primera hipótesis, España sería el Estado de origen, mientras que en la segunda España sería el Estado requerido. En este ámbito se suele distinguir también entre cooperación activa y cooperación pasiva. En los casos en que sea necesario practicar una determinada diligencia procesal en el extranjero se abren, al menos teóricamente, dos posibilidades: (a) Que las autoridades del Estado de origen lleven a cabo por sí mismas las diligencias necesarias en el territorio del Estado extranjero en cuestión. Ejemplo típico, aunque no único, es el de las diligencias practicadas por agentes diplomáticos o consulares del Estado de origen acreditados en el Estado receptor. Exige la autorización o la no oposición del Estado receptor. Hablaremos entonces de cooperación pasiva, en cuanto que consiste en un «dejar hacer»: el Estado receptor permite la realización de diligencias procesales en su territorio por autoridades de otros Estados. (b) Que una autoridad del Estado receptor o requerido lleve a cabo las diligencias necesarias, a solicitud de las autoridades del Estado de origen o de una persona interesada. Hablaremos entonces de cooperación activa, pues implica un «hacer» de las autoridades del Estado requerido. Para saber si, en relación con un proceso principal abierto en España, están disponibles ambas posibilidades o sólo una de ellas, debe consultarse tanto el Derecho español (incluidos los reglamentos o convenios internacionales) como el Derecho extranjero del Estado donde deba realizarse el acto en cuestión. Si conforme al régimen expuesto caben ambas posibilidades, la elección entre ellas corresponde a las autoridades del foro (i.e., a las autoridades españolas), aunque éstas deberán atender, en su caso, a los intereses de las partes afectadasEn el Derecho positivo español, el régimen normativo aplicable a este tipo de situaciones se halla enormemente disperso y en textos de distinta naturaleza: leyes internas, reglamentos europeos y convenios internacionales, multilaterales y bilaterales. 1. COOPERACIÓN PASIVA Una de las manifestaciones tradicionales de la cooperación internacional pasiva es la del ejercicio por los agentes diplomáticos y consulares de funciones auxiliares a la administración de justicia (comunicar decisiones judiciales o diligenciar comisiones rogatorias, p.ej.). El ejercicio de estas funciones es posible siempre que el Estado que envía atribuya a sus agentes diplomáticos o consulares competencias para practicarlas y que el Estado receptor (o sus leyes) no se oponga a ese ejercicio en su territorio. El marco general para el ejercicio de estas funciones está recogido en dos Convenciones de Viena sobre relaciones diplomáticas y sobre relaciones consulares de 1961 y 1963. Los convenios internacionales de asistencia judicial contienen un régimen más detallado (vid., por ejemplo, artículo 8 Convenio de La Haya 1965 o artículos 15, 16 y 18 Convenio de La Haya 1970). Sin embargo, ninguno de estos convenios atribuye competencias a los agentes diplomáticos o consulares; simplemente les permiten ejercitar en otros Estados las competencias de que dispongan conforme a su Derecho nacional. En cuanto a las competencias y funciones específicamente atribuidas a los agentes diplomáticos y consulares españoles, la regla general está en el artículo 15LCJI. Los diplomáticos o cónsules españoles podrán ejecutar diligencias procesales en relación a un procedimiento español siempre que: no impliquen coacción, no se requiera la presencia de una autoridad judicial, deban realizarse en su demarcación territorial y no se oponga a ello el Estado receptor. La relación entre las fuentes de CIA es el principio de primacía y habrá de tener en cuenta en qué país las quiero hacer efectivas. En el reglamento de pruebas, Dinamarca esta fuera. En cambio, en el R. de notificaciones si que esta Dinamarca. El CH de pruebas del 70, si está vinculado Dinamarca, pero también los tres países del C.L (Suiza, Islandia y Noruega) Cuando la cooperación que vaya a prestar o a solicitar España no esté vinculada por ningún instrumento nos iremos al DIPR autónomo LOCJI A efectos de saber cual aplica es necesario saber a quien le voy a pedir la CIA y de quien la voy a solicitar. En el caso de la prueba, la cooperación es la necesidad de ejercer un acto procesal en otro estado en el cual el estado que conoce del fondo no es competente para ejercer. El fundamento es la tutela judicial efectiva y el acceso a la justicia. Es muy importante la CIA porque es necesario probar los hechos en los que se basan las alegaciones. La victoria del vendedor según los ejemplos vistos es por ejemplo ver que la maquina no tenía ningún problema mecánico. También es necesaria la prueba para poder determinar un foro. El reglamento 1206/2201 lo que busca es facilitar la obtención de pruebas y que esta obtención de pruebas se realice con eficacia y rapidez. El CH de 1970 previa un sistema que podía dar lugar a mejoras y esto es lo que aprovecho el Consejo Europeo para mejorarlo. El reglamento funciona a través del contacto directo de los órganos jurisdiccionales de los estados miembros mediante el portal europeo de justicia. Este contacto se hace a través de la AC (autoridad central) del mismo país que quiere practicar las pruebas y este dará la dirección y ubicación de los tribunales específicos donde se desean practicar las pruebas. Ámbito de aplicación: Temporal: Art 24. Tiene una fecha de entrada en vigor y una fecha de entrada de aplicación. Entro en vigor el 2001 (1 junio). Y no se aplico hasta enero del 2004. Espacial: Todos los estados miembros menos Dinamarca. Personal: Hay tres situaciones que quedan cubiertos en el ámbito de aplicación: Se aplica siempre que deban producirse en otro estado miembro. Sin importar la ley que sirva para determinar la competencia del órgano que lo solicite. En los casos individuales, por ejemplo, que el testigo este en otro estado. Materia civil y mercantil en un procedimiento judicial. Procedimientos incoados o pendientes de incoar. Si son procesos ya activos o que se intente iniciar ante la practica de prueba anticipada NO aplicara. El articulo 2, se refiere a los órganos jurisdiccionales: a) Órganos jurisdiccionales del estado requirente b) Órgano jurisdiccional del Estado requerido. c) Órgano Central art 3: los órganos centrales son los organismos de apoyo que facilitan las solicitudes de pruebas complicadas y en el marco de solicitud de prueba pueden trasladar del órgano requirente al órgano requerido. d) Autoridad competente art 1.1 y art 17: Hay dos supuestos: Solicito practicar determinadas pruebas, pero el encargado de ejecutarlas es el órgano jurisdiccional del estado requerido. El órgano jurisdiccional de estado requirente quiera practicar el directamente la prueba en otro estado miembro. Este es el método directo. Nos e solicita al órgano de otro estado, sino que es el mismo órgano jurisdiccional del estado requirente si puede trasladarse ahí para hacer la prueba. Para llevar a cabo esto, todo funciona a través de formularios, y suele ser el formulario 1 o A disponible en el portal. El articulo 4 te dice la información que debe constar en el formulario, y se ha de identificar la causa, las partes y los órganos (requerido y requirente). El sistema interno español de auxilio judicial se encuentra regulado, con carácter general, en los artículos 5 a 19LCJI, aunque en buena medida, este régimen interno ha sido desplazo por textos supranacionales, convenios o normas europeas. A continuación, vamos a señalar algunas características del régimen interno y, posteriormente, de los textos supranacionales. Las peticiones de cooperación jurídica internacional podrán tramitarse por cuatro vías distintas, teniendo en cuenta naturalmente la naturaleza del acto y lo que admite el Estado extranjero: (i) la vía consular o diplomática; (ii) a través de las respectivas autoridades centrales (vid. también artículos 7 y 8); (iii) directamente entre órganos jurisdiccionales; o (iv) por conducto notarial. Estos mismos medios de transmisión son aplicables a las peticiones de cooperación internacional formuladas por autoridades extranjeras. En nuestro país, la autoridad central es el Ministerio de Justicia (artículo 7LCJI). Hay ciertas limitaciones, el órgano requerido, de acuerdo con el articulo 13 puede ejercerlas coercitivamente. Pero cuando el órgano requirente se traslada no puede usar la fuerza (multa). La solicitud de practica de la prueba se debe realizar de acuerdo con el derecho procesal del estado requerido. Pero puede haber excepciones, es decir que el estado requirente pida realizar un acto procesal que no se contemple. Los jueces y los abogados pueden trasladarse a observar como se practican las pruebas. Es posible que las autoridades del miembro requerido puedan solicitar estar presentes cuando se practiquen. La LCJI regula el contenido mínimo de las solicitudes de cooperación (artículo 10), el idioma (artículo 11), su ejecución (artículos 13 y 16-19) o los motivos de denegación (artículo 14, y vid. artículo 3.2 en cuanto al juego de la reciprocidad). En concreto, los motivos de denegación de una solicitud extranjera de cooperación son: (a) que su objeto o finalidad resulten contrarios al orden público; (b) que el proceso extranjero tenga como objeto una materia que sea competencia exclusiva de los tribunales españoles; (c) que el contenido del acto a realizar no corresponde a la competencia de la autoridad judicial española requerida; si bien ésta debe remitir la solicitud a la autoridad (española) competente, si la hubiera; (d) que la solicitud extranjera no reúna los requisitos exigidos para su tramitación (cfr. artículo 278LOPJ; en principio, la LCJI es lex specialis respeto a esta última). AMBITO CONVENCIONAL No obstante, como hemos advertido, buena parte de este régimen interno queda desplazado o viene complementado por el régimen convencional y por el régimen europeo (este segundo lo analizaremos en los apartados relativos a la notificación y a la prueba internacionales). El régimen convencional, tanto multilateral como bilateral, ocupa un papel central en este sector. Hay múltiples convenios y su régimen es muy diverso. Los tres convenios principales son el Convenio de La Haya relativo al procedimiento civil de 1954 (Convenio de La Haya 1954), el Convenio de La Haya relativo a la notificación o traslado en el extranjero de documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil o comercial de 1965 (Convenio de La Haya 1965), y el Convenio de La Haya relativo a la obtención de pruebas en el extranjero en materia civil o mercantil de 1970 (Convenio de La Haya 1970). Las características de estos son las siguientes: a) Son convencionales, es decir solo aplica para las partes contratantes del convenio. b) Aplican en materia civil y mercantil. c) La forma de petición de cooperación viene determinada por cada convenio y la petición debe hacerse en la lengua del estado requerido. d) La trasmisión de las peticiones de cooperación puede hacerse a través de múltiples vías, utilizando por ejemplo la diplomática y consular o dirigiéndose directamente el interesado a las autoridades del estado extranjero. e) El auxilio puede llevarse a cabo bajo la ley del estado requerido o en algunas ocasiones bajo la ley del estado requirente. f) La prestación de auxilio no deviene reconocimiento de competencia, ni de reconocer o ejecutar la sentencia que dictare PRUEBA INTERNACIONAL En ocasiones, el buen desarrollo del proceso exige la práctica de pruebas en el territorio de otro Estado. En el Derecho positivo español, la actividad probatoria transnacional está regulada básicamente en tres grupos de normas. (a) El Reglamento 1206/2001, de 28 de mayo, relativo a la cooperación entre los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros en el ámbito de la obtención de pruebas en materia civil o mercantil (Reglamento sobre obtención de pruebas), aplicable entre los Estados miembros de la UE salvo Dinamarca. (b) El Convenio relativo a la obtención de pruebas en el extranjero en materia civil o mercantil, hecho en La Haya el 18 de marzo de 1970 (Convenio de La Haya 1970), aplicable en relación a terceros Estados que sean parte de este convenio (p.ej., EEUU, Dinamarca, Argentina o Venezuela). (c) Y, por último, sin perjuicio de las reglas establecidas en algunos convenios bilaterales, el Derecho de origen interno (vid. artículos 29-32 LCJI), aplicable frente al resto de mundo. Cuestión particular: de nuevo sobre el presupuesto de aplicación de los textos supranacionales. Cuando el objeto sobre el que recae la práctica de la prueba o los propios medios de prueba son personas o bienes que se hallan en el extranjero caben, en teoría, cuatro soluciones: (a) O solicitar la cooperación de las autoridades extranjeras (vía del auxilio judicial internacional); (b) o que las autoridades españolas lleven a cabo el acto de instrucción en el extranjero (p.ej. los diplomáticos o cónsules); (c) o que el interesado inste directamente el acto de instrucción ante las autoridades extranjeras (si su Derecho procesal lo permite, como p.ej. sucede en los EEUU); (d) o, si es posible, instar a los afectados para que aporten el material probatorio. Los textos supranacionales regulan las alterativas (a) y (b). En cuanto a la opción (d), en el caso del Reglamento de prueba, y a diferencia de lo que ha hecho en el ámbito del Reglamento de notificaciones, el TJUE ha mantenido que dicho texto no impide la práctica directa de pruebas al margen de los cauces el Reglamento. En particular, (i) en relación a una prueba testifical, el juez de un Estado miembro competente para conocer de un litigio puede citar a la persona residente en otro Estado miembro para que comparezca y preste declaración directamente ante él, y para aplicarle las sanciones previstas en su propio ordenamiento en caso de negativa (as. C-170/11). (ii) En relación a una prueba pericial, el juez de un Estado miembro puede designar a un perito para que se desplace a otro Estado miembro y lleve a cabo una inspección ocular en el territorio de dicho Estado (as. C-332/11). En este asunto, donde se plantea ante los tribunales belgas una reclamación por daños derivados de un accidente ferroviario ocurrido en Holanda, el juez belga puede designar un perito para que se desplace a Holanda y realice allí una inspección ocular sobre unas vías ferroviarias, necesaria para emitir su dictamen, sin que se precise activar los cauces de cooperación del Reglamento. El Reglamento europeo permite varias opciones. Aunque cabe el desplazamiento de una autoridad jurisdiccional del Estado de origen al Estado requerido, la vía más habitual es la petición de cooperación jurídica internacional. Conforme a ella, el juez del Estado miembro que está conociendo del litigio se dirige a la autoridad extranjera, del Estado donde se encuentran las pruebas, para que realice las diligencias probatorias pertinentes. A estos efectos, y sin excluir la intervención de Autoridades Centrales, el Reglamento permite la comunicación directa entre órganos jurisdiccionales. El sistema de comunicación directa se basa es una «solicitud» presentada mediante un formulario tipo, recogido en los Anexos del Reglamento. En la solicitud debe constar una sería de datos mínimos necesarios para proceder a la práctica de la diligencia. Una vez cumplimentado, el órgano judicial que este conociendo o vaya a conocer del litigio (= «órgano requirente») remitirá directamente al órgano judicial competente de otro Estado miembro (= «órgano requerido») las solicitudes de práctica de diligencias probatorias. Este sistema de comunicación directa entre órganos judiciales sustituye al sistema de autoridades centrales típico del régimen convencional. En el ámbito del Reglamento, las autoridades centrales cumplen un papel de apoyo para el buen funcionamiento del sistema, más que de órgano de transmisión. La práctica de las diligencias probatorias se ha de llevar a cabo de conformidad con el Derecho del Estado requerido. No obstante, el Reglamento es bastante generoso en cuanto a la posibilidad de ajustar la práctica de las diligencias a las indicaciones del órgano requirente, incluida la presencia de las partes, de sus representantes o incluso de «mandatarios» del órgano judicial requirente. La solicitud sólo se puede denegar por un elenco tasado de causas (vid. artículo 14; en caso de gastos, sólo contempla condicionar la ejecución a los gastos que deban adelantarse a los peritos, no a los testigos, TJUE as. C283/09). Debe tenerse en cuenta también que el Reglamento prevé la posibilidad de negarse a la solicitud cuando la persona designada tenga derecho a no declarar o le esté prohibido alternativamente por la ley del Estado requerido o por la ley del Estado requirente. No cabe, en cambio, denegar la cooperación por el hecho de que el litigio de que se trate fuese competencia exclusiva de los tribunales del Estado requerido. Una vez practicadas las diligencias, el órgano requerido devolverá los documentos que lo acrediten, así como un formulario normalizado que figura en el anexo confirmando esa ejecución. El Convenio de La Haya 1970, sin excluir otras alternativas, prevé como vía habitual la solicitud de auxilio judicial probatorio a través de autoridades centrales. La solicitud de cooperación, esto es, la petición de que se practique el acto de instrucción, se canaliza en forma de comisiones rogatorias (instrumento mediante el cual la autoridad judicial de un Estado solicita a la autoridad de otro Estado la ejecución, dentro de su territorio, de un determinado acto de instrucción u otros actos judiciales) y a través de ese sistema de autoridades centrales (órganos jurisdiccionales nacionales → autoridad central nacional → autoridad central extranjera → órgano jurisdiccional extranjero). La comisión rogatoria debe contener información suficiente para realizar de forma útil y eficaz el acto de instrucción. El Derecho del Estado requerido determina: las autoridades competentes para practicar el acto de instrucción solicitado en la comisión rogatoria, la forma de practicarlo y los medios de compulsión disponibles. La práctica de la prueba se comunicará a las partes e incluso es posible la presencia del juez español si lo autoriza el Estado extranjero. Las causas de denegación de la cooperación están tasadas. Debe tenerse en cuenta también que el Convenio prevé la no ejecución de la comisión rogatoria cuando la persona designada alegue una exención o una prohibición de prestar declaración establecida por la ley del Estado requerido o la ley del Estado requirente; además todo Estado contratante podrá declarar que reconoce las exenciones y prohibiciones establecidas por terceros Estados. No cabe, en cambio, y al igual que en el Reglamento, denegar la cooperación por el hecho de que el litigio de que se trate fuese competencia exclusiva de los tribunales del Estado requerido. CASO 3 Comprador : sociedad mercantil establecida en Escocia 1- La cuestión de fondo es la siguiente, la compradora : Son competentes Resumir la parte del enunciado pertinente para responder la pregunta, resumir los hechos, tenemos un comprador y un vendedor establecidos en dos E.Miembros con un incoterm FCA dentro de la UE. Estamos ante un contrato de compraventa establecidos en …………….por razón de la materia civil y mercantil no afectado por ninguna exclusión , el instrumento aplicable es el RBIbis. Bruselas tiene 2 paquetes de normas : las uniformes y las que aplica …………..esta materia nunca esta afectada por la lista de materias exclusivas, dicotomía aplicamos reglas uniformes cuando el demandado esta domiciliado en estado miembro, en este caso , domiciliado en Escocia ( Reino Unido) Aplicable el criterio de competencia alternativo, no hay pacto sumisión expresa ni elección ley aplicable. Foro alternativo el lugar de entrega es Figueras Criterio de competencia alternativo al foro general ( domicilio demandado) dependerá de cómo se interpreta el incoterm. Determinación lugar de entrega a través incoterm, las partes no han dicho ……..leeríamos el 7.1. b , solo han dicho las condiciones entrega son FCA Figueras, El Tribunal ha dicho que se considera MIRAR STC CARTREEM Y ELECTRO-STIL El foro especial art 7.1 juega de forma subsidiaria al domicilio demandado , demandado en un estado miembro demandados en otro estado miembro. Foro especial El foro general el domicilio del demandado , Bruselas determina ……………en el caso del foro especial nos indica una circunscripción de Figueras. LA variante B) Si el destino final hubiera sido Moscou ? Ese foro queda desactivado , Moscou no es EM si habíamos determinado que los tribunales españoles eran competentes, El demandado domiciliado en Escocia. El criterio de discriminación es el domicilio demandado no donde se concreta e l Bloque normas uniformes y normas autónomas ( te autoriza a aplicarlas el Bruselas), que norma en concreto puede ser una regla uniforme si el demandado tieen el domicilio EM y en la pregunta B el domicilio demandado sigue estando en Escocia , en este caso el reglamento no da competencia a estados que no son de la UE. Podemos aplicar la C y volvemos a la 7.1. a El apartado a ) es lo que existe en Bruselas desde el convenio 68 a partir de lo que hay letra A el TJ creo regla justicia sobre ese precepto en materia de trabajo y en paralelo a los trabajos de la haya que fracasó en 2001 y para …..si un acto es debido en el territorio este estado han de ser competentes los tribunales. Esta regla para poner en marcha porque el 7A obliga a identificar la obligación que sirve de base en la demanda ( obligación del comprador de pagar el precio ) , o cuando lo que reclamamos es la consecuencia de extinción de un contrato, en segundo lugar, si la norma se refiere lugar cumplimiento que sirve de base a la demanda hay que saber lugar de cumplimiento y si las partes no lo han establecido, pactado las partes, hemos de ir a derecho dispositivo que nos dice donde hay que cumplir las obligaciones ( domicilio deudor en España ) Hay gente o las partes eligen los tribunales o cada uno demanda en su domicilio ……..para buscar punto intermedio, se dijo que para los contratos mas corrientes contratos compraventa mercancía y servicios vamos a establecer una regla que concentre el cumplimiento de todas las obligaciones el lugar en el lugar de obligación ( pago precio servicio mercancía, lugar de entrega, todas estas tienen un único y el mismo lugar de cumplimiento RAZON DE LA REGLA. Si no se aplica la letra B porque no da competencia a ningun tribunal, si no se aplica art.7.1c) se va la a a) por ejemplo terceros estados. Lugar de entrega según el contrato, salvo pacto en contrario ……………… Una de las primeras STC 17/01/1980 sobre CASO SELGAR SALITRINI asunto 56/79 admitió y hay que entender que esta doctrina esta vigente que si las partes pactaban lugar cumplimiento contrato ese lugar era determinante al lugar de competencia territorial ( nos ahorrábamos determinar distintos lugares y que sirve de base a la demanda) As 56/79 la explicación la da esta sentencia ya que este sirve para determinar lugar cumplimento a efectos de CJI y la podemos utilizar para todas o para una de las obligaciones. Si el contrato se Art.25 elección de foro, como se ………………..competencia exclusiva no juega en materia contractual. Si decimos pactamos que ese tribunal es competente pero no de forma exclusiva, damos competencia a esos tribunales pero no se la quitamos a tos tribunales que puedan resultar competentes, cuando especificamos lugar de cumplimiento, claúsula de elección no exclusiva, esto dará competencia a los tribunales de ese lugar …….la doctrina ha planteado ………….. Destacar los hechos relevantes para la contestación de la pregunta y las cosas que no son aplicables se pueden hacer una pequeña pincelada y para acabar esto este asunto nos hace compatible en la elección de un tribunal , en los términos del ….art.7 y 3) La compradora tiene fundamento jurídico para avanzarse y que efectos tendrían si interpone demanda bien sea Escocia y Lituania No hay fundamento porque tampoco existe conexión con Escocia y el juez ( excepto sumisión tacita) ni en Escocia ( porque no es el domicilio del demandado) ni Lituania es lugar claro de entrega ( quizá Figueras x incoterm) aunque no haya fundamento podría hacerlo y conllevaría litispendencia entre estados miembros ( suspensión del segundo procedimiento) y entre estados terceros. Litispendencia ( elección de foro y notificación ) LO EXPLICARA CONJUNTAMENTE MAS ADELANTE D) si se discutiera la validez del contrato. La respuesta seria incumplimiento contractual. ¿ aplicarían la ley española los Tribunales españoles ? Es un contrato compraventa internacional, en principio hay conflicto de leyes, el instrumento que se valdría el Tribunal español, es el Roma I , las partes podrían si lo hubieran hecho escoger la LA , si no lo han hecho tenemos conexiones objetivas y se puede aplicar según Art.2 Roma I elegir cualquier estado. Nos lo resuelve norma de conflicto art.4 Roma I residencia habitual y eso hace aplicable la ley española quiere decir que saber quien tiene razón entre los dos litigantes nos lo dice la ley española, Roma I cada ordenamiento subestatal nos apuntaría directamente al derecho catalán o donde estuviese el domicilio pero es el convenio de Viena de 1980 para la compraventa de mercancías, en la ley española que norma cogemos nos lo dice el derecho español, la especifica de norma material de DIPrivado. ( EN ESPAÑA TENEMOS EL CONVENIO DE VIENA ) El convenio de Viena define la aplicación cuando comprador y vendedor tienen domicilio en Estados distintos. La internacionalidad, estados distintos, si ambos estados forman parte convenio Viena se aplica convenio Viena, si no se da esta condición son parte del convenio el convenio de Viena se aplica si corresponde o esta contenido en la LA según las normas de conflicto ( leer art.1 convenio de Viena) Como en España la norma de conflicto el el RRI y dice que es la residencia del vendedor y cómo España y rige el Convenio de Roma, entonces si aplica, UK no es parte. OTRA RESPUESTA AL CASO Hemos descrito, es una compraventa int. Porque el establecimiento y hay un conflicto de leyes. Aquí tratandose cumplimiento compraventa no hay conflicto de leyes bajo la hipótesis no hay conflicto leyes aplicaríamos contrato Viena pero no podríamos aplicarlo porque UK no es miembro pero en segunda opción, ver Art.25 Roma I nos dice que la unificación normas conflicto Roma I va sin perjuicio lo que establezcan tratados internacionales. El art. 25 no seria aplicable a este conflicto. Las reglas del convenio Viena son normas de aplicabilidad de normativa material . Si una de las partes impugna, la validez del contrato porque es invalido, ¿ llegaríamos a la misma solución que antes? Viena no regula esta cuestión y excluye la validez contrato y excluye la transmisión de la propiedad de los bienes vendidos Art.4 convenio de Viena. Por la otra via, que empieza por Viena, si es aplicable pero no hay unas normas uniformes internacionales porque hay una situación de conflicto de leyes y hay que ir a Roma a resolverlo. En el Roma I cuando se habla del ámbito de la ley del contrato, es un listado abierto y habla de las consecuencias de la nulidad del contrato, puede ser nulo por la ley aplicable, incluso la elegida por las partes y las consecuencias de la nulidad las regula esa misma ley. F) Si en el caso de seguirse procedimiento judicial en España habría la posibilidad de …… El instrumento vincula al Reino Unido y vincula a España que en la obtención de pruebas ¿ Ingeniero jubilado residente en Marruecos ? Hablamos de un testigo vía consistente de tribunal a tribunal, se le pide cooperación al tribunal ( germánico) se practica obtención de prueba Lituania y se remite al juzgado español, sistema alternativo art.17 para el desplazamiento a Lituania para hacer el interrogatorio, también posibilidad por videoconferencia ( LEER REGLAMENTO) tratandose de un testigo , se le puede citar , y entonces no estamos ante cooperación internacional para la obtención de pruebas no necesitamos cooperación tribunal internacional, es materia reglamento notificaciones. En Marruecos podríamos pedir la practica de la prueba a los tribunales de Marruecos , tenemos un convenio bilateral, en caso del reglamento, los jueces se han de poner en contacto, hay otro más moderno que es el de la Haya 1970. REGLAMENTO DE PRUEBA pregunta G) Prueba pericial sobre las instalaciones de la máquina ? Diligencia obtención de prueba, supeditar la practica prueba solicitar provisión de fondos y hasta que no se recibe se puede demorar. La utilización reglamento pruebas es opcional si el demandado ( Empresa escocesa ) dice que esta de acuerdo que vengan a inspeccionar y no hay inconveniente a entrar en su local, no es necesaria la cooperación internacional. En Mallorca hay pleitos construcción de las casas, los alemanes someten el derecho alemán, cuando hay un pleito el juez va y viene de Mallorca constantemente la inspección directa judicial , si necesitamos cooperación extranjera utilizaremos el reglamento de obtención de prueba. Si no ponen inconveniente, se obtendrá un informe pericial a partir de lo que ha visto el perito, libre circulación de personal. Si hay problemas para acceder si hay que solicitar la cooperación internacional. H) Rusia es parte, convenio de la Haya de 1970. Cooperación internacional de autoridades (II): traslado de documentos NOTIFIFCACION INTERNACIONAL Los actos de comunicación –o notificaciones, en sentido amplio– de ciertos documentos (una demanda o una resolución judicial) constituyen un elemento básico para un desarrollo del proceso con las debidas garantías. Cuando la notificación debe llevarse a cabo en el extranjero, por ejemplo, si se trata del primer emplazamiento al demandado y éste tiene su domicilio allí y no en España, se plantean problemas particulares en cuanto a la forma de proceder. En el Derecho positivo español, la notificación internacional está contemplada, básicamente, en tres grupos de normas. (a) El Reglamento 1393/ 2007, de 13 de noviembre, relativo a la notificación y al traslado entre los Estados miembros de la UE de documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil o mercantil (Reglamento de notificaciones). En relación a Dinamarca, el régimen del Reglamento es también aplicable por vía de un acuerdo bilateral. (b) El Convenio relativo a la notificación o traslado en el extranjero de documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil o mercantil, hecho en La Haya el 15 de noviembre de 1965, (Convenio de La Haya 1965), aplicable en relación a terceros Estados (p.ej., EEUU, Turquía, Argentina o Venezuela). (c) Y, por último, el Derecho de origen interno (vid. artículos 20-27 LCJI), aplicable frente al resto de mundo (sin perjuicio de la eventual existencia de un convenio bilateral entre España y el Estado correspondiente). El Reglamento de notificaciones autoriza distintas formas de traslado de documentos a su destinatario: (a) la remisión directa al destinatario por servicio postal mediante carta certificada con acuse de recibo (vid. en el Derecho de origen interno, artículo 21.1LCJI; sobre esta forma de notificación vid. STJUE as. C-354/15); (b) la remisión directa al destinatario a través de los agentes diplomáticos o consulares del Estado de origen; (c) o la notificación a través de las autoridades del Estado requerido. En este último caso, aunque caben otras alternativas, el Reglamento prevé la comunicación directa descentralizada entre autoridades nacionales, sin pasar necesariamente por la vía diplomática o por una autoridad central; se encargan de ello los organismos transmisores y receptores, que deben ser designados por cada Estado miembro. (d) Por último, prevé también la solicitud directa hecha por cualquier persona interesada en el proceso abierto en el Estado de origen y dirigida al agente judicial, funcionario u persona competente para notificaciones del Estado requerido. El Reglamento no establece una jerarquía entre las formas de notificación (incluida la notificación por correo). Todas valen igual. Por consiguiente, a efectos procesales, se considerará notificado el documento cuando se ha practicado válidamente la primera notificación (TJUE as. C-473/04). En cuanto a los medios de transmisión de los documentos, se puede hacer por cualquier medio adecuado, sin limitación de la técnica empleada, siempre que el contenido del documento recibido sea fiel y conforme al del documento expedido y que todas las indicaciones que contenga sean legibles sin dificultad. La solicitud de notificación ha de expresarse en un formulario normalizado que figura en los anexos del Reglamento. Todos los documentos están exentos de legalización o trámite equivalente. En el ámbito convencional, y sin perjuicio de los convenios bilaterales, el Convenio de La Haya de 1965 es el texto más relevante. Al igual que el Reglamento, permite la comunicación directa por vía postal (si bien abre a los Estados contratantes la posibilidad de no aceptar en su territorio este sistema de comunicación), la comunicación directa por vía de autoridades diplomáticas o consulares del Estado de origen, o la comunicación a través de autoridades del Estado requerido. En este caso, y aunque caben otras alternativas, el Convenio se articula sobre la comunicación a través de autoridades centrales. En España, la autoridad central se localiza en el Ministerio de Justicia. Las peticiones entre autoridades centrales se expresan mediante un formulario estandarizado, recogido en el anexo del Convenio. El Convenio contiene reglas adicionales relativas, por ejemplo, a las formas de practicar la notificación, a las lenguas en las que deben ir redactados los documentos a notificar o a la certificación de su práctica. La petición sólo se puede denegar porque el Estado requerido considere que ello suponga un atentado a su soberanía o seguridad. Competencia judicial internacional (III): el caso de les “obligaciones no contractuales” (Ejemplo Caso 4). Calificación e interpretación autónoma Las obligaciones no contractuales están reguladas en el apartado 2 del articulo 7: Según el TJUE (as. 189/87; as. C-261/90; as. C-96/00; as. C-167/00), el concepto «materia delictual o cuasidelictual» debe ser objeto de una interpretación autónoma. Así se garantiza una aplicación uniforme del precepto y la consiguiente igualdad de derechos y obligaciones para todos sus destinatarios. Sin embargo, el Tribunal no ha definido con precisión lo que entiende por «materia delictual o cuasidelictual», si bien de su jurisprudencia se pueden extraer ciertas pautas. Por otra parte, el Reglamento Roma II sobre ley aplicable a las obligaciones extracontractuales constituye un referente hermenéutico obligado para desarrollar esta jurisprudencia (infra tema 26). (a) Primera, para que se aplique ese precepto es necesario que estemos en el ámbito material delimitado por el artículo 1 del Reglamento (materia «civil y mercantil») con independencia de la naturaleza jurisdiccional del órgano competente. Si, como sucede en España, la jurisdicción penal puede conocer de la acción civil, su competencia viene determinada por el Reglamento (por eso se establece una regla especial de acumulación en el artículo 7.3) (b) Segunda, el TJUE tiende a calificar la categoría «obligaciones extracontractuales» como una categoría subsidiaria frente al artículo 7.1: «el concepto materia delictual o cuasidelictual comprende toda demanda que se dirija a exigir responsabilidad de un demandado y que no esté relacionada con la materia contractual en el sentido del apartado 1...», esto es, cuando la responsabilidad no se derive o no se haya producido en el marco de una relación libremente asumida por las partes o por una parte frente a la otra. (c) Tercera, el TJUE también ha afirmado que la responsabilidad extracontractual sólo surge cuando pueda establecerse un nexo causal entre el daño afirmado por la víctima y el hecho que le imputa al presunto causante Los casos típicos a los que se aplica el artículo 7.2 son accidentes de circulación, daños medioambientales, daños por productos defectuosos, prácticas contrarias al Derecho de la libre competencia o competencia desleal, daños a los derechos de propiedad industrial o intelectual (aunque vid. infra tema 10 sobre la relación con el artículo 24.4), daños a los derechos de la personalidad o contra la intimidad, daños a terceros por infracapitalización de una sociedad, etcétera. Incluso las acciones de reclamación de una compensación equitativa al amparo de la Directiva 2001/29 sobre derechos de autor aunque las ejerza una sociedad de gestión colectiva de derecho de autor (C-572/14). Es irrelevante que el régimen de responsabilidad sea por culpa u objetiva. Se incluye también la culpa in contrahendo: daño causado con ocasión de las negociaciones encaminadas a la celebración de un contrato que finalmente no se celebra. (d) Cuarta, en cuanto al tipo de acción, se puede utilizar este foro para plantear acciones llamadas a reparar un daño, de indemnización o cesación, de exoneración de responsabilidad extracontractual o, incluso, para prevenirse anticipadamente ante una acción de responsabilidad. (e) Quinta, los terceros que materialmente se subroguen en el derecho de la víctima o del responsable, sea por ley o en virtud de un contrato, también pueden utilizar, o quedar sometidos, a este foro. Igualmente se sigue aplicando este foro para reclamar la responsabilidad de un sujeto por los daños de otro (por ejemplo, la de los padres por los daños de los hijos). Criterio de conexión: concreción del lugar del daño El segundo problema de aplicación que plantea esta regla es la concreción del vínculo «lugar donde se haya producido o pueda producirse el hecho dañoso». Normalmente el lugar de producción del daño es un concepto fáctico cuya concreción no plantea dificultades, salvo en dos tipos de situaciones: (a) disociación entre el lugar de origen del daño (= donde haya tenido lugar el suceso causal origen del daño) y el lugar de resultado o materialización del daño (= donde se haya producido la lesión o intromisión sobre el bien protegido) y (b) daños padecidos en varios Estados. En los llamados delitos a distancia, esto es, cuando el lugar de origen del daño y el lugar de resultado no coinciden, vale la llamada «regla de la ubicuidad», el actor puede acudir tanto al tribunal del lugar de origen del daño como al del lugar del resultado dañoso (por todas, STJUE as. 21/76). Ya que en ambos lugares han sucedido hechos relevantes para resolver el fondo del litigio que justifican la competencia, i.e. ambos son igual de aptos para reducir los costes de instrucción procesal, la opción exclusiva en favor de uno u otro puede conducir a soluciones injustificables. Ejemplo. (vid. TJUE, as. 21/76) Si una empresa francesa propietaria de una fábrica en España realiza una serie de vertidos contaminantes en las aguas del río Tajo que, al ser utilizadas para regar, causan daños a agricultores portugueses, éstos podrán demandar a la empresa francesa: bien en Francia (ex artículo 4.1), bien ante el tribunal español del lugar donde se realizaron los vertidos (ex artículo 7.2 como lugar de origen del daño), bien ante el tribunal portugués del lugar donde se manifestó el daño (ex artículo 7.2, como lugar de resultado). Para concretar el lugar de origen, i.e. donde se produjo el hecho causal que provocó el daño, ha de atenderse a la conducta o hecho que causa directamente el daño, no a los meros actos preparatorios o auxiliares. Como se ha dicho, es un «conduct test». Por consiguiente, en el caso de varios responsables, si sólo se demanda a uno de ellos, no cabe utilizar como criterio de competencia las actuaciones de otro. Para concretar el lugar de resultado, ha de atenderse al lugar donde se materializa el efecto dañoso de dicha conducta. Es un «effect test». Además, ha de atenderse al daño directo, esto es, a la lesión directamente sufrida por la víctima, pues todo lo demás escaparía ya a la órbita de control-previsibilidad del causante. Por consiguiente, (a) sólo debe atenderse a la víctima directa (TJUE as. C-220/88) y no al daño que puedan sufrir terceros por repercusión del daño padecido por la víctima directa; (b) y, dentro de los daños que sufre ésta, sólo puede abrirse un foro de competencia allí donde padece los daños inmediatos o primarios, no los daños derivados o indirectos (TJUE as. C-364/93, as. C-168/02 o C-12/15: «el concepto lugar donde haya ocurrido el hecho dañoso no puede interpretarse de manera extensiva hasta el punto de englobar cualquier lugar donde puedan experimentarse efectivamente las consecuencias perjudiciales de un hecho que haya causado ya un daño efectivamente sobrevenido en otro lugar»). Cuando una misma víctima padece el daño en varios Estados (p. ej., delitos contra el honor o actos de competencia desleal), el TJUE se ha fijado en el daño sufrido en cada uno de ellos (as. C-68/93). Con lo cual, las opciones de las que dispone el actor son: o el lugar de origen, para la totalidad de los daños (a nivel mundial), o el lugar de resultado, i.e. cada uno de los Estados miembros donde se manifiesta éste, pero sólo para reclamar los daños padecidos en el territorio de ese Estado. Es lo que se conoce como «teoría del mosaico». El artículo 7.3 del Reglamento establece una regla complementaria: cuando la acción por daños o de restitución se derive de un ilícito penal, el tribunal que conoce de la acción penal será competente para conocer de la acción civil si, según su ley interna (= lex fori), la acción civil fuese acumulable a aquélla. El artículo 7.3 funciona como foro alternativo al foro general y al previsto por el artículo 7.2, siempre que la lex fori atribuya competencia a la jurisdicción penal para conocer del delito y permita la acumulación de pretensiones, como sucede en el Derecho español (para la CJI en materia penal, vid., artículo 23.2-4 LOPJ). Las consideraciones anteriores son aplicables, mutatis mutandi, frente a demandados con domicilio en Suiza, Noruega o Islandia, en virtud del Convenio de Lugano. Cuando el demandado tenga su domicilio en un Estado no miembro de UE, ni parte del Convenio citado (o de un convenio bilateral), la CJI de los tribunales españoles para conocer de los litigios de naturaleza extracontractual viene determinada por el artículo 22 quinquies (b) LOPJ. Este precepto establece la misma solución que el Reglamento Bruselas I bis, i.e. «que el hecho dañoso se haya producido en España» y por consiguiente debe interpretarse de la misma manera. Aunque no se refiera expresamente a los daños que puedan producirse (pensando en las acciones preventivas), este silencio debe colmarse por vía interpretativa, en el mismo sentido que el artículo 7.2 del Reglamento. APUNTES DE CLASE SOBRE ESTE TEMA y CASO 4: CASO 4 VERDURAS ECOLOGICAS a, LÉGUMES DU GARONNE, SL por haber VERDURAS ESCULOGICAS tirado una remesa de abono que supuestamente no era ecológico comprado a IMPORTADORES BARCELONA SL (domicilio en Barcelona) quien compro el abono en Kansas (Texas .U.SA) , dañando las plantaciones de LEGUMES. Verduras ecológicas. Domicilio: Valle de Aran Légumes du Garonne SL. Domicilio: Francia. El 7.2 es un foro especial y por ende alternativo al de domicilio del demandado, y tengo que estar muy segura de que es extracontractual porque en caso de duda debemos preferiblemente irme al 7.1. La palabra clave es “el lugar de producción del daño (también es donde pueda producirse)” como criterio de conexión y de proximidad y previsibilidad. Proximidad quiere decir que es adecuado tener en cuenta un foro alternativo al domicilio del demandado y eso es así porque responde a la reducción de costes y a la CIA. El de previsibilidad por su parte, quiere decir que a la parte le pueda ser previsible que la demanden en el lugar donde se ha producido el daño. En el caso, ¿dónde se ha producido el daño? El TJUE desarrollo la teoría de la ubicuidad, nos ayudara a determinar el hecho dañoso cuando se ha producido a distancia. Pero no todo ilícito civil es a distancia. Un ilícito a distancia este compuesto por dos elementos: 1) Lugar de origen (causa) 2) lugar del resultado. A efectos de aplicación del 7.2 son ambos dos son foros disponibles a favor del autor, pero no de la víctima. Es un foro que responde a la prueba. LG por tanto podrá demandar en España, pero lo que hay que ver es que si alternativamente hay otro lugar donde pueda demandarlo. Tenemos que tener en cuenta que el foro especial siempre tiene que ser ALTERNATIVO al domicilio del demandado y no operara en favor de la víctima, es decir VE no podrá demandar en el foro especial porque el daño se ha producido también en su territorio, solo podrá demandar en el domicilio del demandado que coincide donde se ha producido el daño y por tanto no se abre el foro especial. Para comprender este foro, hay dos sentencias en el campus, la de UNIVERSAL MUSIC. Es la negligencia de un abogado. La otra teoría es la regla del mosaico y sucede cuando una victima sufre daños en mas de un estado miembro. Y nace de un caso de FIONA SHERILL (la difaman a través de una revista que publica unas fotos de ella, y la revista se distribuye en varios EM) la victima puede dirigirse al establecimiento del editor (como lugar de origen) puede dirigirse donde este se produce la distribución o ir a cada estado pero limitado al daño que se ha producido en cada territorio. Pero recordemos que la difamación no esta en el roma II cada uno de esos estamos aplicaran su norma de conflicto. Ley aplicable (III): el caso de las “obligaciones no contractuales” (Ejemplo Caso 4) En el ordenamiento jurídico español, el régimen conflictual aplicable en materia de obligaciones extracontractuales viene determinado fundamentalmente por el Reglamento Roma II. Este Reglamento establece un régimen uniforme sobre ley aplicable en el ámbito de la responsabilidad por daños, los cuasicontratos y la culpa in contrahendo en Europa. Junto a este texto, hay que tener en cuenta, para tipos de daños particulares, sendos Convenios de La Haya (uno sobre accidentes de circulación y otro sobre responsabilidad por productos), y para las materias excluidas del ámbito de aplicación del Reglamento, el artículo 10.9 del CC. El Reglamento Roma II goza de los mismos atributos jurídicos que cualquier otro reglamento europeo: tiene alcance general, es obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicable por los Estados miembros. No necesita transposición por los Derechos nacionales. El Tribunal de Justicia tiene competencia interpretativa en las condiciones establecidas por el TFUE. El Reglamento está vigente en todos los Estados miembros salvo en Dinamarca. 1. ÁMBITO MATERIAL El Reglamento Roma II se aplica a las obligaciones extracontractuales (solo aplica a los daños extracontractuales) con excepción de las que se derivan de las materias enumeradas en el artículo 1, apartado 2. El concepto de obligaciones extracontractuales es un concepto autónomo que, en este texto, incluye la gestión de negocios ajenos y el enriquecimiento sin causa, así como la culpa in contrahendo (vid. artículo 2.1 y cdo. 11) En primer lugar, el Reglamento se aplica en el ámbito civil y mercantil. La calificación ha de hacerse de forma autónoma y la jurisprudencia del TJUE en relación al Reglamento Bruselas I bis ha de tenerse en cuenta para definir ambos conceptos. Lo relevante es el objeto del litigio, no la naturaleza del órgano jurisdiccional que esté conociendo. En consecuencia, y como sucede en el ordenamiento español, los jueces penales que conforme a su Derecho nacional puedan conocer de la acción civil están obligados también a aplicar el Reglamento. A la hora de calificar un litigio, el TJUE ha definido el concepto de materia civil y mercantil por contraposición a los actos de soberanía. Se excluyen de ese concepto los litigios entre una autoridad pública y un particular siempre que dicha autoridad actúe en el ejercicio del poder público y sea esta actuación la que origine el conflicto El Reglamento excluye expresamente una serie de materias. La lista guarda bastante paralelismo con la que se recoge en el correspondiente precepto del Reglamento Roma I. Así, por ejemplo, se excluyen: (a) Las obligaciones derivadas de las relaciones de familia o asimiladas, incluidas las alimenticias. (b) Las obligaciones derivadas de los regímenes matrimoniales, o asimilados según la ley aplicable, y del Derecho de sucesiones. (c) Las obligaciones derivadas de letras de cambio, cheques o pagarés, así como de otros instrumentos negociables, en la medida en que las obligaciones nacidas de estos otros instrumentos deriven de su carácter negociable. (d) Las obligaciones derivadas del Derecho de sociedades (pero no los daños a terceros) (e) Las obligaciones extracontractuales que se derivan de un daño nuclear. (f) Los daños a la intimidad o a los derechos de la personalidad, en particular la difamación. Al estar excluidos del Reglamento, los jueces españoles determinarán la ley aplicable en relación a esos daños a partir del artículo 10.9CC. 2. CARÁCTER UNIVERSAL El Reglamento Roma II tiene un ámbito de aplicación universal, esto es, se aplica aunque la ley designada sea la de un Estado no miembro (artículo 3). Además, no se exige ninguna conexión particular con la UE más allá de la mera competencia judicial, i.e. basta con que el litigio se plantee ante un juez de un Estado miembro. Así, por ejemplo, el Reglamento determina la ley aplicable a un litigio entre dos ciudadanos europeos, entre un ciudadano europeo y uno no europeo o incluso entre dos ciudadanos de terceros Estados que, por la razón que sea, vienen a litigar a Europa. El lugar donde se haya producido el daño, dentro o fuera de UE, es igualmente irrelevante. Merced a este carácter universal, el Reglamento Roma II reemplaza al artículo 10.9CC en el ámbito de aplicación material de aquél. 3. RELACIÓN CON OTROS INSTRUMENTOS SUPRANACIONALES Las relaciones con otros instrumentos supranacionales se articulan en el Reglamento a partir de la distinción entre textos de la UE y convenios internacionales. Respecto de otros textos europeos, el artículo 27 del Reglamento establece el principio de lex specialis: el Reglamento Roma II no perjudicará la aplicación de actos de las instituciones europeas en relación a materias concretas que contengan normas de conflicto. La relación con otros convenios internacionales arranca de la distinción entre los convenios anteriores a la adopción del Reglamento y los convenios posteriores. A su vez, dentro de los convenios anteriores, hay ciertas diferencias entre los convenios concluidos con terceros Estados y los convenios concluidos entre Estados miembros. (a) Los convenios previos con terceros Estados, esto es, los que vinculan a Estados miembros con terceros Estados y contienen normas de conflicto en el ámbito extracontractual, se respetan y, por consiguiente, siguen en vigor (artículo 28.1). Tanto si son convenios bilaterales como multilaterales, generales o especiales. En el caso de España, esto significa que el Reglamento no afectará a la posibilidad de seguir aplicando el Convenio de La Haya sobre accidentes de circulación por carretera y el Convenio de La Haya sobre responsabilidad por productos. (b) Por el contrario, los convenios previos celebrados exclusivamente entre Estados miembros son desplazados por el Reglamento (artículo 28.2). Y (c), en relación a los futuros convenios, una vez adoptado el Reglamento, la materia pasa a ser competencia de la UE por lo que desde ahora corresponderá a la UE la celebración de convenios con terceros Estados. La primera regla de conflicto que establece el Reglamento, por orden jerárquico, es la autonomía de la voluntad: las partes, i.e. en principio el presunto responsable y la víctima, pueden escoger la ley aplicable a los daños extracontractuales que puedan surgir en el marco de sus relaciones (artículo 14). Esta regla es común a los daños extracontractuales, a los cuasi-contratos y a la culpa in contrahendo. Las partes pueden elegir cualquier ley, sea la de un Estado miembro o la de un tercer Estado, y con independencia de que tenga o no conexión con el supuesto. La elección cabe tanto antes como después del daño. El Reglamento Roma II contiene sendas reglas para los supuestos puramente internos y puramente intraeuropeos, paralelas a las que estudiamos en el contexto del Reglamento Roma I. Por un lado, se establece que cuando todos los elementos relevantes de la situación en el momento en que ocurre el hecho dañoso se localizan en un solo Estado, la elección por las partes de una ley extranjera no podrá excluir la aplicación de las normas imperativas (internas) de la ley de ese Estado (artículo 14.2). Por otro lado, en los casos en los que estemos ante un ámbito material armonizado por el Derecho de la UE se extiende esta misma regla al sector correspondiente: la elección por las partes de la ley de un tercer país no podrá afectar a la aplicación de disposiciones imperativas del Derecho comunitario, en su caso tal como se apliquen en el Estado miembro del foro, cuando, en el momento del nacimiento de la obligación, todos los restantes elementos de la situación se encuentren localizados en uno o varios Estados miembros de la Comunidad Europea (artículo 14.3). Para un análisis de estos preceptos vid núms. margs. 24.19 y 24.20 En el ámbito de las obligaciones extracontractuales, y en defecto de elección de las partes, el Reglamento contiene una regla general y una serie de reglas especiales para determinados tipos de daños. La regla general se aplica subsidiariamente, i.e. cuando no haya una regla especial. Las reglas especiales cubren los siguientes tipos de daños: responsabilidad por productos (artículo 5), derecho de la competencia (artículo 6), daños al medio ambiente (artículo 7), propiedad industrial e intelectual (artículo 8) o acciones derivadas de un conflicto colectivo (artículo 9). Reglamento Roma II: estructura En concreto, la regla general (artículo 4) arranca de la solución tradicional en este sector, la lex loci damni, añade una excepción, la residencia habitual común, y cierra este régimen general con una cláusula de escape, los vínculos más estrechos. Punto de partida. «LEX LOCI DAMNI» Como hemos apuntado, y así se deduce del propio comienzo del artículo 4.1, aunque el Reglamento arranca formalmente de la aplicación de la ley país donde se produce el daño, en la práctica esta regla tiene una aplicación subsidiaria. Sólo será aplicable: cuando el daño no sea subsumible en alguna de las reglas especiales del Reglamento (artículos 5 y ss.), cuando las partes no tengan la residencia habitual común en otro Estado (artículo 4.2), cuando las partes no hayan escogido la ley de otro Estado (artículo 14) o cuando el supuesto no presente vínculos más estrechos con otro Estado (artículo 4.3). El Reglamento concreta esa conexión –lex loci damni– en el país donde ocurre el daño con independencia del país donde ocurre el evento que da lugar al daño o con independencia del país o países o donde ocurren las consecuencias indirectas de dicho evento. Esta fórmula intenta resolver dos tipos de casos: los daños a distancia y los daños indirectos o derivados. En los daños a distancia: entre el evento y el lugar del daño, el reglamento se ciñe por este ultimo y no es alternativo como seria por ejemplo en materia de CJI. Ejemplo de cazadores en frontera España- Portugal. EL daño se produce en Portugal, aunque el hecho dañoso haya tenido lugar en España. La victima puede reclamar ante cualquier país, pero la ley aplicable será siempre la portuguesa. Ha de tenerse en cuenta que el daño es entendido como el perjuicio físico, siendo irrelevantes los daños morales. La opción a favor del lugar donde se padece el daño implica que, cuando una misma conducta cause daños directos en varios países, deberán aplicarse de manera distributiva las leyes de todos los países en cuestión (= teoría del mosaico) Regla de la Residencia Habitual Común: es una excepción del articulo 4 que señala que cuando ambas partes tienen su residencia en un país (residencia común) se aplicará la ley de este país (preferente) y en defecto la lex donde se haya producido el daño. Para los demás casos “residencia habitual”: - Sociedades y demás personas jurídicas: administración central. Es indiferente si se trata - de establecimiento principal o domicilio estatutario. En el caso de las personas físicas: dependerá si se trata de su actividad personal o familiar, o de su actividad profesional, ya que en este ultimo aplicará su centro principal de actividad. *EL MOMENTO RELEVANTE PARA DETERMINAR LA RESIDENCIA HABITUAL SERÁ EL MOMENTO DE PRODUCCION DEL DAÑO* CLÁUSULA DE ESCAPE: El Reglamento cierra la regla general con una cláusula de escape. El objetivo de esta cláusula es introducir cierta flexibilidad, que permita al juez apartarse de la ley de la residencia habitual común o de la ley del lugar del daño cuando «se deriva claramente de todas las circunstancias del caso que el daño se encuentra manifiestamente más vinculado con otro Estado» (artículo 4.3). La intención del Reglamento es que esta cláusula sólo se utilice en casos excepcionales, por eso exige que la vinculación con un Estado distinto del de la residencia habitual común de las partes (artículo 4.2) o del de producción del daño (artículo 4.1), sea «manifiestamente más estrecha». Esta cláusula no sólo sirve para «corregir» el juego de esas conexiones, sino también para resolver aquellos supuestos en los que la aplicación de la regla del lugar del daño resulta infructuosa, por ejemplo, cuando los daños se producen en un territorio no sujeto a soberanía estatal . Para saber cuando hemos de aplicar dicha cláusula de escape el reglamento nos da ciertas “pistas” para saber cuando entra en juego: -La existencia de una relación previa por ejemplo: un contrato. Una vinculación manifiestamente más estrecha con otro país podría existir cuando entre las partes hay una relación previa, por ejemplo un contrato, en cuyo entorno se ha producido el daño. La existencia de una relación previa es un factor que puede «tenerse en cuenta», pero el juez dispone de un margen de apreciación para determinar si existe un vínculo significativo entre la obligación extracontractual y la ley aplicable a esta relación preexistente. NORMAS DE CONFLICTO EN MATERIA DE OBLIGACIONES EXTRACONTRACTUALES: REGLAS ESPECIALES RESPONSABILIDAD POR PRODUCTOS 27.1. La primera regla especial que contiene el Reglamento es en el ámbito de los daños causados por productos defectuosos En concreto, se manejan cuatro conexiones: residencia habitual de las partes, lugar de comercialización del producto, lugar de adquisición del producto y lugar de producción del daño. El Reglamento recoge distintas combinaciones de estos criterios con el fin de asegurar una ponderación razonable entre los intereses del responsable del daño y de la víctima: el objetivo es encontrar una ley dentro del horizonte de expectativas de la víctima, pero que a su vez resulte previsible para el responsable. El artículo 5 comienza con la expresión «Sin perjuicio del artículo 4, apartado 2», y concluye con una cláusula de escape similar a la del artículo 4.3. Esto significa que el artículo 5 no es una excepción a todo el artículo 4, sino sólo a su primer apartado, la lex loci damni. Si las partes tienen su residencia habitual en el mismo Estado se aplicará dicha ley; en su defecto, se aplicará alguna de las leyes señaladas en el artículo 5.1 (regla especial); y, por último, en cualquier caso, si el supuesto presenta vínculos manifiestamente más estrechos con la ley de otro país, se aplicará ésta.***** En concreto, el orden es el siguiente. En primer lugar, se aplicará la ley de la residencia habitual de la víctima si en ese país se comercializa el producto que causó del daño [artículo 5.1.a)]. En su defecto, se aplicará la ley del lugar donde se adquirió el producto, si coincide con el lugar donde se comercializa el producto [artículo 5.1.b)]. Y, en su defecto, se aplicará la ley del lugar de producción del daño, si igualmente en ese país se comercializa el producto [artículo 5.1.c] A los efectos de aplicar la cláusula de comercialización, común a los tres apartados, lo relevante no debe ser tanto que el producto individual que causó el daño se hubiese comercializado en el Estado en cuestión, cuanto que ese producto o productos similares del mismo tipo y del mismo responsable, se comercialicen en dicho Estado (vid. artículo 7 Convenio de La Haya). Esto no se dice expresamente en el Reglamento, pero se deduce de la propia existencia del apartado (c) (de otro modo, este apartado no tendría cabida), y de la cláusula de previsibilidad que introduce el artículo 5.1 in fine. Ejemplo: daño producido de un producto en España pero que se comercializa en Portugal donde el sufridor del daño reside. Se aplica la ley de este último. Cuando la ley designada por los apartados a, b y c no fuese razonablemente previsible para el fabricante, se aplicará la ley de residencia habitual de éste. Lo mismo sucederá cuando no se dé ninguna de las combinaciones que prevén los apartados a, b y c. Ello sin perjuicio siempre del posible juego de la cláusula de escape de los vínculos más estrechos. En aquellos Estados miembros que hayan ratificado el Convenio de La Haya de 1973 (como España, Finlandia, Francia, Eslovenia, Luxemburgo o Países Bajos), al tener este texto carácter universal, la ley aplicable seguirá estando determinada por dicho Convenio, no por el Reglamento, mientras no se denuncie (infra). Daños del medio ambiente: La tercera regla especial que establece el Reglamento es relativa a los daños al medio ambiente (artículo 7). Esta regla señala que la ley aplicable que se derive de un daño medioambiental, o de un daño producido sufrido por personas o bienes como consecuencia de dicho daño, la victima podrá: - Escoger la ley del país donde se produce el daño Esconger la ley donde se sufre el daño. *es una excepción a la regla por el carácter “medioambiental” del daño. Esta regla especial, aplica a ,los daños sufridos a los bienes del estado, y a los daños sufridos en los bienes privativos. OJO! El artículo 7 no contiene una referencia a los apartados 2 o 3 del artículo 4. Esto significa que en el ámbito de los daños medioambientales, ni la excepción de la residencia habitual común de las partes, ni la cláusula de los vínculos más estrechos encuentran aplicación Propiedad industrial e intelectual: art 7 RRII Con respecto a las obligaciones extracontractuales, en la sede de estos derechos, nos remitimos al articulo 8.1 del RRII, el cual señala que se aplicara la ley de cuyo estado se pretende la protección (básicamente es independiente si se sufre en otro estado) las leyes de propiedad intelectual son monopolizadas por los estados. Ejemplo: empresa austriaca vs empresa alemana, la ultima genera un daño a la primera a través de anuncio puesto en Alemania en la pagina web de dicha empresa con un dominio exclusivamente nacional. La ley aplicable será la austriaca. *ESTO CUANDO UNO DE LOS PAISES NO ES EUPEO* Cuando la obligación extracontractual que se derive de una infracción a estos derechos es de carácter COMUNITARIO, como los reglamentos que regulan estos derechos son de carácter unitario y aplican para toda la UE, el régimen será uniforme y autónomo y la ley aplicable será del país en el se haya cometido la infracción para toda las cuestiones que no estén reguladas por el respectivo instrumento. ** ¿¿?¿ ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA, GESTIÓN DE NEGOCIOS AJENOS Y «CULPA IN CONTRAHENDO» 1. Enrequecimiento injuto ART 10 RRMII: en los casos del enriquecimiento injusto, que en muchas ocasiones suele ser el pago de lo indebido, el articulo 10 presenta varias determinaciones de la ley aplicable en cascada (sino aplcia uno vamos al otro, y asi hasta encontrar el aplicable) La primera regla: si el enriquecimiento injusto nace de un vínculo estrecho entre las partes pj: un contrato, aplicara la ley que regule dicha relación. La segunda, cuando no sé dé el anterior, aplicara el de la residencia habitual común de las partes cuando se produce el hecho que deriva el enriquecimiento. Tercero, en defecto del segundo, se estará a la ley donde tiene lugar el enriquecimiento. Cláusula de escape: la aplicación de la ley con la cual el supuesto presente los vínculos más estrechos, si no coincide con ninguna de las anteriores. 2. Gestión de negocios ajenos: art 11 RR11: es la misma interpretación en cascada del articulo 10. 3. Culpa in contrahendo ART 12: es aquella culpa que deriva del incumplimiento de las negociaciones previas a un contrato. en este caso, el articulo 12 contempla una serie de posibilidades (ver articulo), no obstante, lo que debemos tener en mente es que la ley aplicable es la que se hubiese aplicado al contrato si este se hubiese celebrado. Recordemos que en los considerandos esta responsabilidad solo aplica para los daños producidos: por una ruptura abusiva o por ocultar información relevante. Los daños producimos como el que puede sufrir un cliente dentro de un establecimiento comercial, se rigen por la RG del art 4.1 PERO OJO: Como hemos dicho, esta regla no impide que las partes puedan elegir la ley aplicable a su relación de conformidad con el artículo 14. ***Para determinar la ley hipotéticamente aplicable al contrato ha de acudirse al Reglamento Roma I. Normalmente, esa ley será la del Estado donde la parte que tiene a su cargo la prestación característica reside habitualmente (artículo 4 del Reglamento Roma I). Podría suceder, no obstante, que conforme a las reglas del Reglamento Roma I fuese imposible determinar la ley hipotéticamente aplicable (por ejemplo, porque no es posible identificar cuál sería la prestación objeto del contrato en esa fase preliminar). Para tales supuestos, el Reglamento establece la aplicación de las mismas reglas que serían aplicables a cualquier otro daño: la residencia habitual común de las partes, la lex loci damni y la cláusula de los vínculos más estrechos (artículo 12.2). Ejemplo: ley española que rechaza varias ofertas porque una empresa alemana realiza actuaciones que le hacen creer que efectivamente le comprará acciones y al final rompe las relaciones. Será la ley española porque bajo esta se hubiese celebrado el contrato. En el Reglamento Roma II aparte de todo lo que hemos expresado anteriormente, hay reglas especiales: art 16, 17, 18 1. Las reglas de policía art 16 son las primeras, y estas tienen menos injerencia en el reglamento roma II que en el uno. No obstante, no pueden afectar la aplicación de las leyes del foro en las disposiciones de las leyes de policía. 2. Normas de seguridad y comportamiento art 17: esta previsión legal regula que para atribuir responsabilidad extracontractual a una persona habrá de tenerse en cuenta las normas vigentes de seguridad y comportamiento y en el momento del hecho que da lugar a la responsabilidad. No obstante, esta aplicación no es discrecional, se valorará para determinar la responsabilidad del sujeto, pero el autor no puede exonerarse alegando estas leyes. 3. Acción directa: art 18: seguros (… no entra) CONVENIOS DE LA HAYA Como ya sabemos, el Reglamento Roma II deja en vigor los convenios internacionales concluidos por los Estados miembros y terceros Estados (artículo 28.1). Para España, esto conlleva que se mantienen en vigor (a) el Convenio de La Haya de 4 de mayo de 1971 sobre ley aplicable en materia de accidentes de circulación por carretera y (b) el Convenio de La Haya de 2 de octubre de 1973 sobre ley aplicable a la responsabilidad por productos. Ambos textos tienen alcance universal, lo que significa que en sus respectivos ámbitos de aplicación desplazan completamente el juego del Reglamento Roma II. Un juez español, en consecuencia, deberá determinar la ley aplicable a la responsabilidad causada por un accidente de circulación o por un producto siempre de conformidad con dichos convenios, y no de conformidad con el Reglamento Roma II, mientras sigan vigentes. Es importante tener en cuenta de este convenio * los accidentes y si se trata de responsabilidad por productos comercializados hemos de tener en cuenta el Convenio de La Haya de 1973 sobre ley aplicable a la responsabilidad por productos se articula a través de un sistema de conexiones en cascada (articulo 4 y 5) ARTÍCULO 10.9CC El artículo 10.9CC. Este precepto sigue aplicándose en las materias excluidas del Reglamento Roma II, en particular a los daños contra la intimidad y los derechos de la personalidad. El artículo 10.9CC es una regla muy sencilla. «Las obligaciones no contractuales se regirán por la ley del lugar donde hubiere ocurrido el hecho de que deriven». Parece razonable interpretar que el criterio de conexión debe concretarse en los mismos términos que en el Reglamento Roma II, i.e. como lugar donde se ha producido el daño (loci damni). Ni el lugar de origen del hecho dañoso, ni los daños derivados o por repercusión son conflictualmente relevantes. En el caso de daños a los derechos de la personalidad o de la intimidad esto nos llevaría a aplicar la ley de cada uno de los países donde la víctima haya padecido los daños de esos derechos. No obstante, la jurisprudencia del TJUE en relación al Reglamento Bruselas I bis puede extenderse a la dimensión conflictual y, por consiguiente, cabe argumentar que todos los daños a nivel mundial se localizan en su país de residencia habitual, como lugar donde se ubica el centro de vida de la persona y los derechos que le son inherentes, al menos cuando la difamación tiene lugar a través de internet (supra núm. marg. 6.37) Reconocimiento y ejecución de decisiones extranjeras (I): Conceptos generales y sistema autónomo (Ejemplo Caso 6) Se corresponde con la parte general, pero tiene conceptos propios y habrá de explicarlos, es decir que sistemas de RyE tenemos en nuestro DIPr. LCJI Para el caso 6, hay un artículo específico del roma I, el articulo 14. En el DIPR pasa que el procedimiento (procesal) está separado, es decir, unos tribunales reconocen (competencia) y dan la “razón” y otros tribunales ejecutan y reconocen la sentencia. Se diferencia del sistema nacional en que a pesar de que cierto es que el procedimiento declarativo y el ejecutivo van separados van bajo una misma juridicción RyE puede buscar ejecutar sentencias dinerarias o sentencias de hacer o no hacer. En el ámbito civil y mercantil nos ocuparemos de los casos de la gente que pierde y deben embargar sus bienes para saldar la deuda efecto de la sentencia. En el caso 6 tenemos una sentencia de condena y que consigue cobrar su crédito coercitivamente a través del RyE en la cual media la fuerza del estado para garantizar la ejecutividad de la sentencia. Aquí lo importante es donde la persona condenada tiene la pasta. En esta fase es posible que existan procedimientos ejecutivos en varios estados porque pueden tener bienes o créditos en varios estados y se buscara el RyE en cada uno de ellos. En el caso 6 es un titulo ejecutivo americano, y para ver si podemos ejecutarlo en España hemos de ver el régimen de RyE en España, al igual que en Inglaterra porque el caso práctico también lo menciona. (pregunta b) La sentencia es americana y para ello tenemos que recordar que el B1bis, tiene ámbito interpartes pero cuando la sentencia ha sido dictada por un Estado no M y tampoco abarcable por el C. Lugano, hemos de mirar el cuadro de fuentes. En defecto de reglamento o convenio europeo la norma de LCJI en materia civil. ¿Qué es relevante saber que reinen aplico? 1.. de donde viene ¿UE? He de asegurarme que no esté cubierto por un convenio 2. Convenio de Lugano 3. Convenios Bilaterales 4. CJI Como la sentencia es americana, para saber como se puede ejecutar en España el régimen será la de la LCJI porque España no tiene convenios suscritos en esta materia con EEUU. Aquí no es determinante el domicilio del demandado, sino donde están los bienes del demandado. El segundo punto de referencia es el tribunal que la ha dictado, si es un estado en el cual estoy vinculada a través de un instrumento, será este sino la LCJI. La LCJI en materia civil contiene normas para la CIA, se aplica para notificar la práctica de la prueba en defecto de instrumento internacional o convenio, sino los hay, habrá de ver las Normas de Notificación y traslado de la prueba. Es importante la fecha, por el régimen transitorio, (66.1, 66.2 RB1bis), es muy importante saber la fecha en la que se ha dictado la sentencia o lo del 66.2. Para saber si aplico la LCIJ o la LEC abre de ver la D.T única Titulo V. 21/08/2015 Tengo que ver para saber qué régimen aplico en España:*** 1. Tribunal de origen 2. Fecha de la sentencia 3. Materia Cuando aplico la ¿LCJI? Carácter subsidiario y D.T.ÚNICA. Volviendo al caso, quiero saber si Sharks puede solicitar si puede ejecutar la sentencia americana para cobrar el crédito. El otro crédito de la sentencia alemana por defectos en las tuercas, el tribunal alemán dicta sentencia pero tornillos no comparece, y se queda en rebeldía aparentemente voluntario. En primer lugar: Se habla de sentencias dictadas en Oregón, USA y en Alemania. Las sentencias pueden ser firmes o provisionales, las sentencias firmes son sobre las cuales no cabe recurso, y las provisionales sobre las que si recae recurso. Devendrá firme si ninguna de partes recurre. La firmeza es importante porque se puede ejecutar provisionalmente una sentencia en el ámbito interno. Las sentencias dictadas fuera del ámbito del RB1bis, podrán ser ejecutadas, cuando SON FIRMES conforme al ordenamiento extranjero. (asi lo dice el LCJI) sino no podrá ser ejecutada en España. Los efectos jurídicos de una sentencia es que la sentencia puede ser declarativa, de condena o constitutiva, esta clasificación es dogmática, pero para situarnos bien, en el ámbito civil y mercantil siempre serán de condena ($$$). La parte constitutiva nos interesa a efectos del Bruselas II bis, en el ámbito matrimonial. Cuando yo busco la condena dineraria lo que busco es la eficacia ejecutiva de la sentencia, una sentencia que se declara ejecutiva busca la ejecutoriedad en otro territorio y declare con ello su fuerza ejecutiva y uso la fuerza del estado para ejecutar los bienes del demandado. La fuerza declarativa, hay un efecto muy típico y es el efecto de cosa juzgada, y es importante porque para evitar que haya dos procesos ejecutivos que den la razón y en otro te condenen, es buscar la cosa juzgada de la sentencia extranjera en España. Tengo que saber a parte los títulos electivos, sino que hay documentos públicos o escrituras son títulos ejecutivos, por ello existe el titulo ejecutivo hipotecario. A veces se puede ejecutar sin sentencia cuando tengo otro documento que me acredita una determinada situación jurídica pj: reconocimiento de deuda. Hay que tener presentes 3 títulos ejecutivos: -Sentencias -Documentos públicos. -Transacción judicial (artículo 43 LCJI titulo V.) acuerdo de las partes antes del juicio, o acuerdo de las partes ya en el procedimiento. Este acuerdo se homologa ante el juez. Es un título ejecutivo también. Definiciones que el artículo 2 del Bruselas I bis ha definido de manera autónoma** Cuando hablamos del reconocimiento en un sentido general, se refiere a reconocer a aquel régimen de normas que puede tener una sentencia extranjera en otro territorio. Luego esta el reconocimiento estrecho, mas técnico, y se refiere al reconocimiento a titulo principal y el reconocimiento accidental. Luego, hablamos de ejecutar, pero aquí nos referimos, al exequatur que no es lo mismo que ejecutar, porque esta ultima se refiere siempre al efecto de condena de una sentencia extranjera, cuando hablo de reconocimiento no me refiero a ninguno de los tipos de sentencia. GarcíMartinez:** Otra distinción conceptual importante es la que se suele hacer entre los términos de reconocimiento, declaración de ejecutividad y de ejecución. «Reconocer» es un término genérico, que implica dar efectos procesales en el foro a una decisión extranjera: típicamente, el efecto de cosa juzgada, positiva y negativa, y el efecto ejecutivo. «Declarar ejecutiva» es un término específico que implica el reconocimiento en el foro de uno de los posibles efectos procesales que puede llevar aparejado una decisión extranjera: el efecto ejecutivo. Mediante la declaración de ejecutividad se le reconoce ese efecto a la decisión extranjera y, por consiguiente, ésta se convierte en título ejecutivo para las autoridades nacionales. Esto permite entender el dicho de que «puede haber reconocimiento sin ejecución, pero no puede haber ejecución sin reconocimiento». Por último, «ejecutar» implica llevar a cabo el procedimiento de ejecución coactiva de dicha decisión extranjera. El reconocimiento, como término genérico, conlleva que una decisión judicial procedente de un Estado (Estado de origen) valga y tenga fuerza en otro Estado distinto (Estado receptor o requerido). En principio, el sistema español arranca de que el reconocimiento a título principal de una decisión extranjera y su declaración de ejecutividad requieren un proceso autónomo, conocido bajo el término de exequátur (vid.artículo 42LCJI). La jurisprudencia suele afirmar que el exequátur es un procedimiento de homologación de una decisión judicial extranjera (sin perjuicio de presentar un carácter constitutivo procesal en tanto que una vez homologada la sentencia extranjera puede hacerse valer en España con los efectos que le sean propios, vid., por todos, y con más referencias, ATS de 8 de julio de 2003). El exequátur es, por así decirlo, un «mini-proceso» que constituye la puerta de entrada de las decisiones extranjeras en España. Alternativamente, nuestro sistema prevé también la posibilidad de un reconocimiento incidental de las sentencias extranjeras, en el marco de otro proceso principal abierto en España. En este caso, la eficacia de ese reconocimiento incidental se limita a lo resuelto en el proceso principal (vid.artículo 44.2LCJI). Los textos supranacionales, como vamos ver, facilitan las cosas llegando a eximir de la necesidad de exequátur. El exequatur, lo define el artículo 42 de la LCJI. Es importante que cada vez que se mencionen las palabras nos remitamos estos conceptos. OJO**. El procedimiento de execuátur es un procedimiento contradictorio propio del DIPR y es el que determina si una sentencia extranjera debe o no reconocerse a titulo principal o el no reconcomiendo a titulo principal. Por ende, para la ST americana tendré que pasar por este procedimiento. El execuátur es obligatorio y es previo al procedimiento ejecutorio. El execuátur solo se limita a decir, reconozco o no, y luego da pie a señalar que es ejecutiva o no. Lo importante es que cuesta dinero reconocer un derecho que se te ha reconocido ante otro tribunal. El juez español solo tendrá en cuenta los motivos del articulo 46 de la LCJI y de OFICIO porque en el Bruselas I bis solo son a INSTANCIA DE PARTE. Por tanto, esquema: RECOMOCIMIENTO RECONOCIMIENTO: A) A TITULO PERSONAL B) TITULO INCIDENTAL EXECUATUR ART 24 EJECUCION. En el ámbito europeo nos saltamos el execuátur, pero fuera de la UE sí. ** SOLO LAS SENTENCIAS FIRMES QUE HAYAN PASADO POR EL EXECUATUR PODRAN PASAR POR EL PROCEDIMIENTO EJECUTIVO EN ESPAÑA. Es decir, RECOMOCIMIENTO hay dos tipos: a) Cosa juzgada b) Registral Son automáticos en la LCJI y en el RB1Bis. EJECUCION la declaración de ejecutividad de una sentencia extranjera SIEMPRE execuátur LCJI pero hay ejecución automática en el reglamento Bruselas I bis. Automático quiere decir que no se necesita procedimiento previo alguno, es decir la parte puede iniciar automáticamente la ejecución, pero ni de coña en la LCJI. Del reconocimiento incidental es cuando quiera que una sentencia extranjera entre en el registro español para que conste que soy propietario de una máquina, por ejemplo, en el bruselas I bis es automático, como decíamos arriba. No tiene la barrera previa del titulo ejecutorio. En el Derecho español vigente, las reglas de RyE se encuentran en los artículos 41-55 LCJI, y en diversos reglamentos europeos y convenios internacionales. Comenzaremos por los textos más relevantes vigentes en el ámbito europeo (a) EL REGLAMENTO BRUSELAS I BIS se aplica siempre que (i) el objeto de la resolución extranjera sea de naturaleza civil o mercantil y (ii) provenga de otro Estado miembro de la UE (también Dinamarca, en virtud del acuerdo bilateral entre la UE y ese Estado *gilbraltar también, pero han de ser homologadas en UK.). Son irrelevantes otros extremos como el domicilio de la persona contra la que se pide el reconocimiento o que el juez de origen hubiese basado su CJI en las reglas de esa norma europea o de su Derecho nacional. Ámbito de aplicación: En RyE aplica a todas las resoluciones, ya sabemos Mercantil y civil. Por resolución se entenderá: todas las resoluciones firmes o definitivas sobre el fondo, y las resoluciones provisionales o incidentales. Se incluyen: los mandamientos de pago, las condenas de pago de multas coercitivas, las decisiones declarativas o de condena, las medidas cautelares o provisionales, costas etc.. El RB1BIS, exige unos requisitos formales para el reconocimiento de resoluciones: Requisitos formales: (art 37 y 53): Copia autentica de la resolución y una certificación expedida por el juez de origen en caso de que se quiera instar su ejecución. Causas de denegación: - - - Art 45.1: 1.- Contrario al Orden público.2-. resolución dictada en rebeldía (forzosas)/3.- inconciliación por haber una sentencia dictada entre las mismas partes (fallos contradictorios), inconciliable por haber pronunciamiento del mismo objeto y la misma causa por otro estado M o tercer estado (entre el foro y una resolución de otro EM o tercer estado, ha de prevalecer la del foro) El RB1BIS, no regula la CJI (territorial y funcional) salvo 45.1 y 45.3, competencias exclusivas, especiales, trabajo, seguros y consumo. Tampoco podrá revisarse el fondo (art 52), Durante el trámite de reconocimiento no se puede enjuiciar el acierto o desacierto del juez extranjero, ni en cuanto a los hechos ni en cuanto al Derecho. Toda impugnación al respecto precluye en el Estado de origen SALVO, CONTRARIE ORDEN PUBLICO. ** ojo con el orden público pj: la indefensión es contraria al orden público, no obstante, las condenas sin motivación no siempre será indefensión. Procedimiento: articulo 36 a 39. Las resoluciones dictadas en un Estado miembro serán reconocidas y, cuando sean ejecutivas, tendrán fuerza ejecutiva en los demás Estados miembros sin necesidad de procedimiento alguno (artículos 36 y 39). Por consiguiente, no es necesario pasar por un trámite de exequátur, como procedimiento autónomo y previo, donde se declare formalmente que una decisión dictada en otro Estado miembro tiene eficacia en España. El Reglamento distingue entre reconocimiento incidental, reconocimiento a título principal y ejecución, en función de lo que la parte interesada pretenda obtener con la resolución extranjera. El Reglamento establece unos requisitos comunes, por ejemplo, en cuanto a la documentación que debe presentarse (vid. artículo 37: una copia auténtica de la resolución, un certificado expedido por la autoridad de origen de conformidad con el anexo I del Reglamento y, en su caso, su traducción) Si la parte interesada quiere dar efectos a la resolución extranjera en el marco de otro procedimiento hablaremos de reconocimiento incidental (en sentido lato del término). Los supuestos típicos son aquellos en los que el actor utiliza la resolución extranjera como fundamento de su pretensión (efecto de cosa juzgada positivo o prejudicial) o para excluir un nuevo proceso sobre lo mismo i.e. como fundamento de la excepción de cosa juzgada. Los trámites incidentales se resolverán en España conforme a la LEC articulo 388 y ss. Con el fin de despejar cualquier duda al respecto, la parte interesada puede solicitar en el Estado requerido que se dicte una resolución en la que se declare que la decisión extranjera no incurre en ninguno de los motivos de denegación previstos por el Reglamento. Se trata de un procedimiento autónomo cuyo único objeto es decidir sobre el reconocimiento de la resolución extranjera. Hablaremos entonces de reconocimiento a título principal. La ventaja del reconocimiento a título principal es su valor absoluto: una vez declarado, vincula a todas las autoridades del Estado receptor. El procedimiento es el mismo que el previsto para la oposición a la ejecución (infra 17.32), aunque en este caso la competencia territorial viene determinada por los artículos 50 y 51LEC (DF 25.ª1.6ª LEC). Esta misma vía se puede utilizar cuando la parte interesada es el condenado por la decisión extranjera y lo que pide es que se declare que esa decisión incurre en alguna de las causas de denegación del Reglamento y, por consiguiente, no es reconocible en el Estado requerido (vid. artículo 45.4 Reglamento y DF 25.ª1.5ª remitiéndose para la competencia territorial a los artículos 50 y 51LEC). Si se quiere ejecutar la decisión extranjera, esto es, utilizarla como título para instar un procedimiento de ejecución forzosa en el Estado requerido, es suficiente con que el interesado presente una copia auténtica de la decisión y el certificado expedido por la autoridad del Estado de origen que acredite, entre otras cosas, que tiene fuerza ejecutiva (artículos 37, 42 y 53). El Reglamento, además de reconocer la suficiencia del título para obtener medias cautelares (rectius, de aseguramiento de la ejecución), aclara que la decisión extranjera debe ser ejecutada en las mismas condiciones que si se hubiese dictado en el Estado requerido, incluyendo los motivos de denegación de la ejecución en la medida en que no contravengan el Reglamento (artículos 40 y 41, y vid. también artículo 54 que prevé un mecanismo de adaptación a las medidas u órdenes nacionales). Si cierto es que para ejecutar las decisiones entre los EM no hay tapujos, hay unos requisitos formales indispensables que deben cumplirse: notificar a través del certificado expedido por la autoridad de origen conforme al art 53 + la resolución en sí. Todo ello antes de adoptar cualquier medida. La parte afectada puede oponerse a la ejecución alegano las causas recogidas en el 45. n el Derecho español este procedimiento se regula en la DF 25.ª LEC. La Ley española ha optado por un procedimiento autónomo cuyo objeto es una declaración de denegación de la fuerza ejecutiva de la decisión extranjera (o, como hemos visto, que se declare reconocible o no reconocible a título principal, supra 17.30). El procedimiento es el del juicio verbal, con ciertos matices (ibíd., DF 25.ª4 LEC). Si el procedimiento se plantea antes del inicio de la ejecución, la competencia corresponde a los juzgados de primera instancia determinados conforme a los artículos 50 y 51LEC, si se plantea ya iniciada aquélla, la competencia corresponde al juez que conozca de la ejecución y conllevará, a petición del interesado, la suspensión de ésta. La LEC prevé recursos de apelación y, en su caso, extraordinario por infracción procesal y casación. Una última precisión es importante. En el sistema del Reglamento no es necesario que la decisión extranjera sea firme para que se beneficie del reconocimiento y la ejecución en otros Estados miembros. Cabe, por tanto, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales extranjeras cuya fuerza ejecutiva es provisional, conforme a la ley del Estado de origen. El Acuerdo CE-Dinamarca extiende este mismo régimen en relación a las resoluciones de tribunales daneses. El Convenio de Lugano, por su parte, está inspirado en la versión anterior del Reglamento de Bruselas I bis y, por consiguiente, mantiene la necesidad de pasar por el exequátur de la resolución extranjera, i.e. un procedimiento previo y autónomo, donde se le reconozca fuerza ejecutiva. Es un procedimiento que debe instar la parte interesada en iniciar la ejecución, unilateral en primera instancia y con posibilidad de recurso ante la Audiencia Provincial (y, eventualmente, ante el Tribunal Supremo). En este texto, no obstante, hay algunas diferencias puntuales, por ejemplo, en cuanto a las causas de denegación del reconocimiento (vid. por ejemplo, artículo 64.3). c) REGLAMENTO BRUSELAS II BIS: Relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial (nulidad, separación o divorcio) y de responsabilidad parental (custodia visita o medidas de protección del menor), que resulta aplicable a las resoluciones judiciales que, dentro de ese ámbito material, provengan de otro Estado miembro con la excepción de Dinamarca. En principio, y sin perjuicio de la necesidad de consultar cada texto, este Reglamento prevalece sobre otros convenios multilaterales, en particular los Convenios de La Haya (vid. artículos 60, 61 y 62 del Reglamento, donde se establece la regla de primacía del texto europeo en su ámbito de aplicación). Todos los elementos patrimoniales de la disolución del vinculo conyugal y los alimentos se regulan por la LCJI y por el reglamento de alimentos. Han de tomarse en cuenta otros textos, pero desde el punto de vista práctico estos: 1. Convenio de la Haya de 1980 2. Convenio Europeo de 1980 En relación a estos dos textos, el Reglamento Bruselas II bis tiene, naturalmente entre los Estados miembros, una aplicación preferente (vid. artículos 60-62). Para las relaciones con el Convenio de La Haya 1980 debe tenerse en cuenta el régimen particular recogido en el artículo 11 del Reglamento. Para la relación con el Convenio de La Haya 1996, debe tenerse en cuenta la cláusula de desconexión establecida en el artículo 61 del Reglamento. El concepto de “resolución” que utiliza el Reglamento es en sentido amplio, y abarca las resoluciones de las autoridades competentes sobre esas materias en los EM, SEAN FIRMES O PROVISIONALES Es indiferente si el proceso es contencioso. Se aplica también: a las costas de los procesos sustanciados en virtud del reglamento, a las multas coercitivas dictadas para garantizar el respeto a una resolución sobre los derechos de custodia o visita. Los documentos públicos y los acuerdos con fuerza ejecutiva se equiparán en su tratamiento a las resoluciones judiciales, a efectos de su reconocimiento y ejecución en otros Estados (artículo 46). El Reglamento regula separadamente los motivos de denegación del reconocimiento de las resoluciones relativas al matrimonio y de las resoluciones relativas a la responsabilidad parental. En cuanto a las resoluciones relativas al matrimonio, los motivos de denegación del reconocimiento son (artículo 22): 1.Orden público / 2. Rebeldía /3. Inconcialibilidad con decisión del foro/ 4. Inconciabilidad con otra decisión de otro estado miembro o de un 3er estado entre las mismas partes NO SE EXIGE IDENTIDAD DE OBJETO Y CAUSA. En ningún caso cabe un control sobre el fondo, ni en particular sobre la ley aplicada por el tribunal de origen: no podrá denegarse el reconocimiento alegando que el Derecho del Estado requerido no autorizaría la nulidad la separación o el divorcio basándose en esos mismos hechos (artículo 25). Los motivos de denegación de responsabilidad parental: art 23. 1. Orden público + interés superior del menor 2. Resolución dictada sin dar audiencia al menor, salvo en casos de urgencia 3. Rebeldía 4. No se hubiese dado audiencia previa a la persona afectada al ejercicio de la responsabilidad parental 5. Inconocibilidad del foro. Procedimiento: Por lo que respecta al procedimiento, el Reglamento Bruselas II bis sigue un modelo de reconocimiento automático de las resoluciones de los Estados miembros (artículo 21). Esto vale también para la actualización de los datos registrales (ejecución impropia) siempre que se trate de resoluciones firmes, i.e. que no admitan recurso en el Estado de origen (artículo 21.2). La DF 22.ª LEC contiene normas de Derecho interno que complementan el texto del Reglamento. Al igual que el Reglamento Bruselas I bis, a efectos del reconocimiento, el Reglamento Bruselas II bis establece dos sistemas de control: uno a título principal y otro a título incidental (artículo 21.3 y 21.4). El régimen del reconocimiento incidental no está regulado por el Reglamento, que simplemente confiere la competencia para ello al tribunal que conoce del asunto principal en cuyo marco se plantea la cuestión del reconocimiento de la resolución extranjera, por ejemplo, para fundar la excepción de cosa juzgada. En el caso de que la resolución extranjera se utilice como título para practicar una inscripción registral, este control incidental debe practicarlo la autoridad registral competente El reconocimiento a título principal y la ejecución requieren su previo exequátur (artículos 28-36). Este exequátur es necesario también para las resoluciones sobre el ejercicio de la responsabilidad parental, salvo las relativas al derecho de visita o a la restitución de un menor que acceden directamente a la ejecución sin declaración de ejecutividad previa (artículos 40-45, el sistema se articula sobre certificados en formularios normalizados expedidos por la autoridad de origen, infra tema 18) El procedimiento de exequátur tiene dos fases. La primera se instruye por el juez de instancia y es unilateral, sin intervención de la parte frente a la cual se pide (artículos 28-31). El órgano territorialmente competente es el del lugar de residencia habitual de la persona contra la cual se solicita la ejecución en el Estado requerido o en el lugar de residencia habitual del menor o menores a los que se refiera la solicitud y, subsidiariamente, el del lugar de ejecución (artículo 29.2). En el caso de un procedimiento de reconocimiento (no de ejecución) a título principal, la competencia territorial se determina por el Derecho nacional del Estado requerido (artículo 21.3 II, en el Derecho español, artículo 50LEC). Esta primera fase concluye con la concesión o la denegación del exequátur. La decisión puede ser recurrida por cualquiera de las partes (artículo 33.1). La segunda fase es bilateral, con audiencia de la otra parte, y se lleva a cabo ante el tribunal de apelación; en España ante la Audiencia Provincial (artículo 33). Frente a la decisión de la Audiencia autorizando o denegando el exequátur sólo cabría (en su caso) el recurso de casación ante el Tribunal Supremo (artículo 34). El Reglamento Bruselas II bis prevé la posibilidad de suspender el procedimiento de exequátur si la resolución extranjera ha sido objeto de un recurso ordinario en el Estado de origen o el plazo para interponer este recurso aún no ha expirado (artículos 27, para el reconocimiento, y artículo 35 para la declaración de ejecutividad). Por último, y como ya hemos adelantado, el Reglamento suprime el trámite de exequátur para ciertas resoluciones relativas al derecho de visita o que ordenan la restitución del menor. El sistema se articula sobre la expedición por el juez de origen de un «certificado relativo a la restitución del menor» (artículos 40 y ss.). Una vez expedido este certificado se cierra la puerta a cualquier petición de «no reconocimiento» ex artículo 21.3 (TJUE as. C-195/08). En este sentido, la fuerza ejecutiva de las resoluciones relativas al derecho de custodia goza de autonomía procedimental con objeto de no retrasar la restitución de un menor que hubiera sido trasladado o retenido de forma ilícita en un Estado miembro distinto de aquél en el que el menor tenía su residencia habitual inmediatamente antes de su traslado o retención ilícitos . Otros reglamentos de la UE que tratan sobre RyE: d) e) f) g) R. Oblig alimenticias 4/2009 R. Procedimiento de insolvencia. 1346/2000 R. Régimen económico matrimonial y efectos patrimoniales de las uniones registradas Convenio de Lugano (civil y mercantil) = Suiza Noruega e Islandia. Convenios en RyE a) C. Bilaterales: Suiza, Colombia, Francia, Italia, Alemania, Austria, República Checa y Eslovaquia, México, Israel, Brasil, Uruguay, China, Bulgaria, Rusia, Marruecos, Rumania, Tailandia, El Salvador, Túnez, Argelia o Mauritania. b) C. Multilaterales: en el ámbito marítimo o de responsabilidad civil, que pueden tener reglas particulares relativas al RyE. c) LCJI: arts. 41 a 55. *A esta solo se acudirá (o a cualquier otra normal nacional) cuando no exista norma europea O CONVENIO internacional aplicable o esos se remitan expresa o implícitamente al D. Nacional. Estado de origen Texto Ámbito material • Reglamento Bruselas I bis Civil y mercantil UE • Convenio de Lugano II Civil y mercantil CH, N, IS • Reglamento Bruselas II bis Matrimonial Responsabilidad parental • Otros reglamentos (alimentos, concursal, sucesiones, régimen económico) Según cada reglamento UE (-DK) • Convenios bilaterales Según cada convenio Estado parte • Convenios multilaterales Según cada convenio Estado parte • LCJI Resto de los supuestos y UE (-DK) Derecho interno: LCJI Los artículos 41 a 55LCJI contienen el régimen general del Derecho interno aplicable al RyE de resoluciones extranjeras. No obstante, la aplicación de LCJI es subsidiaria (artículo 2LCJI): sólo puede invocarse fuera del ámbito de los reglamentos europeos o de los convenios internacionales. El ámbito de aplicación El ámbito de aplicación de la LCJI viene definido por tres variables: el objeto del litigio, la fecha de la solicitud del exequátur y el tipo de resolución. La LCJI se aplica al reconocimiento y la ejecución de decisiones judiciales extranjeras en material civil y mercantil, incluyendo la responsabilidad civil derivada de delito y los contratos de trabajo (vid.artículo 1.2LCJI). No se aplica al exequátur de resoluciones extranjeras basadas en derechos de naturaleza jurídico-pública. Temporalmente, se aplica a las solicitudes de exequátur posteriores a su entrada en vigor, con independencia de la fecha en que fue dictada la resolución extranjera (DT única); esto es, cualquier demanda de exequátur presentada a partir del 21 de agosto de 2015 se somete al régimen de la nueva Ley, aunque la sentencia extranjera hubiese sido dictada con anterioridad. En principio, sólo son susceptibles de reconocimiento y ejecución las decisiones extranjeras firmes (o definitivas si se trata de decisiones extranjeras derivadas de procedimientos de jurisdicción voluntaria). Resoluciones contra las que no cabe recurso en el Estado de origen [artículo 43.b) LCJI]. Esta definición procede del artículo 207LEC y, por consiguiente, no incluye los recursos previstos por la ley del Estado de origen de la resolución equivalentes (i) al recurso de rescisión previsto por el artículo 501LEC o (ii) al recurso de revisión previsto por los artículos 509 y siguientes LEC. Por el contrario, las sentencias provisionalmente ejecutivas en el Estado de origen no se podrán ejecutar en España, ni siquiera cuando el interesado preste caución. No obstante, la LCJI ha extendido su ámbito de aplicación a las «medidas provisionales o cautelares» extranjeras bajo dos condiciones cumulativas (i) que se hubieran adoptado previa audiencia de la parte contraria y (ii) que la denegación de su ejecución suponga una vulneración de la tutela judicial efectiva (artículo 41.4LCJI). Si tenemos en cuenta que esta ejecución de la medida cautelar extranjera debe condicionarse a que la decisión haya pasado por el procedimiento de exequátur (contradictorio, con intervención del Ministerio Fiscal, etc.) y que el interesado siempre puede solicitar la tutela cautelar directamente ante las autoridades españolas conforme a las normas de la LOPJ (artículo 22 sexies) La LCJI añade, además, una regla especial para las sentencias extranjeras susceptibles de modificación, por ejemplo, en materia de obligaciones alimenticias o relaciones paterno-filiales, cuando se ha producido un cambio de circunstancias que puede justificar la revisión de la decisión inicial (artículo 45). Nada impide que los tribunales españoles puedan “modificar” una sentencia, porque esto no es competencia exclusiva de los estados, siempre y cuando se den los requisitos procesales correspondientes. Sino, el interesado tiene dos vias, ¡) pedir el reconocimiento y su modificación ante los T.españoles ii) plantear una demanda ex novo ante los T. españoles. En ambos casos los t.españoles deben tener CJI. RECONOCIMIENTO PRINCIPAL, RECONOCIMIENTO INCIDENTAL Y EJECUCIÓN Lla LCJI distingue entre el reconocimiento de una sentencia extranjera (artículos 44-49) y su ejecución (artículo 50). La LCJI prevé también que el reconocimiento de una sentencia extranjera puede pedirse a título principal, a través del procedimiento de exequátur (artículo 42.1LCJI), o a título incidental (artículo 44.2). La ejecución en sentido propio, en cambio, sólo puede llevarse a cabo una vez concedido el exequátur de la sentencia extranjera (artículo 42.2LCJI). Más adelante veremos las particularidades de estos procedimientos. La LCJI, además aplica el ppio de extensión de efectos, es decir, una sentencia extranjera reconocida producirá en España “los mismos efectos que en el estado de origen” (art 44.3 LCJI), es decir, por ejemplo, el alcance de cosa juzgada, solo se determina por el estado de origen y no por el estado donde se reconoce. Excepción: amparo funcional art 44. La fuerza ejecutiva de una sentencia la determina la ley del estado de origen También, (art 50.1) no obstante EL PROCEDIMIENTO DE EJECUCION es por la ley del país de destino. (art 50.2). La caducidad de la acción ejecutiva fine según lec a los 5 años. Por tanto, si caduca en el estado de origen no podrá ejecutarse en España. CAUSAS DE DENEGACION: La LCJI ha reducido la reciprocidad a un papel marginal (artículo 3.2LCJI) y arranca de un principio favorable al RyE de sentencias extranjeras: en principio, éstas deben reconocerse y ejecutarse en España salvo que incurran en alguna de las seis causas de denegación recogidas en el artículo 46. SON CASI EXACTAMENTE IGUALES A LOS DE BRUSELAS. 1.Contrariedad al orden público 2. Manifiesta indefensión de cualquiera de las partes 3. Competencias exclusivas o conexión razonable o que contravengan los foros de protección o foros de protección exclusivos.4. Incociabilidad + litispendencia (mismo objeto y misma causa). 4. Inconciliable con una resolución dictada con anterioridad en otro estado. Si son 2 resoluciones, será la primera en el tiempo. 5. PROCEDIMIENTO La LCJI distingue entre el reconocimiento y la ejecución de una sentencia extranjera. El reconocimiento puede solicitarse a título principal, a través del procedimiento de exequátur, o a título incidental, en el marco de un procedimiento pendiente. La ejecución de una sentencia extranjera requiere siempre de un procedimiento de exequátur previo. A titulo incidental: art 44(2) LCJI. remite a Exp de motios VIII LEC. Varias cosas: El reconocimiento incidental no tiene alcance fuera del proceso donde se haya planteado por tanto no impide el exequatur para reconocimiento a titulo principal de la resolución extranjera. Pj: excepción de cosa juzgada + evaluación de que la No existencia de causes de denegación= sobreseimiento del proceso principal. PERO, acción de No reconocimiento x existencia de causas de denegación = podrá volverse a plantear la acción principal. PERO, si en el primer caso SI HAY CAUSAS DE DENEGACION, el interesado puede pedir reconocimiento a TITULO PRINCIPAL. aquí deberá suspender hasta que finalice el exequatur. El exequátur, necesario para obtener un reconocimiento (o una declaración de no reconocimiento) a titulo principal o la ejecución de una sentencia extranjera está regulado en los artículos 51-55 LCJI. La Ley permite que la demanda de exequátur y de ejecución se acumulen en un mismo escrito y determina la competencia territorial y material (artículo 52 y 54.1LCJI. Pueden solicitarse medidas cautelares en el exequatur. Art 54.1 LCJI , se condicionaran al art 728 y ss LEC. Con respecto a la inscripción de ST o Docs Publicos en Registro Españoles: Sentencias firmes. Únicas registrables. Anotación preventiva todas las demás. 59 y ss LCJI. RESPONSABILIDAD PARENTAL Y CUSTODIA: SECUESTRO INTERNACIONAL DE MENORES las reglas principales aplicables en materia de secuestro de menores: el Reglamento Bruselas II bis y el Convenio de La Haya de 1980. Como ya sabemos, en materia de responsabilidad parental y custodia, entre los Estados miembros está vigente el Reglamento Bruselas II bis. Este Reglamento se aplica al reconocimiento y la ejecución de resoluciones de nulidad, separación o divorcio, y de responsabilidad parental en sentido amplio, incluidos los derechos de custodia, visita o las medidas de protección del menor y de sus bienes. En materia de custodia de menores, la CJI corresponde, en principio, a los tribunales del Estado miembro de residencia del menor (artículo 8) y las decisiones que dicte este tribunal se reconocerán en los demás Estados miembros conforme al régimen del Reglamento (artículos 21 y ss.). Hay dos tipos de resoluciones que gozan de un régimen privilegiado. Las resoluciones relativas al derecho de visita (incluido el derecho a trasladar al menor a un lugar distinto al de su residencia por un periodo limitado de tiempo) y las relativas a la restitución del menor tras un traslado ilícito son ejecutivas automáticamente, i.e. sin necesidad de exequátur, una vez comprobadas ciertas condiciones. El sistema se articula mediante un control de las condiciones por el juez del Estado de origen, el cual expide un certificado que sirve para instar directamente la ejecución de la resolución en el Estado requerido (artículos 41 y 42). No obstante, en el caso de traslado o retención ilícita de menores, el eje del sistema lo constituye el Convenio de la Haya de 25 de octubre de 1980 sobre aspectos civiles del traslado internacional de menores. Este Convenio sigue en vigor entre los Estados miembros, aunque el Reglamento Bruselas II bis ha introducido ciertas particularidades, y naturalmente en relación al resto de los Estados parte. El Convenio no entra a evaluar cuestiones de fondo, sino restaurar la situación anterior al traslado ilícito del menor. Procedimiento: (a) Una vez que se ha producido un traslado ilícito de un Estado parte a otro, por ejemplo, del Estado A al Estado B, el titular de la custodia perjudicado podrá acudir a las autoridades centrales de su Estado, normalmente donde residía el menor antes del traslado (A), o a las del Estado B para instar la restitución del menor. La solicitud debe ir acompañada de una serie de documentos (artículo 8). En España la autoridad central se encuentra en el Ministerio de Justicia. (b) Recibida la reclamación, esta autoridad la transmitirá a la autoridad central del Estado donde se encuentra el menor objeto de traslado ilícito (en nuestro ejemplo, la autoridad central de B). Esta segunda adoptará o hará que se adopten todas las medidas necesarias para la restitución del menor, incluida la incoación de un procedimiento judicial llamado a ordenar dicha restitución. (c) El Convenio impone a las autoridades del Estado requerido la obligación de ordenar la restitución del menor si el procedimiento se ha iniciado antes de que haya transcurrido un año desde el traslado o incluso después salvo que el menor se haya integrado en el nuevo Estado (artículo 12). No obstante, en ambos casos, el Convenio establece una lista tasada de causas de denegación de la restitución (por ejemplo, que el encargado de la custodia del menor no la ejercía de manera efectiva o que el retorno conlleva un grave riesgo físico o psíquico para el menor, artículo 13). (d) El Convenio impide a las autoridades donde ha sido trasladado ilícitamente el menor tomar una decisión sobre el fondo de los derechos de custodia hasta que se haya determinado que el menor no debe ser restituido o haya transcurrido un plazo de tiempo razonable sin que se haya solicitado la restitución. Como hemos dicho, el Convenio no entra a regular el fondo, no obstante el RBIIbIs, complementa con dos reglas: 1)prorrogando la competencia del tribunal del EM de origen o de residencia habitual del menor anterior al traslado ilícitos. Pasara a la competencia del otro estado bajo condiciones estrictas (art 10), 2) obligación de restituir al menor (art 11) Cuando el menor ha sido objeto de un traslado ilícito a nuestro país, el régimen supranacional se complementa con lo establecido en los artículos 778 quater-778 sexies LEC, donde se establece un procedimiento muy breve llamado a decidir sobre el retorno del menor. Por último, en esta sede es preciso al menos hacer una mención a dos textos más. Por un lado, el Convenio de La Haya de 1996 sobre competencia judicial, ley aplicable, reconocimiento, ejecución y cooperación en materia de responsabilidad parental y medidas de protección de menores. Es un texto que no sustituye al Convenio de 1980, pero que puede utilizarse puntualmente en la medida en que permita asegurar mejor el retorno del menor que ese Convenio (artículo 50). 2. DECISIONES DE LOS TRIBUNALES DE LA IGLESIA CATÓLICA Y OTRAS NO JUDICIALES Las decisiones de la Iglesia Catolina sobre el régimen de nulidad matrimonial, (arts 80 CC Y 778 LEC) señala que las resoluciones de los tribunales de la iglesia catolina serán “convalidadas” en España, siempre y cuando se sigan las condiciones del articulo 954 LEC. Pero no es automático debe : a) pasar por un proceso de homologación b) y seguir las condiciones del 46 LOCJI. Excepción: matrimonios musulmanes en el que se obliga a la mujer , al menos que hayan devenido firmes. (art 93-97 LRC) 3. OBLIGACIONES ALIMENTICIAS En materia de obligaciones alimenticias: UE: Aplica este reglamento47/2009 (suprime el execuátur en este ámbito) - NIS (Noruega, Islandia, Suiza): C. Lugano Otros estados: CH 2007. Hay que tener presentes: CH 1973 exequatur, CH 2007, CNY 1956 CIA, Protocolo 2007 ley aplicable. La identificación del texto aplicable al RyE de una decisión extranjera en el ámbito de las obligaciones alimenticias requiere cierta paciencia. Es preciso atender al Estado origen de la decisión y al texto en vigor en cada momento en relación a las decisiones provenientes de dicho Estado. En ocasiones pueden concurrir más de un texto aplicable por lo que será precisión recurrir a las cláusulas de concurrencia + el convenio que sea mas favorable a la al exequatur., por ejemplo el CH 1973. 4. ADOPCIÓN En materia de adopción, y al margen de los convenios de cooperación entre autoridades, que deberán consultarse en cada caso, ha de tenerse en cuenta el Convenio de La Haya de 29 de mayo de 1993 relativo a la protección del niño y a la cooperación en materia de adopción internacional. OPERA SOLO ENTE LOS ESTADOS PARTE. Es un convenio mixto de asistencia y cooperación entre autoridades nacionales y de reconocimiento. El Convenio opera sólo entre Estados parte. El Convenio establece el reconocimiento automático («de pleno derecho») de las adopciones certificadas como conformes al Convenio por la autoridad competente del Estado de origen donde la adopción se haya realizado (artículo 23.1). No es preciso un exequátur o procedimiento análogo para el reconocimiento. Los motivos de denegación del reconocimiento se reconducen a la cláusula general del orden público del Estado receptor; en su concreción deberá atenderse al «interés superior del niño» (artículo 25 in fine). Debido al diferente alcance que el instituto de la adopción puede tener en los distintos Derechos nacionales, el Convenio dispone de normas especiales sobre los efectos que produce el reconocimiento de la adopción en las relaciones paterno-filiales, tanto respecto de los padres adoptivos como de los padres naturales (artículos 26 y 27). En el derecho interno esta regulado en la Ley de Adopción internacional (arts 25 y ss) 5.DOCUMENTOS PUBLICOS Y TRANSACCIONES JUDICIALES. En esta materia, aplican principalmente el RBB1BIS + derecho interno. En el RB1BIS: Se benefician de la ejecución automática (art 58 y 59) OJO LA TRANSACCIÓN U DOC PUBLICO DEBE PROCEDER DE OTRO ESTADO MIEMBRO. La definición de lo que es un documento público, lo establece el mismo reglamento, pero ha de tener unos requisitos mínimos: art 2 ( c ) - Que haya sido formalizado o registrado oficialmente en el EO. La firma y el contenido sean auténticos. Establecido por autoridad publica habilitada a tal fin. *los docs privados sin autoridad pública auntenticadora, no podrá disfrutar del régimen de este Reglamento. En las transacciones judiciales art 2 (b), pueden ser objeto de reconocimiento conforme al derecho de origen y producen efecto ejecutivo + cosa juzgada material PARA LA EJECUCION DE ESTOS DOS TITULOS EL REGLAMENTO EXIGE: a) Tengan carácter ejecutivo, se prueba entregando el respectivo certificado b) No ser contraria al orden público. Internamente: Los titulos extrajudiciales no pasan por exequatur. Sino que directamente van a proceso de ejecución forzosa. Art 517 y ss lec. Rige el procedimiento de sustitución y equivalencia. (LEC 517,4,6,5,7) en todo caso deben tener: FUERZA EJECUTIVA Así, por ejemplo, si se trata de una escritura pública (artículo 517.4.ºLEC), el documento debe proporcionar en cuanto a la autoridad interviniente y en cuanto al alcance de la fe pública unas garantías análogas a las de una escritura pública española y debe satisfacer las garantías formales requeridas por el artículo 323LEC. Reconocimiento y ejecución de decisiones extranjeras (II): Sistemas de la UE ámbito patrimonial (Ejemplo Caso 6) LA EJECUCION FORZOSA: Es poder coercitivo del cual solo tienen el monopolio los estados. En consecuencia, un Estado no puede llevar a cabo actos de coacción directa en el territorio de otros Estados sin su consentimiento (aspecto negativo). Esta es la esencia del principio de territorialidad y se refleja en el articulo 24.5 del RBBIS mismo 22.e LOPJ. No obstante, nada impide que hayan procedimientos de ejecución paralelos en varios estados donde el actor haya pedido la ejecución de la sentencia. En la misma medida en que el deudor tenga bienes o intereses en diferentes Estados, puede ser necesario instar la ejecución en todos ellos. Los problemas asociados a la pluralidad de ejecuciones, por ejemplo, una sobreejecución, deben resolverse en el marco de cada procedimiento de ejecución coactiva nacional y el deudor-ejecutado siempre dispondrá de las reglas generales aplicables al enriquecimiento por ejecución indebida. La concreción práctica del principio de territorialidad viene determinada por los mecanismos de ejecución. Desde el punto de vista del Derecho procesal internacional podemos distinguir, atendiendo a la fórmula de ejecución, dos métodos básicos de ejecución: por expropiación o aprehensión material y por apremio o sanción. Cada método de ejecución tiene exigencias de conexión con el Estado ejecutor distintas. El primero exige la «presencia» de los bienes o derechos objeto de la ejecución en el foro de ejecución; el segundo, como hemos explicado al hablar de la ejecución impropia, no exige necesariamente que el hacer o no hacer deba llevarse a cabo en el foro (puede acudirse también al juez que conoció de la acción de condena o, en su caso, al del domicilio del demandado). A continuación vamos a ver cómo juegan estas ideas en función del tipo de condena. En el caso de las condenas dinerarias, las medidas de localización de bienes, embargo, apremio y realización solo pueden alcanzar los bienes que se encuentran en España. La ubicación de los bienes no debería plantear problemas. En el caso de bienes tangibles se atiende a su localización física; en el caso de bienes intangibles, a las reglas generales (por ejemplo, si son registrales, a su registro en España). En el caso particular de los créditos frente a terceros, el domicilio del tercero deudor (debitor debitoris) en España resulta el criterio más claro de localización (vid.SAP de Guipúzcoa de 8 de febrero de 2000 ejecución en España de una sentencia francesa de condena contra dos empresas británicas sobre la base de que estas últimas eran acreedoras a su vez de una sociedad española) En los casos de condenas de hacer o no hacer, la actividad ejecutiva consiste, en primer lugar, en el requerimiento de cumplimiento y la imposición de medidas de intimidación (multas coercitivas y apremios personales), que pueden llegar hasta el delito de desobediencia a la autoridad judicial (vid., p. ej., artículo 710.1LEC), y/o a proceder a una ejecución por sustitución. La competencia judicial internacional para llevar a cabo la ejecución de una medida de hacer o no hacer, en cuanto que principalmente se articula mediante condenas in personam (i.e. dirigidas al deudor) y/o imposición de condenas pecuniarias (multas coercitivas), puede corresponder o bien al juez que conoció de la acción principal o bien a los jueces del lugar donde deba llevarse a cabo esa conducta, o incluso a los jueces del domicilio del demandado (si no coincide con el primero). En cualquiera de ellos se debe poder instar la ejecución de una sentencia de condena de hacer o no hacer. Por consiguiente, cuando el deudor tiene su domicilio en España, cabe que el tribunal le aperciba mediante multas coercitivas o mediante apremios personales para que realice el comportamiento debido, tanto si dicho comportamiento ha de llevarse a cabo en España como si es en otro Estado. Por otro lado, si el comportamiento de hacer o no hacer debe tener lugar en España, son competentes los tribunales españoles aunque el deudor tenga su domicilio en el extranjero. Las multas coercitivas que puedan imponerse en el marco de cualquiera de esos procedimientos se pueden ejecutar en los demás Estados donde el deudor tenga bienes. En el caso del Reglamento de Bruselas I bis esta posibilidad se prevé expresamente pero exige que su cuantía haya quedado definitivamente fijada por el tribunal de origen (artículo 55). En el caso de la ejecución en España de una resolución extranjera, esto significa que corresponde al Derecho español decidir entre otros, los siguientes extremos: (a) La estructura de la actividad ejecutiva: el embargo ejecutivo (elementos constitutivos, efectos, medidas de garantía de la afectación) y las vías de apremio o realización disponibles; en el caso español, la enajenación forzosa (sea por subasta judicial, por fedatario público o por entidad especializada), el convenio de realización, la adjudicación en pago y la administración forzosa. (b) Los bienes excluidos legalmente de la ejecución; esto es, la relación de bienes inembargables por motivos sociales de protección del deudor (para la salvaguardia de sus mínimos vitales personales y de los medios indispensables de trabajo). Si la embargabilidad depende de la cualidad de cedible del derecho, será, en cambio, la lex causae aplicable al crédito la que decida esta cualidad. (c) El orden de embargo de los bienes: qué bienes se ejecutan en primer lugar y qué bienes se ejecutan sucesivamente, hasta cubrir el importe debido. (d) El orden de prelación de créditos, cuando concurren varios en la ejecución. (e) Los motivos o causas de oposición a la ejecución admisibles frente a la ejecución (como la compensación o el pago). (f) Las vías de tutela de los derechos de terceros («tercerías» y equivalentes). (g) Los recursos disponibles frente a los actos de ejecución. Protección de menores (I): Competencia judicial internacional (IV) y Ley aplicable (IV) La ley aplicable a la responsabilidad parental y a las medidas de protección de menores esta determinada por el Convenio del Haya 1996, que establece una combinación entre lex fori y ley de la residencia habitual del menor cuando no coincidas (art. 15-17), contiene reglas sobre protección del trafico (art. 19), reenvío (art. 21) u orden publico (art. 22). En materia de filiación y de relaciones paterno-filiales, el art. 22.3º, IV LOPJ atribuye CJI a los tribunales ESP en dos hipótesis: a. Cuando el hijo tenga su residencia en ESP al tiempo de la demanda. b. Cuando el demandante sea ESP o resida en ESP. Este foro especial es subsidiario del foro general previsto por el art. 22.2 LOPJ. Por lo tanto, en virtud del foro especial, los tribunales ESP poseen CJI si se da alguno de estos criterios de atribución: a. Que el hijo posea residencia habitual domicilio legal del hijo se halle en el extranjero, sea cual sea el demandante (el propio hijo, el padre, la madre, el MF o un tercero legitimado). b. Que el demandante sea ESP o resida habitualmente en ESP (solo madre, padre o hijo). En lo que respecta a las relaciones paterno-filiales, la entrada en vigor del RBII bis y del CH 96 han desplazado el juego de esta regla. Se excluyen del RBII bis los litigios relativos a la determinación de la filiación, adopción, el nombre y los apellidos del menor o las obligaciones alimenticias. El RBII bis atribuye competencia a los tribunales ESP si el menor reside habitualmente en ESP en el momento en que se presenta el asunto ante el órgano jurisdiccional (art. 8). El Reglamento añade una suerte de perpetuatio iurisdictionis muy limitada: ante un cambio legal de residencia habitual, los tribunales del EM anterior (en nuestro caso ESP) conservarán su competencia durante 3 meses para modificar una resolución judicial sobre un dr. de visita dictada en ESP antes del traslado, si el titular del dr. de visita continua residiendo aquí y consiente esa competencia (art. 9). Alternativamente, el Reglamento añade otros foros de competencia basados en la autonomía de la voluntad y en la accesoriedad pero limitados por el principio de interés superior del menor. El texto atribuye competencia: A- A los órganos jurisdiccionales que vayan a conocer de una demanda de nulidad, separación o divorcio cuando al menos uno de los cónyuges ejerza la responsabilidad parental sobre el menor, dicha competencia haya sido aceptada por los cónyuges y responda al interés superior del menor (art. 12.1 y 2). 31 B- A los órganos jurisdiccionales de un EM al cuál el menor esté estrechamente vinculado si esa competencia ha sido aceptada por todas las partes en el procedimiento y responde al interés del menor (12.3). En ambos casos los foros de competencia juegan con independencia de que el menor tenga su residencia habitual en un EM o en un tercer Estado. En este segundo caso, el Reglamento prevé un supuesto especial de foro de necesidad: se presume que la competencia basada en esos dos foros es en interés del menor, en especial cuando un procedimiento resulte imposible en el tercer Estado de que se trate (art. 12.4 aplicable cuando el menor reside en terceros Estados que no son parte del CH 96). El RBII bis prevé un foro subsidiario de competencia basado en la mera presencia física del menor cuando no se conozca su residencia habitual y no pueda determinarse la competencia sobre la base del criterio anterior (art. 13). El RBII bis prevé una opción de cierre o foros residuales (art. 14): cuando de las reglas anteriores no pueda derivarse la competencia de ningún EM, se aplicarán las normas nacionales (es decir el art. 22.3º, 4 LOPJ), Como excepción al juego de esas reglas, el Reglamento prevé además una regla inspirada en la institución del forum non conveniens (art. 15) y una regla especial para las medidas cautelares o provisionales (art. 20). Se puede proceder a remitir el litigio a un juez de otro EM si el menor tiene una vinculación especial con ese otro EM (p.ej. el menor es nacional de dicho Estado o es donde se ha trasladado a residir después de la presentación de la demanda). La inhibición solo cabe si el juez extranjero asume su competencia. En el ámbito de las medidas de protección de los menores el RBII bis prevalece sobre los CH96 en las relaciones entre los EM (arts. 60-61), en particular, cuando el menor tenga su residencia habitual en el territorio de un EM o, en materia de RyE cuando la decisión provenga de otro EM aun cuando el menor resida en un Estado no miembro, pero parte del Convenio. En el caso de traslado o retención ilícitos de un menor hay dos vías de solicitud del retorno: 1. El art. 10 del RBII bis permite acudir a los órganos jurisdiccionales del EM en el que el menor resida habitualmente antes del traslado o retención. Esta competencia permanece hasta que el menor haya adquirido la residencia habitual en el nuevo Estado y (a) el titular de la custodia haya dado su consentimiento al traslado, (b) o bien el menor haya residido en el nuevo Estado al menos 1 año, éste integrado en el nuevo entorno y se den b. RBII bis). 2. Cabe solicitar la restitución ante las autoridades del EM donde se haya trasladado al menor de conformidad con lo previsto en los arts. 12 y 13 del CH80 y teniendo en cuenta las especialidades establecidas por el art. 11 del RBII bis. Protección de menores (y II): Desplazamiento y retención ilícitos (Ejemplo Caso 8) En el ámbito de las medidas de protección de los menores el RBII bis prevalece sobre los CH96 en las relaciones entre los EM (arts. 60-61), en particular, cuando el menor tenga su residencia habitual en el territorio de un EM o, en materia de RyE cuando la decisión provenga de otro EM aun cuando el menor resida en un Estado no miembro pero parte del Convenio. En el caso de traslado o retención ilícitos de un menor hay dos vías de solicitud del retorno: 1. El art. 10 del RBII bis permite acudir a los órganos jurisdiccionales del EM en el que el menor resida habitualmente antes del traslado o retención. Esta competencia permanece hasta que el menor haya adquirido la residencia habitual en el nuevo Estado y (a) el titular de la custodia haya dado su consentimiento al traslado, (b) o bien el menor haya residido en el nuevo Estado al menos 1 año, éste integrado en el nuevo entorno y se den ciertas condiciones b. RBII bis). 2. Cabe solicitar la restitución ante las autoridades del EM donde se haya trasladado al menor de conformidad con lo previsto en los arts. 12 y 13 del CH80 y teniendo en cuenta las especialidades establecidas por el art. 11 del RBII bis. Desarrollo . El régimen combinado de los artículos 11 del Reglamento y 12 y 13 del Convenio de La Haya puede resumirse así. Si, conforme al Convenio, la demanda de restitución se interpone ante las autoridades del Estado miembro a donde ha sido trasladado el menor antes de un año del traslado, el juez deberá ordenar de inmediato su restitución. Lo mismo debe hacer incluso transcurrido dicho plazo, salvo que se pruebe que el menor se ha integrado en el nuevo entorno. No obstante, en circunstancias excepcionales se puede denegar el retorno, por ejemplo, cuando existe el riesgo de que ello exponga al menor a un peligro físico o psíquico o a una situación intolerable (artículos 12 y 13 Convenio). El Reglamento añade que al aplicar las disposiciones convencionales, el juez (a) deberá velar porque se oiga al menor en el proceso, salvo que no tenga edad y madurez suficiente; (b) debe resolver rápidamente y en un plazo máximo de seis semanas; y (c) no podrá denegar la restitución por causa de riesgo grave para el menor cuando se pruebe que se han adoptado medidas adecuadas para garantizar su protección en el Estado de origen y tampoco podrá denegar la restitución sin dar audiencia a la persona que la solicita (artículo 11.4 y 11.5). Si, pese a estos requisitos, la deniega, deberá informar a la autoridad competente del Estado de residencia habitual anterior del menor en el plazo de un 32 mes (artículo 11.6). La parte o partes interesadas pueden a continuación presentar reclamaciones para que el juez del Estado de origen examine la cuestión de la custodia del menor. Y, en todo caso, aun cuando se haya dictado una resolución de no restitución, otra resolución posterior dictada por un órgano competente será reconocida y ejecutada en el Estado donde se halle el menor por los cauces del Reglamento ( infra tema 18). El TJUE ha precisado el concepto de traslado ilícito recogido en el artículo 2 (11) del Reglamento: un traslado ilícito supone la infracción de un derecho de custodia . La existencia de un derecho de custodia es una cuestión previa que se Crisis matrimoniales: Competencia judicial internacional (V) y Ley aplicable (V) (Ejemplo Caso 5) FOROS: Los foros en el Derecho de Familia, también responden al “principio de proximidad razonable” entre los tribunales competentes y el objeto del litigio: sólo se afirma la CJI de los tribunales españoles si el litigio presenta una vinculación razonable con nuestro país. Además, es un sistema de vinculación tipificada: sólo cabe afirmar esa competencia cuando se verifique el criterio de conexión tipificado por el legislador. EN EL AMBITO DE CJI: Aplican criterios subjetivos, y no objetivos como en el ámbito patrimonial. Los dos criterios mas comunes en este sector son la RESIDENCIA HABITUAL: definido como el lugar donde se localiza el lugar de vida centro -e económica de una persona, circunstancias como la presencia regular y estable en el territorio de un Estado son las que determinan la residencia habitual en ese Estado. La NACIONALIDAD es un concepto jurídico determinado a partir del Derecho de cada Estado. En el caso español, las reglas establecidas en los artículos 17 y ss. CC determinan quiénes tienen la nacionalidad española a los efectos de aplicar las reglas de CJI. En los casos de DOBLE NACIONALIDAD (española – extranjera) prevalece la española, EN EL AMBITO DE LA LA: en los casos de DOBLE NACIONALIDAD, no obstante, según el 9.9 del CC, se estará a lo señalado en los tratados internacionales, en su defecto, a la que coincida con la última residencia habitual y en defecto de ésta, a la última adquirida En el ámbito del derecho de familia estos son los cuerpos normativos que aplican: CJI: LOPJ, RB2bis, R. 4/2009 (oblig alimenticias), Reglamento 2016/1103 (Régimen económico matrimonial) RELACIONES PERSONALES Y PATRIMONIALES ENTRE COYUGES: NULIDAD, SEPARACION Y DOVORCIO Articulo 22 quater (C) LOPJ: -En materia de nulidad, separación o divorcio, la CJI de las autoridades españolas viene determinada fundamentalmente por el Reglamento Bruselas II bis. -En cambio, la CJI para conocer de las relaciones personales y patrimoniales entre cónyuges, viene determinada por la LOPJ (como hemos advertido, los litigios en materia de obligaciones alimenticias quedan sujetos al Reglamento 4/2009, que estudiaremos al final de esta obra, y una vez que entre en vigor, -los litigios en materia de régimen económico matrimonial quedarán sujetos al Reglamento 2016/1103; en ese momento, la aplicación de la LOPJ será absolutamente marginal). Comenzaremos por el régimen de la LOPJ. La LOPJ establece foros alternativos en las relaciones personales o patrimoniales ENTRE CONYUGES, es decir, los tribunales españoles serán competentes siempre y cuando se den los supuestos del art 22 quarter (c) Aunque el artículo 22 quáter (c) LOPJ incluye también una referencia a la nulidad, la separación o el divorcio, en este ámbito, como sabemos, queda desplazado por el Reglamento Bruselas IIbis PORQUE APLICARA ESTE PRIMORDIALMENTE POR ORDEN JERARQUICO. EL AMBITO MATERIAL: son las acciones cuyo objeto sea la implementación judicial de los derechos y deberes personales (por ejemplo, fijación judicial del domicilio conyugal) o patrimoniales de los cónyuges, típicamente la liquidación del régimen económico matrimonial (la eventual pensión compensatoria se determina por las reglas de competencia judicial aplicables en materia de obligaciones alimenticias). *Por analogía se aplica a las parejas de hecho los foros de competencia* El reglamento Bruselas II bis: como ya hemos apuntado, se aplica al divorcio, la separación y la nulidad matrimonial, así como a la atribución, el ejercicio, la restricción o la finalización de la responsabilidad parental. Aplica para las parejas de mismo sexo en caso de que un EM lo reconozca como tal. No se aplica a las parejas de hecho o situaciones similares. El reglamento Bruselas II bis, da competencia a los órganos jurisdiccionales de los EM cuando exista cualquiera de los fondos alternativos, señalados en el articulo 3. Con independencia, naturalmente, de dónde se haya celebrado el matrimonio e incluso de que se halle o no inscrito en el registro civil español, aunque deberá acompañarse, naturalmente, de certificado de inscripción matrimonial o documento equivalente, vid.artículo 770LEC. El articulo 3 señala: Residencia habitual común en España: Las reglas de competencia del reglamento aplican con independencia del domicilio del demandado, de su nacionalidad o incluso del hecho de que el supuesto presente una vinculación con otros Estados miembros. Por consiguiente, la competencia de los tribunales españoles vendrá determinada por este texto en todos aquellos casos, muy habituales en nuestra práctica, en los que se solicita el divorcio de un nacional de un Estado no miembro de la UE (marroquí, colombiano o ecuatoriano, por ejemplo) frente a su cónyuge de la misma nacionalidad cuando ambos residen en España. Ejemplo: 2 holandeses que se casan en España se divorcian en España Residencia habitual común en España y uno de los cónyuges aun residía en españa: Pj: marroquis que se casan en marruecos, se van a vivir a Albacete y luego uno de ellos se va a Marruecos y se divorcian. -Residencia habitual del demandado en España. -Residencia habitual del demandante2 en España, siempre que haya residido aquí desde al menos un año inmediatamente antes de presentar la demanda o seis meses si tiene la nacionalidad española; el plazo respectivo ha de haberse cumplido en el momento procesal en el que el juez decide sobre su competencia; pj: ecuatorianos que se casan en ecuador, y luego uno se traslada a trabajar aquí y solicita el divorcio ante los tribunales españoles. -Ambos cónyuges con nacionalidad común española: independientemente de que tengan doble nacionalidad y hayan contraído matrimonio en un estado no miembro, los tribunales españoles tendrán competencia xq opera siempre la nacionalidad española a favor y no el principio de nacionalidad efectiva. *** -Además, el Reglamento amplía ese catálogo cuando se trata de una demanda conjunta, en cuyo caso, puede plantearse la demanda en España si cualquiera de los cónyuges reside habitualmente aquí. El Reglamento establece también una regla de CJI para los supuestos de reconvención (artículo 4) y para la adopción de medidas cautelares o provisionales (artículo 20) Dentro del ámbito material del Reglamento (acciones de nulidad, separación o divorcio), las reglas de CJI nacionales sólo intervienen como residuales, i.e. si de las normas del Reglamento «no se deduce la competencia de ningún órgano jurisdiccional de un Estado miembro» (artículo 7.1).*** El juego de las CJI nacionales entran en juego con el artículo 7.1, en el cual se aplicaran las leyes nacionales de forma residual cuando no apliquen los articulo 3,4,5 y 6. Este precepto está pensando en «litigios extracomunitarios», típicamente cuando el demandado no tiene ni residencia en un Estado miembro, ni es nacional de un Estado miembro (ni se dan los demás criterios de atribución de competencia previstos por el Reglamento, lo que conlleva que «no haya ningún otro Estado miembro competente» NULIDAD: La nulidad matrimonial y sus efectos se vinculan a la ley aplicable a estos elementos: -Celebración -Consentimiento -Capacidad 2 Solo los cónyuges, no terceros que les interese la nulidad del matrimonio por ejemplo. Para interponer las acciones correspondientes a estos elementos se requiere de: -Legitimación y plazos de ejercicio. La intervención del Ministerio Fiscal quedara sujeta a la ley española por lex fori. SEPARACION Y DIVORCIO: La ley aplicable a la separación y el divorcio es el Reglamento Roma III, Y ES UNIVERSAL recordemos articulo 4. Aplica para las siguientes personas: -Cónyuges europeos -Cónyuges no europeos residentes en un EM. ¿Donde? Tanto si se plantea ante la autoridad judicial como notarial. ¿A que situaciones? -A la disolución del matrimonio o a su relajación -Legitimación -Ciertos elementos de prueba NO APLICA: ni a la capacidad de los cónyuges, ni a los efectos de la separación o el divorcio sobre el nombre y apellidos de los cónyuges, sobre la responsabilidad parental, sobre el régimen económico, ni a las obligaciones alimenticias o al régimen sucesorio. Tampoco determina la ley aplicable a la nulidad matrimonial [artículo 1 (2)], ni a la propia existencia del matrimonio. La existencia y validez del matrimonio constituye una cuestión previa que queda en manos del DIPr de cada Estado [vid. artículo 12 (b) y artículo 13 en relación al reconocimiento]. En este reglamento juega LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD: Es decir, las partes pueden escoger la ley aplicable al divorcio y separación: - Antes o durante el procedimiento LA LEY APLICABLE: la ley aplicable será la: -Domicilio habitual Ó -Nacionalidad (si son temas de doble nacionalidad * aplica el derecho nacional) POSIBILIDAD DE CONVENIR LA LEY: Los cónyuges pueden CONVENIR la ley aplicable a la SyD. Y son las del elenco cerrado del articulo 5 :LEER. *Lo importante es que La ley puede ser la de un estado europeo O NO. *El apartado (d) viene determinado por el brusela II bis. VALIDEZ MATERIAL DE LA ELECCIÓN: Para que el convenio de lección de ley aplicable sea valido y eficaz se determinara conforme a los requisitos del art 6: -Por la ley que regiría el convenio en virtud del Reglamento si este fuese válido. *No obstante, si un cónyuge impugna el convenio, diciendo que no dio su consentimiento, podrá regirse por la ley de su residencia habitual en el momento que se interponga la demanda. -Celebrarse por escrito, este firmado y fechado (Y OTROS) art 7.1 y 7.2, 7.3 este ultimo en caso de residencia en mas de los cónyuges tengan residencia habitual en diferentes EM. Si solo uno de los cónyuges tiene RH en un EM: art 7.4 aplicaran requisitos adicionales. MOMENTO DE ELECCION de la LEY APLICABLE AL CONVENIO: -Podrá seleccionarse o modificarse en cualquier momento. *EXCEPCIÓN: a mas tardar en la fecha en que se interponga la demanda ante un órgano jurisdiccional. Si lo cónyuges NO HAN elegido la ley aplicable, se determinará de acuerdo a la prelación recogida en el articulo 8. (residencial habitual común, ultima residencia… etc) Conversión art 9: “La ley aplicable al divorcio será la misma aplicable a la separación” SALVO, que de mutuo acuerdo las partes escojan otra. Sino prevé el divorcio la ley escogida las partes podrán elegirla conforme a los criterios del artículo 8. Sistemas plurilesgislativos: Para los sistemas pluri-legislativos de base territorial, el Reglamento hace una remisión directa a la ley vigente en la unidad territorial correspondiente y aclara cómo debe entenderse esa remisión cuando se aplique la ley nacional [artículo 14 (a) y (b). Igual cuando se hable de residencia habitual y lex fori. Con respecto a la nacionalidad se aplicarán las cláusulas en cascada del art 14.c (si es conflicto territorial) si en conflicto personal -> art 15. RECORDEMOS QUE EL ROMA 3 NO APLICA PARA: REGIMEN ECONOMICO, EFECTOS SOBRE LAS RELAC PATERNO FILIALES, PRESTSACIONES ECONOMICAS COMPENSATORIAS + REGIMEN DE ALIMENTOS PROTOCOLO 2007. Divorcio: Mapa normativo Cuestión material ▪ Divorcio ▪ Liquidación régimen económico Texto normativo aplicable Reglamento Roma III Artículos 9.2-9.3 CC ▪ Alimentos entre cónyuges Protocolo de La Haya 2007 ▪ Alimentos a los hijos Protocolo de La Haya 2007 ▪ Responsabilidad parental Convenio de La Haya 1996 OBLIGACIONES ALIMENTICIAS (TEMA COMUN AL MATRIMONIO Y A LA RESPONSABILIDAD PARENTAL) IMPRIMIR TEMA 32 apuntes de la JESSICA Ley aplicable (y VI): Alegación y prueba del derecho extranjero aplicable y otras cuestiones relacionadas con la aplicación de la norma de conflicto Introducción: Analizaremos los problemas que surgen en el ámbito de la prueba o de los recursos, p.ej. cuando un juez ESP se encuentra ante la circunstancia de aplicar una norma perteneciente a un OJ extranjero. El dr. extranjero puede aparecer ante un juez ESP de dos formas distintas: a. Puede presentarse como objeto de una remisión conflictual. En estos casos, el juez ESP aplica el dr. extranjero: subsume el caso en la norma o normas extranjeras y le impone la consecuencia jurídica prevista en ella. El juez ESP aplica al fondo del litigio un dr. extranjero. b. Puede presentarse como elemento del supuesto de hecho de una norma ESP. El juez ESP aplica dr. ESP pero debe incorporar una norma extranjera para poder aplicar la norma ESP. Se dice que el juez ESP tiene en cuenta o toma en consideración el dr. extranjero. 2. La carga de la prueba del dr. extranjero: ¿quién? La relación entre normas de conflicto y el régimen procesal del dr. extranjero viene establecida por los arts. 12.6 CC y 281.2 LEC. El primero prevé la aplicación ex officio de las normas de conflicto españolas. El segundo impone a las partes la carga de la prueba del dr. extranjero. ¿Qué sucede si las partes no cumplen con su carga o deber de probar el dr. extranjero designado por la norma de conflicto? Tres soluciones: 1. Resolver conforme al dr. ESP: si las partes no prueban el dr. extranjero, el juez resolverá conforme al Dr. material ESP. Esta es la opinión dominante de la sala civil del TS. 2. Desestimar la demanda: si la parte actora no prueba el dr. extranjero, no ha probado el fundamento jurídico de su pretensión. 3. Que el juez investigase de oficio el dr. extranjero, con independencia del comportamiento de las partes. Estamos ante un deber de diligencia probatoria o una carga de la prueba subjetiva deber de agotar los medios de prueba razonablemente disponibles y necesarios, y si no lo hace asume la consecuencia de que el litigio se resuelva conforme al dr. ESP. Un juez ESP solo resolverá conforme al dr. extranjero si la parte interesada en ello es procesalmente diligente y le aporta pruebas sobre el contenido de ese dr. Si ha agotado esos medios de prueba el juez ESP debe resolver conforme al dr. extranjero y puede, si lo considera oportuno, completar las pruebas aportadas por las partes con una investigación ex officio. La única excepción posible es que si ambas partes invocan el dr. extranjero sin aportar pruebas, en la medida en que ninguna de las partes sale beneficiada a costa de la otra, sí que el juez podría resolver conforme al dr. extranjero utilizando su conocimiento privado o cualquier medio de averiguación que estime necesario. Puede suceder que el contenido del dr. extranjero resulte objetivamente imposible de determinar pese a la diligencia de la parte interesada y del propio juez (p.ej. tras la secesión de un Estado el juez ESP se ve en la circunstancia de tener que aplicar el dr. del nuevo Estado independiente, pero éste lo único que ha hecho ha sido derogar el dr. vigente hasta entonces sin que pueda determinarse el contenido del nuevo OJ). Tres opciones ante este problema: a. Desestimar la pretensión del interesado en la aplicación del dr. extranjero. Esta solución debe rechazarse ya que conlleva una denegación de justicia. b. Aplicar el dr. material ESP. c. Aplicar un dr. extranjero subsidiario deducido del propio sistema conflictual, solo si la parte interesada lo invoca y aporta pruebas de su contenido y vigencia, en su defecto 51 deberá aplicarse el dr. ESP. Esta opción sería la más respetuosa con la lógica conflictual que inspira el sistema ESP del DIPr. 3. Régimen procesal del dr. extranjero: ¿cómo? El art. 281.2 LEC permite que el juez utilice los medios de averiguación que estime necesarios para aplicar el dr. extranjero. El sentido de la remisión conflictual es localizar el litigio en un ordenamiento extranjero y por consiguiente que se resuelva según lo dispuesto en ese dr. que se aplique el dr. extranjero tal y como se aplica en el Estado en cuestión (puede aplicar la jurisprudencia extranjera). El TS exige que se pruebe su contenido y vigencia sin que baste la cita aislada de textos extranjeros sino que es necesario probar el sentido, alcance e interpretación atribuidos por la jurisprudencia del respectivo país. Se permite utilizar los medios de prueba formalizados (arts. 299 y ss. LEC) como otras diligencia idóneas al amparo del art. 299.3 LEC. Medios de prueba más comunes: documentos públicos o intervenidos por fedatario público donde se hace constar el contenido y vigencia de las normas extranjeras invocadas. Normalmente son certificaciones expedidas por autoridades extranjeras. Los convenios internacionales sobre información del dr. extranjero proporcionan un cauce neutral al juez para obtener información. Hay también bastantes convenios bilaterales que contienen obligaciones recíprocas de información. Los rasgos del convenio de Londres del 1968 son que los Estados parte se obligan a proporcionarse información sobre su dr. en el ámbito civil y mercantil; la petición solo puede emanar de una autoridad judicial, dentro de un proceso ya pendiente; los datos contenidos en la respuesta no vinculan a la autoridad judicial ESP. ¿Hasta qué momento procesal puede la parte interesada invocar el dr. extranjero? Debe precluir con los primeros posicionamientos jurídicos de las partes: para el actor precluye la posibilidad de invocar dr. extranjero con la presentación de la demanda, y para el demandado precluye con la contestación. No debería admitirse la posibilidad de invocar el dr. extranjero en el recurso si no se hizo en primera instancia. Revisibilidad en casación Revisión en casación del dr. extranjero. Si las partes no invocaron el dr. procesal en el momento oportuno, les precluye esa posibilidad. Pero si lo hicieron, es revisable en casación. Ejemplo: si el juez a quo aplicando la norma de conflicto prevista en el art. 10.1 CC considera aplicable al fondo del litigio el dr. FR, cabe recurso de casación contra esa decisión invocando una interpretación errónea del art. 10.1 CC y alegando como aplicable p.ej. el dr. ESP. La posibilidad de utilizar el recurso de casación para impugnar una decisión por aplicación incorrecta del dr. extranjero designado por una norma de conflicto ESP. Cuando el objeto del recurso es el proceso de averiguación del dr. extranjero (la inadmisibilidad de una prueba p.ej.), la vía pertinente es la del recurso extraordinario por infracción procesal en las condiciones del art. 469 LEC. Cuando lo que se impugna es la aplicación incorrecta del dr. extranjero, la vía pertinente es la del recurso de casación en las condiciones del art. 477 LEC.