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Entrevista a Lourdes Camacho Zambrano VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

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Sin reservas
Dra. Lourdes Camacho Zambrano
Comunicadora Social
Terapeuta Familiar Sistémica
Máster en Género
ENTREVISTA
“Si el Estado no logra que la igualdad esté plasmada en el diario vivir, es obvio que esa inequidad
sigue existiendo y tiene toda una serie de repercusiones como la violencia contra la mujer”.
H
ablar de la violencia
contra la mujer es tocar
un escenario que, si
bien se está visibilizado,
aún se esconde, es
una problemática que
no solo involucra la
educación que recibimos y el medio
cultural en el cual nos desenvolvemos,
sino, algo más profundo, la desigualdad
de género. Desde una posición
externa a quien sufre este tipo de
violencia, puede resultar fácil decir
“no permitas que te agreda”; pero,
esa permanencia en el círculo violento
por parte de la mujer, va más allá del
qué dirán, del miedo, la soledad, hay
un vínculo emocional que puede ser
difícil entender. Cada 25 de noviembre
se conmemora el Día Internacional de
la Eliminación de la Violencia contra
la Mujer; de acuerdo a datos del
Instituto Ecuatoriano de Estadística
y Censos (INEC) , “En Ecuador 6 de
cada 10 mujeres han vivido algún tipo
de violencia de género”; para abordar
este tema Guía Farmacéutica conversó
con la doctora Lourdes Camacho
Zambrano, especialista en Terapia
Familiar Sistémica, con más de 30 años
de experiencia y activa participación en
la defensa de los derechos humanos y
la equidad de género.
¿Cómo entender lo que significa la
violencia contra la mujer?
La violencia contra la mujer tiene
muchas aristas, podría decir, que
una de las más elementales es la
desigualdad que hay entre hombres y
mujeres, que obviamente se refleja en
varias formas, no solo por el tipo de
violencia, sino por cómo se ejecuta,
quién la ejecuta y las dinámicas
presentes, además de un sistema de
creencias. Para comprender la violencia
me parece que hay que concebirla
como un fenómeno relacional, donde
ocurren actos violentos y entre agresión
y agresión, generalmente, se suceden
periodos de relación afectiva. Y claro,
los contextos inciden dentro de los
procesos de interacción social, por
ejemplo, lo sociocultural, donde se
construyen discursos dominantes que
incitan a las personas a solucionar
los conflictos en forma agresiva o al
patriarcado que coloca a la mujer en
un lugar de sometimiento y aceptación
de la violencia de genero. En general,
existe una violencia castigo por parte
de los hombres contra las mujeres,
por su condición superior en el sentido
físico, social, pero esa desigualdad
tiene más poder frente a las mujeres al
existir mayor vulnerabilidad; la violencia
siempre es unidireccional y está en
todas partes.
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1
Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, 2012.
2
La violencia, como parte de la
desigualdad de género, ¿es una
responsabilidad social?
Absolutamente, no solo es una
responsabilidad social, de hombres
y mujeres, es particularmente una
responsabilidad del Estado. Si hablamos
de un Estado de derecho, lo que quiere
decir es que el Estado permite que
esta violencia suceda, porque hay una
desigualdad, a pesar que en derecho
se dice que las personas nacemos
libres e iguales, pero en la práctica, eso
no sucede y ahí está la importancia. Si
el Estado no logra que esa igualdad
esté plasmada en el diario vivir, es obvio
que esa inequidad sigue existiendo y
tiene toda una serie de repercusiones
como la violencia contra la mujer, las
adolescentes, las niñas…
La violencia de género ¿cómo afecta en
lo familiar?
Es necesario tomar conciencia del
problema de la violencia intrafamiliar,
porque cuando hablamos de ello se
refiere al menos a dos personas, en
una relación complementaria, íntima
y secreta, donde los hombres suelen
ser los agresores. Sin embargo, es
frecuente que estén implicados, no por
Sin reservas
opción, los hijos y las hijas. Yo diría que
sobre todo afecta emocionalmente, en
la dignidad, y por supuesto, físicamente,
a tal punto que las mujeres son
torturadas y asesinadas, lo que se llama
femicidio. Es un problema mucho más
cotidiano y no solo por las estadísticas;
pensemos que muchos de esos datos
tienen subregistros, porque la gente no
solo no denuncia, lo minimiza y lo ha
naturalizado de tal manera, que cree
que es parte de estar en pareja, de ser
mujer y llevar la cruz, de que se puede,
o incluso se debe violentar, maltratar,
discriminar por la condición de ser niña,
mujer, homosexual...
¿Por qué el amor romántico es uno de
los problemas frente a la violencia?
El amor romántico es una de las
propuestas que se hace socialmente,
donde se habla de “tener una media
naranja”, media naranja de qué me
pregunto, si cada persona es un ser
per se, individual que no necesita una
media de nada, pero esa es una de las
cosas que nos venden. La otra es la
condición de “tener pareja”, mucho más
a las mujeres, justamente por los roles de
género, si no se tiene pareja… algo pasa,
no eres suficientemente buena, válida,
reconocida y si agregas una cosa más,
digamos que tienes pareja que más o
menos te va bien, entonces la condición
es “tener hijos e hijas” porque sino, no
eres mujer, con lo cual, la condición
de mujer empieza a ser cuestionada.
Se dice también “te querré para toda la
vida”, me pregunto ¿qué se quiere para
toda la vida?, lo que quiero decir es que
parece que los amores no evolucionaran,
que son fijos, eternos. Toda relación hay
que construirla. La otra cosa del amor
romántico “es exclusivo”, no podré amar
a nadie más que a ti, lo cual es la falacia
más grande, incluso cuando tienes
buenas relaciones de pareja o relaciones
estables sea un matrimonio o no, somos
seres humanos cómo así que no podré
amarte más que a ti. “Te querré por encima
de todo”, ¿por encima incluso mío? Esa
es la propuesta del amor romántico
quererte por encima de todo. “Te quiero
más que a mi vida”, ¡No gracias! Si algo
tenemos que hacer los seres humanos,
es primero amarnos a nosotros mismos,
antes que todo, inclusive las madres que
son madres y los padres que son padres,
deben amarse a sí mismos, ante todo, de
lo contrario cómo pueden enseñar a esta
hija o hijo, qué es ser un individuo, qué
es tener dignidad, qué es madurar y ser
responsable, lo que es llegar a ser adulto;
u obtener y generar su espacio propio.
Iniciar un amor romántico ¿cómo puede
afectar a una persona?
No es malo iniciar por un amor
romántico si se tiene claridad de lo que
sucede, no es malo enamorarse. Es la
fusión con el otro, donde se pierde la
individualidad y esa es una de las cosas
que ocurre con las mujeres, no porque
son las víctimas, sino porque a las
mujeres se las enseña a ser sumisas,
a que están para servir, para dar, no
para exigir, no para el respeto, no para
la construcción. Cuando tengo un amor
así, no solo pierdo mi individualidad,
no soy una persona, porque no puedo
respirar o moverme si no es con el
otro, donde parece un todo indisoluble,
entonces, el momento que empieza la
violencia, es obvio que esa persona va
a creer que es imposible no solo no salir
de eso, sino que lo merece. Una de las
características de la violencia en pareja,
es que ocurre dentro de una relación
afectiva e íntima, donde hay un vínculo
y donde será necesario un proceso
para ir trabajando aspectos diferentes
que van desde la autoprotección hasta
la esfera emocional, ese es uno de los
aspectos que se trabaja en la terapia.
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Sin reservas
¿Cuándo empieza la violencia en el amor?
Es frecuente que las mujeres interiorizan
el amor como la entrega total y con mayor
fuerza que los hombres, quienes están
más socializados en la idea del amor
como posesión, ahí entra el problema,
porque la mujer pasa a ser de él,
convirtiéndose en objeto, la propiedad
y, además, donde la mujer debe dar
todo de manera incondicional y ellos
solo recibir y retener. Cuando se rompe
este esquema, empieza la utilización de
la violencia como estrategia de control y
sometimiento, porque esa es una de las
cosas que desea quien ejerce violencia.
En general el agresor, cree que es
legítimo y que la mujer se merece la
agresión. Entonces la idea romántica
del amor y la presión social dirigida
a la búsqueda de una pareja, como
si el amor fuera todo poderoso, hace
que muchas mujeres, de acuerdo a mi
experiencia como terapeuta, crean que
pueden cambiar a su pareja y esa es
una de las razones por la que minimizan
los signos, constantes, inicialmente
verbales, durante el enamoramiento,
y después entran en un círculo de
violencia complejo, en constante crisis.
El cambio es posible, dado que la
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violencia es una conducta aprendida
y, por lo tanto, todo lo que aprendemos
mal, lo podemos desaprender. Si se
hace un proceso terapéutico y se desea
cambiar, es factible, que hombres y
mujeres cambien, pero no hay cambio
solo amando incondicionalmente…
¿Cómo romper el paradigma de la
violencia contra la mujer?
Yo diría que un primer paso es romper
el silencio y hablar de ella ¡Fundamental!
Visibilizar la violencia. La prevención,
verdaderos programas multidisciplinarios
sobre la violencia en la pareja, en
escuelas,
colegios,
universidades,
iglesias, medios de comunicación,
etc.; que rompan estereotipos y mitos;
que presenten alternativas y que
sean de mediano y largo alcance, no
una pastilla para calmar el dolor de
muela… Condenar a los agresores,
que la impunidad y complicidad no sea
la generalidad. Y quizás uno de los de
mayor incidencia, generar vínculos entre
las mujeres a través de redes de apoyo,
de autocuidado y autodefensa, para
sentirnos respaldadas y en confianza
para cuestionar todo aquello que nos
han dicho que así debía ser, para
reconstruirnos, organizarnos y exigir
una transformación social que dignifique
nuestras vidas y nuestras relaciones.
¿Qué factores influyen en la violencia
contra la mujer?
En las historias de las personas
atendidas
sobresalen
significados
asociados a las pautas de violencia que
se repiten de generación en generación
y que se asemejan en su configuración.
De los datos recopilados en mi consulta
y otros terapeutas sistémicos, el 90 %
de los casos en el Ecuador, el consumo
de bebidas alcohólicas o drogas, es
el protagonista y desencadenante de
discusiones que después propician la
violencia. Además, estudios realizados
desde la terapia familiar, establecen
que es frecuente la infidelidad de
los hombres dentro de la violencia
familiar, también de mujeres, pero
es mayor en los hombres. Estas son
algunos de los motivos, no las causas,
de las escaladas de violencia. Otro
Sin reservas
“No se puede esconder la violencia y por eso es importante tratar
de comprender el proceso psicoterapéutico, como una construcción
permanente de alternativas. Pero también un proceso donde los
protagonistas son las personas que acuden a terapia, no el o la
terapeuta”.
factor, son los roles asignados a
hombres y a mujeres, donde existe un
estereotipo de ser varón y ser mujer. La
indiferencia, la minimización de lo que
ocurre, los discursos incluidos medios,
políticos, de la calle y otros, machistas,
descalificadores y peyorativos, y un
etcétera infinito.
¿Por qué se vuelve complejo tratar este
tipo de violencia a la mujer?
Yo
prefiero
utilizar
la
palabra
abordar, no creo que la terapia sea
un tratamiento, sino un proceso de
construcción conjunta permanente,
de diálogo, de alternativas, reflexión
y aprendizaje. La complejidad se da
porque no tiene una única causa, son
muchos los factores socioculturales
y emocionales que interaccionan. La
violencia suele generar una relación
en la que tanto agresor como víctima
quedan atrapados: el poder, de un lado
y la sumisión, de otro. Suele haber una
desestructuración de la víctima y así ser
controlada y sometida.
Los relatos de violencia suelen ir
apareciendo de forma paulatina durante
el proceso terapéutico, no siempre
aparecen en la primera o segunda cita,
en un primer momento es importante
no minimizarlos, ni justificarlos nunca,
ni esconderlos, pero se debe tener
una escucha muy activa, sin juzgar.
También es necesario conocer los
contextos donde se desarrollan las
interacciones, porque suele suceder
que las mujeres sufren paralelamente
violencia no solo en la pareja, sino en
el trabajo, en la calle y todo eso mina
la autoestima y además pueden llegar a
creer que se lo merecen.
¿Cómo se apoya terapéuticamente a la
mujer que sufre o ha sufrido violencia?
Lo
primero
es
creyéndola,
particularmente en la violencia sexual,
ya sea por abuso sexual por parte de
un familiar, por violación, dentro o fuera
de su pareja o prostitución forzada.
Para mayor información o consultas:
Dra. Lourdes Camacho Zambrano
Terapista Familiar Sistémica
Telf.: 0996892838 o 022406893
Una de las características de la
violencia en pareja, es que ocurre
dentro de una relación afectiva e
íntima, donde hay un vinculo y donde
será necesario un proceso para ir
trabajando aspectos diferentes que
van desde la autoprotección hasta la
esfera emocional, ese es uno de los
aspectos que se trabaja. El proceso
terapéutico es dinámico, donde lo ideal
es que las personas se comprometan
y vean que realmente no solo pueden
mejorar o cambiar, sino, librarse de
estos cánones socioculturales, como
no separarse de sus parejas por los
hijos. Cuando es todo lo contrario,
lo que los hijos e hijas viven es un
verdadero tormento y puede causar
muchas secuelas emocionales. La idea
en terapia es mostrar a las mujeres,
que tienen derecho a ser felices, a
tener otra vida distinta, a escoger lo
que quieren, a optar por las cosas,
pero eso no es fácil, si has vivido 20 o
30 años en violencia, tienes que estar
atenta a los ritmos de las personas y
a cada caso particular. Si tengo una
mujer que cree no merecer nada, que
se siente culpable, no es cuestión de
decirle, no usted no es culpable, es
hacer el proceso, propiciar la reflexión,
que vea sus potencialidades, que se
empodere. La terapia procura expandir
alternativas, contenidos y descubrir
cosas, herramientas o visiones que
propicien el cambio y le dignifiquen.
¿Qué le gustaría compartir con las
mujeres y los hombres en este espacio?
A las mujeres, soy una convencida
de que todas las personas podemos
cambiar y que la idea del cambio es
para mejorar la calidad de vida, nuestro
ser y tener un crecimiento personal que
nos de más satisfacciones; es decir,
que de verdad podemos ser felices
y no solo que tenemos el derecho
de serlo. A los varones, les invitaría a
que reflexionen todo lo que se están
perdiendo frente a una actitud tan
estereotipada y tan patriarcal, más allá
del poder que puedan sustentar no
oculten su sensibilidad y sus afectos;
sean solidarios y responsables con
lo que dicen y hacen, parecería
que todo es importante menos los
vínculos emocionales, cuando
es lo esencial de la vida.
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