Intervención criminal Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes En este Artículo abordaremos la participación en delitos imprudentes, sus dificultades y características. Para el examen de los diversos temas se distinguen dos problemas que no suelen advertirse: la participación imprudente en delitos dolosos y la participación dolosa en delitos imprudentes. Introducción Es necesario tener en cuenta las características básicas de las conductas culposas o imprudentes para comprender la determinación de la participación. Esta clase de delitos suele excluir formas de intervención distintas de la autoría, tanto así que se estima procede una noción unitaria de autor1, que impide la participación en sentido estricto. De todas formas, es necesario distinguir dos grandes escenarios o contextos problemáticos donde el rechazo de la participación no parece idéntico. Para proceder al examen de esos dos contextos (participación imprudente y participación dolosa en delitos imprudentes) entraremos a las características mencionadas sobre imprudencia. Los comportamientos imprudentes, definidos en general por la infracción de deberes de cuidado, presentan varias dificultades. Ellas comienzan por la delimitación de la forma de imputación subjetiva de la que se trata. Así, cabe comenzar preguntando si es que el agente conoce algo. Si es que lo hace, qué conoce en esta clase de conductas, donde el resultado no se busca. El autor no busca la conducta típica realizada como en los delitos dolosos, no se representa el resultado típico como un efecto relativamente cierto o seguro. No veremos específicamente las conductas culposas o imprudentes, pero es importante tener en cuenta la estructura básica que las distingue de los comportamientos dolosos, para revisar las dificultades que se producen en torno a la participación. Mucho se discute sobre la culpa o imprudencia, partiendo por su definición normativa que se estructura sobre la base de una infracción a una norma de cuidado. ¿Qué tiene de subjetivo este “elemento subjetivo”? Esta es la primera duda respecto de la imprudencia como elemento subjetivo real. De hecho, la dificultad para establecer un conocimiento presente del sujeto lleva a recurrir a otras formas de imputación. La falta del conocimiento del hecho típico que caracteriza estos comportamientos también remite a formas de imputación extraordinarias2, en cuanto se recurre a un conocimiento anterior del agente para asignar el hecho como propio. Sin perjuicio de las discusiones y tesis que existen, se tomarán las características que aquí se estiman para estructurar esta modalidad de comportamiento. Intervención criminal Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes La conducta descuidada del agente se asocia a la realización de una conducta peligrosa conocida. Así, se admite que el sujeto conoce la peligrosidad de la conducta, que puede producir una afectación ex ante y, al menos, debió representarse un peligro ex post3. Si el sujeto conocía el posible resultado típico, el peligro, se entiende en general que la imprudencia es consciente 4. En la culpa o imprudencia consciente el sujeto se representa, además de la peligrosidad ex ante, el peligro ex post. Se suele hablar de “imprudencia inconsciente” si el agente conoce la peligrosidad, pero no el peligro ex post. Normalmente se sostiene que este peligro es previsible, por lo que el sujeto al menos tuvo la posibilidad de conocer el peligro. En esta Unidad se parte de la base de que esta sola posibilidad no es suficiente para imputar normativamente la conducta; sino que se requiere de un deber de previsión. A partir de este breve escenario, se indagará en las particularidades que supone esta forma de comportamiento para la participación. Desde ya hay que advertir que las distinciones realizadas aluden al agente, al autor del hecho punible. Es necesario separar dos ámbitos relevantes para la participación. De este modo, el próximo apartado parte despejando confusiones. Límites del problema de la participación en contextos imprudentes Hay que distinguir dos problemas distintos vinculados con la participación en sentido estricto y las conductas imprudentes: La participación imprudente en delitos dolosos. La participación dolosa en delitos imprudentes. Posibilidad de admitir intervenciones imprudentes en conductas dolosas ajenas Esta primera hipótesis aborda la posible responsabilidad penal de sujetos que contribuyen culposamente en el delito doloso de otro. Se pregunta principalmente por la complicidad imprudente, pues el encubrimiento no es realmente intervención en el hecho del autor. De todas formas, ampliamos la pregunta para esta “forma” de conducta, desde que la legislación chilena la concibe como participación. También se revisarán intervenciones que la misma ley considera como autores y que son difícilmente distinguibles de la complicidad, como el inductor y el cooperador “necesario”5. Intervención criminal Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes En el caso del inductor, la admisión de una modalidad imprudente parece ser incompatible. No solo es complejo imaginar el caso de quien hace nacer en otro la voluntad de cometer un delito sin buscar ese objetivo. Tampoco es fácil admitirlo (conductas descuidadas que puedan motivar la comisión de delitos) como formas de autoría. La elevada pena para esta particular participación (inductor) se explica por su gravedad para dar origen a la comisión de delitos, sin que parezca suficientemente fundada una consideración de autoría semejante si falta dolo respecto de tal motivación. Sin perjuicio de plantear el problema de incentivos riesgosos, descuidados, es más relevante su examen como hipótesis de complicidad. La menor pena de la posibilidad de colaboración imprudente en el delito ajeno parece más fácilmente realizable, aunque también la complicidad supone conocimiento de la cooperación en la realización de un delito (al menos de un injusto penal). Antes de tomar este caso de participación es importante delimitar aquella participación que se equipara a la autoría para revisar las posibilidades de admisión cuando el autor material tiene dolo. Por la relevancia antes mencionada, veremos ahora el caso del colaborador considerado autor. La situación del inductor es semejante a la de los cooperadores considerados autores, pero parece más clara respecto de los cómplices. Los cooperadores que se califican de autores son difíciles de separar de la participación estricta, en términos de complicidad. Intervención criminal Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes Ninguno de los elementos que señala el legislador chileno para estimarlos autores son realmente decidores (concierto previo y facilitar medios o incluso presenciar el hecho, art. 15 N° 3), sin una noción material de autor. En cambio, en la inducción se exige más en términos subjetivos. Hacer nacer en otro la voluntad de cometer un delito supone que lo conoce, lo que impide formas imprudentes; especialmente si se equiparan a la autoría dolosa. Volviendo al supuesto más confuso, al cooperador considerado autor. Es verdad que el concierto previo no es un elemento que lo distinga realmente del cómplice, pues también en la complicidad se requiere cierto acuerdo, el conocer que se está facilitando medios6. Sin embargo, la extensión del concepto de autor implica referir sus exigencias a esa participación, de modo que el concierto previo se estima dentro de un plan en el que se contaba con la intervención de ese facilitador en término de “dominio conjunto”, de imputación conjunta o recíproca 7, según la noción de autor que se mantenga. Así, la duda se dirige básicamente a la posibilidad de admitir intervenciones imprudentes en la complicidad. Aun en este caso la respuesta parece ser negativa, por el conocimiento que el cómplice ha de tener respecto de la colaboración en el delito ajeno. De hecho, la complicidad se comprende a modo de “cooperación dolosa”8. En la práctica, sin embargo, pueden presentarse muchas alternativas de colaboraciones imprudentes, como el caso de quien deja su arma (blanca o de fuego) al alcance de un sujeto que en ese momento está agrediendo a otro o que se sabe se dirige a ello. También pueden ser supuestos en los que se pone culposamente a disposición sustancias venenosas o materiales peligrosos a otros sujetos que buscan lesionar o matar a otro y aquél que los pone a disposición lo sabe; lo mismo puede ocurrir con relación a herramientas que se abandonan en un contexto de sujetos que se dedican a robar o que están en plena ejecución. Puede cuestionarse si semejantes facilitaciones de medios crean o no un riesgo relevante que puede imputarse Intervención criminal Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes normativamente. Las conductas no parecen tan inocuas, sobre todo porque el facilitador conoce cierta peligrosidad de la conducta del agente. Participación en delitos imprudentes El segundo ámbito problemático es la posibilidad de admitir intervención dolosa en delitos imprudentes. Parece ser más viable considerar formas de participación que cumplan con las exigencias subjetivas de conocimiento de la colaboración y aun de motivación o de hacer nacer en otro la voluntad de cometer un delito. No hay en principio cambios respecto de las estructuras de imputación de la participación. Sin embargo, es también problemática su determinación ante delitos imprudentes. Parece difícil imaginar participaciones en delitos imprudentes en la práctica. Cabe preguntarse cómo es posible que un sujeto intervenga en una conducta de otro que no se dirige a la realización de un tipo penal. Aun si fuera fácticamente viable, no parece posible imputar normativamente participaciones en hechos imprudentes. En los hechos, las intervenciones en delitos imprudentes no solo son factibles, sino que pueden ser variadas. Así: Facilitar el uso de un vehículo a quien está recién conduciendo o se sabe que probablemente consumió alcohol. Quien entrega materiales de construcción económicos y de baja calidad para ser usados por una empresa constructora en la edificación de un edificio. Intervención criminal 5 Intervención criminal Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes Guiar a un conductor que va a exceso de velocidad hacia el atropello de un grupo de personas. Los casos más comunes se han tomado precisamente en el ámbito del tránsito o tráfico vial, por ejemplo: “un sujeto dirige sin el debido cuidado la maniobra del conductor de un camión, que lo hace marcha atrás y sin visibilidad, resultando atropellado un viandante”9. Las múltiples alternativas parecen presentarse especialmente en contextos de peligro. A pesar de este reconocimiento, queda todavía resolver si ello supone imputar jurídicamente la conducta al partícipe y establecer responsabilidad penal. La segunda pregunta sobre imputación normativa parece ser central, específicamente cuando la responsabilidad por culpa de los autores es excepcional (arts. 4 10, 10 N°13 11, ambos del CP). El examen de formas de intervención en conductas imprudentes tiene especial interés en sectores en los que suelen presentarse tales comportamientos. Así, junto con el tráfico vial, es particularmente relevante el ámbito de la actividad médica. Reconocida la incidencia práctica, la duda se presenta respecto de la imputación normativa, si puede haber normas accesorias para partícipes ante conductas imprudentes. De nuevo nos centraremos en la complicidad como caso modelo para indagar más en las dificultades que se presentan y en las eventuales imputaciones (fácticas y normativas). En este apartado se han expuesto dos ámbitos de participación en contextos imprudentes, que no suelen separarse. La distinción entre la participación imprudente y la participación dolosa en delitos imprudentes es fundamental a la hora de resolver las distintas situaciones. La confusión entre ambas lleva a respuestas equívocas. A continuación, examinaremos los casos concretos y las distintas posibilidades de solución. 1 Expresamente, aunque luego plantee una visión crítica. Ver: Artaza, O. “La utilidad del concepto de coautoría para la imputación adecuada de conductas imprudentes en el marco de la actividad empresarial”. Perspectiva Penal Actual. Revista de investigaciones jurídico-penales, N° 1, 2012, págs. 11-15. https://docplayer.es/4815482- Intervención criminal Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes Perspectiva-penal-actual.html 2 Ver: Vargas, T. “Algunos antecedentes sobre el complejo ‘deber de previsión’ médico”. Revista de Derecho, Vol. XXX, N° 1, 2017, págs. 368 nota 66, 371 y 372. 3 Respecto de la distinción entre peligrosidad y peligro, ver: Hirsch, H. “Peligro y peligrosidad”. ADPCP, Vol. XLIX, Fasc. II, 1996, págs. 509-528. 4 Una aproximación en el contexto médico en: Vargas, T. “La imprudencia médica. Algunos problemas de imputación de lo injusto penal”. Revista de Derecho, Universidad Católica del Norte, Año 17, N° 2, 2010, págs. 123 y 124. 5 Como se sabe, esta idea prima con atención a la legislación española que señala esta característica expresamente para distinguir el cómplice de aquella cooperación considerada como autoría. En nuestro medio, la idea tiene especial sentido al contemplar la descripción general del legislador, pues ninguno de los elementos que señala (concierto previo y facilitación de medios antes o durante la ejecución) permiten distinguir al colaborador considerado autor del cómplice. La idea de necesidad, en términos de contar con la participación de ese facilitador, es muy importante frente a la noción misma de autor. 6 Ya hemos visto que las intervenciones casuales o espontáneas son muy poco comunes, por no decir irreales. 7 Se ha de mencionar aquí la existencia incluso de cuestionamientos sobre la admisibilidad de formas imprudentes frente a la coautoría, principalmente en la doctrina alemana. Así, es interesante revisar la confrontación entre Puppe y Hoyer. Ver: Hoyer, A. “¿Para qué necesitamos una coautoría imprudente?”. Perspectiva Penal Actual. Revista de investigaciones jurídico-penales, N° 1, 2012, págs. 187-203. 8 Ver: Hernández, H. “Comentario Art. 16”. Código Penal comentado. Parte general. Santiago, AbeledoPerrot, LegalPublishing, 2011, pág. 414. 9 En: Corcoy Bidasolo, M. Silva Sánchez, JM. Casos de la Jurisprudencia Penal con Comentarios Doctrinales, Parte General. J. M. Barcelona, Bosh Editor, 1996, pág. 376. 10 Art. 4: “La división de los delitos es aplicable a los cuasidelitos que se califican y penan en los casos especiales que determina este Código.” En: Ministerio de Justicia. Código Penal, 1874. http://bcn.cl/1uvs0 11 Art. 10 N° 13: “Están exentos de responsabilidad criminal: […] 13. El que cometiere un cuasidelito, salvo en los casos expresamente penados por la ley.” También es interesante tener en cuenta el caso fortuito, por la referencia al cuidado debido, art. 10 N° 8 (“8. El que con ocasión de ejecutar un acto lícito, con la debida diligencia, causa un mal por mero accidente.). En: Ministerio de Justicia. Código Penal, 1874. http://bcn.cl/1uvs0