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2.-participacion imprudente en delitos dolosos y

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Intervención criminal
Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes
Participación imprudente en delitos dolosos y participación
dolosa en delitos imprudentes
En este Artículo abordaremos la participación en delitos imprudentes, sus dificultades y características. Para el
examen de los diversos temas se distinguen dos problemas que no suelen advertirse: la participación imprudente
en delitos dolosos y la participación dolosa en delitos imprudentes.
Introducción
Es necesario tener en cuenta las características básicas de las conductas culposas o imprudentes para
comprender la determinación de la participación. Esta clase de delitos suele excluir formas de intervención
distintas de la autoría, tanto así que se estima procede una noción unitaria de autor1, que impide la participación
en sentido estricto.
De todas formas, es necesario distinguir dos grandes escenarios o contextos problemáticos donde el rechazo de
la participación no parece idéntico. Para proceder al examen de esos dos contextos (participación imprudente y
participación dolosa en delitos imprudentes) entraremos a las características mencionadas sobre imprudencia.
Los comportamientos imprudentes, definidos en general por la infracción de deberes de cuidado, presentan varias
dificultades. Ellas comienzan por la delimitación de la forma de imputación subjetiva de la que se trata. Así, cabe
comenzar preguntando si es que el agente conoce algo. Si es que lo hace, qué conoce en esta clase de
conductas, donde el resultado no se busca.
El autor no busca la conducta típica realizada como en los delitos dolosos, no se representa el resultado
típico como un efecto relativamente cierto o seguro. No veremos específicamente las conductas culposas
o imprudentes, pero es importante tener en cuenta la estructura básica que las distingue de los
comportamientos dolosos, para revisar las dificultades que se producen en torno a la participación.
Mucho se discute sobre la culpa o imprudencia, partiendo por su definición normativa que se estructura sobre la
base de una infracción a una norma de cuidado. ¿Qué tiene de subjetivo este “elemento subjetivo”? Esta es la
primera duda respecto de la imprudencia como elemento subjetivo real. De hecho, la dificultad para establecer un
conocimiento presente del sujeto lleva a recurrir a otras formas de imputación.
La falta del conocimiento del hecho típico que caracteriza estos comportamientos también remite a formas de
imputación extraordinarias2, en cuanto se recurre a un conocimiento anterior del agente para asignar el hecho
como propio. Sin perjuicio de las discusiones y tesis que existen, se tomarán las características que aquí se
estiman para estructurar esta modalidad de comportamiento.
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Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes
La conducta descuidada del agente se asocia a la realización de una conducta
peligrosa conocida. Así, se admite que el sujeto conoce la peligrosidad de la
conducta, que puede producir una afectación ex ante y, al menos, debió
representarse un peligro ex post3. Si el sujeto conocía el posible resultado típico, el
peligro, se entiende en general que la imprudencia es consciente 4. En la culpa o
imprudencia consciente el sujeto se representa, además de la peligrosidad ex ante, el
peligro ex post.
Se suele hablar de “imprudencia inconsciente” si el agente conoce la peligrosidad, pero no el peligro ex post.
Normalmente se sostiene que este peligro es previsible, por lo que el sujeto al menos tuvo la posibilidad de
conocer el peligro. En esta Unidad se parte de la base de que esta sola posibilidad no es suficiente para imputar
normativamente la conducta; sino que se requiere de un deber de previsión.
A partir de este breve escenario, se indagará en las particularidades que supone esta forma de comportamiento
para la participación. Desde ya hay que advertir que las distinciones realizadas aluden al agente, al autor del
hecho punible. Es necesario separar dos ámbitos relevantes para la participación. De este modo, el próximo
apartado parte despejando confusiones.
Límites del problema de la participación en contextos imprudentes
Hay que distinguir dos problemas distintos vinculados con la participación en sentido estricto y las conductas
imprudentes:
La participación imprudente en delitos dolosos.
La participación dolosa en delitos imprudentes.
Posibilidad de admitir intervenciones imprudentes en conductas dolosas
ajenas
Esta primera hipótesis aborda la posible responsabilidad penal de sujetos que contribuyen culposamente en el
delito doloso de otro.
Se pregunta principalmente por la complicidad imprudente, pues el encubrimiento no es realmente
intervención en el hecho del autor. De todas formas, ampliamos la pregunta para esta “forma” de conducta,
desde que la legislación chilena la concibe como participación.
También se revisarán intervenciones que la misma ley considera como autores y que son difícilmente
distinguibles de la complicidad, como el inductor y el cooperador “necesario”5.
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Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes
En el caso del inductor, la admisión de una modalidad imprudente parece ser
incompatible. No solo es complejo imaginar el caso de quien hace nacer en otro la
voluntad de cometer un delito sin buscar ese objetivo. Tampoco es fácil admitirlo
(conductas descuidadas que puedan motivar la comisión de delitos) como formas de
autoría.
La elevada pena para esta particular participación (inductor) se explica por su gravedad para dar origen a la
comisión de delitos, sin que parezca suficientemente fundada una consideración de autoría semejante si falta dolo
respecto de tal motivación.
Sin perjuicio de plantear el problema de incentivos riesgosos, descuidados, es más relevante su examen
como hipótesis de complicidad. La menor pena de la posibilidad de colaboración imprudente en el delito
ajeno parece más fácilmente realizable, aunque también la complicidad supone conocimiento de la
cooperación en la realización de un delito (al menos de un injusto penal).
Antes de tomar este caso de participación es importante delimitar aquella participación que se equipara a la
autoría para revisar las posibilidades de admisión cuando el autor material tiene dolo. Por la relevancia antes
mencionada, veremos ahora el caso del colaborador considerado autor.
La situación del inductor es semejante a la de los cooperadores considerados
autores, pero parece más clara respecto de los cómplices. Los cooperadores que se
califican de autores son difíciles de separar de la participación estricta, en términos de
complicidad.
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Ninguno de los elementos que señala el legislador chileno para estimarlos autores son realmente decidores
(concierto previo y facilitar medios o incluso presenciar el hecho, art. 15 N° 3), sin una noción material de autor.
En cambio, en la inducción se exige más en términos subjetivos. Hacer nacer en otro la voluntad de cometer un
delito supone que lo conoce, lo que impide formas imprudentes; especialmente si se equiparan a la autoría
dolosa.
Volviendo al supuesto más confuso, al cooperador considerado autor. Es verdad que el concierto previo no es un
elemento que lo distinga realmente del cómplice, pues también en la complicidad se requiere cierto acuerdo, el
conocer que se está facilitando medios6.
Sin embargo, la extensión del concepto de autor implica referir sus exigencias a esa
participación, de modo que el concierto previo se estima dentro de un plan en el que
se contaba con la intervención de ese facilitador en término de “dominio conjunto”, de
imputación conjunta o recíproca 7, según la noción de autor que se mantenga.
Así, la duda se dirige básicamente a la posibilidad de admitir intervenciones imprudentes en la complicidad. Aun
en este caso la respuesta parece ser negativa, por el conocimiento que el cómplice ha de tener respecto de la
colaboración en el delito ajeno. De hecho, la complicidad se comprende a modo de “cooperación dolosa”8.
En la práctica, sin embargo, pueden presentarse muchas alternativas de
colaboraciones imprudentes, como el caso de quien deja su arma (blanca o de fuego)
al alcance de un sujeto que en ese momento está agrediendo a otro o que se sabe se
dirige a ello.
También pueden ser supuestos en los que se pone culposamente a disposición sustancias venenosas o
materiales peligrosos a otros sujetos que buscan lesionar o matar a otro y aquél que los pone a disposición lo
sabe; lo mismo puede ocurrir con relación a herramientas que se abandonan en un contexto de sujetos que se
dedican a robar o que están en plena ejecución.
Puede cuestionarse si semejantes facilitaciones de medios crean o no un riesgo relevante que puede imputarse
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normativamente. Las conductas no parecen tan inocuas, sobre todo porque el facilitador conoce cierta
peligrosidad de la conducta del agente.
Participación en delitos imprudentes
El segundo ámbito problemático es la posibilidad de admitir intervención dolosa en delitos imprudentes. Parece
ser más viable considerar formas de participación que cumplan con las exigencias subjetivas de conocimiento de
la colaboración y aun de motivación o de hacer nacer en otro la voluntad de cometer un delito.
No hay en principio cambios respecto de las estructuras de imputación de la participación. Sin embargo,
es también problemática su determinación ante delitos imprudentes.
Parece difícil imaginar participaciones en delitos imprudentes en la práctica. Cabe preguntarse cómo es posible
que un sujeto intervenga en una conducta de otro que no se dirige a la realización de un tipo penal. Aun si fuera
fácticamente viable, no parece posible imputar normativamente participaciones en hechos imprudentes.
En los hechos, las intervenciones en delitos imprudentes no solo son factibles, sino que pueden ser variadas. Así:
Facilitar el uso de un vehículo a quien está recién conduciendo o se sabe que probablemente consumió alcohol.
Quien entrega materiales de construcción económicos y de baja calidad para ser usados por una empresa
constructora en la edificación de un edificio.
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Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes
Guiar a un conductor que va a exceso de velocidad hacia el atropello de un grupo de personas.
Los casos más comunes se han tomado precisamente en el ámbito del tránsito o tráfico vial, por ejemplo: “un
sujeto dirige sin el debido cuidado la maniobra del conductor de un camión, que lo hace marcha atrás y sin
visibilidad, resultando atropellado un viandante”9.
Las múltiples alternativas parecen presentarse especialmente en contextos de peligro. A pesar de este
reconocimiento, queda todavía resolver si ello supone imputar jurídicamente la conducta al partícipe y establecer
responsabilidad penal. La segunda pregunta sobre imputación normativa parece ser central, específicamente
cuando la responsabilidad por culpa de los autores es excepcional (arts. 4 10, 10 N°13 11, ambos del CP).
El examen de formas de intervención en conductas imprudentes tiene especial interés
en sectores en los que suelen presentarse tales comportamientos. Así, junto con el
tráfico vial, es particularmente relevante el ámbito de la actividad médica.
Reconocida la incidencia práctica, la duda se presenta respecto de la imputación normativa, si puede haber
normas accesorias para partícipes ante conductas imprudentes. De nuevo nos centraremos en la complicidad
como caso modelo para indagar más en las dificultades que se presentan y en las eventuales imputaciones
(fácticas y normativas).
En este apartado se han expuesto dos ámbitos de participación en contextos imprudentes, que no suelen
separarse. La distinción entre la participación imprudente y la participación dolosa en delitos imprudentes es
fundamental a la hora de resolver las distintas situaciones. La confusión entre ambas lleva a respuestas
equívocas. A continuación, examinaremos los casos concretos y las distintas posibilidades de solución.
1
Expresamente, aunque luego plantee una visión crítica. Ver: Artaza, O. “La utilidad del concepto de coautoría
para la imputación adecuada de conductas imprudentes en el marco de la actividad empresarial”. Perspectiva
Penal Actual. Revista de investigaciones jurídico-penales, N° 1, 2012, págs. 11-15. https://docplayer.es/4815482-
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Participación imprudente en delitos dolosos y participación dolosa en delitos imprudentes
Perspectiva-penal-actual.html
2 Ver: Vargas, T. “Algunos antecedentes sobre el complejo ‘deber de previsión’ médico”. Revista de Derecho, Vol.
XXX, N° 1, 2017, págs. 368 nota 66, 371 y 372.
3 Respecto de la distinción entre peligrosidad y peligro, ver: Hirsch, H. “Peligro y peligrosidad”. ADPCP, Vol. XLIX,
Fasc. II, 1996, págs. 509-528.
4 Una aproximación en el contexto médico en: Vargas, T. “La imprudencia médica. Algunos problemas de
imputación de lo injusto penal”. Revista de Derecho, Universidad Católica del Norte, Año 17, N° 2, 2010, págs.
123 y 124.
5 Como se sabe, esta idea prima con atención a la legislación española que señala esta característica
expresamente para distinguir el cómplice de aquella cooperación considerada como autoría. En nuestro medio, la
idea tiene especial sentido al contemplar la descripción general del legislador, pues ninguno de los elementos
que señala (concierto previo y facilitación de medios antes o durante la ejecución) permiten distinguir al
colaborador considerado autor del cómplice. La idea de necesidad, en términos de contar con la participación de
ese facilitador, es muy importante frente a la noción misma de autor.
6 Ya hemos visto que las intervenciones casuales o espontáneas son muy poco comunes, por no decir irreales.
7 Se ha de mencionar aquí la existencia incluso de cuestionamientos sobre la admisibilidad de formas
imprudentes frente a la coautoría, principalmente en la doctrina alemana. Así, es interesante revisar la
confrontación entre Puppe y Hoyer. Ver: Hoyer, A. “¿Para qué necesitamos una coautoría imprudente?”.
Perspectiva Penal Actual. Revista de investigaciones jurídico-penales, N° 1, 2012, págs. 187-203.
8 Ver: Hernández, H. “Comentario Art. 16”. Código Penal comentado. Parte general. Santiago, AbeledoPerrot,
LegalPublishing, 2011, pág. 414.
9 En: Corcoy Bidasolo, M. Silva Sánchez, JM. Casos de la Jurisprudencia Penal con Comentarios Doctrinales,
Parte General. J. M. Barcelona, Bosh Editor, 1996, pág. 376.
10 Art. 4: “La división de los delitos es aplicable a los cuasidelitos que se califican y penan en los casos especiales
que determina este Código.” En: Ministerio de Justicia. Código Penal, 1874. http://bcn.cl/1uvs0
11 Art. 10 N° 13: “Están exentos de responsabilidad criminal: […] 13. El que cometiere un cuasidelito, salvo en los
casos expresamente penados por la ley.” También es interesante tener en cuenta el caso fortuito, por la referencia
al cuidado debido, art. 10 N° 8 (“8. El que con ocasión de ejecutar un acto lícito, con la debida diligencia, causa un
mal por mero accidente.). En: Ministerio de Justicia. Código Penal, 1874. http://bcn.cl/1uvs0
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