Historia del origen geológico de Panamá 1. Formación geológica del istmo de Panamá Antes de crearse el actual istmo, las aguas cubrían la zona del actual Panamá. Una gran masa de agua separaba los continentes de América del Norte y América del Sur, lo que permitía a las aguas de los océanos Pacífico y Atlántico mezclarse libremente. Bajo la superficie, dos placas de la corteza terrestre se desplazaban lentamente, obligando a la placa del Pacífico a deslizarse bajo la placa del Caribe. La presión y el calor causado por esta colisión tectónica, llevó a la formación de volcanes submarinos, algunos de los cuales crecieron lo suficiente como para conformar islas hace unos 15 millones de años. Mientras tanto, el desplazamiento de las dos placas también fueron empujando el fondo marino, obligando lentamente a emerger algunas zonas sobre el nivel del mar. Con el tiempo, grandes cantidades de sedimentos (arena, lodo y barro) de Norte y Suramérica, rellenaron las zonas existentes entre la nueva formación de islas. Durante millones de años, los depósitos de sedimentos ampliaron y unieron las islas, originando hace unos tres millones de años la formación de un istmo, entre América del Norte y Sudamérica. Los científicos estiman que la formación del istmo, es uno de los más importantes acontecimientos geológicos en los últimos 60 millones de años. Aunque sólo era un pequeño fragmento de tierra en relación con el tamaño de los continentes, el istmo de Panamá tuvo enorme impacto en el clima de la Tierra y su medio ambiente. Al impedir la conexión entre los dos océanos, este puente de tierra desvió las corrientes oceánicas del Atlántico y el Pacífico. Las corrientes del Atlántico se vieron obligadas a desplazarse hacia el norte, y finalmente se originó un nuevo sistema que llamamos la corriente del Golfo.. 2. Consecuencias para América y el mundo Las evidencias también indican que la creación de esta masa de tierra generó el clima cálido y húmedo del norte de Europa, dio lugar a la formación de la capa de hielo del Ártico, y contribuyó a la Edad de Hielo durante las siguientes épocas del Pleistoceno. Pudo tener también relación con la desertización africana y con el crucial cambio de hábitos en los homínidos.1 La formación del Istmo de Panamá también desempeñó un importante papel en la biodiversidad del planeta. El puente hizo más fácil, para animales y plantas, migrar entre los dos continentes. Este evento se conoce en paleontología como el Gran Intercambio Americano. Por ejemplo, en América del Norte, la zarigüeya, el armadillo, y el puerco espín permiten rastrear de nuevo a todos los antepasados que vinieron a través del puente de tierra de América del Sur. Del mismo modo, los antepasados de los osos, gatos, perros, caballos, llamas, y todos los mapaches hicieron el viaje al sur a través del istmo. Con las cálidas aguas del Caribe que fluyen hacia el noreste del Atlántico, el clima del noroeste de Europa se volvió más cálido (unos 10 °C más fríos sin el transporte del calor de la corriente del Golfo). El Atlántico, que ya no se mezclaba con el Pacífico, aumentó su salinidad. Cada uno de estos cambios ayudaron a establecer el sistema de circulación oceánica mundial actual. En resumen, el istmo de Panamá, directa e indirectamente, influyó en el océano y las pautas de circulación atmosférica, que regula las pautas de precipitaciones, y a su vez los paisajes.