La Importancia de la Subjetividad dentro del Análisis Sociológico Yesid Osorio Correa Diseño Cualitativo II Se parte de una concepción general sobre la pertinencia de la subjetividad dentro del análisis sociológico, pero como reacción a un tipo de enfoque macro de la sociología. Luego se retoma una concepción de tipo integracionista desde Enrique de la Garza Toledo, la cual busca articular la subjetividad con la estructura y enfatizar en la pertinencia de ambas, en donde se muestra la subjetividad como un proceso que se da en campos determinados que son permeados por la estructura, entendida como lo que contextualiza e institucionaliza al individuo. Después se presenta un poco la mirada de Alfred Schutz en este debate, la cual rescata la importancia de la significación subjetiva sobre la misma significación objetiva, en el sentido que la subjetividad es la que demarca los demás contextos y facetas de la realidad. Por último se insiste en la preeminencia de la subjetividad para la teoría sociológica general, pero sobre todo para aquella que tiene que ver con la investigación sociológica cualitativa. El concepto de subjetividad que es analizado desde el punto de vista sociológico necesariamente se refiere al campo de acción y representación de los sujetos en un contexto determinado, pero condicionados a circunstancias históricas, políticas, culturales, etc. La discusión en la sociología sobre la pertinencia del sujeto y la subjetividad nace del rechazo a los determinismos estructuralistas y funcionalistas de períodos anteriores, los cuales rechazaban la acción del individuo dotada de sentido, y por lo tanto, rechazaban la subjetividad. Uno de los que rescata este concepto es Alfred Schutz, el cual le da vital importancia a la significación dada desde el individuo y al mundo interno, entendido este como vivencia. Después de la aparición de estas tradiciones florecen otros enfoques que buscan la integración entre lo objetivo o estructural y lo subjetivo, los cuales necesitan articularse, para dar cabida a los procesos de subjetividad y acción desde el sujeto. Uno de esos enfoques es el del profesor Enrique de la Garza Toledo que concretamente plantea la articulación histórica entre estructura, subjetividad y acción[1], el cual, en opinión personal, aunque busca reivindicar en la estructura la necesaria dependencia del sujeto a ésta, termina por resaltar los procesos subjetivos como canales de significación y transformación de las propias estructuras. El objetivo de este escrito es dar cuenta de la validez de la subjetividad para la sociología, tanto desde las tradiciones de tendencia subjetiva, como para aquellas que pretenden integrar los enfoques micro y macro de la sociología. Enrique De la Garza, parado desde una perspectiva de integración entre lo macro y lo micro, muestra la interconexión entre los tres contenidos ya mencionados (estructura, subjetividad, acción). Para él la subjetividad y la acción están conectadas, ya que la subjetividad da significado, antecede a la acción, pero el significado la acompaña en el transcurrir y en los resultados[2]. Esto demuestra que la acción está permeada por los procesos subjetivos que imprimen en esta una significación particular. La subjetividad está ligada a la acción, puesto que la acción tiene impresa una significación de la subjetividad, pero no da a conocer totalmente la complejidad de esta. A su vez las estructuras son producidas y actualizadas por las prácticas sociales cobrando vida a través de la acción e interacción de sus sujetos sociales, e imponiéndose de cierta amanera a sus creadores, presionando, posibilitando y canalizando interacciones y procesos de dar sentido, determinando al sujeto directa o indirectamente. Desde esta mirada integracionista, al definir al sujeto como construcción social, la subjetividad se convierte en el proceso a través del cual los sujetos perciben, sienten, representan y piensan los significados de las realidades en que se desenvuelven, apropiándoselos, reelaborándolos y produciendo otros, para dar sentido y decidir su acción. La subjetividad se convierte de esta manera en polisémica frente a las realidades, puesto que varios sujetos que comparten una misma referencia social o cultural, a través de procesos subjetivos reconstruyen significados que su entorno les ofrece, significados que se vuelven particulares y que llevan a movilizarlos para enfrentar situaciones concretas en la vida social. En esta medida la subjetividad no solo le da sentido a la acción, sino que actualiza permanentemente a la cultura, la realidad, las estructuras, las cuales son susceptibles de cambios manifiestos o de menor medida. Para De la Garza diferentes códigos que se generan en un espacio de relaciones subjetivas pueden agruparse en campos configurados de significación, los cuales movilizan los procesos subjetivos; entre ellos está el campo de conocimiento, el cual tiene que ver con lo cognitivo y lo informativo que mueven los procesos subjetivos; el campo valorativo y normativo, el cual se conforma a partir de los códigos procedentes de la moral institucional y cultural; el campo de los sentimientos, implica estar involucrado en algo, de forma negativa o positiva, activa o pasiva, directa o indirecta, ese algo puede ser otro ser humano, un concepto, un proceso, un problema, una situación; el campo del sentido estético, se guía por parámetros, es el propio de la expresividad y la autenticidad, atraviesa las prácticas, discursos y sentimientos; el campo de la temporalidad, conforma un modo subjetivo en la medida que el tiempo no sólo es entendido en su dimensión de cronos (cronológico, hechos), sino también de kairos (tiempo de los acontecimientos, es decir, se refiere a cómo los sujetos viven el tiempo, entre la duración y el instante, en la tensión entre el pasado, el presente y el futuro; el campo de territorialidad es donde el sujeto se apropia y reproduce los procesos de territorialización, puesto que se encuentra en un contexto espacial determinado que influye en sus dinámicas subjetivas[3]. Estos campos se dan simultáneamente dentro de los procesos de subjetividad. Esta interpenetración entre ellos permite pensar en una amplia plasticidad y movimiento de las configuraciones subjetivas. Pensar en la subjetividad desde estos campos abre la posibilidad de no concebirla solamente como un proceso cognitivo, sino que los códigos que se movilizan pueden ser pensados y expresados a través de otras formas de racionalización, las cuales encuentran su campo más amplio en la vida cotidiana, en donde están de primera mano los significados subjetivos individuales. Es aquí donde Schutz entra en escena, puesto que aunque se reconoce la importante mediación de la subjetividad con la estructura, se debe decir también que esta articulación no sería posible sin antes reconocer las facetas que se desprenden de la construcción de significados de los sujetos en sus vivencias cotidianas, que a su vez son los que soportan y transforman las estructuras a través de su accionar. Además Schutz es el primero que rompe los esquemas que delimitaban la subjetividad y que sólo le permitían ser entendida desde la racionalidad. Este autor considera otros campos en donde esta puede ser igualmente entendida, el más importante de estos es el ya mencionado “vida cotidiana”. El debate central de Schutz frente a la subjetividad es la delimitación de lo que podría entenderse como significado objetivo y significado subjetivo. El objetivo es aquel que se abstrae en la esfera social, dando por resultado un carácter anónimo e invariable. En cambio el subjetivo se refiere a los procesos constituyentes que ocurren en la conciencia de la persona que, determinada por su realidad concreta y cotidiana, le otorga un significado especial[4]. El mundo del significado subjetivo nunca es anónimo, pues constituye en esencia algo que es operante de una conciencia[5]. Para Schutz un estudio sociológico debe conservar el punto de vista subjetivo en su grado máximo, para así no perder de vista su referencia al mundo social y a la experiencia del mundo de la vida cotidiana. En Schutz la subjetividad parte de la conciencia que se tiene de todas las cosas desde el punto de vista propio y que se comparten colectivamente en la vida cotidiana. Es por eso que desde esta mirada el énfasis no se encuentra ni en el sistema social ni en las relaciones funcionales ni mucho menos parte de la estructura dada en la vida en sociedad, sino de la interpretación de los significados del mundo (lebenswelt) y las acciones e interacciones de los sujetos sociales. Del mundo conocido y de las experiencias intersubjetivas compartidas por los sujetos se obtienen las señales, las indicaciones para interpretar la diversidad de símbolos[6]. La subjetividad vista de esta manera se comprende como un fenómeno que pone de manifiesto el universo de significaciones construido colectivamente a partir de la interacción. Hasta este punto se ha tratado de recoger un poco, tanto una concepción integralista de la subjetividad, como también un enfoque más de sentido subjetivo ofrecido por Alfred Schutz desde la fenomenología. Ambas miradas confluyen en la pertinencia de la subjetividad como articuladora de procesos de dar sentido, que influida por un contexto determinado -llámese, mundo de la vida, vida cotidiana (desde la fenomenología) o estructura cultura, institución (enfoque integralista)-, busca transformar a través de su accionar este mismo contexto, impregnándolo de significado. En términos generales se podría decir que la subjetividad conlleva a una acción con sentido, busca la reconstrucción de la realidad. Pone de manifiesto un lugar, una postura, un orden, sea de índole económica, política de derechos, etc. Sea del enfoque que fuera, la subjetividad es clave al momento de abordar una investigación social, y más aún, de índole cualitativo. La subjetividad se convierte en el punto de partida de la investigación, permea todo el proceso de la investigación, y las interpretaciones obtenidas se dan dentro de este mismo campo subjetivo. Es por ello que en opinión personal –y sin desmeritar la labor conciliadora de otro tipo de enfoque que aboga la pertinencia de lo macro socialmente-, la subjetividad, dentro de cualquier fenómeno social, da las bases necesarias y suficientes para comprenderlo e interpretarlo, puesto que articula la intención del sujeto, el cual es influenciado, pero que también influencia dicha realidad y por consiguiente determina su accionar; es así como la acción subjetiva transforma y nutre de significaciones al fenómeno social abordado. Es por todo esto la importancia que tiene la subjetividad para un proceso investigativo, puesto que toda investigación parte de la búsqueda y encuentro con facetas de ésta, reconociendo todo aquello que le es pertinente, dando lugar a sus actores desde sus necesidades particulares, desde su incidencia singular, y quizás, fragmentaria de los acontecimientos. Afrontar la subjetividad desde la investigación implica una orientación profunda hacia el proceso investigativo como tal, concibiendo la realidad abordada como dinámica y cambiante. Como se pudo observar, tanto los enfoques integracionistas como los que abogan por el carácter subjetivo, aluden a la subjetividad como eje importante dentro de cualquier investigación sociológica. Para lograr esto es necesario lanzarse al conocimiento del sujeto como individuo, que capta realidades que se hacen particulares y que tienen connotaciones distintas , que a su vez son determinadas por los contextos históricos, sociales, políticos, etc. Weber en su obra dice que no se puede conocer el mundo interior de los sujetos, pero sí se puede entender las intenciones de su acción, aquí no sólo se marca la diferencia en el ámbito de estudio de la sociología con respecto a otras ciencias como la psicología que lo que busca es determinar y conocer los procesos internos del individuo, sino que pone como fundamento principal y estudio obligado a la subjetividad para poder conocer la intención del sujeto en su accionar. La existencia de una cultura o estructura necesariamente está permeada por las relaciones subjetivas e intersubjetivas que se dan dentro de ellas, es por esto que cualquier observación social, aparte de tener una primera intención subjetiva por mínima que sea- , brindada por el investigador, directa o indirectamente debe considerar el papel de la subjetividad como determinante dentro del fenómeno social. BIBLIOGRAFÍA CELIS, Juan Carlos. “La articulación histórica de estructura-subjetividad-acción como propuesta para la reconstrucción conceptual y el análisis”. Documento de clase. 50 Págs. DE LA GARZA TOLEDO, Enrique. Subjetividad, Cultura y Estructura. En: http://docencia.izt.uam.mx/egt/publicaciones/articulos/subjetividad.pdf LOPEZ, Daniela Griselda. El problema de la subjetividad en la explicación sociológica. En: Revista de Estudios Sociales No. 31. Diciembre de 2008: Bogotá, 208 Págs. SCHUTZ, Alfred. La Construcción Significativa del Mundo Social. Introducción a la Sociología Comprensiva. Barcelona: Paidós, 1993. 280 Págs. [1] DE LA GARZA TOLEDO, Enrique. Subjetividad, Cultura y Estructura. En: http://docencia.izt.uam.mx/egt/ publicaciones/articulos/subjetividad.pdf [2] Ibíd. Pág. 13. [3] Ibíd. Pág. 14. Véase también el documento del profesor Juan Carlos Celis “La articulación histórica de estructura-subjetividad-acción como propuesta para la reconstrucción conceptual y el análisis”. Págs. 25-37. [4] SCHUTZ, Alfred. La Construcción Significativa del Mundo Social. Introducción a la Sociología Comprensiva. Barcelona: Paidós, 1993. Pág. 67. [5] Ibíd. Pág. 67. [6] LOPEZ, Daniela Griselda. El problema de la subjetividad en la explicación sociológica. En: Revista de Estudios Sociales No. 31. diciembre de 2008: Bogotá, Págs.76-77. .