LECCION 5 A partir de un caso hipotético pero cotidiano explique las tensiones entre el relativismo cultural y el etnocentrismo. El relativismo cultural se refiere a que debemos ver las otras culturas como si fuesen nuestras y a su vez ellos ver nuestra cultura sin reparo, no anteponiendo o juzgándola como buena o como mala, ya que es una actitud desarrollada en medio de nosotros y de ellos, a través de muchos años. Descrito por Harris (2001) “Relativismo cultural, con arreglo al cual toda pauta cultural es, intrínsecamente, tan digna de respeto como las demás” (p.22). En el etnocentrismo, según Harris (2001) “Es la creencia de que nuestras propias pautas de conducta son siempre naturales, buenas, hermosas o importantes y que los extraños, por el hecho de actuar de manera diferente, viven según modos salvajes, inhumanos, repugnantes e irracionales” (p.22). En otras palabras, aquellos pobladores que han nacido en medio de esos hábitos y capacidades (Creencias, moral, artes, costumbres, derechos, etc.), piensan que su cultura es mejor. Al oriente colombiano, se realiza una tradición que lleva muchos años llamado “El Coleo”, el cual consiste en acondicionar una pista de arena, de más o menos 300 metros protegida de cerco de madera con sus gradería donde se hacen los espectadores; dentro de esta pista se encuentra el coleador (un hombre montado en un caballo) esperando a que abran las puertas del corral, donde se encuentra el semoviente (res, novilla, toro); abren las puertas del corral y sale esta res a una gran velocidad; entonces el jinete comienza a cabalgar a la misma velocidad; en esa trayectoria va preparando la posición de su cuerpo sobre el caballo y depositando toda su fuerza en su brazo y mano, para tomar la cola del semoviente, con empuje y fuerza, hala hasta lograr voltear la res. En ese preciso momento se escucha desde la gradería, aplausos, algarabías, euforias. Y todo se convierte en momentos de celebración, de emociones y de risas. Por otra parte, el animal que tiene un peso de por lo menos 400 kilos, queda tendido en la arena, unos quedan fracturados, otros quedan para ser sacrificados. Pero eso no interesa, es la costumbre que nació hace muchísimos años, con la necesidad de transportar el ganado de un lado a otro, días de camino de largas jornadas cruzando esteros, pastizales, las reses intentaban salirse del rebaño entonces el ganadero apresuraba su caballo, tomaba la cola y le daba un jalonazo hasta derribarlo, así lo enseñaba a no salir de su manada. (Avella S.) Lo anterior es el etnocentrismo. Nuestros familiares, amigos, desconocidos que no viven en el llano y son invitados a disfrutar una tarde de coleo, quizás quedan admirado de las destrezas del coleador, aceptando el relativismo cultural. Pero para aquellos que son animalistas, que ven, como son desplomados unos animales que no están haciéndole ningún daño a la humanidad, que son tomados para el disfrute y diversión de propios y extraños; ellos sienten el rechazo por esta práctica tradicional. ¿Si una tradición afecta o daña al ser humano, a los animales, al medio ambiente, que pasa? ¿Debería ser reconsiderada, hasta tal punto que se pudiera menguar el uso y el Endoculturismo, para disminuir lesiones fisiológicas a la humanidad? Bibliografía Harris, M. (2001). Antropología cultural. Madrid. España: Alianza Editora Avella, S. (2018) El coleo más que maltrato animal, es un negocio. Recuperado de https://www.pulzo.com/universidad-de-la-sabana/coleo-llanos-orientales-PP602965