A PROPÓSITO DEL “PLIEGO DE RECLAMOS” DE LOS GOBERNADORES DE LA MACRO REGIÓN SUR. José A. Villafuerte Charca A la última hora del 07 de mayo, los gobernadores regionales del Sur emiten un pronunciamiento “urgente”. El texto de su primer pedido no es ni creativo, porque repiten la idea fuerza del Poder Ejecutivo “distanciamiento social con reactivación económica”. No proponen las formas y los instrumentos, porque no tienen ninguna idea de cuáles deben ser las características del distanciamiento social para el tramo de mayo, junio, julio y agosto; considerando que se ha producido el fenómeno migratorio de retorno a nuestros pueblos de origen, que hay resistencia de los comerciantes de los mercados locales para ordenar su actividad, que los ciudadanos que viven el día a día para alimentarse ya levantaron “de hecho” la cuarentena, entre otros. Cuando solicitan la prórroga de la cuarentena, solo juegan en pared con Vizcarra, para que este se ufane de tener “respaldo institucional” del nivel gubernamental regional al momento de decidir por la prórroga formal en todo el territorio o en algunos lugares. Sus operadores están cumpliendo la tarea. Los gobernadores, en su momento, no tuvieron la capacidad para convocar a los Centros de Operaciones de Emergencia y hacer funcionar el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y por eso el Comando Nacional COVID 19 les impuso los Comandos Covid-19 regionales dirigido por un alto mando de las FFAA, haciéndose cómplices del debilitamiento de la democracia representativa (la única que más mal que bien existe en el país), por eso su solicitud de “…aplicar la Ley N° 29664..” es DEMAGÓGICA. Los gobernadores no usaron los dineros remitidos por el MEF para gastos de la emergencia sanitaria, con prontitud, eficacia, eficiencia, legalidad y honradez; tampoco organizaron un mando único con participación de los expertos locales, el representante del Defensor del Pueblo y los representantes de la ciudadanía, para organizar y ordenar la lucha contra la enfermedad que produce el virus; y menos tuvieron la capacidad de diseñar políticas públicas regionales ni diseñaron los protocolos de gestión necesarios para las actividades ciudadanas de acuerdo a las particularidades locales. Los gobernadores siguen actuando a la usanza del viejo caudillo local, en la creencia que la pandemia que vivimos es “algo que pronto pasará” y que todo “volverá a ser como antes”. No es así. Las cosas ya están cambiando. Estamos sufriendo duros golpes en todos los terrenos, por eso día a día estamos inventando nuevas formas de hacer o dejar hacer las cosas para sobrevivir, lentamente, pero lo estamos haciendo; pero ellos no se dan cuenta, siguen en sus correrías, junto con sus gerentes, asesores, personal de confianza y “operadores políticos”, por eso es que han perdido legitimidad. Nadie les hace caso. Lo que digo en estas líneas, simplemente es la constatación de lo que sucede en nuestras regiones. Hechos suficientes para afirmar que el “pronunciamiento de esos “gobernadores” tiene una finalidad “limpiarse la cara”. EL PUEBLO NO LES CREE.