CAPÍTULO 1. MODELOS DE COMPORTAMIENTO PARA EL ANÁLISIS DE ORGANIZACIONES Para entender las organizaciones y las decisiones que se toman en un contexto económico, es necesario establecer un modelo que prediga el comportamiento de los individuos en dicho contexto. Este modelo nos permitirá, además, recomendar las decisiones idóneas en un contexto económico. El modelo económico se basa en: - Maximización de utilidad (felicidad): usamos esto para analizar el modelo mediante las matemáticas Preferencias: El individuo sabe lo que quiere Racionalidad económica: Hace todo lo posible para lograr sus objetivos dadas sus posibilidades o recursos -su presupuesto-. Autointerés: Lo único que importa al individuo es su propia felicidad o bienestar. Medimos la felicidad en dinero. Escasez de recursos: El individuo siempre prefiere más a menos, pero los recursos son limitados. El modelo económico de conducta caracteriza al ser humano por ser oportunista (autointerés), responder a los incentivos con creatividad y buscar maximizar la utilidad. Además, lo caracteriza por ser: - - Creativo: tiene una capacidad adaptativa, prefiere más a menos, intenta maximizar su utilidad dentro de las restricciones de recursos, quiere ser consistente en sus preferencias, tiene deseos ilimitados, está dotado de recursos para innovar, alterar su conducta y buscar nuevas oportunidades. Racional: hay dos grandes fuentes de conocimiento racional: Racionalidad evolutiva (cuyas soluciones se alcanzan como consecuencia de interacciones humanas previas, basada en la experiencia de muchas generaciones, ej. la moral) Racionalidad individual/intelectual (es consecuencia del pensamiento humano y sus reflexiones, ej. ciencia) LA TOMA DE DECISIONES A la hora de tomar una decisión, las personas sólo la toman si los beneficios son más grandes que los costes. De este modo, elegiremos la decisión que maximice nuestra utilidad dado nuestro presupuesto, es decir, emplearemos los recursos escasos de los que disponemos para aquello que nos proporcione mayor utilidad. Es aquí donde aparece un concepto clave: el coste de oportunidad o a lo que renunciamos al hacer una cosa. Dado que los recursos pueden usarse para varios usos, cada acción tiene un coste de oportunidad: lo que podríamos haber hecho de no hacer X cosa. Esto último es muy importante ya que nuestras decisiones pueden cambiar si modificamos los costes y los beneficios, lo que significa que los individuos responden a los incentivos. A la hora de tomar decisiones, las personas no lo hacen de forma brusca: no deciden entre estudiar o no estudiar (decisión binaria). Lo que deciden es si estudiar una hora más o emplear ese tiempo para otros menesteres. Estas elecciones son marginales. Así, elegir una decisión es racional cuando el beneficio marginal es superior al coste marginal. Por último, hay que mencionarlos costes inevitables o irrecuperables o hundidos. Estos costes ya se han perdido y, en consecuencia, tomemos la decisión que tomemos no los recuperaremos. Por tanto, no deben afectar a nuestro análisis coste-beneficio, es decir, no debemos incluirlos en el mismo. Es un error común en la gestión de empresas defender una inversión solo porque se ha invertido mucho en ella. EL PAPEL DE LOS INCENTIVOS Y OTROS Las empresas, los poderes públicos...han de tener muy en cuenta el papel fundamental de los incentivos en la toma de decisiones. Por ello hay que diseñar los incentivos correctamente, esto es, no han de ser ni demasiado grandes ni demasiado pequeños. Si son demasiado pequeños, los individuos no tendrán el comportamiento que deseamos. Por contra, si son demasiado grandes habrá un posible menor rendimiento sin exceso de ellos. Por último, el modelo económico racional NO afirma: - Que las personas sean egoístas, pues los actos altruistas pueden dar felicidad. Que todos los individuos tengan las mismas preferencias. Que los individuos siempre toman decisiones infalibles. Que los individuos tienen información perfecta. LA INFORMACIÓN La información es como cualquier otro recurso: escasa y valiosa. Además, es objeto de intercambio -compraventa- y de producción. A la hora de tomar una decisión, tenemos os tipos de costes: el coste de tomar una mala decisión, que se reduce a medida que obtenemos más información. Y el coste de informarse-que incluye el coste de búsqueda y procesamiento de la información-, que aumenta a medida que obtenemos más información. Es por esto que, dado que intentamos minimizar el coste total (coste de equivocarse +coste informarse) nunca buscaremos la información máxima. Seguiremos informándonos hasta que el beneficio de una unidad adicional de información sea igual al coste de esa unidad. Las innovaciones tecnológicas reducen el coste de información y, por tanto, el coste mínimo total va cambiando con el tiempo. Por último, las decisiones tomadas según lo anterior no siempre son óptimas posteriormente: una decisión puede ser idónea a priori pero no-óptima a posteriori. Es por esto que no debemos juzgar las decisiones según buenos o malos resultados. A medida que adquirimos más información, el coste debido por decisiones erróneas disminuye. Aunque a medida que el coste de información crece, se acerca a un límite informativo. El decisor tratará de emplear un volumen de información óptimo tal que minimice el coste total. Un buen o mal resultado no implica una buena o mala decisión. Las decisiones pueden ser óptimas ex ante y ex post de la decisión. ANOMALÍAS DE LA CONDUCTA RACIONAL Existen ciertos problemas que guardan relación con la formación de la voluntad y el aprendizaje que comportan que nos equivoquemos a la hora evaluar los costes de oportunidad y a la hora de tomar decisiones. - - Errores en los costes inevitables y de oportunidad No se debe confundir el coste de oportunidad con un coste irrecuperable, el segundo no puede intervenir en nuestras decisiones ya que no se puede cambiar, en cambio, el segundo es el que tenemos que considerar. Tomaremos como válida la decisión que tenga un coste de oportunidad menor. La función de valor asimétrico (Kahneman y Tversky) Esta teoría defensa que las personas no valoramos las posibilidades que presenta una decisión por su función de utilidad, sino por el cambio que experimenta nuestra riqueza. 1. En promedio tiene un pendiente mucho mayor para las pérdidas que para las ganancias, por lo tanto, el individuo pondera en mayor medida las pérdidas que las ganancias. 2. Es convexa en las pérdidas y cóncava en las ganancias. Aplicaciones gerenciales: En general intenta poner en evidencia y conocer varios sesgos sistemáticos de percepción y las prácticas de comunicación que están asociadas a ellos. En otras palabras, nos ayuda a maximizar l valor de compensaciones de signo positivo y negativo. Aprendizaje decisional: la teoría apunta a la necesidad de mejorar las propias decisiones y así evitar los errores derivados del coste de la información. Optimización de incentivos: nos puede ayudar a fijar mejor los incentivos. Thaler escribió un seguido de normas que resultaban útiles para el día a día: 1. No agregar las primas o regalos U(10) + U(10) > U(20) 2. Combinar las pérdidas U(-20) < U(-10) + U(-10) 3. Reunir las pequeñas pérdidas con grandes ganancias U(20) > U(-10) + U(30) 4. Segregar las pequeñas ganancias de las grandes pérdidas U(10) + U(-30) > U(20) Este modelo no captura que la maximización racional se utilidad está restringida por la existencia de conflictos psicológicos internos al individuo. EL AUTOCONTROL La falta de autocontrol puede causar una desviación de la maximización de la felicidad ya que pueden existir conflictos internos de intereses en los individuos. Por ejemplo, sabemos que nos conviene estudiar para obtener unas mayores perspectivas laborales en un futuro, pero el estudio puede verse comprometido con las ganas de disponer de tiempo libre (ocio) del individuo. Por ello, los individuos a menudo se autoincentivan (Ejemplo: los investigadores envían un borrador de sus conferencias para comprometerse a terminarlas) o se autolimitan (Ejemplo: Poner el despertador muy lejos de la cama para obligarse a sí mismo a levantarse). AUTOINTERÉS, OPORTUNISMO Y EFICIENCIA Oportunismo: Actitud de la persona que, generalmente en sociedad, se acomoda a las circunstancias para obtener provecho, subordinando, incluso, sus propios principios. Los individuos poseen autointerés, es decir, al tomar decisiones sólo les importa la búsqueda de su propio bienestar. Esto no siempre significa ser egoísta, pero cuando hay autointerés e información asimétrica-una de las partes tiene más información que la otra- surge el oportunismo. El oportunismo significa una tendencia al incumplimiento de acuerdos u obligaciones aprovechando la falta de información de la otra parte. El oportunismo puede surgir antes (oportunismo ex ante) o después de contratar (oportunismo ex post), el más frecuente es el segundo, que se manifiesta cuando hay ausencia de salvaguardias que lo controlen o cuando estas fallan. El oportunismo suele prevenirse antes de contratar para evitar conflictos (eficiencia ex ante o antes de contratar).