Rito de la Corona de Adviento Señor, al encender la cuarta vela, pensamos en María, tu Madre. Nadie te esperó con más ansia y amor. Nadie te recibió con más alegría. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. Ven pronto, Señor, ven a salvarnos ¿POR QUÉ LA NAVIDAD EN ESTAS FECHAS? No se conoce con certeza la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Tampoco la fecha del censo ordenado por César Augusto, al que alude Lc 2,1-2, puede determinarse por completo. Hasta bien entrado el siglo IV, la Navidad se celebraba el 6 de enero, junto a la epifanía y el bautismo de Jesús (también por el desconocimiento de cuál era la fecha exacta). La mención más antigua que lo relaciona con el 25 de diciembre la encontramos en el Cronógrafo de Filocalus, una especie de calendario que data del 336 d.C. Es por tanto una referencia muy antigua. La explicación más conocida es la que señala como los romanos durante las fiestas más populares de Roma -las Saturnales- celebraban coincidiendo con el solsticio de invierno -25 de diciembre- el nacimiento del dios sol (llamado Mitras y luego Sol Invictus) que el emperador Aureliano colocó a la cabeza de los dioses en el año 274 d.C. Como parte de sus festivales, ellos construían hogueras para darle fuerza al dios del sol y traerlo de nuevo a la vida. Cuando se consideraba que los días se hacían más largos, se regocijaban. Al mismo tiempo los Padres de la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente, comparaban a Cristo con el sol y veían en el sol naciente un símbolo de la resurrección o al mismo Cristo como sol de justicia (cfr. Ml 3,20; Lc 1,78). Por eso los primeros cristianos, en un intento de convertir esta celebración popular pagana en algo cristiano, enfatizaron la idea de que Cristo era el verdadero sol y comenzaron la celebración de su nacimiento en ese mismo día. IV Domingo de Adviento LA NAVIDAD ESTÁ CERCA Vamos buscando la felicidad desde llegamos a este mundo. A veces sin saberlo, otras deseándola intensamente y, de ordinario, veladamente entre las expectativas que nos brinda cada jornada. Pero hay ocasiones en que hace notar su presencia como si de un visitante más se tratara. Llama a la puerta de nuestro hogar sin que conozcamos su identidad ni mucho menos sus pretensiones. Sólo reclama una respuesta. Ésta puede ser pronta, diligente pero, si nuestra atención está volcada en otros asuntos, hasta la llamada puede pasar desapercibida. En esta semana se anuncia algo inminente. Para un cristiano, la memoria del nacimiento del Señor no es una mera insinuación o una simple llamada. Es un aldabonazo que ha de ser atendido convenientemente. Es Dios mismo que está a la puerta y espera se le abra, que con su presencia trae un mensaje personal de alegría, de amor y de paz. Por eso, el habitual deseo de una feliz Navidad –costumbre bien arraigada entre nosotros- debe ir más allá de querer para amigos, familiares e incluso desconocidos unas jornadas festivas en las que el bienestar y la armonía perduren a lo largo de muchos años. En último término es desear que cada persona logre descubrir al Dios que se acerca, que sale a su encuentro. Preparemos su acogida. Caminemos río arriba, hasta el manantial: La Navidad no es el árbol, ni los adornos, ni los villancicos, ni siquiera el gesto solidario o la entrañable reunión de familia. Es el amor de Dios que nos toca el corazón, que lo llena de generosidad y de afán por compartirlo con quienes están a nuestro lado. Podría incluso añadirse: siendo importante el mensaje, más aún lo es el mensajero que, en este caso es portador de felicidad y fuente de la misma. De ahí nuestro sincero deseo de que todos tengan una FELIZ NAVIDAD. DIOS HABLA Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38) Lectura del segundo libro de Samuel (7,1-5.8b-12.14a.16) Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda. Natán respondió al rey: Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo. Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre”. Palabra de Dios. En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: - Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: - No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: - ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón? El ángel le contestó: - El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: - Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel. Palabra del Señor. Salmo: Cantaré eternamente tus misericordias, Señor. Tablero Parroquial Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16, 25-27) Hermanos: Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. El domingo, día 21, termina la campaña de DULCE-NAVIDAD El día 24, a las 20.00 celebraremos la Misa de Nochebuena. Al día siguiente, Natividad del Señor, se suprime la Misa de las 10.00 El domingo 28 es la Fiesta de la Sagrada Familia. Con este motivo, en la parroquia de Santa María de Teixeiro (a 10 kms. de Lugo), tendrán lugar diversos actos (conferencia, mesa redonda) y la Santa Misa que presidirá el Sr. Cardenal Antonio María Rouco Varela. Los actos se inician a las 11.00 hs.