Características de la sociedad venezolana en la actualidad Venezuela atraviesa la crisis política, social y económica más profunda de su historia reciente. Un escenario que pone en cuestión a las bases mismas del modelo chavista. En la actual crisis que vive Venezuela, la peor crisis de su historia republicana, se pueden mencionar algunos elementos que ayuden a explicarla como lo es el fracaso de un modelo político, productivo y de la progresiva desinstitucionalización, en medio de un clima de conflictividad y polarización. De igual manera, con la inflación más alta del mundo y una moneda casi sin valor, el día a día de los venezolanos y venezolanas se ha vuelto cada vez más complicado. Esta situación empujó a casi 5 millones de personas a abandonar el país y generó la corriente migratoria más grande de América Latina de los últimos 50 años. En este contexto, el gobierno de Nicolás Maduro ha dado un giro impensado con relación a la divisa estadounidense, al habilitar un proceso de dolarización de hecho de la economía. Dicho esto y recordando un poco de nuestra historia venezolana, la constitución de 1961 incluyó una definición de democracia sumamente limitada que reconocía los derechos individuales desde una perspectiva liberal y dejaba afuera la participación de la sociedad civil organizada y los valores que transcienden la democracia representativa. No se planteó como objetivos el optimizar los valores asociados a la democracia, sino el preservar la estabilidad política fuertemente amenazada por las otras fuerzas políticas y por los militares. Tampoco incluyó la participación de la sociedad civil organizada en la construcción de la democracia. Así pues, al llegar los noventa, la sociedad civil estaba dividida frente a las propuestas para salir de la crisis política y económica. Esta recomposición de la sociedad civil quedó instaurada en la nueva Constitución de 1999. A partir de 1999,las movilizaciones de las organizaciones sociales en defensa de los derechos sancionados en la nueva Constitución partieron de interpretaciones divergentes sobre los mecanismos y/o estrategias para instrumentar “participativamente “el conjunto de leyes y figuras que hicieran operativa la democracia participativa y protagónica. Estas diferencias dividieron a la sociedad en dos grupos que representaban distintas clases sociales, el primero está compuesto mayoritariamente por los pobres o sectores populares identificados con el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías (por el regalo de las bolsitas de comida, becas, bonos, asistencia médica en los Barrio Adentro, Mercal, PDVAL, misiones y otros-Políticas populistas de corto plazo-)como “el pueblo” y, el segundo, por las clases media y alta(30% de la población),o la autodenominada “sociedad civil”. Todo lo anterior, ha ocasionado que los sectores populares se han movilizado en respaldo de la interpretación de democracia y las propuestas del gobierno, mientras que las clases media y alta, lo han venido haciendo a favor de la interpretación también de la democracia y de las propuestas de las organizaciones sociales y de los partidos políticos de la oposición. Dentro de estas diferencias ideológicas, de intereses y de composición social, las organizaciones sociales de la oposición y del gobierno se han debatido entre el uso de prácticas democráticas y la intolerancia y exclusión del otro. Ambos sectores de la sociedad civil han utilizado tanto prácticas democráticas y de inclusión como prácticas excluyentes y de negación del otro, incluyendo en algunos casos, el uso de la violencia. Para finalizar es preciso señalar que, los procesos económicos que vienen afectando a Venezuela por casi 30 años han traído como consecuencia muchas fluctuaciones erráticas en nuestra economía, y paralelamente a esto, la inestabilidad política, la corrupción a todos los niveles y la no eficiente administración de los recursos económicos por parte del Estado, han dado pie a un deterioro en las condiciones de vida, en general, del ciudadano venezolano. No obstante, e barrio marginal constituye un área ecológica y socialmente deteriorada donde habitan la mayoría de los grupos familiares cuyo ingreso es inferior a la canasta de consumo básica, que se reproduce como una fuerza de trabajo marginal de ocupación inestable y mal remunerada.