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AspectosAnaliticosyTecnolgicosdelprocesodePunzonadodeChapaMetalUnivers 5 2002

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Aspectos Analíticos y tecnológicos del proceso de punzonado de chapa
Article · April 2002
DOI: 10.23850/22565035.804
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4 authors:
S. Mateos
Carlos Rico
University of Oviedo
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Eduardo Cuesta
Gonzalo Valiño
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Mateos, S.; Rico, J.C.; Cuesta, E.; Valiño, G., Aspectos Analíticos y tecnológicos del proceso de punzonado de chapa, MetalUnivers, Vol. 5, pp. 32-45,
Mar-2002, (ISSN: 1578-8873),
Acceso web (1ª parte): http://www.interempresas.net/MetalMecanica/Articulos/Articulo.asp?A=1825
Acceso web (2ª parte): http://www.interempresas.net/MetalMecanica/Articulos/Articulo.asp?A=1826
ASPECTOS ANALÍTICOS Y TECNOLÓGICOS DEL PROCESO DE
PUNZONADO DE CHAPA
Mateos, S.; Rico, J.C.; Cuesta, E.; Valiño, G.
1.- Introducción
Los procesos de conformado de chapa en general, y en particular el proceso de punzonado,
suelen asociarse con procesos mecánicos relativamente simples de reducida aportación
tecnológica y escaso valor añadido. Sin embargo, la realidad es muy diferente ya que estos
procesos, al igual que otros procesos de tipo mecánico, están fuertemente influenciados por
factores muy diversos relacionados con la máquina, las herramientas, el material y
características geométricas de la pieza o el propio entorno del proceso (Tabla 1).
Tabla 1. Distintos factores que intervienen en el punzonado.
Maquina
Herramienta
Material
Pieza
Entorno
Potencia
Geometría
Características del material
Geometría
Organización del proceso
Tratamiento superficial
Espesor
Organización de la producción
Características Tipo de material
estructurales
Tratamiento
Accionamiento superficial
Calidad
Regulación
El punzonado es una operación de corte de chapas o láminas, generalmente en frío,
mediante un dispositivo mecánico formado por dos herramientas: el punzón y la matriz. La
aplicación de una fuerza de compresión sobre el punzón obliga a éste a penetrar en la chapa,
creando una deformación inicial en régimen elastoplástico seguida de un cizallamiento y
rotura del material por propagación rápida de fisuras entre las aristas de corte del punzón y
matriz. El proceso termina con la expulsión de la pieza cortada (Fig. 1).
Fig. 1 Esquema del punzonado. (A) Penetración del punzón en la pieza.
(B) Extracción del recorte
En general, la mayoría de los estudios efectuados sobre la mecánica del proceso de
deformación plástica y corte, tienen como finalidad analizar los defectos que se presentan en
el borde de las piezas punzonadas. Los primeros resultados de los estudios sobre los
mecanismos de corte en punzonado se producen a comienzos de la década de los cincuenta,
en Alemania (Keller) y en Japón (Fukui y Maeda) simultáneamente. Hoy en día, los estudios
se centran en la obtención de modelos matemáticos que junco con el método de los elementos
finitos permitan el cálculo de las fuerzas, determinar calidad del borde de la pieza y la
simulación del proceso.
2.- Análisis del proceso de punzonado
2.1. Mecánica del corte
En el proceso de punzonado se pueden considerar
tres etapas (Fig. 2):
1. Deformación: los esfuerzos del punzón sobre la
chapa
metálica,
originan
en
ésta
una
deformación, inicialmente elástica y después
plástica, alrededor de los bordes del punzón y
matriz.
2. Penetración: los filos de corte del punzón y
matriz
penetran
dentro
del
material,
produciéndose grietas en el material debido a
la concentración de tensiones a lo largo de los
filos de corte.
Fig. 2 Etapas del punzonado
3. Fractura: las grietas originadas a uno y otro lado de la chapa se encuentran, originando
la separación del material. Asimismo, el punzón continúa su descenso para expulsar el
recorte. El juego de corte J, permite la penetración del punzón en la matriz (Fig. 3) y la
expulsión del material cortado.
El juego de corte J tiene un efecto importante en el proceso de corte y se define como la
distancia lateral entre el filo del punzón y el filo de la matriz. En general, el valor del juego de
corte suele expresarse de dos maneras, bien como porcentaje respecto al espesor de la chapa e
(juego de corte relativo) o dando el valor de la distancia entre los filos. En el caso de
punzones de sección circular, el juego de corte será la mitad de la diferencia de diámetros de
2
Fig. 3 Características del borde de corte con juego normal
la matriz y el punzón, aunque es frecuente encontrar datos de fabricantes que se refieren a la
diferencia de diámetros de la matriz y punzón (2J).
El corte por punzonado produce varias características en los bordes de la chapa y del
material cortado. Estas características son (Fig. 3):
1. Deformación plástica caracterizada por un pequeño radio R.
2. Zona bruñida de aspecto brillante caracterizada por el ancho D.
3. Fractura angular, con aspecto mate, definida por la penetración P.
4. Rebaba caracterizada por su altura H.
Todas estas características del borde cortado dependen del tipo, dureza y espesor del
material, juego entre punzón y matriz, estado de los filos de corte, sujeción del material y
tamaño del punzón en relación al espesor de la chapa. Las dimensiones de la zona 2 (Fig. 3)
las determina el punzón, en el caso de la chapa, o la matriz, en el caso del material cortado.
La extensión de la zona 1 deformada plásticamente junto con la zona 2 bruñida, se
representan como porcentaje del espesor del material y definen la distancia recorrida por el
punzón antes de la fractura del material. El porcentaje de la penetración del punzón varía con
el tipo y dureza del material. Así, a medida que aumenta la dureza del material, el porcentaje
de penetración del punzón decrece. Por otro lado, la penetración del punzón aumenta cuando
el tamaño del punzón es menor que 1,5 veces el espesor de la chapa, debido al alto esfuerzo
de compresión a que está sometido el material en la zona de corte.
3
Fig. 4 Posición relativa de las grietas según el juego
La fractura angular y la calidad del corte dependen del juego entre matriz y punzón. Con
un juego insuficiente entre punzón y matriz, se produce un corte secundario. Las grietas
iniciales correspondientes al punzón y matriz no están alineadas, y por tanto, no llegan a
encontrarse (Fig. 4). El descenso continuado del punzón produce la prolongación de las
grietas y la superficie no cortada entre ellas se romperá en una fractura secundaria. En la parte
inferior de la carrera del punzón, se produce un corte secundario y una segunda zona bruñida
(Fig. 5-B). La disminución del juego, por debajo de los valores normales, provoca la
disminución de todos los defectos de forma, mejorando por lo tanto, la precisión de los bordes
obtenidos. Cuando el juego empleado es demasiado bajo empiezan a aparecer cortes
secundarios que perjudican la calidad de los bordes. Hay que destacar, que al disminuir el
juego de corte se produce una mejora en la precisión de la pieza, sin embargo, otros factores
como el desgaste de las herramientas o la energía consumida se ven afectados negativamente.
En el caso de tener un juego de corte excesivo (Fig. 5-A) aparece una deformación plástica
excesiva, una parte bruñida menor y una altura de rebaba mayor. Por otro lado, hay que
resaltar que, al aumentar el juego de corte por encima de los valores normales, se consigue
aumentar la vida de la herramienta en detrimento de la precisión obtenida en los bordes. Así,
el juego de corte apropiado será aquel que no cause un corte secundario y tenga una
deformación plástica y altura de rebaba pequeñas.
Fig. 5 Características del borde con juego excesivo e insuficiente
Desde el punto de vista de la mecánica de la fractura del material, puede considerarse que
el funcionamiento del proceso es óptimo cuando las grietas iniciadas desde el punzón y matriz
se encuentran alineadas. Puesto que el juego de corte es el parámetro que afecta más
4
directamente a la mecánica de la fractura del material, el juego de corte óptimo deberá ser
capaz de proporcionar esta alineación.
2.2. Fuerzas en el punzonado
La fuerza de corte varia en función del juego manteniendo los demás parámetros
constantes. En figura 6, se representa la fuerza ejercida por un punzón de 10 mm de diámetro
y su desplazamiento al cortar una chapa de acero de 2,8 mm de espesor, con diferentes juegos
de corte. En general, las curvas pueden ser descompuestas en dos partes claramente
diferenciadas: una primera en la que la fuerza aumenta desde cero hasta su valor máximo,
punto éste correspondiente al inicio de la fractura, y una segunda en la que las grietas crecen y
se completa el corte del material. La primera zona presenta un aspecto muy similar en todas
las curvas, sin embargo, desde el momento en que se inicia la fractura, se desarrollan
fluctuaciones importantes para los distintos juegos. La formación de la grieta puede asociarse
a los descensos repentinos que se aprecian en los diagramas. Cuando las grietas originadas no
se encuentran alineadas, las fuertes pendientes de descenso tienden a suavizarse, llegando en
algunas ocasiones a la horizontalidad. En estos casos, suele producirse nuevamente
disminuciones importantes de la fuerza debido a la formación de cortes secundarios. Como
consecuencia de las fluctuaciones producidas en la disminución de la fuerza, se produce un
aumento del área encerrada por el diagrama, y por tanto, de la energía consumida en el
proceso. Por esta razón, cuando en el corte de la chapa las grietas presentan la misma
alineación, la energía consumida por el proceso resulta mínima.
Fig. 6 Influencia del juego de corte J sobre la fuerza de corte
5
La resistencia de corte por punzonado ks
será, a partir de la máxima fuerza de corte
Fs máx
ks 
Fs max
As
donde As es el área calculada a partir del
espesor de la chapa e y el perímetro lp de
Fig. 7 Resistencia de corte por punzonado según el
juego. a) r= 630N/mm2, e= 5mm b) r=450 N/mm2,
e=5mm c) r=460 N/mm2, e=10mm
corte:
As  e l p
y ks incluye los efectos del juego de corte,
desgaste de la herramienta y la influencia
de otros parámetros, como las propiedades
del material, espesor y forma del contorno
del punzón.
La resistencia al corte por punzonado ks
decrece con el aumento del juego de corte,
siendo su variación de aproximadamente
un 14% en el rango de J = 0,01  0,1e. En
Fig. 8 Efecto del diámetro del punzón en la
resistencia al punzonado
la Fig. 7 se puede observar este efecto,
utilizando tres materiales distintos y
punzones perfectamente afilados. Conforme se realizan punzonados, el punzón sufre un
desgaste que tiene como consecuencia un incremento de ks de hasta 1,6 veces. Por otro lado,
la resistencia de corte se ve afectada por el diámetro del agujero punzonado, así el valor de la
resistencia de corte decrece con el aumento del diámetro del punzón si se mantienen las
demás condiciones constantes (Fig. 8). Otro factor de influencia, es la forma de la sección del
punzón. En las zonas de gran curvatura existe una concentración de tensiones, motivo por el
cual es más frecuente la rotura del punzón en las esquinas angulosas.
En la práctica, en la industria se estima el valor de ks mediante la tensión máxima de
cizallamiento B, y la fuerza máxima de corte mediante Fs max  l p e B . El valor de B se
obtiene de tablas o a partir de la resistencia a la rotura r. Por lo general, se toma como
resistencia de cizallamiento B un valor igual al 80% de la resistencia de rotura, sin embargo,
6
esta proporción varia con el tipo y espesor del material.
Según estudios realizados por Oehler, existe una dependencia lineal entre la resistencia a la
cizalladura y el logaritmo de la relación dp/e. Según estos estudios:
dp
e
dp
e
dp
e
 2   B  0,8  r
1B r
1B  r
Una vez cortado el material, debe ser expulsado a través de la matriz, que en general tiene
forma cónica para facilitar la extracción y dificultar el regreso del material cortado con el
retroceso del punzón. La fuerza necesaria debe vencer el rozamiento y compresión radial
entre el punzón y la chapa y entre la pieza cortada y la matriz. Parte de estas fuerzas también
están presentes durante el retroceso del punzón debido al rozamiento de la chapa con el
punzón. Esta fuerza de extracción suele expresarse como porcentaje de la fuerza necesaria
para el punzonado y depende del material y del juego de corte.
Otro factor a tener en cuenta, es el estado del
punzón.
Así
por
ejemplo,
el
progresivo
embotamiento sufrido por éste, origina un aumento
de la fuerza de corte, y al mismo tiempo una
disminución de la fuerza de retroceso.
También la velocidad de corte tiene influencia
sobre la fuerza de corte. Así, al aumentar dicha
velocidad, disminuye la fuerza necesaria, debido
fundamentalmente a la elevación de la temperatura
del material que se origina con el aumento de la
Fig. 9 Afilados especiales del punzón
velocidad de deformación.
Cuando las fuerzas de corte son demasiado elevadas, estas pueden ser reducidas
considerablemente mediante un punzonado por corte progresivo, esto es, inclinando el corte
del punzón (Fig. 9). Sin embargo, la variación de la fuerza no supone una variación de la
potencia consumida en el proceso.
7
2.3. Desgaste de la herramienta
La herramienta, durante su trabajo, está sujeta a una serie de acciones mecánicas, térmicas
y químicas, que ejercen un efecto de desgaste, y por tanto, es de gran interés conocer los
factores que afectan a éste. Entre estos factores, se pueden citar el material de trabajo, el
número de punzonados, el material de la herramienta, el diámetro del punzón, el juego de
corte y la lubricación.
Todos los mecanismos de desgaste (adhesión,
abrasión, etc.) pueden presentarse cuando se realizan
operaciones de punzonado, tanto en los punzones
como en la matriz sustentadora de la chapa a
punzonar. El desgaste se produce en tres zonas: caras,
flancos y bordes del punzón y matriz (Fig. 10).
Los flancos y bordes del punzón y matriz están
expuestos a la acción de las superficies generadas en
el proceso de corte, y el deslizamiento relativo
Fig. 10 Desgaste del punzón y matriz
provoca fenómenos de adhesión en los flancos y
bordes.
La pieza punzonada sufre un endurecimiento al deformarse plásticamente, produciendo un
crecimiento de las presiones locales y provocando la aparición de partículas más abrasivas.
También la alta velocidad de producción da como consecuencia un alto número de impactos,
favoreciendo la adhesión de partículas y fatiga de los filos de corte. Simultáneamente,
aumenta la temperatura de la matriz, del punzón y de la pieza, por lo se incrementa la
adhesión y se favorece la oxidación.
La deformación elástica de la pieza produce un movimiento relativo a lo largo de la cara
del punzón, inicialmente hacia el exterior y posteriormente, una vez iniciada la fractura, hacia
el interior. Este hecho produce un desgaste abrasivo en la cara frontal del punzón. El pisador
limita esta deformación elástica del material, con lo cual se reduce el desgaste del punzón. Por
otro lado, la recuperación elástica de la chapa produce un desgaste del flanco del punzón en el
movimiento de retracción.
En la superficie lateral del punzón y de la matriz, el desgaste es debido fundamentalmente
al mecanismo de adhesión. Otra zona que sufre desgaste, es el borde de corte, que presenta
8
ambos mecanismos de desgaste, no siendo reseñable la influencia del tipo de material de la
herramienta sobre el mismo.
Los criterios de inutilidad de la herramienta comúnmente utilizados, son los siguientes:
-
Consumo energético y fuerza máxima necesaria en el proceso.
-
Altura máxima tolerable de la rebaba generada en el corte.
-
Medición del desgaste de las caras, flancos y bordes en el punzón y matriz.
-
Medida del aumento del juego de corte como consecuencia del desgaste.
Parece lógico establecer modelos de ecuaciones de vida, al igual que en las operaciones de
mecanizado por arranque de viruta, que permitan saber con antelación el número de
punzonados que es capaz de realizar un conjunto punzón-matriz, antes de ser rechazado. Estos
modelos permiten establecer la duración de la herramienta antes de llegar a un valor de
desgaste determinado, el cual será función del criterio de optimización elegido (mínimo coste,
máxima producción, máxima calidad, etc.). Los estudios realizados sobre este tema son
relativamente escasos, sobre todo por la complejidad del mecanismo de desgaste, íntimamente
ligado con la vida de la herramienta. Por tanto, resulta difícil establecer modelos sobre una
gran base de datos experimentales.
2.4. Precisión de las piezas punzonadas
En el punzonado, como en cualquier otro proceso de fabricación, en necesario establecer
las especificaciones de precisión necesarias para satisfacer las necesidades del usuario. Por
tanto, resulta interesante hacer un estudio de la precisión, con el fin de poder definir dichas
especificaciones, de la forma más acertada posible.
La precisión de las piezas punzonadas puede ser caracterizada por los siguientes defectos:
dimensionales, posicionales y de forma. Los factores que afectan a estos defectos son
principalmente el material, las herramientas, las variaciones del proceso y la máquina. En la
Fig. 11 aparecen representados los diferentes factores que afectan a cada uno de estos
defectos.
Los diámetros del recorte y del agujero, medidos sobre la superficie pulida, deben coincidir
en teoría con los del punzón y matriz respectivamente. Estas dimensiones teóricas pueden
sufrir alteraciones, debido a la influencia de algunos factores, tales como la inexactitud en las
dimensiones de las herramientas, las deformaciones elásticas de éstas o las tensiones elásticoplásticas producidas en el material.
9
Fig. 11 Factores que afectan a los defectos geométricos de las piezas punzonadas
En lo que respecta a los defectos posicionales, estos comprenden dos tipos de
imprecisiones geométricas: irregularidades en el contorno del recorte e inexactitudes de los
agujeros de las piezas perforadas. Las primeras son debidas normalmente a la falta de
coaxialidad entre punzón y matriz, a defectos en las guías o a la inexactitud de forma de las
herramientas. En cuanto a la inexactitud de posición de los agujeros, depende de la precisión
del sistema de movimiento de la chapa (Tabla 2).
Tabla 2 Datos de la precisión de diversos modelos de punzonadoras CN según catalogo
Marca
Trumpf
LVD
Amada
Amada
Goiti
Omes
Modelo
Incremento min.
Programable
Desviación de
la posición (mm)
Dispersión media
de posición (mm)
Trumatic 2000 rotation
Modelos Delta
Vipros-255
Vipros 358-368
Modelos PGA –
Omatic 130
0,01
0,01
0,01
0,01
0,01
0,01
0,1
0,1
0,05
0,1
0,12
0,1
0,03
0,05
---0,05
Fig. 12 Distintos tipos de borde según el juego. Material acero de bajo contenido en carbono
Los defectos de forma son aquellos que se presentan en los bordes de la pieza y dependen
de las herramientas y del material. Los factores de las herramientas que más afectan a estas
10
imprecisiones geométricas, son el juego de corte, la forma del punzón y el estado de desgaste
del filo, mientras que los del material, son la calidad, resistencia y espesor de la chapa.
Los defectos de forma pueden ser controlados mediante el ajuste del juego de corte. Así,
según el juego de corte, se pueden obtener cinco tipos de bordes en la chapa punzonada. En la
Fig. 12 pueden observarse de manera esquemática para el punzonado de acero de bajo
contenido en carbono. Las características de cada uno de estos tipos de bordes pueden verse
en la Tabla 3.
Tabla 3 Rango aproximado de los valores de los distintos bordes de la Fig. 12
Tipo 1
Tipo 2
Tipo 3
Tipo 4
Tipo 5
14  16
8  11
7  11
6  11
---
Deformación
10  20 % e
8  10 % e
68%e
4  7% e
2  5% e
Bruñido
10  20 % e
15  25 % e
25  40 % e
35  45 % e
50  70 % e
Fractura
70  80 % e
60  75 % e
50  60 % e
35  50 % e
25  45 % e
Rebaba
Larga
normal
normal
media
larga
Ángulo fractura
En lo que respecta a las dimensiones del agujero, se ven afectadas por el cambio del juego
de corte. Cuando se utilizan juegos de corte que producen bordes como el tipo 4 (Fig. 13), el
diámetro del agujero es alrededor de 0,01 mm menor que el diámetro del punzón. Sin
embargo, si se obtiene un borde del tipo 2, el diámetro del agujero es 0,01 mm mayor que el
diámetro del punzón.
Fig. 13 Variación de la altura de la rebaba con el número de golpes
El valor de la altura de rebaba (H) viene condicionado, en el caso del recorte, por el estado
de desgaste del punzón, mientras que en el agujero, éste depende del grado de desgaste de la
matriz. Por lo tanto, la altura de la rebaba depende de los mismos factores que el desgaste de
las herramientas. La Fig. 13 muestra la altura de la rebaba en función del número de
punzonados efectuados.
11
3.- Aspectos tecnológicos del punzonado
Al igual que en otros sectores, las máquinas para el conformado de la chapa, y en particular
las punzonadoras, han evolucionado hacia máquinas cada vez más automáticas e integradas
con su entorno de trabajo. Estas máquinas son habitualmente máquinas de control numérico,
caracterizadas por una elevada flexibilidad, que les permite abarcar la fabricación de una
amplia familia de piezas sobre la misma máquina y con escasa influencia sobre los costes de
preparación de la misma.
Por otro lado, la paulatina disminución de la vida de los productos en el mercado, y la
disminución del número de piezas por lote, hace que la punzonadora de control numérico esté
presente cada día más en la transformación de chapa. Su versatilidad, aumento progresivo de
las velocidades de punzonado y de las carreras de trabajo hace que, incluso en muchos casos,
sean una opción más económica frente a las prensas de tipo convencional.
3.1. Operaciones
Las máquinas punzonadoras de control numérico permiten obtener piezas de chapa
mediante tres operaciones básicas:
-
Punzonado
-
Mascado
-
Conformado
La operación de punzonado se ha comentado con amplitud anteriormente y permite la
realización del golpe de punzonado en un punto (x,y) de la chapa. En la punzonadora, en
general, la posición del punto de punzonado es el mismo, es decir, que punzón y matriz están
en una posición fija de la máquina, siendo la chapa la que debe desplazarse, junto con el
sistema de sujeción de la misma, hasta el punto de punzonado.
La operación de mascado consiste en la realización de punzonados consecutivos y solapaos
con el fin de eliminar material en una zona amplia (vaciado) o generar el contorno de una
pieza. En este caso, hay que tener en cuenta que la carga sobre el punzón no está distribuida
uniformemente y no todos los filos cortan por igual (Fig. 14). En el punzonado de chapa de
espesores grandes hay que tener en cuenta la distribución de cargas sobre el punzón, por lo
que en ocasiones se prefiere la secuencia 1-3-5-2-4 a la 1-2-3-4-5 de la Fig. 15 cuando se
punzona con herramientas rectangulares, oblongo, etc.
12
Con un punzón circular se pueden obtener contornos de forma muy variada, pero presenta
el problema de que entre dos golpes consecutivos, queda una porción de material sin eliminar.
Por tanto, la forma generada no coincidirá con la teórica (Fig. 16).
Fig. 15 Punzonado con secuencia en puente
Fig. 14 Filos de corte del punzón según el
orden de punzonado.
Fig. 16 Material no eliminado en el mascado con
punzón circular.
Es evidente que con el aumento del paso de mascado, aumenta la altura del resalte del
borde cortado. La disminución de la altura del resalte del borde, hace disminuir el paso de
mascado, pudiendo llegarse a un aumento inadecuado del tiempo de mecanizado. Con el fin
de no dejar en la chapa restos de material, el mascado en línea recta se realiza con punzones
que presentan secciones de lados rectos (cuadrados, rectangulares, oblongo). En el caso de
curvas, para la eliminación del residuo, se utilizan punzones del tipo banana, lenticular, etc. en
combinación con el giro del punzón y matriz (Fig. 17).
Fig. 17 Mascado con punzón de tipo
banana
Fig. 18 Generación de entalles por mascado y
con punzón de forma especial
13
En el entallado o mascado de esquinas angulosas (Fig. 18), se requiere la utilización de
punzones de diversos tamaños y solamente utilizando un punzón con una forma especial
adaptada al entalle, se puede eliminar totalmente el material. Debe comenzarse con el punzón
menor, para luego continuar con los punzones en orden creciente de diámetro. La
incorporación de la rotación del punzón hace que con herramientas de forma triangular
también se pueda eliminar todo el material en los entalles.
El vaciado presenta otro problema, y es que puede dejar pepitas o restos de material
cortado sobre la mesa de la punzonadora. Por ejemplo, en el caso del vaciado de una forma
circular (Fig. 19), vaciada inicialmente con punzones cuadrados, quedarían pepitas sobre la
mesa. Para evitar este inconveniente, una solución sería punzonar en primer lugar con un
punzón de sección igual al cuadrado inscrito en el circulo a generar, y posteriormente con un
punzón de sección circular que tenga un diámetro suficiente.
Fig. 19 Vaciado de un circulo mediante el uso de varios punzones
Fig. 20 Realización de un rectángulo
por mascado
Cuando se recorta una pieza, ésta puede ser cortada totalmente en su contorno exterior, con
lo cual se separa de la chapa, o bien se puede dejar unida a la misma por medio de
micropuentes. Los micropuentes consisten en no solapar en varios puntos del contorno de la
pieza el mascado dejando separaciones entre 0,1 y 0,15 mm. Las piezas son separadas una vez
evacuada la chapa de la máquina punzonadora y por tanto no es necesario una parada
temporal de la máquina para extraer la pieza. Las herramientas para realizar los micropuentes
solamente pueden ser herramientas cuadradas o rectangulares. El número y localización de los
micropuentes dependen de la forma y tamaño de la pieza y del espesor de la chapa.
El orden en el que se realizan las operaciones de punzonado es otro de los aspectos a
considerar, ya que influye directamente sobre las deformaciones que sufre la pieza durante el
proceso. Como regla general, se debe comenzar el punzonado por los agujeros de menor
tamaño, continuando de forma progresiva con los agujeros más grandes. Asimismo, se debe
14
comenzar por el lado opuesto a las garras de sujeción de la chapa y continuar en dirección
hacia las garras. Por ejemplo, en la Fig. 20 la forma correcta de proceder será realizar el
mascado 1 y 2, ambos desde la parte opuesta de las garras hacia las mismas. Luego, se
realizarán los mascados 3 y 4, uno en un sentido y el otro en el contrario.
El tercer tipo de operación, el conformado, permite realizar operaciones por deformación
plástica de la chapa. Se trata en general de operaciones de embutición, extrusión y acuñado
que permiten realizar, por ejemplo, rejillas para ventilación de formas muy variadas, acuñado
de logotipos, etc. (Fig. 21). Es frecuente en este tipo de operación, que el elemento inferior
pase a tener funciones de punzón y el elemento superior actúe como matriz.
También es importante tener en cuenta la altura de la chapa una vez deformada, de forma
que ésta no interfiera con partes de la máquina o puedan resultar dañadas en posteriores
operaciones.
Fig. 21 Ejemplos de conformado en punzonadora CN de Mate Punch & die Co.
3.2. Clasificación de las máquinas punzonadoras
Para realizar una clasificación de las máquinas punzonadoras de CN que existen en el
marcado, se van a considerar diferentes criterios. En primer lugar, se van a clasificar en dos
grupos, según el bastidor o estructura: tipo pórtico y tipo C o cuello de cisne. Dada la
importancia del juego entre matriz y punzón, se debe mantener la coaxialidad de los mismos
con un bastidor que sea lo más rígido posible, permitiendo conservar la perpendicular entre la
mesa y el eje de percusión. Un bastidor tipo pórtico es eficaz en este sentido, pero restringe
las dimensiones de los formatos y la comodidad de su introducción en la máquina (Fig. 22).
Otra solución es el bastidor en forma de C o cuello de cisne con un núcleo forjado contenido
en un marco soldado (Fig.23).
15
Atendiendo al sistema de accionamiento del punzón pueden considerarse dos grupos de
máquinas punzonadoras: de accionamiento hidráulico (Fig. 24) y de accionamiento mecánico.
Estas últimas, deben disponer de un freno/embrague para el control del golpeador (Fig. 25).
Fig. 22 Punzonadora Amada de tipo pórtico.
Fig. 23 Punzonadora Trumpf de tipo cuello de cisne
Por el número de útiles, se distingue entre punzonadoras monoútil y multiútil. Las
punzonadoras monoútil tienen un único soporte para montar una matriz y un punzón, por lo
que un sólo conjunto punzón/matriz esta listo para ser utilizado (Fig. 26). En este tipo de
punzonadoras, el cambio de herramienta requiere la sustitución de la matriz y punzón situados
en el husillo, bien de forma manual o automática, previa selección de un nuevo conjunto del
almacén (lineal o circular)(Fig. 26). Por su lado, las punzonadoras multiútil poseen varios
soportes para contener las matrices y punzones (Fig. 24), por lo que el cambio de la
herramienta T1 por la T2 requiere un movimiento para lograr que el punzón y matriz de la
nueva herramienta T2 y el accionamiento del mismo estén alineados.
Fig. 24 Accionamiento hidráulico
Fig. 25 Accionamiento mecánico de Goiti
Otra característica de las máquinas es la posibilidad de disponer de rotación sincronizada
(vía CN) del portapunzón y portamatriz sobre su propio eje, de tal forma que el punzón puede
formar cualquier ángulo con el eje X (Fig. 27). Esta característica suele denominarse Auto16
Index y en el caso de tratarse de una punzonadora monoútil, todas las herramientas
dispondrán de ella, mientras que en las punzonadoras de torreta, solamente un número
limitado de los portapunzones y portamatrices la tienen.
Según el número de ejes controlados (Fig. 28), se puede hablar de: punzonadoras CN de 3
Fig. 26 Punzonadora monoútil con almacén lineal de
Trumpf
Fig. 27 Giro del punzón y matriz sobre su eje
(Auto-Index).
ejes (eje X, eje Y y eje Z de control de profundidad del punzón), punzonadoras de 4 ejes (eje
X, eje Y, eje Z de control de profundidad del punzón y eje T de cambio de herramienta),
punzonadoras de 5 ejes (eje X, eje Y, eje Z de control de profundidad del punzón, eje A de
giro del punzón y eje B de giro de la matriz), punzonadoras CN de 6 ejes (eje X, eje Y, eje Z
de control de profundidad del punzón, eje T de cambio de herramienta, eje A de giro del
punzón y eje B de giro de la matriz).
Según la mesa de apoyo, se puede hablar de: punzonadoras con mesa de apoyo móvil o con
Fig. 28 Ejes de una punzonadora Omes.
mesa de apoyo fija. Con el fin de no realizar marcas sobre la superficie de la chapa, en su
movimiento sobre la mesa de punzonado, ésta última puede tener bolas y/o cepillos. Una
característica importante de la mesa de punzonado es la existencia de trampillas o rampas para
la evacuación de la pieza cortada y que nunca debe quedar sobre la mesa. Algunas máquinas
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poseen la opción de una mesa programable que permite el desplazamiento de parte de la mesa
de apoyo, y con ello aumentar el tamaño de la zona de evacuación de las piezas cortadas.
La sujeción de la chapa en la máquina se realiza por medio de garras situadas en el eje X,
habitualmente accionadas hidráulicamente (Fig. 29). La posición de las garras puede ser
programable y permitir el reposicionado de la chapa mediante la sujeción de la misma por el
pisador y el desplazamiento del punto de sujeción (Fig. 30). Esta disposición permite
teóricamente una fabricación de chapas ilimitadas en X, y naturalmente en la medida en que
la mesa está prolongada para soportar el eventual voladizo de la chapa. Es posible que las
garras se puedan retraer al paso del cabezal de punzonado y con ello evita la pérdida de
material en la zona de las garras, disminuye el tiempo de preparación debido al
posicionamiento de las mismas y ahorro de tiempo de programación, ya que no hay que
determinar la posición de las garras.
También es posible automatizar el proceso de carga y descarga de la punzonadora, con el
Fig. 29 Garras de sujeción de la chapa
Fig. 30 Pisador para el reposicionado de la chapa
fin de integrarla con otras máquinas automáticas dedicadas al conformado de la chapa
(bobinas alimentadoras de chapa, cizallas, plegadoras, etc.). Generalmente, en las
punzonadoras, la alimentación automática se realiza mediante manipuladores que utilizan
ventosas como dispositivos para la sujeción de las chapas.
Algunos fabricantes, incorporan en la misma máquina punzonadora otras tecnologías de
corte, tales como el corte por láser o por plasma. Aunque se trata de un caso poco frecuente,
permite aumentar las posibilidades de utilización de la misma máquina.
3.3. Herramientas
Las herramientas para las punzonadoras de CN no están normalizadas como es el caso de
otras herramientas de corte, por ello existe una gran variedad de tipos y configuraciones. Por
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Fig. 31 Punzones de forma estándar
Fig. 32 Ejemplo de punzones de forma especial
Fig. 33 Ejemplo de punzones múltiples
esta razón, determinado fabricantes ofrecen adaptadores con el fin de utilizar herramientas de
otros fabricantes. Las herramientas para las punzonadoras de CN se pueden clasificar según el
número de formas punzonadas en:
- Herramientas simples, que realizan el corte de una única forma con cada golpe de
punzonado. A su vez, se pueden dividir en las que tienen una forma estándar (Fig. 31) o
bien, formas especiales (Fig. 33).
- Herramientas múltiples, que realizan con un golpe de punzonado el corte simultáneo de
más de una forma sobre la chapa (Fig. 33).
Otra forma de clasificar las herramientas es atendiendo al tipo de máquina punzonadora en
la que van a ser montadas, bien sea una punzonadora monoútil o de torreta. Estas últimas, se
pueden clasificar según el tamaño del alojamiento de la estación (Fig. 34):
- Tipo A, conjuntos para alojamientos de 12,7 mm (0,5 pulgadas), que permiten punzones
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de 1,6 a 12,7 mm de diámetro o formas en el interior de una circunferencia de diámetro
12,7mm.
- Tipo B, conjuntos para alojamientos de 31,7 mm (1,25 pulgadas), que permiten
punzones de hasta 31,7 mm de diámetro o formas en el interior de una circunferencia
de diámetro 31,7mm. Estas herramientas pueden montar punzones DIN 9861 del tipo D
entre 5 y 17 mm.
- Tipo C, conjuntos para alojamientos de 50,8 mm (2 pulgadas), que permiten punzones
de hasta 50,8 mm de diámetro o formas en el interior de una circunferencia de diámetro
50,8 mm.
- Tipo D, conjuntos para alojamientos de 88,9 mm (3,5 pulgadas), que permiten punzones
de hasta 88,9 mm de diámetro o formas en el interior de una circunferencia de diámetro
88,9 mm.
- Tipo E, conjuntos para alojamientos de 114,4 mm (4,5 pulgadas), que permiten
punzones de hasta 114,4 mm de diámetro o formas en el interior de una circunferencia
de diámetro 114,4 mm.
-
Fig. 34 Alojamientos para los punzones en la torreta en una punzonadora
LVD (modelo DELTA)
Cada fabricante de máquinas punzonadoras de CN tiene una forma particular de montaje
en la torreta de los conjuntos B y la matriz C. El conjunto punzón debe ajustar adecuadamente
en el alojamiento, ya que éste se desplaza a través de dicho alojamiento durante el punzonado
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de la chapa.
Por otro lado, las herramientas para punzonadoras monoútil se pueden clasificar en dos tipos,
atendiendo al elemento que presenta el sistema de unión a la máquina:
- Sistema de unión dispuesto en el punzón. En este tipo de utillaje, el punzón y la placa
separadora no están, por lo general, unidas en un cartucho, realizándose su montaje en
la punzonadora, por separado (Fig. 35).
- Sistema de unión está en otro elemento y el punzón está alojado en un cartucho. El
cartucho incluye el sistema de extracción del punzón, generalmente de tipo resorte, y la
placa de separación (Fig. 36).
Fig. 35 Unión del punzón directamente a la máquina. esquema
del cambio manual y automático de las máquinas Trumpf.
Fig. 36 Esquema de un cartucho para el
montaje del punzón de Mate Punch & Die Co.
Con el fin de reducir los tiempos no productivos derivados de los cambios de herramienta,
los fabricantes han desarrollado un conjunto denominado Multitool, que permite mediante el
control del giro de un eje, la alineación del golpeador con diferentes punzones (Fig. 36). De
esta forma, se cambia de punzón sin tener que realizar el giro de la torreta portaútiles o el
cambio de herramienta. Sin embargo, con este tipo de útiles el punto en el que se realiza el
punzonado cambia, por lo que el control debe realizar la corrección del mismo, desplazando
la chapa adecuadamente.
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El material del punzón para espesores menores de 3mm, generalmente es acero rápido F5603 (AISI M2) o F-5221 (AISI D2), que tienen buena resistencia al desgaste y una tenacidad
media-baja. Para chapas de 3 a 8 mm se recomienda utilizar aceros F-5220 (AISI 01) o F5227 (AISI A2), que son aceros más tenaces que los anteriores, pero menos resistentes al
desgaste. Al igual que sucede con otras herramientas de corte, los punzones se presentan
también recubiertos de TiC, TiN, CrC, W2C y TiC-TiN (doble capa). Con ello, se incrementa
notablemente la vida del punzón, con un ligero aumento del coste del mismo. Los punzones
pueden presentar filos en forma de elementos intercambiables, con lo cual, solamente se
reemplazan las partes sometidas a mayor desgaste.
Como se ha comentado anteriormente, la recuperación elástica del material cortado hace
que éste quede retenido en la matriz. En este sentido, la acción del corte de una segunda pieza,
presionará sobre la primeramente cortada, facilitando su expulsión. Sin embargo, el esfuerzo
requerido en el segundo corte será superior al primero. Para reducir este esfuerzo, el contorno
cortante de la matriz, va experimentando un aumento paulatino (Fig.37), de manera que al
descender las piezas cortadas, la resistencia de fricción lateral va disminuyendo. De esta
forma, no trabaja sólo la parte superior de la placa matriz, y el punzón fricciona solamente en
la arista de la matriz. Por otro lado, la conicidad de las matrices o bien pequeñas
protuberancias, evita el regreso del material cortado a la mesa de la máquina.
Puesto que el juego se da en la matriz, su selección se hace según el espesor de la chapa a
cortar. Por esta razón, es habitual que en los talleres, se tenga un punzón y varias matrices
para combinar con el fin de permitir diferentes juegos de corte y adaptarse a diferentes
espesores de la chapa. su utilización con distintos espesores de chapa y materiales.
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Fig. 37 Accionamiento de una herramienta multitool
de Strippit Inc. y herramienta multitool de Mate
Punch & Die Co.
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