LIBRO PARA USO DE EDIFICACIÓN PERSONAL - PROHIBIDA LA VENTA Tyndale House Publishers, Inc. Carol Stream, Illinois EL CIELO RANDY ALCORN Visite la emocionante página en la red informática de Tyndale: www.tyndale.com TYNDALE es una marca registrada de Tyndale House Publishers, Inc. La pluma del logotipo de Tyndale es una marca registrada de Tyndale House Publishers, Inc. El Cielo © 2006 por Eternal Perspective Ministries. Todos los derechos reservados. Título en inglés: Heaven. ©2004 por Eternal Perspective Ministries. Publicado por Tyndale House Publishers, Inc. Todos los derechos reservados. Diseño: Alyssa Force Traducción: Raquel Monsalve Fotografía de la portada © por Russell Illig/Getty Images. Todos los derechos reservados. A menos que se indique expresamente, todos los versículos bíblicos han sido tomados de La Nueva Versión Internacional de la Biblia, © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados. Library of Congress Cataloging-in-Publication Data Alcorn, Randy C. [Heaven. Spanish] El Cielo / Randy Alcorn. p. cm. Includes bibliographical references and indexes. ISBN-13: 978-1-4143-0895-1 (sc) ISBN-10: 1-4143-0895-7 (sc) 1. Heaven—Christianity. I. Title BT846.3. A4318 2004236′.24—dc222005026393 Impreso en los Estados Unidos de América Printed in the United States of America ÍNDICE Agradecimientos Prefacio: Acerca de este libro Introducción: El tema del Cielo PARTE I UNA TEOLOGÍA DEL CIELO SECCIÓN UNO ENTENDAMOS NUESTRO DESTINO 1 ¿Anhela usted el Cielo? 2 ¿Está el Cielo más allá de nuestra imaginación? 3 ¿Es el Cielo nuestro destino automático . . . o es el infierno? 4 ¿Puede usted saber que va al Cielo? SECCIÓN DOS ENTENDAMOS EL CIELO INTERMEDIO 5 ¿Cuál es la naturaleza del Cielo Intermedio? 6 ¿Es un lugar físico el Cielo Intermedio? 7 ¿Cómo es la vida en el Cielo Intermedio? SECCIÓN TRES ENTENDAMOS EL AMPLIO ALCANCE DE LA REDENCIÓN 8 Este mundo no es nuestro hogar . . . ¿o lo es? 9 ¿Por qué es la redención de la Tierra esencial al plan de Dios? 10 ¿Qué significará que se quite la maldición? SECCIÓN CUATRO ANTICIPEMOS LA RESURRECCIÓN 11 ¿Por qué es tan importante la resurrección? 12 ¿Por qué toda la creación espera nuestra resurrección? SECCIÓN CINCO VEAMOS LA TIERRA RESTAURADA 13 ¿Dónde y cuándo vendrá nuestra liberación? 14 ¿Será la Tierra presente destruida . . . o renovada? 15 ¿Será la Nueva Tierra familiar . . . como lo es nuestro hogar? SECCIÓN SEIS CELEBREMOS NUESTRA RELACIÓN CON DIOS 16 ¿Qué significará ver a Dios? 17 ¿Qué significará que Dios more entre nosotros? 18 ¿Cómo adoraremos a Dios? SECCIÓN SIETE EL GOBIERNO EN LA NUEVA TIERRA 19 ¿Qué es lo que abarca el reino eterno de Dios? 20 ¿Gobernaremos en realidad con Cristo? 21 ¿Cómo gobernaremos el reino de Dios? PARTE II PREGUNTAS Y RESPUESTAS ACERCA DEL CIELO SECCIÓN OCHO ¿CÓMO SERÁ LA TIERRA RESTAURADA? 22 ¿Será la Nueva Tierra un paraíso edénico? 23 ¿Cómo será la gran ciudad? 24 ¿Habrá tiempo y espacio? SECCIÓN NUEVE ¿CÓMO SERÁN NUESTRAS VIDAS? 25 ¿Seremos nosotros mismos? 26 ¿Cómo serán nuestros cuerpos? 27 ¿Comeremos y beberemos en la Nueva Tierra? 28 ¿Seremos capaces de pecar? 29 ¿Qué sabremos y aprenderemos? 30 ¿Cómo serán nuestras vidas diarias? SECCIÓN DIEZ ¿CÓMO SERÁN NUESTRAS RELACIONES? 31 ¿Desearemos relaciones con alguien más excepto Dios? 32 ¿Habrá matrimonios, familias y amistades? 33 ¿Con quiénes nos encontraremos y qué experimentaremos juntos? 34 ¿Cómo nos relacionaremos los unos con los otros? 35 ¿Cómo será la sociedad de la Nueva Tierra? SECCIÓN ONCE ¿QUÉ SUCEDERÁ CON LOS ANIMALES? 36 ¿Habrá animales en la Nueva Tierra? 37 ¿Vivirán de nuevo los animales, incluyendo nuestras mascotas? SECCIÓN DOCE ¿QUÉ HAREMOS EN EL CIELO? 38 ¿Será el Cielo aburrido alguna vez? 39 ¿Habrá arte, entretenimientos y deportes? 40 ¿Se cumplirán nuestros sueños? 41 ¿Diseñaremos artesanías, tecnología y nuevas formas de viajar? PARTE III VIVIENDO A LA LUZ DEL CIELO 42 Volvamos a orientarnos con el Cielo como nuestro hogar 43 Anticipemos la Gran Aventura Notas Bibliografía Acerca del autor PREFACIO ACERCA DE ESTE LIBRO Las librerías están llenas de libros que relatan experiencias de personas que casi murieron, o que hablan de experiencias después de la muerte. Unos pocos de esos libros tal vez tengan partes auténticas, pero muchos no son bíblicos y pueden hacer caer en un error. Nosotros, los creyentes que creemos en la Palabra de Dios, tenemos parte de culpa por esto. ¿Por qué? Porque hemos fallado en explorar y explicar las magníficas enseñanzas de la Biblia en cuanto al Cielo. No es de extrañarse que un diluvio de pensamientos que no están en la Biblia haya aprovechado la oportunidad para llenar ese vacío. Debido a que el corazón humano clama por respuestas en cuanto al más allá, nuestro silencio sobre el Cielo es ensordecedor. La verdad es que en nuestros seminarios, iglesias y familias le hemos prestado muy poca atención al lugar en el que viviremos para siempre con Cristo y los suyos: la Nueva Tierra en el nuevo universo. Este Cielo eterno es el tema central de este libro. Es un tema que encuentro fascinante, emocionante, y que cambia la vida. PRUEBE ESTE LIBRO CON LA BIBLIA Es de vital importancia que este libro concuerde con las Escrituras. Yo creo que la mayor parte de mis conclusiones, aun las que en forma significativa se apartan del pensamiento evangélico actual, van a mantenerse firmes al escrutinio bíblico. Sin embargo, inevitablemente, algunas tal vez no. En el contexto de las declaraciones proféticas, el apóstol Pablo dice: “Sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). Le corresponde a usted probar con la Palabra de Dios todo lo que digo, aferrarse a lo bueno y rechazar lo malo. Muchas cosas en este libro van a ser nuevas aun para los lectores que han estudiado la Biblia por mucho tiempo. Las ideas nuevas resultan sospechosas y con razón, porque a menudo son ideas herejes. Sin embargo, cuando las verdades bíblicas han sido dejadas de lado o descuidadas, los intentos de presentarlas pueden sonar inverosímiles. Puede parecer como que se está agregando a, o interpretando mal la Biblia, cuando en realidad se está presentando lo que la Biblia ha dicho siempre. En estas páginas voy a presentar algunas verdades bíblicas que creo que han sido dejadas de lado o espiritualizadas y por lo tanto han sido despojadas de sus riquezas y significado. ESTRUCTURA Y CONTENIDO En la parte I de este libro: “Una teología del Cielo”, voy a explicar la diferencia entre el presente, o Cielo intermedio (donde los creyentes van cuando mueren), y el final, el Cielo eterno (donde Dios va a morar con su pueblo en la Nueva Tierra). No le tenga miedo a la palabra teología, simplemente quiere decir un estudio de la relación de Dios con el mundo, y no subestime su habilidad para entender lo que Dios le ha revelado en Su Palabra. Vamos a hablar sobre si el cielo actual es un lugar físico; si la gente allí se acuerda de la vida en la Tierra; si oran por los seres amados en la Tierra y pueden realmente ver lo que sucede aquí; y vamos a responder a la pregunta: Si la gente en el Cielo está consciente de los eventos en la tierra, incluyendo el sufrimiento, ¿cómo puede ser el Cielo? El tema principal de la parte I es una discusión del tema central del libro: La Nueva Tierra. Voy a presentar verdades bíblicas fundamentales en cuanto al plan mayor de Dios de redención, especialmente en la doctrina de la resurrección de los muertos y lo que significa para la Nueva Tierra. Voy a responder a preguntas tales como: ¿Qué significará ver a Dios? ¿Cómo serán nuestras relaciones con la gente? ¿Qué significará gobernar la Tierra con Cristo? Tal vez encuentre que el material de la primera parte del libro muestra que lo que era no es lo que es. Sin embargo, si usted no entiende los principios fundamentales, va a llegar a la segunda mitad con un conjunto diferente de suposiciones, y lo que digo tal vez no tenga sentido. La exactitud de mis conclusiones en la sección de preguntas y respuestas depende de las bases bíblicas que presento en la parte 1. La parte II, “Preguntas y respuestas acerca del Cielo”, trata sobre preguntas específicas en cuanto a la vida en la Nueva Tierra que surgen de las enseñanzas básicas en la parte 1. Preguntas tales como: ¿Será como el Edén la Nueva Tierra? ¿Habrá animales en la Nueva Tierra? ¿Qué clase de ciudad es la Nueva Jerusalén? ¿Cómo serán nuestros cuerpos? ¿Comeremos y beberemos? ¿Trabajaremos? ¿Usaremos algún tipo de maquinaria? ¿Jugaremos? ¿Estudiaremos y aprenderemos? ¿Habrá arte creativo, música y cultura? En la parte III, “Viviendo a la luz del Cielo”, voy a completar la discusión y quiero dirigir su corazón y sus pensamientos hacia el Cielo. Hay suficiente en este libro para que los lectores estén en desacuerdo, pero espero que encuentre que la mayor parte de esto concuerda con las Escrituras y que abre puertas emocionantes a imaginar y anticipar todo lo que les espera a los hijos de Dios en el esplendoroso mundo que va a venir. INTRODUCCIÓN EL TEMA DEL CIELO No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:1-3 El sentido de que viviremos para siempre en algún lugar le ha dado forma a cada civilización en la historia de la humanidad. Los aborígenes australianos se imaginan al Cielo como una isla distante más allá del horizonte occidental. Los finlandeses primitivos pensaban que era una isla en el distante oriente. Los mexicanos, los peruanos y los polinesios pensaban que iban al sol o a la luna después de la muerte.1 Los indios nativos norteamericanos creían que en el más allá sus espíritus cazarían los espíritus de los búfalos.2 La epopeya Gilgamesh, que es una antigua legenda babilónica, se refiere a un lugar de descanso de héroes y hace insinuaciones en cuanto a un árbol de la vida. En las pirámides de Egipto colocaban mapas al lado de los cuerpos embalsamados para guiarlos al mundo futuro.3 Los romanos creían que los justos harían un picnic en los Campos Elíseos mientras sus caballos pastaban en las cercanías. Aunque esas ilustraciones de la vida después de la muerte difieren, el testimonio unido del corazón humano a través de la historia es la creencia en vida después de la muerte. La evidencia antropológica sugiere que cada cultura tiene un sentido innato de lo eterno dado por Dios.4 LA PREOCUPACIÓN DE LOS CRISTIANOS PRIMITIVOS ACERCA DEL CIELO Las catacumbas romanas, donde fueron enterrados los cuerpos de muchos cristianos martirizados, contienen tumbas con epitafios como los siguientes: • En Cristo, Alejandro no está muerto sino vive. • Uno que vive con Dios. • Él fue llevado a su morada eterna.5 Un historiador escribe: “Los dibujos en las paredes de las catacumbas representan el Cielo con hermosos paisajes, niños jugando y personas comiendo en banquetes”.6 En el año 125 de nuestra era, un griego llamado Arístides le escribió a un amigo acerca del cristianismo explicándole por qué esta “nueva religión” tenía tanto éxito: “Si un hombre justo entre los cristianos deja este mundo, ellos se regocijan y le dan gracias a Dios, y acompañan su cuerpo con canciones y agradecimiento como si fueran de un lugar a otro cercano”.7 En el tercer siglo, Cipriano, que era uno de los padres de la iglesia, dijo: “Celebremos el día que nos asigna a cada uno a su propio hogar, que nos quita de este lugar y nos libera de los lazos de este mundo, y nos restaura al paraíso y al reino. Cualquiera que haya estado en tierras extranjeras anhela regresar a su propia tierra natal. . . . Nosotros miramos al paraíso como nuestra tierra natal”.8 Las perspectivas de estos cristianos primitivos nos suenan casi extrañas hoy en día, pero sus creencias estaban arraigadas en las Escrituras. Por ejemplo, el apóstol Pablo escribe: “Para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia. . . . deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor” (Filipenses 1:21, 23). Él también escribió: “Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor. . . . Preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor” (2 Corintios 5:6, 8). Cuando Jesús les dijo a sus discípulos: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. ” (Juan 14:2), en forma deliberada escogió términos físicos comunes (hogar, viviendas, lugar) para describir adónde iba y lo que estaba preparando para nosotros. Él quiso darles a sus discípulos (y a nosotros) algo tangible que anticipar —un lugar real donde ellos (y nosotros) iríamos para estar con Él. Ese lugar no era un reino etéreo de espíritus sin cuerpo, porque los seres humanos no son adecuados para tal lugar. Un lugar, por naturaleza, es físico, al igual que, por naturaleza, los seres humanos son físicos. (También somos espirituales.) Para lo que somos adecuados —para lo que hemos sido diseñados específicamente— es para un lugar como el que Dios hizo para nosotros: la Tierra. En este libro veremos, de las Escrituras, una verdad emocionante y sin embargo descuidada: Que Dios nunca abandonó su plan original de que los seres humanos moraran en la Tierra. De hecho, el clímax de la historia será la creación de nuevos cielos y una nueva Tierra, un universo resucitado habitado por personas resucitadas que vivirán con un Jesús resucitado (Apocalipsis 21:14). NUESTRA ENFERMEDAD TERMINAL Como seres humanos tenemos una enfermedad final llamada mortalidad. El porcentaje de muerte actual es 100 por ciento. A menos que Cristo regrese pronto, todos vamos a morir. En todo el mundo, 3 personas mueren por segundo, 180 por minuto, y casi 11.000 por hora. Si la Biblia está en lo correcto en cuanto a lo que nos sucede después de la muerte, quiere decir que todos los días más de 250.000 personas van al Cielo o al infierno. David dijo: “Hazme saber, Señor, el límite de mis días y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy. Muy breve es la vida que me has dado; ante ti, mis años no son nada. Un soplo nada más es el mortal” (Salmo 39:4-5). Dios usa el sufrimiento y la muerte inminente para desligarnos de este mundo y para que nuestras mentes estén enfocadas en lo que está más allá. He pasado mucho tiempo hablando con personas a quienes les han diagnosticado enfermedades mortales. Estas personas, y sus seres amados, tienen un interés repentino e insaciable en la vida después de la muerte. La mayoría de las personas viven sin prepararse para la muerte. Pero las que son sabias irán a una fuente confiable a investigar qué hay al otro lado. Y si descubren que las decisiones que tomaron durante su breve paso por este mundo tienen importancia en cuanto al mundo venidero, van a querer cambiar esas decisiones consecuentemente. Jesús vino para librarnos del temor a la muerte “para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida” (Hebreos 2:14-15). En vista de la futura resurrección de los muertos, el apóstol Pablo pregunta: “¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” (1 Corintios 15:55). ¿Qué es lo que nos libra del temor a la muerte? ¿Qué es lo que remueve el aguijón de la muerte? Solamente una relación con la persona que murió en nuestro lugar, la que ha ido a preparar un lugar para que nosotros vivamos con Él. CUANDO SE VE LA COSTA Tal vez ha venido usted a leer este libro agobiado, desalentado, deprimido, o aun traumatizado. Tal vez sus sueños —su matrimonio, su carrera o sus ambiciones se han derrumbado. Tal vez se ha vuelto cínico o ha perdido la esperanza. Una comprensión bíblica en cuanto al Cielo pude cambiar todo eso. En el año 1952, la joven Florence Chadwick entró al Océano Pacífico en la costa de la isla Catalina, California, con la determinación de nadar hasta llegar a la costa del continente. Ella ya había sido la primera mujer que cruzó nadando el Canal de la Mancha en ambos sentidos. El tiempo estaba nublado y frío así que apenas podía ver a los botes que la acompañaban. Y sin embargo, ella nadó quince horas. Cuando rogó que la sacaran del agua, su madre, que estaba en uno de los botes que iban a su lado, le dijo que estaba cerca y que lo podía lograr. Finalmente, extenuada física y emocionalmente, dejó de nadar y fue sacada del agua. No fue sino hasta que estuvo en el bote que descubrió que la costa estaba a menos de un kilómetro de distancia. En una conferencia noticiosa al día siguiente, ella dijo: “Todo lo que podía ver era la niebla. . . . Creo que, si hubiera podido ver la costa, lo hubiera logrado”.9 Considere las palabras de ella: “Creo que, si hubiera podido ver la costa, lo hubiera logrado”. Para los creyentes, esa costa, esa ribera, es Jesús y estar con Él en el lugar que prometió preparar para nosotros, donde viviremos con Él para siempre. La costa que deberíamos esperar con anticipación es la nueva Tierra. Si podemos ver a través de la niebla e imaginarnos nuestro hogar eterno con los ojos de la mente, nos confortará y nos dará fuerzas. Si usted está cansado y no sabe si puede continuar avanzando, oro para que este libro le dé visión, aliento y esperanza. No importa lo difícil que se vuelva la vida, si usted puede ver la costa y si toma su fuerza de Cristo, lo va a lograr. Oro para que este libro le ayude a ver la costa. PARTE I UNA TEOLOGÍA DEL CIELO SECCIÓN UNO ENTENDAMOS NUESTRO DESTINO CAPÍTULO 1 ¿ANHELA USTED EL CIELO? Es natural que el hombre que está a punto de navegar hacia Australia o Nueva Zelanda como colonizador esté ansioso por saber algo sobre su futuro hogar, su clima, sus condiciones de empleo, sus habitantes, la forma en que se hacen las cosas allí y sus costumbres. Todos estos asuntos le interesan profundamente. Usted está dejando la tierra donde nació y va a pasar el resto de la vida en un hemisferio nuevo. Por cierto, que sería raro que no quisiera información en cuanto a su nueva morada. Ahora, por supuesto que, si esperamos vivir para siempre en esa “patria mejor, es decir, la celestial”, deberíamos tratar de obtener todo el conocimiento que pudiéramos sobre ella. Antes de ir a nuestro hogar celestial deberíamos tratar de conocerlo. J. C. Ryle Jonathan Edwards, el gran predicador puritano, habló con frecuencia del Cielo. Él dijo: “Sería bueno que pasáramos esta vida solo como un viaje hacia el cielo . . . al cual deberíamos subordinar todas las otras preocupaciones de la vida. ¿Por qué deberíamos trabajar o poner nuestro corazón en ninguna otra cosa, sino en aquello que es nuestro final correcto y nuestra verdadera felicidad?”1 Cuando tenía poco más de veinte años, Edwards escribió algunas resoluciones para la vida. Una decía: “He resuelto procurar alcanzar para mí mismo tanta felicidad en el otro mundo como me sea posible”.2 Tal vez algunos piensen que es raro e inapropiado que Edwards estuviera tan comprometido a tratar de alcanzar felicidad para sí mismo en el Cielo. Pero Pascal tenía razón cuando dijo: “Todos los hombres buscan la felicidad. Esto es sin excepción. Cualesquiera que sean los métodos que emplean, todos tienden a ese fin”.3 Y si todos buscamos la felicidad, ¿por qué no hacer lo que hizo Edwards y buscarla donde en realidad puede ser encontrada —en la persona de Jesús y en un lugar llamado Cielo? Sin embargo, es trágico, pero la mayoría de las personas no encuentran su gozo en Cristo y en el Cielo. De hecho, muchas personas no encuentran ningún gozo cuando piensan en el Cielo. Una vez un pastor me confesó lo siguiente: “Cada vez que pienso en el Cielo, me siento deprimido. Preferiría simplemente dejar de existir cuando me muera”. “¿Por qué?”, le pregunté. “No puedo resistir el pensamiento de ese aburrimiento sin fin. Flotar por las nubes sin tener nada que hacer sino tocar un arpa. . . . Es algo tan aburrido. El Cielo no suena mucho mejor que el infierno. Yo preferiría ser aniquilado antes de pasar una eternidad en un lugar como ese”. ¿De dónde sacó este pastor, que creía en la Biblia y que había estudiado en un seminario, tal perspectiva del Cielo? Por cierto, que no fue de las Escrituras, en las cuales Pablo dijo que partir y estar con Cristo era mucho mejor que permanecer en esta Tierra maldita por el pecado (Filipenses 1:23). Mi amigo fue más franco acerca de esto que la mayoría, pero sin embargo yo he encontrado que muchos creyentes comparten los mismos conceptos erróneos. Después de haber leído mi novela Deadline [El plazo], en la cual se describe al Cielo como un lugar real y emocionante, una mujer me escribió: “Yo he sido creyente desde los cinco años. Estoy casada con un pastor de jóvenes. Cuando tenía siete años, una maestra en mi escuela dominical cristiana me dijo que cuando fuera al Cielo no reconocería a nadie o nada de la tierra. Yo tenía terror de morirme. Nunca nadie me dijo algo diferente. . . . Me ha resultado muy difícil avanzar en mi camino cristiano debido a ese temor del Cielo y de la vida eterna”. Deje que esas palabras le penetren en la mente: “Ese temor del cielo y de la vida eterna”. Refiriéndose a su reciente perspectiva transformada, ella dijo: “Usted no sabe el peso que se me ha quitado de encima. . . . Ahora no puedo esperar para ir al Cielo”. NUESTRA PERSPECTIVA NO BÍBLICA DEL CIELO Cuando un colega le preguntó a un párroco inglés qué esperaba después de la muerte, este le respondió: “Bueno, si llega a eso, supongo que entraré a la dicha eterna, pero en realidad quisiera que no me recordaras temas tan deprimentes”.4 En los últimos quince años he recibido miles de cartas y he tenido cientos de conversaciones referentes al Cielo. He hablado acerca del Cielo en iglesias y en conferencias. He escrito acerca del Cielo y enseñé un curso de seminario titulado “Una teología del Cielo”. Hay mucho que no sé, pero una cosa sí sé, y es lo que la gente cree en cuanto al Cielo. Y, francamente, estoy alarmado. Estoy de acuerdo con el escritor John Eldredge cuando dice: “Casi todos los creyentes con los que he hablado tienen una idea de que la eternidad es un servicio de iglesia sin fin. . . . Nos hemos conformado con la imagen de los cánticos sin fin en el cielo, un gran himno después del otro, por siempre jamás, amén. Y nos sentimos abatidos. ¿Por siempre jamás? ¿Eso es todo? ¿Esas son las buenas nuevas? Y entonces suspiramos y nos sentimos culpables de que no somos más ‘espirituales’. Nos desalentamos y nos volvemos más al presente para encontrar lo que podamos de la vida”.5 Gary Larson captó una percepción errada del Cielo en una de sus tiras cómi-cas titulada Far Side [El otro lado]. En ella, un hombre con alas de ángel y una aureola está sentado en una nube sin hacer nada y nadie hay cerca de él. Tiene la expresión de alguien que ha sido abandonado en una isla desierta con nada que hacer. Un subtítulo muestra sus profundos pensamientos: “Ojalá hubiera traído una revista”. En Las aventuras de Huckleberry Finn, Mark Twain presenta una perspectiva similar del Cielo. La solterona cristiana Señorita Watson ve con malos ojos el espíritu divertido de Huck. De acuerdo a Huck: “Ella me habló sobre el buen lugar. Ella dijo que todo lo que una persona tendría que hacer allí sería andar todo el día con un arpa y cantar por siempre jamás. Así que pensé que eso no era bueno. . . . Le pregunté si ella estimaba que Tom Sawyer iría allí y ella me dijo que no, que no era ni remotamente posible. Yo me sentí contento en cuanto a eso, porque quería que él y yo estuviéramos juntos”.6 La devota Señorita Watson no tenía nada que decir que atrajera a Huck. Lo que le hubiera atraído a él era un lugar donde pudiera hacer cosas significativas y agradables con personas que le gustaban. En realidad, esa es una descripción más acertada de lo que será el Cielo. Si Señorita Watson le hubiera dicho a Huck que la Biblia dice que viviremos en un cuerpo resucitado y estaremos con personas que amamos en una Tierra resucitada con jardines, ríos y montañas disfrutando de aventuras indescriptibles, ¡eso hubiera atraído la atención del jovencito! Tratar de desarrollar un apetito por una existencia sin cuerpo en un Cielo que no es físico es como tratar de desarrollar un apetito por la grava. Sin importar lo sinceros que podamos ser, y sin importar lo mucho que tratemos, no va a dar resultado. Tampoco debería darlo. Dios nos hizo para que deseáramos, y si lo admitimos, lo que deseamos es exactamente lo que Él nos promete a aquellos que seguimos a Jesucristo: Una vida resucitada en un cuerpo resucitado, con un Cristo resucitado en una Tierra resucitada. Nuestros deseos corresponden exactamente a los planes de Dios. No se trata de que queramos algo y nos hagamos ilusiones que lo que queremos existe. Es lo opuesto; la razón por la que lo queremos es precisamente porque Dios ha planeado que eso exista. Como veremos, no es idea nuestra que las personas resucitadas vivan en un universo resucitado —es idea de Dios. El teólogo británico J. C. Ryle dijo: “Le tengo lástima al hombre que nunca piensa en el cielo”.7 También podríamos decir, “Compadezco al hombre que nunca piensa ‘correctamente’ acerca del Cielo.” Creo que es nuestra forma de pensar incorrecta la que causa que pensemos tan poco acerca del Cielo. EL DESCUIDO TEOLÓGICO ACERCA DEL CIELO John Calvin, el gran expositor, nunca escribió un comentario sobre Apocalipsis y nunca se ocupó del estado eterno en absoluto. Aunque alienta la meditación sobre el Cielo en sus Institutos de la Religión Cristiana, su teología del Cielo parece sorprendentemente débil en comparación con su teología de Dios, Cristo, la salvación, las Escrituras y la iglesia. Esto es comprensible a la luz de los apremiantes problemas teológicos de su época, pero sorprendentemente pocos teólogos en los siglos transcurridos desde que Calvino han intentado llenar los vacíos. Se ha escrito mucho sobre la escatología, el estudio de los últimos tiempos, pero relativamente poco sobre el Cielo. (Solo una pequeña cantidad de los libros sobre el cielo que he coleccionado todavía están impresos). El teólogo Reinhold Niebuhr escribió un conjunto en profundidad de dos volúmenes titulado La naturaleza y el destino del hombre. Sorprendentemente, no tenía nada que decir sobre el Cielo.8 La Teología dogmática de tres volúmenes de William Shedd contiene ochenta y siete páginas sobre el castigo eterno, pero solo dos sobre el Cielo.9 Si bien los cristianos todavía aceptan el cielo como un artículo de fe, su vigor para definir la naturaleza de la vida eterna ha disminuido mucho. A pesar del renacimiento actual del interés religioso en América y Europa, el deseo de discutir los detalles de la existencia celestial sigue siendo una prioridad baja. COLLEEN MCDANNELL y BERNHARD LANG En su teología de novecientas páginas, Grandes doctrinas de la Biblia, Martyn Lloyd-Jones dedica menos de dos páginas al estado eterno y a la Nueva Tierra.9 Louis Berkhof en su clásica Teología sistemática dedica treinta y ocho páginas a la creación, cuarenta páginas al bautismo y a la comunión, y quince páginas al estado intermedio. Y sin embargo contiene solo dos páginas sobre el infierno y una página sobre el estado eterno. Cuando todo lo que se dice acerca del Cielo eterno está limitado a la página 737 de una teología sistemática de 737 páginas, surge una pregunta: ¿Tiene tan poco que decir la Biblia? ¿Hay tan pocas inferencias teológicas sobre este tema? Yo creo que la respuesta bíblica es un enfático ¡no! En su libro El eclipse del Cielo, el profesor de teología A. J. Conyers escribe: “Aun para una persona sin compromiso religioso y sin convicciones teológicas debería ser un pensamiento preocupante que este mundo está tratando de trazar su curso a través de las aguas más peligrosas de la historia, habiendo decidido ahora pasar por alto lo que ha sido por casi dos milenios su punto fijo de referencia —su estrella polar. La certidumbre del juicio, el anhelo del cielo, el temor del infierno: estas no son consideraciones predominantes en nuestra conversación moderna sobre los asuntos importantes de la vida. Pero lo fueron una vez”.10 Conyers sostiene que hasta hace poco la doctrina del Cielo era de mucha importancia para la iglesia.11 La creencia en el Cielo no era solo un sentimiento complementario. Era una convicción central que confortaba la vida. Es triste que, aun para un gran número de creyentes, eso ya no sea cierto. FUERA DE LAS PANTALLAS DE NUESTROS RADARES Imagínese que usted es parte de un equipo de la NASA que se prepara para una misión de cinco años a Marte. Después de un período de adiestramiento intensivo, finalmente llega el día del despegue. Mientras el cohete despega, uno de sus compañeros astronautas le dice: “¿Qué sabe usted acerca de Marte?” Imagínese que usted se encoge de hombros y le dice: “Nada. Nunca hablamos sobre eso. Creo que lo vamos a descubrir cuando lleguemos allí”. Es algo inconcebible, ¿no es verdad? Es inimaginable que su adiestramiento no incluyera un estudio intensivo y preparación sobre su destino final. Y, sin embargo, en los seminarios, institutos bíblicos e iglesias a lo largo de los Estados Unidos y del mundo, se enseña muy poco en cuanto a nuestro destino final: Los nuevos cielos y la Nueva Tierra. Muchos cristianos que han asistido a la iglesia durante toda su vida de adul-tos no pueden recordar haber escuchado un solo sermón sobre el Cielo. Se menciona ocasionalmente, pero raramente se enfatiza, y casi nunca se desarrolla como tema de una prédica. Se nos dice cómo llegar al Cielo y que es un destino mejor que el infierno, pero se nos enseña notablemente poco en cuanto al Cielo mismo. Tal vez los pastores piensen que no es importante tratar el tema del Cielo porque su seminario no ofreció un curso obligatorio sobre el Cielo. Ni siquiera lo presentaban como curso electivo. De forma similar, cuando los pastores no predican sobre el Cielo, sus congregaciones asumen que la Biblia no dice mucho en cuanto al Cielo. El Cielo ha salido de las pantallas de nuestros radares. ¿Cómo podemos poner nuestro corazón en el Cielo cuando tenemos una teología pobre sobre el Cielo? ¿Cómo podemos esperar que nuestros hijos estén entusiasmados en cuanto al Cielo? ¿Por qué hablamos tan poco acerca del Cielo? ¿Y por qué es tan vago y sin vida lo poco que tenemos para decir? ¿DE DÓNDE SACAMOS NUESTROS CONCEPTOS ERRÓNEOS? Yo creo que hay una explicación principal del por qué muchos de los hijos de Dios tienen una perspectiva tan vaga, negativa y no inspirada del Cielo: La obra de Satanás. Jesús dijo del diablo: “Cuando miente expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!” (Juan 8:44). Algunas de las mentiras favoritas del diablo son acerca del Cielo. Apocalipsis 13:6 nos dice que la bestia satánica “abrió la boca para blasfemar contra Dios, para maldecir su nombre y su morada y a los que viven en el cielo”. Nuestro enemigo difama tres cosas: La persona de Dios, la gente que le pertenece a Dios y el lugar de Dios —el Cielo. Después de haber sido expulsado del Cielo (Isaías 14:12-15), el diablo se amargó no solo contra Dios, sino contra la humanidad y contra el Cielo mismo, el lugar que ya no le pertenecía. ¿Qué mejor manera para el diablo y sus demonios que atacarnos y susurrar mentiras acerca del lugar mismo sobre el cual Dios nos dice que pongamos nuestros corazones y nuestras mentes? Satanás no necesita convencernos de que el Cielo no existe. Solo necesita convencernos de que es un lugar aburrido, una existencia extraña, nada como la terrenal. Si creemos esa mentira, nos robará nuestro gozo y nuestra anticipación, pondremos nuestra mente en esta vida y no en la venidera, y no estaremos motivados para compartir nuestra fe. ¿Por qué deberíamos compartir las “buenas nuevas” de que la gente puede pasar la eternidad en un lugar aburrido, un lugar fantasmal que aun nosotros no esperamos con anticipación? En El país de los ciegos, H. G. Wells escribe sobre una tribu en un valle remoto en lo profundo de una imponente cordillera. Durante una terrible epidemia, todos los aldeanos pierden la vista. Eventualmente, generaciones enteras crecen sin tener conciencia de la vista o del mundo que no pueden ver. Debido a su discapacidad, no conocen su verdadera condición, ni pueden entender cómo es su mundo. No pueden imaginar qué reinos podrían estar más allá de su valle. Espiritualmente hablando, vivimos en el País de los Ciegos. La enfermedad del pecado nos ha cegado a Dios y al Cielo, que son reales pero invisibles. Afortunadamente, Jesús vino a nuestro valle desde el cielo para contarnos sobre su padre, el mundo más allá y el mundo por venir. Si lo escuchamos, lo que requerirá un esfuerzo concertado para no escuchar las mentiras del diablo, nunca seremos los mismos. Tampoco vamos a querer serlo. Satanás odia el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra tanto como un dictador depuesto odia la nueva nación y el nuevo gobierno que lo reemplazan. Satanás no puede detener la obra redentora de Cristo, pero puede evitar que veamos la magnitud y la profundidad de la redención que se extiende a la Tierra y más allá. Él no puede impedir que Cristo lo derrote, pero puede persuadirnos de que la victoria de Cristo es solamente parcial, que Dios abandonará su plan original para la humanidad y la Tierra. Debido a que Satanás nos odia, está decidido a robarnos el gozo que tendríamos si creyéramos lo que Dios nos dice acerca del magnífico mundo que ha de venir. Puesto que estamos aquí en un mundo de oscuridad, debemos recordarnos a nosotros mismos lo que dicen las Escrituras en cuanto al Cielo. Un día seremos liberados de la ceguera que nos separa del mundo real. Entonces nos daremos cuenta del embrujo embotador bajo el cual hemos vivido que hizo que el Cielo pareciera tan distante e irreal. Que por la gracia de Dios podamos ver la verdad liberadora acerca de Cristo el Rey y del Cielo, su Reino. En El país de los ciegos, HG Wells escribe sobre una tribu en un valle remoto en lo profundo de una imponente cordillera. Durante una terrible epidemia, todos los aldeanos pierden la vista. Eventualmente, generaciones enteras crecen sin tener conciencia de la vista o del mundo que no pueden ver. Debido a su discapacidad, no conocen su verdadera condición, ni pueden entender cómo es su mundo. No pueden imaginar qué reinos podrían estar más allá de su valle. Espiritualmente hablando, vivimos en el País de los Ciegos. La enfermedad del pecado nos ha cegado a Dios y al Cielo, que son reales pero invisibles. Afortunadamente, Jesús vino a nuestro valle desde el cielo para contarnos sobre su padre, el mundo más allá y el mundo por venir. Si lo escuchamos, lo que requerirá un esfuerzo concertado para no escuchar las mentiras del diablo, nunca seremos los mismos. Tampoco vamos a querer serlo. Satanás odia el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva tanto como un dictador depuesto odia a la nueva nación y al nuevo gobierno que reemplaza al suyo. Satanás no puede detener la obra redentora de Cristo, pero puede evitar que veamos la amplitud y profundidad de la redención que se extiende a la tierra y más allá. No puede evitar que Cristo lo derrote, pero puede persuadirnos de que la victoria de Cristo es solo parcial, que Dios abandonará su plan original para la humanidad y la tierra. Como Satanás nos odia, está decidido a despojarnos de la alegría que tendríamos si creyéramos lo que Dios nos dice sobre el magnífico mundo por venir. RESISTENTE AL HECHIZO DEL NATURALISMO C S Lewis representa otra fuente de nuestras ideas falsas sobre el cielo: naturalismo, la creencia de que el mundo puede ser entendida en términos científicos, sin recurrir a explicaciones espirituales o sobrenaturales. En la silla de plata, Barroquejón, Jill y Eustace son capturados en un mundo subterráneo sin sol por una malvada bruja que se hace llamar la reina del bajo mundo. La bruja afirma que los recuerdos del mundo exterior de sus prisioneros, Narnia, no son más que producto de su imaginación. Ella se ríe condescendientemente del juego de sus hijos de "pretender" que hay un mundo arriba y un gran gobernante de ese mundo. Cuando hablan del sol que es visible en el mundo de arriba, ella les pregunta qué es un sol. A tientas por las palabras, lo comparan con una lámpara gigante. Ella responde: "Cuando tratas de pensar claramente qué debe ser este sol, no puedes decirme. Solo puedes decirme que es como la lámpara. Tu sol es un sueño; y no hay nada en ese sueño que no haya sido copiado de la lámpara ". Cuando hablan del león asiático, rey de Narnia, dice que han visto gatos y simplemente han proyectado esas imágenes en la noción imaginaria de un gato gigante. Comienzan a vacilar. La reina, que odia a los asiáticos y desea conquistar Narnia, intenta engañarlos para que piensen que todo lo que no pueden percibir con sus sentidos debe ser imaginario, que es la esencia del naturalismo. Cuanto más tiempo no pueden ver el mundo que recuerdan, más lo pierden de vista. Ella les dice, hipnóticamente, "Nunca hubo otro mundo que no sea el mío", y repiten después de ella, abandonando la razón, repitiendo sus engaños. Luego ella grita suavemente: "No hay Narnia, ni Overworld, ni cielo, ni sol, ni asiático". Esto ilustra el poder de Satanás para moldear nuestras mentes débiles mientras estamos atrapados en un mundo oscuro y caído. Somos propensos a negar las grandes realidades de Dios y el Cielo, que ya no podemos ver debido a la Maldición. Finalmente, cuando parece que han sucumbido a las mentiras de la reina, Puddleglum rompe el hechizo y le dice a la reina enfurecida: "Supongamos que solo hemos soñado, o inventado, todas esas cosas: árboles, hierba, sol, luna, estrellas y el espacio mismo. Supongamos que sí. Entonces todo lo que puedo decir es que ... las cosas inventadas parecen mucho más importantes que las reales. Supongamos que este pozo negro de un reino tuyo es el único mundo. me parece bastante pobre. Y cuando piensas en eso, es algo gracioso. Solo somos bebés inventando un juego, si tienes razón. Pero cuatro bebés jugando pueden hacer un mundo de juego. que lame tu mundo real ". 28 La verdad es exactamente lo contrario de la premisa del naturalismo: de hecho, las lámparas del mundo oscuro son copias del sol, y sus gatos son copias de Asia. El cielo no es una extrapolación del pensamiento terrenal; La Tierra es una extensión del Cielo, hecha por el Rey Creador. El reino en el que Puddleglum y los niños creen, Narnia y su sol y su universo, es real, y el mundo de la bruja, que ella los tienta a creer que es el único mundo real, es de hecho un reino menor, corrupto y esclavizado. Cuando se exponen las mentiras de la reina, ella se metamorfosea en la serpiente que realmente es, con lo cual Rilian, el rey humano y el gobernante designado por Asia de Narnia, la mata. Los esclavos abatidos que habían vivido en la oscuridad son entregados. Desborda la luz, y su casa a continuación se convierte en un lugar alegre de nuevo porque se dan cuenta en efecto, hay un mundo brillante por encima y asiática verdaderamente gobierna el universo. Se ríen y celebran, dan vueltas y hacen estallar petardos. A veces somos como los personajes de Lewis. Sucumbimos al naturalista como suposiciones que lo que vemos es real y lo que no se ve no lo es. Dios no puede ser real, concluimos, porque no podemos verlo. Y el cielo no puede ser real porque no podemos verlo. Pero debemos reconocer nuestra ceguera. Los ciegos deben creer por fe que hay estrellas en el cielo. Si dependen de su capacidad de ver, concluirán que no hay estrellas. Debemos trabajar para resistir el hechizo hechizante del naturalismo. Sentados aquí en un mundo oscuro, debemos recordarnos lo que las Escrituras nos dicen sobre el Cielo. Un día seremos liberados de la ceguera que nos separa del mundo real. Entonces nos daremos cuenta del asombro hechizante en el que hemos vivido. Por la gracia de Dios, que podamos pisotear los fuegos hechizantes del naturalismo para que podamos ver claramente la verdad liberadora sobre Cristo Rey y el Cielo, su Reino. † La NASB proporciona palabras que no están en el original (aquí, en cursiva), que hacen que las tres cosas que Satanás calumnia parezcan ser solo dos: "Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar Su nombre y Su tabernáculo, que es decir, los que moran en el cielo ". Iguala la morada de Dios, su Tabernáculo, con las personas que viven en el cielo. Por lo tanto, conserva las dos ideas familiares de los objetos de la calumnia de Satanás, Dios y su pueblo, sin reconocer al menos familiar, la morada de Dios, el Cielo. La lectura NASB ofrece una comprensión alternativa del pasaje. CAPITULO 2 ¿ESTÁ EL CIELO MÁS ALLÁ DE NUESTRA IMAGINACIÓN? Hablar de "imaginar el cielo" no implica ni implica que el cielo sea una noción ficticia, construida al ignorar deliberadamente las realidades más duras del mundo cotidiano. Es afirmar el papel crítico de la capacidad humana dada por Dios para construir y entrar en imágenes mentales de la realidad divina, que están mediadas a través de las Escrituras y la tradición posterior de reflexión y desarrollo. Somos capaces de habitar las imágenes mentales que creamos, y desde allí anticipamos el placer de finalmente entrar en la realidad más grande a la que corresponden. Alister McGrath Cuando Marco Polo regresó a Italia desde la corte de Kublai Khan, que describe un mundo a su audiencia nunca había visto uno que no podría entenderse sin los ojos de la imaginación. No es que China fuera un reino imaginario, pero era muy diferente de Italia. Sin embargo, como dos ubicaciones en el planeta Tierra habitadas por seres humanos, tenían mucho en común. Los puntos de referencia de Italia permitieron una base para comprender a China, y las diferencias podrían explicarse desde allí. 29 Los escritores de las Escrituras presentan el Cielo de muchas maneras, incluso como un jardín, una ciudad y un reino. Debido a que los jardines, las ciudades y los reinos nos son familiares, nos brindan un puente para comprender el Cielo. Sin embargo, muchas personas cometen el error de suponer que estas son meramente analogías sin una correspondencia real con la realidad del Cielo (lo que las haría pobres analogías). Las analogías pueden llevarse demasiado lejos, pero debido a que las Escrituras dejan en claro que Jesús está preparando un lugar para nosotros, y que el Reino de Dios vendrá a la Tierra, y una resurrección física nos espera, no hay razón para espiritualizar o alegorizar todas las descripciones terrenales del Cielo. De hecho, algunos de ellos pueden ser declaraciones simples y objetivas. Con demasiada frecuencia se nos ha enseñado que el Cielo es un reino no físico, que no puede tener jardines, ciudades, reinos, edificios, banquetes o cuerpos reales. Así que no tomamos en serio lo que las Escrituras nos dicen acerca del Cielo como un lugar familiar, físico y tangible. Como seres humanos, a quienes Dios hizo para ser tanto físicos como espirituales, no estamos diseñados para vivir en un reino no físico; de hecho, somos incapaces de siquiera imaginar tal lugar (o, más bien, no-lugar). Un estado incorpóreo no solo es desconocido para nuestra experiencia, sino que también es incompatible con nuestra constitución dada por Dios. No somos, como suponía Platón, simplemente seres espirituales temporalmente encerrados en cuerpos. Adán no se convirtió en un "ser viviente", la palabra hebrea nephesh, hasta que fue a la vez cuerpo y espíritu (Génesis 2:7). Somos seres físicos tanto como somos seres espirituales. Es por eso que nuestra resurrección corporal es esencial para dotarnos de la humanidad eterna y justa, liberándonos del pecado, la Maldición y la muerte. LA IMPORTANCIA DE UTILIZAR NUESTRA IMAGINACIÓN No podemos anticipar o desear lo que no podemos imaginar. Por eso, creo, Dios nos ha dado vislumbres del cielo en la Biblia, para encender nuestra imaginación y encender un deseo por el cielo en nuestros corazones. Y es por eso que Satanás siempre desalentará nuestra imaginación, o la dirigirá erróneamente a nociones etéreas que violen las Escrituras. Mientras el universo resucitado permanezca indeseable o inimaginable, Satanás logra sabotear nuestro amor por el Cielo. Después de leer mis novelas que retratan el Cielo, la gente a menudo me dice: "Estas imágenes del Cielo son emocionantes. ¿Pero están basadas en las Escrituras?" La respuesta, a mi entender, es sí. Las Escrituras nos proporcionan una cantidad sustancial de información, directa e indirecta, sobre el mundo venidero, con suficientes detalles para ayudarnos a imaginarlo, pero no tanto como para hacernos pensar que podemos envolver nuestras mentes por completo. Creo que Dios espera que usemos nuestra imaginación, incluso cuando reconocemos sus limitaciones y defectos. Si Dios no quisiera que imagináramos cómo será el Cielo, no nos habría contado tanto como él. En lugar de ignorar nuestra imaginación, creo que deberíamos alimentarla con la Escritura, permitiéndole pasar por las puertas que la Escritura abre. No vine a la Biblia con la misma visión del cielo con la que salí. Por el contrario, como joven cristiano, e incluso como joven pastor, veía el cielo de la misma manera estereotipada que ahora rechazo. Fue solo a través de años de estudio de las Escrituras, meditación e investigación sobre el tema que llegué a la vista del Cielo que ahora abrazo. Casi todas las nociones del cielo que presento en este libro fueron estimuladas y reforzadas por textos bíblicos. Aunque algunas de mis interpretaciones y especulaciones están indudablemente equivocadas, no son infundadas. Bien o mal, he extraído la mayoría de ellos de mi comprensión de las enseñanzas explícitas e implícitas de las Escrituras. Las discusiones sobre el Cielo tienden a ser hiper imaginativas o completamente no imaginativas. Los creyentes de la Biblia han tendido a lo último, pero ambos enfoques son inadecuados y peligrosos. Lo que necesitamos es una imaginación inspirada bíblicamente. Deberíamos pedir la ayuda de Dios para eliminar las anteojeras de nuestras ideas preconcebidas sobre el Cielo para que podamos entender las Escrituras. El apóstol Pablo dijo: "Reflexiona sobre lo que estoy diciendo, porque el Señor te dará una idea de todo esto" (2 Timoteo 2:7). Te animo a orar, "Abre mis ojos para que pueda ver cosas maravillosas en tu ley" (Salmo 119:18). He recopilado más de 150 libros sobre el Cielo, muchos de ellos muy antiguos y agotados, y he leído casi todos. Una cosa que he encontrado es que los libros sobre el Cielo son conocidos por decir que no podemos saber cómo es el Cielo, pero será más maravilloso de lo que podemos imaginar. Sin embargo, en el momento en que decimos que no podemos imaginar el Cielo, arrojamos agua fría sobre todo lo que Dios nos ha revelado sobre nuestro hogar eterno. Si no podemos imaginarlo, no podemos esperarlo. Si el cielo es inimaginable, ¿por qué intentarlo? Todo lo placentero que sabemos sobre la vida en la Tierra lo hemos experimentado a través de nuestros sentidos. Entonces, cuando el Cielo es retratado como fuera del alcance de nuestros sentidos, no nos invita; en cambio, nos aliena e incluso nos asusta. Nuestros mal guiados intentos de hacer el Cielo "sonido espiritual" (es decir, no físico) simplemente tener éxito en hacer el Cielo poco atractivo sonido. IMAGEN DEL CIELO Cuando termines de leer este libro, tendrás una base bíblica para imaginar el Cielo eterno. Comprenderá que, para obtener una imagen del Cielo, que algún día se centrará en la Nueva Tierra, no necesita mirar hacia las nubes; simplemente necesita mirar a su alrededor e imaginar cómo sería todo esto sin pecado, muerte, sufrimiento y corrupción. Cuando anticipo mi primera visión del cielo, recuerdo la primera vez que fui a bucear. Vi innumerables peces de todas las formas, tamaños y colores. Y justo cuando pensé que había visto el pez más hermoso, apareció otro aún más llamativo. Grabada en mi memoria es un sonido determinado el sonido de un grito de pasar por mi tubo respirador de caucho como mis ojos se abrieron a la impresionante bajo mundo de agua. Me imagino que nuestra primera visión del cielo nos hará jadear de asombro y deleite de manera similar. Ese primer jadeo probablemente será seguido por muchos más a medida que continuamente encontremos nuevas vistas en ese lugar infinitamente maravilloso. Y eso será solo el comienzo, porque no veremos nuestro verdadero hogar eterno, la Nueva Tierra, hasta después de la resurrección de los muertos. Y será mucho mejor que cualquier cosa que hayamos visto. Así que mira por la ventana. Dar un paseo. Habla con tu amigo. Usa tus habilidades dadas por Dios para pintar o dibujar o construir un cobertizo o escribir un libro. Pero imagínelo, todo en su estado original. El perro feliz con la cola meneando, no la bestia gruñendo, golpeado y muerto de hambre. Las flores sin marchitar, la hierba eterna, el cielo azul sin contaminación. Gente sonriente y alegre, no enojada, deprimida y vacía. Si no se encuentra en un lugar particularmente hermoso, cierre los ojos y visualice el lugar más hermoso en el que haya estado, con palmeras, ríos furiosos, montañas irregulares, cascadas o ventisqueros. Piense en amigos o familiares que amaron a Jesús y están con él ahora. Imagínelos con usted, caminando juntos en este lugar. Todos ustedes tienen cuerpos poderosos, más fuertes que los de un decatleta olímpico. Estás riendo, jugando, hablando y recordando. Alcanzas un árbol para recoger una manzana o una naranja. Da un mordisco. Es tan dulce que es sorprendente. Nunca has probado algo tan bueno. Ahora ves que alguien viene hacia ti. Es Jesús, con una gran sonrisa en su rostro. Caes de rodillas en adoración. Él te levanta y te abraza. Por fin, estás con la persona para la que fuiste, en el lugar para el que fuiste creado. Donde quiera que vaya, habrá nuevas personas y lugares para disfrutar, nuevas cosas para descubrir. ¿Qué es lo que hueles? Una fiesta Una fiesta está por delante. Y estas invitado. Hay exploración y trabajo por hacer, y no puedes esperar para comenzar. Tengo una base bíblica para todas estas declaraciones, y muchas más. Después de examinar lo que dice la Escritura, espero que la próxima vez que escuche a alguien decir: "No podemos comenzar a imaginar cómo será el Cielo", podrá decirles "Falso". Pero antes de continuar, necesitamos abordar algunas objeciones frecuentemente planteadas. SI "NINGÚN OJO HA VISTO", ¿CÓMO PODEMOS SABER? Un pastor que visitaba mi oficina me preguntó qué estaba escribiendo. "Un gran libro sobre el cielo", dije. "Bueno", respondió, "ya que las Escrituras dicen 'Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha concebido lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman', ¿de qué hablarán? Obviamente, no podemos sepa lo que Dios ha preparado para nosotros en el cielo ". (Se refería a 1 Corintios 2:9.) Le dije lo que siempre digo: "No completaste la oración. También tienes que leer el versículo diez". Así es como se lee la oración completa: "'Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha concebido lo que Dios ha preparado para los que lo aman', pero Dios nos lo ha revelado por su Espíritu" (énfasis agregado). El contexto deja en claro que esta revelación es la Palabra de Dios (v. 13), que nos dice lo que Dios ha preparado para nosotros. Después de leer unas pocas docenas de libros sobre el Cielo, me estremecí instintivamente cada vez que vi 1 Corintios 2:9. Es un verso maravilloso; es solo que casi siempre se usa mal. ¡Dice exactamente lo contrario de lo que se cita para probar! † Lo que de otro modo no podríamos haber sabido sobre el Cielo, porque estamos ONU capaz de verlo, Dios dice que nos ha revelado por medio de su Espíritu. Esto significa que Dios nos ha explicado cómo es el cielo. No exhaustivamente, pero con precisión. Dios nos habla del Cielo en su Palabra, no para que podamos encogernos de hombros y permanecer ignorantes, sino porque quiere que comprendamos y anticipemos lo que nos espera. También se extraen otros versículos para descarrilar las discusiones sobre el Cielo. Por ejemplo, "Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios" (Deuteronomio 29:29). El cielo es considerado como una "cosa secreta". Pero el resto del verso de nuevo, rara vez se completa el citado pensamiento: "Pero las cosas reveladas pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre." Debemos aceptar que muchas cosas sobre el Cielo son secretas y que Dios tiene innumerables sorpresas reservadas para nosotros. Pero en cuanto a las cosas que Dios nos ha revelado sobre el Cielo, estas cosas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos. Es de vital importancia que los estudiemos y comprendamos. ¡Es precisamente por eso que Dios nos los reveló! Aunque los fundamentalistas descartarían la sugerencia de que el cielo ya no es una parte activa de su sistema de creencias, la vida eterna se ha convertido en un lugar desconocido o un estado de identidad vaga. Los cristianos conservadores ... no regresan a las ricas imágenes celestiales de generaciones anteriores. El drama del futuro es decididamente de este mundo; ocurre durante el período anterior y durante el milenio, no en un mundo celestial. COLLEEN MCDANNELL y BERNHARD LANC Otro "silenciador" es 2 Corintios 12:2-4. Paul dice que catorce años antes fue "atrapado en el paraíso", donde "escuchó cosas inexpresables, cosas que el hombre no tiene permitido decir". Algunas personas usan este versículo para decir que no deberíamos discutir cómo será el Cielo. Pero todo lo que dice es que Dios no le permitió a Pablo hablar sobre su visita al cielo. En contraste, Dios le ordenó al apóstol Juan que hablara sobre su visita prolongada al Cielo, lo cual hizo en detalle en el libro de Apocalipsis. Del mismo modo, Isaías y Ezequiel escribieron sobre lo que vieron en el cielo. Aunque es inapropiado para nosotros especular sobre lo que Pablo pudo haber visto en el Cielo, ciertamente es apropiado discutir lo que vio Juan, porque Dios decidió revelarnoslo. Si no tenía la intención de que lo entendiéramos, ¿por qué se molestaría en contarnos al respecto? (¿Cuándo fue la última vez que escribió una carta a alguien el uso de palabras que no esperaba ellos comprender?) Por lo tanto, nos debemos estudiar, enseñar y discutir la revelación de Dios en el Cielo se nos da en su Palabra. Ciertamente, no todo lo que dice la Biblia sobre el Cielo es fácil de imaginar. Considere la descripción de Ezequiel de las criaturas vivientes y sus ruedas, y la manifestación de la gloria de Dios que deja al profeta buscando palabras (Ezequiel 1:4-28). Aún así, muchos otros pasajes sobre el Cielo son mucho más fáciles de entender. Isaías 55: 9 es otro versículo a menudo citado en apoyo de un acercamiento al cielo que dice "no preguntes, no digas": "Como los cielos son más altos que la tierra, mis caminos son más altos que tus caminos y mis pensamientos que tus pensamientos." Los pensamientos de Dios son realmente más altos que los nuestros, pero cuando reduce sus pensamientos en palabras y los revela en las Escrituras, espera que los estudiemos, meditemos en ellos y los comprendamos, de nuevo, no exhaustivamente, sino con precisión. ESTABLECER NUESTROS CORAZONES Y MENTES EN EL CIELO "Poned vuestros corazones en las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios" (Colosenses 3:1). Este es un comando directo para poner nuestros corazones en el cielo. Y para asegurarnos de que no perdamos la importancia de una vida centrada en el cielo, el siguiente versículo dice: "Fija tu mente en las cosas de arriba, no en las cosas terrenales". Dios nos manda a poner nuestros corazones y mentes en el cielo. Anhelar a Cristo es anhelar el Cielo, porque ahí es donde estaremos con él. El pueblo de Dios "anhela un país mejor" (Hebreos 11:16). Podemos no fijar nuestros ojos en Cristo, sin fijar la mirada en el cielo, y no podemos fijar nuestros ojos en el cielo sin fijar nuestros ojos en Cristo. Aún así, no es solo a Cristo sino a "las cosas de arriba" en las que debemos pensar. La palabra griega traducida como "pon tu corazón en" es zeteo, que "denota la búsqueda o búsqueda filosófica general del hombre". 30 La misma palabra se usa en los evangelios para describir como "el Hijo del Hombre vino a buscar.. . Lo que se había perdido" (Lucas 19:10, énfasis en el original). También se usa para ver cómo un pastor busca a su oveja perdida (Mateo 18:12), una mujer busca una moneda perdida (Lucas 15:8) y un comerciante busca una perla fina (Mateo 13:45). Es una investigación diligente, activa y decidida. De modo que podemos entender la advertencia de Pablo en Colosenses 3:1 de la siguiente manera: "Diligente, activamente, persigue las cosas de arriba", en una palabra, el Cielo. (¡Ahora tiene una razón bíblica clara para leer este libro!) El verbo zeteo está en tiempo presente, lo que sugiere un proceso continuo. "Sigue buscando el cielo". No solo tenga una conversación, lea un libro o escuche un sermón y sienta que ha cumplido el mandato. Ya que pasarás la próxima vida viviendo en el Cielo, ¿por qué no pasar esta vida buscando el Cielo, para que puedas anticiparte y prepararte ansiosamente? La orden, y su reformulación, implica que no hay nada automático en poner nuestras mentes en el Cielo. De hecho, la mayoría de los comandos asumen una resistencia a obedecerlos, lo que establece la necesidad del comando. Se nos dice que evitemos la inmoralidad sexual porque es nuestra tendencia. No se nos dice que evitemos saltar de los edificios porque normalmente no combatimos tal tentación. La orden de pensar en el cielo está bajo ataque de cien maneras diferentes todos los días. Todo milita en su contra. Nuestras mentes están tan concentradas en la Tierra que no estamos acostumbrados al pensamiento celestial. Entonces debemos trabajar en ello. ¿Qué has estado haciendo diariamente para concentrarte en las cosas de arriba, para buscar el cielo? ¿Qué deberías hacer diferente? Tal vez tienes miedo de convertirte en "una mente tan celestial que no eres de ningún bien terrenal". Relájate, ¡no tienes de qué preocuparte! Por el contrario, muchos de nosotros somos tan terrenales que no somos de ningún bien celestial o terrenal. CS Lewis observó: "Si lees la historia, encontrarás que los cristianos que más hicieron por el mundo actual fueron los que pensaron más en el próximo. Los mismos apóstoles, que pusieron en pie la conversión del Imperio Romano, el gran Los hombres que construyeron la Edad Media, los evangélicos ingleses que abolieron la trata de esclavos, dejaron su huella en la Tierra, precisamente porque sus mentes estaban ocupadas con el Cielo. Es desde que los cristianos han dejado de pensar en el otro mundo en el que se han convertido. tan ineficaz en esto. Apunte al cielo y obtendrá la tierra 'arrojada': apunte a la tierra y no obtendrá ninguno ". 31 A la mayoría de nosotros nos resulta muy difícil querer el "Cielo", excepto en la medida en que "Cielo" significa reencontrarnos con nuestros amigos que han muerto. Una razón de esta dificultad es que no hemos recibido capacitación: toda nuestra educación tiende a fijar nuestras mentes en este mundo. Otra razón es que cuando la verdadera necesidad del Cielo está presente en nosotros, no la reconocemos. C. S. LEWIS Necesitamos una generación de personas de mentalidad celestial que vean a los seres humanos y a la tierra misma no solo como son, sino como Dios quiere que sean. ALIMENTANDO NUESTRA IMAGINACIÓN Debemos comenzar razonando a partir de la verdad revelada de Dios. Pero ese razonamiento nos llamará a usar nuestra imaginación mejorada en las Escrituras. Como escritor de no ficción y maestro de la Biblia, empiezo viendo lo que la Escritura realmente dice. Como novelista, tomo esa revelación y le agrego el ingrediente vital de la imaginación. Como dijo CS Lewis, "Mientras que la razón es el órgano natural de la verdad, la imaginación es el o gan de significado." 32 En palabras de Francis Schaeffer, "El cristiano es el hombre realmente libre: es libre de tener imaginación. Esta también es nuestra herencia. El cristiano es aquel cuya imaginación debería volar más allá de las estrellas". 33 Schaeffer siempre comenzó con la verdad revelada de Dios. Pero nos exhortó a dejar que esa verdad alimente nuestra imaginación. La imaginación no debe volar lejos de la verdad sino volar sobre la verdad. Si eres un cristiano que sufre con grandes dolores y pérdidas, Jesús dice: "Anímate" (Juan 16:33,). La nueva casa está casi lista para ti. Se acerca el día de la mudanza. El oscuro invierno está a punto de transformarse mágicamente en primavera. Un día pronto estarás en casa, por primera vez. Hasta entonces, te animo a que medites en las verdades de la Biblia sobre el Cielo. Que tu imaginación vuele y tu corazón se regocije. † Otro problema con el uso de 1 Corintios 2:9 es que no se trata del Cielo. En su contexto, se refiere a la sabiduría oculta de Dios relacionada con la salvación. Algunos argumentarían que la sabiduría oculta de Dios incluye ampliamente la sabiduría sobre el Cielo, pero mi punto es que incluso si el versículo se refería al Cielo, dice lo contrario de lo que normalmente se cita para probar, porque el versículo 10 indica que Dios ha revelado estas verdades. CAPÍTULO 3 ¿ES EL CIELO NUESTRO DESTINO . . O ES EL INFIERNO? El camino más seguro al infierno es el gradual: la pendiente suave, suave bajo los pies, • sin giros repentinos, "sin hitos", sin señales. C. S. Lewis Por cada estadounidense que cree que irá al Infierno, hay 120 que creen que irán al Cielo.34 Este optimismo contrasta con las palabras de Cristo en Mateo 7:13-14: "Entra por la puerta estrecha. la puerta y ancha es el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero pequeña es la puerta y estrecha el camino que conduce a la vida, y solo unos pocos la encuentran ". Lo que nos mantendría fuera del cielo es universal: "Todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios" (Romanos 3:23). El pecado nos separa de una relación con Dios (Isaías 59:2). Dios es tan santo que no puede permitir el pecado en su presencia: "Tus ojos son demasiado puros para mirar al mal; no puedes tolerar el mal" (Habacuc 1:13). Como somos pecadores, no tenemos derecho a entrar en la presencia de Dios. No podemos entrar al cielo como somos. Entonces el cielo no es nuestro destino predeterminado. Nadie va allí automáticamente. A menos que se resuelva nuestro problema de pecado, el único lugar al que iremos es nuestro verdadero destino predeterminado. . . Infierno. Estoy abordando este problema ahora porque a lo largo de este libro hablaré sobre estar con Jesús en el cielo, reunirme con familiares y amigos y disfrutar de grandes aventuras en el cielo. El gran peligro es que los lectores como Süme se dirigen para el cielo. A juzgar por lo que se dice en la mayoría de los funerales, pensarías que casi todos van al Cielo, ¿no? Pero Jesús dejó en claro que la mayoría de las personas no van al Cielo: "Pequeña es la puerta y estrecha el camino que conduce a la vida, y solo unos pocos la encuentran". No nos atrevemos a "esperar y ver" cuando se trata de lo que está del otro lado de la muerte. No deberíamos simplemente cruzar los dedos y esperar que nuestros nombres estén escritos en el Libro de la Vida (Apocalipsis 21:27). Podemos saber, debemos saber, antes de morir. Y debido a que podemos morir en cualquier momento, necesitamos saber ahora, no el próximo mes o el próximo año. " cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. " (Santiago 4:14). Es de suma importancia asegurarse de ir al cielo, no al infierno. La voz que susurra: "No hay prisa; deja este libro; siempre puedes pensarlo más tarde", no es la voz de Dios. Él dice: "Ahora es el día de salvación" (2 Corintios 6:2) y "elijan ustedes mismos a quiénes van a servir" (Josué 24:15). INFIERNO: LA ALTERNATIVA INCREÍBLE DEL CIELO El infierno estará habitado por personas que no han recibido el don de la redención de Dios en Cristo (Apocalipsis 20:12-15). Después de que Cristo regrese, habrá una resurrección de creyentes para la vida eterna en el Cielo y una resurrección de incrédulos para la existencia eterna en el Infierno (Juan 5:28-29). Los no salvos —todos aquellos cuyo nombre no esté escrito en el Libro de la Vida del Cordero— serán juzgados por Dios de acuerdo con las obras que han realizado, que han sido registradas en los libros del Cielo (Apocalipsis 20:12-15). Debido a que esas obras incluyen el pecado, las personas por sí solas, sin Cristo, no pueden entrar en la presencia de un Dios santo y justo y serán enviadas a un lugar de destrucción eterna (Mateo 13:4042). Cristo dirá a los que no están cubiertos por su sangre: "Apártate de mí, maldito, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41). El infierno no será como se retrata a menudo en tiras cómicas, un salón gigante donde, entre bebidas, la gente cuenta historias de sus escapadas en la Tierra. Más bien, será un lugar de absoluta miseria (Mateo 13:42; 13:50; 22:13; 24:51; 25:30; Lucas 13:28). Será un lugar de castigo consciente por el pecado, sin esperanza de volver Lief. Es por eso que Dante, en el Infierno, imaginó este letrero cincelado sobre la puerta del Infierno: "Abandona toda esperanza, tú que entras". 35 La realidad del infierno debería romper nuestros corazones y llevarnos de rodillas y a las puertas de aquellos sin Cristo. Hoy, sin embargo, incluso entre muchos creyentes de la Biblia, el infierno se ha convertido en "la / palabra", rara vez se menciona, rara vez se habla. Ni siquiera aparece en muchos folletos evangelísticos. Es común negar o ignorar la clara enseñanza de las Escrituras sobre el infierno. El infierno parece desproporcionado, una reacción exagerada divina. En palabras de un profesor y colaborador de una publicación evangélica, "Considero que el concepto del infierno como tormento sin fin en el cuerpo y la mente es una doctrina escandalosa ... ¿Cómo pueden los cristianos proyectar una deidad de tanta crueldad y venganza cuyas formas incluyen infligir tortura eterna sobre sus criaturas, por muy pecaminosas que hayan sido? Seguramente un Dios que haría tal cosa se parece más a Satanás que a Dios ".36 Muchos se imaginan que es civilizada, humana y compasiva negar la existencia de un infierno eterno, pero en realidad es arrogante que nosotros, como criaturas, nos atreveríamos a tomar lo que creemos que es la autoridad moral en oposición a lo que Dios El Creador lo ha revelado claramente. No queremos creer que los demás merezcan un castigo eterno, porque si lo hacen, nosotros también. Pero si entendiéramos la naturaleza de Dios y la nuestra, nos sorprendería no que algunas personas pudieran ir al Infierno (¿a dónde más irían los pecadores?), Sino que a cualquiera se le permitiría entrar al Cielo. Tan impíos como somos, estamos descalificados para decir que la santidad infinita no exige un castigo eterno. Al negar la infinitud del infierno, minimizamos la obra de Cristo en la cruz. ¿Por qué? Debido a que bajamos las apuestas de re redención. Si la crucifixión y resurrección de Cristo no nos libraron de un infierno eterno, su trabajo en la cruz es menos heroico, menos potente, menos consecuente y, por lo tanto, menos merecedor de nuestra adoración y alabanza. Como lo expresó el teólogo William GT Shedd: "La doctrina de la expiación vicaria de Cristo se sostiene lógicamente o cae con la del castigo eterno". 37 Prefiero caminar, como lo hago, en el terror diario de la eternidad, que sentir que este era solo un juego de niños en el que todos los concursantes obtendrían premios igualmente inútiles al final. TS ELIOT Satanás tiene motivos obvios para alimentar nuestra negación del castigo eterno: quiere que los no creyentes rechacen a Cristo sin temor; él quiere que los cristianos sean ONU motivado para compartir a Cristo; y quiere que Dios reciba menos gloria por la naturaleza radical de la obra redentora de Cristo. ¿QUÉ DIJO JESÚS SOBRE EL INFIERNO? Muchos libros niegan el infierno. Algunos abrazan el universalismo, la creencia de que todas las personas serán salvadas en última instancia. Algunos consideran que el infierno es la invención de profetas de ojos salvajes obsesionados con la ira. Argumentan que los cristianos deben tomar el camino más alto del amor de Cristo. Pero esta perspectiva pasa por alto un verdadero conspicua dad: En la Biblia, Jesús dice más que nadie sobre el infierno (Mateo 10:28; 13:40-42; Marcos 9:43-44). Se refiere a él como un lugar literal y lo describe en términos gráficos, incluyendo incendios y el gusano que no muere. Cristo dice que los no salvos "serán arrojados afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y crujir de dientes" (Mateo 8:12). En su historia del hombre rico y Lázaro, Jesús enseñó que, en el infierno, los malvados sufren terriblemente, están totalmente consciente, conservar sus deseos y recuerdos y el razonamiento, la larga para el alivio, puede no ser consolada, no puede salir de su tormento, y están desprovistos de esperanza (Lucas 16:19-31). El Salvador no podría haber pintado una imagen más sombría o gráfica. ¿Cuánto durará el infierno? "Se irán al castigo eterno", dijo Jesús de los injustos, "pero los justos a la vida eterna" (Mateo 25:46). Aquí, en la misma oración, Cristo usa la misma palabra traducida "eterno" (aionos) para describir la duración tanto del Cielo como del Infierno. Por lo tanto, si el cielo estará con conscientemente experimentado siempre, el infierno debe ser experimentada conscientemente para siempre. CS Lewis dijo: "No he conocido a personas que no creyeran completamente en el Infierno y que también tuvieran una creencia viva en el Cielo". 38 La enseñanza bíblica en ambos destinos se mantiene o cae unida. Si tuviera una opción, es decir, si las Escrituras no fueran tan claras y concluyentes, ciertamente no creería en el Infierno. Confía en mí cuando digo que no quiero creer en eso. Pero si hago de lo que quiero, o lo que otros quieren, la base de mis creencias, entonces soy un seguidor de mí mismo y de mi cultura, no un seguidor de Cristo. "Parece que hay una especie de conspiración", escribe el novelista Dorothy Sayers, "olvidar, o para con CEAL, donde la doctrina del infierno viene. La doctrina del infierno no es 'medieval clericalismo' para asustar a la gente a dar dinero a la iglesia: es el juicio deliberado de Cristo sobre el pecado no podemos repudiar infierno sin al.... Cristo junto 39 En El problema del dolor, CS Lewis escribe del Infierno, "no hay una doctrina que se lo quite de mejor grado de Cristianismo que esto, si estaba en mi poder. Pero tiene el pleno apoyo de la Escritura y, especialmente, de propias palabras de nuestro Señor, sino que siempre ha sido sostenida por el Cristianismo, y que cuenta con el apoyo de la razón ". 40 ¿ES POCO SINCERO HABLAR DEL INFIERNO? Si le estuvieras dando indicaciones a Denver a algunos amigos y supieras que un camino conduce hacia allí, pero un segundo camino termina en un acantilado en una esquina ciega, ¿hablarías solo del camino seguro? No. Les contarías sobre ambos, especialmente si supieras que el camino a la destrucción es más ancho y más transitado. De hecho, sería terriblemente poco amoroso no advertirles sobre ese otro camino. Por la misma razón, no debemos creer la mentira de Satanás de que no es amor hablar con la gente sobre el Infierno. La verdad más básica es que solo hay dos destinos posibles después de la muerte: el cielo y el infierno. Cada uno es tan real y tan eterno como el otro. A menos que y hasta que entreguemos nuestras vidas a Jesucristo, nos dirigiremos al infierno. Lo más amoroso que podemos hacer por nuestros amigos y nuestra familia es advertirles sobre el camino que conduce a la destrucción y contarles sobre el camino que conduce a la vida. Nos molestaría, pero ¿pensaríamos que no sería amoroso si un médico nos dijera que tenemos un cáncer potencialmente mortal? ¿Y el médico no nos diría si el cáncer podría erradicarse? ¿Por qué entonces no les contamos a las personas no salvas sobre el cáncer del pecado y el mal y cómo se puede evitar el castigo inevitable de la destrucción eterna mediante el sacrificio expiatorio de Jesucristo? Teresa de Ávila, una monja carmelita del siglo XVI, tuvo una visión agonizante del infierno. Más tarde escribió sobre el tormento que soportó: Estaba aterrorizado por todo esto, y, aunque sucedió hace casi seis años, todavía estoy mientras escribo: incluso mientras estoy sentado aquí, el miedo parece privar a mi cuerpo de su calor natural. Nunca recuerdo ningún momento en que haya estado sufriendo pruebas o dolores y cuando todo lo que podemos sufrir en la tierra me haya parecido de la menor importancia en comparación con esto. . . . Ha sido de gran beneficio para mí, tanto al quitarme todo el miedo a las tribulaciones y las decepciones de esta vida como al fortalecerme para sufrirlas y dar gracias al Señor, quien, como ahora creo, ha liberado yo de tan terribles e interminables tormentos. 41 Si entendiéramos el infierno, aunque sea un poco, ninguno de nosotros diría "Vete al infierno". Es demasiado fácil ir al infierno. No requiere cambio de rumbo, ni ajustes de navegación. Nacimos con nuestro piloto automático puesto hacia el infierno. No es nada que tomar a la ligera: el infierno es la tragedia más grande del universo. Dios nos ama lo suficiente como para decirnos la verdad: hay dos destinos eternos, no uno, y debemos elegir el camino correcto si queremos ir al Cielo. Todos los caminos no conducen al cielo. Solo uno lo hace: Jesucristo. Él dijo: "Nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6). Todos los otros caminos conducen al infierno. Las altas apuestas involucradas en la elección entre el Cielo y el Infierno nos harán apreciar el Cielo de maneras más profundas, sin darlo por sentado, y siempre alabando a Dios por su gracia que nos libera de lo que merecemos y nos otorga para siempre lo que no hacemos. TIERRA: EL ENTRE MUNDO Dios y Satanás no son opuestos iguales. Del mismo modo, el infierno no es el opuesto igual del cielo. Así como Dios no tiene igual como persona, el Cielo no tiene igual como lugar. El infierno será agonizante, aburrido, pequeño e insignificante, sin compañía, propósito o logro. No tendrá sus propias historias; será simplemente una nota al pie de la historia, una grieta en el pavimento. A medida que el nuevo universo avance gloriosamente hacia adelante, el Infierno y sus ocupantes existirán en absoluta inactividad e insignificancia, una eterna no vida de arrepentimiento y, tal vez, una disminución de la personalidad. Las Escrituras dicen de aquellos que mueren sin Jesús: "Serán castigados con la destrucción eterna y excluidos de la presencia del Señor y de la majestad de su poder" (2 Tesalonicenses 1:9). Debido a que Dios es la fuente de todo bien, y el infierno es la ausencia de Dios, el infierno también debe ser la ausencia de todo bien. Del mismo modo, la comunidad, el compañerismo y la amistad son buenos, arraigados en el Dios trino mismo. Pero en ausencia de Dios, el infierno no tendrá comunidad, ni camaradería, ni amistad. No creo que el infierno sea un lugar donde los demonios se deleiten en castigar a las personas y donde las personas se compadezcan por su destino. Lo más probable es que cada persona esté en confinamiento solitario, así como el hombre rico es retratado solo en el Infierno (Lucas 16:22-23). La miseria ama la compañía, pero no habrá nada que amar en el infierno. La Tierra es un mundo intermedio tocado por el Cielo y el Infierno. Tierra lleva directamente al cielo o di rectamente a los infiernos, ofreciendo una elección entre los dos. Lo mejor de la vida en la Tierra es vislumbrar el cielo; Lo peor de la vida es vislumbrar el infierno. Para los cristianos, esta vida presente es lo más cerca que estarán del infierno. Para los incrédulos, es los clos EST llegarán al cielo. He resuelto, que viviré como desearía haberlo hecho cuando llegue a morir. . . . He resuelto, esforzarme al máximo para actuar como puedo pensar que debería hacer, si ya hubiera visto la felicidad del cielo y los tormentos del infierno. JONATHAN EDWARDS La realidad de la elección que tenemos ante nosotros en esta vida es maravillosa y horrible. Dada la realidad de nuestros dos posibles destinos, ¿no deberíamos estar dispuestos a pagar cualquier precio para evitar el infierno e ir al cielo? Y, sin embargo, el precio ya ha sido pagado. "Fuiste comprado a un precio" (1 Corintios 6:20). El precio pagado fue exorbitante: la sangre derramada del Hijo de Dios, Jesucristo. Considere la maravilla: Dios determinó que preferiría ir al Infierno en nuestro nombre que vivir en el Cielo sin nosotros. Él quiere tanto que no vayamos al infierno que pagó un precio horrible en la cruz para que no tengamos que hacerlo. Tal como está, sin embargo, aparte de Cristo, nuestro futuro eterno se gastará en el infierno. Jesús hace una pregunta inquietante en Marcos 8:36-37: "¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, pero perder su alma? ¿O qué puede dar un hombre a cambio de su alma?" El precio ha sido pagado. Pero aún así, debemos elegir. Como cualquier regalo, se puede ofrecer el perdón, pero no es nuestro hasta que elijamos recibirlo. El gobernador puede ofrecer un perdón a un criminal condenado, pero si él o ella rechaza el perdón, no es válido. Un perdón debe ser aceptado. Del mismo modo, Cristo nos ofrece a cada uno de nosotros el don del perdón y la vida eterna, pero el hecho de que la oferta se haga no lo hace nuestro. Para tenerlo, debemos elegir aceptarlo. ¿Pero es realmente posible saber que irás al cielo cuando mueras? Antes de profundizar en el tema del Cielo, abordaremos esta pregunta en el siguiente capítulo. CAPÍTULO 4 ¿SABES QUE VAS AL CIELO? Pronto leerás en el periódico que estoy muerto. No lo creas por un momento. Estaré más vivo que nunca. DL Moody La tierra retrocede. . . . ¡El cielo se abre ante mí! DL Moody (en su lecho de muerte) Las ciudades antiguas guardaban rollos de sus ciudadanos. Se colocaron guardias en las puertas de la ciudad para mantener alejados a los criminales y enemigos al verificar sus nombres en la lista. Este es el contexto de Apocalipsis 21:27: "Nada impuro entrará [en la ciudad], ni nadie que haga lo que es vergonzoso o engañoso, sino solo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero". Ruthanna Metzgar, una cantante profesional, cuenta una historia que ilustra la importancia de tener nuestros nombres escritos en el libro. Hace varios años, le pidieron que cantara en la boda de un hombre muy rico. Según la invitación, la recepción se llevaría a cabo en los dos pisos superiores de la Torre Columbia de Seattle, el rascacielos más alto del noroeste. Ella y su esposo, Roy, estaban entusiasmados por asistir. En la recepción, los camareros en esmoquin ofrecían deliciosos entremeses y bebidas exóticas. Los novios se acercaron a una hermosa escalera de cristal y latón que conducía al piso superior. Alguien cortó ceremoniosamente una cinta de raso sobre el pie de las escaleras. Anunciaron que la fiesta de bodas estaba a punto de comenzar. Los novios subieron las escaleras, seguidos de sus invitados. En lo alto de las escaleras, un maitre d'with un libro encuadernado saludó a los invitados fuera de las puertas. "¿Me das tu nombre por favor?" "Soy Ruthanna Metzgar y este es mi esposo, Roy". Buscó a la Sra. "No lo encuentro. ¿Podría deletrearlo por favor?" Ruthanna deletrea su nombre lentamente. Después de buscar el libro, el maitre levantó la vista y dijo: "Lo siento, pero tu nombre no está aquí". "Debe haber algún error", respondió Ruthanna. "Soy el cantante. ¡Canté para esta boda!" El caballero respondió: "No importa quién eres o qué hiciste. Sin tu nombre en el libro no puedes asistir al banquete". Hizo un gesto a un camarero y dijo: "Muéstrales al ascensor al servicio, por favor". Los Metzgar siguieron al camarero pasando por mesas bellamente decoradas cargadas de camarones, salmón ahumado entero y magníficas esculturas de hielo talladas. Junto a la zona del banquete, una orquesta se estaba preparando para actuar, todos los músicos vestidos con deslumbrante esmoquin blancos. El camarero llevó a Ruthanna y Roy al elevador de servicio, los hizo pasar y empujó a G al estacionamiento. Después de localizar su auto y conducir varias millas en silencio, Roy extendió la mano y puso su mano sobre el brazo de Ruthanna. "Cariño, ¿qué pasó?" "Cuando llegó la invitación, estaba ocupada", respondió Ruthanna. "Nunca me molesté en confirmar mi asistencia. Además, yo era el cantante. ¡Seguramente podría ir a la recepción sin devolver la confirmación!" Ruthanna comenzó a llorar, no solo porque se había perdido el banquete más lujoso al que alguna vez había sido invitada, sino también porque de repente tuvo una pequeña muestra de cómo será algún día para las personas cuando se paran ante Cristo y encuentran sus nombres. no están escritos en el Libro de la Vida del Cordero.42 A lo largo de los siglos, innumerables personas han estado demasiado ocupadas para responder a la invitación de Cristo a su banquete de bodas. Muchos suponen que el bien que han hecho, tal vez asistir a la iglesia, ser bautizados, cantar en el coro o ayudar en un comedor social, será suficiente para entrar al Cielo. Pero las personas que no responden a la invitación de Cristo de perdonar sus pecados son personas cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida del Cordero. El hecho de que se le niegue la entrada al banquete de bodas del Cielo no solo significará bajar del ascensor de servicio al garaje. Significará ser arrojado al infierno, para siempre. En ese día, ninguna explicación o excusa contará. Todo lo que importará es si nuestros nombres están escritos en el libro. Si no lo son, nos rechazarán. ¿Has dicho sí a la invitación de Cristo de unirse a él en la fiesta de bodas y pasar la eternidad con él en su casa? Si es así, tienes motivos para alegrarte: las puertas del cielo estarán abiertas para ti. Si ha pospuesto su respuesta, su RSVP, o si presume que puede entrar al Cielo sin responder a la invitación de Cristo, un día lo lamentará profundamente. PREPARACIÓN PARA EL VIAJE Un cementerio de Indiana tiene una lápida, de más de cien años, con el siguiente epitafio: Pausa, extraño, cuando me pasas por alto: Como eres ahora, una vez fui yo. Como soy ahora, así será. Así que prepárate para la muerte y sígueme. Un transeúnte desconocido rascó estas palabras adicionales en la lápida: Para seguirte no estoy contento, Hasta que sepa por dónde te fuiste. 43 ¿Podemos realmente saber de antemano a dónde vamos cuando morimos? El apóstol Juan, el mismo que escribió sobre los nuevos cielos y la Nueva Tierra, dijo en una de sus cartas: "Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios para que sepan que tienen vida eterna". " (1 Juan 5:13, énfasis añadido). Nosotros podemos saber con seguridad que tenemos vida eterna. Podemos estar seguros de que iremos al cielo cuando muramos. ¿Vos si? Las personas que desean llegar a Florida no solo se suben al automóvil y comienzan a conducir, esperando que el camino los lleve de alguna manera. En cambio, miran un mapa y trazan su curso. Lo hacen con anticipación, en lugar de esperar hasta llegar al destino equivocado o descubrir que han pasado tres días conduciendo en la dirección equivocada. Si quieres llegar a algún lado, las conjeturas son una mala estrategia. El objetivo de llegar al Cielo es digno de una planificación más avanzada que la que daríamos a cualquier otro viaje; sin embargo, algunas personas pasan mucho más tiempo preparándose para un viaje a Disney World. Muchos libros sobre el cielo parecen asumir que todos los lectores están destinados al cielo. La Biblia dice lo contrario. Les debo a todos mis lectores compartir con ellos el mapa de Dios al Cielo y ofrecerles sus Buenas Nuevas. LO QUE NECESITA SABER Y HACER Pecar es no cumplir con los santos estándares de Dios. El pecado es lo que terminó con el paraíso de Edén. Y todos nosotros, como Adán y Eva, somos pecadores. Eres un pecador Eso es lo primero que debes saber. El pecado nos engaña y nos hace pensar que lo incorrecto está bien y lo correcto está mal (Proverbios 14:12). El pecado tiene consecuencias, pero Dios ha provisto una solución para nuestro pecado: "La paga del pecado es muerte, pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). Jesucristo, el Hijo de Dios, nos amó tanto que se hizo hombre para liberarnos de nuestro pecado (Juan 3:16). Llegó a identificarse con nosotros en nuestra humanidad y nuestra debilidad, pero lo hizo sin estar contaminado por nuestro pecado, autoengaño y fallas morales (Hebreos 2:17-18; 4:15-16). Se nos dice que "Dios lo hizo [a Cristo] que no tenía pecado para ser pecado por nosotros, para que en él pudiéramos convertirnos en la justicia de Dios" (2 Corintios 5:21). Esto significa que a pesar de que estamos bajo la ira de Dios por nuestros pecados, Jesús murió en la cruz como nuestro representante, nuestro sustituto. Dios derramó su ira sobre Cristo en lugar de sobre nosotros. Cristo, que estaba en nuestro lugar, nos transmitió su justicia para que seamos declarados inocentes de todos nuestros pecados y declarados justos, para que podamos entrar en la presencia de Dios en el cielo y estar en casa con él allí. Ningún otro profeta o figura religiosa, solo Jesús, el Hijo de Dios, es digno de pagar la pena por nuestros pecados exigidos por la santidad de Dios (Apocalipsis 5:4-5, 9-10). Solo cuando nuestros pecados son tratados en Cristo podemos entrar al Cielo. No podemos pagar nuestro propio camino. "La salvación no se encuentra en nadie más [sino en Jesús], porque no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres por el cual debemos ser salvos" (Hechos 4:12). Siendo él mismo Dios y por lo tanto todopoderoso, Jesucristo se levantó de la tumba, venciendo el pecado y conquistando la muerte (1 Corintios 15:3-4, 5457). Cuando Cristo murió en la cruz por nosotros, dijo: "Está terminado" (Juan 19:30). La palabra griega traducida "está terminado" se escribía comúnmente en los certificados de deuda cuando se cancelaron. Significaba "pagado en su totalidad". Cristo murió para que el certificado de deuda, que consiste en todos nuestros pecados, pudiera marcarse de una vez por todas como "pagado en su totalidad". Debido a la muerte sacrificial de Jesucristo en la cruz en nuestro nombre, Dios nos ofrece gratuitamente el perdón. "No nos trata como nuestros pecados merecen ni nos pagan de acuerdo con nuestras iniquidades ... Tan lejos como el este es del oeste, hasta ahora ha quitado nuestras transgresiones de nosotros" (Salmo 103:10-12). El perdón no es automático. Si queremos ser perdonados, debemos reconocer y arrepentirnos de nuestros pecados: "El que oculta sus pecados no prospera, pero el que los confiesa y renuncia a ellos encuentra misericordia" (Proverbios 28:13). El perdón se establece mediante nuestra confesión: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo y nos perdonará nuestros pecados y nos purificará de toda injusticia" (1 Juan 1:9). Cristo ofrece a todos, el don del perdón, la salvación y la vida eterna: "Quien tenga sed, que venga; y quien quiera, que tome el regalo gratuito del agua de la vida" (Apocalipsis 22:17). No hay acción justa que podamos hacer que nos haga ganar un lugar en el cielo (Tito 3:5). Venimos a Cristo con las manos vacías. No podemos dar crédito por la salvación: " Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. " (Efesios 2:8-9). Este regalo no se puede trabajar, ganar o lograr en ningún sentido. No es de pendiente en nuestro mérito o esfuerzo, sino únicamente en el sacrificio generoso y suficiente de Cristo en nuestro nombre. Finalmente, el mayor regalo de Dios es él mismo. No solo necesitamos salvación, necesitamos a Jesús el Salvador. Es la persona, Dios, quien gentilmente nos da el lugar, el Cielo. UNIRSE AL CUERPO DE CRISTO: LA IGLESIA Puede pensar que no merece perdón después de todo lo que ha hecho. Eso es exactamente correcto. Nadie merece perdón. Si lo mereciéramos, no lo necesitaríamos. Ese es el punto de gracia. En la cruz, Jesús experimentó el infierno que merecemos, para que por la eternidad podamos experimentar el cielo que no merecemos. Una vez perdonados, podemos esperar pasar la eternidad en el cielo con Cristo y nuestra familia espiritual (Juan 14:1-3; Apocalipsis 20:11-22:6). Nunca debemos temer que Dios encuentre un esqueleto en nuestro armario y diga: "Si hubiera sabido que hiciste eso, no te habría dejado entrar al Cielo". Todo pecado es lavado por la sangre de Cristo. Además, Dios lo sabe todo. Nos ha visto en nuestro peor momento y todavía nos ama. Ningún pecado es más grande que el Salvador. Si Dios no estuviera dispuesto a perdonar el pecado sobre la base del sacrificio de Cristo, el cielo estaría vacío. Jesús dijo: "Cuidado con que nadie te engañe" (Mateo 24:4). Hay un sinnúmero de grupos, religiosos y seculares, que le asegurará el cielo es su destino automático o que puede ser alcanzado por su trabajo duro y abstención de ciertos pecados. Esto es falso: no hay salvación excepto por Jesús y su obra redentora. Los falsos maestros pueden ser atractivos y persuasivos, a menudo citando la Biblia fuera de contexto. Pero deberían ser rechazados porque contradicen la Palabra de Dios (Hechos 17:11). La falsa doctrina es una de las razones por las que la vida cristiana no debe y no puede ser vivida en forma aislada. Debemos formar parte de una familia de cristianos llamada iglesia, donde se cree y enseña la Palabra de Dios. Puede sentirse cohibido por otros cristianos debido a su pasado. No deberías Una iglesia centrada en Cristo no es un escaparate para los santos, sino un hospital para los pecadores. Las personas a las que te unes son humanas, imperfectas y necesitadas. La mayoría de las personas de la iglesia no son farisaicas. Los que están deben ser compadecidos, porque no entienden la gracia de Dios. Una buena iglesia enseñará la Palabra de Dios y brindará amor, ayuda y apoyo. Si tiene más preguntas sobre Jesús y sobre el Cielo, puede encontrar respuestas allí. (Si está buscando una iglesia así en su área, pero no puede encontrarla, use la dirección al final de este libro para contactar a nuestra organización, y con gusto lo ayudaremos). A los que se presume que iría al cielo porque eran religiosos, Jesús dijo: "No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán ese día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios y realizamos muchos milagros?" Entonces les diré claramente: "Nunca los conocí. ¡Lejos de mí, malhechores!" (Mateo 7:21-23). Quienes asuman solo sus actividades religiosas los llevarán al cielo tienen una terrible sorpresa por delante. No asumas simplemente que eres cristiano y vas al cielo. Tome la decisión consciente de aceptar la muerte sacrificial de Cristo en su nombre. Cuando eliges aceptar a Cristo y entregar el control de tu vida a él, puedes estar seguro de que tu nombre está escrito en el Libro de la Vida del Cordero. AGUA PARA LOS SEDIENTOS Después de mostrarnos los nuevos cielos y la Nueva Tierra, Jesús dice cerca del final de la Biblia: " Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. "(Apocalipsis 21:6). Pero luego Jesús agrega estas palabra aleccionadoras: " El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. "(Apocalipsis 21:7-8). Ha habido momentos en que creo que no deseamos el cielo, pero con mayor frecuencia me pregunto si, en nuestro corazón, alguna vez hemos deseado algo más. C. S. LEWIS Para aquellos que conocen a Cristo, su lugar es el cielo. Para aquellos que no conocen a Cristo, su lugar es el infierno. Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6). No hay término medio. O eres un seguidor de Jesús o no lo eres. Cristo dijo: "El que no está conmigo está contra mí" (Lucas 11:23). La Biblia termina con una invitación más, sugiriendo que Dios quiere dar a cada lector una última oportunidad: "El Espíritu y la novia dicen:" ¡Ven! ", Y el que escucha, diga:" ¡Ven! " Quien tenga sed, que venga; y quien quiera, que tome el regalo gratuito del agua de la vida "(Apocalipsis 22:17). Es Jesús, y el Cielo, lo que tenemos sed. Jesús y el Cielo se nos ofrecen sin costo porque ya pagó el precio por nosotros. Dios te invita a venir. La iglesia te invita a venir. Como seguidor de Jesús, te invito a que vengas. ¿Por qué no vienes? ¿Qué razón podría ser lo suficientemente buena como para alejarse de Jesús y de la vida eterna en los nuevos cielos y la Nueva Tierra? En palabras de CS Lewis, "Durante toda su vida, un éxtasis inalcanzable ha estado más allá del alcance de su conciencia. Llegará el día en que se despertarán para descubrir, más allá de toda esperanza, que lo han alcanzado, o de lo contrario, que estaba a tu alcance y lo has perdido para siempre ".44 Estás hecho para una persona y un lugar. Jesús es la persona El cielo es el lugar. Se trata de un paquete no se puede conseguir el cielo sin Jesús o Jesús con salida Cielo. Exploraremos las alegrías y maravillas del cielo a lo largo de este libro. Pero no nos atrevemos a suponer que podemos entrar al Cielo sin Cristo. "Buscad al Señor mientras puede ser hallado; llamadle mientras está cerca" (Isaías 55:6). ¿Has confesado tus pecados? ¿Le pidió a Cristo que lo perdone? ¿depositó su confianza en la muerte y resurrección de Cristo en su nombre? ¿Le pidió a Jesús que fuera su Señor y lo capacitara para seguirlo? ¿No sería trágico si leyeras este libro sobre el cielo, pero no llegaras allí? SECCIÓN DOS ENTENDAMOS EL CIELO INTERMEDIO CAPÍTULO 5 ¿CUÁL ES LA NATURALEZA DEL CIELO INTERMEDIO? Pippin: "Esto es el fin ... " Gandalf: "¿Fin? No, el viaje no termina aquí. La muerte es solo otro camino ... uno que todos deben tomar. La cortina de lluvia gris de este mundo retrocede, y todo cambia a cristal plateado ... y luego lo ves ". Pippin: "¿Qué? ¿Gandalf? ¿Qué ves?" Gandalf: "Orillas blancas ... y más allá. El país lejano verde bajo la luz de un amanecer". Pippin: "Bueno, eso no es tan malo". Gandalf: "No ... no, no lo es". La película de Peter Jackson El regreso del rey El apóstol Pablo consideró vital para nosotros saber lo que sucede cuando morimos: "Hermanos, no queremos que ignoren a los que se duermen, o que se aflijan como el resto de los hombres, que no tienen esperanza" (1 Tesalonicenses 4:13). Utilizando el eufemismo "los que se duermen", Pablo habla de los que han muerto. Si estamos vivos al regreso de Cristo, él nos asegura que seremos "atrapados junto a ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. Por lo tanto, anímense mutuamente con estas palabras" (1 Tesalonicenses 4:17-18). La mayor parte de este libro se centrará en el Cielo eterno, el lugar donde viviremos para siempre después de la resurrección final. Pero debido a que todos hemos tenido seres queridos que mueren, y nosotros mismos moriremos a menos que Cristo regrese primero, debemos considerar lo que las Escrituras enseñan sobre el Cielo actual, el lugar al que van los cristianos cuando mueren. LA NATURALEZA TEMPORAL DEL CIELO ACTUAL Cuando un cristiano muere, él o ella entra en lo que se conoce en teología como el estado intermedio, un período de transición entre nuestras vidas pasadas en la Tierra y nuestra futura resurrección a la vida en la Nueva Tierra. Por lo general, cuando nos referimos al "Cielo", nos referimos al lugar al que van los cristianos cuando mueren. Esto es lo que llamo el Cielo presente o intermedio. Cuando les decimos a nuestros hijos "La abuela está ahora en el cielo", nos estamos refiriendo al Cielo actual. Por definición, un estado o ubicación intermedio es temporal. La vida en el cielo a la que vamos cuando morimos, donde moraremos antes de nuestra resurrección corporal, es "mucho mejor" que vivir aquí en la Tierra bajo la maldición, lejos de la presencia directa de Dios (Filipenses 1:23). Aún así, el Cielo intermedio o presente no es nuestro destino final. Aunque será un lugar maravilloso, el Cielo actual no es el lugar para el que estamos hechos, el lugar que Dios promete remodelar para que vivamos para siempre. Los hijos de Dios están destinados a la vida como seres resucitados en una Tierra resucitada. No debemos perder de vista nuestro verdadero destino. Si lo hacemos, estaremos confundidos y desorientados en nuestro pensamiento sobre dónde y de qué forma, pasaremos la eternidad. ¿VIVIREMOS EN EL CIELO PARA SIEMPRE? La respuesta a la pregunta: ¿Viviremos en el cielo para siempre? depende de lo que entendemos por cielo. ¿Estaremos con el Señor para siempre? Absolutamente. ¿Estaremos siempre con él exactamente en el mismo lugar donde está ahora el Cielo? No. En el Cielo actual, estaremos en la presencia de Cristo, y estaremos alegres, pero estaremos ansiosos por nuestra resurrección corporal y la reubicación permanente en la Nueva Tierra. Vale la pena repetirlo porque es comúnmente mal entendido: cuando morimos, los creyentes en Cristo no irán al cielo donde viviremos para siempre. En cambio, iremos a un Cielo intermedio. En ese Cielo, donde ahora están aquellos que murieron cubiertos por la sangre de Cristo, esperaremos el tiempo del regreso de Cristo a la tierra, nuestra resurrección corporal, el juicio final y la creación de los nuevos cielos y la Nueva Tierra. Si no entendemos esta verdad, dejaremos de entender la doctrina bíblica del Cielo. Puede parecer extraño decir que el Cielo al que vamos al morir no es eterno, pero es cierto. "Los cristianos a menudo hablan de vivir con Dios 'en el cielo' para siempre", escribe el teólogo Wayne Grudem. "Pero, de hecho, la enseñanza bíblica es más rica que eso: nos dice que habrá nuevos cielos y una nueva tierra, una creación completamente renovada, y que viviremos con Dios allí ... También habrá un nuevo tipo de unificación del cielo y la tierra ... Habrá una unión del cielo y la tierra en esta nueva creación ". 45 Permítanme sugerir una analogía para ilustrar la diferencia entre el Cielo actual y el Cielo eterno. Supongamos que vivieras en un refugio para personas sin hogar en Miami. Un día heredas una hermosa casa, completamente amueblada, en una hermosa ladera con vista a Santa Bárbara, California. Con el hogar viene un trabajo maravilloso haciendo algo que siempre has querido hacer. No solo eso, sino que también estará cerca de familiares cercanos que se mudaron de Miami hace muchos años. En su vuelo a Santa Bárbara, cambiará de avión en Dallas, donde pasará una tarde. Otros miembros de la familia, a quienes no ha visto en años, lo encontrarán en el aeropuerto de Dallas y abordarán el avión con usted a Santa Bárbara. Esperas verlos. Ahora, cuando el agente de boletos de Miami le pregunta: "¿A dónde se dirige?" dirías "Dallas"? No. Dirías Santa Bárbara, porque ese es tu destino final. Si mencionaras a Dallas, solo dirías: "Voy a Santa Bárbara a través de Dallas". Cuando hables con tus amigos en Miami sobre dónde vas a vivir, ¿te enfocarías en Dallas? No. Puede que ni siquiera menciones a Dallas, a pesar de que serás un habitante de Dallas durante varias horas. Incluso si pasaras una semana en Dallas, no sería tu enfoque. Dallas es solo una parada en el camino. Su verdadero destino, su nuevo hogar permanente, es Santa Bárbara. A la edad de ochenta y tres años me pregunté qué sabía sobre el hogar de Dios, y me sorprendió mucho admitir que sabía muy poco ... El aumento de la edad y el hecho de que pronto haré mi propia peregrinación, han engendrado en mi alma un intenso deseo de explorar este fascinante tema. IVOR POWELL Del mismo modo, el Cielo al que iremos cuando muramos, el Cielo actual, es un lugar de residencia temporal, una parada en el camino hacia nuestro destino final: la Nueva Tierra. Otra analogía es más precisa pero difícil de imaginar, porque para la mayoría de nosotros está fuera de nuestra experiencia. Imagine salir del refugio para indigentes en Miami y volar a la ubicación intermedia, Dallas, y luego darse la vuelta y regresar a su lugar de origen, que ha sido completamente renovado: un Nuevo Miami. En este Nuevo Miami, ya no vivirías en un refugio para personas sin hogar, sino en una hermosa casa en una gloriosa ciudad libre de contaminación, crimen y pecado. Por lo tanto, terminaría viviendo no en un hogar diferente, sino en una versión radicalmente mejorada de su antiguo hogar. Esto es lo que la Biblia nos promete: viviremos con Cristo y entre nosotros para siempre, no en el Cielo intermedio o presente, sino en la Nueva Tierra, donde Dios estará en casa con su pueblo. ¿CAMBIA REALMENTE EL CIELO? Solo Dios es eterno y autoexistente. Todo lo demás está creado. El cielo no es sinónimo de Dios, ni es parte de su ser esencial. Por lo tanto, Dios debe haber creado el cielo. No es un lugar donde debe morar, pero es donde elige morar. Debido a que el Cielo es un lugar donde viven los ángeles, donde los seres finitos van y vienen, parece ser un ambiente finito, una ubicación específica. Debido a que Dios creó el Cielo, tuvo un comienzo y, por lo tanto, no es intemporal ni inmutable. Tenía un pasado (el tiempo anterior a la encarnación, muerte y resurrección de Cristo), tiene un presente (el cielo donde van los creyentes cuando mueren), y tendrá un futuro (el cielo eterno o la tierra nueva). El Cielo pasado, el Cielo presente y el Cielo futuro o eterno pueden llamarse Cielo, pero no son sinónimos, a pesar de que son todas las moradas de Dios. Los libros sobre el cielo a menudo no logran distinguir entre los estados intermedios y eternos, usando la única palabra: cielo, como todo incluido. Pero esto ha embotado nuestro pensamiento y nos impide comprender importantes distinciones bíblicas. En este libro, cuando me refiero al lugar al que van los creyentes después de la muerte, utilizo términos como el Cielo actual o el Cielo intermedio. Me referiré al estado eterno como el Cielo eterno o la Nueva Tierra. Espero que puedan ver por qué esta es una distinción tan importante. El cielo actual es un alojamiento temporal, lugar de espera hasta el regreso de Cristo y nuestra resurrección corporal. El Cielo eterno, la Nueva Tierra, es nuestro verdadero hogar, el lugar donde viviremos para siempre con nuestro Señor y entre nosotros. Las grandes promesas redentoras de Dios encontrarán su máximo cumplimiento en la Nueva Tierra, no en el Cielo actual. Cuando hablamos sobre el futuro de la Nueva Tierra, como lo haremos en la mayor parte de este libro, gran parte de lo que decimos sobre él puede no ser cierto para el Cielo intermedio. (Por ejemplo, comeremos y beberemos en nuestros cuerpos de resurrección en la Nueva Tierra, pero eso no significa que las personas coman y beban en el Cielo actual). Y cuando describimos el Cielo actual, no necesariamente se corresponderá con lo que el El cielo eterno, la Nueva Tierra, será como. Una vez que abandonamos nuestras suposiciones de que el Cielo no puede cambiar, todo tiene sentido. Dios no cambia; El es inmutable. Pero Dios dice claramente que el Cielo será cambiar. Eventualmente será reubicado en la Nueva Tierra (Apocalipsis 21:1). Del mismo modo, lo que ahora llamamos Infierno también se reubicará. Después del Juicio del Gran Trono Blanco, el Infierno será arrojado al lago de fuego eterno (Apocalipsis 20: 14-15). DISTINGUIR LOS CIELOS PRESENTES Y FUTUROS Las preguntas, ¿Cómo es el cielo? y, ¿cómo será el cielo? Tiene dos respuestas diferentes. El cielo intermedio actual está en el reino angelical, claramente separado de la Tierra (aunque, como veremos, es probable que tenga más cualidades físicas de lo que podríamos suponer). Por el contrario, el futuro Cielo estará en el reino humano, en la Tierra. A continuación, la morada de Dios también será la morada de la humanidad en un universo resucitado: "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva .... Vi la Ciudad Santa la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de Dios ... Y escuché una fuerte voz desde el trono que decía: "Ahora la morada de Dios está con los hombres, y él vivirá con ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios". "(Apocalipsis 21:1-3). El cielo, la morada de Dios, algún día estará en la Nueva Tierra. Note que la Nueva Jerusalén, que estaba en el cielo, descenderá del cielo de Dios. ¿A dónde va? A la nueva tierra. A partir de ese momento, "la morada de Dios" estará con la humanidad redimida en la Tierra Algunos dirían que la Nueva Tierra no debería llamarse Cielo. Pero me parece claro que, si la morada especial de Dios es, por definición, el Cielo, y se nos dice que "la morada de Dios" estará con la humanidad en la Tierra, entonces el Cielo y la Nueva Tierra serán esencialmente el mismo lugar. Se nos dice que "el trono de Dios y del Cordero" está en la Nueva Jerusalén, que es llevada a la Nueva Tierra (Apocalipsis 22: 1). Nuevamente, parece claro que donde sea que Dios mora con su pueblo y se siente en su trono se llamaría Cielo. Estoy de acuerdo con el teólogo Anthony Hoekema, quien escribe: "La 'nueva Jerusalén' ... no permanece en un 'cielo' lejano en el espacio, sino que se reduce a la tierra renovada; allí los redimidos pasarán la eternidad en cuerpos de resurrección. Entonces, el cielo y la tierra, ahora separados, se fusionarán: la nueva tierra también será el cielo, ya que Dios morará allí con su pueblo. Los creyentes glorificados, en otras palabras, continuarán estando en el cielo mientras están habitando la nueva tierra." 46 Que Dios vendría a la Nueva Tierra para vivir con nosotros encaja perfectamente con su plan original. Dios podría haber llevado a Adán y Eva al cielo para visitarlo en su mundo. En cambio, bajó a caminar con ellos en su mundo (Génesis 3: 8). Jesús dice de cualquiera que sea su discípulo: "Mi Padre lo amará, y iremos a él y haremos nuestro hogar con él" (Juan 14:23). Esta es una imagen del plan supremo de Dios: no llevarnos a vivir en un reino hecho para él, sino bajar y vivir con nosotros en el reino que él hizo para nosotros. La mayoría de las vistas del cielo son anti-encarnacionales. No comprenden que el Cielo será Dios morando con nosotros, las personas resucitadas, en la Tierra resucitada. La Encarnación se trata de Dios habitando el espacio y el tiempo como un ser humano: los nuevos cielos y la Nueva Tierra se trata de Dios haciendo del espacio y el tiempo su hogar eterno. Como Jesús es Dios encarnado, así la Nueva Tierra será el Cielo encarnado. Piense en lo que nos dice Apocalipsis 21: 3: Dios reubicará a su pueblo y descenderá del Cielo a la Nueva Tierra para vivir con ellos: "Dios mismo estará con ellos". En lugar de subir a vivir en el hogar de Dios para siempre, Dios bajará a vivir en nuestro hogar para siempre. En pocas palabras, aunque el Cielo presente está "allá arriba", el Cielo futuro y eterno estará "aquí abajo". Si no vemos esa distinción, no entendemos el plan de Dios y no podemos imaginar cómo será nuestra vida eterna. Varios libros sobre el Cielo afirman que la Nueva Jerusalén no descenderá a la Tierra, sino que permanecerá "suspendida sobre la tierra". Pero Apocalipsis 21:2 no dice esto. Cuando John observa la ciudad "descender" del cielo, no hay razón para creer que se detenga antes de llegar a la Nueva Tierra. La suposición de que permanece suspendida sobre la tierra surge de la noción de que el Cielo y la Tierra siempre deben estar separados. Pero las Escrituras indican que se unirán. Su incompatibilidad actual se debe a una aberración temporal: la Tierra 47 está bajo pecado y la Maldición. Una vez que se corrija esa aberración, el Cielo y la Tierra volverán a ser totalmente compatibles (Efesios 1:10). Los idealistas utópicos que sueñan con que la humanidad cree el "Cielo en la Tierra" están destinados a la decepción. Pero, aunque están equivocados al creer que los humanos pueden lograr una existencia utópica aparte de Dios, la realidad del Cielo en la Tierra —Dios que habita con la humanidad en el mundo que hizo para nosotros— se hará realidad. Es el sueño de Dios. Es el plan de Dios. Él, no lo lograremos nosotros. ¿PERMANECEMOS CONSCIENTES DESPUÉS DE LA MUERTE? "El polvo vuelve a la tierra de donde vino, y el espíritu vuelve a Dios que lo dio" (Eclesiastés 12:7). Al morir, el espíritu humano va al cielo o al infierno. Cristo describió a Lázaro y al hombre rico como conscientes en el Cielo y el Infierno inmediatamente después de su muerte (Lucas 16:22-31). Jesús le dijo al ladrón moribundo en la cruz: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43). El apóstol Pablo dijo que morir era estar con Cristo (Filipenses 1:23), y estar ausente del cuerpo era estar presente con el Señor (2 Corintios 5:8). Después de su muerte, los mártires son representados en el Cielo, clamando a Dios para que haga justicia en la Tierra (Apocalipsis 6:9-11). Estos pasajes dejan claro que no existe el "sueño del alma" o un largo período de inconsciencia entre la vida en la Tierra y la vida en el Cielo. La frase "dormido" (en 1 Tesalonicenses 4:13 y pasajes similares) es un eufemismo para la muerte, que describe la apariencia externa del cuerpo. La salida del espíritu del cuerpo termina nuestra existencia en la Tierra. La parte física de nosotros "duerme" hasta la resurrección, mientras que la parte espiritual de nosotros se traslada a una existencia consciente en el Cielo (Daniel 12:2-3; 2 Corintios 5: 8). Algunos pasajes del Antiguo Testamento (por ejemplo, Eclesiastés 9: 5) abordan las apariencias externas y no reflejan la plenitud de la revelación del Nuevo Testamento sobre la reubicación inmediata y la conciencia después de la muerte. Cada referencia en Apocalipsis a los seres humanos que hablan y adoran en el Cielo antes de la resurrección de los muertos demuestra que nuestros seres espirituales son conscientes, no duermen, después de la muerte. (Casi todos los que creen en el sueño del alma creen que las almas están incorpóreas al morir; no está claro cómo los seres incorpóreos podrían dormir, porque dormir implica un cuerpo físico). ¿SEREMOS JUZGADOS CUANDO MURAMOS? Cuando morimos, enfrentamos el juicio, lo que se llama el juicio de fe. El resultado de este juicio determina si vamos al Cielo actual o al Infierno actual. Este juicio inicial no depende de nuestras obras sino de nuestra fe. No se trata de lo que hemos hecho durante nuestras vidas, sino de lo que Cristo ha hecho por nosotros. Si hemos aceptado la muerte expiatoria de Cristo por nosotros, entonces, cuando Dios nos juzgue después de que muramos, verá el sacrificio de su Hijo por nosotros, no nuestro pecado. La salvación es un regalo gratuito, al que no podemos contribuir absolutamente nada (Efesios 2:8-9; Tito 3:5). Este primer juicio no debe confundirse con el juicio final, o lo que se llama el juicio de las obras. Tanto los creyentes como los no creyentes enfrentan un juicio final. La Biblia indica que todos los creyentes se presentarán ante el tribunal de Cristo para dar cuenta de sus vidas (Romanos 14:10-12; 2 Corintios 5:10). Es crítico entender que este juicio es un juicio de obras, no de fe (1 Corintios 3:13-14). Nuestras obras no afectan nuestra salvación, pero sí afectan nuestra recompensa. Las recompensas son sobre nuestro trabajo para Dios, fortalecido por su Espíritu. Las recompensas son condicionales, dependen de nuestra fidelidad (2 Timoteo 2:12; Apocalipsis 2:26-28; 3:21). † Los incrédulos se enfrentan a un juicio final de las obras también. La Biblia nos dice que vendrá en el gran trono blanco, al final de la vieja Tierra y justo antes del comienzo de la Nueva Tierra (Apocalipsis 20:11-13). Las opiniones varían sobre cuándo ocurrirá el juicio de las obras para los creyentes. Algunas personas se imaginan que ocurre inmediatamente después del juicio de fe, un juicio "uno a la vez" que ocurre a medida que cada creyente muere. Otros piensan que sucede en el Cielo actual, entre nuestra muerte y el regreso de Cristo. Aquellos que creen en un Rapto pretribulacional a menudo imaginan el juicio de las obras que suceden entre el Rapto y el regreso físico de Cristo, mientras la Tribulación se lleva a cabo en la Tierra. Aún otros creen que sucede al mismo tiempo que el Juicio del Gran Trono Blanco de los incrédulos, después del Milenio. ¿ES EL CIELO ACTUAL PARTE DE NUESTRO UNIVERSO U OTRO? El cielo actual es normalmente invisible para quienes viven en la Tierra. Para aquellos que tienen problemas para aceptar la realidad de un reino invisible, considere la perspectiva de los investigadores de vanguardia que adoptan la teoría de cuerdas. Los científicos de Yale, Princeton y Stanford, entre otros, postulan que hay diez dimensiones no observables y probablemente un número infinito de universos imperceptibles. Si esto es lo que creen los principales científicos, ¿por qué alguien debería sentirse cohibido por creer en una dimensión no observable, un reino que contiene ángeles y el Cielo y el Infierno? 48 La Biblia enseña que a veces los humanos pueden ver el cielo. Cuando Esteban fue apedreado por su fe en Cristo, miró al cielo: "Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y Jesús estaba a la diestra de Dios". 'él dijo:' Veo el cielo abierto y al Hijo del Hombre parado a la diestra de Dios '"(Hechos 7:55-56). Las Escrituras nos dicen que Stephen no soñó esto, sino que en realidad lo vio. Wayne Grudem señala que Stephen "no vio meros símbolos de un estado de existencia. Fue más bien que se le abrieron los ojos para ver una dimensión espiritual de la realidad que Dios nos ha ocultado en esta época actual, una dimensión que no obstante realmente existe en nuestro universo espacio / tiempo, y dentro del cual Jesús ahora vive en su cuerpo físico resucitado, esperando incluso ahora un momento en que regrese a la tierra ". 49 Estoy de acuerdo con Grudem en que el Cielo actual es un universo espacio / tiempo. Puede tener razón en que es parte de nuestro propio universo, o puede estar en un universo diferente. Podría ser un universo al lado que normalmente está oculto, pero a veces abierto. En cualquier caso, parece probable que Dios no haya creado simplemente una visión para Stephen para hacer que el cielo parezca físico. Más bien, le permitió a Stephen ver un Cielo intermedio que era (y es) físico. El profeta Eliseo le pidió a Dios que le diera a su siervo, Giezi, un vistazo del reino invisible. Él oró: "Oh Señor, abre los ojos para que pueda ver". Entonces el Señor abrió los ojos del sirviente, y miró y vio las colinas llenas de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo "(2 Reyes 6:17). Se podría argumentar que estos caballos y carros (con guerreros angelicales) existen a nuestro lado en nuestro universo, pero normalmente estamos ciegos ante ellos. O tal vez en un universo al lado del nuestro que se abre en el nuestro para que los seres angelicales, y los caballos, aparentemente, puedan moverse entre universos. Una tercera posibilidad, para mí, la menos convincente en estos casos, es que tales descripciones son meramente metafóricas, no deben tomarse literalmente. Pero Hechos 7 y 2 Reyes 6 son relatos narrativos, de naturaleza histórica, no literatura apocalíptica o parabólica. El texto es claro que Stephen y Giezi vieron cosas reales y físicas. Esto apoya la opinión de que el Cielo es un reino físico. Físico y espiritual no son ni opuestos ni contradictorios. De hecho, el apóstol Pablo se refiere al cuerpo de resurrección como un "cuerpo espiritual" (1 Corintios 15:44). Dios es un espíritu, y los ángeles son seres espirituales, pero ambos pueden, y en la Nueva Tierra lo harán, vivir en un entorno físico. Si un ciego ganara la vista momentáneamente y describiera un árbol real que vio, otras personas ciegas, especialmente si vivían en un mundo donde todos estaban ciegos, podrían asumir automáticamente que el árbol no era literal, un mero símbolo de alguna realidad espiritual. Pero ellos podrían estar equivocados. Del mismo modo, no debemos suponer que la Biblia describe el Cielo de manera física simplemente para acomodarnos. Es completamente posible que el Cielo presente sea un reino físico. Debido a que la cuestión de la naturaleza física del Cielo actual es importante y controvertida, la veremos más de cerca en el próximo capítulo. † 1 trato extenso con el tema de las recompensas eternas en mis libros In Light of Eternity (Colorado Springs: WaterBrook, 1999), Money, Possessions, and Eternity (Wheaton, 111.: Tyndale, 2003) y The Law of Rewards ( Wheaton, 111 .: Tyndale, 2003). CAPÍTULO 6 ¿ES UN LUGAR FÍSICO EL CIELO INTERMEDIO? Porque la entrada del mundo mayor es amplia y segura, y aquellos que ven la rigidez y el dolor de los que han sido liberados deben preguntarse con gran asombro cuando son recibidos en esas grandes habitaciones con alegría e inmortalidad. Amy Carmichael Una sola lectura después de mis libros, un misionero me escribió, preocupa profundamente que pensé que el cielo podría ser un lugar físico. En nuestra correspondencia, no importaba cuántos pasajes bíblicos señalara, no importaba. Siempre le habían enseñado que el cielo era "espiritual" y, por lo tanto, no físico. Sugerir lo contrario era, en su mente, cometer herejía. Mi preocupación no era tanto que él creía que el Cielo actual no es físico. (Quizás tenga razón.) Más bien, parecía que estaba convencido de que si el Cielo fuera físico, sería menos sagrado y especial. Él veía lo físico y lo espiritual como opuestos. Cuando le pedí que demostrara por las Escrituras por qué el Cielo no puede ser un lugar físico, me dijo que la respuesta era muy simple: porque "Dios es espíritu" (Juan 4:24). Él creía que el verso resolvió la cuestión de una vez por todas. Pero decir que Dios es espíritu es muy diferente de decir que el Cielo es espíritu. El cielo, después de todo, no es lo mismo que Dios. Dios creó el cielo; por lo tanto, no siempre habitó allí. Aunque Dios elige morar en el cielo, no necesita una morada. Sin embargo, como humanos finitos, lo hacemos. No es problema para el Dios todopoderoso, un espíritu, morar en un reino espiritual, físico o que incluya ambos. La verdadera pregunta es si las personas, siendo por naturaleza espirituales y físicas, pueden morar en un reino sin propiedades físicas. La Nueva Tierra física será nuestra última morada, pero hasta entonces no deberíamos sorprendernos si Dios elige proporcionar un lugar de espera que también sea físico. Para que existamos como seres humanos, ocupamos espacio. Parece razonable inferir que el espacio que ocupamos sería físico. Si el Cielo presente e intermedio es un lugar donde moran Dios, los ángeles y los humanos, tiene sentido que el Cielo se acomode a la humanidad, porque Dios no necesita acomodación. Sabemos que los ángeles pueden existir en un mundo físico porque existen en este, no solo en el Cielo. De hecho, los ángeles a veces, tal vez a menudo, toman forma humana (Hebreos 13:2). Si vamos a hacer inferencias sobre la naturaleza del cielo, no debemos derivarlas de la naturaleza de Dios. Después de todo, él es un ser único que es infinito, que existe fuera del espacio y el tiempo. Más bien, debemos basar nuestras deducciones en la naturaleza de la humanidad. No es problema para el Dios infinito habitar donde sea que habita la humanidad. La pregunta es si los humanos finitos pueden existir como lo hace Dios, fuera del espacio y el tiempo. No estoy seguro de que podamos. Pero estoy seguro de que, si podemos, es solo como una aberración temporal que será corregida permanentemente por nuestra resurrección corporal en preparación para la vida en la Nueva Tierra. ¿Por qué somos tan resistentes a la idea de que el cielo podría ser físico? La respuesta, creo, se centra en una creencia no bíblica de que el reino espiritual es bueno y el mundo material es malo, una visión que llamo cristoplatonismo. (Para una discusión de los supuestos falsos del cristoplatonismo, vea el apéndice A.) Para nuestros propósitos en este capítulo, resumiré esta creencia que se cierne como una nube oscura sobre la visión común del Cielo. Platón, el filósofo griego, creía que las cosas materiales, incluido el cuerpo humano y la tierra, son malas, mientras que las cosas inmateriales como el alma y el cielo son buenas. Este punto de vista se llama platonismo. La iglesia cristiana, altamente influenciada por el platonismo a través de las enseñanzas de Filón (ca. 20 a. C.-50 d. C.) y Orígenes (185-254 d. C.), entre otros, llegó a abrazar la visión "espiritual" de que los espíritus humanos están mejor sin cuerpos y que el cielo es un estado incorpóreo. Rechazaron la noción del Cielo como un reino físico y espiritualizaron o descuidaron por completo la enseñanza bíblica de las personas resucitadas que habitan una Tierra resucitada. El cristoplatonismo ha tenido un efecto devastador en nuestra capacidad de comprender lo que las Escrituras dicen sobre el Cielo, particularmente sobre el Cielo eterno, la Nueva Tierra. Un buen cristiano me dijo: "Esta idea de tener cuerpos y comer alimentos y estar en un lugar terrenal ... ¿suena tan poco espiritual? Sin saberlo, estaba bajo la influencia del cristoplatonismo. Si creemos, incluso inconscientemente, que los cuerpos y la tierra y las cosas materiales no son espirituales, incluso malvados, entonces inevitablemente rechazaremos o espiritualizaremos cualquier revelación bíblica sobre nuestra resurrección corporal o las características físicas de la Nueva Tierra. Eso es exactamente lo que ha sucedido en la mayoría de las iglesias cristianas, y es una gran razón por la que no llegamos a un acuerdo con una doctrina bíblica del Cielo. El cristoplatonismo también ha cerrado nuestras mentes a la posibilidad de que el Cielo actual sea en realidad un reino físico. Sin embargo, si miramos las Escrituras, veremos considerables evidencias de que el cielo actual tiene propiedades físicas. EL CIELO COMO SUSTANCIA, LA TIERRA COMO SOMBRA En su clásico Paradise Lost del siglo XVII, John Milton describe a Eden como un jardín lleno de flores aromáticas, fruta deliciosa y hierba suave, regada exuberante. También conecta el Edén con el Cielo, la fuente de la existencia terrenal, retratando el Cielo como un lugar de grandes placeres y la fuente de los placeres de la Tierra. En la historia de Milton, el ángel Raphael le pregunta a Adam: ¿Y si la Tierra Sé solo la sombra del cielo y las cosas que hay en él El uno al otro como, más de lo que se piensa en la Tierra? 50 Aunque la idea de la Tierra como la sombra del cielo rara vez se discute, incluso en los libros sobre el cielo, es un concepto que tiene respaldo bíblico. Por ejemplo, el templo en el cielo está lleno de humo de la gloria de Dios (Apocalipsis 15: 8). ¿Es este un templo figurativo con humo figurativo? ¿O hay un incendio real que crea humo literal en un edificio real? Se nos dice que hay rollos en el cielo, ancianos con caras, mártires que visten ropa e incluso personas con "ramas de palma en sus manos" (Apocalipsis 7:9). Hay instrumentos musicales en el Cielo actual (Apocalipsis 8:6), caballos que entran y salen del Cielo (2 Reyes 2:11; Apocalipsis 19:14) y un águila que vuela por encima en el Cielo (Apocalipsis 8:13). Quizás algunos de estos objetos son meramente simbólicos, sin una realidad física correspondiente. Pero, ¿es cierto eso de asignarlos? Muchos comentaristas descartan la posibilidad de que alguno de estos pasajes en Apocalipsis se tome literalmente, debido a que es literatura apocalíptica, conocida por sus figuras retóricas. Pero el libro de Hebreos no es apocalíptico, es epistolar. Dice que los sacerdotes terrenales "sirven en un santuario que es una copia y sombra de lo que está en el cielo" (Hebreos 8:5). A Moisés se le dijo, al construir el tabernáculo terrenal, "Procura que hagas todo de acuerdo con el patrón que se te muestra en la montaña" (Hebreos 8:5). Si lo que se construyó después de que el patrón fuera físico, ¿podría sugerir que el original también era físico? El libro de Hebreos parece decir que deberíamos ver la Tierra como un reino derivado y el Cielo como el reino fuente. Si lo hacemos, abandonaremos la suposición de que algo existente en un reino no puede existir en el otro. De hecho, consideraremos que es probable que lo que existe en un reino exista en al menos alguna forma en el otro. Deberíamos dejar de pensar en el Cielo y la Tierra como opuestos y, en su lugar, verlos como círculos superpuestos que comparten ciertos puntos en común. Cristo "pasó por el tabernáculo más grande y perfecto que no es hecho por el hombre, es decir, que no es parte de esta creación" (Hebreos 9:11). "Cristo no entró en un santuario hecho por el hombre que era solo una copia del verdadero; entró en el cielo mismo" (Hebreos 9:24). El santuario terrenal era una copia del verdadero en el cielo. De hecho, la Nueva Jerusalén que será llevada a la Nueva Tierra está actualmente en el Cielo intermedio o presente (Hebreos 12:22). Si sabemos que la Nueva Jerusalén estará físicamente en la Nueva Tierra, y también sabemos que está en el Cielo actual, ¿eso no sugiere que la Nueva Jerusalén es actualmente física? ¿Por qué no lo sería? A menos que comencemos con la suposición de que el Cielo no puede ser físico, parece que esta evidencia nos convencerá de que sí es físico. Estos versículos en hebreos sugieren que Dios creó la Tierra a imagen del cielo, tal como creó a la humanidad a su imagen. CS Lewis propuso que "las colinas y los valles del Cielo serán para aquellos que ahora experimentas, no como una copia para un original, ni como un sustituto para el artículo genuino, sino como la flor para la raíz o el diamante para el carbón." 51 La iglesia está siendo constantemente tentada a aceptar este mundo como su hogar. . . pero si es sabia, considerará que se encuentra en el valle entre los picos de las montañas de la eternidad pasada y la eternidad por venir. El pasado se fue para siempre y el presente pasa tan rápido como la sombra en el reloj de sol de Acaz. Incluso si la tierra continuara un millón de años, ninguno de nosotros podría quedarse para disfrutarla. Hacemos bien en pensar en el largo mañana. A W TOZER A menudo nuestro pensamiento es al revés. ¿Por qué imaginamos que Dios modela la ciudad santa del cielo según una ciudad terrenal, como si el cielo no supiera nada de la comunidad y la cultura y tuviera que obtener sus ideas de nosotros? ¿No es más probable que las realidades terrenales, incluidas las ciudades, se deriven de sus contrapartes celestiales? Tendemos a comenzar con la Tierra y razonar hacia el Cielo, cuando en cambio deberíamos comenzar con el Cielo y razonar hacia la Tierra. No es simplemente una adaptación a nuestra estructura familiar terrenal, por ejemplo, que Dios se llama a sí mismo padre y nosotros hijos. Por el contrario, creó relaciones padre-hijo para mostrar su relación con nosotros, así como creó el matrimonio humano para revelar la relación de amor entre Cristo y su novia (Efesios 5:32). En mi novela Safely Home, imagino la relación entre la Tierra y el Cielo: En comparación con lo que ahora veía, el mundo del que había venido era una tierra de sombras, incolora y bidimensional. Este lugar era fresco y cautivador, resonando con color y belleza. No solo podía verlo y oírlo, sino sentirlo, olerlo y saborearlo. Cada ladera, cada montaña, cada cascada, cada animal retozando en los campos parecía llamarlo para que se uniera a ellos, que venga desde el exterior y se sumerja en el interior. Todo este mundo tenía la sensación de agua fría en una abrasadora tarde de agosto. La luz lo llamó para sumergirse con abandono, para unirse a la gran aventura. "Sé lo que es esto", dijo Quan. "Dime", dijo el carpintero. "Es la sustancia que proyecta todas esas sombras en el otro mundo. Los círculos allí son copias de las esferas aquí. Los cuadrados allí son copias de los cubos aquí. Los triángulos allí son copias de las pirámides aquí. La Tierra era una tierra plana. Esto es ... bueno, el interior es más grande que el exterior, ¿no? ¿Cuántas dimensiones hay? " "Mucho más de lo que has visto hasta ahora", dijo el Rey, riendo. "Este es el lugar que define y da sentido a todos los lugares", dijo Li Quan. "Nunca imaginé que sería así". 52 ¿EL "PARAÍSO" SUGIERE UN SITIO FÍSICO? Durante la Crucifixión, cuando Jesús le dijo al ladrón en la cruz: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43), se refería al Cielo actual. Pero, ¿por qué lo llamó paraíso y a qué se refería? La palabra paraíso proviene de la palabra persa pairidaeza, que significa "un parque amurallado" o "jardín cerrado". Fue utilizado para describir los grandes jardines amurallados de los palacios reales del rey persa Ciro. En la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento, la palabra griega para paraíso se usa para describir el Jardín del Edén (por ejemplo, Génesis 2: 8; Ezequiel 28:13). Más tarde, debido a la creencia judía de que Dios restauraría F, den, paradisebeca.me la palabra para describir el estado eterno de los justos y, en menor medida, el cielo actual. 53 La palabra paraíso no se refiere a la naturaleza salvaje sino a la naturaleza bajo el dominio de la humanidad. No se dejó que el jardín o parque creciera completamente solo. Las personas aportaron su creatividad para gestionar, cultivar y presentar el jardín o parque. "La idea de un jardín amurallado", escribe el profesor de Oxford Alister McGrath, "encerrar un área cuidadosamente cultivada de plantas y animales exquisitos, fue el símbolo más poderoso del paraíso disponible para la imaginación humana, mezclando las imágenes de la belleza de la naturaleza con el El orden de la construcción humana ... Toda la historia humana está así envuelta en la sutil interacción de la tristeza sobre un paraíso perdido y la esperanza de su restauración final ". 54 En el judaísmo de la era del Nuevo Testamento, "El sitio del Paraíso reabierto es casi sin excepción la tierra ... La creencia en la resurrección aseguró que todos los justos, incluso aquellos que están muertos, tendrían una participación en el paraíso reabierto ". 55 El paraíso no se entendía generalmente como una mera alegoría, con un significado metafórico o espiritual, sino como un lugar físico real donde Dios y su pueblo vivían juntos, rodeados de belleza física, disfrutando de grandes placeres y felicidad. Dios dice: "Al que venciere, le daré el derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios" (Apocalipsis 2:7). El mismo árbol físico de la vida que estaba en el Jardín del Edén algún día estará en la Nueva Jerusalén en la Nueva Tierra (Apocalipsis 22:2). Ahora está (tiempo presente) en el Cielo intermedio o presente. ¿No deberíamos asumir que tiene las mismas propiedades físicas que tenía en el Jardín del Edén y que tendrá en la Nueva Jerusalén? Si no es así, ¿podría llamarse el árbol de la vida? Se nos dice que después de la caída, Dios "expulsó al hombre; y al este del jardín del Edén colocó los querubines y la espada de fuego que giraban en todas las direcciones para proteger el camino hacia el árbol de la vida" (Génesis 3:24, NASB). Parece que el Paraíso de Edén, con el árbol de la vida, retuvo su identidad como lugar físico, pero ya no era accesible para la humanidad. Fue custodiado por querubines, que son residentes del cielo, donde Dios está "entronizado entre los querubines" (2 Reyes 19:15). Eden no fue destruido. Lo que fue destruido fue la capacidad de la humanidad para vivir en el Edén. No hay indicios de que Eden haya sido despojado de su fisicalidad y transformado en una entidad "espiritual". Parece haber permanecido tal como estaba, un paraíso físico llevado a un reino al que no podemos acceder, probablemente el Cielo actual, porque sabemos con certeza que es donde está ahora el árbol de la vida (Apocalipsis 2:7) . Dios no ha terminado con el Edén. Lo conservó no como una pieza de museo, sino como un lugar que la humanidad algún día volverá a ocupar, y hasta cierto punto ahora puede ocupar en el Cielo actual. Debido a que se nos dice que el árbol de la vida se ubicará en la Nueva Jerusalén, a ambos lados de un gran río (Apocalipsis 22:2), parece probable que el Edén original sea un gran parque en el centro de la ciudad. Si sabemos que el árbol que distinguió al Edén estará allí, ¿por qué no el Edén mismo? Esto encajaría perfectamente con la declaración en Apocalipsis 2:7 de que el árbol de la vida está actualmente en el Paraíso. Aunque el resto de la tierra cayó bajo el pecado humano, el Edén fue tratado por alguna razón de manera diferente. Quizás había venido del cielo, la morada de Dios, y fue trasplantado a la Tierra. No lo sabemos, pero sí sabemos esto: Dios vino al Edén para visitar a Adán y Eva (Génesis 3:8), lo cual ya no haría después de que Adán y Eva fueran desterrados del Jardín después de la Caída. Independientemente de si el Edén fue creado junto con el resto de la tierra, claramente fue especial para Dios, y sigue siendo especial para él. La presencia del árbol de la vida en la Nueva Jerusalén establece que elementos del Edén, tan físicos como el original, volverán a ser parte de la experiencia humana. La presencia del árbol de la vida en el Cielo actual sugiere que el Cielo también tiene propiedades físicas y es capaz de contener objetos físicos. ¿LAS PERSONAS TIENEN CUERPOS INTERMEDIOS EN EL CIELO ACTUAL? A diferencia de Dios y los ángeles, que en esencia son espíritus (Juan 4:24; Hebreos 1:14), los seres humanos son por naturaleza espirituales y físicos (Génesis 2:7). Dios no creó a Adán como espíritu y lo colocó dentro de un cuerpo. Más bien, primero creó un cuerpo, luego inspiró en él un espíritu. Nunca hubo un momento en que un ser humano existiera sin un cuerpo. Los estudios neurofisiológicos revelan una conexión íntima entre el cuerpo y lo que históricamente se ha denominado alma, que incluye la mente, las emociones, la voluntad, la intencionalidad y la capacidad de adorar. † Parece que no somos esencialmente espíritus que habitan los cuerpos, pero somos esencialmente tan físicos como espirituales. No podemos ser completamente humanos sin un espíritu y un cuerpo. Dadas las descripciones físicas consistentes del Cielo actual y de quienes habitan allí, parece posible, aunque esto es ciertamente discutible, que entre nuestra vida terrenal y nuestra resurrección corporal, Dios puede otorgarnos alguna forma física que nos permita funcionar como humanos. seres mientras están en ese estado antinatural "entre cuerpos", esperando nuestra resurrección. Así como el estado intermedio es un puente entre la vida en la Tierra vieja y la Tierra nueva, quizás los cuerpos intermedios, o al menos una forma física de algún tipo, sirvan como puentes entre nuestros cuerpos actuales y nuestros cuerpos resucitados. El apóstol Pablo dice: "Mientras tanto, gemimos, anhelando estar vestidos con nuestra morada celestial, porque cuando estamos vestidos, no nos encontrarán desnudos. Porque mientras estamos en esta tienda, gemimos y estamos agobiados, porque no deseamos estar desnudos pero vestidos con nuestra morada celestial, para que lo que es mortal pueda ser tragado por la vida "(2 Corintios 5:2-4). Algunos consideran que esto significa que el estado intermedio es una condición de desnudez incorpórea. Puede que tengan razón. Otros, sin embargo, creen que Pablo anhela estar con Cristo (Filipenses 1:21), pero no puede anhelar un estado de desnudez platónica, que considera repugnante. Por lo tanto, entienden que Pablo está diciendo que al morir estamos inmediatamente vestidos por una morada celestial (ya sea el Cielo mismo o una forma intermedia), en la que esperaremos nuestra resurrección. Las mujeres a veces tienen el problema de intentar juzgar con luz artificial cómo se verá un vestido a la luz del día. Ese es el problema para todos nosotros: vestir nuestras almas no para las luces eléctricas del mundo actual, sino para la luz del día del próximo. El buen vestido es el que enfrentará esa luz. Porque esa luz durará más. C. S. LEWIS Hay evidencia que sugiere que la última posición podría ser correcta. Por ejemplo, los mártires en el cielo son descritos como vestidos (Apocalipsis 6:911). Los espíritus sin cuerpo no usan ropa. Muchos consideran la ropa puramente simbólica de estar cubiertos en la justicia de Cristo. Por supuesto, también podrían ser ropas reales con significado simbólico, así como el Arca del Pacto tenía un significado simbólico, pero también era un objeto físico real. Debido a que estos mártires también son llamados "almas" (Apocalipsis 6:9), algunos insisten en que deben ser espíritus sin cuerpo. Pero la palabra griega psuche, traducida aquí "alma", no significa normalmente espíritu incorpóreo. Por el contrario, se usa típicamente de una persona completa, que tiene cuerpo y espíritu, o de animales, que son seres físicos. Se usa en Apocalipsis 12:11 para describir a los mártires, que "no amaron sus vidas [psuche] tanto como para evitar la muerte". Debido a que la muerte se relaciona con sus cuerpos físicos, no con sus espíritus (que no morirían), el énfasis está más en sus cuerpos que en sus espíritus. Según el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, "[Psuche] no conlleva ninguna distinción clara entre un estado no corpóreo y un estado corporal ... La referencia no es a una parte del hombre que ha sobrevivido a la muerte, sino a la existencia total del hombre ". 56 Parece que el apóstol Juan tenía un cuerpo cuando visitó el Cielo, porque se dice que allí agarró, sostuvo, comió y probó cosas (por ejemplo, Apocalipsis 10: 9-10). Asumir que esto es todo lenguaje figurativo no es una restricción exigida por el texto, sino solo por nuestra presuposición de que el Cielo no es un lugar físico. (Para una discusión de la interpretación literal y figurativa, vea el apéndice B.) En el relato del apóstol Pablo de estar atrapado en el Cielo actual (que él llama "el tercer cielo"), expresa incertidumbre acerca de si había tenido un cuerpo allí o no: "Ya sea en el cuerpo o aparte del cuerpo I no lo sé, pero Dios lo sabe "(2 Corintios 12:3). El hecho de que pensara que podría haber tenido un cuerpo en el cielo es significativo. Ciertamente no descartó el pensamiento como imposible, como lo habría hecho Platón. Su incertidumbre podría sugerir que sintió que tenía una forma física en el cielo que era como un cuerpo, pero de alguna manera diferente de su cuerpo terrenal. Si no hubiera sido más que espíritu en el Cielo, es poco probable que dijera que no estaba seguro de si había tenido un cuerpo allí o no. Si a los celestiales se les otorgan formas temporales, y lo reconozco solo como una posibilidad, de ninguna manera minimizaría la necesidad absoluta o la importancia crítica de nuestra futura resurrección corporal, que Pablo enfáticamente establece en 1 Corintios 15:12-32. De hecho, solo sería sobre la base de la certeza de una futura resurrección que se podrían dar cuerpos temporales, al igual que en los tiempos del Antiguo Testamento, la certeza de la futura muerte y resurrección de Cristo permitió a esas personas, que de otra manera habrían estado atadas al Infierno, para entrar en el paraíso Nosotros no recibimos cuerpos resucitados inmediatamente después de la muerte. La resurrección no es uno a la vez. Si tenemos formas intermedias en el Cielo intermedio, no serán nuestros cuerpos verdaderos, que han muerto. La continuidad es solo entre nuestros cuerpos originales y de resurrección. Si se nos dan formas intermedias, en el mejor de los casos son recipientes temporales (comparables a los cuerpos de apariencia humana que los ángeles a veces toman), distintos de nuestros cuerpos verdaderos, que permanecen muertos hasta nuestra resurrección. Un artículo fundamental de la fe cristiana es que el Cristo resucitado ahora habita en el cielo. Se nos dice que su cuerpo resucitado en la Tierra era físico, y que este mismo Jesús físico ascendió al Cielo, desde el cual algún día regresará a la Tierra (Hechos 1:11). Parece indiscutible, entonces, decir que hay al menos un cuerpo físico en el Cielo actual. Si el cuerpo de Cristo en el Cielo actual tiene propiedades físicas, es lógico pensar que otros en el Cielo también pueden tener formas físicas, incluso si solo son temporales. También tiene sentido que otros aspectos del Cielo actual tengan propiedades físicas, de modo que, por ejemplo, cuando se ve a Cristo a la diestra de Dios (Hechos 7:56), en realidad está parado sobre algo. De lo contrario, tendríamos que concluir que el Cristo resucitado (y así encarnado) ha estado flotando durante dos mil años en un reino sin sustancia material. (Él podría, por supuesto, ¿pero lo hace?) Si sabemos que hay sustancia física en el Cielo (es decir, el cuerpo de Cristo), ¿no podemos suponer también que otras referencias a objetos físicos en el Cielo, incluidas las formas físicas y la ropa, son literales? en lugar de figurativo? ENOCH, ELIJAH Y MOISES Enoc y Elijah parecen haber sido llevados al cielo en sus cuerpos físicos. "Enoc caminó con Dios; y él no estaba, porque Dios lo tomó" (Génesis 5:24, NASB). Al parecer, el cuerpo de Enoch no fue dejado para enterrar. La Septuaginta lo traduce como Enoch "no fue encontrado". Hebreos 11:5 dice explícitamente que Enoc no murió: "Por fe Enoc fue quitado para que no viera la muerte 'y no fue encontrado, porque Dios se lo había llevado'" (NKJV). Del mismo modo, Elijah fue llevado al cielo sin morir y sin dejar un cuerpo atrás: "Elijah subió por un torbellino al cielo. Y Elisha ... no lo vio más" (2 Reyes 2:11:12, NKJV). No sabemos cómo los cuerpos bajo la Maldición podrían ser llevados al Cielo, pero ¿no parece que lo fueron, ya que no quedaron cuerpos? Nuestros espíritus también están bajo la Maldición, pero según la obra redentora de Cristo se les permite la entrada al Cielo. Quizás Dios extendió la misma gracia para permitir que los cuerpos de Enoc y Elijah ingresen al Cielo intermedio. Si ese es el caso, incluso ahora pueden estar viviendo en cuerpos pre-resucitados en el Cielo, tal como Cristo está viviendo allí en su cuerpo resucitado. Dado que al menos una y quizás tres personas ahora tienen cuerpos en el Cielo, ¿no es posible que a otras personas también se les den formas físicas? Moisés y Elías aparecieron físicamente con Cristo en la Transfiguración (Lucas 9: 28-36). Debido a que ya se habían ido al Cielo (Moisés había muerto y Elijah había sido sacado de la Tierra en un torbellino), si las almas en el Cielo actual están incorpóreas, Dios habría tenido que crear cuerpos temporales para ellos cuando vinieran del Cielo a Estar con Jesús en la montaña. De ser así, habrían pasado de ser incorpóreos a encarnados, y después de la Transfiguración volverían a ser incorpóreos para esperar la resurrección final. Una segunda posibilidad es que Moisés y Elijah vinieron a la Tierra en los mismos cuerpos temporales que ya tenían en el Cielo. (En el caso de Elijah, su cuerpo temporal incluso podría haber sido su cuerpo terrenal original, que nunca había muerto). Si Moisés y Elijah vinieran a la Tierra con los mismos cuerpos temporales que tenían en el Cielo, podrían haber regresado al Cielo tal como estaban. ¿Su unión a Cristo en la Tierra les obligó a convertirse en otra cosa, o simplemente implicó su venida a otro lugar? ¿Fueron encarnados temporalmente o simplemente reubicados temporalmente} La presencia física de Moisés y Elijah en la Transfiguración parece demostrar sin lugar a dudas que Dios al menos a veces crea cuerpos intermedios para que las personas habiten antes de la resurrección de los muertos, aunque solo sea para Moisés y Elijah, y solo mientras estaban en la Tierra. La pregunta es si estos cuerpos temporales se otorgaron solo a Moisés y Elijah mientras estaban en la montaña, o si se otorgan cuerpos temporales a todos en el Cielo actual. ¿QUÉ PODEMOS APRENDER DEL HOMBRE RICO Y DE LÁZARO? En el relato del Nuevo Testamento del hombre rico y Lázaro, Jesús atribuye propiedades físicas a las personas que han muerto (Lucas 16:19-31): Había un hombre rico que vestía de lino morado y fino y vivía con lujo todos los días. En su puerta había un mendigo llamado Lázaro, cubierto de llagas y ansiando comer lo que caía de la mesa del rico. Incluso los perros vinieron y le lamieron las llagas. Llegó el momento en que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al lado de Abraham. El hombre rico también murió y fue enterrado. En el infierno, donde estaba atormentado, levantó la vista y vio a Abraham a lo lejos, con Lázaro a su lado. Entonces lo llamó: "Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro a mojar la punta de su dedo en agua y enfriar mi lengua, porque estoy en agonía en este fuego". Pero Abraham respondió: "Hijo, recuerda que en tu vida recibiste tus cosas buenas, mientras que Lázaro recibió cosas malas, pero ahora está consolado aquí y tú estás en agonía. Y además de todo esto, entre nosotros y tú ha habido un gran abismo. arreglado, para que aquellos que quieran ir de aquí a ti no puedan, ni nadie pueda cruzar de allí a nosotros ". Él respondió: "Entonces te ruego, padre, envía a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos. Deja que les advierta, para que no vengan también a este lugar de tormento". Abraham respondió: "Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen". "No, padre Abraham", dijo, "pero si alguien de entre los muertos acude a ellos, se arrepentirán". Él le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, no se convencerán, aunque alguien se levante de la muerte". Algunos creen que esta historia no es más que una parábola destinada a transmitir una idea central sobre las consecuencias posteriores a la muerte de nuestras elecciones en la Tierra. Creen que Lázaro y el hombre rico no eran personas reales, y que las referencias al fuego, la sed, los dedos y la lengua no son realidades físicas. Ciertamente no creo que todos los relatos bíblicos se deban tomar literalmente (para una discusión más completa de esto, vea el apéndice B, "Interpretación literal y figurativa"), y ciertamente estoy de acuerdo en que hay mucho lenguaje figurativo en este pasaje. Sin embargo, también creo que es un error descartar la parábola como estrictamente figurativa basada en suposiciones de que la otra vida consiste en personas sin cuerpo en un reino no físico. Jesús fácilmente podría haber retratado al hombre rico y a Lázaro de otras maneras. Podría haber dicho: "Cuando Lázaro murió, su espíritu se desvió sin un cuerpo hacia un reino sin pecado ni dolor". Pero no lo hizo. Parece poco probable que Jesús hubiera representado la vida después de la muerte en detalles tan concretos si no tuviera nada que enseñarnos sobre la naturaleza del Cielo y el Infierno. ¿Sabías que esta es la única parábola que Jesús contó en la que le dio un nombre específico a alguien en la historia? Nombrar a Lázaro sugiere que Jesús estaba hablando de un hombre real que tenía ese nombre. Además, si los eventos en esta historia realmente no sucedieron, si Jesús inventó el nombre del pobre hombre, ¿por qué elegiría el nombre de Lázaro, el nombre de su amigo cercano, que en realidad era un hombre rico, no pobre? ¿hombre? Jesús sabía que Lázaro, el hermano de María y Marta, moriría y Jesús lo resucitaría de la muerte. Usar el nombre de Lázaro inevitablemente crearía confusión: ¿dos Lázaros diferentes que mueren y viven de nuevo, uno en el Paraíso y el otro en la Tierra? Cuando Jesús pudo haber elegido entre cientos de otros nombres, parece dudoso que hubiera inventado un nombre que confundiría innecesariamente. La mejor explicación de por qué Jesús llamó al hombre Lázaro puede ser esta: era un hombre de verdad, y ese era su nombre. Si es así, aumenta la probabilidad de que Jesús nos contara lo que realmente les sucedió a dos hombres después de su muerte. Considere los componentes principales de la historia: • Cuando Lázaro murió, los ángeles lo llevaron al Paraíso. • El hombre rico murió y fue a un lugar de tormento. • Lázaro está con Abraham (y, por inferencia, otros); el hombre rico está solo (no se menciona a nadie más). • El cielo y el infierno intermedios están separados por un abismo fijo. Pero en este caso, las personas de ambos lados podían verse y comunicarse entre sí, al menos de forma limitada. (Es posible que esto se haya otorgado a Abraham y al hombre rico como una excepción, no la norma. No deberíamos construir una doctrina sobre esto porque no está respaldado por otras referencias). • Tanto el hombre rico como Abraham razonaron y se comunicaron, y mantuvieron sus identidades distintas de la Tierra (como lo hizo Lázaro), lo que indica la continuidad directa de sus vidas terrenales a sus vidas posteriores. • El hombre rico y Lázaro son representados como teniendo formas físicas. El hombre rico tenía una lengua y una sed que deseaba satisfacer con agua. Lázaro tenía un dedo, y había agua disponible para él en el Paraíso, en el que podía meter el dedo. Por supuesto, estas referencias pueden ser completamente figurativas. Pero también podrían sugerir la posesión de formas físicas de transición, existentes en un Paraíso físico, para sostener y manifestar la identidad humana entre la muerte y la resurrección. • El hombre rico ciertamente recuerda, y posiblemente ve, a sus hermanos perdidos. Expresa preocupación por su bienestar y pide que se envíe a Lázaro para advertirles. Esto indica conciencia después de la muerte y memoria clara de la Tierra y las personas en la Tierra. • Abraham dice que nadie puede cruzar la brecha entre el cielo y el infierno. El problema con una interpretación estrictamente literal de este pasaje es que presiona demasiado, lo que sugiere cosas que son poco probables y que no se enseñan en otros lugares, como que las personas en el Cielo y el Infierno se hablan entre sí. El problema con una interpretación estrictamente figurativa es que hace que sea difícil saber qué, en todo caso, tomar en serio. Si no se pueden derivar conclusiones reales de la historia, ¿cuál es el valor de todos sus detalles? Quizás deberíamos considerar una posición interpretativa que no insista en que cada detalle sea literal, sino que también reconozca que Jesús tuvo la intención de que imagináramos a las personas en la otra vida como humanos reales con pensamientos y capacidades (y tal vez incluso formas), y con la misma identidad, recuerdos y conciencia de sus vidas y relaciones en la Tierra. Seguramente Jesús pretendía que imagináramos tanto el Cielo como el Infierno como lugares reales donde hay personas reales que vinieron de la Tierra. Cada una de estas enseñanzas se sugiere directa o indirectamente en otros pasajes, pero ninguno es tan gráfico o memorable como este. En el Cielo o Infierno intermedio, esperaremos el tiempo que Jesús predijo, "cuando todos los que están en sus tumbas escuchen su voz y salgan; aquellos que hicieron el bien se levantarán para vivir, y los que hicieron el mal se levantarán". ser condenado "(Juan 5:28-29). Hasta que llegue ese día, las Escrituras enseñan que los que mueran irán a un lugar real, ya sea el Cielo actual o el Infierno actual, como seres humanos conscientes con memoria de sus vidas y relaciones en la Tierra. Aquellos en el infierno vivirán en la miseria, la desesperanza y el aparente aislamiento, mientras que aquellos en el cielo vivirán en consuelo, alegría y una rica relación con Dios y con los demás. † Algunos consideran el espíritu como un tercer componente del cuerpo y el alma, mientras que otros lo ven simplemente como otra palabra para la persona inmaterial. CAPÍTULO 7 ¿CÓMO ES LA VIDA EN EL CIELO INTERMEDIO? Cuando era niño, la idea del cielo solía asustarme más que la idea del infierno. Imaginé el Cielo como un lugar donde el tiempo sería domingos perpetuos, con servicios perpetuos de los que no habría escapatoria. David Lloyd George Se puede aprender mucho sobre el Cielo presente a partir de tres versos clave en la Revelación: "Cuando [Cordero] abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y la testimonio que habían mantenido. Llamaron en voz alta: "¿Cuánto tiempo, Señor Soberano, santo y verdadero, hasta que juzgues a los habitantes de la tierra y vengues nuestra sangre?" Luego, a cada uno de ellos se le dio una túnica blanca, y se les dijo que esperaran un poco más, hasta que se completara el número de sus compañeros sirvientes y hermanos que debían ser asesinados tal como habían sido "(6: 9-11). Ofrezco aquí veintiuna breves observaciones sobre este pasaje: 1. Cuando estas personas murieron en la Tierra, se mudaron al Cielo (v. 9). 2. Estas personas en el cielo fueron las mismas que fueron asesinadas por Cristo mientras estaban en la Tierra (v. 9). Esto demuestra la continuidad directa entre nuestra identidad en la Tierra y nuestra identidad en el Cielo. La historia personal de los mártires se extiende directamente a sus vidas en la Tierra. Los que están en el cielo actual no son personas diferentes; son las mismas personas reubicadas: "hombres justos hechos perfectos" (Hebreos 12:23). 3. La gente en el cielo será recordada por sus vidas en la Tierra. Estos fueron conocidos e identificados como los asesinados "por ... el testimonio que habían mantenido" (v. 9). 4. "Llamaron" (v. 10) significa que pueden expresarse audiblemente. Esto podría sugerir que existen en forma física, con cuerdas vocales u otros medios tangibles para expresarse. 5. Las personas en el cielo actual pueden alzar sus voces (v. 10). Esto indica que son seres racionales, comunicativos y emocionales, incluso apasionados, como las personas en la Tierra. 6. Llamaron en "voz alta", no en "voces fuertes". Las personas que hablan con una sola voz indican que el Cielo es un lugar de unidad y perspectiva compartida. 7. Los mártires son plenamente conscientes, racionales y conscientes unos de otros, de Dios y de la situación en la Tierra. 8. Le piden a Dios que intervenga en la Tierra y que actúe en su nombre: "¿Cuánto tiempo ... hasta que juzgues a los habitantes de la tierra y vengues nuestra sangre?" (V. 10). 9. Aquellos en el cielo son libres de hacerle preguntas a Dios, lo que significa que tienen una audiencia con Dios. También significa que necesitan aprender. En el cielo, la gente desea comprender y perseguirlo. 10. Las personas en el cielo actual saben lo que está sucediendo en la Tierra (v. 10). Los mártires saben lo suficiente como para darse cuenta de que quienes los mataron aún no han sido juzgados. 11. Los habitantes del cielo tienen una profunda preocupación por la justicia y la retribución (v. 10). Cuando vamos al cielo, no adoptaremos un desinterés pasivo por lo que sucede en la tierra. Por el contrario, nuestras preocupaciones serán más apasionadas y nuestra sed de justicia mayor. Ni Dios ni nosotros estaremos satisfechos hasta que sus enemigos sean juzgados, nuestros cuerpos resucitados, el pecado y Satanás derrotados, la Tierra restaurada y Cristo exaltado sobre todos. 12. Los mártires recuerdan claramente sus vidas en la Tierra (v. 10). Incluso recuerdan que fueron asesinados. 13. Los mártires en el cielo rezan por el juicio sobre sus perseguidores que todavía están trabajando lastimando a otros. Están actuando en solidaridad y, en efecto, intercediendo por los santos que sufren en la Tierra. Esto sugiere que los santos en el cielo están viendo y orando por los santos en la Tierra. 14. Aquellos en el cielo ven los atributos de Dios ("Soberano ... santo y verdadero") de una manera que hace que su juicio sobre el pecado sea más comprensible. 15. Aquellos en el cielo son individuos distintos: "Entonces a cada uno de ellos se le dio una túnica blanca" (v. 11). No hay una identidad fusionada que borre la unicidad, sino un "cada uno de ellos" distinto. 16. Las túnicas blancas que usan los mártires sugieren la posibilidad de formas físicas reales, porque los espíritus incorpóreos presumiblemente no usan túnicas. Las túnicas pueden tener un significado simbólico, pero eso no significa que no puedan ser también físicas. Los mártires parecen tener formas físicas que John realmente podía ver. 17. Dios responde a su pregunta (v. 11), indicando comunicación y proceso en el cielo. También demuestra que no sabremos todo en el Cielo; si lo supiéramos, no tendríamos preguntas. Los mártires sabían más después de que Dios respondió a su pregunta que antes de que la hicieran. Hay aprendizaje en el cielo presente. 18. Dios promete cumplir con los pedidos de los mártires, pero dice que tendrán que "esperar un poco más" (v. 11). Los que están en el Cielo actual viven anticipando el cumplimiento futuro de las promesas de Dios. A diferencia del Cielo eterno, donde no habrá más pecado, Maldición o sufrimiento en la Nueva Tierra (Apocalipsis 21: 4), el Cielo actual coexiste con una Tierra bajo el pecado, la Maldición y el sufrimiento. 19. Hay tiempo en el Cielo presente (w. 10-11). Los mártires vestidos de blanco le hacen a Dios una pregunta dependiente del tiempo: "¿Cuánto tiempo, Señor Soberano ... hasta que juzgues a los habitantes de la tierra y vengues nuestra sangre?" (v. 10). Son conscientes del paso del tiempo y están ansiosos por el día venidero del juicio del Señor. Dios responde que deben "esperar un poco más" hasta que sucedan ciertos eventos en la Tierra. Esperar requiere el paso del tiempo. 20. El pueblo de Dios en el cielo tiene una fuerte conexión familiar con aquellos en la Tierra, a quienes se les llama sus "sirvientes y hermanos" (v. 11). Compartimos el mismo Padre, "de quien se nombra cada familia en el cielo y en la tierra" (Efesios 3:15, NVI). No hay un muro de separación dentro de la novia de Cristo. Somos una familia con aquellos que se han ido al cielo antes que nosotros. Después de ir al cielo, seguiremos siendo una familia con los que aún están en la Tierra. Estos versículos demuestran una conexión vital entre los eventos y las personas en el Cielo y los eventos y las personas en la Tierra. 21. Nuestro Dios soberano sabe hasta el último detalle todo lo que está sucediendo y sucederá en la Tierra (v. 11), incluyendo cada gota de sangre derramada y cada sufrimiento sufrido por sus hijos. Voice of the Martyrs estima que más de 150,000 personas mueren por Cristo cada año, un promedio de más de cuatrocientas por día. Dios sabe el nombre y la historia de cada uno. Él sabe exactamente cuántos mártires habrá, y está preparado para regresar y establecer su Reino cuando muera el mártir final. He hecho estas observaciones sobre el Cielo actual en base a solo tres versículos. A menos que haya alguna razón para creer que las realidades de este pasaje se aplican solo a un grupo de mártires y a nadie más en el Cielo, y no veo tal indicación, entonces debemos asumir que lo que es cierto de ellos también es cierto para nuestros seres queridos. los que ya están allí, y serán ciertos de nosotros cuando muramos. ¿HABITANDO EN LOS CIELOS SE RECUERDA LA VIDA EN LA TIERRA? Como hemos visto, los mártires representados en Apocalipsis 6 recuerdan claramente al menos algo de lo que sucedió en la Tierra, incluido que sufrieron un gran sufrimiento. Si recuerdan su martirio, no hay razón para suponer que olvidarán otros aspectos de sus vidas terrenales. De hecho, todos probablemente recordaremos mucho más en el Cielo que en la Tierra, y probablemente podremos ver cómo Dios y los ángeles intervinieron en nuestro nombre cuando no nos dimos cuenta. En el cielo, aquellos que soportaron cosas malas en la Tierra son consolados por ellos (Lucas 16:25). Este consuelo implica el recuerdo de lo sucedido. Si no hubiera memoria de las cosas malas, ¿cuál sería la necesidad o la naturaleza de tal comodidad? Después de morir, daremos cuenta de nuestras vidas en la Tierra, hasta acciones y palabras específicas (2 Corintios 5:10; Mateo 12:36). Dadas nuestras mentes mejoradas y nuestro pensamiento claro, nuestra memoria debería ser más, no menos, aguda con respecto a nuestra vida en la Tierra. Ciertamente, debemos recordar las cosas por las que daremos cuenta. Debido a que seremos responsables de más de lo que recordamos actualmente, presumiblemente nuestra memoria será mucho mejor. La doctrina de las recompensas eternas depende de actos específicos de fidelidad realizados en la Tierra que sobreviven al juicio del creyente y son llevados al cielo con nosotros (1 Corintios 3:14). En el cielo, el vestido de novia de la novia representa "los actos justos de los santos" hechos en la Tierra (Apocalipsis 19:7-8). Nuestras acciones justas en la Tierra no serán olvidadas, pero "nos seguirán" al Cielo (Apocalipsis 14:13). Las posiciones de autoridad y los tesoros que se nos otorgan en el Cielo nos recordarán perpetuamente nuestra vida en la Tierra, porque lo que hacemos en la Tierra nos dará esas recompensas (Mateo 6: 19-21; 19:21; Lucas 12:33; 19:17, 19; 1 Timoteo 6:19; Apocalipsis 2:26-28). Dios mantiene un registro en el cielo de lo que la gente hace en la Tierra, tanto los no creyentes como los creyentes. Sabemos que ese registro durará más que nuestra vida en la Tierra, para los creyentes, al menos hasta el tribunal de Cristo (2 Corintios 5:10); Para los no creyentes, hasta el Juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-13), justo antes de la llegada de los nuevos cielos y la Nueva Tierra. Para aquellos que ahora están en el Cielo, estos registros de la vida en la Tierra aún existen. En el capítulo 32 veremos el "pergamino de recuerdo" mencionado en Malaquías 3:16, que incluso ahora se está escribiendo en el Cielo con respecto a los que viven en la Tierra. La memoria es un elemento básico de la personalidad. Si realmente somos nosotros mismos en el Cielo, debe haber una continuidad de la memoria de la Tierra al Cielo. No seremos personas diferentes, sino las mismas personas maravillosamente reubicadas y transformadas. El cielo nos limpia, pero no revisa ni extingue nuestros orígenes ni su historia. Indudablemente recordaremos las obras de gracia de Dios en nuestras vidas que nos consolaron, aseguraron, sostuvieron y nos capacitaron para vivir para él. ¿LA GENTE EN EL CIELO ACTUAL VE LO QUE ESTÁ PASANDO EN LA TIERRA? Si los mártires en el Cielo saben que Dios aún no ha juzgado a sus perseguidores (Apocalipsis 6: 911), parece evidente que los habitantes del Cielo actual pueden ver lo que está sucediendo en la Tierra, al menos en cierta medida. Cuando Babilonia es derribada, un ángel señala los acontecimientos que suceden en la Tierra y dice: "¡Alégrate por ella, oh cielo! ¡Alégrate, santos, apóstoles y profetas! Dios la ha juzgado por la forma en que te trató" (Apocalipsis 18:20). Que el ángel se dirija específicamente a las personas que viven en el cielo indica que están conscientes de lo que está sucediendo en la Tierra. Además, hay "el rugido de una gran multitud en el cielo gritando: ¡Aleluya!" y alabando a Dios por eventos específicos de juicio que acaban de tener lugar en la Tierra (Apocalipsis 19:1-5). Nuevamente, los santos en el Cielo están observando claramente lo que está sucediendo en la Tierra. Debido a que los santos del cielo regresan con Cristo para establecer su reino milenario (Apocalipsis 19:11-14), parece impensable imaginar que hubieran permanecido ignorantes de la culminación de la historia humana que tiene lugar en la Tierra. La imagen de los santos en el cielo felizmente inconscientes de lo que está ocurriendo en la Tierra parece insustancial. Después de todo, Dios y sus ángeles (y los santos mismos) están a punto de regresar para la batalla final en la historia del universo, después de lo cual Cristo será coronado rey. Aquellos en la Tierra pueden ser ignorantes del Cielo, pero aquellos en el Cielo no son ignorantes de la Tierra. En el relato del Antiguo Testamento sobre el rey Saúl, que apelaba erróneamente a la bruja de Endor para que llamara a Samuel a regresar de la otra vida, el médium estaba aterrorizado cuando Dios realmente envió a Samuel. Curiosamente, Samuel recordó lo que Saúl había hecho antes de que Samuel muriera, y estaba al tanto de lo que había sucedido desde su muerte (1 Samuel 28:16-19). Aunque Dios podría haber informado a Samuel sobre todo esto, parece probable que el profeta lo supiera simplemente porque los que están en el Cielo saben lo que sucede en la Tierra. Cuando fueron llamados del Cielo a la Transfiguración en la Tierra, Moisés y Elijah "aparecieron en glorioso esplendor, hablando con Jesús. Hablaron sobre su partida, que estaba a punto de cumplir en Jerusalén" (Lucas 9:31). Parecían plenamente conscientes del drama en el que habían entrado, de lo que estaba ocurriendo actualmente en la Tierra, y del plan redentor de Dios a punto de realizarse. (Y seguramente regresaron al Cielo recordando lo que habían discutido con Jesús). Hebreos 12:1 nos dice que "corramos con perseverancia la carrera marcada para nosotros", creando la imagen mental de las competiciones griegas, que fueron observadas atentamente por multitudes de fanáticos absortos sentados en lo alto de los antiguos estadios. La "gran nube de testigos" se refiere a los santos que nos precedieron, cuyos logros en el campo de juego de la vida ahora son parte de nuestra rica historia. Las imágenes parecen sugerir que esos santos, los "atletas" espirituales de la antigüedad, ahora nos están mirando y animando desde el gran estadio del Cielo que mira hacia el campo de la Tierra. (Se dice que los testigos nos "rodean", no simplemente que nos han precedido). Incluso si, como algunos argumentan, la palabra testigos puede referirse a su servicio fiel a Dios más que a la idea de que nos estén mirando, otros pasajes claramente demostrar, la conciencia del Cielo de la Tierra. Los que hemos pasado por el día de la tristeza, el drama en desarrollo de redisfrutaremos juntos ese día de alegría. RICHARD BAXTER El drama de la redención que se desarrolla, en espera del regreso de Cristo, está sucediendo actualmente en la Tierra. La Tierra es el patio central, el centro del escenario, esperando la consumación del regreso de Cristo y el establecimiento de su Reino. Esto parece una razón convincente para creer que los habitantes actuales del Cielo podrían observar lo que está sucediendo en la Tierra. En el cielo, Cristo observa de cerca lo que sucede en la Tierra, especialmente en la vida del pueblo de Dios (Apocalipsis 2-3). Si la atención del Dios Soberano está en la Tierra, ¿por qué la atención de sus súbditos celestiales no se enfocaría aquí también? Cuando está ocurriendo una gran guerra, ¿están desinformados los que están en el país de origen y no lo saben? Cuando se está produciendo un gran drama, ¿se abstienen de ver quienes conocen al escritor, productor y elenco, y tienen un gran interés en el resultado? Los ángeles vieron a Cristo en la Tierra (1 Timoteo 3:16). Hay indicios claros de que los ángeles saben lo que está sucediendo en la Tierra (1 Corintios 4: 9; 1 Timoteo 5:21). Si los ángeles, ¿por qué no los santos? Parece que el pueblo de Dios en el cielo tendría tanto interés personal en los eventos espirituales que suceden en la Tierra como los ángeles. ¿No esperaríamos que el cuerpo y la novia de Cristo en el cielo estuvieran intensamente interesados en el resto del cuerpo y la novia de Cristo que aún viven en la Tierra? Abraham y Lázaro vieron al hombre rico en el infierno (Lucas 16:23-26). Si es posible, al menos en algunos casos, ver el Infierno desde el cielo, ¿por qué la gente no podría ver la Tierra desde el cielo? Cristo dijo: "Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se arrepienta que por noventa y nueve personas justas que no necesitan arrepentirse" (Lucas 15: 7). Del mismo modo, "hay regocijo en la presencia de los ángeles de Dios sobre un pecador que se arrepiente" (Lucas 15:10). Note que no habla de regocijo por parte de los ángeles sino en presencia de ángeles. ¿Quién está haciendo este regocijo en el cielo? Creo que lógicamente incluye no solo a Dios sino también a los santos en el Cielo, quienes apreciarían profundamente la maravilla de la conversión humana, especialmente la conversión de aquellos que conocieron y amaron en la Tierra. Si se regocijan por las conversiones que suceden en la Tierra, entonces obviamente deben ser conscientes de lo que está sucediendo en la Tierra, y no solo en general, sino específicamente, hasta los detalles de las personas que llegan a la fe en Cristo. ¿ORA LA GENTE EN EL CIELO POR LOS DE LA TIERRA? Basado en la evidencia bíblica, creo que los santos difuntos que se encuentran actualmente en el Cielo actual interceden en oración, al menos algunas veces, por aquellos de nosotros que todavía estamos en la Tierra. Cristo, el Dios-hombre, está en el Cielo, a la diestra de Dios, intercediendo por las personas en la Tierra (Romanos 8:34), lo que nos dice que hay al menos una persona que murió y se fue al Cielo y ahora está orando. para aquellos en la tierra. Los mártires en el cielo también rezan a Dios (Apocalipsis 6:10), pidiéndole que tome medidas específicas en la Tierra. Están orando por la justicia de Dios en la tierra, lo que tiene implicaciones intercesoras para los cristianos que ahora sufren aquí. El sentido de conexión y lealtad al cuerpo de Cristo —y la preocupación por los santos en la Tierra— probablemente mejoraría, no disminuiría, al estar en el Cielo (Efesios 3:15). En cualquier caso, Apocalipsis 6 deja en claro que algunos de los que han muerto y ahora están en el Cielo están orando por lo que está sucediendo en la Tierra. Si la oración es simplemente hablar con Dios, presumiblemente rezaremos más en el Cielo de lo que hacemos ahora, no menos. Y dado nuestro justo estado en el cielo, nuestras oraciones serán más efectivas que nunca (Santiago 5:16). Apocalipsis 5: 8 habla de las "oraciones de los santos" en un contexto que puede incluir santos en el Cielo, no solo en la Tierra. Nunca se nos dice que recemos a los santos, sino solo a Dios. Sin embargo, los santos bien pueden estar orando por nosotros. Si a las personas en el Cielo se les permite ver al menos algo de lo que sucede en la Tierra (y claramente lo son, como hemos visto), entonces les parecería extraño no interceder en la oración. Si creemos que el Cielo es un lugar de ignorancia o desinterés por la Tierra, naturalmente asumiremos que las personas en el Cielo no rezan por las personas en la Tierra. Sin embargo, si creemos que la gente en el cielo está al tanto de los acontecimientos en la Tierra, y que hablan con Dios acerca de su plan, su propósito y su pueblo, vamos a asumir que, naturalmente, hacen orar por la gente en la Tierra. En mi opinión, las Escrituras defienden la segunda suposición, no la primera. Creo que la carga de la prueba recae en aquellos que argumentan que las personas en el Cielo no rezan por los de la Tierra. ¿Dónde se enseña esta idea en las Escrituras? A menudo, esta deducción se basa en una premisa errónea: que para que las personas en el cielo sean felices, no pueden saber lo que está sucediendo en la Tierra. Echemos un vistazo más de cerca a ese argumento. ¿PUEDE SER EL CIELO SI LA GENTE ESTÁ CONSCIENTE DE ALGO MALO EN LA TIERRA? Muchos libros sobre el Cielo sostienen que aquellos en el Cielo no pueden estar al tanto de las personas y los eventos en la Tierra porque se sentirían infelices por todo el sufrimiento y el mal; así, el cielo no sería verdaderamente el cielo. Creo que este argumento no es válido. Después de todo, Dios sabe exactamente lo que está sucediendo en la Tierra, sin embargo, no disminuye el cielo para él. Del mismo modo, es el Cielo para los ángeles, a pesar de que también saben lo que está sucediendo en la Tierra. De hecho, los ángeles en el cielo ven el tormento del infierno, pero no niega su alegría en la presencia de Dios (Apocalipsis 14:10). Abraham y Lázaro vieron las agonías del hombre rico en el Infierno, pero no causó que el Paraíso dejara de ser el Paraíso (Lucas 16: 23-26). Seguramente entonces, nada de lo que pudieran ver en la Tierra podría arruinar el Cielo para ellos. (Nuevamente, la parábola no sugiere que las personas en el Cielo normalmente miren al Infierno). También es posible que a pesar de que la alegría predominara en el Cielo actual, podría haber tristeza periódica porque todavía hay mucho mal y dolor en la Tierra. Cristo se afligió por las personas cuando estuvo en la Tierra (Mateo 23:37-39; Juan 11:33-36). ¿Ya no llora solo porque está en el cielo? ¿O todavía le duele a su gente cuando sufre? Hechos 9:4-5 da una respuesta clara. Jesús dijo: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?" Cuando Saúl preguntó quién era, respondió: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues". La identificación de Cristo con los perseguidos en la Tierra, ¿no sugiere que actualmente está sufriendo por su pueblo, incluso cuando está en el Cielo? Si Jesús, que está en el cielo, siente pena por sus seguidores, ¿no podrían llorar también otros en el cielo? Una cosa es no llorar más porque no hay nada por lo que llorar, lo cual será cierto en la Nueva Tierra. Pero es algo más que no llorar cuando todavía hay sufrimiento en la Tierra. Entrar en la presencia de Cristo seguramente no nos hace menos compasivos. También debemos tener en cuenta que Apocalipsis 21:4, el versículo más frecuentemente citado sobre el tema del dolor en el Cielo, se refiere específicamente al Cielo eterno, la Nueva Tierra. "Se limpiará cada lágrima de sus ojos. No habrá más muerte ni luto ni llanto ni dolor, porque el viejo orden de las cosas ha desaparecido". La promesa de Cristo de no más lágrimas o dolor llega después del fin de la vieja Tierra, después del Juicio del Gran Trono Blanco, después de que "el viejo orden de las cosas ha pasado" y no hay más sufrimiento en la Tierra. El cielo actual y el cielo eterno no son lo mismo. Podemos estar seguros de que no habrá tristeza en la Nueva Tierra, nuestro hogar eterno. Pero aunque el Cielo actual es un lugar mucho más feliz que la Tierra bajo la Maldición, las Escrituras no afirman que no puede haber dolor allí. Al mismo tiempo, las personas en el cielo no son seres frágiles cuya alegría solo se puede preservar al protegerlos de lo que realmente está sucediendo en el universo. La felicidad en el cielo no se basa en la ignorancia sino en la perspectiva. Aquellos que viven en la presencia de Cristo encuentran gran gozo al adorar a Dios y vivir como seres justos en un compañerismo rico en un ambiente sin pecado. Y debido a que Dios está continuamente trabajando en la Tierra, los santos que lo observan desde el Cielo tienen mucho para alabarlo, incluido el hecho de que Dios atrae a las personas en la Tierra hacia él (Lucas 15:7, 10). Pero aquellos en el Cielo actual también esperan el regreso de Cristo, su resurrección corporal, el juicio final y la creación de la Nueva Tierra a partir de las ruinas de la antigua. Solo entonces y allí, en nuestro hogar eterno, todo el mal, el sufrimiento y la tristeza serán lavados por la mano de Dios. Solo entonces y allí experimentaremos la plenitud de la alegría que Dios pretendió y que Cristo nos compró a un costo insondable. Mientras tanto, nosotros en esta Tierra moribunda podemos relajarnos y alegrarnos por nuestros seres queridos que están en la presencia de Cristo. Como nos dice el apóstol Pablo, aunque naturalmente nos afligimos por perder a nuestros seres queridos, no debemos "afligirnos como el resto de los hombres, que no tienen esperanza" (1 Tesalonicenses 4:13). Nuestra separación no es el final de nuestra relación, solo una interrupción. No los hemos "perdido", porque sabemos dónde están. Están experimentando la alegría de la presencia de Cristo en un lugar tan maravilloso que Cristo lo llamó el Paraíso. Y un día, nos dicen, en una reunión magnífica, ellos y nosotros "estaremos con el Señor para siempre. Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras" (1 Tesalonicenses 4:17-18). SECCIÓN TRES ENTENDAMOS EL AMPLIO ALCANCE DE LA REDENCIÓN CAPÍTULO 8 ¿ESTE MUNDO NO ES NUESTRO HOGAR . . . O ES ESO? Dios hará de la tierra nueva su morada. . . . El cielo y la tierra ya no estarán separados como están ahora, sino que serán uno. Pero dejar la nueva tierra fuera de consideración cuando pensamos en el estado final de los creyentes es en gran medida empobrecer la enseñanza bíblica sobre la vida futura. Anthony Hoekema Muchos libros sobre el Cielo no dicen nada sobre la Nueva Tierra. A veces se agregan algunos párrafos, redactados vagamente, al final. Otros libros abordan la Nueva Tierra, pero socavan su verdadera naturaleza: "¿Es esta nueva tierra como nuestra tierra actual? Probablemente no". Pero si no es así, ¿por qué Dios lo llama una Nueva Tierra? Un autor dice: "La fase eterna del Cielo será tan diferente de lo que estamos familiarizados que nuestro lenguaje actual ni siquiera puede describirla". Ciertamente, nuestro lenguaje actual no puede / w // y describirlo, pero qué , de hecho, describirlo (por ejemplo, Apocalipsis 2122). 57 58 Muchas religiones, incluido el budismo y el hinduismo, caracterizan la vida futura como vaga e intangible. El cristianismo específicamente refuta esta noción. El cristianismo bíblico no se rinde con la humanidad o la tierra. Paul Marshall escribe: "Nuestro destino es terrenal: una tierra nueva, una tierra redimida y transfigurada. Una tierra reunida con el cielo, pero una tierra, sin embargo". 59 NUESTRO LONGING PARA EDEN Estamos nostálgicos de Eden. Nostalgia de lo que se implanta en nuestros corazones. Está integrado en nosotros, tal vez incluso a nivel genético. Anhelamos lo que una vez disfrutaron el primer hombre y la mujer: una Tierra perfecta y hermosa con relaciones libres e incontaminadas con Dios, los demás, 60 los animales y nuestro medio ambiente. Cada intento de progreso humano ha sido un intento de superar lo que se perdió en la caída. John Eldredge, en El viaje del deseo, cuenta una parábola de un león marino que había perdido el mar y vivía en un desierto donde estaba seco y polvoriento. Pero algo dentro de él anhelaba para lo que había sido creado: "Cómo el lobo marino llegó a las tierras yermas, nadie lo recordaba. Todo parecía hace mucho tiempo. De hecho, parecía que había tenido siempre estuvo allí. No es que él perteneciera a un lugar tan árido. ¿Cómo podría ser? Era, después de todo, un lobo marino. Pero como sabes, una vez que has vivido tanto tiempo en cierto lugar, no importa cuán extraño sea, llegas a pensar en ello como en casa ". 61 Nuestros antepasados vinieron del Edén. Nos dirigimos hacia una Nueva Tierra. Mientras tanto, vivimos nuestras vidas en una Tierra corrupta por el pecado, entre el Edén y la Nueva Tierra, pero nunca debemos olvidar que este no es nuestro estado natural. El pecado, la muerte, el sufrimiento, la guerra y la pobreza no son naturales: son los resultados devastadores de nuestra rebelión contra Dios. Anhelamos el regreso al Paraíso, un mundo perfecto, sin la corrupción del pecado, donde Dios camina con nosotros y habla con nosotros al fresco del día. Como somos seres humanos, deseamos algo tangible y físico, algo que no se desvanezca. Y eso es exactamente lo que Dios nos promete: un hogar que no será destruido, un reino que no se desvanecerá, una ciudad con cimientos inquebrantables, una herencia incorruptible. Adán se formó del polvo de la tierra, estableciendo para siempre nuestra conexión con la tierra (Génesis 2:7). Así como estamos hechos de la tierra, también somos importantes para la tierra. Pero, puede objetar, Jesús dijo que iba a preparar un lugar para nosotros y que nos llevaría allí para vivir con él para siempre (Juan 14:2-3). Si. Pero, ¿cuál es ese lugar? Apocalipsis 21 lo deja claro: es la Nueva Tierra. Ahí es donde residirá la Nueva Jerusalén cuando baje del cielo. Solo entonces estaremos verdaderamente en casa. PISTAS A LA NATURALEZA DEL CIELO ETERNO Escuché a un pastor decir en la radio: "No hay nada en nuestra experiencia actual que pueda sugerirnos cómo es el Cielo". Pero si el Cielo eterno será una Nueva Tierra, ¿no sugiere eso que la Tierra actual debe estar llena de pistas sobre cómo será el Cielo? Las Escrituras nos dan imágenes llenas de pistas e implicaciones sobre el Cielo. Póngalos juntos, y estas piezas de rompecabezas forman una hermosa imagen. Por ejemplo, se nos dice que el cielo es una ciudad (Hebreos 11:10; 13:14). Cuando escuchamos la palabra ciudad, no debemos rascarnos la cabeza y pensar: "Me pregunto qué significa eso". Entendemos las ciudades. Las ciudades tienen edificios, cultura, arte, música, atletismo, bienes y servicios, eventos de todo tipo. Y, por supuesto, las ciudades tienen personas involucradas en actividades, reuniones, conversaciones y trabajo. El cielo también se describe como un país (Hebreos 11:16). Sabemos de países. Tienen territorios, gobernantes, intereses nacionales, orgullo por su identidad y ciudadanos que son diversos y unificados. Si no podemos imaginar nuestra Tierra actual sin ríos, montañas, árboles y flores, ¿por qué trataríamos de imaginar la Nueva Tierra sin estas características? No esperaríamos que un no-Tierra tenga montañas y ríos. Pero Dios no nos promete un no-Tierra. Nos promete una nueva tierra. Si la palabra Tierra en esta frase significa algo, significa que podemos esperar encontrar cosas terrenales allí, incluyendo atmósfera, montañas, agua, árboles, personas, casas, incluso ciudades, edificios y calles. (Estas características familiares se mencionan específicamente en Apocalipsis 21-22.) Se nos dice que tendremos cuerpos de resurrección (1 Corintios 15:40-44). Cuando Dios habla de nosotros teniendo estos cuerpos, ¿nos encogemos de hombros y decimos: "No puedo imaginar cómo sería un cuerpo nuevo"? No, por supuesto que podemos imaginarlo. Sabemos lo que es un cuerpo: ¡hemos tenido uno toda la vida! (Y podemos recordar cuando la nuestra se veía mejor, no?) Así que podemos imaginar un nuevo cuerpo. En el cielo, descansaremos (Apocalipsis 14:13). Sabemos lo que significa descansar. Y querer descansar (Hebreos 4:10-11). Se nos dice que serviremos a Cristo en la Nueva Tierra, trabajando para su gloria (Apocalipsis 22:3). Sabemos lo que significa trabajar. Y querer trabajar. La escritura habla de una Nueva Jerusalén hecha de piedras preciosas. Algunas de las joyas enumeradas en Apocalipsis 21:19-21 se encuentran entre las sustancias más duras conocidas. Indican la solidez material de la Nueva Tierra. El problema no es que la Biblia no nos dice mucho sobre el cielo. Es que no prestamos atención a lo que nos dice. Algunas de las mejores representaciones que he visto o el Cielo eterno están en los libros para niños. ¿Por qué? Porque representan escenas terrenales, con animales y personas jugando, y actividades alegres. Los libros para adultos, por otro lado, a menudo intentan ser filosóficos, profundos, etéreos y de otro mundo. Pero ese tipo de cielo es precisamente lo que la Biblia no describe como el lugar donde viviremos para siempre. Dios promete que la gloria de su pueblo exigirá una creación gloriosa para vivir. Entonces, la creación caída obtendrá la libertad de la futilidad, el mal y el dolor que la iglesia recibe. Entonces, cuando Dios hace nuevas todas las cosas, nos hace nuevos espirituales y maralmente, nos hace nuevos físicamente, y luego hace que toda la creación sea nueva para que nuestro entorno se ajuste a nuestros espíritus y cuerpos perfeccionados. JOHN PIPER John Eldredge dice: "Solo podemos esperar lo que deseamos". A JOHN PIPER esto agregaría un corolario: solo podemos desear lo que podemos imaginar. Si crees que no puedes imaginar el Cielo, o si lo imaginas como algo monótono y poco atractivo: no puede entusiasmarse con eso. No puede venir con el entusiasmo infantil que Dios valora tanto (Marcos 10:15). 62 Abraham "esperaba la ciudad con cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Hebreos 11:10). Si lo estaba esperando, ¿no crees que estaba imaginando cómo sería? Los descendientes de Abraham "anhelaban un país mejor, uno celestial" (Hebreos 11:16). Y, como seguidores de Cristo, "no tenemos una ciudad duradera, sino que estamos buscando la ciudad que está por venir" (Hebreos 13:14); "Estamos esperando los nuevos cielos y la nueva tierra que él ha prometido" (2 Pedro 3:13, NTV). ¿Estamos deseando, anhelando y buscando un reino sobrenatural? No, anhelamos nuevos cielos y una Nueva Tierra. . . Un nuevo universo. ¿ES EL CIELO ETERNO UN SITIO REAL? Muchas personas no pueden resistirse a espiritualizar lo que la Biblia enseña sobre el cielo. Según un teólogo evangélico, "Si bien el cielo es tanto un lugar como un estado, es principalmente un estado". Pero, ¿qué significa esto? ¿Hay algún otro lugar principalmente un estado? 63 Otro teólogo escribe: "Pablo no piensa en el cielo como un lugar, sino que lo considera en términos de la presencia de Dios". Pero cuando una persona está "presente", ¿eso no sugiere que hay un lugar? 64 Un libro se pone entre comillas cuando usa la palabra para describir el Cielo o el Infierno. Dice que el Paraíso es "una condición espiritual más que una ubicación espacial". Pero Jesús no dijo que el Cielo era "principalmente un estado" o una "condición espiritual". Él habló de una casa con muchas habitaciones en las que nos prepararía un lugar (Juan 14: 2). En Apocalipsis 2122, la Nueva Tierra y la Nueva Jerusalén son retratadas como lugares reales, con descripciones físicas detalladas. 65 Jesús les dijo a los discípulos: "Volveré y los llevaré a estar conmigo para que ustedes también estén donde yo estoy" (Juan 14:3). Utiliza términos ordinarios, terrenales, espaciales para describir el Cielo. La palabra donde se refiere a un lugar, una ubicación. Del mismo modo, la frase volver y llevarte indica movimiento y un destino físico. Si el cielo no es un lugar, ¿Jesús habría dicho que sí? Si reducimos el Cielo a algo menos u otro que un lugar, despojamos a las palabras de Cristo de su significado. ¿ESTAMOS SOLO PASANDO? La vieja canción del evangelio, "Este mundo no es mi hogar, solo estoy de paso", es una verdad a medias. Podemos pasar de la tierra a través de la muerte, pero finalmente volveremos a vivir en la Tierra restaurada. La tierra ha sido dañada por nuestro pecado (Génesis 3:17). Por lo tanto, la tierra como es ahora (bajo la Maldición) no es nuestro hogar. El mundo como era, y como será, es nuestro hogar. Nunca hemos conocido un mundo sin pecado, sufrimiento y muerte. Sin embargo, anhelamos tal vida y tal mundo. Cuando vemos una cascada rugiente, hermosas flores, un animal salvaje en su hábitat nativo, o la alegría en los ojos de nuestras mascotas cuando nos ven, sentimos que este mundo es, o al menos estaba destinado a ser, nuestro hogar. Somos peregrinos en esta vida, no porque nuestro hogar nunca estará en la Tierra, sino porque nuestro hogar eterno no está actualmente en la Tierra. Lo fue y lo será, pero no lo es ahora. ¿El Edén anhelamos regresar? ¿Estará ocupado por características físicas familiares, tangibles y personas totalmente encarnadas? La Biblia claramente responde que sí. La doctrina bíblica de la Nueva Tierra implica algo sorprendente: que si queremos saber cómo será el Cielo supremo, nuestro hogar eterno, el mejor lugar para comenzar es mirar a nuestro alrededor. No debemos cerrar los ojos e intentar imaginar lo inimaginable. Deberíamos abrir los ojos, porque la Tierra actual es tanto un punto de referencia válido para visualizar la Nueva Tierra como nuestros cuerpos actuales son un punto de referencia válido para visualizar nuestros nuevos cuerpos. Después de todo, estamos viviendo de los restos de un mundo perfecto, como los restos de una humanidad perfecta. No deberíamos leer en la Nueva Tierra nada de lo que está mal en este caso, pero ¿no podemos imaginar cómo sería estar libre de enfermedades y muerte? ¿No podemos imaginar la belleza natural no contaminada por la destrucción? La idea de la Nueva Tierra como un lugar físico no es un invento de la imaginación humana miope. Más bien, es la invención de un Dios trascendente, que hizo que los seres humanos físicos vivieran en una Tierra física, y que eligió convertirse en un hombre en esa misma Tierra. Hizo esto para poder redimir a la humanidad y a la Tierra. ¿Por qué? Para glorificarse a sí mismo y disfrutar para siempre de la compañía de hombres y mujeres en un mundo que ha hecho para nosotros. LAS TRES FASES DE LA HISTORIA DE LA TIERRA Para tener una visión bíblica del mundo, debemos tener una idea de nuestro pasado, presente y futuro, y cómo se relacionan entre sí. Sin entender el plan original de Dios para la humanidad y la tierra, no podemos entender su plan futuro. Sin los sujetalibros del pasado y el futuro en su lugar, el libro en sí, nuestras vidas presentes, no se mantendrá. La siguiente tabla muestra las tres fases de la historia de la Tierra: el pasado de la humanidad en la Tierra original; nuestra experiencia actual en la Tierra caída; y nuestro futuro prometido en la Nueva Tierra. † La tabla retrata la historia humana y el destino humano. Demuestra la continuidad del pasado, presente y futuro, y la continuidad entre la vida en la vieja Tierra y la vida en la Nueva Tierra. Al comparar cada serie de declaraciones, verá las diferencias distintivas entre estos tres períodos. Te animo a estudiar esta tabla y contemplar la importancia de cada fase de la historia de la Tierra. TRES ERAS DE LA TIERRA Y LA HUMANIDAD La tabla "Tres Eras de la Tierra y la Humanidad" retrata la historia humana y el destino humano. Demuestra la continuidad del pasado, presente y futuro, y la continuidad entre la vida en la vieja Tierra y la vida en la Nueva Tierra. Al comparar cada serie de declaraciones, verá las diferencias distintivas entre estos tres períodos. Te animo a estudiar esta tabla y contemplar la importancia de cada fase de la historia de la Tierra. Tres eras de la tierra y la humanidad (Tyndale House Publishers, 2004) Pasado Presente Futuro Génesis 1 - 2 Génesis 3 - Apocalipsis 20 Apocalipsis 21 - 22 Humanidad original La humanidad caída / Algunos creen y se transforman La humanidad resucitada Tierra original Tierra caida, con destellos originales Nueva tierra; resucitado en los collares de la humanidad ( Rom. 8 ) Dios delega el reinado de la tierra a la humanidad inocente Reinado disputado con Dios, Satanás y la humanidad caída Dios delega el reinado de la tierra a la humanidad justa La humanidad tiene dominio, con la pretendida administración de la Tierra El dominio de la humanidad frustrado, frustrado y retorcido; cultura contaminada Dominio de la humanidad cumplido; administración redimida de la Tierra bajo el Rey de Reyes; cultura redimida Dios en el cielo, visitando la Tierra (caminando en el Edén) Dios en el cielo, separado de los hombres caídos (habita en los creyentes por su Espíritu) El rostro de Dios gloriosamente visto, mientras mora con la humanidad en la Nueva Tierra Sin maldición El pecado y la maldición No más maldición Sin vergüenza Vergüenza No hay vergüenza o potencial de vergüenza Árbol de la vida en el Edén (la humanidad puede comer) Árbol de la vida en el paraíso (la humanidad se separó de) Árbol de la vida en la Nueva Jerusalén (la humanidad puede volver a comerlo) Río de la vida en el Edén Ríos y naturaleza, con destellos del pasado y del futuro. Río de la vida fluye del trono de Dios en la ciudad No muerte La muerte lo impregna todo Muerte eliminada para siempre La humanidad creada desde la Tierra La humanidad muere, vuelve a la Tierra; nueva vida para algunos La humanidad resucitó de la Tierra para vivir en la Nueva Tierra Primero Adán reina Primero Adán cae; la humanidad reina corruptamente, con destellos del bien; El último Adán, Jesús, viene El último Adán reina como Dios-hombre, con la humanidad como coherederos y reyes delegados. Serpiente, Satanás, en la Tierra Satanás juzgó pero aún presente en la Tierra Satanás se retira para siempre de la Tierra, arrojado al fuego eterno Creación y humanidad perfecta Creación y humanidad contaminada por el pecado. Creación y humanidad restaurada a la perfección. La humanidad nombra, tiende, gobierna a los animales Los animales y la humanidad se lastiman y sufren Los animales y la humanidad viven en completa armonía. Tierra fértil, vegetación exuberante Suelo maldito, vegetación enferma Tierra fértil, la vegetación prospera Abundante comida y agua Hambre y sed, trabajo por comida y agua. Abundante comida y agua Descanso, satisfacción en el trabajo. Inquietud, trabajo duro en el trabajo. Descanso mejorado, alegría en el trabajo de parto. Paraíso Paraíso perdido, buscado; destellos vistos, anticipos Paraíso recuperado y magnificado La humanidad en el lugar ideal La humanidad desterrada, lucha y deambula por los lugares caídos Hombre restaurado al lugar ideal, pero mejorado mucho La humanidad puede pecar o no pecar La humanidad esclavizada al pecado, facultada para no pecar La humanidad incapaz de pecar, con poder permanente Un matrimonio (Adán y Eva) Muchos matrimonios (diseñados para reflejar a Cristo y la iglesia) Un matrimonio (Cristo e iglesia) Comienzo de la cultura humana. Contaminación y avance de la cultura. Purificación y expansión eterna de la cultura. La humanidad aprende, crea en pureza La humanidad aprende, crea en la impureza (Caín, Babel) La humanidad aprende, crea con sabiduría y pureza. El plan de Dios para la humanidad y la Tierra revelado El plan de Dios para la humanidad y la Tierra se retrasó y enriqueció El plan de Dios para la humanidad y la Tierra se realizó En Génesis 3, la primera transición radical de la Tierra (la caída de la humanidad y el primer juicio) puede verse como un punto de referencia de la historia humana. En Apocalipsis 20, vemos el segundo sujetalibros en la última transición radical de la tierra (el regreso de Cristo y el último juicio), creando una imagen de gran simetría. En Génesis, Dios planta el jardín en la tierra; en Apocalipsis, derriba la Nueva Jerusalén, con un jardín en el centro, a la Nueva Tierra. En el Edén, no hay pecado, muerte o maldición; En la Nueva Tierra, no hay más pecado, muerte o maldición. En Génesis, se promete al Redentor; en Apocalipsis, el Redentor regresa. Génesis cuenta la historia del paraíso perdido; La revelación cuenta la historia del paraíso recuperado. En Génesis, la mayordomía de la humanidad se desperdicia; en Apocalipsis, la mayordomía de la humanidad es triunfante, fortalecida por el humano y divino Rey Jesús. Estos paralelos son demasiado notables para ser cualquier cosa menos deliberados. Estas imágenes especulares demuestran la simetría perfecta del plan de Dios. Vivimos en el tiempo intermedio, escuchando ecos del Edén y las pisadas que se aproximan de la Nueva Tierra. Paul Marshall concluye: "Este mundo es nuestro hogar: estamos hechos para vivir aquí. Ha sido devastado por el pecado, pero Dios planea arreglarlo. Por lo tanto, esperamos con alegría los cuerpos recién restaurados y vivir en un nuevo hogar. restauró el cielo y la tierra. Podemos amar este mundo porque es de Dios, y será sanado, convirtiéndose al fin en lo que Dios pretendía desde el principio ". 66 La tierra importa, nuestros cuerpos importan, los animales y los árboles importan, la materia importa, porque Dios los creó y tiene la intención de que manifiesten su gloria. Y como veremos en los siguientes capítulos, el Dios que los creó no los ha renunciado más de lo que nos ha renunciado a nosotros. † Una limitación importante de este cuadro es su incapacidad para reflejar plenamente la paradoja "ya y aún no" de que seamos criados con Cristo y sentados con él en el cielo, la realidad actual de nuestra justicia en Cristo y el hecho de que la nueva creación de Dios ya ha comenzado con la muerte y resurrección de Cristo. CAPÍTULO 9 ¿POR QUÉ LA REDENCIÓN DE LA TIERRA ES ESENCIAL PARA EL PLAN DE DIOS? Es bastante sorprendente que prácticamente todas las palabras básicas que describen la salvación en la Biblia impliquen un retorno a un estado o situación originalmente buenos. La redención es un buen ejemplo. Para canjear es "comprar gratis", literalmente para "comprar de nuevo". . . El punto de la redención es liberar al prisionero de la esclavitud, para devolverle la libertad que alguna vez disfrutó. Albert Wolters El universo físico entero fue creado para la gloria de Dios. Pero la humanidad se rebeló, y el universo cayó bajo el peso de nuestro pecado. Sin embargo, la seducción de la serpiente por Adán y Eva no sorprendió a Dios. Tenía en marcha un plan por el cual redimiría a la humanidad, y a toda la creación, del pecado, la corrupción y la muerte. Así como promete hacer nuevos hombres y mujeres, promete renovar la tierra misma. He aquí, crearé nuevos cielos y una nueva tierra. (Isaías 65:17) "Como los nuevos cielos y la nueva tierra que hago perdurarán delante de mí", declara el Señor, "así perdurarán tu nombre y tu descendencia" (Isaías 66:22) De acuerdo con su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, el hogar de la justicia. (2 Pedro 3:13) Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían fallecido. (Apocalipsis 21:1) Muchos otros pasajes aluden a los nuevos cielos y la Nueva Tierra sin usar esos términos. El plan redentor de Dios culmina no con el regreso de Cristo, ni en el reino milenario, sino en la Nueva Tierra. Solo entonces se corregirán todos los errores. Solo entonces no habrá más muerte, llanto o dolor (Apocalipsis 21: 1-4). Considere esto: si el plan de Dios fuera simplemente llevar a la humanidad al Cielo actual, o al Cielo que era la morada de los seres espirituales, no habría necesidad de nuevos cielos y una Nueva Tierra. ¿Por qué remodelar las estrellas de los cielos y los continentes de la tierra? Dios podría destruir su creación original y dejarlo todo atrás. Pero él no hará eso. Al crear los cielos y la tierra, los llamó "muy buenos". Nunca ha renunciado a su reclamo sobre lo que hizo. No va a abandonar su creación. Él lo va a restaurar. No iremos al cielo y dejaremos atrás la tierra. Más bien, Dios unirá el Cielo y la Tierra en la misma dimensión, sin muro de separación, sin ángeles armados para proteger la perfección del Cielo de la humanidad pecadora (Génesis 3:24). El plan perfecto de Dios es "unir todas las cosas en el cielo y en la tierra bajo una sola cabeza, incluso Cristo" (Efesios 1:10). Las metas redentoras de Dios son mucho menos modestas de lo que imaginamos. No entrega territorio alguno al enemigo. CS Lewis dijo sobre el paraíso perdido de Milton: "Leerlo nos hace sentir lo que es vivir en un universo donde cada pulgada cuadrada, cada fracción de segundo, es reclamada por Dios y contradeclarada por Dios". 67 Cristo murió no solo para sacar lo mejor de una mala situación. Murió para que la humanidad, la Tierra y el universo mismo se renovaran para proclamar para siempre su gloria. PLAN DE RENOVACIÓN DE TIERRA DE DIOS Dios nunca ha renunciado a su creación original. Sin embargo, de alguna manera hemos logrado pasar por alto un vocabulario bíblico completo que aclara este punto. Conciliar. Redimir. Restaurar. Recuperar. Regreso. Renovar. Regenerado. Resucitar. Cada una de estas palabras bíblicas comienza con el prefijo re, que sugiere un retorno a una condición original que se arruinó o perdió. (Muchas son traducciones de palabras griegas con un prefijo ana, que tiene el mismo significado que el inglés). Por ejemplo, la redención significa volver a comprar lo que antes era de su propiedad. Del mismo modo, la reconciliación significa la restauración o restablecimiento de una amistad o unidad previa. Renovación significa hacer nuevo de nuevo, restaurando a un estado original. Resurrección significa volverse físicamente vivo nuevamente, después de la muerte. Estas palabras enfatizan que Dios siempre nos ve a la luz de lo que pretendía que fuéramos, y siempre busca restaurarnos a ese diseño. Del mismo modo, ve la tierra en términos de lo que pretendía que fuera, y busca restaurarla a su diseño original. El profesor de religión Albert Wolters, en Creation Regained, escribe: "[Dios] se aferra a su creación original caída y la rescata. Se niega a abandonar el trabajo de sus manos; de hecho, sacrifica a su propio Hijo para salvar su proyecto original. La humanidad, que ha estropeado su mandato original y toda la creación junto con él, tiene otra oportunidad en Cristo; somos reinstalados como administradores de Dios en la tierra. La buena creación original debe ser restaurada ". 68 Si Dios hubiera querido enviarnos al infierno y comenzar de nuevo, podría haberlo hecho. Podría haber hecho un nuevo Adán y Eva y haber enviado a los viejos al infierno. Pero no lo hizo. En cambio, eligió redimir con lo que comenzó: los cielos, la Tierra y la humanidad, para devolverlos a su propósito original. Dios es el último artista de salvamento. Le encanta restaurar las cosas a su estado original y mejorarlas aún más. El propósito de Dios en nuestra salvación se refleja en una frase del himno "¡Aleluya, qué Salvador!": "Pecadores en ruinas para reclamar". Reclaim es otro re- palabra. Reconoce que Dios tenía un reclamo previo sobre la humanidad que se perdió temporalmente pero que está completamente restaurado y llevado a un nuevo nivel en Cristo. "La tierra es del Señor, y todo lo que hay en ella, el mundo y todos los que viven en él" (Salmo 24: 1). Dios nunca ha entregado su título de propiedad a la tierra. Lo posee y no lo cederá a sus enemigos. 69 En The Lion, the Witch, and the Wardrobe, CS Lewis retrata a la White Witch, que es paralela al diablo, y tiene un control sobre Narnia que hace que ese mundo "siempre sea invierno, pero nunca Navidad". Los leales a los asiáticos, aunque nunca lo han visto, esperan ansiosamente su aparición, ya que solo él puede hacer que el mundo vuelva a ser correcto asumiendo su papel como rey legítimo. (Primero, sin embargo, derramará su sangre redentora sobre la Mesa de Piedra). No son solo las personas de Narnia las que necesitan que venga Asia, es todo el mundo de Narnia. De manera similar, las Escrituras nos dicen: "La razón por la que apareció el Hijo de Dios fue para destruir la obra del diablo" (1 Juan 3:8). Observe la intención de Asia. Él es el rey, el hijo del gran emperador más allá del mar. Sin embargo, delega la responsabilidad de gobernar el mundo a los hijos de Adán e hijas de Eva: Peter, Edmund, Susan y Lucy. Ellos son los gobernantes de Narnia. Del mismo modo, Dios tiene la intención de que nosotros, hijos e hijas de Adán y Eva, seamos gobernantes de su Nueva Tierra, que él libera poderosamente de su maldición de siempre invierno, nunca Navidad. Es imposible entender el ministerio de Cristo sin una visión más amplia del plan de rescate de la redención. Albert Wolters señala que la mayoría de los milagros de Cristo "son milagros de restauración: restauración de la salud, restauración de la vida, restauración de la libertad de la posesión demoníaca. Los milagros de Jesús nos proporcionan una muestra del significado de la redención: una liberación de la creación de los grilletes de pecado y maldad y una reincorporación de la vida creadora según lo previsto por Dios ". Dios colocó a la humanidad en la Tierra para llenarla, gobernarla y desarrollarla para la gloria de Dios. Pero ese plan nunca se ha cumplido. ¿Deberíamos por lo tanto concluir que el plan de Dios fue mal concebido, frustrado o abandonado? No. Estas conclusiones no se ajustan al carácter de un Dios soberano que todo lo sabe y todo lo sabe. 70 Dios determinó desde el principio que redimirá a la humanidad y restaurará la tierra. ¿Por qué? Entonces su plan original se cumplirá. Las Escrituras nos muestran el propósito de Dios con notable claridad; Sin embargo, durante muchos años como estudiante de la Biblia y más tarde como pastor, no pensé en términos de renovación y restauración. En cambio, creía que Dios iba a destruir la tierra, abandonar su diseño y plan original, y comenzar de nuevo implementando un nuevo plan en un Cielo sobrenatural. Solo en los últimos quince años mis ojos se han abierto a lo que las Escrituras han dicho todo el tiempo. ¿Qué hay detrás de nuestra noción de que Dios va a destruir la tierra y acabar de una vez? Creo que es una teología débil de Dios. Aunque nunca lo diríamos de esta manera, lo vemos como un inventor frustrado cuya creación falló. Al darse cuenta de su error, terminará destrozando la mayor parte de lo que hizo. Su consuelo para una Tierra fallida es que nos rescata a algunos del fuego. Pero esta idea es refutada enfáticamente por la Escritura. Dios tiene un plan magnífico, y no entregará la Tierra al basurero. Como dice Wolters, "La redención no se trata de una adición de una dimensión espiritual o sobrenatural a la vida de las criaturas que faltaba antes; más bien, se trata de traer nueva vida y vitalidad a lo que estuvo allí todo el tiempo ... Lo único que agrega la redención que no está incluida en la creación es el remedio para el pecado, y ese remedio se presenta únicamente con el propósito de recuperar una creación sin pecado ... La gracia restaura la naturaleza, haciéndola completa una vez más ". 71 LA NUEVA TIERRA ES LA ANTIGUA TIERRA RESTAURADA Pedro predicó que Cristo "debe permanecer en el cielo hasta que llegue el momento en que Dios restaure todo, como lo prometió hace mucho tiempo a través de sus santos profetas" (Hechos 3:21). Se nos dice que llegará un momento en que Dios restaurará todo. Esta es una promesa inclusiva. Abarca mucho más que Dios simplemente restaurando a personas sin cuerpo a la comunión en un reino espiritual. (Debido a que vivir en un reino espiritual no es para lo que fueron creados los humanos y una vez lo disfrutaron, no calificaría como "restauración"). Es Dios restaurando a la humanidad a lo que una vez fuimos, lo que él nos diseñó para ser: totalmente encarnado, justo seres Y restaurando todo el universo físico a lo que alguna vez fue. ¿Dónde se realizará la restauración que Pedro predicó? La respuesta, nos dice, se encuentra en las promesas dadas "hace mucho tiempo a través de los santos profetas [de Dios]". Lea a los profetas y la respuesta se aclarará: Dios restaurará todo en la Tierra. Los profetas nunca se preocupan por un reino lejano de espíritus incorpóreos. Les preocupa la tierra, la herencia, la ciudad de Jerusalén y la tierra sobre la que caminaron. El Mesías vendrá del Cielo a la Tierra, no para llevarnos lejos de la Tierra al Cielo, sino para restaurar la Tierra a lo que él pretendía para que pueda vivir con nosotros aquí para siempre. Lucas cuenta la historia de la profetisa Anna, una mujer de unos ochenta años, que adoraba en el Templo día y noche, ayunando y orando. Al ver al niño Jesús, ella inmediatamente se acercó a María y José y "dio gracias a Dios y habló sobre el niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén" (Lucas 2:3638). Observe la redacción exacta de Luke. ¿Qué estaba esperando el pueblo de Dios? Redención. ¿Su propia redención? Por supuesto. Pero fue mucho más que eso. Fue la redención no solo de ellos mismos, sino también de sus familias y comunidad e incluso de su ciudad, Jerusalén. Y la redención de Jerusalén también sería la redención de Israel. Como se prometió la bendición del mundo entero a través de Abraham, la redención de Jerusalén e Israel habla de la redención de la tierra misma. ¿Y quién sería el agente de esa redención? Jesús, este niño, el Mesías que se convertiría en Rey no solo de individuos redimidos, sino también Rey de una Jerusalén redimida y Rey de una tierra redimida. Este es el evangelio del Reino. Cualquier cosa menos es una visión estrecha del plan redentor de Dios. Entonces, ¿llegará a su fin la tierra que conocemos? Si. ¿Hasta el final? No. Cualquier pecado que haya tocado y contaminado, Dios redimirá y limpiará. Si la redención no llega tan lejos como la maldición del pecado, entonces Dios ha fallado. Cualquiera sea el alcance de las consecuencias del pecado, así debe ser el alcance de la redención. STEVEN J. LAWSON Apocalipsis 21: 1 dice que la vieja Tierra pasará. Pero cuando las personas fallecen, no dejan de existir. Como seremos criados para ser personas nuevas, así la tierra será criada para ser una Tierra Nueva. ¿Peter inventó la noción de que todas las cosas fueron restauradas? No, no solo lo aprendió de los profetas, sino que lo escuchó directamente de Cristo. Cuando Pedro, esperando recibir elogios o recompensas, le señaló a Jesús que los discípulos habían dejado todo para seguirlo, el Señor no lo reprendió. En cambio, dijo: "En la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del Hombre se siente en su glorioso trono, ustedes que me han seguido también se sentarán en doce tronos, juzgando a las doce tribus de Israel" (Mateo 19:27-28) Tenga en cuenta la elección de la palabra de Cristo. No dijo "después de la destrucción de todas las cosas" o "después del abandono de todas las cosas" sino "en la renovación de todas las cosas". Este no es un pequeño punto semántico: dibuja una línea en la arena entre dos teologías fundamentalmente diferentes. La humanidad fue diseñada para vivir en la tierra para la gloria de Dios. Eso es exactamente lo que aseguró la encarnación, muerte y resurrección de Cristo: una humanidad renovada en una Tierra renovada. Jesús dijo explícitamente que "todas las cosas" serían renovadas. La palabra paligenesia, traducida "renovación" en Mateo 19:28, proviene de dos palabras que juntas significan "nueva génesis" o "volver de la muerte a la vida". Cuando Jesús dijo que "todas las cosas" se renovarían, los discípulos habrían entendido que significa "todas las cosas" que formaban parte de las únicas vidas que conocían: las de la Tierra. Aparte de aquellos aspectos de nuestras vidas terrenales actuales que son inherentemente pecaminosos o que se cumplen con una realidad mayor (más sobre esto más adelante), "todas las cosas" parece ser integral. 72 JRR Tolkien retrata una visión similar de la renovación en El Hobbit, cuando el rey enano, Thorin Oakenshield, le dice sus últimas palabras a Bilbo Baggins, a quien ha ofendido: "Adiós ... Voy ahora a los pasillos de espera para sentarme al lado mis padres, hasta que el mundo se renueve. Dado que ahora dejo todo el oro y la plata, y voy a donde tiene poco valor, deseo separarme de su amistad, y retiraría mis palabras y acciones en la Puerta ". 73 Tolkien refleja la teología bíblica en la frase "hasta que el mundo se renueve". Thorin dice que va "a los pasillos de esperar para sentarse al lado de mis padres". Este sería el Cielo intermedio. Pero esperaría allí "hasta que el mundo se renueve". Este sería el Cielo eterno, no para ser vivido en un mundo subterráneo sino en un mundo resucitado. La creencia predominante de que el cielo supremo que Dios prepara para nosotros será sobrenatural no podría ser más no bíblico. La Tierra fue hecha para que la gente viva, y la gente fue hecha para vivir en la Tierra. Según los profetas, el apóstol Pedro y el mismo Cristo, nuestro destino es vivir para siempre en una Tierra restaurada y renovada. En la película La Pasión de Cristo, cuando Jesús se dirige hacia el Calvario, de rodillas bajo el peso de la cruz, le dice a su madre sorprendida y afligida: "He aquí, hago nuevas todas las cosas". Estas palabras son directamente de Apocalipsis 21: 5, donde son pronunciadas por Jesús resucitado con respecto a la Nueva Tierra, donde una humanidad renovada vivirá en una Tierra renovada, alegre en presencia de su Salvador resucitado, que lo hizo posible pagando Un precio que era increíblemente grande. REDENCIÓN = RETORNO La redención vuelve a comprar el diseño original de Dios. En palabras de un escritor, "Adán y Eva (y sus hijos) debían extender las bendiciones del Paraíso a todo el mundo ... La salvación, por lo tanto, restaura al hombre a su vocación y propósito originales, y garantiza el mandato original del hombre. "Ejercer dominio bajo Dios sobre toda la tierra" se cumplirá ". 74 Si, debido a la Caída, Dios hubiera renunciado a su propósito original para que la humanidad llene la tierra y la gobierne (Génesis 1:28), seguramente no le habría repetido el mismo mandato a Noé después del Diluvio: "Sé fructífero y aumentar en número y llenar la tierra "(Génesis 9:1). Aún así, hasta que el pecado y la Maldición sean eliminados permanentemente, las personas serían incapaces de ejercer la administración adecuada de la tierra. Nuestro propósito actual es inseparable del propósito eterno declarado de Dios para nosotros de gobernar la tierra para siempre como sus hijos y herederos. Esa es la esencia de la declaración definitoria del Catecismo Menor de Westminster: "El fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre". Glorificaremos a Dios y encontraremos gozo en él al hacer lo que él nos ha hecho: servirle como seres resucitados y llevar a cabo su plan para desarrollar una cultura resucitada centrada en Cristo en un universo resucitado. 75 "Porque, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno a su vez: Cristo, las primicias; luego, cuando venga, los que le pertenecen. Entonces vendrá el fin, cuando él entregue sobre el reino a Dios Padre después de haber destruido todo dominio, autoridad y poder. Porque debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies "(1 Corintios 15: 22-25). La mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que el punto de este pasaje no es que Cristo algún día dejará de reinar, sino que su reinado continuará hasta y después de que sus enemigos sean conquistados y juzgados. (Cuando un príncipe le entregó a su padre un reino que había conquistado, era común que el rey confiara la gobernación de ese reino a su hijo). La misión de Cristo es redimir lo que se perdió en la caída y destruir a todos los competidores al dominio, autoridad y poder de Dios. Cuando todo se pone bajo sus pies, cuando Dios gobierna todo y la humanidad gobierna la tierra como reyes bajo Cristo, el Rey de reyes, al final todo será como Dios quiere. ¡El período de rebelión terminará para siempre, y el universo, y todos los que sirven a Cristo, participarán en la alegría del Maestro! LA GLORIA DE DIOS EN LA TIERRA DE DIOS Los cielos físicos están constantemente declarando la gloria de Dios (Salmo 19: 1-2). Incluso ahora, en referencia a una Tierra bajo la Maldición, Dios dice: "La gloria del Señor llena toda la tierra" (Números 14:21). Pero el universo contemplará una muestra aún mayor de la gloria de Dios, una que involucrará a hombres y mujeres redimidos y naciones redimidas en una tierra redimida. Es en la Tierra, Dios promete, que "la gloria del Señor será revelada, y toda la humanidad la verá" (Isaías 40: 5). Que Dios será glorificado en la Tierra es fundamental para innumerables pasajes, incluidos estos dos: Seguramente su salvación está cerca de los que le temen, para que su gloria pueda habitar en nuestra tierra. (Salmo 85:9) Vi la gloria del Dios de Israel viniendo del este. . . y la tierra estaba radiante con su gloria. (Ezequiel 43:2) En ambos pasajes, la palabra traducida como "tierra" (erets) es la palabra para "tierra". Ezequiel vio la gloria de Dios a las puertas de Jerusalén, manifestada no en un reino inmaterial sino en la tierra. Para entender por qué Pedro predicó que Dios prometió a través de los profetas que "restauraría todo" (Hechos 3:21), considere esta muestra de pasajes que prometen que la gloria de Dios se manifestará a todas las naciones de la tierra, particularmente en la Nueva Jerusalén: Las naciones temerán el nombre del Señor, todos los reyes de la tierra reverenciarán tu gloria. Porque el Señor reconstruirá a Sión y aparecerá en su gloria. (Salmo 102:15-16) No dañarán ni destruirán en toda mi montaña sagrada, porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor como las aguas cubren el mar. En ese día, la Raíz de Jesé se mantendrá como una bandera para los pueblos; las naciones se unirán a él, y su lugar de descanso será glorioso. (Isaías 11:9-10) "Ellos proclamarán mi gloria entre las naciones. Y llevarán a todos tus hermanos, de todas las naciones, a mi santo monte en Jerusalén como una ofrenda al Señor: en caballos, en carros y carretas, y en mulas y camellos, "dice el Señor. (Isaías 66:19-20) Esto es lo que el Señor Todopoderoso dice: "Dentro de poco, sacudiré una vez más los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca. Sacudiré a todas las naciones, y lo deseado de todas las naciones vendrá, y lo llenaré esta casa con gloria ", dice el Señor Todopoderoso. (Hageo 2:6-7) El Reino y el dominio de Dios no se trata de lo que sucede en un lugar remoto y sobrenatural; en cambio, tratan sobre lo que sucede en la tierra, que Dios creó para su gloria. Dios ha atado su gloria a la tierra y todo lo relacionado con ella: la humanidad, los animales, los árboles, los ríos, todo. "Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria" (Isaías 6: 3). El hebreo aquí puede traducirse "la plenitud de la tierra es su gloria". Su gloria se manifiesta en su creación. La tierra no es desechable. Es esencial para el plan de Dios. Dios promete que, en última instancia, toda la Tierra se llenará de su gloria (Salmo 72:19; Habacuc 2:14). Dios tiene sus manos en la tierra. No lo soltará, incluso cuando requiera que sus manos sean perforadas por las uñas. Tanto su encarnación como esas uñas lo aseguraron a la Tierra y a su futuro eterno. En una obra redentora mucho más grande de lo que la mayoría imagina, Cristo compró y pagó por nuestro futuro y el de la tierra. UNA VISIÓN DE LA NUEVA TIERRA Otro pasaje significativo que describe la Nueva Tierra es Isaías 60. Aunque no contiene el término Nueva Tierra (como lo hacen Isaías 65 y 66), podemos estar seguros de que es lo que Isaías pretendía porque su lenguaje preciso se usa en la descripción de Juan de la Nueva Tierra en Apocalipsis 21-22. Por lo tanto, Isaías 60 sirve como el mejor comentario bíblico sobre Apocalipsis 21-22. Al comienzo del notable mensaje profético de Isaías, Dios le dice a su pueblo en Jerusalén: "El Señor se levanta sobre ti y su gloria aparece sobre ti. Las naciones vendrán a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer" (w. 2 -3). El pueblo de Dios tendrá un futuro glorioso en el que las naciones y reyes de la tierra participarán y se beneficiarán de una Jerusalén renovada y gloriosa. No serán solo algunas naciones, sino todas: "Todos se reúnen y vienen a ustedes" (v. 4). Este será un momento de regocijo sin precedentes: "Entonces mirarás y estarás radiante, tu corazón latirá y se hinchará de alegría" (v. 5). En la Tierra renovada, las naciones traerán sus mayores tesoros a esta ciudad glorificada: "La riqueza en los mares te será traída, a ti vendrán las riquezas de las naciones" (v. 5). Habrá animales en la Nueva Tierra, de varias naciones: "Rebaños de camellos cubrirán tu tierra, camellos jóvenes de Madián y Efa" (v. 6). Las personas redimidas viajarán de lugares lejanos a la Jerusalén glorificada: "Y vendrá todo de Seba, llevando oro e incienso y proclamando la alabanza del Señor" (v. 6). Las personas que habitan en las islas adorarán a Dios, y los barcos vendrán de "Tarsis, trayendo a tus hijos de lejos, con su plata y oro, para el honor del Señor tu Dios, el Santo de Israel, porque él te ha dotado de esplendor "(v. 9). La mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a pensar en naciones, gobernantes, civilizaciones y culturas en el Cielo, pero Isaías 60 es uno de los muchos pasajes que demuestran que la Nueva Tierra será de hecho terrenal. Isaías dice palabras que Juan aplica directamente a la Nueva Jerusalén (en Apocalipsis 21:25-26): "Tus puertas siempre estarán abiertas, nunca estarán cerradas, de día o de noche, para que los hombres puedan traerte la riqueza de las naciones —Sus reyes dirigidos en procesión triunfal "(v. 11). La magnificencia de las naciones será bienvenida en la gran ciudad del Rey: "La gloria del Líbano vendrá a ti, el pino, el abeto y el ciprés juntos" (v. 13). Los corazones de las naciones se transformarán en sus actitudes hacia Dios, su pueblo y su ciudad: "Los hijos de tus opresores vendrán inclinándose ante ti; todos los que te despreciarán se postrarán a tus pies y te llamarán la Ciudad de el Señor "(v. 14). Dios promete a la Nueva Jerusalén: "Te haré el orgullo eterno y el gozo de todas las generaciones" (v. 15). Este no es un período temporal de prosperidad fugaz, sino una condición "eterna". No se limitará a un período de tiempo, sino que será para "todas las generaciones". La Nueva Jerusalén será la beneficiaria de todos los grupos de personas y sus gobernantes: "Beberás la leche de las naciones y serás amamantada en los senos reales" (v.16). El cumplimiento de todas estas promesas dará testimonio de la grandeza de Dios: "Entonces sabrán que yo, el Señor, soy su Salvador, su Redentor, el Poderoso de Jacob" (v. 16). Dios promete algo que nunca ha sido cierto para la Jerusalén terrenal: "Haré de la paz tu gobernador y de la justicia tu gobernante. Ya no se oirá más violencia en tu tierra, ni ruina o destrucción dentro de tus fronteras, sino que llamarás a tus muros La salvación y tus puertas Alabado "(w. 17-18). Luego, Isaías nos dice lo que Juan conecta directamente con la Nueva Tierra (en Apocalipsis 21:23; 22: 5): "El sol ya no será tu luz de día, ni el brillo de la luna brillará sobre ti, para el Señor será tu luz eterna, y tu Dios será tu gloria. Tu sol nunca volverá a ponerse, y tu luna ya no menguará; el Señor será tu luz eterna, y tus días de tristeza terminarán "(w. 19- 20) De la Nueva Jerusalén, se nos dice que "nada impuro entrará en ella, ni nadie que haga lo que es vergonzoso o engañoso, sino solo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero" (Apocalipsis 21:27). Isaías nos dice lo mismo, usando un lenguaje inclusivo que no podría aplicarse a la vieja Tierra bajo la Maldición: "Entonces todo tu pueblo será justo" (60:21). Isaías agrega: "y poseerán la tierra [erets] para siempre". La tierra será suya, no por una gloriosa década o siglo o milenio, sino por siempre. 76 Aunque la referencia de Isaías a los sacrificios de animales y un templo (v. 7) plantea preguntas, está claro que el pasaje en su conjunto es una representación profética de la futura Nueva Tierra. No hay ninguna razón interpretativa para creer que las descripciones en Isaías 60 de la Nueva Tierra se cumplirán de manera menos literal que las de Isaías 52-53. † Debido a que las palabras de Isaías sobre la primera venida del Mesías se cumplieron meticulosamente, hasta detalles físicos específicos, ¿no deberíamos suponer que sus profecías en capítulos posteriores sobre la vida en la Nueva Tierra se cumplirán literal y específicamente? El reino milenario de Cristo puede prefigurar el cumplimiento de las promesas de Dios sobre el futuro de Jerusalén. Pero veremos su máxima satisfacción solo en la Nueva Jerusalén en la Nueva Tierra, cuando la Maldición haya desaparecido, la muerte ya no exista y el pueblo de Dios vivirá en la tierra para siempre. REDENCIÓN DE NACIONES Y CULTURA Tanto Isaías como Juan, usando un lenguaje similar, afirman que en la Nueva Tierra "los reyes de la tierra traerán su esplendor a" la Nueva Jerusalén y "la gloria y el honor de las naciones serán traídos a ella" (Apocalipsis 21:24, 26; cf. Isaías 60:3, 5). Aunque John no da más detalles en Apocalipsis, Isaías es específico sobre lo que se llevará a la Ciudad Santa. Menciona los productos culturales de las naciones que alguna vez fueron paganas: los barcos de Tarsis y los árboles del Líbano y los camellos de Ephah y el oro y el incienso de Sheba, que serán traídos por su pueblo "proclamando la alabanza del Señor" (Isaías 60: 6). Los tesoros que alguna vez estuvieron relacionados con la idolatría y la rebelión se reunirán en la ciudad y se usarán para glorificar a Dios. Tanto Isaías como Apocalipsis indican que los productos de la cultura humana jugarán un papel importante en la Nueva Tierra. En su excelente tratamiento de Isaías y la Nueva Jerusalén, cuando los reyes entran en marcha, Richard Mouw señala que los mismos barcos de Tarsis y los árboles del Líbano mencionados en Isaías 60 se consideran en Isaías 2 como objetos de orgullo humano que Dios promete derribar (w. 12-13, 16-18). Isaías habla de un día de juicio en el que "los hombres huirán a cuevas en las 77 rocas y a agujeros en la tierra por temor al Señor y el esplendor de su majestad, cuando se levante para sacudir la tierra" (2:19) . Este lenguaje es fuertemente evocador de la representación del juicio de los tiempos del fin de Dios, en el cual los hombres intentan esconderse "en cuevas y entre las rocas de las montañas" (Apocalipsis 6:15). En Isaías 10:34, el profeta nos dice que Dios "cortará los matorrales del bosque con un hacha; el Líbano caerá ante el Poderoso". Debido a que las personas ponen su orgullo y esperanza en "sus" bosques y barcos, Dios demostrará su superioridad derribando los bosques y hundiendo los barcos. Ahora, si los árboles del Líbano y las naves de Tarsis se señalan como destruidos en el juicio futuro de Dios, ¿cómo pueden, como lo indica Isaías 60, aparecer nuevamente en la Ciudad Santa como instrumentos de servicio al Señor? Esta es la paradoja de las enseñanzas simultáneas de destrucción y renovación de las Escrituras. Lo que ahora se usa con propósitos orgullosos e incluso idólatras se usará para la gloria de Dios cuando los corazones de la humanidad se transformen y la creación misma se renueve. 78 No hay nada de malo en barcos, madera, oro o camellos. Lo que Dios destruirá en su juicio es el mal uso idólatra de estas cosas buenas. Luego, habiendo destruido nuestras perversiones de sus buenos dones, él, en su recreación de la tierra, restaurará estas cosas como herramientas buenas y útiles para su gloria. Más tarde, volveremos al tema de la cultura en la Nueva Tierra. Pero por ahora, será suficiente que Isaías y Juan nos ayuden a imaginar la Nueva Tierra no solo como un mundo de maravillas naturales, sino como uno que también incluye ciudadanos multinacionales y tesoros culturales. Significativamente, la vívida descripción de la Nueva Tierra en Isaías 60 es seguida inmediatamente por el pasaje explícitamente mesiánico que Jesús usó como su texto inaugural para su ministerio (Lucas 4:16-19): "El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para predicar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado a atar a los quebrantados de corazón, a proclamar la libertad de los cautivos y liberar de la oscuridad a los prisioneros "(Isaías 61:1). Fue la encarnación, expiación y resurrección de Jesucristo lo que trajo la redención a la humanidad, a Jerusalén y a la tierra. La misión de Cristo era reclamar y liberar no solo a los habitantes de la tierra, sino a la tierra misma. Él vino no solo para redimir a la humanidad como individuos, sino también como naciones y culturas, y para redimir no solo el trabajo de sus propias manos (por ejemplo, los bosques del Líbano), sino también las obras de las manos de sus criaturas (por ejemplo, las naves de Tarsis). El teólogo AA Hodge lo dice maravillosamente: El cielo, como el hogar eterno del Hombre divino y de todos los miembros redimidos de la raza humana, debe ser necesariamente completamente humano en su estructura, condiciones y actividades. Sus alegrías y actividades deben ser racionales, morales, emocionales, voluntarias y activas. Debe haber el ejercicio de todas las facultades, la satisfacción de todos los gustos, el desarrollo de todas las capacidades de talento, la realización de todos los ideales. La razón, la curiosidad intelectual, la imaginación, los instintos estéticos, los afectos sagrados, las afinidades sociales, los recursos inagotables de fuerza y poder nativos del alma humana deben encontrar en el cielo ejercicio y satisfacción. Entonces siempre debe haber una meta de esfuerzo ante nosotros, siempre en el futuro. . . . El cielo será la flor y fruto consumado de toda la creación y de toda la historia del universo. 79 † Isaías 52-53 detalla la muerte del Mesías, diciendo que fue traspasado por nuestras transgresiones, sacrificado como un cordero, fue contado con los transgresores, llevó nuestros pecados, intercedió por los transgresores, etc. C A P Í T U L O 10 ¿QUÉ SIGNIFICARÁ QUE LA MALDICIÓN SEA QUITADA? Todo será glorificado, incluso la naturaleza misma. Y eso me parece la enseñanza bíblica sobre el estado eterno: que lo que llamamos cielo es vida en este mundo perfecto como Dios pretendía que la humanidad lo viviera. Cuando puso a Adán en el Paraíso al principio, Adán cayó, y todos cayeron con él, pero los hombres y las mujeres están destinados a vivir en el cuerpo, y vivirán en un cuerpo glorificado en un mundo glorificado, y Dios estará con ellos. Martyn Lloyd-Jones Cuando Adán y Eva cayeron en pecado, Satanás parecía haber arruinado el plan de Dios por un justo, la humanidad inmortal para gobernar la tierra a la gloria de Dios. Sin embargo, inmediatamente después de la caída, Dios prometió un redentor, la simiente de la mujer, que un día vendría y aplastaría a la serpiente: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la suya; él aplastará tu cabeza". , y golpearás su talón "(Génesis 3:15). Mientras la herida del pecado aún estaba fresca, antes de que se formara la primera cicatriz, Dios reveló su plan para enviar un redentor completamente humano que sería mucho más poderoso que Satanás. En un valiente acto de intervención para liberar a la humanidad, este redentor entregaría una herida mortal al demonio usurpador, y en el proceso sería herido él mismo. "Dado que uno de los resultados del pecado había sido la muerte", escribe Anthony Hoekema, "la victoria prometida debe implicar de alguna manera la eliminación de la muerte. Además, dado que otro resultado del pecado fue la expulsión de nuestros primeros padres del Jardín del Edén, de donde se suponía que gobernarían el mundo para Dios, parecería que la victoria también debería significar la restauración del hombre a algún tipo de paraíso recuperado, desde el cual podría una vez más gobernar adecuadamente y sin pecado la tierra ... En cierto sentido, por lo tanto, la expectativa de una Nueva Tierra ya estaba implícita en la promesa de Génesis 3:15 ". 80 † Isaías 52-53 detalla la muerte del Mesías, diciendo que fue traspasado por nuestras transgresiones, sacrificado como un cordero, fue contado con los transgresores, llevó nuestros pecados, intercedió por los transgresores, etc. Más tarde, se revela que este redentor sería la simiente de Abraham (Génesis 22:18), de la tribu de Judá (Génesis 49:10) y la casa de David (2 Samuel 7:1213). Génesis 3:15 es el primero de muchos pasajes que anticipan un siervo sufriente que luchará contra Satanás y redimirá al pueblo de Dios (por ejemplo, Isaías 42:1-4; 49:5-7; 52:13-15; 53). Ese siervo sufriente sería Cristo, el Mesías, que vino a hacer nuevas todas las cosas. Dios no se sentó de brazos cruzados ni se encogió de hombros ante el pecado, la muerte y la Maldición. No renunció a su reclamo sobre la humanidad y la tierra. Tan pronto como la ruina descendió sobre la humanidad y la Tierra, Dios reveló su plan para derrotar a Satanás y retomarlos para su gloria. TOMANDO NUESTRA HERENCIA Nuestro interés en los tiempos finales generalmente se extiende al período inmediatamente anterior y posterior al regreso de Cristo. Pero el plan de Dios culmina después del juicio final, cuando el Rey Jesús dice: "Vengan, ustedes que son bendecidos por mi Padre; tomen su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo" (Mateo 25:34). ¿Dónde está este reino? Exactamente donde ha estado desde el principio: en la Tierra. ¿De qué herencia habla Jesús? Así como los hijos de los reyes heredan reinos, y los reinos consisten en tierras y propiedades, la Tierra es la propiedad dada por Dios de la humanidad. Dios no ha cambiado de opinión; no ha vuelto al Plan B ni ha abandonado lo que originalmente pretendía para nosotros en la creación del mundo. Cuando Cristo dice "toma tu herencia, el reino se preparó para ti desde la creación del mundo", es como si estuviera diciendo: "Esto es lo que siempre quise para ti. Esto es lo que fui a la cruz y derroté la muerte a darte. Tómalo, réguelo, ejerce dominio, disfrútalo; y al hacerlo, comparte mi felicidad ". Dios no tira su trabajo y comienza desde cero; en cambio, usa el mismo lienzo para reparar y hacer más bella la pintura estropeada por el vandalismo. El vándalo no obtiene la satisfacción de destruir la obra maestra de su rival. Por el contrario, Dios hace una obra maestra aún mayor de lo que su enemigo trató de destruir. Satanás quiere que renunciemos a Dios, a nuestro propósito y vocación, y a nuestro planeta. Dios nos recuerda: "El que está en ti es más grande que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). Satanás busca destruir la tierra. Dios busca restaurar y renovar la tierra, gobernarla y devolverla a sus hijos. Dios ganará la batalla por nosotros y por la tierra. UNIENDO EL CIELO Y LA TIERRA El plan de Dios de los siglos es "unir todas las cosas en el cielo y en la tierra bajo una sola cabeza, incluso Cristo" (Efesios 1:10). "Todas las cosas" es amplio e incluyente: nada se quedará fuera. Este versículo corresponde precisamente a la culminación de la historia que vemos representada en Apocalipsis 21, la fusión de los reinos una vez separados del Cielo y la Tierra, completamente bajo el señorío de Cristo. El himno "Este es el mundo de mi padre" expresa esta verdad en sus palabras finales: "Jesús que murió será satisfecho, y la tierra y el cielo serán uno". Así como Dios y la humanidad se reconcilian en Cristo, así también las viviendas de Dios y la humanidad, el Cielo y la Tierra, se reconciliarán en Cristo. Así como Dios y el hombre estarán unidos para siempre en Jesús, así el Cielo y la Tierra estarán unidos para siempre en el nuevo universo físico donde viviremos como seres resucitados. Afirmar algo menos es subestimar la obra redentora de Cristo. Sin embargo, curiosamente, en las escuelas e iglesias de las que he formado parte, y en la gran mayoría de los 150 libros sobre el Cielo que he leído, esta verdad central rara vez se ha afirmado. Muchas personas con las que he hablado han contado experiencias similares. 81 El cielo es el hogar de Dios. La tierra es nuestro hogar. Jesucristo, como Dioshombre, vincula para siempre a Dios y a la humanidad, y por lo tanto vincula para siempre el Cielo y la Tierra. Como demuestra Efesios 1:10, esta idea de que la Tierra y el Cielo se conviertan en uno es explícitamente bíblica. Cristo convertirá la Tierra en el cielo y el cielo en la tierra. Así como el muro que separa a Dios y la humanidad se derriba en Jesús, también el muro que separa el Cielo y la Tierra será demolido para siempre. Habrá un universo, con todas las cosas en el Cielo y en la Tierra juntas bajo una sola cabeza, Jesucristo. "Ahora la morada de Dios está con los hombres, y él vivirá con ellos" (Apocalipsis 21: 3). Dios vivirá con nosotros en la Nueva Tierra. Eso "unirá todas las cosas en el cielo y en la tierra". El plan de Dios es que no habrá más abismo entre los mundos espiritual y físico. No habrá lealtades divididas ni reinos divididos. Habrá un cosmos, un universo unido bajo un solo Señor, para siempre. Este es el plan imparable de Dios. Aquí es donde se dirige la historia. Cuando Dios caminó con Adán y Eva en el jardín, la Tierra era el patio trasero del cielo. La Nueva Tierra será aún más que eso: será el Cielo mismo. Y aquellos que conocen a Jesús tendrán el privilegio de vivir allí. ¿QUIÉN REINARÁ SOBRE LA TIERRA? La historia central de la Biblia gira en torno a una pregunta: ¿Quién reinará sobre la tierra? El destino de la Tierra pende de un hilo. Debido a que es el reino donde la gloria de Dios ha sido más desafiada y resistida, por lo tanto, también es el escenario en el que su gloria se demostrará más gráficamente. Al reclamar, restaurar, renovar y resucitar la Tierra, y al empoderar a una humanidad regenerada para que reine sobre ella, Dios cumplirá su propósito de traer gloria a sí mismo. En la Escritura, aquellos que dicen tener tronos incluyen a Dios el Padre (Hebreos 12:2; Apocalipsis 22:1), Cristo el Hijo (Lucas 1:32; Hebreos 1:8), los hijos humanos de Dios (Apocalipsis 4:4; 11:16) y Satanás (Apocalipsis 2:13). El reclamo de Dios a su trono es absoluto. El reclamo de los seres humanos a sus tronos es válido, pero solo si permanecen sometidos a Dios, quien les delegó el dominio como sus herederos y gobernantes. El reclamo de Satanás al trono es falso. Finalmente, Satanás será eternamente destronado. Las personas que rechazan a Dios serán eternamente destronadas. Dios será entronizado permanentemente. Los seres humanos justos, primero entronizados por Dios para reinar sobre la tierra desde el Edén, luego destronados por su propio pecado y Satanás, serán entronizados para siempre con Dios. "Y reinarán por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 22:5). Cristo se convertirá en el gobernante absoluto e indiscutible del universo y luego entregará a su Padre el Reino que ha ganado (1 Corintios 15:28). Los humanos redimidos serán los gobernantes delegados indiscutibles de Dios de la Nueva Tierra. Dios y la humanidad vivirán juntos en felicidad eterna, profundizando para siempre sus relaciones, ya que la gloria de Dios impregna cada aspecto de la nueva creación. EL ÚLTIMO ADAM DERROTA A SATANÁS Satanás tentó con éxito al primer Adán en el Edén. Las consecuencias teológicas del pecado de Adán (y la obra redentora del último Adán, Jesucristo, el nuevo jefe de la raza humana) se exponen en Romanos 5:12-19. Cuando Satanás tentó al último Adán en el desierto (que es en lo que se había convertido el jardín de Edén), Cristo se resistió a él. Pero el maligno estaba desesperado por derrotar a Cristo, por matarlo como tuvo al primer Adán (Mateo 4:1-11; Lucas 4:1-13). Satanás pareció tener éxito cuando murió el último Adán. Pero Jesús no murió porque había pecado. Murió porque, como Hijo de Dios, eligió pagar el precio de los pecados de la humanidad, desde el primer Adán hasta la última generación de la Tierra caída. La aparente victoria de Satanás en la muerte de Cristo fue lo que aseguró la derrota final del diablo. Cuando Cristo resucitó de la muerte, le dio a Satanás un golpe fatal, aplastándole la cabeza, asegurando tanto su destrucción como la resurrección de la humanidad y la tierra. El control de Satanás sobre este mundo se aflojó. Todavía es fuerte, pero una vez que sea arrojado al lago de fuego y Dios vuelva a transformar la vieja Tierra en la Nueva Tierra, la humanidad y la Tierra se deslizarán para siempre de las manos de Satanás, y nunca más serán tocados por él (Apocalipsis 20:10). Cristo ya derrotó a Satanás, pero el alcance total de su victoria aún no se ha manifestado en la Tierra. En la ascensión de Cristo, Dios "lo sentó a su diestra en los reinos celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y cada título que se le puede dar, no solo en la era actual sino también en el que está por venir. Y Dios colocó todas las cosas debajo de sus pies y lo designó para que se encargara de todo "(Efesios 1:20-22). Estas palabras incluyen todo, y son tiempo pasado, no futuro. Cristo gobierna el universo. Y sin embargo, es solo sobre el regreso físico de Cristo a la tierra que Satanás será atado. Esta es la paradoja de "ya y aún no" que caracteriza la vida en la Tierra actual. El rey del cielo es incluso ahora "gobernante de los reyes de la tierra" (Apocalipsis 1:5). "En su túnica y en su muslo está escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores" (Apocalipsis 19:16). A través de la obra redentora de Cristo, "desarmó los poderes y las autoridades" e "hizo un espectáculo público de ellos, triunfando sobre ellos" (Colosenses 2:15). Su muerte despojó a Satanás del poder supremo (Hebreos 2:14). "El Hijo de Dios apareció para este propósito, para destruir las obras del diablo" (1 Juan 3: 8, NASB). Tenga en cuenta que dice que Cristo vino no para destruir el mundo que creó, sino para destruir las obras del diablo, que debían torcer, pervertir y arruinar lo que Dios había hecho. La redención destruirá para siempre el trabajo del diablo al eliminar su control sobre la creación y revertir sus consecuencias. Es el deseo de Satanás destruir el mundo. La intención de Dios no es destruir el mundo sino liberarlo de la destrucción. Su plan es redimir este mundo caído, que diseñó para la grandeza. La humanidad redimida reinará con Cristo sobre la tierra. Las puertas del falso reino de Satanás no prevalecerán contra la iglesia de Cristo (Mateo 16:18). El resultado de la gran guerra no está en duda. Es cierto. Cristo reinará victorioso para siempre. La única pregunta que debemos responder es esta: ¿Lucharemos de su lado o contra él? Respondemos esta pregunta no solo una vez, con nuestras palabras, sino diariamente, con nuestras elecciones. ELIMINANDO LA MALDICIÓN "Ya no habrá maldición" (Apocalipsis 22: 3). Si la Biblia no dijera nada más sobre la vida en el Cielo eterno, la Nueva Tierra, estas palabras nos dirían una gran cantidad. No más maldición. ¿Cómo serían nuestras vidas si se levantara la Maldición? Algún día lo sabremos de primera mano, pero incluso ahora hay mucho que anticipar. Después de que Adán pecó, Dios dijo: "Maldita sea la tierra [la tierra] por ti" (Génesis 3:17). Cuando se invierte la Maldición, ya no participaremos en un "trabajo doloroso" (v. 17) sino que disfrutaremos de un cuidado satisfactorio. La tierra ya no dará "espinas y cardos" (v. 18), desafiando nuestro dominio y recompensándonos por corromperlo. Ya no "volveremos a la tierra ... [de donde fuimos]" (v. 19), tragados en la muerte como mayordomos injustos que nos arruinaron a nosotros mismos y a la tierra. Nuestro bienestar es inseparable del bienestar de la Tierra. Nuestro destino es inseparable del destino de la Tierra. Es por eso que la maldición sobre la humanidad requería que la tierra fuera maldita y por eso la tierra también resucitará cuando resucitemos. La maldición será revertida. Como resultado de la Maldición, el primer Adán ya no podía comer del árbol de la vida, lo que presumiblemente lo habría hecho vivir para siempre en su estado pecaminoso (Génesis 3:22). La muerte, aunque era una maldición en sí misma, también era la única salida de debajo de la Maldición, y eso solo porque Dios había encontrado una manera de derrotar a la muerte y restaurar la relación de la humanidad con él. Debido a la caída del hombre en el pecado, se pronunció una maldición sobre esta creación. Dios ahora envió a su hijo a este mundo para redimir esa creación de los resultados del pecado. La obra de Cristo, por lo tanto, no es solo para salvar a ciertos individuos, ni siquiera para salvar a una innumerable multitud de personas compradas con sangre. La obra total de Cristo es nada menos que redimir a toda esta creación de los efectos del pecado. Ese propósito no se logrará hasta que Dios haya introducido la nueva tierra, hasta que Paradise Lost se haya convertido en Paradise Regained. ANTHONY HOEKEMA Cristo vino para eliminar la maldición del pecado y la muerte (Romanos 8:2). Él es el segundo Adán, que reparará el daño causado por el primer Adán (1 Corintios 15:22, 45; Romanos 5:15-19). En la Cruz y la Resurrección, Dios abrió un camino no solo para restaurar su diseño original para la humanidad sino también para expandirlo. En nuestros cuerpos de resurrección, habitaremos nuevamente en la Tierra, una Tierra Nueva, completamente libre de la Maldición. Sin trabas por el pecado, la actividad humana conducirá naturalmente a una cultura próspera y magnífica. Bajo la Maldición, la cultura humana no ha sido eliminada, pero ha sido severamente obstaculizada por el pecado, la muerte y la descomposición. Antes de la caída, la comida estaba fácilmente disponible con un trabajo mínimo. Se disponía de tiempo para perseguir ideas estéticas reflexivas, para trabajar por puro placer, para complacer y glorificar a Dios mediante el desarrollo de habilidades y destrezas. Desde la caída, las generaciones han vivido y muerto después de pasar la mayor parte de sus años productivos buscando una existencia en la búsqueda de alimentos, refugio y protección contra el robo y la guerra. La humanidad ha sido distraída y debilitada por la enfermedad y el pecado. Nuestro desarrollo cultural también ha sido atrofiado y retorcido, y a veces mal dirigido, aunque no siempre. A pesar de que nuestra depravación significa que no tenemos ninguna virtud que nos haga dignos de estar ante Dios, estamos "hechos a semejanza de Dios" (Santiago 3:9). En consecuencia, algunas cosas que hacemos, incluso en nuestra caída, como pintar, construir, interpretar música hermosa, encontrar curas para enfermedades y otras actividades culturales, científicas, comerciales y estéticas, son buenas. La eliminación de la Maldición significa que las personas, la cultura, la tierra y el universo volverán a ser como Dios pretendía. El levantamiento de la Maldición tiene un precio terrible: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley al convertirse en una maldición para nosotros" (Gálatas 3:13, NVI). La ley de Dios nos muestra cuán cortos nos quedamos. Pero Jesús tomó sobre sí la maldición del pecado, satisfaciendo la ira de Dios. Al tomar la Maldición sobre sí mismo y derrotarla a través de su resurrección, Jesús garantizó el levantamiento de la Maldición de la humanidad y de la tierra. La eliminación de la Maldición será tan minuciosa y radical como la obra redentora de Cristo. Al traernos la salvación, Cristo ya ha reparado parte del daño en nuestros corazones, pero al final restaurará por completo y por completo toda su creación a lo que Dios pretendía originalmente (Romanos 8: 19-21). Cristo revertirá la Maldición y restaurará a la humanidad todo lo que perdimos en el Edén, y además nos dará mucho más. HASTA ENCONTRAR LA MALDICIÓN Jesús vino no solo para salvar a los espíritus de la condenación. Eso habría sido, a lo sumo, una victoria parcial. No, vino a salvar a toda su creación de la muerte. Eso significa nuestros cuerpos también, no solo nuestros espíritus. Significa la tierra, no solo la humanidad. Y significa el universo, no solo la tierra. La victoria de Cristo sobre la Maldición no será parcial. La muerte no solo cojeará herido. Será aniquilado, completamente destruido: "[Dios] destruirá la mortaja que envuelve a todos los pueblos, la sábana que cubre a todas las naciones; se tragará la muerte para siempre. El Señor Soberano secará las lágrimas de todas las caras; se quitará la desgracia de su pueblo de toda la tierra "(Isaías 25:7-8). El magnífico himno de Isaac Watts "Alegría al mundo" está teológicamente en el blanco: No más dejen crecer pecados y penas Ni espinas infestan el suelo; Él viene para hacer fluir sus bendiciones Hasta donde se encuentra la maldición. Dios levantará la Maldición, no solo moralmente (en términos de pecados) y psicológicamente (en términos de tristezas), sino también físicamente (en términos de espinas en la tierra). ¿Hasta dónde se extiende la obra redentora de Cristo? Hasta donde se encuentra la maldición. Si la redención no alcanzara los límites más lejanos de la Maldición, sería incompleta. El Dios que gobierna el mundo con verdad y gracia no estará satisfecho hasta que cada pecado, cada pena, cada espina sea contada. En la tradición reformada, Albert Wolters abraza una cosmovisión redentora expansiva: "La religión bíblica ... ve todo el curso de la historia como un movimiento desde un jardín a una ciudad, y afirma fundamentalmente que ese movimiento ... La redención en Jesucristo alcanza tan lejos como la caída. El horizonte de la creación es al mismo tiempo el horizonte del pecado y de la salvación. Concebir que la caída o la liberación de Cristo abarca menos que toda la creación es comprometer la enseñanza bíblica de la radical naturaleza de la caída y el alcance cósmico de la redención ". 82 Jesús vino no solo para rescatar a las personas de la destrucción final. También vino a rescatar al universo entero de la destrucción final. Transformará nuestra Tierra moribunda en una Nueva Tierra vital, fresca e incontaminada, que ya no estará sujeta a la muerte ni a la destrucción. La maldición es real, pero es temporal. Jesús es la cura para la maldición. Él vino para volver a descarrilar la historia humana. La tierra no será sacada de su miseria; se le infundirá una vida mayor de la que jamás haya conocido, y finalmente se convertirá en todo lo que Dios quiso que fuera. Nunca hemos visto la tierra como Dios la hizo. Nuestro planeta tal como lo conocemos es una imagen oscura y de semitonos del original. Pero sí abre nuestros apetitos por la Nueva Tierra, ¿no? Si la Tierra actual, tan disminuida por la Maldición, es a veces tan hermosa y maravillosa; si nuestros cuerpos, tan disminuidos por la Maldición, a veces se ven abrumados con un sentido de la belleza y maravilla de la tierra; entonces, ¿cuán magnífica será la Nueva Tierra? ¿Y cómo será experimentar la Nueva Tierra en algo más que nunca hemos conocido: cuerpos perfectos? Un estudiante cristiano maduro de la Biblia me escribió una nota después de leer un borrador de este libro: "Ahora me doy cuenta de que siempre pensé que cuando morimos vamos inmediatamente a nuestro hogar eterno. Después de estar allí, eso sería el final de la historia". historia. No me importaría lo que le sucedió a la Tierra y todo lo que hay en ella. ¿Por qué debería importarme un planeta condenado? " Sin Cristo, tanto la tierra como la humanidad estarían condenados. Pero Cristo vino, murió y resucitó de la tumba. Él trajo liberación, no destrucción. Gracias a Cristo, no estamos condenados, como tampoco lo está la tierra. La Tierra no puede ser liberada de la Maldición al ser destruida. Solo se puede entregar resucitando. Como veremos en la siguiente sección, la resurrección de Cristo es la precursora de la nuestra, y nuestra resurrección es la precursora de la tierra. SECCIÓN CUATRO ANTICIPEMOS LA RESURRECCIÓN C A P Í T U L O 11 ¿POR QUÉ LA RESURRECCIÓN ES TAN IMPORTANTE? No se equivoquen: si se levantó, fue como su cuerpo; Si la disolución de las células no se revierte, las moléculas se reavivan, los aminoácidos se reavivan, la Iglesia caerá. . No nos burlemos de Dios con metáforas, analogías, eludiendo la trascendencia; haciendo del evento una parábola, un letrero pintado en la descolorida credulidad de épocas anteriores: caminemos por la puerta. John Updike A fines de la década de 1990, un grupo de eruditos se reunió para evaluar si Jesús realmente dijo las cosas que los escritores del Evangelio le atribuyeron. Aunque emplearon criterios notablemente subjetivos en su evaluación de las Escrituras, los miembros del autodenominado "Seminario de Jesús" fueron ampliamente citados por los medios como autoridades de la fe cristiana. Marcus Borg, un líder del Seminario de Jesús, dijo esto sobre la resurrección de Cristo: "Cuando era niño, daba por sentado que la Pascua significaba que Jesús literalmente resucitó de entre los muertos. Ahora veo la Pascua de manera muy diferente. Para mí, es irrelevante si no la tumba estaba vacía. Si la Pascua implicaba que algo extraordinario sucediera al cuerpo físico de Jesús es irrelevante ". 83 Cuando era niño, Borg tenía razón. Como adulto, aunque considerado un portavoz del cristianismo, no podía estar más equivocado. Lo que Borg llama irrelevante, la resurrección física del cuerpo de Cristo, el apóstol Pablo lo consideró absolutamente esencial para la fe cristiana. Pablo escribió a los corintios: "Si Cristo no ha resucitado, su fe es inútil; todavía están en sus pecados ... [y] debemos ser compadecidos más que todos los hombres" (1 Corintios 15:17, 19) La resurrección física de Jesucristo es la piedra angular de la redención, tanto para la humanidad como para la tierra. De hecho, sin la resurrección de Cristo y lo que significa, un futuro eterno para los seres humanos completamente restaurados que habitan en una Tierra completamente restaurada, no hay cristianismo. LA RESURRECCIÓN ES FÍSICA Los principales credos cristianos dicen: "Creo en la resurrección del cuerpo". Pero he encontrado en muchas conversaciones que los cristianos tienden a espiritualizar la resurrección de los muertos, negándola efectivamente. † No lo rechazan como una doctrina, pero niegan su significado esencial : un retorno permanente a una existencia física en un universo físico. De los estadounidenses que creen en la resurrección de los muertos, dos tercios creen que no tendrán cuerpos después de la resurrección. Pero esto es contradictorio. Una resurrección no física es como un amanecer sin sol. No hay tal cosa. Resurrección significa que tendremos cuerpos. ¡Si no tuviéramos cuerpos, no resucitaríamos! 84 La doctrina bíblica de la resurrección de los muertos comienza con el cuerpo humano, pero se extiende mucho más allá. RA Torrey escribe: "No seremos espíritus sin cuerpo en el mundo por venir, sino espíritus redimidos, en cuerpos redimidos, en un universo redimido". Si no acertamos en la resurrección del cuerpo, no conseguiremos nada más. Por lo tanto, es crítico que no solo afirmemos la resurrección de los muertos como un punto de doctrina, sino que comprendamos el significado de la resurrección que afirmamos. 85 Génesis 2:7 dice: "El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en sus narices el aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser vivo". La palabra hebrea para "ser vivo" es nephesh, a menudo traducido "alma". El punto en el que Adán se convirtió en nephesh es cuando Dios unió su cuerpo (polvo) y espíritu (aliento). Adán no era un ser humano vivo hasta que tuvo componentes materiales (físicos) e inmateriales (espirituales). Por lo tanto, la esencia de la humanidad no es solo el espíritu, sino el espíritu unido al cuerpo. Su cuerpo no solo alberga al verdadero yo, sino que es tan parte de lo que usted es como su espíritu. Si esta idea nos parece incorrecta, es porque el cristoplatonismo nos ha influenciado profundamente. * Desde una perspectiva cristoplatónica, nuestras almas simplemente ocupan nuestros cuerpos, como un cangrejo ermitaño habita en una concha marina, y nuestras almas podrían, naturalmente, o incluso idealmente, vivir en un estado incorpóreo. No es casualidad que la defensa detallada del apóstol Pablo de la resurrección física de los muertos fue escrita a la iglesia en Corinto. Más que cualquier otro cristiano del Nuevo Testamento, los creyentes corintios estaban inmersos en las filosofías griegas del platonismo y el dualismo, que percibían una dicotomía entre lo espiritual y lo físico. La visión bíblica de la naturaleza humana, sin embargo, es radicalmente diferente. Las Escrituras indican que Dios diseñó nuestros cuerpos para ser una parte integral de nuestro ser total. Nuestros cuerpos físicos son un aspecto esencial de lo que somos, no solo conchas para que nuestros espíritus habiten. La muerte es una condición anormal porque desgarra lo que Dios creó y unió. Dios pretendía que nuestros cuerpos duraran tanto como nuestras almas. Aquellos que creen en el platonismo o en espíritus preexistentes ven un alma sin cuerpo como algo natural e incluso deseable. La Biblia lo ve como antinatural e indeseable. Somos seres unificados. Es por eso que la resurrección corporal de los muertos es tan vital. Y es por eso que Job se regocijó de que en su carne vería a Dios (] ob 19:26). Cuando Dios envió a Jesús a morir, fue por nuestros cuerpos y nuestros espíritus. Él vino a redimir no solo "el aliento de vida" (espíritu) sino también "el polvo de la tierra" (cuerpo). Cuando morimos, no es que nuestro verdadero yo vaya al Cielo actual y nuestro falso yo vaya a la tumba; es que una parte de nosotros va al Cielo actual y otra parte a la tumba para esperar nuestra resurrección corporal. Nunca seremos todo lo que Dios pretendió que seamos hasta que el cuerpo y el espíritu se unan nuevamente en la resurrección. (Si tenemos formas físicas en el estado intermedio, claramente no serán nuestros cuerpos originales o últimos). Cualquier visión de la vida futura que se conforma con menos de una resurrección corporal, incluido el cristoplatonismo, la reencarnación y la transmigración del alma, es explícitamente no cristiana. La iglesia primitiva libró grandes guerras doctrinales contra el gnosticismo y el maniqueísmo, cosmovisiones dualistas que asociaban a Dios con el reino espiritual de la luz y a Satanás con el mundo físico de la oscuridad. Estas herejías contradecían el relato bíblico que dice que Dios estaba complacido con todo el reino físico, todo lo cual creó y llamó "muy bueno" (Génesis 1:31). La verdad de la resurrección de Cristo repudió las filosofías del gnosticismo y el maniqueísmo. Sin embargo, dos mil años después, estas herejías persistentes han logrado tomar como rehenes nuestra moderna teología del Cielo. Nuestro pensamiento incorrecto sobre la resurrección corporal proviene de nuestra incapacidad para comprender el entorno en el que vivirán las personas resucitadas: la Nueva Tierra. Anthony Hoekema tiene razón: "Los cuerpos resucitados no tienen la intención de flotar en el espacio, o volar de nube en nube. Exigen una nueva tierra en la cual vivir y trabajar, glorificando a Dios. La doctrina de la resurrección del cuerpo, de hecho, no tiene sentido aparte de la doctrina de la nueva tierra ". 86 LA CONTINUIDAD ES CRÍTICA Pablo dice que, si Cristo no resucitó de la muerte, todavía estamos en nuestros pecados (1 Corintios 15:17), lo que significa que estaríamos destinados al Infierno, no al Cielo. Pablo no solo dice que, si no hay cielo, la vida cristiana es inútil. Él dice que, si no hay resurrección de los muertos, entonces la esperanza del cristianismo es una ilusión, y debemos ser compadecidos por poner nuestra fe en Cristo. Pablo no tiene interés en un cielo que sea solo para espíritus humanos. Finalmente, no hay Cielo para los espíritus humanos a menos que el Cielo también sea para los cuerpos humanos. El cristianismo no es una religión platónica que considera las cosas materiales como meras sombras de la realidad, que se despojarán lo antes posible. No la mera inmortalidad del alma, sino más bien la resurrección del cuerpo y la renovación de toda la creación es la esperanza de la fe cristiana. JOHN PIPER La ilusión no es la razón por la cual, en lo profundo de nuestros corazones, deseamos una vida resucitada en una Tierra resucitada en lugar de una existencia incorpórea en un reino espiritual. Más bien, es precisamente porque Dios quiere que seamos resucitados a una nueva vida en la Nueva Tierra que lo deseamos. Es Dios quien nos creó para desear para lo que estamos hechos. Es Dios quien "puso la eternidad en los corazones de los hombres" (Eclesiastés 3:11). Es Dios quien nos diseñó para vivir en la Tierra y desear la vida terrenal. Y es nuestra resurrección corporal la que nos permitirá regresar a una vida terrenal, esta vez libre del pecado y la Maldición. Esa es la idea de Dios, no la nuestra. Nuestros deseos simplemente corresponden a las intenciones de Dios, porque él implantó sus intenciones en nosotros en forma de nuestros deseos. "Por lo tanto, si alguien está en Cristo, él es una nueva creación; ¡lo viejo se ha ido, lo nuevo ha llegado!" (2 Corintios 5:17). Convertirse en una nueva creación suena como si implica un cambio radical, y de hecho lo hace. Pero aunque nos convertimos en personas nuevas cuando venimos a Cristo, seguimos siendo las mismas personas. Cuando llegué a Cristo como estudiante de secundaria, me convertí en una persona nueva, pero seguía siendo la misma persona que siempre había sido. Mi madre vio muchos cambios, pero aún así me reconoció. Ella todavía dijo: "Buenos días, Randy", no "¿Quién es justo?" Mi perro nunca me gruñó, él sabía quién era yo. Seguía siendo Randy Alcorn, aunque era un Randy Alcorn sustancialmente transformado. Este mismo Randy sufrirá otro cambio en la muerte, y otro cambio en la resurrección de los muertos. Pero a través de todos los cambios, seguiré siendo quién era y quién soy. Habrá continuidad de esta vida a la próxima. Podré decir con Job: "En mi carne veré a Dios; yo mismo lo veré con mis propios ojos, yo y no otro" (Job 19:26-27). La conversión no significa eliminar lo viejo sino transformarlo. A pesar de los cambios radicales que ocurren a través de la salvación, la muerte y la resurrección, seguimos siendo quienes somos. Tenemos la misma historia, apariencia, memoria, intereses y habilidades. Este es el principio de continuidad redentora. Dios no desechará su creación original y comenzará de nuevo. En cambio, tomará a sus hijos caídos y corruptos y restaurará, refrescará y renovará nuestro diseño original. El teólogo Herman Bavinck, escribiendo a principios del siglo XX, argumentó que existe una continuidad paralela entre la vieja y la Nueva Tierra: "El honor de Dios consiste precisamente en el hecho de que redime y renueva la misma humanidad, el mismo mundo, el mismo Cielo y la misma tierra que ha sido corrompida y contaminada por el pecado. Así como cualquiera en Cristo es una nueva creación en la que lo viejo ha fallecido y todo se ha vuelto nuevo (2 Corintios 5:17), así este mundo pasa en su forma actual. también, en orden de salir de su vientre, a la palabra de poder de Dios, para dar a luz y ser un mundo nuevo ". 87 La Nueva Tierra seguirá siendo la Tierra, pero una Tierra cambiada. Será convertido y resucitado, pero seguirá siendo la Tierra y será reconocible como tal. Así como aquellos renacidos a través de la salvación mantienen la continuidad con las personas que fueron, así también el mundo renacerá en continuidad con el viejo mundo (Mateo 19:28). De hecho, escribe Bavinck, "el renacimiento de los humanos se completa en el renacimiento de la creación. El reino de Dios se realiza plenamente solo cuando también se extiende visiblemente sobre la tierra". 88 Si no captamos la continuidad redentora, no podemos entender la naturaleza de nuestra resurrección. "Debe haber continuidad", escribe Anthony Hoekema, "porque de lo contrario no tendría mucho sentido hablar de una resurrección en absoluto. La llamada a la existencia de un conjunto completamente nuevo de personas totalmente diferentes de los habitantes actuales de la tierra no sería una resurrección." 89 La continuidad es evidente en pasajes que discuten la resurrección, incluyendo 1 Corintios 15:53: "Porque lo perecedero debe vestirse de lo imperecedero y lo mortal de la inmortalidad". Es esto (lo perecedero y mortal) lo que se pone en eso (lo imperecedero e inmortal). Del mismo modo, somos nosotros, las mismas personas que caminamos por esta tierra, quienes caminaremos por la Nueva Tierra. "Y así estaremos con el Señor para siempre" (1 Tesalonicenses 4:17, énfasis agregado). Señalando que Dios dice que él es, no fue, el Dios de los patriarcas, Cristo les dice a quienes niegan la resurrección de los muertos: "Él no es el Dios de los muertos sino de los vivos" (Mateo 22:32). LA NATURALEZA DE NUESTROS NUEVOS CUERPOS La tumba vacía es la prueba definitiva de que el cuerpo de resurrección de Cristo fue el mismo cuerpo que murió en la cruz. Si la resurrección significara la creación de un nuevo cuerpo, el cuerpo original de Cristo habría permanecido en la tumba. Cuando Jesús dijo a sus discípulos después de su resurrección: "Soy yo mismo", les estaba enfatizando que él era la misma persona, en espíritu y cuerpo, que había ido a la cruz (Lucas 24:39). Sus discípulos vieron las marcas de su crucifixión, evidencia inequívoca de que este era el mismo cuerpo. Jesús dijo: "Destruyan este templo, y lo levantaré nuevamente en tres días" (Juan 2:19). Juan aclara que "el templo del que había hablado era su cuerpo" (v. 21). El cuerpo que se levantó es el cuerpo que fue destruido. Por lo tanto, Hank Hanegraaff dice: "Hay una correspondencia uno a uno entre el cuerpo de Cristo que murió y el cuerpo que resucitó". 90 En su cristalización histórica de la doctrina ortodoxa, el Catecismo Mayor de Westminster (1647) declara: "Los mismos cuerpos de los muertos que fueron depositados en la tumba, uniéndose nuevamente a sus almas para siempre, serán levantados por el poder de Cristo." La Confesión de Westminster, uno de los grandes credos de la fe cristiana, dice: "Todos los muertos serán resucitados, con los mismos cuerpos, y ningún otro". "Los mismos cuerpos" afirman la doctrina de la continuidad a través de la resurrección. 91 92 Esta, entonces, es la verdad más básica sobre nuestros cuerpos resucitados: son los mismos cuerpos que Dios creó para nosotros, pero serán elevados a una perfección mayor de la que hemos conocido. No sabemos todo acerca de ellos, por supuesto, pero sí sabemos mucho. Las Escrituras no nos dejan en la oscuridad acerca de nuestros cuerpos de resurrección. Debido a que cada uno de nosotros tiene un cuerpo físico, ya tenemos el mejor punto de referencia para imaginar un nuevo cuerpo. Es como la nueva actualización de mi software de procesamiento de textos. Cuando escuché que había una actualización disponible, no dije: "No tengo idea de cómo será". Sabía que en su mayor parte sería como el viejo programa, solo que mejor. Claro, tiene algunas características nuevas que no esperaba, y me alegro por ellas. Pero ciertamente lo reconozco como el mismo programa que he usado durante una década. Del mismo modo, cuando recibamos nuestros cuerpos resucitados, sin duda tendremos algunas sorpresas bienvenidas, tal vez incluso algunas características nuevas (aunque sin fallas o errores de programación), pero ciertamente reconoceremos nuestros nuevos cuerpos como nuestros. Dios nos ha dado modelos de trabajo para guiar nuestra imaginación sobre cómo serán nuestros nuevos cuerpos en la Nueva Tierra. LA VIDA RESUCITADA DE CRISTO ES EL MODELO PARA NUESTROS No solo sabemos cómo son nuestros cuerpos actuales, también tenemos un ejemplo en las Escrituras de cómo es un cuerpo de resurrección. Se nos dice mucho sobre el cuerpo resucitado de Cristo, y se nos dice que nuestros cuerpos serán como el suyo. Amados, ahora somos hijos de Dios; todavía no parece ser lo que seremos, pero sabemos que cuando él aparezca seremos como él, porque lo veremos tal como es. (1 Juan 3:2, RV) Curiosamente, aunque Jesús en su cuerpo resucitado proclamó: "No soy un fantasma" (Lucas 24:39, NTV), innumerables cristianos piensan que serán fantasmas en el Cielo eterno. Lo sé porque he hablado con muchos de ellos. Piensan que serán espíritus incorpóreos o espectros. La magnífica victoria que sacudió el cosmos de la resurrección de Cristo, por definición un triunfo físico sobre la muerte física en un mundo físico, se les escapa. Si Jesús hubiera sido un fantasma, si hubiéramos sido fantasmas, entonces la redención no se habría logrado. Jesús caminó por la tierra en su cuerpo de resurrección durante cuarenta días, mostrándonos cómo viviríamos como seres humanos resucitados. En efecto, también demostró dónde viviríamos como seres humanos resucitados: en la Tierra. El cuerpo de resurrección de Cristo fue adecuado para la vida en la Tierra, no principalmente para la vida en el Cielo intermedio. Como Jesús fue resucitado para volver a vivir en la Tierra, así seremos resucitados para volver a vivir en la Tierra (1 Tesalonicenses 4:14; Apocalipsis 21:1-3). El Jesús que dice: "Tócame y mira; un fantasma no tiene carne ni huesos, como ves que tengo". . . Este es el Jesús que descorre el telón de la vida celestial y nos muestra cómo será: ¡encarnado! BRUCE MILNE Jesús resucitado caminó y habló con dos discípulos en el camino de Emaús (Lucas 24: 13-35). Le hicieron preguntas; él les enseñó y los guió en su comprensión de las Escrituras. No vieron nada lo suficientemente diferente sobre él como para darles a conocer su identidad hasta que "se les abrieron los ojos" (v. 31). Esto sugiere que Dios les había impedido reconocer a Jesús antes, lo que de otro modo hubieran tenido. El punto es que no vieron nada mal. Vieron al Jesús resucitado como un ser humano normal y cotidiano. Las plantas de sus pies no flotaban sobre el camino, sino que caminaron sobre él. Nadie vio pan bajando por un esófago transparente cuando tragó. Sabemos que el Cristo resucitado parecía un hombre porque María lo llamó "señor" cuando asumió que él era el jardinero (Juan 20:15). Aunque al principio no reconoció su voz, cuando él la llamó por su nombre, ella lo reconoció (v. 16). Fue entonces cuando ella "se volvió hacia él". Debido a que las mujeres modestas no miraban a hombres extraños a los ojos, esta frase sugiere que ella no lo había visto bien antes. Los tiempos que Jesús pasó con sus discípulos después de su resurrección fueron notablemente normales. Temprano una mañana, él "se paró en la orilla" a distancia (Juan 21: 4). No flotaba ni flotaba, ni caminaba sobre el agua, aunque podría haberlo hecho. Se puso de pie, luego llamó a los discípulos (v. 5). Obviamente su voz sonaba humana, porque viajaba a través del agua y los discípulos no sospechaban que fuera nadie más que un humano. Aparentemente no sonaba como las voces profundas y de otro mundo que las películas asignan a Dios o a los ángeles. Jesús había encendido un fuego y ya estaba cocinando pescado que presumiblemente se había pescado. Los cocinó, lo que significa que no solo chasqueó los dedos y materializó una comida terminada. Los invitó a agregar su pescado al suyo y dijo: "Ven y desayuna" (Juan 21:12). En otra aparición a los discípulos, el cuerpo de resurrección de Cristo interactuó a la perfección con los cuerpos mortales de los discípulos (Juan 20: 19-23). Nada indica que su ropa fuera extraña o que hubiera un halo sobre su cabeza. Se acercó lo suficiente como para respirar sobre ellos (v. 22). Por otro lado, aunque las puertas estaban cerradas, Cristo apareció repentinamente en la habitación donde estaban reunidos los discípulos (v. 19). El cuerpo de Cristo podría ser tocado y aferrado y podría consumir alimentos, aunque aparentemente también podría "materializarse". ¿Cómo es esto posible? ¿Podría ser que un cuerpo de resurrección esté estructurado de tal manera que permita que sus moléculas pasen a través de materiales sólidos o que de repente se vuelvan visibles o invisibles? Aunque sabemos que Cristo podría hacer estas cosas, no se nos dice explícitamente que podremos hacerlo. Puede ser que algunos aspectos de su cuerpo de resurrección sean únicos debido a su naturaleza divina. † Al observar al Cristo resucitado, aprendemos no solo sobre los cuerpos resucitados sino también sobre las relaciones resucitadas. Cristo se comunica con sus discípulos y les muestra su amor como grupo y como individuos. Él los instruye y les confía una tarea (Hechos 1:4-8). Si estudia sus interacciones con María Magdalena (Juan 20:10-18), Tomás (20:24-29) y Pedro (21:15-22), verá cuán similares son a sus interacciones con estas mismas personas. antes de que muriera. El hecho de que Jesús retomó sus relaciones donde las habían dejado es un anticipo de nuestras propias vidas después de que resucitamos. Experimentaremos continuidad entre nuestras vidas actuales y nuestras vidas resucitadas, con los mismos recuerdos e historias relacionales. Una vez que comprendemos que la resurrección de Cristo es el prototipo de la resurrección de la humanidad y la tierra, nos damos cuenta de que las Escrituras nos han dado un precedente interpretativo para acercarnos a pasajes relacionados con la resurrección humana y la vida en la Nueva Tierra. ¿No deberíamos interpretar los pasajes alusivos a las personas resucitadas que viven en la Nueva Tierra tan literalmente como los que conciernen a la vida resucitada de Cristo durante los cuarenta días que caminó en la vieja Tierra? EL CRISTO GLORIFICADO El Señor Jesucristo. transformará nuestros cuerpos humildes para que sean como su cuerpo glorioso. (Filipenses 3:20-21) Hemos establecido que el cuerpo resucitado de Cristo, antes de su ascensión, era bastante normal en apariencia. ¿Pero cómo es el "cuerpo glorioso" de Cristo? Se nos da una imagen en el Monte de la Transfiguración: "Allí se transfiguró delante de ellos. Su rostro brillaba como el sol y su ropa se puso blanca como la luz" (Mateo 17:2). La Transfiguración parece habernos dado una vista previa del cuerpo glorificado de Cristo. Juan describe al Cristo glorificado que vio en el cielo presente: Me di vuelta para ver la voz que me hablaba. Y cuando me volví vi siete candelabros dorados, y entre los candelabros había alguien "como un hijo de hombre", vestido con una bata que le llegaba hasta los pies y con una faja dorada alrededor del pecho. Su cabeza y cabello eran blancos como la lana, blancos como la nieve, y sus ojos eran como fuego ardiente. Sus pies eran como el bronce que brillaba en un horno, y su voz era como el sonido de un torrente de aguas. En su mano derecha sostenía siete estrellas, y de su boca salió una espada afilada de doble filo. Su rostro era como el sol brillando en todo su brillo. Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Luego puso su mano derecha sobre mí y dijo: "No tengas miedo. Soy el primero y el último. Soy el vivo; ¡estaba muerto y he aquí que estoy vivo por los siglos de los siglos! ¡Y tengo las llaves! de muerte y Hades ". (Apocalipsis 1:12-18) Ahora, en comparación con Mateo 17 y Apocalipsis 1, parece que el Cristo resucitado, antes de su ascensión, aún no estaba completamente glorificado. Si hubiera sido glorificado, seguramente su identidad habría sido inmediatamente evidente para María Magdalena (Juan 20:14), los discípulos en el camino de Emaús (Lucas 24:15-16) y Pedro y los apóstoles cuando lo vieron en la orilla (Juan 21:4). Considere uno de los informes del apóstol Pablo de encontrar al Cristo glorificado en el camino a Damasco: "Una gran luz del cielo brilló repentinamente a mi alrededor. Y caí al suelo y escuché una voz que me decía: 'Saúl, Saúl, ¿por qué estás? ¿Me persigues? Y yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y él me dijo: "Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues". Ahora, los que estaban conmigo vieron la luz, pero no entendieron la voz de la persona que me estaba hablando ... No pude ver debido al brillo de esa luz "(Hechos 22:6-11, NVI). Parece que los ojos no redimidos de Pablo aún no estaban listos para contemplar al Cristo glorificado. Esto está en contraste con Esteban, quien vio al Cristo glorificado a la diestra de Dios, pero aparentemente no estaba cegado: "Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y Jesús a la derecha mano de Dios. 'Mira', dijo, 'veo el cielo abierto y al Hijo del Hombre parado a la diestra de Dios' "(Hechos 7:55-56). Ciertamente, el Cristo glorificado será, con mucho, el ser más glorioso en el cielo. Sin embargo, como veremos, la Escritura indica que nosotros también, de manera secundaria y derivada, reflejaremos la gloria de Dios en el brillo físico. Las Escrituras hablan de la semejanza de Adán y la semejanza de Cristo, haciendo alguna distinción entre ellos: "Y así como hemos traído la semejanza del hombre terrenal, así llevaremos la semejanza del hombre del cielo" (1 Corintios 15:49) Cristo seguirá siendo un hombre, pero su deidad que una vez estuvo velada en su humanidad brillará a través de él. Debido a la Caída y la Maldición, nunca hemos sido o visto seres humanos que sean completamente funcionales como portadores de la imagen de Dios, transmitiendo el brillo y la majestad de su ser. Pero ese día se acerca. Cristo, el Dios-hombre, la nueva cabeza de nuestra raza humana, será el último portador de imágenes, transmitiendo plenamente el brillo y la majestad del Todopoderoso. Tenga en cuenta, sin embargo, que la diferencia entre Adán y Cristo, de la que habla Pablo en 1 Corintios 15:45-49, no es que uno fuera un ser físico y el otro no. Era que Adán estaba bajo el pecado y la Maldición, y Cristo no fue tocado por el pecado y la Maldición. Jesús fue y es un ser humano, "en todos los aspectos como nosotros" (Hebreos 2:17, NTV), excepto con respecto al pecado. Entonces, aunque deberíamos reconocer que nuestros cuerpos de resurrección serán gloriosos en formas que nuestros cuerpos actuales no lo son, también debemos darnos cuenta de que esos cuerpos continuarán siendo, de la misma manera y en mayor medida, los cuerpos físicos funcionales que Dios diseñó para nosotros desde el principio DEL POLVO DE LA TIERRA Después de leer la primera impresión de este libro, un maestro de la Biblia expresó su desacuerdo con mi creencia de que habrá una continuidad fundamental entre nuestros cuerpos actuales y nuestros cuerpos de resurrección. Su comprensión es que nuestros cuerpos de resurrección no serán terrenales, como lo son nuestros cuerpos actuales. Él cree que no contendrán ADN ni ningún vínculo genético o físico con nuestros cuerpos actuales. En apoyo de su posición, citó 1 Corintios 15:47-48, que dice: "El primer hombre era del polvo de la tierra, el segundo hombre del cielo. Como era el hombre terrenal, también lo son los que son de la tierra, y como es el hombre del cielo, así también son los que son del cielo ". El punto de Pablo aquí, creo, no es que el cuerpo de Cristo no era "de polvo" sino que el de Adán sí. De hecho, si el cuerpo de Cristo no fuera "de polvo", si no tuviera una relación genética con Adán, entonces no sería completamente humano, y no sería el Mesías, el Hijo del Hombre. Él es, no simplemente fue, sino que es, un descendiente de Adán. Él es el último Adán, no un no Adán (1 Corintios 15:45). Cuando se ve en contexto, "polvo de la tierra" parece referirse a algo más que el origen del primer hombre, y en ciertos puntos parece estar asociado con la mortalidad y la corrupción. El hombre de polvo, que solo era humano, sucumbió a la tentación; El hombre del cielo, que es humano y divino, no pudo ni lo hizo. ¿Se puede ser "de polvo" pero no bajo pecado y muerte? Si. Adán fue, hasta la caída. Pero estaba sujeto a la tentación, con el potencial de sucumbir, mientras que un día, cuando esté completamente redimido, los seres humanos no lo estarán. Cristo, como el último Adán, es ciertamente más que Adán, y mucho más grande que Adán, porque vino del cielo. Pero, de hecho, se hizo hombre y, por lo tanto, era de la tierra. Dios originalmente hizo al hombre de la tierra. Eso es intrínseco a la humanidad, y Cristo es completamente humano. La resurrección y la glorificación de Cristo no negaron su vínculo genético con sus antepasados. No significan que ya no es judío, que ya no es de la simiente de Abraham o que ya no es completamente humano. El que está atado a la tierra en términos de su humanidad gobernará la tierra por la eternidad. Cristo es y seguirá siendo para siempre Dios (del cielo) y hombre (de la tierra). Admitiré que si 1 Corintios 15:47 fuera el único versículo que teníamos, entonces podría interpretarse legítimamente diciendo que nuestros cuerpos de resurrección no estarán relacionados física o orgánicamente con nuestros cuerpos actuales. Pero es no el único pasaje que tenemos, y los otros pasajes simplemente no nos permiten concluir que el cuerpo resucitado de Cristo no tuvo continuidad física real a la edad, y se encontraba en ese sentido "no de polvo." Seguramente el Cristo resucitado y glorificado sigue siendo un descendiente de Adán, Abraham y David. De hecho, es difícil entender cómo podría mantener su reclamo de Mesianismo si este no fuera el caso. Las huellas de uñas en las manos y pies de Cristo son la afirmación más fuerte posible de que el mismo cuerpo terrenal que fue crucificado es ahora el mismo cuerpo celestial que fue levantado. "¡Soy yo mismo! Tócame y mira; un fantasma no tiene carne ni huesos como ves que tengo" (Lucas 24:39). "Celestial" trasciende "terrenal" pero no lo niega. Lo terrenal se vuelve celestial, sin perder sus propiedades originales, pero ganando mucho más. (Por supuesto, pierde las propiedades que vinieron con la Maldición, pero esas no eran sus propiedades originales)) En 1 Corintios 15, la resurrección se representa repetidamente como la superación de la maldición. Nuestros cuerpos en su condición actual se conocen como perecederos, corruptos, deshonrosos y débiles en relación con la muerte que resulta en el entierro. El pasaje culmina en los versículos 51-57, que hablan del sonido de la última trompeta, momento en el cual lo perecedero se pondrá lo imperecedero y lo mortal se pondrá la inmortalidad. Entonces la muerte será tragada por la victoria. Su aguijón será eliminado para siempre. ¿Por qué? Porque el pecado será eliminado ("el aguijón de la muerte es el pecado"). Este gran pasaje sobre la resurrección corporal no se centra simplemente en un nuevo estado y una nueva vida, sino también en la inversión de la Maldición y la conquista del pecado y la muerte. Con todas sus alusiones a lo nuevo, es sin embargo un pasaje de restauración de lo viejo. Introduce una novedad gloriosa, pero, antes que nada, conquista todo el pecado y la muerte, y la Maldición trae a la humanidad, las relaciones y actividades humanas (incluida la cultura) y la tierra misma. Dios nos restaurará a nosotros y a la tierra a lo que nos hizo ser. Luego, en resurrección y glorificación, tomará lo que fue y lo hará aún más grande. LA PROMESA DE CUERPOS IMPERECEDEROS Cuando Pablo habla de nuestros cuerpos de resurrección, dice: "El cuerpo que se siembra es perecedero, resucita imperecedero; se siembra en deshonra, resucita en gloria; se siembra en debilidad, resucita en poder; sembró un cuerpo natural, se levantó un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual "(1 Corintios 15:42-44). La siguiente tabla resume los contrastes en este pasaje: CUERPO TERRENAL CUERPO DE RESURRECCIÓN Siembra un Cuerpo Perfectible Cosecha un Cuerpo Imperecedero Se Siembra en Deshonrra Resucita en Gloria Se Siembra en Debilidad Resucita en Poder Siembra un Cuerpo Natural Cosecha un Cuerpo Espiritual Cuando Pablo usa el término "cuerpo espiritual" (1 Corintios 15:44), no está hablando de un cuerpo hecho de espíritu o de un cuerpo incorpóreo; no existe tal cosa. Cuerpo significa corpóreo: carne y huesos. La palabra espiritual aquí es un adjetivo que describe el cuerpo, sin negar su significado. Un cuerpo espiritual es ante todo un cuerpo real o no calificaría para ser llamado cuerpo. Pablo podría haber dicho simplemente: "Se siembra un cuerpo natural, se levanta un espíritu", si ese fuera el caso. A juzgar por el cuerpo resucitado de Cristo, un cuerpo espiritual aparece la mayor parte del tiempo para mirar y actuar como un cuerpo físico regular, con la excepción de que puede tener (y en el caso de Cristo que no tienen) algunos poderes de carácter metafísico; es decir, más allá de las habilidades físicas normales. Pablo continúa diciendo: "Y así como hemos traído la semejanza del hombre terrenal, así llevaremos la semejanza del hombre del cielo. Les declaro, hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni lo perecedero hereda lo imperecedero ... Seremos transformados. Porque lo perecedero debe vestirse de lo imperecedero, y lo mortal con inmortalidad. Cuando lo perecedero ha sido vestido con lo imperecedero, y lo mortal con inmortalidad, entonces lo diciendo que está escrito se hará realidad: "La muerte ha sido tragada por la victoria". "¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?" (1 Corintios 15:49-50, 52-55). Cuando Pablo dice que "la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios", se refiere a nuestra carne y sangre como son ahora. maldito y bajo pecado. Nuestros cuerpos actuales están caídos y son destructibles, pero nuestros cuerpos futuros, aunque todavía sean cuerpos en el sentido más completo, no serán tocados por el pecado e indestructibles. Serán como el cuerpo de resurrección de Cristo, tanto físicos como indestructibles. Un estudiante de la Biblia me dijo que no podía creer que el Cristo resucitado pudiera tener ADN. ¿Pero por qué no? ¿Quién creó el ADN en primer lugar? Cristo dijo explícitamente que su cuerpo era de carne y huesos. La carne y los huesos tienen ADN. No hay razón para creer que su nuevo cuerpo no lo hace. ¿Es Cristo un antiguo descendiente de Abraham y David, o el Cristo glorificado en el cielo sigue siendo su descendiente? Creo que su pretensión de gobernar en el Milenio y en la Nueva Tierra depende en parte del hecho de que él sigue siendo, y siempre seguirá siendo, un descendiente físico real de Abraham y David. Un cuerpo no necesita ser destructible para ser real. Nuestra destructibilidad es una aberración de la norma creada por Dios. La muerte, la enfermedad y el deterioro de la edad son productos del pecado. Debido a que no hubo muerte antes de la Caída, presumiblemente los cuerpos originales de Adán y Eva fueron indestructibles o se repararon a sí mismos (tal vez sanados por el árbol de la vida, como se sugiere en Apocalipsis 22: 2). Sin embargo, eran verdaderamente de carne y hueso. La Escritura retrata la resurrección como una implicación tanto de continuidad fundamental como de disimilitud significativa. No nos atrevemos a minimizar las diferencias, ya que nuestra glorificación ciertamente implicará una transformación dramática y maravillosa. Pero, en mi experiencia, la gran mayoría de los cristianos han subestimado la continuidad. Terminan pensando que nuestros seres transformados ya no son más nosotros mismos, y que la Tierra transformada ya no es la tierra. En algunos casos, consideran que el Cristo glorificado ya no es el mismo Jesús que caminó sobre la tierra, una creencia que los primeros cristianos reconocieron como herejía. Muchos de nosotros esperamos el Cielo más ahora que cuando nuestros cuerpos funcionaban bien. Joni Eareckson Tada lo dice bien: "En algún lugar de mi cuerpo paralizado y roto es la semilla de lo que seré. La parálisis hace que lo que soy se vuelva aún más grandioso cuando contrastes las piernas atrofiadas e inútiles contra las piernas resucitadas esplendorosas. Estoy convencido de que si hay espejos en el cielo (¿y por qué no?), la imagen que veré será inconfundiblemente 'J ° m>' aunque un Joni mucho mejor y más brillante ". 93 Dentro de su cuerpo, incluso si está fallando, está el plano para su cuerpo de resurrección. Es posible que no esté satisfecho con su cuerpo o mente actual, pero estará encantado con sus actualizaciones de resurrección. Con ellos podrás servir y glorificar mejor a Dios y disfrutar de una eternidad de maravillas que él ha preparado para ti. † Para la exposición de Pablo de la resurrección de los muertos, ver 1 Corintios 15: 12-58. * Los principios básicos del cristoplatonismo se explican en el capítulo 6, y una explicación más completa de los supuestos falsos del cristoplatonismo se puede encontrar en el apéndice A. † Incluso si el cuerpo de resurrección de Cristo tiene capacidades que las nuestras no tendrán, sabemos que aún podremos extender al máximo las capacidades de nuestros cuerpos humanos perfeccionados, lo que probablemente nos parecerá sobrenatural en comparación con lo que hemos conocido. C A P I T U L O 12 ¿POR QUÉ TODA LA CREACIÓN ESPERA NUESTRA RESURRECCIÓN? El reino de Dios. no significa simplemente la salvación de ciertos individuos ni siquiera la salvación de un grupo elegido de personas. Significa nada menos que la renovación completa de todo el cosmos, que culmina en el cielo nuevo y la tierra nueva. Anthony Hoekema El evangelio es mucho mayor de lo que la mayoría de nosotros imaginamos. No son solo buenas noticias para nosotros, son buenas noticias para animales, plantas, estrellas y planetas. Es una buena noticia para el cielo de arriba y la tierra de abajo. Albert Wolters dice: "La redención en Jesucristo significa la restauración de una buena creación original". 94 AMPLIANDO NUESTRA VISIÓN DE LA REDENCIÓN Muchos de nosotros hemos llegado a pensar en la redención demasiado estrechamente. Es por eso que nos engañan al pensar que el Cielo debe ser fundamentalmente diferente de la Tierra, porque en nuestra mente, la Tierra es mala, irremediable, más allá de la esperanza. Sin embargo, "la enseñanza de que la nueva creación implica un comienzo radicalmente nuevo", escribe el teólogo Cornelius Venema, "sugeriría que el pecado y el mal se han convertido en una parte tan importante de la sustancia del orden creado actual que es irremediable y radicalmente malvado". [...] Incluso implicaría que la rebelión pecaminosa de la creación había arruinado tanto la obra de Dios como para hacerla irremediablemente malvada ". 95 Pero no olvidemos que Dios llamó a la tierra original "muy buena", la tierra verdadera, tal como la diseñó para ser (Génesis 1:31). La amplitud y profundidad de la obra redentora de Cristo se nos escapará mientras pensemos que se limita a la humanidad. En Colosenses 1: 16-20, note que Dios destaca su plan para la iglesia, pero luego va más allá, enfatizando "todas las cosas", "todo", "cosas en la tierra" y "cosas en el cielo": Porque por él [Jesús] todas las cosas fueron creadas: cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, ya sean tronos o poderes o gobernantes o autoridades; todas las cosas fueron creadas por él y para él. Él está ante todas las cosas, y en él todas las cosas se mantienen unidas. Y él es la cabeza del cuerpo, la iglesia; él es el principio y el primogénito de entre los muertos, de modo que en todo lo que pueda tener la supremacía. Porque Dios estaba complacido de que toda su plenitud habitara en él, y por medio de él para reconciliar consigo mismo todas las cosas, ya sea en la tierra o en el cielo, haciendo las paces con su sangre, derramando en la cruz (énfasis agregado) Dios se complace en reconciliar consigo mismo todas las cosas, en la Tierra y en el Cielo. Las palabras griegas para "todas las cosas”, tapanta, son extremadamente amplias en su alcance. 96 Eugene Peterson captura las implicaciones universales de la redención de Cristo cuando parafrasea Colosenses 1: 18-20 en El mensaje: "Él era supremo al principio y, al liderar el desfile de la resurrección, es supremo al final. De principio a fin, él está allí, elevándose muy por encima de todo, todos. Tan espacioso es él, tan espacioso, que todo lo de Dios encuentra su lugar apropiado en él sin amontonarse. No solo eso, sino todas las piezas rotas y dislocadas del universo: personas y cosas, animales y átomos "Ponte bien arreglado y encaja en armonías vibrantes, todo por su muerte, su sangre que se derramó de la Cruz". El poder de la resurrección de Cristo es suficiente no solo para rehacernos, sino también para rehacer cada centímetro del universo: montañas, ríos, plantas, animales, estrellas, nebulosas, cuásares y galaxias. La obra redentora de Cristo extiende la resurrección a los confines del universo. Esta es una sorprendente afirmación de la grandeza de Dios. Debe mover nuestros corazones a maravillarnos y alabar. TODA LA CREACIÓN ESPERA EN LA EXPECTATIVA EAGER ¿Alguna vez has sentido la inquietud de la creación? ¿Oyes gemir en el viento frío de la noche? ¿Sientes la soledad del bosque, la agitación del océano? ¿Oyes anhelo en los gritos de las ballenas? ¿Ves sangre y dolor en los ojos de los animales salvajes, o la mezcla de placer y dolor en los ojos de tus mascotas? A pesar de los vestigios de belleza y alegría, algo en esta tierra está terriblemente mal. No solo las criaturas de Dios sino incluso los objetos inanimados parecen sentirlo. Pero también hay esperanza, visible en primavera después de un duro invierno. Como dijo Martin Luther: "Nuestro Señor ha escrito la promesa de la resurrección no solo en los libros, sino en todas las hojas en primavera". La creación espera, incluso anticipa, la resurrección. Eso es exactamente lo que nos dicen las Escrituras. 97 La creación espera ansiosamente que los hijos de Dios sean revelados. Porque la creación fue sometida a la frustración, no por su propia elección, sino por la voluntad de quien la sometió, con la esperanza de que la creación misma sea liberada de su esclavitud a la descomposición y traída a la gloriosa libertad de los hijos de Dios.. Sabemos que toda la creación ha estado gimiendo como en los dolores del parto hasta el momento presente. No solo eso, sino que nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos internamente mientras esperamos ansiosamente nuestra adopción como hijos, la redención de nuestros cuerpos. (Romanos 8: 19-23) La "redención de nuestros cuerpos" se refiere a la resurrección de los muertos. Pablo dice que no solo nosotros sino "toda la creación" espera la liberación terrenal que vendrá con nuestra resurrección corporal. No solo la humanidad en general, sino también los creyentes en particular (aquellos con el Espíritu de Dios dentro) están alineados con el resto de la creación, que intuitivamente se acerca a Dios para su liberación. Sabemos lo que Dios pretendió para la humanidad y la tierra, y por lo tanto tenemos un objeto para nuestro anhelo. Gimimos por lo que la creación gime: la redención. Dios sometió a toda la creación a la frustración al poner la Maldición no solo en la humanidad sino también en la tierra (Génesis 3:17). ¿Por qué? Porque los seres humanos y la tierra están inseparablemente unidos. Y como juntos caímos, juntos nos levantaremos. Dios transformará la raza humana caída en una raza humana renovada y la Tierra actual en la Nueva Tierra. ¿Qué significa que la creación espera a que se revelen los hijos de Dios? Nuestro Creador, el Artista Maestro, nos exhibirá en un universo con los ojos abiertos. Nuestra revelación será una revelación, y seremos vistos como lo que somos, como lo que estábamos destinados a ser: portadores de la imagen de Dios. Lo glorificaremos gobernando sobre el universo físico con creatividad y camaradería, mostrando respeto y benevolencia por todo lo que gobernamos. Seremos revelados en nuestra resurrección, cuando nuestra adopción se finalice y nuestros cuerpos sean redimidos. Seremos completamente humanos, con espíritus justos y cuerpos incorruptible. A MEDIDA QUE VA LA HUMANIDAD, ASÍ VA LA CREACIÓN John Calvin escribe en su comentario sobre Romanos 8:19: "Entiendo que el pasaje tiene este significado: que no hay ningún elemento ni parte del mundo que esté siendo tocado, por así decirlo, con un sentido de su miseria actual, eso no espera intensamente una resurrección ". 98 ¿Qué es "toda la creación" que gime por nuestra resurrección? La frase parece ser completamente inclusiva de "los cielos y la tierra" que Dios creó en el principio (Génesis 1: 1). Así que son los cielos y la tierra los que esperan ansiosamente nuestra resurrección. Esto incluye la Tierra y todo lo que contiene, así como los planetas de nuestro sistema solar y los confines de nuestra galaxia y más allá. Si fue creado, Pablo lo incluye en "toda la creación". ¿Por qué la creación espera ansiosamente nuestra resurrección? Por una razón simple pero críticamente importante: cómo va la humanidad, así va toda la creación. Por lo tanto, así como toda la creación se echó a perder a través de nuestra rebelión, la liberación de toda la creación depende de nuestra liberación. La glorificación del universo depende de la glorificación de una raza humana redimida. El destino de toda la creación depende de nuestros collares. ¿Qué posible efecto podría tener nuestra redención en las galaxias que están a miles de millones de años luz de distancia? El mismo efecto que nuestra caída tuvo sobre ellos. El pecado de Adán y Eva no creó simplemente una catástrofe personal o una catástrofe edénica local; fue una catástrofe de proporciones cósmicas, no solo globales. Aunque la Bruja conocía la Magia Profunda, todavía hay una magia más profunda que ella no conocía. Su conocimiento se remonta solo a los albores del tiempo. Pero si hubiera podido mirar un poco más atrás, hacia la quietud y la oscuridad antes de que amaneciera. . . ella habría sabido que cuando una víctima voluntaria que no había cometido ninguna traición fue asesinada en lugar de un traidor, la Mesa se rompería y la Muerte misma comenzaría a trabajar hacia atrás. C. S. LEWIS La astronomía ha sido mi hobby desde la infancia. Años antes de conocer a Cristo, estaba fascinado por las violentas colisiones de galaxias, explosiones de estrellas e implosiones en estrellas de neutrones y agujeros negros. La segunda ley de la termodinámica, la entropía, nos dice que todas las cosas se deterioran. Esto significa que todo estuvo una vez en mejores condiciones de lo que está ahora. Los niños y las estrellas pueden nacer, pero ambos finalmente se involucran en una espiral descendente. Incluso las partes más remotas del universo revelan vastos reinos de destrucción ardiente. Por un lado, estos cataclismos declaran la grandeza de Dios. Por otro lado, reflejan algo que está fuera de servicio a gran escala. Parece posible que incluso la segunda ley de la termodinámica (al menos como se entiende popularmente) haya sido producto de la caída de la humanidad. Si es cierto, demuestra la extensión alucinante de la Maldición. La galaxia más remota, el quásar más distante, fue sacudido de alguna manera por el pecado de la humanidad. † Los partidarios de algunos puntos de vista sobre el origen del universo creen que la entropía (es decir, todas las cosas tienden hacia el deterioro y el desorden) siempre ha estado operativa. Pero no debemos mirar las cosas como están ahora y asumir que siempre han sido así. En 2 Pedro 3: 4-7, la Biblia rechaza la visión uniformitaria de que "los procesos que actúan de la misma manera que en la actualidad y durante largos períodos de tiempo son suficientes para dar cuenta de todas las características ... actuales [en el universo] y todos los cambios pasados ... ". Estamos tan acostumbrados al ciclo de la muerte en la naturaleza que asumimos que es natural y siempre ha sido como es. La Biblia parece decir lo contrario: "La muerte vino por un hombre [Adán]" (1 Corintios 15:21). No veo evidencia bíblica de la suposición de que Dios diseñó su creación para caer en la muerte, o que la muerte animal precedió a la caída de la humanidad. ¿Los artistas inyectan deliberadamente descomposición en su trabajo? ¿Lo haría un artista omnipotente? Tanto Génesis como Romanos 8 sugieren lo contrario. (Soy consciente de que muchos no estarán de acuerdo conmigo en esto, pero lo afirmo en base a mi comprensión de Romanos 8). 99 ¿No es razonable suponer que las condiciones prístinas de la creación original de Dios eran tales que los humanos y los animales no morirían, la energía estelar se repondría y los planetas no caerían de la órbita? ¿Qué pasaría si Dios pretendiera que nuestro dominio sobre la tierra finalmente se extendiera a todo el universo físico? Entonces no nos sorprendería ver que toda la creación quedara bajo nuestra maldición, porque todo estaría bajo nuestra administración. "Incluso después de la caída", escribe el teólogo Erich Sauer, "el destino y la redención de la tierra permanecen indisolublemente unidos con la existencia y el desarrollo de la raza humana. La redención de la tierra, a pesar de todo, todavía está ligada a El hombre ... El hombre es el instrumento para la redención de la creación terrenal. Y debido a que este sigue siendo el camino y la meta de Dios, puede haber un cielo nuevo y una tierra nueva solo después del gran trono blanco, es decir, después de la finalización y conclusión de la historia de la redención humana ". 100 ¿REALMENTE NO HABÍA MUERTE? Dios hizo temporadas, y no me sorprendería si en el Edén los colores de las hojas de otoño fueran más brillantes de lo que vemos en la Tierra actual. Esta "muerte" de las hojas en el otoño podría ser parte de la belleza de un árbol vivo, no de su maldición. ¿Alguna vez cayeron las hojas en el Edén? Una vez que cayeron, ¿se pudrieron? ¿Eventualmente la tierra no habría sido cubierta con hojas? Dios nos hizo consumir vegetación, que no implica daño ni sufrimiento. ¿Por qué no debería permitir que se descomponga a través de procesos naturales? ¿Adán y Eva pisaron el tobillo profundamente en los desechos humanos y animales porque no se descompuso? ¿No había abono para enriquecer el jardín? El vino requiere fermentación, una forma de descomposición. ¿El pan no subió? 101 Todos estos procesos naturales podrían fácilmente haber sido parte del diseño original de Dios. Lo que creo que no era parte de su mundo ideal era el sufrimiento y la muerte de las criaturas vivientes. No veo evidencia de que el sufrimiento y la muerte puedan ser parte de un mundo que Dios llamó "muy bueno". Me doy cuenta de que esto plantea objeciones inevitables. ¿No hubo carnívoros antes de la caída? Desde la forma de sus dientes y garras hasta la posición de sus ojos y sus sistemas digestivos, se podría argumentar que los carnívoros fueron diseñados por su creador para acechar, capturar y matar a sus presas. ¿Se diseñaron los zorros para mantener a raya a los roedores, y los halcones fueron hechos para bucear para atrapar y comer pescado? ¿El león "comió paja como el buey" como se nos dice que algún día comerá (Isaías 11: 7)? ¿Era cierto en el Edén como lo será en la Nueva Tierra, "[Los animales] no dañarán ni destruirán" (Isaías 11: 9)? Muchos piensan lo contrario, pero creo que la respuesta es sí. Me doy cuenta de que, si no hubiera una cadena alimenticia, entonces el mundo animal del Edén era diferente al mundo animal que conocemos hoy. De hecho, todo nuestro ecosistema probablemente cambió más en otoño de lo que podemos imaginar. No sabemos cómo eran los animales en el Edén. ¿Cambió Dios su forma como parte de la Maldición, o como una forma de ayudarlos a sobrevivir después de la Maldición? ¿Es posible que originalmente los guepardos corrieran por pura alegría en lugar de perseguir a su presa? ¿Podría un león haber sido capaz de destrozar a otros animales, pero no tener deseos de hacerlo? ¿Podría ser poderoso, incluso con dientes afilados, sin ser un asesino? Creo que sí. Hay una belleza especial en gran poder que se abstiene de hacer daño, como lo demostró Jesús mismo. Sin embargo, los debates sobre la entropía, la muerte de las plantas, la muerte de los animales y la edad de la tierra no deberían disuadirnos de un acuerdo central de que, como dice Pablo, "toda la creación" ha caído bajo la maldición de la humanidad, y Dios entregará toda la creación a la nuestra resurrección DE LA CAÍDA A NUESTRA RESURRECCIÓN ¿Cómo se sentirán los efectos de nuestra resurrección corporal en todo el universo? Exactamente de la misma manera que toda la creación sufrió nuestra caída en el pecado. Existe un vínculo metafísico y moral entre la humanidad y el universo físico. Romanos 8 es una declaración teológica profunda en el sentido de que extiende la doctrina de la caída mucho más allá de lo que podríamos haber esperado. Pero al hacerlo, y con frecuencia lo extrañamos, extiende la doctrina de la redención de Cristo hasta el extremo. Deberíamos esperar que todo lo afectado por la caída se restablezca a su estado original. Las cosas ya no empeorarán. Cuando cambien, solo mejorarán. Eso será cierto para nuestros cuerpos y nuestras mentes y la cultura humana en el nuevo universo. Y no hay motivos para imaginar que el vínculo entre la humanidad y el universo cesará. ¿Por qué no debería continuar por toda la eternidad? "Sabemos", dice Pablo, "que toda la creación ha estado gimiendo" (Romanos 8:22). Considere la crueldad impactante en el mundo animal, donde las madres a veces devoran a su descendencia, y la mayoría de los que sobreviven son asesinados sin piedad por los depredadores. Si "toda la creación" es tan completa como parece, entonces no hay una ameba, cromosoma, cadena de ADN o galaxia que no se ve afectada por la caída de la humanidad. Esa es la mala noticia. Pablo sigue con las buenas noticias: que lo que sucedió con la humanidad en el otoño volverá con nosotros cuando se complete la obra redentora de Cristo. El Dios que levantó a Jesús, a su vez, levantará a su pueblo y al universo. Existe una conexión bíblica tan estrecha entre los habitantes de la tierra y la Tierra misma que la frase "el mundo" (kosmos) es a veces sinónimo de personas. "Dios amó tanto al mundo" y "Dios estaba reconciliando el mundo consigo mismo en Cristo" (Juan 3:16; 2 Corintios 5:19). En el Evangelio de Juan, "el mundo" a menudo se refiere a la humanidad caída en rebelión contra Dios. Y son las personas, no el planeta, quienes creen en Cristo. Aún así, hay palabras para la humanidad que no nos conectan con la tierra, a diferencia de kosmos, que lo hace. En Romanos 8 vemos que la obra redentora de Cristo no solo rescata a las personas que creen en él, sino que rescata al mundo mismo. Así como moriremos, la tierra será destruida; y así como seremos resucitados, la tierra se renovará. John Piper escribe: "Lo que le sucede a nuestros cuerpos y lo que le sucede a la creación van juntos. Y lo que les sucede a nuestros cuerpos no es la aniquilación sino la redención ... Nuestros cuerpos serán redimidos, restaurados, renovados, no desechados. Y así es con los cielos y la tierra ". 102 LOS DOLORES Y LA PROMESA DEL NACIMIENTO INFANTIL Es justo decir que la mayoría de los cristianos creen que no habrá traspaso al cielo de nuestra cultura, arte, tecnología o productos de la creatividad humana actuales. De hecho, es común dudar si incluso recordaremos nuestras vidas en la Tierra o las personas a quienes Dios usó para influenciarnos y moldearnos, incluidas nuestras familias y amigos más cercanos. Si nuestras suposiciones sobre el fin del mundo fueran correctas, ¿qué analogía esperaríamos que Pablo usara para lo que sucederá con la creación? ¿Un anciano muriendo? ¿Un soldado herido de muerte que jadea sus respiraciones finales? Esas imágenes encajarían bien con la creencia de que el universo llegará a un final violento y final. Pero Paul no usa analogías de muerte y destrucción. Él utiliza la analogía del parto: "Toda la creación ha estado gimiendo como en los dolores del parto hasta el momento presente" (Romanos 8:22). Hay dolores en el parto para la madre y el niño, pero el resultado es una continuación, un cumplimiento de un proceso que ha estado en marcha durante mucho tiempo. Los dolores del parto son análogos a los sufrimientos actuales de la humanidad, los animales y el universo entero. Pero esos sufrimientos son temporales debido al inminente milagro del nacimiento. Un mundo mucho mejor nacerá de este, y una humanidad mucho mejor nacerá de lo que ahora somos. Los hijos de Dios caídos pero redimidos serán transformados en algo nuevo: mayordomos sabios y sin pecado de la tierra. Hoy la tierra está muriendo; pero antes de morir, o en su muerte, dará a luz a la Nueva Tierra. La Nueva Tierra será la hija de la vieja Tierra, así como la nueva raza humana serán los hijos de la vieja raza. Sin embargo, seguimos siendo nosotros, los mismos seres humanos, y también será la misma Tierra. Romanos 8 contiene una poderosa teología del sufrimiento. Hay el gemido de aquellos que mueren sin esperanza, y en contraste, el gemido de aquellos en el parto. Ambos procesos son dolorosos, pero son muy diferentes. Uno es el dolor del temor irremediable, el otro el dolor de la anticipación esperanzadora. El dolor del cristiano es muy real, pero es el dolor de una madre que anticipa la alegría de abrazar a su hijo. No es casualidad que los dos primeros capítulos de la Biblia (Génesis 1-2) comiencen con la creación de los cielos y la tierra y los dos últimos capítulos (Apocalipsis 21-22) comiencen con la recreación de los cielos y la tierra. Todo lo que se perdió al principio se restaurará al final. Y además se agregarán muchos más. † Algunas personas argumentan que caminar, respirar, digerir y calentar la tierra con energía solar implican la ley de la entropía. Cuando hablo de esa ley, sin embargo, me refiero específicamente a las partes relacionadas con la muerte, la descomposición y el deterioro de las cosas, especialmente los seres vivos, como una desviación de su estado ideal creado. C A P I T U L O 13 ¿QUÉ TAN LEJOS ESTÁ LA RESURRECCIÓN? ¿Por qué Dios se toma la molestia de ensuciarse las manos, por así decirlo, con nuestra carne en descomposición y manchada de pecado, para restablecerla como un cuerpo de resurrección y vestirla de inmortalidad? . . Porque su Hijo pagó el precio de la muerte para que el propósito del Padre para el universo material se cumpliera, es decir, que fuera glorificado en él, incluso en nuestros cuerpos por los siglos de los siglos. John Piper Jesús hizo hombre y vivió como un hombre en la Tierra, con el fin de redimir a la humanidad. Su victoria tuvo que tener lugar en la Tierra, la morada de la humanidad, y tiene que culminar en la Tierra, donde Cristo regresará para establecer su Reino con su pueblo redimido y resucitado. Fuimos creados de la tierra para vivir en la tierra. Nuestra esperanza no es que seamos entregados_ / remar nuestros cuerpos sino en nuestros nuevos cuerpos, y en el nuevo mundo donde viviremos con Jesús. El único destino eterno sobrenatural del que se habla en las Escrituras es el Infierno, no el Cielo. Sin embargo, incluso en el infierno, los condenados tendrán una presencia física. Jesús dijo que todas las personas serán resucitadas, algunas para la vida, algunas para la condenación (Juan 5: 28-29). Mientras que algunos experimentarán para siempre los placeres físicos del Cielo, otros experimentarán los tormentos físicos del Infierno. LA RESURRECCIÓN DE NUESTROS HECHOS Anticipar la vida eterna como seres resucitados en un universo resucitado tiene implicaciones actuales y prácticas. "Por lo tanto [a la luz de nuestra eventual resurrección], mis queridos hermanos, permanezcan firmes. No dejen que nada los conmueva. Siempre dedíquense plenamente a la obra del Señor, porque saben que su labor en el Señor no es en vano" (1 Corintios 15:58). ¿Cómo sabemos que nuestro trabajo en el Señor no es en vano? Por nuestra resurrección corporal. Así como seremos trasladados del viejo mundo al nuevo, también lo hará nuestro trabajo. En cierto sentido, no solo resucitarán nuestros cuerpos, sino también nuestro servicio a Cristo. JB Phillips presenta 1 Corintios 15:58 de la siguiente manera: "No dejes que nada te conmueva mientras te ocupas en la obra del Señor. Asegúrate de que nada de lo que hagas por él se pierda o desperdicie". 103 Bruce Milne escribe: "Cada obra del reino, ya sea que se realice públicamente o en privado, participa del carácter imperecedero del reino. Cada intención honesta, cada tropezante testimonio, cada resistencia a la tentación, cada movimiento de arrepentimiento, cada gesto de preocupación, cada rutina compromiso, cada movimiento de adoración, cada lucha hacia la obediencia, cada oración murmurada, todo, literalmente, que fluye de nuestra relación de fe con el Eterno, encontrará su lugar en el orden celestial siempre vivo que amanecerá su venida ". 104 Si la creación misma resucitara, ¿podría esto incluir también algunas de las obras de nuestras manos? "Si algún hombre construye sobre esta base [Cristo] usando oro, plata, piedras costosas, madera, heno o paja, su trabajo se mostrará tal como es, porque el Día lo sacará a la luz. Se revelará con fuego , y el fuego pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada hombre. Si lo que ha construido sobrevive, recibirá su recompensa. Si se quema, sufrirá pérdidas; él mismo se salvará, pero solo cuando alguien escapa por el llamas "(1 Corintios 3: 12-15). Tenemos la seguridad de la Escritura de que todos los creyentes sobrevivirán al fuego de las pruebas y serán resucitados. Pero no solo somos nosotros los que sobreviviremos a este mundo y nos trasladaremos al nuevo. Es lo que hacemos con nuestras vidas. Nuestras obras justas nos seguirán al cielo (Apocalipsis 14:13). No solo algunas cosas que Dios ha hecho sobrevivirán a su juicio, sino también algunas cosas que hemos hecho. Los productos de vidas fieles perdurarán. Serán purificados y "puestos al descubierto", por lo que su belleza se verá por siempre. El fuego de Dios no destruirá toda la Tierra; destruirá todo lo que le desagrada. Pero hay mucho que le agrada, y estas cosas soportarán el fuego, para ser reconstituido después de la resurrección final de los muertos. No solo los actos de obediencia y los sacrificios espirituales se llevarán de un mundo a otro, sino que todo lo demás también durará para siempre. Moisés oró, "Establece la obra de nuestras manos" (Salmo 90:17). La palabra hebrea traducida "establecer", como se indica en las notas al margen de la New American Standard Bible, significa "hacer permanente". Entonces Moisés le estaba pidiendo a Dios que diera permanencia a lo que hizo con sus manos. Si los componentes de nuestros cuerpos desintegrados soportarán el fuego y se volverán a ensamblar en cuerpos resucitados, ¿qué pasa con el oro, la plata y las piedras costosas de nuestras obras? Parece que Paul dice más que solo que seremos recompensados por lo que hicimos en la Tierra. Parece estar diciendo que lo que hicimos en la Tierra perdurará. ¿Quiere decir que estas cosas también resucitarán? En mi libro La ley de las recompensas, expongo un caso de estos pasajes y muchos otros de que lo que se hace en esta vida tiene un traspaso directo a la próxima. resurrección no es una expresión figurativa. Indica durabilidad. Si nuestros cuerpos físicos sobrevivirán, ¿no sugiere que otras cosas físicas también podrían sobrevivir? 105 La UTILIZANDO NUESTRA IMAGINACIÓN SOBRE LA RESURRECCIÓN Bíblicamente, la resurrección de los muertos se extiende mucho más de lo que a la mayoría de nosotros se nos ha enseñado. ¿Hasta dónde podría llegar el poder de la resurrección? Usemos nuestra imaginación bíblicamente informada. ¿Podría la historia de un niño escrita por amor a Jesús sobrevivir a este mundo, ya sea con la letra del cielo o con la del niño? ¿Podrían ciertas obras de arte, literatura y música sobrevivir literalmente (en el lienzo y el papel en el que fueron escritas) o al menos recrearse en el Cielo? Obviamente, no podemos estar seguros, pero ¿no es la idea consistente con lo que hemos visto sobre la naturaleza de la resurrección? Si nuestros cuerpos y las obras de nuestras manos que complacen a Dios resucitarán, ¿por qué no una silla, gabinete o armario hecho por Jesús en su tienda de carpintería en Nazaret? ¿No podría Dios reensamblar esas moléculas tan fácilmente como las nuestras? ¿No son parte de la creación "muy buena" de Dios como nuestros cuerpos y animales, lagos y árboles? ¿Qué pasa con las cosas que hicimos para la gloria de Dios? ¿Podrían ser resucitados o reensamblados? En mi novela Safely Home, interpreto a un fiel servidor chino que construye una silla para Jesús, una silla en la que nadie más se sienta. Representa la presencia de Cristo en su hogar. ¿Podría Jesús resucitar una silla así y usarla en la Nueva Tierra? Si Jesús resucitará a las personas y las flores, ¿podría también resucitar un arreglo floral específico dado a una persona enferma que provocó un punto de inflexión espiritual? ¿Podría resucitar una canción o libro escrito para su gloria? o una carta escrita para alentar a un amigo o extraño? o una manta que una abuela hizo para su nieto? o pintar con los dedos de un niño? ¿O la cabaña de troncos de un hombre construida para su familia pionera? ¿O un álbum fotográfico cuidadosamente ensamblado por una madre devota? o un bate de béisbol que un hombre hizo a mano para el undécimo cumpleaños de su nieto? Algunos pueden pensar que es tonto o sentimental suponer que la naturaleza, los animales, las pinturas, los libros o un bate de béisbol podrían resucitar. Puede parecer trivializar la resurrección venidera. Sugeriría que hace exactamente lo contrario: eleva la resurrección, enfatizando el poder de Cristo para renovar radicalmente a la humanidad, y mucho más. Dios promete resucitar no solo a la humanidad sino también a la creación que cayó como resultado de nuestro pecado. Debido a que Dios resucitará la tierra misma, sabemos que la resurrección de los muertos se extiende a las cosas que son inanimadas. Incluso algunas de las obras de nuestras manos, hechas para la gloria de Dios, sobrevivirán. Puedo estar equivocado en los detalles, pero la Escritura es clara en que, de alguna forma, al menos, lo que se hace en la Tierra para la gloria de Cristo sobrevivirá. Nuestro error no ha sido sobreestimar el alcance de la redención y resurrección de Dios, sino subestimarlo. Cierra los ojos e imagina algo especial colgado en la pared de tu sala o publicado en tu refrigerador. Puede ver estas cosas en el cielo, y no solo en su memoria. Imagine el tipo de cosas hechas por sus hijos que Dios, el padre supremo, exhibiría. Dios recompensa con permanencia lo que es precioso para su corazón. Lo que le agrada no desaparecerá para siempre. Si entendemos el significado de la resurrección, revolucionará nuestro pensamiento sobre el Cielo eterno. Dios, cuya gracia se desborda, puede ser generoso en lo que elige resucitar. Oremos con Moisés, "~ M.2ke permanente las obras de nuestras manos". REFORMANDO NUESTRO VOCABULARIO PARA ADAPTARSE A LA RESURRECCIÓN Un predicador de radio, hablando de una mujer cristiana cuyo esposo cristiano había muerto, dijo: "Poco sabía ella que cuando abrazaba a su esposo esa mañana, nunca lo volvería a abrazar". Aunque las palabras del predicador fueron bien intencionadas, no eran ciertas. Él podría haber dicho: "Nunca más abrazaría a su esposo en esta vida", o mejor, "No sería capaz de abrazar a su esposo nuevamente hasta el próximo mundo". Debido a la próxima resurrección de los muertos, que Willbe capaz de abrazarse de nuevo, en la Nueva Tierra. Alguien podría decir: "Todos sabemos lo que quiso decir el predicador". Pero no estoy seguro de que realmente hacemos, o que él realmente lo hizo. No estoy tratando de ser exigente, pero necesitamos reformar cuidadosamente nuestro vocabulario para expresar lo que es realmente cierto. Si no lo hacemos, finalmente dejaremos de pensar bíblicamente y continuaremos adoptando los estereotipos predominantes del Cielo. "Esa es la última vez que lo veo en su cuerpo", dijo un hombre sobre su hijo que murió. No. Debido a que ambos eran cristianos, se volverán a ver en sus cuerpos de resurrección. "Nunca volveré a ver a mi hija en esta tierra". Pero si ella es una creyente, y usted lo es, entonces la afirmación es incorrecta. La volverás a ver en esta tierra. Tú y ella se transformarán, y la tierra se transformará, pero aún así serán realmente tú y tu hija en una Tierra que realmente es la misma Tierra. No solo decimos lo que creemos, terminamos creyendo lo que decimos. Es por eso que propongo que debemos corregir conscientemente nuestro vocabulario para que se ajuste a la verdad bíblica revelada. Es difícil para nosotros pensar con precisión sobre la Nueva Tierra porque estamos tan acostumbrados a hablar del Cielo como lo opuesto a la Tierra. Puede ser difícil volver a entrenarnos, pero deberíamos hacerlo. Debemos enseñarnos a abrazar el principio de continuidad de las personas y la tierra en la resurrección venidera que enseña la Escritura. Necesitamos una comprensión clara de la doctrina de la nueva tierra, por lo tanto, para ver el programa redentor de Dios en dimensiones cósmicas. Necesitamos darnos cuenta de que Dios no estará satisfecho hasta que todo el universo haya sido purgado de todos los resultados de la caída del hombre . ANTHONY HOEKEMA Debido a que las nociones etéreas del Cielo no han sido cuestionadas, a menudo pensamos en el Cielo como menos real y menos sustancial que la vida aquí y ahora. (Por lo tanto, no pensamos en el Cielo como un lugar donde las personas se abrazarán, y ciertamente no en estos cuerpos). Pero en el Cielo no seremos personas sombrías que vivan en tierras sombrías, para tomar prestadas las imágenes de CS Lewis. En cambio, estaremos completamente vivos y completamente físicos en un universo completamente físico. En cierto sentido, nunca hemos visto el cuerpo de nuestro amigo tan verdaderamente como lo veremos en el Cielo eterno. Nunca nos han abrazado aquí de manera tan significativa como nos abrazarán allí. Y nunca hemos sabido que esta tierra sea todo lo que sabremos que es. Jesucristo murió para asegurarnos una vida resucitada en una Tierra resucitada. Tengamos cuidado de hablar de eso en términos que nos liberen de nuestros conceptos erróneos y hagan justicia a la grandeza de la obra redentora de Cristo. DIA DE RESURRECCION ¿Cómo será en nuestro día de resurrección, cuando regresemos con Cristo a esta vieja Tierra, cuando se nos den nuevos cuerpos sabiendo que juntos colonizaremos una Nueva Tierra (ya sea de inmediato o después de mil años)? Al final de mi novela Safely Home, traté de captar cómo podría ser: El grito de batalla de cien millones de guerreros estalló de un extremo a otro del cielo. Hubo guerra en ese estrecho istmo entre el cielo y el infierno, un planeta llamado Tierra. El aire estaba lleno del estruendo del combate: los gemidos de los opresores asesinados y las alegres celebraciones de los oprimidos, regocijándose de que por fin habían llegado sus libertadores. Algunos de los guerreros cantaron mientras giraban, balanceando espadas para cortar a los opresores con un brazo y, con el otro, empujando a las víctimas hacia sus caballos. El largo brazo del rey se movía con rapidez y poder. La esperanza de recompensa que mantenía a los enfermos cuerdo se reivindicó por fin. Ningún niño del cielo fue tocado por la espada este día, porque el universo no podía tolerar el derramamiento de una gota más de sangre justa. El cielo lanzó furia. La tierra sangró de miedo. Fue la última noche del viejo mundo. Ante el asentimiento del León, Michael levantó su poderosa espada y la arrojó sobre el gran dragón. Con sus músculos abultados por la tensión, Michael levantó a su malvado gemelo y arrojó a la bestia retorciéndose en un gran pozo. El asesino de hombres, el cazador de mujeres, el depredador de niños, el perseguidor de los justos chillaron aterrorizados. El vasto ejército de guerreros del cielo vitoreó. Los batallones de Charis contemplaron la faz diezmada de la tierra, el suelo abrasado del viejo mundo. Nada había sobrevivido a los incendios de este holocausto de las cosas. Nada más que la Palabra del Rey, su pueblo y los hechos de oro, plata y piedras preciosas que habían hecho por él durante la larga noche desde el crepúsculo de Edén. Los soldados dejaron caer sus armas, los lisiados arrojaron sus muletas y corrieron, los ciegos abrieron los ojos y vieron. Señalaron, gritaron y bailaron, abrazándose, porque cada uno sabía que cualquiera de los que quedaban en la tierra estaba bajo la sangre del Rey y se podía confiar plenamente en ellos. El rey reunió niños en su regazo. Se secó las lágrimas. . . . El sonido de una gran multitud, como el rugido de las aguas torrenciales y los fuertes truenos, gritó: "¡Aleluya! Por nuestro Señor Dios Todopoderoso reina. ¡Alegrémonos y alegrémonos y dale gloria! Porque la boda del Cordero ha llegado y su novia se ha preparado ". . . . Todos los ojos se volvieron hacia el rey. Todo el universo quedó en silencio, anticipando sus palabras. "Convertiré el páramo en un jardín", anunció el Rey. "Traeré aquí la casa que he hecho para ti, mi novia. Habrá un mundo nuevo, un mundo verde azulado lleno de vida, más grande que todo lo que jamás haya sido. Las Tierras Sombrías son mías otra vez, y me transformaré ellos. Mi reino ha llegado. Mi voluntad se hará. El invierno ha terminado. ¡Por fin ha llegado la primavera! " Un gran rugido surgió de la gran multitud. El rey levantó las manos. Al ver esas cicatrices, las multitudes vitoreando recordaron el costo impensable de esta gran celebración. Los guerreros se golpearon en la espalda. Los entregados abrazaron a sus repartidores, disfrutando de una gran reunión con aquellos que alguna vez se separaron de ellos. Las innumerables multitudes comenzaron a cantar la canción para la que habían sido hechas, una canción que resonaba en un billón de planetas y reverberaba en un billón de lugares en cada rincón y grieta de la extensión de la creación. El público, la orquesta y el coro se fusionaron en una gran sinfonía, una gran cantata de melodías rapsódicas y armonías sostenidas. Todos fueron participantes. Solo uno era una audiencia, la Audiencia de uno. La sonrisa de aprobación del rey se extendió por el coro como fuego en los campos de trigo seco. Cuando la canción estuvo completa, la Audiencia de Uno se levantó y levantó sus grandes brazos, luego aplaudió con sus aplastantes aplausos, sacudiendo el suelo y el cielo, sacudiendo cada rincón del cosmos. Sus aplausos seguían y seguían, imparables e imparables. Cada uno de ellos se dio cuenta de algo con claridad absoluta en ese instante. Se preguntaban por qué no lo habían visto todo el tiempo. Lo que sabían en ese momento, en cada fibra de sus seres, era que esta Persona y este Lugar eran todo lo que siempre habían deseado ... y alguna vez lo haría. 106 SECCIÓN CINCO VEAMOS LA TIERRA RESTAURADA C A P I T U L O 14 ¿DÓNDE Y CUANDO VENDRÁ NUESTRA LIBERACIÓN? No hay una pulgada en toda el área de nuestra vida humana sobre "que Cristo, que es el Soberano de todos, no grita:" ¡Mío! " Abraham Kuyper Si Dios fuera a terminar la historia y reinar para siempre en un cielo lejano, la Tierra sería recordado como un cementerio del pecado y el fracaso. En cambio, la Tierra será redimida y resucitada. Al final será un mundo mucho más grande, incluso por haber pasado por los dolores de parto del sufrimiento y el pecado, sí, incluso el pecado. La Nueva Tierra justificará el desastre de la vieja Tierra, lo solucionará y lo pondrá en perspectiva. Preservará y perpetuará el diseño y la herencia originales de la Tierra. Isaías y los profetas dejan en claro el destino del pueblo de Dios. Vivirán en paz y prosperidad, como personas libres en su tierra prometida. Pero, ¿qué pasa con los destinatarios de estas promesas que murieron, incluidas las personas que vivieron en tiempos de esclavitud y cautiverio, guerra, pobreza y enfermedad? Para muchos, la vida era corta, dura y, a veces, cruel. ¿Vivieron estos pobres para ver la paz y la prosperidad, un reino de justicia o el fin de la maldad? No. ¿Alguno de sus descendientes ha vivido para ver un lugar así? No. "Todas estas personas aún vivían por fe cuando murieron. No recibieron las cosas prometidas; solo las vieron y les dieron la bienvenida desde la distancia. Y admitieron que eran extraterrestres y extraños en la tierra. Las personas que dicen eso las cosas muestran que están buscando un país propio ... Anhelaban un país mejor, uno celestial ... [Dios] les ha preparado una ciudad "(Hebreos 11:13-14, 16) EL ANTIGUO TESTAMENTO ESPERA UNA NUEVA TIERRA El "país propio" del que se habla en Hebreos 11 es un país real, con una ciudad capital real, la Nueva Jerusalén. Es un lugar real donde estos "extraterrestres y extraños en la tierra" finalmente vivirán en cuerpos reales. Si las promesas que Dios les hizo fueron promesas con respecto a la Tierra (y lo fueron), entonces el "propio país" celestial debe incluir la Tierra. El cumplimiento de estas profecías requiere exactamente lo que las Escrituras prometen en otros lugares: una resurrección del pueblo de Dios y la Tierra de Dios. Lo que emocionó a estos creyentes expectantes no fue que Dios gobernaría en el cielo, ya lo hizo. Su esperanza era que algún día él gobernara en la Tierra, eliminando el pecado, la muerte, el sufrimiento, la pobreza y el dolor. Creían que el Mesías vendría y traería el Cielo a la Tierra. Haría que la voluntad de Dios se hiciera en la Tierra como en el Cielo. La esperanza de los antiguos israelitas no era solo para sus descendientes lejanos sino también para ellos mismos. Anhelaban el gobierno de Dios en la Tierra, no solo por cien años o mil, sino por siempre Como donde mora Dios, allí está el cielo, concluimos que, en la vida venidera, el cielo y la tierra ya no estarán separados, como lo están ahora, sino que se fusionarán. Por lo tanto, los creyentes continuarán estando en el cielo mientras continúen viviendo en la tierra nueva. ANTHONY HOEKEMA Se enseña comúnmente que el concepto del cielo del Antiguo Testamento está atrofiado. Sin embargo, aunque es cierto que se dice muy poco sobre el Cielo intermedio, donde los creyentes van cuando mueren, el Antiguo Testamento en realidad dice un gran trato sobre el Cielo eterno. (Vimos algo de eso en Isaías 60 y otros pasajes, y hay mucho más). Desafortunadamente, a menudo no nos damos cuenta. ¿Por qué? Porque cuando leemos pasajes sobre un futuro reino terrenal, asumimos que no se refieren al Cielo. Pero debido a que Dios morará con su pueblo en la Nueva Tierra, estos pasajes de las Escrituras se refieren al Cielo. "Pero tus muertos vivirán; sus cuerpos se levantarán. Tú que moras en el polvo, despierta y grita de alegría ... La tierra dará a luz a sus muertos" (Isaías 26:19). Así como Adán fue hecho del polvo de la tierra, seremos rehechos del polvo al que regresamos al morir. El pueblo de Dios no busca la liberación de la Tierra, sino la liberación en la Tierra. Eso es exactamente lo que encontraremos después de nuestra resurrección corporal. LA PREGUNTA DEL MILENIO Muchos han reducido el reinado venidero de Cristo en la Tierra a un reino milenario de mil años en la vieja Tierra. En consecuencia, no han entendido la promesa bíblica de un reinado eterno en la Nueva Tierra. Debido a esto, es necesario que observemos más de cerca el Milenio, que ha sido objeto de un debate considerable a lo largo de la historia de la iglesia. Apocalipsis 20 se refiere seis veces al Milenio, describiéndolo así: • El diablo está atado por mil años (v. 2). • Durante mil años, las naciones ya no son engañadas (v. 3). • Los santos cobran vida y reinan con Cristo por mil años (v. 4). • El resto de los muertos no cobran vida hasta después de que hayan terminado los mil años (v. 5). • Los santos serán sacerdotes y reyes por mil años (v. 6). • Satanás será desatado al final de los mil años, y provocará una rebelión humana final contra Dios (w. 7-8). Los teólogos difieren sobre si el Milenio debe entenderse como un reinado literal de mil años, y cuándo ocurrirá en relación con la segunda venida de Cristo. Los cristianos generalmente tienen uno de los tres puntos de vista sobre el Milenio: posmilenial, premilenial o amilenial. Desde un punto de vista postmilenial, el Reino de Cristo se está extendiendo por todo el mundo, y la justicia de Dios prevalecerá en toda la tierra antes del regreso de Cristo. Después de que su reinado se establezca a través de su pueblo por una larga duración (no necesariamente mil años literales), Cristo volverá físicamente a un mundo ya sustancialmente redimido. Desde un punto de vista premilenial, que incluiría gran parte de la teología dispensacional y la enseñanza de una variedad de eruditos a lo largo de la historia de la iglesia, el Milenio será un reinado literal de Cristo de mil años, que comenzará inmediatamente después de su regreso cuando derrote a sus enemigos en La batalla del Armagedón. Durante estos mil años, las promesas de Dios del reinado terrenal del Mesías se cumplirán. Los judíos redimidos vivirán en su tierra natal, y (según algunas enseñanzas) la iglesia gobernará el mundo con Cristo. El Milenio terminará con una rebelión final, y la vieja Tierra será reemplazada por, o transformada, en la Nueva Tierra. Desde un punto de vista amilenial, incluyendo la mayoría de la teología reformada y la enseñanza de muchos eruditos a lo largo de la historia de la iglesia, el Milenio no es literalmente mil años, ni es un estado futuro. Más bien, los eventos representados en Apocalipsis 20: 3-7 están sucediendo en este momento mientras la iglesia de Cristo reina con él sobre la tierra, en un triunfo victorioso fortalecido por su muerte y resurrección. Los santos gobiernan la tierra desde el cielo actual, donde habitan con Cristo. Los teólogos que mantienen puntos de vista amilenial o premilenial difieren en detalles específicos incluso dentro de sus propios campamentos. Por ejemplo, de acuerdo con el premilenialismo dispensacional, el Rapto ocurrirá antes de la Tribulación, y ambos ocurrirán antes del regreso final de Cristo a la Tierra. Según el premilenialismo histórico, el Rapto es una parte inseparable del regreso físico único de Cristo a la Tierra, que ocurrirá después de la Tribulación. 107 Aunque no creo que el caso para el posmilenialismo sea fuerte (bíblicamente o a la luz de la historia humana), tanto el premilenialismo como el amilenialismo tienen muchos puntos bíblicos a su favor. † Personalmente creo que habrá un reinado literal de Cristo de mil años en la Tierra actual (aunque no soy dogmático en este punto), pero también entiendo y respeto los fuertes argumentos interpretativos que se han hecho en apoyo del amilenialismo. Aunque el Milenio es un tema de interés para muchos, no es el tema de este libro. Lo menciono solo para señalar que nuestras creencias sobre el Milenio no necesitan afectar nuestra visión de la Nueva Tierra. La pregunta del Milenio se refiere a si la vieja Tierra terminará después del regreso de Cristo, o mil años después después del fin del Milenio. Pero independientemente de cuándo termine la vieja Tierra, el hecho central es que comenzará la Nueva Tierra. La Biblia enfatiza que el Reino supremo de Dios y nuestro hogar final no estarán en la vieja Tierra sino en la Nueva Tierra, donde por fin el diseño original de Dios se cumplirá y disfrutará para siempre, no solo por mil años. Por lo tanto, no importa cuán diferente podamos ver el Milenio, aún podemos adoptar una teología común de la Nueva Tierra. EL NUEVO MUNDO PROMETIDO Un tema dominante en las profecías del Antiguo Testamento involucra el plan de Dios para un reino terrenal de justicia. Esto pertenece a la tierra en general y a Jerusalén en particular. Isaías, por ejemplo, anticipa repetidamente este mundo nuevo que se avecina. El Mesías "reinará en el trono de David y sobre su reino ... para siempre" (Isaías 9:7). El trono de David era terrenal, con un pasado terrenal y un futuro terrenal. En Isaías 11:1-10, se nos dice de la misión del Mesías a la Tierra: "Defenderá a los pobres y los explotados. Gobernará contra los malvados y los destruirá" (v. 4, NTV). Con el levantamiento de la Maldición, el Mesías traerá paz al reino animal: "El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se acostará con la cabra" (v. 6). (Esto cumple la liberación mencionada en Romanos 8). Isaías dice que no habrá daño ni destrucción en Jerusalén (v. 9). El Mesías "se parará como una bandera para los pueblos", y "las naciones se unirán a él" (v. 10). Su "lugar de descanso será glorioso" (v. 10). (Esto anticipa Apocalipsis 21-22.) ¿Dónde va a pasar esto? No "allá arriba" en un cielo lejano, sino "aquí abajo" en la Tierra, en Jerusalén. Como vimos en el capítulo 9, Isaías 60 habla de que las puertas de la ciudad siempre están abiertas, porque ya no hay enemigos. En palabras casi idénticas a las de Juan con respecto a la Nueva Tierra (Apocalipsis 21: 24-26), habla de naciones y reyes que traen su riqueza. Habla de la luz de Dios que reemplaza al sol y promete que "tus días de tristeza terminarán" (Isaías 60: 19-20), dos profecías claramente cumplidas en Apocalipsis. Pero Isaías 60 no está solo en estas poderosas representaciones de la eterna renovación nacional y global. "Como el novio se regocija por su novia, tu Dios se regocijará por ti ... Tú, que invocas al Señor, no te des descanso, y no le des descanso hasta que establezca Jerusalén y la alabe a la tierra. ... ¡Pasa, pasa por las puertas! Prepara el camino para la gente ... Levanta una pancarta para las naciones "(Isaías 62: 5-7, 10). "¡Mira, tu Salvador viene! Mira, su recompensa está con él, y su recompensa lo acompaña" (Isaías 62:11). Esta declaración reaparece en Apocalipsis 22:12, en las palabras de Jesucristo: "¡He aquí, vengo pronto! Mi recompensa está conmigo y se la daré a todos de acuerdo con lo que ha hecho". La preocupación por el establecimiento de un reino terrenal por parte de Dios no podría ser más clara que en Isaías 65: "'He aquí, crearé nuevos cielos y una nueva tierra ... Pero alégrate y regocíjate para siempre en lo que crearé. porque crearé Jerusalén para ser una delicia y su gente una alegría. Me regocijaré por Jerusalén y me deleitaré con mi pueblo; ya no se oirá más el llanto y el llanto ... Construirán casas. y habitarán en ellos; plantarán viñas y comerán sus frutos ... El lobo y el cordero se alimentarán juntos, y el león comerá paja como el buey, pero el polvo será el alimento de la serpiente. No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte ", dice el Señor" (w. 1719,21,25). A lo largo de la historia de la iglesia, algunos estudiantes de la Biblia han creído que el reino de mil años mencionado en Apocalipsis 20 es literal. Otros creen que es figurativo. No puedo resolver ese debate. Mi punto aquí no es decir que Isaías 60 y 65 no se refieren a un reinado literal de Cristo de mil años en la vieja Tierra. Más bien, estoy diciendo que no se refieren al reino eterno de Cristo en la Nueva Tierra. Es común que las declaraciones proféticas tengan cumplimiento parcial en una era y cumplimiento completo en otra. Puede ser que estos pasajes tengan un cumplimiento parcial e inicial en un milenio literal, explicando por qué los pasajes contienen algunas alusiones a la muerte, lo que es incompatible con la Nueva Tierra. Pero, en contexto, estas profecías van mucho más allá de un reino temporal en una Tierra que todavía está infectada por el pecado, la maldición y la muerte, y que termina con juicio y destrucción. Hablan de un reino eterno, un reinado mesiánico sobre una Tierra renovada que dura para siempre, en la que el pecado, la maldición y la muerte no tienen lugar. La Nueva Tierra será el escenario del Reino de Dios. La Nueva Jerusalén será donde la gente venga a rendirle homenaje: "'Como los nuevos cielos y la nueva tierra que yo haré perdurarán ante mí', declara el Señor, 'así perdurarán su nombre y sus descendientes ... Toda la humanidad. vendrá y se postrará delante de mí ", dice el Señor" (Isaías 66: 22-23). Aquellos que insisten en que Apocalipsis 21-22 se entienda en sentido figurado también deben tomar todos los pasajes de Isaías en sentido figurado. Pero los eruditos judíos los entendieron literalmente. Hay indicios de que Jesús los tomó literalmente. El clamor de la nación fue que el Mesías viniera y estableciera su Reino físico en la Tierra. [La resurrección de Cristo] no se trata de una "aparición espiritual", sino de la acción soberana del Creador sin precedentes, única, transformadora del mundo, que anticipa el cielo, en la primera entrega de rehacer el mundo. BRUCE MILNE Vale la pena reiterar que debemos esperar que las profecías de Isaías sobre la segunda venida del Mesías y la Nueva Tierra se cumplan literalmente porque sus profecías detalladas sobre la primera venida del Mesías se cumplieron literalmente (por ejemplo, Isaías 52:13; 53:4-12). Cuando Jesús habló a sus discípulos antes de ascender al Cielo, dijo que no les correspondía saber cuándo restauraría el Reino de Dios en la Tierra (Hechos 1:6-8), pero no dijo que no sabrían si lo haría. restaurar el reino de Dios Después de todo, restaurar el Reino de Dios en la Tierra era su misión final. El ángel Gabriel le prometió a María acerca de Jesús: "El Señor Dios le dará el trono de su padre David, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre; su reino nunca terminará" (Lucas 1:32-33). El trono de David no está en el cielo sino en la tierra. Es el reino de Dios en la Tierra, no en el Cielo, el foco del drama de la redención. Ese reinado terrenal se establecerá para siempre en la Nueva Tierra. Dios tiene un plan futuro para la tierra y un plan futuro para Jerusalén. Su plan involucra un reino real sobre el cual él y su pueblo reinarán, no solo por mil años sino por siempre (Apocalipsis 22: 5). Será el cumplimiento tardío, pero nunca desviado del mandato de Dios para que la humanidad ejerza un dominio justo sobre la tierra. EL REINO DE LA TIERRA DEL MESÍAS El pueblo de Dios tenía razón al esperar que el Mesías trajera un reino terrenal. Eso es exactamente lo que Dios prometió: "Todos los reyes caerán delante de él; todas las naciones le servirán" (Salmo 72:11, NKJV). Un pasaje explícitamente mesiánico nos dice: "Su gobierno se extenderá de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra" (Zacarías 9:10). Dios promete que tiene un gran futuro reservado para Jerusalén, en el cual, dice, "le extenderé la paz como un río, y la riqueza de las naciones como una corriente de inundación" (Isaías 66:12). Las naciones en paz traerán sus tesoros culturales a una Jerusalén curada, precisamente como lo describe Apocalipsis 21:24. Cada vez que los judíos se saludan con Shalom, expresan el grito del corazón dado por Dios para vivir en un mundo donde no hay pecado, sufrimiento o muerte. Había una vez un mundo así, disfrutado por solo dos personas y algunos animales. Pero nuevamente habrá un mundo así, disfrutado por todos sus habitantes, incluidos todos los que conocen a Cristo. Isaías 66 dice que la paz vendrá a Jerusalén y Jerusalén se convertirá en un centro de todas las naciones. "'Yo ... estoy a punto de venir y reunir todas las naciones y lenguas, y vendrán y verán mi gloria' ... Como los nuevos cielos y la nueva tierra que hago perdurarán ante mí ', declara el Señor, 'así perdurará tu nombre y tu descendencia ... Toda la humanidad vendrá y se postrará ante mí', dice el Señor "(Isaías 66:18,22-23). Esta profecía, como las otras, se cumple claramente en los capítulos posteriores de Apocalipsis. Jerusalén será nuevamente un centro de adoración. Debido a que esta Jerusalén residirá en la Nueva Tierra, ¿no esperaríamos que se llamara la Nueva Jerusalén? Eso es exactamente lo que se llama (ver Apocalipsis 3:12; 21:2). Las repetidas promesas de las Escrituras sobre la tierra, la paz y la centralidad de Jerusalén entre todas las ciudades y naciones se cumplirán. Si un reino milenario en la Tierra precede a la Nueva Tierra, podría ofrecer un anticipo. Sin embargo, independientemente de la comprensión adecuada del Milenio, el cumplimiento final de una gran cantidad de profecías del Antiguo Testamento será en la Nueva Tierra, donde el pueblo de Dios "poseerá la tierra para siempre" (Isaías 60:21, énfasis agregado). † Recomiendo estudiar las diversas opiniones del Milenio desde la perspectiva de sus defensores, no de sus detractores. Un recurso excelente es El significado del milenio: cuatro puntos de vista, Robert G. Clouse, ed. (Downers Grove, 111.: InterVarsity, 1978). C A P I T U L O 15 ¿SERÁ DESTRUIDA LA TIERRA PRESENTE? . . O RENOVADA? En su actividad redentora, Dios no destruye las obras de sus manos, sino que limpia del pecado y perfecciona ellos, por lo que finalmente puede llegar a la meta para ivhich los creó. Aplicado al problema en cuestión, este principio significa que la nueva tierra "a la que esperamos no será totalmente diferente de la actual, sino que" será una renovación y glorificación de la tierra en la que ahora vivimos ". Anthony Hoekema ¿Se destruirá por completo la Tierra actual y el universo entero, y se creará la Nueva Tierra y el nuevo universo desde cero? ¿O se renovará y transformará el universo original en uno nuevo? A primera vista, algunas Escrituras parecen responder "totalmente destruido": Al principio pusiste los cimientos de la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, pero tú permaneces; todos se desgastarán como una prenda. Al igual que la ropa, las cambiará y se descartarán. (Salmo 102: 25-26) [Jesús dijo:] "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras nunca pasarán". (Lucas 21:33) El día del Señor vendrá como un ladrón. Los cielos desaparecerán con un rugido; los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra y todo lo que contenga quedará al descubierto. (2 Pedro 3:10) Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y ya no había mar. (Apocalipsis 21: 1) En contraste, hay pasajes que hablan de que la tierra permanece para siempre (Eclesiastés 1: 4; Salmo 78:69). Sin embargo, la misma palabra hebrea traducida "para siempre" en estos pasajes se usa en otros lugares de maneras que no significan para siempre (por ejemplo, Deuteronomio 15:17). Está claro que la tierra como es ahora no permanecerá para siempre, pero ¿qué significa eso realmente? ¿QUEMADO O REFINADO? Las Escrituras dicen que el fuego del juicio de Dios destruirá "madera, heno o paja", pero purificará "oro, plata y [piedras] costosas", que sobrevivirán al fuego y serán transportados al nuevo universo (1). Corintios 3: 12-15). De manera similar, el apóstol Juan señala que cuando los creyentes mueren, lo que han hecho en la Tierra para la gloria de Cristo "los seguirá" al Cielo (Apocalipsis 14:13). Estas son cosas terrenales que durarán más que la Tierra actual. "Esas obras purificadas en la tierra", escribe Albert Wo Iters , "seguramente deben incluir los productos de la cultura humana. No hay razón para dudar de que serán transfigurados y transformados por su liberación de la maldición, pero serán esenciales continuidad con nuestra experiencia ahora, así como nuestros cuerpos resucitados, aunque glorificados, seguirán siendo cuerpos ". 108 Como hemos visto en varios pasajes que usan palabras como renovación y regeneración, la misma Tierra destinada a la destrucción también está destinada a la restauración. Muchos han captado la primera enseñanza, pero no la segunda. Por lo tanto, malinterpretan palabras como destruir para significar destrucción absoluta o final, en lugar de lo que la Escritura realmente enseña: una destrucción temporal que se revierte a través de la resurrección y la restauración. Una variedad de teólogos adopta esta visión de la destrucción temporal, no final. Wayne Grudem, en su discusión sobre 2 Pedro 3:10, que habla de que "todo" en la tierra está "puesto al descubierto", sugiere que Pedro "puede no estar hablando de la tierra como un planeta, sino más bien de las cosas superficiales en la tierra (es decir, gran parte del suelo y las cosas en el suelo) ". 109 Anthony Hoekema dice: "Si Dios tuviera que aniquilar el cosmos actual, Satanás habría obtenido una gran victoria ... Satanás habría logrado corromper tan devastadoramente el cosmos actual y la tierra actual que Dios no podría hacer nada más que hacerlo. lo borró totalmente de la existencia. Pero Satanás no obtuvo esa victoria. Por el contrario, Satanás fue derrotado decisivamente. Dios revelará las dimensiones completas de esa derrota cuando renovará esta misma tierra en la que Satanás engañó a la humanidad y finalmente lo desterró. es todo el resultado de las maquinaciones malvadas de Satanás ". 110 John Piper argumenta que Dios no creó la materia para tirarla. Él escribe: "Cuando Apocalipsis 21: 1 y 2 Pedro 3:10 dicen que la tierra y los cielos actuales 'pasarán', no tiene que significar que desaparezcan, sino que puede significar que habrá tal cambian en ellos que su condición actual desaparece. Podríamos decir: "La oruga fallece y la mariposa emerge". Hay un verdadero fallecimiento y hay una continuidad real, una conexión real ". 111 Mi esposa, Nanci, y yo nunca olvidaremos conducir a casa desde la iglesia el 18 de mayo de 1980, y ver una nube de cenizas volcánicas ondeando en lo alto. Fue la erupción del Monte Saint Helens, a setenta millas de nuestra casa. Durante semanas, la ceniza cayó tan espesa todos los días que repetidamente tuvimos que quitarnos los parabrisas y las entradas. Muchas personas en el área de Portland usaban máscaras quirúrgicas para evitar asfixiarse. La destrucción de la una vez hermosa montaña y sus alrededores fue catastrófica. Grandes árboles estaban carbonizados y habían caído como fósforos gigantes. La devastación parecía integral. Los expertos predijeron que ciertamente pasarían décadas, posiblemente siglos, antes de que el área volviera a la vida. Sin embargo, en solo unos pocos años comenzó a restaurarse, lo que demuestra las propiedades curativas que Dios ha incorporado a su creación, evidente incluso bajo la Maldición. Según las Escrituras, el mundo actual no continuará para siempre ni será destruido y reemplazado por uno totalmente nuevo. En cambio, será limpiado del pecado y recreado, renacido, renovado, hecho completo. Mientras que el reino de Dios se planta primero espiritualmente en los corazones humanos, la bendición futura no debe ser espiritualizada. La esperanza bíblica, enraizada en la encarnación y la resurrección, es una esperanza creacional, mundana, visible, física y corporal. El renacimiento de los seres humanos se completa en el glorioso renacimiento de toda la creación, la Nueva Jerusalén, cuyo arquitecto y constructor es Dios mismo. HERMAN BAVINCK Después de ver tal devastación absoluta reemplazada por una nueva belleza, incluso aparte de la intervención sobrenatural de Dios, no tengo problemas para imaginar a Dios rehaciendo una Tierra carbonizada en una nueva, fresca y vibrante. Como vimos en el capítulo 12, Romanos 8: 19-23 vincula inseparablemente los destinos de la humanidad y la Tierra. Como tal, la tierra será elevada a una nueva vida de la misma manera que nuestros cuerpos serán elevados a una nueva vida. LA REDENCIÓN SIGNIFICA RESTAURACIÓN Incluso si el término Nueva Tierra no apareciera en ninguna parte de las Escrituras, incluso si no tuviéramos docenas de otros pasajes como Isaías 60 que se refieren a él tan claramente, Hechos 3:21 sería suficiente. Nos dice que Cristo "permanecerá en el cielo hasta que llegue el momento en que Dios restaure todo, como lo prometió hace mucho tiempo a través de sus santos profetas". Cuando Cristo regrese, la agenda de Dios no es destruir todo y comenzar de nuevo, sino "restaurar todo". La perfección de la creación una vez perdida se recuperará por completo, y algo más. El mismo Pedro que pronunció estas palabras en Hechos 3 escribió las palabras sobre la destrucción de la tierra en 2 Pedro 3, aparentemente no vio ningún conflicto entre ellos. Albert Wolters dice: "Redención significa restauración, es decir, el retorno a la bondad de una creación originalmente indemne y no simplemente la adición de algo supracrecional ... Esta restauración afecta la totalidad de la vida creacional y no simplemente un área limitada dentro de ella. ". Será como si un artista limpiara la pintura vieja, manchada y agrietada, y comenzara una pintura nueva y mejor, pero usando las mismas imágenes en el mismo lienzo. 112 Aún así, muchos no pueden conciliar la idea de la redención a través de la restauración con las declaraciones de 2 Pedro 3:10 de que "los cielos desaparecerán con un rugido", y "los elementos serán destruidos por el fuego", y "la tierra y todo lo que hay en ella quedará al descubierto ". John Piper dice de este pasaje:" Lo que Peter bien puede querer decir es que al final de esta era habrá eventos catastróficos que pondrán fin a este mundo tal como lo conocemos, sin dejarlo fuera de existencia. , pero eliminando todo lo que es malo y limpiándolo con fuego y preparándolo para una era de gloria, justicia y paz que nunca terminará ". 113 Creo que la clave para entender el significado calificado de estas imágenes de destrucción en 2 Pedro yace en el pasaje mismo. El pasaje traza un paralelo entre la tierra en el tiempo de Noé, que fue "destruido" a través del Diluvio, y el tiempo por venir cuando el mundo actual será destruido nuevamente en el juicio, esta vez no por agua sino por fuego (2 Pedro 3: 6-7). El punto de referencia establecido para comprender la futura destrucción del mundo es el Diluvio. El Diluvio fue ciertamente catastrófico y devastador. Pero, ¿destruyó el mundo y dejó de existir? No. Noé, su familia y los animales fueron liberados del juicio de Dios para volver a vivir un mundo nuevo preparado para ellos por el juicio de limpieza de Dios. Inundar el mundo entero no destruyó todas las montañas (Génesis 8: 4). Aunque muchas personas creen que los ríos Tigris y Éufrates cerca del Edén (Génesis 2:14) no eran los mismos ríos que los que conocemos hoy, el hecho de que se les dio los mismos nombres que los originales sugiere cierta continuidad. La limpieza con fuego será más exhaustiva que el Diluvio, ya que eliminará permanentemente el pecado. Pero, así como el juicio de Dios por el agua no hizo la tierra permanentemente inhabitable, tampoco lo hará el juicio de Dios por el fuego. La versión King James traduce 2 Pedro 3:10 de esta manera: "También la tierra y sus obras serán quemadas". Pero la palabra traducida "quemada" no aparece en los manuscritos griegos más antiguos, que contienen una palabra que significa "encontrado" o "mostrado". La nueva versión internacional lo traduce como "expuesto", y la versión estándar en inglés lo hace "expuesto". El fuego del juicio de Dios consumirá lo malo, pero refinará lo bueno, exponiendo las cosas como realmente son. El teólogo Cornelius Venema explica: "La palabra utilizada en los manuscritos antiguos y mejores transmite la idea de un proceso que no destruye ni quema tanto, sino que descubre o deja abierto el descubrimiento de la creación, ahora en un estado renovado de pureza prístina. " Del mismo modo, rechazando "quemado" como la mejor traducción, Albert Wolters argumenta que "las traducciones de este texto a menudo han sido influenciadas por una visión del mundo que niega la continuidad entre el estado actual y futuro de la creación". Venema establece la conexión entre 2 Pedro 3 y Romanos 8 cuando observa: "Segundo Pedro 3: 5-13 confirma ... el ideal básico también expresado, aunque en un idioma diferente, en Romanos 8. Los nuevos cielos y la tierra surgirán desde el trabajo soberano y redentor de Dios .... Éste incluye la renovación de todas las cosas, no la creación de todas las cosas nuevas... [y] se deduce que la vida futura en la nueva creación será tan rico y lleno de actividad al servicio del Señor como se pretendía al principio ". 114 115 116 Varios prominentes teólogos antiguos reconocieron la continuidad entre la Tierra actual y la Nueva Tierra. Jerome solía decir que el Cielo y la Tierra no serían aniquilados sino que se transformarían en algo mejor. Agustín escribió de manera similar, al igual que Gregorio Magno, Tomás de Aquino y muchos teólogos medievales. 117 EL SIGNIFICADO DE "NUEVO" Como hemos visto, la expresión "Cielo y Tierra" es una designación bíblica para todo el universo. Entonces, cuando Apocalipsis 21: 1 habla de "un cielo nuevo y una tierra nueva", indica una transformación del universo entero. La palabra griega kainos, traducida "nueva", indica que la tierra que Dios crea no será simplemente nueva en lugar de vieja, sino nueva en calidad y carácter superior. Según el léxico de Walter Bauer, kainos significa nuevo "en el sentido de que lo viejo se ha vuelto obsoleto, y debería ser reemplazado por lo nuevo. En tal caso, lo nuevo es, en general, superior en especie a lo viejo". 118 Significa, por lo tanto, "no la aparición de un cosmos totalmente diferente al presente, sino la creación de un universo que, aunque ha sido gloriosamente renovado, se mantiene en continuidad con el presente". 119 Pablo usa la misma palabra, kainos, cuando habla de un creyente que se convierte en "una nueva creación" (2 Corintios 5:17). La Nueva Tierra será la misma que la vieja Tierra, así como un nuevo cristiano sigue siendo la misma persona que era antes. ¿Diferente? Si. Pero también lo mismo. Cuando una casa se quema al suelo, los componentes de la casa no dejan de existir, sino que toman otra forma. Según la primera ley de la termodinámica (conservación de la energía), el fuego no destruye la madera, sino que la transforma en diferentes sustancias, como el carbón y el dióxido de carbono. Lo que consideramos aniquilación no es lo que parece. La resurrección, sin embargo, va más allá de eso. Una nueva casa no está hecha de los materiales de una casa que se quemó, sino de nuevos materiales. Aunque puede estar en el mismo terreno, hecho de acuerdo con el mismo plano, es una casa diferente. Sin embargo, la resurrección se trata de continuidad: el mismo cuerpo que fue destruido se reconstruye en lo nuevo. A medida que Dios reúna el ADN disperso, los átomos y las moléculas de nuestros cuerpos, reunirá todo lo que necesita de la Tierra quemada y desfigurada. Como nuestros viejos cuerpos serán elevados a nuevos cuerpos, así la vieja Tierra será elevada para convertirse en la Nueva Tierra. Entonces, ¿la tierra será destruida o renovada? La respuesta es ambas, pero la "destrucción" será temporal y parcial, mientras que la renovación será eterna y completa. La doctrina de la nueva creación, que se extiende no solo a la humanidad, sino al mundo, el reino natural, e incluso a las naciones y culturas, es un tema bíblico importante, aunque nunca lo sabrías a juzgar por la poca atención que recibe entre los cristianos. En un ensayo importante, el teólogo Greg Beale argumenta que "la nueva creación es un centro plausible y defendible para la teología del Nuevo Testamento". Él declara: "La Biblia comienza con la creación original que está corrompida, y el resto del Antiguo Testamento es un proceso histórico redentor que trabaja hacia la restauración de la creación caída en una nueva creación. El Nuevo Testamento luego ve que estas esperanzas comienzan a cumplirse y profetiza un tiempo futuro de cumplimiento en una nueva creación consumada, que Apocalipsis 21:1-22:5 retrata ". 120 Por lo tanto, como hemos visto en Isaías y en todo el Antiguo Testamento, la doctrina de los nuevos cielos y la Nueva Tierra no es una idea tardía de desarrollo tardío, sino un componente central de la historia redentora y la intención. Es el paradigma de la perspectiva bíblica, que incluye, pero es más amplio que los temas de reino, pacto, resurrección y salvación. Como dice Beale: "La nueva creación es el centro de gravedad hermenéutico y escatológico del Nuevo Testamento ". 121 Al resumir los puntos de vista del teólogo William Dumbrell sobre la nueva creación, Beale dice: "Todo el Antiguo Testamento trabaja hacia la meta de la nueva creación, y el Nuevo Testamento comienza a cumplir esa meta principal ... La redención siempre está subordinada a la creación en el sentido de que es los medios de reintroducción de las condiciones de la nueva creación. Todos los eventos desde la caída deben ser vistos como un proceso que conduce a la reintroducción de la creación original. Dumbrell es correcto en virtud de pie nueva creación como la noción dominante de la teología bíblica, porque la nueva creación es la meta o el propósito del plan redentor-histórico de Dios; la nueva creación es el punto principal lógico de la Escritura ". 122 La muerte de la tierra no será más definitiva que la nuestra. La destrucción de la vieja Tierra en el juicio purificador de Dios será seguida inmediatamente por su resurrección a una nueva vida. El ardiente "fin" de la Tierra se abrirá directamente a un glorioso nuevo comienzo. Y como veremos más adelante, seguirá mejorando cada vez más. C A P I T U L O 16 ¿SERÁ FAMILIAR LA NUEVA TIERRA? . . ¿COMO EN CASA? La vida que tenemos ahora como las personas que somos ahora continuará en el universo en el que ahora existimos. Dallas Willard A veces, cuando miramos la impresionante belleza de este mundo, de pie en un lugar hermoso donde los árboles, las flores, los ríos y las montañas son maravillosos, sentimos una punzada de desilusión. ¿Por qué? Porque sabemos que vamos a dejar esto atrás. En consuelo o auto reprensión, podríamos decir: "Este mundo no es mi hogar". Sin embargo, si fuéramos honestos, podríamos agregar: "Pero una parte de mí seguramente lo desea". Lo que realmente queremos es vivir para siempre en un mundo con toda la belleza y sin la fealdad, un mundo sin pecado, muerte, maldición y todos los problemas y decepciones personales y relacionales que crean. Aquellos que enfatizan nuestra ciudadanía en el cielo, y yo soy uno de ellos, a veces tienen la desafortunada costumbre de minimizar nuestra conexión con la tierra y nuestro destino para vivir en ella y gobernarla. Terminamos pensando en la eternidad como un estado espiritual no terrenal en el que la Tierra no es más que un recuerdo lejano, si es que lo recordamos. Esta teología defectuosa acusa a Dios de fracasar. ¿Por qué? Porque supone que nunca logrará un estado duradero de justicia en la Tierra. (Incluso el Milenio termina en rebelión.) En cambio, finalmente tiene que recurrir a hacer que la humanidad sea menos humana (sin cuerpo) y destruir la tierra que hizo. El magnífico plan soberano de Dios de las edades se reduce, en nuestras mentes, a un experimento fallido. COMO SERÁ NUESTRO HOGAR La corrección a la herejía de creer que el plan de Dios ha fallado es la doctrina bíblica de los nuevos cielos y la Nueva Tierra. El teólogo Rene Pache escribe: "El énfasis en el cielo actual es claramente el descanso, la cesación de las batallas de la tierra y las comodidades de los sufrimientos de la tierra. El cielo futuro se centra más en la actividad y la expansión, sirviendo a Cristo y reinando con Él. El alcance es mucho mayor, la gran ciudad con sus doce puertas, personas que van y vienen, naciones que gobiernan. En otras palabras, el énfasis en el cielo actual está en la ausencia de los negativos de la tierra, mientras que en el cielo futuro es la presencia de los aspectos positivos de la tierra, magnificó muchas veces a través del poder y la gloria de los cuerpos resucitados en una Tierra resucitada, libre al fin del pecado y la vergüenza y todo lo que obstaculizaría tanto la alegría como el logro ". 123 Comprender y anticipar la naturaleza física de la Nueva Tierra corrige una multitud de errores. Nos libera para amar el mundo que Dios ha creado, sin culpa, mientras le decimos no al mundo corrompido por nuestro pecado. Nos recuerda que Dios mismo nos dio la tierra, nos dio un amor por la tierra y se deleitará en darnos la Nueva Tierra. Piensa por un momento lo que esto significará para Adán y Eva. Cuando la Nueva Tierra descienda del Cielo, el resto de nosotros nos iremos a casa, pero Adán y Eva vendrán a casa. Solo habrán vivido en tres Tierras: una no caída, una caída y una redimida. Solo ellos habrán experimentado, al menos en cierta medida, el tesoro de una Tierra original y magnífica que se perdió y ahora se recupera. Cuando abrimos los ojos por primera vez en la Nueva Tierra, ¿no será familiar? ¿O lo reconoceremos como en casa? Como seres humanos, anhelamos el hogar, incluso cuando salimos a explorar nuevas fronteras sin descubrir. Anhelamos la familiaridad de lo viejo, incluso cuando anhelamos la innovación de lo nuevo. Piense en todas las cosas que amamos que son nuevas: mudarse a una casa nueva; el olor de un auto nuevo; la sensación de un nuevo libro; una nueva pelicula; Una nueva canción; el placer de un nuevo amigo; el disfrute de una nueva mascota; nuevos regalos en navidad; alojarse en una bonita habitación nueva de hotel; llegar a una nueva escuela o un nuevo lugar de trabajo; dar la bienvenida a un nuevo hijo o nieto; comiendo nuevos alimentos que se adaptan a nuestros gustos. Nos encanta la novedad; sin embargo, en cada caso, lo nuevo está unido a algo familiar. Realmente no nos gustan las cosas que son completamente extrañas para nosotros. En cambio, apreciamos variaciones frescas e innovadoras en cosas que ya conocemos y amamos. Entonces, cuando escuchemos que en el Cielo tendremos cuerpos nuevos y viviremos en una Tierra Nueva, así es como debemos entender la palabra nuevo: una versión restaurada y perfeccionada de nuestros cuerpos familiares y nuestra Tierra familiar y nuestras relaciones familiares. Un malentendido común sobre el Cielo eterno es que no será familiar. Pero eso no podría estar más lejos de la verdad. El siguiente cuadro compara los supuestos generalizados sobre el Cielo con las características bíblicas del Cielo: Lo que Hemos Asumido sobre el Cielo Lo que la Bilia Dice sobre el Cielo No-Tierra Nueva Tierra No familiar; de otro mundo Familiar; terrenal Extranjero Hogar (toda la comodidad del hogar con todas las innovaciones de un Dios infinitamente creativo) Incorpóreo Dejando atrás las cosas Favoritas Se retiene lo bueno; teniendo lo mejor por delante Sin Tiempo ni Espacio Con Tiempo y Espacio Estático Dinámico Ni viejo (como Eden) ni nuevo y sincero; simplemente extraño y desconocido Ambos; viejo y nuevo Nada que hacer, flotando en la nube Un Dios para adorar y servir; un universo para gobernar; trabajo decidido para lograr; amigos para disfrutar Aburrido Fascinante Perdida del deseo Cumplimiento continuo del deseo Ausencia de lo terrible (pero poca presencia de lo que no deseamos) Presencia de lo maravilloso (todo lo que deseamos y nada que lo que no) Incorpóreo Resucitado; encarnado Sin aprendizaje ni descubrimiento, conocimiento instantáneo y completo Una eternidad de aprendizaje y descubrimiento Lo que hemos asumido sobre el Cielo lo ha reducido a un lugar que esperamos solo como una alternativa a una existencia intolerable aquí en la Tierra actual. Solo los ancianos, discapacitados, sufrientes y perseguidos pueden desear el Cielo que imaginamos. Pero la Biblia retrata la vida en la presencia de Dios, en nuestros cuerpos resucitados en un universo resucitado, como tan emocionante y convincente que incluso los más jóvenes y saludables de nosotros deberíamos soñar despiertos. No es de extrañar que Satanás no quiera que aprendamos la verdad sobre el Cielo. Si nos enamoramos del lugar y esperamos el futuro que Dios tiene para nosotros, nos enamoraremos más de Dios y nos envalentonaremos para seguirlo con mayor resolución y perspectiva. Cuando vemos el Cielo por primera vez con nuestros propios ojos, imagino que nuestras respuestas pueden reflejar las que he representado en mi novela Edge of Eternity cuando los compañeros de Nick finalmente pasan por las puertas de la Ciudad de la Luz (he tomado prestadas varias expresiones de CS Lewis): "Esto es ... el país para el que fui ¡hecho!" "¡Por fin, el mundo real!" "He nacido. Toda mi vida en la Tierra no fue más que una serie de dolores de parto que me prepararon para esto". "Esto es alegría en sí misma. ¡Todo anticipo de alegría en las Tierras Sombrías no era más que la puñalada, la punzada, el anhelo inconsolable de este lugar!" "¿Cómo podría alguien estar satisfecho con menos que esto?" 124 En el momento en que pisamos la Nueva Tierra, sabremos que es exactamente donde pertenecemos. Pero no tenemos que esperar hasta que muramos para aprender sobre el Cielo. Como una novia vive diariamente en anticipación de la llegada del novio, y viene a llevarla a la casa que él ha construido para ella, debemos pensar diariamente en Jesús y en el Cielo. En lugar de sentirse abandonada, la novia se siente honrada porque sabe que vivirá en la casa que el novio ha construido con amor pensando en ella. Puede experimentar algo de soledad y dificultad, pero sabe que él no la ha olvidado y lo que está haciendo por ella le asegurará su felicidad futura. Su felicidad actual depende de confiar en él, creyendo que él vendrá a llevarla a su casa, donde vivirán felices para siempre. LA FAMILIARIDAD DEL HOGAR Cuando la Biblia nos dice que el cielo es nuestro hogar, ¿qué significados debemos atribuir a la palabra hogar} La familiaridad es una. Tengo innumerables recuerdos agradables de la infancia. Incluso aquellos que sufrieron traumas infantiles también suelen tener buenos recuerdos. Cuando conduzco mi bicicleta por mi antiguo vecindario (a solo unas pocas millas de mi hogar actual), esa familiaridad me invade como una ola. Las colinas, las casas, las cercas y los campos, el patio de la escuela donde jugaba al fútbol y tiraba canastas. Cuando miro la casa en la que crecí, cada habitación de esa casa, cada centímetro de esa propiedad, reverbera con recuerdos de mi padre, madre, hermano, amigos, perros, gatos, ranas y lagartijas. Cuando paso por la casa de mi infancia, regreso a un lugar inseparable de quien era y soy, inseparable de mi familia y amigos. Un lugar con seres queridos: esa es una cualidad central del hogar. El ambiente hogareño de la casa en la que vivo ahora es inseparable de mi esposa, Nanci, y mis hijas, Angela y Karina, quienes están casadas y tienen sus propios hogares, pero a menudo vienen a visitarnos. Los maridos de las niñas son hijos para nosotros ahora, y nos encanta tenerlos aquí. Mientras escribo, anticipamos a nuestros primeros nietos, y ya estamos preparando el lugar para ellos. Los recuerdos de familiares y amigos que se han quedado con nosotros también contribuyen a la hospitalidad de este lugar. Todo aquí habla del tiempo que pasamos con personas importantes: jugar juntos, hablar juntos, comer juntos, leer juntos, llorar juntos, orar juntos, trazar el curso de nuestras vidas juntos. El hogar es donde estamos con los que amamos La resurrección del cuerpo. . . declara que Dios hará el bien y llevará a la perfección el proyecto humano que comenzó en el Jardín del Edén. TIMOTHY GEORGE El cielo será así como así. Estaremos con personas que amamos, y no amaremos a nadie más que a Jesús, quien compró con su propia sangre los bienes inmuebles de la Nueva Tierra. No pasará mucho tiempo antes de que nos instalemos allí. Como ya hemos vivido en la Tierra, creo que parecerá desde el principio que volveremos a casa. Debido a que una vez vivimos en la Tierra, la Nueva Tierra nos parecerá muy familiar. El hogar es un lugar donde encajamos perfectamente. Es el lugar para el que fuimos creados. La mayoría de las casas en las que vivimos en la Tierra no fueron hechas solo para nosotros. Pero la Nueva Tierra lo será. Cuando Nanci estaba embarazada de cada una de nuestras chicas, ella y yo preparamos un lugar para ellas. Decoramos la habitación, escogimos el papel tapiz correcto, instalamos la cuna y seleccionamos las mantas perfectas. La calidad del lugar que preparamos para nuestras hijas estaba limitada solo por nuestras habilidades, recursos e imaginación. En el cielo, ¿qué tipo de lugar podemos esperar que nuestro Señor haya preparado para nosotros? Debido a que él no es limitado y nos ama aún más de lo que amamos a nuestros hijos, creo que podemos esperar encontrar el mejor lugar jamás creado por cualquiera, para cualquiera, en la historia del universo. El Dios que elogia la hospitalidad no será superado en su hospitalidad con nosotros. Un buen carpintero imagina lo que quiere construir. Él planea y diseña. Luego hace su trabajo, cuidadosa y hábilmente, moldeándolo según especificaciones exactas. Se enorgullece del trabajo que ha realizado y se deleita en mostrárselo a los demás. Y cuando hace algo para su novia o sus hijos, tiene especial cuidado y deleite. Jesús es el carpintero de Nazaret. Él sabe construir. Tiene experiencia en la construcción de mundos enteros (miles de millones de ellos, en todo el universo). También es un experto en reparar lo que ha sido dañado, ya sean personas o mundos. No considera que su creación sea desechable. Esta creación dañada clama por ser reparada, y es su plan repararla. Va a remodelar la vieja Tierra a gran escala. Qué grande será el planeta resucitado que él llama la Nueva Tierra, el que él dice será nuestro hogar ... y el suyo NUEVA CANCIÓN, NUEVO COCHE, NUEVA TIERRA Al llamar a la Nueva Tierra Tierra, Dios nos dice enfáticamente que será terrenal y, por lo tanto, familiar. De lo contrario, ¿por qué llamarlo Tierra? Cuando las Escrituras hablan de una "nueva canción", ¿imaginamos que es sin palabras, silenciosa o sin ritmo? Por supuesto no. ¿Por qué? Porque entonces no sería una canción. Si le prometiera un automóvil nuevo, ¿diría: "Si es nuevo, probablemente no tendrá motor, transmisión, puertas, ruedas, equipo de música o tapicería"? Si un auto nuevo no tuviera estas cosas, no sería un auto. Si compramos un auto nuevo, sabemos que será una mejor versión de lo que ya tenemos, nuestro auto viejo. Del mismo modo, la Nueva Tierra será una versión mucho mejor de la vieja Tierra. La palabra nuevo es un adjetivo que describe un sustantivo. El sustantivo es lo principal. Un auto nuevo es ante todo un auto. Un nuevo cuerpo es principalmente un cuerpo. Una Nueva Tierra es principalmente una Tierra. La Nueva Tierra no será una no Tierra sino una Tierra real. La Tierra de la que se habla en las Escrituras es la Tierra que conocemos: tierra, agua, rocas, árboles, flores, animales, personas y una variedad de maravillas naturales. Una Tierra sin estos no sería la Tierra. La palabra griega traducida "tierra" es ge, de donde obtenemos "geología". Se utiliza de la tierra, el suelo y el mundo mismo. Walter Bauer define ge como "la superficie de la tierra como la habitación de la humanidad". Ge connota fisicalidad. No es una palabra figurativa, aireada, simbólica o abstracta. Es tangible, concreto. Habla de un reino terrenal donde hay seres humanos físicos, animales, vegetación y recursos naturales. 125 Muchos de los pasajes de las Escrituras que usan ge contienen referencias a personas que moran en la tierra. La humanidad y la Tierra son inseparables. La Nueva Tierra estará poblada por personas redimidas. Sin gente, la tierra estaría incompleta. Sin la tierra, la gente estaría incompleta. Se nos dice que la "primera tierra" pasará (Apocalipsis 21: 1). La palabra "primero" es prote, lo que sugiere una conexión vital entre las dos Tierras. La primera Tierra sirve como prototipo o patrón para la Nueva Tierra. Hay continuidad entre lo viejo y lo nuevo. Debemos esperar nuevos árboles, nuevas flores, nuevas rocas, nuevos ríos, nuevas montañas y nuevos animales. {Nuevo, no no.) Como nuestros cuerpos actuales son los planos de nuestros cuerpos de resurrección, esta Tierra actual es el plano de la Nueva Tierra. ¿EARTHUNESS DEMANDA EL CIELO? En la mitología griega, el Monte Olimpo es un cielo terrenal, donde los dioses se entregan a un comportamiento escandaloso, haciendo que el cielo parezca barato y hecho por el hombre. El Islam retrata el cielo como un lugar donde un hombre recibe innumerables concubinas, la promiscuidad como recompensa eterna. Con razón retrocedemos ante esto. Puede explicar en parte por qué algunas personas resisten la noción de una Nueva Tierra, suponiendo que la terrenal de alguna manera degrada a Dios y al Cielo. La escritura retrata a Dios como santo y trascendente. Debido a que el Cielo es su lugar de residencia, parece inapropiado pensar en el Cielo en términos terrenales. Pero incluso antes de la encarnación de Cristo, Dios vino al jardín para caminar con Adán y Eva. Y la encarnación y resurrección de Cristo lo llevaron mucho más lejos: un miembro del Dios trino trascendente se volvió permanentemente inmanente. Jesús está en forma física, en un cuerpo de resurrección humana, por toda la eternidad. (Puede optar por ejercer su omnipresencia divina de una manera que no podemos comprender, o puede experimentarla dentro de la Divinidad a través del Padre y el Espíritu, pero no hay indicios de que Jesús, el Salvador resucitado, deje de ser el Dios-hombre eterno.) Su matrimonio con nosotros no es un yugo desigual de un Dios espiritual para las personas físicas: no solo somos también espirituales, sino que Jesús, por encarnación y resurrección, también es físico. Antes de la Encarnación, el Cielo era trascendente. En virtud de la Encarnación, el Cielo se hizo inmanente. La próxima Tierra Nueva será la morada de Dios, tan pura y santa como el Cielo. Por lo tanto, no puede ser inapropiado pensar en el Cielo en términos terrenales, porque es la Escritura misma la que nos obliga a hacerlo. En palabras de Paul Marshall, "Lo que necesitamos es no ser rescatados del mundo, no dejar de ser humanos, no dejar de cuidar el mundo, no dejar de dar forma a la cultura humana. Lo que necesitamos es el poder para hacer esto cosas según la voluntad de Dios. Nosotros, así como el resto de la creación, necesitamos ser redimidos ". 126 HOGAR EN CASA ¿Recuerdas un momento en que estabas lejos de tu hogar terrenal y lo perdiste desesperadamente? Tal vez fue cuando estabas en la universidad o en el ejército o viajando extensamente al extranjero o necesitabas mudarte por un trabajo. ¿Recuerdas cómo te dolía el corazón por casa? Así es como debemos sentirnos sobre el cielo. Somos un pueblo desplazado que anhela nuestro hogar. CS Lewis dijo: "Si encuentro en mí un deseo que ninguna experiencia en este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui creado para otro mundo". 127 Agustín escribió: "Estoy gimiendo con un gemido inexpresable en el camino de mi vagabundo, y recordando a Jerusalén con el corazón en alto: Jerusalén, mi tierra natal, Jerusalén, mi madre". 128 Nada se diagnostica con mayor frecuencia que nuestra nostalgia por el cielo. Creemos que lo que queremos es sexo, drogas, alcohol, un nuevo trabajo, un aumento de sueldo, un doctorado, un cónyuge, un televisor de pantalla grande, un auto nuevo, una cabaña en el bosque, un condominio en Hawai. Lo que realmente queremos es la persona para la que fuimos hechos, Jesús, y el lugar para el que fuimos hechos, el Cielo. Nada menos puede satisfacernos. CS Lewis dijo: "La felicidad y la seguridad establecidas que todos deseamos, Dios nos las oculta por la naturaleza misma del mundo: pero la alegría, el placer y la alegría ha esparcido la transmisión. Nunca estamos a salvo, pero nos divertimos mucho y algo de éxtasis. No es difícil ver por qué. La seguridad que anhelamos nos enseñaría a descansar nuestros corazones en este mundo y a oponernos a un obstáculo para nuestro regreso a Dios ". 129 129 En su discusión sobre la ortodoxia cristiana, GK Chesterton escribió: "El filósofo moderno me había dicho una y otra vez que estaba en el lugar correcto, y todavía me sentía deprimido, incluso en aquiescencia ... Cuando escuché que estaba en el lugar equivocado ... mi alma cantaba de alegría, como un pájaro en primavera. Ahora sabía ... por qué podía sentir nostalgia en casa ". 130 Me gusta la imagen de Chesterton de sentir nostalgia en casa. Podemos decir: "El cielo será nuestro hogar eterno" o "La tierra será nuestro hogar eterno", pero no deberíamos decir: "El cielo, no la Tierra, será nuestro hogar eterno", porque el Cielo en el que nosotros " Todo en vivo estará centrado en la Nueva Tierra. Un cristiano que conocí de pasada una vez me dijo que le preocupaba que realmente no anhelara el Cielo. En cambio, anhelaba una Tierra que fuera como Dios quería que fuera. No deseaba un Cielo allá afuera en alguna parte, sino una Tierra bajo sus pies, donde Dios fue glorificado. Se sintió culpable y no espiritual por este deseo. En ese momento, mis ojos no se habían abierto a la promesa de las Escrituras de la Nueva Tierra. Si pudiera volver a hablar con ese hombre (espero que lea este libro), le diría lo que debería haberle dicho la primera vez: que su anhelo era bíblico y correcto. De hecho, el mismo lugar que siempre anheló, una Tierra donde Dios fue completamente glorificado, es el lugar donde vivirá para siempre. Decir "Este mundo no es tu hogar" a una persona que está completamente viva y alerta a las maravillas del mundo es como tirar un balde de agua al fuego de la leña. Deberíamos avivar las llamas de ese incendio para ayudarlo a propagarse, no tratar de apagarlo. De lo contrario, difamamos nuestro instinto dado por Dios de amar el hogar terrenal que Dios hizo para nosotros. Y reducimos la "espiritualidad" en una negación del arte, la cultura, la ciencia, el deporte, la educación y todo lo demás humano. Cuando hacemos esto, nos preparamos para la hipocresía, ya que podemos pretender despreciar el mundo mientras estamos sentados en la iglesia, pero cuando subimos al auto, ponemos nuestra música favorita y nos dirigimos a casa para asar con amigos, ver un partido de pelota. , jugar al golf, andar en bicicleta, trabajar en el jardín o acurrucarse saboreando una taza de café y un buen libro. Hacemos estas cosas no porque somos pecadores sino porque somos personas. Todavía seremos personas cuando muramos e iremos al Cielo. Esta no es una realidad decepcionante, es el plan de Dios. Nos hizo como somos, excepto la parte del pecado, que no tiene nada que ver con amigos, comer, hacer deporte, hacer jardinería o leer. Nos cansamos de nosotros mismos, de los demás, del pecado, el sufrimiento, el crimen y la muerte. Sin embargo, amamos la tierra, ¿no? Me encanta la amplitud del cielo nocturno sobre el desierto. Me encanta la comodidad de estar sentado al lado de Nanci en el sofá frente a la chimenea, con una manta encima y un perro acurrucado junto a nosotros. Estas experiencias no son el cielo, sino que unen los anticipos del cielo. Lo que amamos de esta vida son las cosas que resuenan con la vida para la que fuimos creados. Las cosas que amamos no son simplemente lo mejor que esta vida tiene para ofrecer, son anticipos de la gran vida por venir. SECCIÓN SEIS CELEBREMOS NUESTRA RELACIÓN CON DIOS C A P I T U L O 17 ¿QUÉ SIGNIFICARÁ VER A DIOS? Me levantaré de entre los muertos. . . . Veré al Hijo de Dios, el Sol de Gloria, y brillaré a medida que ese sol brille. Me uniré al Anciano de los Días, al mismo Dios, que no tuvo mañana, nunca comenzó. . . . Ningún hombre vio a Dios y vivió. Y sin embargo, no viviré hasta que vea a Dios; y cuando lo haya visto, nunca moriré. John Donne Si se tratan aspectos de los cielos, por orden de importancia, yo hubiera comenzado con un capítulo sobre Dios y nuestra relación eterna con él. Sin embargo, pensé que primero era necesario establecer una imagen clara de nuestra vida física resucitada en la Nueva Tierra. Sin el fundamento establecido en capítulos anteriores, la idea de "ver a Dios" inevitablemente estaría sesgada por los supuestos cristoplatónicos sobre la naturaleza de la vida futura. Si no basamos nuestra perspectiva del Cielo en una comprensión clara de nuestra próxima resurrección corporal y la verdad sobre la naturaleza física de la Nueva Tierra, nuestro concepto de estar con Dios será más parecido al del misticismo oriental que al del cristianismo bíblico. El magnífico tema de contemplar el rostro de Dios no debe ser envenenado por estereotipos aburridos y vagas caricaturas sin vida. Espero que ahora podamos abordar el tema de nuestra relación eterna con Dios con la riqueza y vitalidad que merece. " Oh Dios, eres mi Dios, sinceramente te busco; mi alma tiene sed de ti, mi cuerpo te anhela, en una tierra seca y cansada donde no hay agua "(Salmo 63: 1). Podemos imaginar que queremos mil cosas diferentes, pero Dios es a quien realmente anhelamos Su presencia trae satisfacción, su ausencia trae sed y anhelo. Nuestro anhelo por el cielo es un anhelo por Dios, un anhelo que involucra no solo a nuestros seres internos, sino también a nuestros cuerpos. Estar con Dios es el corazón y el alma del cielo. El placer celestial se derivará y será secundario a su presencia. El mayor regalo de Dios para nosotros es, y siempre será, él mismo. LA VISIÓN BEATIFIC Los antiguos teólogos a menudo hablaban de la "visión beatífica". El término proviene de tres palabras latinas que juntas significan "una vista feliz". La vista de la que hablaron era Dios. Apocalipsis 22: 4 dice de los siervos de Dios en la Nueva Tierra: "Verán su rostro". Ver el rostro de Dios es la más alta de todas las aspiraciones, aunque lamentablemente, para la mayoría de nosotros, no está en la parte superior de nuestra lista de deseos. (Si entendemos lo que significa, lo será). Que nos digan que veremos el rostro de Dios es impactante para cualquiera que comprenda la trascendencia y la inaccesibilidad de Dios. En el antiguo Israel, solo el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo, y él, pero una vez al año. Incluso entonces, según la tradición, se ataba una cuerda alrededor del tobillo del sacerdote en caso de que muriera dentro del Lugar Santísimo. ¿Por qué? Bueno, Dios derribó a Uza por tocar el arca del pacto (2 Samuel 6: 7). ¿Quién se ofrecería como voluntario para ir al Lugar Santísimo para sacar al sumo sacerdote si Dios lo mata? Cuando Moisés le dijo a Dios: "Muéstrame tu gloria", Dios respondió: "Haré que toda mi bondad pase delante de ti ... Pero", dijo, "no puedes ver mi rostro, porque nadie puede verme y vivir '' ... 'Cuando pase mi gloria, te pondré en una hendidura en la roca y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Luego quitaré mi mano y verás mi atrás; pero no se debe ver mi rostro '"(Éxodo 33: 18-23). Moisés vio a Dios, pero no el rostro de Dios. El Nuevo Testamento dice que Dios "vive en una luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver" (1 Timoteo 6:16). Ver el rostro de Dios era completamente impensable. Por eso, cuando se nos dice en Apocalipsis 22: 4 que veremos el rostro de Dios, debería sorprendernos. Para que esto suceda, sería necesario que experimentemos algo radical entre ahora y entonces. Los obstáculos para ver a Dios son desalentadores: "Sin santidad nadie verá al Señor" (Hebreos 12:14). Es solo porque seremos completamente justos en Cristo, completamente sin pecado, que podremos ver a Dios y vivir. ¡No solo veremos su rostro y viviremos, sino que probablemente nos preguntaremos si alguna vez vivimos antes de ver su rostro! Ver a Dios será nuestra mayor alegría, la alegría por la cual todos los demás serán medidos. Me imagino cómo será esto en mi novela Edge of Eternity, cuando Nick Seagrave por fin ve a Jesucristo: El Rey salió de la gran ciudad, justo afuera de la puerta, y puso su mano sobre mi hombro. No conocía a nadie ni a nada más que a él. Vi ante mí a un rey envejecido y desgastado, considerado guardián de un imperio. Pero también vi a un príncipe guerrero viril preparado para la batalla, ansioso por montar su corcel y marchar en la conquista. Sus ojos eran agudos como espadas afiladas pero profundos como pozos, llenos de los recuerdos de los viejos y los sueños de los jóvenes. 131 Esta es la maravilla de nuestra redención: ser bienvenidos en la presencia misma de nuestro Señor y verlo cara a cara. ¿Qué veremos en sus ojos? Aunque todavía no podemos experimentar su plenitud, podemos obtener un anticipo ahora: "Tenemos confianza para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesús" (Hebreos 10:19); "Entonces acerquémonos con confianza al trono de la gracia" (Hebreos 4:16, NVI). No deberíamos leer estos versículos casualmente, ya que nos dicen algo maravilloso más allá de la comprensión: que la sangre de Jesús nos ha comprado el acceso completo a la sala del trono de Dios y su Lugar Santísimo. Incluso ahora, nos da la bienvenida para ir allí en oración. En la eternidad, cuando somos seres resucitados, no solo nos permitirá entrar en su presencia en oración, sino que nos dará la bienvenida a vivir en su presencia como seres resucitados. CARAS DE PADRE E HIJO David dice: "Una cosa que le pido al Señor, esto es lo que busco: que pueda morar en la casa del Señor todos los días de mi vida, contemplar la belleza del Señor y buscarlo en su templo. "(Salmo 27: 4). David estaba preocupado con la persona de Dios, y también con el lugar de Dios. Ansiaba estar donde estaba Dios y contemplar su belleza. Ver el rostro de Dios es contemplar su belleza, que es la fuente de todas las bellezas menores. Dios, que es trascendente, se hizo inmanente en Jesucristo, quien es Emanuel, "Dios con nosotros" (Mateo 1:23). Dios el Hijo lanzó su tienda entre nosotros, en nuestra Tierra, como uno de nosotros (Juan 1:14). Entonces, cuando veamos a Jesús en el cielo, veremos a Dios. Como Jesucristo es Dios, y una manifestación permanente de Dios, podría decirle a Felipe: "Cualquiera que me haya visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14: 9). Ciertamente, entonces, una forma primaria en que veremos al Padre en la Nueva Tierra es a través de su Hijo, Jesús. Jonathan Edwards enfatizó a Cristo como el miembro de la Deidad que veremos: "Ver a Dios en el cuerpo glorificado de Cristo es la manera más perfecta de ver a Dios con los ojos corporales que pueden ser; porque al ver un cuerpo real, uno de esos las personas de la Trinidad han asumido que es su cuerpo, y que él habita para siempre como propio en el que la majestad y excelencia divina aparece tanto como es posible para que aparezca en forma o forma externa ". 132 Sin embargo, Jesús dijo: "Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5: 8). Y en Apocalipsis 22: 4, cuando dice "verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes", parece referirse a ver el rostro de Dios el Padre. "Dios es espíritu" (Juan 4:24). Las referencias bíblicas a las partes del cuerpo de Dios (p. Ej., "Los ojos del Señor" o "los brazos de Dios") son figuras retóricas. Sin embargo, en cierto sentido, parece que Moisés vio la brillante esencia de Dios mismo, incluso sin ver el rostro de Dios. ¿Es el brillo realmente parte de la esencia de Dios el Padre, o es una forma en la que elige revelarse a los ojos físicos? No pretendo entender cómo veremos la cara del Padre, pero parece que, en cierto sentido, lo haremos. VER A DIOS CON NUESTROS NUEVOS CUERPOS Cerca del final de La Ciudad de Dios, Agustín aborda si veremos a Dios con ojos físicos, o solo con ojos espirituales, en nuestros cuerpos de resurrección: "Es posible, de hecho, es muy probable, que luego veamos los cuerpos físicos. del cielo nuevo y la tierra nueva de tal manera que se observa a Dios con total claridad y distinción, viéndolo presente en todas partes y gobernando todo el esquema material de las cosas ... Quizás Dios sea conocido por nosotros y visible para nosotros en la sensación de que será percibido espiritualmente por cada uno de nosotros en cada uno de nosotros, percibido el uno en el otro, percibido por cada uno en sí mismo; será visto en el nuevo cielo y la tierra, en toda la creación como será entonces; será visto en cada cuerpo por medio de los cuerpos, donde sea que los ojos del cuerpo espiritual se dirijan con su mirada penetrante ". 133 El reino no debe entenderse simplemente como la salvación de ciertos individuos o incluso como el reino de Dios en los corazones de su pueblo; significa nada menos que el reinado de Dios sobre todo su universo creado ... El reino no es el ascenso ascendente del hombre a la perfección, sino el avance de Dios en la historia humana para establecer su reinado y avanzar en sus propósitos. ANTHONY HOEKEMA Un libro sobre el cielo dice: "Los redimidos verán a Dios, no, para estar seguros, con ojos físicos". ¿Pero por qué no? La escena representada en Apocalipsis 22: 3-4 llega después de nuestra resurrección corporal: "El trono de Dios ... estará en la ciudad, y sus siervos ... verán su rostro". Como seres físicos, sin duda tendremos ojos físicos. ¿De qué otra forma deberíamos esperar ver a Dios? Nuestros cuerpos de resurrección tendrán ojos físico-espirituales, no contaminados por el pecado, la enfermedad o la muerte. Verán mucho mejor que los ojos de Moisés, lo que le permitió ver una manifestación indirecta de la gloria de Dios. 134 ¿Será el Cristo al que adoramos en el cielo como Dios también un hombre? Si. "Jesucristo es el mismo ayer [cuando vivió en la Tierra] y hoy [cuando vive en el Cielo actual] y para siempre [cuando vivirá en la Nueva Tierra, en el Cielo eterno]" (Hebreos 13:8). Cristo no se puso un cuerpo como si fuera un abrigo. No contenía dos componentes separables, el hombre y Dios, para encender y apagar a voluntad. Más bien, él fue y es y será siempre un hombre y Dios. Cuando Cristo murió, podría haber parecido arrojar su humanidad; pero cuando se levantó en un cuerpo indestructible, declaró su identidad permanente como el Dios-hombre. JI Packer escribe: "Por encarnación, el Hijo se hizo más de lo que era antes, y un elemento humano se convirtió en parte integral de la vida en curso del Triuno Dios... La humanidad glorificada de Cristo, que es la plantilla y el vínculo para la glorificación que es la nuestra, debe continuar para siempre ". Este es un misterio tan grande que debería dejarnos sin aliento. 135 Job, en su angustia, gritó en una visión de sorprendente claridad: "Sé que mi Redentor vive y que al final se parará sobre la tierra. Y después de que mi piel haya sido destruida, aún en mi carne veré Dios; yo mismo lo veré con mis propios ojos, yo y no con otro. ¡Cómo anhela mi corazón dentro de mí! " (Job 19: 25-27). La anticipación de ver a Dios cara a cara, en nuestros cuerpos resucitados, es sincera y antigua. "Y todos nosotros, con la cara descubierta, contemplando la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de un grado de gloria a otro" (2 Corintios 3:18). Nuestra glorificación aumentará cuando contemplemos a Dios en su gloria. No necesitamos esperar hasta la Nueva Tierra para vislumbrar a Dios. Se nos dice que sus "cualidades invisibles" se pueden "ver claramente" en "lo que se ha hecho" (Romanos 1:20). Considere los árboles, las flores, el sol, la lluvia y las personas que lo rodean. Sí, hay devastación a nuestro alrededor y dentro de nosotros. Eden ha sido pisoteado, quemado y salvaje. Sin embargo, las estrellas en el cielo sin embargo declaran la gloria de Dios (Salmo 19:1), al igual que los animales, el arte y la música. Pero nuestra visión se ve obstaculizada por la misma maldición que infecta a toda la creación. Un día, tanto nosotros como el universo seremos curados para siempre del pecado. En ese día, veremos a Dios. VER A DIOS: NUESTRA ALEGRÍA PRIMARIA En el cielo, las barreras entre los seres humanos redimidos y Dios desaparecerán para siempre. Mirar a los ojos de Dios será ver lo que siempre hemos deseado ver: la persona que nos hizo para su propio placer. Ver a Dios será como ver todo lo demás por primera vez. ¿Por qué? Porque no solo veremos a Dios, sino que él será el lente a través del cual veremos todo lo demás: personas, nosotros mismos y los eventos de esta vida. ¿Cuál es la esencia de la vida eterna? "Para que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3). Nuestra alegría principal en el cielo será conocer y ver a Dios. Cualquier otra alegría será derivada, fluyendo de la fuente de nuestra relación con Dios. Jonathan Edwards dijo: "Dios mismo es el gran bien del cual son traídos a la posesión y el disfrute de la redención. Él es el bien más elevado y la suma de todo el bien que Cristo compró ... Los redimidos realmente disfrutarán de otras cosas ... pero lo que disfrutarán en los ángeles, o entre sí, o en cualquier otra cosa, que les produzca deleite y felicidad, será lo que se verá de Dios en ellos ". 136 Asaf dice: "¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? Y la tierra no tiene nada que yo quiera aparte de ti" (Salmo 73:25). Esto puede parecer una exageración: ¿no hay nada en la Tierra que este hombre desee sino Dios? Pero él está afirmando que los deseos centrales de nuestro corazón son para Dios. Sí, deseamos muchas otras cosas, pero al desearlas, es realmente a Dios a quien deseamos. Agustín llamó a Dios "el fin de nuestros deseos". Él oró: "Nos has hecho para ti, oh Señor, y nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en ti". 137 Supongamos que estás enfermo. Tu amigo trae una comida. ¿Qué satisface tus necesidades: la comida o el amigo? Ambos. Por supuesto, sin tu amigo, no habría comida; pero incluso sin una comida, aún atesorarías tu amistad. Por lo tanto, tu amigo es tanto tu mayor placer como la fuente de tu placer secundario (la comida). Del mismo modo, Dios es la fuente de todos los bienes menores, de modo que cuando nos satisfacen, es Dios mismo quien nos satisface. (De hecho, es Dios quien te satisface al darte el amigo que te da la comida). Cuando hablo en otra parte del libro de las alegrías multifacéticas de la vida resucitada en el nuevo universo, algunos lectores pueden pensar: Pero nuestros ojos deberían estar puestos en el dador, no en el regalo; debemos enfocarnos en Dios, no en el cielo. Este enfoque suena espiritual, pero divorcia erróneamente nuestra experiencia de Dios de la vida, las relaciones y el mundo, todo lo cual Dios nos da con gracia. Ve el reino material y a otras personas como competidores de Dios en lugar de como instrumentos que comunican su amor y su carácter. No reconoce que debido a que Dios es la principal fuente de alegría, y que todas las alegrías secundarias emanan de él, amar las alegrías secundarias en la Tierra puede ser, y en el Cielo siempre lo será, amar a Dios, su fuente. Aunque el cristoplatonismo desaprueba los placeres del mundo físico, confundiendo el ascetismo con la espiritualidad, las Escrituras dicen que debemos poner nuestra esperanza no en las cosas materiales sino en "en Dios, que nos proporciona todo para nuestro disfrute" (1 Timoteo 6:17). Si él proporciona todo para nuestro disfrute, no deberíamos sentirnos culpables por disfrutarlo, ¿verdad? Paul dice que son demonios y mentirosos quienes retratan el reino físico como no espiritual, prohíben a las personas de las alegrías del matrimonio, incluido el sexo, y "les ordenan abstenerse de ciertos alimentos, que Dios creó para ser recibidos con acción de gracias por aquellos que creen y quienes conoce la verdad. Todo lo que Dios creó es bueno, y nada debe ser rechazado si se recibe con acción de gracias, porque está consagrado por la palabra de Dios y la oración "(1 Timoteo 4:3-5). Debido a la oscuridad actual de nuestros corazones, debemos tener cuidado de no hacer ídolos con las provisiones de Dios. Pero una vez que estemos libres del pecado y estemos en la presencia de Dios, nunca tendremos que preocuparnos por poner a las personas o las cosas por encima de Dios. Eso sería impensable. (Si estuviéramos pensando claramente, sería impensable para nosotros ahora). Dios no está disgustado cuando disfrutamos de una buena comida, sexo conyugal, un partido de fútbol, un fuego acogedor o un buen libro. Él no está en el cielo frunciéndonos el ceño y diciendo: "Detente, solo deberías encontrar alegría en mí". Esto sería tan extraño para la naturaleza de Dios como nuestro Padre celestial como lo sería para el mío como padre terrenal si le di un regalo de Navidad a mis hijas y comenzara a poner mala cara porque lo disfrutaban demasiado. No, di el regalo para alegrarles a ellos y a mí; si no se complacieran, me decepcionaría. Su placer en mi regalo para ellos los acerca a mí. Estoy encantado de que disfruten el regalo. Por supuesto, si los niños se preocupan tanto por el regalo que se alejan de su padre y lo ignoran, eso es diferente. Aunque la preocupación por un regalo que Dios le dio puede convertirse en idolatría, disfrutar de ese mismo regalo con un corazón agradecido puede acercarnos a Dios. En el cielo no tendremos capacidad para convertir personas o cosas en ídolos. Cuando encontremos gozo en los dones de Dios, encontraremos nuestro gozo en él. Todas las alegrías secundarias son de naturaleza derivada. No pueden separarse de Dios. Las flores son hermosas por una razón: Dios es hermoso. Los arcoíris son impresionantes porque Dios es impresionante. Los cachorros son encantadores porque Dios es encantador. Los deportes son divertidos porque Dios es divertido. El estudio es gratificante porque Dios es gratificante. El trabajo se está cumpliendo porque Dios se está cumpliendo. Irónicamente, algunas personas que están más decididas a evitar el sacrilegio de poner las cosas delante de Dios pierden mil oportunidades diarias para agradecerle, alabarlo y acercarse a él, porque imaginan que no deberían disfrutar las mismas cosas que hizo. ayúdanos a conocerlo y amarlo. Dios es un generoso donante. "El que no escatimó en su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará, junto con él, gentilmente todas las cosas?" (Romanos 8:32). El Dios que nos dio a su Hijo se deleita en darnos "todas las cosas". Estas "todas las cosas" se suman a Cristo, pero nunca son en lugar de él: vienen, según nos dicen las Escrituras, "junto con él". Si no tuviéramos a Cristo, no tendríamos nada. Pero porque tenemos a Cristo, lo tenemos todo. Por lo tanto, podemos disfrutar de las personas y las cosas que Dios ha hecho, y en el proceso disfrutar del Dios que las diseñó y proporcionó para su placer y el nuestro. Dios da la bienvenida a las oraciones de acción de gracias por comidas, fuegos cálidos, juegos, libros, relaciones y cualquier otra cosa buena. Cuando no reconocemos a Dios como la fuente de todas las cosas buenas, no le damos el reconocimiento y la gloria que merece. Separamos la alegría de Dios, que es como tratar de separar el calor del fuego o la humedad de la lluvia. La película Babettes Feast representa una secta cristiana conservadora que evita escrupulosamente las distracciones "mundanas" hasta que la creación de una gran fiesta de una mujer abre sus ojos a la riqueza de la provisión de Dios. La fiesta de Babettes ilustra bellamente que no debemos ignorar o minimizar los lujosos y creativos dones de Dios, sino que debemos disfrutarlos y expresarle una sincera gratitud a Dios por todas las alegrías de la vida. Cuando hacemos esto, en lugar de que estas cosas nos atraigan de Dios, nos atraen a Dios. Eso es precisamente lo que harán todas las cosas y todos los seres en el Cielo: atraernos a Dios, nunca lejos de él. Todos los días deberíamos ver a Dios en su creación: en la comida que comemos, el aire que respiramos, las amistades que disfrutamos y los placeres de la familia, el trabajo y los pasatiempos. Sí, a veces debemos renunciar a los placeres secundarios, y nunca debemos dejar que eclipsen a Dios. Y debemos evitar la opulencia y el desperdicio cuando otros están necesitados. Pero debemos agradecer a Dios por todas las alegrías de la vida, grandes y pequeñas, y permitir que nos atraigan hacia él. Eso es exactamente lo que haremos en el cielo. . . Entonces, ¿por qué no empezar ahora? VER A DIOS EN TODO BIEN Se deleitan con la abundancia de tu casa; les das de beber de tu río de delicias. Porque contigo está la fuente de la vida. (Salmo 36: 8-9) Este pasaje retrata la alegría que las criaturas de Dios encuentran al deleitarse con la abundancia del cielo y al beber profundamente sus delicias. Note que esta abundancia y el río de las delicias fluyen y dependen completamente de su fuente: Dios. Él solo es la fuente de la vida, y sin él no podría haber vida ni alegría, ni abundancia ni deleites. Dios no quiere ser reemplazado o depreciado. Quiere ser reconocido como la fuente de todas nuestras alegrías, y quiere que nos acerquemos a él al participar de su creación. Mi placer en una buena comida o un buen libro es el placer en Dios. No es un sustituto de Dios, ni es una distracción de él. En palabras del Catecismo Menor de Westminster, es para lo que fui creado: "El principal objetivo del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre". 138 En Jeremías 31:34, Dios describe su futuro Reino: "Nunca más un hombre le enseñará a su prójimo, o un hombre a su hermano, diciendo: 'Conoce al Señor', porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta la mayor." Siempre habrá más para ver cuando miramos a Dios, porque su carácter infinito nunca puede agotarse. Podríamos, y lo haremos, pasar incontables milenios explorando las profundidades del ser de Dios y no estar más cerca de verlo todo que cuando comenzamos. Esta es la magnificencia de Dios y la maravilla del cielo. El teólogo Sam Storms escribe: "Constantemente estaremos más asombrados de Dios, más enamorados de Dios y, por lo tanto, cada vez más saboreando su presencia y nuestra relación con él. Nuestra experiencia de Dios nunca llegará a su consumación. Nunca finalmente llegaremos, como si al llegar a un pico descubrimos que no hay nada más allá. Nuestra experiencia de Dios nunca se volverá obsoleta. Se profundizará y desarrollará, se intensificará y amplificará, se desarrollará y aumentará, se ampliará y se hinchará ". 139 Contemplando y conociendo a Dios, pasaremos la eternidad adorando, explorando y sirviéndole, viendo su magnífica belleza en todo y en todos los que nos rodean. Agustín escribió en La ciudad de Dios: "En el mundo futuro veremos las formas materiales de los nuevos cielos y la nueva tierra de tal manera que reconoceremos de manera más distintiva a Dios en todas partes presentes y gobernando todas las cosas, tanto materiales como espirituales. ". En el nuevo universo, a medida que estudiamos la naturaleza, mientras buscamos la ciencia y las matemáticas y todos los ámbitos del conocimiento, veremos a Dios en todo, porque él está detrás de todo. 140 Muchos plebeyos en la historia habrían pensado que era la mejor experiencia ganar una audiencia con su rey humano, para encontrarse con él cara a cara. ¿Cuánto más grande será ver a Dios en su gloria? No podría haber un mayor privilegio, ni una mayor emoción. Todas nuestras exploraciones, aventuras y proyectos en el Cielo eterno, y creo que habrá muchos, palidecerán en comparación con la maravilla de ver a Dios. Sin embargo, todo lo demás que hagamos nos ayudará a ver a Dios mejor, conocerlo y adorarlo mejor. La mayor atracción de Edén era la presencia de Dios. La mayor tragedia del pecado y la Maldición fue que Dios ya no habitaba con su pueblo. Su presencia regresó de una manera pequeña pero real en el Lugar Santísimo en el Tabernáculo y el Templo. Después del exilio, Ezequiel vio la gloria shekinah de Dios, su presencia visible, abandonar el Templo y la ciudad, un día triste para Israel (Ezequiel 11:23). La gloria shekinah de Dios regresó en Cristo, quien tabernó entre nosotros (se instaló temporalmente); "Hemos visto su gloria" (Juan 1:14). La gloria de Dios reside ahora en su pueblo, el templo en el que mora (1 Corintios 3:17). Pero un día Cristo vendrá y hará un nuevo pueblo, una Nueva Tierra y un nuevo universo en el que morará entre su pueblo, plena y libremente. Dios le prometió a Simeón, un anciano "justo y devoto" que vivía en Jerusalén en el momento del nacimiento de Cristo, que no moriría hasta haber visto al Mesías. La alegría culminante de la vida de Simeón fue ver a Jesús cuando José y María lo llevaron al Templo (Lucas 2: 25-32). A nosotros también se nos ha prometido que veremos a Jesús. Como Simeón vivió su vida terrenal anticipando ver a Jesús, nosotros también deberíamos. Todo lo demás, en este mundo y en el próximo, será secundario para contemplar a nuestro Señor. Para ver a Jesús, ¿qué podría ser mayor? "Seremos como él, porque lo veremos tal como es" (1 Juan 3: 2). El apóstol Juan fue el amigo más querido de Cristo en la Tierra. Pero cuando Juan vio a Jesús en el cielo, "cayó a sus pies como muerto" (Apocalipsis 1:17). Veremos a Cristo en su gloria. Las experiencias más emocionantes en la Tierra, como el rafting, el paracaidismo o los deportes extremos, parecerán mansas en comparación con la emoción de ver a Jesús. Estar con él. Mirándolo. Hablando con él. Adorando a él Abrazándolo Comiendo con él. Caminando con él. Riendo con él. ¡Imaginalo! ¿Alguna vez nos cansaremos de alabarlo? Agustín escribe: "Dios mismo, quien es el Autor de la virtud, será nuestra recompensa. Como no hay nada mejor o mejor que Dios mismo, Dios nos lo ha prometido a sí mismo. Dios será el fin de todos nuestros deseos, a quienes se verá sin fin, amado sin empalagos y alabado sin cansancio ". 141 EL NIÑO CIEGO Y EL REY En The Happiness of Heaven, publicado en 1871, el padre J. Boudreau habla de un rey bondadoso que encuentra a un niño huérfano ciego e indigente mientras caza en un bosque. El rey lleva al niño a su palacio, lo adopta como su hijo y se ocupa de su cuidado. Él ve que el niño recibe la mejor educación. El niño está extremadamente agradecido y ama al rey, su nuevo padre, con todo su corazón. Cuando el niño cumple veinte años, un cirujano realiza una operación en sus ojos y, por primera vez, puede ver. Este niño, que alguna vez fue un huérfano hambriento, ha sido príncipe real durante algunos años, en su casa en el palacio del rey. Pero ha sucedido algo maravilloso, algo mucho mayor que la magnífica comida, jardines, bibliotecas, música y maravillas del palacio. El niño finalmente puede ver al padre que ama. Boudreau escribe: "No intentaré describir las alegrías que abrumarán el alma de este joven afortunado cuando vea por primera vez a ese rey, de cuya belleza, bondad, poder y magnificencia masculina ha escuchado tanto. Tampoco intentaré para describir las otras alegrías que llenan su alma cuando contempla su propia belleza personal, y la magnificencia de sus prendas principescas de las cuales también había escuchado tanto hasta ahora. Mucho menos intentaré imaginar su felicidad exquisita e indescriptible cuando se vea adoptado. la familia real, honrada y amada por todos, junto con todos los placeres de la vida a su alcance ... Todo esto en conjunto es una visión beatífica para él ". 142 El rescate del niño por parte de su padre es análogo a nuestra conversión. Llegamos a conocer el amor de Dios y disfrutamos de su presencia. Cuando muramos, estaremos con el Señor, y eso será maravilloso, aunque no está claro si aún veremos completamente el rostro de Dios. El gran día que esperamos es el establecimiento de los nuevos cielos y la Nueva Tierra, donde, según nos dicen, como seres resucitados veremos realmente el rostro de Dios. "La visión de Dios tiene un poder transformador", escribe Boudreau. "Así, el alma, porque solo ve a Dios como Él es, está llena de desbordamiento de todo conocimiento; se vuelve bella con la belleza de Dios, rica en su riqueza, santa con su santidad y feliz con su felicidad indescriptible". 143 C A P I T U L O 18 ¿QUÉ SIGNIFICA QUE DIOS VIVA ENTRE NOSOTROS? Si la bondad, la belleza y la maravilla de las criaturas son tan deliciosas para la mente humana, la fuente de la bondad de Dios (en comparación con las gotas de bondad que se encuentran en las criaturas) atraerá las mentes humanas excitadas por completo hacia sí misma. Tomás de Aquino En el Edén, Dios bajó a la Tierra, el hogar de la humanidad, cuando lo deseó (Génesis 3: 8). En la Nueva Tierra, Dios y la humanidad podrán encontrarse cuando lo deseen. No tendremos que salir de casa para visitar a Dios, ni Dios saldrá de casa para visitarnos. Dios y la humanidad vivirán juntos para siempre en el mismo hogar: la Nueva Tierra. Dios declara esta verdad en las Escrituras: Pondré mi morada entre ustedes, y no los aborreceré. Caminaré entre ustedes y seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. (Levítico 26:11-12) Mi morada estará con ellos; Seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. (Ezequiel 37:27) Viviré con ellos y caminaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. (2 Corintios 6:16) EL MATRIMONIO DE DIOS Y EL HOMBRE, EL CIELO Y LA TIERRA El matrimonio del Dios del Cielo con la gente de la Tierra también traerá el matrimonio del Cielo y la Tierra. No habrá dos universos, uno el hogar principal de Dios y los ángeles, el otro el hogar principal de la humanidad. Nada nos separará de Dios, y nada separará la Tierra y el Cielo. Una vez que Dios y la humanidad habitan juntos, no habrá diferencia entre el Cielo y la Tierra. La Tierra se convertirá en el Cielo, y realmente será el Cielo en la Tierra. La Nueva Tierra será el lugar de Dios, su morada. Es por eso que no dudo en llamar a la Nueva Tierra "Cielo", porque donde Dios hace su hogar es el Cielo. El propósito de Dios finalmente se logrará: "Reunir todas las cosas en el cielo y en la tierra bajo una sola cabeza, incluso Cristo" (Efesios 1:10). De hecho, puede que no haya dos universos incluso ahora. En The Divine Conspiracy, el profesor de filosofía y teología Dallas Willard argumenta que solo hay un universo, y es donde viviremos para siempre: Podemos estar seguros de que el cielo en el sentido de nuestra vida futura es solo nuestro futuro en este universo. No hay otro universo además de este. Dios creó los cielos y la tierra. Eso es. Y gran parte de la dificultad de tener una imagen creíble del cielo y el infierno hoy proviene de la tendencia de siglos de "ubicarlos" en "otra realidad" fuera del universo creado. Pero el tiempo está dentro de la eternidad, no fuera de ella. El universo creado está dentro del reino de Dios, no fuera de él. Y si hay algo que sabemos ahora sobre el universo "físico", seguramente es que sería bastante adecuado para propósitos eternos. Y dado que se ha producido, lo cual no es una duda seria, todo lo que uno podría requerir de un futuro completamente realista para la humanidad seguramente es posible. 144 Podría ser mejor, entonces, si pensamos en la ubicación del Cielo actual como no en otro universo sino simplemente como una parte de la nuestra que no podemos ver, debido a nuestra ceguera espiritual. Si eso es cierto, cuando morimos no vamos a un universo diferente sino a un lugar dentro de nuestro universo que actualmente no podemos ver. Así como las personas ciegas no pueden ver el mundo, a pesar de que existe a su alrededor, no podemos ver el Cielo en nuestra condición caída. ¿Es posible que antes del pecado y la Maldición, Adán y Eva vieran claramente lo que ahora es invisible para nosotros? ¿Es posible que el cielo mismo esté a solo centímetros de nosotros? ¿La muerte restaura una agudeza visual que alguna vez tuvimos? Willard dice: "Cuando pasamos por lo que llamamos muerte, no perdemos el mundo. De hecho, lo vemos por primera vez como realmente es". 145 LA ALEGRÍA DE UN CIELO CENTRADO EN DIOS Considere esta afirmación: "Dios mismo estará con ellos" (Apocalipsis 21: 3). ¿Por qué enfáticamente dice Dios mismo? Porque Dios no solo nos enviará un delegado. Él realmente vendrá a vivir entre nosotros en la Nueva Tierra. Como explica Steven J. Lawson, "la gloria de Dios llenará e impregnará todo el Cielo nuevo, no solo un lugar centralizado. Por lo tanto, donde sea que vayamos al Cielo, estaremos en la presencia inmediata de la gloria completa de Dios. Dondequiera que vayamos, disfrutaremos de la completa manifestación de la presencia de Dios. Durante toda la eternidad, nunca seremos separados de la comunión directa y sin obstáculos con Dios ". 146 La gloria de Dios será el aire que respiramos, y siempre respiraremos más profundo para obtener más. En el nuevo universo, nunca podremos viajar lo suficientemente lejos como para dejar la presencia de Dios. Si pudiéramos, nunca quisiéramos. Por grandes que sean las maravillas del cielo, Dios mismo es el mayor premio del cielo. El padre Boudreau escribe: "La bienaventuranza del cielo consiste esencialmente en la visión, el amor y el disfrute de Dios mismo" 147 En el cielo, por fin seremos liberados de la justicia propia y el autoengaño. Ya no cuestionaremos la bondad de Dios; lo veremos, lo saborearemos, lo disfrutaremos y lo declararemos a nuestros compañeros. Seguramente nos preguntaremos cómo podríamos haber dudado alguna vez de su bondad. Porque entonces nuestra fe será vista: veremos a Dios. Muchos enfoques contemporáneos del cielo dejan a Dios fuera o lo ponen en un papel secundario. Las cinco personas que conoces en el cielo, una novela más vendida, retrata a un hombre que se siente solo y sin importancia. Muere, va al cielo y conoce a cinco personas que le dicen que su vida realmente importaba. Descubre el perdón y la aceptación. Suena bien, pero el libro no presenta a Jesucristo como el objeto de la fe salvadora. En cambio, retrata un cielo que no se trata de Dios, sino de nosotros. Un cielo que no se trata de la gloria de Dios, sino de nuestra curación. Y un Cielo que no se trata de la gracia insondable de Dios para los pecadores que no lo merecen, sino de nuestra bondad y auto-importancia. El hombre es el centro cósmico; Dios juega un papel de apoyo. Este tipo de cielo, del cual la Biblia no sabe nada, es un lugar de auto-preocupación terapéutica en lugar de preocuparse por la persona de Cristo. 148 Jonathan Edwards dijo en un sermón de 1733: "Dios es el bien supremo de la criatura razonable, y el disfrute de él es la única felicidad con la que nuestras almas pueden estar satisfechas. Ir al cielo para disfrutar a Dios es infinitamente mejor que los alojamientos más agradables aquí. Padres y madres, esposos, esposas, hijos o la compañía de amigos terrenales, son solo sombras. Pero el disfrute de Dios es la sustancia. Estos son rayos dispersos, pero Dios es el sol. Estos son solo corrientes, pero Dios es la fuente. Estas son solo gotas, pero Dios es el océano ". 149 CIELO RELACIONADO CON LA TIERRA Dios no solo vendrá a habitar con nosotros en la Tierra, sino que también traerá con él la Nueva Jerusalén, una ciudad entera de personas, estructuras, calles, muros, ríos y árboles que ahora está en el Cielo intermedio actual. Si alguna vez has visto una casa ser reubicada, apreciarás lo enorme que es esta empresa. Dios reubicará una ciudad entera, la capital del cielo, la Nueva Jerusalén, del cielo a la tierra. Es un vasto complejo que contiene, quizás, cientos de millones de residencias. Él también traerá consigo a los habitantes humanos y a los ángeles del Cielo. Parece que Dios ya ha creado la Nueva Jerusalén: "Él ha preparado una ciudad para ellos" (Hebreos 11:16). No dice que Dios va a preparar una ciudad o incluso que se está preparando, pero que él ha preparado él. Esto sugiere que la Nueva Jerusalén, completa o casi completa, ya está allí en el Cielo actual. Cuando Dios modele la Nueva Tierra, reubicará la ciudad del Cielo a la Nueva Tierra. Es posible que aquellos en el Cielo actual ya estén viviendo en él. O puede dejarse de lado, esperando la habitación simultánea de todos sus ocupantes cuando se transfiere a la Nueva Tierra. ¡Imagina la emoción de contemplar y explorar la ciudad de Dios juntos! Estamos seguros de que cuando se eliminen las brumas de la muerte, toda la ciudad se mantendrá visible y orgullosa. Nuestra herencia es tan segura como la mañana. CALVIN MILLER El nuevo centro de gobierno de Dios será la Nueva Tierra. Esta será la respuesta final a la Oración del Señor. Se harán en la tierra, como en el cielo "(Mateo 6:10, RV). La voluntad de Dios se hará en la Nueva Tierra como ahora está en el Cielo. De hecho, la Nueva Tierra será parte del Cielo, ya que el velo entre los mundos, primero desgarrado por la Cruz y la resurrección de Cristo, será eliminado permanentemente. No habrá barrera entre la Tierra y el Cielo, o entre la humanidad y Dios. ESTAR CON DIOS Muchos libros y programas en estos días hablan sobre mensajes del reino espiritual, supuestamente de personas que han muerto y ahora hablan a través de canalizadores o medios. Afirman haber venido del cielo para interactuar con sus seres queridos, pero casi nunca hablan de Dios o expresan asombro al ver a Jesús. Pero nadie que haya estado realmente en el Cielo descuidará mencionar lo que las Escrituras muestran que es el enfoque principal. Si hubiera pasado una noche cenando con un rey, no volvería y hablaría de la configuración del lugar. Cuando al apóstol Juan se le mostró el cielo y escribió sobre él a la iglesia, él registró los detalles, pero ante todo, de principio a fin, siguió hablando de Jesús. La película de 1998 What Dreams May Come retrata el cielo como un lugar hermoso, pero lo muestra solo porque la esposa de un hombre no está allí. Sorprendentemente, alguien más está completamente ausente de la descripción de la película del Cielo: Dios. Ir al cielo sin Dios sería como una novia en su luna de miel sin su novio. Un cielo sin Dios sería como un palacio sin un rey. Si no hay rey, no hay palacio. Si no hay Dios, no hay cielo. Teresa de Ávila dijo: "Donde esté Dios, allí está el cielo". El corolario es obvio: donde sea que Dios no esté, allí está el infierno. Como lo expresó John Milton: "Tu presencia hace nuestro paraíso, y donde estás es el cielo". cielo será simplemente una extensión física de la bondad de Dios. Estar con Dios, conocerlo, verlo, es la atracción central e irreductible del Cielo. 150 151 El La presencia de Dios es la esencia del cielo (así como la ausencia de Dios es la esencia del infierno). Debido a que Dios es bello sin medida, si no supiéramos nada más que el Cielo era la morada de Dios, sería más que suficiente. La mejor parte de la vida en la Nueva Tierra será disfrutar de la presencia de Dios, tenerlo realmente morando entre nosotros (Apocalipsis 21: 3-4). Así como el Lugar Santísimo contenía la deslumbrante presencia de Dios en el antiguo Israel, la Nueva Jerusalén contendrá su presencia, pero a una escala mucho mayor, en la Nueva Tierra. El Lugar Santísimo en el Templo de Jerusalén era un cubo perfecto de treinta pies. La Nueva Jerusalén misma será un cubo perfecto, uno que se extiende mil cuatrocientas millas en cada dirección (Apocalipsis 21:16). En la Nueva Jerusalén, no habrá templo (Apocalipsis 21:22). A todos se les permitirá el acceso sin trabas a la presencia de Dios. "Bienaventurados los que ... pueden atravesar las puertas de la ciudad" (Apocalipsis 22:14). El mayor milagro del cielo será nuestro acceso a Dios. En la Nueva Jerusalén, podremos llegar físicamente, a través de puertas abiertas, al trono de Dios. ESTAR CON JESÚS Jesús prometió a sus discípulos: "Volveré y te llevaré a estar conmigo para que tú también estés donde estoy" (Juan 14: 3). Para los cristianos, morir es "estar presente con el Señor" (2 Corintios 5: 8, NKJV). El apóstol Pablo dice: "Deseo partir y estar con Cristo, que es mucho mejor" (Filipenses 1:23). Pudo haber dicho: "Deseo partir y estar en el cielo", pero no lo hizo, su mente estaba en estar con su Señor Jesús, que es el aspecto más importante del cielo. Samuel Rutherford dijo: "Oh mi Señor Jesucristo, si pudiera estar en el cielo sin ti, sería un infierno; y si pudiera estar en el infierno y tenerte quieto, sería un cielo para mí, porque tú eres todo el cielo que quiero ". Martín Lutero dijo: "Prefiero estar en el infierno con Cristo que estar en el cielo sin él". Un lugar con Cristo no puede ser el infierno, solo el cielo. Un lugar sin Cristo no puede ser el cielo, solo el infierno. 152 153 Adoraremos a Jesús como el Todopoderoso y nos inclinaremos ante él en reverencia, sin embargo, nunca sentiremos su desaprobación, porque nunca lo decepcionaremos. Nunca será infeliz con nosotros. Podremos relajarnos en el cielo. El otro zapato nunca caerá. No se caerán esqueletos de nuestros armarios. Cristo llevó cada uno de nuestros pecados. Él pagó el precio máximo para que estuviéramos por siempre libres del pecado y del miedo al pecado. Todas las barreras entre nosotros y él desaparecerán para siempre. Él será nuestro mejor amigo. Cuando Jesús ora para que estemos con él en el cielo, explica por qué: "Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde estoy, y que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste. antes de la creación del mundo "(Juan 17:24, énfasis agregado). Cuando logramos algo, queremos compartirlo con las personas más cercanas a nosotros. Del mismo modo, Jesús quiere compartir con nosotros su gloria, su persona y sus logros. No hay contradicción entre Cristo actuando para su gloria y para nuestro bien. Los dos son sinónimos. Nuestro mayor placer, nuestra mayor satisfacción, es contemplar su gloria. Como dice John Piper, "Dios es más glorificado en nosotros cuando estamos más satisfechos en él". 154 El deseo de Cristo de que veamos su gloria debería tocarnos profundamente. Qué cumplido inesperado que el Creador del universo haya hecho todo lo posible, con tal sacrificio, para prepararnos un lugar donde podamos contemplar y participar en su gloria. Jesús mora en nosotros ahora, y tal vez lo hará entonces, pero también residirá físicamente en la tierra con nosotros. ¿Alguna vez has imaginado cómo sería caminar por la tierra con Jesús, como lo hicieron los discípulos? ¿Alguna vez has deseado tener esa oportunidad? Lo harás en la Nueva Tierra. Lo que hagamos con Jesús, lo haremos con el segundo miembro del Dios trino. ¿Cómo será correr junto a Dios, reír con Dios, discutir un libro con Dios, cantar, trepar, nadar y jugar a la pelota con Dios? Jesús prometió que comeríamos con él en su reino. Esta es una intimidad con Dios impensable para cualquiera que no entienda el significado de la Encarnación. Comer con Jesús será comer con Dios. ¿CÓMO PUEDEN MILLONES DE PERSONAS ESTAR CON JESÚS Y RECIBIR ATENCIÓN PERSONAL? Después de la primera edición de este libro, esta pregunta fue una de las más frecuentes. Vale la pena considerarlo. Aunque es posible que cubramos grandes distancias a inmensas velocidades en el nuevo universo de Dios, no creo que seamos capaces de estar en dos lugares a la vez. ¿Por qué? Porque aún seremos finitos. Solo Dios es infinito. Debido a que el Cristo resucitado es tanto hombre como Dios, la cuestión de si puede estar en más de un lugar al mismo tiempo implica una paradoja no solo en el futuro, sino también en el presente. Dado que Dios hará de la tierra nueva su lugar de residencia, y dado que donde Dios habita en el cielo, continuaremos estando en el cielo mientras estemos en la tierra nueva. Porque el cielo y la tierra ya no estarán separados como lo están ahora, sino que serán uno. Pero dejar la nueva tierra fuera de consideración cuando pensamos en el estado final de los creyentes es en gran medida empobrecer la enseñanza bíblica sobre la vida futura. PETER TOON Por un lado, Jesús es un hombre, y el hombre es finito y limitado a un solo lugar. Por otro lado, Jesús es Dios, y Dios es infinito y omnipresente. En cierto sentido, entonces, una de estas verdades tiene que ceder algo a la otra. Sugiero que tal vez la humanidad de Cristo definió el alcance de su presencia en su primera venida y vida en la Tierra (la humanidad, por lo tanto, supera a la deidad al limitar la omnipresencia). Pero la deidad de Cristo bien puede definir el alcance de su presencia en su segunda venida y su vida en la Nueva Tierra (la deidad superando así la incapacidad humana normal de estar en dos lugares a la vez). Jesús tiene y siempre tendrá un solo cuerpo resucitado, de acuerdo con su humanidad. Sin embargo, ese cuerpo glorificado puede permitirle una expresión mucho mayor de sus atributos divinos que durante su vida y ministerio aquí en la Tierra. Dado que podemos decir con precisión que el funcionamiento de Jesús como hombre no le prohíbe ser Dios, también debemos decir que el funcionamiento de Jesús como Dios no le prohíbe ser hombre. Entonces, aunque no podemos concebir exactamente cómo podría suceder, creo que es completamente posible que Jesús en el futuro siga siendo un hombre mientras ejerce plenamente los atributos de Dios, incluida, al menos en cierto sentido, la omnipresencia. ¿Ya no vemos eso ahora? ¿Dónde está cristo? A la diestra de Dios (Hebreos 12:2). Justo antes de morir, Stephen lo vio allí (Hechos 7:55). Jesús permanecerá allí hasta que regrese a la tierra. En términos de su cuerpo humano, Cristo está en un lugar, y solo en uno. Pero a pesar de su ubicación fija a la diestra de Dios, Jesús está aquí ahora, con cada uno de nosotros, tal como prometió estar (Mateo 28:20). Él habita en nuestros corazones, viviendo dentro de nosotros (Efesios 3:17; Gálatas 2:20). Si incluso ahora, en este mundo manchado de pecado, él habita en aquellos que son santos y sin embargo pecadores, ¿cuánto más podrá morar en el mundo venidero cuando ningún pecado nos separe de él? Esa morada de ninguna manera será oscurecida por el pecado. En la Nueva Tierra, ¿no es probable que lo escuchemos hablar con nosotros directamente mientras él habita y con nosotros, donde sea que estemos? La oración puede ser una conversación bidireccional sin trabas, ya sea que estemos a cientos de millas de distancia en otra parte de la Nueva Jerusalén, a miles de millas de distancia en otra parte de la Nueva Tierra o a miles de años luz de distancia en el nuevo universo. Considere la promesa de que cuando Cristo regrese "todo ojo lo verá" (Apocalipsis 1: 7). ¿Cómo es eso físicamente posible? ¿Por la proyección de su imagen? Pero todos los ojos lo verán, no solo su imagen. ¿Estará en más de un lugar al mismo tiempo? Si Dios tomara forma humana varias veces, como se registra en las Escrituras, ¿no podría Cristo elegir tomar una forma para manifestarse a nosotros en un lugar distante? Si lo hizo, ¿no podría adoptar una forma temporal muy similar en apariencia a su forma física real, que en ese momento podría estar sentado en el trono en la Nueva Jerusalén? ¿Podría Jesús aparecer y caminar con nosotros en una forma temporal pero tangible que es una expresión de su cuerpo real? ¿O podría el único cuerpo de Jesús estar presente simultáneamente con su pueblo en un millón de lugares? ¿Podríamos caminar con Jesús (no solo espiritualmente, sino también físicamente) mientras millones de personas también caminan con él? ¿No podríamos tocar su mano o abrazarlo o pasar una larga tarde conversando en privado con él, no solo con su espíritu, sino con toda su persona? Puede desafiar nuestra lógica, pero Dios es capaz de hacer mucho más de lo que imaginamos. Estar con Cristo es el corazón del cielo, por lo que debemos estar seguros de que tendremos acceso sin trabas a él. ¿NOS SERVIRÁ DIOS? Jesús dijo: "Será bueno para aquellos sirvientes cuyo amo los encuentre observando cuando él venga. Les digo la verdad, se vestirá para servir, hará que se recuesten en la mesa y vendrán a esperarlos" (Lucas 12:37). Este es un pasaje asombroso. Jesús dice que el Maestro hará algo culturalmente impensable: convertirse en un sirviente de sus sirvientes. ¿Por qué? Porque los ama, y también por agradecimiento por su lealtad y servicio hacia él. ¡El Rey se convierte en un sirviente, convirtiendo a sus sirvientes en reyes! Tenga en cuenta que no solo le ordenará a sus otros sirvientes que les sirvan. Lo hará él mismo. Estaremos en el cielo solo porque "el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos" (Mateo 20:28). Debemos asentir al servicio de Cristo por nosotros (Juan 13: 8). Pero incluso en el cielo, al parecer, Jesús a veces nos servirá. ¿Qué recompensa mayor y más asombrosa podría ser la nuestra en el nuevo universo que hacer que Jesús elija servirnos? Si fuera nuestra idea de que Dios nos serviría, sería una blasfemia. Pero es su idea. Como los esposos sirven a sus esposas y los padres a sus hijos, Dios desea servirnos. "En esta montaña, el Señor Todopoderoso preparará una fiesta de comida rica para todos los pueblos" (Isaías 25: 6). Dios será el chef, nos preparará una comida. En el cielo, Dios nos abrumará con su humildad y su gracia. Tanto Dios el Padre como Dios el Hijo son retratados como reinantes en tronos en el Cielo. Pero, ¿cuál será el papel del Espíritu Santo? La respuesta no se detalla en detalle, pero podemos suponer que él estará involucrado en la creación de los nuevos cielos y la Nueva Tierra (Génesis 1:2; Isaías 32:15). Él puede continuar morando en los creyentes (Juan 16: 7). Nos dará poder para gobernar sabiamente con Cristo (Deuteronomio 34:9; Jueces 3:10). Él todavía puede mover nuestros corazones para glorificar y adorar al Padre y al Hijo (Juan 16:14; Apocalipsis 19:1-10). Continuará para siempre como su compañero en la Trinidad Triuna (Génesis 1:26; Hebreos 9:14). 155 ¿A QUIÉN ELEGIRÍAS? Si tuviera la oportunidad de pasar la noche con cualquier persona que haya vivido, ¿a quién elegiría? Probablemente alguien fascinante, conocedor y consumado. En lo alto de mi lista estarían CS Lewis, AW Tozer, Jonathan Edwards, Hudson Taylor y Charles Spurgeon. ¿O qué tal Rut, David, María, Pablo o Adán y Eva? Me encantaría conocer a Eric Liddell, el gran corredor y seguidor de Cristo representado en Chariots of Fire. Quizás elegirías a alguien hermoso y talentoso. Tal vez espere que al final de la noche él o ella hayan disfrutado de su compañía lo suficiente como para querer pasar tiempo con usted nuevamente. ¿Es Jesús la primera persona que elegirías? ¿Quién es más hermoso, talentoso, conocedor, fascinante e interesante que él? La buena noticia es que te eligió a ti. Si eres cristiano, estarás con él por la eternidad y disfrutarás de conversaciones y experiencias fascinantes sin fin. Increíblemente, él también disfrutará de su compañía y la mía. Después de todo, pagó el precio máximo para poder llevarnos a su casa por toda la eternidad. A la mayoría de nosotros nos encantaría pasar la noche con un gran autor, músico, artista o jefe de estado. Dios es el artista maestro que creó el universo, el inventor de la música, el autor y el personaje principal del drama de redención que se desarrolla. ¿Jefe de Estado? Es el rey del universo entero. Sin embargo, si alguien dice: "Quiero ir al cielo para estar con Dios para siempre", otros se preguntan, ¿no sería aburrido? Que estamos pensando Las mismas cualidades que admiramos en los demás, cada una de ellas, son ciertas de Dios. Él es la fuente de todo lo que encontramos fascinante. ¿Quién hizo a Bach, Beethoven y Mozart? ¿Quién les dio sus regalos? ¿Quién creó la música en sí y la capacidad de interpretarla? Todo lo que es admirable y fascinante en los seres humanos proviene de su creador. OCULTOS CON CRISTO EN DIOS En cierto sentido, ya estamos en el cielo con Cristo: "Ya que, entonces, has sido resucitado con Cristo, pon tus corazones en las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. Pon tus mentes en las cosas de arriba, no en las cosas terrenales. Por tu muerte, y tu vida ahora está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, quien es tu vida, aparece, entonces tú también aparecerás con él en gloria "(Colosenses 3: 1-4, énfasis agregado) Nuestro vínculo íntimo con Cristo en su obra redentora nos hace inseparables de él, incluso ahora. Mientras caminamos con él y comulgamos con él en este mundo, experimentamos un leve anticipo de los placeres y maravillas del Cielo. Aunque es cierto que Cristo está con nosotros y dentro de nosotros mientras estamos en la Tierra, también funciona en la otra dirección: estamos unidos con Cristo, tanto que estamos sentados con él en el Cielo: "Dios nos levantó con Cristo y nos sentó con él en los reinos celestiales en Cristo Jesús "(Efesios 2: 6). Observe que la siguiente descripción, escrita para los creyentes vivos en la Tierra, está en tiempo presente perfecto (no futuro), que expresa una acción completa: "Has venido al Monte Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Has venido a miles y miles de ángeles en alegre asamblea, a la iglesia de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo. Has venido a Dios, el juez de todos los hombres, a los espíritus de los justos hechos perfectos "(Hebreos 12:22-23). En un sentido metafísico, ya hemos entrado en la comunidad del Cielo. Al vernos a nosotros mismos como parte de la sociedad celestial, podemos aprender a regocijarnos ahora de lo que se alegran los residentes del Cielo. Se regocijan en Dios, su gloria, su gracia y su belleza. Se regocijan en los pecadores arrepentidos, la fidelidad de los santos y la semejanza de Cristo, y la belleza de la creación de Dios. Se regocijan en el triunfo final del Reino de Dios y el juicio venidero del pecado. El cielo, entonces, no es solo nuestro futuro hogar. Ya es nuestra casa, esperando en la próxima colina. Si realmente comprendemos esta verdad, tendrá un profundo efecto en nuestra santidad. Un hombre que se ve a sí mismo sentado con Cristo en el cielo, en la presencia de un Dios al que los ángeles gritan: "Santo, santo, santo", no pasará sus tardes viendo pornografía en Internet. No es de extrañar que el diablo esté tan decidido a evitar que entendamos nuestra posición en Cristo, ya que, si nos vemos en el cielo con Cristo, seremos atraídos a adorarlo y servirlo aquí y ahora, creando ondas en las aguas del cielo que se extenderán hacia afuera por toda la eternidad. C A P I T U L O 19 ¿CÓMO ADORAREMOS A DIOS? ¿Cuál es la esencia del cielo? ... [Es la] visión beatífica, amor y disfrute del Dios trino. Porque las tres personas divinas tienen una visión infinitamente perfecta y amor y disfrute de la esencia divina y la una de la otra. Y en este conocimiento, amor y disfrute infinitos se encuentra la vida misma del Dios trino, la esencia misma de su felicidad infinita e infinita. Para que los bendecidos sean infinitamente y supremamente felices, entonces deben compartir en la vida misma del Dios trino, en la vida divina que los hace infinitamente felices. EJ Fortman Alguna vez más en la oración o adoración colectiva o durante un paseo por la playa por unos momentos experimentó la misma presencia de Dios? Es un encuentro tentador, pero para la mayoría de nosotros tiende a desaparecer rápidamente en las distracciones de la vida. ¿Cómo será contemplar el rostro de Dios y nunca distraerse con cosas menores? ¿Cómo será cuando cada cosa menor nos señale sin fallas a Dios? Hoy en día, muchos cristianos han llegado a menospreciar o ignorar la visión beatífica, suponiendo que contemplar a Dios sería un mero interés pasajero, volviéndose monótono con el tiempo. Pero aquellos que conocen a Dios saben que él es cualquier cosa menos aburrido. Ver a Dios será dinámico, no estático. Significará explorar nuevas bellezas, descubrir nuevos misterios, para siempre. Exploraremos el ser de Dios, una experiencia deliciosa más allá de la comprensión. La sensación de asombro con los ojos abiertos que vemos entre los habitantes del Cielo en Apocalipsis 4-5 sugiere una apreciación cada vez más profunda de la grandeza de Dios. Eso no es todo lo que hay en el Cielo, pero si lo fuera, sería más que suficiente. En el cielo, estaremos en casa con el Dios que amamos y que nos ama de todo corazón. Los amantes no se aburren el uno al otro. Las personas que aman a Dios nunca podrían aburrirse en su presencia. Recuerde, los miembros de la Deidad trina existen en una relación eterna entre ellos. Ver a Dios es participar en el deleite infinito de su comunión. ADORACIÓN TODO COMPLETO La mayoría de la gente sabe que adoraremos a Dios en el cielo. Pero no comprenden lo emocionante que será eso. Multitudes del pueblo de Dios, de cada nación, tribu, pueblo e idioma, se reunirán para cantar alabanzas a Dios por su grandeza, sabiduría, poder, gracia y poderosa obra de redención (Apocalipsis 5:13-14). Abrumados por su magnificencia, nos postraremos de felicidad sin límites y diremos: "Alabanza, gloria, sabiduría, gracias, honor, poder y fuerza sean para nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén". (Apocalipsis 7:9-12). Las personas del mundo siempre se esfuerzan por celebrar, simplemente carecen de las razones principales para celebrar (y por lo tanto encuentran razones menores). Como cristianos, tenemos esas razones: nuestra relación con Jesús y la promesa del cielo. "Ahora la morada de Dios está con los hombres, y él vivirá con ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios" (Apocalipsis 21:3). ¿Esto te emociona? Si no es así, no estás pensando correctamente. Me parece irónico que muchas personas estereotipan la vida en el cielo como un servicio interminable de la iglesia. Aparentemente, asistir a la iglesia se ha convertido en sinónimo de aburrimiento. Sin embargo, conocer a Dios, cuando realmente sucede, será mucho más estimulante que una gran comida, un juego de póker, cazar, cultivar un huerto, escalar montañas o ver el Super Bowl. Incluso si fuera cierto (no lo es) que los servicios de la iglesia deben ser aburridos, no habrá servicios de la iglesia en el Cielo. La iglesia (el pueblo de Cristo) estará allí. Pero no habrá templo, y hasta donde sabemos, no habrá servicios (Apocalipsis 21:22). ¿Siempre nos dedicaremos a la adoración? Si y no. Si tenemos una visión estrecha de la adoración, la respuesta es no. Pero si tenemos una visión amplia de la adoración, la respuesta es sí. Como explica Cornelius Venema, la adoración en el cielo lo abarcará todo: "Ninguna actividad legítima de la vida, ya sea en el matrimonio, la familia, los negocios, el juego, la amistad, la educación, la política, etc., escapa a las pretensiones del reinado de Cristo ... Ciertamente, aquellos que viven y reinarán con Cristo para siempre encontrarán la diversidad y complejidad de su adoración a Dios no menos, sino más rica, en la vida venidera. Cada actividad legítima de la nueva vida creadora será incluida dentro de la vida de adoración del pueblo de Dios. ". 156 ¿Estaremos siempre de bruces a los pies de Cristo para adorarlo? No, porque las Escrituras dicen que haremos muchas otras cosas: vivir en moradas, comer y beber, reinar con Cristo y trabajar para él. La escritura muestra a personas de pie, caminando, viajando dentro y fuera de la ciudad, y reuniéndose en fiestas. Al hacer estas cosas, no estaremos en nuestras caras ante Cristo. Sin embargo, todo lo que hagamos será un acto de adoración. Disfrutaremos de una comunión plena e ininterrumpida con Cristo. A veces esto irá en aumento a mayores alturas de alabanza a medida que nos reunimos con las multitudes que también lo adoran. La adoración implica más que cantar y orar. A menudo adoro a Dios mientras leo un libro, voy en bicicleta o salgo a caminar. Lo estoy adorando ahora mientras escribo. Sin embargo, con demasiada frecuencia estoy distraído y no reconozco a Dios en el camino. En el cielo, Dios siempre será el primero en mi pensamiento. Incluso ahora, se nos dice: "Alégrate siempre; ora continuamente; da gracias en todas las circunstancias" (1 Tesalonicenses 5:16-18). Que Dios espera que hagamos muchas otras cosas, como trabajar, descansar y estar con nuestras familias, muestra que debemos ser felices, orar y dar gracias mientras hacemos otras cosas. ¿Alguna vez ha pasado un día o varias horas cuando sintió la presencia de Dios mientras caminaba, trabajaba, cultivaba, conducía, leía o lavaba los platos? Esos son anticipos del Cielo, no porque no estamos haciendo nada más que adorar, sino porque estamos adorando a Dios como hacemos todo lo demás. En el cielo, donde todos adoran a Jesús, nadie dice: "Ahora vamos a cantar dos himnos, seguidos de anuncios y oraciones". El canto no es ritual sino alabanza espontánea (Apocalipsis 5:11-14). Si alguien lo rescatara a usted y a su familia de un daño terrible, especialmente a un gran costo para sí mismo, nadie necesitaría decirle: "Mejor diga gracias". Por su cuenta, lo colmaría de elogios. Aún más, cantarás las alabanzas de tu Salvador y contarás sus obras que salvan vidas. En 2003, cuando las estatuas de Saddam Hussein estaban siendo demolidas en Bagdad, un comentarista de televisión dijo algo tan sorprendente que lo escribí. Él dijo: "Estas personas están acostumbradas a salir a las calles y alabar a Saddam. Si no lo hicieron, fueron castigadas. Tenía una política de adulación obligatoria". Dios busca adoradores (Juan 4:23). Pero no tiene una política de adulación obligatoria. La respuesta de sus hijos a él es voluntaria. Una vez que veamos a Dios como realmente es, nadie tendrá que rogarnos, amenazarnos o avergonzarnos para que lo alabemos. Nos desbordaremos de gratitud y alabanza. Somos creados para adorar a Dios. No hay mayor placer. A veces nos perdemos en elogios, haciendo nada más que adorarlo. En otras ocasiones, lo adoraremos cuando construyamos un gabinete, pintemos un cuadro, cocinemos una comida, hablemos con un viejo amigo, salgamos a caminar o arrojemos una pelota. POR QUÉ LA ADORACIÓN NO PUEDE SER ABURRIDA Algunos temas se vuelven menos interesantes con el tiempo. Otros se vuelven más fascinantes. Nada es más fascinante que Dios. Cuanto más profundizamos en su ser, más queremos saber. Una canción lo pone de esta manera: "A medida que se desarrolle la eternidad, la emoción de conocerlo crecerá". 157 Nunca perderemos nuestra fascinación por Dios a medida que lo conocemos mejor. La emoción de conocerlo nunca disminuirá. El deseo de conocerlo mejor motivará todo lo que hacemos. Imaginar que adorar a Dios podría ser aburrido es imponer al cielo nuestras malas experiencias de la llamada adoración. Satanás está decidido a hacer que la iglesia sea aburrida, y cuando lo es, asumimos que el Cielo también lo será. Pero la iglesia puede ser emocionante y adorar es estimulante. Eso es lo que será en el cielo. Veremos a Dios y entenderemos por qué los ángeles y otras criaturas vivientes se deleitan en adorarlo. Los corazones en la tierra pueden decir en el transcurso de una experiencia alegre: "No quiero que esto termine nunca". Pero invariablemente lo hace. Los corazones de los que están en el cielo dicen: "Quiero que esto continúe para siempre". Y lo hará. No hay mejor noticia que esta. JI PACKER ¿Has conocido personas que no podrían ser aburridas si lo intentaran? Algunas personas son simplemente fascinantes. Parece que podría escucharlos para siempre, corte no realmente. Eventualmente, me sentiría como si hubiera tenido suficiente. Pero nunca podemos tener suficiente de Dios. No hay fin a lo que sabe, no hay fin a lo que puede hacer, no hay fin a quién es. Él es fascinante con las profundidades de su ser, y esas profundidades nunca se agotarán. No es de extrañar que aquellos en el cielo siempre redirijan sus ojos hacia él, no quieren perderse nada. A veces durante el día, mientras trabajo en mi oficina, me encuentro de rodillas agradeciendo a Dios por su bondad. Cuando como con mi esposa, hablo con un amigo o saco a pasear a nuestro perro, adoro a Dios por su bondad. El mundo está lleno de elogios: la Nueva Tierra se desbordará con ellos. He encontrado una gran alegría en los momentos en que me he perdido en la adoración, muchos de ellos durante los servicios religiosos, pero son demasiado fugaces. Si alguna vez probaste la verdadera adoración, anhelas más, nunca menos. "Hablen entre sí con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y hagan música en su corazón al Señor, siempre dando gracias a Dios Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo" (Efesios 5:19-20) La música que hacemos no es canto congregacional. Está en nuestros corazones y en nuestra vida diaria. ¿Alguien ha hecho algo por ti que te haga sentir tan agradecido que no puedas dejar de decir gracias? Así es como debemos sentirnos acerca de Dios. La santidad de Dios que abrumaba a Isaías será completamente absorbente para los corazones santificados. JC Ryle escribe: "Sin la santidad en la tierra, nunca estaremos preparados para disfrutar del cielo. El cielo es un lugar santo, el Señor del cielo es un ser santo, los ángeles son criaturas santas. La santidad está escrita en todo en el cielo ... ¿Cómo podremos estar en casa y felices en el cielo si morimos impíos? " 158 En el cielo, adorar a Dios no se limitará a un tiempo publicado en un letrero que nos diga cuándo comenzar y parar. Permeará nuestras vidas, energizará nuestros cuerpos y alimentará nuestra imaginación. CRISTO Y SU NOVIA Jonathan Edwards dijo de las personas en el cielo: "A medida que aumenten el conocimiento de Dios y de las obras de Dios, más verán su excelencia; y cuanto más vean su excelencia ... más lo amarán; y cuanto más aman a Dios, más deleite y felicidad ... tendrán en él ". 159 Jesús llamó a sus discípulos amigos (Juan 15:15). Él también nos mira con profundo afecto. La buena amistad se caracteriza por el crecimiento. La amistad con el Dios del cielo tiene más espacio para crecer debido a su inagotable grandeza. Sin embargo, nuestra relación con Cristo va más allá de la amistad. "Bienaventurados los que están invitados a la cena de bodas del Cordero" (Apocalipsis 19: 9). Es asombroso que nos inviten a la boda del Rey. Lo que es más que sorprendente es que seremos su novia. (¡Piense en eso por unos pocos millones de años!) Existe una intimidad entre el esposo y la esposa que incluye una amistad cercana pero que también la trasciende. El regreso de Cristo señalará no solo al Padre rescatando a sus hijos sino también al Novio rescatando a su novia. Como iglesia, somos parte de la última historia de Cenicienta, rescatada de un hogar donde trabajamos, a menudo sin aprecio ni recompensa. Un día nos llevarán a los brazos del Príncipe y nos llevarán a vivir a su palacio. Cuando "la boda del Cordero ha llegado" (Apocalipsis 19:7), la Nueva Jerusalén, que consiste no solo en edificios sino también en el pueblo de Dios, descenderá del cielo, "preparada como una novia bellamente vestida para su esposo" (Apocalipsis 21:2); "Y su novia se preparó. Se le dio ropa de lino fino, brillante y limpio" (Apocalipsis 19:7-8). Los ojos del universo estarán puestos en el Novio, pero también en la novia por la que murió. Tengo vívidos recuerdos de la belleza pura de mi esposa e hijas en sus vestidos de novia. La iglesia, la novia de Cristo, también debe caracterizarse por la pureza, como un regalo apropiado para nuestro Novio, el príncipe heredero que nos ha sido completamente fiel. Si tuviera que preguntarle: "¿Qué significa el lino fino que lleva la novia?" puede inclinarse a decir: "La justicia de Cristo que nos cubre". Sin embargo, el texto dice algo diferente: "El lino fino representa los actos justos de los santos" (Apocalipsis 19: 8). Es solo por el trabajo del Novio que la princesa elegida, la iglesia, puede entrar en la presencia de su Señor. Sin embargo, su vestido de novia está entretejido a través de sus muchos actos de fidelidad mientras está lejos de su Novio en la Tierra caída. La imagen es convincente. Cada oración, cada regalo, cada hora de ayuno, cada amabilidad hacia los necesitados, todos estos son los hilos que se han tejido en este vestido de novia. Sus obras han sido potenciadas por el Espíritu, y ha pasado su vida en la Tierra cosiendo su vestido de novia para el día en que se unirá a su amado Novio. Esto nos da una razón maravillosa para seguir con vida, a pesar de que estamos separados de nuestra amada. ¿Por qué? Porque todavía no hemos terminado de coser nuestro vestido de novia. La boda se acerca, sin embargo, hay más que hacer para presentarnos puros ante nuestro Señor. Estamos ansiosos por su regreso, pero no nos quedamos sin hacer nada. Parte de nosotros quiere menos días entre ahora y la boda, porque estamos ansiosos por estar con nuestra amada en nuestro nuevo hogar. Pero otra parte quiere más días para prepararse mejor para la boda, para coser nuestro vestido a través de actos de servicio fiel a Dios. Las imágenes son hermosas, pero potencialmente inquietantes. Una novia pura no quiere aparecer escasamente vestida en el altar ante su amado Novio y una multitud de invitados. Pero si ha sido diligente en prepararse, su vestido será sustancial y completo. ABSORBENTE, PERO NO ABSORBIDO Debemos distinguir la promesa bíblica de ver a Dios de las creencias del budismo, el hinduismo o el misticismo de la Nueva Era, en el que la individualidad es borrada o asimilada en el Nirvana. Aunque Dios estará absorbiendo, no seremos absorbidos por él. Aunque podemos sentirnos perdidos en la inmensidad de Dios, no perderemos nuestra identidad cuando lo veamos. En cambio, lo encontraremos. "El que pierda su vida por mí, la encontrará" (Mateo 16:25). "El pueblo de Dios no será absorbido ni participará de manera inmediata del ser de Dios", escribe Cornelius Venema. "El pueblo de Dios lo verá sin ninguna de las limitaciones pecaminosas del presente. Ningún estupor inducido por el pecado, la falta de audición ni la ceguera de visión oscurecerán la belleza de Dios de su conocimiento". 160 No conoceremos a Dios exhaustivamente, pero lo conoceremos con precisión. Ya no vamos a torcer y distorsionar la verdad sobre Dios. Algunos han retratado la visión beatífica como una búsqueda en la cual cada persona busca a Dios individualmente. Es característico de nuestra independencia cultural occidental que pensemos en el Cielo de maneras altamente individualizadas. Pero Dios también nos ve corporativamente, como la novia de Cristo, como parte de una gran comunidad eterna en la que amaremos a nuestro Señor juntos y emprenderemos actividades cooperativas para su gloria. Siempre seremos individuos, pero el Cielo no será un lugar de individualismo. No somos novias individuales de Cristo; Somos colectivamente la novia de Cristo. Cristo no es un polígamo. Se casará con una novia, no con millones. Nos pertenecemos y nos necesitamos. Debemos proteger no solo nuestra propia pureza, sino también la de los demás. Nosotros somos guardianes de nuestros hermanos. El hecho de que innumerables cristianos profesantes no formen parte de una iglesia local atestigua nuestra espiritualidad demasiado individualizada. Las Escrituras enseñan que nos necesitamos unos a otros y que no debemos retirarnos de la comunión, instrucción o responsabilidad de los demás. No es bíblico imaginar que podemos buscar exitosamente a Dios por nuestra cuenta (Hebreos 10:25). Debido a que seremos parte de una comunidad de santos que constituye la novia de Cristo por la eternidad, y porque lo adoraremos y le serviremos juntos, para prepararnos adecuadamente para el Cielo debemos ser parte de una iglesia ahora. SIN RIVALIDAD ENTRE CRISTO Y EL CIELO Un hombre dijo a algunos de nosotros en una reunión: "Me encuentro anhelando el cielo". Después de irse, alguien me dijo: "¿No debería estar anhelando a Dios, no al Cielo?" Esto puede sonar espiritual, pero ¿lo es? Las Escrituras hablan positivamente de "anhelar un país mejor" (Hebreos 11:16). No conozco el corazón del hombre, pero su declaración estaba bíblicamente justificada. El tipo correcto de anhelo por el Cielo es un anhelo por Dios, y anhelar por Dios es anhelar por el Cielo. Si entendemos qué es el Cielo (la morada de Dios) y quién es Dios, no veremos ningún conflicto entre los dos. Una mujer que anhela reunirse con su esposo bien podría decir: "Solo quiero irme a casa". A menudo me hacen la siguiente pregunta de varias maneras: "¿Por qué hablar del cielo cuando podemos hablar de Jesús?" La respuesta es que los dos van juntos. Fuimos creados para una persona (Cristo) y un lugar (el cielo). No hay rivalidad entre Cristo y el cielo. Cualquier novia enamorada de su esposo quiere estar con él más que nada. Pero si él se va a construir un lugar hermoso para ella, ¿no se emocionará al respecto? ¿No pensará y hablará sobre ese lugar? Por supuesto. ¡Además, él quiere que lo haga! Si él le dice: "Voy a preparar un lugar para ti", está insinuando, "Quiero que lo esperes con ansias". Su amor y anhelo por el lugar que él está preparando, donde ella vivirá con él, es inseparable de su amor y anhelo por su esposo. Algunos suponen erróneamente que las maravillas, las bellezas, las aventuras y las maravillosas relaciones del Cielo deben competir de alguna manera con quien las creó. Dios no teme que nos entusiasmemos demasiado con el cielo. Después de todo, las maravillas del cielo no son nuestra idea, son suyas. No hay dicotomía entre anticipar las alegrías del Cielo y encontrar nuestro gozo en Cristo. Todo es parte del mismo paquete. Las maravillas de los nuevos cielos y la Nueva Tierra serán un medio primario por el cual Dios se revela y nos ama. Imagine a Adán y Eva en el Jardín del Edén. Eve le dice a Adam: "¿No es magnífico este lugar? El sol se siente maravilloso en mi cara, el cielo azul es hermoso. Estos animales son una delicia. Prueba el mango, ¡está delicioso!" ¿Te imaginas a Adán respondiendo: "Tu enfoque está completamente equivocado, Eva. No deberías pensar en la belleza, el refresco y la fruta deliciosa. Todo lo que debes pensar es en Dios". Adán nunca diría eso, porque al pensar en estas cosas, Eva estaría pensando en Dios. Del mismo modo, nuestro disfrute de lo que Dios nos ha proporcionado debe ser inseparable de adorarlo, glorificarlo y apreciarlo. Dios es honrado por nuestro agradecimiento, gratitud y disfrute de él. He oído decir que "Dios, no el cielo, es nuestra herencia". Bueno, Dios es nuestra herencia (Salmo 16: 6), pero también lo es el Cielo (1 Pedro 1:3-4). Dios y el cielo, la persona y el lugar, están tan íntimamente conectados que a veces se hace referencia a ellos indistintamente. El hijo pródigo confesó: "He pecado contra el cielo" (Lucas 15:18,21). Juan el Bautista dijo: "Un hombre solo puede recibir lo que le fue dado del cielo" (Juan 3:27). ¿Por qué no dijo Dios en lugar de Cielo} Porque Dios se hizo tan íntimamente identificado con el Cielo. Es su lugar. Y esa es su idea, no la nuestra. Podría habernos ofrecido su persona sin su lugar. Pero no lo hizo. Entonces, pensar en el cielo no debe verse como un obstáculo para conocer a Dios, sino como un medio para conocerlo. El Dios infinito se nos revela en expresiones tangibles y finitas. Junto al Cristo encarnado, el Cielo nos dirá más sobre Dios que cualquier otra cosa. Algunas personas me han dicho: "Solo quiero estar con Jesús, no me importa si el cielo es una choza". Bueno, a Jesús le importa. Él quiere que anticipemos el Cielo y disfrutemos de la magnificencia del mismo, sin decir: "No me importa" o "Sería igual de feliz en una choza". Cuando visitas a tus padres en la casa donde creciste, no es un insulto decirles "Me encanta este lugar". Es un cumplido. Se deleitarán con eso, no se resentirán. Cada pensamiento del Cielo debe mover nuestros corazones hacia Dios, así como cada pensamiento de Dios moverá nuestros corazones hacia el Cielo. Es por eso que Pablo podría decirnos que fijemos nuestros corazones en el Cielo, no solo "pongan sus corazones en Dios". Hacer uno es hacer el otro. El cielo no será un ídolo que compita con Dios, sino un lente por el cual vemos a Dios. Si pensamos pensamientos indignos del cielo, pensamos pensamientos indignos de Dios. Es por eso que las caricaturas convencionales del cielo hacen un terrible mal servicio a Dios y afectan negativamente nuestra relación con él. Si llegamos a amar más al Cielo —el Dios del Cielo retrata en las Escrituras— inevitablemente amaremos a Dios más. Si el cielo llena nuestros corazones y mentes, Dios llenará nuestros corazones y mentes. Los que aman a Dios deberían pensar más a menudo en el cielo, no menos. SECCIÓN SIETE EL GOBIERNO EN LA NUEVA TIERRA C A P I T U L O 20 ¿QUÉ IMPLICA EL REINO ETERNO DE DIOS? ¿Por qué no sabemos: el país cuyos ciudadanos somos? Porque nos hemos alejado tanto que lo hemos olvidado. Pero el Señor Cristo, el rey de la tierra, vino a nosotros y expulsó el olvido de nuestro corazón. Dios tomó para sí nuestra carne para que pudiera ser nuestro camino de regreso. Agustín Si se va a describir un reino, ¿qué elementos incluiría? Un rey, ciertamente, y sujetos a gobernar, pero ¿qué más? Para ser descrito correctamente como un reino, ¿no tendría que incluir también territorio, un gobierno y una cultura? ¿Por qué, entonces, cuando pensamos en el Reino de Dios, a menudo pensamos solo en el Rey y sus súbditos, pero dejamos de lado el territorio y la cultura? Espiritualizamos el Reino de Dios, percibiéndolo como de otro mundo e intangible. Pero las Escrituras nos dicen lo contrario. ¿JESÚS DIJO QUE SU REINO NO ERA DE LA TIERRA? Cuando Jesús dijo a los fariseos: "Yo no soy de este mundo" (Juan 8:23), no quiso decir "no estoy en o en este mundo." Más bien, estaba hablando de su lugar de origen. Su reino no es del mundo porque no es del mundo. No se originó aquí. Además, no está contaminado por la Tierra caída y opera según diferentes principios. Cuando Jesús fue juzgado, le dijo a Pilato: "Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis sirvientes lucharían para evitar que los judíos me arrestaran. Pero ahora mi reino es de otro lugar ... Tú eres justo al decir que soy un rey. De hecho, por esta razón nací, y por esto vine al mundo "(Juan 18:36-37). Cuando Jesús dijo: "Mi reino no es de este mundo", no quiso decir que su reino no estaría en esta tierra después de que se haya transformado. Quiso decir que su Reino no es de esta tierra como lo es ahora, bajo la Maldición. A pesar de que el Reino de Cristo no es de la tierra, que se extiende a la tierra, y un día será plenamente incluir la tierra y se centró en ella. El Reino de Cristo toca este mundo a través de su Espíritu interno, la presencia de la iglesia y su reino providencial. Por lo tanto, Jesús podría decir: "El reino de Dios está cerca de ti" (Lucas 10: 9). Podría decir de los niños pequeños: "El reino de los cielos pertenece a personas como estas" (Mateo 19:14). Es importante distinguir entre lo que es "mundano" y lo que es terrenal y físico. La creación de Dios es terrenal (Génesis 1:31). El producto de la cultura humana caída es mundano (Romanos 12:1-2; Tito 2:12). Del mismo modo, lo que es del cuerpo está hecho por Dios, mientras que lo que es de la "carne" (sarx) está bajo el principio del pecado que domina nuestra humanidad caída (Romanos 7:5,18). Sin embargo, carne no es una palabra universalmente negativa. Se dice que Jesús repetidamente tuvo sarx, o "carne" (1 Timoteo 3:16; Hebreos 2:14; 2 Juan 1:7), pero no tuvo pecado; por lo tanto, carne y pecado no pueden ser sinónimos. Aunque nuestros cuerpos físicos están bajo pecado y pueden ser instrumentos de pecado, no son la fuente principal del pecado. Se nos ordena "ofrecer las partes de su cuerpo a [Dios] como instrumentos de justicia" (Romanos 6:13). Al hacerlo, nuestros cuerpos recuperan su propósito original de ser instrumentos de un espíritu, corazón o mente justos. Y eso es lo que serán para siempre después de nuestra resurrección corporal. JESÚS, DIGNO REY DE LA NUEVA TIERRA Apocalipsis 5: 1-10 representa una escena poderosa en el cielo actual. Dios el Padre, el gobernante del cielo, se sienta en el trono con un pergamino sellado en su mano derecha. Lo que está sellado, con siete sellos, para evitar cualquier posibilidad de que el documento haya sido alterado, es la voluntad del Padre, su plan para la distribución y administración de su patrimonio. En este caso, el derecho de propiedad es la tierra, que incluye a su gente. Dios tenía la intención de que el mundo fuera gobernado por humanos. Pero, ¿quién se presentará para abrir el documento y recibir la herencia? John escribe: "Lloré y lloré porque no se encontró a nadie que fuera digno de abrir el pergamino o mirar dentro" (Apocalipsis 5: 4). Debido al pecado humano, la humanidad y la tierra han sido corrompidas. Ningún hombre es digno de asumir el papel que Dios pretendía para Adán y sus descendientes. Adán demostró ser indigno, como lo hicieron Abraham, David y cualquier otra persona en la historia. Pero justo cuando parece que el diseño de Dios para la humanidad y la tierra se verá frustrado para siempre, el texto continúa en gran drama: "Entonces uno de los ancianos me dijo: '¡No llores! Mira, el León de la tribu de Judá, La raíz de David ha triunfado. Puede abrir el pergamino y sus siete sellos. Entonces vi un Cordero, que parecía muerto, parado en el centro del trono, rodeado por las cuatro criaturas vivientes y los ancianos ... Él vino y tomó el pergamino de la mano derecha del que estaba sentado. el trono. Y cuando lo tomó, las cuatro criaturas vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero ... Y cantaron una nueva canción: 'Eres digno de tomar el pergamino y abrir sus sellos, porque fuiste asesinado, y con tu sangre compraste hombres para Dios de todas las tribus, lenguas, pueblos y naciones '"(Apocalipsis 5:5-9). Un viejo teólogo dijo una vez: "¿Quién regaña a un sirviente por quitarle el primer plato de un festín cuando el segundo consiste en manjares mucho mayores?" Entonces, ¿quién puede lamentar que este mundo presente fallezca cuando ve que se acerca un mundo eterno de alegría? El primer curso es la gracia, pero el segundo es la gloria, y eso es mucho mejor que la fruta es mejor que la flor. CHARLES SPURGEON Todo ser finito, angelical y humano, se asombra de este hombre y de lo que ha hecho. El Padre, que se sienta en el trono del cielo, nunca morirá. En cambio, el heredero, el amado primogénito, ha muerto. Fue asesinado para poder "comprar hombres para Dios", y no solo una pequeña representación de la humanidad caída, sino "de cada tribu e idioma y pueblo y nación" (Apocalipsis 5:9). El pasaje culmina con una declaración sobre los seguidores de Cristo: "Hiciste que fueran un reino y sacerdotes para servir a nuestro Dios, y reinarán en la tierra" (Apocalipsis 5:10). El Salmo 2 habla de Cristo gobernando "con un cetro de hierro" y aplastando a las naciones "como cerámica" (v. 9), una referencia al regreso del Mesías, el juicio y quizás su reinado milenario. Pero una vez que ingresamos a los nuevos cielos y a la Nueva Tierra, no hay una regla de hierro ni se hacen pedazos, ya no hay más rebelión, pecado o muerte. Vencer el pecado no significa el fin del gobierno de Cristo. Significa el final de su gobierno impugnado y el comienzo de su gobierno eternamente impugnado, cuando delegará el gobierno terrenal a sus coherederos. Si entendiéramos el plan inalterado de Dios para que su pueblo ejerza dominio sobre la tierra, no nos sorprendería encontrar en la Nueva Tierra que todavía existen naciones y que los reyes entran en la Nueva Jerusalén trayendo tributo al Rey de reyes (Apocalipsis 21: 24,26). LA IMPORTANCIA DE LA TIERRA Un componente esencial de anykingdom es la tierra. No siempre estoy de acuerdo con David Chilton, pero creo que tiene razón cuando dice en Paraíso restaurado: "Cuando Dios creó a Adán, lo colocó en una tierra y le dio dominio sobre ella. La tierra es básica para el dominio; por lo tanto, la salvación implica una restauración de la tierra y la propiedad ... Es por eso que la ley bíblica está llena de referencias a la propiedad, la ley y la economía, y es por eso que la Reforma puso tanto énfasis en este mundo, así como en el próximo. no salvado por haber sido liberado de su entorno. La salvación no nos rescata del mundo material, sino del pecado y de los efectos de la Maldición. El ideal bíblico es que cada hombre sea el propietario, un lugar donde pueda tener dominio y gobernar bajo Dios ". 161 Somos peregrinos en esta tierra que está desapareciendo, pero eventualmente seremos pioneros y colonos en la Nueva Tierra. La tierra es nuestra morada apropiada: "Porque los rectos vivirán en la tierra, y los inocentes permanecerán en ella; pero los impíos serán cortados de la tierra" (Proverbios 2:21-22). "Los justos nunca serán desarraigados, pero los impíos no permanecerán en la tierra" (Proverbios 10:30). Cristo dice: "Escribiré sobre él [que vence] el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que está bajando del cielo de mi Dios; y también escribiré sobre él mi nuevo nombre "(Apocalipsis 3:12). Considere cómo el tema de que la Tierra pertenece a Dios y a su pueblo (no a los injustos que a veces lo gobiernan ahora) se lleva a lo largo de los Salmos, Proverbios e Isaías: Hiciste que [la humanidad] gobernara sobre las obras de tus manos; pones todo bajo sus pies. (Salmo 8:6) La tierra es del Señor, y todo lo que hay en ella, el mundo y todos los que viven en él. (Salmo 24:1) Él mismo morará en la prosperidad, y sus descendientes heredarán la tierra. (Salmo 25:13, NKJV) Porque los malhechores serán cortados; pero los que esperan en el Señor, heredarán la tierra. . . . Los mansos heredarán la tierra y se deleitarán en la abundancia de la paz. . . . Porque los bendecidos por él heredarán la tierra, pero los malditos por él serán cortados. (Salmo 37:9, 11, 22, NKJV) ¡Qué asombroso es el Señor Altísimo, el gran Rey sobre toda la tierra! (Salmo 47:2) Te preservaré y te daré como un pacto con el pueblo, para restaurar la tierra, para hacer que hereden las herencias desoladas. (Isaías 49: 8, NKJV) El hombre que me haga su refugio heredará la tierra y poseerá mi montaña sagrada. (Isaías 57:13) En Isaías 57:13, la palabra hebrea erets, aquí traducida "tierra", es la misma palabra traducida "tierra" en muchos otros contextos, incluidos los que se acaban de citar. Erets es el cuarto sustantivo más utilizado en el Antiguo Testamento, y aparece más de 2,500 veces. La frecuencia del uso de la palabra refleja su centralidad. El Antiguo Testamento está lleno de la idea de lugar, tierra, tierra. La tierra es el lugar de toda la humanidad; Israel, especialmente Jerusalén, es el lugar del pueblo del pacto de Dios. 162 Dios dio el manejo de la tierra a Adán y Eva. Todas las personas serían sus descendientes, asumiendo sus responsabilidades de gestión a su vez. Luego vinieron la caída y el diluvio. Más tarde, cuando Dios hizo su pacto con Abraham, ¿qué le prometió primero? Tierra (Génesis 12: 1,7). Aunque toda la Tierra estaba bajo la maldición, Dios le otorgó a Abraham un pedazo de tierra donde se podía vivir, gobernar y administrar de una manera que traería gloria a Dios y bendición a todas las demás tierras y naciones. "Si perteneces a Cristo, eres la simiente de Abraham y herederos según la promesa" (Gálatas 3:29). Los cristianos del nuevo pacto, no solo Israel, son herederos de las promesas hechas a Abraham, y estas promesas se centran en la posesión de la tierra. Después de decir que la humanidad se levantaría del polvo de la tierra y gobernaría el Reino de Cristo en la Tierra (Daniel 12:2-3), Dios le promete a Daniel: "Te levantarás para recibir tu herencia asignada" (Daniel 12:13). La herencia generalmente involucra no solo dinero, sino también tierra, un lugar vivido y administrado por seres humanos. Después de nuestra resurrección corporal, recibiremos una herencia física. La Nueva Tierra es la última Tierra Prometida, la Tierra Santa eterna en la que morará todo el pueblo de Dios. LA META DE LA HISTORIA Dios es el soberano soberano del universo, pero elige no gobernar el universo solo. Delega responsabilidades a los ángeles, que existen en una jerarquía de mando bajo el arcángel Miguel (Judas 1:9; Apocalipsis 12:7). Dios creó a los seres humanos a su imagen, como creadores y gobernantes, para llevar a cabo su voluntad divina. No nos pasa a regañadientes responsabilidades de gestión. Por el contrario, se deleita en confiarnos el gobierno de la Tierra. Él nos ha creado y dotado de manera única para manejar tales responsabilidades y encontrar alegría en ellas. Nacimos en la familia de un terrateniente increíblemente rico. No hay un milímetro de geografía cósmica que no le pertenezca, y por extensión a sus hijos, sus herederos. Nuestro padre tiene un negocio familiar que se extiende por todo el universo. Nos confía la administración del negocio familiar, y eso es lo que haremos por la eternidad: administrar los bienes de Dios y gobernar su universo, representándolo como sus portadores de imágenes, hijos y embajadores. Mientras enfrentamos nuestros desafíos diarios, el conocimiento de que se acerca una Nueva Tierra debería tranquilizarnos y darnos una perspectiva. Significa que no solo hay esperanza sino propósito en nuestro sufrimiento. Significa que, aunque la injusticia es generalizada, no durará. Dios hará todo bien, recompensando a su pueblo por confiar en él. Él cambiará este mundo al revés y lo pondrá al cuidado de sus amados hijos. La promesa de una Nueva Tierra nos recuerda que los eventos de la historia humana no tienen sentido. Más bien, se dirigen hacia el cumplimiento de un plan divino, involucrando una Nueva Tierra con cultura y ciudadanos que glorifican a Dios. "No podemos entender la revelación bíblica, la historia humana o los eventos de nuestras propias vidas si no entendemos el plan de Dios para los nuevos cielos y la Nueva Tierra", escribe el teólogo Herman Ridderbos. "La redención [de Cristo] adquiere el significado de un drama divino que lo incluye todo, de una lucha cósmica ... cuyo objetivo es traer de vuelta todo el cosmos creado bajo el dominio y el gobierno de Dios". 163 Recuerde el plan explícito de Dios: "reunir todas las cosas en el cielo y en la tierra bajo una sola cabeza, incluso Cristo" (Efesios 1:10). Su diseño es a través de Cristo "para reconciliar consigo mismo todas las cosas, ya sean cosas en la tierra o en el cielo, haciendo las paces con su sangre, derramadas en la cruz" (Colosenses 1:20). Nos equivocamos al dejar esos versos en manos de los universalistas, que los aíslan y no tienen en cuenta las enfáticas declaraciones bíblicas de que algunos pasarán la eternidad en el infierno. Pero no debemos ignorar el amplio significado redentor de estos pasajes. Anthony Hoekema tiene razón cuando insiste en que "debemos ver [la historia] como avanzando hacia la meta de un universo finalmente restaurado y glorificado. 164 Considere esta declaración profética: "El reino del mundo se ha convertido en el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 11:15). No dice que Cristo destruirá el reino de este mundo. Ni siquiera dice que reemplazará el reino de este mundo. No, el reino de este mundo se convertirá en realidad en el Reino de Cristo. Dios no borrará los reinos terrenales, sino que los transformará en los suyos. Y es ese nuevo reino terrenal (unido entonces al Reino celestial de Dios) sobre el cual "reinará por los siglos de los siglos". Este es un punto de vista revolucionario, en marcado contraste con el mito prevaleciente de que el Reino de Dios derribará y reemplazará los reinos de la Tierra en lugar de limpiarlos, redimirlos y resucitarlos en su Reino eterno. Esto nos lleva nuevamente a esa notable declaración sobre la Nueva Jerusalén: "Las naciones caminarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra traerán su esplendor a ella. En ningún día sus puertas se cerrarán ... la gloria y el honor de las naciones serán traídos a ella "(Apocalipsis 21:24-26). Bruce Milne dice de este texto: "Nada de lo más valioso de la larga historia de las naciones será omitido de la comunidad celestial. Todo lo que refleje auténticamente al Dios de la verdad, todo lo que sea de valor permanente dentro de las historias nacionales y culturales herencia de los pueblos del mundo, encontrará su lugar en la Nueva Jerusalén ". 165 Como los magos, reyes de naciones extranjeras, una vez llegaron a la antigua Jerusalén en busca de adorar al Rey Mesías, en la Nueva Tierra, innumerables magos viajarán a la Nueva Jerusalén. Con corazones llenos de adoración, ofrecerán humildemente al Rey Jesús el tributo de sus tesoros culturales. Estará encantado de recibirlos. El Rey se deleitará en confiar el gobierno de las naciones a aquellos que le sirvieron fielmente cuando la Tierra vivió bajo la sombra del pecado, antes de su liberación triunfante y eterna. C A P I T U L O 21 ¿REINAREMOS REALMENTE CON CRISTO? En el reino mesiánico, los mártires reclamarán el mundo como la posesión que les fue negada por sus perseguidores. En la creación en la que soportaron la servidumbre, eventualmente reinarán. Ireneo Dios creó a Adán y Eva para ser rey y la reina sobre la tierra. Su trabajo consistía en gobernar la tierra, para la gloria de Dios. Ellos fallaron. Jesucristo es el segundo Adán, y la iglesia es su novia, la segunda Eva. Cristo es rey, la iglesia es su reina. Cristo ejercerá dominio sobre todas las naciones de la tierra: "Él gobernará de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra ... Todos los reyes se postrarán ante él y todas las naciones lo servirán" (Salmo 72:8,11). Como el nuevo jefe de la raza humana, Cristo —con su amada gente como su novia y co-gobernantes— finalmente logrará lo que se le confió a Adán y Eva. Los santos de Dios cumplirán en la Nueva Tierra el papel que Dios asignó primero a Adán y Eva en la vieja Tierra. "Reinarán por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 22: 5). Richard Mouw escribe: "Una y otra vez las Escrituras aclaran esto: el poder político que ha sido tan corrompido y retorcido en las manos y los corazones de los gobernantes pecaminosos debe ser devuelto a su fuente legítima". 166 El Reino que Dios traerá a la Tierra aplastará el último de los reinos de la Tierra. Daniel profetizó: "La roca que golpeó la estatua se convirtió en una gran montaña y llenó toda la tierra ... En la época de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será destruido, ni quedará a otra gente. Aplastará a todos esos reinos y los pondrá fin, pero durará para siempre "(Daniel 2:35, 44). Los reinos humanos se levantarán y caerán hasta que Cristo establezca un reino que los reemplace para siempre, donde la humanidad gobierne en justicia. "Se le dio autoridad, gloria y poder soberano; todos los pueblos, naciones y hombres de todos los idiomas lo adoraron. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino es uno que nunca será destruido" (Daniel 7:14) Como Cristo será el Rey de reyes, este será el Reino de los reinos, el reino más grande de la historia humana. Sí, la historia humana, porque nuestra historia no terminará con el regreso de Cristo o con nuestra reubicación en la Nueva Tierra. Continuará para siempre, para la gloria de Dios. "Alégrate mucho ... Mira, tu rey viene a ti, justo y teniendo salvación, gentil y montado en un burro, en un potro, el potro de un burro ... Él proclamará la paz a las naciones. Su gobierno se extenderá de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra "(Zacarías 9:9-10). Mateo 21:5 deja en claro que la profecía de Zacarías se refiere al Mesías. Así como la primera parte de la profecía se cumplió literalmente cuando Jesús montó un burro en Jerusalén, debemos esperar que la segunda parte se cumpla literalmente cuando Jesús traiga la paz a las naciones y las gobierne a todas. Jesús regresará a la Tierra como "Rey de reyes y Señor de señores" (Apocalipsis 19:11-16). Se nos promete que "el Señor será rey sobre toda la tierra" (Zacarías 14: 9). Los judíos creyentes en la Biblia en el primer siglo no eran tontos al pensar que el Mesías sería el Rey de la tierra. Se equivocaron acerca de la identidad del Mesías cuando rechazaron a Cristo, y se equivocaron al pasar por alto su necesidad de venir como un siervo sufriente para redimir al mundo; pero tenían razón al creer que el Mesías siempre gobernaría la tierra. El lo hará! Antes del regreso de Cristo, su Reino estará entremezclado con las culturas del mundo (Mateo 13: 24-30). Pero sus seguidores crecerán en carácter y demostrarán su disposición a gobernar. A través de la adversidad y la oportunidad, así como en sus logros artísticos y culturales, serán preparados para sus roles de liderazgo en el Reino eterno de Cristo. Sus habilidades creativas transformadoras de la sociedad se mostrarán de manera destacada en el nuevo universo, donde "brillarán como el sol en el reino de su Padre" (Mateo 13:43). ¿POR QUÉ ESTAMOS SORPRENDIDOS DE QUE REGULAREMOS LA TIERRA? Como enseño sobre el tema de la humanidad redimida que gobierna la tierra, he tenido muchas oportunidades de observar las respuestas de las personas. A menudo se sorprenden al saber que reinaremos en la eternidad sobre tierras, ciudades y naciones. Muchos son escépticos: es un concepto extraño que parece fantasioso. Nada demuestra cuán lejos nos hemos distanciado de nuestro llamado bíblico como nuestra falta de conocimiento sobre nuestro destino para gobernar la tierra. ¿Por qué estamos tan sorprendidos cuando se habla de él en todo el Antiguo Testamento y se reafirma repetidamente en el Nuevo Testamento? Debido a que las coronas son el símbolo principal del gobierno, cada mención de las coronas como recompensas es una referencia a nuestro gobierno con Cristo. En sus parábolas, Jesús habla de nuestro gobierno sobre las ciudades (Lucas 19:17). Pablo aborda el tema de los cristianos que gobiernan como si fuera la Teología 101: "¿No sabes que los santos juzgarán al mundo? ... ¿No sabes que juzgaremos a los ángeles?" (1 Corintios 6:2-3). La forma del verbo en esta pregunta implica que no solo los juzgaremos una sola vez, sino que los gobernaremos continuamente. Si Pablo habla de esta realidad futura como si fuera algo que todo niño debería saber, ¿por qué hoy es tan extraño para los cristianos? En otra parte dice: "Si aguantamos, también reinaremos con él" (2 Timoteo 2:12). El decreto de Dios de que sus siervos "reinarán por los siglos de los siglos" en la Nueva Tierra (Apocalipsis 22:5) es un cumplimiento directo de la comisión que le dio a Adán y Eva: "Sé fructífero y aumenta en número; llena la tierra y domina. Gobierne sobre los peces del mar y las aves del aire y sobre cada criatura viviente que se mueva en el suelo "(Génesis 1:28). David confirma este mandato: "Nos pusiste a cargo de todo lo que hiciste, dándonos autoridad sobre todas las cosas" (Salmo 8:6, NTV). Cuando consideramos que el reinado de la humanidad en la tierra se introduce en los primeros capítulos de la Biblia, mencionado en todo el Antiguo Testamento, discutido por Jesús en los Evangelios, por Pablo en las Epístolas y repetido por Juan en los capítulos finales de la Biblia, es notable que no lo veamos. Recordando nuevamente que una "corona" habla de autoridad gobernante, considere los siguientes ejemplos de una pequeña porción de la Escritura, Apocalipsis 2-5: Sé fiel, incluso hasta el punto de la muerte, y te daré la corona de la vida. (2:10) Al que venza y haga mi voluntad hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones. (2:26) Voy pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie tome tu corona. (3:11) Al que venza, le daré el derecho de sentarme en mi trono, así como vencí y me senté con mi Padre en su trono. (3:21) Los veinticuatro ancianos caen ante el que se sienta en el trono. . . . Ponen sus coronas ante el trono. (4:10) [Tú] nos has redimido a Dios con tu sangre de cada tribu, lengua, pueblo y nación, y nos has hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios; y reinaremos en la tierra. (5: 9-10, NKJV) ¿Quién dice Dios que reinará? Gente de cada tribu e idioma y gente y nación. ¿Dónde van a reinar? En la Tierra, no en un reino celestial intangible. ¿Dónde en la tierra? Probable con personas de su propia tribu, idioma y nación, los distintivos culturales que se nos dice todavía existen en la Nueva Tierra (Apocalipsis 21:24,26; 22:2). Wayne Grudem afirma que "cuando el autor de Hebreos dice que 'todavía no' vemos todo en sujeción al hombre (Hebreos 2: 8), implica que todas las cosas eventualmente estarán sujetas a nosotros, bajo el reinado del hombre Cristo Jesús ... Esto cumplirá el plan original de Dios de tener todo en el mundo sujeto a los seres humanos que él hizo. En este sentido, entonces, "heredaremos la tierra" (Mateo 5:5) y reinaremos sobre ella. como Dios pretendía originalmente ". 167 NUESTRA HERENCIA: PROPIETAR Y GOBERNAR LA TIERRA Cuando un padre terrenal muere, lega su patrimonio a su descendencia. Sus hijos son herederos. ¿A qué? A la propiedad de su padre. Si él poseía tierras, se convierten en terratenientes. Si él era un rey, son herederos de todo su reino. Cuando un rey terrenal muere, su primogénito toma su lugar. A veces, el nuevo rey está rodeado de hermanos que son sus coherederos y, por lo tanto, los gobernantes. Como herederos, los hijos del rey gobiernan en nombre de su padre, incluso si él todavía vive. Comparten en su gloria. Van a la batalla para defender su reino, que también es su reino. En la batalla, comparten sus sufrimientos. Es lo mismo en nuestra relación con Dios. "El Espíritu mismo testifica con nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Ahora, si somos niños, entonces somos herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si de hecho compartimos sus sufrimientos para que también podamos compartirlos. su gloria "(Romanos 8:16-17). Por supuesto, el Rey del universo, Dios, nunca muere. Pero ha delegado la soberanía a su hijo primogénito, Jesús. Cristo, a su vez, comparte con gusto su dominio con los redimidos, sus hermanos, que son coherederos del trono del Padre. Ellos gobernarán con Cristo sobre el Reino. El derecho a ejercer el poder proviene de la propiedad. Un rey posee su reino, que consiste en tierra. El alcance de su gobierno es el alcance de lo que posee. Debido a que Dios posee todo el universo, el Reino que cae en el regazo de sus herederos, sus hijos, abarca todo el universo. (Que todo vino bajo la Maldición por el pecado de Adán demuestra su vínculo con la humanidad). Cristo, el primogénito, es el gobernante principal, pero se nos llama "coherederos con Cristo". Dios nos confía para gobernar una parte primordial del territorio: la Tierra, que creó específicamente para nosotros. Dios no nos ha asignado arbitrariamente para gobernar la tierra. Es nuestra tierra, nuestro rey dom, que nos otorgó nuestro Padre. Es un reino que una vez perdimos para un usurpador pseudo-rey, Satanás, pero que fue recuperado por el poderoso valor de Cristo, quien derramó su sangre para comprar nuestra libertad, y con ella nuestra herencia, la tierra. Este es el drama de la redención. Si no entendemos nuestro estado como hijos de Dios y herederos y gobernantes de la tierra, dejaremos de comprender la obra redentora de Dios. Pero si entendemos nuestro papel en el plan de Dios, nos daremos cuenta de que no nos librará de la Tierra para vivir para siempre en un reino incorpóreo. De hecho, la herencia que Dios nos otorga es la misma Tierra sobre la cual se han librado batallas épicas desde el primer ataque de Satanás en el Edén. Nuestra herencia no es solo física sino también eterna: "Los días de los irreprensibles son conocidos por el Señor, y su herencia perdurará para siempre" (Salmo 37:18). Actualmente, en esta tierra bajo la Maldición, servimos a Cristo y "compartimos sus sufrimientos". ¿Por qué? Porque la tierra está bajo asedio. Está siendo reclamado por un falso rey, Satanás, y sus falsos príncipes, los ángeles caídos. Está siendo reclamado por reyes humanos, rebeldes que se oponen a Dios y violan sus estándares al declarar su independencia de él. Aquellos que son coherederos con Cristo participan en una guerra espiritual para reclamar los corazones de la humanidad para la gloria de Dios. "Porque nuestra lucha no es contra carne y hueso, sino contra los gobernantes, contra las autoridades, contra los poderes de este mundo oscuro y contra las fuerzas espirituales del mal en los reinos celestiales" (Efesios 6:12). Después de que Cristo gane la batalla final, gobernaremos la tierra con él como coherederos de su Reino. ¿DEBEMOS GOBERNAR? El gobierno de la Nueva Tierra no será una democracia. No será una regla de mayoría, y no será impulsado por encuestas de opinión. En cambio, cada ciudadano del Cielo tendrá un rol designado, uno que lo cumpla y contribuya al todo. Nadie "caerá por las grietas" en el Reino de Dios. Nadie se sentirá inútil o insignificante. Cuando escribo y hablo sobre este tema, la gente a menudo responde: "Pero no quiero gobernar. Esa no es mi idea del Cielo". Bueno, es la idea de Dios del cielo. Somos parte de la familia de Dios. Gobernar el universo es el negocio familiar. Querer no ser parte de esto es no querer ser parte de nuestro Padre. Puede sonar espiritual decir que no nos importa gobernar, pero debido a que Dios es quien quiere que gobernemos, la respuesta espiritual es interesarse en sus planes y propósitos. ¿A quién vamos a gobernar? Otra gente. Ángeles Si Dios lo desea, puede crear nuevos seres para que podamos gobernar. ¿Quién gobernará sobre nosotros? Otra gente. Habrá una jerarquía social de gobierno, pero no hay indicios de una jerarquía relacional. En otras palabras, el apóstol Pablo estará en una posición de mayor liderazgo que la mayoría de nosotros, pero eso no significa que será inaccesible. No habrá orgullo, envidia, jactancia ni nada relacionado con el pecado. Nuestras diferencias serán una manifestación de la creatividad de Dios. Como somos diferentes en raza, nacionalidad, género, dones de personalidad y pasiones, también seremos diferentes en los puestos de servicio. Todos nosotros tendremos alguna responsabilidad en la cual servimos a Dios. Las Escrituras enseñan que nuestro servicio para él ahora en la Tierra será evaluado para ayudar a determinar cómo lo serviremos en la Nueva Tierra. El humilde servidor será puesto a cargo de mucho, mientras que el que lo domina sobre los demás en el mundo actual tendrá el poder quitado: "Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla a sí mismo será exaltado" (Lucas 14:11). Si servimos fielmente en la Tierra actual, Dios nos dará puestos de gestión permanente en la Nueva Tierra. "Al que se le puede confiar muy poco también se le puede confiar mucho" (Lucas 16:10). El propietario tiene sus ojos en nosotros; si demostramos ser fieles, estará encantado de confiarnos más. El cielo futuro se centra más en la actividad y la expansión, sirviendo a Cristo y reinando con Él. . . . El énfasis en el cielo actual está en la ausencia de los aspectos negativos de la tierra, mientras que en el cielo futuro es la presencia de los aspectos positivos de la tierra, magnificados muchas veces a través del poder y la gloria de los cuerpos resucitados en una tierra resucitada, libres al fin del pecado y la vergüenza. y todo eso dificultaría tanto la alegría como el logro. RENE PACHE Hemos sido condicionados para asociar el gobierno con la arrogancia, la corrupción, la desigualdad y la ineficiencia auto-promocionales. Pero estas son perversiones, no propiedades inherentes del liderazgo. La decisión implica responsabilidad, tal vez por eso algunas personas no la esperan. Algunas personas viven en previsión de la jubilación, cuando se eliminarán las responsabilidades. ¿Por qué querrían asumir una tarea eterna de gobernar? Pero lo que piensan que quieren ahora y lo que realmente querrán como seres resucitados, con cuerpos y mentes fuertes en una sociedad no afectada por el pecado, puede ser muy diferente. Imagine responsabilidad, servicio y liderazgo que es pura alegría. La responsabilidad que Dios nos confiará como recompensa solo puede ser buena para nosotros, y nos deleitaremos. Gobernar en la Nueva Tierra será habilitar, equipar y guiar, ofreciendo sabiduría y aliento a aquellos bajo nuestra autoridad. A menudo hemos visto retorcidos los líderes que hemos perdido una visión bíblica de lo que realmente significa gobernar o ejercer dominio. Dios, gobernante del universo, es la prueba viviente de que gobernar puede y debe ser bueno. Algunas personas tienen un profundo miedo a hablar en público, e imaginan que gobernar significa que serán miserables, teniendo que ser "sinceros" y hablar con los grupos. Pero el miedo, la ansiedad, el temor y la confusión que asociamos con ciertas actividades en la Tierra actual desaparecerán en la Nueva Tierra. Si Dios quiere que hagamos algo, estaremos conectados y equipados para hacerlo. Nuestro servicio no solo le traerá gloria, sino que también nos traerá alegría. Esto se aplica a otras innumerables preguntas sobre el Cielo, como: ¿Tendremos que cantar, aunque no nos guste? La pregunta supone hechos que no están en evidencia: que lo que sea que no nos guste ahora, no nos gustará entonces. ¿Pero la experiencia no nos dice lo contrario? ¿No hay alimentos que amamos ahora que odiamos de niños? ¿No hay libros que amamos ahora que nos hubieran aburrido cuando éramos más jóvenes? Si hubiéramos podido decidir cómo niños todo lo que haríamos o no haríamos como adultos, ¿no nos hubiéramos despojado de innumerables alegrías? No debemos asumir que todo lo que no nos gusta hacer ahora todavía no nos gustará hacerlo en el cielo. Por supuesto, no todos los puestos de responsabilidad sobre otros involucran personas. Adán y Eva gobernaron animales antes de que hubiera otras personas. A algunos de nosotros se nos puede otorgar el privilegio de cuidar animales. (¡A mi esposa le encantaría eso, especialmente ser responsable de los perros!) Quizás a algunos les importen los bosques. La decisión probablemente involucrará el manejo de toda la creación de Dios, no solo de las personas. Quizás Dios nos ofrezca opciones de dónde podemos querer servirle. En la Nueva Tierra, haremos lo que queramos, pero querremos lo que Dios quiere, y eso nos traerá nuestra mayor alegría. Algunas de las personas más calificadas para liderar en el Cielo serán aquellas que no quieren liderar ahora. Algunos que son líderes naturales aquí pero no han sido fieles no serán líderes en el cielo. Recuerde, no es el orgulloso y seguro quien heredará la tierra y la gobernará; Es el manso (Mateo 5:5). E incluso los mansos serán despojados de sus motivos equivocados y la tentación de explotar a los demás. No tendremos más escepticismo y desilusión sobre el gobierno. ¿Por qué? Porque seremos gobernados por gobernantes como Cristo, y todos nosotros estaremos bajo el grandioso y amable gobierno de Cristo mismo. ¿DE QUIÉN IDEA ES NUESTRA REGULACIÓN? Muchas personas me han dicho que se sienten incómodas con la idea de que la humanidad gobernará la tierra, gobernará las ciudades y reinará para siempre. Suena presuntuoso y muy importante. Estoy de acuerdo: si fuera nuestra idea reinar sobre el universo, sería presuntuoso. Pero fue no nuestra idea, que era de Dios. Y no es una doctrina menor o periférica; Está en el corazón mismo de las Escrituras. Un lector de uno de mis libros anteriores envió una carta expresando asombro por algo que dije. "Tomas las parábolas de la mayordomía literalmente", escribió. "¡Realmente piensas que algunos creyentes gobernarán sobre ciudades en el Cielo!" Sí, lo hago, aunque nunca hubiera llegado a este entendimiento por mi cuenta. Pero debido a que docenas de pasajes afirman que vamos a gobernar la tierra, me veo obligado a creerlos. El hombre que escribió la carta ha leído las mismas Escrituras, pero no las conecta con las enseñanzas sobre nuestra resurrección corporal, la Nueva Tierra y el reinado con Cristo. Si lo hiciera, vería que una comprensión literal (aunque no exclusivamente) literal de las parábolas de la mayordomía, que se refieren a nuestro reinado sobre las ciudades, encaja perfectamente con la enseñanza de innumerables otros pasajes. El hecho de que no se ajuste a su propia visión del Cielo sugiere que su visión necesita una revisión. (Como he estudiado el tema del Cielo, a menudo he tenido que revisar mi propio punto de vista para alinearlo con lo que la Biblia enseña). Debemos aprender a tomar la Escritura en serio cuando habla de nuestro reinado sobre la tierra. Al decirnos que no debemos interpretar las Escrituras literalmente, a menudo terminamos rechazando su significado claro. Nuestras suposiciones generalmente dictan nuestras interpretaciones. Si imaginamos, por ejemplo, que el Cielo eterno es incorpóreo y sobrenatural, entonces los conceptos de gobierno, cultura, estructuras sociales y tareas delegadas nos parecerán ingenuos, si no extraños. Pero si entendemos la doctrina de la resurrección de los muertos y la realidad de la Nueva Tierra, estos conceptos tienen mucho sentido. Otros pueden percibir que la Nueva Tierra no necesitará gobierno o que los diferentes niveles de autoridad (por ejemplo, algunos gobiernan sobre diez ciudades mientras que otros gobiernan sobre cinco o una o ninguna) son inherentemente corruptos o injustos. Pero la necesidad de un gobierno no surgió como resultado del pecado. Dios gobernó el universo antes de que Satanás cayera. Del mismo modo, creó a la humanidad como su portador de imágenes, con la capacidad de gobernar, y antes de que Adán y Eva pecaran, Dios les ordenó específicamente que gobernaran la tierra. Gobernar no es algo malo, es algo bueno. Dios nos ha llamado y nos ha equipado para ello: para gobernar la tierra, gobernarla bien y encontrar placer en gobernarla. Como somos pecadores, el poder tiende a corrompernos. Pero en la Nueva Tierra no habrá pecado. Por lo tanto, todas las decisiones serán justas y benévolas, sin abuso, corrupción o lujuria por el poder. Algunos cristianos se equivocan al degradar e ignorar la política, por lo que no ejercen su mayordomía dada por Dios. Otros confían demasiado en la política y no comprenden la insistencia de Dios de que solo él establecerá un gobierno perfecto en la Tierra. ¿Cuándo hemos experimentado la "paz en la Tierra" prometida en el nacimiento de Cristo? Todavía no lo hemos hecho, pero lo haremos (Zacarías 9:910; Ezequiel 37:26-28; Isaías 42:1-4; Mateo 12:18-21). Mientras tanto, Dios nos llama a la reforma cultural y al desarrollo. Los cristianos deben participar en el proceso político, y podemos hacer mucho bien, pero nunca debemos olvidar que el único gobierno que tendrá éxito en la reforma global es el gobierno de Cristo. Jesús dijo: "Te confiero un reino, tal como mi Padre me lo confirió a mí, para que puedas comer y beber en mi mesa en mi reino y sentarte en tronos, juzgando a las doce tribus de Israel" (Lucas 22:29 -30). Esta es una declaración sorprendente, una que debería hacer que nos detengamos maravillados. ¿Cristo nos está confiriendo un reino? ¿Un reino? Para nosotros El propósito y el plan de Dios no se lograrán completamente hasta que Cristo nos confiera el Reino que ha ganado. Esto tendrá lugar después de nuestra resurrección corporal, cuando comeremos y beberemos en una mesa con el Cristo resucitado en una Tierra resucitada. (Algunos eruditos limitan este reinado al Milenio, pero los pasajes paralelos indican un reinado eterno). Las referencias a nuestra evidencia demuestran que esta es una regla real en un reino físico y terrenal, no una regla "espiritual" en un estado incorpóreo. comiendo y bebiendo en una mesa con Cristo. MIRANDO HACIA ADELANTE A LO QUE DIOS TIENE PARA NOSOTROS El Maestro dirá: "Bien hecho, siervo bueno y fiel. Has sido fiel por poco tiempo; yo te pondré por mucho. Entra en la alegría de tu maestro" (Mateo 25:23, NVI). Al comentar sobre este pasaje, Dallas Willard escribe: "Esa 'alegría' es, por supuesto, la creación y el cuidado de lo que es bueno, en todas sus dimensiones. Un lugar en el orden creativo de Dios ha sido reservado para cada uno de nosotros desde antes principios de la existencia cósmica. Su plan es que nos desarrollemos, como aprendices de Jesús, hasta el punto en que podamos ocupar nuestro lugar en la creatividad continua del universo ". 168 La idea de entrar en la alegría del Maestro es una imagen reveladora del Cielo. No es simplemente que estar con el Maestro produce alegría en nosotros, aunque ciertamente lo hará. Más bien, es que nuestro Maestro mismo está alegre. Disfruta de sí mismo, de sus hijos y de su creación. Su alegría es contagiosa. Una vez que estemos liberados del pecado que nos bloquea del gozo de Dios y del nuestro, entraremos en su gozo. La alegría será el aire que respiramos. El Señor es inagotable, por lo tanto, su alegría es inagotable. Dios nos está preparando para el liderazgo. Él está mirando para ver cómo demostramos nuestra fidelidad. Lo hace a través de su programa de aprendizaje, uno que nos prepara para el cielo. Cristo no está simplemente preparando un lugar para nosotros; Él nos está preparando para ese lugar. Todos tenemos sueños, pero a menudo no los vemos realizados. Nos desanimamos y perdemos la esperanza. Pero como aprendices de Cristo, debemos aprender ciertas disciplinas. Los aprendices en capacitación deben trabajar duro y estudiar mucho para prepararse para la próxima prueba o desafío. Los aprendices pueden desear tres semanas de vacaciones o más para pagar intereses externos. Pero el Maestro puede ver que esto no conduciría al éxito. Puede anular los deseos de sus aprendices para que puedan aprender la perspectiva y la paciencia, lo que les servirá en el futuro. Mientras los jóvenes aprendices experimentan la muerte de sus sueños, el Maestro los está formando para soñar sueños más grandes que algún día vivirán en la Nueva Tierra con mayor sabiduría, habilidad, aprecio y alegría. A través de los desafíos que enfrenta ahora, ¿qué sueños podría estar Dios preparándole para vivir en la Nueva Tierra? C A P I T U L O 22 ¿CÓMO REGIREMOS EL REINO DE DIOS? Nuestra vivacidad en todos los deberes, nuestra perseverancia en la tribulación, nuestro honor a Dios, el vigor de nuestro amor, agradecimiento y todas nuestras gracias, sí, el propio ser de nuestra religión y cristianismo, dependen de los pensamientos creyentes y serios de nuestro descanso. [cielo]. Richard Baxter Leemos que Dios nos promete "una herencia que nunca se pierda, incontaminada e inmarchitable guardado en los cielos para vosotros" (1 Pedro 1:4), podemos pensar de esta herencia como el cielo o sus placeres. Pero Dios no solo le da placer a sus herederos, sino que también nos da poder: posiciones de autoridad en su Reino eterno. Nuestro interés personal en la Nueva Tierra no podría ser mayor. Fue comprado en la cruz por la sangre del Hijo de Dios. La Nueva Tierra no es un reino maravilloso que simplemente visitaremos, ya que los turistas van a un parque temático. Más bien, es un reino que gobernaremos con alegría con Jesús, ejerciendo dominio como portadores de la imagen de Dios. En Romanos 8:16-17, Pablo escribe: "El Espíritu mismo testifica con nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Ahora, si somos niños, entonces somos herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si de hecho compartimos en sus sufrimientos para que también podamos compartir su gloria ". Mientras estamos en la Tierra, servimos a Jesús, rechazando el sistema de valores de la Tierra, pero no porque despreciamos la tierra o no tenemos interés en ella. Por el contrario, rechazamos gran parte de lo que esta Tierra caída nos ofrece precisamente porque queremos todo lo que Dios nos ofrece en la Tierra redimida. Por siempre complacerá a nuestro Padre al gobernar sobre la tierra que él nos reformará para que vivamos para siempre. Como cogobernantes con Cristo, compartiremos la gloria del soberano soberano mismo. Algunos podrían protestar: "¿Cómo nos atrevemos a imaginar un futuro para nosotros mismos?" Ciertamente sería blasfemo para los humanos caídos reclamar una parte del trono de Dios si fuera nuestra idea. Pero de nuevo, no es nuestra idea; Es idea de Dios. Es su plan soberano, presentado antes de la fundación del mundo, que él ha hecho todo lo posible para implementarlo. Si rechazamos la idea de que Dios nos ha llamado a gobernar la tierra, entonces rechazamos su plan explícitamente declarado y su propósito soberanamente orquestado. ¿Cómo nos atrevemos? Es en el contexto de que somos herederos y coherederos con Cristo, herederos y futuros gobernantes de la tierra, que Pablo escribe sobre toda la creación gimiendo mientras espera ser "liberada de su esclavitud para decaer y traída a la gloriosa libertad del hijo de Dios "(Romanos 8:21). En este mismo contexto, Pablo nos ofrece una perspectiva sobre cómo ver las dificultades de la vida en un mundo caído: "Considero que no vale la pena comparar nuestros sufrimientos actuales con la gloria que se revelará en nosotros" (Romanos 8:18). POR QUÉ DIOS CREÓ EL HOMBRE Y LA TIERRA En The End para el cual Dios creó la WW * /, Jonathan Edwards escribe: "Dios tiene la disposición de comunicarse, de difundir su propia plenitud. Su propósito era que su bondad derramara su propio Ser, por así decirlo. Eligió crear los cielos y la tierra para que su gloria brotara de sí mismo en abundancia. Trajo una realidad física a la existencia para que pudiera experimentar su gloria y ser llena de ella y reflejarla, cada átomo, cada segundo, cada parte y cada momento de la creación. Hizo a los seres humanos a su propia imagen para reflejar su gloria, y los colocó en un ambiente perfecto que también lo reflejaba". 169 La Tierra existe por la misma razón que la humanidad y todo lo demás existe: para glorificar a Dios. Dios es glorificado cuando tomamos nuestro lugar legítimo y previsto en su creación y ejercemos el dominio que nos otorgó. Dios designó a los seres humanos para gobernar la tierra: "Entonces Dios dijo: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; déjelos dominar sobre los peces del mar, sobre las aves del aire y sobre el ganado, sobre toda la tierra y sobre cada cosa que se arrastra sobre la tierra. Entonces Dios creó al hombre a su propia imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Entonces Dios los bendijo, y Dios les dijo: 'Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y domínenla; dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del aire y sobre todos los seres vivos que se mueven sobre la tierra '"(Génesis 1:26-28, NKJV). La intención de Dios para los humanos era que ocuparíamos toda la Tierra y reinaríamos sobre ella. Este dominio produciría sociedades exaltadoras de Dios en las cuales ejercitaríamos la creatividad, la imaginación, el intelecto y las habilidades apropiadas para los seres creados a la imagen de Dios, manifestando así sus atributos. Ser hecho a la imagen de Dios implica un mandato comunicativo: que a través de nuestra industria creativa como subcreadores de Dios, juntos debemos hacer visible al Dios invisible, glorificándolo así a la vista de toda la creación. La cultura abarca el comercio, las artes, las ciencias, el atletismo, todo lo que las mentes humanas creativas y empoderadas por Dios pueden concebir y los cuerpos humanos fuertes pueden implementar. En El Rey de la Tierra, el teólogo Erich Sauer escribe sobre la frase en Génesis 1:26 "déjelos tener dominio": "Estas palabras claramente declaran la vocación de la raza humana para gobernar. También lo llaman al crecimiento progresivo de la cultura". Lejos de ser algo en conflicto con Dios, los logros culturales son un atributo esencial de la nobleza del hombre tal como lo poseía en el Paraíso. Invenciones y descubrimientos, ciencias y artes, refinamiento y ennoblecimiento, en resumen, el avance de la mente humana. , están a lo largo de la voluntad de Dios. Son la toma de posesión de la tierra por la raza humana real (Génesis 1:28), la realización de una comisión, impuesta por el Creador, por los siervos ennoblecidos de Dios, el servicio de un gobernante designado por Dios. por la bendición de este reino terrenal ". 170 Este propósito reinante, expansivo y enriquecedor de la cultura de Dios para la humanidad en la Tierra nunca fue revocado o abandonado. Solo ha sido interrumpido y retorcido por la caída. Pero ni Satanás ni el pecado pueden frustrar los propósitos de Dios. La obra redentora de Cristo finalmente restaurará, mejorará y expandirá el plan original de Dios. Juan, el mismo apóstol que escribe: "No ames al mundo ni a nada en el mundo" (1 Juan 2:15), también escribe: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito" (Juan 3:16). Como Dios odia el pecado, rechaza el mundo pecaminoso que la humanidad caída intenta crear: "los antojos del hombre pecador, la lujuria de sus ojos y la jactancia de lo que tiene y hace" (1 Juan 2:16). Pero Dios ama el mundo que creó, y lo restaurará como parte de su gran plan para la redención de la humanidad. "¿No sabes que la amistad con el mundo es odio hacia Dios? Cualquiera que elija ser amigo del mundo se convierte en enemigo de Dios" (Santiago 4: 4). ¿Cómo entendemos pasajes como este? Considere la situación de ciudadanos alemanes decentes bajo el régimen nazi. ¿Amaban su tierra natal, Alemania, o la odiaban? Ambos, simultáneamente. Odiaban al gobierno nazi, la arrogancia, la depravación, el fanatismo, la brutalidad y la persecución. Sin embargo, sabían que había una Alemania mejor, a pesar de que estaba enterrada bajo la corriente dominante del fascismo. Eran leales a esa Alemania mejor, y aún podían ver signos de ello en el hermoso campo, un concierto, los ojos de un vecino amable, alemanes encarcelados por resistir a los nazis y ciudadanos fieles que intervenían en silencio para salvar a los judíos. Paradójicamente, fue su propio amor por Alemania lo que alimentó su oposición a la Alemania Nazi. Del mismo modo, nuestro amor por la Tierra de Dios alimenta nuestra oposición a la Tierra caída. Necesitamos pensar cuidadosamente cuando leemos las Escrituras que hablan sobre "el mundo". Recomiendo agregar las palabras como están ahora, bajo la Maldición, para mantener claras las distinciones bíblicas en nuestras mentes: La amistad con el mundo [como es ahora, bajo la Maldición] es odio hacia Dios. (Santiago 4:4) No te conformes con este mundo [como lo es ahora, bajo la Maldición]. (Romanos 12:2, NVI) La sabiduría de este mundo [como lo es ahora, bajo la Maldición] es necedad con Dios. (1 Corintios 3:19) El mundo como era, y el mundo como será, es extremadamente bueno. El mundo tal como es ahora, habitado por la humanidad tal como somos ahora, está retorcido. Pero esta es una condición temporal, con un remedio eterno: la obra redentora de Cristo. Pablo dice que Cristo "se entregó a sí mismo por nuestros pecados para rescatarnos de la presente era del mal" (Gálatas 1: 4). No todos los mundos y todas las edades son malvados, pero solo este mundo en esta era actual. Cuando Jesús llama a Satanás "el príncipe de este mundo" (Juan 14:30; 16:11) y Pablo llama a Satanás "el dios de esta época" (2 Corintios 4:4), es una designación relativa y temporal. Dios sigue siendo Dios sobre el universo, todavía soberano sobre la Tierra y sobre Satanás. Pero el diablo es el usurpador que ha tratado de robar el trono de la Tierra al hombre, el rey delegado de Dios en la tierra. En su tiempo, Dios recuperará el trono, como el Dios-hombre Jesucristo, por fin restaurando y levantando la Tierra. Pablo nos anima a no quedarnos absortos en el mundo porque "este mundo en su forma actual está desapareciendo" (1 Corintios 7:31). Dios no pondrá fin a la tierra; más bien, pondrá fin a esta rebelión temporal. Transformará la Tierra en un reino de magnificencia sin igual, para su gloria y para nuestro bien. EL REINO DE DIOS . . Y NUESTRO En Daniel 7 se nos da una revelación profética de cuatro reinos terrenales, comenzando con la Babilonia de Nabucodonosor, que algún día será reemplazada para siempre por un quinto reino. "Allí delante de mí había uno como un hijo de hombre, que venía con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano de los Días y fue llevado a su presencia. Se le dio autoridad, gloria y poder soberano; todos los pueblos, naciones y hombres de todo el lenguaje lo adoraba. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino es uno que nunca será destruido "(Daniel 7:13-14). Debido a que los cuatro reinos paganos están en la Tierra, la implicación es que el quinto reino, el Reino eterno de Dios, también estará en la Tierra. Daniel dijo de los cuatro reinos terrenales: "En mi visión de la noche miré, y allí delante de mí estaban los cuatro vientos del cielo agitando el gran mar. Cuatro grandes bestias, cada una diferente de las otras, salieron del mar". (Daniel 7:2). Puede parecer que estas naciones ascienden al poder arbitrariamente, pero su surgimiento está orquestado por el Cielo, y Dios les otorga su autoridad gobernante porque se les "da autoridad para gobernar" (v. 6), y más tarde "se les quitó su dominio". (v. 12, ESV). En contraste con el gobierno tenue y temporal de las naciones, se nos dice que el dominio del Mesías —en contexto, un reino en la Tierra— será "eterno" y "no pasará" y "nunca será destruido" (v 14). Observe la continuidad entre el reino terrenal supremo del Mesías y los reinos terrenales anteriores de Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma, de donde eventualmente proviene el reino del Anticristo. El reino con el dominio eterno no es un dominio sobre un reino diferente sino sobre el mismo reino: la Tierra. Al hablar de estos reinos, Dios no está comparando manzanas (Tierra) con naranjas (un reino espiritual), sino manzanas con manzanas. Cristo no solo destruirá la tierra donde los reyes caídos alguna vez gobernaron. Más bien, él gobernará sobre la misma Tierra, transformada y nueva. A pedido de Daniel, un ángel ofrece una interpretación de su visión: "Las cuatro grandes bestias son cuatro reinos que se levantarán de la tierra" (v. 17). Entonces el ángel hace una declaración extraordinaria: "Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán para siempre, sí, por los siglos de los siglos" (v. 18). Esta declaración deja en claro tanto la ubicación del reino (Tierra) como su duración (eterna). El cielo, como el hogar eterno del Hombre divino y de todos los miembros redimidos de la raza humana, debe ser necesariamente completamente humano en su estructura, condiciones y actividades. Sus alegrías y actividades deben ser racionales, morales, emocionales, voluntarias y activas. Debe haber el ejercicio de todas las facultades, la satisfacción de todos los gustos, el desarrollo de todas las capacidades de talento, la realización de todos los ideales ... El cielo será la flor y el fruto consumado de toda la creación y de toda la historia del universo. A A HODGE Algunos teólogos reducen a Daniel 7 a una promesa de que los santos de Dios reinarán con Cristo durante el Milenio. Pero el texto no podría ser más claro: dice "por los siglos de los siglos", no mil años. Muchos otros pasajes también afirman un reinado terrenal que durará para siempre (por ejemplo, Josué 14:9; 2 Samuel 7:16; Isaías 34:17; 60:21; Jeremías 17:25; Miqueas 4:7; Apocalipsis 22: 5) . El ángel Gabriel le dijo a María que Cristo "reinará sobre la casa de Jacob para siempre; su reino nunca terminará" (Lucas 1:33). Independientemente de si uno cree en un Milenio literal, pasajes como los citados aquí no deben entenderse como referencias milenarias. Se refieren, en cambio, a un Reino eterno. ¿Pero dónde se encuentra ese Reino eterno? Si los otros cuatro reinos, que abarcan siglos, se levantaron "de la tierra", y si el Anticristo gobernará en la tierra, ¿dónde estará el Reino de Dios para reemplazar esos reinos? En la tierra Bajo el pacto de Dios con Israel, la gente nunca buscó al Mesías para reinar en el Cielo. Eso no sería nada nuevo, porque Dios ya reina en el cielo. Establecer el Reino de Dios nunca se trató de un reino espiritual inmaterial. Siempre se refería al único lugar en el universo hecho para la humanidad, el único lugar donde el reino de Dios ha sido disputado: la Tierra Es un error común pero grave espiritualizar el eterno Reino de Dios. Mucha gente imagina que Dios reemplazará a los reyes terrenales y sus reinos con una soberanía trascendente sobre el reino espiritual del Cielo. Pero de nuevo, eso no sería nada nuevo. Además, el significado claro de Daniel 7 es que el reinado venidero de Dios y su pueblo tendrá lugar en la Tierra. Reemplazará directa y decisivamente los reinados corruptos de los reyes anteriores de la tierra. La sucesión continua de los gobernantes injustos de la Tierra debería hacernos sentir hambre por el día en que nuestro Dios justo gobernará, no solo en el Cielo sino también en la Tierra. Está en juego si la voluntad de Dios se hará en la Tierra. La respuesta es que willbe hecho en la tierra, por toda la eternidad, bajo el reino de Cristo y la humanidad redimida, sus reyes sirvientes. Dios nunca ha abandonado su plan original de que los seres humanos justos habitarán y gobernarán la tierra. Eso no es simplemente un argumento del silencio. Daniel 7:18 revela explícitamente que "los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán para siempre". ¿Qué es "el reino"? Tierra. La tierra es única. Es el único planeta, quizás entre miles de millones, donde Dios eligió representar el drama de la redención y revelar las maravillas de su gracia. Es en la Nueva Tierra, el planeta capital del nuevo universo, donde establecerá un Reino eterno. Daniel 7: 21-22 dice que un gobernante terrenal "estaba librando una guerra contra los santos y derrotándolos, hasta que llegó el Anciano de los Días y pronunció juicio a favor de los santos del Altísimo, y llegó el momento en que poseyeron el reino " (énfasis añadido). Los mismos reinos terrenales gobernados por seres humanos impíos serán gobernados por seres humanos piadosos. La promesa de Cristo no era figurativa: los mansos realmente heredan la tierra (Mateo 5:5). Y ellos gobernarán lo que heredan. LA TRANSFERENCIA DEL REINO Daniel 7:25 nos dice que los santos serán entregados a los reinos de la tierra, que los perseguirán por una temporada. Pero entonces ocurrirá una sorprendente inversión. "Entonces la soberanía, el poder y la grandeza de los reinos bajo todo el cielo serán entregados a los santos, el pueblo del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los gobernantes lo adorarán y obedecerán" (v. 27) El Reino será de Dios, sin embargo, designará a sus santos como gobernantes debajo de él, y ellos "lo adorarán y obedecerán". ¿Cuál es la "grandeza de los reinos bajo todo el cielo" que será "entregada a los santos"? Creo que incluye todo lo que hace grandes a las naciones. Eso incluiría, entre otras cosas, sus logros culturales, artísticos, deportivos, científicos e intelectuales. Todo esto no se perderá ni se destruirá, sino que se "entregará a los santos" mientras gobiernan el Reino eterno de Dios en la Nueva Tierra. Nos convertiremos en los administradores, los administradores de la riqueza y los logros del mundo. Considere las maravillas de esta revelación. Los hijos de Dios que sufrieron bajo reyes terrenales impíos ocuparán para siempre su lugar como reyes terrenales. Los grandes logros culturales de las naciones impías serán entregados al pueblo de Dios para administrar y (supongo) desarrollarse y expandirse. La misma Tierra a la que Satanás reclamó una vez será despojada de su alcance y entregada a aquellos a quienes odia y busca destruir: los santos de Dios. Note que no dice que los reinos de la tierra serán destruidos, sino que serán "entregados" a los santos, colocados bajo su justa regla. Todos los errores cometidos en la Tierra por los tiranos serán cosa del pasado. No más persecución e injusticia. La Tierra que se puso por primera vez bajo el dominio de la humanidad y fue retorcida por la Caída será redimida, restaurada y sometida al gobierno justo de una humanidad redimida y restaurada. Si la Biblia no hiciera otra referencia a los creyentes que gobernaban sobre un reino terrenal, el enfático mensaje de Daniel 7 sería suficiente: los santos de Dios gobernarán la tierra para siempre. Mucha gente cree que, si Dios gobierna el universo, no hay lugar para otros gobernantes. Pero esto no puede ser cierto, porque se nos dice que "todos los gobernantes lo adorarán y lo obedecerán" (v. 27). Como hemos visto en Isaías 60 y Apocalipsis 21, todavía habrá naciones en la Nueva Tierra, y todavía tendrán gobernantes. Pero serán gobernantes justos, subordinados a Cristo. Las personas de cada grupo nacional y étnico ("tribu e idioma y pueblo y nación") adorarán al Cordero (Apocalipsis 5:9). Algunos gobernarán sobre las ciudades; otros gobernarán sobre las naciones. UN GOBIERNO EN EXPANSIÓN Dios dice del Mesías reinante, "Del aumento de su gobierno y paz no habrá fin" (Isaías 9:7). ¿Qué significa esto? Si se trata simplemente de que el reinado del Mesías nunca cesará, lo más probable es que diga: "Su gobierno nunca terminará". Eso es cierto, por supuesto, pero no es el punto del texto. Si solo significa que su gobierno lo abarcará todo, podría decir: "De su autoridad gubernamental no habrá límite". Eso también es cierto, pero nuevamente no es el punto. La palabra clave en Isaías 9: 7 es aumentar. Casi todas las principales traducciones al inglés de la Biblia traducen la palabra hebrea marbiyth como "aumento" o "expansión". En otras palabras, el gobierno de Cristo de la Nueva Tierra y el nuevo universo se expandirá constantemente. ¿Cómo es posible? Incluso si la Nueva Tierra fuera muchas veces más grande que la actual, ¿no estaría cada centímetro de ella inmediatamente o eventualmente bajo su control y bajo el nuestro como representantes? Si es así, no se expandiría nunca. Entonces, ¿qué puede significar? Hay dos formas en que un gobierno puede aumentar: (1) expandiéndose a territorios previamente no gobernados; o (2) creando nuevos territorios (una opción no disponible para nosotros como humanos). Puede ser que el gobierno de Cristo siempre aumente porque creará continuamente nuevos mundos para gobernar (y, tal vez, nuevas criaturas para habitar esos mundos nuevos). O tal vez siempre aumentará porque el nuevo universo, aunque todavía es finito, puede ser tan vasto que lo que Cristo crea en un momento nunca será exhaustivamente conocido por los seres finitos. Por lo que sabemos de nuestro universo actual, con miles de millones de galaxias que contienen millones de miles de millones de estrellas y planetas incalculables, esto es ciertamente posible. La restauración del universo actual solo proporcionará territorios inimaginables para que exploremos y establezcamos el dominio sobre la gloria de Dios. La caída de la humanidad pudo haber iniciado una moratoria divina sobre la creación. Por analogía, imagina a un artista experto que encuentra dificultades con una gran pintura, su obra maestra. Por el momento, deja de lado todo lo demás para centrarse en este trabajo para completarlo. Sigue siendo un creador, sigue siendo un artista. Otros cien proyectos de sueños lo esperan. Una vez que su creación central consumidora finalmente haya terminado, volverá a su hábito practicado de crear nuevas obras de arte. (Por supuesto, la analogía se rompe porque Dios no se limita a una "pintura", un acto de creación, a la vez). Si Cristo expande su gobierno creando nuevos mundos, ¿a quién enviará para gobernarlos en su nombre? Su pueblo redimido. Algunos pueden gobernar sobre pueblos, algunas ciudades, algunos planetas, algunos sistemas solares o galaxias. ¿Suena descabellado? No si entendemos las Escrituras y la ciencia. Considere cómo nuestro universo actual se expande constantemente. Cada momento, la geografía celestial aumenta dramáticamente. A medida que se agotan las viejas estrellas, nacen nuevas estrellas. ¿Es Dios su creador? Si. Supongamos que los nuevos cielos también se expanden, creando una nueva geografía en el espacio y aumentando el tamaño del Reino de Dios. ¿Va a llenar ese espacio vacío con nueva creación? ¿Despachará expediciones exploratorias y gobernantes a estos mundos, donde su gloria se verá en nuevas y magníficas creaciones? La pregunta correcta no es: ¿Por qué Dios crearía mundos nuevos? Eso es obvio. Dios es por naturaleza un creador y gobernante. Él es glorificado por lo que crea y gobierna. Se deleita en delegar autoridad y dominio a sus hijos para gobernar su creación en su nombre. "Del aumento de su gobierno y paz no habrá fin". ¿Hay algo en la Escritura, algo que sepamos acerca de Dios, que le impida expandir su creación y delegar autoridad a sus hijos para gobernarla? No se me ocurre nada. ¿Puedes? LOS SANTOS REGIRÁN El trono de Dios se menciona cuarenta veces en el libro de Apocalipsis, que aparece en dieciséis de los veintidós capítulos. En La Doctrina Bíblica del Cielo, Wilbur Smith escribe: "El trasfondo básico de todo lo que se revela en el Apocalipsis sobre las actividades del cielo puede resumirse en este trono de una sola palabra " revelación no es principalmente un libro sobre el anticristo o la tribulación; Es un libro sobre Dios reinante. Él reina sobre el universo caído ahora, y reinará sin oposición sobre el nuevo universo, con la humanidad reinando a su lado. Con respecto a las referencias repetidas a nuestro reinado sobre el universo de Dios, el Dr. Henry Grattan Guinness escribe: "No debemos considerar esto como una forma de hablar, sino como la descripción de una realidad real" .171 La 172 Los humanos están hechos para construir el reino, pero la historia demuestra que cuando intentamos construir sin Dios como Rey, nuestras "utopías" se convierten en un infierno en la Tierra. "Trágicamente", escribe Bruce Milne, "la humanidad no pudo cumplir su llamado como vice-regentes de Dios. En su lugar, nos hemos caído al polvo del que fuimos llevados y nos hemos arrastrado por la tierra en lugar de alcanzar los cielos". Pascal escribe que el hombre sufre "las miserias de un monarca destronado". Él pregunta: "¿Qué puede significar esta ansia incesante y esta impotencia de logro, a menos que alguna vez hubo una felicidad perteneciente al hombre, de la que solo quedan los rastros más débiles, en ese vacío que intenta llenar con todo lo que está a su alcance? 173 174 Al rebelarse contra el Rey de reyes, la humanidad abdicó el dominio sobre la tierra. Pero Cristo nos restaurará al trono ocupado tan brevemente por Adán y Eva. Nos entregará el Reino. Él les dijo a sus discípulos: "No tengan miedo, rebaño pequeño, porque su Padre se ha complacido en darle el reino" (Lucas 12:32). SERVICIO COMO PREMIO Aquellos que salgan de la Gran Tribulación serán especialmente recompensados al recibir un lugar "ante el trono de Dios", donde "lo servirán día y noche" (Apocalipsis 7:14-15). Note que el Maestro recompensa a sus fieles servidores no quitando responsabilidades sino dándoles mayores. El servicio es una recompensa, no un castigo. Esta idea es extraña para las personas que no les gusta su trabajo y solo lo soportan hasta la jubilación. Creemos que el trabajo fiel debe ser recompensado con unas vacaciones por el resto de nuestras vidas. Pero Dios nos ofrece algo muy diferente: más trabajo, más responsabilidades, mayores oportunidades, junto con mayores habilidades, recursos, sabiduría y empoderamiento. Tendremos mentes agudas, cuerpos fuertes, un propósito claro y una alegría constante. Mientras más sirvamos a Cristo ahora, mayor será nuestra capacidad para servirle en el cielo. Reinar sobre las ciudades ciertamente no será "no tener nada que hacer". Creo que aquellos que gobiernan las ciudades en la Nueva Tierra tendrán tiempo libre (descanso) y lo disfrutarán plenamente, pero tendrán mucho que hacer. Dallas Willard sugiere: "Tal vez sería un buen ejercicio para cada uno de nosotros preguntarnos: ¿En verdad, cuántas ciudades podría gobernar ahora bajo Dios? Si, por ejemplo, Baltimore o Liverpool me fueran entregadas, con poder para hacer lo que quiero con él, ¿cómo resultarían las cosas? Una respuesta honesta a esta pregunta podría hacer mucho para prepararnos para nuestro futuro eterno en este universo ". 175 ¿Se les dará a todos la oportunidad de gobernar en el nuevo universo? El apóstol Pablo dijo que las recompensas eternas están disponibles "no solo para mí, sino también para todos los que han anhelado su aparición" (2 Timoteo 4: 8). La palabra todo es alentadora. "El Señor recompensará a todos por el bien que haga, ya sea esclavo o libre" (Efesios 6:8). La palabra todos nuevamente es alentadora. No serán solo unos pocos elegidos recompensados con posiciones de liderazgo. ¿Deberíamos estar entusiasmados de que Dios nos recompensará al hacernos gobernantes en su Reino? Absolutamente. Jesús dijo: "Alégrate y alégrate, porque grande es tu recompensa en el cielo" (Mateo 5:12). Dios elegirá quién reina como reyes, y creo que nos esperan grandes sorpresas. Cristo nos da pistas en las Escrituras sobre el tipo de persona que elegirá: "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos ... Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra ... Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos "(Mateo 5:3, 5,10); "'Dios se opone al orgulloso pero da gracia al humilde'. Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los levante a su debido tiempo "(1 Pedro 5:5-6). Mira a tu alrededor para ver a los mansos y los humildes. Pueden incluir barrenderos, ayudantes de cerrajería, conductores de autobuses o madres que se quedan en casa que pasan sus días cambiando pañales, lavando ropa, empacando almuerzos, secando lágrimas y conduciendo autos para Dios. Una vez le di uno de mis libros a un encantador botones del hotel. Descubrí que era un cristiano comprometido. Dijo que había estado orando por nuestro grupo, que estaba celebrando una conferencia en el hotel. Más tarde, le di un pequeño regalo, una cruda cruz de madera. Parecía aturdido, abrumado. Con lágrimas en los ojos, dijo: "No necesitabas hacer eso. Solo soy un botones". En el momento en que lo dijo, me di cuenta de que este hermano había pasado su vida sirviendo. Es probable que sea alguien como él que tenga el privilegio de servir en el Reino de Dios. Era "solo un botones" que hablaba con calidez y amor, que servía, que rezaba en silencio en el fondo por el éxito de una conferencia en su hotel. Vi a Jesús en ese botones, y no había "solo" sobre él. ¿Quiénes serán los reyes de la Nueva Tierra? Creo que el botones será uno de ellos. Y tendré el honor de llevar sus maletas. PARTE II PREGUNTAS Y RESPUESTAS ACERCA DEL CIELO SECCIÓN OCHO ¡CÓMO SERÁ LA TIERRA RESTAURADA? C A P I T U L O 23 ¿SERÁ LA NUEVA TIERRA UN PARAÍSO EDÉNICO? Este mundo, incluidas sus maravillas naturales, nos proporciona anticipos y vislumbres del próximo mundo. Estas personas, incluyéndonos a nosotros mismos, nos dan anticipos y vislumbres de las nuevas personas por venir. Esta vida, incluida su cultura, nos proporciona anticipos y vislumbres de la próxima vida. Si tomamos literalmente las representaciones terrenales de la vida en la Nueva Tierra, nos permite hacer una conexión directa con nuestras vidas actuales. Cuando estoy comiendo con gente aquí, disfrutando de la comida y la amistad, es un puente hacia cuando estaré comiendo allí, disfrutando de la comida y la amistad. Esto no está dando un salto a la oscuridad de una vida futura sombría; solo está dando unos pasos naturales a la luz que las Escrituras nos dan. Toda alegría en la tierra, incluida la alegría de la reunión, es un indicio, un susurro de mayor alegría. El Gran Cañón, los Alpes, las selvas tropicales del Amazonas, la llanura del Serengeti, estos son bocetos de la Nueva Tierra. Un día podemos decir, como dijo un personaje de una de mis novelas: "Las mejores partes del viejo mundo eran anticipos de este. Como pequeños anticipos, como lamer la cuchara del estofado de carne de mamá una hora antes de la cena". 176 Toda nuestra vida hemos estado soñando con la Nueva Tierra. Cada vez que vemos belleza en el agua, el viento, las flores, los ciervos, los hombres, las mujeres o los niños, vislumbramos el cielo. Al igual que el Jardín del Edén, la Nueva Tierra será un lugar de deleite sensorial, belleza impresionante, relaciones satisfactorias y alegría personal. Dios mismo preparó el primer hogar de la humanidad en la Tierra. "Ahora el Señor Dios había plantado un jardín en el este, en el Edén; y allí puso al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo crecer toda clase de árboles del suelo, árboles que eran agradables a la vista y buenos. para comer "(Génesis 2: 8-9). La frase "plantó un jardín" muestra el toque personal de Dios, su interés íntimo en los detalles creativos del hogar de la humanidad. De la misma manera que Dios prestó atención a los detalles del hogar que preparó para Adán y Eva en el Edén, Cristo está prestando atención a los detalles mientras nos prepara un hogar eterno en el cielo (Juan 14: 2-3). Si preparó el Edén con tanto cuidado y generosamente para la humanidad en los seis días de la creación, ¿qué ha diseñado en el lugar que nos ha estado preparando en los dos mil años desde que dejó este mundo? Dios se derramó a sí mismo, su creatividad y su amor para hacer el Edén para sus criaturas. Pero en ese momento, eso era todo lo que éramos: sus criaturas, sus portadores de imágenes. Ahora que somos sus dos hijos y su novia, elegidos de la raza humana para vivir con él para siempre, ¿esperaríamos más o menos que Edén? Más, por supuesto. Y eso es exactamente lo que será la Nueva Tierra. ¿SERÁ LA NUEVA TIERRA UN REGRESO A EDEN? Algunas personas suponen que la Nueva Tierra "comenzará de nuevo" con el paraíso original de Edén. Sin embargo, las Escrituras demuestran lo contrario. La Nueva Tierra, como hemos visto, incluye una transferencia de cultura y naciones. La historia no comenzará de nuevo con la Nueva Tierra más de lo que comenzó la historia cuando Adán y Eva fueron desterrados del Jardín. Eden fue parte de la historia. Hubo una continuidad directa del mundo anterior a la caída al mundo posterior a la caída. Del mismo modo, habrá una continuidad directa entre la vieja Tierra moribunda y la Nueva Tierra resucitada. La caída del terremoto dividió la historia, pero no terminó la historia. La resurrección de todas las cosas dividirá la historia de la Tierra, pero no la terminará. La cultura no regresará al Edén, donde los instrumentos musicales aún no se habían inventado o donde el trabajo en metal y otras innumerables habilidades aún no se habían desarrollado (Génesis 4: 20-22). El hecho de que Dios menciona en la Escritura estos y otros ejemplos de progreso tecnológico sugiere que aprobó el uso de la creatividad y las habilidades para desarrollar la sociedad, a pesar de que la Maldición obstaculizó a las personas. Algunas personas esperan que la Nueva Tierra sea un regreso al Edén, sin tecnología ni los logros de la civilización. Pero eso no se ajusta a la imagen bíblica de la gran ciudad, la Nueva Jerusalén. Tampoco es lógico. ¿Esperaríamos en la Nueva Tierra una reinvención literal de la rueda? Considere esta analogía: un joven ha estado enfermo desde la infancia y de repente está curado. ¿Se convierte de nuevo en un bebé? No. Es un hombre joven y bueno. Él no regresa y comienza de nuevo desde el punto en que su salud se deterioró. Más bien, él continúa desde donde está, pasando desde allí. No abandona el conocimiento y las habilidades que ha desarrollado. Simplemente es mucho más capaz de usarlos ahora que ha sido curado. Habiendo usado tal ilustración, Albert Wolters dice: Por analogía, la salvación en Jesucristo, concebida en el sentido amplio de la creación, significa una restauración de la cultura y la sociedad en su etapa actual de desarrollo. Esa restauración no necesariamente se opondrá a la alfabetización o la urbanización o la industrialización o al motor de combustión interna, aunque estos desarrollos históricos han llevado a sus propias distorsiones o males. En cambio, la venida del reino de Dios exige que estos desarrollos sean reformados, que se les haga responsables de su estructura de creación, y que estén sujetos a las ordenanzas del Creador. 177 ¿Comenzará la Nueva Tierra como un nuevo Edén, o contendrá los beneficios acumulativos del conocimiento humano, el arte y la tecnología? La vida en la nueva creación no será una reprimenda de todas las cosas, una vuelta a la forma en que eran las cosas al principio. Más bien, la vida en la nueva creación será una restauración de todas las cosas, que implicará la eliminación de toda impureza pecaminosa y la retención de todo lo que es santo y bueno. Si la nueva creación excluyera la diversidad de las naciones y la gloria de los reyes de la tierra, sería empobrecida en lugar de enriquecida, históricamente regresiva y reaccionaria en lugar de progresiva. Para expresar el punto en forma de pregunta: ¿es probable que la música de Bach y Mozart, la pintura de Rembrandt, la escritura de Shakespeare, los descubrimientos de la ciencia, etc., se pierdan por completo en la vida de la nueva creación? 178 ¿CÓMO ANTICIPA EDEN LA NUEVA TIERRA? Eden no era solo un jardín. Era una tierra entera de maravillas naturales. El río Pishon, originario del Edén, fluyó "a través de toda la tierra de Havilah ... (El oro de esa tierra es bueno; la resina aromática y el ónix también están allí)" (Génesis 2: 1112). La preciosa piedra de ónix se encontraba no solo cerca del Edén, sino también en el Edén (Ezequiel 28:13). Más adelante en la historia de Israel, Dios le ordenó al sumo sacerdote usar dos piedras de ónice con los nombres de las doce tribus escritas en ellas. Dios llama a estas "piedras conmemorativas" (Éxodo 28: 9-12). No solo los nombres, sino las piedras en sí, aparentemente eran monumentos conmemorativos. ¿Pero qué conmemorarían las piedras de ónice? Los pasajes de Génesis y Ezequiel sugieren la respuesta: Edén. Las piedras de ónice sobre los hombros del sumo sacerdote servían para recordar a la gente del Edén, la Tierra perfecta que debería mantenerse viva en los corazones, sueños y esperanzas del pueblo de Dios. Dios quería que su pueblo mirara al Templo y al sumo sacerdote, un símbolo de la humanidad reconciliada con Dios, y recordara el Edén, donde la gente vivía en comunión con Dios. Las piedras sugirieron que, al redimir a la humanidad, Dios los restauraría al Edén. 179 La referencia bíblica final a las piedras de ónix, y la única en el Nuevo Testamento, nos dice que estarán en los cimientos de los muros de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21: 19-20). El ónice del Edén y los hombros del sumo sacerdote, que representan dos lugares donde Dios habitó con su pueblo, se mostrarán en la Ciudad Santa, donde Dios vivirá para siempre con su pueblo. Por lo tanto, el ónice en el sumo sacerdote y en el Templo simultáneamente nos señala nuestro pasado en el Edén y nuestro futuro en la Nueva Tierra. Así como el Edén es nuestro punto de referencia hacia atrás, la Nueva Tierra es nuestro punto de referencia hacia el futuro. Deberíamos esperar que la Nueva Tierra sea como el Edén, solo que mejor. Eso es exactamente lo que promete la Escritura. Observe la restauración de la tierra a las cualidades del Edén profetizadas en estos pasajes: De hecho, el Señor consolará a Sión; él confortará todos sus lugares de desperdicio. Y hará su desierto como el Edén, y su desierto como el jardín del Señor; alegría y alegría se encontrarán en ella, acción de gracias y el sonido de una melodía. (Isaías 51: 3, NASB) Dirán: "Esta tierra desolada se ha convertido en el jardín del Edén; y las ciudades desoladas, desoladas y en ruinas están fortificadas y habitadas". (Ezequiel 36:35, NASB) El desierto y el páramo se alegrarán por ellos, y el desierto se regocijará y florecerá como la rosa. (Isaías 35: 1, NKJV) En lugar de la espina subirá el árbol de ciprés, y en lugar del brier subirá el árbol de mirto. (Isaías 55:13, NKJV) Comentando sobre tales pasajes, el teólogo Anthony Hoekema escribe: "Las profecías de esta naturaleza deben entenderse como descripciones de la nueva tierra, que Dios traerá a la existencia después de que Cristo venga nuevamente, una tierra nueva que durará, no solo por mil años, pero para siempre ... Mantener en mente la doctrina de la nueva tierra ... abrirá el significado de grandes porciones de la literatura profética del Antiguo Testamento de maneras sorprendentemente nuevas ". 180 ¿CÓMO SERÁ LA NUEVA NATURALEZA? Nunca hemos visto a hombres y mujeres como estaban destinados a ser. Nunca hemos visto animales como eran antes de la caída. Solo vemos restos estropeados de lo que una vez fue. Del mismo modo, nunca hemos visto la naturaleza desencadenada e intacta. Solo lo hemos visto maldito y en descomposición. Sin embargo, incluso ahora vemos mucho que nos agrada y nos emociona, moviendo nuestros corazones a la adoración. Si el "lado equivocado" del cielo puede ser tan hermoso, ¿cómo se verá el lado derecho? Si los restos humeantes son tan impresionantes, ¿cómo se verá la Tierra cuando resucite y se haga nueva, restaurada al original? En el sentido más verdadero, los peregrinos cristianos tienen lo mejor de ambos mundos. Tenemos gozo cada vez que este mundo nos recuerda lo siguiente, y nos consuela cuando no es así. C. S. Lewis CS Lewis y JRR Tolkien vieron la verdad central en las antiguas mitologías, y en sus libros nos dan una idea de las personas, las bestias y los árboles que están vibrantemente vivos. Lo que nos depara es lo que hemos visto solo en vislumbres disminuidos. Como Lewis y Tolkien se dieron cuenta, "las fábulas paganas del paraíso eran recuerdos tenues y distorsionados del Edén". 181 La belleza terrenal que vemos ahora no se perderá. No vamos a negociar la belleza de la Tierra para el Cielo de, pero conservar la belleza de la Tierra y ganar la belleza aún más profunda. Como viviremos para siempre con la gente de este mundo, redimidos, disfrutaremos para siempre de las bellezas de este mundo, redimidos. CS Lewis dijo: "Queremos algo más que difícilmente se pueda expresar con palabras: unirnos con la belleza que vemos, transmitirla, recibirla en nosotros mismos, bañarnos en ella, formar parte de ella". 182 Y así lo haremos. ¿LOS LUGARES DE ESTA TIERRA SERÁN RESURRECTADOS A LA NUEVA TIERRA? Al volverse nuevo, ¿retendrá la vieja Tierra gran parte de lo que alguna vez fue? La Nueva Tierra seguirá siendo la misma Tierra que el nuevo nosotros aún seremos nosotros. "El mundo en el que entraremos en la parusía de Jesucristo es ... no otro mundo; es este mundo, este cielo, esta tierra; sin embargo, ambos pasaron y se renovaron. Son estos bosques, estos campos, estas ciudades, estas calles, estas personas, que serán el escenario de la redención ". 183 ¿No deberíamos esperar, entonces, que algunas de las mismas características geológicas de la vieja Tierra caractericen a la nueva? ¿No deberíamos esperar que el cielo de la Nueva Tierra sea azul? ¿Podría Dios remodelar las selvas tropicales o el Gran Cañón? Si la tierra se convierte en la Nueva Tierra, ¿podría Lake Louise convertirse en la Nueva Lake Louise? ¿Podríamos viajar a un lugar familiar y decir: "Este es el lugar en el que nos paramos", en el mismo sentido podremos decir: "Estas son las manos que solía ayudar a los necesitados"? En The Last Battle, CS Lewis retrata a la niña Lucy mientras llora la pérdida de Narnia, un gran mundo creado por Asia, un mundo querido que asumió que había sido destruido para siempre. Jewel, el unicornio, también está de luto y llama a su amada Narnia "El único mundo que he conocido". Aunque Lucy y su familia y amigos están en el umbral del país asiático (cielo), todavía mira a Narnia y siente una profunda pérdida. Pero a medida que se adentra en el país asiático, se da cuenta de algo totalmente inesperado. Lo que sucede después, creo, refleja la revelación bíblica de la Nueva Tierra: "Esas colinas", dijo Lucy, "las bonitas de madera y las azules detrás, no son muy parecidas a la frontera sur de Narnia". "¡Me gusta!" gritó Edmund después de un momento de silencio. "Por qué son exactamente como. Mira, ahí está el Monte Pire con su cabeza bifurcada, ¡y ahí está el paso hacia Archenland y todo!" "Y sin embargo no son como", dijo Lucy. "Son diferentes. Tienen más colores y miran más lejos de lo que recordaba y son más ... más ... oh, no sé ...". "Más bien como la cosa real", dijo Lord Digory suavemente. De repente, Visión lejana, el Águila extendió sus alas, se elevó a treinta o cuarenta pies en el aire, dio vueltas y luego se posó en el suelo. "Reyes y reinas", gritó, "todos hemos sido ciegos. Solo estamos empezando a ver dónde estamos. Desde allí lo he visto todo: Ettinsmuir, Beaversdam, el Gran Río y Cair Paravel aún brillan en el borde del Mar del Este. Narnia no está muerta. Esto es Narnia ". "¿Pero ¿cómo puede ser?" dijo Peter "Porque los asiáticos nos dijeron a los mayores que nunca deberíamos regresar a Narnia, y aquí estamos". "Sí", dijo Eustaquio. "Y lo vimos todo destruido y el sol se apagó". "Y todo es muy diferente", dijo Lucy. "El águila tiene razón", dijo Lord Digory. "Escucha, Peter. Cuando Asian dijo que nunca podías volver a Narnia, se refería a la Narnia en la que estabas pensando. Pero esa no era la verdadera Narnia. Eso tenía un principio y un final. Era solo una sombra o una copia de la verdadera Narnia, que siempre ha estado aquí y siempre estará aquí: así como nuestro propio mundo, Inglaterra y todo, es solo una sombra o copia de algo en el mundo real de Asia. No es necesario llorar por Narnia, Lucy. la vieja Narnia que importaba, todas las queridas criaturas, han sido atraídas a la verdadera Narnia a través de la puerta. Y, por supuesto, es diferente; tan diferente como una cosa real es de una sombra o como la vida despierta es de un sueño ". . . . La diferencia entre la antigua Narnia y la nueva Narnia era así. El nuevo era un país más profundo: cada roca, flor y brizna de hierba parecía que significara más. No puedo describirlo mejor que eso: si alguna vez llegas allí, sabrás a qué me refiero. Fue el Unicornio quien resumió lo que todos estaban sintiendo. Golpeó su casco derecho en el suelo y relinchó y luego lloró: "¡Por fin he llegado a casa! ¡Este es mi verdadero país! Pertenezco aquí. Esta es la tierra que he estado buscando toda mi vida, aunque nunca lo supe hasta ahora. La razón por la que amamos a la antigua Narnia es que a veces se parecía un poco a esto ". 184 Lewis capturó la teología bíblica de la Vieja y Nueva Tierra, y la continuidad entre ellos, mejor que cualquier teólogo que haya leído. ¿Captó su mensaje? Nuestro mundo es una Tierra Sombría, una copia de algo que alguna vez fue Edén, y que seguirá siendo, la Nueva Tierra. Toda la vieja Tierra que importa será llevada al Cielo, para ser parte de la Nueva Tierra. A través de la serie The Chronicles of Narnia, nosotros y nuestros hijos podemos aprender a imaginar el Cielo prometido en la Tierra de una manera bíblica y convincente † Podemos aprender a anticipar la naturaleza, la cultura y la humanidad que serán, como dijo Lord Digory, " más como la cosa real ". Lewis va aún más lejos en The Last Battle: "¡Por qué!" exclamó Peter. "Es Inglaterra. Y esa es la casa misma: ¡la antigua casa del profesor Kirk en el país donde comenzaron todas nuestras aventuras!" "Pensé que esa casa había sido destruida", dijo Edmund. "Así fue", dijo el Fauno. "Pero ahora estás viendo la Inglaterra dentro de Inglaterra, la verdadera Inglaterra, así como esta es la verdadera Narnia. Y en esa Inglaterra interior no se destruye nada bueno". 185 Basado en lo que las Escrituras nos dicen de la Nueva Tierra y la Nueva Jerusalén, y que ciertas cosas serán restauradas, creo que lo que Lewis imagina es muy posible. En la Nueva Tierra veremos la raz / Tierra, que incluye las cosas buenas no solo de la creación natural de Dios sino también de la expresión creativa de la humanidad para la gloria de Dios. En la Nueva Tierra, nada bueno será destruido. ¿PERDEREMOS LA ANTIGUA TIERRA? La Nueva Tierra será un lugar de curación (Apocalipsis 22: 2). Ministerio de sanidad de Cristo fue por lo tanto un anticipo del Cielo, el lugar en el que todas las heridas se curan, todo el sufrimiento para siempre eclipsado byjoy Siempre que Jesús sanó a las personas, el acto habló de integridad y la salud, la perfección original de Adán y Eva, y la llegada perfección del resucitado cuerpos y espíritus Cada curación era un monumento al Edén que era y una señal a la Nueva Tierra que será. A medida que ponemos nuestras mentes y nuestros corazones en el Cielo, no solo debemos volver al Jardín del Edén, sino también avanzar a la Ciudad Santa, donde experimentaremos tanto las riquezas de la naturaleza sin arruinar como la creatividad humana desatada. Todo cambia cuando comprendemos que todo lo que amamos de la vieja Tierra será nuestro en la Nueva Tierra, ya sea de la misma forma u otra. Una vez que comprendamos esto, no nos arrepentiremos de haber dejado todas las maravillas del mundo que hemos visto o llorar por no haber visto sus innumerables maravillas. ¿Por qué? Porque aún podremos verlos. Dios ya no ha terminado con la tierra como tampoco lo hizo con nosotros. † Animo a los padres a que lean en voz alta a sus familiares la serie The Chronicles of Narnia o que escuchen los libros completos en producciones de audio de radio teatro publicados por Tyndale y Focus on the Family. C A P I T U L O 24 ¿QUÉ ES LA NUEVA JERUSALÉN? La Escritura describe el Cielo como un país (Lucas 19:12; Hebreos 11:14 16) y una ciudad (Hebreos 12:22; 13:14; Apocalipsis 21:2). Quince veces en Apocalipsis 21 y 22, el lugar donde Dios y su pueblo vivirán juntos se llama ciudad. La repetición de la palabra y la descripción detallada de la arquitectura, las paredes, las calles y otras características de la ciudad sugieren que el término ciudad no es simplemente una forma de hablar, sino una ubicación geográfica literal. Después de todo, ¿dónde esperamos que vivan las personas físicamente resucitadas si no en un entorno físico? Todos saben lo que es una ciudad: un lugar con edificios, calles y residencias ocupadas por personas y sujetas a un gobierno común. Las ciudades tienen habitantes, visitantes, eventos culturales de actividad bulliciosa y reuniones que involucran música, artes, educación, religión, entretenimiento y atletismo. Si la ciudad capital de la Nueva Tierra no tiene estas características definitorias de una ciudad, parecería engañoso que las Escrituras la llamen repetidamente ciudad. La ciudad en el centro del futuro Cielo se llama la Nueva Jerusalén. La ciudad es retratada como una ciudad amurallada; Su seguridad está fuera de toda duda. Está encaramado en la cima de una colina que ningún ejército invasor podría ascender. Los muros de la ciudad son tan gruesos que ningún motor de asalto podría atravesarlos y tan altos que ningún humano podría esperar escalarlos. (Por supuesto, la ciudad nunca será atacada, pero su estructura nos recordará el poder y el compromiso de Dios para proteger a su pueblo). Cuando pienso en los muros de la Nueva Jerusalén, recuerdo la mañana en que un pastor vino a verme. Su hijo adolescente Kevin, quien también era su mejor amigo, había muerto cuatro meses antes. Este pastor había asistido recientemente a un curso de seminario que enseñé, "Una teología del cielo". Por la gracia de Dios, la clase había consolado y animado a este hombre. Cuando el pastor se sentó en mi oficina, abrió la mano para revelar una hermosa piedra rojiza y pulida. Nunca había visto algo así. Dijo que era jaspe, que reconocí como una piedra que constituirá los muros de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:18). La piedra fue un recordatorio de su hijo Kevin y de la seguridad de que él y su hijo vivirán juntos nuevamente en una gloriosa ciudad con paredes de jaspe. El pastor insistió en que me quedara la piedra de jaspe. Él dijo: "Quiero que sepas que estoy orando por ti mientras escribes tu libro sobre el Cielo. Y quiero que tengas esta piedra para recordarte la realidad del Cielo". A menudo miro la piedra y la sostengo en mi mano. Cuanto más lo hago, más hermoso se vuelve. No es fantasmal; es sólido y sustancial, como el lugar que nos espera. ¿CUÁLES SON LAS DIMENSIONES DE LA CIUDAD? Las dimensiones exactas de la ciudad son medidas por un ángel y se informa que son 12,000 estadios, el equivalente a 1,400 millas o 2,200 kilómetros, en longitud, ancho y altura (Apocalipsis 21: 15-16). Aunque estas proporciones pueden tener una importancia simbólica, esto no significa que no puedan ser literales. De hecho, las Escrituras enfatizan que las dimensiones se dan en la "medida del hombre" (Apocalipsis 21:17). Si la ciudad realmente tiene estas dimensiones (y no hay razón para que no pueda), ¿qué más podríamos esperar que Dios diga para convencernos? (Trato si las dimensiones son literales en el apéndice B, "Interpretación literal y figurativa"). Una metrópolis de este tamaño en el medio de los Estados Unidos se extendería desde Canadá hasta México y desde los Montes Apalaches hasta la frontera con California. La Nueva Jerusalén es todo el espacio cuadrado que cualquiera podría pedir. Aún más sorprendente es la altura de 1,400 millas de la ciudad. Algunas personas sugieren que este es el alcance de las torres y torres más altas de la ciudad, que se alzan sobre edificios de menor altura. Si es así, argumentan que se parece más a una pirámide que a un cubo. No debemos preocuparnos de que el cielo esté lleno de gente. El nivel del suelo de la ciudad será de casi dos millones de millas cuadradas. Esto es cuarenta veces más grande que Inglaterra y quince mil veces más grande que Londres. Es diez veces más grande que Francia o Alemania y mucho más grande que India. Pero recuerde, eso es solo el nivel del suelo. Dadas las dimensiones de un cubo de 1,400 millas, si la ciudad constara de diferentes niveles (no lo sabemos), y si cada historia tuviera una generosa altura de doce pies, la ciudad podría tener más de 600,000 historias. Si estuvieran en diferentes niveles, miles de millones de personas podrían ocupar la Nueva Jerusalén, con muchas millas cuadradas por persona. Si estos números son figurativos, no literales (y eso es ciertamente posible), seguramente todavía están destinados a transmitir que el hogar del pueblo de Dios será extremadamente grande y espacioso. La forma del cubo de la Nueva Jerusalén nos recuerda la forma del cubo del Lugar Santísimo en el Templo (1 Reyes 6:20), las tres dimensiones tal vez sugestivas de las tres personas de la Trinidad. Dios vivirá en la ciudad, y es su presencia la que será su mayor característica. ¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LAS PUERTAS DE LA CIUDAD? La ciudad tiene "un gran muro alto con doce puertas y con doce ángeles en las puertas. En las puertas estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. Había tres puertas en el este, tres en el norte, tres en el sur y tres en el oeste "(Apocalipsis 21:12-13). Las puertas de una ciudad eran importantes por varias razones. Primero, eran un lugar de defensa de los enemigos. Por lo general, las puertas de la ciudad estaban cerradas por la noche para evitar los peligros. Incluso Disneylandia, "el lugar más feliz de la tierra", cierra sus puertas por la noche. Sin embargo, las Escrituras nos dicen: "En ningún día se cerrarán las puertas [de la Nueva Jerusalén]" (Apocalipsis 21:25). ¿Por qué las puertas pueden permanecer abiertas? Porque las doce puertas de la ciudad son atendidas por doce ángeles. Por supuesto, no habrá enemigos fuera de las puertas de la ciudad: toda la Nueva Tierra estará llena del conocimiento de Dios (Habacuc 2:14). Y los ciudadanos de fuera de las puertas viajarán regularmente a través de ellos (Apocalipsis 21:24,26). Todos los enemigos del Reino serán arrojados para siempre en el lago de fuego, lejos de la Nueva Tierra. Por lo tanto, las puertas permanecerán abiertas, sin necesidad de búsquedas ni detectores de metales. Cualquier ciudadano de la Nueva Tierra es siempre bienvenido, siempre libre de venir a la ciudad capital, ¡e incluso acceder al trono del Rey! Las puertas abiertas vigiladas por los ángeles nos recuerdan que nuestra seguridad ha sido comprada y asegurada permanentemente por nuestro Dios. Desde puntos de vista opuestos del mundo cristiano, desde diferentes sectores de la vida y el carácter humano, a través de diversas expresiones de su fe y esperanza comunes, a través de diversos modos de conversión, a través de diferentes porciones de la Sagrada Escritura, los viajeros cansados entrarán en la Ciudad Celestial y se encontrarán entre sí, "no sin sorpresa", en las orillas del mismo río de la vida. DWIGHT L.MOODY Las puertas abiertas de la ciudad son un gran ecualizador. No hay elitismo en el cielo; todos tendrán acceso a causa de la sangre de Cristo. Su muerte es el boleto de admisión a todos los rincones de la Nueva Jerusalén. La gente no tendrá que demostrar su valía ni comprar a través de las puertas. Todas las personas tendrán acceso a los parques, museos, restaurantes, bibliotecas, conciertos de la ciudad, todo lo que la ciudad tiene para ofrecer. Nadie tendrá que mirar por encima de la valla o mirar con nostalgia por las ventanas. Las puertas son donde la gente entra y sale de la ciudad. Las grandes distancias involucradas (tres puertas en cada lado de la ciudad, que miden más de 1,400 millas) sugieren que cada puerta puede salir a un país diferente, quizás cada una con un terreno radicalmente diferente. Imagínese a personas de todas las nacionalidades, colores y vestidos que entran y salen de la ciudad, algunas personas que se van a una tarea o misión, algunas que van a una aventura, otras que vienen a un banquete o van a visitar amigos y seres queridos. La gente siempre se ha reunido en las puertas de la ciudad para compartir noticias y contar historias. ¿Las personas en la Nueva Tierra serán menos relacionales de lo que somos ahora? No, seremos liberados para ser más relacionales, sin los temores, las deficiencias y los pecados que actualmente nos atormentan. Estaremos ansiosos por escuchar las historias de otras personas, y todos tendremos nuestras propias historias que contar, y podremos contarlas mejor que nunca. Nadie tendrá que preguntarse si se les está diciendo la verdad, ya que no habrá engaño (Apocalipsis 21:8). ¿Debemos tomar las referencias a los muros y puertas de la ciudad al pie de la letra? Algunas personas dicen que no: "Estas descripciones, por supuesto, no deben tomarse literalmente. Son vívidas metáforas poéticas para una realidad que es indestructible, reluciente, incalculablemente preciosa ... Si nos invitan a dar un paseo, la mayoría de nosotros lo haríamos". prefieren un camino rural frondoso a una calle pavimentada con oro. Uno es natural e instantáneamente atractivo; el otro parece sin vida y fabricado ". 186 Como trataremos en el apéndice B, no debemos descartar las descripciones físicas de la gran ciudad. Las calles pueden estar hechas de oro real y aún tener un significado simbólico. Mi anillo de bodas me recuerda mi compromiso con mi esposa, pero eso no significa que no sea un anillo literal. Las puertas abiertas del cielo nos recordarán la accesibilidad de Dios, pero eso no significa que no sean puertas literales. Creo que sería más divertido de lo que la mayoría de los comentaristas suponen caminar en una calle pavimentada con oro. He tenido excelentes caminatas sobre el asfalto, ¿qué tiene de malo el oro? Nos equivocamos al suponer que debemos caminar por calles doradas o caminos arbolados. ¿Por qué no los dos? ¿CÓMO SERÁ PARA LOS CIUDADANOS DE LA CIUDAD? Ser parte de una ciudad es ser ciudadano, lo que implica responsabilidades y privilegios. El apóstol Pablo les recordó a los filipenses, orgullosos de su ciudadanía romana: "Nuestra ciudadanía está en el cielo" (Filipenses 3:20). Tenga en cuenta el verbo en la declaración: Nuestra ciudadanía "es", "no" será "en el cielo. Aunque nuestra ciudadanía en el cielo está presente, nuestra residencia allí es futura. Las personas nacidas lejos del país natal de su padre siguen siendo ciudadanos de ese país, a pesar de que nunca han vivido allí. Un día, como hijos y herederos del rey del cielo, entraremos en plena posesión de nuestra tierra natal, que gobernaremos para la gloria de nuestro Padre. El pueblo de Dios fue una vez nómada, vagando por el desierto del Sinaí durante cuarenta años. Finalmente se establecieron en ciudades. La Nueva Jerusalén será una ciudad sólida y permanente, asegurada por mucho más que estacas de carpa. La mayor fortaleza de un edificio es su base. La Nueva Jerusalén no tiene una base, sino doce, cada una decorada con una gema diferente (Apocalipsis 21: 14,19-20). Además, esta ciudad está construida por Dios mismo. En los tiempos del Antiguo Testamento, Abraham "esperaba la ciudad con fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios" (Hebreos 11:8-10). La Nueva Jerusalén es esa ciudad. Lo que sea que Dios construya durará. La gente me ha dicho que no pueden entusiasmarse con la Nueva Jerusalén porque no les gustan las ciudades. Pero esta ciudad será diferente: tendrá todas las ventajas que asociamos con las ciudades terrenales, pero ninguna de las desventajas. La ciudad estará llena de maravillas naturales, magnífica arquitectura, cultura próspera, pero no tendrá delitos, contaminación, sirenas, muertes por accidentes de tránsito, basura o personas sin hogar. Realmente será el Cielo en la Tierra. Si crees que odias las ciudades, rápidamente cambiarás de opinión cuando veas esta. Imagine moverse por la ciudad para disfrutar de las artes, la música y los deportes sin carteristas, tiendas de pornografía, drogas o prostitución. Imagine sentarse a comer y levantar copas para brindar por el Rey, quien será glorificado en cada placer que disfrutamos. Las huellas digitales del artista se verán en todas partes en la gran ciudad. Cada característica habla de sus atributos. Las piedras invaluables hablan de su belleza y grandeza. Las puertas abiertas hablan de su accesibilidad. Todos los que deseen venir a él en su trono pueden hacerlo en cualquier momento. Podemos aprender mucho sobre las personas caminando por sus casas. Todo el universo será la casa de Dios, y la Nueva Jerusalén será su sala de estar. Dios se deleitará en compartir con nosotros las glorias de su ciudad capital y la nuestra. C A P I T U L O 25 ¿CÓMO SERÁ LA GRAN CIUDAD? ¿Por qué se fueron Magellan y Columbus y todos los demás exploradores y sus tripulaciones en busca del "nuevo mundo"? Porque fuimos creados para buscar nuevos mundos. Fuimos creados para ser buscadores y exploradores. A medida que buscamos y exploramos la creación de Dios, creceremos en nuestro conocimiento de Dios, cada vez más motivados para explorar las maravillas de Dios mismo. Las demandas y distracciones de nuestra vida presente nos enseñan a dejar de lado o reprimir nuestro anhelo de explorar, pero aún así emerge. En la Nueva Tierra, ese deseo no se verá frustrado ni superado por consideraciones pragmáticas. Más bien, será estimulado y alentado por Dios, entre sí y todo lo que está dentro de nosotros. Sin embargo, el primer lugar que deseamos explorar será la ciudad más grande que haya existido: la capital de la Nueva Tierra. La Nueva Jerusalén será un lugar de belleza extravagante y maravillas naturales. Será un gran Edén, integrado con lo mejor de la cultura humana, bajo el reinado de Cristo. Más riqueza de la que se ha acumulado en toda la historia humana se distribuirá libremente en esta inmensa ciudad. ¿CUÁN EXTRAVAGANTE SERÁ LA CIUDAD? Presumiblemente, muchas otras ciudades estarán en la Nueva Tierra, como las que Jesús mencionó en las parábolas de la mayordomía (Lucas 19: 17-19). Los reyes de las naciones que traen sus tesoros a la Nueva Jerusalén deben venir y regresar a algún lugar, presumiblemente el campo y las ciudades que se encuentran más allá de la Nueva Jerusalén. Pero ninguna ciudad será como esta, ya que el Rey de reyes la llamará hogar. La capital del cielo estará llena de magnificencia visual. "Brillaba con la gloria de Dios, y su brillo era como el de una joya muy preciosa, como un jaspe, claro como el cristal" (Apocalipsis 21:11). John continúa describiendo la opulencia: "El muro estaba hecho de jaspe, y la ciudad de oro puro, tan puro como el vidrio. Los cimientos de los muros de la ciudad estaban decorados con todo tipo de piedras preciosas" (Apocalipsis 21:18-19) Luego, Juan nombra doce piedras, ocho de las cuales corresponden a las piedras del pectoral del sumo sacerdote (Éxodo 28:17-20). Las piedras preciosas y el oro representan una riqueza increíble, que sugiere las riquezas exorbitantes del esplendor de Dios. "Las doce puertas eran doce perlas, cada puerta hecha de una sola perla. La gran calle de la ciudad era de oro puro, como vidrio transparente" (Apocalipsis 21:21). Cada torre de la puerta está tallada en una sola perla enorme. "Entre los antiguos, la perla tenía el mayor valor entre las piedras preciosas". El texto no dice esto, pero los comentaristas a menudo sugieren que debido a que una perla se forma a través del dolor de la ostra, la perla puede simbolizar el sufrimiento de Cristo en nuestro nombre, así como la belleza eterna que puede salir de nuestro sufrimiento temporal. 187 ¿CUÁL ES EL RÍO DE LA VIDA? Juan describe una maravilla natural en el centro de la Nueva Jerusalén: "el río del agua de la vida, tan claro como el cristal, que fluye del trono de Dios y del Cordero por el centro de la gran calle de la ciudad" (Apocalipsis 22:1-2). ¿Por qué es importante el agua? Porque la ciudad es un centro de la vida humana y el agua es una parte esencial de la vida. Los fantasmas no necesitan agua, pero los cuerpos humanos sí. Todos sabemos lo que es tener sed, pero los lectores originales, que vivían en un clima seco como el hueso, comprendieron fácilmente la maravilla del agua dulce constantemente disponible, pura e incontaminada, capaz de satisfacer la sed más profunda. Note que la fuente de esta poderosa corriente es el trono de Dios, ocupado por el Cordero. Él es la fuente de todas las bellezas y maravillas naturales. Derivan su belleza del artista. El gran río refleja su naturaleza que calma la sed y satisface las necesidades. Él siempre satisface las necesidades de su gente y cumple sus anhelos. En la Nueva Tierra, no tendremos que abandonar la ciudad para encontrar la belleza natural. Se incorporará a la ciudad, con el río de la vida como fuente. El río fluye por la calle principal de la ciudad. Probablemente tiene innumerables afluentes que fluyen por el resto de la ciudad. ¿Puedes imaginarte gente hablando y riendo al lado de este río, metiendo sus manos y caras en el agua y bebiendo? Esta maravilla natural totalmente accesible en la calle principal de la ciudad es increíble, algo que se presentaría en cualquier folleto de viaje. La ciudad tiene muchas otras calles, por supuesto, pero ninguna como esta, ya que esta conduce directamente al trono del rey. El hecho de que el agua fluya hacia abajo sugiere la gran elevación del trono. Solo hay que seguir la calle, o el río, hasta su origen para llegar al centro de la ciudad: el trono del Cordero. ¿Qué es el árbol de la vida? Después de que John describe el río de la vida, menciona otra característica llamativa: "A cada lado del río estaba el árbol de la vida, con doce cosechas de fruta, produciendo su fruto cada mes. Y las hojas del árbol son para la curación de las naciones "(Apocalipsis 22:2). El árbol de la vida se menciona tres veces en Génesis 2, en el Edén, y nuevamente cuatro veces en Apocalipsis, tres de ellas en el capítulo final. Estas instancias parecen referirse al árbol de la vida literal de Edén. Se nos dice que el árbol de la vida está actualmente en el Paraíso, el Cielo intermedio (Apocalipsis 2:7). La Nueva Jerusalén misma, también en el Cielo actual, será derribada, árbol de la vida y todo, y colocada en la Nueva Tierra (Apocalipsis 21:2). Así como el árbol aparentemente fue reubicado desde el Edén hasta el Cielo actual, será reubicado nuevamente en la Nueva Tierra. En el Edén, el árbol parece haber sido una fuente de vida física continua. La presencia del árbol de la vida sugiere una provisión sobrenatural de la vida cuando Adán y Eva comieron el fruto que les proporcionó su Creador. Adán y Eva fueron diseñados para vivir para siempre, pero para hacerlo probablemente necesitaban comer del árbol de la vida. Una vez que pecaron, fueron expulsados del Jardín, separados del árbol y sujetos a muerte física, tal como habían experimentado la muerte espiritual. Desde el Edén, la muerte ha reinado a lo largo de la historia. Pero en la Nueva Tierra, nuestro acceso al árbol de la vida se restaura para siempre. (Note que no se menciona un árbol del conocimiento del bien y del mal para probarnos. Los redimidos ya han conocido el pecado y su devastación; ya no lo desearán). En la Nueva Tierra, comeremos libremente el fruto del mismo árbol que alimentó a Adán y Eva: "Al que venza, le daré el derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios" (Apocalipsis 2: 7). Una vez más, los seres humanos extraerán su fuerza y vitalidad de este árbol. El árbol no producirá un solo cultivo sino doce. La novedad y la frescura del cielo se demuestra en el rendimiento mensual de la fruta. La fruta no es simplemente para ser admirada sino consumida. Entonces veré, oiré y sabré todo lo que deseaba o deseaba a continuación; Y cada poder encuentra dulce empleo en ese eterno mundo de alegría. ISAAC WATTS La descripción del árbol de la vida en Apocalipsis 22 refleja exactamente lo que se profetiza en el Antiguo Testamento: "Árboles frutales de todo tipo crecerán en ambas orillas del río. Sus hojas no se marchitarán ni sus frutos fallarán. Todos los meses lo harán soportar, porque el agua del santuario fluye hacia ellos. Su fruto servirá como alimento y sus hojas para la curación "(Ezequiel 47:12). El comentarista William Hendriksen sugiere: "El término 'árbol de la vida' es colectivo, al igual que 'avenida' y 'río'. La idea no es que haya un solo árbol. No, hay un parque completo: filas enteras de árboles a lo largo del río; por lo tanto, entre el río y la avenida. Y esto es cierto con respecto a todas las avenidas de la ciudad. Por lo tanto, la ciudad sólo está lleno de parques, cf. Ap 2:7. Observar, por lo tanto, esta maravillosa verdad: la ciudad está llena de ríos de la vida. también está llena de parques que contienen árboles de la vida Estos árboles, además, están llenos de fruta ". 188 Esta visión más amplia del árbol de la vida explicaría el hecho de que el árbol crece a ambos lados de un gran río a la vez y produce doce tipos diferentes de fruta. (Por supuesto, incluso si Hendriksen se equivoca al suponer que el árbol de la vida es colectivo, es razonable que al igual que había otros árboles en el Edén, habrá otros árboles en la Nueva Tierra). Juan también nos dice que "las hojas del árbol son para la curación de las naciones" (Apocalipsis 22:2). Por tercera vez en Apocalipsis 21-22, los habitantes de la Nueva Tierra se conocen como naciones. Las naciones no serán eliminadas sino curadas. Pero como no experimentaremos dolor o enfermedad en el cielo, ¿cuál es el objetivo de las hojas para la curación? Quizás ellos, al igual que la fruta del árbol, tengan propiedades para mantener o mejorar la vida que ayudarán a las personas a mantener la salud y la energía. Nuestra vida física y nuestra salud, incluso nuestra curación, no proviene de nuestra naturaleza inmortal intrínseca, sino de participar de la provisión amable de Dios en los frutos y las hojas del árbol de la vida. Por lo tanto, nuestro bienestar no se otorga de una vez por todas, sino que será sostenido y renovado para siempre a medida que dependamos de él y aprovechemos su provisión. A algunas personas les resulta difícil entender por qué las personas perfectamente sanas necesitarán alimentos, agua y vegetación saludable en la Nueva Tierra. Parece que todavía tendremos necesidades, pero todas serán satisfechas. La naturaleza orgánica de las frutas comestibles y las hojas medicinales enfatiza el vínculo de la humanidad con la Tierra, lo que sugiere que la vida eterna no será tan diferente de la vida en el Edén como se supone a menudo. ¿LA NUEVA TIERRA TIENE OTRAS MARAVILLAS NATURALES? Lo que la Escritura nos dice sobre el río de la vida y el árbol de la vida y sus frutos es indicativo de las maravillas naturales que formarán parte de la Nueva Tierra. Así como "el árbol" probablemente incluye muchos árboles, "el río" probablemente se convierte en muchos ríos, que a su vez forman lagos. Como esta es la Nueva Tierra, debemos esperar propiedades geográficas de la Tierra: montañas, cascadas y otras maravillas naturales. Al describir la Nueva Tierra, Juan habla de "una montaña grande y alta" (Apocalipsis 21:10). Tenga en cuenta que John lo llama una montaña, no la montaña. Sabemos que la Nueva Tierra tiene al menos una montaña, y podemos suponer que tiene cientos o miles de ellas. Así como nuestros cuerpos de resurrección serán mejores que los actuales, las maravillas naturales de la Nueva Tierra probablemente serán más espectaculares que las que ahora conocemos. Podemos esperar montañas más magníficas y lagos y flores más hermosos que los de esta tierra. Si imaginamos que la Nueva Tierra tiene características cada vez menos bellas que la anterior, imaginamos la regresión de la Tierra. Lo menos que debemos esperar es la retención. Pero, de hecho, creo que hay muchas razones para anticipar la progresión. La representación de los metales preciosos y las piedras y la vasta arquitectura es lujosa más allá de la imaginación, al igual que las descripciones de los árboles a ambos lados del gran río, que producen nuevos frutos cada mes. Todo lo que Dios nos dice sugiere que miraremos hacia atrás en la Tierra actual y concluiremos, hablando creativamente, que Dios solo estaba "calentándose" y comenzando. Mira el historial de Dios en la creación de maravillas naturales en este universo. En Marte, el volcán Olympus Mons se eleva 79,000 pies, casi tres veces más alto que el Monte Everest. La base de Olympus Mons tiene 370 millas de ancho y cubriría todo el estado de Nebraska. El Valles Marineris es un vasto cañón que se extiende un sexto del camino alrededor de Marte. Tiene 2.800 millas de largo, 370 millas de ancho y 4.5 millas de profundidad. Cientos de nuestros Grandes Cañones podrían caber dentro de él. La Nueva Tierra puede tener características mucho más espectaculares que estas. Imagine lo que podríamos encontrar en el nuevo Marte o en los nuevos Saturno y Júpiter y sus magníficas lunas. Recuerdo vívidamente la emoción de ver por primera vez los anillos de Saturno a través de mi nuevo telescopio cuando tenía once años. Me entusiasmó y agitó mi corazón. Cinco años después, escuché el evangelio por primera vez y conocí a Jesús, pero las maravillas de los cielos me ayudaron a llegar a Dios. ¿Cuántas veces en el nuevo universo nos sorprenderá la maravilla de la creación de Dios? Recuerde, Dios hará los nuevos cielos, que corresponderán a los viejos y que, por lo tanto, incluirán versiones renovadas de los planetas, estrellas, nebulosas y galaxias que Dios creó en los primeros cielos. Las cascadas de la Nueva Tierra pueden empequeñecer a Niagara, o las Cataratas de Nueva Niágara pueden empequeñecer a la que conocemos ahora. Encontraremos formaciones rocosas más espectaculares que las de Yosemite, picos más altos que el Himalaya, bosques más profundos y más ricos que cualquier cosa que veamos en el noroeste del Pacífico. Algunos fenómenos terrestres actuales pueden no ocurrir en la Nueva Tierra, incluidos terremotos, inundaciones, huracanes y volcanes. Estas pueden ser aberraciones debido a la Maldición. El Reino de Dios se describe como uno "que no puede ser sacudido" (Hebreos 12:28). Sin embargo, tal vez los cimientos de los edificios de la Nueva Tierra sean tales que permanezcan sólidos en las tormentas o terremotos más violentos. En ese caso, podríamos superar un terremoto como si estuviéramos en una montaña rusa, experimentando la emoción del evento sin el peligro. Podríamos alabar a Dios por la exhibición de su magnífico poder. En la Tierra actual, Dios se muestra a través de las maravillas naturales y el clima (Job 9: 5-7; 38: 34-35). Dado que la vieja Tierra es el prototipo de la nueva, hay muchas razones para creer que mostrará su grandeza y belleza de la misma manera en la Nueva Tierra. ¿LA BELLEZA DE LA NUEVA JERUSALÉN SERÁ NATURAL O DISEÑADA? Como mencioné anteriormente, algunas personas leen la descripción bíblica de la ciudad capital del cielo y piensan que se sentirán incómodos en esa vasta arquitectura. Tolkien parece abordar esto en su trilogía de El señor de los anillos, donde retrata diferentes conceptos de belleza élfica y belleza enana. Los elfos, gente de los bosques y las aguas, celebran y protegen la belleza natural de la Tierra Media. Los enanos, en cambio, son mineros y constructores que cavan en busca de piedras preciosas y construyen grandes edificios. Los elfos se sienten incómodos con la arquitectura enana, y los enanos se sienten incómodos en lo profundo del bosque. Legolas el elfo y Gimli el enano forjan una gran amistad. Llegan a apreciar las bellezas previamente desconocidas del mundo del otro. Legolas contempla las maravillas subterráneas de Moria, un logro arquitectónico gigantesco e impresionante, que atestigua el ingenio y la belleza de lo que los enanos pueden tallar en piedra. Del mismo modo, Gimli llega a apreciar las espectaculares bellezas naturales de Lothlorien y de Galadriel, la reina élfica. Al leer Apocalipsis 21-22, me sorprende cómo el paraíso élfico refleja los elementos edénicos de la Nueva Jerusalén (ríos, árboles, frutas y montañas), mientras que la visión de belleza de los enanos refleja la vasta arquitectura detallada y las piedras preciosas. de la capital del cielo. ¿Qué tipo de belleza es mejor? No necesitamos elegir entre ellos. La Nueva Tierra estará llena de ambos. Cualquier cosa que el pueblo de Dios cree también es creación de Dios, ya que es él quien da forma y dones y nos da poder para crear. Es probable que nuestros gustos difieran lo suficiente como para que algunos de nosotros prefiramos reunirnos en las principales calles y auditorios para los grandes eventos culturales, mientras que otros querrán retirarse para alimentar a los patos en un lago o salir de la ciudad con sus compañeros para perseguirlos. aventuras en algún lugar subdesarrollado. Dondequiera que vayamos y hagamos lo que hagamos, nunca dejaremos la presencia del Rey. Porque aunque él habita especialmente en la Nueva Jerusalén, todavía estará completamente presente en los confines del nuevo universo, en el que cada partícula subatómica gritará su gloria. C A P I T U L O 26 ¿HABRÁ ESPACIO Y TIEMPO? Un número de libros sugieren que nuestra existencia en el Cielo no podrá contar con el espacio o el tiempo. Un libro describe el Cielo como "un modo de existencia donde el espacio y el tiempo son conceptos sin sentido". ¿Es eso cierto? 189 ¿CÓMO SERÁN LOS NUEVOS CIELOS CELESTIALES? ¿Qué quiere decir la Biblia con el término nuevos cielos? Veamos algunos pasajes. El Antiguo Testamento no usa una sola palabra para universo o cosmos. Cuando Génesis 1: 1 habla de que Dios creó "los cielos y la tierra", las palabras son sinónimos de lo que entendemos por universo. Cielos se refiere a los reinos sobre la tierra: atmósfera, sol, luna y estrellas, y todo lo que está en el espacio exterior. Luego, en Isaías, Dios dice: "He aquí, crearé nuevos cielos y una nueva tierra" (Isaías 65:17). Esto corresponde a Génesis 1: 1, lo que indica una renovación completa del mismo universo físico que Dios creó por primera vez. Apocalipsis 21:1-2 dice: "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían fallecido ... Vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios." Debido a que aquí se usa "cielo nuevo" (singular), algunos piensan que es la morada de Dios que pasa y se renueva. Pero el Cielo actual se describe como inquebrantable en formas que el universo físico no lo es (Hebreos 12:26-28). El "cielo nuevo" en Apocalipsis 21: 1 aparentemente se refiere exactamente a los mismos cielos atmosféricos y celestiales que los "cielos" en Génesis 1:1. También corresponde a los "nuevos cielos" de Isaías 65:17, Isaías 66:22 y 2 Pedro 3:13. En Apocalipsis 21:2, vemos que la morada de Dios no es reemplazada sino reubicada cuando la Nueva Jerusalén es llevada a la Nueva Tierra. Los nuevos cielos seguramente serán superiores a los viejos cielos, que están llenos de innumerables miles de millones de estrellas y quizás trillones de planetas. La luz de Dios proyecta las sombras que conocemos como estrellas, las luces menores que apuntan a la sustancia de Dios. Como la fuente es mayor que el afluente, Dios, la Luz, es infinitamente mayor que esos pequeños portadores de luz que conocemos como estrellas. Los dos capítulos finales de la Biblia dejan en claro que cada aspecto de la nueva creación será mayor que el anterior. Así como la Jerusalén actual no es tan grande como la Nueva Jerusalén, ninguna parte de la creación actual, incluyendo la tierra y los cielos celestiales, es tan grande como lo será en la nueva creación. Mientras que algunos pasajes sugieren que el universo se desgastará y las estrellas serán destruidas, otros indican que las estrellas existirán para siempre (Salmo 148: 3-6). ¿Es esto una contradicción? No. Nosotros también seremos destruidos por la muerte, pero duraremos para siempre. La tierra será destruida en el juicio de Dios, pero durará para siempre. Exactamente de la misma manera, las estrellas serán destruidas, pero durarán para siempre. Basado en la obra redentora de Cristo, Dios los resucitará. La Tierra es el primer dominio de la administración de la humanidad, pero no es el único dominio. Debido a que todo el universo cayó bajo el pecado de la humanidad, podemos concluir que todo el universo estaba destinado a estar bajo el dominio de la humanidad. Si es así, todo el nuevo universo será nuestro para viajar, habitar y gobernar, para la gloria de Dios. ¿De verdad creo que los nuevos cielos incluirán nuevas galaxias, planetas, lunas, estrellas enanas blancas, estrellas de neutrones, agujeros negros y cuásares? Si. El hecho de que sean parte del primer universo y que Dios los llamó "muy buenos", al menos en sus formas originales, significa que serán parte del universo resucitado. Cuando miro la Nebulosa Cabeza de Caballo y me pregunto cómo es allí, creo que algún día lo sabré. Así como creo que este "mismo cuerpo", como lo expresó la Confesión de Westminster, se elevará y la Tierra "misma" se elevará, creo que se elevará la Nebulosa Cabeza de Caballo "misma". ¿Por qué? Porque es parte de los cielos actuales y, por lo tanto, se levantará como parte de los nuevos cielos. ¿Serán los nuevos planetas meros ornamentos, o Dios tiene la intención de que los alcancemos algún día? Incluso bajo la Maldición, hemos podido explorar la luna y tenemos la tecnología para aterrizar en Marte. ¿Qué podremos lograr para la gloria de Dios cuando tengamos mentes resucitadas, recursos ilimitados, cooperación científica completa y no más muerte? ¿Los bordes lejanos de nuestra galaxia estarán al alcance? ¿Y qué hay de otras galaxias, que abundan como briznas de hierba en un prado? Me imagino que expandiremos las fronteras del dominio centrado en Cristo de la humanidad justa, no como conquistadores que se apoderan de lo que pertenece a otros, sino como mayordomos fieles que ocuparán y administrarán el alcance total de la creación física de Dios. ¿QUÉ ES LA ESTRELLA DE LA MAÑANA? Jesús dice del vencedor: "También le daré la estrella de la mañana" (Apocalipsis 2:28). La estrella de la mañana es un objeto celestial: el planeta Venus. Aunque la mayoría de las personas consideran que la declaración de Jesús es figurativa, podría sugerir que Dios podría confiar a sus hijos planetas o estrellas (con sus respectivos sistemas planetarios) en los nuevos cielos. Si la nueva creación es de hecho una versión resucitada de la anterior, habrá una nueva Venus, después de todo. Actualmente Venus es el planeta más inhóspito. Los humanos nunca podrían sobrevivir a su increíble calor y atmósfera corrosiva. Sin embargo, es posible que cuerpos resucitados indestructibles puedan soportar su atmósfera. También es posible que cuando se levante la Maldición, Venus se convierta en un hermoso paraíso. Sabemos que Dios pondrá un mundo bajo la autoridad de sus hijos: la Tierra. Si el resto de los planetas y el universo entero cayeron con la humanidad y se elevarán con ella, puedo imaginar fácilmente que habitaremos y gobernaremos otros planetas resucitados. Para aquellos de nosotros que amamos la astronomía y para los fanáticos de la fantasía y la ciencia ficción, esto tiene implicaciones emocionantes. Creo que la gran nebulosa de Orión, que ha atraído corazones, incluido el mío, para adorar a través de su belleza y maravilla expansivas, será remodelada como parte de los nuevos cielos. ¿Veremos un nuevo Saturno, un nuevo Júpiter, un nuevo Ganímedes, nuevas Pléyades y una nueva Vía Láctea? Creo que esa es la conclusión lógica basada en lo que revela la Escritura. De la misma manera que la Nueva Tierra será remodelada y seguirá siendo una verdadera Tierra, con continuidad a la antigua, los nuevos cielos cósmicos serán igualmente renovados. En mi novela Dominio trato de representar esto en una escena en la que Jesús lleva a una mujer que ha muerto a un mundo nuevo: Eventualmente llegaron a un mundo más hermoso de lo que Dani podía imaginar: cascadas en cascada, arcoiris de cien colores, picos de montañas cinco veces más altos que cualquiera en la tierra. Océanos con agua azul verdosa y olas que chocan contra rocas del tamaño de montañas. Praderas cubiertas de hierba, campos de flores multicolores, colores que nunca había visto antes. Este lugar le parecía de alguna manera familiar, pero ¿cómo podría serlo, ya que no se parecía a nada que ella hubiera visto? Aún así, se sentía profundamente en casa. "¿Por qué nadie me ha hablado de este lugar hasta ahora? ¡Pensaría que sería hablar del cielo!" El carpintero le sonrió. "No te lo dijeron porque no lo saben. Nunca han estado aquí". "¿Qué quieres decir?" "Eres el primero en visitar este mundo". "No", dijo ella, luego su cara se sonrojó. "¿Cómo es posible?" "Esto es tuyo. Como tu padre una vez te construyó esa casa en el árbol, diseñé este lugar solo para ti". Nancy sonrió radiante. "Él nos dio nuestros propios mundos también", dijo. "Hermoso como es, el mío parece el perfecto para mí. El Maestro me dice que cada mundo que da está hecho a medida para el receptor". "¿Esto es todo para mí?" "Sí", dijo el carpintero. "¿Te gusta?" "Oh, me encanta. ¡Y ni siquiera he comenzado a explorarlo! Gracias. Oh, gracias". Ella lo abrazó fuerte. Él se deleitó en su deleite. "Este no es el mejor lugar que he preparado para ti, hija mía. Pero es un comienzo agradable, ¿no?" 190 Dios ha incorporado en nosotros el anhelo de ver las maravillas de su creación remota. La popularidad de la ciencia ficción refleja ese anhelo. Visitar una convención de Star Trek demuestra cómo esto, como cualquier otra cosa, puede convertirse en una religión sustituta, pero el fervor apunta a una verdad: poseemos un anhelo dado por Dios para conocer una mayor inteligencia y explorar lo que hay más allá de nuestros horizontes. En la película Generaciones de Star Trek, el personaje Guinan le cuenta al Capitán Picard sobre un lugar llamado Nexus. Ella lo describe de esta manera: "Era como estar dentro de la alegría, como si la alegría fuera algo tangible, y pudieras envolverte como una manta". No creo en el Nexus. Pero sí creo en los nuevos cielos y la Nueva Tierra. ¿Cómo serán los nuevos cielos? Como estar dentro de la alegría, como si la alegría fuera algo tangible, y pudieras envolverte como una manta. El novelista escocés George MacDonald le escribió a su hija moribunda: "Vivo esperando grandes cosas en la vida que está madurando para mí y para todos los míos, cuando tendremos todo el universo para nosotros y seremos buenos niños felices y serviciales en la gran casa de nuestro padre. Entonces, querida, tú y yo y todos tendremos una gran libertad con la que Cristo liberará, abriendo su mano para enviarnos como palomas blancas para abarcar el universo ". 191 ¿Qué ha hecho Dios en las alturas de las galaxias distantes, nunca visto por los ojos humanos? Un día contemplaremos esas maravillas, empapándolas con la boca abierta de asombro. Y si eso no fuera suficiente, podemos ver maravillas que Dios contuvo en su primera creación, maravillas que nos harán maravillarnos y arrodillarnos en adoración cuando los contemplemos en la nueva creación. ¿VIVIMOS EN UN MUNDO ESPACIAL? La doctrina de la resurrección es una declaración enfática de que siempre ocuparemos el espacio. Seremos seres humanos físicos viviendo en un universo físico. El Cristo resucitado dijo: "Tócame y mira; un fantasma no tiene carne ni huesos, como ves que tengo" (Lucas 24:39). Él caminó sobre la tierra; Caminaremos sobre la Tierra. Él ocupó el espacio; ocuparemos espacio Somos criaturas físicas finitas, y eso significa que debemos vivir en el espacio y el tiempo. ¿Dónde más viviríamos? El Edén estaba en el espacio y el tiempo, y la Nueva Tierra estará en el espacio y el tiempo. Seremos liberados de todo mal, pero el espacio no es malo. Es bueno. Dios lo hizo. Es el cristoplatonismo el que intenta persuadirnos de que algo anda mal con el espacio y el tiempo. Un escritor dice del Cielo: "Ciertamente es justificable abandonar el esquema del tiempo y el espacio y poner en su lugar una simultaneidad divina". Esto tiene una resonancia de alto sonido, pero ¿qué significa? ¿Que podemos estar en mil lugares a la vez, haciendo diez mil cosas diferentes? Esos son los atributos del Creador, no los de la criatura. No hay evidencia de que podamos estar en varios lugares a la vez. La promesa del cielo no es que seremos infinitos, sería inhumano. Es que seremos mucho mejores humanos finitos que nunca. Incluso si podemos movernos rápidamente de un lugar a otro o pasar nuestras moléculas resucitadas a través de objetos sólidos, como lo hizo el Jesús resucitado, todavía seremos finitos. (Como dije antes, no estoy seguro de que tengamos ese poder, aunque es posible). 192 Si planeamos reunirnos con amigos, la pregunta es "¿Dónde y cuándo?" ¿Dónde está el espacio? cuando es tiempo Las tres puertas en el lado oeste de la Nueva Jerusalén están a un mínimo de mil cuatrocientas millas de las puertas en el lado este. Si te espero en una puerta en el lado oeste, no me verás si apareces en una puerta en el lado este. (Incluso si las dimensiones indicadas son figurativas, el principio sigue siendo el mismo.) Cuando caminamos fuera de la puerta de la ciudad, no nos quedaremos adentro. Las personas, incluso las personas resucitadas, pueden estar en un solo lugar a la vez. No hay ninguna sugerencia de que incluso el Jesús resucitado estuvo en dos lugares a la vez. No dejaremos de explorar y el final de toda nuestra exploración será llegar a donde comenzamos y conocer el lugar por primera vez. TS ELIOT Un autor dice: "El tiempo y el espacio no serán lo mismo que T s Fl lf) T conocido aquí en la tierra, y las relaciones serán de un orden diferente. Siendo así, está claro que la vida de la nueva humanidad en sus cuerpos de gloria de la resurrección solo pueden describirse en términos simbólicos ". Pero, ¿cuál es la evidencia bíblica para esta afirmación? Los textos bíblicos hablan del tiempo y el espacio en la Nueva Tierra de manera similar a cómo hablan de ellos aquí y ahora. Al reducir la vida resucitada a símbolos, ¿no socavamos el significado de la humanidad, la Tierra y la resurrección? 193 Jesús habló de las partes más extremas o los extremos más lejanos del cielo (Marcos 13:27, NKJV). Incluso el cielo actual parece ocupar espacio. Pero ciertamente los nuevos cielos y la Nueva Tierra lo harán. La resurrección no elimina el espacio y el tiempo; los redime. En los reinos celestiales, incluso los ángeles, a quienes consideramos espíritus incorpóreos, pueden verse obstaculizados en el espacio y el tiempo debido al combate con los ángeles caídos (Daniel 10:13). En otras palabras, pueden retrasarse (tiempo) para llegar a un destino particular (espacio). La gente imagina que están haciendo que el cielo suene maravilloso cuando dicen que no hay espacio ni tiempo allí. (Si no tiene espacio, ni siquiera es un "allí"). De hecho, hacen que el cielo suene completamente extraño y poco atractivo. No queremos vivir en un reino, de hecho, ni siquiera podría ser un reino que esté desprovisto de espacio y tiempo, como tampoco lo desea un pez en un reino sin agua. Si los peces pudieran pensar, intente decirle a uno: "Cuando mueras, irás a pescar al cielo y, ¿no es genial? ¡No habrá agua! No tendrás aletas ni nadarás. Y no comerás porque no necesitarás comida. ¡Apuesto a que no puedes esperar para llegar allí! " Después de escuchar nuestras declaraciones cristoplatónicas sobre el Cielo, despojados del significado de la resurrección, no es de extrañar que nosotros y nuestros hijos no nos entusiasmemos con el Cielo. Sir Isaac Newton dijo de Dios: "Él es eterno e infinito, omnipotente y omnisciente; es decir, su duración alcanza desde la eternidad hasta la eternidad; su presencia desde el infinito hasta el infinito" Dios es el que "habita en la eternidad" (Isaías 57: 15, NKJV). Las criaturas habitan el tiempo. Jesús, como Dios-hombre, habita en ambos. Al estar con él en la Nueva Tierra, compartiremos espacio y tiempo con Dios. 194 ¿EXPERIMENTAREMOS TIEMPO EN EL CIELO? Las Escrituras dicen: "Para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día" (2 Pedro 3: 8). ¿Significa esto que no habrá tiempo en el cielo? La comprensión natural de una Nueva Tierra es que existiría en el espacio y el tiempo, con un futuro que se desarrolla progresivamente, tal como lo hace ahora. Sin embargo, la gente dice repetidamente que "no habrá tiempo en el cielo". Un teólogo argumenta: "Qué alivio y qué alegría saber que en el cielo no habrá más tiempo". Otro escritor dice: "El cielo será un lugar donde el tiempo se detendrá". 195 196 ¿De dónde vienen esas ideas? Una traducción engañosa en la versión King James de la Biblia dice que "ya no debería haber tiempo" (Apocalipsis 10: 6). Esta fue la base para teólogos como Abraham Kuyper para concluir que no habrá tiempo en el cielo. Pero otras versiones traducen correctamente esta frase "¡No habrá más demora!" (NVI, RSV "), lo que significa que el tiempo en sí mismo no cesará, sino que no queda tiempo antes de que se ejecute el juicio de Dios. Otras personas están confundidas porque recuerdan la frase "El tiempo ya no existirá" y piensan que es de la Biblia. En realidad, es de un himno. Irónicamente, el mismo himno habla de "Cuando amanezca ...". Tanto las palabras mañana como cuándo son referencias al tiempo. El himno de John Newton "Amazing Grace" demuestra una mejor comprensión del tiempo: Cuando hemos estado allí diez mil años, Brillando como el sol, No tenemos menos días para cantar la alabanza de Dios, que cuando comenzamos. 197 La escritura contiene muchas otras evidencias del tiempo en el cielo: • Los habitantes del cielo siguen los acontecimientos que ocurren en el tiempo, hasta regocijarse en el momento en que un pecador en la Tierra se arrepiente (Lucas 15: 7). • A los mártires en el cielo se les dice que "esperen un poco más" cuando preguntan "cuánto tiempo" antes de que Cristo juzgue a los habitantes de la tierra y vengue la sangre de los mártires (Apocalipsis 6: 10-11). Los que están en el cielo no pueden preguntar "cuánto tiempo" o que se les diga "esperen un poco más" a menos que el tiempo pase en el cielo. • Pablo habló del cielo en términos de "las edades venideras" (Efesios 2: 7). Él habla no solo de una edad futura sino de edades (plural). • El pueblo de Dios en el cielo "le sirve día y noche en su templo" (Apocalipsis 7:15). • El árbol de la vida en la Nueva Tierra "dará sus frutos cada mes" (Apocalipsis 22: 2). Hay días y meses tanto en el cielo presente como eterno. • Dios dice: "Los nuevos cielos y la nueva tierra que yo haga perdurarán ante mí ... De una luna nueva a otra y de un sábado a otro, toda la humanidad vendrá y se postrará ante mí" (Isaías 66: 22-23). Las lunas y los sábados nuevos requieren luna, sol y tiempo. • Dios dijo: "Verano e invierno, día y noche nunca cesarán" (Génesis 8:22). Este no fue el resultado de la Maldición; Era el diseño original de Dios. • Se nos dice que "hubo silencio en el cielo durante aproximadamente media hora" (Apocalipsis 8: 1). • El libro de Apocalipsis muestra a los habitantes actuales del Cielo operando en el tiempo. Las descripciones de la adoración incluyen acciones sucesivas, como caerse al trono de Dios y arrojar coronas ante él (Apocalipsis 4:10). Hay una secuencia de eventos; las cosas ocurren una tras otra, no todas a la vez. • Los habitantes del cielo cantan (Apocalipsis 5: 9-12). La música en el cielo requiere tiempo. El medidor, el tempo y los descansos son componentes esenciales de la música, y cada uno está relacionado con el tiempo. Ciertas notas se mantienen más tiempo que otras. Las canciones tienen un comienzo, un medio y un final. Eso significa que tienen lugar a tiempo. ¿Cómo pueden las Escrituras ser más claras acerca del tiempo en el cielo? (Hasta el silencio en el cielo durante media hora.) Decir que existiremos fuera del tiempo es como decir que lo sabremos todo. Confunde la eternidad con el infinito. Viviremos por la eternidad como seres finitos. Dios puede acomodarse a nosotros poniéndose a tiempo, pero no podemos acomodarnos a él volviéndonos eternos. No está en nosotros hacerlo porque no somos Dios. Los escritores distinguen con frecuencia entre las palabras griegas kronos y kairos, y ven la primera como "tiempo humano" o "cantidad de tiempo" y la segunda como "tiempo de Dios" o "calidad de tiempo". Se sugiere que en la eternidad no viviremos más en kronos sino en kairos. Sin embargo, no está claro qué significa esto. ¿Seguiremos viviendo en secuencia cronológica, donde una palabra, paso o evento sigue a la anterior y es seguida por la siguiente? La respuesta de la Biblia \ syes. ¿ES EL TIEMPO MALO O BUENO? Un escritor sostiene: "El fin del mundo es el fin del tiempo. El tiempo dejará de existir. El tiempo es una marca del estado caído del mundo". Pero esto sería 198 cierto solo si Adán y Eva existieran fuera del tiempo, y no lo hicieron. El sol salió y se puso en su mundo perfecto. El sexto día de la creación fue seguido por un día de descanso. El tiempo no era una marca del estado caído del mundo. Dios sabe y puede acceder al pasado y al futuro tan fácilmente como el presente. Podemos recordar el pasado y anticipar el futuro, pero solo podemos vivir en el presente. El tiempo es nuestro entorno. Así como un pez no puede vivir fuera del agua, tampoco podemos vivir fuera del tiempo y el espacio. Otro autor dice: "Sobre todo en la tierra pende la oscura sombra del tiempo". Pero la sombra no es el tiempo. La sombra es la muerte, que es una pérdida de recursos y oportunidades. La gente imagina que el tiempo es un enemigo porque el reloj parece moverse muy lentamente cuando tenemos un tratamiento de conducto y tan rápido cuando hacemos lo que amamos. Pero el tiempo no es el problema, la Maldición sí. El tiempo no es el enemigo, la muerte sí (1 Corintios 15:26). El tiempo precedió al pecado y la maldición. Cuando se levanta la Maldición, el tiempo permanecerá. Sin la maldición, el tiempo nunca funcionará contra nosotros. No nos quedaremos sin eso. El tiempo traerá ganancia, no pérdida. El paso del tiempo ya no nos amenazará. Traerá nuevas aventuras sin una sensación de pérdida de lo que debe terminar. 199 Viviremos con el tiempo, ya no bajo su presión. Cuando veamos a Dios cara a cara, el tiempo pasará, pero estaremos perdidos en él. Estaremos ocupados explorando su universo, trabajando en proyectos, conviviendo con él y entre nosotros, escuchando y contando grandes historias. Nos deleitaremos con el tiempo porque es parte de lo que Dios llama "muy bueno". Es una dimensión en la que disfrutaremos a Dios. Cuando nos despedimos en el cielo, sabremos que las personas no morirán antes de verlas a continuación. El tiempo ya no será un reloj de arena en el que las arenas pasen de un pasado limitado a un futuro limitado. Nuestro futuro será ilimitado. Ya no tendremos que "contar nuestros días" (Salmo 90:12) o canjear el tiempo, porque el tiempo no será un recurso decreciente a punto de terminar. El teólogo Henry Berkhof anticipa que el tiempo mismo resucitará a lo que Dios creó para ser: El tiempo es el molde de nuestra existencia humana creada. El pecado llevó al hecho de que no tenemos tiempo y que pasamos una existencia apresurada entre el pasado y el futuro. Pero la consumación como la glorificación de la existencia no significará que somos sacados del tiempo y liberados del tiempo, sino que ese tiempo como la forma de nuestra existencia glorificada también se cumplirá y glorificará. La consumación significa vivir de nuevo en la sucesión del pasado, el presente y el futuro, pero de tal manera que el pasado se mueva junto con nosotros como una bendición y el futuro irradie a través del presente para que podamos luchar sin inquietud y descansar sin ociosidad, y para que, aunque siempre progresemos, siempre estemos en nuestro destino. 200 El budismo, que no conoce la resurrección, enseña que el tiempo se extinguirá. El cristianismo, basado sólidamente en una resurrección de dimensiones cósmicas, enseña que el tiempo durará para siempre. Durante demasiado tiempo hemos permitido que una suposición no bíblica ("no habrá tiempo en el cielo") oscurezca la abrumadora revelación bíblica de lo contrario. Esto ha servido a los propósitos de Satanás de deshumanizar el Cielo y divorciarlo de la existencia que conocemos. Como no podemos desear lo que no podemos imaginar, este malentendido nos ha despojado del deseo por el Cielo. C A P I T U L O 27 ¿LA NUEVA TIERRA TENDRÁ SOL, LUNA, OCÉANOS Y CLIMA? Como hemos visto, habrá una continuidad directa entre esta tierra y la Nueva Tierra. Pero la Biblia incluye algunos pasajes que han llevado a las personas a creer que la Nueva Tierra no tendrá sol, ni luna ni mares. ¿Será ese el caso? Si es así, ¿no extrañaremos esos aspectos de nuestras vidas actuales? ¿LA NUEVA TIERRA TENDRÁ SOL Y LUNA? Las personas que piensan que la Nueva Tierra no tendrá sol y luna generalmente se refieren a tres pasajes: La ciudad no necesita el sol o la luna para brillar sobre ella, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lámpara. (Apocalipsis 21:23) No habrá más noche. No necesitarán la luz de una lámpara o la luz del sol, porque el Señor Dios les dará luz. (Apocalipsis 22: 5) El sol ya no será tu luz de día, ni el brillo de la luna brillará sobre ti, porque el Señor será tu luz eterna, y tu Dios será tu gloria. Tu sol nunca volverá a ponerse, y tu luna ya no disminuirá; el Señor será tu luz eterna, y tus días de tristeza terminarán. Entonces todo tu pueblo será justo y poseerán la tierra para siempre. (Isaías 60: 19-21) Tenga en cuenta que ninguno de estos versículos en realidad dice que no habrá más sol o luna. (Vuelva a leerlos cuidadosamente.) Dicen que la Nueva Jerusalén no necesitará su luz, porque el sol y la luna serán eclipsados por la gloria de Dios. El tercer pasaje dice que en el momento en que el pueblo de Dios poseerá la tierra para siempre, el sol no se pondrá y la luna no menguará, pero tampoco dominará el cielo debido a la luz más brillante de Dios. El énfasis no está en la eliminación del sol y la luna, sino en ser eclipsados por la gran luz de Dios. ¿Quién necesita una lámpara de lectura cuando está parado bajo el sol del mediodía? ¿Quién necesita el sol cuando la luz de la presencia de Dios impregna la ciudad? El sol es local y limitado, fácilmente oscurecido por las nubes. La luz de Dios es universal, todo penetrante; nada puede obstruirlo. Dios mismo será la fuente de luz para la Nueva Jerusalén, restaurando el patrón original que existía en Génesis 1 antes de la creación del sol y la luna. La luz precedió a los titulares de la luz, el sol y la luna, y aparentemente Dios mismo proporcionó esa luz (Génesis 1: 3). Así será de nuevo: otro ejemplo de cómo los últimos capítulos de la Biblia restablecen algo de los primeros capítulos. Isaías nos dice: "El Señor será tu luz eterna" (60:19). Pero Juan va más allá y dice: "El Cordero es su lámpara" (Apocalipsis 21:23). Juan nos dice en su Evangelio que Jesús es "la verdadera luz que ilumina a todo hombre" y la luz que "brilla en la oscuridad, pero la oscuridad no la ha entendido" (Juan 1: 9,5). Él registra las palabras de Cristo: "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue nunca caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12). Y John ve lo que Isaías no pudo: el Dios que es la luz de la ciudad es el mismo Mesías. Isaías le dice a Dios: "Las naciones vendrán a tu luz, y los reyes al resplandor de tu amanecer" (Isaías 60: 3). La Nueva Jerusalén será una ciudad iluminada no solo por la santidad de Dios sino también por su gracia. ¿NO HABRÁ MÁS PUESTA DE SOL? Algunas personas comentan: "Si la Nueva Tierra estará llena de la luz de Dios, ¿eso significa que no veremos más amaneceres y puestas de sol?" ¿Te gustan los amaneceres y las puestas de sol? ¿Estás decepcionado de pensar que quizás no vuelvas a verlo? Nuestro sol es uno de los innumerables miles de millones de soles. Creo que veremos muchos más amaneceres y atardeceres en muchos mundos. Y cuando estamos viendo uno de esos espectaculares amaneceres, no creo que nos preguntemos: ¿Qué me estoy perdiendo? Tenga en cuenta que el pasaje de Apocalipsis 22: 5 citado anteriormente dice: "No habrá más noche". Algunas personas creen que esto es figurativo, hablando de la perfección moral de la Nueva Tierra. La oscuridad está asociada con el crimen, el mal hecho al amparo de la noche. La oscuridad es sinónimo de viajeros angustiados que no pueden encontrar su camino. La prostitución, la embriaguez y la adoración de ídolos a menudo ocurrían de noche. En la era moderna de las luces eléctricas, es difícil comprender el temor total de viajar en la oscuridad y la amenaza de quedar encerrado en las puertas de la ciudad que se cerrarían por la noche para evitar que ladrones, bandas de merodeadores o soldados enemigos invadan una ciudad. Estar fuera de la ciudad por la noche era ser extremadamente vulnerable. Esto ya no será. Sin embargo, la oscuridad no es mala: Dios la creó antes de la caída (Génesis 1: 5). La noche también se asocia con cosas positivas: tiempo con la familia después de un duro día de trabajo, oportunidad de hablar, descansar, cenar con sus seres queridos, leer las Escrituras y orar. Debido a que Dios creó los primeros cielos celestiales para mostrar su gloria (Salmo 19: 1), cuando crea los nuevos cielos celestiales, realizarán esta misión aún mejor. Eso significa que tendremos que poder verlos. Si eso requiere oscuridad, como lo hace ahora, entonces tendremos oscuridad, si no en la Tierra, en algún lugar desde donde podamos contemplar la gloria de Dios en los nuevos cielos. Estoy especulando, pero no creo que estos pasajes exijan un brillo constante e invariable, ciertamente no fuera de la Nueva Jerusalén. Puede haber luz difusa o crepúsculo, sin oscuridad total. La luz puede ser constante en la Ciudad Santa, pero no necesariamente en las ciudades y países fuera de las puertas de la ciudad. Para ver los nuevos cielos, podríamos viajar al otro lado de la luna y otros lugares donde la observación de estrellas no se ve obstaculizada por la luz y la distorsión atmosférica. Imagine la calidad de los telescopios que las mentes redimidas diseñarán y construirán. Podemos visitar innumerables planetas desde los cuales se pueden ver las maravillas del cielo nocturno para alabanza y gloria de Dios. ¿Cómo podrán nuestros ojos tolerar la luz brillante de la Nueva Jerusalén? Nuestros nuevos cuerpos serán más fuertes que los actuales. Estaremos diseñados para nuestro mayor propósito, ver el rostro de Dios, más brillante que el sol, sin ser cegados. En lugar de alejarnos de esa Luz, nos sentiremos atraídos por ella. ¿HABRÁ OCÉANOS? Una de las confusas, y para muchas personas decepcionantes, declaraciones de las Escrituras es que en la Nueva Tierra "ya no habrá mar" (Apocalipsis 21: 1). Cuando leemos eso, creemos que no habrá más aguas cálidas y acogedoras, no más surf, piscinas de mareas, snorkel y diversión en la playa, y no más criaturas marinas maravillosas. Esas son malas noticias. Pero cuando la Escritura dice "ya no había mar", el significado central es que no habrá más de las aguas frías y traicioneras que separan a las naciones, destruyen barcos y ahogan a nuestros seres queridos. No habrá más criaturas que se traguen a la gente de mar ni más aguas saladas envenenadas. Esas son buenas noticias. Steven Lawson explica: "Para los pueblos antiguos, el mar era espantoso y temible, un monstruo asombroso, una tumba acuosa. No tenían brújula para guiarlos en mar abierto. En un día nublado, sus barcos estaban absolutamente perdidos sin las estrellas". o el sol para guiarlos. Sus frágiles barcos estaban a merced de las tempestuosas y furiosas tormentas del océano tempestuoso. La pérdida de vidas humanas en el mar era incalculable. Por lo tanto, el mar representaba una gran barrera para las naciones, los continentes y los grupos de personas. ". Por lo tanto, la perspectiva de "no más mar" fue muy positiva para los lectores originales del pasaje. Por supuesto, Dios creó los mares (Génesis 1: 9-10). Como todo lo que hizo, fueron muy buenos (Génesis 1:31). Pero la Maldición tuvo un efecto devastador en la creación. Los mares como los conocemos ahora son mortales para el consumo humano. Los mares creados originalmente por Dios seguramente no habrían envenenado a las personas si bebieran de ellos. Parece probable que la Maldición provocó la contaminación de los océanos, así como la amenaza a la vida humana por inundaciones, maremotos y tsunamis. 201 Si un hombre estuviera solo, que mirara las estrellas. Los rayos que provienen de esos mundos celestiales, se separarán entre él y lo que toca. Uno podría pensar que la atmósfera se hizo transparente con este diseño, para dar al hombre, en los cuerpos celestes, la presencia perpetua de lo sublime. Visto en las calles de las ciudades, ¡qué geniales son! Si las estrellas aparecieran una noche en mil años, ¿cómo creerían y adorarían los hombres? ¡y preservar por muchas generaciones el recuerdo de la ciudad de Dios que se había mostrado! Pero todas las noches salen estos enviados de belleza y iluminan el universo con su sonrisa amonestadora. RALPH WALDO EMERSON Lawson también sugiere que ya no habrá mares porque los mares como los conocemos son el resultado del juicio de Dios a través del Diluvio. "Muchos científicos cristianos creen que antes del gran diluvio de los días de Noé, no había mar. Pero en el diluvio, se abrieron los fondos de las profundidades, permitiendo la liberación de grandes cuerpos de agua, y el mundo se inundó. Los océanos se formaron entre las masas de tierra volcadas y los mares se convirtieron en una barrera que separaba lo que ahora sabemos que son continentes, dividiendo aún más la raza humana. En la nueva tierra, parece que no habrá mar porque la tierra será restaurada a su esplendor original ". 202 Se puede argumentar que, dado el estado natural caído, los mares de sal funcionan como un gran antiséptico para limpiar la tierra y hacer posible la vida aquí. Los mares de sal purgan, limpian y preservan la tierra. Absorben y limpian la contaminación y la suciedad que se vierte en ellos. En la Nueva Tierra, tal limpieza ya no será necesaria. 203 Incluso si este pasaje significa literalmente "no más océano", por supuesto, esto no requeriría la ausencia de grandes cuerpos de agua. La revelación nos dice que un gran río fluye a través de la ciudad capital (22: 1-2). ¿Cuánta más agua habrá fuera de la ciudad? Los ríos que fluyen van a alguna parte. Esperaríamos lagos. Algunos de los lagos del mundo son enormes, como focas. La Nueva Tierra podría tener lagos aún más grandes, especialmente si no tienen océanos para fluir. Grandes lagos podrían, en efecto, ser océanos de agua dulce. Otra razón por la que creo que la Nueva Tierra tendrá grandes cuerpos de agua es que, como argumento en el capítulo 39, los mismos animales que habitan en nuestro planeta actual habitarán la Nueva Tierra. La mayoría de las especies animales viven bajo el agua, no en tierra, y la mayoría de ellas viven en el océano. (Ciertamente no sería un problema para Dios remodelar tales criaturas para vivir en agua dulce). En un pasaje que definitivamente contiene referencias a la Nueva Tierra, partes de las cuales se citan en Apocalipsis 21-22, Isaías 60 dice de la Jerusalén renovada, "la riqueza en los mares te será traída a ti, las riquezas de las naciones vendrán "(v. 5). El pasaje continúa hablando de las islas habitadas y sus barcos que viajan por el mar: "Seguramente las islas me miran; a la cabeza están los barcos de Tarshish, que traen a tus hijos desde lejos, con su plata y oro, para la honra del Señor tu Dios "(v. 9). De alguna manera, el "no más mar" de Apocalipsis 21 y la "riqueza de los mares" y los grandes barcos que los recorren en Isaías 60 son compatibles. Como alguien a quien le encanta hacer snorkel, explorar las aguas del océano durante horas y maravillarse con peces multicolores, grandes tortugas marinas, calamares, rayas y anguilas, simpatizo con la resistencia instintiva de las personas a las palabras "ya no había mar". " He visto cientos de diferentes tipos de peces, algunos de ellos más espectaculares que cualquier criatura terrestre. He buceado lo suficiente como para saber que es emocionante, incluso adorador, estar inmerso en un mundo creado por Dios que normalmente está fuera de nuestro alcance. Recuerdo una vez hacer snorkel con una de mis hijas, un amigo y su hijo. De repente escuchamos los sonidos melódicos de las ballenas que se llamaban entre sí. Los sonidos eran tan fuertes que esperábamos que aparecieran ballenas en cualquier momento. Flotamos, casi inmóviles, solo escuchando la belleza musical y el poder que desafían las palabras. Me sentí más cerca de Dios durante esos veinte minutos que en casi cualquier otro momento de mi vida. Predigo que la Nueva Tierra incluirá grandes cuerpos de agua donde bucearemos, quizás sin tanques o máscaras. ¿Te imaginas sin esfuerzo contener la respiración durante horas? Imagina agua fresca de la que podamos beber libremente, agua en la que podamos abrir mucho los ojos y jugar con las criaturas de las profundidades de Dios. En lugar de agua salada, será agua pura, refrescante y dadora de vida, al igual que el agua del océano que el noble ratón Reepicheep encontró en las olas cerca del país asiático 204 ¿HABRÁ TEMPORADAS Y CLIMAS VARIOS? Algunas personas nunca han pensado en el clima del Cielo porque no piensan en el Cielo como un lugar real, ciertamente no en la Nueva Tierra. O suponen que la Nueva Tierra tendrá un sol radiante, sin nubes, sin lluvia. . . Siempre. En un pasaje que promete rescate, seguridad y no más hambruna o temor por su pueblo, Dios dice: "Los bendeciré a ellos y a los lugares que rodean mi colina. Enviaré lluvias de temporada; habrá lluvias de bendiciones. los árboles del campo darán sus frutos y la tierra dará sus cosechas "(Ezequiel 34: 26-27). ¿La lluvia es algo malo? No, está bien. Veremos árboles dando fruto en la Nueva Tierra. ¿Serán llovidos? Presumiblemente. ¿La lluvia se convertirá en nieve en las elevaciones más altas? ¿Por qué no? Si hay nieve, ¿la gente jugará en ella, arrojará bolas de nieve, trineo cuesta abajo? Por supuesto. Así como las personas resucitadas seguirán teniendo ojos, oídos y pies, una Tierra resucitada tendrá lluvia, nieve y viento. Mientras escribo estas palabras en un frío día de diciembre, sopla un fuerte viento. Árboles casi desnudos están rindiendo sus últimas hojas. Una hilera de árboles de cincuenta pies de altura, un impresionante verde azulado, se dobla y agita. Es una vista poderosa y magnífica que me mueve a adorar a Dios. Estamos esperando nuestra primera nieve de invierno. La sensación de calidez y serenidad aquí en la protección de nuestra casa es maravillosa. Me hace reflexionar sobre la mano protectora, protectora y segura de Dios. A menudo he tenido sentimientos similares durante las fuertes tormentas. Los relámpagos, los truenos, la lluvia y la nieve declaran la grandeza de Dios (Job 37: 3-6). ¿Hay alguna razón para concluir que tales cosas no serán parte de la Nueva Tierra? Ninguna. Por supuesto, nadie morirá ni se verá afectado por ese clima. Nadie perecerá en una inundación o será asesinado por un rayo, así como nadie se ahogará en el río de la vida. Cuando vivimos en la Nueva Tierra, ¿podríamos ir de excursión en una tormenta de nieve sin temor a un trauma o la muerte? ¿Podríamos saltar de un acantilado a un río a trescientos pies debajo? ¿Podríamos estar en un campo abierto en relámpagos y truenos y experimentar la euforia de la poderosa mano de Dios? ¿Debe domesticarse la Nueva Tierra, despojarse de altos picos, desiertos, cascadas y tormentas eléctricas porque a veces causan dolor y muerte en este mundo? La naturaleza, incluidas las variaciones en el clima, será una fuente de alegría y placer, no de destrucción. Si ahora nos sorprendemos de las maravillas de la gran creación de Dios, nos sorprenderá aún más las maravillas más grandes de esa creación más grande. Amo las estaciones, cada una de ellas. El aire fresco del otoño, los brillantes amarillos, naranjas y rojos, el largo adiós al verano. Las mantas de nieve del invierno, la frescura y la belleza en erupción de la primavera, el calor acogedor del verano. ¿De quién son todos esos? "Dios, que da lluvias de otoño y primavera en la temporada" (Jeremías 5:24). ¿Habrá estaciones en la Nueva Tierra? ¿Por qué no habría? Algunas personas argumentan que debido a que el otoño y el invierno están a punto de morir, no los experimentaremos en el cielo porque no habrá muerte allí. No estoy convencido de que las estaciones y sus bellezas distintivas sean el resultado de la caída. Dios es representado como el Creador de las estaciones, y no se nos dice que no precedieron a la Caída (Génesis 8:22). El "no más muerte" de Apocalipsis 21 se aplica a las criaturas vivientes, las personas y los animales, pero no necesariamente a toda la vegetación. Incluso si lo hace, Dios ciertamente puede crear un ciclo de belleza estacional aparte de la muerte. ¿PERDEREMOS COSAS DE LA ANTIGUA TIERRA? ¿Alguna vez ha comprado un boleto económico para un vuelo, pero debido a una reserva excesiva o por alguna otra razón se ha actualizado a primera clase? ¿Te arrepientes de la actualización? ¿Pasaste tu tiempo preguntándote: ¿Qué me estoy perdiendo al no estar en la parte trasera del avión? Los pasivos de la clase económica se eliminan en primera clase, pero los activos no. Pasas de poco espacio para las piernas a mucho espacio para las piernas, desde una silla adecuada a una cómoda, tal vez incluso una con reposapiés. En lugar de solo un sándwich, obtienes una comida, en platos reales. Las azafatas siguen llenando su taza, le dan un excelente postre y le ofrecen una toalla de mano caliente. En otras palabras, no se trata solo de que las cosas malas de los asientos económicos se minimicen; es que todas las cosas buenas se mejoran. La actualización de la vieja Tierra a la Nueva Tierra será muy superior a la de la economía a la primera clase. (Puede parecer más una mejora a la primera clase desde la bodega de equipaje.) Atrás quedará el pecado, la maldición, la muerte y el sufrimiento. En todos los sentidos, reconoceremos que la Nueva Tierra es mejor, en ningún sentido podría ser peor. Si extrañáramos algo de nuestras viejas vidas y de la vieja Tierra, estaríamos disponibles para nosotros en la Nueva Tierra. ¿Por qué? Porque experimentaremos todo lo que Dios quiere para nosotros. Nos hace querer exactamente lo que nos dará, así que lo que nos da será exactamente lo que queremos. SECCIÓN NUEVE ¿CÓMO SERÁN NUESTRAS VIDAS? C A P I T U L O 28 ¿SEREMOS NOSOTROS MISMOS? En A Christmas Carol de Dickens, Ebenezer Scrooge estaba aterrorizado cuando vio un fantasma. "¿Quién eres tú?" Scrooge preguntó. "Pregúntame quién era", respondió el fantasma. "¿Quién eras entonces?" dijo Scrooge. . . . "En la vida fui tu compañero, Jacob Marley" 205 Los espíritus sin cuerpo no son quienes fueron alguna vez. La continuidad de la identidad requiere en última instancia la resurrección corporal. En la película 2010, David Bowman aparece en forma fantasmal. Cuando se le pregunta quién es, responde: "Yo era David Bowman". A menos que captemos la resurrección, no creeremos que continuaremos siendo nosotros mismos en el más allá. Somos seres fisicos. Si el Cielo eterno es un estado incorpóreo, entonces nuestra humanidad se verá disminuida o trascendida, y nunca más seremos nosotros mismos después de morir. Contraste Jacob Marley y David Bowman con Job y Jesús. Job dijo: "En mi carne veré a Dios; ... yo, y no otro" (Job 19: 26-27). El Cristo resucitado dijo: "Mira mis manos y mis pies. Soy yo mismo] Tócame y mira; un fantasma no tiene carne ni huesos, como ves que tengo" (Lucas 24:39). Jesús llamó a las personas en el cielo por su nombre, incluido Lázaro en el cielo actual (Lucas 16:25) y Abraham, Isaac y Jacob en el cielo eterno (Mateo 8:11). Un nombre denota una identidad distinta, un individuo. El hecho de que las personas en el cielo puedan ser llamadas por el mismo nombre que tenían en la Tierra demuestra que siguen siendo las mismas personas. En el cielo seré Randy Alcorn, sin las partes malas, para siempre. Si conoces a Jesús, serás tú, sin las partes malas, para siempre. ¿SEREMOS ÚNICOS? Así como nuestro código genético y nuestras huellas digitales son únicos ahora, deberíamos esperar lo mismo de nuestros nuevos cuerpos. La identidad individual es un aspecto esencial de la personalidad. Dios es el creador de las identidades y personalidades individuales. No hace dos copos de nieve, y mucho menos dos personas por igual. Ni siquiera los "gemelos idénticos" son idénticos. La individualidad precedió al pecado y la maldición. La individualidad fue el plan de Dios desde el principio. Los habitantes del cielo no se regocijan simplemente por las multitudes sin nombre que vienen a Dios. Se regocijan por todas y cada una de las personas (Lucas 15: 4-7,10). Esa es una poderosa afirmación de la visión del Cielo de cada persona como un individuo separado cuya vida es observada y cuidada una a la vez. Cuando Moisés y Elijah aparecieron del cielo para estar con Cristo en su transfiguración, los discípulos con Cristo reconocieron a Moses y Elijah como los individuos distintos que eran, los mismos hombres que eran en la Tierra, infundidos de santidad. Cuando nos digan que nos sentaremos en un banquete y comeremos con Abraham e Isaac y otros, estaremos sentados, comiendo al lado, hablando y riéndonos no con una asamblea general, sino con personas particulares (Mateo 8:11). En su libro El problema del dolor, CS Lewis expresó su asombro por la diversidad con la que Dios nos creó: "Si no tuviera ninguna utilidad para todas estas diferencias, no veo por qué debería haber creado más almas que una ... Tu alma tiene una forma curiosa porque es un hueco hecho para adaptarse a una hinchazón particular en los contornos infinitos de la sustancia divina, o una llave para abrir una de las puertas de la casa con muchas mansiones. Porque no es la humanidad en abstracto eso es para salvarse, pero usted, usted, el lector individual, John Stubbs o Janet Smith ... Su lugar en el cielo parecerá hecho para usted y para usted solo, porque fue hecho para eso, hecho para él. por puntada como un guante hecho para una mano ". 206 ¿Qué te hace fingir? No es solo su cuerpo, sino también su memoria, rasgos de personalidad, dones, pasiones, preferencias e intereses. En la resurrección final, creo que todas estas facetas serán restauradas y amplificadas, sin mancha por el pecado y la Maldición. ¿Recuerdas un momento en el que realmente te sentías bien contigo mismo? No con orgullo o arrogancia, pero cuando sentiste que honraste a Dios, ayudaste a los necesitados, fuiste fiel, humilde y servicial, como Jesús. ¿Recuerdas cuando alentaste a alguien? ¿Cuándo experimentaste quién estabas destinado a ser? ¿Cuando estabas corriendo o nadando o trabajando y sentías que eras lo suficientemente fuerte como para seguir para siempre (aunque luego no podías levantarte de la cama)? Eso fue una pequeña muestra de quién serás en el cielo. Como CS Lewis lo expresó en su trilogía espacial, nos hemos convertido en versiones "dobladas" (pecaminosas) de lo que Dios pretendía. Tu engaño, pereza, lujuria, sordera, discapacidad y enfermedad no son tu verdadero yo. Son perversiones temporales que serán eliminadas. Son el cáncer que el Gran Médico extirpará quirúrgicamente. Su obra redentora es tal que nunca más volverán. Cuando estés en la Nueva Tierra, por primera vez serás la persona que Dios te creó para ser. ¿SEREMOS ÁNGELES? A menudo me preguntan si las personas, especialmente los niños, se convierten en ángeles cuando mueren. La respuesta es no. La muerte es un traslado de la misma persona de un lugar a otro. El lugar cambia, pero la persona permanece igual. La misma persona que se ausenta de su cuerpo se hace presente con el Señor (2 Corintios 5: 8). La persona que se va es la que va a estar con Cristo (Filipenses 1:23). Los ángeles son ángeles. Los humanos son humanos. Los ángeles son seres con sus propias historias y recuerdos, con identidades distintas, que se reflejan en el hecho de que tienen nombres personales, como Michael y Gabriel. Bajo la dirección de Dios, nos sirven en la Tierra (Hebreos 1:14). Miguel el arcángel sirve bajo Dios, y los otros ángeles, en varias posiciones, sirven bajo Miguel (Daniel 10:13; Apocalipsis 12:7). En el cielo, los seres humanos gobernarán a los ángeles (1 Corintios 6:2-3). El hecho de que los ángeles nos hayan servido en la Tierra hará que encontrarlos en el Cielo sea particularmente fascinante. Es posible que hayan estado con nosotros desde la infancia, protegiéndonos, apoyándonos, haciendo todo lo posible en nuestro nombre (Mateo 18:10). Es posible que hayan presenciado prácticamente cada momento de nuestras vidas. Además de Dios mismo, nadie podría conocernos mejor. ¿Cómo será no solo que nos muestren alrededor del Cielo intermedio, sino también caminar y hablar con ellos en la Nueva Tierra? ¿Qué historias nos contarán, incluido lo que realmente sucedió ese día en el lago hace treinta y cinco años cuando casi nos ahogamos? Nos han protegido, han ido a una feroz batalla por nosotros, han servido como agentes de Dios en respuesta a las oraciones. Qué grandioso será conocer a estas brillantes criaturas antiguas que han vivido con Dios desde su creación. Los consultaremos y les aconsejaremos, dándonos cuenta de que ellos también pueden aprender de nosotros, los portadores de la imagen de Dios. ¿Un ángel que nos protegió será puesto bajo nuestra administración? Si realmente creyéramos que los ángeles estaban con nosotros diariamente, aquí y ahora, ¿no nos motivaría a tomar decisiones más sabias? ¿No sentiríamos una responsabilidad ante los seres santos que nos sirven como representantes de Dios? A pesar de lo que dicen algunos libros populares, no hay una base bíblica para tratar de hacer contacto con los ángeles ahora. Debemos pedirle sabiduría a Dios, no a los ángeles (Santiago 1:5). Como dicen las Escrituras y como lo retrato en mis novelas Dominion, LordFoulgrin's Letters y The Ishbane Conspiracy, los siervos de Satanás pueden "disfrazarse como siervos de justicia" y traernos mensajes que parecen ser de Dios pero no lo son (2 Corintios 11:15) Sin embargo, debido a que las Escrituras enseñan que uno o más de los ángeles de Dios pueden estar en la habitación conmigo ahora, de vez en cuando digo "Gracias" en voz alta. Y a veces agrego: "Espero conocerte". No puedo esperar para escuchar sus historias. No seremos ángeles, pero estaremos con ángeles, y eso será mucho mejor. ¿TENDREMOS EMOCIONES? En las Escrituras, se dice que Dios disfruta, ama, ríe, se deleita y se regocija, además de estar enojado, feliz, celoso y contento. En lugar de ver estas acciones y descriptores como meros antropomorfismos, debemos considerar que nuestras emociones se derivan de las de Dios. Si bien siempre debemos evitar crear a Dios a nuestra imagen, el hecho es que somos creados en la suya. Por lo tanto, nuestras emociones son un reflejo y, a veces (debido a nuestro pecado) una distorsión de las emociones de Dios. Ser como Dios significa tener y expresar emociones. Por lo tanto, debemos esperar que en el Cielo las emociones existirán para la gloria de Dios y nuestro bien. En el cielo ejercitaremos no solo el intelecto sino también las emociones (Apocalipsis 6:10; 7:10). Incluso los ángeles responden emocionalmente (Apocalipsis 7:11-12; 18:1-24). Las emociones son parte de nuestra humanidad creada por Dios, no un equipaje pecaminoso para ser destruido. Deberíamos anticipar emociones puras y bien informadas guiadas por la realidad. Nuestras emociones actuales están sesgadas por el pecado, pero serán liberadas de él. ¿Lloraremos en el cielo? La Biblia dice: "Se limpiará cada lágrima de sus ojos; y ya no habrá más muerte; ya no habrá más duelo, ni llanto, ni dolor" (Apocalipsis 21:4, NASB, énfasis agregado). Estas son las lágrimas de sufrimiento por el pecado y la muerte, las lágrimas de los oprimidos, los gritos de los pobres, las viudas, los huérfanos, los no nacidos y los perseguidos. Dios limpiará las lágrimas de la injusticia racial. Tal llanto ya no existirá. El verso trata principalmente no las lágrimas per se sino las lágrimas que provienen de la injusticia y la tristeza. Por lo tanto, podríamos derramar lágrimas de alegría en el Cielo. ¿Te imaginas la alegría inundando tus ojos cuando te encuentras con Cristo, por ejemplo, y cuando te reencuentras con tus seres queridos? Yo puedo. Sabemos que las personas en el cielo tienen muchos sentimientos, todos buenos. Se nos habla de banquetes, fiestas y cantos. La gente se reirá allí (Lucas 6:21). Festejar, cantar y alegrarse implican sentimientos. Los sentimientos no son parte de la maldición; son parte de cómo Dios hizo a los seres humanos desde el principio. Nuestras emociones actuales están dobladas por el pecado, pero se enderezarán para siempre cuando Dios elimine la Maldición. Muchas personas tienen dificultades con sus sentimientos. En el cielo seremos libres de sentirnos intensamente, sin tener miedo de nuestros sentimientos. Un escritor dice de nuestra vida en el cielo: "Viviremos en un alto perpetuo y estimulante similar al sentimiento que tenemos ahora cuando gritamos '¡Sí!' en una gran victoria " No estoy tan seguro. Vivir constantemente en un punto álgido de euforia eclipsaría momentos especiales de alegría. Ciertamente en el Cielo no experimentaremos tristeza, pero eso no requiere que la alegría de cada momento sea exactamente igual al resto. ¿Nuestras emociones serán más intensas a veces que otras? Creo que lo harán. Experimentamos un flujo y reflujo en nuestras vidas. Ese ritmo es parte de ser humano y finito, y siempre seremos los dos. 207 ¿TENDREMOS DESEOS? Tendremos muchos deseos en el cielo, pero no serán deseos impíos. Todo lo que queramos será bueno. Nuestros deseos agradarán a Dios. Todo estará bien con el mundo, nada prohibido. Cuando un padre cocina filetes en la parrilla de la barbacoa, quiere que su familia los escuche chisporrotear y ansiosamente desee comerlos. Dios creó nuestros deseos y cada objeto que deseamos. Le encanta cuando se nos hace agua la boca por lo que ha preparado para nosotros. Cuando lo disfrutemos, lo disfrutaremos. Una de las mejores cosas del Cielo es que ya no tendremos que luchar contra nuestros deseos. Siempre serán puros, atendiendo a sus objetos apropiados. Disfrutaremos de la comida sin glotonería ni trastornos alimenticios. Expresaremos admiración y afecto sin lujuria, fornicación o traición. Esos simplemente no existirán. Traté de expresar eso en mi novela Safely Home. Cuando uno de los personajes llega al Cielo, tiene una conversación con el Rey: "Siento que estoy bebiendo de la Fuente de la Corriente. ¿Esto significa que no sentiré más anhelo?" El Rey, la Fuente, responde: "Tendrás el dulce anhelo de deseo que puede cumplirse y se cumplirá, una y otra y otra vez. [El cielo] no es la ausencia de anhelo sino su cumplimiento. El cielo no es la ausencia de pica; es el rasguño satisfactorio para cada picazón ". 208 No mucho después de terminar una comida, comenzamos a esperar la siguiente. Cuando termina un viaje divertido, queremos continuar de nuevo. La anticipación, el deseo, es una gran parte de la alegría. Como seremos personas resucitadas en un universo resucitado, ¿por qué cambiaría eso? El cristianismo es único en su perspectiva de nuestros deseos, enseñando que serán santificados y cumplidos en la Nueva Tierra. Por el contrario, el concepto budista de liberación enseña que algún día los deseos de las personas serán eliminados. Eso es radicalmente diferente. El cristianismo enseña que Jesús quita nuestros pecados mientras redime nuestros deseos. El deseo es una parte esencial de la humanidad, una parte que Dios incorporó a las personas antes de que el pecado proyectara su sombra oscura sobre la tierra. Estoy deseando que se rediman mis deseos. (Incluso ahora, como hijos de Dios redimidos tenemos gustos o eso, ¿no?) Cuando Cristo me llame a casa, iré con la alegría de un niño que se aleja de la escuela. ADONIRAM JUDSON ¿No sería maravilloso estar libre de incertidumbre acerca de nuestros deseos? A menudo nos preguntamos: ¿es bueno o malo para mí querer esta cosa o ese premio o su aprobación o su aprecio? A veces no sé qué deseos son correctos y cuáles no. Espero ser liberado de la incertidumbre y la duda. Anhelo ser capaz de querer siempre lo que es bueno y correcto. En La última batalla de CS Lewis, sus personajes llegan a Nueva Narnia. Lucy dice: "Tengo la sensación de que hemos llegado al país donde todo está permitido". Agustín expresó un pensamiento similar: "Ama a Dios y haz lo que quieras". Amaremos a Dios de todo corazón y, por lo tanto, solo querremos hacer lo que le agrada. 209 210 Dios colocó solo una restricción sobre Adán y Eva en el Edén, y cuando lo ignoraron, el universo se deshizo. En la Nueva Tierra, esa prueba ya no estará ante nosotros. La ley de Dios, la expresión de sus atributos, será escrita en nuestros corazones (Hebreos 8:10). No se necesitarán reglas, porque nuestros corazones serán entregados a Dios. David dijo: "Deléitate en el Señor y él te dará los deseos de tu corazón" (Salmo 37:4). ¿Por qué? Porque cuando nos deleitamos en Dios y permanecemos en él, lo que queramos será exactamente lo que él quiere para nosotros. Lo que deberíamos hacer al fin será idéntico a lo que queremos hacer. No habrá diferencia entre deber y alegría. ¿MANTENDEMOS NUESTRA PROPIA IDENTIDAD? Serás tú en el cielo. ¿Quién más serías? Si Bob, un hombre en la Tierra, ya no es Bob cuando llega al Cielo, entonces, de hecho, Bob no fue al Cielo. Si cuando llego al cielo no soy la misma persona con la misma identidad, historia y memoria, entonces / no fui al cielo. El Jesús resucitado no se convirtió en otra persona; él permaneció quien era antes de su resurrección: "¡Soy yo mismo!" (Lucas 24:39). En el Evangelio de Juan, Jesús trata con María, Tomás y Pedro de manera muy personal, basándose en su conocimiento previo de ellos (Juan 20:10-18,24-29; 21:15-22). Su conocimiento y relaciones de su estado pre-resucitado se trasladaron. Cuando Thomas dijo: "Mi Señor y mi Dios", supo que estaba hablando con el mismo Jesús que había seguido. Cuando Juan dijo: "Es el Señor", quiso decir: "Es realmente él, el Jesús que hemos conocido" (Juan 21: 4-7). Si no fuéramos nosotros mismos en el más allá, entonces no podríamos ser responsables de lo que hicimos en esta vida. El juicio no tendría sentido. Si Barbara ya no es Barbara, no puede ser recompensada ni responsabilizada por nada de lo que Barbara hizo. Tendría que decir: "Pero ese no fui yo". Las doctrinas del juicio y las recompensas eternas dependen de que las personas conserven sus identidades distintas de esta vida a la siguiente. Bruce Milne escribe: "Podemos desterrar todo temor de ser absorbidos por el 'Todo' que el budismo tiene ante nosotros, o reencarnar en alguna otra forma de vida como en la perspectiva post mortem del hinduismo ... El ser con el que estábamos dotado por el Creador en su regalo de vida para nosotros, el yo cuyo valor fue asegurado para siempre en la auto-sustitución de Dios por nosotros en la cruz, ese yo perdurará en la eternidad. La muerte no puede destruirnos ". 211 Algunas personas leen "puedes participar en la naturaleza divina" (2 Pedro 1:4) e imaginan que todos seremos indistinguibles de Dios. Pero imaginar que perderemos nuestras identidades personales es una creencia hindú, no cristiana. El versículo en 2 Pedro significa que estamos cubiertos con la justicia de Cristo. Participaremos en la santidad de Dios, pero conservaremos por completo nuestra individualidad creada por Dios. Nuestra propia historia e identidad personales perdurarán de una Tierra a la siguiente. "'Como los nuevos cielos y la nueva tierra que hago perdurarán ante mí', declara el Señor, 'así también perdurarán tu nombre y tu descendencia'" (Isaías 66:22). Jesús dijo a sus discípulos: "/ no beberé más de este fruto de la vid a partir de ahora hasta el día en / beber que de nuevo con ustedes en el reino de mi Padre" (Mateo 26:29, énfasis añadido). El mismo Jesús beberá el mismo vino con los mismos discípulos. No es que lo que solíamos ser nosotros comulgaríamos con lo que solían ser Abraham, Isaac y Jacob. Más bien, nosotros, las mismas personas, pero completamente limpios, comeremos en una mesa con el único Abraham, Isaac y Jacob (Mateo 8:11). ¿En el cielo seremos llamados por nuestros nombres actuales? Los nombres de los hijos de Dios están escritos en el Libro de la Vida del Cordero (Apocalipsis 20:15; 21:27). Creo que esos son nuestros nombres terrenales. Dios reconoció como válidos los nombres que Adán dio a los animales. Dios llama a las personas por sus nombres terrenales, los nombres dados por sus padres. Él llama a las personas en el cielo con esos mismos nombres: Abraham, Isaac y Jacob, por ejemplo. Los nombres de los doce hijos de Israel y de los apóstoles, aparentemente los mismos nombres con los que los conocemos, están escritos en las puertas de la ciudad y los cimientos de sus muros (Apocalipsis 21: 12-14). Nuestros nombres reflejan nuestra individualidad. Tener el mismo nombre escrito en el Cielo que era nuestro en la Tierra habla de la continuidad entre esta vida y la próxima. Además de nuestros nombres terrenales, recibiremos nuevos nombres en el cielo (Isaías 62:2; 65:15; Apocalipsis 2:17; 3:12). Los nuevos nombres no invalidan los viejos. Muchas personas tenían múltiples nombres en las Escrituras: Jacob también es Israel; Simón es también Peter; Saúl también es Pablo. Imagina un hermoso jardín de rosas. Ha sido perfectamente diseñado y cultivado. Pero los rosales se enferman. El jardín se convierte en una masa enredada. Es un resto triste y deteriorado del glorioso jardín que alguna vez fue. Entonces el jardinero decide reclamar su jardín. Día tras día poda, riega y fertiliza cada arbusto. Su deseo no es simplemente restaurar el jardín a su belleza original; Es para hacerlo mucho más hermoso que nunca. Cuando el jardinero termina y las rosas florecen, son hermosas y fragantes, ¿es el jardín de rosas igual que antes? ¿Cada individuo se levantó igual? Si y no. Es el mismo jardín de rosas, restaurado a su belleza anterior y más allá. Sin embargo, para mirarlo, es difícil creer que estas sean las mismas rosas que alguna vez fueron un desastre marchito y enredado. Esta es una imagen de Creación, Caída y Resurrección. Cuando Dios haya terminado, seremos nosotros mismos sin el pecado, lo que significa que seremos lo mejor que podamos ser. ¿PERDEREMOS A NOSOTROS MISMOS? Un hombre me escribió expresando su miedo a perder su identidad en el cielo: "¿Ser como Jesús significará la destrucción de uno mismo?" Temía que todos seamos iguales, que él y sus amigos atesorados pierdan sus rasgos distintivos y excentricidades que los hacen especiales. Pero no necesita preocuparse. Todos podemos ser como Jesús en el carácter y, sin embargo, ser muy diferentes unos de otros en la personalidad. La distinción es la creación de Dios, no la de Satanás. Lo que nos hace únicos sobrevivirá. De hecho, gran parte de nuestra singularidad puede ser descubierta por primera vez. Al final de Mere Christianity, CS Lewis escribe: "Hasta que no te hayas entregado a Él, no tendrás un ser real. La similitud se encuentra más entre los hombres más 'naturales', no entre aquellos que se rinden a Cristo. Cuán monótonamente parecidos han sido todos los grandes tiranos y conquistadores: cuán gloriosamente diferentes son los santos ... Nada en ti que no haya muerto resucitará de los muertos. Búscate a ti mismo, y encontrarás a largo plazo corre solo odio, soledad, desesperación, rabia, ruina y decadencia. Pero busca a Cristo y lo encontrarás, y con Él todo lo demás ". 212 C A P I T U L O 29 ¿CÓMO SERÁN NUESTROS CUERPOS? Como vimos en el capítulo 11, nuestros cuerpos resucitados serán cuerpos físicos reales, tal como lo fue y es Cristo. ¿Pero cómo serán nuestros cuerpos? ¿Cómo funcionarán? Nuestros cuerpos de resurrección estarán libres de la maldición del pecado, redimidos y restaurados a su belleza y propósito original que se remonta al Edén. Los únicos cuerpos que hemos conocido son restos débiles y enfermos de los cuerpos originales que Dios hizo para los humanos. Pero los cuerpos que tendremos en la Nueva Tierra, en nuestra resurrección, serán aún más gloriosos que los de Adán y Eva. ¿TODOS TENDREMOS CUERPOS HERMOSOS? Escuché a alguien decir que en el cielo todos tendremos cuerpos esculpidos, sin grasa. El comentario refleja un anhelo de que nuestros cuerpos estén sanos, en forma y hermosos. Espero que nuestros cuerpos se vean bien, pero no con una especie de belleza de levantamiento de pesas, implantes artificiales, pliegues cutáneos y cabinas de bronceado. El físico esculpido que nuestra cultura admira se consideraría extraño en otros lugares y tiempos. Algunas culturas consideran que lo que llamamos delgadez no es saludable y lo que consideramos la gordura como un signo de vitalidad y prosperidad. Las mismas tendencias genéticas que hacen que algunas personas no sean atractivas para los estándares de una cultura las hacen atractivas en otra. Espero que nuestros nuevos cuerpos tengan una belleza natural que no necesitará cosméticos ni retoques. En cuanto a la grasa, porque Dios creó la grasa como parte de nuestros cuerpos, seguramente tendremos algo, pero en proporción saludable. La persona más bella que jamás hayas visto está bajo la Maldición, una sombra de la belleza que una vez caracterizó a la humanidad. Si viéramos a Adán y Eva como estaban en el Edén, probablemente nos dejarían sin aliento. Si nos hubieran visto como somos ahora, probablemente se habrían llenado de conmoción y lástima. Dios decidirá cómo son nuestros cuerpos perfectos, pero ciertamente no deberíamos asumir que todos se parecerán. Diferentes alturas y pesos parecen tan probables como diferentes colores de piel. Las identidades raciales continuarán (Apocalipsis 5:9; 7:9), y esto implica un traspaso genético del cuerpo antiguo al nuevo. Estoy especulando, pero parece probable que las personas cuyos cuerpos eran altos tendrían cuerpos de resurrección altos; los que eran bajos probablemente lo serán. Lo naturalmente delgado será delgado, y lo naturalmente grueso será grueso. Pero todos estos tamaños serán saludables y atractivos, sin ser afectados por la Maldición, la enfermedad o las restricciones, y todos estaremos perfectamente contentos con la forma que Dios diseñó para nosotros. Algunas personas consideran que este tema no es espiritual, pero uno de los más grandes teólogos de la iglesia, Agustín, no lo hizo. Él dice en La ciudad de Dios: "[El cuerpo] será del tamaño que alcanzó o debería haber alcanzado en la flor de su juventud, y disfrutará de la belleza que surge de preservar la simetría y la proporción en todos sus miembros [...] las personas demacradas y demacradas no deben temer que estarán en el cielo de una figura tal como no lo estarían en este mundo si pudieran evitarlo ". 213 No vamos a comer en exceso ni a subestimar en la Nueva Tierra. Con salud, vitalidad y libertad, todos realizaremos mucha actividad. ¿Las calorías nos afectarán de la misma manera que lo hacen ahora? No lo sé. Pero ciertamente no experimentaremos enfermedades cardíacas, diabetes, asma, osteoporosis, artritis, cáncer, EM, VIH o cualquier otra cosa que consuma el cuerpo. (¡No más inyecciones de insulina para mí!) La mayoría de las personas no anhelan tanto un cuerpo perfecto como la sensación de bienestar y aprobación que creen que va con él. De esto podemos estar seguros: no importa cómo nos veamos, nuestros cuerpos agradarán al Señor, a nosotros mismos y a los demás. No nos miraremos al espejo deseando una nariz diferente o mejillas, orejas o dientes diferentes. La belleza sin pecado de la persona interna se desbordará en la belleza de la persona externa. No sentiremos inseguridad ni arrogancia. No intentaremos escondernos ni impresionar. No vamos a tener que tratar de lucir bella, que será hermoso. Estaremos muy agradecidos no por nuestra apariencia sino por nuestra salud y fortaleza. Sabremos que el Artista nos diseñó tal como lo deseaba y que nunca perderemos la salud y la belleza que nos ha brindado gentilmente. ¿NUESTROS CUERPOS DE RESURRECCIÓN TENDRÁN CINCO SENTIDOS? Dios nos diseñó con cinco sentidos. Son parte de lo que nos hace humanos. Nuestros cuerpos de resurrección seguramente tendrán estos sentidos. Espero que aumenten en su poder y sensibilidad. Nos pararemos en la Nueva Tierra para verla, sentirla, olerla, probar sus frutos y escuchar sus sonidos. No figurativamente. Literalmente. Sabemos esto porque nos prometieron cuerpos de resurrección como el de Cristo. Vio, oyó, sintió y, mientras cocinaba y comía pescado, presumiblemente olía y probaba. Nosotros también lo haremos. Las delicias del cielo estirarán nuestros sentidos glorificados hasta sus límites. ¿Cómo se verán las cosas y qué tan lejos podremos verlas? ¿Podrán nuestros ojos funcionar alternativamente como telescopios y microscopios? ¿Servirán nuestros oídos como discos de recolección de sonido? ¿Será nuestro sentido del olfato mucho más agudo, capaz de identificar una flor o persona favorita a millas de distancia, para que podamos seguir el olor hasta la fuente? ¿Podrán nuestros ojos ver nuevos colores? Actualmente no podemos ver ultravioleta e infrarrojo, pero sabemos que son reales. ¿No parece probable que nuestros ojos resucitados los vean? ¿Qué vieron Adán y Eva que no podemos? Aunque no sabemos las respuestas a estas preguntas, parece razonable sugerir que todos nuestros sentidos resucitados funcionarán en niveles que nunca hemos conocido. David oró: "Te alabo porque estoy hecho con temor y maravillosamente" (Salmo 139:14). ¿Cuánto más alabaremos a Dios por las maravillas de nuestros cuerpos de resurrección? Como veremos en el siguiente capítulo, las Escrituras hablan repetidamente sobre comer en el cielo. ¿Qué podrán saborear nuestras papilas gustativas resucitadas? La mejor comida aquí en la Tierra está contaminada por la Maldición. Nuestras papilas gustativas siguen siendo defectuosas. Piensa en la mejor comida que hayas comido, el mejor postre que hayas probado. Por buenos que fueran, eran solo una pista de lo que vendría, una pista lo suficientemente buena como para hacernos anhelar el Cielo. Ser restaurado a las habilidades sensoriales de Adán y Eva sería lo suficientemente emocionante. Pero parece probable que nuestros cuerpos resucitados superen los suyos. Lo que Dios rehace, él solo mejora. Dios podría agregar nuevos sentidos a los viejos. ¿Que quiero decir? No sé, ¿cómo podría explicar una sensación que nunca experimenté? Si nunca hubiéramos conocido la vista, ¿cómo podríamos sentir lo que nos faltaba? Si nunca hubieras podido oler lilas o probar la tarta de arándanos o escuchar la Quinta Sinfonía de Beethoven, ¿cómo entenderías lo que significa oler o probar esas cosas? En la Nueva Tierra, creo que continuamente descubriremos, para nuestro deleite, lo que nunca supimos que existía, lo que nos hemos estado perdiendo toda nuestra vida. Ninguna alegría es mayor que la alegría del descubrimiento. El Dios que siempre supera nuestras expectativas siempre nos dará más de sí mismo y de su creación para descubrir. ¿NUESTROS NUEVOS CUERPOS TENDRÁN NUEVAS HABILIDADES? Cuando se trata de hacer lo que Dios quiere y lo que queremos, a veces nuestros cuerpos nos fallan. Los discípulos tenían la intención de rezar en Getsemaní, pero se durmieron. Jesús les dijo: "El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil" (Mateo 26:41). Nuestros cuerpos de resurrección, sin embargo, nunca nos fallarán. Trabajarán en perfecto concierto con nuestras mentes resucitadas. Deberíamos anticipar una armonía sin precedentes de mente y cuerpo. A veces tenemos indicios de esto. HA Williams dice: "Cuando juego bien, tengo por un período limitado de tiempo una experiencia de la resurrección del cuerpo. Porque no hay indicios de un dualismo entre la mente y el cuerpo con cualquiera de ellos tratando de oprimir o intimidar al otro. . Traigo al juego mi ser totalmente indiviso " 214 El cuerpo de resurrección de Cristo tenía la capacidad de aparecer repentinamente, aparentemente entrando por una puerta cerrada a los apóstoles (Juan 20:19) y "desapareciendo" de la vista de los dos discípulos en Emaús (Lucas 24:31). Cuando Cristo dejó la tierra, desafió la gravedad y ascendió al aire (Hechos 1:9). Es posible que el Cristo resucitado, que es hombre pero Dios, tenga ciertas habilidades físicas que no tendremos. Aparecer y desaparecer podría ser una expresión limitada de su omnipresencia, y su ascensión podría ser algo que nuestros cuerpos no podrían imitar. Por un lado, debido a que en múltiples pasajes se nos dice que nuestros cuerpos de resurrección serán como los de Cristo, a veces es posible trascender las leyes actuales de la física y / o viajar de alguna manera que ahora no somos capaces de hacer. Por otro lado, es nuestra naturaleza humana dada por Dios ser criaturas encarnadas que existen en el espacio y el tiempo. Por lo tanto, es probable que las mismas leyes de la física que gobernaron a Adán y Eva nos gobiernen. No podemos estar seguros, pero de cualquier manera será maravilloso. No sabemos los planes gloriosos que Dios tiene para nuestros cuerpos. Es posible que tengamos la capacidad de bucear de una ballena o la capacidad de volar de un águila. Tal vez corramos como un guepardo o escalemos una montaña como una cabra. (¿Y quién sabe qué pueden hacer los guepardos y las cabras?) Aún así, no debemos suponer demasiado sobre volar y desmaterializarse a la luz del hecho de que la ciudad eterna tendrá calles y puertas, lo que implica un tráfico terrestre normal. Tal vez como nuestra incapacidad actual para volar condujo a la invención de aviones, nuestras limitaciones como seres finitos, incluso en nuestra resurrección, nos inspirarán a ejercer dominio sobre nuestro entorno creando y perfeccionando nuevos modos de transporte. Quizás algo de lo que se ha soñado durante mucho tiempo en la ciencia ficción nos espera en el nuevo universo. ¿BRILLARÁN NUESTROS CUERPOS? Algunas personas me han preguntado si nuestros cuerpos resucitados brillarán. Citan dos pasajes: "Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre" (Mateo 13:43) y "Aquellos que tienen perspicacia brillarán como el resplandor de la extensión del cielo, y los que dirigen a muchos a la justicia, como las estrellas por los siglos de los siglos "(Daniel 12:3, NASB). Por un lado, Jesús no tenía un halo después de su resurrección, y tampoco hay razón para creer que lo tengamos. El cuerpo de Cristo parecía tan terrenal y normal que los discípulos en el camino a Emaús no se dieron cuenta de que él era el Señor resucitado (Lucas 24:13-24). Sin embargo, en este punto aún no había sido glorificado. Durante la transfiguración de Cristo, su ropa "se volvió tan brillante como un relámpago" (Lucas 9:29). Como esto representa a Cristo como Rey, tiene sentido pensar que literalmente brillará en su reino en la Nueva Tierra. Juan dice de la ciudad, "el Cordero es su lámpara" (Apocalipsis 22:23). Como se señaló anteriormente, Juan vio a Cristo en el Cielo actual como un ser brillante y poderoso, no como alguien que se mezclaría en una multitud (Apocalipsis 1: 1218). Moisés y Elías, quienes se unieron a Cristo en la montaña, "aparecieron en glorioso esplendor" (Lucas 9:31). Después de que Moisés recibió los Diez Mandamientos de Dios en la montaña, el rostro de Moisés brilló (Éxodo 34: 2930). Este cuerpo terrenal es lento y pesado en todos sus movimientos, apático y pronto cansado de la acción. Pero nuestros cuerpos celestiales serán como fuego; tan activos y ágiles como lo son nuestros pensamientos. BENJAMIN CALAMY Muchos creen que estos descriptores son figuras retóricas. Sin embargo, en algunos casos (incluido Moisés) fue claramente literal. Dado que Dios mismo es retratado constantemente como existente a la luz brillante, no debería sorprendernos pensar que en su presencia nosotros también participaremos de su brillo. Creo que, como seres resucitados, realmente tendremos evidencia física de ser portadores de la imagen de Dios y vivir en la presencia de Dios. Ser glorificado parece significar que, entre otras cosas, literalmente podemos brillar. Si esto parece difícil de imaginar, piense en una persona con piel gris, gris y malnutrida, y luego imagine a la misma persona vibrante y saludable. ¿No podrías decir que la persona brilla? ¿Has oído decir de alguien "ella está radiante"? He conocido personas tan llenas de Jesús que parecen tener un brillo físico. Si Dios mismo es brillante, entonces parece apropiado que nosotros, sus portadores de imágenes, reflejemos su brillo. Ahora, yendo más allá de esa analogía de nuestra condición actual, imagine personas en la misma presencia de Dios, que son tan justas, tan hermosas, tan desprovistas de pecado y oscuridad, tan impregnadas por la misma justicia de Dios, que tienen un físico literal. resplandor. Eso no es tan difícil de imaginar, ¿verdad? Brillante habla de gloria, la exhibición externa de grandeza y majestad. Gloria es una palabra asociada con gobernantes. Los reyes tenían gloria. Es comprensible que dudemos en atribuirnos la gloria a nosotros mismos, pero Dios no duda en atribuirnos la gloria. Como hijos de Dios, debemos ser a su semejanza. Es él, no nosotros, quien declara que somos reyes, reyes y reinas, quienes reinarán con Cristo. AB Caneday nos recuerda: "Dios es el original; nosotros somos la imagen orgánica, la copia viva. No hablamos correctamente de Dios como Rey al proyectar sobre él imágenes reales porque creemos que es apropiado para Dios. Más bien, inclinarse ante Dios quien tiene dominio es apropiado, porque el hombre como rey sobre la creación, es la imagen de la realeza; Dios, el verdadero rey, es la realidad que proyecta la imagen del rey terrenal ". 215 Por lo tanto, nuestra gloria como reyes y reinas menores servirá para magnificar su mayor gloria como el Rey de reyes. No absorberemos y mantendremos la gloria que se nos da, pero la reflejaremos y la emanaremos hacia su objeto apropiado: Cristo mismo. Esto es evidente en el hecho de que los hijos adoradores de Dios "depositarán sus coronas delante del trono" (Apocalipsis 4:10). ¿Qué nos prepara para participar en la gloria de Dios? Nuestros sufrimientos actuales (Romanos 8:17-18; 1 Pedro 5:1-4). "Porque nuestros problemas ligeros y momentáneos nos están logrando una gloria eterna que los supera a todos" (2 Corintios 4:17). Siempre que extraigamos nuestra fuerza de Cristo, cuanto mayores sean nuestros problemas ahora, mayor será nuestra gloria entonces. ¿SERÁN PERFECTOS NUESTROS CUERPOS? Cada vez que paso tiempo con personas severamente discapacitadas, física, mental o ambas, soy muy consciente de lo maravilloso que será tener cuerpos resucitados. Mi amigo David O'Brien es un hombre brillante atrapado en un cuerpo que gime por la redención. Su parálisis cerebral desaparecerá en el momento en que deje este mundo para ir al Cielo actual, pero el mayor regalo será en su resurrección, cuando tendrá un nuevo cuerpo, para siempre libre de enfermedades. Me imagino que David nunca tendrá que repetirse porque los demás no lo entienden. Lo veo corriendo por los campos de la Nueva Tierra. Espero correr al lado de David. . . y probablemente detrás de él. A menudo pienso en cómo los parapléjicos, los tetrapléjicos y las personas que han conocido un dolor constante caminarán, correrán, saltarán y se reirán en la Nueva Tierra. Los creyentes que son ciegos ahora mirarán boquiabiertos las maravillas de la Nueva Tierra. Qué placer especial para ellos. Joni Eareckson Tada, un tetrapléjico, dice: Aún no puedo creerlo. Yo, con los dedos arrugados y doblados, los músculos atrofiados, las rodillas nudosas y sin sentir los hombros caídos, algún día tendré un cuerpo nuevo, ligero, brillante y vestido de justicia, poderoso y deslumbrante. ¿Te imaginas la esperanza que esto le da a una médula espinal herida como yo? ¿O alguien que tiene parálisis cerebral, lesión cerebral o que tiene esclerosis múltiple? Imagine la esperanza que esto le da a alguien que es maníaco-depresivo. Ninguna otra religión, ninguna otra filosofía promete nuevos cuerpos, corazones y mentes. Solo en el Evangelio de Cristo las personas lastimadas encuentran una esperanza tan increíble. 216 Joni habla de hablar con una clase de cristianos con discapacidad mental. Pensaron que era genial cuando ella dijo que iba a obtener un nuevo cuerpo. Pero luego agregó: "Y ... vas a tener nuevas mentes". La clase estalló en vítores y aplausos. Sabían exactamente lo que querían: nuevas mentes. Mi cuerpo y mi mente, por el momento, pueden estar relativamente sanos. Pero como diabético insulinodependiente, he sabido lo que es tanto para mi cuerpo como para mi mente fallarme. Sufren bajo la maldición lo suficiente como para que yo también sepa lo que quiero: un nuevo cuerpo y una nueva mente, sin pecado, sufrimiento e incapacidad. Cada año que pasa, anhelo más ser una persona resucitada y vivir en la Tierra resucitada, con mis hermanos y hermanas resucitados y, sobre todo, con mi Señor, el Jesús resucitado. ¿SEREMOS MASCULINOS O FEMENINOS? Un libro sobre el Cielo dice: "[No habrá seres humanos masculinos y femeninos. Todos seremos hijos de Dios y el sexo no será parte de nuestra naturaleza". El mismo libro dice: "Los hombres ya no serán hombres ni las mujeres serán mujeres". 217 218 Del mismo modo, otro libro dice de los que están en el cielo: "Han alcanzado esa condición andrógina en la que se trascienden las distinciones sexuales, o más bien, en el que las cualidades de ambos sexos se mezclan". 219 Algunas personas intentan demostrar que no habrá género en el cielo citando la declaración de Pablo de que en Cristo no hay "hombre ni mujer" (Gálatas 3:28). Pero Pablo se refiere a algo que ya es cierto en la Tierra: la igualdad de hombres y mujeres en Cristo. El problema no es la eliminación de la sexualidad (no pierdes tu género en la conversión). ¿Era Jesús sin género después de su resurrección? Por supuesto no. Nadie lo confundió con una mujer, o como andrógino. Se le conoce con pronombres masculinos. Nunca seremos sin género porque los cuerpos humanos no lo son. El punto de la resurrección es que tendremos cuerpos humanos reales esencialmente vinculados a los originales. El género es un aspecto de la humanidad creado por Dios. En mi novela Deadline, Finney aborda este asunto con el ángel Zyor; "Pero todavía soy un hombre aquí, y todos los que veo son claramente hombres o mujeres, de hecho más claramente que en la tierra. Pensé que tal vez no habría género aquí. Había leído que todos seríamos ... como ... ángeles, como tú ". Zyor pareció sorprendido. "Eres como nosotros en el sentido de que no te casas y tienes hijos aquí. Pero en cuanto a ser un hombre, ¿qué más serías? Elyon puede deshacer lo que hacen los hombres, pero él no deshace lo que hace. Te hizo hombre, ya que hizo que tu madre, esposa e hijas fueran mujeres. El género no es simplemente un componente de tu ser para ser agregado, extraído y descartado. Es una parte esencial de quién eres ". 220 ¿LLEVAREMOS ROPA? Debido a que Adán y Eva estaban desnudos y sin vergüenza, algunos argumentan que en el cielo no tendremos que usar ropa. Pero incluso en el Cielo actual, antes de la Resurrección final, se representa a las personas vestidas con ropas blancas, que representan nuestra justicia en Cristo (Apocalipsis 3: 4; 6:11). Parece que usaremos ropa, no porque haya vergüenza o tentación, sino quizás porque mejorarán nuestra apariencia y comodidad. Usar túnicas puede parecernos extranjero o formal. Pero para los lectores del primer siglo, cualquier cosa que no fuera una túnica les habría parecido extraña. ¿Por qué? Porque las túnicas eran lo que normalmente usaban. En lugar de concluir que todos usaremos túnicas, una mejor deducción es que todos nos vestiremos normalmente, como lo hicimos en la vieja tierra. ¿Estoy diciendo que algunas personas usarán jeans, pantalones cortos, camisetas, polos o chanclas? Bueno, ¿no serían tan normales para algunas personas del siglo XXI como las túnicas y las sandalias para las personas del siglo I? Las túnicas no estaban reservadas para eventos formales; formaban parte del atuendo cotidiano. Por supuesto, a veces podríamos usar ropa más y menos formal, para ciertos tipos de eventos. No hay indicios de que solo tengamos un conjunto de ropa para elegir. ¿Llevaremos todos ropa blanca? La vestimenta blanca puede representar nuestra justicia (Apocalipsis 7: 9), como lo hicieron con la de Cristo en su transfiguración. El énfasis en el blanco puede estar relacionado con la limpieza, que era extremadamente difícil de mantener en esa cultura. Sorprendentemente, la única persona representada en el cielo con una túnica que no es blanca es Jesucristo: "Está vestido con una túnica bañada en sangre" (Apocalipsis 19:13). Así como Jesús usó ropa después de su resurrección en la vieja Tierra, la usa ahora en el Cielo actual, y presumiblemente la usará en la Nueva Tierra. ¿Será el blanco el único color de ropa? No. Hay ángeles con fajas doradas (Apocalipsis 15: 6). Debido a que las personas resucitadas conservan su individualidad y nacionalidad (lo veremos más de cerca más adelante) y debido a que muchos grupos étnicos usan ropa colorida, deberíamos esperar esto en la Nueva Tierra. El libro de Apocalipsis nos dice que seremos sacerdotes y reyes en el cielo. Cuando consideras el adorno especial de Dios para los sacerdotes en el Antiguo Testamento (Éxodo 28:4-43), es probable que el pueblo real y sacerdotal de Dios vista ropa hermosa en el cielo. ¿APARECEREMOS TODOS LA MISMA EDAD? ¿Aparecerá un niño que muere a los seis años esa edad en el cielo? ¿El hombre que muere a los ochenta parecerá tener ochenta mientras camina por la Nueva Tierra? La gente ha hecho preguntas como estas a lo largo de los siglos. Alister McGrath dice: Este problema provocó el derramamiento de mucha tinta teológica, especialmente durante la Edad Media. . . . A fines del siglo XIII, el consenso emergente de la iglesia fue este: "A medida que cada persona alcance su pico de perfección alrededor de los 30 años, resucitarán, tal como habrían aparecido en ese momento, incluso si nunca hubieran vivido para alcanzar eso años." La discusión de Peter Lombard sobre el asunto es típica de su edad: "Un niño que muere inmediatamente después de nacer resucitará de esa forma que habría tenido si hubiera vivido hasta los treinta años". La Nueva Jerusalén estará poblada por hombres y mujeres como aparecerían a la edad de 30 años. . . pero con cada mancha eliminada. 221 Tomás de Aquino, el gran teólogo medieval, argumentó que todos tendremos la edad de Cristo cuando fue crucificado, alrededor de treinta y tres. Tomás de Aquino señaló: La naturaleza humana es deficiente de dos maneras: en una forma, porque aún no ha obtenido su máxima perfección, y en una segunda, porque ya se ha alejado de su máxima perfección. La naturaleza humana es deficiente en la primera forma en los niños y en la segunda en los ancianos. Y por lo tanto, en cada uno de estos, la naturaleza humana será traída de regreso por la resurrección del estado de su perfección final, que es en el estado de la juventud, hacia el cual se termina el movimiento de crecimiento, y desde donde comienza el movimiento de degeneración. 222 Hank Hanegraaff sugiere: "Nuestro ADN está programado de tal manera que, en un punto particular, alcanzamos un desarrollo óptimo desde una perspectiva funcional. En su mayor parte, parece que llegamos a esta etapa en algún momento de nuestros años veinte y treinta. . Si los planos de nuestros cuerpos glorificados están en el ADN, entonces sería lógico pensar que nuestros cuerpos resucitarán en la etapa óptima de desarrollo determinada por nuestro ADN ". 223 ¿Significa esto que los niños que van al cielo no serán niños una vez que lleguen allí? ¿O que no habrá niños en la Nueva Tierra? Isaías 11:6-9 habla de una Tierra donde "el leopardo se acostará con la cabra, el ternero y el león y el año junto; y un niño pequeño los guiará ... El bebé jugará cerca del hoyo de la cobra, y el niño pequeño metió su mano en el nido de la víbora. No dañarán ni destruirán en toda mi montaña sagrada ". Dado que el contexto más amplio de Isaías se refiere a un Reino eterno de Dios en la Tierra, parece inapropiado restringir este pasaje a un reino de mil años que termina en rebelión y destrucción de los seres humanos. El fin del pecado y la completa justicia de todos los habitantes de la Tierra no vendrán hasta la Nueva Tierra. Pero si Isaías 11 está hablando de la Nueva Tierra, como lo hace su pasaje paralelo en Isaías 65, ¿quiénes son los bebés y los niños pequeños que juegan con los animales? ¿Es posible que los niños, después de resucitar en la Nueva Tierra, tengan el mismo nivel de desarrollo que cuando murieron? Si es así, presumiblemente se les permitiría a estos niños crecer en la Nueva Tierra, ¡una infancia que sería envidiable, por decir lo menos! Los padres creyentes, entonces, presumiblemente podrían ver crecer a sus hijos, y probablemente tengan un papel importante en sus vidas a medida que lo hacen. Esto encajaría en algo que propondré más adelante, que en la Nueva Tierra muchas oportunidades perdidas en esta vida serán maravillosamente restauradas. Aunque no se dice directamente y, por lo tanto, estoy especulando, es posible que los padres cuyos corazones se rompieron por la muerte de sus hijos no solo se reúnan con ellos, sino que también experimenten la alegría de verlos crecer. . . En un mundo perfecto. También es posible que en la Nueva Tierra parezcamos eternos. CS Lewis retrata esto en The Great Divorce, diciendo de los habitantes del Cielo, "Nadie en esa compañía me pareció de una edad en particular. Uno puede vislumbrar, incluso en nuestro país, de lo que es eterno, un pensamiento pesado frente a un niño y una infancia divertida en la de un hombre muy viejo ". 224 En mis novelas sugiero la posibilidad de que en el Cielo veremos personas como la recordamos más en la tierra. Entonces veré a mis padres como mayores, y ellos me verán como más joven. Veré a mis hijos como más jóvenes, y ellos me verán como mayor. No quiero decir que las formas físicas realmente cambien, sino que el cuerpo de resurrección transmitirá a la persona real que hemos conocido, y nos veremos a través de diferentes ojos. La Nueva Tierra será un lugar de madurez y perfección. Independientemente de la edad que tengamos, creo que nuestros cuerpos demostrarán las cualidades de juventud que Jesús valoraba tanto en los niños. Dios fácilmente podría haber hecho un camino para que las personas vengan al mundo completamente desarrolladas, no como niños maduros. Pero no lo hizo. Puso cualidades especiales en los niños, en los que nosotros, y él, nos deleitamos. Espero que todos tengamos cualidades como curiosidad, agradecimiento, anhelo de aprender y explorar, y ganas de escuchar historias y reunirnos cerca de los seres queridos. La maldición nos abrumará y nos marchitará no solo nuestros cuerpos sino también nuestros espíritus, robando mucha juventud. Jonathan Edwards declaró: "Los habitantes celestiales ... permanecen en la eterna juventud". cielo estará lleno de niños. . . incluso si nos parecemos adultos. Lo que amamos de los niños es su alegría, exuberancia, curiosidad, risa y espontaneidad. En el cielo, ya sea que alguien tenga o no el tamaño y la apariencia de un niño, todos seremos como niños en las formas que nos traerán alegría a nosotros y a nuestro Padre. 225 El C A P I T U L O 30 ¿COMEREMOS Y BEBEREMOS EN LA NUEVA TIERRA? Las palabras que describen comer, las comidas y la comida aparecen más de mil veces en las Escrituras, y la traducción al inglés "banquete" ocurre otras 187 veces. Festejar implica celebración y diversión, y es profundamente relacional. Las conversaciones, la narración de historias, la construcción de relaciones y la risa a menudo ocurren durante las comidas. Las fiestas, incluida la Pascua, eran reuniones espirituales que llamaban la atención directa sobre Dios, su grandeza y sus propósitos redentores. A las personas que se aman les gusta comer juntas. Jesús dijo a sus discípulos: "Os confiero un reino, como mi Padre me lo confirió a mí, para que comáis y bebáis en mi mesa en mi reino" (Lucas 22:29-30). Las Escrituras dicen: "En esta montaña, el Señor Todopoderoso preparará una fiesta de comida rica para todos los pueblos, un banquete de vino añejo, la mejor de las carnes y los mejores vinos" (Isaías 25:6). ¿COMEREMOS Y BEBEMOS LITERALMENTE? No todos los cristianos creen que comeremos y beberemos en el cielo. Algunas personas citan Romanos 14:17: "El reino de Dios no se trata de comer y beber, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo". Pero este pasaje no se trata de la otra vida. Pablo está hablando sobre nuestro caminar con Dios y la importancia de no hacer que otras personas tropiecen con lo que comemos y bebemos. Si no tenemos cuerpos intermedios, entonces no comeremos en el Cielo intermedio. (Si tenemos cuerpos temporales, podríamos comer, pero no necesariamente). Sin embargo, es interesante que el maná se denomine "el pan de los ángeles" (Salmo 78:25). Cuando los ángeles, y Dios mismo, tomaron forma humana, comieron comida humana (Génesis 18:1-2, 5-8). En el presente, el Cielo es el árbol de la vida, del cual Dios dice que los vencedores pueden comer (Apocalipsis 2:7). Quizás no comerán de él hasta que esté en la Nueva Tierra. Sin embargo, el hecho de que un árbol con fruta posiblemente comestible se encuentre actualmente en el Cielo actual al menos plantea la cuestión de si las personas pueden comer allí ahora. Sin embargo, dado que es antes de la resurrección, parece probable que no se coma en el Cielo actual. Extrañamente, sin embargo, muchas personas también creen que no comeremos ni beberemos en el Cielo eterno. Asumen que el lenguaje bíblico sobre comer, beber y banquetes es figurativo y que comeremos solo "en un sentido espiritual". Pero, ¿cómo se come en sentido espiritual? ¿Y por qué es necesario buscar un sentido espiritual cuando las personas resucitadas en cuerpos reales vivirán en una Tierra resucitada? Una vez más, el cristoplatonismo se esconde detrás de este entendimiento. 226 Jesús resucitado invitó a sus discípulos: "Ven y desayuna". Les preparó una comida y luego comió pan y pescado con ellos (Juan 21:4-14). Él demostró que los cuerpos de resurrección son capaces de comer comida, comida real. Cristo pudo haberse abstenido de comer. El hecho de que no lo hizo es una declaración poderosa sobre la naturaleza de su cuerpo de resurrección, y por implicación, el nuestro, ya que Cristo "transformará nuestros cuerpos humildes para que sean como su cuerpo glorioso" (Filipenses 3:21). Otros pasajes indican que comeremos en fiestas con Cristo en un reino terrenal. Jesús dijo a sus discípulos: "Os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios" (Lucas 22:18). En otra ocasión, Jesús dijo: "Muchos vendrán del este y del oeste, y tomarán sus lugares en la fiesta con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos" (Mateo 8:11). ¿De dónde vendrá el reino de Dios? A la tierra. ¿Dónde alcanzará el Reino de Dios su estado supremo y eterno? En la nueva tierra. Un ángel en el cielo le dijo a Juan: "¡Bienaventurados los que están invitados a la cena de bodas del Cordero!" (Apocalipsis 19:9). ¿Qué hacen las personas en cualquier cena, especialmente en una boda? Come y bebe, habla, cuenta historias, celebra, ríe y toma un postre. Las fiestas de bodas en el Medio Oriente a menudo duraban una semana completa. Cuando asistimos a la cena de bodas del Cordero, no seremos invitados, ¡seremos la novia! Parte de la evidencia concluyente de la verdadera resurrección física de Cristo es el hecho de que comió y bebió con sus discípulos: Cuando hubo dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y aunque todavía no lo creían debido a la alegría y el asombro, él les preguntó: "¿Tienes algo aquí para comer?" Le dieron un trozo de pescado asado, y él lo tomó y se lo comió en su presencia. (Lucas 24:40-43) Dios lo levantó de entre los muertos al tercer día y lo hizo ver. No fue visto por todas las personas, sino por testigos a quienes Dios ya había elegido, por nosotros que comimos y bebimos con él después de que resucitó de entre los muertos. (Hechos 10:40-41) Jesús les dijo: "Traigan algo del pescado que acaban de pescar ... Vengan a desayunar". Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle: "¿Quién eres?" Ellos sabían que era el Señor. Jesús vino, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de que resucitó de entre los muertos. Cuando terminaron de comer. . . (Juan 21:10-15) Estos pasajes vinculan enfáticamente comer y beber con el estado resucitado. El hecho de que se repita con tanta frecuencia significa que no se considera incidental. Las Escrituras hacen todo lo posible para evitar que aceptemos los conceptos erróneos que muchos de nosotros tenemos: que la vida en el Cielo será "espiritual", no física, y que no participaremos de ninguno de los placeres básicos de esta vida. Sin embargo, otro pasaje bíblico nos da una idea de cómo comer en el cielo. Un día, mientras comía en la casa de un fariseo, Jesús le dijo a su anfitrión: "Cuando des un almuerzo o una cena ... invitas a los pobres, los lisiados, los cojos, los ciegos, y serás bendecido. Aunque ellos no pueden pagarle, se le pagará con la resurrección de los justos "(Lucas 14:12-14). Cuando Jesús hizo referencia a la resurrección de los muertos, un hombre en la misma cena le dijo: "Bienaventurado el hombre que comerá en la fiesta en el reino de Dios" (Lucas 14:15). Como estaban comiendo juntos en ese momento, el significado obvio de "comer" y "fiesta" es literal. Si el hombre que dijo esto estaba equivocado al imaginar una comida literal después de la resurrección corporal, Jesús tuvo todas las oportunidades para corregirlo. Pero no lo hizo. De hecho, se basó en las palabras del hombre para contar una historia sobre alguien que preparó un banquete e invitó a muchos invitados (Lucas 14:16-24). Claramente, tanto el hombre como Jesús estaban hablando de comer en banquetes reales, como en el que estaban. Una traducción tiene al hombre en el estado de la cena, "¡Qué privilegio sería tener una participación en el Reino de Dios!" (Lucas 14:15, NTV). Pero las palabras griegas no significan "participar" en el Reino; significan "comer" en el Reino. No siempre tomo la Biblia literalmente. La escritura contiene muchas figuras del habla. Pero es incorrecto suponer que debido a que algunas figuras retóricas se usan para describir el Cielo, todo lo que la Biblia dice sobre el Cielo, por lo tanto, es figurativo. Cuando se nos dice que tendremos cuerpos de resurrección como el de Cristo y que él comió en su cuerpo de resurrección, ¿por qué deberíamos suponer que estaba hablando en sentido figurado cuando se refiere a mesas, banquetes, y comer y beber en su Reino? Hablando de comer, beber y las propiedades físicas de la vida en la Nueva Tierra, Wayne Grudem escribe: "No hay una razón sólida para decir que estas expresiones son meramente simbólicas, sin ninguna referencia literal. Son banquetes simbólicos y vinos simbólicos y ríos simbólicos y ¿árboles de alguna manera superiores a los banquetes reales y el vino real y los ríos y árboles reales en el plan eterno de Dios? Estas cosas son solo algunas de las características excelentes de la perfección y la bondad final de la creación física que Dios ha creado ". 227 Se nos ordena: "Glorifica a Dios en tu cuerpo" (1 Corintios 6:20, NKJV). ¿Qué haremos por la eternidad? Glorifica a Dios en nuestros cuerpos. Se nos dice: "Ya sea que comas o bebas o hagas lo que hagas, hazlo todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31). ¿Qué haremos por la eternidad? Come, bebe y haz todo para la gloria de Dios. Un autor evangélico nos dice: "En el cielo, las Escrituras indican que no comeremos ni beberemos". Pero las Escrituras no nos dicen tal cosa. De hecho, no podría mostrar más claramente que comeremos y beberemos en la Nueva Tierra. 228 ¿EXPERIMENTAREMOS HAMBRE Y DIGERIMOS ALIMENTOS? ¿Tendremos hambre en la Nueva Tierra? Algunas personas dicen que no porque se nos dice: "Nunca más tendrán hambre; nunca más tendrán sed" (Apocalipsis 7:16). Pero esto no significa que nos faltará apetito o deseo; significa que nuestros deseos se cumplirán. Nunca pasaremos hambre ni sed. Para encontrar placer en comer se supone que deseamos comer. El hambre y la sed son buenas si la comida y la bebida están disponibles gratuitamente, y Dios nos asegura que en la Nueva Tierra siempre lo estarán. ¿Adán y Eva tenían hambre en el Edén? Presumiblemente. ¿Tendremos sed en la Nueva Tierra? "Porque el Cordero en el centro del trono será su pastor; los conducirá a manantiales de agua viva" (Apocalipsis 7:17). Dios no dice que no necesitaremos beber. Más bien, dice que nos llevará a beber. El estímulo natural para motivar el consumo de alcohol es la sed. Presumiblemente tendremos sed de agua, como tendremos sed de Dios. Pero nuestra sed nunca quedará insatisfecha. Dios creó el hambre y la sed, y tiene la intención de que estén satisfechos, no borrados. Pablo cita a los corintios: "Usted dice: 'La comida es para el estómago, y el estómago es para la comida'. Esto es cierto, aunque algún día Dios los eliminará a ambos "(1 Corintios 6:13, NTV). Algunas personas piensan que Dios está diciendo aquí que no comeremos ni tendremos estómago ni sistema digestivo. Pero en contexto, Pablo simplemente dice que el viejo cuerpo morirá, por lo que no debemos dejar que los deseos de ese cuerpo nos controlen. Naturalmente, si no estamos encarnados en el Cielo intermedio, no tendremos estómago ni comeremos allí. Pero Paul no dice que nuestros cuerpos resucitados no tendrán estómago y que no comeremos alimentos en la Nueva Tierra. Algunas personas argumentan que no comeremos ni beberemos en el cielo porque están horrorizados ante la idea de la digestión y la eliminación. ¿Podría Dios hacerlo para que nuestros nuevos cuerpos no pasen por los mismos procesos digestivos y de eliminación que ahora? Ciertamente. ¿Va a hacerlo? No lo sabemos, pero ningún aspecto de nuestra fisiología creada por Dios puede ser malo. Imaginar lo contrario es cristoplatonismo nuevamente. ¿Adán y Eva experimentaron digestión y eliminación en un mundo perfecto? Por supuesto. Jesús nunca pecó, pero su cuerpo funcionaba igual que el nuestro. ¿CÓMO SABOREA LA COMIDA? Solo dos personas vivieron antes de la caída. Esto significa que solo dos personas han comido alimentos en su mejor momento, con su capacidad para saborear de la mejor manera. El gran vino que Cristo hizo y sirvió en la boda de Cana fue un anticipo del mejor vino que nos proporcionará en la Nueva Tierra. Incluso en este mundo maldito, las Escrituras están llenas de más fiestas que ayunos. ¿Quién creó nuestras papilas gustativas? ¿Quién determinó lo que nos gusta y lo que no? Dios lo hizo La comida que comemos es de la mano de Dios. Nuestros cuerpos resucitados tendrán papilas gustativas resucitadas. Podemos confiar en que los alimentos que comemos en la Nueva Tierra, algunos familiares y otros completamente nuevos, sabrán mejor que cualquier cosa que hayamos comido aquí. La comida no es solo funcional. Después de todo, podríamos nutrirnos mezclando todo en una licuadora, sin importar el color, la textura o el sabor. La comida también es para nuestro disfrute, no solo su consumo sino también su preparación y presentación. ¿No deberíamos esperar una creatividad ilimitada en estos también? (Si has visto la maravillosa película Babette's Feast, sabes a lo que me refiero). El reformador John Calvin escribió: "Si consideramos con qué fin Dios creó los alimentos, descubriremos que deseaba no solo satisfacer nuestras necesidades, sino también nuestro placer y recreación ... Con hierbas, árboles y frutas, además de de los diversos usos que nos da de ellos, fue su voluntad alegrarnos de su vista por su belleza y darnos otro placer más en sus olores ". 229 No "necesitaremos" buenas comidas; No los necesitamos ahora. Pero ahora los disfrutamos por la misma razón que los disfrutaremos entonces, porque Dios nos hizo disfrutarlos y glorificarlo mientras comemos y bebemos (1 Corintios 10:31). ¿COMEREMOS CARNE? La provisión de alimentos de Dios para las personas y los animales se indicó claramente cuando dijo: "Te doy cada planta con semillas en la faz de toda la tierra y cada árbol que tiene fruta con semillas. Serán tuyos como alimento. Y a todas las bestias de la tierra y a todas las aves del aire y a todas las criaturas que se mueven en el suelo —todo lo que tiene el aliento de vida— le doy a cada planta verde por comida "(Génesis 1:29-30). Vas a ir ahora, dijeron, al paraíso de Dios, en donde verás el árbol de la vida y comerás del fruto que nunca se desvanece. JOHN BUNYAN Parece que ni las personas ni los animales comieron carne hasta después del Diluvio, cuando Dios dijo: "Todo lo que vive y se mueve será alimento para ti. Así como te di las plantas verdes, ahora te doy todo" (Génesis 9:3) Tiene sentido que las personas y los animales no comieran carne antes de la caída, cuando los seres vivos no murieron. Pero, ¿por qué no se comieron animales entre la caída y el diluvio? Quizás todavía era impensable tan cerca del Edén, cuando los animales debían ser cuidados, no matados ni comidos. ¡Considere que las genealogías de Génesis 5 indican que el padre de Noé, Lamec, nació antes de que Adán muriera! Quizás hasta después del Diluvio, los animales todavía tenían un remanente de inteligencia no suficientemente disipado por la Caída. Como se mencionó en el capítulo 12, algunas personas argumentan que los animales murieron antes de la caída. Pero esta conclusión parece estar impulsada por suposiciones sobre la edad de la tierra y las interpretaciones del registro fósil, no a partir de textos bíblicos. Las Escrituras vinculan toda muerte con Adán: "El pecado entró al mundo por un hombre, y la muerte por el pecado" (Romanos 5:12). La "creación fue sometida a frustración" y está en "esclavitud a la descomposición" debido al pecado de la humanidad y será entregada a través de la resurrección de la humanidad (Romanos 8:19-23). Ya sea bendición o maldición, ya sea vida o muerte, lo que primero es cierto de la humanidad, luego se extiende a los animales. Esto sugiere que la muerte animal no precedió a la muerte humana. 230 Si la muerte animal precedió al pecado humano y la muerte, también lo hizo el sufrimiento animal. De hecho, los defensores de esta posición representan no solo animales que se devoran y matan entre sí antes de la caída, sino también personas que comen animales. Pero, ¿cómo se concilia esto con Génesis 9:3, donde Dios dice: "Así como te di las plantas verdes, ahora te doy todo" (énfasis agregado)? ¿Llamaría Dios "muy bueno" a un reino en el que los animales sufrían, morían y se devoraban unos a otros? Seguramente la promesa redentora repetida de que un día los animales vivirán en paz unos con otros es al menos hasta cierto punto un retorno a las condiciones edénicas, aunque ciertamente es más que eso (Isaías 11:6-9). Si, como creo, la muerte de los animales fue el resultado de la Caída y la Maldición, una vez que la Maldición haya sido levantada en la Nueva Tierra, los animales ya no morirán. Así como cayeron bajo la humanidad, así se levantarán bajo la humanidad (Romanos 8:21). Esto sugiere que las personas pueden volverse vegetarianas en la Nueva Tierra, como aparentemente estaban en el Edén y durante el tiempo anterior al Diluvio. ¿Cómo entonces deberíamos entender este gran texto: "En esta montaña, el Señor Todopoderoso preparará una fiesta de comida rica para todos los pueblos, un banquete de vino añejo, la mejor de las carnes y los mejores vinos" (Isaías 25: 6)? Una posibilidad es que esto se refiere al Milenio, donde Cristo reina, pero el mundo todavía está bajo la Maldición y, por lo tanto, los animales aún mueren. La otra posibilidad es que se refiere a la Nueva Tierra. Pero se nos dice en la Nueva Tierra "No habrá más muerte ... ni dolor, porque el viejo orden de las cosas ha pasado" (Apocalipsis 21:4). El texto no especifica "no más muerte humana o dolor". Entonces, ¿cómo podría haber carne sin muerte animal? Muchas personas, no soy una de ellas, comen sustitutos de la carne y prefieren el sabor a la carne real. ¿Qué tan difícil sería para Dios crear sustitutos mucho mejores que califiquen como carne en todos los sentidos de sabor y textura, sin provenir de animales muertos? Esto puede ampliar el significado de "carne" y puede parecer antinatural, pero ¿no sería más natural que los animales que mueren cuando nos dicen que no habrá más muerte? Durante el Milenio o en la Nueva Tierra, o ambos, los pescadores extenderán sus redes y pescarán (Ezequiel 47:9-10). O se trata de capturar y soltar, puramente por deporte, o sugiere que todavía se comerá pescado. Jesús comió pescado en un cuerpo resucitado. Sin embargo, eso estaba en una Tierra no resucitada, todavía bajo la Maldición. Cazar y matar animales es legítimo y a veces necesario en la Tierra actual. Sin embargo, en la medida en que la caza de animales implica su miedo, sufrimiento o muerte, no encajaría con la descripción bíblica de la Nueva Tierra, donde no solo las personas sino también los animales viven en paz y armonía: "El lobo y el cordero se alimentarán juntos, y el león comerá paja como el buey ... No dañarán ni destruirán "(Isaías 65:25). Se nos dice que los hábitos alimenticios de los animales cambiarán, ¿por qué no los nuestros? La cadena alimenticia puede parecernos natural, pero creo que viola el diseño original de Dios. No más maldiciones y muerte significa no más cadenas alimenticias que involucren criaturas vivientes. Por más radical que parezca, probablemente será un regreso al diseño original de Dios. Entonces, en la Nueva Tierra, podemos consumir una maravillosa variedad de frutas y verduras, quizás complementadas con "carne" que no requiere la muerte, algo que sabe mejor pero no es carne de animal. Si el producto de la Maldición y la muerte puede saber bien a las papilas gustativas caídas, ¿cuánto mejor olerán y sabrán los alimentos especialmente diseñados de Dios para los sentidos resucitados? ¿BEBEREMOS CAFÉ EN EL CIELO? Abordaré esta pregunta no solo en beneficio de los amantes del café, sino porque es una prueba reveladora de si estamos más influenciados por la enseñanza bíblica o el cristoplatonismo. Alguien puede decir: " Espero que haya café en el cielo". Pero es una declaración que pocos intentarían defender bíblicamente. Pero considera los hechos. Dios hizo el café. El café crece en la Tierra, que Dios hizo para la humanidad, bajo nuestro control y lleno de recursos para nuestro uso. Cuando Dios evaluó su creación, consideró que los cafetos, junto con todo lo demás, eran "muy buenos". Muchas personas a lo largo de la historia han disfrutado del café, incluso en un mundo caído donde ni el café ni nuestras papilas gustativas están en su mejor momento. Dios nos dice que "nos proporciona todo para nuestro disfrute" (1 Timoteo 6:17). ¿"Todo" incluye café? Pablo también dice: "Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada debe ser rechazado si se recibe con acción de gracias, porque está consagrado por la palabra de Dios y la oración" (1 Timoteo 4:4-5). Nuevamente, ¿"todo" incluye café? Dadas estas perspectivas bíblicas, y al darse cuenta de que la adicción a la cafeína o cualquier otra cosa que no sea saludable simplemente no existirá en la Nueva Tierra, ¿se te ocurre alguna razón persuasiva por la cual los cafetos y el consumo de café no serían parte de la Tierra resucitada? ¿Tendrá la Nueva Tierra menos recursos para el disfrute humano que el Edén o el mundo que ofrece la Maldición? Si tiene la tentación de decir: "Pero en el cielo nuestras mentes estarán en cosas espirituales, no en café", su detector de cristoplatonismo debería apagarse. Está bien si no te gusta el café, pero sugerir que el café es inherentemente no espiritual es. . . bueno, herejía. Contradice directamente las Escrituras que acabamos de citar. Dios hizo que los reinos físico y espiritual no se opusieran entre sí, sino que se unieran para darle gloria. En la Nueva Tierra, "beberemos ... del manantial del agua de la vida" (Apocalipsis 21: 6). Dios preparará para nosotros "un banquete de vino añejo ... el mejor de los vinos" (Isaías 25: 6). No solo beberemos agua y vino, sino que comeremos de árboles frutales (Apocalipsis 22: 2), y hay muchas razones para creer que beberemos jugo hecho de las doce frutas del árbol de la vida. Entonces, junto con el agua potable, el vino y el jugo de frutas, ¿hay alguna razón para suponer que no beberíamos café o té? ¿Te imaginas beber café o té con Jesús en la Nueva Tierra? Si no puedes, ¿por qué no? Si por razones de salud no debe tomar café ahora, no lo haga. Pero aparte de la preferencia personal, la única razón convincente para no tomar café en el cielo sería si el café fuera pecaminoso o dañino. Pero no lo será. Si beber café no sería espiritual en la Nueva Tierra, entonces debe ser no espiritual ahora. Y a menos que alguien sea un adicto a la cafeína, bajo la esclavitud del café y no de Cristo, o si la salud de una persona está en juego, simplemente no hay una base bíblica para creer que beber café es pecaminoso. Aquellos que no deberían consumir alcohol o cafeína ahora serán liberados de la adicción en la Nueva Tierra. Los efectos adversos para la salud simplemente no existirán. Aquellos que por alergias, problemas de peso o adicciones no pueden consumir regularmente maní, chocolate, café y vino, y muchos otros alimentos y bebidas, pueden disfrutarlos en la Nueva Tierra. Estar libre del pecado, la muerte y la esclavitud en la Nueva Tierra significará que disfrutaremos de más placeres, no menos. Y el Dios que se deleita en nuestros placeres será glorificado en nuestra alabanza agradecida. ¿DEBEMOS MIRAR HACIA ADELANTE A LAS FIESTAS? Usted y yo nunca hemos comido alimentos en un mundo que no haya sido afectado por la Caída y la Maldición. El paladar y las papilas gustativas se lesionaron en el otoño, al igual que todas las fuentes de alimentos. La comida de mejor sabor que hemos comido nunca fue tan buena como debe haber probado en el Edén o como lo hará en la Nueva Tierra. La persona que ha comido la más amplia variedad de comidas en la Tierra todavía no ha probado muchas otras. ¿Cuántos platos especiales descubrirás en la Nueva Tierra? Hasta el momento, es posible que no haya probado su comida favorita, y si lo ha hecho, no sabía tan bien como lo hará allí. Las mejores comidas que comerás aún están por delante en la Nueva Tierra. Si parece trivial o no espiritual anticipar tales cosas, recuerde que es Dios quien promete que en la Nueva Tierra nos sentaremos a la mesa, en banquetes y fiestas, y disfrutaremos de los mejores alimentos y bebidas. Y para colmo, nuestro Padre promete que él mismo nos preparará los mejores alimentos (Isaías 25: 6). ¿No crees que quiere que tengamos ganas de comer en su mesa? C A P I T U L O 31 ¿SEREMOS CAPAZ DE PECAR? La gente me ha dicho: "El cielo será perfecto, pero un ambiente sin pecado no significa que no podamos pecar; Adán y Eva lo probaron. Vivieron en un lugar sin pecado, pero pecaron". Es cierto que Satanás los tentó, pero él también originalmente era un ser perfecto viviendo en un ambiente perfecto, contemplando a Dios mismo. No solo no había pecado en el cielo; No había pecado en el universo. Sin embargo, Satanás pecó. Por lo tanto, la perfección del cielo, al parecer, no garantiza que no habrá pecado futuro. Algunas personas también argumentan que ser humano exige libre albedrío y, por lo tanto, debemos tener la capacidad de elegir el mal en el cielo. Si eso es cierto, entonces podríamos experimentar otra caída. Claramente, esta es una cuestión de gran importancia. ¿PODEMOS SABER QUE NO PECAREMOS? Cristo promete en la Nueva Tierra: "No habrá más muerte ni luto ni llanto ni dolor, porque el viejo orden de las cosas ha pasado" (Apocalipsis 21:4). Como "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23), la promesa de no más muerte es una promesa de no más pecado. Los que nunca morirán nunca pueden pecar, ya que los pecadores siempre mueren. El pecado causa luto, llanto y dolor. Si eso nunca volverá a ocurrir, entonces el pecado nunca puede volver a ocurrir. Considere la última parte de Apocalipsis 21:4: "Porque el viejo orden de las cosas ha pasado". Lo que sigue la palabra para explica la falta de la muerte, luto, llanto y dolor del cielo. Estos son parte de un viejo orden de cosas que siempre estarán detrás de nosotros. El pecado que los causó ya no existirá. No debemos temer una segunda caída. Las Escrituras enfatizan que Cristo murió una vez para lidiar con el pecado y nunca más tendrá que morir (Hebreos 9: 26-28; 10:10; 1 Pedro 3:18). Tendremos la misma justicia de Dios (2 Corintios 5:21). No pecaremos en el cielo por la misma razón que Dios no: no puede pecar. Nuestra eterna incapacidad para pecar ha sido comprada por la sangre de Cristo. "Porque por una sola ofrenda [él mismo] ha perfeccionado para siempre a los que están siendo santificados" (Hebreos 10:14, NVI). En la cruz, validado por su resurrección, nuestro Salvador compró nuestra perfección_ / o todo el tiempo. "Nada impuro entrará en ella [la Nueva Jerusalén], ni nadie que haga lo que es vergonzoso o engañoso, sino solo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero" (Apocalipsis 21:27). El pasaje no dice: "Si alguien se vuelve impuro, vergonzoso o engañoso, esa persona será desalojada". Hay un contraste absoluto entre los pecadores y los justos. Que Satanás y los malhechores sean arrojados para siempre al lago de fuego (Apocalipsis 20:10 y 21: 8) muestra una separación eterna del mal de la Nueva Tierra. El cielo estará completamente desprovisto de maldad, sin amenaza de contaminarse. Tres veces en los últimos dos capítulos de las Escrituras, se nos dice que aquellos que todavía están en sus pecados no tienen acceso al Cielo, y nunca lo tendrán (Apocalipsis 21: 8,27; 22:15). Jesús dice que el mal no tendrá pie en el Cielo y que no tendrá influencia para afectarnos cuando dice: "El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y eliminarán de su reino todo lo que causa pecado y a todos los que lo hacen maldad. Los arrojarán al horno de fuego ... Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre "(Mateo 13: 41-43, énfasis agregado). Hebreos 9:26 dice con un aire de finalidad que Cristo se sacrificó "para quitar el pecado" (NASB) o "para eliminar el pecado" (NVI). El pecado será cosa del pasado. Seremos resucitados "incorruptible" (1 Corintios 15:52, NKJV). Incorruptible es una palabra más fuerte que incorruptible. Nuestros cuerpos resucitados y, por implicación, nuestros nuevos seres serán inmunes a la corrupción. Como la paga del pecado es muerte, si no podemos morir, entonces no podemos pecar. "Cualquiera que haya muerto ha sido liberado del pecado" (Romanos 6: 7). Cristo no nos permitirá ser vulnerables a la misma cosa de la que murió para liberarnos. Como nuestra justicia está arraigada en Cristo, quien es eternamente justo, nunca podemos perderla. ¿TENDREMOS LIBRE ALBEDRÍO EN EL CIELO? Algunas personas creen que, si tenemos libre albedrío en el cielo, tendremos que ser libres para pecar, como lo fueron los primeros humanos. Pero la situación de Adán y Eva era diferente. Eran inocentes, pero no habían sido justificados por Cristo. Nosotros, por otro lado, nos hacemos justos a través de la expiación de Cristo: "Porque, así como a través de la desobediencia del hombre, los muchos fueron hechos pecadores, así también a través de la obediencia del hombre, los muchos serán hechos justos" (Romanos 5: 19) Sugerir que podríamos tener la justicia de Cristo pero pecar es decir que Cristo podría pecar. Dios nos libera por completo del pecado, incluida la vulnerabilidad al pecado. Incluso ahora podemos "participar en la naturaleza divina y escapar de la corrupción en el mundo causada por los malos deseos" (2 Pedro 1: 4). En el cielo no habrá malos deseos ni corrupción, y participaremos plenamente en la perfección sin pecado de Dios. ¿Qué significa esto en términos de libertad humana? Algunas personas sugieren que nuestra libre elección es una condición temporal para la vida presente y no nos caracterizará en el cielo. Pero me parece que la capacidad de elegir es parte de lo que nos hace humanos. Es difícil creer que a Dios le agradaría nuestra adoración si no tuviéramos otra opción que ofrecerla. Una cosa es que él nos permita adorar. Es otro para él obligarnos a hacerlo o hacerlo automático e involuntario. Cristo corteja a su novia; él no la "arregla", así que no tiene más remedio que amarlo. Imagine a un esposo que desea el amor de su esposa, y para asegurar ese amor, le inyecta una sustancia química para eliminar su libre albedrío, para que ella lo ame. Esto no es amor; Es coerción. Una vez que seamos lo que el Dios soberano nos ha hecho para ser en Cristo y una vez que lo veamos como es, entonces veremos todas las cosas, incluido el pecado, por lo que son. Dios no necesitará restringirnos de eso. El pecado no tendrá absolutamente ningún atractivo. Será, literalmente, impensable. La incapacidad para pecar no viola inherentemente el libre albedrío. Mi incapacidad para ser Dios, un ángel, un conejo o una flor no es una violación de mi libre albedrío. Es la simple realidad de mi naturaleza. La nueva naturaleza que será nuestra en el cielo, la justicia de Cristo, es una naturaleza que no puede pecar, como tampoco un diamante puede ser blando o el azul puede ser rojo. Dios no puede pecar, sin embargo, ningún ser tiene mayor libre elección que Dios. El teólogo Paul Helm dice: "La libertad del cielo, entonces, es la libertad del pecado; no es que el creyente simplemente esté libre del pecado, sino que está tan constituido o reconstituido que no puede pecar. No quiere pecar, y él no quiere querer pecar ". 231 ¿NUNCA SEREMOS TENTADOS? ¿Seremos tentados a darle la espalda a Cristo? No. ¿Qué nos tentaría? La inocencia es la ausencia de algo (pecado), mientras que la justicia es la presencia de algo (la santidad de Dios). Dios nunca nos retirará su santidad; por lo tanto, no podemos pecar. Vamos a no olvidar la fealdad del pecado. Las personas que han sufrido quemaduras graves no están tentadas a entrar en una hoguera. Habiendo conocido la muerte y la vida, nosotros que experimentaremos la vida nunca querremos volver a la muerte. Nunca seremos engañados al pensar que Dios nos está ocultando algo bueno o que el pecado es lo mejor para nosotros. Satanás no tendrá acceso a nosotros. Pero incluso si lo hiciera, no estaríamos tentados. Sabremos no solo qué es la justicia sino también qué es el pecado, o qué fue. Siempre sabremos los costos del pecado. Cada vez que veamos las manos cicatrizadas del Rey Jesús, lo recordaremos. Veremos el pecado como lo hace Dios. Será despojado de sus ilusiones y será completamente poco atractivo. Debido a que nuestros corazones serán puros y veremos a las personas como realmente son, cada relación en el Cielo será pura. Todos seremos fieles al amor de nuestra vida: el Rey Jesús. No podríamos hacer nada a sus espaldas, incluso si quisiéramos. Pero nunca queremos hacerlo. Amaremos a todos, hombres y mujeres, pero solo estaremos enamorados de Jesús. Nunca seremos tentados a degradarnos, usarnos o idolatrarnos. Nunca creeremos la mentira escandalosa de que nuestras necesidades más profundas se pueden satisfacer en cualquier persona que no sea Jesús. A menudo actuamos como si el universo girara a nuestro alrededor. Tenemos que recordarnos que todo se trata de Cristo, no de nosotros. En el cielo veremos la realidad tal como es y, por lo tanto, nunca tendremos que corregir nuestro pensamiento. Esta será la revolución copernicana del cielo, un cambio de paradigma en el que nunca más volveremos a vernos como nuestro centro de gravedad. Jesucristo será nuestro centro indiscutible, y no lo querremos de otra manera. ¿REALMENTE SEREMOS PERFECTOS? Alguien me envió esta pregunta por correo electrónico: "En el cielo, ¿algunas personas seguirán siendo molestas? ¡Después de todo, la eternidad es mucho tiempo!" La molestia a veces es causada por el pecado de otros, el nuestro o ambos. Como el pecado será eliminado, también lo será la molestia. Eso no significa que las personas no tendrán idiosincrasias, solo que no estarán arraigadas en el pecado, y ninguno de nosotros degradará o descartará a otros. Jonathan Edwards dijo: "Incluso los mejores hombres son, en la tierra, imperfectos. Pero no es así en el cielo. No habrá contaminación ni deformidad ni defecto ofensivo de ningún tipo, visto en ninguna persona o cosa; pero cada uno será perfectamente puro y perfectamente encantador en el cielo ". 232 En el cielo seremos perfectamente humanos. Adán y Eva fueron perfectamente humanos hasta que se inclinaron por los pecadores. Luego perdieron algo que era una parte original de su humanidad: la perfección moral. Desde entonces, bajo la maldición del pecado, hemos sido humanos, pero nunca perfectamente humanos. No podemos recordar un momento en que no éramos pecadores. Siempre hemos llevado el equipaje del pecado. Qué alivio será no tener que proteger nuestros ojos y nuestras mentes. No necesitaremos defendernos contra el orgullo y la lujuria porque no habrá ninguno. En el cielo no solo seremos mejores de lo que somos ahora, seremos mejores que Adán y Eva antes de que cayeran. Nuestros cuerpos de resurrección pueden ser muy parecidos a sus cuerpos antes de la Caída, pero seremos una humanidad redimida con conocimiento de Dios, incluida su gracia, muy superior a la de ellos. Por supuesto, Adán y Eva también estarán con nosotros, en sus cuerpos de resurrección. Nadie sabrá mejor que ellos lo que nos hemos perdido. Habrán vivido en la Tierra original, la Tierra caída y la Nueva Tierra. (Es por eso que ocupan un lugar destacado en mi lista de personas con las que quiero hablar). ¡Cuán grande será esa felicidad, que estará contaminada sin maldad, que no carecerá de bien, y que dará tiempo libre para las alabanzas de Dios, que será todo en todos! SAN AGUSTÍN En el cielo seremos perfectamente humanos, pero seguiremos siendo finitos. Nuestros cuerpos serán perfectos ya que no estarán enfermos ni lisiados. Pero eso no significa que no tendrán límites. El término perfecto a menudo se usa incorrectamente cuando describe nuestro estado en el cielo. Escuché decir, por ejemplo, "Nos comunicaremos perfectamente, así que nunca nos quedaremos sin palabras". Estoy en desacuerdo. Espero que a veces comprendamos palabras para describir las cosas maravillosas que experimentaremos. Espero quedarme maravillado ante la gloria de Dios. Seré moralmente perfecto, pero eso no significa que sea capaz de hacer cualquier cosa y todo. (Adán y Eva eran moralmente perfectos, pero eso no significaba que pudieran inventar automáticamente submarinos nucleares o desafiar la gravedad. Eran perfectos pero finitos, tal como lo seremos nosotros). Alguien me preguntó: "Si no tenemos pecado, ¿seguiremos siendo humanos?" Aunque el pecado es parte de nosotros ahora, no es esencial para nuestra humanidad, de hecho, es ajeno a él. Es lo que nos retuerce y nos impide ser lo que una vez fuimos, y un día lo será. Nuestra mayor liberación en el cielo será de nosotros mismos. Nuestro engaño, corrupción, justicia propia, autosuficiencia, hipocresía, todo desaparecerá para siempre. El teólogo y novelista Frederick Buechner anticipa el nuevo "nosotros" en la Nueva Tierra: "Todo se ha ido que alguna vez hizo a Jerusalén, como todas las ciudades, destrozada, peligrosa, desgarradora, con costura. Ahora caminas por las calles en paz. Los niños pequeños juegan sin vigilancia" en los parques. No pasa ningún extraño con el que no puedas imaginar a un amigo rápido. La ciudad se ha convertido en lo que siempre soñaron los que la amaban y en lo que en sus sueños siempre fue. La nueva Jerusalén. Ese parece ser el secreto del Cielo. El nuevo Chicago, Leningrado, Hiroshima, Beirut. El nuevo conductor del autobús, perrito caliente, costurera, peluquero. El nuevo tú, yo, todos " 233 ¿CUÁL ES NUESTRA ESPERANZA DE VIVIR SIN PECADO? ¿Cuál es la esperanza por la que deberíamos vivir? Es más que liberarse del sufrimiento. Es la liberación del pecado, liberándonos para ser completamente humanos. Pablo dice: "En esta esperanza fuimos salvos" (Romanos 8:24). Que esperanza Las palabras del verso anterior nos dicen: "la redención de nuestros cuerpos" (v. 23). Esa es la resurrección final, cuando la muerte será tragada y el pecado será revertido, nunca más para tocarnos. Esto es lo que debemos anhelar y vivir. La resurrección significará muchas cosas, incluido no más pecado. ¿Resucitar vivir en un mundo resucitado con el Cristo resucitado y su pueblo resucitado es su anhelo y esperanza diarios? ¿Es parte del evangelio que compartes con otros? Pablo dice que la resurrección de los muertos es la esperanza en la que fuimos salvos. Será el clímax glorioso de la obra salvadora de Dios que comenzó en nuestra regeneración. Marcará el final de todos y cada uno de los pecados que nos separan de Dios. Al liberarnos del pecado y todas sus consecuencias, la resurrección nos liberará para vivir con Dios, mirarlo y disfrutar de su comunión ininterrumpida para siempre, sin amenaza de que algo vuelva a intervenir entre nosotros y él. Que Dios nos proteja de abrazar esperanzas menores. Que podamos alegrarnos mientras anticipamos la altura, profundidad, longitud y amplitud de nuestra redención. C A P I T U L O 32 ¿QUÉ SABREMOS Y APRENDEREMOS? Es común escuchar a la gente decir: "No entendemos ahora, pero en el cielo lo sabremos todo". Un escritor dice que la gente en el cielo puede "comprender fácilmente los misterios divinos". ¿Es esto cierto? ¿Realmente sabremos todo en el cielo? 234 ¿SABEMOS TODO? Dios solo es omnisciente. Cuando muramos, veremos las cosas mucho más claramente y sabremos mucho más de lo que sabemos ahora, pero nunca sabremos todo. El apóstol Pablo escribió: "Ahora solo vemos un pobre reflejo como en un espejo; entonces veremos cara a cara. Ahora sé en parte; entonces sabré completamente, así como soy completamente conocido" (1 Corintios 13:12, énfasis agregado). Las palabras en cursiva se basan en dos palabras griegas diferentes: ginosko y epiginosko. El prefijo epi intensifica la palabra que significa "saber realmente" o "saber extensamente". Sin embargo, cuando la palabra se usa en humanos, nunca significa conocimiento absoluto. En su Teología sistemática, Wayne Grudem dice: "1 Cor. 13:12 no dice que seremos omniscientes o que lo sabremos todo (Pablo podría haber dicho que sabremos todas las cosas, tapanta, si hubiera querido hacerlo), pero, traducido correctamente, simplemente dice que lo sabremos de una manera más completa o más intensiva, 'incluso como se nos conoce', es decir, sin ningún error o conceptos erróneos en nuestro conocimiento ". 235 La Nueva Traducción Viviente dice: "Ahora vemos las cosas imperfectamente como en un espejo pobre". Los espejos en la época de Paul tenían serios defectos. Corinto era famoso por sus espejos de bronce, pero el color estaba apagado y las formas estaban distorsionadas. La imagen del espejo carecía de la calidad de ver a alguien cara a cara. Saber y ver eran casi sinónimos en el pensamiento griego. Cuanto más viste, más supiste. 236 Un día veremos el rostro de Dios y, por lo tanto, verdaderamente lo conoceremos (Apocalipsis 22: 4). Bajo la maldición vemos miopemente. Cuando resucitemos, nuestra visión será corregida. Por fin podremos ver realidades eternas una vez invisibles para nosotros (2 Corintios 4:18). Dios ve clara y comprensivamente. En el cielo veremos mucho más claramente, pero nunca veremos de manera integral. El punto de comparar nuestro conocimiento con el conocimiento de Dios es que sabremos "completamente" en el sentido de precisión, pero no exhaustivamente. En el cielo seremos perfectos, pero no saber todo no es un defecto. Es parte de ser finito. Los ángeles rectos no lo saben todo y anhelan saber más (1 Pedro 1:12). Son impecables pero finitos. Debemos esperar anhelar un mayor conocimiento, como lo hacen los ángeles. Y pasaremos la eternidad obteniendo el mayor conocimiento que buscaremos. ¿APRENDEREMOS? Escuché a un pastor decir: "No habrá más aprendizaje en el cielo". Un escritor dice que en el cielo, "Actividades como la investigación, la comprensión y el sondeo nunca serán necesarias. Nuestra comprensión será completa". En una encuesta de Gallup sobre las perspectivas de las personas sobre el Cielo, solo el 18 por ciento pensaba que las personas crecerían intelectualmente en el Cielo. 237 ¿La Escritura indica que aprenderemos en el cielo? Si. Considere Efesios 2:67: "Dios nos levantó con Cristo y nos sentó con él en los reinos celestiales en Cristo Jesús, para que en las edades venideras pueda mostrar las riquezas incomparables de su gracia". La palabra show significa "revelar". La frase en las edades venideras indica claramente que será una revelación progresiva y continua, en la que aprenderemos más y más sobre la gracia de Dios. Con frecuencia aprendo cosas nuevas sobre mi esposa, mis hijas y mis amigos más cercanos, aunque las conozco desde hace muchos años. Si siempre puedo aprender algo nuevo sobre seres humanos limitados y limitados, seguramente aprenderé mucho más acerca de Jesús. Ninguno de nosotros comenzará a agotar sus profundidades. Jesús dijo a sus discípulos: "Aprendan de mí" (Mateo 11:29). En la Nueva Tierra, tendremos el privilegio de sentarnos a los pies de Jesús como lo hizo María, caminar con él por el campo como lo hicieron sus discípulos, siempre aprendiendo de él. En el cielo continuamente aprenderemos cosas nuevas acerca de Dios, profundizando cada vez más en nuestro entendimiento. Considere nuevamente las palabras griegas ginosko y epiginosko, traducidas "saber" en 1 Corintios 13:12, usadas de nuestro conocimiento presente en la Tierra y nuestro conocimiento futuro en el Cielo. Ginosko a menudo significa "venir a conocer" y, por lo tanto, "aprender" (Mateo 10:26; Juan 12:9; Hechos 17:19; Filipenses 2:19). Epiginosko también significa "aprender" (Lucas 7:37; 23:7; Hechos 9:30; 22:29). Que algún día "sepamos completamente" bien podría entenderse como "siempre seguiremos aprendiendo". 239 Fue Dios, no Satanás, quien nos hizo aprendices. Dios no quiere que dejemos de aprender. Lo que quiere detener es lo que nos impide aprender. El predicador puritano Jonathan Edwards, quien estudió intensamente el Cielo, creía que "los santos serán progresivos en conocimiento por toda la eternidad". Añadió: "El número de ideas de los santos aumentará hasta la eternidad". 240 241 ¿Variarán nuestros conocimientos y habilidades? ¿Tendrán algunas personas en el cielo mayor conocimiento y habilidades especializadas que otras? ¿Por qué no? Las Escrituras nunca enseñan la igualdad en el cielo. Seremos individuos, cada uno con nuestros propios recuerdos y dones dados por Dios. Algunos de nuestros conocimientos se superpondrán, pero no todos. No soy mecánico ni jardinero, como puede ser. Puedo o no aprender esas habilidades en la Nueva Tierra. Pero incluso si lo hago, eso no significa que alguna vez seré un jardinero o mecánico tan hábil como tú. Después de todo, tenías una ventaja en el aprendizaje. Recuerde la doctrina de la continuidad: lo que aprendemos aquí se transfiere después de la muerte. ¿No te encanta descubrir algo nuevo? En la Nueva Tierra, algunos de nuestros mayores descubrimientos pueden estar relacionados con las vidas que estamos viviendo en este momento. El columnista y comentarista Paul Harvey hizo una carrera de contar "el resto de la historia". Eso es exactamente lo que descubriremos en el Cielo una y otra vez: el resto de la historia. Nos sorprenderá saber cómo Dios orquestó los eventos de nuestras vidas para influir en las personas que quizás hayamos olvidado. Ocasionalmente escuchamos historias que nos brindan una pequeña muestra de lo que aprenderemos en la eternidad. Una mañana después de hablar en una iglesia, una joven se me acercó y me preguntó: "¿Recuerdas a un joven sentado a tu lado en un avión que se dirigía a la universidad? Le diste tu novela Fecha límite". Regaño muchos de mis libros en aviones, pero después de algunas indicaciones, lo recordé. Él era un incrédulo. Hablamos de Jesús, y le di el libro y oré por él cuando nos bajamos del avión. Me sorprendió cuando la joven me dijo: "Me dijo que nunca se contactó contigo, para que no supieras lo que pasó. Llegó a la universidad, se registró en el dormitorio, se sentó y leyó tu libro. Cuando estaba hecho, confesó sus pecados y entregó su vida a Jesús. Y honestamente puedo decirte que es el cristiano más dinámico que he conocido ". Todo lo que hice fue hablar un poco, darle un libro y rezar por él. Pero si la joven no me lo hubiera dicho, no habría tenido idea de lo que había sucedido. Esa historia me recordó cuántas grandes historias nos esperan en el Cielo y cuántas no podremos escuchar hasta que hayamos estado allí mucho tiempo. Nunca lo sabremos todo, e incluso lo que sabremos, no lo sabremos todo de una vez. Seremos aprendices, para siempre. Pocas cosas me excitan más que eso. ¿EXPERIMENTAREMOS EL PROCESO? Los primeros humanos vivieron en proceso, como Dios los ordenó. Adam sabía más una semana después de su creación que lo que sabía en su primer día. No hay nada malo con el proceso y las limitaciones que implica. Jesús "creció en sabiduría y estatura" (Lucas 2:52). Jesús "aprendió la obediencia" (Hebreos 5:8). Crecer y aprender no puede ser malo; el Hijo de Dios sin pecado los experimentó. Simplemente son parte de ser humanos. A menos que dejemos de ser humanos después de nuestra resurrección, seguiremos creciendo y aprendiendo. En todo caso, el pecado nos hace menos humanos. Cuando se elimina el parásito del pecado, la humanidad completa será restaurada y mejorada. La sensación de asombro entre los habitantes del Cielo muestra que el Cielo no está estancado, sino fresco y estimulante, lo que sugiere una apreciación cada vez más profunda de la grandeza de Dios (Apocalipsis 4-6). Las riquezas del cielo están arraigadas en el Dios del cielo. Encontraremos en el Cielo una progresión continua de descubrimientos estimulantes y nuevos aprendizajes a medida que sigamos captando más a Dios. En Hamlet, Shakespeare llamó a lo que yace más allá de la muerte "el país sin descubrir" Es un país que anhelamos descubrir, y por la gracia de Cristo, lo haremos. Jonathan Edwards, una mente teológica tan buena como el mundo ha conocido, defendió y desarrolló este pensamiento, que consideró crítico. Él escribió: "¡Cuán pronto terminan los amantes terrenales de sus descubrimientos de la belleza de los demás; qué pronto ven todo lo que hay que ver! Pero en el Cielo hay un progreso eterno con nuevas bellezas siempre descubiertas". Continuó: "La felicidad del cielo es progresiva y tiene varios períodos en los que tiene un avance nuevo y glorioso y consiste en contemplar las manifestaciones que Dios hace de sí mismo en la obra de la redención". Edwards sostuvo que continuamente seremos más felices en el Cielo en "un descubrimiento interminable y cada vez mayor de más y más de la gloria de Dios con mayor y mayor alegría en él". Dijo que nunca habrá un momento en que "no haya más gloria para que los redimidos descubran y disfruten" Nunca "llegará un momento en que la unión entre Dios y la iglesia sea completa" porque siempre estaremos aprendiendo algo nuevo sobre nuestro Novio. 242 243 244 245 246 247 Podemos anticipar una eternidad de crecimiento en la semejanza de Cristo a medida que contemplamos el rostro de Dios y estamos continuamente "transformados en su semejanza con una gloria cada vez mayor" (2 Corintios 3:18). Podemos comenzar este proceso alegre aquí y ahora, y hay indicios de que continuará para siempre. Después de crear el nuevo universo, Jesús dice: "¡Estoy haciendo todo nuevo!" (Apocalipsis 21:5). Observe que el tiempo verbal no es "He hecho" o "Haré" sino "Estoy haciendo". Esto sugiere un proceso continuo de renovación. Cristo es un creador, y su creatividad nunca se agota. Seguirá haciendo cosas nuevas. El cielo no es el fin de la innovación; Es un nuevo comienzo, una ruptura eterna del estancamiento y la inercia del pecado. ¿CÓMO SERÁ APRENDER? ¿Podría Dios impartir conocimiento para que podamos saber de inmediato cuando lleguemos al cielo? Ciertamente. Adán y Eva no fueron a la escuela. Fueron creados, al parecer, con un vocabulario inicial. Pero Adán y Eva son las excepciones. Todas las demás personas han aprendido por experiencia y estudio, con el tiempo. Y Adán y Eva fueron aprendices el resto de sus vidas. Nada volvió a aparecer automáticamente de nuevo. Cuando entremos al cielo, presumiblemente comenzaremos con el conocimiento que teníamos en el momento de nuestra muerte. Dios puede mejorar nuestro conocimiento y corregirá innumerables percepciones erróneas. Me imagino que nos revelará muchas cosas nuevas, luego nos pondrá en un curso de aprendizaje continuo, en paralelo con Adán y Eva. Una vez que estamos en cuerpos de resurrección con cerebros resucitados, nuestra capacidad de aprender puede aumentar. Tal vez los ángeles guardianes o seres queridos que ya están en el cielo serán asignados a tutor y orientarnos. Nosotros también estudiaremos. Martin Luther dijo: "Si Dios tuviera todas las respuestas en su mano derecha, y la lucha por alcanzar esas respuestas en su izquierda, elegiría la mano izquierda de Dios". ¿Por qué? Porque no solo queremos la verdad, también es el placer de aprender la verdad. Dios se nos revela en el proceso de nuestro aprendizaje, a menudo en trozos pequeños, adecuados para nuestras mentes finitas. El gran predicador Donald Gray Barnhouse dijo una vez que, si le decían que le quedaban tres años en la Tierra, pasaría dos años estudiando y uno predicando. Al expresar un deseo similar, Billy Graham dijo que, si tuviera que volver a hacer su vida, estudiaría más y predicaría menos. ¿Estudiaremos doctrina en el cielo? La doctrina es la verdad, que es una extensión de la naturaleza de Dios y, por lo tanto, tampoco puede agotarse. Tendremos la eternidad para explorarlo. La verdad será viva y vital, nunca seca y polvorienta. Vamos a dialogar sobre la verdad no para impresionarnos mutuamente, sino para enriquecernos mutuamente y a nosotros mismos a medida que descubramos más y más acerca de Dios. Estudiar la creación es estudiar al Creador. La ciencia debería ser un descubrimiento de adoración porque los cielos y toda la creación declaran la gloria de Dios. Dios revela su carácter en flores, cascadas, animales y planetas. El nombre de Dios está escrito en grande en la naturaleza, en su organización de belleza, habilidad, precisión y atención al detalle. Es el maestro artista. En la Nueva Tierra, todo será un lente a través del cual lo veremos. Biología, zoología, química, astronomía, física, todo será el estudio de Dios. ¿Descubriremos nuevas ideas? Creo que lo haremos. Jesús, el Dios-hombre, a veces estaba "asombrado" por lo que vio en esta tierra (Mateo 8:10). Si alguna vez hubo un hombre incapaz de sorprender, ¿no habríamos esperado que fuera "el que vino del cielo" (Juan 3:13)? Pero si Jesús pudiera estar asombrado en esta vieja Tierra, seguramente nos sorprenderá lo que vemos en Dios, las personas y la creación en la Nueva Tierra. Hay mucho por descubrir en este universo, pero tenemos muy poco tiempo y oportunidad para hacerlo. La lista de libros que no he leído, la música que nunca he escuchado y los lugares en los que no he estado es interminable. Hay mucho más por saber. Espero descubrir cosas nuevas en el cielo, para siempre. Al final de cada día, me quedará la misma cantidad de tiempo que el día anterior. Las cosas que no aprendí ese día, las personas que no vi, las cosas que no pude hacer, todavía puedo aprender, ver o hacer al día siguiente. Los lugares no se derrumbarán, la gente no morirá, y yo tampoco. Lo que hacemos ahora no se descarta una vez que entramos en la eternidad. Lo que aprendemos ahora se anota en el cielo. . . . Lo que experimentamos en alegría, comprensión y comprensión ahora no se destruye, sino que es la base sobre la cual se basa nuestra experiencia y crecimiento eternos. TORMENTAS SAM Escuché a alguien decir: "No enseñaré el cielo. No habrá ninguna necesidad". Pero eso supone que seremos omniscientes y que no aprenderemos, lo que contradice las Escrituras y la forma en que Dios nos hizo. Me he beneficiado enormemente de la estimulación de los cursos universitarios y seminarios a los que he asistido y enseñado. Las discusiones entre estudiantes y profesores reflexivos pueden ser estimulantes. Veo a Dios en las ideas que otras personas comparten conmigo. El aprendizaje es emocionante. La educación en esta Tierra caída a veces puede ser insípida e incluso puede socavar la verdad, pero en el Cielo toda la educación será una plataforma para mostrar la fascinante verdad de Dios, acercándonos a él. Considere cuán emocionante será el desarrollo intelectual. El padre Boudreau escribió: "La vida del Cielo es de placer intelectual ... Allí, el intelecto del hombre recibe una luz sobrenatural ... Está purificado, fortalecido, ampliado y capacitado para ver a Dios como Él está en Su misma esencia. Está habilitado para contemplar, cara a cara, a Aquel que es la primera Verdad esencial. Mira sin deslumbrar la primera belleza infinita, la sabiduría y la bondad, de quien fluye toda la sabiduría, belleza y bondad limitadas que se encuentran en las criaturas. comprender los exquisitos placeres del intelecto humano cuando ve toda la verdad tal como es en sí misma " 248 Si ver la verdad "como es en sí misma" es tan emocionante para aquellos de nosotros que hemos tenido algo de educación aquí en la Tierra, imagínese cómo será para aquellos que nunca tuvieron los beneficios de la alfabetización y la educación. Piense en cómo será hablar de ciencias con Isaac Newton, Michael Faraday y Thomas Edison o hablar de matemáticas con Pascal. Imagine largas conversaciones con Malcolm Muggeridge o Francis Schaeffer. Piense en leer y discutir los escritos de CS Lewis, JRR Tolkien, GK Chesterton o Dorothy Sayers con los propios autores. ¿Cómo le gustaría hablar sobre el poder de la ficción en una mesa redonda con John Milton, Daniel Defoe, Victor Hugo, Fyodor Dostoyevsky Leo Tolstoy y Flannery O'Connor? ¿Qué hay de discutir los atributos de Dios con Stephen Charnock, AW Pink, AW Tozer y JI Packer? ¿O hablando de teología con Agustín, Aquino, Calvino y Lutero? Entonces, cuando surgen diferencias, ¿por qué no invitar a Jesús a aclarar las cosas? Imagine hablar con los predicadores sobre los sermones de George Whitefield, Jonathan Edwards, Charles Finney y Charles Spurgeon. O sentarse a escuchar las ideas sobre la familia y la oración de Susanna Wesley. O hablando de fe con George Mueller o Bill Bright, luego escuchando sus historias. Podrías cubrir la era de la Guerra Civil con Abraham Lincoln y Harriet Beecher Stowe. O la historia de las misiones con William Carey, Amy Carmichael, Lottie Moon o Hudson y Maria Taylor. Podrías discutir ideas para el ministerio con el hermano Andrew, George Verwer, Luis Palau, Billy Graham, Joni Eareckson Tada, Chuck Colson o Elisabeth Elliot. Contemplaremos la persona y las obras de Dios, hablando mucho durante la cena y el té, en caminatas y en salas de estar, junto a ríos e incendios. La curiosidad intelectual no es parte de la Maldición, es la bendición de Dios sobre sus portadores de imágenes. Nos hizo con mentes fértiles y curiosas para que podamos buscar la verdad y encontrarlo, nuestra mayor fuente de placer. En el cielo, nuestra curiosidad intelectual seguramente surgirá, y estará satisfecha, solo para emerger y estar satisfecha una y otra vez. En 1546, Philip Melanchthon dio un discurso conmemorativo sobre su difunto amigo Martin Luther. En él, Melanchthon imaginó a Lutero en el cielo, en comunión con sus predecesores en la fe: "Recordamos el gran deleite con el que relató el curso, los consejos, los peligros y las escapadas de los profetas, y el aprendizaje con el que habló en todas las edades. de la Iglesia, lo que demuestra que no estaba inflamado por ninguna pasión común por estos hombres maravillosos. Ahora los abraza y se alegra de escucharlos hablar y hablar con ellos a su vez. Ahora lo saludan alegremente como un compañero, y agradecen a Dios con él por haber reunido y preservado la Iglesia ". 249 ¿ENCONTRAREMOS LIBROS EN EL CIELO? Sabemos que sesenta y seis libros, los que comprenden la Biblia, estarán en el cielo: "Tu palabra, oh Señor, es eterna; permanece firme en los cielos" (Salmo 9: 89). Jesús dijo: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras nunca pasarán" (Mateo 24:35). Presumiblemente, leeremos, estudiaremos, contemplaremos y discutiremos la Palabra de Dios. También hay otros libros en el cielo: "Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono, y se abrieron libros. Se abrió otro libro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con lo que habían hecho. como está registrado en los libros "(Apocalipsis 20:12). ¿Qué son estos libros? Parecen contener documentación de todo lo que alguien haya hecho en la tierra. Por decir lo menos, deben ser extensos. Si bien algunas personas toman estos libros en sentido figurado, para representar la omnisciencia de Dios, no debemos suponer que estos no son libros reales. Hubiera sido fácil decirnos "el Dios que todo lo sabe juzgó a todos". El otro libro es el Libro de la Vida, en el que están escritos los nombres del pueblo de Dios. Juan lo menciona en todo el libro de Apocalipsis (Apocalipsis 3: 5; 13:8; 17:8; 20:12, 15; 21:27). También se menciona en las Escrituras hebreas (Éxodo 32: 32-33; Daniel 12:1). También se menciona en la literatura posterior, como el libro de los Jubileos y los Rollos del Mar Muerto. El apóstol Pablo se refiere a esto en Filipenses 4:3. Otros pasajes describen un pergamino en el cielo. Jesús abre un gran pergamino (Apocalipsis 5:1, 5), y un ángel sostiene un pequeño pergamino (Apocalipsis 10:2). El escritor de salmos David dijo: "Registra mi lamento; enumera mis lágrimas en tu pergamino, ¿no están en tu registro?" (Salmo 56: 8). Pidió que sus lágrimas se mantuvieran en el registro permanente del Cielo. Malaquías 3:16-18 es un pasaje notable que nos dice que Dios documenta los hechos fieles de sus hijos en la Tierra: "Entonces aquellos que temían al Señor hablaron entre sí, y el Señor escuchó y escuchó. Un pergamino de recuerdo fue escrito en su presencia con respecto a los que temían al Señor y honraron su nombre. "Serán míos", dice el Señor Todopoderoso, "en el día en que yo recupere mi preciada posesión. Los perdonaré, como en la compasión un hombre perdona su hijo que le sirve. Y volverás a ver la distinción entre los justos y los impíos, entre los que sirven a Dios y los que no. " Dios está orgulloso de su pueblo por temerle y honrar su nombre, y promete que todos verán las diferencias entre quienes le sirven y quienes no lo hacen. Esas distinciones se conservan en este rollo en el cielo. El rey solía hacer que los escribas registraran las obras de sus súbditos para poder recordar y recompensar adecuadamente las buenas obras de sus súbditos (Ester 6:1-11). Si bien Dios no necesita un recordatorio, hace un registro permanente para que el universo entero algún día conozca su justificación para recompensar a los justos y castigar a los impíos. No hay indicios de que Dios destruirá alguno o todos los libros y rollos actualmente en el Cielo. Es probable que estos registros de las obras fieles del pueblo de Dios en la Tierra se lean periódicamente a lo largo de los siglos. Los libros contienen registros históricos detallados de todas nuestras vidas en esta tierra. Cada uno de nosotros es parte de estos registros. Eventos oscuros, palabras conocidas por solo un puñado de personas serán conocidas. Tus actos de fidelidad y amabilidad que nadie más conoce son bien conocidos por Dios. Los está documentando en sus libros. Él te recompensará por ellos en el cielo. ¿Cuántas veces hemos realizado pequeños actos de bondad en la Tierra sin darnos cuenta de los efectos? ¿Cuántas veces hemos compartido a Cristo con personas que pensamos que no lo tomaron en serio, pero que años más tarde vinieron a Jesús en parte por las semillas que plantamos? ¿Cuántas veces hemos hablado por los niños no nacidos y no hemos visto ningún resultado, pero como resultado alguien eligió no abortar y salvó la vida de un niño? ¿Cuántos platos se lavaron y se cambiaron los pañales y cantaron los niños llorando en medio de la noche, cuando no pudimos ver el impacto del amor que mostramos? ¿Y cuántas veces no hemos visto respuesta, pero Dios aún estaba complacido con nuestros esfuerzos? Dios está mirando. Él está haciendo un seguimiento. En el cielo, nos recompensará por nuestros actos de fidelidad hacia él, hasta cada taza de agua fría que le hayamos dado a los necesitados en su nombre (Marcos 9:41). Y está haciendo un registro permanente en los libros del cielo. ¿HABRÁ OTROS LIBROS ADEMÁS DE DIOS? Creo que, en la Nueva Tierra, también leeremos libros, nuevos y viejos, escritos por personas. Debido a que tendremos un intelecto fuerte, una gran curiosidad y un tiempo ilimitado, es probable que los libros tengan un papel más importante en nuestras vidas en el Cielo de lo que lo hacen ahora. Las bibliotecas de la Nueva Tierra, imagino, serán fantásticas. No nos faltarán recursos para estudiar y comprender. Una vez ayudé a una joven amiga a buscar a su madre biológica, revisando viejos registros de la corte, buscando la pista correcta. Finalmente lo encontramos. Tuve el privilegio de presentarlos el uno al otro. Era una muestra del cielo, donde no todas las reuniones sucederán todas a la vez, imagino, sino a medida que se desarrolle la eternidad. ¿Buscaremos información e investigaremos sobre la Nueva Tierra? ¿Por qué no? A diferencia de las historias que leemos en la Tierra, los libros del Cielo serán objetivos y precisos. No exagere ni exagere, no gire para que ciertas personas se vean mejor y otras peores. Podremos manejar las fallas de nuestros antepasados, así como ellos tendrán la perspectiva correcta sobre la nuestra. Toda genealogía bíblica es un testimonio del interés de Dios en la historia, el patrimonio y el desarrollo de los acontecimientos en la Tierra. ¿Dios perderá interés en la Tierra? ¿Lo haremos? No. La historia de la Nueva Tierra incluye la de la vieja Tierra. Pero se construirá y registrará una nueva historia, una nueva civilización, maravillosa más allá de la imaginación. Y nosotros, quienes conocemos al Rey, todos formaremos parte de él. Los libros son parte de la cultura. Espero que muchos libros nuevos, grandes libros, se escriban en la Nueva Tierra. Pero también creo que algunos libros perdurarán en la vieja Tierra. Cualquier libro que contenga falsedad y deshonre a Dios no tendrá lugar en el cielo. Pero ¿qué pasa con los grandes libros, la no ficción y la ficción? ¿Encontraremos El conocimiento de lo sagrado de AW Tozer, El conocimiento de Dios de JI Packer, El deseo de GW de John Piper, El progreso del peregrino de John Bunyan y Charles Sheldon's In His Steps on the New Earth? Me sorprendería si no los encontramos allí, así como me sorprendería si nadie canta "Amazing Grace" de John Newton en el cielo. Quizás aquellos de nosotros que somos escritores volvamos a algunos de nuestros trabajos publicados y los reescribamos a la luz de la perspectiva que ganaremos. Tal vez veamos nuestros otros libros y nos daremos cuenta de que ya no son importantes, y algunos de ellos nunca lo fueron. Creo que la Nueva Tierra confirmará muchas cosas que he escrito en este libro. Desmantelará por completo a los demás. "¿Qué estaba pensando?" Me preguntaré a mí mismo. (¡Si supiera qué partes son esas en este momento, las cortaría!) Y me maravillaré de lo mejor que es la Nueva Tierra de lo que jamás imaginé. ¿SOBREVIVIRÁ LO ESCRITO EN LA TIERRA? En la Nueva Tierra, ¿volverá a ver la carta de aliento que le escribió a su hijo adolescente? ¿O la carta que escribiste compartiendo a Cristo con tu padre? ¿O las palabras que cambiaron tu vida que escribiste en el papel de un estudiante? Muchas de estas cosas escritas en esta vida pueden resultar más importantes que los libros. Algunos libros viejos pueden ser republicados en la Nueva Jerusalén. O si Dios lo desea, podría preservar las copias originales o impresas de esta tierra. Me pregunto si el propio John Wycliffe retendrá sus manuscritos bíblicos. ¿Harriet Beecher Stowe volverá a ver sus páginas de La cabaña del tío Tom} ¿El Señor de los Anillos de Tolkien aguantará el fuego? ¿Volveremos a leer la aversión al simple cristianismo de CS Lewis o Las crónicas de Narnia? ¿Dios preservará algunos libros de nuestras vidas actuales? ¿Se mantendrán en la Nueva Tierra en museos y bibliotecas? ¿El Dios que resucita personas y animales, estrellas, ríos y árboles también resucitará ciertas posesiones personales, incluidos libros, que primero se queman y luego se restauran? CS Lewis lo retrató de esta manera: Mi amigo dijo: "No veo por qué no debería haber libros en el cielo. Pero encontrarás que tu biblioteca en el cielo contiene solo algunos de los libros que tenías en la tierra". "¿Cuales?" Yo pregunté. "Los que regalaste o prestaste". "Espero que los prestados no tengan todas las marcas de pulgar sucias de los prestatarios", dije. "Oh, sí", dijo. "Pero, así como las heridas de los mártires se habrán convertido en bellezas, también encontrarás que las huellas de los pulgares se han convertido en hermosos capiteles iluminados o exquisitos grabados en madera marginales". 250 C A P I T U L O 33 ¿CÓMO SERÁN NUESTRAS VIDAS DIARIAS? El pastor puritano Richard Baxter 1649 en su libro El Saints'Everlasting Resto 'fue el libro más influyente en el cielo que se ha escrito. Baxter se maravilló de que no dejemos de lado todo lo demás para considerar el Cielo y asegurarnos de que vamos allí. Pero de alguna manera el Cielo no ha capturado nuestra imaginación ni ha moldeado nuestras vidas. ¿Cómo será realmente la vida en el cielo? ¿Qué dice la Escritura que haremos en nuestro hogar eterno? ¿DESCANSAREMOS? Cuando Dios creó el mundo, descansó el séptimo día (Génesis 2:2). Esa es la base del sábado bíblico, cuando todas las personas y animales descansaron (Éxodo 20: 9-11). Dios apartó días y semanas de descanso, e incluso descansó la tierra misma cada séptimo año (Levítico 25: 4-5). Este es el resto que podemos anticipar en la Nueva Tierra: tiempos de alabanza alegre y compañerismo relajado. Nuestras vidas en el cielo incluirán descanso (Hebreos 4:1-11). "'Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor de ahora en adelante." Sí ", dice el Espíritu," descansarán de su trabajo, porque sus obras los seguirán "(Apocalipsis 14:13). Edén es una imagen de descanso: un trabajo significativo y agradable, abundante comida, un ambiente hermoso, amistad sin trabas con Dios y otras personas y animales. Incluso con la perfección reparadora de Edén, un día fue reservado para un descanso especial y adoración. El trabajo será refrescante en la Nueva Tierra, pero el descanso regular se incorporará a nuestras vidas. Parte de nuestra incapacidad para apreciar el Cielo como un lugar de descanso se relaciona con nuestra incapacidad de entrar en un día de descanso semanal ahora. Al raramente desviar la atención de nuestras responsabilidades, no anticipamos nuestra próxima liberación de la Maldición a un descanso completo. "Haz todo lo posible para entrar en ese descanso" (Hebreos 4:11). Es irónico que se requiera tanto esfuerzo para reservar tiempo para descansar, pero lo hace. Para mí, y para muchos de nosotros, es difícil proteger nuestros horarios, pero vale la pena. El día de descanso nos señala al Cielo y a Jesús, quien dijo: "Vengan a mí todos los que están cansados ... y yo les daré descanso" (Mateo 11:28). ¿Qué se siente mejor que poner la cabeza sobre la almohada después de un duro día de trabajo? (¿Qué tal cómo se sentirá después del trabajo de una vida dura?) Es bueno sentarse y tomar un vaso de té helado, sentir el sol en la cara o recostarse en el sillón reclinable y cerrar los ojos. Es bueno no tener nada que hacer más que leer un buen libro o sacar a pasear a su perro o escuchar su música favorita y decirle a Dios lo agradecido que está por su amabilidad. El descanso es bueno. Tan bueno que Dios lo incorporó a su creación y su ley. Algunas personas prosperan en la interacción social; otros están agotados por eso. Algunos aman la soledad; otros no. En la Nueva Tierra, probablemente todos daremos la bienvenida a la compañía animada de los demás, pero también anhelaremos tiempos de soledad tranquila. Disfrutaremos de ambos. Capturamos vislumbres de poder disfrutar tanto del trabajo como del descanso a la vez. Solía sentir esto cuando el cuerpo, la mente y la belleza a mi alrededor a veces "pateaban" en una carrera de diez millas. Experimenté lo mismo en bicicleta, cuando sentí que podía montar para siempre y el pedaleo que hacía era parte de un gran descanso. Puedo estar trabajando intensamente en algo que amo, pero el trabajo me parece tranquilo y refrescante. Dios descansó el séptimo día, antes de que el pecado entrara al mundo. Él prescribió descanso para Adán y Eva sin pecado, y lo prescribió para aquellos bajo la maldición del pecado. El descanso regular será parte de la vida por venir en el nuevo universo. (¿No sería prudente aprender a descansar ahora?) ¿DORMIREMOS? Si nuestras vidas en la Nueva Tierra serán tranquilas, ¿tendremos que dormir? Algunas personas argumentan que no dormiremos porque tendremos cuerpos perfectos. Pero el mismo argumento se aplicaría a comer, pero sabemos que comeremos. Adán y Eva fueron creados perfectos, pero ¿dormían? Presumiblemente. Si es así, el sueño no puede ser una imperfección. Es una cuestión del diseño de Dios para el ritmo de la vida. Dormir es uno de los grandes placeres de la vida. Es parte del plan perfecto de Dios para los humanos en cuerpos que viven en la tierra. El sueño problemático y el insomnio son productos del pecado y la Maldición, pero el sueño mismo es un regalo de Dios. Creo que probablemente lo necesitemos y lo disfrutemos. Algunas personas dicen: "Pero no habrá fatiga". ¿Por qué no? ¿No podrían agotarse y renovarse los recursos en un mundo perfecto pero finito, como lo fueron en el Edén? Descansaremos y nos refrescaremos en el cielo. ¿Qué es más relajante y refrescante que un buen sueño? Si vamos a comer, caminar, servir, trabajar, reír y jugar, ¿por qué no dormiríamos? ¿TRABAJAREMOS? La idea de trabajar en el cielo es extraña para muchas personas. Sin embargo, las Escrituras lo enseñan claramente. Cuando Dios creó a Adán, "tomó al hombre y lo puso en el Jardín del Edén para trabajarlo y cuidarlo" (Génesis 2:15). El trabajo era parte del Edén original. Formaba parte de una vida humana perfecta en la Tierra. El trabajo no era parte de la Maldición. La Maldición, más bien, hizo que el trabajo fuera servil, tedioso y frustrante: "Maldito es el suelo por tu culpa; a través de un doloroso trabajo comerás de él todos los días de tu vida. Producirá espinas y cardos para ti, y lo harás come las plantas del campo. Por el sudor de tu frente comerás tu comida "(Génesis 3:17-19). Sin embargo, en la Nueva Tierra, el trabajo será redimido y transformado en lo que Dios pretendía: "Ya no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus siervos le servirán" (Apocalipsis 22:3). Servir es un verbo. Los sirvientes son personas activas y ocupadas que realizan tareas. Dios mismo es un trabajador. No creó el mundo y luego se retiró. Jesús dijo: "Mi Padre siempre está en su trabajo hasta el día de hoy, y yo también estoy trabajando" (Juan 5:17). Jesús encontró gran satisfacción en su trabajo. "Mi comida", dijo Jesús, "es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo" (Juan 4:34). También tendremos trabajo que hacer, un trabajo satisfactorio y enriquecedor al que no podemos esperar para volver, un trabajo que nunca será un trabajo pesado. Dios es el principal trabajador y, como portadores de su imagen, estamos hechos para trabajar. Creamos, cumplimos, establecemos metas y las cumplimos, para la gloria de Dios. En La felicidad del cielo, el padre Boudreau argumentó en contra de la creencia de Aquino de que el cielo es un lugar de absorción inmóvil con una contemplación intelectual de Dios: Somos activos por naturaleza. La acción, por lo tanto, tanto de la mente como del cuerpo, es una ley de nuestro ser, que no se puede cambiar sin cambiar radicalmente, o más bien destruir, toda nuestra naturaleza. En lugar de destruirlo, se deduce que en el Cielo seremos mucho más activos de lo que posiblemente podamos estar aquí abajo. . . . El alma de Jesucristo disfrutó de la visión beatífica, incluso mientras estuvo aquí en la tierra en carne mortal. ¿Se le impidió, por ese motivo, hacer algo más que contemplar la esencia divina? Ciertamente no lo era. Trabajó y predicó; También bebió y durmió; Visitó a sus amigos e hizo mil cosas más. 251 Considere las actividades de Cristo: trabajar en una carpintería, caminar por el campo, pescar, navegar, conocer gente, hablar, enseñar, comer, hacer el trabajo de su vida. Incluso después de su resurrección, se mudó de un lugar a otro, conectándose con sus discípulos y continuando su trabajo. (Una vista previa de la vida después de nuestra resurrección). Considere los siguientes versículos, que transmiten una miniteología del trabajo: Teniendo todo lo que necesita, abunda en cada buen trabajo. (2 Corintios 9: 8) Hagas lo que hagas, trabaja en ello con todo tu corazón, como trabajar para el Señor, no para los hombres. (Colosenses 3:23) Asegúrate de completar la obra que has recibido en el Señor. (Colosenses 4:17) Será un instrumento para propósitos nobles, hecho santo, útil para el Maestro y preparado para hacer cualquier buen trabajo. (2 Timoteo 2:21) Dado que a un supervisor se le confía la obra de Dios, debe ser irreprensible. (Tito 1: 7) Obedece [a tus líderes] para que su trabajo sea una alegría. (Hebreos 13:17) Usted llama a un Padre que juzga el trabajo de cada hombre de manera imparcial. (1 Pedro 1:17) Conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu perseverancia. (Apocalipsis 2:2) Dado que el trabajo comenzó antes del pecado y la Maldición, y dado que Dios, que está sin pecado, es un trabajador, debemos asumir que los seres humanos trabajarán en la Nueva Tierra. Debemos asumir que podremos reanudar el trabajo iniciado por Adán y Eva, ejerciendo un dominio piadoso sobre la tierra, gobernándolo para la gloria de Dios. Pero no necesitamos simplemente asumir esto. Las Escrituras nos dicen directamente. Cuando el siervo fiel entra al Cielo, no se le ofrece jubilación, sino esto: "Bien hecho, siervo bueno y fiel; has sido fiel en algunas cosas, te haré gobernar sobre muchas cosas. Entra en la alegría de tu señor" (Mateo 25:23, NKJV). ¿Qué tipo de trabajo haremos en el cielo? Quizás construyas un gabinete con José de Nazaret. O con Jesús Tal vez atienda ovejas con David, hable sobre medicina con Luke, coser con Dorcas, hacer ropa con Lydia, diseñar una nueva tienda de campaña con Paul o Priscilla, escribir una canción con Isaac Watts, montar a caballo con John Wesley o cantar con Keith Green. Tal vez escribirás una teología de la Trinidad, rebotando tus pensamientos de Paul, John, Polycarp, Cyprian, Augustine, Calvin, Wesley. . . e incluso a Jesús. Nuestro trabajo será alegre y satisfactorio, dando gloria a Dios. ¿Que podría ser mejor? En general, las personas desempleadas no son felices. El trabajo es una bendición, y no solo por sus recompensas financieras. Incluso en un mundo bajo la Maldición, la mayoría de nosotros hemos conocido la satisfacción en nuestro trabajo. Spurgeon le preguntó a su congregación: "¿Saben ustedes, queridos amigos, la delicia del trabajo?" 252 Jesús le dijo a su Padre: "Te traje gloria aquí en la tierra haciendo todo lo que me dijiste que hiciera" (Juan 17: 4, NTV). ¿CÓMO glorificaremos a Dios por la eternidad? Al hacer todo lo que nos dice que hagamos. ¿Qué le dijo primero Dios a la humanidad que hiciera? Llena la tierra y ejerce dominio sobre ella. ¿Qué haremos por la eternidad para glorificar a Dios? Ejerceremos dominio sobre la tierra, demostrando la creatividad y el ingenio de Dios como sus portadores de imágenes, produciendo una cultura que exalta a Cristo. ¿TENDREMOS NUESTRAS PROPIAS CASAS? Quizás esté familiarizado con la promesa de Cristo en Juan 14: "En la casa de mi Padre hay muchas mansiones ... voy a preparar un lugar para usted" (v. 2, KJV). La Vulgata, la Biblia latina, usaba la palabra mansiones en ese versículo, y la versión King James seguía usando mansiones. Desafortunadamente, esa representación es engañosa si nos hace imaginar tener alojamientos masivos en propiedades separadas. El significado previsto parece ser que tendremos viviendas separadas en una sola finca o incluso habitaciones separadas dentro de la misma casa. El erudito del Nuevo Testamento, DA Carson, dice: "Dado que el cielo está aquí representado como la casa del Padre, es más natural pensar en los" lugares de vivienda "dentro de una casa como habitaciones o suites ... La explicación más simple es la mejor: la casa de mi Padre se refiere al cielo, y en el cielo hay muchas habitaciones, muchas moradas. El punto no es la generosidad de cada apartamento, sino el hecho de que se ha hecho una provisión tan amplia que hay espacio más que suficiente para cada uno de los discípulos de Jesús. para unirse a él en la casa de su padre ". 253 La versión de la Nueva Versión Internacional de Juan 14: 2 es esta: "En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones ... Voy a preparar un lugar para ti". El lugar es singular, pero las habitaciones son plurales. Esto sugiere que Jesús tiene en mente para cada uno de nosotros una vivienda individual que es una parte más pequeña del lugar más grande. Este lugar será nuestro hogar en el sentido más singular. El término habitación es acogedor e íntimo. Los términos casa o finca sugieren amplitud. Eso es el cielo: un lugar espacioso e íntimo. Algunos de nosotros disfrutamos de la comodidad, estar en un espacio privado. Otros disfrutan de un gran espacio abierto. La mayoría de nosotros disfruta de ambos, y la Nueva Tierra ofrecerá ambos. Cristiano, medita mucho en el cielo, te ayudará a seguir adelante y a olvidar el trabajo del camino. Este valle de lágrimas no es más que el camino hacia un país mejor: este mundo de aflicción no es más que el trampolín hacia un mundo de felicidad. Y, después de la muerte, ¿qué viene? ¿Qué mundo maravilloso se abrirá ante nuestra vista asombrada? SPURGEON DE CHARLES No es probable que el cielo tenga muchas residencias idénticas. Dios ama la diversidad, y él hace a medida a sus hijos y sus provisiones para ellos. Cuando veamos el lugar en particular que está preparado para nosotros en particular, nos alegraremos de ver nuestro hogar ideal. Cuando viaja a altas horas de la noche y no sabe dónde se hospedará, nada es más desalentador que encontrar un letrero de No hay vacante. No hay tal señal en el cielo. Si hemos hecho nuestras reservas al aceptar el regalo de Dios en Cristo, entonces el Cielo está abierto para nosotros. Jesús sabía lo que era no tener vacantes en la posada y dormir en un granero. En la Nueva Tierra, tendrá mucho espacio para todos nosotros. Yo vivo en Oregón Cuando volé a casa desde el extranjero y aterricé en Nueva York, siento que he llegado a "casa", lo que significa que estoy en mi país de origen. Luego, cuando aterrizo en Oregón, estoy más en casa. Cuando vengo a mi ciudad natal, todo me resulta familiar. Finalmente, cuando llego a mi casa, estoy realmente en casa. Pero incluso allí tengo una habitación especial o dos. Los diversos términos de las Escrituras (Nueva Tierra, país, ciudad, lugar y habitaciones) implican tales matices de significado para la palabra hogar. Nanci y yo amamos nuestra casa. Cuando nos vamos lo suficiente, lo extrañamos. No es solo el lugar que echamos de menos, por supuesto, es la familia, amigos, vecinos, la iglesia. Sin embargo, el lugar ofrece la comodidad de la rutina, la sensación de la cama, los libros en el estante. No es lujoso, pero es mi hogar. Cuando nuestras hijas eran jóvenes, nuestra familia pasó dos meses en el extranjero visitando misioneros en seis países diferentes. Fue una aventura maravillosa, pero tres días antes de que terminara el viaje, nuestros corazones dieron un vuelco y la casa fue todo lo que se nos ocurrió. Nuestro amor por el hogar, nuestro anhelo por él, es un atisbo de nuestro anhelo por nuestro verdadero hogar. Un pasaje en Isaías comienza "He aquí, crearé nuevos cielos y una nueva tierra" y termina con "No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte" (Isaías 65:17-25). En el medio hay un verso que parece referirse a la vida en la Nueva Tierra: "Construirán casas y habitarán en ellas; plantarán viñas y comerán sus frutos" (Isaías 65:21). Esto implica no solo casas sino también tierras. (Algunos sostienen que debido a que el verso anterior parece hablar de la muerte, esto debe referirse solo al Milenio). Los ciudadanos de la Nueva Tierra construirán, plantarán y comerán, como siempre lo han hecho los seres humanos en la Tierra. Como Adán y Eva en el Edén, heredaremos un lugar que Dios ha preparado para nosotros. Pero seremos libres para construirlo y desarrollarlo como mejor nos parezca, para la gloria de Dios. ¿ABRIREMOS NUESTRAS CASAS A LOS INVITADOS? Creo que las Escrituras enseñan que en la Nueva Tierra abriremos nuestros hogares a los invitados. Baso esto en las palabras de Cristo en Lucas 16. Después de hablar del deseo del siervo astuto de usar recursos terrenales para que "la gente me reciba en sus casas" (v. 4), Jesús les dijo a sus seguidores que "usen la riqueza mundana para ganar amigos" (v. 9). Jesús les dio instrucciones de usar sus recursos terrenales para ganar amigos haciendo una diferencia en sus vidas en la Tierra. ¿La razón? "Para que cuando [la vida en la Tierra] desaparezca, serás bienvenido a las moradas eternas" (v. 9). Nuestros "amigos" en el cielo parecen ser aquellos cuyas vidas hemos tocado en la Tierra y que ahora tienen sus propias "moradas eternas". Lucas 16: 9 parece decir que estas "moradas eternas" de nuestros amigos son lugares donde nos quedaremos y disfrutaremos de la compañía, un segundo hogar para nosotros mientras nos movemos por el Reino. Debido a que muchas personas creen erróneamente que el Cielo no será como la Tierra, nunca se les ocurre tomar este pasaje literalmente. Piensan que las "viviendas eternas" son una referencia general al Cielo. Pero seguramente Cristo no está diciendo que entraremos al Cielo porque usamos nuestro dinero sabiamente. En la parábola, las viviendas eternas son el equivalente del Cielo a las casas privadas en las que el astuto sirviente podría quedarse en la Tierra. ¿Creo que Jesús sugiere que compartiremos alojamiento, comidas y compañerismo con amigos en el Reino de Dios? Si. Soy consciente de que algunos lectores pensarán que esto es descabellado. Pero eso es solo porque cuando pensamos en el Cielo, no pensamos en las personas resucitadas que viven en una Tierra resucitada, que viven en lugares de vivienda y que comen y conviven juntos. ¿Pero no es eso exactamente lo que la Escritura nos enseña? En su canción "Gracias", Ray Boltz nos muestra en el cielo, conociendo a personas que explican cómo nuestras donaciones tocaron sus vidas. Dicen: "Gracias por dar al Señor, estoy tan contento de que hayas dado". Esto es más que un lindo sentimiento. Es algo que realmente sucederá. Cada vez que damos a misiones y para alimentar a los hambrientos, debemos pensar en las personas que conoceremos en el Cielo, personas cuyas casas en la Nueva Tierra probablemente visitaremos algún día. Mincaye, el indio auca que lanzó a Nate Saint, ahora es un seguidor de Jesús. Cuando se le preguntó a Mincaye qué va a hacer cuando se encuentre con Nate Saint en el cielo, respondió: "Voy a correr y abrazar a Nate Saint y agradecerle por traer a Jesucristo a mí y a mi gente". Agregó que Nate Saint lo recibiría en casa. 254 ¿Cuántas reuniones y reuniones maravillosas deberíamos anticipar todos? "No te olvides de entretener a extraños, porque al hacerlo, algunas personas han entretenido a los ángeles sin saberlo" (Hebreos 13:2). Tal vez seremos recibidos en los hogares no solo de personas sino también de ángeles, quienes corresponderán a la hospitalidad que les mostramos en la vieja Tierra. ¿Será Jesús uno de los invitados que recibirá en su vivienda? Cuando vivía en la Tierra, Jesús solía visitar la casa de sus amigos María, Marta y Lázaro. Justo antes de que Jesús fuera a la cruz, les dijo a sus discípulos: "No beberé de este fruto de la vid de ahora en adelante hasta el día en que lo beba nuevamente contigo en el reino de mi Padre" (Mateo 26:29). Él pronunció estas palabras mientras comía con ellos en una casa privada. Cuando cena y bebe con sus discípulos en la Nueva Tierra, ¿qué mejores lugares para hacerlo que en los hogares? Jesús dice: "¡Aquí estoy! Estoy en la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré y comeré con él, y él conmigo" (Apocalipsis 3:20). Aunque él habla figurativamente aquí, su interés en nuestras vidas seguramente se extenderá a visitarnos en nuestros hogares. Por increíble que parezca, Jesús desea nuestra compañía. Nos está preparando un lugar en el cielo. Nos recibirá en su casa. Y deberíamos esperar darle la bienvenida al nuestro. SECCIÓN DIEZ ¿CÓMO SERÁN NUESTRAS RELACIONES’ C A P I T U L O 34 ¿DESEAREMOS RELACIONES CON ALGUIEN MÁS EXCEPTO DIOS? A lo largo de los siglos, los cristianos han anticipado la reunión eterna con sus seres queridos. En 710, el Venerable Bede, un historiador de la iglesia, escribió estas palabras sobre el cielo: Una gran multitud de seres queridos nos está esperando; una vasta y poderosa multitud de padres, hermanos e hijos, seguros ahora de su propia seguridad, ansiosos aún por nuestra salvación, por mucho tiempo para que podamos llegar a su derecho y abrazarlos, a esa alegría que será común para nosotros y para ellos, a ese placer esperado tanto por nuestros compañeros de servicio como por nosotros mismos, a esa felicidad plena y perpetua. . . . Si es un placer ir a ellos, apresuremos ansiosa y codiciosamente nuestro camino, para que pronto podamos estar con ellos y pronto con Cristo. 255 ¿QUEREMOS A ALGUIEN ADEMÁS DE CRISTO? Cristo es "el Alfa y la Omega, el primero y el último" (Apocalipsis 22:13). Él solo es suficiente para satisfacer todas nuestras necesidades. Sin embargo, Dios nos ha diseñado para una relación no solo consigo mismo sino también con otros de nuestra especie. Después de que Dios creó el mundo, dio un paso atrás para mirar su trabajo y lo pronunció "muy bueno". Sin embargo, antes de que se completara su creación, dijo que una cosa, y solo una, no era buena. "No es bueno para el hombre estar solo. Haré un ayudante adecuado para él" (Génesis 2:18). Dios planeó que Adán, y toda la humanidad, necesitaran compañía humana. En otras palabras, Dios hizo que las personas necesitaran y desearan a otros además de él. Para algunas personas, esto suena como herejía. Después de todo, Asaf ora: "¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? Y la tierra no tiene nada que yo desee además de ti" (Salmo 73:25). Este versículo a veces se usa para demostrar que no debemos desear nada más que a Dios, que está mal desear "cosas terrenales", incluidas las relaciones humanas. Pero Dios nos hizo desear cosas terrenales como comida, agua, refugio, calor, trabajo, juego, descanso, amistad humana y mucho más. Eso no cambiará en el cielo. La gente me ha dicho que no debemos anhelar el cielo, solo a Dios. Si eso fuera cierto, Dios condenaría en lugar de felicitar a su pueblo que "anhelaba un país mejor, uno celestial" (Hebreos 11:16). El rey David no vio contradicción entre buscar a Dios como persona y buscar el lugar en el cielo. Los dos eran inseparables: "Una cosa le he pedido al Señor, que buscaré: que pueda morar en la casa del Señor todos los días de mi vida, contemplar la belleza del Señor e investigar en su templo "(Salmo 27:4). Note que David dice que busca "una cosa": estar en el lugar magnífico de Dios y estar con la persona magnífica de Dios. Como dije en el capítulo 17, debemos entender que Dios es la fuente de toda alegría: todas las otras alegrías son secundarias y derivadas. Vienen de él, encuentran su significado en él y no pueden divorciarse de él. Del mismo modo, aunque Cristo es nuestro tesoro principal, nos anima a almacenar otros tesoros en el cielo (Mateo 6:19-21). Cristo es el centro de gravedad del cielo, pero no disminuimos su importancia al disfrutar de maravillas naturales, ángeles o personas. Por el contrario, lo exaltaremos y nos acercaremos a él mientras disfrutamos de todo lo que creó. ¿NECESITAREMOS SOLO A DIOS EN EL CIELO? Al igual que los monjes del desierto que se retiraron al desierto para vivir separados de la compañía humana, algunas personas aún insisten: "Solo necesito a Dios". Pero tan espiritual como suena, esta perspectiva es otra forma de cristoplatonismo. Considere nuevamente las implicaciones del hecho de que Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2:18). Piénselo: Dios estaba con Adán en el jardín, pero Dios dijo que eso no era lo suficientemente bueno. Dios nos diseñó para necesitarnos unos a otros. Lo que obtenemos unos de otros es más de Dios porque somos creados a su imagen y somos un conducto para su autorrevelación. Edén fue el precursor de la Nueva Tierra. Dado que una compañía humana significativa convirtió la evaluación de Dios de "no bueno" en una declaración de "muy bueno" en la primera Tierra, no debemos esperar que cambie de opinión sobre la Nueva Tierra. Sin embargo, muchas personas minimizan las relaciones humanas en el cielo. El reformador protestante John Calvin dijo: "Estar en el Paraíso y vivir con Dios no es hablar el uno al otro y ser escuchado el uno al otro, sino solo disfrutar de Dios, sentir su buena voluntad y descansar en él". Para crédito de Calvino, anhelaba la alegría que se encuentra en Dios. Pero se imaginó una falsa dicotomía entre las alegrías de relacionarse con Dios y relacionarse con los hijos de Dios. Disfrutar de otro portador de imágenes no ofende a Dios; que agrada a él. Para disfrutar de una conversación con un hermano o hermana no es necesario hacer de esa persona un ídolo o competidor con Dios. Dios estaba sumamente complacido de que Adán y Eva disfrutaran de la compañía del otro en el Paraíso. Dios es nuestro padre, y los padres se deleitan en las relaciones cercanas de sus hijos. 256 Algunas personas suponen falsamente que cuando prestamos atención a las personas, automáticamente nos distrae de Dios. Pero incluso ahora, en un mundo caído, la gente puede dirigir mi atención hacia Dios. ¿Estaba Jesús distraído de Dios al pasar tiempo con la gente en la Tierra? Ciertamente no. En el cielo, ninguna persona nos distraerá de Dios. Nunca experimentaremos ningún conflicto entre adorar a Dios mismo y disfrutar del pueblo de Dios. Las relaciones humanas profundas y satisfactorias estarán entre los mejores dones de Dios. Jonathan Edwards no vio ningún conflicto entre anticipar nuestras relaciones con Dios y nuestros seres queridos: Cada amigo cristiano que nos precede de este mundo es un espíritu rescatado que espera recibirnos en el cielo. Habrá un infante de días que hemos perdido abajo, gracias a la gracia que se encuentra arriba. Allí, el padre, la madre, la esposa, el hijo y el amigo cristianos, con quienes renovaremos la comunión sagrada de los santos, que fue interrumpida por la muerte aquí, pero que comenzará nuevamente en el santuario superior, y nunca más final. Allí tendremos compañía con los patriarcas, padres y santos del Antiguo y Nuevo Testamento, y aquellos de quienes el mundo no era digno. . . . Y allí, sobre todo, disfrutaremos y moraremos con Dios el Padre, a quien hemos amado con todo nuestro corazón en la tierra; y con Jesucristo, nuestro amado Salvador, quien siempre ha sido para nosotros el principal entre diez mil, y en conjunto encantador; y con el Espíritu Santo, nuestro Santificador, y Guía, y Consolador; ¡y se llenará de toda la plenitud de la Trinidad para siempre! 257 Jesús afirmó que el mayor mandamiento era amar a Dios, pero que el segundo, inseparable del primero, era amar a nuestro prójimo (Mateo 22: 3739). Nunca consideró estos comandos como incompatibles. Tampoco nosotros. Vio que el segundo fluía directamente del primero. Una de las formas más elevadas en que amamos a Dios es amando a las personas. Jesús reprendió a los líderes religiosos porque imaginaban que podían amar a Dios sin amar a las personas (Lucas 10:27-37). El sonido espiritual "amaré solo a Dios y a nadie más" no es solo espiritual; es imposible. Porque si no amamos a las personas, que son creadas a imagen de Dios, no podemos amar a Dios. ¿QUÉ DIJO PABLO SOBRE LA REUNIÓN EN EL CIELO? Pablo les dice a sus amigos en Tesalónica: "Te amamos mucho" y "Te habías vuelto tan querido", luego habla de su "intenso anhelo" por estar con ellos (1 Tesalonicenses 2:8,17). De hecho, Pablo anticipa su relación continua con los Tesalonicenses como parte de su recompensa celestial: "¿Cuál es nuestra esperanza, nuestro gozo o la corona en la que nos gloriaremos en la presencia de nuestro Señor Jesús cuando él venga? ¿No eres tú? "De hecho, tú eres nuestra gloria y alegría" (1 Tesalonicenses 2:19-20). ¿No es esta prueba enfática de que es apropiado para nosotros amar profundamente a las personas y esperar estar con ellas en el Cielo? Pablo no ve ninguna contradicción al referirse tanto a Cristo como a sus amigos como su esperanza, alegría y corona en el cielo. Luego, Pablo pregunta: "¿Cómo podemos agradecer a Dios lo suficiente por ti a cambio de toda la alegría que tenemos en la presencia de nuestro Dios gracias a ti?" (3:9) La alegría que siente por sus amigos no compite con su alegría en Dios, es parte de ella. Pablo le agradece a Dios por sus amigos. Cada vez que nos conmueve agradecer a Dios por las personas, estamos experimentando exactamente lo que él pretendía. Pablo también les dice a los Tesalonicenses: "Anhelas vernos, así como nosotros también anhelamos verte ... ¿Cómo podemos agradecerle lo suficiente a Dios a cambio de todo lo que tenemos en presencia de nuestro Dios por ti? Noche y el día oramos más fervientemente para que podamos verte de nuevo "(3:6,9-10). Pablo encuentra gozo en la presencia de Dios a causa de otros cristianos. Anticipa el día "cuando nuestro Señor Jesús venga con todos sus santos" (3:13). Él espera estar con Jesús y su pueblo. Pablo les dice a los tesalonicenses que nos reuniremos con familiares y amigos creyentes en el cielo: "Hermanos, no queremos que ignoren a los que se duermen o se afligen como el resto de los hombres, que no tienen esperanza". ... Dios traerá con Jesús a los que se han quedado dormidos en él ... Los que aún estamos vivos y nos quedaremos seremos atrapados con ellos ... Y así estaremos con el Señor para siempre. otro con estas palabras "(4:13-14,1718). Nuestra fuente de consuelo no es solo que estaremos con el Señor en el Cielo, sino también que estaremos juntos. El puritano Richard Baxter anhelaba ese consuelo: "Sé que Cristo es todo en todo; y que es la presencia de Dios lo que hace que el Cielo sea el cielo. Pero, sin embargo, me endulza mucho los pensamientos de ese lugar. una multitud de mis más queridos y preciosos amigos en Cristo ". 258 En Filipenses 1, Pablo habla con afecto sin disculpas a sus hermanos en Cristo, describiéndose a sí mismo como anhelando por ellos. Tenga en cuenta que claramente no ve incompatibilidad entre su deseo centrado en Cristo de estar con Jesús (1:21) y su amor centrado en Cristo por los demás: Doy gracias a Dios cada vez que te recuerdo. En todas mis oraciones por todos ustedes, siempre rezo con alegría debido a su asociación en el evangelio desde el primer día hasta ahora, confiando en esto, que el que comenzó un buen trabajo en usted lo llevará a cabo hasta el Día de Cristo Jesús. (Filipenses 1:3-6) El deleite de Pablo en sus hermanos en Cristo nos recuerda que el primer y segundo mandamiento son inseparables: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón ... y ama a tu prójimo como a ti mismo" (Lucas 10:27). Y si amas a tu prójimo como a ti mismo, ¿cuánto más tu familia, que deriva su identidad de Dios mismo? Como si anticipara que alguien podría objetar diciendo: "Pero Dios es el único en el que deberíamos encontrar gozo y anhelar", Pablo continúa su pensamiento en los siguientes versículos: Es correcto para mí sentirme así por todos ustedes, ya que los tengo en mi corazón; ya sea que esté encadenado o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes comparten la gracia de Dios conmigo. Dios puede testificar cómo los anhelo a todos con el afecto de Cristo Jesús. (Filipenses 1:7-8) Note la fuente del profundo anhelo y afecto de Pablo por sus hermanos y hermanas: Cristo Jesús mismo. Aunque es posible poner a las personas sobre Dios (que es idolatría), también es posible, al poner a Dios sobre las personas, encontrar en las personas una maravillosa expresión de Dios mismo, tan grande que es completamente apropiado para nosotros tenerlas en nuestros corazones, para encontrar alegría en ellos y anhelar estar con ellos. Tales sentimientos no son idolatría, y no está mal tenerlos. De hecho, algo está mal si no los tenemos. Encontrar gozo en Dios y anhelar a Dios no mata nuestro gozo y anhelo por los demás. Más bien, lo alimenta. La alegría y el anhelo que tenemos por otras personas se deriva directamente de nuestra alegría y anhelo por Dios. ¿QUÉ RECORDAREMOS? Un escritor afirma: "¡Ni siquiera recordaremos este viejo mundo que llamamos Tierra ... ni siquiera lo recordaremos! Simplemente no nos llegará a la mente". Esta percepción errónea común confunde a las personas. Piensan que no recordaremos nuestras vidas terrenales, incluidas las relaciones tan preciadas para nosotros. 259 Las personas que creen que no recordaremos nuestras vidas actuales a menudo citan a Isaías 65:17 como su prueba: "He aquí, crearé nuevos cielos y una nueva tierra. Las cosas anteriores no serán recordadas ni vendrán a mi mente". Sin embargo, este verso debe ser visto en contexto. Está vinculado al verso anterior, en el que Dios dice: "Porque los problemas del pasado serán olvidados y ocultos a mis ojos". Esto no sugiere una falta literal de memoria, como si el Dios omnisciente no pudiera recordar el pasado. Más bien, es como el comentario de Dios a Jeremías: "Yo ... no recordaré más sus pecados" (Jeremías 31:34). Significa que Dios elige no mencionar nuestros pecados pasados o sostenerlos contra nosotros. En la eternidad, los pecados y las penas del pasado no preocuparán a Dios ni a nosotros. Seremos capaces de elegir no recordar ni pensar en nada que disminuya la alegría del Cielo. En el capítulo 7 aprendimos que los mártires ahora en el Cielo intermedio recuerdan lo que sucedió en la Tierra, incluso que soportaron un gran sufrimiento (Apocalipsis 6:9-11). Jesús prometió que, en el Cielo, aquellos que soportaron cosas malas en la Tierra serían consolados por ellos (Lucas 16:25). La comodidad implica el recuerdo de lo sucedido. Si no recordamos las cosas malas, ¿por qué necesitaríamos consuelo? ¿Cómo lo sentiríamos? Nuestras mentes serán más claras en el cielo, no más nubladas. La memoria es básica para la personalidad. El principio de continuidad requiere que recordemos nuestras vidas pasadas. El cielo limpia nuestra pizarra de pecado y error, pero no borra nuestra memoria de él. Las lecciones que aprendimos aquí sobre el amor, la gracia y la justicia de Dios seguramente no se pierden, sino que se trasladarán al Cielo. El padre Boudreau dice: "Por los pecados que tantas veces nos hicieron temblar, son lavados en la sangre de Jesús y, por lo tanto, ya no son una fuente de problemas. El recuerdo de ellos intensifica nuestro amor por el Dios de la misericordia, y por lo tanto aumenta nuestra felicidad ". 260 Parece probable que recordar la realidad de nuestros problemas, penas y pecados pasados establecería un marcado contraste con las glorias del Cielo, como lo hace la oscuridad con la luz, como lo hace el Infierno con el Cielo. Perderíamos este contraste si olvidamos lo que era el dolor. Si olvidamos que éramos pecadores desesperados, ¿cómo podríamos apreciar la profundidad y el significado de la obra redentora de Cristo por nosotros? Aunque Dios enjugará las lágrimas y la tristeza unidas a este mundo, no borrará de nuestra mente la historia humana y la intervención de Cristo. Recuerde que el cuerpo de resurrección de Cristo tiene manos y pies con cicatrices en las uñas (Juan 20:24-29). Ver esas cicatrices en el cielo siempre nos recordará que nuestros pecados clavaron a Jesús en la cruz. La felicidad del cielo no dependerá de nuestra ignorancia de lo que sucedió en la Tierra. Más bien, se verá reforzada por nuestra apreciación informada de la gloriosa gracia y justicia de Dios al comprender lo que realmente sucedió aquí. La palabra griega para verdad, aletheia, es una forma negada del verbo traducido "olvidar"; Conocer la verdad significa dejar de olvidar. Si bien la historia de una palabra no determina su significado actual, en este caso es ciertamente sugerente. Una visión cristiana de la verdad se basa no en olvidar sino en recordar. La verdad es ver a Dios trabajando en todos los eventos en nuestro pasado, presente y futuro. La Nueva Tierra incluirá memoriales a las doce tribus y los apóstoles (Apocalipsis 21:12-14). Esto indica continuidad y memoria de la historia. Si somos conscientes de los pastes de otros en la vieja Tierra, seguramente seremos conscientes de los nuestros. Los actos de gracia soberana y fiel de Dios nunca serán borrados de nuestras mentes. La felicidad del cielo dependerá no de nuestra ignorancia sino de nuestra perspectiva. Lo veremos y lo sabremos como nunca antes. ¿NOS RECONOCEREMOS EL UNO AL OTRO? Cuando se le preguntó si reconoceríamos amigos en el Cielo, George MacDonald respondió: "¿Seremos más tontos en el Paraíso que aquí?" 261 Sin embargo, muchas personas se preguntan si nos conoceremos en el cielo. Lo que hay detrás de esa pregunta es el cristoplatonismo y la falsa suposición de que en el cielo seremos espíritus sin cuerpo que perderán nuestras identidades y recuerdos. ¿Cómo alguien reconoce un espíritu? Como hemos visto, sin embargo, estos supuestos no son bíblicos. (Ver el apéndice A para más discusión.) Los discípulos de Cristo lo reconocieron incontables veces después de su resurrección. Lo reconocieron en la orilla mientras les preparaba el desayuno (Juan 21:1-14). Lo reconocieron cuando se le apareció a un escéptico Thomas (Juan 20:2429). Lo reconocieron cuando apareció ante quinientas personas a la vez (1 Corintios 15:6). Pero, ¿qué pasa con Mary en la tumba del jardín o los dos hombres en el camino a Emaús? No reconocieron a Jesús. Algunas personas han argumentado de esto que Jesús era irreconocible. Pero una mirada más cercana muestra lo contrario. Qué feliz es ese amor, en el que hay un progreso eterno en todas estas cosas; en donde continuamente se descubren nuevas bellezas, y más y más belleza, y en las cuales nosotros mismos aumentaremos para siempre en belleza; donde seremos capaces de descubrir y dar, y recibiremos, cada vez más expresiones de amor entrañables para siempre: nuestra unión se volverá más cercana y la comunicación más íntima. JONATHAN EDWARDS Jesús le dijo a María en el jardín: "'Mujer ... ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?' Pensando que él era el jardinero, ella dijo: 'Señor, si se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y lo conseguiré' "(Juan 20:15). María, angustiada y con los ojos llorosos, sabiendo que Jesús estaba muerto y sin hacer contacto visual con un extraño, naturalmente asumió que él era el jardinero. Pero tan pronto como Jesús dijo su nombre, ella lo reconoció: "Se volvió hacia él y gritó en arameo: '¡Rabboni!' (lo que significa Maestro) "(Juan 20:16). Algunos comentaristas enfatizan que los discípulos en el camino de Emaús no reconocieron a Jesús. Pero note lo que dice el texto: "Mientras hablaban y discutían estas cosas entre ellos, Jesús mismo se acercó y caminó junto con ellos; pero se les impidió reconocerlo" (Lucas 24:15-16, énfasis agregado). Dios intervino milagrosamente para evitar que lo reconocieran. La implicación es que, aparte de la intervención sobrenatural, los hombres habrían reconocido a Jesús, como lo hicieron después: "Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, y él desapareció de su vista" (Lucas 24:31). Otra indicación de que reconoceremos a las personas en el cielo es la transfiguración de Cristo. Los discípulos de Cristo reconocieron los cuerpos de Moisés y Elías, a pesar de que los discípulos no podrían haber sabido cómo eran los dos hombres (Lucas 9: 29-33). Esto puede sugerir que la personalidad emanará a través del cuerpo de una persona, así que vamos a reconocer al instante la gente que conocemos de, pero no hemos conocido previamente. Si podemos reconocer a aquellos que nunca hemos visto, ¿cuánto más reconoceremos a nuestra familia y amigos? Las Escrituras no indican que un borrado de memoria nos haga no reconocer a familiares y amigos. Pablo anticipó estar con los Tesalonicenses en el cielo, y nunca se le ocurrió que no los conocería. De hecho, si no conocemos a nuestros seres queridos, el "consuelo" de una reunión después de la vida, que se enseña en 1 Tesalonicenses 4:14-18, no sería ningún consuelo. JC Ryle dijo de este pasaje: "No tendría sentido en estas palabras de consuelo si no implicaran el reconocimiento mutuo de los santos. La esperanza con la que anima a los cristianos cansados es la esperanza de encontrarse con sus queridos amigos nuevamente ... Pero en el momento en que los que seamos salvos nos encontremos con nuestros amigos en el cielo, los conoceremos de inmediato, y ellos nos conocerán de inmediato ". 262 La continuidad de nuestras mentes y cuerpos de resurrección argumenta que no tendremos problemas para reconocernos, de hecho, tendremos muchos menos problemas. En el cielo, probablemente no dejaremos de reconocer a un conocido en una multitud, u olvidaremos los nombres de las personas. La misionera Amy Carmichael tenía fuertes convicciones sobre esta pregunta: ¿Nos conocemos en el cielo? ¿Amamos y recordamos? No creo que nadie necesite preguntarse sobre esto o dudar por un solo momento. Nunca se nos dice que lo haremos, porque, espero, no fue necesario decir nada sobre esto que nuestros propios corazones nos dicen. No necesitamos palabras. Porque si pensamos por un minuto, lo sabemos. ¿Serías tú mismo si no amaras y no te acordaras? . . . Se nos dice que seremos como nuestro Señor Jesús. Seguramente esto no significa solo en santidad, sino en todo; y no sabe, ama y recuerda? Él no sería Él mismo si no fuera así, y no deberíamos ser nosotros mismos si no lo fuéramos. 263 C A P Í T U L O 35 ¿HABRÁ MATRIMONIOS, FAMILIAS Y AMIGOS? Recepcionar un cuerpo glorificado y volver a ponerlo en la Nueva Tierra no borra la historia, culmina la historia. Nada negará o minimizará el hecho de que éramos miembros de familias en la vieja Tierra. Mis hijas siempre serán mis hijas, aunque ante todo lo son y serán las hijas de Dios. Mis nietos siempre serán mis nietos. Los cuerpos de resurrección presumiblemente tienen cromosomas y ADN, con una firma que atestigua para siempre nuestra conexión genética con la familia. El cielo no estará sin familias, sino que será una gran familia, en la que todos los miembros de la familia son amigos y todos los amigos son miembros de la familia. Tendremos relaciones familiares con personas que fueron nuestra familia de sangre en la Tierra. Pero también tendremos relaciones familiares con nuestros amigos, tanto viejos como nuevos. No podemos llevar cosas materiales con nosotros cuando morimos, pero llevamos nuestras amistades al cielo, y un día serán renovadas. Muchos de nosotros atesoramos a nuestras familias. Pero muchos otros han soportado toda una vida de corazón roto derivado de las retorcidas relaciones familiares. En el cielo, ni nosotros ni los miembros de nuestra familia causaremos dolor. Nuestras relaciones serán armoniosas, lo que hemos anhelado. Cuando alguien le dijo a Jesús que su madre y sus hermanos querían verlo, él respondió: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica" (Lucas 8:19-21). Jesús decía que la devoción a Dios crea un vínculo que trasciende los lazos familiares biológicos. Jesús también dijo que aquellos que lo siguen ganarán "hermanos, hermanas, madres, hijos" (Marcos 10: 29-30). Pienso en esto cuando experimento una profunda relación inmediata con un compañero cristiano que acabo de conocer. Si no pudo tener hijos en la Tierra o si se ha separado de sus hijos, tanto ahora como después Dios le dará relaciones que satisfarán sus necesidades de guiar, ayudar, servir e invertir en los demás. Sus anhelos parentales se cumplirán. Si nunca ha tenido un padre en el que pueda confiar, encontrará padres confiables en todas partes en el Cielo, que le recordarán a su Padre. Y puedes comenzar con algunas de esas relaciones aquí. Por lo tanto, no es del todo cierto que "no habrá familia en el cielo". Por el contrario, habrá una gran familia, y ninguno de nosotros será excluido. Cada vez que veamos a alguien, será una reunión familiar. ¿HABRÁ MATRIMONIO Y FAMILIA? Un grupo de líderes religiosos, los saduceos, trataron de engañar a Jesús con una pregunta sobre el matrimonio en el cielo. No creían en la resurrección de los muertos. Intentando que pareciera tonto, le contaron a Jesús sobre una mujer que tenía siete maridos y todos murieron. Le preguntaron: "Ahora bien, en la resurrección, ¿de quién será la esposa de los siete, ya que todos estaban casados con ella?" (Mateo 22:28). Cristo respondió: "En la resurrección, la gente no se casará ni se dará en matrimonio; serán como los ángeles en el cielo" (Mateo 22:30). Hay mucho arrepentimiento y malentendido sobre este pasaje. Una mujer me escribió: "Lucho con la idea de que no habrá matrimonio en el cielo. Creo que realmente lo extrañaré". Pero la Biblia no enseña que no habrá matrimonio en el cielo. De hecho, deja en claro que habrá matrimonio en el cielo. Lo que dice es que habrá un matrimonio, entre Cristo y su novia, y todos seremos parte de él. Pablo vincula el matrimonio humano con la realidad superior que refleja: "Por esta razón, un hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos se convertirán en una sola carne. Esto es un misterio profundo, pero estoy hablando de Cristo y la iglesia "(Efesios 5:31-32). La unión matrimonial de una sola carne que conocemos en la Tierra es una señal que señala nuestra relación con Cristo como nuestro novio. Una vez que llegamos al destino, el cartel se vuelve innecesario. Ese matrimonio, nuestro matrimonio con Cristo, será tan completamente satisfactorio que incluso el matrimonio terrenal más maravilloso no podría ser tan satisfactorio. El matrimonio terrenal es una sombra, una copia, un eco del verdadero y último matrimonio. Una vez que comience ese último matrimonio, en la fiesta de bodas del Cordero, todos los matrimonios humanos que lo señalaron habrán cumplido su noble propósito y serán asimilados en el único gran matrimonio que presagiaron. "El propósito del matrimonio no es reemplazar el Cielo, sino prepararnos para él". 264 Aquí en la Tierra anhelamos un matrimonio perfecto. Eso es exactamente lo que tendremos: un matrimonio perfecto con Cristo. Mi esposa, Nanci, es mi mejor amiga y mi hermana más cercana en Cristo. ¿Nos volveremos más distantes en el nuevo mundo? Por supuesto que no, nos haremos más cercanos, estoy convencido. El Dios que dijo "No es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2:18) es el dador y el bendito de nuestras relaciones. La vida en esta tierra importa. Lo que hacemos aquí toca las cuerdas que reverberan por toda la eternidad. Nada le quitará el hecho de que Nanci y yo somos parejas matrimoniales aquí y que invertimos gran parte de nuestras vidas el uno en el otro, sirviendo a Cristo juntos. Espero que nadie más que Dios me entienda mejor en la Nueva Tierra, y no hay nadie cuya compañía busque y disfrute más que Nanci. Las alegrías del matrimonio serán mucho mayores por el carácter y el amor de nuestro novio. Me alegro por Nanci y por mí porque ambos estaremos casados con la persona más maravillosa del universo. Él ya es el que más amamos, no hay competencia. En la Tierra, cuanto más nos acercamos a él, más nos acercamos el uno al otro. Seguramente lo mismo será cierto en el cielo. Qué honor será saber siempre que Dios nos eligió el uno al otro en esta vieja Tierra para que podamos tener un anticipo de la vida con él en la Nueva Tierra. Las personas con buenos matrimonios son los mejores amigos del otro. No hay razón para creer que todavía no serán mejores amigos en el cielo. Jesús dijo que la institución del matrimonio humano terminaría, habiendo cumplido su propósito. Pero nunca insinuó que las relaciones profundas entre las personas casadas terminarían. En nuestras vidas aquí, dos personas pueden ser socios comerciales, socios de tenis o socios de pinochle. Pero cuando ya no son socios, no significa que su amistad termine. La relación construida durante un tipo de asociación a menudo se traslada a una amistad permanente después de que la asociación ha finalizado. Espero que eso sea cierto en la Nueva Tierra para los miembros de la familia y amigos que se apoyaron aquí. Dios generalmente no reemplaza su creación original, pero cuando lo hace, la reemplaza con algo que es mucho mejor, nunca peor. Los mormones intentan tener matrimonios con destino permanente a la eternidad, pero esto ignora la declaración directa de Cristo. Estar casado con Cristo será la máxima emoción. ¿Qué hay de nuestros hijos? ¿Qué pasa con mi relación con mis hijas, yernos y amigos más cercanos? Hay muchas razones para creer que recogeremos en el Cielo con las relaciones de la Tierra. Ganaremos muchos nuevos, pero continuaremos profundizando los viejos. Creo que disfrutaremos especialmente de conectarnos con aquellos que enfrentamos tiempos difíciles en la Tierra y decir: "¿Alguna vez imaginaste que el Cielo sería tan maravilloso?" La noción de que las relaciones con familiares y amigos se perderán en el cielo, aunque es común, no es bíblica. Niega la clara doctrina de continuidad entre esta vida y la próxima y sugiere que nuestras vidas y relaciones terrenales no tienen consecuencias eternas. Contradice por completo la intensa anticipación de Pablo de estar con los Tesalonicenses y los alienta a esperar reunirse con sus seres queridos en el Cielo. ¿HABRÁ SEXO? Como vimos anteriormente, mantendremos distintos géneros en nuestros cuerpos de resurrección. Seremos hombres o mujeres. ¿Pero habrá sexo en el sentido de las relaciones sexuales? Si el matrimonio humano existiera en la Nueva Tierra, esperaría que incluyera el sexo. Las relaciones sexuales existieron antes de la caída y no fueron producto del pecado y la maldición; Eran el diseño perfecto de Dios. Dado que el levantamiento de la Maldición normalmente restaurará lo que Dios hizo originalmente, esperaríamos que el sexo sea parte de eso. Dado lo que sabemos acerca de la continuidad entre esta vida y la próxima, el matrimonio y el sexo parecen traspasos naturales. Sin embargo, como hemos visto, Cristo dejó en claro que las personas en el cielo no estarían casadas entre sí. No estaba hablando simplemente del cielo actual, sino "en la resurrección". Él estaba diciendo específicamente que no habrá matrimonio entre las personas resucitadas en la Tierra resucitada. Debido a que el sexo fue diseñado para ser parte de una relación matrimonial, el matrimonio y el sexo lógicamente van de la mano. Debido a que se nos dice que los humanos no se casarán entre sí, y que el sexo está destinado al matrimonio, entonces lógicamente no tendremos sexo. Esto parece ser, entonces, una excepción al principio de continuidad. Sin embargo, dado que existe un tipo diferente de continuidad entre el matrimonio terrenal y el matrimonio de Cristo con su iglesia, también puede haber alguna forma en que la intimidad y el placer que ahora conocemos como sexo también se cumplan en alguna forma superior. No sé qué sería eso, pero sí sé que el sexo fue diseñado por Dios, y no espero que lo descarte sin reemplazarlo con algo mejor. Hay un poder metafísico único para la unión sexual. No es coincidencia que la adoración pagana a menudo involucrara actos sexuales. Tan inmorales como fueron estos actos, reconocieron una naturaleza espiritual trascendente al sexo. Este otro mundo es nuevamente una señal, y sugiere que las relaciones sexuales en este mundo presagian algo más grande en el próximo mundo. Ciertamente, debemos rechazar todas las suposiciones cristoplatónicas de que el sexo, que Dios llamó "muy bueno", no sería digno del Cielo. En lugar de ver el matrimonio y el sexo como cosas malas para ser reemplazadas por cosas buenas, deberíamos verlas como cosas buenas que de alguna manera se transformaron o resucitaron en mejores. Si no vamos a tener sexo en el cielo y si en el cielo no hay frustración del deseo, entonces parece que no lo desearemos. Esto no se debe a que no tendremos dispositivos físicos, por supuesto, desearemos comida y agua. Pero lo que se desee, y siempre disfrutar de la intimidad es-relacional que era la mejor parte del sexo. Podemos descubrir, al mirar hacia atrás, que el sexo prefigura lo que significa estar perdido en la intimidad con Cristo. Una vez que nos casemos con él, estaremos en el destino que el sexo marital señaló como una señal. ¿Nuestros cuerpos de resurrección tendrán órganos sexuales? Como los hombres serán hombres y las mujeres serán mujeres, y dado que habrá una continuidad directa entre los cuerpos viejos y los nuevos, hay muchas razones para creer que lo harán. ¿Es inconsistente, ya que no cumplirían una función para la que fueron diseñados? No necesariamente. Jesús era un hombre perfecto, pero era soltero y se abstuvo del sexo. Las personas solteras en la Tierra han sido llamadas al celibato, pero aún son completamente humanas. Si supiera que nunca más reconocería ese amado con quien pasé más de treinta y nueve años aquí en la tierra, mi anticipación del cielo disminuiría mucho. Decir que nosotros estará con Cristo y eso será suficiente, es reclamar que allí estaremos sin los instintos sociales y afectos lo que significa mucho para nosotros aquí. . . . Vida más allá no puede significar empobrecimiento, pero el mejora y enriquecimiento de la vida a medida que Lo he conocido aquí en su mejor momento. W. GRAHAM SCROGGIE La tierra se habrá llenado de personas concebidas a través de la procreación, y experimentaremos una profunda intimidad con Cristo, nuestro novio. Entonces los propósitos del sexo se habrán cumplido. Participaremos en lo que el sexo siempre apuntaba: una intimidad relacional profunda y atractiva. No nos imaginaremos que nos estamos perdiendo. Una mujer soltera me dijo que se sentiría muy perdida si fuera al cielo sin haber tenido un gran romance. Pero nuestro romance con Cristo superará con creces cualquier romance terrenal. Ningún romance es perfecto, y muchos terminan en decepción. Nuestro romance con Cristo nunca decepcionará. Alguien escribió: "¿Qué llenará el vacío de la intimidad matrimonial en el cielo?" No habrá vacío. Tendremos una mayor intimidad matrimonial con Jesús que la que tuvimos en los mejores matrimonios terrenales. Un hombre cuya esposa murió de cáncer me escribió: "Ya no podíamos tener relaciones sexuales, pero nuestra profunda asociación se hizo más grande que nunca. Nuestra relación llegó a trascender el sexo". Esto presumiblemente será cierto para nuestras relaciones humanas en el cielo. En respuesta a la decepción que algunos sienten ante la idea de no tener relaciones sexuales en el cielo, CS Lewis escribió: Creo que nuestra perspectiva actual podría ser como la de un niño pequeño que, al ser dicho que el acto sexual era el mayor placer corporal, debería preguntarte de inmediato si comiste chocolates al mismo tiempo. Al recibir la respuesta "No", podría considerar la ausencia de chocolates como la principal característica de la sexualidad. En vano le dirías que la razón por la cual los amantes de sus éxtasis carnales no se preocupan por los chocolates es porque tienen algo mejor en lo que pensar. El niño conoce el chocolate: no sabe lo positivo que lo excluye. Estamos en la misma posición. Conocemos la vida sexual; no sabemos, excepto en destellos, la otra cosa que, en el cielo, no dejará espacio para ello. 265 ¿SEREMOS REUNIDOS CON LOS BEBÉS QUE HAN MUERTO? Nos reuniremos en el cielo con todos los seres queridos creyentes. Pero, ¿qué pasa con los bebés, niños pequeños y aquellos con discapacidades mentales o que han muerto demasiado jóvenes para creer en Cristo? En Adán, toda la humanidad pecó (Romanos 5:12). Somos pecadores concebidos (Salmo 51: 5). Por lo tanto, los niños, así como los discapacitados mentales, tienen una naturaleza pecaminosa y están separados de Dios. Si Dios estuviera dispuesto a tolerar una cierta cantidad de pecados, pero no más, entonces los niños que mueren jóvenes pueden no haber alcanzado su límite, calificando así para el Cielo. Pero las Escrituras enseñan que la presencia de cualquier pecado es suficiente para separarnos de Dios (Santiago 2:10). Decir "Bueno, por supuesto que los niños son salvos" no será suficiente, dada su naturaleza de pecado, no hay "por supuesto" al respecto. Una doctrina de la salvación infantil parece requerir que los niños sean concebidos salvos, y luego permanezcan salvos hasta que alcancen cierta edad, momento en el cual se pierden. Pero las Escrituras enseñan que estamos concebidos perdidos y permanecemos perdidos hasta que seamos salvos. Las Escrituras no hacen referencia a una "era de responsabilidad", y ciertamente no enseñan la inocencia moral de los niños. Charles Spurgeon dijo: "Algunos fundamentan la idea de la eterna bendición del infante sobre su inocencia. No hacemos tal cosa. Creemos que el infante cayó en el primer Adán" porque en Adán todos murieron " ... Si los infantes son salvados no es por inocencia natural. Entran en el cielo de la misma manera que nosotros: son recibidos en el nombre de Cristo ". 266 La salvación de cualquier persona viene solo a través de la obra de Cristo (1 Timoteo 2: 5). A menos que una persona nazca de nuevo, él o ella no pueden entrar al Reino de Dios (Juan 3: 3). ¿Cómo podría un niño nacer de nuevo sin elegir conscientemente a Cristo? Las Escrituras abren la puerta a la respuesta a esta pregunta a través de su enseñanza de que Dios tiene un amor especial por los niños. Cristo enseñó que necesitamos llegar a ser como niños para entrar en el Reino de Dios, y se propuso abrazar a los niños cuando sus discípulos querían excluirlos (Mateo 19: 13-14). Él dijo: "Dejen que los niños vengan a mí y no los obstaculicen" (Lucas 18:16). Cristo usó a los niños como ejemplos de fe (Mateo 18: 2-4). En Ezequiel 16:21, Dios expresa su enojo por el asesinato de niños y se refiere a ellos como "mis hijos". Jesús dice que los ángeles asignados a los niños "continuamente ven el rostro de Mi Padre que está en el cielo" (Mateo 18:10, NASB). Claramente, este es un tratamiento especial, lo que sugiere que puede haber otros actos de tratamiento especial, incluida la salvación, aparte del proceso normal de confesión y arrepentimiento. Debido a tales pasajes, creo que Dios en su misericordia y su amor especial por los niños los cubre con la sangre de Cristo. En el Salmo 8: 2, David dice: "De los labios de los niños y los infantes has ordenado alabanzas" (citado por Jesús en Mateo 21:16). La inclusión de bebés es importante porque no serían conscientes de alabar; Tendría que ser algo instintivo. Entonces, aunque los niños son pecadores que necesitan ser salvados, Dios puede tener una manera justa de cubrirlos con la sangre de Cristo para que vayan al Cielo cuando mueran. Un pasaje interesante nos dice que Juan el Bautista estaba lleno del Espíritu Santo en el vientre de su madre (Lucas 1:15, NASB). Esto sugiere que Dios confirió a Juan una posición justa, o al menos una obra especial, espiritual y santificante, a pesar de que era demasiado joven para confesar su pecaminosidad o ceder conscientemente a Dios. Si Dios hizo eso con Juan, ¿no podría hacerlo con otros niños? De manera similar, David dice que Dios había sido su Dios desde que su madre lo parió (Salmo 22:10). Dios le dijo a Jeremías que lo conocía desde antes de que se formara en el vientre de su madre (Jeremías 1: 5). El argumento bíblico más común utilizado para apoyar la salvación infantil es la declaración de David acerca de su hijo que murió: "Iré a él, pero él no volverá a mí" (2 Samuel 12:23). Es posible que David estuviera diciendo que moriría e iría a la tumba (uniéndose a su hijo en la muerte, pero no necesariamente en el Cielo) o que moriría y, de hecho, se uniría a su hijo en el Cielo. Personalmente, creo que David, en su agonía, se estaba consolando con la creencia de que algún día se uniría a su hijo en el Cielo. Aunque creo que Dios hace una provisión especial para que los niños los reciban en el Cielo, me preocupa que esta doctrina, que a lo sumo está implícita y ciertamente no se enseñe directamente en las Escrituras, se haya torcido de una manera que haga que muchas personas se sientan indiferentes acerca de dos situaciones desgarradoras: aborto y niños que mueren de enfermedad y desnutrición. He escrito más en otra parte sobre los aspectos peligrosos de este tema. 267 Quizás en el Cielo muchas personas se encontrarán con sus hijos que fueron abortados o con sus hijos que murieron en abortos espontáneos (incluso algunos abortos involuntarios que sus madres no conocían). Muchos padres se reunirán con niños que murieron a una edad temprana. Quizás estos niños nos agarren de las manos y nos muestren el cielo actual. Entonces, un día, después de la resurrección final, disfrutaremos de la compañía del otro en la Nueva Tierra, y experimentaremos sus maravillas juntos. Si los niños van al cielo cuando mueren, ¿por qué Dios no nos dice eso directamente? Puede ser que anticipe la lógica retorcida y la racionalización que podría fomentar en nosotros. Podría tomar de nosotros el sentido de urgencia de ver a nuestros hijos venir a la fe en Cristo. Podría hacer que nos preocupemos menos por la sagrada tarea dada por Dios de extender la ayuda física y financiera a los desfavorecidos y llevar el evangelio a los niños de todo el mundo. Debemos hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer, que incluye proteger, rescatar, alimentar, evangelizar y discipular a los niños. En el cielo, tanto nosotros como ellos estaremos agradecidos por todo lo que hicimos en su nombre. ¿QUIÉN SERÁN NUESTROS AMIGOS EN EL CIELO? Agustín y Aquino, dos de los teólogos más influyentes de la historia, imaginaron que en el cielo las personas se centrarían exclusivamente en Dios y que las relaciones entre los seres humanos serían mínimas o insignificantes. 268 Estos grandes teólogos fueron influenciados por el cristoplatonismo. En su mayor parte, no parecían comprender que el Cielo eterno estará en la Tierra, donde las personas vivirán y trabajarán en una sociedad relacional, glorificando a Dios no solo como individuos sino como una familia en una relación rica entre sí. Cerca del final de su vida, sin embargo, Agustín cambió significativamente su visión del Cielo. Él dijo: "No hemos perdido a nuestros seres queridos que se han alejado de esta vida, sino que simplemente los hemos enviado por delante de nosotros, por lo que también partiremos y llegaremos a esa vida donde serán más queridos que nunca. mejor conocido por nosotros, y donde los amaremos sin temor a partir ". También dijo: "Todos los que disfrutamos de Dios también nos disfrutamos unos a otros en Él". 269 270 ¿Tienes un amigo cercano que ha tenido una profunda influencia en ti? ¿Crees que es una coincidencia que ella estuviera en el ala de tu dormitorio o se convirtiera en tu compañera de cuarto? ¿Fue accidental que tu escritorio estuviera cerca de él o que su familia viviera al lado o que tu padre fuera transferido cuando estabas en tercer grado para que terminaras en su vecindario? Dios orquesta nuestras vidas. "De un hombre hizo a cada nación de hombres, para que habitaran en toda la tierra; y determinó los tiempos establecidos para ellos y los lugares exactos donde deberían vivir" (Hechos 17:26). Dado que Dios determinó la hora y los lugares exactos en los que viviría, no es casualidad en qué vecindario creció, quién vivió al lado, quién fue a la escuela con usted, quién formó parte del grupo juvenil de su iglesia, quién estuvo allí para ayudarlo y orar por ti. Nuestras relaciones fueron designadas por Dios, y hay muchas razones para creer que continuarán en el Cielo. El plan de Dios no se detiene en la Nueva Tierra; Continúa. Dios no abandona sus propósitos; él los extiende y los cumple. Las amistades iniciadas en la Tierra continuarán en el Cielo, haciéndose más ricas que nunca. ¿Algunas amistades estarán más unidas que otras? Agustín afirmó: "En la ciudad de Dios no habrá amistades especiales ... Todos los apegos especiales serán absorbidos en una comunidad de amor integral e indiferenciada ... El amor universalizado del cielo no permite círculos de amigos exclusivos y restringidos. ". 271 Pero, ¿cómo se enfrenta esta posición a las Escrituras? El hecho de que seremos sin pecado no significa que no nos sentiremos atraídos por ciertas personas más que otras. Nos agradarán todos, pero estaremos más cerca de unos que de otros. Jesús estaba más cerca de Juan que de cualquiera de los otros discípulos. Jesús estaba más cerca de Peter, James y John que del resto de los Doce, y más cerca de los Doce que de los setenta, y más cerca de los setenta que de sus otros seguidores. Estaba cerca de Lázaro y Marta, y aún más cerca de su hermana María. Estaba tan cerca de su madre que, mientras moría en la cruz, le indicó a John que la cuidara después de su muerte. Como Cristo estaba más cerca de algunas personas que de otras, claramente no puede haber nada malo en ello. En el cielo no habrá camarillas, exclusividad, arrogancia, posturas, menosprecios o celos. Pero cuando los amigos disfrutan particularmente de la compañía del otro, reflejan el diseño de Dios. Si, mientras caminas por la Nueva Jerusalén, ves a Adán y Eva tomados de la mano mientras miran el árbol de la vida, ¿les disgustarías su especial amistad? Quizás estés decepcionado de que nunca has tenido las amistades que anhelas. En Heaven tendrás relaciones mucho más cercanas con algunas personas que ahora conoces, pero también es cierto que es posible que nunca hayas conocido a los amigos más cercanos que tendrás. Así como alguien puede tener cincuenta años antes de conocer a su mejor amiga, usted puede vivir en la Nueva Tierra disfrutando de muchas amistades antes de conocer a alguien que se convertirá en su amigo más querido. Quizás tu mejor amigo sea alguien sentado a tu lado en la primera gran fiesta. Después de todo, el Dios soberano que organiza las amistades estará a cargo de los arreglos de los asientos. En la Nueva Tierra experimentaremos la alegría de la familiaridad en las relaciones antiguas y la alegría del descubrimiento en las nuevas. A medida que nos conozcamos mejor, conoceremos mejor a Dios. A medida que encontremos alegría el uno en el otro, encontraremos alegría en él. Ninguna relación humana eclipsará nuestra relación con Dios. Todo servirá para mejorarlo. C A P I T U L O 36 ¿A QUIÉN VAMOS A CONOCER Y QUÉ EXPERIMENTAREMOS JUNTOS? En el cielo, ¿pasaremos tiempo con personas cuyas vidas están registradas en las Escrituras y en la historia de la iglesia? Sin duda. Jesús nos dijo que nos sentaremos a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob (Mateo 8:11). Si nos sentamos con ellos, deberíamos esperar sentarnos con los demás. ¿Qué hacen las personas en las mesas? En las culturas de Oriente Medio, la cena era, y es, no solo una buena comida y bebida, sino también un momento para entablar relaciones, conversar y contar historias. ¿Con quién hablaremos en el cielo? Me gustaría pedirle a María que cuente historias sobre Jesús cuando era niño. Me gustaría hablar con Simeón, Anna, Elizabeth y Juan el Bautista. Quiero escuchar los relatos de la vida de Noé en el arca. Estoy ansioso por escuchar a Moisés hablar sobre sus tiempos con Dios en la montaña. Me gustaría preguntarle a Elijah si se lo llevaron en el carro y a Enoch (y la esposa de Enoch) acerca de que Dios lo atrapó. Quiero hablar con Mary, Martha y su hermano Lázaro. Le pediré a la gente que complete los espacios en blanco de las grandes historias de las Escrituras y la historia de la iglesia. Quiero escuchar algunos millones de nuevas historias. Uno a la vez, por supuesto, y se extendió a lo largo de miles de años. Me imagino que disfrutaremos de estas grandes historias, haremos preguntas, nos reiremos juntos y sacudiremos la cabeza con asombro. Cada uno tendrá nuestras propias historias que contar también, y los recuerdos y las habilidades para contarlas bien. En este momento, hoy, estamos viviendo las vidas de las cuales se extraerán tales historias. ¿Los estamos viviendo con la eternidad en mente? Tendremos nuevas aventuras en la Nueva Tierra de las cuales surgirán nuevas historias, pero sospecho que las viejas historias de esta vida siempre nos interesarán también. Espero volver a conectarme con muchos viejos amigos, así como con mi mamá y mi papá. Espero agradecer a CS Lewis, Francis Schaeffer y AW Tozer por cómo sus escritos me cambiaron. Anticipo conocer a William Carey, Hudson y Maria Taylor, Amy Carmichael, Jim Elliot, Charles Spurgeon, Dwight L. Moody, Harriet Beecher Stowe, algunos de los esclavos de Amistad y muchos otros. ¿Quién está en tu lista? ¿Cómo estás sirviendo a Cristo hoy para que puedas estar en la lista de alguien más? ¿SEGUIREMOS Y DESARROLLAMOS RELACIONES? Una de las cosas que espero con ansias en Heaven es conocer a personas que solo conozco por teléfono y correo electrónico. Para aquellos amigos que rara vez veo, finalmente tendremos tiempo y acceso para disfrutar de la compañía del otro. Quiero pasar tiempo nuevamente con las personas que tuvieron influencia en mí cuando era un cristiano joven. No sé cuántos de mis antepasados eran cristianos. Quizás no muchos. Pero no puedo esperar para conocer a los que fueron y escuchar sus historias. Estoy ansioso por conocer a las mujeres jóvenes que nuestra familia apoyó en la República Dominicana. Quiero hablar con algunos pastores camboyanos y miembros de iglesias en casas chinas que recibieron Biblias de los ministerios a los que dimos. ¿Cómo será conocer al pueblo sudanés que nuestra iglesia ayudó a rescatar de la esclavitud y la opresión? Quiero agradecerles por su fe y ejemplo. Quiero pasar tiempo con mis amigos discapacitados y verlos disfrutar de la libertad de nuevos cuerpos y mentes. Espero intercambios intelectuales agudos con aquellos que terminaron su curso en la Tierra con Alzheimer (tal vez seré uno de ellos). Quiero pasar tiempo con los mártires, algunas de cuyas historias he leído. La mayoría de ellos no se conocían en la Tierra, pero Apocalipsis 6: 9-11 los retrata como muy unidos en el Cielo. Seguramente tendremos muchas relaciones nuevas, algunas basadas en intereses, experiencias e historias comunes en la Tierra. Si tiene un interés especial en la Roma del primer siglo, tal vez disfrutará desarrollando relaciones con quienes vivieron en ese lugar y época. Hablaremos con los ángeles que vieron la creación de la tierra y que vieron rebelarse a sus camaradas. Nos encontraremos con ángeles que nos protegieron y nos sirvieron mientras estábamos en la Tierra. ¿No esperas hacerles preguntas? Si nuestras conversaciones se limitaran solo al pasado de la tierra, podríamos secar el depósito después de cincuenta mil años. Pero la belleza es que el Cielo traerá tantos desarrollos nuevos como la Tierra, y eventualmente mucho más. No comenzaremos a quedarnos sin cosas sobre las que pensar o hablar. El depósito no se secará. Se repondrá diariamente, expandiéndose para siempre. SI NUESTROS AMADOS ESTÁN EN EL INFIERNO, ¿ESO NO PERMITIRÁ EL CIELO? Muchas personas han perdido seres queridos que no conocieron a Cristo. Algunas personas argumentan que las personas en el cielo no sabrán que existe el infierno. Pero esto haría que la alegría del cielo dependiera de la ignorancia, que en ninguna parte se enseña en las Escrituras. Entonces, ¿cómo podríamos disfrutar del cielo sabiendo que un ser querido está en el infierno? JI Packer ofrece una respuesta que es difícil pero bíblica: Dios el Padre (que ahora suplica a la humanidad que acepte la reconciliación que la muerte de Cristo aseguró para todos) y Dios el Hijo (nuestro Juez designado, que lloró sobre Jerusalén) en un juicio final expresarán ira y administrarán justicia contra los humanos rebeldes. La santa justicia de Dios será revelada por la presente; Dios estará haciendo lo correcto, vindicándose finalmente contra todos los que lo han desafiado. . . . (Lea a través de Mateo 25; Juan 5:22-29; Romanos 2:5-16,12:19; 2 Tes. 1:7-9; Apocalipsis 18:1-19:3, 20:11-15, y lo verás claramente.) Dios juzgará con justicia, y todos los ángeles, santos y mártires lo alabarán por ello. Por lo tanto, parece inevitable que, con ellos, aprobemos el juicio de las personas, los rebeldes, a quienes hemos conocido y amado. 272 En el cielo, veremos con una perspectiva nueva y mucho mejor. Estaremos totalmente de acuerdo con el juicio de Dios sobre los impíos. Los mártires en el cielo le piden a Dios que juzgue a las personas malvadas en la Tierra (Apocalipsis 6:9-11). Cuando Dios juzga a la malvada ciudad de Babilonia, se le dice a la gente en el cielo: "¡Alégrate por ella, oh cielo! ¡Alégrate, santos, apóstoles y profetas! Dios la ha juzgado por la forma en que te trató" (Apocalipsis 18:20) El infierno mismo puede proporcionar un telón de fondo oscuro para la gloria brillante de Dios y su gracia insondable. Jonathan Edwards hizo este caso, diciendo: "Cuando los santos en gloria, por lo tanto, vean el estado triste de los condenados, ¿cómo aumentará esto su sentido de la bendición de su propio estado, tan extremadamente diferente de él". Añadió: "Verán las terribles miserias de los condenados y considerarán que merecían la misma miseria, y que fue la gracia soberana, y nada más, lo que los hizo diferir tanto de los condenados". 273 Nunca cuestionaremos la justicia de Dios, preguntándonos cómo podría enviar buenas personas al infierno. Más bien, estaremos abrumados con su gracia, maravillándonos de lo que hizo para enviar gente mala al Cielo. (Ya no tendremos ninguna ilusión de que las personas caídas son buenas sin Cristo). En el cielo veremos claramente que Dios se reveló a cada persona y que le dio la oportunidad a cada corazón o conciencia de buscarlo y responderle (Romanos 1:18-2:16). Aquellos que han escuchado el evangelio tienen una mayor oportunidad de responder a Cristo (Romanos 10:13-17), pero cada incrédulo, a través del pecado, ha rechazado a Dios y su autorrevelación en la creación, la conciencia o el evangelio. Todos merecen el infierno. Nadie merece el cielo. Jesús fue a la cruz para ofrecer la salvación a todos (1 Juan 2: 2). Dios es absolutamente soberano y no desea que ninguno muera sin Cristo (1 Timoteo 2: -4; 2 Pedro 3:9). Sin embargo, muchos perecerán en su incredulidad (Mateo 7:13). Abrazaremos la santidad y la justicia de Dios. Lo alabaremos por su bondad y gracia. Dios será nuestra fuente de alegría. La sombra pequeña y distante del infierno no interferirá con la grandeza de Dios o nuestra alegría en él. (Todo esto debería motivarnos a compartir el evangelio de Cristo con familiares, amigos, vecinos y el mundo entero). También entenderemos la verdad revelada en 2 Pedro 3:9: "El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos entienden la lentitud. Es paciente contigo, no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. " Nos maravillaremos de la paciencia que Dios nos mostró a nosotros y a todos nuestros seres queridos, y cómo por mucho tiempo retuvo nuestro debido juicio para darnos la oportunidad de arrepentirnos. Aunque inevitablemente sonará duro, ofrezco este pensamiento adicional: en cierto sentido, ninguno de nuestros seres queridos estará en el Infierno, solo algunos a quienes alguna vez amamos. Nuestro amor por nuestros compañeros en el cielo estará directamente vinculado a Dios, el objeto central de nuestro amor. Lo veremos en ellos. No amaremos a los que están en el infierno porque cuando veamos a Jesús como es, amaremos solo, y solo querremos amar, a quien sea y lo que le plazca, lo glorifique y lo refleje. Lo que amamos en aquellos que murieron sin Cristo fue la belleza de Dios que una vez vimos en ellos. Cuando Dios se retire de ellos para siempre, creo que ya no tendrán su imagen y ya no reflejarán su belleza. Aunque serán las mismas personas, sin Dios serán despojados de todas las cualidades que amamos. Por lo tanto, paradójicamente, en cierto sentido, no serán las personas que amamos. No puedo probar bíblicamente lo que acabo de decir, pero creo que suena cierto, incluso si el pensamiento es horrible. No solo en el Cielo, sino también mientras todavía estamos aquí en la Tierra, nuestro Dios es "el Padre de la compasión y el Dios de todo consuelo" (2 Corintios 1:3). Cualquier tristeza que nos asole ahora desaparecerá en la Nueva Tierra tan seguramente como la oscuridad desaparece cuando se enciende la luz. "Se limpiará toda lágrima de sus ojos ... no habrá luto, llanto ni dolor" (Apocalipsis 21:4). Esta es la promesa de Dios. Descansemos en eso. De esto podemos estar absolutamente seguros: el infierno no tendrá poder sobre el cielo; ninguna de las miserias del infierno vetará jamás la alegría del cielo. ¿ESTAREMOS ALGUNA VEZ EN DESACUERDO? Debido a que somos finitos y únicos y porque nunca lo sabremos todo, es posible que no estemos de acuerdo con todo en el Cielo. Acordaremos innumerables asuntos y nos preguntaremos cómo pensamos lo contrario. Pero todavía tendremos diferentes gustos en comida, ropa, música y miles de otras cosas. Tendremos discusiones, tal vez incluso debates, sobre cosas que aún no entenderemos. Por supuesto, no habrá ataques personales, prejuicios mal informados ni una negativa orgullosa de otorgar un punto válido. Algunos de nosotros tendremos ideas que otros no. Algunos tendrán una mejor comprensión en un área, otros en un área diferente. Nuestras creencias pueden ser precisas pero incompletas, ya que no seremos omniscientes. Adán estaba sin pecado, sin embargo, necesitaba más que a sí mismo. Incluso antes del pecado, seguramente él y Eva trajeron diferentes perspectivas. No todo desacuerdo está enraizado en el pecado. La compañía de otros seres finitos implica discusión y diálogo, lo que crea progreso a través de la sinergia. Esa sinergia implica diferencias e incluso desacuerdos. ¿Podrían Michael y Gabriel, dos seres sin pecado, tener opiniones diferentes sobre una estrategia militar? ¿Podrían pensar lo suficientemente diferente como para estar en desacuerdo? Por qué no? CS Lewis, JRR Tolkien y otros amigos de su grupo llamados The Inklings a menudo discutían ideas entre ellos. En la Nueva Tierra, ¿podrían Jonathan Edwards, GK Chesterton, Francis Schaeffer, Charles Spurgeon y John Wesley llegar a un acuerdo sobre el 90 por ciento de los temas, pero aún desafiar las ideas de los demás en lo que aún desconocen, estimulándose mutuamente para una mayor comprensión? ¿Podrían incluso decir: "Pensemos y hablemos con el Rey, acerquémonos a un ángel o dos, descartemos nuestras ideas de Paul, Luther y Augustine, y luego nos reunamos de nuevo y compartamos lo que hemos aprendido"? Aunque las ideas de Cristo serían absolutamente precisas, eso no significa que siempre las entenderemos completamente. Dios nos ha hecho aprendices. Eso es parte de ser finito. Si siempre veremos todas las cosas por igual y de manera automática, ¿por qué habrá gobernantes y jueces en la Nueva Tierra? En un mundo perfecto, ¿por qué habría una necesidad de autoridad? Porque así es como Dios nos hizo. Él es la máxima autoridad, pero delega autoridad a la humanidad. No es el pecado lo que requiere autoridad, es simplemente el diseño de Dios, que existe primero dentro de su ser trino (Juan 8:28). Como se nos dice que juzgaremos a los ángeles, ¿habrá desacuerdos sobre los que juzgar? Si las personas sin pecado ven de manera diferente, ¿podrían necesitar consejo sabio? La unicidad y las diferencias existían antes del pecado y existirán después de él. Solo Dios tiene sabiduría y conocimiento infinitos. Deberíamos esperar algunas diferencias de perspectiva, pero también deberíamos esperar la capacidad de resolverlas sin rencor ni egos magullados. Imagine la capacidad de cuestionar y desafiar sin malicia y de ser cuestionado y desafiado sin una pizca de actitud defensiva. ¿No sería eso el cielo? ¿COMPARTIREMOS DESCUBRIMIENTOS JUNTOS? Muchas amistades surgen de experiencias compartidas. Hacer cosas juntos nos une. Lo mismo será cierto en la Nueva Tierra. Nos uniremos a medida que descubramos juntos las maravillas de Dios y su universo. Suponga que está tomando unas vacaciones familiares extendidas de dos semanas, pero llega al destino de vacaciones cuatro días después de la mayoría de los otros miembros de la familia. Dicen: "Deberías haber visto la puesta de sol el jueves pasado. Fue increíble". O "Deberías haber estado aquí para la barbacoa". Hablan de la ballena que se abrió paso a doscientos pies de la costa. "Deberías haberlo visto." ¿Cuál es tu reacción? Estás feliz de que la familia lo haya pasado bien, pero sientes que te has perdido algo. Te has perdido el vínculo que vino con la experiencia común. ¿No sería genial viajar al cielo juntos, simultáneamente? ¿No sería genial ser como Lewis y Clark, descubriendo juntos las maravillas del nuevo mundo? De hecho, eso es precisamente lo que la Escritura nos dice que sucederá. Aunque iremos al Cielo actual de uno en uno a medida que muramos, todos seremos ciudadanos fundadores de la Nueva Tierra. Resucitaremos juntos y pisaremos la Nueva Tierra juntos. A lo largo de la eternidad viviremos llenos, verdaderamente vidas humanas, explorando y manejando a Dios creación para su gloria. Vistas fascinantes desarrollarse ante nosotros mientras aprendemos a servir a Dios en un universo renovado EDWARD DONNELLY Descubriremos lo que nadie más ha visto. Compartiremos nuestros descubrimientos juntos, tomándonos de la mano y diciendo: "No puedes creer lo que Jesús hizo, un animal con el que nunca soñé. ¡Tienes que venir a verlo!" Descubriremos algunas cosas por nuestra cuenta, y disfrutaremos cosas que otros han descubierto. Podremos compartir nuestros hallazgos. A diferencia de la hipotética experiencia de llegar tarde a su destino de vacaciones, no se habrá perdido el comienzo de la Nueva Tierra. Estarás allí primero, con todos los demás. Cuando alguien pregunta: "¿Recuerdas cuando Dios hizo la Nueva Tierra y sacó a la Nueva Jerusalén del cielo y vino a habitar entre nosotros en el nuevo mundo que él construyó para nosotros?" todos asentiremos con la cabeza y diremos: "Claro, lo recuerdo, ¿cómo podría olvidarlo? ¡Estaba allí!" ¿Cómo será para aquellos que murieron débiles y ancianos dar sus primeros pasos en sus cuerpos resucitados? En The Last Battle de CS Lewis, al entrar en el cielo, Lord Digory dice que él y Lady Polly han quedado "sin rigidez". Agrega: "Dejamos de sentirnos viejos". Espero ver a mi madre y mi padre "sin rigidez" de nuevo, ¡y estar completamente sin rigidez! 274 Qué glorioso será para los nietos y abuelos, y bisnietos y bisabuelos que nunca se conocieron antes, disfrutar juntos de la juventud en las ciudades, los campos, las laderas y las aguas de la Nueva Tierra. Caminar juntos, descubrir juntos, sorprenderse juntos y alabar a Jesús juntos. ¿TESTIMOS JUNTOS LA NUEVA CREACIÓN DE DIOS? En The Magician's Nephew, CS Lewis retrata a dos niños, algunos adultos y un caballo transportado desde la Tierra a un lugar desconocido. Es la oscuridad y el silencio que precede al día de la creación de Narnia. Observan maravillados cómo este hermoso y nuevo mundo está magistralmente formado por el creador, el león asiático, que lo hace realidad. 275 Dios le preguntó a Job: "¿Dónde estabas cuando puse los cimientos de la tierra? ... ¿En qué se establecieron sus bases, o quién puso su piedra angular, mientras las estrellas de la mañana cantaban juntas y todos los ángeles gritaban de alegría?" (Job 38:4-7). La imagen es de ángeles, seres creados, presenciando la creación de Dios de la primera Tierra. Creo que la Escritura deja en claro que tendremos el privilegio que experimentaron los personajes ficticios de The Magician's Nephew y los verdaderos seres angelicales que presenciaron la creación de la primera Tierra: realmente presenciaremos la creación de la Nueva Tierra. En la visión de Juan, después de ver la resurrección de la humanidad, vio "un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían fallecido ... Vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de Dios "(Apocalipsis 21:1-2). Aunque las Escrituras no afirman esto, la creación de la Nueva Tierra podría desarrollarse en etapas tal como lo hizo la creación de la antigua Tierra. La primera Tierra era cruda e inhabitable, oscura y vacía (Génesis 1:2). Entonces Dios creó la luz, y en los días siguientes creó agua, cielo, nubes, tierra seca, vegetación, plantas y árboles con semillas, sol, luna y estrellas, y todo el cielo celestial. Luego hizo las criaturas marinas, las aves y el resto de los animales, domésticos y salvajes. Finalmente, él formó al hombre. Dios puede formar la tierra de la Nueva Tierra directamente de la vieja. Puede formar las aguas de lo nuevo a partir de lo viejo. Romanos 8 implica que él formará las plantas y animales de la Nueva Tierra a partir de la vieja Tierra, así como él formará nuestros cuerpos resucitados a partir de material genético de los viejos. Esta vez, sin embargo, la nueva humanidad preexistirá la Nueva Tierra. Pero como lo hizo para Adán y Eva, Dios lo preparará para nosotros antes de pisarlo. Quizás en el sexto día de la nueva creación, en lugar de formarse del polvo para comenzar la civilización, nuevos hombres y mujeres, que han visto la nueva creación, serán derribados en la gran ciudad para establecerse en la Nueva Tierra, para continuar y expandir la civilización a la gloria de Dios. Tal vez veremos a Dios en el trabajo durante otra semana creativa, contemplando sus maravillas que se desarrollan una por una. Por supuesto, dado que la formación de la Nueva Tierra es una resurrección de la vieja Tierra, no una creación de la nada, su creación puede ser instantánea. De cualquier manera, será espectacular, y veremos y ooh y aah y aplaudiremos. Así como Dios le presentó a Eva a Adán en el Edén, él llevará a la novia de Cristo al segundo Adán, Cristo, en la Nueva Tierra. Contemplaremos la maravillosa creación de la Nueva Tierra, y luego descenderemos para vivir en ese lugar, reinando para siempre con nuestro amado Rey Jesús. C A P I T U L O 37 ¿CÓMO NOS RELACIONAREMOS CON LOS DEMÁS? ¿Las relaciones con las personas serán menos importantes para nosotros en el Cielo de lo que son ahora? Si la razón por la que valoramos una relación se deriva del pecado y la Maldición, por supuesto, no querríamos formar parte de ella de esa manera malvada. Pero en la Nueva Tierra, todas las relaciones estarán enraizadas en la justicia. Más que nunca, valoraremos las relaciones humanas que nos atraigan hacia Dios. La alegría proviene de experiencias compartidas, como lo atestigua cada grupo de lectura, club de fans u organización social. Recuerdo un fin de semana que pasé en un centro de conferencias en lo alto de una colina, en un bosque espeso. La vista desde la montaña era impresionante. ¿Entonces qué hice? Después de diez minutos de disfrutarlo y agradecerle a Dios por ello, llamé a mi esposa. Entonces mis hijas. Entonces mi amigo Steve. Solo quería compartir la alegría con los que amaba. Dios nos diseñó para necesitar a otras personas. Estamos hechos a su imagen, y él mismo es una pluralidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. "Entonces Dios dijo: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza'" (Génesis 1:26). Padre, Hijo y Espíritu se complacen en la compañía del otro. Jesús habló a su Padre mientras estaba "lleno de gozo por medio del Espíritu Santo" (Lucas 10:21). Del mismo modo, Dios nos ha creado para disfrutar de su compañía y de la de los demás. Cualquier visión de la vida futura que no involucre a una sociedad de seres humanos en una relación significativa niega el decreto de Dios de que no es bueno para los seres humanos estar sin otros de su clase. También niega innumerables pasajes de las Escrituras que revelan claramente la sociedad humana en la Nueva Tierra (por ejemplo, Apocalipsis 21:24-26; 22:2). ¿CÓMO TRATAREMOS A LOS DEMÁS? Experimentaremos lo mejor de las relaciones humanas, sin ninguna de las peores. Las cargas y tragedias de la vida serán quitadas de nosotros. Seremos libres de lo que desagrada a Dios y daña las relaciones. No hay clínicas de aborto ni salas de psiquiatría. No hay niños desaparecidos. Sin violación ni abuso. No hay centros de rehabilitación de drogas. No intolerancia, asaltos o asesinatos. Sin preocupaciones, depresión o crisis económicas. No guerras No hay desempleo. Sin angustia por el fracaso y la falta de comunicación. Sin pretensiones ni con máscaras. No hay camarillas. No hay agendas ocultas, ofertas de trastienda, traiciones, ambiciones secretas, tramas o esquemas. Imagine las comidas llenas de historias, risas y alegría sin temor a la insensibilidad, comportamiento inapropiado, ira, chismes, lujuria, celos, sentimientos heridos o cualquier cosa que eclipse la alegría. Eso será el cielo. Jonathan Edwards anticipó las alegres relaciones del Cielo: Ningún habitante de ese mundo bendecido se sentirá afligido con la idea de que son despreciados por aquellos que aman, o que su amor no se devuelve total y con cariño. . . . No habrá tal cosa como adulación o falta de sinceridad en el cielo, pero la sinceridad perfecta reinará en todo. Todos serán exactamente lo que parece ser, y realmente tendrán todo el amor que parece tener. No será como en este mundo, donde comparativamente pocas cosas son lo que parecen ser, y donde las profesiones a menudo se hacen a la ligera y sin sentido. Pero allí, cada expresión de amor vendrá desde el fondo del corazón, y todo lo que se profesa se sentirá real y verdaderamente. 276 ¿TODAS LAS PERSONAS SERÁN IGUALES? Todas las personas tienen el mismo valor, pero difieren en dones y desempeño. Dios es el creador de la diversidad y la diversidad significa "desigualdad" de los dones (1 Corintios 12:14-20). Debido a que Dios promete recompensar a las personas de manera diferente de acuerdo con sus diferentes niveles de fidelidad en esta vida, no debemos esperar igualdad de posesiones y posiciones en el Cielo. Si todos fueran iguales en el Cielo en todos los aspectos, significaría que no tendríamos modelos a seguir, héroes, nadie a quien admirar, ni emoción de escuchar palabras sabias de alguien a quien admiramos profundamente. No soy igual a Hudson Taylor, Susanna Wesley, George Mueller o CS Lewis. Quiero seguir sus ejemplos, pero no necesito ser sus iguales. No hay razón para creer que todos seremos igualmente altos o fuertes o que tendremos los mismos dones, talentos o capacidades intelectuales. Si todos tuviéramos los mismos regalos, no serían especiales. Si puedes hacer algunas cosas mejor que yo, y yo que tú, entonces tendremos algo que ofrecernos. Vivimos en una cultura que adora la igualdad, pero erramos cuando reducimos la igualdad a la igualdad. Es ilógico suponer que todos en el Cielo podrán componer un concierto con la misma habilidad o lanzar una pelota tan lejos como todos los demás. En un mundo perfecto, Adán era más grande y más fuerte que Eva, y Eva tenía belleza, sensibilidad y habilidades que Adam no tenía. En otras palabras, la diversidad, no la conformidad, caracteriza un mundo perfecto. Podemos sentarnos por horas escuchando el conversación interesante de un sabio hombre. . . . Si estos placeres son tan exquisitos aquí abajo, donde, después de todo, los más sabios saben tan poco, qué diremos de esos mismos placeres en el cielo? J. BOUDREAU La Escritura es clara en que tendremos diferentes recompensas y posiciones en el Cielo, de acuerdo con nuestro servicio fiel en esta vida. Dado que todos serán felices, ¿cuál podría ser la naturaleza de estas diferencias? Jonathan Edwards dijo: "Los santos son como tantos recipientes de diferentes tamaños arrojados a un mar de felicidad donde cada recipiente está lleno: esta es la vida terrenal, para que un hombre tenga su capacidad llena. Pero después de todo, queda en manos de Dios placer soberano, es su prerrogativa determinar la amplitud del buque ". 277 Una jarra de cerveza y una jarra de un cuarto pueden estar llenas, pero la jarra más grande contiene más. Del mismo modo, en el Cielo, todos nosotros estaremos llenos de alegría, pero algunos pueden tener una mayor capacidad de alegría, al haber sido estirados a través de su dependencia de Dios en esta vida. John Bunyan lo dijo bien: "El que está más en el seno de Dios, y quien actúa por él aquí, es el hombre que podrá disfrutar más de Dios en el reino de los cielos". ¿TENEMOS PRIVACIDAD? Algunas personas entienden el Cielo como un lugar de vida comunitaria completa, donde siempre estaremos con otros y no habrá privacidad. Las Escrituras hablan de tener nuestras propias viviendas individuales, lo que indica privacidad (Lucas 16:9). En el contexto de la Nueva Tierra, Dios dice: "A sus siervos les dará otro nombre" (Isaías 65:15). De manera similar, Jesús dice: "También le daré una piedra blanca con un nuevo nombre escrito, conocido solo por el que la recibe" (Apocalipsis 2:17). Un nombre conocido solo por el receptor y Dios es privado, lo que indica que Dios se relacionará con nosotros como individuos, no solo como un gran grupo. CS Lewis preguntó: "¿Qué puede ser más propio de un hombre que este nuevo nombre que, incluso en la eternidad, sigue siendo un secreto entre Dios y él? ¿Y qué entendemos por este secreto? Seguramente, cada uno de los redimidos sabrá y alabará para siempre algún aspecto de la belleza divina mejor que cualquier otra criatura. ¿Por qué si no fueron creados los individuos, sino que Dios, amando a todos infinitamente, debería amar a cada uno de manera diferente? " 278 Nuestras diferentes personalidades, recompensas, posiciones y nombres en el Cielo hablan no solo de nuestra individualidad sino también de cómo Dios encuentra razones únicas para amarnos. Amo a mi esposa e hijas, y amo diferentes cosas sobre cada uno. Somos como instrumentos únicos, tocados por una orquesta para producir un sonido hermoso, rico en su variedad. Todos tenemos nuestra parte única en glorificar a Dios. Aportamos algo singular y vital al concierto de alabanza. ¿HABRÁ PROPIEDAD PRIVADA? La Teológica Germánica del siglo XIV dice: "En el Cielo no hay propiedad. Si alguno asumiera el cargo de llamarlo suyo, sería arrojado al infierno y se convertiría en un espíritu maligno". 279 Del mismo modo, varios autores cristianos afirman, sin referencias bíblicas, que las personas no poseerán nada en el cielo. Pero, ¿qué pasa con las diferentes viviendas que los creyentes tendrán en el cielo (Lucas 16:4, 9)? ¿Qué pasa con los tesoros que Cristo nos ordenó guardar para nosotros mismos en el cielo (Mateo 6:20)? ¿Qué pasa con las diferentes coronas y recompensas que Dios entregará de acuerdo con nuestras obras (2 Corintios 5:10)? ¿Tu corona será tanto mía como tuya? Por supuesto no. ¿Qué pasa con la piedra blanca que Dios promete dar a los vencedores, con el nuevo nombre del individuo escrito en ella, un nombre que nadie más sabrá (Apocalipsis 2:17)? ¿Tendremos usted y yo la misma posesión de esas piedras o nombres? No. Lo que Dios te dé será tuyo, no mío. El que me da será mío, no tuyo. ¿Esta propiedad es incorrecta o egoísta? No. La propiedad nunca está mal cuando Dios nos distribuye las posesiones que quiere que tengamos. Dios nos dará una herencia en el cielo (Colosenses 3:24). ¿La palabra herencia no significa algo tangible, que nos pertenece? Esta herencia es dada por el Padre al niño individual en reconocimiento del carácter probado y la fidelidad. Dios le prometió a Daniel: "Te levantarás para recibir tu herencia asignada" (Daniel 12:13). Aquellos que sirven a Cristo en la Tierra les están esperando una herencia asignada en el Cielo. Lo que se le haya asignado a Daniel será suyo, no mío o tuyo. Hablando de la Nueva Tierra, Cristo dice: "El que venciere heredará todo esto" (Apocalipsis 21:7). Aquellos fieles al servir a Cristo no vivirán simplemente en el nuevo universo; lo poseerán, gobernándolo para la gloria del último dueño, Dios. El cielo no es una utopía socialista en la que la propiedad privada es malvada. El materialismo, la codicia, la envidia y el egoísmo son pecados; la propiedad no lo es. Un antiguo erudito escribió: "Dios ... es el único Haver". Esto suena espiritual, pero Dios también es un dador. Si él nos da, entonces nosotros también nos convertimos en "havers". 280 Dios posee no solo todo el Cielo sino también todo en la Tierra (Deuteronomio 10:14). Entonces, lo que es "nuestro" es, en última instancia, de Dios. Pero eso es tan cierto aquí y ahora como en el cielo. Que Dios posee lo que sea "mío" y "tuyo" no significa que no haya distinción entre ellos. Los primeros cristianos compartieron generosamente sus posesiones (Hechos 4:32-35). Pero esto nunca negó la propiedad privada. Peter le dijo a Ananías que su propiedad le pertenecía a él antes de que la vendiera, y que el dinero le pertenecía a él después de que la vendió (Hechos 5:4). En el cielo sin duda nos deleitaremos en compartir nuestros tesoros con otros, pero seguirán siendo nuestros tesoros, que Dios nos ha dado generosamente. Jesús dice que aquellos que han administrado adecuadamente los bienes de Dios en la Tierra recibirán la propiedad de los bienes en el Cielo. "Si no has sido confiable con la propiedad de otra persona, ¿quién te dará la tuya propia?" (Lucas 16:12). También nos ordenó: "Almacenen tesoros en el cielo" (Mateo 6:20). Sugirió que al separarnos de los tesoros ahora, los invertimos en el Cielo, donde nos estarán esperando cuando lleguemos. ¿RECUPERAREMOS LAS OPORTUNIDADES RELACIONADAS PERDIDAS? ¿Tiene familiares y amigos con los que desearía poder pasar más tiempo? En el cielo tendrás tiempo ilimitado. Estoy ansioso por pasar tiempo nuevamente con mi amigo de la infancia Jerry, quien murió hace años. Le anticiparse cumplir en el cielo y recoger justo donde lo dejamos 281 Una joven que visitaba a un misionero en Europa del Este le preguntó: "¿No es difícil estar tan lejos de sus hijos [adultos] y perderse eventos importantes en sus vidas?" "Claro", respondió el misionero. "Pero en el cielo tendremos todo el tiempo juntos que queramos. En este momento hay trabajo del reino que debe hacerse". Esta mujer sabe dónde está su verdadero hogar, y que la vida habrá vida real y que las relaciones entre el pueblo de Dios se reanudarán de una manera aún mejor que la que hemos conocido aquí. Es posible que no podamos recuperar las oportunidades que dejamos pasar debido a la infidelidad, pero creo que recuperaremos lo que hayamos dejado pasar para servir fielmente a Dios. Jesús dijo: "Bienaventurados los que ahora tienen hambre, porque estarán satisfechos. Bienaventurados los que lloran ahora, porque se reirán. Bienaventurados los hombres cuando los odian, cuando los excluyen y los insultan ... ese día y salta de alegría, porque grande es tu recompensa en el cielo "(Lucas 6:21-23). Quizás de alguna manera en la Nueva Tierra, las esposas e hijos de los cinco misioneros asesinados por los indios Auca recibirán "tiempo de compensación" con sus seres queridos. Considere a los millones de cristianos que han sufrido y muerto en prisión debido a su fe, que fueron arrebatados de sus familias, privados de oportunidades que ansiaban con hijos, padres y cónyuges. ¿No sería como Jesús recompensarlos en la Nueva Tierra con oportunidades para hacer las cosas que se perdieron, y cosas mucho mejores también? Que encajaría bien con las palabras de Jim Elliot, uno de los cinco misioneros asesinados: "No es tonto el que da lo que no puede guardar para GAM lo que no se puede perder. 282 He guardado muchas cosas en mis manos y he perdido el centro comercial. Pero sea lo que sea han puesto en Dios manos, que aún poseo. MARTIN LUTHER El cielo ofrece más que comodidad; Ofrece compensación. De la misma manera que los hambrientos se llenarán en el cielo y los que lloran se reirán, ¿los que sufren tragedias experimentarán una victoria compensatoria? Tal vez en la Nueva Tierra, mi amigo Greg experimente una forma mayor pero no diferente de la alegría que habría tenido en esta tierra si no hubiera muerto en la adolescencia, empalado en un poste de la cerca. Tal vez toda mi madre se perdió porque murió antes de que nuestras hijas se convirtieran en adultas serán suyas en el cielo. Ella era una fiel sierva de Dios y amaba a sus nietas, que eran muy jóvenes cuando murió. Creo que Dios permitió que mi madre los viera casarse y convertirse en madres, pero un día ella hará más que mirarlos. Creo que es probable que cuando estén juntos en la Nueva Tierra, ella disfrute todo el tiempo que se perdió con ellos, y ellos con ella. Tal vez aquellos que perdieron a bebés por aborto espontáneo, enfermedades y accidentes se les dará tiempo de recuperación en el nuevo mundo. Si un padre muere antes de la boda de su hija y si él y ella son cristianos, entonces él estará allí para la boda final de su hija, con Cristo. Experimentarán una alegría mucho mayor en la Nueva Tierra que la alegría que podrían haber experimentado en la vieja Tierra si hubiera vivido más tiempo. Si él murió antes de que ella se convirtiera en una consumada pianista, puede que la escuche ahora desde el Cielo, pero la escuchará tocar mucho mejor en la Nueva Tierra, y ella lo verá mirándola, deleitándose en su rostro. Si nunca vivió para ver a su hijo creyente jugar baloncesto, no solo lo verá jugar en la Tierra sino que también jugará con él en la Nueva Tierra. Y sus hijos disfrutarán el placer de ver la expresión de total aprobación en el rostro de su padre. . . y la cara de su padre. En la película Babettes Feast, a través de las desgracias de la guerra, Babette se vio obligada a abandonar París, donde había sido una exquisita cocinera gourmet. Terminó como empleada doméstica de dos mujeres que dirigían un pequeño grupo de creyentes austeros que desaprobaban cosas tan mundanas como la buena cocina. Babette obtiene una gran suma de dinero y lo gasta todo en una sola cena ofrecida a las hermanas mayores que ha amado. Es una imagen de la gracia extravagante de Dios. Babette se da cuenta de que nunca más podrá darse el lujo de hacer un regalo o preparar una comida. Conmovida por la generosidad de Babette, Phillipa, una cantante talentosa que tuvo pocas oportunidades de desarrollar su don, la consuela: "Babette, este no es el final; estoy seguro de que no lo es. En Paradise serás el gran artista que Dios quiso decir ¡tú serás! ... ¡Oh, cómo deleitarás a los ángeles! " 283 Para aquellos que conocen a Dios, este sentimiento es bíblico. Es un Dios que redime las oportunidades perdidas, especialmente las pérdidas a través de nuestro servicio fiel. Creo que una vez que se levante la Maldición y se revierta la muerte para siempre, podremos vivir muchos de los "podríamos haber sido" extraídos de nosotros en esta vieja Tierra. Creo que es probable que dos amigos que siempre soñaron con ir a un lugar especial, pero nunca lo lograron, puedan ir a ese lugar en la Nueva Tierra. Y el hombre que no podía salir de su silla de ruedas para andar en bicicleta con su hijo nunca volverá a perder esa oportunidad. ¿CÓMO SERÁN NUESTRAS REUNIONES? En The Last Battle, Lewis representa maravillosas reuniones en el país asiático, que incluye la Nueva Narnia. Reaparece personaje tras personaje de las historias anteriores, muchas de ellas vistas por última vez siglos o milenios antes: Reepicheep, Puddleglum, Rilian, Caspian, Trumpkin, Bree, Mr. Tumnis y muchos otros. Están juntos de nuevo, muchos se encuentran por primera vez. Lucy y los otros niños están encantados de verlos a todos. Las reuniones y presentaciones siguen y siguen, y el lector no quiere que se detengan. Cuando todos los que se separan por la muerte vuelven a la vida, en cuerpos familiares resucitados en un mundo resucitado familiar y en presencia de su amado asiático, es contagiosamente emocionante. Para nosotros, la última reunión será seguida por un sinfín de aventuras juntos. Es probable que tengamos muchas despedidas temporales seguidas de reuniones absolutamente ciertas. Pero nunca más habrá la separación de la muerte, con su sufrimiento y tristeza. Nunca más nos preguntaremos si veremos a aquellos que amamos. El obispo Ryle aseguró a su rebaño: "Los que pusiste en la tumba con muchas lágrimas están bien guardados: los verás de nuevo con alegría. Créelo, piénsalo, descansa en él. Todo es verdad". 284 C A P I T U L O 38 ¿CÓMO SERÁ LA NUEVA SOCIEDAD DE LA TIERRA? A temperatura ambiente, la música, la literatura, la artesanía, la tecnología, ropa, joyas, la educación, la preparación a todos los alimentos son parte de la sociedad o la cultura, que es la realización creativa de portadores de la imagen de Dios. Las creaciones humanas son una extensión de las propias obras creativas de Dios porque él nos creó para reflejarlo siendo creadores. La humanidad glorifica a Dios tomando lo que Dios hizo de la nada y transformándolo en lo que es para el bien de la humanidad y la gloria de Dios. El universo entero, incluidos los ángeles y las criaturas vivientes en el cielo, debe mirar nuestro ingenio creativo, nuestros logros artísticos y ver a Dios en nosotros, sus portadores de imágenes. Si eso es cierto ahora, ¿cuánto más será cierto cuando no hay nada en nosotros que lo deshonre? Deberíamos esperar que la dinámica social de la vieja Tierra se traslade a la Nueva Tierra, excepto cuando son producto de nuestra caída o cuando Dios revela lo contrario. Es cierto que con los motores han llegado la contaminación y las muertes. Con la impresión y la publicación han llegado libros y revistas impíos. Con la televisión ha llegado la glorificación de la inmoralidad y el materialismo. Las computadoras han llevado a la pornografía en Internet. Con la división del átomo vino una bomba destructiva y la pérdida de vidas humanas. Con los avances médicos han llegado el aborto y la eutanasia. Sin embargo, ninguno de estos subproductos negativos es intrínseco a los avances culturales en sí mismos. Imagina esos avances utilizados únicamente para propósitos justos, sin pecado para contaminarlos. Lo que estás imaginando es la Nueva Tierra. ¿TENDREMOS IDENTIDADES ÉTNICAS Y NACIONALES? El teólogo Abraham Kuyper dijo: "Nos resulta extremadamente difícil formar una idea del estado social en el cielo". Si por "cielo" Kuyper se refería al Cielo presente, estaba en lo correcto. Las Escrituras nos dan imágenes y sugerencias, 285 ciertamente, pero no son concluyentes. Pero si por "cielo" se refería al Cielo eterno, estaba equivocado. Se nos muestra que el Cielo eterno, en la Nueva Tierra, será un entorno físico con personas físicas que trabajan, comen, conversan y ocupan puestos de autoridad. Las personas viven tanto dentro como fuera de la ciudad, entran en sus hogares, viajan y adoran juntas. Los líderes de las naciones traerán el esplendor de las diferentes culturas a la ciudad donde Jesucristo reinará en el trono. Estos son solo algunos de los indicadores de nuestro "estado social" en el Cielo. ¿Tendremos identidades étnicas y nacionales? Si. ¿El Jesús resucitado es judío? ¿Sabremos que es judío? Por supuesto. Nuestro ADN resucitado será intachable, pero preservará nuestras singularidades diseñadas por Dios, raciales y de otro tipo. Los ancianos le cantan al Cordero: "Tú eres digno ... Tu sangre ha rescatado a las personas para Dios de todas las tribus y lenguas y pueblos y naciones. Y has hecho que se conviertan en el Reino de Dios y sus sacerdotes. Y reinarán sobre la tierra "(Apocalipsis 5:9-10, NTV). ¿Quién servirá como reyes y sacerdotes de la Nueva Tierra? No personas que antes pertenecían a todas las tribus, idiomas, personas y naciones. Sus distinciones no se borran, sino que continúan en el Cielo intermedio y luego en el Cielo eterno. La tribu se refiere al clan de una persona y al linaje familiar. La gente se refiere a la raza. Nación se refiere a aquellos que comparten una identidad y cultura nacional. El teólogo holandés Herman Bavinck dijo de la Nueva Tierra: "Todas esas naciones, cada una de acuerdo con su propio carácter nacional distintivo, traen a la nueva Jerusalén todo lo que han recibido de Dios en el camino de la gloria y el honor". 286 Al igual que la actual Jerusalén terrenal, la Nueva Jerusalén será un crisol de diversidad étnica. Pero a diferencia de la ciudad actual, los grupos en la Nueva Jerusalén estarán unidos por su culto común al Rey Jesús. Se deleitarán en las diferencias del otro, nunca se resentirán ni se asustarán por ellas. Desafortunadamente, en este mundo bajo la Maldición, a menudo hay hostilidad entre razas y naciones. Están divididos por el pecado, intolerantes a las diferencias en apariencia, idioma y cultura. Hablando de la división racial entre judíos y gentiles, Pablo dice: "Porque [Cristo] mismo es nuestra paz, quien ha hecho a los dos y ha destruido la barrera, el muro divisorio de hostilidad ... Su propósito era crear en él mismo un hombre nuevo de los dos, haciendo así la paz, y en este cuerpo para reconciliarlos a ambos a través de la cruz, por la cual él mató su hostilidad "(Efesios 2:14-16). Cristo murió por nuestros pecados de racismo. Su trabajo en la cruz mató el racismo. La redención de la humanidad y la tierra incluirá la redención de las relaciones humanas y la unión de diferentes grupos de personas en Cristo. Los grupos racistas que pretenden ser cristianos son lo opuesto a los cristianos. No habrá prejuicios raciales en el cielo. No habrá ilusiones de superioridad racial o nacional, ni disputas sobre las fronteras. Algunos estudiosos sostienen que la imagen de Dios tiene una dimensión corporativa: "No hay un individuo o grupo humano que pueda soportar o manifestar completamente todo lo que está involucrado en la imagen de Dios, por lo que hay un sentido en el que esa imagen es colectiva poseído. La imagen de Dios es, por así decirlo, repartida entre los pueblos de la tierra. Al observar a diferentes individuos y grupos, podemos vislumbrar diferentes aspectos de la imagen completa de Dios ". 287 Si esto es cierto, y creo que puede serlo, entonces el racismo no es solo una injusticia hacia las personas sino también un rechazo de la naturaleza misma de Dios. En la Nueva Tierra nunca celebraremos el pecado, pero celebraremos la diversidad en el sentido bíblico. Nunca trataremos de mantener a la gente fuera. Les daremos la bienvenida, ejerciendo la hospitalidad con cada viajero. La paz en la Tierra estará enraizada en nuestro gobernante común, Cristo Rey, quien solo es la fuente de "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres con quienes está complacido" (Lucas 2:14, NASB). La paz en la Tierra se logrará no mediante la abolición de nuestras diferencias sino mediante una lealtad unificadora al Rey, una lealtad que trascienda las diferencias y se enriquezca con ellas. Los reyes y líderes de las naciones se unirán porque comparten la justicia del Rey, y ellos, con él, se regocijarán en sus diferencias como un tributo a su creatividad y carácter multifacético. ¿QUÉ IDIOMAS HABLAREMOS? ¿Habrá un idioma central en el cielo, un idioma que todos hablemos y entendamos? (La Iglesia de la Alianza Evangélica en la que me convertí en cristiano afirmó que sería sueco). Las Escrituras dicen de aquellos con diferentes idiomas: "Clamaron en voz alta" (Apocalipsis 7:10). Esta singular "voz" implica un lenguaje compartido. Este podría ser un idioma comercial, el equivalente del cielo al swahili o inglés, segundos idiomas que muchos conocen además de sus idiomas nativos, lo que les permite comunicarse. O el lenguaje común podría ser nuestro principal. Quizás es un lenguaje universal que Dios nos otorga sin tener que aprenderlo. No hay indicios de que Adán y Eva tuvieran que aprender el idioma de Edén, aunque sin duda su vocabulario se expandió con el uso. Podemos tener una experiencia similar en el cielo. Dios dice de muchas naciones diferentes: "Tú los has hecho para ser un reino" (Apocalipsis 5:10). Un reino, un mundo, un gobierno. Esto implica un idioma central compartido. Dios podría permitirnos entender todos los idiomas, incluso si no podemos hablarlos. (La ciencia ficción retrata esto con un "traductor universal"). Pero las Escrituras parecen sugerir más. La cuenta de Babel ofrece pistas sobre la importancia del lenguaje compartido en una sociedad ideal. "Ahora todo el mundo tenía un idioma y un discurso común ... Luego dijeron: 'Ven, construyamos una ciudad, con una torre que llegue al cielo, para que podamos hacernos un nombre'. ... El Señor dijo: 'Si como personas que hablan el mismo idioma han comenzado a hacer esto, entonces nada de lo que planeen hacer será imposible para ellos' "(Génesis 11:1,4,6). Entonces Dios confundió su idioma y los dispersó, por lo que su gran ciudad quedó inacabada. Tenga en cuenta que todas las personas originalmente compartían un idioma, lo que les permitió cooperar juntos en grandes logros. Pero debido a que estaban unidos en la auto-glorificación en lugar de la glorificación de Dios, abrazaron una unidad falsa que habría potenciado una mayor rebelión y autodestrucción. Debido a que las personas no estaban unidas en torno a su propósito diseñado por Dios para gobernar la tierra para su gloria, Dios eliminó una fuente de su unidad y poder destructivos: su lenguaje compartido. Al revertir la Maldición, Dios revertirá a Babel. En lugar de que la gente construya una ciudad para su gloria, Dios construirá una ciudad para ellos, uniéndolos para su gloria. En Génesis 11, la gente intentó conectar la Tierra al Cielo con su ciudad, haciendo del Cielo uno con la Tierra. En Apocalipsis 21, Dios trae el Cielo a la Tierra, en su ciudad, haciendo de la Tierra una con el Cielo. Una vez que la humanidad se haga justa y se le confíe la administración de la Nueva Tierra, es probable que Dios vuelva a restaurar un lenguaje común (tal vez el mismo que el del Edén, que aparentemente existió hasta Babel). ¿Por qué? Para facilitar la comunicación, no frustrante, y para mejorar la cooperación y los logros culturales. Este lenguaje común haría que "nada de lo que planeen hacer sea imposible para ellos" (Génesis 11:6). Cuando el corazón humano es malo, eso es malo; cuando el corazón humano es justo, eso es bueno. En la Nueva Tierra, todo lo que proponemos hacer será para la gloria de Dios y nuestro bien. Dios ya no necesitará protegernos de nosotros mismos. Nunca nos uniremos para destruir y explotar, solo para crear y mejorar. Un idioma compartido probablemente será el regalo de Dios para empoderarnos. No obstante, parece probable que, además de nuestro lenguaje común, mantengamos nuestros idiomas actuales. Aunque la confusión de idiomas en Babel fue originalmente una maldición, las reuniones en el cielo de personas de todas las naciones, tribus e idiomas muestran que Dios unirá para siempre a las personas divididas en Babel, no eliminando sus diferencias, sino eliminando el pecado, la sospecha y hostilidad. Algunos argumentan desde el relato de Babel que la existencia de una variedad de naciones e idiomas es una aberración del ideal de Dios. Por lo tanto, concluyen, no tiene sentido que haya más de una nación en la Nueva Tierra. Pero esta perspectiva no tiene en cuenta la capacidad de Dios para lograr sus propósitos, incluso a través de la rebelión humana. Es Dios (no el pecado humano o una maldición) a quien se le da crédito por la creación de naciones: "De un hombre hizo a cada nación de hombres, para que habitaran en toda la tierra; y determinó los tiempos establecidos para ellos y los lugares exactos donde deberían vivir "(Hechos 17:26). Incluso si desafía nuestra lógica (aunque en mi opinión no debería), la Escritura es explícita sobre el hecho de que habrá diferentes naciones y reyes de esas naciones en la Nueva Tierra (Apocalipsis 21:24-26). Si hablarán diferentes idiomas es una cuestión de opinión, pero la existencia de diferentes naciones se revela directamente. Al comprender otros idiomas, ampliaremos nuestra visión de Dios. "¿Es posible que en el cielo tengamos una palabra o palabras para 'adoración' que incluyan todas las connotaciones de todos los idiomas del mundo?" Creo que es probable. 288 La diversidad de idiomas ofrece una gama más amplia de oportunidades para glorificar a Dios: "¡Los escuchamos declarando las maravillas de Dios en nuestras propias lenguas!" (Hechos 2:11). En el cielo, podemos escuchar a las personas usar una determinada palabra de su idioma para describir uno de los atributos de Dios, y de repente podemos responder: "¡Sí, eso es! ¡Eso es lo que estaba tratando de entender!" ¿En el cielo los camboyanos juntarán sus manos y saludarán con la cabeza? ¿Los keniatas bailarán con sus tambores distintivos? ¿Los argentinos amarán el fútbol? ¿Los cubanos hablarán español y los británicos hablarán inglés y los brasileños hablarán portugués? ¿Por qué no lo harían? No seremos omniscientes, por lo que es dudoso que sepamos todos los idiomas. Pero ciertamente podríamos aprenderlos mucho más rápido. Aquellos de nosotros que no son naturalmente dotados en idiomas pueden estar asombrados de nuestras habilidades. Los expertos en idiomas, incluidos los traductores, pueden ver sus habilidades retomar donde las dejaron y desarrollarse aún más a tasas sin precedentes. Tendrán la eternidad para aprender tantos idiomas como deseen. ¿Para qué servirán los diferentes idiomas en la Nueva Tierra? Conocer un idioma es parte de comprender quiénes son las personas y cómo es su cultura. A medida que desarrollamos nuevas amistades en el cielo, podríamos disfrutar aprendiendo el primer idioma de las personas para conocerlas mejor. Tal vez en unos días o semanas podamos entender nuevos idiomas. Tal vez durante el transcurso de una conversación en la cena, aprendamos constantemente el idioma de los nuevos amigos, creando un vínculo y aprecio por ellos y su cultura y nuestro Dios. ¿TENDRÁ EL CIELO REPRESENTANTES DE TODAS LAS TRIBUS Y LENGUAS? Las tribus, los pueblos y las naciones harán su contribución particular al enriquecimiento de la vida en la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 5:9; 7: 9; 21:2426). Daniel profetizó que al Mesías se le "daría dominio y gloria y un reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran" (Daniel 7:14, NVI). Así como la diversidad de dones de la iglesia sirve al bien de los demás (1 Corintios 12:7-11), nuestra diversidad servirá al bien de todos en el nuevo universo. Cornelius Venema escribió: "Nada de la diversidad de las naciones y los pueblos, sus productos culturales, idiomas, artes, ciencias, literatura y tecnología, en la medida en que sean buenos y excelentes, se perderá en la vida de la nueva creación". 289 Considere cómo será ver a los masai de Kenia, los dinka de Sudán, los hmong, athabaskanos, tibetanos, aucanos, islandeses, macedonios, moldavos, marroquíes y peruanos. Cientos de naciones, miles de grupos de personas se reunirán para adorar a Cristo. Y muchos distintivos nacionales y culturales, no afectados por el pecado, continuarán para la gloria de Dios. Dios saca el bien incluso del mal. Su juicio sobre Babel logró su buen propósito de crear una diversidad de naciones e idiomas, lo que le daría gloria a través de la obra redentora de Cristo. "De un hombre hizo a cada nación de hombres, para que habitaran en toda la tierra; y determinó los tiempos establecidos para ellos y los lugares exactos donde deberían vivir" (Hechos 17:26). Las naciones no son ideas de último momento o accidentes. Aunque Israel ha sido la niña del ojo de Dios, las Escrituras están llenas de afirmaciones de que el deseo de Dios es ser glorificado en todas las naciones de la tierra. Dios prometió hacer de Abraham "el padre de muchas naciones" y le dijo "a través de tu descendencia todas las naciones de la tierra serán bendecidas" (Génesis 17: 4; 22:18). Los eruditos hacen varias distinciones teológicas entre Israel y la iglesia, pero la Nueva Jerusalén incluye "las doce tribus de Israel" (Apocalipsis 21:12) y también se llama la novia de Cristo, que es la iglesia (Apocalipsis 21 9). Pablo le dice a la iglesia en Galacia, "la Jerusalén que está arriba ... es nuestra madre" (Gálatas 4:26). Dios tiene una novia, sin embargo, ella consiste en una amplia diversidad de personas que serán sanadas de sus divisiones mientras mantienen sus distintivos, testificando la riqueza de su Creador. A través de la revelación general, Dios ha dado a conocer su presencia en grupos de personas y culturas: "En el pasado, dejó que todas las naciones siguieran su propio camino. Sin embargo, no se ha dejado sin testimonio" (Hechos 14:16-17). Dios no es una deidad tribal. Él trasciende todas las culturas, pero es evidente en todas. Cada cultura tiene un recuerdo de una época en que las personas sabían de Dios. Considere, por ejemplo, el antiguo idioma chino. El carácter que significa "crear" consiste en otros caracteres para "hablar", "polvo", "vida" y "caminar". El carácter que significa "diablo" consiste en "secreto", "hombre" y "jardín". El carácter que significa "bote" combina los de "vaso", "ocho" y "personas", muy sugerentes del arca de Noé. Los creyentes chinos consideran estos y muchos otros ejemplos como evidencia de que su idioma de cinco mil años se remonta a una época en que las verdades bíblicas eran bien conocidas en su cultura. 290 Que Dios redimirá a las personas de todas las tribus e idiomas sugiere que tiene un interés especial en el trabajo de traducción de la Biblia, el amplio alcance internacional de la película JESÚS y todos los esfuerzos de la misión, especialmente hacia grupos de personas no alcanzadas. Cuando veamos el alcance y la diversidad de la redención de Cristo, lo alabaremos. Cuando imaginamos en nuestras mentes lo que la Escritura nos dice acerca de las personas, naciones y culturas resucitadas en una Tierra resucitada, en un universo resucitado, pensaremos en pensamientos más grandes de Dios. ¿LAS CULTURAS ANTIGUAS SERÁN RESURRECTADAS A LA NUEVA TIERRA? Al regreso de Cristo, la tierra será sanada de las heridas del pecado. Estos incluyen no solo los desechos tóxicos y la contaminación química, sino también la contaminación cultural y moral. La curación de las heridas implica el regreso a una condición original. Si nuestros nuevos cuerpos se parecerán lo suficiente a los viejos como para ser reconocibles, ¿no sugiere esto que la Nueva Tierra se parecerá lo suficiente a la vieja Tierra para que podamos reconocerla? La Nueva Tierra seguirá siendo la misma Tierra que el nuevo nosotros aún seremos nosotros. Nuestros cuerpos de resurrección tendrán nuestros ojos, oídos, boca y nariz. Al igual que el cuerpo de Cristo, el nuestro mantendrá sus características distintivas. Si nuestros nuevos cuerpos se corresponderán tan estrechamente con los actuales, ¿no se corresponderá exactamente la Nueva Tierra con el presente? ¿Habrá un Nuevo Monte Saint Helens y un Nuevo Himalaya y una Nueva Alaska bajo las nuevas luces del norte? ¿Habrá una Nueva Bermudas, una Nueva Canadá, una Nueva Australia? Mi comprensión de las Escrituras sugiere que la Nueva Tierra incluirá no solo ubicaciones geográficas resucitadas sino también culturas resucitadas. Los reyes de las naciones traerán su tributo, esplendor y gloria a la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:24,26). No habrá una nación sino muchas. Esta referencia nos da una base bíblica para suponer que la mejor cultura, historia, arte, música y los idiomas de la vieja Tierra serán redimidos, purificados y trasladados a la Nueva Tierra. El teólogo Anthony Hoekema sugiere: "Los reyes en esos días eran más que gobernantes políticos; eran los representantes y los portadores de las culturas de las naciones sobre las que gobernaban. John está hablando de las contribuciones culturales y artísticas de varios grupos nacionales que luego han establecido su hogar en la nueva Jerusalén ... [En la vida futura, varios tipos de personas retendrán sus dones únicos. Estos dones se desarrollarán y madurarán sin pecado, y se usarán para producir nuevos productos culturales a la gloria eterna del nombre de Dios ". 291 Como el Cordero de Dios, él dibujará todos los bienes, artefactos e instrumentos de cultura para él mismo; los reyes de la tierra devolverán su autoridad y poder para el Cordero que se sienta sobre el trono; Jesús es quien la sangre ha comprado una multinacional comunidad, compuesta de personas de todos tribu y lengua y nación. Su redentor ministerio. . tiene un alcance cósmico RICHARD MOUW Seguramente estos reyes y culturas que traen su "esplendor" y "gloria" al nuevo mundo, una historia nacional y personal, una identidad étnica y una gran cantidad de costumbres, formas de arte y conocimiento. Todo esto se purificará, pero eso deja mucho espacio para celebraciones culturales distintivas, días festivos, comidas, deportes y muchas costumbres. Hoekema también dice: "El hecho de que no solo se mencionen reyes sino naciones, implica que las diversas contribuciones culturales de diferentes grupos étnicos ya no competirán entre sí, sino que enriquecerán armoniosamente la vida en la Ciudad Santa. Cristo, quien es la lámpara de esa ciudad, entonces atraerá todos estos productos culturales a su servicio, para la gloria de su Padre ". 292 Este entendimiento encaja perfectamente con la visión de Daniel del regreso del Mesías a la Tierra: "Se le dio autoridad, honor y poder real sobre todas las naciones del mundo, para que las personas de todas las razas, naciones y lenguas lo obedecieran" (Daniel 7:14, NLT). Hay una continuidad directa entre los reinos de la vieja Tierra y el Reino eterno de Dios en la Nueva Tierra. Los reinos terrenales no serán destruidos sino "entregados" al pueblo de Dios: "Entonces la soberanía, el poder y la grandeza de los reinos bajo todo el cielo serán entregados a los santos" (Daniel 7:27). Seguramente la grandeza de las naciones que serán entregadas al pueblo de Dios no puede restringirse solo a aquellas naciones que existen al regreso de Cristo. De hecho, la mayoría de las naciones de las que habla Daniel, incluidas Babilonia, Medo-Persia y Roma, desaparecieron hace mucho tiempo. Pero en la amplitud de su obra redentora, creo que Dios resucitará no solo a las naciones modernas sino también a las antiguas, incluidas, por ejemplo, Babilonia y Roma. Creo que es probable que no solo conozcamos a las personas redimidas de las civilizaciones antiguas, sino que también caminemos entre civilizaciones redimidas. ¿Están los antiguos asirios, sumerios, fenicios, babilonios y griegos entre los redimidos de Dios? Sabemos que están, porque ninguna nación, pasada o presente, está excluida de "cada tribu y lengua y pueblo y nación" (Apocalipsis 7:9). En el cielo, Dios ha decidido tener representantes de cada tribu, grupo de personas y cultura. Debido a que las Escrituras nos dicen explícitamente que las naciones resucitadas serán parte de la Nueva Tierra, creo que hay muchas razones para creer que veremos un Egipto resucitado, Roma, India y China, así como también culturas resucitadas de cada parte de la antigua África, América del Sur, América del Norte, Australia, Asia y Europa, incluidas las pequeñas culturas sobre las que actualmente sabemos muy poco. Interpreto "cada tribu e idioma y pueblo y nación" literalmente. Dios escogió personas en naciones predominantemente paganas y las alcanzó enviando hombres y mujeres o ángeles, sueños y visiones. ¿Qué grupos de personas adorarán a Cristo en la Nueva Tierra? Celtas, godos, hunos, lombardos, sajones, vikingos, serbios, croatas, eslovenos, cananeos, hititas, fenicios, sumerios, asirios, persas, mongoles, malayos, aztecas, mayas, incas y muchas otras civilizaciones, antiguas y modernas. Representantes de naciones y culturas que ya no existen hoy serán resucitados, para la gloria de Dios, en una forma purificada que incluye lo que le agrada a Dios y excluye lo que no. ¿Tiene un interés especial en Europa de la Edad Media? Entonces quizás disfrutes desarrollando relaciones con aquellos que vivieron en esa época. Quizás en la Nueva Tierra vivirás en una versión embellecida de su cultura. (No debemos suponer que todas las personas antiguas abrazarían todas las comodidades modernas, incluso cuando se les da la opción). ¿Suena esto especulativo? Lo imagino solo por las propias palabras de las Escrituras. Baso mi observación en los textos que he citado aquí y en otras partes de este libro. No comencé con una vívida imaginación del Cielo, exactamente lo contrario. Estudié las Escrituras sobre el cielo. Solo a lo largo de los años, a lo largo de las décadas, infundieron mi imaginación. Creo que tenemos más que un permiso bíblico para imaginar razas resucitadas, tribus y naciones que viven juntas en la Nueva Tierra; Tenemos un mandato bíblico para hacerlo. Así que cierra los ojos e imagina esas civilizaciones antiguas. No solo lo que eran, sino lo que aún serán. SECCIÓN ONCE ¿QUÉ PASARÁ CON LOS ANIMALES? C A P I T U L O 39 ¿LOS ANIMALES HABITARÁN LA NUEVA TIERRA? La gente a menudo me pregunta si habrá animales en el cielo. Su segunda pregunta, que se discute en el próximo capítulo, es si alguna vez volverán a ver a sus mascotas. Para algunas personas, estas son meras preguntas sentimentales. Para otros, son muy importantes. Los niños especialmente quieren saber las respuestas. ¿Qué les decimos cuando preguntan? Las Escrituras dicen mucho acerca de los animales, retratándolos como los segundos habitantes más importantes de la Tierra. Dios nos confió animales, y nuestras relaciones con los animales son una parte importante de nuestras vidas. Isaías 11: 6-9 habla de una era gloriosa que se avecina en la Tierra, cuando "el leopardo se acostará con la cabra, el ternero y el león y el año junto; y un niño pequeño los guiará. La vaca se alimentará con el oso, sus crías se acostarán juntas, y el león comerá paja como el buey. El bebé jugará cerca del agujero de la cobra, y el niño meterá su mano en el nido de la víbora. No dañarán ni destruirán a todo mi monte santo, porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor como las aguas cubren el mar ". Algunos intérpretes sostienen que este pasaje habla solo del Milenio, pero como hemos visto, Isaías anticipa un Reino eterno de Dios en la Tierra. Isaías 65:17 y 66:22 hablan específicamente de la Nueva Tierra. Entre ellos hay una referencia muy similar a la de Isaías 11: "'El lobo y el cordero se alimentarán juntos, y el león comerá paja como el buey ... No dañarán ni destruirán toda mi montaña sagrada, 'dice el Señor "(65:25). ¿Cuándo no habrá más daño en la tierra? No en la vieja Tierra o incluso en el Milenio, que terminará en rebelión y guerra, sino en la Nueva Tierra, donde no habrá más pecado, muerte o sufrimiento (Apocalipsis 21: 4). Estas descripciones de animales que habitan pacíficamente en la tierra pueden tener aplicación en un reino milenario en la vieja Tierra, pero su referencia principal parece ser el Reino eterno de Dios, donde la humanidad y los animales disfrutarán de una Tierra redimida. ¿LOS ANIMALES TIENEN ALMAS? Cuando Dios hizo los animales, hizo "los animales salvajes según su especie, el ganado según su especie y todas las criaturas que se mueven por el suelo según su especie. Y Dios vio que era bueno" (Génesis 1: 25) Los animales eran importantes en el Edén; por lo tanto, a menos que haya revelación de lo contrario, el principio de continuidad sugiere que serán importantes en la Nueva Tierra. Al igual que los humanos, los animales se formaron desde el suelo. "Ahora el Señor Dios había formado de la tierra todas las bestias del campo y todas las aves del aire" (Génesis 2:19). Cuando Dios sopló un espíritu en el cuerpo de Adán, hecho de la tierra, Adán se convirtió en nephesh, un "ser vivo" o "alma" (Génesis 2:7). Sorprendentemente, la misma palabra hebrea, nephesh, se usa para animales y para personas. Se nos dice específicamente que no solo las personas, sino los animales tienen "el aliento de vida" en ellos (Génesis 1:30; 2: 7; 6:17; 7:15,22). Dios hizo animales a mano, vinculándolos tanto con la tierra como con la humanidad. ¿Estoy sugiriendo que los animales tienen almas? Ciertamente no tienen almas humanas. Los animales no son creados a imagen de Dios, y no son iguales a los humanos en ningún sentido. Sin embargo, hay un fuerte caso bíblico para los animales que tienen almas no humanas. No me tomé esto en serio hasta que estudié el uso de las palabras hebreas y griegas nephesh y psique, a menudo traducidas como "alma" cuando se refería a los humanos. {Nephesh se traduce psique en la Septuaginta.) El hecho de que estas palabras se usen a menudo de animales es una evidencia convincente de que tienen almas no humanas. Eso es lo que la mayoría de los cristianos en el pasado creía. En su libro Beyond Death, Gary Habermas y JP Moreland señalan: "No fue sino hasta el advenimiento de la Ilustración del siglo XVII ... que la existencia de almas animales fue cuestionada incluso en la civilización occidental. A lo largo de la historia de la iglesia, La comprensión clásica de los seres vivos ha incluido la doctrina de que los animales, así como los humanos, tienen alma ". 293 No puedo enfatizar lo suficiente que los humanos y los animales son diferentes. Los humanos continúan existiendo después de la muerte, pero ese puede no ser el caso de los animales. Sin embargo, para hacer justicia a las Escrituras, debemos reconocer que las personas y los animales comparten algo único: son seres vivos. Debido a que Dios tiene un plan futuro tanto para la humanidad como para la Tierra, sugiere fuertemente que él también tenga un plan futuro para los animales. ¿POR QUÉ DIOS SALVÓ ANIMALES DE LA INUNDACIÓN? Una de las imágenes más reveladoras del Antiguo Testamento de la obra redentora de Dios es el Diluvio y el arca de Noé. Cuando Dios salvó a las personas de la destrucción del Diluvio, también se cuidó mucho de salvar a los animales, los compañeros y ayudantes del pueblo. Dios le ordenó a Noé: "Debes traer al arca a dos de todas las criaturas vivientes, machos y hembras, para mantenerlos vivos contigo. Dos de cada tipo de pájaro, de cada tipo de animal y de cada tipo de criatura que se mueve la tierra vendrá a ti para ser mantenido vivo "(Génesis 6:19-20). Después del diluvio, Dios hizo un pacto con Noé, y en ese nuevo pacto Dios incluyó animales. Observe el énfasis repetido en los animales: Dios le dijo a Noé y a sus hijos con él: "Ahora establezco mi pacto contigo y con tus descendientes después de ti y con cada criatura viviente que estuvo contigo: las aves, el ganado y todos los animales salvajes, todos los que vinieron fuera del arca contigo, toda criatura viviente en la tierra ... Nunca más habrá una inundación para destruir la tierra ". Y Dios dijo: "Esta es la señal del pacto que estoy haciendo entre tú y yo y cada criatura viviente contigo, un pacto para todas las generaciones venideras ... Recordaré mi pacto entre tú y yo y todas las criaturas vivientes. de todo tipo ... Cada vez que aparezca el arco iris en las nubes, lo veré y recordaré el pacto eterno entre Dios y todas las criaturas vivientes de 'todo tipo ' en la tierra ". Entonces Dios le dijo a Noé: "Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda la vida en la tierra". (Génesis 9:9-17, énfasis agregado) El plan de Dios para una Tierra renovada después del diluvio enfáticamente involucró a los animales. ¿No esperaríamos que su plan para una Tierra renovada después del juicio futuro incluya también a los animales? Si el rescate de la humanidad en el arca es una imagen de la redención, ¿el rescate de los animales en el arca tampoco anticipa su restauración como parte de los propósitos redentores de Dios? En 2 Pedro 3:5-7, vemos un paralelismo directo entre el juicio pasado de Dios sobre la tierra con agua y su juicio futuro con fuego. La humanidad fue juzgada en el Diluvio, y en sus faldas, la mayoría de los animales también perecieron. Ocho seres humanos fueron rescatados del Diluvio para habitar la nueva Tierra posterior al Diluvio, pero Dios no limitó su rescate a las personas. Rescató a representantes de todas las especies animales para ocupar también esta nueva Tierra. Esta es una imagen poderosa de lo que dice Romanos 8: la humanidad, los animales y toda la creación están unidos, no solo en la maldición y el juicio, sino también en la bendición y la liberación. Juntos experimentarán la vida en una Tierra Nueva. Humanos seleccionados, animales, vegetación y características geográficas (incluyendo montañas) fueron preservados por Dios en su juicio por el agua. ¿No deberíamos esperar lo mismo en su juicio de fuego? ¿QUÉ NOS MUESTRA DIOS SOBRE LA IMPORTANCIA DE LOS ANIMALES? Dios usa animales para cumplir sus propósitos. Ordenó a los cuervos que alimentaran a Elijah (1 Reyes 17:4, 6). Él "proporcionó un gran pez para tragar a Jonás" (Jonás 1:17). Envió un pez con una moneda en la boca para enseñar a sus discípulos una lección (Mateo 17:27). Considere la historia de Balaam y su burro (Números 22). Dios envía un ángel para evitar que Balaam haga el mal. Balaam no ve al ángel, pero el burro sí. Se desvía del camino y Balaam la golpea. El burro ve al ángel dos veces más. Cada vez que se desvía, y cada vez que Balaam la golpea. "Entonces el Señor abrió la boca del burro, y ella le dijo a Balaam: '¿Qué te he hecho para que me golpees estas tres veces?'" (V. 28). Significativamente, la redacción no sugiere que Dios ponga palabras en la boca del burro, como en el ventriloquismo; él "abrió la boca del burro", permitiéndole verbalizar lo que parecen ser pensamientos y sentimientos reales. Finalmente, Dios abre los ojos de Balaam para ver al ángel, quien le pregunta: "¿Por qué has golpeado a tu burro estas tres veces? ... Si ella no se hubiera alejado, seguramente ya te habría matado, pero ya me habría ahorrado ella "(Números 22:32-33). Tenga en cuenta que el ángel dice que el burro salvó la vida de Balaam. Si no lo hubiera hecho, el ángel habría matado a Balaam mientras salvaba al burro. Dios a veces protege a los animales mientras juzga a sus amos humanos. Parece que los animales pueden tener pensamientos y sentimientos y pueden responder a las realidades en el ámbito espiritual a las que las personas son ciegas. Además, Dios se preocupa por el bienestar de sus animales y nos hace responsables de ellos. Cuando Dios envió a Jonás a rescatar a Nínive, Dios expresó su preocupación no solo por la gente de Nínive sino también por su "gran cantidad de ganado. ¿No debería preocuparme por esa gran ciudad?" (Jonás 4:11). Después de que Jonás advirtió a Nínive de la destrucción venidera, el rey ordenó a su pueblo: "No dejen que ningún hombre o bestia, rebaño o rebaño prueben nada; no dejen que coman ni beban. Pero que el hombre y la bestia se cubran con cilicio. Dejen que todos invoca urgentemente a Dios "(Jonás 3: 7-8). Se ordenó a las personas y a los animales que ayunaran y se vistieran de cilicio, explícitamente rituales espirituales. El cuidado de Dios por los animales aparece incluso en los Diez Mandamientos: "Seis días a la semana son apartados para sus deberes diarios y trabajo regular, pero el séptimo día es un día de descanso dedicado al Señor su Dios. En ese día nadie en su el hogar puede hacer cualquier tipo de trabajo. Esto incluye a usted, sus hijos e hijas, sus sirvientes, su ganado y cualquier extranjero que viva entre ustedes "(Éxodo 20:9-10, NTV). Los animales también necesitan descansar. Dios talló en piedra su cuidado por ellos. Algunas personas acusan a Dios de faltarle el respeto a los animales debido al sistema de sacrificios. Pero fue solo porque los animales, creados con el soplo de la vida, son tan amados por Dios y la humanidad que califican para el papel representativo más alto imaginable: simbolizando el Redentor mesiánico de Dios. Los corderos a menudo eran mascotas queridas (2 Samuel 12:3). Fue por su valor que su sacrificio reveló el horror del pecado y el exorbitante costo de la redención. Millones de corderos fueron sacrificados en la historia de Israel, cada uno apuntando a la obra redentora de Cristo. ¿CÓMO SE RELACIONARÁN LAS PERSONAS Y LOS ANIMALES? En el relato de la creación de Génesis, Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo. Haré un ayudante adecuado para él" (Génesis 2:18). Dios entonces trajo animales y pájaros al hombre. Solo después Dios creó a la mujer como una ayuda más adecuada. Dios colocó a los animales bajo el cuidado benevolente del hombre: "Gobierna sobre los peces del mar y las aves del aire y sobre toda criatura viviente que se mueva en el suelo" (Génesis 1:28). Esta relación se celebra: "Hiciste que [la humanidad] gobernara sobre las obras de tus manos; pusiste todo bajo sus pies: todos los rebaños y rebaños, y las bestias del campo, las aves del aire y los peces del mar, todos los que nadan en los senderos de los mares "(Salmo 8: 6-8). Dios nos creó para ser mayordomos de los animales. Nos hace responsables de cómo los tratamos. "Los piadosos están preocupados por el bienestar de sus animales" (Proverbios 12:10, NTV). Somos cuidadores de los animales, pero pertenecen a Dios, no a nosotros: "Porque todos los animales del bosque son míos, y yo poseo el ganado en mil colinas. Todos los pájaros de las montañas y todos los animales del campo pertenecen para mí "(Salmo 50: 10-11, NTV). Algunas personas consideran el apego emocional a los animales como un desarrollo moderno. Pero los registros históricos de muchas culturas demuestran lo contrario. El profeta Natán le habló al rey David del pobre hombre que tenía un corderito "que compartía su comida, bebía de su copa e incluso dormía en sus brazos. Era como una hija para él" (2 Samuel 12:3). No hay indicios de que el afecto de este hombre por su mascota fuera inapropiado. David, sin darse cuenta de que se contaba la historia para exponer su propio pecado, respondió enojado que el hombre que robó la preciosa mascota merecía morir. No necesitamos especular cómo Dios podría poblar una Tierra perfecta. Él pobló el Edén con animales, bajo el gobierno de las personas. Dios no comete errores. Hay muchas razones para creer que restaurará este autoproclamado "muy bueno" arreglo en la Nueva Tierra. Deberíamos esperar que la Nueva Tierra sea un lugar donde cumpliremos nuestro llamado a ser fieles gobernantes y mayordomos de los animales. Dios le ordenó a Adán que nombrara a los animales (Génesis 2:19-20). El proceso de denominación implicó una relación personal con el portador del nombre. Tenga en cuenta que Adam no recibió instrucciones de nombrar las plantas, solo su esposa y los animales, lo que indica su relación especial. Eden fue perfecto. Pero sin animales, el Edén no sería el Edén. La Nueva Tierra es el nuevo Edén: el Paraíso recuperado, con la maldición del primer Adán invertido, transformado en la bendición del último Adán (Romanos 5:1415). ¿Quitaría Dios de nosotros en el cielo lo que dio, para deleite, compañía y ayuda, a Adán y Eva en el Edén? ¿Revocaría su decisión de poner animales con personas bajo su cuidado? Dado que creará la Nueva Tierra con personas renovadas, ¿no esperaríamos que él también incluyera animales renovados? ¿LOS ALIMENTOS ALABARÁN A DIOS? A lo largo de las Escrituras leemos que los animales alaban a Dios. No sé exactamente cómo los animales alaban a Dios, pero nuestra incapacidad para entenderlo no debería impedirnos creerlo. Considera los salmos. El Salmo 148 ordena a toda la creación a alabar al Señor, incluidos los animales: "Animales salvajes y todo ganado, pequeñas criaturas y aves voladoras, reyes de la tierra y todas las naciones, ustedes príncipes y todos los gobernantes en la tierra, jóvenes y doncellas, viejos hombres y niños. Alaben el nombre del Señor, porque solo su nombre es exaltado; su esplendor está sobre la tierra y los cielos "(w. 10-13). Si en algún sentido los animales caídos, sombras de lo que alguna vez fueron, pueden alabar a Dios en esta Tierra caída, ¿cuánto más deberíamos esperar que lo hagan en la Nueva Tierra? "Que todo lo que respira alabe al Señor" (Salmo 150: 6). Como se dice que los animales tienen aliento, se incluyen entre aquellos dirigidos a alabar a Dios. Los pasajes en Apocalipsis también indican que los animales alabarán a su creador: "Entonces oí a toda criatura en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y todo lo que hay en ellos, cantando: 'Al que se sienta en el trono ¡Y al Cordero sea alabanza, honor, gloria y poder, por los siglos de los siglos! "(Apocalipsis 5:13). ¿Qué se dice que hacen estas "criaturas"? Cantar alabanzas a Dios en la adoración. Si "toda criatura en el cielo y en la tierra" incluye animales, entonces los animales alaban a Dios. El ejemplo más sorprendente de animales que alaban a Dios en el cielo a menudo se pasa por alto debido a la selección de palabras en nuestras traducciones de la Biblia. En Apocalipsis se nos dice ocho veces "criaturas vivientes" en el Cielo actual: "Día y noche nunca dejan de decir: 'Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, que fue, y es, y que ha de venir. .' .. los seres vivientes dan gloria, honor y gracias al que está sentado en el trono"(Apocalipsis 4:8-9). La palabra traducida "criaturas vivientes" es zoon. En la mayor parte del Nuevo Testamento, la palabra se traduce "animal" y se usa para indicar animales sacrificados en el Templo y animales salvajes e irracionales (Hebreos 13:11; 2 Pedro 2:12; Judas 1:10). En el Antiguo Testamento, la Septuaginta usó zoon para traducir las palabras hebreas para animales, incluidas las "criaturas vivientes" del mar (Génesis 1:21; Ezequiel 47:9). En escritos extrabíblicos, zoon comúnmente se refería a animales ordinarios y se usaba de los animales divinos de los egipcios y el pájaro mitológico llamado Phoenix (1 Clemente 25: 2-3). En prácticamente todos los casos dentro y fuera de las Escrituras, esta palabra significa no una persona, no,. Toda la creación bruta será, entonces, un ángel, pero un animal. Toda la creación bruta entonces, sin duda, ser restaurado, no solo a la vigor, fuerza y rapidez que tenían en su creación, pero a un grado mucho mayor de cada uno de lo que alguna vez disfrutaron. JOHN WESLEY La versión King James, sin lugar a dudas, debe ser restaurada, no solo a las "bestias" de los últimos zoológicos en Apocalipsis, el vigor, la fuerza y la rapidez que tenían, sino las connotaciones negativas de su creación, sino un grado mucho mayor de esa palabra. llevó a los traductores posteriores a decidirse por las criaturas vivientes ". La traducción más natural sería simplemente" animales ". ¡Esa palabra probablemente hubiera sido elegida por los traductores si no le hubiera parecido tan extraño a los lectores imaginar animales hablando alabando a Dios alrededor de su trono! Las "criaturas vivientes" parecen un león, un buey, un hombre y un águila (Apocalipsis 4:7). Parecen ser las mismas criaturas de Ezequiel 1:5-14 y Ezequiel 10:10-14, también llamadas los querubines, que se distinguen de los ángeles (Apocalipsis 15:7). Los querubines se mencionan por primera vez en Génesis 3:24, como los guardianes del Edén. Sus imágenes fueron talladas en oro y colocadas en el Arca del Pacto, lo que indica su cercanía a Dios. De alguna manera hemos logrado comprender que los "seres vivientes" que claman "Santo, Santo, Santo" son animales -Vivir, la respiración, inteligente y articulado animales que habitan en la presencia de Dios, adorando y alabando. Preexistieron y son más grandes que los animales que conocemos. Quizás son las criaturas prototipo del Cielo, después de las cuales Dios diseñó los animales de la Tierra. Pero a pesar de que son muy inteligentes y expresivos, siguen siendo animales; así las llama la Escritura. Cuando comprendamos estos pasajes, veremos el error de la declaración de un escritor: "Claramente, los animales no encajan en el propósito principal del cielo, que es la articulación de la alabanza de Dios". Por el contrario, ¡los seres primarios que se muestran articulando la alabanza de Dios en el Cielo, junto con los ángeles y los humanos (los ancianos), son animales! 294 Aunque los animales terrenales no son capaces de verbalizar alabanzas como lo hacen estos animales en el cielo, los pasajes que hablan de animales terrenales alabando a Dios y la historia del burro de Balaam sugieren claramente que los animales tienen una dimensión espiritual mucho más allá de nuestra comprensión. La Biblia nos dice que los animales, a su manera, alaban a Dios. Al extenderles las bendiciones de la redención de la humanidad, así como él les extendió las maldiciones del pecado de la humanidad, Dios les otorgará un papel importante en la Nueva Tierra. Una vez que reconocemos que las criaturas vivientes son animales, no necesitamos ver otras referencias a los animales en el Cielo actual como figurativas. Por ejemplo, Elijah fue llevado al cielo en un carro tirado por caballos (2 Reyes 2:11). Apocalipsis sugiere que hay caballos en el Cielo presente (Apocalipsis 6:2-8); de hecho, hay suficientes caballos para que cabalguen los vastos ejércitos del cielo (Apocalipsis 19:11-14). También hay caballos invisibles en ejércitos angelicales enviados a la Tierra (2 Reyes 6:17). Estos caballos podrían ser simbólicos, pero como vimos en el capítulo 6, encontramos muchas otras referencias a objetos físicos en el Cielo actual, incluido el cuerpo de resurrección de Cristo. Por lo tanto, es posible que, además de las "criaturas vivientes", tanto los caballos como otros animales puedan estar en el Cielo actual. Sin embargo, incluso si este no es el caso, tenemos muchas razones para esperar que los animales encuentren su mejor hogar en la Nueva Tierra. ¿VEREMOS LOS ATRIBUTOS DE DIOS EN LOS ANIMALES? "Porque desde la creación del mundo, las cualidades invisibles de Dios —su poder eterno y su naturaleza divina— se han visto claramente, entendiéndose de lo que se ha hecho" (Romanos 1:20). A menudo se entiende que este versículo se refiere a estrellas, montañas, lagos y maravillas naturales. Pero no debemos pasar por alto la creación suprema de Dios además de la humanidad: los animales. Las cualidades invisibles de Dios, sus atributos divinos, son evidentes en los animales. Si esto es cierto incluso ahora, ¿cuánto más será cierto en la Nueva Tierra? ¿Cómo será mirar a los leones, estudiarlos, tocarlos y ver su poder, nobleza y realeza? Y ver a Dios en ellos} ¿Cómo será mirar a los corderos y ver su amorosa mansedumbre, mansedumbre y servicio, para reflexionar sobre su papel en los sacrificios del primer pacto, y ver a Dios en ellos} En el Antiguo Testamento, Dios le pregunta a Job: "¿Le das al caballo su fuerza ...? ¿Lo haces saltar como una langosta ...?" Patas ferozmente, regocijándose en su fuerza ... Se ríe de miedo, miedo de nada "(Job 39:19-22). La fuerza, el coraje y la determinación del caballo dan testimonio de esas virtudes en su Hacedor. ¿Qué cualidades de lealtad, devoción, ingenio y determinación veremos en los animales de la Nueva Tierra? ¿Qué aprenderemos de los ratones, iguanas o armadillos? Ciertamente alabaremos a Dios por su creatividad y humor (considere el ornitorrinco). Una vez que se levanta la Maldición, veremos más atributos de Dios en los animales de los que jamás hayamos pensado. Considere lo que se ve en las nutrias, perros e innumerables otros animales: la alegría de Dios. (¿Creías que los seres humanos inventaron el juego por nuestra cuenta?) Por mi parte, he alabado a Dios y me he sentido atraído por el juego, la exuberancia, el amor y la devoción en los perros que he tenido a lo largo de los años. Comunican la belleza de su Creador. Adán, Noé y Jesús son las tres cabezas de las tres Tierras. Cuando Adán fue creado, Dios lo rodeó de animales. Cuando Noé fue liberado del diluvio, Dios lo rodeó de animales. Cuando Jesús nació, Dios lo rodeó de animales. Cuando Jesús establece la Tierra renovada, con hombres y mujeres renovados, ¿no crees que se rodeará de animales renovados? C A P I T U L O 40 ¿LOS ANIMALES, INCLUIDOS NUESTRAS MASCOTAS, VIVIRÁN OTRA VEZ? Cristo proclama desde su trono en la Nueva Tierra: "He aquí, yo estoy haciendo nuevas todas las cosas" (Apocalipsis 21:5, NVI). No solo las personas serán renovadas sino también la tierra y "todas las cosas" en ella. ¿"Todas las cosas" incluyen animales? Si. Caballos, gatos, perros, venados, delfines y ardillas, así como la creación inanimada, serán beneficiarios de la muerte y resurrección de Cristo. El énfasis de Cristo no está en hacer cosas nuevas sino en hacer que las cosas viejas sean nuevas. No se trata de inventar lo desconocido, sino de restaurar y mejorar lo familiar. Jesús parece estar diciendo: "Tomaré todo lo que hice la primera vez, incluidas las personas, la naturaleza, los animales y la tierra misma, y lo traeré de regreso como nuevo, fresco e indestructible". ¿CUÁNTAMENTE ESTÁN Atados LOS ANIMALES A NUESTRA RESURRECCIÓN? ¿Cristo murió por los animales? Ciertamente no en la forma en que murió por la humanidad. Las personas están hechas a imagen de Dios, los animales no. La gente pecaba, los animales no. Como los animales no pecaron, no necesitan un redentor de la misma manera. Pero en otro sentido, Cristo murió por los animales indirectamente porque su muerte por la humanidad compró la redención por lo que fue derribado por el pecado de la humanidad, incluidos los animales. Romanos 8 es explícito sobre este punto: "La creación misma será liberada de su esclavitud para descomponerse y llevada a la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación ha estado gimiendo como en los dolores del parto ... "Nosotros mismos ... gemimos internamente mientras esperamos ansiosamente ... la redención de nuestros cuerpos" (Romanos 8:21-23). Esta es una declaración clara de que nuestra resurrección, la redención de nuestros cuerpos, traerá liberación no solo para nosotros sino también para el resto de la creación, que ha estado gimiendo en su sufrimiento. Esto parece indicar que, en la Nueva Tierra, después de la resurrección de la humanidad, los animales que una vez sufrieron en la vieja Tierra se unirán a los hijos de Dios en una gloriosa libertad de la muerte y la descomposición. Si Dios creara una nueva raza de humanos en la Nueva Tierra, en lugar de criar a las personas que habían vivido en la vieja Tierra, ¿cumpliría la promesa en Romanos 8 de redención, liberación y resurrección? ¿No porque? Para tener sentido, las personas que son redimidas y resucitan en el nuevo mundo deben ser las mismas personas que sufrieron en el viejo mundo. De lo contrario, su anhelo de redención quedaría insatisfecho. Cómo va la humanidad, así van los animales. Si llevamos a sus conclusiones lógicas el paralelismo que hace Pablo entre los gemidos de humanos y animales, entonces al menos algunos de esos animales que sufrieron en la vieja Tierra deben ser sanados en la Nueva Tierra. No es un "animalkind" abstracto lo que grita. Las criaturas que gimen y claman por su resurrección son personas que sufren específicamente y animales específicos. Claman por su liberación, no por la de otro. Creo que esto sugiere que Dios puede rehacer ciertos animales que vivieron en la vieja Tierra. Muchos pasajes indican que Dios traerá juicio sobre "hombres y animales" u "hombre y bestia" debido al pecado de la humanidad (Éxodo 9: 22-25; Jeremías 7:20; 21:6; Ezequiel 14:12-13,17). Las bendiciones de Dios para los justos incluyen bendiciones no solo para sus hijos sino también para la descendencia de sus animales (Deuteronomio 7:13-14; 28:1-4). Esto se ajusta a las palabras que anticipan la venida de Cristo: "Y toda carne verá la salvación de Dios" (Lucas 3:6, NASB). La palabra griega traducida "carne" es sarx. Algunas versiones de la Biblia traducen esto como "toda la gente" o "toda la humanidad", pero la palabra es más inclusiva. "Toda carne" incluye animales. Ellos también contemplarán y se beneficiarán de la obra redentora de Cristo. El Salmo 104 demuestra la íntima participación de Dios con la vida de sus animales y sus propósitos para ellos. El salmo habla de pájaros, ganado, burros salvajes, tejones de roca y leones, diciendo "la tierra está llena de tus criaturas" (v. 24). Habla de "el mar, vasto y espacioso, repleto de criaturas más allá del número, seres vivos grandes y pequeños" (v. 25). Dice: "Todos te miran" (v. 27). Luego el escritor del salmo agrega: "Cuando les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo" (v. 29). Pero luego se nos dice algo sorprendente: "Cuando envías tu Espíritu, se crean, y renuevas la faz de la tierra" (v. 30). El "ellos" parece referirse a los animales que murieron y volvieron al polvo. ¿Qué quiere decir Dios con que envía su Espíritu y los crea? Parece que está hablando de recrear animales después de que hayan muerto. ¿Por qué? Para "renovar la faz de la tierra". Los mismos "ellos" que mueren son los "ellos" que son creados o recreados como parte de la renovación de la tierra (Mateo 19:28). ¿LOS ANIMALES EXTINTOS VIVIRÁN EN LA NUEVA TIERRA? Alguien me escribió: "Mis hijos esperan que los animales extintos estén en el cielo, tal vez incluso los dinosaurios". ¿Es esto simplemente la fantasía de un niño? Creo que es una pregunta basada en una conclusión racional. ¿Eran los dinosaurios parte de la creación original de Dios de un mundo animal perfecto? Ciertamente. ¿La restauración de la Tierra y la redención de la creación de Dios serán lo suficientemente completas como para traer de vuelta a los animales extintos? ¿Se incluirán animales extintos en las "todas las cosas" que Cristo hará nuevas? Veo todas las razones para pensarlo y no hay ningún argumento persuasivo en contra. Creo que deberíamos esperar que los animales y plantas extintos vuelvan a la vida. Al resucitar su creación original, Dios mostrará la totalidad de su victoria sobre el pecado y la muerte. Es evidente que la Maldición que cayó sobre la tierra resultó en la desaparición de algunas especies. Pero Dios promete: "Ya no habrá maldición" (Apocalipsis 22: 3). Y debido a que parece que la Maldición no solo se anulará, sino que se revertirá, parece probable que Dios pueda restaurar animales y plantas extintos en la Nueva Tierra. Los animales son creados para la gloria de Dios. ¿Qué podría hablar más de su asombroso poder que un tiranosaurio? Al hablar con Job, Dios señaló su grandeza revelada en las gigantescas criaturas terrestres y marinas gigantes y leviatán (Job 40-41). ¿Por qué no deberían todas las personas tener la oportunidad de disfrutar de estas grandes maravillas de Dios en la Nueva Tierra? Imagina Jurassic Park con toda la impresionante majestad de esas enormes criaturas, pero nada de su violencia y hostilidad. Imagínese montando un brontosaurio o volando en la parte posterior de un pterodáctilo. A menos que Dios haya cometido un error cuando los creó, y claramente no lo hizo, ¿por qué no los incluiría cuando haga "todo nuevo"? ¿NUESTRAS MASCOTAS SERÁN RESTAURADAS EN LA NUEVA TIERRA? El humorista Will Rogers dijo: "Si no hay perros en el cielo, cuando muera quiero ir a donde fueron". Esta declaración, por supuesto, se basó en el sentimiento, no en la teología. Sin embargo, refleja algo bíblico: un afecto dado por Dios por los animales. Muchas veces le he agradecido a Dios por mi golden retriever, quien, cuando era niño, se metió en mi saco de dormir mientras me recostaba en el patio mirando las estrellas. Aunque no conocía a Dios entonces, él tocó mi vida a través de ese perro. Nanci y yo hemos experimentado muchas horas de risa y alegría en los animales. Ciertamente, las personas pueden llegar a extremos insalubres con sus animales. Aún así, aunque comprensiblemente ponemos los ojos en blanco ante los psicólogos de mascotas o las fincas dejadas a los gatos siameses, deberíamos preguntarnos por qué tanta gente encuentra tanta compañía, consuelo y alegría en sus mascotas. ¿Es por el pecado? Creo que es por cómo Dios ha hecho los animales, y nosotros. Es por eso que la pregunta de si las mascotas estarán en el cielo no es, como algunos suponen, estúpida. Los animales no son tan valiosos como las personas, pero Dios es su Hacedor y ha tocado la vida de muchas personas a través de ellos. Sería simple para él recrear una mascota en el cielo si así lo desea. Él es el dador de todos los buenos regalos, no el tomador de ellos. Si nos gustaría tener una mascota restaurada en la Nueva Tierra, esa puede ser una razón suficiente. Considere a los padres que han adquirido una mascota debido a la solicitud de su hijo. Dios es mejor que nosotros al dar buenos regalos a sus hijos (Mateo 7: 9-11). Y si objetamos que los animales no nos harán felices en el Cielo, traicionaremos nuestro cristoplatonismo nuevamente, porque al encontrar felicidad en la creación de Dios, encontraremos felicidad en él. Sabemos que los animales estarán en la Nueva Tierra, que es una vieja Tierra redimida y renovada, en la que los animales tuvieron un papel destacado. La gente será resucitada para habitar este mundo. Como vimos, Romanos 8:21-23 asume animales como parte de una creación sufriente que espera ansiosamente la liberación a través de la resurrección de la humanidad. Esto parece requerir que algunos animales que vivieron, sufrieron y murieron en la vieja Tierra deben ser sanados en la Nueva Tierra. ¿No serían algunos de ellos nuestras mascotas? Algo mejor permanece después de la muerte por Estas pobres criaturas. . . que estos, asimismo, algún día será liberado de esta esclavitud de corrupción, y luego recibirá un amplio repara todos sus sufrimientos actuales. JOHN WESLEY Parece que Dios podría hacer una de tres cosas en la Nueva Tierra: (1) crear animales completamente nuevos; (2) devolver a la vida a los animales que han sufrido en nuestro mundo actual, dándoles cuerpos inmortales (esto podría ser recrear, no necesariamente resucitar); (3) cree algunos animales nuevos, "desde cero", y vuelva a dar vida a algunos viejos. 295 Estoy evitando el término resurrección por temor a que pueda conducir a un error teológico que no reconoce las diferencias fundamentales entre las personas y los animales, algo de lo que ciertos defensores de los "derechos de los animales" son culpables. Sin embargo, en el sentido amplio de los términos, las palabras redención y resurrección pueden aplicarse adecuadamente no solo a la humanidad sino también a la Tierra, la vegetación y los animales. Un campo, prado, flor o animal resucitado, por supuesto, en ningún sentido sería igual a los humanos resucitados; es simplemente que, así como la Creación y la Caída cabalgaron sobre los faldones de la humanidad, también lo hará la redención y la resurrección. En muchos de sus escritos, CS Lewis comentó sobre el futuro de los animales. Él dijo: "Me parece posible que ciertos animales puedan tener una inmortalidad, no en sí mismos, sino en la inmortalidad de sus amos ... Muy pocos animales, en su estado salvaje, alcanzan un" yo "o ego. Pero si alguno lo hace, y si la bondad de Dios está de acuerdo en que vuelvan a vivir, su inmortalidad también estaría relacionada con el hombre, esta vez no con los amos individuales, sino con la humanidad " en El gran divorcio, Lewis retrató a Sarah Smith, una mujer común en la Tierra, como grandiosa en el cielo. En la Tierra ella amaba tanto a las personas como a los animales. En el cielo está rodeada de los mismos animales que cuidaba en la Tierra. 296 297 En su excelente libro sobre el Cielo, Joni Eareckson Tada dice: "Si Dios devuelve a nuestras mascotas a la vida, no me sorprendería. Sería como Él. Sería totalmente acorde con su carácter generoso ... Exorbitante. Excesivo. Extravagante en gracia tras gracia. De todos los descubrimientos deslumbrantes y los placeres extáticos que el cielo nos deparará, el potencial de ver a Scrappy sería pura fantasía, total, alegre, sorprendentemente superfluo ... El cielo será un lugar que refractará y reflejará de la mayor manera posible la bondad y la alegría de nuestro gran Dios, que se deleita en prodigar amor a sus hijos ". 298 En un poema sobre el mundo por venir, el teólogo John Piper escribe: Y mientras me arrodillaba al lado del arroyo Para beber la vida eterna, tomé Una mirada a la hierba dorada Y vi a mi perro, el viejo Blackie, rápido Como ella podría venir. Ella saltó la corriente Casi, y qué brillo tan feliz Estaba en su ojo. Me arrodillé para beber Y sabía que estaba al borde De alegría sin fin. Y en todas partes Me volví y vi una maravilla allí. 299 ¿ES INCORRECTO ATRAPAR LA MUERTE DE UNA MASCOTA? Muchas personas lloran profundamente cuando mueren sus mascotas. Algunos me han dicho que están avergonzados o incluso avergonzados por esto. Su pérdida es grande y anhelan tener la esperanza de volver a ver a sus mascotas. Si consideramos a las mascotas como compañeros creados por Dios a nuestro cuidado, es correcto que experimentemos pena por su pérdida. ¿Quién hizo estas cualidades entrañables en los animales? Dios. ¿Quién nos hizo ser tocados por ellos? Dios. ¿Amamos a los animales por el pecado y la maldición? No. Amamos a los animales porque Dios nos creó, y a ellos, para amarnos unos a otros. Podemos convertir a las personas en ídolos, pero eso no significa que esté mal amar a las personas. Lo mismo es cierto para los animales. Conocemos las historias de mascotas que arriesgaron sus vidas y murieron por sus dueños porque el instinto de amor y lealtad de los animales superó su instinto de autoconservación. Es noble que una persona dé su vida por los demás, por lo que los animales que hacen lo mismo también deben ser nobles. No debemos avergonzarnos ni por lamentar su pérdida ni por querer volver a verlos. Si creemos que Dios es su creador, que nos ama a ellos y a ellos, que tiene la intención de restaurar a sus criaturas de la esclavitud que experimentaron debido a nuestro pecado, entonces tenemos fundamentos bíblicos para no solo querer sino también esperar que podamos estar con ellos. nuevamente en la Nueva Tierra. No "corrijamos" a nuestros hijos y nietos cuando rezan para que puedan volver a ver a sus mascotas. La respuesta a esa oración depende de Dios. Pero le encanta escuchar las oraciones de sus hijos, y hay razones bíblicas para creer que puede contestar esas oraciones. Recuerde también que la comprensión instintiva del Cielo por parte de nuestros hijos, y lo que debemos esperar allí, a veces es mejor que la nuestra. (El cristoplatonismo aún no se ha apoderado de ellos). ¿QUÉ FUTURO PLANEA DIOS PARA LOS ANIMALES? El 30 de noviembre de 1781, John Wesley, quien pasó gran parte de su vida a caballo, predicó un mensaje notable. Comenzó dirigiéndose a los muchos pasajes que hablan de la provisión de Dios para el ganado y las aves, y no silenciando al buey que pisa el maíz. Wesley preguntó: "Si el Creador y el Padre de todos los seres vivos es rico en misericordia hacia todos ... ¿cómo es que esa miseria de todo tipo sobrepasa la faz de la tierra? ... Todas las bestias del campo, y todas las aves del aire estaban con Adán en el paraíso. Y no hay duda de que su estado era el adecuado para su lugar: era paradisíaco; perfectamente feliz " 300 Wesley explicó el papel designado por la humanidad en la Tierra y cómo los animales se beneficiaron de la fidelidad de la humanidad a Dios y sufrieron en la rebelión humana: "El hombre era el vicegerente de Dios en la tierra, el príncipe y gobernador de este mundo inferior; y todas las bendiciones de Dios fluyeron a través de él hasta las criaturas inferiores. El hombre era el canal de transmisión entre su Creador y toda la creación bruta ... así que cuando el hombre se hizo incapaz de transmitir esas bendiciones, esa comunicación se cortó necesariamente ". Wesley argumentó que los animales originalmente tenían una mayor comprensión, voluntades, pasiones, libertad y elección. Él dijo: "Qué hermosos eran muchos de ellos, podemos conjeturar de lo que aún queda ... Es probable que sufrieran mucha pérdida ... su vigor, fuerza y rapidez. Pero indudablemente sufrieron mucho más en su comprensión". .... Como el hombre se ve privado de su perfección, de su obediencia amorosa a Dios; así los brutos se ven privados de su perfección, de su obediencia amorosa al hombre ". Después de contar el triste historial de crueldad de la humanidad con los animales, Wesley preguntó: ¿Pero "la criatura", incluso la creación bruta, permanecerá siempre en esta condición deplorable? Dios no permita que afirmemos esto; sí, o incluso entretener tal pensamiento! . . . Entonces, toda la creación bruta, sin duda, será restaurada, no solo al vigor, la fuerza y la rapidez que tenían en su creación, sino a un grado mucho más alto de lo que alguna vez disfrutaron. Serán restaurados, no solo a esa medida de comprensión que tenían en el paraíso, sino a un grado mucho más alto que eso. . . . Cualquier afecto que tuvieran en el jardín de Dios, será restaurado con gran aumento; ser exaltado y refinado de una manera que nosotros mismos ahora no podemos comprender. Wesley imaginó una magnífica restauración del reino animal en la Nueva Tierra: "Y con su belleza, su felicidad regresará ... En la nueva tierra, así como en los nuevos cielos, no habrá nada para dar dolor, pero todo que la sabiduría y la bondad de Dios pueden crear para dar felicidad. Como recompensa por lo que ellos [animales] alguna vez sufrieron ... disfrutarán de la felicidad adecuada a su estado, sin aleaciones, sin interrupción y sin fin ". Wesley luego hizo una especulación extraordinaria: "¿Qué, si debería complacer al Creador omnisciente y todopoderoso para elevarlos más arriba en la escala de los seres? ¿Qué, si debería complacerlo ... para hacerlos ... ¿capaz de conocer, amar y disfrutar al Autor de su ser? ¿PODRÍAN HABLAR ALGUNOS ANIMALES? La mayoría de las personas que han disfrutado las historias infantiles de Beatrix Potter, CS Lewis u otros que escribieron sobre animales que hablan probablemente nunca hayan considerado seriamente la posibilidad de que algunos animales realmente hayan hablado en el Edén o que puedan hablar en la Nueva Tierra. Se nos dice que en el Edén la serpiente era "más astuta que cualquiera de los animales salvajes que el Señor Dios había hecho" (Génesis 3:1). Más astuto sugiere que algunos de los otros animales también fueron astutos. Los animales eran inteligentes, probablemente más inteligentes de lo que imaginamos; Los animales más inteligentes que vemos a nuestro alrededor no son más que restos caídos de lo que alguna vez fue. La inteligencia de la serpiente se demostró en el razonamiento y el discurso persuasivo. La gente típicamente imagina que Satanás poseía un animal tonto, la serpiente, pero el texto no dice eso. Hoy Satanás puede hablar a través de un ser humano, pero no de un animal porque la gente puede hablar y los animales no. Pero el hecho de que habló a través de un animal en el Edén sugiere que el animal tenía la capacidad de hablar. No hay ninguna sugerencia de que Eve se sorprendió al escuchar a un animal hablar, lo que indica que otros animales también pueden haber hablado. Cuando Dios habló a través del burro de Balaam, ¿estaba simplemente poniendo palabras en su boca, o le dio temporalmente al burro la capacidad de verbalizar su instinto, percepciones y sentimientos? En la Nueva Tierra, ¿podría Dios, como John Wesley supuso, restaurar o aumentar tanto la inteligencia como las habilidades comunicativas de los animales? Las ballenas y los delfines se comunican de maneras muy específicas, como lo hacen muchos primates, en diversos grados. Estas son habilidades dadas por Dios. Debemos suponer que se mejorarán en la Nueva Tierra o, al menos, se restaurarán a las capacidades que tenían en el Edén, donde es posible que más de un animal hablara. En un universo repleto de la creatividad de Dios, ¿deberían sorprendernos los animales que hablan o los seres inteligentes no humanos (como los ángeles y las "criaturas vivientes" que no solo hablan sino que adoran)? Si las personas serán más inteligentes y más capaces en la Nueva Tierra, ¿debería sorprendernos que los animales también puedan ser más inteligentes y más capaces? Recuerde, tanto en la caída (pecado) como en el ascenso (resurrección), cómo va la humanidad, así va la creación. Cuando en la visión del cielo de Juan dice: "Escuché a un águila que volaba en el aire gritar en voz alta" (Apocalipsis 8:13), puede ser un lenguaje figurado. Pero cuando la serpiente le habló a Eva y cuando el burro le habló a Balaam, las historias se registran en la narrativa histórica, no en la literatura apocalíptica. Nada en el contexto del relato de Génesis o la historia de Balaam indica que no deberían tomarse literalmente. Además, como hemos visto, las criaturas vivientes, los animales, verbalizan las alabanzas a Dios. Y se dice que "toda criatura" en el universo canta y alaba al Cordero (Apocalipsis 5:13). La palabra para criatura en ese versículo es ktisma, que claramente significa "animales" en su única aparición en Apocalipsis (8:9). El hecho de que estos pasajes estén en el libro de Apocalipsis no significa que no puedan ser literales. CS Lewis nos da una visión creativa de cómo podría ser la Tierra resucitada. En The Magicians Nephew, King Asian declara que los hijos de Adán y las hijas de Eva, ahora en Narnia en su primer día, son sus reyes y reinas. Los animales que hablan hacen coronas para el primer rey y la reina y expresan su deleite en ser gobernados por estos humanos. Uno de los animales que observa esta escena es un caballo llamado Strawberry, que dibujó un carruaje de Londres en la Tierra. Trabajó duro y, a veces, su maestro Frank, un taxista y un buen hombre, lo azotaba para que se moviera más rápido. Strawberry, a quien Asian renombró Fledge, se maravilla ante el nuevo Rey Frank en la Nueva Narnia: "¡Mi viejo maestro ha cambiado casi tanto como yo! Por qué, ahora es un verdadero maestro". 301 Más tarde, Asian le dice al Rey Frank y a la Reina Helen: "Sé justo, misericordioso y valiente. La bendición está sobre ti". 302 Toda la gente celebra. Todos los animales se regocijan. Asiático, señor de todos, está complacido. SECCIÓN DOCE ¿QUÉ HAREMOS EN EL CIELO? C A P Í T U L O 41 ¿ALGUNA VEZ EL CIELO ABURRIRÁ? Un error común sobre la eternidad apareció en un episodio de Star Trek: The Next Generation. Un miembro del eterno "Q_continuum" anhela el fin de su existencia. ¿Por qué? Porque, se queja, todo lo que se puede decir y hacer ya se ha dicho y hecho, y ahora solo hay repetición y aburrimiento total. Él dice: "Para nosotros, la enfermedad es la inmortalidad". Finalmente, se le permite poner fin a su existencia. El escritor de ciencia ficción Isaac Asimov escribe: "No creo en una vida futura, así que no tengo que pasar toda mi vida temiendo al infierno, o temiendo al cielo aún más. Por las torturas del infierno, creo que el aburrimiento del cielo sería aún peor ". Lamentablemente, incluso entre los cristianos, es un mito frecuente que el cielo será aburrido. A veces no podemos imaginar nada más que tocar el arpa y pulir las calles de oro. Hemos sucumbido a las estrategias de Satanás "para blasfemar a Dios y calumniar su nombre y su morada" (Apocalipsis 13: 6). ¿QUÉ HAREMOS PARA EVITAR EL ABURRIMIENTO? La gente a veces dice: "Prefiero pasar un buen rato en el infierno que aburrirme en el cielo". Muchas personas imaginan el infierno como un lugar donde andarán, jugarán billar y bromearán con amigos. Eso podría suceder en la Nueva Tierra, pero no en el Infierno. El infierno es un lugar de tormento y aislamiento, donde la amistad y los buenos momentos no existen. El infierno será mortalmente aburrido. Todo lo bueno, agradable, refrescante, fascinante e interesante se deriva de Dios. Sin Dios no hay nada interesante que hacer. El rey David escribió: "En tu presencia hay plenitud de gozo; a tu diestra hay placeres para siempre" (Salmo 16:11, NKJV). En presencia de Dios, no hay nada más que alegría. En su libro Things Unseen, el pastor Mark Buchanan pregunta: ¿Por qué no nos aburriremos en el cielo? Porque es el único lugar donde ambos impulsos, ir más allá, ir a casa, están perfectamente unidos y totalmente satisfechos. Es el único lugar donde constantemente estamos descubriendo, donde todo está siempre fresco y la posesión de algo es tan bueno como perseguirlo, y sin embargo, donde estamos completamente en casa, donde todo está como debería estar y dónde encontramos, no disminuido, ese misterioso algo que nunca encontramos aquí abajo. . . . Y esta melancolía de toda la vida que se cierne sobre nosotros, este deseo de ser otra persona en otro lugar, también se desvanece. Nuestro deseo de ir más allá se realiza siempre y plenamente. Nuestro anhelo por el hogar se cumple de una vez por todas. El ahh! de profunda satisfacción y ¡ajá! de sorpresa sorprendida se encuentran, y se besan. 303 Nuestra creencia de que el Cielo será aburrido revela una herejía: que Dios es aburrido. No hay más tonterías. Nuestro deseo de placer y la experiencia de la alegría provienen directamente de la mano de Dios. Hizo nuestras papilas gustativas, adrenalina, impulsos sexuales y las terminaciones nerviosas que transmiten placer a nuestros cerebros. Del mismo modo, nuestra imaginación y nuestra capacidad de alegría y alegría fueron creadas por el mismo Dios que acusamos de ser aburrido. ¿Somos tan arrogantes como para imaginar que a los seres humanos se les ocurrió la idea de divertirse? "¿No será aburrido ser bueno todo el tiempo?" Alguien preguntó. Tenga en cuenta la suposición: el pecado es emocionante y la justicia es aburrida. Nos hemos enamorado de la mentira del diablo. Su estrategia más básica, la misma que empleó con Adán y Eva, es hacernos creer que el pecado trae satisfacción. Sin embargo, en realidad, el pecado nos roba el cumplimiento. El pecado no hace la vida interesante; hace la vida vacía. El pecado no crea aventura; Lo embota. El pecado no expande la vida; lo encoge El vacío del pecado inevitablemente conduce al aburrimiento. Cuando hay satisfacción, cuando hay belleza, cuando vemos a Dios como realmente es, un depósito interminable de fascinación, el aburrimiento se vuelve imposible. Aquellos que creen que la emoción no puede existir sin pecado están pensando con mentes envenenadas por el pecado. Los drogadictos están convencidos de que sin sus drogas no pueden vivir vidas felices. De hecho, como todos pueden ver, las drogas los hacen miserables. La libertad del pecado significará libertad para ser lo que Dios pretendió, libertad para encontrar una alegría mucho mayor en todo. En el cielo seremos llenos —como lo describe el Salmo 16:11— con gozo y placeres eternos. ¿POR QUÉ CUALQUIERA PENSARÍA QUE NOS ABURRIRÍAN? Un anciano que llevé a Cristo hizo una pregunta a un empleado cristiano en su centro de atención: "¿Nos divertiremos en el cielo?" "Oh, no", respondió la mujer, pareciendo consternada de que incluso hubiera preguntado. Cuando me contó esta historia, sacudí la cabeza, porque la había escuchado muy a menudo. ¿Por qué esta mujer cristiana respondió como lo hizo? Porque, de acuerdo con los supuestos erróneos del cristoplatonismo, ella instintivamente relacionó la diversión con el pecado y el aburrimiento con la santidad. Pero ella no podría estar más equivocada. Dios promete que nos reiremos, nos regocijaremos y experimentaremos infinitos placeres en el cielo. Alguien me dijo que nadie disfrutará jugando al golf en el cielo porque se aburriría siempre haciendo agujeros en uno. Pero, ¿por qué asumir que las habilidades de todos serán iguales e incapaces de un mayor desarrollo? Así como nuestras mentes crecerán en conocimiento, nuestros cuerpos de resurrección pueden desarrollar mayores habilidades. Otra razón por la que las personas asumen que el Cielo es aburrido es que sus vidas cristianas son aburridas. Eso no es culpa de Dios; Es de ellos. Dios nos llama a seguirlo en una aventura que debería ponernos al borde de la vida. Es infinito en creatividad, bondad, belleza y poder. Si estamos experimentando los estímulos vigorizantes del Espíritu de Dios, confiando en él para llenar nuestras vidas con citas divinas, experimentando las delicias infantiles de sus bondades diarias, entonces sabremos que Dios es emocionante y que el Cielo es estimulante. Las personas que aman a Dios anhelan su compañía. Estar en su presencia será todo lo contrario al aburrimiento. Pensamos en nosotros mismos como amantes de la diversión, y en Dios como un aguafiestas sin humor. Pero lo tenemos al revés. No es Dios quien es aburrido; Somos nosotros. ¿Inventamos ingenio, humor y risas? No. Dios lo hizo. Nunca comenzaremos a agotar el sentido del humor de Dios y su amor por la aventura. La verdadera pregunta es esta: ¿cómo podría Dios no aburrirse de nosotros} La mayoría de nosotros podemos imaginarnos felices por unos días o una semana, si es así. ¿Pero un año de felicidad completa y sostenida? Imposible, pensamos, porque nunca lo hemos experimentado. Pensamos que la vida bajo la Maldición es normal porque eso es todo lo que hemos conocido. Cien o un millón de años de felicidad son inconcebibles para nosotros. Así como las criaturas que viven en una tierra plana no pueden concebir un espacio tridimensional, tampoco podemos concebir una felicidad sin fin. Debido a que ese nivel de felicidad no es posible aquí en la Tierra caída, asumimos que no será posible en la Nueva Tierra. Pero estamos equivocados. Para visualizar adecuadamente el Cielo, debemos quitar de nuestros ojos las lentes distorsionadas de la muerte y la Maldición. ¿SERÁ NUESTRO TRABAJO? En la Nueva Tierra, Dios nos dará mentes renovadas y cuerpos maravillosamente construidos. Seremos personas enteras, llenas de energía y visión. James Campbell dice: "El trabajo del otro lado, cualquiera que sea su carácter, se adaptará a las aptitudes y poderes especiales de cada uno. Será el trabajo que él pueda hacer mejor; el trabajo que dará el mayor juego a todo lo que sea dentro de él ". 304 Incluso bajo la Maldición, podemos vislumbrar cómo el trabajo puede ser enriquecedor, cómo puede construir relaciones y cómo puede ayudarnos a mejorar. El trabajo nos estira de maneras que nos hacen más inteligentes, más sabios y más satisfechos. El Dios que nos creó para hacer buenas obras (Efesios 2:10) no cancelará este propósito cuando nos resucite para habitar el nuevo universo. La imagen de la Biblia de personas resucitadas en el trabajo en una sociedad vibrante en una Tierra resucitada no podría ser más convincente: vamos a ayudar a Dios a manejar el universo (Lucas 19:11-27). Se nos dice que serviremos a Dios en el cielo (Apocalipsis 7:15; 22:3). El servicio es activo, no pasivo. Implica cumplir responsabilidades en las que gastamos energía. El trabajo en el cielo no será frustrante ni infructuoso; en cambio, implicará logros duraderos, sin obstáculos por la descomposición y la fatiga, mejorados por recursos ilimitados. Nos acercaremos a nuestro trabajo con el entusiasmo que aportamos a nuestro deporte o pasatiempo favorito. El mal imaginario es romántico y variado; el mal real es sombrío, monótono, estéril, aburrido. El bien imaginario es aburrido; el bien real siempre es nuevo, maravilloso, embriagador. SIMONE WEIL En el cielo, reinaremos con Cristo, ejerceremos liderazgo y autoridad, y tomaremos decisiones importantes. Esto implica que se nos otorgarán responsabilidades específicas a aquellos bajo nuestro liderazgo (Lucas 19:1719, estableceremos metas, idearemos planes y compartiremos ideas. Nuestros mejores días de trabajo en la Tierra actual, aquellos días en que todo resulta mejor de lo que planeamos, cuando hacemos todo a tiempo, y cuando todos en el equipo se unen y disfrutan el uno del otro, son solo un pequeño anticipo de la alegría que nuestro trabajo nos traerá a la Nueva Tierra. Una existencia sin cuerpo sería aburrida, pero la realidad de nuestra resurrección corporal mata el aburrimiento. Imagine los animales que los zoólogos investigarán y jugarán con ellos o las flores que los botánicos estudiarán. Los astrónomos y exploradores dotados pueden ir de un sistema estelar a otro, de una galaxia a otra, estudiando las maravillas de la creación de Dios. Si creemos que la vida en la Nueva Tierra será aburrida, simplemente no la estamos entendiendo. Mire más de cerca a Dios y su Palabra, y todos los pensamientos de que nos aburriremos en su presencia se desvanecerán. ¿CONTINUARÁ EL TRABAJO DE NUESTRA VIDA? Debido a que habrá continuidad de la vieja Tierra a la nueva, es posible que continuemos con el trabajo que comenzamos en la vieja Tierra. Creo que buscaremos algunas de las mismas cosas que estábamos haciendo, o soñamos, antes de nuestra muerte. Por supuesto, las personas cuyos trabajos dependen de aspectos de nuestro mundo caído que ya no existirán en la Nueva Tierra, como dentistas (decadencia), oficiales de policía (delincuencia), directores de funerarias (muerte), vendedores de seguros (discapacidad) y muchos otros, cambiarán su trabajo en el cielo, pero eso no significa que estarán desempleados. Lo que ahora es un interés o un pasatiempo puede convertirse en su vocación principal. Otros, sin embargo, pueden continuar con un trabajo similar a lo que hacen ahora, ya sea como jardineros, ingenieros, constructores, artistas, entrenadores de animales, músicos, científicos, artesanos o cientos de otras vocaciones. Una diferencia significativa será que funcionarán sin los obstáculos del trabajo, el dolor, la corrupción y el pecado. El autor Victor Hugo, al reflexionar sobre el trabajo de su vida, habló profundamente de anticipar su trabajo en el cielo: Siento dentro de mí esa vida futura. Soy como un bosque que ha sido arrasado; Los nuevos brotes son más fuertes y brillantes. Sin duda me elevaré hacia los cielos cuanto más me acerque al final, más claro es el sonido de sinfonías inmortales de mundos que me invitan. Durante medio siglo he estado traduciendo mis pensamientos en prosa y verso: historia, drama, filosofía, romance, tradición, sátira, oda y canción; Todo esto lo he intentado. Pero siento que no he pronunciado la milésima parte de lo que hay dentro de mí. Cuando voy a la tumba puedo decir, como han dicho otros, "mi trabajo del día está terminado". Pero no puedo decir: "Mi vida ha terminado". Mi trabajo comenzará a la mañana siguiente. La tumba no es un callejón sin salida; Es una vía pública. Se cierra al anochecer, pero se abre al amanecer. . 305 Estoy convencido de que Hugo tenía razón al decir que el trabajo de la vida de cada cristiano, aunque no siempre su vocación, continuará en la Nueva Tierra. Después de todo, nuestro llamado a glorificar a Dios nunca terminará. Se aplica tanto aquí y ahora como en el futuro, y es probable que se cumpla de muchas maneras antiguas y nuevas. En La Doctrina Bíblica del Cielo, Wilbur Smith sugiere: "En el cielo se nos permitirá terminar muchas de esas tareas dignas que habíamos soñado hacer en la tierra pero que ni el tiempo ni la fuerza ni la habilidad nos permitieron lograr". Este es un pensamiento alentador. Nos ahorra pensar frenéticamente que tenemos que hacerlo todo ahora, o renunciar a la desesperación debido a los límites de tiempo, dinero y fuerza, y los deberes que nos alejan de ciertas cosas que nos encantaría hacer. 306 James Campbell se consoló con esta misma idea: Esto arroja algo de alivio sobre el doloroso misterio de una vida que se cierra repentinamente en la plenitud de su poder. Ante tal tragedia, instintivamente preguntamos: ¿Por qué desperdiciar? ¿Se perderá todo el entrenamiento, la disciplina y la cultura de este espíritu de elección? No puede ser; porque en el universo de Dios nunca se pierde nada. Ninguna preparación es en vano. Allí arriba se necesitan cabezas claras, corazones cálidos y manos hábiles. . . . Si algunos tipos de trabajo han terminado, otros comenzarán; Si se establecen algunos deberes, otros serán asumidos. Y cualquier arrepentimiento por el trabajo perdido aquí, será absorbido en la anticipación alegre del servicio superior que espera a cada trabajador preparado y dispuesto en el reino superior del Padre. . . . Él no permitirá que ninguna esperanza nacida en el cielo sea avergonzada, pero hará realidad las visiones más brillantes de la vida. . 307 ¿Cómo será realizar una tarea, construir y crear, sabiendo que lo que estamos haciendo durará? ¿Cómo será estar siempre adquiriendo habilidades, para que nuestro mejor trabajo siempre esté por delante de nosotros? Debido a que nuestras mentes y cuerpos nunca se desvanecerán y porque nunca nos faltarán recursos u oportunidades, nuestro trabajo no se degenerará. Los edificios no durarán solo cincuenta años, y los libros no se imprimirán durante solo veinte años. Durarán para siempre. ¿HABRÁ DESARROLLOS CULTURALES? Anthony Hoekema dice: "Al principio al hombre se le dio el llamado mandato cultural: el mandato de gobernar sobre la tierra y desarrollar una cultura que glorifique a Dios. Debido a la caída del hombre en el pecado, ese mandato cultural nunca se ha llevado a cabo en de la manera que Dios pretendía. Solo en la tierra nueva se cumplirá perfecta e impecablemente. Solo así podremos gobernar la tierra adecuadamente ". 308 ¿Habría habido cultura humana sin la caída? Por supuesto. La cultura es el producto natural, intencionado por Dios, de sus dones, equipos y llamamientos para que la humanidad gobierne sobre la creación. Las Escrituras describen los desarrollos en la agricultura, la metalurgia y la elaboración de instrumentos musicales (Génesis 4:20-22) poco después de la caída. Si Dios no tuviera interés en esas mejoras culturales, no las tomaría en cuenta. Dios creó a sus portadores de imágenes para glorificarlo en logros creativos, y él está complacido con ellos. Solo dos personas en la historia humana, Adán y Eva, incluso comenzaron a saborear lo que era cumplir el mandato de Dios de someter a la tierra, y no llegaron muy lejos. ¿Era Dios miope, sin anticipar la caída? ¿Se dio por vencido con Adán y Eva después de que pecaron? No. Tenía un plan que cumpliría con su diseño original de una manera mayor. La cultura resucitada alcanzará alturas cada vez más amplias que ninguna sociedad ha visto todavía. En La promesa del futuro, el teólogo Cornelius Venema escribe: "Todo fruto legítimo y excelente de la cultura humana será llevado y contribuirá al esplendor de la vida en la nueva creación. En lugar de que la nueva creación sea un comienzo radicalmente nuevo, en el que los excelentes y nobles frutos del cumplimiento del mandato cultural de la humanidad se descartan por completo: la nueva creación se beneficiará y se enriquecerá inmensamente al recibir estos frutos ". 309 Bruce Milne comparte una perspectiva similar: "El que es el Señor de toda la vida nunca nos traería al final a una existencia eterna de constricción mental, o de empobrecimiento emocional y creativo. La creatividad seguramente será valorada, por tal una anticipación debe estar en consonancia con la naturaleza de aquel que puso las estrellas de la mañana cantando cuando las creó al principio, y cuyo grito alegre y desinhibido resuena en las almenas de la nueva creación. 'Mira, ¡estoy haciendo todo nuevo! '... ¡Qué posibilidades creativas nos esperan en el desarrollo de las eras eternas que ninguna imaginación presente puede comenzar a desentrañar! " 310 Deberíamos ampliar nuestra visión de lo que nos espera. La obra redentora de Dios es mucho mayor de lo que imaginamos porque Dios mismo es mucho mayor de lo que imaginamos. ¿BOTE DE VIDA O TEOLOGÍA DEL ARCA? Paul Marshall habla de la noción frecuente pero equivocada de que hemos destruido permanentemente el mundo. Él dice que muchos asumen: "Lo importante ahora es simplemente que rescatamos a las personas de los restos". Él llama a esta teología del bote salvavidas: "Es como si la creación fuera el Titanic, y ahora que hemos tocado el iceberg del pecado, no nos queda más que hacer que meternos en botes salvavidas. El barco se está hundiendo rápidamente, Dios se ha dado por vencido y solo le preocupa la supervivencia de su pueblo. Cualquier esfuerzo que hagamos para salvar la creación de Dios equivale a reorganizar las tumbonas. En cambio, algunos dicen que nuestra única tarea es subir a los botes salvavidas, mantenerlos a flote. , para sacar del agua a las víctimas que se están ahogando y seguir navegando hasta llegar al cielo, donde todo estará bien ". 311 312 Marshall dice que esta es la suposición y perspectiva que impulsa a muchos cristianos evangélicos. Propone una alternativa a la teología del bote salvavidas, que él llama teología del arca: "El arca de Noé salvó no solo a las personas, sino que también preservó a las otras criaturas de Dios. El arca no buscó huir sino regresar a la tierra y comenzar de nuevo. Una vez que el diluvio remitido, todos y todo estaba destinado a volver de nuevo para restaurar la tierra ". La preservación de Dios del hombre y los animales y la tierra misma demuestra que no ha renunciado a su creación. De hecho, le ordenó a Noé después de la Caída que hiciera exactamente lo que le ordenó a Adán y Eva antes de la Caída: llenar la tierra y gobernarla. Noé salió a plantar una viña (Génesis 9:20), y la humanidad volvió a trabajar nuevamente en la tierra. 313 Nuestros dones e intereses especiales, la forma en que estamos conectados, no son accidentes. Dios nos hizo de esta manera. Él diseñó intrincadamente a cada uno de nosotros para expresar de manera única su gloria. Hablando de la distribución soberana de Dios de una variedad de dones espirituales, el apóstol Pablo dice: "A cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común" (1 Corintios 12:7). Seremos una gran comunidad en la Nueva Tierra. Los dones, habilidades, pasiones y tareas que Dios nos otorga a cada uno de nosotros no solo serán para su gloria y nuestro bien, sino también para el bien de nuestra familia más grande. Dios se regocijará mientras prosperamos juntos, de manera interdependiente, en la cultura continuamente creativa de la Nueva Tierra. ¿CÓMO EXPRESAREMOS NUESTRA CREATIVIDAD? En este mundo, incluso bajo la Maldición, la imaginación y la habilidad humana han producido algunas obras notables. Las estatuas de la Isla de Pascua. Stonehenge Las obras de Shakespeare. Novena Sinfonía de Beethoven. El puente Golden Gate. Béisbol. Trasplantes de corazón. Cirugía prenatal. Hornos de microondas. DVDs El transbordador espacial. Helado de chocolate. Pastel de nuez. Carros deportivos. Es una lista que nunca termina. Con los recursos que Dios nos dará generosamente en la Nueva Tierra, ¿qué podremos lograr juntos? Cuando pensamos en esto, deberíamos ser como niños que anticipan la Navidad, escabulléndose de la cama para ver qué hay debajo del árbol de Navidad. Sin creatividad, la música sería una aburrida sucesión de sonidos. Sin creatividad, los libros serían incoloros y superficiales. No comprometerían nuestras mentes y corazones. Las pinturas serían sin vida o inexistentes. Nuestras casas serían cuarteles, nuestras cajas de edificios. Dios está preparando un lugar para nosotros, y nos equipará para desarrollarlo para su gloria. Estoy de acuerdo con Anthony Hoekema cuando dice: "Las posibilidades que ahora se presentan ante nosotros aturden la mente. ¿Habrá 'mejores Beethovens' en la nueva tierra? ... ¿mejores Rembrandts, mejores Rafael? ¿Leeremos mejor poesía, mejor drama? ¿Y una mejor prosa? ¿Continuarán los científicos avanzando en el logro tecnológico, los geólogos continuarán cavando los tesoros de la tierra y los arquitectos continuarán construyendo estructuras imponentes y atractivas? ¿Habrá nuevas y emocionantes aventuras en los viajes espaciales? Nuestra cultura glorificará a Dios de manera que supere nuestros sueños más fantásticos ". 314 Lo mejor está por venir. JOHN WESLEY Me imagino que las personas expresarán creatividad al diseñar ropa. Las piedras preciosas de la Nueva Jerusalén sugieren que las joyas pueden tener un lugar en la Nueva Tierra. Algunas personas usan joyas ahora por su estatus, pero en la Nueva Tierra, las joyas hechas por Dios que usan las personas hechas a imagen de Dios reflejarán la belleza del Creador. Isaías 65:21 sugiere que construiremos casas y viviremos en ellas en la Nueva Tierra. Si es así, sin duda los decoraremos maravillosamente. Los edificios en la escala de la Nueva Jerusalén reflejan un amplio avance cultural. Los constructores humanos aprenderán del diseño de Dios, tal como Leonardo da Vinci aprendió al estudiar la forma y el vuelo de las aves mientras trabajaba en su máquina voladora. ¿Qué podrán diseñar y construir los seres humanos de pensamiento claro, sin obstáculos por el pecado y las barreras que nos separan? ¿Qué lograrían Galileo, da Vinci, Edison o Einstein si pudieran vivir incluso mil años sin la maldición? ¿Qué lograremos cuando tengamos cuerpos resucitados con mentes resucitadas, trabajando juntos para siempre? Algunos investigadores sugieren que ahora usamos solo el 10 por ciento de nuestra capacidad intelectual. Adán y Eva probablemente podrían usar el 100 por ciento de los suyos, y su capacidad intelectual probablemente fue mucho mayor que la nuestra. (Contrariamente a las suposiciones evolutivas, según las Escrituras, la mayor capacidad de la humanidad estaba en el pasado). En la Nueva Tierra, los dones de Dios para nosotros nunca se perderán con la edad, la muerte, la mezquindad, la inseguridad o la pereza. Sin distracción y sin disminución por el pecado y las demandas de supervivencia, la humanidad creará e innovará a niveles sin precedentes, para la gloria eterna de Dios. ¿FORMAREMOS LA CULTURA EN NUEVAS FORMAS? En el Jardín del Edén, Dios le dijo a Adán que nombrara a todos los animales. Y "como sea que el hombre llamara a cada criatura viviente, ese era su nombre" (Génesis 2:19). Sorprendentemente, a partir de ese momento, Dios llamó a los animales por los nombres que Adán eligió. Esto demuestra el papel elevado y significativo que Dios nos otorga en la formación y el gobierno de la cultura. Adán no solo estaba preservando la creación; él lo estaba formando. Paul Marshall escribe: "Tenemos una tarea creativa en el mundo. Debemos dar forma a las cosas de manera que a veces no haya una dirección clara. Es por eso que la imaginación no es solo una característica de las artes; es una característica de la vida humana misma Sin imaginación, sin experimentación, sin apertura a nuevas preguntas y nuevas posibilidades, no puede haber ciencia ni tecnología. No estamos desafiando a Dios cuando hacemos esto, al menos no cuando lo hacemos con humildad y fe. robando fuego de los dioses. Asumimos nuestra responsabilidad ante Dios para dar forma a lo que ha puesto en nuestras manos ". 315 Los ángeles podrían haber mantenido el mundo como Dios lo creó. Pero se necesita a los portadores de la imagen de Dios para desarrollar, expandir y enriquecer la tierra. Eso es cultura. Incluye arte, ciencia y tecnología. La cuestión de si estas disciplinas creativas continuarán en la eternidad se resuelve si creemos en la Biblia cuando dice que tanto la humanidad como la tierra continuarán en forma física. Si es así, entonces la cultura debe continuar. Si esto suena como un énfasis excesivo en la Nueva Tierra en lugar de un énfasis apropiado en Dios, considere las palabras de Cristo: "Escribiré en él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que se acerca descender del cielo de mi Dios; y también escribiré sobre él mi nuevo nombre "(Apocalipsis 3:12). Jesús dice que nos pondrá su nombre y también el nombre de la Nueva Jerusalén, un lugar con gente, edificios y cultura. Dios elige marcarnos no solo con su persona sino también con su lugar. Dios es un creador, y nos creó para ser creadores. Por lo tanto, lo que creamos es una extensión de la creación de Dios. Él acepta, abraza y se deleita en nuestra creación, incluso cuando hizo los nombres que Adán le dio a los animales. Él se deleita en nosotros al igual que nos deleitamos en la creatividad de nuestros propios hijos. En Exploring Heaven, Arthur Roberts reflexiona sobre cómo será la vida después de que la maldición del pecado haya sido eliminada: La ciudad del hombre ha tenido indicios de un esplendor inminente. La civilización ha traído salud y seguridad. Ha liberado del trabajo y ha brindado diversión creativa a millones de personas. ¡Cuánto más, liberado de la maldición del pecado, florecerá la civilización! El cielo proporcionará vida urbana y pastoral. . . . La ciudad del hombre ya está investigando las galaxias. Ya ha catalogado el genoma humano. . . . Con la maldición del pecado desaparecida, el apocalipsis pasado, seguramente los seres humanos en el cielo se convertirán en mayordomos activos del Señor para completar o extender el universo de cosas e ideas. Toda la creación gime, dijo Pablo, esperando la redención humana. La civilización no es vieja; ¡Apenas ha comenzado! 316 C A P Í T U L O 42 ¿HABRÁ ARTES, ENTRETENIMIENTO Y DEPORTES? La música, el baile, la narración de cuentos, el arte, el entretenimiento, el drama y los libros han jugado un papel importante en la cultura humana. ¿Seguirán siendo parte de nuestras vidas en la Nueva Tierra? Estoy convencido de que la respuesta es sí. ¿CANTAREMOS Y HAREMOS MÚSICA? ¿Alguna vez te has sentado en atónito silencio después de escuchar música bellamente interpretada? Si eres como yo, no quieres dejar la presencia de la grandeza. En la Nueva Tierra nunca lo haremos. Nuestro gran Dios estará, sobre todo, debajo de todos y en el centro de todo. Veremos sus maravillas no solo en su creación natural sino también en cada logro humano. "Cantaré al Señor toda mi vida; cantaré alabanzas a mi Dios mientras viva" (Salmo 104:33). En la Tierra, personas creativas, artísticas y hábiles cantan y tocan instrumentos para glorificar a Dios. El apóstol Juan habla de trompetas y arpas en el cielo actual (Apocalipsis 8:7-13; 15:2). Si tendremos instrumentos musicales en nuestro estado pre-resucitado, ¿cuánto más deberíamos esperar encontrarlos en la Nueva Tierra? La Biblia está llena de ejemplos de personas que alaban a Dios con cantos e instrumentos musicales. En el Templo, una representación de la presencia de Dios, 288 personas cantaron y tocaron una variedad de instrumentos (1 Crónicas 25: 1-8). El salmista instruyó a la gente a alabar a Dios con trompetas, arpas, liras, panderetas, cuerdas, flautas y platillos (Salmo 150). Ezequías dijo: "Cantaremos con instrumentos de cuerda todos los días de nuestras vidas en el templo del Señor" (Isaías 38:20). Jesús cantó con sus discípulos (Marcos 14:26), y el apóstol Pablo instruyó a los cristianos a cantar al Señor (Efesios 5:19). James dice: "Los que tienen motivos para estar agradecidos deben cantar continuamente alabanzas al Señor" (Santiago 5:13, NTV). Los 144,000 "que habían sido redimidos de la tierra" cantan una "nueva canción" ante el trono de Dios (Apocalipsis 14:2-3). La gente en el Paraíso canta una "canción de Moisés", una canción escrita en la Tierra maldita, probablemente la canción de Éxodo 15, regocijándose en la redención de la Pascua (Apocalipsis 15:2-3). Esto sugiere que cantaremos canciones antiguas y nuevas, canciones escritas en la Tierra y canciones escritas en el cielo. Las canciones enfatizan la grandeza, justicia, verdad, santidad y singularidad de Dios (Apocalipsis 5:9-10). Las canciones de las Escrituras perdurarán, pero también se puede preservar otra música de la Tierra. Considere el Mesías de Handel, "Una fortaleza poderosa es nuestro dios" de Luther, el "Swing Low, Sweet Chariot" espiritual negro y el "Alas! De Isaac Watts y sangró mi salvador"? ¿Qué pasa con los miles de grandes himnos y canciones de alabanza de cientos de culturas? Imagina una tribu remota cantando alabanzas en un hermoso idioma que nunca has escuchado. Aunque algunas letras requerirán correcciones teológicas, otras serán adecuadas como están, listas para ser cantadas en la presencia de Dios. Así como las nuevas canciones expresarán ideas antiguas y nuevas acerca de Dios, las canciones antiguas expresarán ideas terrenales que en el contexto del Cielo tendrán una mayor profundidad de significado. ¿Sobrevivirán las canciones seculares? No si deshonran a Cristo. Pero, ¿qué pasa con las canciones que clamaban por la perspectiva y la liberación? Podríamos recordar e incluso cantar tales canciones para recordarnos cuándo anhelamos a Dios y cuándo respondió. Tal vez otras canciones antiguas, menos profundas, pero no corrompidas por el pecado, se cantarán solo por diversión. ¿Cuál de tus canciones favoritas sobrevivirá al fuego? Si hay una razón específica por la que algunos no lo harán, ¿por qué escucharlos ahora? La música es trascendente: un puente entre este mundo y otro. Es por eso que las personas le dedican tanto de sí y se complacen tanto. Nos encantan los ritmos y armonías ricas y variadas. En el cielo, Dios desatará nuestra creatividad, no la limitará. Como novato musical, podría componer algo digno de Bach. ¿Y qué tipo de música crees que compondrá Bach? ¿BAILAREMOS? A lo largo de los siglos, las personas han bailado para la gloria de Dios en la Tierra (Eclesiastés 3:4; Jeremías 31:12-14). Después de la separación del Mar Rojo, Miriam y las mujeres de Israel bailaron y tocaron panderetas, cantando alabanzas a Dios (Éxodo 15:20-21). El rey David saltó, bailó y celebró ante el Señor (2 Samuel 6:16). El salmista dice: "Tú convertiste mi llanto en baile" (Salmo 30:11). Cuando el Hijo Pródigo regresó, la casa estaba llena de música y baile (Lucas 15:25). ¿Cuánto más deberíamos esperar bailar en la Nueva Tierra? Dios coloca la música y el baile junto a los simples placeres terrenales de plantar y disfrutar de la fruta: "Te edificaré nuevamente y serás reconstruida, oh Virgen Israel. Nuevamente tomarás tus panderetas y saldrás a bailar con los alegres. Nuevamente plantarán viñedos en las colinas de Samaria; los granjeros los plantarán y disfrutarán de su fruto "(Jeremías 31:4-5). Es Dios, no Satanás, quien nos hizo bailar. Si crees que Satanás inventó el baile o que el baile es inherentemente pecaminoso, le das demasiado crédito a Satanás y a Dios muy poco. Dios colocó dentro de nosotros una respuesta física instintiva a la música. Como la música es un medio de adoración, también lo es el baile. Es cierto que algunas danzas deshonran a Dios, como algunas comidas, bebidas, oraciones y actividades religiosas deshonran a Dios. Desafortunadamente, mucho baile se ha asociado con la inmoralidad y la inmodestia. Pero, por supuesto, ese tipo de baile no existirá en la Nueva Tierra. ¿CONTAREMOS HISTORIAS? Dios regularmente le recuerda a su pueblo sus actos de fidelidad pasados: "Yo soy el Señor tu Dios que te sacó de Egipto, de la tierra de la esclavitud" (Éxodo 20: 2). La historia, cuando se ve con precisión, nos enseña sobre Dios y sobre nosotros mismos. Es el registro de nuestro fracaso para gobernar la tierra con rectitud, el registro de la redención soberana y graciosa de Dios sobre nosotros y nuestro planeta. Los ángeles podrán contar la creación del universo original (Job 38:1-7). Pero tendremos una historia aún mayor que contar: la creación del nuevo universo (Apocalipsis 21:1-4). Cuando nos reunimos en las comidas y en otros momentos, contaremos historias de batallas pasadas. Recitaremos los actos de gracia de Dios en nuestras vidas. (¿Estamos practicando esto ahora?) Algunos de esos actos de gracia que no entendimos en ese momento; algunos nos molestaron. Pero entonces veremos con una perspectiva eterna. Del mismo modo que ahora estamos cautivados por la historia de heroísmo o rescate del peligro de una persona, nos cautivarán las historias que compartiremos en el Cielo. Quiero escuchar a Jim Elliot, Ed McCully, Pete Fleming, Roger Youderian y Nate Saint hablar sobre su último día en la vieja Tierra. No puedo esperar para escuchar la historia de John Newton y la de William Wilberforce y Mary Magdalene. ¿No le gustaría saber del ángel que fortaleció a Cristo en Getsemaní (Lucas 22:43)? Imagínese sentado alrededor de fogatas en la Nueva Tierra, con los ojos muy abiertos ante las aventuras contadas. Sí, me refiero a contar historias reales sobre fogatas reales. ¿Por qué no? Después de todo, la amistad, la camaradería, la risa, las historias y las acogedoras fogatas son buenos regalos de Dios. Considere el maravilloso final del Evangelio de Juan: "Jesús hizo muchas otras cosas también. Si cada una de ellas fuera escrita, supongo que incluso el mundo entero no tendría espacio para los libros que serían escritos" (Juan 21:25) Los Evangelios contienen historias maravillosas, pero registran solo una pequeña fracción de lo que hizo Jesús. Y eso fue solo durante el breve lapso de su vida en la vieja Tierra. ¿Cuánto más habrá que contar sobre su vida interminable con su gente en la Nueva Tierra? Podemos esperar aventuras sin fin, encuentros, dichos profundos y experiencias deliciosas con Jesús. Cuando él cuenta una historia, todos estaremos al borde de nuestros asientos. En la Nueva Tierra, nuestros ojos y oídos resucitados verán y escucharán la gloria de Dios como nunca antes, y nuestros corazones resucitados serán conmovidos para ver su belleza en todas partes. Viviremos en una tierra de observaciones fascinantes, ideas cautivadoras, aventuras maravillosas e historias fascinantes. Las mejores novelas, obras de teatro y películas son historias de redención. Piense en Les Miserables o Las crónicas de Narnia o La trilogía de El señor de los anillos. Sacan su forma y poder de la última historia de redención. La historia más grande jamás contada, y será contada y contada desde miles de puntos de vista diferentes, enfatizando diferentes detalles, quedará grabada permanentemente en las manos y los pies de Jesús. Esa historia, sobre todo, estará en nuestros corazones y en nuestras lenguas. ¿HABRÁ ARTE, DRAMA Y ENTRETENIMIENTO? Dios es un inventor y el director del drama de redención que se desarrolla. Creó el universo, luego escribió, dirigió y asumió el papel principal en la mejor historia de la historia. Quienes vivimos nuestros propios dramas y participamos en los de Dios, cuyas vidas se enriquecieron a través del drama, debemos reconocer su valor en el nuevo universo. La calidad del drama probablemente mejorará enormemente. Imagine cómo las nuevas mentes y cuerpos en la Nueva Tierra nos estimularán a la adoración, el diálogo, la acción y la creatividad. ¿Usaremos las artes, incluyendo drama, pintura, escultura, música y mucho más, para alabar a Dios? ¿Brindarán diversión y entretenimiento para las personas resucitadas? CS Lewis dijo: "Cuando pintaste en la tierra ... fue porque vislumbraste el cielo en el paisaje terrenal". Finalmente, el nuevo paisaje terrenal será el paisaje del cielo. Pero eso no eliminará el arte, que es un regalo de Dios para sus portadores de imágenes. El arte se elevará a niveles cada vez más altos en el nuevo universo. 317 ¿Veremos películas en el cielo? Muchas películas actuales celebran el pecado y, por lo tanto, no tendrán un lugar allí. Pero las buenas películas, como los buenos libros, cuentan historias poderosas. Las películas en la Nueva Tierra podrían representar el pecado, como lo hace la Biblia, mostrando que está equivocado. Pero para cualquier representación del pecado, habría un mayor énfasis en la obra redentora de Dios. El profesor Arthur Roberts escribe sobre el drama y las artes en el cielo: "A algunas personas les puede resultar difícil imaginar el drama o la literatura sin tramas que involucren villanía, engaño, violencia o adulterio ... Tales temores son comprensibles, porque es difícil de ver más allá del horizonte de nuestra experiencia. Estas preguntas reflejan una visión inadecuada de la vida resucitada ... ¿Nuestras aventuras estéticas dependen del pecado para dar sabor? Creo que no. En el cielo, como en la tierra, el drama efectivo retrata un triunfo del bien sobre el mal "Me atrevo a decir que la inmensidad y la apertura del cosmos renovado ofrece aventuras adecuadas para cuentos épicos, solo que proporciona materia prima para las artes visuales, la pintura, la escultura, la arquitectura". 318 En lugar de olvidar nuestras vidas en la vieja Tierra, creo que las describiremos en drama y literatura con perspectiva y gratitud a Dios. ¿La gente realmente escribirá libros nuevos en la Nueva Tierra? ¿Por qué no? Leer y escribir no son el resultado del pecado; son el resultado de que Dios nos haga sus portadores de imágenes. A menos que creamos que la Tierra actual será más grande que la Nueva Tierra, entonces seguramente los mejores libros, dramas y poesías aún no se han escrito. Los autores tendrán nuevas ideas, información y perspectivas. Espero leer libros de no ficción que representan el carácter de Dios y las maravillas de su universo. Estoy ansioso por leer nuevas biografías y ficciones que cuentan poderosas historias redentoras, moviendo nuestros corazones para adorar a Dios. Seremos personas resucitadas con mentes, manos y ojos. Como hemos visto, habrá libros y edificios en el cielo. Pon suficientes libros en un edificio y tendrás una biblioteca. Imagina grandes filas de libros, cientos de miles, millones de ellos. Imagine escritorios y escaleras de roble llegando a grandes estantes llenos de libros. (Si le gusta cómo suena eso, puede pasar mucho tiempo en esa biblioteca o servir al Rey ayudando a otros a encontrar los libros correctos). ¿Será usted uno que escriba libros nuevos? Quizás. Quiero ser parte de un grupo que explore los vastos alcances del nuevo cosmos. Cuando mis compañeros exploradores y yo regresemos a casa en la Tierra, el planeta capital, y entremos a las puertas de la ciudad capital, nos reuniremos para comer y beber, y nos pondremos al día con nuestras historias. Escucharé tus historias; quizás escuches la mía. Quizás escribiré sobre grandes planetas de sistemas estelares muy lejanos. Te diré cómo mis exploraciones profundizaron mi amor por Jesús. Y tocarás o cantarás para mí la música de alabanza que compusiste mientras estaba fuera. Me maravillaré de su belleza, y veré a Jesús en él y en ti. Tal vez escribiré un libro sobre la galaxia Omega, mientras que tú escribirás uno sobre la música del corazón. Intercambiaremos manuscritos, estimularemos nuevas ideas y nos acercaremos más a Dios. ¿NOS REIREMOS? "Si no se te permite reír en el cielo, no quiero ir allí". No fue Mark Twain quien dijo eso. Fue Martin Luther. ¿Dónde se originó el humor? No con personas, ángeles o Satanás. Dios creó todas las cosas buenas, incluido el buen humor. Si Dios no tuviera sentido del humor, nosotros, como sus portadores de imágenes, no lo tendríamos. Que tiene sentido del humor es evidente en su creación. Considere osos hormigueros y babuinos. Echa un buen vistazo a una jirafa. Tienes que sonreír, ¿no? Cuando la risa es provocada por lo que es apropiado, Dios siempre se complace en ello. Creo que Cristo se reirá con nosotros, y su ingenio y naturaleza amante de la diversión será nuestra mayor fuente de risas sin fin. No hay nada como la risa de queridos amigos. La Biblia a menudo nos retrata alrededor de la mesa en el Reino venidero de Dios. ¿Qué sonido escuchas cuando los amigos se reúnen para comer y hablar? El sonido de la risa. Mi esposa, Nanci, ama el fútbol. Ella abre nuestra casa a familiares y amigos para el fútbol de los lunes por la noche. Si vinieras a nuestra casa, oirías vítores y gemidos, pero el sonido dominante en la habitación, semana tras semana, es la risa. Dios nos hizo reír y amar reír. Es terapéutico. El nuevo universo sonará de risa. ¿Estoy especulando sobre la risa? No. Puedo señalar pasajes de las Escrituras que vale la pena memorizar. Por ejemplo, Jesús dice: "Bienaventurados los que ahora tienen hambre, porque estarán satisfechos. Bienaventurados los que lloran ahora, porque se reirán" (Lucas 6:21). Vas a reir. ¿Cuándo estaremos satisfechos? En el cielo. ¿Cuándo nos reiremos? En el cielo. ¿Podemos estar seguros de eso? Si. Jesús nos dice exactamente cuándo se cumplirá esta promesa: "Alégrate en ese día y salta de alegría, porque grande es tu recompensa en el cielo" (Lucas 6:23). Así como Jesús promete satisfacción como recompensa en el cielo, también promete la risa como recompensa. Anticipando la risa por venir, Jesús dice que deberíamos "saltar de alegría" ahora. ¿Te imaginas a alguien saltando de alegría en absoluto silencio, sin risas? Toma un grupo de personas que se regocijan, ¿y qué escuchas? La risa. Puede haber abrazos, golpes de espalda, lucha juguetona, canto y narración de cuentos. Pero siempre hay risas. Es un regalo de Dios para la humanidad, un regalo que se elevará a nuevos niveles después de nuestra resurrección corporal. La recompensa de los que lloran ahora será la risa más tarde. Pasajes como el de Lucas 6 dieron a los primeros cristianos la fuerza para soportar la persecución en "una comprensión del cielo como compensación por los privilegios terrenales perdidos". En la tradición griega cristiana primitiva, el lunes de Pascua fue un "día de alegría y risa", llamado Bright Monday Solo los seguidores de Cristo pueden reírse ante la persecución y la muerte porque saben que su problema actual no es todo lo que hay. . Saben que algún día todo será correcto y alegre. 319 320 Por la gracia de Dios, podemos reírnos en la Tierra ahora, incluso bajo la sombra de la muerte. Jesús no dice: "Si lloras, pronto las cosas en la Tierra darán un mejor giro y luego te reirás". Las cosas no siempre darán un mejor giro a la Tierra. La enfermedad, la pérdida, el dolor y la muerte nos encontrarán. Así como nuestra recompensa vendrá en el cielo, la risa (una de nuestras recompensas) vendrá en el cielo, compensando nuestro dolor actual. Dios no solo limpiará todas nuestras lágrimas, sino que llenará nuestros corazones de alegría y nuestras bocas de risa. La felicidad del cielo no es como el estado estable y apacible de un lago de montaña donde apenas una onda perturba la tranquilidad de sus aguas. El cielo es más parecido a las olas crecientes y crecientes del Mississippi en la etapa de inundación. TORMENTAS SAM El hecho de que podamos preguntarnos si hay risas en el cielo muestra cuán sesgada es nuestra perspectiva. CS Lewis dijo: "Pero en este mundo todo está al revés. Lo que, si pudiera prolongarse aquí, sería un absentismo escolar, es más probable que en un país mejor sea el fin de los fines. La alegría es un asunto serio del Cielo ". 321 Incluso aquellos que son pobres, enfermos o afligidos pueden experimentar una risa terapéutica. Las personas en los servicios conmemorativos a menudo se ríen, incluso ante la muerte. Y si podemos reírnos ahora, en un mundo lleno de pobreza, enfermedades y desastres, seguramente nos reiremos más en el cielo. La única risa que no tendrá un lugar en el Cielo es la que suelen tener los comediantes nocturnos: una risa que se burla de las personas con problemas, alivia el sufrimiento humano o glorifica la inmoralidad. Jesús hace un comentario aleccionador en Lucas 6:25. Se dirige no solo al Cielo sino también al Infierno, diciendo: "¡Ay de ustedes que están bien alimentados ahora, porque pasarán hambre! ¡Ay de ustedes que se ríen ahora, porque llorarán y llorarán!". ¿Cuándo llorarán y llorarán los que se ríen? En la otra vida. Todos aquellos que no han entregado sus vidas a Dios, que han explotado e ignorado a los necesitados, que se ríen y ridiculizan a los desafortunados, y que se burlan de los estándares de pureza de Dios, tendrán toda la eternidad para llorar y llorar. Nunca se reirán de nuevo. Una de las grandes mentiras de Satanás es que Dios, y la bondad, no tiene alegría ni humor, mientras que Satanás y el mal traen placer y satisfacción. De hecho, es Satanás quien no tiene humor. El pecado no le trajo alegría; siempre lo despojó de alegría. En contraste, imagina a Jesús con sus discípulos. Si no puedes imaginarlo burlándose de ellos y riéndose con ellos, debes reevaluar tu comprensión de la Encarnación. Necesitamos una teología bíblica del humor que nos prepare para una eternidad de celebración y risas espontáneas. CS Lewis describe la risa en el cielo cuando sus personajes asisten a la gran reunión en la Nueva Narnia: "Y hubo saludos, besos, apretones de manos y viejos chistes revividos (no tienes idea de lo bien que suena un viejo chiste después de sacarlo de nuevo después de un descanso de quinientos o seiscientos años ". 322 ¿Quién es el ser humano más inteligente, creativo, ingenioso y alegre del universo? Jesucristo. ¿De quién será la risa más ruidosa y más contagiosa en la Nueva Tierra? De Jesucristo Cuando enfrentamos dificultades y desánimo en este mundo, debemos mantener nuestros ojos en la fuente de nuestra alegría. Recuerde: "Bienaventurados los que lloran ahora, ioxyou se reirá" (Lucas 6:21, énfasis agregado). ¿JUGAREMOS? Cuando éramos niños, jugábamos juntos, con perros, gatos y ranas. Disfrutamos escondiéndonos, trepando árboles, andando en trineo y lanzando bolas de nieve y pelotas de béisbol. Jugamos sin parar, sin tener que ir a ganarnos la vida. Jugamos solo porque fue divertido. ¿Está Dios complacido por eso? Sí, porque él creó y valora un espíritu infantil (Marcos 10:14-15). Si es divertido para los niños jugar en el barro y si seremos niños en la Nueva Tierra, ¿es difícil pensar que podríamos jugar en el barro? Si algo en ti dice que no habrá barro en la Nueva Tierra, ese algo es cristoplatonismo. Cuando Apocalipsis 22 habla de un río que fluye, con el árbol de la vida creciendo a ambos lados, ¿qué crees que estará en el borde del río, donde se encuentra con la tierra de la orilla? ¡Barro! Una madre me envió la pregunta de su hijo: "¿Habrá juguetes en el cielo?" Creo que la respuesta es si. Después de todo, seguiremos siendo humanos, entonces ¿por qué no tendríamos la inclinación humana y la capacidad de disfrutar las cosas? Y aún tendremos la capacidad de crear y crear objetos, así que ¿por qué no juguetes? ¿Son pecaminosos los juguetes? No. ¿Podrían haber existido en un mundo no caído, como producto de la creatividad humana? Por supuesto. ¿HABRÁ DEPORTES? Así como podemos esperar emprendimientos culturales como el arte, el drama y la música en la Nueva Tierra, podemos suponer que también disfrutaremos de los deportes allí. De acuerdo con el principio de continuidad, debemos esperar que la Nueva Tierra se caracterice por cosas familiares, terrenales (aunque no corruptas). Las Escrituras comparan la vida cristiana con las competencias deportivas (1 Corintios 9:24,27; 2 Timoteo 2:5). Debido a que los deportes no son inherentemente pecaminosos, tenemos muchas razones para creer que las mismas actividades, juegos, habilidades e intereses que disfrutamos aquí estarán disponibles en la Nueva Tierra, con muchos otros nuevos en los que no hemos pensado. (Su deporte favorito en el Cielo quizás uno del que nunca haya oído hablar o uno que aún no se haya inventado.) Los deportes y nuestro disfrute de ellos no son el resultado de la caída. No tengo dudas de que las personas sin pecado tendrían un atletismo ventilado, con probablemente más variaciones de las que tenemos hoy. Los deportes se adaptan a nuestras mentes y nuestros cuerpos. Son una expresión de nuestra humanidad diseñada por Dios. ¿En qué tipo de nuevos deportes y actividades podríamos participar en la Nueva Tierra? Las posibilidades son ilimitadas. Quizás participaremos en deportes que alguna vez fueron demasiado riesgosos. Y así como podríamos tener conversaciones estimulantes con teólogos y escritores en Heaven, también podríamos tener la oportunidad de practicar nuestros deportes favoritos con algunos de nuestros héroes deportivos favoritos. ¿Cómo le gustaría, en su cuerpo de resurrección, jugar al golf con Payne Stewart o jugar al baloncesto con David Robinson? ¿Cómo te gustaría jugar con Andy Pettitte o correr con Jesse Owens o Eric Liddell? Eric Liddell entendió que glorificar a Dios se extiende a cada parte de nuestras vidas. Al explicar que Dios lo había llamado no solo para el trabajo de misiones en China sino también para competir en los Juegos Olímpicos, Liddell le dijo a su hermana: "Me hizo rápido, y cuando corro siento el placer de Dios ... Dejar de correr sería ser para despreciarlo ". 323 En un torneo de tenis, una vez jugué un partido individual de cinco horas en el que cada uno de los tres sets fue a un desempate. Salí exhausto, perdí dos uñas de los pies y cojeé durante dos semanas. ¿Pero me arrepiento de un solo minuto de ese partido de cinco horas? Ni uno. Hay alegría en probar los límites de nuestros cuerpos. Además, esas emocionantes cinco horas crearon un vínculo permanente con mi oponente, quien se convirtió en mi amigo. A medida que gastamos energía en nuestros nuevos cuerpos, es posible que nos cansemos y necesitemos un refrigerio. Después de jugar durante horas, podemos comer y beber para reponer nuestros cuerpos, reírnos de lo que sucedió en el campo, disfrutar de la compañía del otro y alabar a Dios por el puro placer de todo. La gente me dijo: "Pero no puede haber atletismo en el cielo porque la competencia saca lo peor de la gente". Es cierto que el pecado de algunas personas se desborda durante la competencia atlética. Pero en el cielo, no habrá peor en nosotros para sacar. La gente objeta: "Pero en el deporte, alguien tiene que perder. Y en el cielo nadie puede perder". Quien dice eso He disfrutado muchos partidos de tenis y carreras de diez kilómetros que he perdido. Perder un juego no es malo. No es parte de la maldición. Decir que "todos tendrían que ganar en el cielo" subestima la naturaleza de la humanidad resucitada. ¿PUEDE HABER EMOCIONES SIN RIESGO? Un joven sincero me dijo que no importa lo que pueda decir, el cielo debe ser aburrido. ¿Por qué? "Porque no se puede apreciar lo bueno sin lo malo, la luz sin oscuridad o la seguridad sin peligro. Si el cielo está a salvo, si no hay riesgo, tiene que ser aburrido". Su primer error fue asumir que no hay bien sin mal. Dios dijo que la Tierra era "muy buena" antes de que hubiera pecado o algo malo (Génesis 1:31). Adán y Eva disfrutaron de la bondad de Edén antes de experimentar la maldad del pecado. Siguiente error de este joven fue creer que una persona tiene que actualmente ver el mal en el trabajo para apreciar bien y actualmente estar en peligro la seguridad de apreciar. Mi padre vivió la Gran Depresión. Me contó historias de dormir afuera en el frío, cubierto solo con periódicos. Papá me dijo por primera vez estas piedras cincuenta años después del hecho. Había podido dormir adentro durante medio siglo, pero recordaba vívidamente los tiempos difíciles. Supongamos que alguien le hubiera dicho: "No se puede apreciar tener un fuego cálido y una cama caliente a menos que exista la amenaza de dormir en el frío esta noche". Él decía: "¿Crees que alguna vez olvidaré esos días?" Sus recuerdos no lo hacían miserable; lo hicieron agradecido. Después de nuestra resurrección corporal, aún recordaremos la oscuridad y los peligros de esta vida. Contrastaremos nuestras experiencias pasadas con la luz y la seguridad de la Nueva Tierra, y estaremos profundamente agradecidos. El mismo joven dijo: "Me gusta la escalada y los deportes extremos. Disfruto trabajando duro y sudando. Pero no habrá ningún desafío en el cielo. Si no hay riesgo de caerse y morir, no puede ser muy divertido." ¿Dónde dice la Escritura que no habrá desafíos o trabajo duro en el cielo? ¿No hubo desafíos en el Edén? La Biblia dice que no habrá más maldad ni sufrimiento, no que no habrá desafíos. ¿Adán y Eva trabajaron duro? ¿Sudaron y se pusieron doloridos? Todos los que disfrutan del deporte saben que hay un "buen cansancio" y un "buen dolor". Es satisfactorio. Es parte de saber que te has estirado. ¿Por qué no sudarían nuestros cuerpos de resurrección? Dios no creó glándulas sudoríparas después de la caída, ¿verdad? ¿Por qué no podríamos caer mientras escalamos en la Nueva Tierra? ¿No habrá gravedad? Adán y Eva no podían morir, pero ¿no podían despellejarse las rodillas? Dios no creó originalmente cuerpos sin terminaciones nerviosas, ¿verdad? Quizás podrían caerse, causar daños menores y luego sanar rápidamente. Se nos dice que en la Nueva Tierra no habrá más muerte, llanto o dolor (Apocalipsis 21:4). Pero también se nos dice: "Las hojas del árbol son para la curación de las naciones" (Apocalipsis 22:2). Nadie sufrirá ni morirá en la Nueva Tierra, pero este pasaje sugiere que podría haber suficiente daño menor para requerir curación. Pero incluso si no hay absolutamente ninguna lesión, el miedo a la lesión y la muerte no son esenciales para la emoción, ¿verdad? Si supieras que en treinta años no había habido una sola muerte en una montaña rusa, ¿no podrías estar aún emocionado por el viaje? Cuando nuestras hijas eran pequeñas, experimentaron la emoción de los paseos en la feria mientras las abrazaba con fuerza. La diversión consistía en moverse rápido, girar, sentir el viento en sus caras. De la misma manera, ¿no podríamos lanzarnos en paracaídas desde un avión y tener una caída libre emocionante incluso si supiéramos que hay un cero por ciento de posibilidades de morir? (Algunos de nosotros podríamos considerarlo más divertido, no menos). Creo que nuestros cuerpos de resurrección tendrán adrenalina y la capacidad de sentir. En la Nueva Tierra podemos experimentar aventuras que hacen que nuestras actuales escaladas de montaña, surf, paracaidismo y paseos en montaña rusa parezcan aburridos. ¿Por qué digo esto? Es más que una ilusión. Es un argumento del diseño. Nos complace experimentar experiencias emocionantes no por el pecado sino porque Dios nos conectó de esta manera. No fuimos obligados a sentarnos todo el día en habitaciones oscuras, ver a los actores pretender vivir y los atletas hacen lo que no podemos. Fuimos creados para vivir vidas vibrantes. Algunos de nosotros estamos limitados físicamente, y otros son emocionalmente incapaces de manejar demasiada emoción. Pero esas son solo condiciones temporales. Se avecina un nuevo mundo y un nuevo nosotros. Debido a que el diseño de Dios no fue un accidente, porque no comete errores, podemos estar seguros de que la emoción y la emoción serán más, y no menos, una parte de nuestra experiencia en el Cielo de lo que es ahora. Paracaidismo sin paracaídas? Tal vez tal vez no. Buceo sin tanque de aire? Yo espero que sí. ¿Podremos tolerar el buceo a profundidades de cientos de pies sin equipo especial? Sabemos que nuestros cuerpos de resurrección serán superiores. ¿No sería fantástico probar sus límites e inventar nuevas tecnologías que extiendan nuestra capacidad de explorar y disfrutar a Dios en los poderosos reinos que él crea? Aquellos que conocen a Dios y creen en su promesa de resurrección corporal pueden soñar grandes sueños. Algún día viviremos esos sueños. C A P I T U L O 43 ¿SE CUMPLIRÁN NUESTROS SUEÑOS Y SE PODRÍAN RENUNCIAR A LAS OPORTUNIDADES? Muchas personas creen que esta vida es todo lo que hay. Su filosofia? "Solo andas una vez en esta tierra, así que toma lo que puedas". Si eres un hijo de Dios, no solo " andas una vez" en la Tierra. No obtienes solo una vida terrenal. Obtienes otro, uno mucho mejor y sin fin. ¡Habitarás la Nueva Tierra! Vivirás con el Dios que amas y las personas que amas como una persona eterna en una Tierra eterna. Los que van al infierno son los que andan una sola vez en esta tierra. Usamos el término vida eterna sin pensar en lo que significa. La vida es una existencia terrenal en la que trabajamos, descansamos, jugamos y nos relacionamos entre nosotros de maneras que incluyen el cultivo y el disfrute de la cultura. Sin embargo, hemos redefinido la vida eterna para que signifique una existencia fuera de la Tierra despojada de las propiedades definitorias de lo que sabemos que es la vida. La vida eterna disfrutará para siempre de lo que es la vida en la Tierra en sus mejores momentos, lo que estaba destinado a ser. Dado que en el cielo finalmente vamos a experimentar la vida en su mejor momento, sería más exacto llamar nuestra existencia actual del beforelife en lugar de lo que sigue la otra vida. ¿SE REALIZARÁN SUEÑOS SIN CUMPLIR EN EL CIELO? Sin una perspectiva eterna, sin comprender la realidad de que lo mejor está por venir, suponemos que las personas que mueren jóvenes, que tienen discapacidades, que no están sanas, que no se casan o que no [completan el espacio en blanco] inevitablemente se perderá lo mejor que la vida tiene para ofrecer. Pero la teología que subyace a esos supuestos es fatalmente defectuosa. Presumimos que nuestra Tierra actual, nuestros cuerpos, cultura, relaciones y vidas son superiores a los de la Nueva Tierra. Que estamos pensando Un día, Nanci me leyó cartas que nunca antes habíamos visto traducidas, escritas en 1920 por su abuela Ana Swanson a su familia en Suecia. Ana sufrió graves problemas de salud. Mientras estaba en Montana, cuidada por parientes, su esposo, Edwin, estaba en Oregon, trabajando y cuidando a sus siete hijos día y noche. Las cartas de Ana cuentan cómo Edwin se agotó, se enfermó y murió. Como Ana era demasiado débil para cuidar a sus hijos más pequeños, ellos, incluida la madre de Nanci, Adele, fueron dados en adopción. Las cartas de Ana reflejan su corazón roto, su culpa persistente. . . y su fe en Dios. Nanci y yo estábamos llenos de lágrimas mientras leíamos esas cartas. Qué trágica vive. Qué inconsolable decepción y dolor. Ana y Edwin amaban a Jesús. Una vez tuvieron grandes sueños para sus vidas y su familia. Pero la mala salud, la desgracia, la separación y la muerte los despojaron para siempre, de sus hijos y de sus sueños. O lo hizo? Mientras Nanci y yo hablamos, consideramos lo que Dios podría elegir dar a esta familia rota en la Nueva Tierra. Tal vez irán juntos a lugares a los que habrían ido si la salud y las finanzas lo hubieran permitido. Ciertamente, Ana no estará plagada de enfermedades, fatiga, dolor, ansiedad y culpa. ¿No es probable que su Dios gracioso, que se deleita en la redención, la renovación y la restauración, les brinde maravillosos momentos familiares que les robaron en la vieja Tierra? Quizás el Dios de las segundas oportunidades no solo consuele a Ana al eliminar su pena por lo que perdió. Quizás él de alguna manera realmente restaurará lo que ella perdió. Nuestro Dios no solo quitará el sufrimiento; Él compensará dándonos mayores placeres que si no hubiera habido sufrimiento. Él no solo limpia las lágrimas; él reemplaza esas lágrimas con alegrías correspondientes. Por lo tanto, "no vale la pena comparar nuestros sufrimientos actuales con la gloria que se revelará en nosotros" (Romanos 8:18). Creo que la Nueva Tierra nos ofrecerá oportunidades que deseamos pero que nunca tuvimos. El plan original de Dios era que los seres humanos vivirían vidas felices y satisfactorias en la Tierra. Si nuestras vidas actuales son nuestras únicas posibilidades, el plan de Dios se ha visto frustrado. Considere la injusticia: muchas personas honestas y fieles nunca tuvieron una vida plena, mientras que a algunas personas deshonestas e infieles les fue mucho mejor. Pero Dios no es injusto, y esta no es nuestra única oportunidad de vivir en la Tierra. La doctrina de la Nueva Tierra lo demuestra claramente. ¿Tenemos más apoyo bíblico para esto? Creo que sí, en el mismo pasaje que vimos anteriormente sobre la risa en el cielo. Lucas, el médico, habla de un gran número de personas que vinieron a Jesús "para escucharlo y ser sanados de sus enfermedades. Aquellos que estaban preocupados por espíritus malignos fueron curados, y todas las personas trataron de tocarlo, porque el poder venía de él y sanándolos a todos "(Lucas 6: 18-19). Considere lo que estaba pasando por la mente de Cristo al tratar con estos portadores de imágenes plagados de enfermedades, pobreza y opresión espiritual. Sabía que el mundo estaba lleno de personas a las que no curaría en esta vida. También sabía que las mismas personas que sanaba algún día se debilitarían nuevamente y morirían, dejando a sus familias llorando sobre sus tumbas. ¿Qué podría decir Jesús a tales personas? Lucas nos dice: "Bienaventurados los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios. Bienaventurados los que tienen hambre ahora, porque estarán satisfechos. Bienaventurados los que lloran ahora, porque reirán. Bienaventurados los hombres te odian cuando te excluyen y te insultan y rechazan tu nombre como malvado, por el Hijo del Hombre. Alégrate en ese día y salta de alegría, porque grande es tu recompensa en el cielo "(Lucas 6:20-23). Jesús le dice a los hambrientos que estarán satisfechos. Aquellos cuyos ojos están hinchados por las lágrimas se reirán. Los perseguidos deberían saltar de alegría ahora. ¿Por qué? Debido a su gran recompensa en el cielo más tarde. Por tres cosas le agradezco a Dios todos los días de mi vida: gracias por haberme dado conocimiento de sus obras; gracias profundas por haber puesto en mi oscuridad la lámpara de la fe; Un agradecimiento profundo y profundo que tengo otra vida que esperar, una vida alegre con luz, flores y canciones celestiales. HELEN KELLER ¿Dónde estará el cielo? En el pasaje paralelo, Jesús dice: "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra" (Mateo 5:3-5). La Tierra es el escenario para el máximo consuelo de Dios, para su inversión de las injusticias y tragedias de la vida. Viviremos de lo que heredamos: la tierra. Todas las bendiciones que Jesús prometió serán nuestras en el lugar donde viviremos: la Nueva Tierra. Esa es una razón por la que creo que en la Nueva Tierra, Ana y Edwin Swanson y sus hijos podrán experimentar mucho de lo que no experimentaron en la vieja Tierra. Dios promete compensar las angustias de esta tierra ¿Estás viviendo con la decepción de los sueños incumplidos? ¡En el cielo encontrarás su cumplimiento! ¿La pobreza, la mala salud, la guerra o la falta de tiempo te impidieron perseguir una aventura o un sueño? ¿Nunca terminaste de construir ese bote o pintar esa imagen o escribir ese libro, o leer esa pila de libros? Buenas noticias. En la Nueva Tierra tendrás una segunda oportunidad de hacer lo que soñaste hacer, y mucho más. Traté de expresar esta perspectiva en Safely Home, donde cuento la historia de Li Quan, un hombre chino brillante cuyo sueño era escribir y enseñar en una universidad. La persecución por su fe en Cristo le robó esa oportunidad. Trabajó en cambio como cerrajero asistente, en fidelidad y humildad. Nunca vio sus sueños cumplidos en la Tierra. Pero más tarde en el cielo, como lo imaginé, Cristo le asigna a Li Quan una tarea: escribir y enseñar. 324 No queremos vivir como otro tipo de criaturas en otro mundo. Lo que queremos es ser personas sanas y sin pecado viviendo en la Tierra, pero sin guerra, conflicto, enfermedad, desilusión y muerte. Queremos vivir en el tipo de mundo donde nuestros sueños, los anhelos más profundos de nuestros corazones, se hacen realidad. Eso es exactamente lo que la Palabra de Dios nos promete. Nuestro fracaso en comprender esto nos lastima de innumerables maneras. Nos desanimamos, suponiendo que, si somos discapacitados, nunca sabremos la alegría de correr en un prado o el placer de nadar. O si no estamos casados, o no tenemos un buen matrimonio, nunca sabremos la alegría del matrimonio. En la Nueva Tierra, en cuerpos perfectos, correremos a través de prados y nadaremos en lagos. Tendremos el matrimonio más emocionante y satisfactorio que haya existido, un matrimonio tan glorioso y completo que no habrá ningún propósito para otro. ¡Jesús mismo será nuestro novio! Es posible que la persona más inteligente que Dios haya creado en este mundo nunca haya aprendido a leer porque no tuvo la oportunidad. Es posible que la persona con mayor talento musical nunca haya tocado un instrumento musical. El mejor atleta nunca pudo haber competido en un juego. El deporte en el que eres mejor puede ser un deporte que nunca has probado, tu pasatiempo favorito en el que nunca has pensado. Vivir bajo la maldición significa que perdemos innumerables oportunidades. La reversión de la Maldición, y la resurrección de nuestros cuerpos y nuestra Tierra, significa que recuperaremos las oportunidades perdidas y heredaremos muchas más. ¿QUÉ ALEGRÍA ENCONTRAREMOS EN NUEVAS OPORTUNIDADES? Joni Eareckson Tada escribe desde su silla de ruedas: "No me han engañado por ser una persona completa, solo estoy atravesando un retraso de cuarenta años, y Dios está conmigo incluso a través de eso. Siendo 'glorificado', lo sé el significado de eso ahora. Es el momento, después de mi muerte aquí, cuando estaré de pie bailando ". 325 Peter Toon expresa la decepción que a menudo sentimos y la esperanza que podemos tener: La tensión más trágica en la existencia humana radica en el hecho de que el placer que encontramos en las cosas de esta vida, por muy bueno que sea el placer en sí mismo, siempre nos es quitado. Las cosas por las que los hombres se esfuerzan casi nunca resultan tan satisfactorias como esperaban, y en los raros casos en que lo hacen, tarde o temprano se las arrebatan ... . Para el cristiano, todas esas perfecciones parciales, rotas y fugaces que él vislumbra en el mundo a su alrededor, que se marchitan y le arrebatan incluso mientras se marchitan, se encuentran nuevamente, perfectas, completas y duraderas en la belleza absoluta. de Dios. 326 Dios es lo suficientemente grande no solo para cumplir tus sueños, sino también para expandirlos mientras anticipas el Cielo. Cuando experimentes desilusión y pérdida mientras sirves fielmente a Dios aquí, recuerda: la pérdida es temporal. Las ganancias serán eternas. Cada día en la Nueva Tierra será una nueva oportunidad para vivir los sueños que más importan. Ciertamente, algunos de nuestros sueños son indignos y serán olvidados. Pero creo que hay muchas razones para creer que la mayoría de nuestros sueños que honran a Dios que no se cumplieron en la vieja Tierra se cumplirán en la Nueva Tierra. Si una niña muere, ¿se perderá de hacer cosas divertidas y significativas en la Tierra que de otro modo hubiera hecho? La respuesta estándar es: "Estar con Jesús es mucho mejor". Esa respuesta es correcta pero incompleta. ¿Por qué? Porque Dios tiene un futuro para nosotros no solo en el Cielo presente sino también como personas resucitadas en la Nueva Tierra. Cuando somos jóvenes, soñamos con ser astronautas, atletas profesionales o grandes músicos. A medida que envejecemos, nuestros sueños se reducen y el "realismo" se hunde: nunca podremos cumplir la mayoría de nuestros sueños. La muerte del idealismo nos despoja de nuestra juventud y vitalidad. Nos volvemos cínicos y perdemos la sensación de asombro y nos maravillamos de nuestros sueños. Pero cuando nos damos cuenta de que Dios nos llama a ser como niños y que nos dará un nuevo universo y un tiempo ilimitado, de repente "lo entendemos". Nos damos cuenta de que tendremos la oportunidad de cumplir nuestros sueños. De hecho, desarrollaremos sueños más grandes que nunca, y también los cumpliremos. Nuestros sueños se expandirán, no se reducirán. Cuando se invierte la Maldición, los sueños reducidos serán revividos y mejorados. Tal vez eso sea parte de lo que significa ser como un niño pequeño y por qué la similitud infantil es necesaria para el Cielo. Los niños no están desilusionados, sin esperanza y cínicos. Sus sueños son grandes y amplios. No enumeran cien razones por las cuales sus sueños no pueden hacerse realidad. Sus sueños alimentan su imaginación y les dan alegría. Y la vida eterna en una Nueva Tierra significa la oportunidad de cumplir cada sueño digno. Al final de la producción de Peter Jackson de El retorno del rey, Bilbo Baggins, extremadamente viejo, decrépito y de mente débil, es invitado a abordar un barco élfico para navegar desde la Tierra Media hasta Valinor (una especie de Cielo intermedio). Él sonríe, y una energía juvenil vuelve a sus ojos cuando dice: "Creo que estoy bastante listo para otra aventura". Para el cristiano, la muerte no es el final de la aventura, sino una puerta de entrada de un mundo donde los sueños y las aventuras se reducen, a un mundo donde los sueños y las aventuras se expanden para siempre. A medida que avanzamos hacia nuestro futuro en la Nueva Tierra, perderemos tiempo e innumerables oportunidades aquí, pero las recuperaremos allí. Y mientras mejor usemos nuestro tiempo y oportunidad para la gloria de Dios ahora, mayores serán nuestras oportunidades allí (Lucas 16:11-12; 19:17). ¿CÓMO DEBE AFECTARNOS LA PROMESA DE COMPENSACIÓN? La falta de una perspectiva eterna nos prepara no solo para el desánimo sino también para el pecado. Nos decimos a nosotros mismos: si no experimento una relación íntima ahora, nunca lo haré. O si no tengo los medios para ir allí, nunca lo tendré. Luego nos sentimos desesperados, tentados a tomar atajos para obtener lo que queremos (lo que creemos que queremos). Estamos tentados a la fornicación, la deshonestidad o el robo. O vivimos en arrepentimiento, codicia y envidia. Pero si entendemos que realmente viviremos en un nuevo cielo y en una Nueva Tierra, un nuevo universo lleno de nuevas oportunidades, entonces podemos renunciar a ciertos placeres y experiencias ahora, sabiendo que podemos disfrutarlos más tarde. Como digo en mi libro The Law of Rewards, es al renunciar a varios placeres, posesiones y poder ahora que los obtenemos en el próximo mundo. Entonces, no solo es virtuoso para nosotros hacer sacrificios por los necesitados ahora; También es sabio. Jesús dijo que si ayudamos a los necesitados que no pueden pagarnos, "se te pagará por la resurrección de los justos" (Lucas 14:14). Los tesoros que depositamos en el cielo serán nuestros para disfrutar para siempre (Mateo 6:19-20). Si somos cristianos, tenemos dos oportunidades para vivir en la Tierra. Este primero no es más que un punto. Comienza, termina. Es breve La segunda oportunidad será una línea, que se extenderá para siempre. Todos vivimos en el punto. Pero si somos inteligentes, estaremos viviendo para la línea. 327 Se nos dice "de acuerdo con su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, el hogar de la justicia" (2 Pedro 3:13). Sin embargo, ¿cuántos de nosotros estamos ansiosos por la Nueva Tierra? ¿Conscientemente? ¿Diario? En sus momentos de inactividad, cuando su mente gravita hacia lo que más le emociona e interesa, ¿en qué piensa? ¿Un coche nuevo? ¿Una película? ¿Una oportunidad de negocio? ¿Una oportunidad de hacerse rico? ¿Un hombre o mujer atractivo? ¿Unas vacaciones divertidas? ¿O la nueva tierra? Probablemente, esperas muchas cosas más que la Nueva Tierra. Sin embargo, vivir allí con Jesús debería estar en lo más alto de nuestras listas. La anticipación de cuerpos resucitados y una Tierra resucitada debería alentar enormemente a todos los que viven con enfermedades, discapacidades y responsabilidades de la vejez. Algunos de ustedes están postrados en cama, otros están en sillas de ruedas. Otros están cansados, confundidos, incapaces de hacer lo que anhelas. Pero para aquellos que conocen a Jesús, todo eso cambiará. El Señor que anhelamos, el mundo que anhelamos, las relaciones, el cuerpo y la mente que anhelamos, siempre serán nuestros. ¿ES EL MEJOR AÚN SER? Las primeras líneas del poema de Robert Browning "Rabino Ben Ezra" resuenan en muchas personas: ¡Envejece junto a mi! Lo mejor está por venir, El último de la vida, para el cual se hizo el primero. Desafortunadamente, una pareja mayor llega a un momento en que esas palabras felices suenan huecas. Las enfermedades, la senilidad, la incapacidad o los accidentes inevitablemente llegan y eventualmente causan la muerte. Con la muerte viene la separación de la persona amada, un final desgarrador. Entonces las encantadoras palabras de Browning pueden perseguirnos. La vejez y el "último de la vida", idealizados en el poema, pueden ser brutales, devastadores, tristes y solitarios. Nanci y yo vimos morir a nuestras queridas madres, luego vimos impotentes cómo nuestros padres envejecían y se debilitaban, en cuerpo y mente. Desde una perspectiva humana, se sentía desesperado porque habían estado en sus picos físicos y mentales muchos años antes, y todo lo que podían hacer era deslizarse. Pero una perspectiva bíblica cambió todo para nosotros. Las Escrituras nos recordaron que Dios tenía un propósito para nuestros padres y que después de un breve período de deterioro, irían al Cielo e inmediatamente serían relevados de sus dificultades. Entonces, un día, Dios los levantará, y tendrán nuevas mentes y cuerpos, listos para comenzar de nuevo en una Nueva Tierra. Para los creyentes, las líneas poéticas más precisas serían: Lo mejor está por venir, La siguiente de las vidas, para la cual se hizo la primera. ¡Lo último de nuestra vida antes de morir es, de hecho, no lo último de nuestra vida! Seguiremos viviendo en otro lugar. Y un día, en la resurrección, viviremos de nuevo en la Tierra, una vida tan rica y alegre que, en comparación, esta vida parecerá empobrecida. Dentro de millones de años seguiremos siendo jóvenes. En nuestra sociedad, muchas personas recurren a cirugías estéticas, implantes y otros métodos para remodelar y renovar nuestros cuerpos en ruinas. Nos aferramos a la juventud con un agarre de nudillos blancos. En definitiva, todo es en vano. Pero el evangelio nos promete juventud eterna, salud, belleza y felicidad en presencia de nuestro Dios y nuestra familia espiritual. No es nuestro ahora, pero lo será, en la resurrección de los muertos. ¿PASAMOS NUESTROS PICOS? El siguiente diagrama ilustra la visión bíblica del futuro para aquellos que conocen a Cristo. La parte del gráfico a continuación que representa la vida en la Tierra actual es la única que se sumerge, representando el declive físico y mental de la vejez que tantos experimentan bajo la Maldición. Pero en el momento de la muerte, le sigue un dramático movimiento ascendente en el que el creyente va inmediatamente a estar con Cristo en el Cielo intermedio. Sin embargo, a pesar de que es una gran mejora, no es el pico del creyente. Resucitaremos, eventualmente viviremos en una Tierra resucitada. Nuestro conocimiento y experiencias de la vida, ciertamente, y probablemente nuestras habilidades y fortaleza, continuarán desarrollándose. En otras palabras, nunca pasaremos nuestro pico. Escribo este libro consciente de que no estaré en la Tierra por mucho tiempo. Oh, podría durar otros treinta años. Pero podría ser veinte, diez, cinco o uno, un año, día u hora. Cuando este libro salga a su próxima impresión, podría ser un verdadero experto en el Cielo actual, como residente. Para cuando lo leas, puedo haber muerto hace años. Nuestro tiempo aquí es corto. Pero cuando consideramos que "aquí" está bajo la Maldición y que "allí" está libre de esa maldición, ¿por qué querrían las personas en sus cabales estar aquí en lugar de estar allí? Cuando escribí la primera edición de este libro, el querido padre de Nanci se estaba muriendo, cayendo cada vez más lejos de su pico de mente y cuerpo muy fuertes. Escuché a Nanci decirle a alguien por teléfono: "La vida se está acercando a él, pero se dirige en la dirección correcta". Es paradójico, ¿no? Pero cierto. Cuanto más nos alejamos de nuestro pico terrenal, más nos acercamos al Cielo actual, donde ahora reside el padre de Nanci, y finalmente a la Nueva Tierra. Para el cristiano, la muerte es la puerta de entrada al Cristo que la ha vencido y se la tragará. Por lo tanto, ir hacia la muerte es ir en la dirección correcta. El padre de Nanci ahora tiene una mente restaurada, y un día tendrá un cuerpo restaurado, ambos muy superiores a lo que tenía aquí en sus "mejores días". Comprender que nuestro pico no llega en esta vida debería cambiar radicalmente nuestra visión del deterioro de la salud, lo que de otro modo produciría desánimo, arrepentimiento, enojo, envidia y resentimiento. Las personas mayores podrían envidiar y resentir a los jóvenes por lo que pueden hacer. Las personas discapacitadas desde el nacimiento podrían envidiar y resentir a los demás por lo que pueden hacer. Pero cuando los ancianos y los discapacitados reconocen que sus experiencias en la Nueva Tierra serán mucho mejores que las mejores que cualquier otra persona está experimentando aquí y ahora, trae anticipación, satisfacción, consuelo y la capacidad de regocijarse por completo en las actividades de los jóvenes y jóvenes. saludable, sin envidia ni arrepentimiento. Las personas sin Cristo solo pueden mirar hacia atrás cuando estaban en su mejor momento, para nunca recuperarlo. Los recuerdos son todo lo que tienen, e incluso esos recuerdos se desvanecen. Pero los cristianos ancianos o postrados en cama no miran hacia atrás a la cima de su destreza. Lo esperan con ansias. Cuando los cristianos nos sentamos en sillas de ruedas o nos acostamos en las camas o sentimos que nuestros cuerpos se apagan, recordémonos: "No he superado mi pico. Todavía no me he acercado a él. Lo más fuerte y saludable que he sentido es una leve sugerencia de lo que estaré en mi cuerpo resucitado en la Nueva Tierra ". Esto no es una ilusión. Esta es la promesa explícita de Dios. Es tan cierto como Juan 3:16 y cualquier otra cosa que la Biblia nos diga. Cuando la escritora de himnos ciegos Fanny Crosby escribió las líneas "Su gloria veremos" y "Cuando nuestros ojos vean la ciudad", sus pensamientos fueron aún más significativos porque sus ojos nunca habían visto nada. Le diría a la gente que no sienta pena por ella porque la primera cara que vería sería la de Cristo. Su vista se curó para siempre en 1915 cuando murió y dejó este mundo. Tuve el privilegio de pasar dos horas solo con el fundador de Campus Crusade, Bill Bright, seis meses antes de morir. Mientras estaba sentado allí, con los tubos corriendo hacia su tanque de oxígeno, casi saltó de su silla cuando hablamos sobre el Cielo y el Dios que amaba. Este no era un hombre más allá de su pico, sino uno inclinado hacia él. "El camino de los justos es como la luz del amanecer, que brilla más y más hasta el día completo" (Proverbios 4:18, NASB). Esto era cierto para Bill Bright. Aunque cuando desayuné con él esa mañana se acercaba a su muerte, sus ojos y su sonrisa parecían sobrenaturalmente jóvenes. Dallas Willard dice en The Divine Conspiracy: Me encuentro con muchos cristianos fieles que, a pesar de su fe, están profundamente decepcionados de cómo han resultado sus vidas. A veces es simplemente una cuestión de cómo experimentan el envejecimiento, lo que significan que ya no tienen futuro. Pero a menudo, debido a circunstancias o decisiones y acciones erróneas de otros, lo que esperaban lograr en la vida no lo hicieron. Se preguntan dolorosamente sobre lo que pueden haber hecho mal, o sobre si Dios realmente ha estado con ellos. Gran parte de la angustia de estas buenas personas proviene de no darse cuenta de que su vida está por delante. Que están llegando al final de su vida actual, la vida "en la carne", es de poca importancia. Lo importante es el tipo de persona en que se han convertido. Las circunstancias y otras personas no tienen el control del carácter de un individuo o de la vida que yace sin cesar ante nosotros en el reino de Dios. 328 Puede llegar el momento en que no pueda jugar al tenis, andar en bicicleta, conducir, escribir libros o leerlos. Puedo sufrir terriblemente antes de morir. Algún día mi esposa o mis hijas pueden sentarse al lado de mi cama, asegurándome amorosamente que he estado imaginando cosas nuevamente. No espero eso. Pero sí miro más allá. Primero busco estar con mi Jesús, segundo estar con mis seres queridos, tercero con el regreso de Cristo y la resurrección corporal, y cuarto con poner un pie en mi hogar eterno: la Nueva Tierra. Me dan ganas de gritar, llorar y reír solo de pensarlo. Mis últimos años, semanas o días no serán los últimos que mi esposa o hijas verán de mí. Estaré con ellos otra vez, y algún día todos tendremos cuerpos y mentes mucho mejores que los mejores que hemos conocido aquí. Conversaremos con una brillantez, ingenio, alegría y fuerza que nunca hemos conocido. No miro hacia atrás nostálgicamente en momentos maravillosos de mi vida, pensando melancólicamente que los mejores días han quedado atrás. Los veo como anticipos de una eternidad de cosas mejores. Los brotes de los mejores momentos de esta vida no se marchitan y mueren; florecen en grandes momentos, cada uno para ser atesorado, ninguno para perderse. Todo lo que se haga en dependencia de Dios dará fruto por la eternidad. Esta vida no necesita ser desperdiciada. En pequeños y a menudo desapercibidos actos de servicio a Cristo, podemos invertir esta vida en la eternidad, donde la fidelidad de hoy siempre pagará grandes dividendos. "Gracias, Señor, que lo mejor está por llegar". Esa es mi oración. Un día Dios limpiará el pecado, la muerte y la tristeza, así como los constructores limpiarán los escombros para que puedan comenzar una nueva construcción. ¿CÓMO PUEDE CAMBIARNOS LAS ANTICIPANTES NUEVAS OPORTUNIDADES? Después de que Colón descubriera el Nuevo Mundo, España golpeó monedas con el eslogan latino Plus Ultra. Significaba "Más allá". Este fue un mensaje que expandió el horizonte a las personas que siempre habían creído que el mundo que sabían era todo lo que había. Siempre disfrutaremos de las maravillas de la Nueva Tierra, pero también nos prometen los nuevos cielos, incluidas las estrellas, los planetas y las maravillas cósmicas que nos emocionarán. Plus Ultra: siempre habrá más por descubrir acerca de nuestro Dios. En su nuevo universo siempre habrá más allá. Dios va a disfrutar su nuevo universo, y entraremos en su alegría. Como sacaremos de la reserva del ser de Dios, que nunca se seca, nunca nos quedaremos sin pasión y alegría. Y la creación de Dios nunca se quedará sin la belleza que será el reflejo del Creador. A las 2:30 de la madrugada del 19 de noviembre de 2002, estaba parado en nuestra terraza, contemplando el cielo nocturno. Por encima de mí estaba la lluvia de meteoros de las Leonidas, la mejor exhibición de fuegos artificiales celestes hasta el año 2096. Para alguien que ha disfrutado de las lluvias de meteoritos desde que era un niño, este fue el evento celestial de su vida. En el cielo es el reverso directo en la tierra; por ahí, por mucho tiempo las cosas ser cada vez más juvenil, es decir, más vigoroso, activo, tierno y hermoso. J0NATHAN EDWARDS Había solo un problema. Las nubes cubrían el cielo de Oregon. De los cientos de meteoritos rayados sobre mí, no pude ver ninguno. Me sentí como a un hombre ciego que me decía: "Te estás perdiendo la puesta de sol más hermosa de tu vida. Nunca podrás ver otra igual". ¿Estaba decepcionado? Por supuesto. Después de buscar en vano pequeñas grietas en el cielo, entré y escribí estos párrafos. Estoy decepcionado, pero no desilusionado. ¿Por qué? Porque no me perdí el evento celestial de mi vida. Mi vida es para siempre. Mi residencia será un nuevo universo, con maravillas celestiales mucho más espectaculares, y tendré la capacidad de mirar a través de las nubes o elevarme por encima de ellas. Durante una espectacular lluvia de meteoritos unos años antes, me había parado en nuestra terraza mirando un cielo despejado. Parte de la diversión fue escuchar los oohs y ahhs de los vecinos que miraban hacia arriba. Multiplique estos oohs y aahs por diez mil veces diez mil, y sugerirán nuestra respuesta atronadora a lo que nuestro Padre hará en los nuevos cielos mientras miramos hacia arriba desde la Nueva Tierra. En el interior de la puerta de mi oficina hay una hermosa fotografía de una colección de varios cientos de galaxias (hay más de tres mil detectables en la imagen completa), con un promedio de quizás cien mil millones de estrellas cada una, nunca vistas con claridad hasta que el Hubble las fotografió. telescopio espacial La fotografía representa la vista más profunda del universo, llamada Hubble Deep Field. Además de las galaxias en forma de espiral y elíptica, hay una sorprendente variedad de otras formas y colores de galaxias. Esta es una pequeña vista de ojo de cerradura del universo, que cubre una mota de cielo de un trigésimo del diámetro de la luna. Cuando miro esta foto, adoro a Dios. 329 Somos no más allá de nuestra privilegiada. La tierra, los planetas, las estrellas y las galaxias no han pasado su mejor momento. Son un fénix moribundo que se convertirá nuevamente en algo mucho más grande, algo que nunca morirá. No puedo esperar para ver las lluvias de meteoritos realmente geniales y los cometas y sistemas estelares y galaxias verdaderamente espectaculares del nuevo universo. Y no puedo esperar para mirarlos junto a amigos que alguna vez estuvieron ciegos y que vivieron sus vidas en la Tierra, siempre escuchando lo que se estaban perdiendo, algunos creyendo que nunca verían, lamentando las imágenes y los eventos de toda una vida más allá de su capacidad de percibir. . Las bellezas ocultas se les revelarán a ellos, ya nosotros. Plus Ultra: hay más allá. Si conocemos a Jesús, usted y yo, nosotros, que nunca superaremos nuestros picos, estaremos allí para contemplar una revelación interminable de maravillas naturales que muestran la gloria de Dios. . . sin nada para bloquear nuestra vista. C A P I T U L O 44 ¿DISEÑAREMOS ARTESANÍA, TECNOLOGÍA Y NUEVOS MODOS DE VIAJE? G od proveerá para nosotros un universo natural renovada y una nueva ciudad con lo mejor de la cultura humana desde la edad de la Tierra. ¿Pero a dónde irá la civilización a partir de ahí? Eso dependerá de nosotros. Porque, así como Dios llamó a Adán y Eva, Dios nos llama a desarrollar una cultura agradable a Cristo y a gobernar el mundo para su gloria. Con ciencia y tecnología avanzadas, construiremos cosas mucho mayores en la Nueva Tierra que en la antigua. Paul Marshall señala: "La Biblia nunca condena la tecnología en sí misma... No hace la distinción moderna entre lo que es" natural "y lo que es" artificial ". Ambos se ven simplemente como aspectos de lo que es 'creacional', una categoría que incluye tanto el mundo humano como el no humano en relación el uno con el otro ". 330 ¿DIOS VALORA LA GESTIÓN ARTESANAL? La primera persona que la Escritura describe como "lleno del Espíritu" no era un profeta o sacerdote; Él era un artesano. "Entonces el Señor le dijo a Moisés: 'Mira, he elegido a Bezalel hijo de Uri ... y lo he llenado con el Espíritu de Dios, con habilidad, habilidad y conocimiento en todo tipo de manualidades, para hacer diseños artísticos para trabajo en oro, plata y bronce, para cortar y colocar piedras, para trabajar en madera y para realizar todo tipo de artesanía. Además, he designado a Oholiab, hijo de Ahisamach, de la tribu de Dan, para que lo ayude. También he dado habilidad a todos los artesanos para hacer todo lo que te he mandado "" (Éxodo 31:1-6). Dios dotó y llamó a Bezalel para ser un hábil trabajador, un maestro artesano, un artista que glorifica a Dios. Bezalel y Oholiab no solo crearon obras de arte, sino también capacitaron a aprendices para hacerlo. Los obsequios y el llamado fueron de Dios: "Los ha llenado de habilidad para hacer todo tipo de trabajo como artesanos, diseñadores, bordadores en hilo azul, púrpura y escarlata y lino fino, y tejedores, todos ellos maestros artesanos y diseñadores" ( Éxodo 35:35). Si no crees que la artesanía será una parte importante de la Nueva Tierra, lee Éxodo 25-40. Dios le dice a su pueblo con exquisito detalle cómo coser ropa, qué colores usar, cómo construir los muebles para el Arca del Pacto y el Tabernáculo, qué piedras poner en el peto del sumo sacerdote, etc. El Maestro Diseñador entra en gran detalle en sus instrucciones para construir el Tabernáculo: el velo y la cortina, el Arca del Pacto, la mesa, el candelabro, el altar de las ofrendas quemadas, el patio, el altar del incienso, el lavabo, los sacerdotes. 'ropa. El diseño, la precisión y la belleza de estas cosas nos hablan de Dios, de nosotros mismos y de la cultura de la Nueva Tierra. Aquellos que imaginan que la espiritualidad es algo etéreo e invisible, sin relación con nuestras habilidades físicas, creatividad y desarrollo cultural, no entienden las Escrituras. Las instrucciones de Dios y su deleite en los dones que imparte a las personas para realizar estas tareas dejan en claro lo que debemos esperar en el cielo: mayores obras de artesanía y construcción, sin obstáculos por el pecado y la muerte. No fue un accidente que Jesús nació en la familia de un carpintero. Los carpinteros son fabricantes. Dios es un hacedor. Nunca dejará de ser un creador. Dios nos hizo, sus portadores de imágenes, para ser creadores. Nunca dejaremos de ser creadores. Cuando morimos, no dejaremos atrás nuestra creatividad, sino solo lo que obstaculiza nuestra capacidad de honrar a Dios a través de lo que creamos. ¿HABRÁ COMERCIO Y NEGOCIOS? Creo que veremos el comercio y los negocios en el Cielo, aunque no por las mismas razones por las que nos involucramos en ellos ahora. Hay mucho más en los negocios y el comercio que poner comida en la mesa o reparar el techo, aunque esas son buenas razones. Los negocios no son el resultado del pecado sino de la interdependencia humana, la creatividad y la variedad. Decir que no "necesitaremos" dinero, bienes o servicios en la Nueva Tierra no cierra la discusión. Es posible que tampoco "necesitemos" hogares, comida y bebida, pero los disfrutaremos de todos modos. Cuando los reyes de las naciones traen tesoros a la ciudad, ¿es posible que un propósito sea rendir homenaje al Rey y otro intercambiar tesoros con otros grupos de personas? ¿Podrían entonces devolver a su propia gente los esplendores culturales, incluidos los descubrimientos e inventos, de otras naciones? Incluso ahora, el comercio honesto brinda beneficio y placer a ambas partes. Las personas comercian y se dedican a negocios por razones además de la supervivencia. Es posible que los negocios como los conocemos puedan ser reemplazados por una estructura social centrada en crear, dar y recibir. Un artista puede crear una obra hermosa y simplemente regalarla para deleite de alguien, tal como Cristo da libremente de sí mismo. Jesús dijo que es "más bendecido dar que recibir" (Hechos 20:35), por lo que la alegría de dar a alguien un tesoro cultural excedería incluso la alegría de recibir uno. Ya sea que trabaje en una librería, panadería o escuela, ¿no experimenta alegría al usar sus conocimientos, habilidades, servicios y productos para ayudar y complacer a los demás? Claro, también es bueno y, a menudo, necesario ganar dinero, pero esa no es la máxima alegría. Si descartamos la posibilidad de negocios y comercio en la Nueva Tierra, enviamos el mensaje equivocado: que los negocios y el comercio son parte de la Maldición, inherentemente no espirituales o sin importancia para Dios. Por el contrario, la Palabra de Dios nos dice: "Hagas lo que hagas, hazlo con todo tu corazón, trabajando para el Señor, no para los hombres, ya que sabes que recibirás una herencia del Señor como recompensa. Es al Señor Cristo al que estás sirviendo "(Colosenses 3: 23-24). Trabajamos para él en la Tierra actual, y trabajaremos para él en la Nueva Tierra. ¿HABRÁ TECNOLOGÍA Y MAQUINARIA? La tecnología es un aspecto dado por Dios de la capacidad humana que nos permite cumplir su mandato de ejercer dominio. Como hemos visto, encontraremos arpas, trompetas y otros objetos hechos por el hombre en el Cielo actual. ¿Qué deberíamos esperar encontrar en la Nueva Tierra? Mesas, sillas, armarios, vagones, maquinaria, transporte, equipamiento deportivo y mucho más. Es una visión estrecha tanto de Dios como de los humanos imaginar que Dios puede estar complacido y glorificado con una trompeta, pero no con un escritorio, computadora o bate de béisbol. ¿Habrá nuevos inventos? ¿Refinamientos de viejos inventos? ¿Por qué no? Viviremos en cuerpos resucitados en una Tierra resucitada. El Dios que le dio creatividad a la gente seguramente no la recuperará, ¿verdad? Los dones y el llamado de Dios son irrevocables (Romanos 11:29). Cuando Dios le dio el Edén a Adán y Eva, esperaba que lo desarrollaran. Nos dará la Nueva Tierra y esperará lo mismo de nosotros. ¡Pero esta vez tendremos éxito! Esta vez, ningún logro humano, ninguna obra maestra cultural, ningún logro tecnológico se verá empañado por el pecado y la muerte. Todos servirán plenamente los propósitos de Dios y le traerán gloria. En esta tierra, buscamos consuelo e inventamos formas de obtenerlo. En la Nueva Tierra, la comodidad puede buscarnos. Se puede incorporar al medio ambiente para que nuestros esfuerzos se puedan dedicar a otras preocupaciones. Por supuesto, tendremos el conocimiento tecnológico y las habilidades para controlar nuestro entorno, por lo que, si podemos hacernos más cómodos, lo haremos. Algo en la constitución humana le encanta crear, modificar, experimentar y jugar con maquinaria. Este no es un desarrollo moderno; también era cierto para los pueblos antiguos. Es inherente al ejercicio del dominio sobre la creación. Si la humanidad nunca hubiera pecado, ¿habríamos inventado la rueda y creado maquinaria? Ciertamente. En la Nueva Tierra, ¿no deberíamos esperar maquinaria hecha para el bien de la humanidad y la gloria de Dios? En la Nueva Tierra, la gente podría inventar maquinaria que nos llevaría a los extremos de la Nueva Vía Láctea, a otras galaxias y más allá. ¿Por qué no? ¿Es esta noción más impensable de lo que alguna vez fue imaginar navegar un barco a través de un océano o volar un avión alrededor del mundo o aterrizar una nave espacial en la luna? Debido a que las personas en este mundo caído han extendido su dominio más allá de nuestra Tierra actual, ¿no podríamos esperar que las personas en la Nueva Tierra extiendan su alcance exaltador de Cristo al nuevo universo? ¿CÓMO SERÁ EL VIAJE? Muchas personas han preguntado cómo viajarán nuestros cuerpos resucitados en la Nueva Tierra, preguntándose si podremos materializarnos, como aparentemente Cristo pudo hacer en su cuerpo resucitado (Juan 20: 24-26). ¿Se convertirán nuestros cuerpos en sirvientes de nuestras voluntades justas, cumpliendo sus instrucciones? ¿Podríamos ir a alguna parte simplemente pensando o deseando? Posiblemente. También es posible que, aunque nuestros cuerpos sean como los de Cristo, su habilidad para desmaterializarse y materializarse y elevarse en su ascensión podría ser exclusiva de su deidad. No podemos estar seguros sobre este punto. Felipe, después de encontrarse con el etíope, fue "arrebatado" por el Espíritu de Dios y se encontró en Azoto (Hechos 8: 25-40). Philip no se arrebató, pero tal vez experimentó un anticipo de lo que podría hacer una persona empoderada por el Espíritu con un cuerpo de resurrección. Dado que gobernaremos con Cristo sobre una vasta Nueva Tierra, y posiblemente sobre lugares lejanos en los nuevos cielos, parece probable que podamos ser transportados instantáneamente a grandes distancias. Tal vez podamos estar directamente en la presencia de Cristo, adorándolo ante su trono en la Nueva Jerusalén, y luego ir a nuestras tareas lejos, solo para volver a él regularmente. Quizás podamos viajar a los confines de la Nueva Tierra, o incluso a las partes remotas del nuevo universo, en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, sabemos que la Nueva Jerusalén tendrá calles y puertas, lo que sugiere modos de viaje convencionales. Si los ciudadanos solo caminaran, tal vez los caminos serían suficientes. Pero las calles pueden sugerir el uso de carros y carros tirados por caballos, o algo más avanzado. ¿Montaremos bicicletas y conduciremos vehículos motorizados? ¿Viajaremos a otros lugares fuera de la Nueva Jerusalén en aviones? No lo sabemos, Pero deberíamos usar el "¿por qué no?" prueba. ¿Hay algo pecaminoso en las ruedas y los motores? A menos que seas un Christoplatonista, te das cuenta de que la respuesta es no. Por lo tanto, no hay razón para suponer que no disfrutaremos de modos de viaje de alta tecnología en la Nueva Tierra. Recuerde, la Nueva Tierra no es un regreso al Edén en el sentido de abandonar la cultura, incluidos los inventos, el transporte y la tecnología. Es una Tierra resucitada con personas resucitadas, que tienen mejores cerebros y serán capaces de mejores inventos. ¿Cuánto tiempo le tomaría a personas brillantes que trabajan en plena cooperación para lograr avances tecnológicos sorprendentes? Imagine lo rápido que el transbordador espacial podría convertirse en una reliquia. ¿VIAJAREMOS Y EXPLORAREMOS EN EL ESPACIO? Le expliqué mi comprensión de las Escrituras de que Dios resucitará naciones y culturas y que podremos visitarlas en la Nueva Tierra. Esto puede parecer radical, pero es solo el comienzo. También he mencionado mi creencia de que exploraremos los confines del nuevo universo. Permítanme desarrollar aún más esa idea. Dios promete hacer no solo una Nueva Tierra sino también "nuevos cielos" (Isaías 65:17; 66:22; 2 Pedro 3:13). Las palabras griegas y hebreas traducidas "cielos" incluyen las estrellas y los planetas y lo que llamamos espacio exterior. Ya que Dios resucitará la vieja Tierra y la vieja Jerusalén, transformándolas a ambas en la nueva, ¿no deberíamos entender los "cielos nuevos" como una expresión de su intención de resucitar galaxias, nebulosas, estrellas, planetas y lunas de una forma tan cercana? a su forma original como la tierra será a su forma original y nosotros seremos a la nuestra? Habrá nuevos planetas desarrollar nuevos principios para descubrir, nuevas alegrías para experiencia. Cada momento de la eternidad será un aventura de descubrimiento. RAY STEDMAN Las estrellas de los cielos declaran la gloria de Dios (Salmo 19:1), pero cuán vastas y distantes son. Dios hizo innumerables miles de millones de galaxias que contienen quizás billones de nebulosas, planetas y lunas. No muchos en la historia humana han visto más de unos pocos miles de estrellas, y luego solo como puntos en el cielo. Si los cielos declaran la gloria de Dios ahora, y si pasamos la eternidad proclamando la gloria de Dios, ¿no crees que explorar los nuevos cielos y ejercer dominio sobre ellos probablemente sea parte del plan de Dios? Cuando tenía doce años, vi por primera vez a través de un telescopio la gran galaxia de Andrómeda, que consta de cientos de miles de millones de estrellas y un sinnúmero de planetas, a casi tres millones de años luz de la Tierra. Estaba hipnotizado. También lloré, sin saber por qué. Me sentí abrumado por la grandeza a escala cósmica y me sentí terriblemente pequeño y solo. Años después escuché por primera vez el evangelio. Después de convertirme en cristiano, descubrí que mirar a través del telescopio se convirtió en un acto de adoración encantada. Desde la noche que vi por primera vez la galaxia de Andrómeda, he querido ir allí. Ahora creo que es probable que lo haga. Muchos de nosotros hemos disfrutado viajando en esta tierra. ¿Cómo será viajar tanto por la Nueva Tierra como por el nuevo universo? Las personas no se aventuraron a través de los océanos y el espacio exterior debido al pecado. Lo hicieron porque Dios nos hizo con el anhelo de explorar y la creatividad para hacer realidad ese anhelo. ¿Alguna vez has leído sobre personas que han hecho viajes increíbles y han deseado que tengas el tiempo, el dinero, el coraje o la salud para hacer lo mismo? En el nuevo universo, ninguna de esas restricciones nos frenará. Es difícil para mí creer que Dios hizo innumerables maravillas cósmicas con la intención de que ningún ojo humano las contemplara y que ningún humano debería pisarlas nunca. Los relatos bíblicos vinculan a la humanidad tan estrechamente con el universo físico y vinculan los cielos celestiales de Dios tan estrechamente con la manifestación de su gloria que creo que él tiene la intención de explorar el nuevo universo. El universo será nuestro patio trasero, un patio de juegos y una universidad que siempre nos invitará a explorar la riqueza de nuestro Señor, como dice una canción, el Dios de las maravillas más allá de nuestra galaxia. ¿ENCONTRAREMOS NUEVOS SERES EN OTROS MUNDOS? Cuando viajamos en el nuevo universo, ¿encontraremos nuevos seres en otros mundos? Ningún pasaje de las Escrituras demuestra que Dios creará o no creará nuevas razas de seres inteligentes, ya sea en la Tierra o en otros planetas que se extiendan por el nuevo universo. No es especulativo decir que habrá un nuevo universo celestial de estrellas y planetas. La escritura es clara en este punto; eso es lo que significa "cielos nuevos". Si Dios podría habitarlos con nuevas criaturas no es demostrable, pero ciertamente posible. Dios es un creador. Nunca dejará de ser lo que es. Debemos esperar creaciones nuevas y maravillosas que declaren su gloria. Dios no ha agotado sus recursos creativos. El nunca lo hará. Algunas personas dirán: "Imaginar que Dios poblaría mundos con nuevos seres es solo ciencia ficción". Podemos tenerlo al revés. La ciencia ficción es el resultado del sentido de aventura, maravilla, creatividad e imaginación que Dios le dio a la humanidad. Emerge de ser hecho a imagen de Dios. Como todo lo demás emprendido por humanos pecaminosos, la ciencia ficción a menudo está plagada de falsas filosofías y suposiciones que glorifican a la humanidad e ignoran a Dios. Pero esto no debería hacer que descartemos sus atisbos de lo que un Dios infinitamente creativo podría crear en la amplia extensión de los nuevos cielos y la Nueva Tierra. ¿Es la imaginación de Dios menor que la de sus portadores de imágenes? ¿O es el colmo de la imaginación humana en el mejor de los casos un reflejo de la creatividad infinita de la mente divina? Aquellos que consideran la creación extraterrestre una noción tonta no deberían descartar demasiado rápido el sentido anhelante e intuitivo que muchas personas tienen sobre las criaturas inteligentes diferentes a nosotros. Los mundos de Star Trek, Star Wars y ET son ficticios, al igual que los mundos retratados a lo largo de la larga historia de la mitología, la fantasía y la ciencia ficción. Pero si las personas, creadas a la imagen de Dios y dotadas de creatividad divina, han inventado estas razas alienígenas ficticias y las han contemplado con tanta pasión, ¿debería sorprendernos si Dios crea la sustancia de la cual la ciencia ficción, la fantasía y la mitología no son más que sombras? Cuando nos emociona leer la trilogía de El Señor de los Anillos de Tolkien o Las Crónicas de Narnia de Lewis, no es nuestra pecaminosidad lo que despierta esa emoción. Es nuestra hambre de aventura dada por Dios, de nuevos reinos y nuevos seres, de nuevas bellezas y nuevos conocimientos. Dios nos ha dado un anhelo por nuevos mundos. Dele a los pintores una habitación llena de lienzos, y pintarán. ¿Por qué? Porque son pintores. Es su naturaleza. Cuando el Creador crea los nuevos cielos, como se nos dice que lo hará, todo lo que haga estará en consonancia con su naturaleza. Teniendo en cuenta que su mayor gloria y alabanza no provienen de objetos inanimados como estrellas y planetas, sino de seres inteligentes como personas y ángeles, no es difícil suponer que podría crear otros seres inteligentes. ¿Esperaría que el Creador, de quien los artistas humanos obtienen su creatividad, haga menos para demostrar su ingenio en las próximas edades de lo que ha hecho en esta primera edad? No. Anticipo una eternidad de placer al observar y descubrir lo que crea para revelarnos más de sí mismo. ¿VIAJAREMOS EN EL TIEMPO? Si viajamos a otras galaxias, ¿también podremos viajar en el tiempo? Aunque creo que viviremos en el tiempo, Dios ciertamente es capaz de doblar el tiempo y abrirnos puertas en el tejido del tiempo para nosotros. Tal vez podremos viajar de regreso y estar junto a los ángeles en el reino invisible, viendo los eventos que ocurrieron en la Tierra. Tal vez aprendamos las lecciones de la providencia de Dios a través de la observación directa. ¿Te imaginas estar allí mientras Jesús predicaba el Sermón del Monte? Tal vez lo serás. ¿Quieres ver el cruce del Mar Rojo? ¿Quieres estar allí cuando los tres amigos de Daniel emerjan del horno de fuego? Sería simple para Dios abrir la puerta al pasado. Debido a que Dios no está limitado por el tiempo, puede elegir mostrarnos eventos pasados como si estuvieran sucediendo actualmente. Es posible que podamos estudiar historia desde un asiento de primera fila. Quizás tengamos la oportunidad de ver la vida de nuestros ancestros físicos y espirituales en la Tierra. Por lo general, no podemos ver las respuestas inmediatas de Dios a nuestras oraciones, pero en el cielo Dios puede permitirnos ver lo que sucedió en el ámbito espiritual como resultado de sus respuestas a nuestras oraciones. En el Antiguo Testamento, un ángel se acerca al profeta Daniel y le cuenta lo que sucedió como resultado de sus oraciones: "Tan pronto como comenzaste a orar, se te dio una respuesta que he venido a decirte" (Daniel 9:23) ¿Nos mostrará Dios en el cielo lo que casi nos pasó en la Tierra? ¿Nos llevará de regreso para ver qué hubiera pasado si hubiéramos tomado otras decisiones? Quizás. ¿Verá el padre cuyo hijo tenía parálisis cerebral lo que habría sucedido si hubiera seguido su tentación de abandonar a su familia? ¿No llenaría esto su corazón de gratitud a Dios por su gracia soberana? ¿Veré cómo perder la salida de la autopista anoche me salvó de un accidente? ¿Aprenderé cómo retrasarse en el supermercado la semana pasada salvó a mi esposa de un accidente fatal? ¿Cuántas veces nos hemos quejado y nos hemos quejado de las circunstancias que Dios usó para salvarnos? ¿Cuántas veces hemos orado para que Dios nos haga semejantes a Cristo, luego le rogamos que nos quite las mismas cosas que envió para hacernos semejantes a Cristo? ¿Cuántas veces ha escuchado Dios nuestros gritos cuando imaginamos que no? ¿Cuántas veces ha dicho que no a nuestras oraciones al decir que sí nos habría perjudicado y nos habría robado el bien? Tal vez veremos los efectos dominó de nuestros pequeños actos de fidelidad y obediencia. Al igual que Scrooge en A Christmas Carol y George Bailey en It's a Wonderful Life, tal vez veamos cómo afectamos a otros y cómo vivir nuestras vidas de manera diferente podría haberlos influenciado. (Que Dios nos dé la gracia de ver esto ahora mientras todavía podemos revisar y editar nuestras vidas). Si creemos en la soberanía de Dios, debemos creer que Dios sería glorificado a través de nuestra mejor comprensión de la historia humana. Ya no tendremos que aferrarnos por fe a "Dios hace que todas las cosas trabajen juntas para bien de los que aman a Dios" (Romanos 8:28, NASB). Veremos la historia como documentación definitiva de esa realidad. ¿Te parece un poco extraño este debate? Considéralo más. Seguramente está de acuerdo en que Dios es capaz de enviar a las personas resucitadas en el tiempo o de retirar la cortina del tiempo y permitirnos ver el pasado. Si no pudiera hacer esto, no sería Dios. Entonces, la pregunta es si podría tener buenas razones para hacerlo. Una razón podría ser mostrarnos su providencia, gracia y bondad en nuestras vidas y en las vidas de los demás. ¿No le daría eso gloria a Dios? ¿No nos llevaría a alabarlo y exaltarlo por su gracia soberana? Esta es seguramente una respuesta alta y que glorifica a Dios. ¿No podría encajar esto con su propósito revelado "de que en las próximas edades podría mostrar las riquezas incomparables de su gracia"? (Efesios 2:7) CS Lewis escribió: "No huyas con la idea de que cuando hablo de la resurrección del cuerpo me refiero simplemente a que los muertos bendecidos tendrán excelentes recuerdos de sus experiencias sensuales en la tierra. Lo digo al revés; eso La memoria tal como la conocemos es un anticipo débil, incluso un espejismo, de un poder que el alma, o más bien Cristo en el alma ... ejercerá de aquí en adelante. Ya no necesita ser ... privada para el alma en la que ocurre. . Ahora puedo comunicarte los campos de mi niñez, hoy son edificios de construcción, solo de manera imperfecta, con palabras. Quizás esté llegando el día en que pueda llevarte a pasear por ellos ". 331 ¿DIOS HARÁ MÁS DE LO QUE IMAGINAMOS? En gran parte de lo que acabo de decir, estoy especulando, por supuesto. Pero debido a que la Biblia da una imagen clara de la resurrección y de la civilización terrenal en el estado eterno, estoy caminando a través de una puerta de imaginación que la Escritura misma abre. Si todo esto parece más de lo que puedes imaginar, te animo a que no lo rechaces simplemente sobre esa base. Nuestro Dios, después de todo, se llama el "que es capaz de hacer inconmensurablemente más de lo que pedimos o imaginamos" (Efesios 3:20). El siguiente versículo alaba a este Dios que actúa inconmensurablemente más allá de nuestra imaginación: "¡A él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos!" En mi novela Edge of Eternity, Nick Seagrave contempla al hombre del bosque (Jesús) y al fin del mundo, y luego se da cuenta de que es realmente un comienzo: Vi un cosmos agonizante extender su débil brazo derecho, anhelando una transfusión, una cura para su abismo canceroso. Vi al Woodsman, sosteniendo lo que parecía ser un pequeño trozo de carbón, del mismo tamaño que el mármol verde azulado que había sostenido antes. El leñador le apretó la mano y el mundo a mi alrededor se oscureció. Justo cuando sentí que gritaría por una presión insoportable, el mundo aplastado emergió de su agarre un diamante. Jadeé aire en alivio. Vi un mundo nuevo, una vez más un azul verdoso lleno de vida, el viejo carbón negro liberado de su maldición, dolor y vergüenza, maravillosamente reconstruido. Parecía tan fácil para el Woodsman dar forma a todo esto con sus manos. Pero luego vi sus cicatrices. . . y recordé que no era así. 332 PARTE III VIVIENDO A LA LUZ DEL CIELO C A P I T U L O 45 REORIENTANDO NOSOTROS MISMOS AL CIELO COMO NUESTRO HOGAR Debo mantener vivo en mí el deseo de mi verdadero país, que no encontraré hasta después de la muerte; Nunca debo dejar que nieva o se desvíe; Debo convertir el objetivo principal de la vida en seguir adelante con ese otro país y ayudar a otros a hacer lo mismo. C. S. Lewis Cuando ver el pescado de mar en un acuario, me gusta ver ellos, pero me siento como si equivocado de algo. No pertenecen allí. No es su hogar. Los peces no estaban hechos para esa pequeña caja de cristal; fueron hechos para un gran océano. Supongo que los peces no saben nada mejor, pero me pregunto si sus instintos les dicen que su verdadero hogar está en otra parte. Sé que nuestros instintos nos dicen que este mundo caído no es nuestro hogar, fuimos creados para un lugar mejor. Como hemos visto, la Biblia confirma repetidamente este instinto. El teólogo Donald Bloesch sugiere: "Nuestra mayor aflicción no es la ansiedad, ni siquiera la culpa, sino la nostalgia, una nostalgia o un anhelo inagotable de estar en casa con Dios". 333 Los esclavos cristianos cantaban "ir a casa a vivir con Dios" y un carro "viene a llevarme a casa". Los cristianos siempre han pensado en ir al cielo como en casa. Cuando Jesús dijo que iba a preparar un lugar para nosotros, habló de construirnos un hogar. Para anticipar el Cielo, entonces, debemos entender el significado del hogar. Al principio del libro lo tocamos. Ahora es el momento de mirar más de cerca a medida que avanzamos hacia nuestra conclusión en el próximo capítulo. COMO ES EL HOGAR ¿Alguna vez has estado en un viaje que se volvió miserable, donde todos se enfermaron o todo salió mal? ¿Qué querías más que nada? Para ir a casa. En su imaginación, puede sentir su cómoda cama, probar una comida casera y imaginarse la compañía de familiares y amigos riéndose juntos frente al fuego, contando historias sobre lo que salió mal en su viaje. El hogar también se trata de comodidad. Es un lugar donde podemos ponernos jeans y una sudadera y arrojarnos en el sofá para relajarnos. Es un lugar donde queremos estar. Por mucho que me haya gustado viajar a muchos países diferentes, siempre me encanta volver a casa. Ese deseo de hogar es dulce y profundo. El hogar es nuestro punto de referencia, a lo que siempre volvemos. No importa cuánto disfrutemos de nuestras aventuras, anticipamos volver a casa. Saber que podemos volver a casa es lo que nos mantiene en marcha; y eso es lo que el Cielo debería hacer por nosotros. Debería mantenernos en marcha porque es nuestro hogar eterno, el refugio de bienvenida que nos espera y nos llama. El hogar es donde los amigos vienen a visitar. Es donde hacemos putter, plantamos jardines, leemos nuestros libros favoritos y escuchamos la música que disfrutamos. El hogar es donde inhalo el maravilloso aroma del café fuerte y rico todas las mañanas, y donde Nanci prepara excelentes comidas y su increíble pastel de manzana. Me doy cuenta de que suena como si estuviera romantizando mi hogar. Sé que muchas personas han tenido experiencias terribles en casa. Pero nuestro verdadero hogar en el cielo tendrá todas las cosas buenas de nuestros hogares terrenales, multiplicadas muchas veces, pero ninguna de las malas. El mundo dice: "Nunca puedes volver a casa". Significa que mientras estábamos fuera, la casa cambió y nosotros también. Nuestra antigua casa puede haber sido destruida o vendida, renovada o deteriorada. En contraste, cuando esta vida termine, y particularmente cuando lleguemos a la Nueva Tierra, los hijos de Dios realmente podrán volver a casa por primera vez. Debido a que nuestro hogar en el Cielo nunca se quemará, se inundará o quedará impresionado, nunca tendremos que preguntarnos si el hogar seguirá allí cuando regresemos. Los nuevos cielos y la Nueva Tierra nunca desaparecerán. Le darán una maravillosa permanencia a la palabra hogar. Cuando se trata de nuestro hogar eterno, a menudo no pensamos bíblicamente de dos maneras. Primero, imaginamos que no seremos completamente humanos y que nuestro hogar definitivo no será físico ni terrenal. Segundo, imaginamos que este mundo tal como es ahora, bajo la Maldición, es nuestro hogar definitivo. CS Lewis escribe: "Nuestro Padre nos refresca en el viaje con algunas posadas agradables, pero no nos animará a confundirlas con el hogar". 334 Cuando llegue al cielo, veré tres se pregunta allí. La primera maravilla será ver muchos a quienes no esperaba ver; la segunda maravilla será extrañar a muchas personas a quien esperaba ver; el tercero y más grande de todo será encontrarme allí. JOHN NEWTON Si el cielo es verdaderamente nuestro hogar, debemos esperar que tenga las cualidades que asociamos con el hogar. Hogar como un término para el Cielo no es simplemente una metáfora. Describe un lugar físico real, un lugar prometido y construido por nuestro novio; un lugar que compartiremos con nuestros seres queridos; un lugar de cariñosa familiaridad, comodidad y refugio; un lugar de olores y sabores maravillosos, buena comida y excelente conversación; Un lugar de contemplación e interacción y de expresión de los dones y pasiones que Dios nos ha dado. Será un lugar de libertad y aventura sin precedentes. Los estereotipos no bíblicos del Cielo como una existencia vaga e incorpórea nos hieren mucho más de lo que nos damos cuenta. Entre otras cosas, disminuyen nuestra anticipación del Cielo y nos impiden creer que realmente es nuestro hogar. El erudito bíblico Graham Scroggie tenía razón: "La existencia futura no es una existencia puramente espiritual; exige una vida en un cuerpo y en un universo material". Aunque muchos de nosotros afirmamos creer en la resurrección de los muertos, no sabemos lo que eso realmente significa. Nuestra doctrina viste a hombres y mujeres en cuerpos, luego no les da a dónde ir. En lugar de la Nueva Tierra como nuestro hogar eterno, ofrecemos un Cielo intangible y completamente desconocido que es lo opuesto al hogar. No es de 335 extrañar que haya tanta ambivalencia e inquietud acerca del Cielo en nuestras iglesias. YENDO A LA FIESTA Imagina que alguien te lleva a una fiesta. Ves a algunos amigos allí, disfrutas de un par de buenas conversaciones, unas risas y algunos aperitivos decentes. La fiesta está bien, pero sigues esperando que mejore. Dale otra hora, y tal vez lo hará. De repente, tu amigo dice: "Necesito llevarte a casa". ¿Ahora? Estás decepcionado, nadie quiere irse de una fiesta temprano, pero te vas y tu amigo te deja en tu casa. Cuando te acercas a la puerta, te sientes solo y lo sientes por ti mismo. Cuando abres la puerta y alcanzas el interruptor de la luz, sientes que hay alguien allí. Tu corazón está en tu garganta. Enciendes la luz. "¡Sorpresa!" Tu casa está llena de personas sonrientes, caras conocidas. Es una fiesta para ti. Hueles tus favoritos: costillas a la barbacoa y pastel de nueces directamente del horno. Las mesas están llenas. Es una fiesta Reconoces a los invitados, personas que no has visto en mucho tiempo. Luego, una por una, las personas que más disfrutaste en la otra fiesta aparecen en tu casa, sonriendo. Esto resulta ser la verdadera fiesta. Te das cuenta de que si te hubieras quedado más tiempo en la otra fiesta como quisieras, no estarías en la verdadera fiesta, estarías lejos de ella. Los cristianos que enfrentan una enfermedad terminal o una muerte inminente a menudo sienten que abandonan la fiesta antes de que termine. Tienen que irse a casa temprano. Están decepcionados, pensando en todo lo que extrañarán cuando se vayan. Pero la verdad es que la verdadera fiesta está en marcha en casa, precisamente a dónde van. Ellos no son los que se pierden la fiesta; los que quedamos atrás somos. (Afortunadamente, si conocemos a Jesús, llegaremos allí eventualmente). Uno por uno, ocasionalmente algunos de nosotros a la vez, desapareceremos de este mundo. Los que dejamos atrás lamentaremos que sus seres queridos hayan abandonado su hogar. En realidad, sin embargo, sus seres queridos creyentes no se van de casa, se van a casa. Estarán en casa antes que nosotros. Llegaremos a la fiesta un poco más tarde. Recuerde, Jesús dijo: "Bienaventurados los que lloran ahora, porque se reirán" (Lucas 6:21). Él dijo: "Hay alegría en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente" (Lucas 15:10). Risas y alegría: nos espera una fiesta. ¿No quieres unirte? Sin embargo, incluso esa fiesta, en el cielo actual, es una celebración preliminar. Es como la bienvenida en el aeropuerto para una mujer que ha venido a casa para su boda. Claro, ella está en casa ahora, y es maravilloso, pero lo que realmente está esperando es la boda y el banquete de bodas, que será seguido por mudarse a su nuevo hogar con su amado novio. Estar en cuerpos resucitados en una Tierra resucitada en amistades resucitadas, disfrutando de una cultura resucitada con el Jesús resucitado, ¡ahora Ma / será la fiesta suprema! Todos serán quienes Dios hizo que sean, y ninguno de nosotros sufrirá ni morirá nunca más. Como cristiano, el día que muera será el mejor día que haya vivido. Pero no será el mejor día que viviré. El día de la resurrección será mucho mejor. Y el primer día en la Nueva Tierra, será un gran paso para la humanidad, un gran salto para la gloria de Dios. ANHELO DE RESURRECCIÓN Nunca he estado en el cielo, pero lo extraño. Eden está en mi sangre. Las mejores cosas de la vida son recuerdos del Edén, aperitivos de la Nueva Tierra. Hay suficientes para mantenernos en marcha, pero nunca suficientes para satisfacernos con el mundo tal como es o con nosotros mismos tal como somos. Vivimos entre el Edén y la Nueva Tierra, atraídos hacia lo que una vez fuimos y lo que aún seremos. Como cristianos, estamos vinculados al Cielo de maneras demasiado profundas para comprender. De alguna manera, según Efesios 2: 6, ya estamos sentados con Cristo en el cielo. Entonces no podemos estar satisfechos con menos. El deseo es una señal que apunta al cielo. Cada añoranza por una mejor salud es un deseo por la Nueva Tierra. Todo anhelo de romance es un anhelo del último romance con Cristo. Todo deseo de intimidad es un deseo de Cristo. Toda sed de belleza es sed de Cristo. Cada sabor de alegría es solo un anticipo de una alegría mayor y más vibrante que la que se puede encontrar en la Tierra como lo es ahora. AW Tozer dijo: "En la naturaleza, todo se mueve en la dirección de su hambre. En el mundo espiritual no es de otra manera. Gravitamos hacia nuestro anhelo interno, siempre que, por supuesto, esos anhelos sean lo suficientemente fuertes como para movernos". 336 Es por eso que necesitamos pasar nuestras vidas cultivando nuestro amor por el Cielo. Es por eso que necesitamos meditar en lo que las Escrituras dicen sobre el Cielo, leer libros sobre él, tener estudios bíblicos, enseñar clases y predicar sermones sobre él. Necesitamos hablar con nuestros hijos sobre el cielo. Cuando acampamos, caminamos o conducimos, cuando estamos en un museo, un evento deportivo o un parque temático, necesitamos hablar de lo que vemos a nuestro alrededor como señales de la Nueva Tierra. Cuando pensamos en el Cielo como sobrenatural, nuestras vidas actuales parecen no espirituales, como si no importaran. Cuando captamos la realidad de la Nueva Tierra, nuestras vidas terrenales presentes de repente importan. Las conversaciones con los seres queridos son importantes. El sabor de la comida importa. El trabajo, el ocio, la creatividad y la estimulación intelectual son importantes. Los ríos, los árboles y las flores son importantes. La risa importa. El servicio es importante. ¿Por qué? Porque son eternos. La vida en la Tierra no importa porque es la única vida que tenemos, sino precisamente porque no lo es: es el comienzo de una vida que continuará sin fin. Es el precursor de la vida en la Nueva Tierra. La vida eterna no comienza cuando morimos, ya ha comenzado. La vida no es, como Macbeth supuso, "una historia contada por un idiota, llena de sonido y furia, que no significa nada". Informadas por las doctrinas de la creación, la redención, la resurrección y la Nueva Tierra, nuestras vidas actuales adquieren mayor importancia, infundiéndonos un propósito. Comprender el Cielo no solo nos dice qué hacer, sino por qué. Lo que Dios nos dice sobre nuestras vidas futuras nos permite interpretar nuestro pasado y servirlo en nuestro presente. Considere el viejo proverbio: "Come, bebe y diviértete, porque mañana moriremos". Supone que los únicos placeres terrenales que disfrutaremos deben obtenerse ahora. Como cristianos, deberíamos comer, beber y estar felices, y también sacrificarnos, sufrir y morir, todo para la gloria de Dios. Al hacerlo, nos estamos preparando para una vida eterna en la que comeremos, beberemos y seremos felices, pero nunca más moriremos. Esta vida presente, entonces, no es nuestra última oportunidad para comer, beber y divertirnos; más bien, es la última vez que nuestra comida, bebida y alegría pueden ser corrompidos por el pecado, la muerte y la Maldición. Necesitamos dejar de actuar como si el cielo fuera un mito, un sueño imposible, una reunión implacablemente aburrida o una distracción sin importancia de la vida real. Necesitamos ver el Cielo tal como es: el reino para el que estamos hechos. Si lo hacemos, lo aceptaremos con alegría contagiosa, emoción y anticipación. CIELO: NUESTRA FUENTE DE OPTIMISMO Los optimistas seculares son pensadores ilusos. Al descubrir los beneficios actuales del optimismo, realizan seminarios y escriben libros sobre el pensamiento positivo. A veces capitalizan el optimismo al hacerse ricos y famosos. Pero entonces, ¿qué pasa? Eventualmente envejecen o enferman, y cuando mueren van al infierno para siempre. Su optimismo es una ilusión, porque no tiene en cuenta la eternidad. El único fundamento apropiado para el optimismo es la obra redentora de Jesucristo. Cualquier otra base es arena, no roca. No soportará el peso de nuestra eternidad. Sin embargo, si construimos nuestras vidas sobre la obra redentora de Cristo, todos deberíamos ser optimistas. ¿Por qué? Porque incluso nuestra experiencia más dolorosa en la vida no es más que un revés temporal. Nuestro dolor y sufrimiento pueden o no ser aliviados en esta vida, pero ciertamente serán aliviados en la próxima. Esa es la promesa de Cristo: no más muerte o dolor; Él limpiará todas nuestras lágrimas. Él tomó nuestros sufrimientos sobre sí mismo para que algún día pudiera eliminar todo sufrimiento de nosotros. Ese es el fundamento bíblico para nuestro optimismo. Ningún cristiano debe ser pesimista. Deberíamos ser realistas, centrados en la realidad de que servimos a un Dios soberano y amable. Debido a la realidad del sacrificio expiatorio de Cristo y sus promesas, el realismo bíblico es optimismo. Saber que nuestro sufrimiento se aliviará no lo hace fácil, pero lo hace soportable. Permite la alegría en medio del sufrimiento. Jesús dijo: "Bendito eres cuando los hombres te odian, cuando te excluyen y te insultan ... Regocíjate en ese día y salta de alegría, porque grande es tu recompensa en el cielo" (Lucas 6: 2223). Pablo dijo: "Me regocijo en mis sufrimientos" (Colosenses 1:24, NASB), y Santiago dijo: "Considérelo pura alegría, mis hermanos, cada vez que enfrenten pruebas de todo tipo" (Santiago 1: 2). Los apóstoles no disfrutaron el sufrimiento, pero se regocijaron en medio de él, porque confiaron en el plan soberano de Dios y esperaban el regreso de Cristo, su resurrección corporal y la redención de toda la creación. Cristo dijo a sus discípulos, que sufrirían mucho: "Alégrate de que tus nombres estén escritos en el cielo" (Lucas 10:20). Nuestro optimismo no es el del evangelio de "salud y riqueza", que afirma que Dios nos ahorrará sufrimiento aquí y ahora. Pedro dijo: "Alégrate de que participes en los sufrimientos de Cristo, para que te regocijes cuando se revele su gloria" (1 Pedro 4:13). La futura gloria de Cristo, en la que participaremos, es la razón de nuestro presente regocijo mientras sufrimos. Anticipar el Cielo no elimina el dolor, pero lo disminuye y lo pone en perspectiva. Meditar en el cielo es un gran analgésico. Nos recuerda que el sufrimiento y la muerte son condiciones temporales. Nuestra existencia no terminará en sufrimiento y muerte: no son más que una puerta de entrada a nuestra vida eterna de alegría sin fin. La doctrina bíblica del Cielo trata sobre el futuro, pero tiene enormes beneficios aquí y ahora. Si lo captamos, cambiará nuestro centro de gravedad y cambiará radicalmente nuestra perspectiva de la vida. Esto es lo que la Biblia llama "esperanza", una palabra usada seis veces en Romanos 8: 20-25, el pasaje en el que Pablo dice que toda la creación anhela nuestra resurrección y la redención del mundo. No coloque su esperanza en circunstancias favorables, que no pueden y no durarán. Pon tu esperanza en Cristo y sus promesas. Él regresará y resucitaremos a la vida en la Nueva Tierra, donde contemplaremos el rostro de Dios y lo serviremos con alegría para siempre. BÚSQUEDA DE REEPICHEEP En CS Lewis's Voyage of the "Dawn Treader", un barco navega hacia el este en busca de compatriotas perdidos y nuevas aventuras. Pero el corazón de un pasajero, Reepicheep, el valiente ratón, está firmemente establecido en una aventura mayor. Tiene un destino en mente: el país de Asia. Desde su juventud, a Reepicheep se le enseñó en un poema que un día viajaría al lejano oriente y encontraría lo que siempre había deseado: Donde el cielo y el agua se encuentran, Donde las olas crecen dulces No dudes, Reepicheep, Para encontrar todo lo que buscas, Existe el absoluto Oriente. Después de recitar el poema a sus compañeros de barco, Reepicheep dice: "No sé lo que significa. Pero el hechizo ha estado en mí toda mi vida". 337 Al final del viaje, cuando han navegado más lejos que nadie, Reepicheep es arrojado al mar. Para su sorpresa, el agua sabe dulce. Su emoción es incontenible. Está tan cerca del país asiático que literalmente puede saborearlo. Anteriormente en el viaje, Reepicheep había expresado su total abandono a la causa de buscar el país asiático: "Mientras puedo, navego hacia el este en el Dawn Treader. Cuando ella me falla, rebo hacia el este en mi coracle. Cuando se hunda, lo haré. nado hacia el este con mis cuatro patas. Y cuando ya no pueda nadar, si no he llegado al país de Asia, o no he salido del borde del mundo en una gran catarata, me hundiré con la nariz hasta el amanecer ... " 338 Podemos identificarnos con la gloriosa búsqueda de Reepicheep, porque el hechizo del Cielo también ha estado en nosotros toda nuestra vida, incluso si a veces lo hemos confundido con deseos menores. Al final de El viaje del "Viajero del alba", los compañeros de viaje de Reepicheep lo ven desaparecer en el horizonte. ¿Llega al país asiático? En el libro final de la serie Narnia, descubrimos la respuesta, que confirma lo que ya sabíamos en nuestros corazones. A TRAVÉS DE LA PUERTA Cuando Emily Kimball, de cinco años, fue hospitalizada y escuchó que iba a morir, comenzó a llorar. Aunque ella amaba a Jesús y quería estar con él, no quería dejar a su familia atrás. Entonces su madre tuvo una idea inspirada. Le pidió a Emily que cruzara una puerta hacia otra habitación y cerró la puerta detrás de ella. Uno a la vez, toda la familia comenzó a pasar por la puerta para unirse a ella. Su madre le explicó que así sería. Emily iría al cielo y luego el resto de la familia lo seguiría. Emily entendió. Ella sería la primera en pasar por la puerta de la muerte. Eventualmente, el resto de la familia la seguiría, probablemente uno por uno, uniéndose a ella al otro lado. La analogía habría sido aún más completa si la habitación en la que Emily entró hubiera tenido a alguien que representara a Jesús para saludarla, junto con seres queridos fallecidos y personajes bíblicos y ángeles. Además, habría ayudado si la habitación en la que entró era impresionantemente hermosa y contenía imágenes de una Nueva Tierra, vasta e inexplorada, donde Emily y su familia y amigos algún día irían a vivir con Jesús para siempre. Toda persona que lee este libro está muriendo. Quizás tengas razones para creer que la muerte vendrá muy pronto. Puede estar preocupado, sentirse inseguro o no estar listo para irse. Asegúrate de tu relación con Jesucristo. Asegúrate de confiar en él solo para salvarte, no a nadie ni a nada más, y ciertamente no hay ningún buen trabajo que hayas hecho. Y luego déjese entusiasmar por lo que está al otro lado de la puerta de la muerte. A menudo he leído en los servicios conmemorativos esta representación de la muerte de un creyente: Estoy de pie en la orilla del mar. Un barco a mi lado extiende sus velas blancas a la brisa de la mañana y se dirige hacia el océano azul. Ella es un objeto de belleza y fuerza y yo me paro y la miro hasta que, por fin, cuelga como una mota de nube blanca justo donde el mar y el cielo caen para mezclarse. Y luego escucho a alguien a mi lado decir: "Ahí, ella se fue". ¿Dónde se fue? Desaparecido de mi vista, eso es todo. Ella es tan grande en mástil, casco y mástil como lo era cuando se fue de mi lado. E igual de capaz de llevar su carga de carga viva al lugar de destino. Su tamaño disminuido está en mí, no en ella. Y justo en el momento en que alguien a mi lado dice: "Ahí, ella se fue", hay otros ojos que la miran venir, y hay otras voces listas para escuchar el alegre grito: "¡Aquí viene!" Y eso se está muriendo. 339 El lugar de nuestra llegada será un lugar hermoso, aunque temporal, donde esperaremos la culminación de la historia: el regreso de Jesús resucitado, que nos resucitará. Cuando se cumpla su reinado milenario (ya sea un reinado presente no literal o un reinado literal de mil años en el futuro), nos uniremos a él para gobernar la Nueva Tierra, libre de pecado y la Maldición. Cinco meses antes de morir, CS Lewis le escribió a una mujer que temía que su propia muerte fuera inminente. Lewis dijo: "¿No puedes ver la muerte como un amigo y un libertador? ... ¿De qué hay que tener miedo? ... Tus pecados están confesados ... ¿Este mundo ha sido tan amable contigo que deberías irte con él?" ¿Hay arrepentimiento? Hay cosas mejores por delante que las que dejamos atrás ... Nuestro Señor te dice: "Paz, niña, paz. Relájate. Déjate llevar. Te atraparé. ¿Confías en mí tan poco?" . Por supuesto, este puede no ser el final. Luego, que sea un buen ensayo ". Lewis firmó la carta, "Tuya (y como tú, un viajero cansado, cerca del final del viaje)". 340 Vemos la vida de manera diferente cuando nos damos cuenta de que la muerte no es un muro sino un torniquete; Un pequeño obstáculo que marca un gran comienzo. Calvin Miller lo expresó maravillosamente: Una vez despreciaba cada temible pensamiento de muerte, Cuando no era más que el final del pulso y la respiración, Pero ahora mis ojos han visto más allá del dolor Hay un mundo que espera ser reclamado. Earthmaker, Holy, déjame partir ahora, Para vivir es un arte tan temporal. Y morir es solo vestirse para Dios, Nuestras tumbas son simplemente puertas cortadas en césped. 341 C A P I T U L O 46 ANTICIPANDO LA GRAN AVENTURA ¿Puedes oír los suspiros en el viento? ¿Puedes sentir el pesado silencio en las montañas? ¿Puedes sentir el ansia inquieta en el mar? ¿Puedes verlo en los ojos tristes de un animal? Algo se acerca. . . algo mejor. Joni Eareckson Tada Un padre de familia, un hombre ama a Cristo, yacía moribundo, su hijo se sentó a su lado y le preguntó: "Papá, ¿cómo se siente?" Su padre respondió: "Hijo, me siento como un niño pequeño en la víspera de Navidad". 342 Se acerca la navidad. Vivimos nuestras vidas entre la primera Navidad y la segunda. Caminamos en territorio disputado, entre el Edén y la Nueva Tierra, no muy lejos de ninguno de los dos. La disputa se resolverá pronto. Cristo reinará por siempre sobre el universo. Y reinaremos con él. En este último capítulo, quiero atraernos hacia una vida influenciada por el cielo y prepararnos aún más para la aventura que nos espera al otro lado de la muerte. CAPÍTULO UNO DE LA GRAN HISTORIA En el último libro de la serie de Narnia, The Last Battle, CS Lewis pinta una bella imagen del Cielo eterno. Al principio del libro, Jill y Eustace viajan en un tren, cuando de repente son empujados hacia Narnia. Cuando termina su aventura, los niños, después de haber experimentado las alegrías y las maravillas de Narnia y la presencia del gran león asiático, temen ser enviados nuevamente a la Tierra. Luego, en una sección llamada "Adiós a las Tierras Sombrías," asiático da a los niños una buena noticia: " 'No fue un verdadero accidente ferroviario,' dijo asiática en voz baja 'Tu padre y madre, y todos ustedes son, como antes llamada. en las Tierras Sombrías, muerto. El plazo ha terminado: las vacaciones han comenzado. El sueño ha terminado: esta es la mañana '". Luego Lewis concluye la historia con uno de mis párrafos favoritos en toda la literatura: Y mientras hablaba, ya no los miraba como a un león; pero las cosas que comenzaron a suceder después de eso fueron tan grandiosas y hermosas que no puedo escribirlas. Y para nosotros este es el final de todas las historias, y podemos decir realmente que todos vivieron felices para siempre. Pero para ellos fue solo el comienzo de la historia real. Toda su vida en este mundo y todas sus aventuras en Narnia solo habían sido la portada y la página del título: ahora por fin comenzaban el Capítulo Uno de la Gran Historia que nadie en la tierra ha leído; que continúa para siempre; en el que cada capítulo es mejor que el anterior. 343 Al final de The Last Battle, cuando Lewis se refiere al típico final de cuento de hadas: "todos vivieron felices para siempre", algunos lectores pueden verse tentados a responder: "Pero los cuentos de hadas no son ciertos". Sin embargo, la Biblia no es un cuento de hadas: es completamente realista, devastadora en su descripción del pecado y el sufrimiento, en absoluto ingenua. En ninguna parte de las Escrituras vemos un deseo sentimental. Lo que vemos es la devastadora separación de la humanidad de Dios; la muerte de innumerables corderos sacrificados; la obra dura y agonizante de la redención de Cristo; la naturaleza tangible de su resurrección; y la promesa del juicio venidero. Por fin vemos la restauración del universo ideal de Dios, cumpliendo su plan de los siglos, culminando en un pueblo resucitado que vive con él en una Tierra resucitada. Entonces, y solo entonces, viviremos "felices para siempre". Pero nos vamos de hecho vivir felices para siempre! Por la gracia de Dios, sé que lo que me espera en su presencia, por toda la eternidad, es algo tan magnífico que me deja sin aliento incluso ahora. Job lo dijo de manera muy sucinta: "En mi carne veré a Dios; ... yo y no otro" (Job 19: 26-27). La perspectiva de ver a Dios eclipsó todas las angustias de Job. Seguramente puede eclipsar e