Subido por Viviana Aguirre

MARTINO_EVOLUCION TEXTURAL_SIERRA DE ANTOFAGASTA

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[Artículo]
EVOLUCION TEXTURAL DE LAS CORNEANAS DE LA CLEMIRA, SIERRA DE
AMBARGASTA, SANTIAGO DEL ESTERO, ARGENTINA
Alina B. Guereschi y Roberto D. Martino
CONICET y Cátedra de Geología Tectónica. Departamento de Geología Básica, Facultad de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Universidad Nacional de Córdoba. Av. Vélez Sársfield
N°299. 5000-Córdoba. E-mails: aguereschi@com.uncor.edu, rdmartino@com.uncor.edu.
Keywords: Contact metamorphism, hornfels, textural evolution, Ambargasta Range.
INTRODUCCION
La Sierra de Ambargasta, al sur de la provincia de Santiago del Estero, es el extremo
noroeste de la Sierra Norte de Córdoba y está compuesta predominantemente por rocas
graníticas que constituyen el basamento cristalino. Las rocas metamórficas son muy
escasas y entre ellas se destacan minúsculos afloramientos de corneanas producidas por
metamorfismo de contacto de las intrusiones plutónicas sobre rocas pelíticas preexistentes,
las que deben haber cubierto áreas más extensas y han quedado reducidas a colgajos o
relictos en el techo del batolito (Castellote, 1982).
Sobre los granitoides se apoyan discordantemente rocas sedimentarias sin
metamorfismo (Formaciones El Escondido y La Puerta, probablemente Paleozoico inferior y
superior respectivamente). Abundan, además, intrusiones de tonalitas (Quebrachos
Colorados), pórfidos graníticos (Fm Oncán) y vetas con manganeso. En los últimos años, se
realizaron estudios específicos sobre petrología (Castellote, 1982 y 1985; Bonalumi, 1988),
yacimientos minerales (Ramé, 1988; Millone et al., 1994; Lira et al., 1995), estructura frágil
de las vetas de manganeso (Ichazo, 1978; Moreno et al., 1988; Moreno, 1990),
geocronología (González et al., 1985; Rapela et al., 1991; Koukharsky et al., 1999),
relaciones regionales (Quartino y Quartino, 1996), ambiente geotectónico (Lira et al., 1996),
deformaciones plegantes eopaleozoicas (Massabié el al., 1997) y fajas de cizalla (Martino et
al., 1999).
Los afloramientos de corneanas de La Clemira tienen formas lenticulares, están
alineados en dirección noroeste-sudeste en la quebrada de El Remanso y se sitúan sobre
los granitoides rosados pobres en biotita de Ambargasta. Fueron descriptos por primera vez
en 1968, en un informe inédito de Minera Tea, donde se les asignó el nombre de Formación
La Clemira. Castellote (1982) realiza una descripción general de las rocas del área y un
fechado radimétrico por el método K-Ar de las corneanas y de los granitos que les habrían
dado origen. Se puede establecer una edad Cámbrica media tanto para la intrusión granítica
como para el metamorfismo de contacto, de acuerdo con las dataciones más consistentes
de Castellote (1982) y Candiani et al. (en prensa).
Los objetivos de este trabajo son: realizar una descripción petrográfica de las corneanas
de La Clemira, establecer una evolución textural de las mismas y estimar las condiciones del
metamorfismo de contacto.
PETROGRAFIA
El estudio detallado de los afloramientos ha permitido reconocer tres tipos de rocas de
contacto en la zona de La Clemira: corneanas pelíticas moteadas, corneanas psamíticas y
metagrauvacas biotíticas. Los tres tipos litológicos aún conservan la estratificación original
del sedimento (S0), que se reconoce por el bandeado composicional, con buzamientos de
alto ángulo hacia el este hasta verticales. En los niveles más bajos reconocidos afloran las
corneanas pelíticas y las psamíticas, que reflejan la intercalación original de pelitas y
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areniscas. Ascendiendo en el terreno, aparecen metagrauvacas biotíticas y, por útimo, rocas
sedimentarias con metamorfismo incipiente, en las que pueden reconocerse estructuras
sedimentarias de distinta naturaleza, además de estructuras plegadas deformacionales. La
yacencia y estructura de estas rocas son motivo de otro trabajo (Martino y Guereschi, este
Congreso, ver mapa general). Son comunes las venillas de cuarzo, a veces con aspecto en
stockwork; también hay venas graníticas delgadas (< 1 cm de ancho) y grandes filones de
pórfidos graníticos (< 10 m de ancho). Son comunes las fracturas paralelas y oblicuas a la
foliación, marcadas por óxidos de hierro o rellenas por venillas de cuarzo y de calcita.
Las corneanas pelíticas moteadas son rocas de color pardo muy oscuro a negro con
pequeñas motas negras y pátinas de alteración ocres o rojizas, afaníticas, muy tenaces,
compactas y con fractura concoidea. La textura es porfiroblástica moteada, con
porfiroblastos poiquilíticos de cordierita (< 1,5 mm) en una matriz de grano muy fino (< 0,1
mm) compuesta por abundante biotita y escaso cuarzo, con textura granoblástica a
granolepidoblástica. Hay pequeños nódulos aislados de cuarzo y, a veces, se reconoce
andalucita incolora poiquilítica. Como accesorios se encuentran minerales opacos, apatita,
circón, rutilo y turmalina. Los poiquiloblastos de cordierita son redondeados a lenticulares y
frecuentemente muestran una zonación en la distribución de las inclusiones, con un núcleo
oscuro debido a la abundancia de inclusiones de minerales opacos, y un borde más claro,
sin opacos. A escala microscópica, se reconoce un plano de foliación general S1 que está
dado por el bandeado composicional (estratificación original del sedimento S0) y por la
orientación preferente de los porfiroblastos de cordierita y de parte de la biotita de la matriz.
Las corneanas psamíticas son rocas de color gris mediano, de grano muy fino, con
pátinas de color pardo a rosado. La textura es blastopsamítica, con clastos angulosos
relícticos de cuarzo y plagioclasa en una matriz fina de biotita, con escasos blastos
poiquilíticos de cordierita pinitizada. Como accesorios se encuentran apatita, circón,
turmalina y minerales opacos. El plano de estratificación (S0) está dado por un bandeado
granométrico, el que a la vez es granodecreciente en cada banda, en el que se distinguen:
(1) bandas de grano muy fino (< 0,2 mm), con clastos grandes y abundantes, que casi se
tocan entre sí, en una matriz escasa; y (2) bandas de grano fino (< 0,5 mm), con escasos
clastos finos y abundante matriz. El ancho de las bandas varía entre 2 y 15 mm. La foliación
S1 (paralela a S0) está dada por el bandeado y por cierta orientación preferente de las
láminas de biotita y de algunos clastos alargados de cuarzo y plagioclasa.
Las metagrauvacas biotíticas son rocas de color gris pardusco con reflejos castaños,
brillo sacaroide, de grano fino y con pátinas de color pardo claro. La textura es
blastopsamítica, con clastos angulosos relícticos de cuarzo, plagioclasa, feldespato potásico
y fragmentos líticos en una matriz muy fina de color pardo, la que está compuesta
esencialmente por biotita, con pequeños granos de cuarzo y feldespatos. Hay fragmentos
líticos de agregados de cuarzo poligonal (< 0,5 mm) o de cuarzo deformado muy fino (< 0,05
mm) con textura milonítica, a veces con inclusiones de biotita orientada. Como accesorios
se encuentran apatita, circón y minerales opacos. Algunos clastos son alargados (< 1 mm) y
se orientan con su eje mayor paralelamente entre sí, definiendo el plano de estratificación
(S0). La matriz es escasa y con frecuencia los clastos casi se tocan entre sí, separados
apenas por una delgada película de biotita.
EVOLUCIÓN TEXTURAL
Basándose en las relaciones texturales reconocidas principalmente en las corneanas
pelíticas moteadas, puede establecerse una secuencia textural en 5 etapas: (1) Protolito:
habría sido una roca pelítica con un plano de estratificación S0 que contendría los reactantes
principales cuarzo + clorita + muscovita, a los que se agregan feldespatos y accesorios. (2)
Inicio del metamorfismo de contacto, con desarrollo de abundante biotita en la matriz de la
roca, orientada según un plano S1 paralelo a S0, lo que indica un crecimiento mimético de la
misma (Spry, 1969). (3) Porfiroblástesis del núcleo de la cordierita poiquilítica, la que
engloba los minerales de la matriz, principalmente la biotita orientada generada en la etapa
anterior pero notablemente de grano más fino. Además, incluye minerales opacos de grano
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muy fino y otros accesorios, lo que le confiere un aspecto punteado. En otras partes de la
roca se generan blastos de andalucita poiquilítica, que incluye biotita y cuarzo de la matriz.
(4) Crecimiento del borde externo de las motas de cordierita poiquilítica, que también incluye
cuarzo y biotita de la matriz, siendo esta última de grano aún más fino que la del núcleo. La
ausencia de minerales opacos le da un aspecto claro y límpido al borde externo de la
cordierita. (5) Posteriormente, se sobreimpone una alteración que produce pinitización en los
bordes de la cordierita. En las corneanas psamíticas y en las metagrauvacas biotíticas esta
alteración produce la sericitización de los feldespatos y el crecimiento de una muscovita
esquelética de grano grueso. (6) Por último, venillas irregulares de cuarzo y de calcita
atraviesan el plano S0-S1.
CONSIDERACIONES PETROGENETICAS
Basándose en evidencias de campo, mineralógicas y texturales relícticas de los tres
tipos de metamorfitas de contacto reconocidos es posible asignar a cada tipo un protolito
sedimentario particular. Las corneanas pelíticas moteadas presentan un metamorfismo
intenso con un profuso desarrollo de motas de cordierita en una matriz fina rica en biotita y
con escaso cuarzo, lo que indica un protolito pelítico pobre en sílice y rico en aluminio,
magnesio y hierro. En los otros dos tipos de rocas se observan texturas clásticas relícticas
(blastopsamíticas) que indican que se trata de areniscas de grano fino a muy fino. En las
corneanas psamíticas se reconoce escasa cordierita modal, además de biotita, lo que
indicaría presencia de escaso material pelítico en la matriz de estas rocas, por lo que se
deduce que el protolito habría sido grauváquico. La presencia de clastos compuestos por
plagioclasa + mirmequitas de cuarzo indicaría una fuente de aporte probablemente ígnea.
En las metagrauvacas biotíticas predomina una fracción feldespática de grano grueso, con
clastos subangulosos principalmente de plagioclasa y, en menor proporción, de cuarzo, en
una matriz arcillosa escasa. Hay fragmentos líticos de agregados de cuarzo poligonal o con
textura milonítica. De acuerdo con las evidencias mencionadas, la fuente general de aporte
probablemente haya sido un basamento ígneo-metamórfico deformado de composición
granítica a tonalítica.
La principal paragénesis reconocida es la desarrollada por las corneanas pelíticas: Qtz +
Bt + Crd ± And. Esta paragénesis sería producto de la siguiente reacción: Ms + Chl + Qtz =
Bt + Crd + And + H2O, la que indica condiciones de presión por debajo de los 3 Kb y
temperaturas de 530-670ºC (Bucher y Frey, 1994). De acuerdo con lo expresado, las rocas
de La Clemira habrían experimentado un metamorfismo de contacto en la facies de hornfels
hornbléndicos.
CONCLUSIONES
En la zona de La Clemira se han reconocido tres tipos de rocas de contacto: corneanas
pelíticas moteadas, corneanas psamíticas y metagrauvacas biotíticas. Se establece una
secuencia textural en 5 etapas para las corneanas pelíticas moteadas. La paragénesis
principal desarrollada por las corneanas pelíticas (Qtz + Bt + Crd ± And) indica un
metamorfismo de contacto en la facies de hornfels hornbléndicos, en condiciones de presión
por debajo de los 3 Kb y con temperaturas entre 530-670ºC.
AGRADECIMIENTOS
Se agradece a la FONCyT el aporte de los fondos para realizar estos estudios. Esta es
una contribución al Proyecto BID 802/OC-AR / PICT 07-03581.
REFERENCIAS
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[Artículo]
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