La utilización de biochips se extiende a la detección de péptidos y proteínas. Su uso podría acelerar y abaratar el diagnóstico de desórdenes como el alzheimer, diversos tipos de cáncer, o la presencia de bacterias patógenas en muestras. Aunque ya se utilizan biochips de ADN para automatizar la secuenciación de genes, muchos científicos se han interesado en extender esta tecnología a las proteínas por ser estas muy específicas respecto a con qué otras proteínas o compuestos bioquímicos interactuan. 28/07/2000.Redacción BorNet. El término "genómica" suele emplearse normalmente para designar a la parte de la genética dedicada al estudio (secuenciación) de genomas completos. Uno de sus objetivos primordiales es la identificación de la predisposición a desarrollar determinadas enfermedades mediante la localización de diferencias de secuencia en genes específicos. Sin embargo, la predisposición genética a padecer una enfermedad no indica que realmente esta vaya a producirse. Por ello, la caracterización y detección de la expresión proteica de dichos genes con vistas a poder distinguir un funcionamiento defectuoso de la maquinaria bioquímica en los individuos, bien por defecto (al no sintetizar determinadas proteínas necesarias en una ruta metabólica concreta o hacerlo en cantidades demasiado bajas), bien por exceso (al expresar ciertas enzimas o proteínas en cantidades demasiado elevadas), constituye una nueva e interesante etapa en la biotecnología médica, habida cuenta de la importancia que un diagnóstico precoz tiene en el tratamiento de determinadas enfermedades. Proteómica. Estos estudios han dado origen a una disciplina que ha recibido el nombre de proteómica (en inglés "proteomics"), encargada del análisis y caracterización del proteoma, término acuñado en 1994 por Marc Wilkins de la empresa Proteome Systems Limited (PSL) afincada en Sydney (Australia) y con el que se designa al "conjunto de las proteínas expresadas por un genoma". La proteómica ha de enfrentarse al hecho de que la propia vida, sea esta contemplada a nivel celular o a nivel de individuo, es un proceso dinámico que se ve sujeto a modificaciones constantes en el medio. Los complejos mecanismos con los que los organismos biológicos intentan mantener su equilibrio interno frente a estos cambios pueden verse alterados por la interacción de factores que junto con el "patrón genético" propio de cada individuo determinan cual es el estado bioquímico del organismo. Así pues, las rutas metabólicas que se producen en el interior de sus células dependen tanto de la expresión del material genético como de la actuación de factores que regulan dicha expresión, restingiéndola o favoreciéndola en determinados casos. El resultado final es la síntesis de componentes proteicos de naturaleza enzimática o estructural. Precisamente uno de los aspectos principales de la proteómica, entendida esta como una genómica funcional, es detectar cuáles de esos componentes proteicos pueden usarse como bioindicadores de rutas metabólicas incorrectas que, según su grado de severidad, conducen a la aparición de desórdenes diversos o enfermedades, buscando además medios para su detección y corrección (estudio de las proteínas como causas o soluciones de enfermedades). Chips proteicos. Para la detección de péptidos y proteínas, además de las técnicas de electroforesis de dos dimensiones en gel (two-dimensional gel electrophoresis, o 2DE) y la cromatografía líquida con espectrometría de masas (liquid chromatography - mass spectrometry, o LC-MS) , recientemente han aparecido al menos dos sistemas de biochips adaptados a la identificación de estas moléculas, cuyo desarrollo promete abaratar y agilizar los procesos de caracterización de estos biocompuestos. Ambos sistemas se fundamentan en la especificidad de la unión entre proteínas, algo que suele compararse con el ejemplo de una llave que hace juego con su cerradura. Para poder utilizar esta propiedad, se crean matrices de microsuperficies capaces de unirse de forma específica a diversos tipos de péptidos y proteínas. Las diversas técnicas para lograr este propósito, así como los procedimientos utilizados en la detección de las mismas pueden diferir bastante, y por ello dar lugar a biochips también distintos. En todos los casos la muestra a estudiar es preparada (a veces la preparación puede ser mínima en fluídos como suero, sangre, orina; pero si se trata de tejidos, estos se machacan y homogeneizan para crear una "sopa de proteínas"), a continuación se depositan unas pocas gotas sobre el chip, se deja transcurrir un tiempo variable para que ambos interactuen (durante el que las proteínas se unirán a las diversas regiones específicas de aquel por procesos de absorción según su afinidad con las superficies tratadas) y se pasa a la etapa de revelado o detección de peptídica. Sistema ProteinChip de Ciphergen Biosystems. En el primero de ellos, denominado Sistema ProteinChip y desarrollado por la compañía Ciphergen Biosystems Ltd., de Palo Alto (California), los chips están formados de un sustrato de aluminio en el que existen matrices con multitud de pequeñas superficies de hasta 1 mm de diámetro que han recibido un recubrimiento químico (hidrófobo, hidrofílico, iónico, etc) o bioquímico (con receptores, anticuerpos, etc) para interactuar con determinadas proteínas, unirse a ellas y retenerlas. (Gráfico cortesía de Ciphergen Biosystems Ltd). Después del preparado de la muestra y su depósito en el chip, se introduce este en el lector en donde mediante excitación láser se separan (son "desabsorvidas" e ionizadas) y detectan los péptidos de acuerdo a su peso molecular. El producto se basa en la tecnología SELDI-TOF-MS o Espectometría de Masas en "Tiempo de Vuelo" mediante Desabsorción/Ionización por Láser de Superficie Mejorado (Surface-Enhanced Laser Desorption/Ionization Time-of-Flight Mass Spectrometry). Esta tecnología se ha ensayado con éxito en la detección y caracterización de proteínas asociadas con formas específicas de cáncer de próstata, ovario y colon, así como en la detección de microorganismos patógenos resistentes a medicamentos como Mycobacterium tuberculosis y Haemofilus influenzae, o la detección de desórdenes neurológicos como la esquizofrenia y el alzheimer (en este último caso mediante la detección de pequeñas cantidades de proteínas beta amiloideas en el fluídos biológicos y extractos de tejidos, cuyo depósito en las células nerviosas se sabe implicado en el desarrollo del alzheimer). Biochip de la Universidad de Purdue. En este caso, los científicos de la Universidad de Purdue han unido chips más parecidos a los de ordenador con proteínas biológicas. Los chips base fueron fabricados por primera vez por el equipo de Rashid Bashir, profesor auxiliar de ingeniería eléctrica y computación, y su diseño consiste en la definición de cavidades o "pozos" conectados por canales, todos ellos grabados por fotolitografía en una oblea de silicio recubierta de un óxido y sellada con una cubierta de cristal. El tamaño de las cavidades va desde las 80µm x 80µm hasta las 530µm x 850µm, y los canales tienen anchuras comprendidas entre las 20µm y las 100µm, con una profundidad de 10µm. En el fondo de las cavidades se definen delgados electrodos de platino, que funcionan como sensor primario de las sustancias a analizar, cuando se recubren con sustancias receptoras (anticuerpos, enzimas, ligandos, etc). Para introducir la muestra, los líquidos con las sustancias o partículas a detectar son bombeadas dentro de los canales mediante microtúbulos conectados al chip. Tomando, por ejemplo, una proteína que se una específicamente a la pared celular de una bacteria en particular, podría escogerse a esa proteína para ser "ligada" a un biochip. Si la bacteria estuviese presente en la muestra suministrada, se uniría a la proteína causando un cambio detectable en la señal eléctrica que pasaría a través del chip. Este cambio en la señal eléctrica podría ser registrado por el dispositivo, confirmando la presencia de la bacteria en la muestra. Gracias a la especificidad en la unión, otra bacteria o molécula diferente de la muestra no se uniría al chip. La primera aplicación real para este tipo de biochips será el desarrollo de sensores para detectar al patógeno Listeria monocytogenes, un patógeno del que aproximadamente uno de cada cinco casos clínicos son mortales. Podría contener anticuerpos para Listeria monocytogenes obtenidos de conejos o ratones. Los anticuerpos son proteínas defensivas naturales que los organismos utilizan para reconocer y neutralizar proteínas dañinas. Ya que sólo Listeria monocytogenes podría interactuar con sus anticuerpos sobre el chip, una determinación definitiva de la presencia o ausencia de la bacteria podría hacerse en minutos. El artículo sobre el biochip titulado, "Detección a micro-escala de especies biológicas en chips micro-fluídos" ("Micro-Scale Detection of Biological Species in Micro-Fluidic Chips"), se presentó en la conferencia Nanociencia y Nanotecnología: Configurando la Investigación Biomédica, en los Institutos Nacionales de la salud (National Institutes of Health) en Bethesda, Maryland. el 25 de junio. Más información: Ciphergen Biosystems, Inc.: Sue Carruthers scarruthers@ciphergen.com Universidad de Purdue: Steve Tally, tally@aes.purdue.edu Michael Ladisch, ladisch@ecn.purdue.edu Rashid Bashir, bashir@ecn.purdue.edu Arun Bhunia, bhuniaa@foodsci.purdue.edu