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Doctrinas Pentecostales - David Victoria

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DOCTRINAS PENTECOSTALES
Por
David Augusto Victoria Escobar
0117024
Proyecto
Presentado a Global University
en cumplimiento parcial de los requisitos para
BIB3073
El Libro de los Hechos
PN 01.11
Global University
Mayo, 2018
David Augusto Victoria Escobar, 0117024
BIB3073, El Libro de los Hechos, PN 01.11
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Doctrinas Pentecostales
1. Doctrina de la Obra Subsiguiente
La Doctrina de la Obra Subsiguiente, es la experiencia después de la salvación en la cual el creyente es
investido para el servicio. En una de las doctrinas características del pentecostalismo clásico, que no es
compartida por la mayoría de los evangélicos, ni es tampoco adoptada por todos los pentecostales. La Iglesia
Pentecostal Unida, sostienen que uno no es salvo hasta que sea lleno del Espíritu, hable en lenguas, y sea
bautizado en agua en el Nombre de Jesús solo.
¨Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba
que hablasen.¨ (Hechos 2:4). Note que esta experiencia aconteció a individuos que ya eran salvos. Estos
discípulos ya estaban andando en sumisión al Señorío de Jesús. En cada caso en Hechos en que las personas
son llenas del Espíritu Santo, la llenura es una experiencia totalmente diferente de la salvación, y es
subsiguiente a la salvación.
¨ Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios,
enviaron allá a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu
Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados
en el nombre de Jesús. ¨ (Hechos 8:14-16). Ahora en Samaria, las personas que ya habían expresado su fe en
Cristo son llenas del Espíritu Santo en algún momento posterior. Tales textos, junto con otros en los capítulos
9, 10, 11 y 19 proveen la base para la doctrina clásica pentecostal de la obra subsiguiente. Debido a que Lucas
presenta un constante patrón de reportes, que describen al bautismo del Espíritu Santo como algo distinto y
posterior a la salvación, puede concluirse con severidad que Lucas y la iglesia primitiva consideraban tal
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secuencia de eventos como normativa (cuando algo es reportado muchas veces y en contextos variados, es
probable que haya relevancia eterna que se está comunicando).
¨Fue
entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor
Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno
del Espíritu Santo. ¨ (Hechos 9:17). Las palabras de Ananías aquí, muestran que los primeros creyentes
consideraban el bautismo en el Espíritu como un paso separado y subsiguiente a la conversión.
¨¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu
Santo.¨ (Hechos 19:2). La pregunta de Pablo indica que él sintió que algo faltaba, no en la experiencia de la
salvación de estos creyentes, sino en su experiencia con el Espíritu Santo. Evidencia concreta que, en la
experiencia de la iglesia primitiva, el bautismo del Espíritu era separado y distinto de la obra del Espíritu en
la salvación.
Comentaristas no pentecostales, ven la narrativa en Hechos que registran un bautismo separado en el Espíritu
y sus fenómenos que lo acompañan, como condicionado por el tiempo, porque el propósito de Dios era
certificar etapas significativas (judíos, samaritanos, griegos, y discípulos de Juan bautista) del desarrollo de
la iglesia. La realidad es que estas experiencias y fenómenos no siguen una progresión ordenada en Hechos.
La identidad étnica de estos discípulos no fue de interés para Lucas, lo que sugiere que él no tuvo ningún
interés es promover un punto de vista del bautismo y los fenómenos del Espíritu Santo como éstos proponen.
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2. Doctrina de las Lenguas como Evidencia Física inicial
En Hechos, podemos discernir un patrón en los reportes de Lucas: Salvación-Bautismo del Espíritu-Hablar
en lenguas, con tal consistencia y frecuencia, que puede decirse que se esperaba en la iglesia primitiva. Es
decir, esta secuencia, incluyendo las lenguas, había llegado a ser entendida como normativa.
¨Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba
que hablasen.¨ (Hechos 2:4). De todos los fenómenos que aparecen en Hechos 2:2-4, el único que se repite
en otras narrativas que describen el bautismo en el Espíritu son las lenguas.
¨ Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció
dinero¨. (Hechos 8:18). Algo sucedió que capturó la atención de Simón. Lucas no lo describe, porque a
menudo no explica todas las cosas que ha dejado claro en otro lugar. Simón ya había visto los milagros de
Felipe. Solo hay una cosa que encaja: en Pentecostés, ellos hablaron en lenguas y esto atrajo la atención de
la multitud. El hablar en lenguas por parte de los creyentes samaritanos obviamente tuvo el mismo efecto en
Simón.
Los detalles del bautismo de Pablo tampoco son descritos por Lucas. Su atención está más centrada en su
llamado. Una vez más vemos que Lucas no repite todo en cada lugar. En efecto, él indica que la experiencia
de Pablo de ser lleno del Espíritu no fue diferente de aquella experimentada en Pentecostés. No hay
cuestionamiento acerca de que Pablo habló en lenguas (1 Corintios 14:18).
Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. (Hechos 10:46). La evidencia de que
los gentiles habían recibido el bautismo del Espíritu era externamente observable y verificable. Pudo ser
observada y comparada con un acontecimiento anterior similar: ¨han recibido el Espíritu Santo también como
nosotros¨ (v. 47).
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¨Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y
profetizaban¨. (Hechos 19:6). Lucas presenta fenómenos, específicamente hablar en lenguas, como una
consecuencia normativa del Bautismo del Espíritu.
Algunos eruditos que se oponen a la interpretación normativa de las lenguas, sugieren que el propósito de
cada caso en hablar en lenguas, en Hechos, fue legitimar una nueva etapa del evangelismo: a los judíos en
Jerusalén, a los samaritanos, a los griegos en Cesarea, y a los discípulos de Juan bautista en Éfeso. Sostienen
que el propósito principal de las lenguas está ahora obsoleto, ya que no hay barreras geográficas, lingüísticas
o raciales que romper para el evangelio. Sin embargo, en todas las etapas de la iglesia, han existido grupos
étnicos, religiosos o lingüísticos que nunca se alcanzaron durante esa etapa. En muchas ocasiones en Hechos,
individuos que ya habían sido llenos del Espíritu Santo, son llenos de nuevo del Espíritu Santo. El hablar en
lenguas era parte cotidiana de las iglesias paulinas décadas más tarde.
Por lo tanto, la evidencia en conjunto no encaja con la teoría de las lenguas como autenticación para el
evangelismo.
Otro punto de vista, dice que el hablar en lenguas estuvo limitado a los doce y cuando ellos fallecieron,
también lo hizo el don. Sin embargo, Hechos 2 sugiere una participación más amplia que los Doce. Además,
en sus cartas Pablo se refiere a otros creyentes que estaban empleando el don de lenguas. Y el número de
lugares representando en Pentecostés excedía en número a los apóstoles, algo de 16 a 12.
El bautismo del Espíritu es, ¨para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.¨ (Hechos 2:39).
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3. La Diferencia entre la obra del Espíritu en el creyente en la Salvación y la experiencia de la Plenitud
del Espíritu
Hay una obra del Espíritu Santo en el creyente en la salvación, pero esa obra no es llamada el bautismo del
Espíritu Santo). Es llamada el Nuevo Nacimiento (Juan 3:6). La experiencia que sigue a la salvación (Doctrina
de la Obra Subsiguiente), es llamada el “recibir la plenitud¨, el “bautismo”, o el “ser llenos del Espíritu Santo”.
Esta experiencia aconteció a individuos que ya eras salvos. (Hechos 2:4). Los Samaritanos "…cuando
CREYERON a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se
BAUTIZABAN hombres y mujeres" (Hechos 8:12). Jesús había dicho, "... El que CREYERE y fuere
BAUTIZADO será salvo...” (Marcos 16:15-16). Estos samaritanos hicieron las dos cosas, creyeron y fueron
bautizados. De acuerdo con Jesús fueron salvos. Sin embargo, ninguno de ellos había recibido el bautismo
del Espíritu Santo (Hagin 1990, 1).
Somos nacidos de nuevo, "POR LA PALABRA DE DIOS que vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:23).
"…los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria HABIA RECIBIDO LA PALABRA DE
DIOS..." (v. 14). Prueba concluyente que esta gente fue salva genuinamente. Los apóstoles enviaron a Pedro
y a Juan a los nuevos convertidos para que recibieran, no la salvación, sino el Espíritu Santo (Hagin 1990, 1).
Podemos entender el reconocimiento del Señorío de Jesús por parte de Pablo, ¨...¿Quién eres, Señor?¨(Hechos
9:5), como una confesión de fe. Un cambio completo en la actitud de Pablo es la evidencia de un
arrepentimiento genuino por parte de él. Cuando Jesús envió a Ananías a Pablo, no le encargó llevar el
mensaje de la salvación. Él va a asuntos posteriores a la salvación: sanidad, bautismo en el Espíritu, bautismo
en agua (v. 17). Y tres días separan su experiencia de la salvación, en el camino a Damasco, de su bautismo
del Espíritu. Años después, Pablo en Éfeso, ¨…hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu
Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo¨. (Hechos 10:1-2).
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Él sintió que algo faltaba es estos creyentes. Él reconoce la posibilidad de que las personas pueden llegar a
un conocimiento salvífico de Jesús sin ser llenos del Espíritu.
¨Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras
hijas profetizarán…¨ (Hechos 2:17-18). Pedro interpreta Joel 2:28. Joel esta reiterando en un contexto
profetizo el deseo expresado cientos de años antes por Moisés: ¨…Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese
profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos¨. (Números 11:29). Vemos una conexión intima entre
la llenura del Espíritu y el pronunciamiento del discurso profético (poderoso testimonio de Jesús).
En conclusión, la salvación se recibe por medio del arrepentimiento y fe en la gracia salvadora de Jesús. El
bautismo del Espíritu es una llenura para poder dar testimonio dinámico y servicio a Jesús.
Bibliografía
Hagin, Kenneth E. 1990. Tocante a los Dones Espirituales. Kenneth Hagin Ministries
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