ACUERDOS SALT (Strategic Arms Limitation Talks - Conversaciones Sobre Limitación de Armas) Se refiere a los dos encuentros de conversaciones bilaterales, correspondientes a tratados internacionales, entre la Unión Soviética (URSS) y Estados Unidos (EE. UU.); las súper potencias oponentes durante la guerra fría. El tema de las mismas fue el de control de armas, ya que buscaban poner un límite a las armas nucleares estratégicas y frenar la carrera armamentista. SALT I (1969-1972) Helsinki y Viena Es el tratado entre la Unión Soviética y Estados Unidos para limitar el número y tipo de: Misiles Anti-Balísticos ABM Misil Balístico Intercontinental ICBM Misiles instalados en submarinos SUBM Prohibición del establecimiento de sistemas de defensa antimisiles Iniciaron en noviembre de 1969. Tras arduas negociaciones Leonid Brezhnev (URSS) y Richard Nixon (EE. UU.) firmaron en Moscú los Acuerdos Salt en Mayo de 1972, los cuales estuvieron vigentes durante 30 años y así pusieron un límite a la guerra y la mutua destrucción, de otra forma, asegurada. Paradójicamente, estos acuerdos llevaban el nombre coloquial de “Equilibrio del terror”, simbolizan la distensión de la época, e incluso los Estados Unidos lo llamaron Brinkmanship (la política “al borde del abismo”). SALT II (1972-1979) Viena Limitaba el número y el tipo de misiles nucleares intercontinentales para las dos potencias opuestas. En teoría, estos acuerdos ratificaban los primeros, pero Estados Unidos se negó a asumir el compromiso, juzgándolos como favorables para la Unión Soviética; y fue así como se desvincularon oficialmente. Se ocupó de reemplazar el arreglo interno con un tratado comprensivo sobre armas ofensivas. En 1986 se dio fin a dichos acuerdos. El 13 de junio de 2002 se discutían nuevamente, sin embargo, 6 meses después de anunciarlos, los EE. UU. se retiraron oficialmente. 1 CONFERENCIA DE HELSINKI (La Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa) Tuvo lugar en Helsinki (Finlandia) a lo largo de varias sesiones entre el 3 de julio de 1973 y la decisiva tercera sesión del 30 de julio al 1 de agosto de 1975; entre los Estados Unidos de América, Canadá, la Unión Soviética y todos los países europeos (incluyendo a Turquía y excluyendo a Albania y Andorra). Fue firmada por 35 países. Es el punto de partida de la Contexto | Mientras que la Organización para la Seguridad y la parte occidental de Europa Cooperación en Europa (OSCE). era capitalista y estaba integrada por gobiernos La Conferencia tuvo reuniones posteriores, que democráticos, el Este de tuvieron lugar en Belgrado (4 de octubre de Europa era comunista y 1977 - 8 de marzo de 1978), Madrid (11 de estaba conformado por noviembre de 1980 - 9 de septiembre de 1983), Estados socialistas. Sin y Viena (4 de noviembre de 1986 - 19 de enero negar las distintas de 1989). La Cumbre de París de 1990 puede concepciones políticas entre considerarse como punto final de la ambos bloques, ni valorar al otro de manera negativa, una Conferencia, por la desaparición del bloque del serie de conferencias debían contribuir a la distensión y a la preservación de la paz en Europa. este. Representantes de 35 países viajaron a Helsinki Tras dos años de negociaciones, el primero de agosto de 1975 los países firmantes garantizaron mutuamente la inviolabilidad de sus fronteras, la integridad territorial de los Estados, el arreglo de las controversias por medios pacíficos, la no intervención en los asuntos internos, la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, la igualdad de derechos, el derecho a la autodeterminación de los pueblos y el respeto de los derechos humanos, incluidas la libertad de pensamiento, conciencia, religión y convicciones. Aunque en el texto pareciera algo seco, el Acta de Helsinki supuso una transformación política en el continente, una transición de la confrontación a la cooperación. Los países firmantes renunciaron voluntariamente a la provocación: 2 el desearse mutuamente la ruina y subrayar la superioridad de su propio sistema político. Por primera vez tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los países occidentales aceptaron las fronteras del continente. Como por ejemplo, la controvertida frontera germano-polaca, que ya había sido previamente reconocida por la República Federal de Alemania a través de un acuerdo con Polonia, el Tratado de Varsovia, impulsado por la Ostpolitik del gobierno de coalición socialdemócrata liberal bajo el canciller Willy Brandt. En este sentido, mientras que el Acta de Helsinki supuso para los países de Europa del Este un avance político significativo, los países occidentales concentraron sus demandas al bloque socialista en el respeto y la defensa de los derechos humanos. Ambos elementos contribuyeron a la distensión en el continente. A la mañana siguiente, según fue acordado, el Acta de Helsinki fue publicada en todos los países firmantes. El ex-canciller alemán, Helmut Schmidt. Contenido del Acta de Helsinki | 1. Igualdad soberana, respeto de los derechos inherentes a la soberanía 2. Abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza 3. Inviolabilidad de las fronteras 4. Integridad territorial de los estados 5. Arreglo de las controversias por medios pacíficos 6. No intervención en los asuntos internos 7. Respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales 8. Igualdad de derechos y Derecho a la autodeterminación de los pueblos 9. Cooperación entre los estados 10. Cumplimiento de buena fe de las obligaciones del derecho internacional En el momento de la firma, el documento se vio al mismo tiempo como un paso significativo para reducir las tensiones de la guerra fría (la llamada distensión), y como un triunfo diplomático de la Unión Soviética, debido a las cláusulas de inviolabilidad de las fronteras nacionales y el respeto para la integridad 3 territorial, que reconocían por primera vez las incorporaciones territoriales de la Unión Soviética en el Este de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. No obstante, la parte dedicada a los derechos humanos proporcionó las bases para el funcionamiento del Grupo de Helsinki en Moscú, una ONG independiente creada para vigilar el cumplimiento de los Acuerdos de Helsinki. El Grupo de Helsinki se extendió con la creación de varios comités regionales, que acabaron formando la Federación Internacional de Helsinki y Human Rights Watch. Consecuencias: Los ciudadanos europeos se enteraron de que los derechos humanos tenían vigencia incluso ahí en donde no eran respetados, y que los países europeos eran garantes entre sí, de la vigencia de las fronteras comunes. Los grupos disidentes en la República Democrática Alemana (RDA) y en Polonia, entre ellos el Sindicato Solidarnosc, se remitieron al Acta de Helsinki. También la Carta 77, que entre otros firmó posteriormente el presidente de la República Checa, Václav Havel (1936), se remitió a que el propio gobierno se había comprometido en Helsinki con la defensa de las libertades individuales. Esta situación impidió que los gobiernos de los países del bloque del Este combatieran a los movimientos disidentes con medios militares, como se había visto ya en 1953 en Berlín Oriental, en 1956 en Hungría y en 1968 en Praga. El proceso de la OSCE, comenzado por iniciativa de los países del bloque del Este con el objetivo de garantizar su integridad territorial, contribuyó indirectamente, entre 1975 y 1990, al proceso de desintegración del bloque detrás de la Cortina de Hierro. Como consecuencia de esta transformación geoestratégica, el conflicto Este-Oeste que llevó a Europa en más de una ocasión al borde de una nueva conflagración mundial, que sería esta vez atómica, fue superado. La Guerra Fría había terminado. EL ROL DE GORBACHOV Mijaíl Sergueievich Gorbachov nació en Stavropol en 1931, creció en una familia campesina rusa de la región norte del Cáucaso, ingresó a la Universidad de Moscú en donde estudió Derecho desde 1950 hasta 1955. Se afilió al Partido Comunista, en donde tras una carrera política en su lugar de origen, logró puestos regionales en las juventudes comunistas y en su Partido. Luego estudió Agronomía en los sesenta, lo cual lo ayudó a afrontar la sequía de 1968. Fue miembro del Sóviet Supremo en 1970, del Comité Central del Partido como secretario de agricultura en 1978, y del Politburó en 1980. La experiencia en política nacional lo llevó a ser secretario general del Partido Comunista de la URSS en 1985, y luego fue jefe del Estado y presidente del Sóviet 4 Supremo en 1988. Él propuso la corriente reformista, que planteaba una apertura liberalizadora para sacar a la URSS del mal momento económico, político y cultural por el que pasaban desde la época de Brezhnev. Desde 1990 puso en marcha un programa político que, eventualmente, acabó con la dictadura comunista y con la existencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Con dicho programa pretendió reforzar y perfeccionar el régimen socialista mediante la reestructuración (Perestroika) y la transparencia (Glasnost). PERESTROIKA Reforma económica implementada por el político Mijaíl Gorbachov entre los años de 1985 y 1991, la cual tenía como fin desarrollar una nueva estructura económica en la Unión Soviética. La visión que Mijaíl Gorbachov tenía para el futuro era reorganizar el sistema socialista para así poder conservarlo, además de la transformación de la sociedad soviética para que estuviera lista y así pudiera ayudar a la creación de un nuevo sistema económico dentro del socialismo, en la Unión Soviética. Durante este proceso se llevaron a cabo muchas conversaciones hacia la democracia y los miembros del Kremlin, que trajo consecuencias para la sociedad y la economía, las cuales llevaron al final de la era de Gorbachov y la caída de la URSS. Proceso: cuando en 1985 el reformista Mijaíl Gorbachov fue elegido secretario general y se convirtió en el máximo dirigente soviético, esta política ya estaba previamente diseñada, pero fue en la reunión del Comité Central del PCUS de abril de 1985 cuando se decidió ponerla en práctica de inmediato. El programa consistía en convertir a la URSS, en 500 días, en una economía socialista de mercado, bajo las premisas de corregir los errores de la economía socialista de corte estaliniano. Basado en el totalitarismo económico del estado, que fungía como administrador de todos los medios de producción, industria y dueño de la tierra en su totalidad, sin existencia de propiedad privada excepto de artículos personales básicos, bajo la teoría Marxista de la propiedad colectiva de los medios de producción administrada por el estado. Desde la época de Lenin hubo muchos conflictos y controversias sobre la forma de economía que debía fungir como transitoria hacia el comunismo real. De hecho, uno de los conflictos más intrincados fue la existencia o no de un sistema de mercado basado en oferta y demanda en una economía marxista, revisionismo que aún no han resuelto los teóricos Marxistas. Para la década de los ochentas existía un sistema de sanidad, educación y vivienda gratuita o muy subvencionado, vivienda modesta pero muy digna 5 en constante aumento (para los ochentas el m² habitable era de 15 m² por persona, superior al estándar europeo actual), la alimentación del soviético y la esperanza de vida eran de las mejores del mundo. La agricultura era muy eficiente, pero con problemas de distribución de productos, y ante todo existía el pleno empleo, no existía pobreza extrema, todos estos indicadores hacían del ciudadano de la URSS, en general, una persona culta, con una vida digna pero sin llegar a los estándares de vida occidentales. El objetivo principal era pasar de un sistema de economía centralmente planificada a un sistema de economía de mercado (ley de oferta y demanda), para lo cual se permitió una cierta autonomía local y se procedió a liberalización de precios. También se pretendía luchar contra la corrupción, el alcoholismo y el absentismo laboral (según la nueva teoría, el pleno empleo que existía en la URSS generaba que los trabajadores no se pudieron persuadir por medio del despido y pérdida de beneficios) propugnando la liberalización económica, permitiendo a las empresas tomar decisiones sin consultar a las autoridades y fomentando la empresa privada y las sociedades conjuntas con un número limitado de compañías extranjeras, impulsando así la inversión. Asimismo, se implantó una cierta democratización de la vida política. Abel Aganbegyan, el primer consejero económico de Gorbachov, y en gran parte responsable de la base teórica del programa de cambio, afirmó que en un 40% de la industria se habría producido una disminución de la producción y que, además, existía una degradación de la agricultura. Por ello, propuso reformas para dar más autonomía a la empresa, medidas para mejorar el rendimiento del trabajador y la calidad de los productos. Las alternativas económicas de otros países socialistas se ignoraron (como la modificación del Socialismo Chino de los setentas) y las medidas que se adoptaron no se discutieron previamente, permitiendo la entrada de capital extranjero y acercándose cada vez más al capitalismo. Así, poco a poco se fueron introduciendo actividades económicas privadas, mediante la paulatina introducción de contratos individuales en fábricas y haciendas colectivas. Se llevaron a cabo medidas, como la venta de un gran número de empresas estatales, reformas de la moneda y un nuevo sistema bancario y financiero. Para inicios de la década de 1990, la URSS se encontraba sumida en una profunda crisis económica sin precedentes, puesto que no existía a la fecha una teoría o metodología académica de cómo un estado de economía planificada centralmente, pasa a convertirse en una economía de mercado libre. Se dislocó completamente todo el complejo entramado industrial y agrícola de la URSS, el país virtualmente se paralizó, la inflación se disparó y las condiciones de pobreza (prácticamente inexistentes de la URSS) se propagaron al 90% de la población al punto que la misma URSS desapareció como estado y como superpotencia mundial del periodo de la Guerra fría. El “desastre” de la Perestroika: Lo cierto es que las reformas aplicadas a través de la perestroika aunque con buenas intenciones acabaron bastante mal y de hecho el elemento más destructivo fue la Ley de Empresa que aunque pretendía hacer prospera la 6 economía de Rusia, se volvió en contra del país, pues anulaba todo control sobre los recursos, de modo que se redujo la inversión. La desmembración de la URSS en pequeñas repúblicas, la creación de bancos propios y la concesión de créditos ilimitados provocaron inflación y la escasez total, el interés por el dinero llegó a ser mínimo. La calidad de vida que se pretendía durante este proceso era que los ciudadanos tuvieran cada vez mejor nivel de vida, y de hecho la idea era invertir en los habitantes y dejar de una vez por todas las inversiones militares. Dicha calidad de vida nunca llegó a mejorar por culpa de factores como la falta de regularización en los sueldos o la liberación de los precios. De hecho surgió una clase de ricos cuyos ingresos no provenían del trabajo y se amplió el número de pobres; en 1993, casi una tercera parte de la población rusa tenía ingresos que no garantizaban un nivel mínimo de subsistencia. La perestroika afectó también en lo político si bien Gorbachov apostó por reducir el gasto en armas, además de retirar tropas de Afganistán, así como abrirse más a los medios de comunicación y a la auto-crítica. En agosto de 1991, un fracasado golpe de estado por sectores opuestos a las reformas de Gorbachov provenientes del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) puso en evidencia que se habían desbordado las metas políticas de la Perestroika. Este hecho consumó finalmente la desintegración de la URSS, el que Gorbachov dimitiera del cargo y que llegara al poder Boris Yeltsin, abandonando el comunismo y convirtiéndose en presidente de la recién fundada Federación Rusa. GLASNOST Junto con la perestroika, se implementó la Glasnost o transparencia, la cual permitía, entre otras cosas, mayor libertad a los medios de comunicación, el descenso de la censura, y mayor libertad de expresión, contrastando con el régimen anterior de represión hacia quienes no comulgaran con los principios del sistema soviético. Permitió que el gobierno adoptara una postura autocrítica, reconociendo sus errores e implementando instrumentos para resolverlos. Consintió, entre otras cosas, la confrontación política que se dio en la URSS en 1987, con las agrias críticas de Boris Yeltsin al sistema, sin embargo, a pesar de los avances en materia de Glasnost, Yeltsin sufrió represalias al ser apartado del gobierno. Gracias a ella, fueron puestos en libertad prisioneros políticos, la mayor parte de los cuales eran “presos de conciencia” por sus críticas al gobierno soviético y al sistema político. Las elecciones de 1988, pusieron de manifiesto el sentir popular; el partido comunista soviético no obtuvo todos los puestos del gobierno, al que pudieron tener acceso reformadores de minoría (como Yeltsin) y otros 18 partidos. La 7 perestroika comenzó a recibir ataques de conservadores y alas progresistas, los primeros veían en ella una amenaza al socialismo y los segundos pensaban que las reformas avanzaban muy lentamente. En definitiva, la libertad de expresión que trajo la glasnost desencadenó un proceso que finalmente se le fue de las manos a Gorbachov y terminó por hacer perder toda su legitimidad al sistema nacido de la revolución de octubre de 1917 y al propio estado soviético. PLAN DE 500 DÍAS Programa económico lanzado en agosto-septiembre de 1990 por Grigori Yavlinski, su objetivo era superar la crisis económica de la Unión Soviética en vísperas de su desaparición como Estado, por medio de la transición a una economía de mercado. Desarrollado por un grupo de trabajo bajo la dirección de Stanislav Shatalin, que también era el asesor económico de Mijaíl Gorbachov. En agosto de 1990 el grupo publicó un informe de cuatrocientas páginas titulado “Transición al mercado”. En él pide la creación de una economía de mercado competitiva, que incluía la privatización en masa de empresas públicas, la libre fijación de precios por el mercado, la integración con el sistema económico mundial, una gran transferencia de poder desde el gobierno de la Unión al de las Repúblicas, y muchas otras reformas entonces consideradas de carácter radical. Al principio fue aceptado pero, en el caso del primer ministro conservador Nikolái Ryzhkov lo rechazó abiertamente. Grigori Yavlinski, uno de los impulsores del fracasado Programa de los 500 días. Este programa se dividió en tres fases: 8 Un primer estadio en que se procediese a la estabilización económica reduciendo el déficit presupuestario. Se da el comienzo de las desnacionalizaciones y unificación del tipo de cambio (final de 1990, ocupando los cien primeros días). Una segunda fase de liberalización de precios, que incluyese estrictos controles financieros (los días 100 a 250). En los últimos 250 días se procedería a estabilizar el mercado, profundizar en la privatización, convertibilidad interna, ofreciendo a las repúblicas una unión económica que incluyese el mantenimiento de una moneda única. En conclusión, el Sóviet Supremo de la Unión Soviética rechazó la adopción del programa, para después aceptar otro más adecuado en sus reformas, titulado “Directrices básicas para la estabilización de la economía y la transición a una economía de mercado”. Éste contenía muchas de las medidas del programa de los quinientos días, pero se diferenciaba fundamentalmente en que no contenía un calendario de aplicación, y por otro lado no contenía previsiones de descentralización del poder económico desde la Unión a las repúblicas. El Programa de los 500 días acabó por tanto no siendo aplicado por la oposición de los sectores menos propensos a las reformas. EL TRATADO DE SOBERANÍA La caída del Muro de Berlín representó el final de la conflictiva separación entre la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana, la cual originó cambios en su estructura política y social como resultado de la unificación de su territorio dentro de la OTAN. Se considera que la política ejercida por Mijaíl Gorbachov fue un aspecto importante que contribuyó al acontecimiento de dichos sucesos en Alemania. El 12 de septiembre de 1990 se firmó en Moscú el convenio que recibió el nombre de “Tratado sobre la Soberanía” o “Tratado 2+4”, en donde los aliados de la Segunda Guerra Mundial renunciaron a sus derechos sobre Alemania. El 3 de octubre de 1990 “las dos Alemanias” se reunieron oficialmente, siendo derribado El Muro de Berlín, a excepción de varios fragmentos conservados como monumentos históricos. El Tratado plasmó sobre el papel del nuevo equilibrio del poder entre Estados Unidos, considerada como única superpotencia real, y Alemania unida, fuerza emergente de Europa. 9 Según (Peters, 1995), las cuatro potencias (Reino Unido, Francia, E.E.U.U. y U.R.S.S.) declararon el fin de sus derechos y responsabilidades respecto a Berlín y Alemania, con el resultado de que la Alemania unida tendría “plena soberanía sobre sus asuntos internos y externos”. Esto significó un acuerdo de paz final, ya que se desligaron de ejercer la administración conjunta de Berlín, se abstuvieron de involucrar su equipo bélico en el territorio, y la determinación del estatuto alemán conjunto a la reasignación de su poder sobre sus límites territoriales. Sin embargo, la recuperada soberanía estaba restringida por medio de tratados internacionales y la constitución alemana, limitándose la producción de armas, el alcance y uso de las Fuerzas Armadas y el respaldo de la primacía del control político civil sobre el mando militar. Dichas restricciones eran parte del proceso de integración de la RFA y la RDA, con el fin de la reformación de un estado nación. Los países aliados mantuvieron distintas posturas, entre ellos Estados Unidos quien estaba a favor para debilitar a su rival la U.R.S.S., y disminuir su influencia abarcando esas áreas. Por el contrario, Francia se oponía a la reunificación alemana, ya que le preocupaba cómo se vería afectada su posición de potencia al perder poder relativo sobre Alemania. Igualmente, la primera ministra Margaret Thatcher, se inclinó por conservar el statu quo ya que el ascenso de Alemania amenazaba con sustituir a Reino Unido como el principal aliado de E.E.U.U. Rechazando la reunificación a corto plazo, la puesta en práctica de cambios en el marco de la defensa europea, tales como reformar la OTAN (y su doctrina militar) o crear una entidad europea de seguridad y defensa vinculada al ámbito de las Comunidades (Spence, 1991; Deighton, 1997, p.6: Merkl, 1993, pp. 322-325). La Unión Soviética demostraba su inconformidad respecto al tratado, por el mismo dilema acerca de la influencia alemana a nivel global. De acuerdo a Lion Bustillo (2013), poseía varias razones por las que al final se mostró a favor: 1) poseía una capacidad militar global inferior en relación de Estados Unidos; 2) anteponer la mejoría de su situación económica sin sacrificar su seguridad; 3) las reformas económicas beneficiaban al mantenimiento de un poder militar notable. Además, la RFA se había convertido en la conexión entre la U.R.S.S. y los países del occidente, lo que impulsó a que la primera se mostrara a favor del acercamiento paulatino entre los dos Estados Alemanes. Sin embargo, la desaparición de la RDA y los conflictos internos de la U.R.S.S. aceleraron la unificación de Alemania, por lo que Gorbachov se vio obligado a aceptar los cambios. Después de la caída del muro de Berlín, Alemania siguió con la visión de la RFA, siendo una influencia económica internacionalmente con una idea de poder alejada del uso de las fuerzas armadas. Asimismo, buscaba la unidad nacional y la integración europea, por lo que aceptó las condiciones expuestas en el Tratado 2+4. De esa forma, manteniendo un perfil no bélico, concentrándose en su avance y en colocarse como potencia mundial, ha sabido tomar decisiones astutas que promulgaron su situación económica, política y social actual, en cuestión de menos de 30 años. 10 Genscher, Gorbachov y Kohl durante las negociaciones en el Cáucaso decisivas para firma definitiva del Tratado 2 + 4. CAÍDA DEL SOCIALISMO El bloque socialista europeo y la U.R.S.S. se encontraron al principio de los setenta, en una etapa aparentemente favorable para su economía. La “crisis del petróleo”, así llamada por su elevado aumento del mismo, había dejado a la U.R.S.S. en inmejorables condiciones, ya que ésta última era uno de los productores de petróleo más importantes a nivel mundial. Las reformas indispensables que necesitaba el sistema comunista, fueron postergadas debido al enorme ingreso de divisas que se producía gracias a las exportaciones petroleras. Al mismo tiempo, la enorme cantidad de dólares de los países productores de petróleo del “mundo árabe”, los denominados petrodólares, comenzaron a estar al alcance de aquellos países que lo solicitaran. Y la U.R.S.S. no fue la excepción. A través de los organismos internacionales de crédito, el bloque soviético ingresó a su economía cada vez más capitales y tecnología desde Occidente, quedando, en consecuencia, fuertemente endeudado. 11 La U.R.S.S bajo la dirección de Leónidas Brezhnev, aprovechó la crisis circunstancial que en ese momento afectaba al sistema capitalista occidental e incorporó a la órbita soviética a países como Vietnam, Laos, Mozambique, Angola, Etiopía, Camboya, Yemen del Sur, Nicaragua y Afganistán. Los cambios ocurridos en la década de los ochenta, encontraron a la U.R.S.S. sumida en una carrera armamentística que su economía y su equipamiento tecnológico, muy pronto no podrían soportar. En el cercano oriente, un aliado de la U.R.S.S., Egipto, a través de su presidente Nasser, había dejado su protección a partir del gobierno de Sadat. Este último, había buscado solucionar sus problemas políticos y económicos con un acercamiento a los EE.UU. y hasta firmó acuerdos con Israel. En este período, el socialismo llegó al poder en varios países europeos como: Mario Soares en Portugal en 1976, Felipe González en España en 1982 y Francois Mitterrand, en Francia en 1981. Pero no por esto, el comunismo lograba imponerse. Por el contrario, el comunismo europeo comenzó a dividirse e incluso algunos partidos anunciaron la intención de maniobrar independientemente de Moscú. Con un producto interno bruto equivalente a un tercio del de los EE.UU., la U.R.S.S., debía competir por la hegemonía como superpotencia mundial. Su influjo militar se había extendido notablemente, además, debía competir por el predominio nuclear y en la carrera misilística y espacial, sin contar con la ayuda económica y militar que debía brindar a sus aliados que habían aumentado notablemente. Pero lo peor, era que la U.R.R.S, no solo no alcanzaba a competir con EE.UU., sino que tampoco cumplía con una política social repartitiva equitativa que supuestamente debía cumplir un régimen comunista. Las diferencias entre el trabajador común y el “gran dirigente” se profundizaban cada vez más. La burocratización era un problema urgente para el régimen y la economía comenzó a ocupar un lugar central en la U.R.S.S. La misma prensa soviética, aceptaba que, el ausentismo provocaba importantes pérdidas de horas de trabajo. Las cifras indicaban, que prácticamente la mitad de la población activa no trabajaba durante un año. La estructura industrial soviética se había transformado también en un inconveniente, ya que para su funcionamiento exigía cuatro veces más energía, materias primas y acero que la de los países capitalistas. La economía soviética, para los años ochenta, presentaba un claro signo de reprimarización de la economía, es decir, la exportación de materias prima superaba las ventas de productos manufacturados. En 1982, tras la muerte de Brezhnev, sus sucesores, Yuri Andropov y Konstantin Chernenko, nada pudieron hacer para mejorar la situación social y económica. A partir de 1985, con la asunción de Mijail Gorbachov, como Secretario General del Partido Comunista y presidente del Soviet Supremo, se comenzó a cambiar de rumbo. Gorbachov lanzó 12 dos reformas que dieron que hablar: la perestroika y la glasnost. La perestroika significaba un cambio en la “reestructuración” de la economía y la sociedad soviética, y la glasnost se comprometía a una mejora en la transparencia informática. A pesar de los cambios producidos en el principal Comité Ejecutivo del Partido Comunista (Politburó), Gorbachov se proponía una modificación mayor: sacar a la U.R.S.S de lo que él denominaba la “era del estancamiento”. Gorbachov y su equipo diagnosticaban, que el “estancamiento” era producto del aislamiento y apuntaban a establecer un régimen de libertades que facilitara el contacto de los ciudadanos de la U.R.S.S con otras culturas y países del mundo. Este no era un desafío menor, ya que no era fácil modificar, en profundidad, el régimen de vida de los soviéticos. Una gran parte del pueblo se sentía cómodo con un sistema que le proporcionaba una subsistencia garantizada y una seguridad social, si bien era de niveles modestos pero seguros, una sociedad igualitaria en lo social y en lo económico, exceptuando los privilegios de la alta regencia del partido comunista. Si bien Gorbachov, calificaba como “era del estancamiento” a la gestión de Brezhnev, una parte del pueblo soviético, la recordaba como un período de calma y prosperidad. Debido a esto último, la “perestroika” no fue aceptada automáticamente y sin resistencia. De todas formas, la renuncia al uso de la fuerza por parte de la U.R.S.S para reprimir ciertas resistencias y oposiciones hizo que se debilitara su dominación. En 1989, entre Agosto y Septiembre, en Checoslovaquia y Hungría, miles de jóvenes y profesionales comenzaron a emigrar hacia Alemania Occidental ante la pasividad de sus respectivos gobiernos. Al poco tiempo se le sumaron a la migración los alemanes del este, que utilizaron esa vía para escapar del régimen comunista. Hacia los años ochenta, en los países centrales de Occidente, había comenzado la denominada “revolución científico-tecnológica” y el mundo se comunicaba cada vez más y cada vez más rápido. Si la U.R.S.S y los países del bloque comunista querían competir con Occidente, debían abandonar la centralización de las decisiones de los dirigentes, generalmente radicados en Moscú. Para esto, debían otorgar poder de decisión a los dirigentes regionales. Esta postura, debilitaba al partido comunista y a sus dirigentes, acostumbrados a monopolizar el poder político desde un centro de decisiones, a la vigilancia y a la coacción. Este intento de amparar el sistema desde el nivel económico, produciría luego una debacle política que finalmente hizo colapsar a la URSS. Por ultimo en 1989, la caída del Muro de Berlín, como hecho simbólico del final de una época, fue el comienzo de las fases finales del sistema comunista en la U.R.S.S o lo que se llamó “el final de la era de los socialismos reales”, que siguió por el desconocimiento del Partido Comunista como único partido representante de la clase trabajadora, y el reemplazo de la U.R.S.S por una comunidad de Estados Independientes a partir de 1992. 13 14