Subido por Emma Ramos

La Esperanza

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Siempre escuchamos aquello de… “La
esperanza es lo último que se
pierde” pero… ¿Sabemos de dónde
proviene esta expresión?
Tenemos que remontarnos a época clásica y en concreto al
mito de La Caja de Pandora, donde mortales e inmortales
convivían en un mismo mundo.
Los dioses, debían escoger primero la mejor comida, por lo que
un día Prometeo decidió revestir la peor carne con los mejores
pellejos.
Al comienzo los dioses fueron engañados, pero una vez descubierto el
engaño mandaron que todos los mortales fueran desterrados.
Prometeo, antes del destierro, decidió robar el fuego, por lo que Zeus,
como castigo, creó a Pandora (mujer perfecta).
Pandora, tentada por la curiosidad, no
dudó en abrir una caja que existía en casa
de Epimeteo en la que se encontraban
todos los males que podían perjudicar a los
humanos (y que Zeus quería que fuera
abierta).
Pandora fue enviada a casa de Prometeo y
finalmente acabó casándose con Epimeteo,
hermano de este…
Al abrirla, todos los males fueron
esparciéndose por la Tierra, y ésta, asustada,
intentó cerrarla lo más rápido posible, pero
solo pudo evitar la fuga de la Esperanza.
Al comentar lo ocurrido a
Epimeteo y Prometeo, Pandora
les dijo que a lo único que se
podía recurrir era a la
Esperanza, pues era lo único
que quedaba en la caja y por
tanto, lo último que se podía
perder.
La Esperanza viene de esperar, y éste a su vez
del latín “esperare”.
La esperanza puede ser vista como un
sentimiento, un valor o un estado de ánimo, lo
cierto es que esta directamente asocia a algo
positivo.
Es aquella sensación de que
se
está
esperando
que
ocurra algo bueno en un
momento dado, el hecho de
tener esperanza sobre algo,
indica a la vez que se tiene
fe.
La esperanza tiene
que ver con
un acto de
confianza o
adhesión a la vida.
Confiamos en que
el sol amanecerá
mañana, como
hace cada día, sin
que la posibilidad
de que no sea así
nos intranquilice.
Y, cuando de niños
nuestro padre nos
subía de repente a
sus hombros, no
sentíamos miedo.
Desde esa altura
casi vertiginosa
contemplábamos
el mundo
admirados y
divertidos.
Solemos decir que no puede vivirse
sin esperanza porque esta forma
parte del proceso de la realidad, es
una de las energías que la hace
posible.
Según Julio Cortázar: "La esperanza le
pertenece a la vida, es la vida misma
defendiéndose".
La esperanza nos
inspira, nos impulsa a
seguir, o a
levantarnos después
de cada caída, nos
repone la energía
después de cada
tropezón.
La esperanza nos ayuda a ser
resilientes y reconstruirnos más
fuertes.
¿Qué nos hace alimentar la
esperanza?
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