Subido por Gerson Cruz

EL CARÁCTER ESPECIAL DE LA IGLESIA DE DIOS

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EL CARÁCTER ESPECIAL DE LA IGLESIA DE DIOS
Introducción
Explicar un poco la parte Histórica
Cuando las iglesias de la Reforma afirmaron la sola scriptura, la pregunta fue si las Escrituras solas eran suficientes para regular la adoración
de la iglesia—o si, en caso contrario, la tradición podría tener cabida en la ordenación del gobierno y la adoración de la iglesia. La pregunta
suscitó dos respuestas por parte de las iglesias de la Reforma. Algunas, de forma sustancial, no dieron cabida alguna a la tradición en este
proceso de construcción. Este punto de vista llegó a conocerse como el principio regulativo. Otras consideraron que la tradición tenía un papel
que desempeñar en la construcción de la adoración y del gobierno de la iglesia. Esto llegó a conocerse como el principio normativo.
La distinción entre estos dos principios para la regulación de la adoración emergió por vez primera en aquel entonces, en las controversias
entre las iglesias reformadas y las luteranas en Europa. La “Reforma Conservadora” de Lutero adoptó como política la preservación de la
adoración del catolicismo medieval, excepto allí donde esta contradijera la Escritura. Calvino, por otra parte, adoptó el principio que decía que
el contenido de la adoración tenía que estar autorizado por la Escritura—en un lenguaje casi idéntico al de los puritanos al enunciar más tarde
el principio regulativo.
Este principio, articulado por Calvino y los reformados en contra de Lutero y los católicos romanos, fue resaltado en los debates entre
puritanos y anglicanos en la Inglaterra de finales del siglo XVI y el siglo XVII. Se le dio su forma clásica y definitiva en las confesiones
reformadas formuladas en el siglo XVII en Bretaña. Es afirmado con un lenguaje idéntico tanto en el capítulo 21, párrafo 1 de la Confesión de
Westminster14 como en el capítulo 22, párrafo 1 de la Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689:15
1. LA DISTINCIÓN ESPECIAL DE LA IGLESIA
Mateo 18
20 Porque
donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Salmo 139:7-12 nos recuerdan que Dios está en todo lugar. Él es omnipresente, está en todo lugar y su presencia sobrepasa todo lugar.
Ahora, permítame enunciar la clara significación de esto. Aunque Dios está presente en todo lugar en el mundo y en la sociedad humana,
aun así, esta promesa debe significar que Él está presente en una manera especial con Su iglesia. La iglesia reunida es un lugar santo, es
el templo de Dios (1Co. 3:16), es la posesión especial de Dios con una relación peculiar para con Dios. De todas las altas, solemnes y
ennoblecedoras realidades que rodean la adoración evangélica, la mayor —y por tanto la que determina, es la realidad de que Dios está presente
en Su santidad y gracia.
La presencia de Cristo constituye a la iglesia como templo de Dios. La razón por la que sabemos que esta promesa constituye la divina
institución de la adoración del Nuevo Pacto es que la presencia de Cristo constituye a la iglesia como templo de Dios (1Co. 3:16; 1Co. 14:25;
2Co. 6:16; Ef. 2:19-22; 1Pe. 2:5).
Se dice a menudo que, en el Nuevo Pacto, Dios ya no tiene un templo literal, un lugar geográfico donde Él ha puesto Su nombre y ordenado
que Él sea adorado. Esto, por supuesto, es verdad en un sentido muy importante; pero nunca debe pensarse que significa que no hay lugar
especial alguno donde Dios haya puesto su nombre., o que toda adoración a Dios formal o pública ha sido abolida. Hay aún un lugar espiritual
y un templo espiritual donde Dios ha puesto Su nombre.
Dondequiera que estén dos o tres reunidos en el nombre de Cristo hay un lugar de adoración, hay un templo de Dios, hay un lugar espiritual
donde Dios ¡ha de ser adorado! No debemos dejar de captar el impacto práctico de esta realidad. Si Dios está presente en la iglesia, entonces
lo que Jacob dijo puede ser aplicado a la iglesia. Génesis 28:16-17 registra: “Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en
este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo”.
Las asambleas de la iglesia nunca deben ser vistas de una manera común o profana. Esta presencia prometida de Dios nos enseña la santidad
de las reuniones formales de la iglesia. Las asambleas de la iglesia son santas. Son separadas de o diferentes de las asambleas o reuniones de
cualquier otra sociedad, sea cual sea. Deben, por lo tanto, ser vistas de manera diferente. Más aún, nuestra conducta en ellas debe ser regulada
de manera diferente. Si la tierra que pisamos en las asambleas de la iglesia es tierra santa, entonces ¡debemos quitar nuestro calzado de nuestros
pies! Esto me conduce a nuestro segundo encabezado titulado el marco eclesiástico del principio regulativo.
1 Timoteo 3:15
15
para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
La iglesia es, primero, “la casa [u hogar] de Dios”. El término casa que aquí se usa puede referirse a la iglesia como la familia de Dios (1Tim
3:5, 12) o a la iglesia como el templo de Dios (1Pe. 2:5). En cualquiera de estos casos, se enfatiza la especial y cercana relación de la iglesia
para con Dios.
Segundo, la casa de Dios se identifica en este texto con “la iglesia del Dios viviente”. El término iglesia (del griego ekklesia) identifica al
pueblo del Nuevo Pacto, el pueblo de Dios, como una asamblea organizada y gobernada. En la cultura griega esta palabra se usaba para referirse
a la asamblea oficial de la ciudad-estado griega y se usó en la traducción griega del Antiguo Testamento para describir la QAHAL, la asamblea
civil y religiosa de la nación de Israel. Ambos trasfondos sirven para enfatizar la naturaleza formal, oficial u organizada de la asamblea a la
cual se hace referencia.
Pero esta iglesia es descrita como “la iglesia del Dios viviente”. “El Dios viviente” es el que se describe en el
Salmo 115:1-8. No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad. ¿Por qué han de decir
las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios? Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de ellos son plata y…
Lo significativo del uso de esta descripción aquí: “la iglesia del Dios viviente”, es para enfatizar la idea de que esta iglesia es dominada por
la Palabra, presencia, y el poder de Dios. Es la iglesia en la cual Él habita, en la cual Él está activo, en la cual Él rige.
Ahora, ¿cuál es la razón para este tremendo énfasis en la identidad única de la iglesia en este versículo? Creo que el asunto expreso de
este versículo ofrece la respuesta. Pablo dice que está escribiendo a Timoteo para que pueda saber cómo debería comportarse “en la casa de
Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”. ¿Cuál es el punto de Pablo? Que hay una manera especial que
se requiere por el carácter especial de la iglesia en la cual Timoteo se mueve como el delegado o representante apostólico de Pablo.
O sea que la forma en cómo se conduce la iglesia no dependen del gusto de cada quien. Se dan a cuenta aun Pablo le dice a Timoteo que tenga
cuidado de como conducirse en la casa del Señor. Lo que sucede ahí por estar la misma presencia del Señor, debe ser de suma importancia.
¿Cómo entonces debemos conducirnos?
Lo que expondremos esta noche es que hemos de conducirnos como la Biblia manda que lo hagamos.
Es decir que la forma en como está determinada que la iglesia adore al Señor, esta regulada por Dios mismo.
Dios es quien determina como los pecadores pueden acercársele.
2. DIOS ES QUIEN DETERMINA COMO LOS PECADORES PUEDEN ACERCÁRSELE
A. El Antiguo Testamento
Comenzamos, entonces, considerando algunos ejemplos de lo que enseña el Antiguo Testamento.
[1] Y el primero se encuentra en Génesis 4, donde leemos sobre la adoración de Caín y Abel.
El pasaje nos dice que la adoración de Caín fue rechazada por Dios, mientras que la de Abel fue aceptada. También nos dice que la razón de
Dios para rechazar a Caín y aceptar a Abel no solo fue una diferencia entre los dos hermanos. No era solo el hecho de que algo estaba mal con
la actitud subjetiva de Caín, en comparación con la actitud de Abel. También hubo una diferencia vital en el contenido objetivo de su
adoración. Por eso Dios respetó no solo a Abel sino también a su ofrenda.(3) Abel ofreció lo que Dios se complació en aceptar, mientras que
Caín no. La razón de esto, en mi opinión, es que Abel consideró seriamente la revelación que Dios había dado hasta ese momento en la
historia, mientras que Caín lo trató a la ligera. Es posible, por supuesto, que Dios le haya revelado directamente a Abel. Pero creo que es
más probable que haya actuado sobre la base de los mismos datos reveladores que nosotros mismos tenemos en los primeros tres capítulos de
Génesis. Cuando Dios cubrió la desnudez de Adán y Eva con pieles de animales, es evidente que los animales deben haber sido asesinados
primero para este propósito (Génesis 3:21). De esto, Abel podría haber deducido (4) que su única esperanza de aceptación con Dios era
mediante el sacrificio de un sustituto moribundo.
Pero incluso si consideramos que, por intuición, Abel dio con "la forma correcta de adorar", Todavía lleva a la misma conclusión. En cuanto
Dios aceptó a Abel y su sacrificio ...mientras rechazaba a Caín y su ofrenda , por ese mismo hecho dejó muy en claro que la forma aceptable
de adoración era la de Abel. Pero aunque Caín sabía esto, no estaba dispuesto a adorar a Dios de esa manera aceptable . No es exagerado
decir que esta fue la caída de Caín: no estaba dispuesto a limitarse a adorar con la aprobación de Dios . (5) Por lo tanto, vemos un principio
claro: la adoración que no está autorizada por Dios está prohibida. .
[2] Como segundo ejemplo, le pediría que considere el segundo mandamiento.
Este mandamiento dice: "No te harás ninguna imagen tallada, ni ninguna semejanza de nada que esté arriba en el cielo, o debajo de la tierra, o
que esté en el agua debajo de la tierra; no te inclinarás ante ni los sirvo, porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso, que visito la iniquidad
de los padres sobre los hijos a las generaciones tercera y cuarta de los que me odian, pero que tengo misericordia con miles, con los que me
aman y guarda mis mandamientos ". En el primer mandamiento, Dios se declara a sí mismo como el único Dios verdadero, que solo debe ser
adorado. En el segundo Nos informa de "la clase de adoración con la que debe ser honrado, para que no nos atrevamos a formar ninguna
concepción carnal de él". (6) Porque como dijo Calvino: "aunque Moisés solo habla de idolatría [aquí] , sin embargo, no hay duda de que por
sinécdoque, como en todo el resto de la Ley, condena todos los servicios ficticios que los hombres en su ingenio han inventado "(7).
[3] Encontramos un tercer ejemplo en la construcción del tabernáculo en el tiempo de Moisés.
Y aquí permítanme decir que sería difícil pensar en una forma de darle mayor peso a este principio regulador que lo que encontramos en esta
cuenta. Cada alumno de los cinco libros de Moisés sabe cuán detallada fue esta revelación. No es exagerado decir que cada aspecto de
la construcción del tabernáculo fue prescrito por Dios, y que nada quedó en la imaginación del hombre. ¿No le dijo Dios a Moisés: "Mira
que los hagas", y con ellos quiere decir todo en el Tabernáculo, "según el patrón que se te muestra en la montaña" (Ex. 25:40)? Es cierto, por
supuesto, que Dios hizo uso de los hombres en la construcción del Tabernáculo. Pero no es cierto, como se supone comúnmente, que el
Tabernáculo fue producto del mero impulso creativo y artístico natural de las personas que Dios usó para construirlo. Sin duda, estos hombres
tenían talento creativo natural. Pero eso no fue suficiente; La Biblia es muy clara al respecto. Las cosas que entraron en el Tabernáculo fueron
producidas (como la Biblia misma) por una inspiración divina especial: "Mira, he elegido a Bezaleel hijo de Uri, el hijo de Hur, de la tribu
de Judá, y lo he llenado con el Espíritu de Dios, con habilidad, habilidad y conocimiento en todo tipo de artesanías ... He designado a
Aholiab hijo de Ahisamach, de la tribu de Dan, para que lo ayude. También he dado habilidad a todos los artesanos para hacer todo lo que
pueda. han ordenado ... Deben hacerlos tal como yo te ordené ". (Ex. 31: 2-11) Cuán alejado está esto del argumento tan escuchado hoy, en el
sentido de que la obra de arte de las personas en la Iglesia está justificada (¡y santificada!) Por la 'obra de arte' en el Tabernáculo de ¡Moisés! La
verdad es que no había 'obra de arte' en el Tabernáculo, a menos que por "obra de arte" entendamos un tipo infalible y de inspiración única; y
ese tipo de arte ya no se da.
Lo que hemos dicho sobre el Tabernáculo también es cierto para el Templo más elaborado. Nada quedó a la innovación del hombre. Cuando
"David le dio a Salomón a su hijo el patrón del pórtico del templo, sus edificios, sus almacenes, sus habitaciones superiores, sus habitaciones
interiores y la habitación del propiciatorio, y el plan de todo lo que tenía por el Espíritu" (1 Crón. 28:11), no había nada en él de su propia
invención. Por el contrario, "todo esto, dijo David, me han hecho entender por escrito de la mano del Señor, incluso todas las obras de este
patrón" (v. 19).
Ahora, ¿por qué era tan importante? ¿Por qué todo tenía que ajustarse a un patrón revelado (primero a Moisés y luego a David)? Creemos que
la razón es evidente: Dios no puede ser adorado de ninguna manera que no haya ordenado . Como Calvino dijo una vez: "No soy consciente
de lo difícil que es persuadir al mundo de que Dios rechaza e incluso abomina todo lo relacionado con su adoración que es ideado por la razón
humana". (8) Pero el hecho es que "no hay nada más peligroso para nuestra salvación que una adoración absurda y perversa de Dios ". (9)
[4] Encontramos otro ejemplo instructivo en Levítico 10: en la historia de Nadab y Abiú, los hijos de Aarón.
Murieron, leemos, cuando "salió fuego del Señor y los devoró" (Lev. 10: 2). Pero, ¿por qué sucedió esta cosa terrible? La Biblia dice que
sucedió porque "ofrecieron fuego extraño ante el Señor, que él no había ordenado" (v. 1). (10) Ahora no dice que esto sucedió porque no fueron
sinceros, o porque carecían de "bien" intenciones '; ni siquiera dice que sucedió porque hicieron algo que Dios había prohibido
expresamente. No, lo que dice es que hicieron esto sin asegurarse primero de que tenían una orden para hacerlo. Entonces, nuevamente vemos
que la adoración no ordenada por Dios mismo está, por lo tanto, prohibida.
[5] ¿Y qué hay de la rebelión de Coré?
Moisés y Aarón fueron designados por el Señor para mediar entre Dios y su pueblo. Pero Coré, y los que lo siguieron, aborrecieron esta cita
exclusiva. (11) Querían romper con esta idea 'estrecha' de que solo hay una forma correcta: la forma que Dios ha designado. Entonces se
rebelaron contra la restricción. Pero, nuevamente, el conocido resultado demuestra cuán ofensivo fue esto para Jehová.
Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que encontramos en las Escrituras del Antiguo Testamento. Pero creo que se puede ver que
hay, de hecho, un principio regulador para la adoración de Dios. Cuando los hombres no estaban satisfechos de adorar a Dios de la manera que
Él había designado, cada vez que traían sus propios inventos, siempre dejaba perfectamente claro que no lo aceptaba.
[6] Tome el Rey Saúl, por ejemplo.
Saúl no tenía autoridad de Dios para participar del oficio sacerdotal (1 Sam. 13:11 y sig.). Sin embargo, afirmó que, debido a la presión de las
circunstancias, "se sintió obligado a ofrecer el holocausto" en Gilgal (v. 12). Bien puede ser, por lo que sabemos, que actuó con lo que muchos
hoy llamarían 'la mejor de las intenciones'. Sin embargo, se nos informa que Dios se ofendió. Samuel dijo que Saúl "actuó tontamente" porque
no se limitó a lo que Dios había ordenado (v. 13). Debido a esto, Dios le quitó el reino para dárselo a David (v. 14). ¿No muestra esto,
nuevamente, que este principio ocupa un lugar de la mayor importancia con el Dios de la Biblia?
[7] Y considera lo que le sucedió a Uza.
Cuando David intentó traer el arca de regreso a Jerusalén, los bueyes tropezaron de repente. En ese momento, Uzzah extendió la mano para
estabilizar el arca y evitar que se caiga. Qué natural, podríamos inclinarnos a decir, y qué acción inocente. Pero la Biblia dice que "Dios lo
golpeó allí por su irreverencia " (II Sam. 6: 7). La razón puede no ser atractiva para nosotros, pero está claramente establecida en las
Escrituras. Uza murió porque, como David explicó más adelante, "no le preguntamos a [Dios] cómo hacerlo de la manera prescrita " (1 Crón.
15:13). Ocurrió, en otras palabras, porque no pudieron limitarse a lo que Dios había ordenado expresamente. (12) Pero cuán diferente fue
cuando "los levitas llevaron el arca de Dios ...como Moisés había mandado de acuerdo con la palabra del Señor "(1 Crón. 15:14). Nuevamente
vemos el mismo principio claramente revelado: lo único que agrada a Dios es lo que Él ha mandado . (13)
[8] Y considere al rey Jeroboam.
Cuando se convirtió en rey, su primera preocupación era consolidar su dominio sobre las diez tribus que se rebelaron contra la casa de
David. Para hacer esto, la escritura dice que él "designó" o "instituyó" la adoración de "su propia elección" (I Reyes 12: 32-33). Por esta razón,
un hombre de Dios de Judá fue enviado a denunciar esta adoración no autorizada. Y eso no es todo. Siempre se habló de Jeroboam, después
de ese tiempo, como el que "causó que Israel pecara" (como un cuerpo corporativo) (I Reyes 15:30). Apenas exageramos, entonces, cuando
decimos que esta fue una fuente importante de la caída definitiva de Israel. La adoración que había sido designada por Dios fue reemplazada
por una nueva forma de adoración. Pero debido a que esta adoración no fue ordenada por Dios, por lo tanto, fue rechazada.
[9] Y recuerda el pecado del rey Uzías.
La Escritura dice que "entró al templo del Señor para quemar incienso en el altar" (II Crón. 26:16). Azarías el sumo sacerdote intervino
valientemente para oponerse al acto de adoración inventado de Uzías. Y fue vindicado por la intervención de Dios, ya que el Rey fue
instantáneamente herido de lepra, como una señal del juicio de Dios. Nuevamente, está claro que lo que Dios no ordena es una abominación
para él.
[10] Y luego está el rey Acaz.
La Biblia dice que Acaz "quemó sacrificios en el valle de Ben Hinom y sacrificó a sus hijos en el fuego, siguiendo los detestables caminos de
las naciones" (II Crón. 28: 3). Lo que probablemente nos hace estremecernos, mientras leemos esta historia, es el hecho de que estaban matando
niños indefensos. Pero esa no fue la razón principal por la cual esta práctica fue condenada por Dios, a través del profeta Jeremías. No, la razón
principal, que es mucho más importante, fue declarada de esta manera por el profeta: "han construido los lugares altos de Topheth en el valle
de Ben Hinnom para quemar a sus hijos e hijas en el fuego, algo No ordené ni entró en mi mente "(Jer. 7:31). (14) ¿Cómo podría Dios
aclararlo? Por lo tanto, está prohibida la adoración que no ha sido ordenada por Dios.
Aquí, entonces, está el principio uniforme enseñado en las Escrituras del Antiguo Testamento, resumido en estas palabras de Moisés: "No
agregues a lo que te mando y no lo restes, sino guarda los mandamientos del Señor tu Dios de que yo darte "(Deut. 4: 2).
B. El Nuevo Testamento
Pero la pregunta que debemos considerar ahora es esta: ¿es esto también enseñanza del Nuevo Testamento?
[1] Comienzo con las palabras de nuestro Señor mismo acerca de la tradición judía.
Denunció a los escribas y fariseos porque tenían "una excelente manera de dejar a un lado los mandamientos de Dios para observar [sus]
tradiciones" (Marcos 7: 9). Y debido a este hecho, nuestro Señor continuó diciendo esto con respecto a su adoración: "Estas personas me
honran con sus labios, pero sus corazones están lejos de mí. Me adoran en vano: sus enseñanzas no son más que reglas enseñadas por los
hombres". (Marcos 7: 6-7, citado de Jer. 29:13.) Sin duda se sintieron ofendidos por esto, pero eso no es lo que importa. Lo que importa es que
Dios se ofendió y, de acuerdo con Jesús, había dos razones: primero, había un apartado de lo que Dios había ordenado, y segundo, había
una observancia diligente de lo que Dios no había ordenado en absoluto, pero era solo de la tradición hecha por el hombre.
[2] El segundo ejemplo que quiero considerar es Cristo y la mujer samaritana.
Nadie expuso el principio regulativo con mayor fuerza y claridad que Jesús, en su reunión con la mujer samaritana (Juan 4: 22-26). Aquí,
como señala Calvino, nuestro Señor "divide el tema en dos partes. Primero, condena las formas de adorar a Dios que los samaritanos
usaron como supersticiosas y falsas, y declara que la forma aceptable y legal era con los judíos. Y él expone la razón de la diferencia de
que los judíos recibieron la seguridad de la Palabra de Dios sobre su adoración, mientras que los samaritanos no tenían certeza de los labios de
Dios. En segundo lugar, declara que las ceremonias observadas por los judíos hasta ahora pronto terminarían ". Con respecto al primer punto,
donde nuestro Señor dijo "ustedes, los samaritanos, adoran lo que no saben", Calvino llegó a esta conclusión: " Todas las llamadas buenas
intenciones son golpeadas por este rayo, que nos dice que los hombres no pueden hacer nada más que errar cuando son guiados por
su propia opinión sin la Palabra o el mandato de Dios ". Luego pasa al segundo punto, diciendo: "diferimos de los padres solo en la forma
externa [de adoración], porque en su adoración a Dios [en los tiempos del Antiguo Testamento] estaban obligados a ceremonias que fueron
abolidas por la venida de Cristo". Entonces, si preguntamos qué significa adorar a Dios "en espíritu y en verdad", esta es la respuesta de
Calvino: "es quitar las cubiertas de las ceremonias antiguas y retener simplemente lo que es espiritual en la adoración. . . "El problema
es que" ya que los hombres son carne. . . se deleitan en lo que corresponde a su naturaleza. Por eso inventan muchas cosas en la adoración a
Dios. . .
[3] Considere la Gran Comisión.
El principio regulador está claramente implícito en estas palabras de Jesús: "Toda autoridad en el cielo y en la tierra me ha sido dada. Por
lo tanto, ve y haz discípulos ... bautizándolos ... y enseñándoles a obedecer todo lo que te he mandado". (Mateo 28: 18-20). (18) Esto, en
nuestra opinión, es exactamente lo que hicieron los Apóstoles. Enseñaron lo que Cristo les había mandado, no lo que había mandado más sus
propios inventos. Sabiendo que toda autoridad le pertenecía a Él, sabían que no había lugar para sus propias innovaciones. En palabras de
Calvino, "envía a los Apóstoles con esta reserva, para que no presenten sus propios inventos, sino que entreguen pura y fielmente, de la mano
(como decimos), lo que les ha confiado. " (19) Ahora, por supuesto, se puede argumentar que estas palabras se aplican a toda la vida del
cristiano (y no nos oponemos a esa forma de hablar). Pero incluso si eso es así, el hecho es que nada le concierne más a Dios que la adoración
que Él ha ordenado.
[4] La visión de Pablo de las Escrituras.
Este principio también está claramente implícito en la visión de Pablo de las Escrituras: "Toda la Escritura está inspirada por Dios y es útil
para enseñar, para reprobar, para corregir, para entrenar en justicia, para que el hombre de Dios sea adecuado, equipado para toda buena obra.
"(II Tim. 3: 16-17). No es nuestra opinión que cuando Pablo escribió estas palabras estaba pensando, específicamente, en la
adoración. Pero seguramente es evidente que la declaración del Apóstol no sería cierta si hay algún aspecto de la adoración que no se
nos revela clara y completamente en la Biblia.
No hay necesidad de trabajar el punto. Pero tal vez no sea superfluo considerar brevemente lo que hicieron los Apóstoles en la Iglesia Apostólica
cuando este principio fue ignorado o amenazado.
[5] La reprensión de Pablo de los gálatas.
En la carta de Pablo a los Gálatas hay una clara mención de adoración no autorizada. "Pero ahora que has llegado a conocer a Dios, o más bien
a ser conocido por Dios, ¿cómo es que vuelves a las cosas elementales débiles y sin valor, a las cuales deseas ser esclavizado nuevamente?
¿Observas días y meses y estaciones y años. Temo por ti, que quizás te haya trabajado en vano "(Gálatas 4: 9-11). Las personas a quienes
Pablo escribió esta carta probablemente estaban observando los días y estaciones especiales designados por Dios en el sistema ceremonial
del Antiguo Testamento (Ex. 23: 14-17, 34:18, etc.). Pero, si ese es el caso, solo fortalece la fuerza de la objeción del apóstol cuando se aplica
a días especiales que Dios nunca ordenó. Cuando Cristo vino, el sistema ceremonial de adoración del Antiguo Testamento fue
reemplazado. Incluido en esto fueron los días sagrados anuales, e incluso los sábados judíos. Para los gálatas, seguir celebrando estos días era
actuar como si todavía estuvieran esperando el advenimiento del Mesías. Puede ver fácilmente la aplicación. Si el Apóstol considerara
necesario decir esto a las personas que continuaron observando días que una vez habían sido ordenados, pero que ahora estaban obsoletos,
¿qué les diría a las personas que hoy observan días santos especiales que Dios nunca ordenó? (20)
En este punto, para evitar malentendidos, también debemos tomar nota de las enseñanzas de Pablo en Romanos 14. Aquí el Apóstol instruyó
a los fuertes a ser pacientes con los débiles, porque los débiles aún no entendían la libertad que tenían en Jesús. De hecho, ya no tenían la
obligación de observar ni siquiera los días especiales que Dios había designado por medio de Moisés. Pero el problema era que algunos de los
miembros de la Iglesia en Roma aún no entendían esto. Y, siempre y cuando solo un miembro particular de la Iglesia estuviera afectado por
esta lamentable debilidad, Pablo estaba dispuesto a soportarlo pacientemente. Estaba dispuesto, en otras palabras, a tolerar la membresía de la
iglesia para una persona que se sentía obligada, por una conciencia mal informada, a observar estos días. En Gálatas 4, sin embargo, el apóstol
tenía una preocupación diferente a la vista. En este caso, la Iglesia en su conjunto se había sometido a un yugo de esclavitud. La iglesia de
Galacia, como cuerpo corporativo, había cedido a las demandas de 'los débiles' al observar estos días. Y cuando esto sucedió, el Apóstol fue
bastante intransigente en su oposición. La razón es que está mal que la Iglesia incluya en su culto corporativo todo lo que Cristo no ha
ordenado. Una cosa, en otras palabras, es tolerar la debilidad en los miembros individuales. Pero es otra cosa otra vez cuando esta visión
errónea se impone a toda la congregación. Sin embargo, esto es exactamente lo que vemos hoy en la mayoría de las iglesias
reformadas. observando estos días. Y cuando esto sucedió, el Apóstol fue bastante intransigente en su oposición. La razón es que está mal que
la Iglesia incluya en su culto corporativo todo lo que Cristo no ha ordenado. Una cosa, en otras palabras, es tolerar la debilidad en los miembros
individuales. Pero es otra cosa otra vez cuando esta visión errónea se impone a toda la congregación. Sin embargo, esto es exactamente lo que
vemos hoy en la mayoría de las iglesias reformadas. observando estos días. Y cuando esto sucedió, el Apóstol fue bastante intransigente en su
oposición. La razón es que está mal que la Iglesia incluya en su culto corporativo todo lo que Cristo no ha ordenado. Una cosa, en otras palabras,
es tolerar la debilidad en los miembros individuales. Pero es otra cosa otra vez cuando esta visión errónea se impone a toda la congregación. Sin
embargo, esto es exactamente lo que vemos hoy en la mayoría de las iglesias reformadas.
[6] Advertencia de Pablo a los colosenses.
Considere también la Iglesia de Colosas. A esta Iglesia, el Apóstol escribió: "Que nadie actúe como tu juez con respecto a la comida o bebida
o con respecto a un festival o una luna nueva o un sábado" (2:16). Les advirtió que no los defraudaran aquellos que trataban de inducirlos a
deleitarse "en la humillación y la adoración de los ángeles" (2:18). "Estas cosas", dice Paul, "tienen, ciertamente, la apariencia (21) de sabiduría
en la religión hecha a sí misma". Pero la realidad es que estas cosas "no tienen valor" (v. 23). Una vez más, tenemos una aplicación del principio
que dice que "lo que no se ordena está, por lo tanto, prohibido".u332333232qa
[7] El libro de Hebreos.
Todo el libro de Hebreos es, entre otras cosas, una aplicación extendida del principio regulador. Sostiene que todo el sistema de adoración,
ordenado por Dios bajo la administración mosaica del pacto de Dios, ahora está obsoleto (8:13). ¿Y qué tenemos en su lugar? La respuesta es
que tenemos "lo real", no las viejas "copias" de las cosas celestiales, sino "las cosas celestiales mismas" (9:23). Mientras que el pueblo de Dios,
en el tiempo de Moisés, vino a una montaña terrenal (12:18), nosotros "venimos al Monte Sión y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén
celestial", y así sucesivamente (12:22 ) En otras palabras, se supone que la iglesia de hoy vive en el reino de las realidades celestiales, y ya no
en el reino de los símbolos oscuros. ¿Qué pensaríamos de una madre que descuida a su propio bebé real para ir al ático a jugar con las muñecas
de su infancia? Sin embargo, eso es exactamente lo que estamos viendo en muchas denominaciones reformadas que alguna vez fueron grandes,
ya que se remontan a los elementos débiles y mendigos de la adoración ceremonial y simbólica. Como creyentes bajo el Nuevo Pacto, se
supone que debemos adorar en el ámbito del "espíritu y la verdad", no en el ámbito de lo material y representativo, como lo hicieron nuestros
hermanos y hermanas del Antiguo Testamento.
Muchas iglesias hoy, que se llaman a sí mismas reformadas, claman por un regreso al culto ceremonial. A esto lo llaman "avivamiento
litúrgico". Si tales iglesias fueran realmente serias en su pretensión de ser bíblicas, serían lo suficientemente consistentes como para llegar
hasta el final, adoptando todo el sistema del Antiguo Testamento. Luego tendrían un coro compuesto por personas de la tribu de Levi. Reunirían
una orquesta completa en lugar de solo un combo de su elección. Incluso abogarían por la reconstrucción del templo de Jerusalén. Y si lo
hicieran, al menos podría respetarlos por ser consistentes. Pero, por supuesto, la verdad es que estos 'elementos débiles y mendigos' no tienen
un lugar legítimo en la adoración del nuevo pacto. No necesitamos coros, orquestas, batas, velas, incienso, bailes o representaciones
dramáticas. ¿Por qué? Porque estas representaciones sombrías solo oscurecen la realidad de nuestro privilegio del Nuevo Testamento; El
privilegio de ir cada Día del Señor, en la observancia fiel de los ejercicios ordenados de la adoración de Dios, directamente a los lugares
celestiales y la presencia de Jesús. Que el Señor reviva y reforma Su iglesia nuevamente para que deje de regresar a los elementos débiles y
mendigos de la adoración del Antiguo Testamento, y recupere nuevamente la simplicidad y la belleza de la adoración espiritual.
¿Cuál
debería
ser,
´1 entonces, nuestra actitud ante este increíble privilegio? ¿Tenemos libertad para hacer lo que queramos, para crear q
º1sevtgnj,.nuestro propio 'estilo' de adoración, mientras que el pueblo de Dios en los tiempos del Antiguo Testamento tenía que
estar seguro de que adoraban a Dios solo como Él lo ordenaba? No, la verdad se encuentra en la dirección opuesta: nosotros, sobre
todo, debemos aborrecer y rechazar todas estas innovaciones. ¿No es esto lo que subyace a la siguiente advertencia? "Vean que no
rechazan al que habla. Porque si no escaparon los que rechazaron al que habló en la tierra, mucho más no escaparemos si nos alejamos
del que habla del cielo ... Por lo tanto, ya que estamos recibiendo un reino que no pueda ser sacudido, tengamos gracia, mediante la
cual podamos servir a Dios aceptablemente con reverencia y temor piadoso. Porque nuestro Dios es un fuego consumidor ". (12:25, 2829) Si nos atrevemos a inventar nuestra propia forma de adoración, cuando Dios nos ha dicho desde el cielo lo que requiere, nuestro
pecado será mucho mayor que el de los israelitas bajo el antiguo pacto. La forma de adoración bajo el nuevo pacto ahora ha sido
instituida por el Señor Jesús. A diferencia de la antigua adoración sombría, esta adoración nunca será reemplazada hasta la segunda
venida de nuestro Señor. ¡Qué audaz y audaz para cualquiera de nosotros, entonces, presumir cambiar lo que Él ha mandado!
Descansamos nuestro caso, principalmente, en el tipo de datos bíblicos que hemos tratado de resumir brevemente arriba. Pero vale la pena
notar que el principio regulativo también está de acuerdo con muchos otros principios bíblicos vitales de la Fe Reformada. Por lo tanto,
incluimos, en este punto, una declaración muy breve de estos principios, ya que tienen relación con este tema.
C. Otros principios bíblicos
[1] El principio de 'Sola Scriptura'.
Es la enseñanza de las Confesiones Reformadas que las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra inspirada de Dios,
'la única regla infalible de fe y práctica', y que la Biblia, por sí sola, es suficiente. Esto implica claramente que todo lo que hacemos en la
adoración a Dios debe ser autorizado en las Escrituras.
[2] La doctrina de la jefatura de Cristo.
Cristo es el único Rey y cabeza de la Iglesia y, por lo tanto, el único legislador. Esto implica claramente que solo Él tiene el derecho de
determinar el contenido de la adoración. El principio regulador es la aplicación del principio de la dirección única de Cristo en el ámbito de la
adoración.
[3] La doctrina de la libertad.
Es la enseñanza de la Biblia, y las Confesiones Reformadas, que "solo Dios es el Señor de la conciencia, y que lo ha dejado libre de las doctrinas
y mandamientos de los hombres, que son, en cualquier cosa, contrarios a su palabra, o al lado, si se trata de cuestiones de fe o adoración ". (22)
Cada vez que una Iglesia Reformada impone alguna práctica que no está ordenada por Dios, se impone una tiranía sobre el pueblo de Dios.
[4] La doctrina de la depravación total del hombre.
El hombre, por naturaleza (y debido a la caída), es corrupto (o depravado) en todos los aspectos de su ser. Incluso en el hombre regenerado los
movimientos del pecado permanecen en sus miembros. Por lo tanto, nada de lo que el hombre invente para sí mismo puede estar libre de
contaminación o ser digno de ser ofrecido al Señor en adoración. Incluso los Apóstoles (que estaban divinamente inspirados) no presumieron
originar nada en la adoración de Dios, sino que nos transmitieron exactamente lo que se les dio. (23) ¿Cómo, entonces, podríamos ser tan
vanidosos como para pensar que podríamos mejorar lo que nos transmitieron?
Es nuestra convicción de que estas doctrinas son verdaderas y que son fundamentales para el fiel testimonio bíblico de la Iglesia. También es
evidente que implican el principio regulador de la adoración. Si nos aferramos al principio regulativo de la adoración, podemos hacer justicia
a estas enseñanzas bíblicas. Sin este principio regulativo, ni siquiera comenzamos a hacer justicia a estas doctrinas bíblicas.
Conclusión
¿Todo esto suena desalentador? Bueno, ciertamente sería si no hubiera una mejora a la vista. Pero hay. En los últimos años, al menos en mi
experiencia, no pocos cristianos jóvenes parecen sentir que algo está muy mal. Al enfrentarse al 'caos de las prácticas modernas de adoración',
han llegado a ver la necesidad de un principio válido de discriminación, mediante el cual distinguir entre las cosas que son santas y buenas, y
las que no tienen valor y son viles. ¿Qué es lo que realmente agrada a Dios y qué debe rechazarse? Cuando la gente quiere innovar esto
o aquello, en la adoración a Dios, ¿cómo podemos darles una respuesta convincente? Mi punto es que la situación actual está
impulsando a muchos, voluntaria o involuntariamente, a reconsiderar la posición de nuestros padres. ¿Podría ser que tenían razón
después de todo, cuando enfatizaron este principio con tanta fuerza? Lo alentador es que no hay pocos en la generación en ascenso que estén
analizando esta cuestión de manera nueva y seria. Que el Señor permita que muchos regresen a este estándar bíblico.
Las cosas no ordenadas por Dios ahora están profundamente arraigadas en la mayoría de las iglesias reformadas. Se necesitará una nueva
reforma para cambiar esto. Pero ese día no llegará a menos que nosotros, que somos pastores reformados, al menos comencemos a plantear el
problema.
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