REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DE ORIENTE. NUCLEO - BOLIVAR DEPARTAMENTO DE SALUD MENTAL CATEDRA: PSICOLOGIA MÉDICA Facilitador: Dr. Pablo Veliz Bachilleres: Bastidas, Natalia Gonzales, Juliaska Laurent, Joanina Tovar, Roseilyn Urbina, Carlos Vizcaíno, Mariela Zabala, Jessica Ciudad Bolívar, Junio del 2010 TABLA DE CONTENIDO 1. Introduccion. 2. Intervención en crisis. Algunas Definiciones. 3. Tipos de crisis. 4. Fases de la crisis. 5. Características de una situación en crisis. 6. Principios de la intervención en crisis. 7. Intervención de primera y segunda instancia. 8. Componentes de la intervención en crisis. 9. Actitudes y entrenamiento del personal que ayuda en crisis 10. Intervención en situaciones de crisis producidas por desastres naturales. 11. Manifestaciones psicológicas ante situaciones de catástrofe o emergencia. 12. Papel del médico en situaciones de crisis. 13. Papel del estudiante de medicina en situaciones de crisis. 14. Pacientes difíciles 15. Conclusion 16. Referencias Bibliograficas 17. Anexos INTRODUCCION A lo largo de la vida de todos los seres humanos se nos presentan una serie de sucesos que llevan a enfrentar un estado emocional tal que de no ser resuelto adecuadamente nos arrojaría a un desequilibrio total, o sea, a lo que en Psiquiatría llaman: Crisis. El modelo de intervención en crisis surge a partir de unos estudios sobre como las personas sufren y afrontan situaciones de catástrofe o de extrema tensión. Según Payne la intervención en crisis es "una acción clásica que consiste en interrumpir una serie de acontecimientos que provocan anomalías en el funcionamiento normal de las personas". Este modelo se basa en la psicología del yo, en la teoría del estrés, la teoría del aprendizaje, la teoría del rol y la teoría de la homeostasis. Una crisis por lo general es un periodo de transición que se resuelve en forma espontánea, durante la cual el individuo enfrenta un acontecimiento o situación que percibe como amenazante y potencialmente peligrosa, lo que precipita un periodo de desequilibrio psicológico y deterioro funcional. Tradicionalmente se ha subrayado la posibilidad de daño o de cambio, como lo demuestra el carácter radical chino para la palabra crisis, que combina los caracteres de peligro y oportunidad. Una crisis puede ser de desarrollo o maduración, por una situación o accidente, de naturaleza psicosocial o fisiológica. La crisis puede relacionarse con un factor estresante significativo y riesgoso, o puede ser el resultado acumulado de una serie o sucesión de factores estresantes. Los factores de equilibrio incluyen la presencia o ausencia de una percepción realista del acontecimiento, el respaldo suficiente de la situación y los mecanismos de afrontamiento aprendidos o seleccionados con anterioridad. INTERVENCION EN CRISIS La intervención en crisis es un proceso que busca influir activamente en el funcionamiento psíquico de una persona durante un periodo de desequilibrio para aliviar el impacto inmediato de los eventos estresantes, y ayudar a reactivar las actividades afectadas por la crisis. La evaluación e intervención adecuadas son esenciales para garantizar la seguridad del paciente y de terceros, ayudarlo a afrontar eficazmente el problema, y empoderarlo para hacer frente a futuros acontecimientos vitales de manera eficaz. Se estima que 4% de las consultas a médicos de atención primaria tienen que ver con crisis psiquiátricas o sociales causadas por eventos estresantes agudos. La intervención en crisis se centra en el problema o hecho estresante que desencadeno la crisis, mas que en los rasgos de la personalidad. Crisis: Es la interpretación de un evento o situación como una dificultad intolerable, que sobrepasa los recursos y los mecanismos de afrontamiento de una persona. A menudo no es el evento por sí mismo lo que causa la crisis, sino que es la percepción del evento por parte del paciente. Las personas que son incapaces de utilizar estrategias de afronte adecuadas pueden desarrollar manifestaciones afectivas, conductuales, cognitivas o físicas. Crisis según: Caplan, sostiene que la crisis se presenta “cuando una persona enfrenta un obstáculo en las metas importantes de su vida, que es, por un tiempo, insalvable con el empleo de los métodos habituales de la solución de problemas, sobreviene un periodo de desorganización, un período de malestar, durante el cual se realizan muchos intentos abortivos de solución”. Rapoport, sostiene que la crisis tiene un potencial generador de crecimiento, porque reclama acción nueva cuando se presenta un trastorno en el estado deseado del sistema. “La crisis es un estado en el que el sistema se encuentra a sí mismo en una situación arriesgada porque sus actividades habituales de solución de problemas son inadecuados”. Las crisis son usuales en la emergencia psiquiátrica ya sea bajo la forma de intentos suicidas, consumo de sustancias adictivas, actos violentos u otras formas que requieren manejo psicoterapéutico acompañando al tratamiento farmacológico. Dado que algunas veces se confunde entre estrés y crisis, vale aclarar que la principal diferencia es que la crisis es producto de un evento puntual, mientras que el estrés puede presentarse de manera continua. El estado de desequilibrio conocido como crisis dura de 4 a 6 semanas, debido a que el estado de crisis se acompaña de una elevada ansiedad, la persona o bien se adapta y vuelve a su estado previo de salud mental, desarrollando habilidades de afrontamiento mas constructivas, o bien se descompensa hacia un nivel inferior de funcionamiento. Algunos de los factores que desencadenan una crisis son: Experiencias previas en la solución de un problema, percepción o visión de un problema, cantidad de ayuda u obstáculos para conseguirlas, números y tipos de crisis pasadas, lapsos de tiempo entre la ultima crisis. La finalidad de una intervención en crisis es ayudar a la persona con malestar a resolver el problema inmediato y recuperar el equilibrio emocional. El papel del profesional es el de participar activamente con la persona en la resolución de los problemas actuales, el estado de crisis no es una enfermedad, por tanto quien interviene en crisis no asume el mandato ni asume decisiones en lugar de la persona, solo le colabora a no ser que se trate de un suicida o un homicida. La intervención en crisis, la psicoterapia breve, la terapia cognoscitiva y la remisión a grupos de autoayuda mutua son intervenciones valiosas durante las crisis. La meta del tratamiento es que el paciente recupere el mismo nivel de actuación, o alcance más alto, experimentado antes de la crisis. ETIOLOGÍA: Las causas de la crisis varían. Los factores estresantes y recursos internos y externos cambian a medida que la gente tiene más edad, y afectan las respuestas individuales. En el caso de personas en crisis, los problemas de desarrollo o situacionales previstos e imprevistos pueden precipitar una crisis. Ejemplo de esto son las siguientes situaciones: Ciertos desafíos y tareas están presentes en cada etapa de maduración o desarrollo. Las etapas de la lactancia y niñez, latencia y pubertad, adolescencia, edad adulta (primera, media y avanzada), jubilación y ancianidad, todas exigen al individuo respuestas distintas ante cada tarea y acontecimiento que cambia la vida. Preparación; habilidad y capacidades; estilo de personalidad; mecanismos de afrontamientos habituales; así como funciones sociales, normas y relaciones, todos influyen en la respuesta. La integridad fisiológica del sistema, la predisposición genética y los niveles biológicos de funcionamiento influyen en la capacidad del individuo para responder. La incertidumbre y la vulnerabilidad provocadas por la enfermedad; las percepciones de autoestima e imagen corporal, así como expectativas de pérdida y disminución del funcionamiento, y el dolor y sufrimiento experimentados en las enfermedades agudas y crónicas, varían en diferentes situaciones y periodos de desarrollo. TIPOS DE CRISIS. Crisis circunstanciales o situacionales: Son sucesos súbitos o inesperados en un sistema. Son el resultado de situaciones de origen externo o interno. Entre sus características se encuentran que son accidentales o inesperadas y de manera sobresaliente se relacionan con algún factor ambiental. Ejemplos de crisis imprevisibles son las provocadas por situaciones inesperadas como la muerte, las crisis económicas, las catástrofes producto de desastres naturales (terremotos, inundaciones) o causados por el hombre, por diagnóstico reciente de enfermedad o exacerbación de un problema médico actual, pérdida de empleo, accidentes vehiculares, divorcio, abuso sexual, . Crisis propias del desarrollo, madurativas o normativas: También llamadas de transición, aparece como consecuencia del crecimiento y desarrollos normales, y sobreviene de manera gradual, como cuando un sistema pasa de una etapa evolutiva a otra. son aquellas relacionadas con el desplazamiento de una etapa de desarrollo a otra, con la transición por las diversas etapas vitales. Ejemplo: Transición de la infancia a la adolescencia, el paso de la soltería al matrimonio, y del trabajo al retiro, La espera del nacimiento del primer hijo, las crisis de la adolescencia, el embarazo. Las crisis también puede surgir de una combinación de sucesos de madurez y situacionales, puesto que todos los sistemas avanzan siguiendo ciclos vitales que tienen acontecimientos que no pueden predecirse. FASES DE LA CRISIS. 1º Fase: La persona experimenta el inicio de la tensión e intenta poner en práctica los métodos de resolución de problemas que ha venido utilizando hasta entonces, para recuperar su equilibrio emocional. 2º Fase: Hay aumento de la tensión que provoca disfunciones y fallos en el funcionamiento de la persona tras el fracaso de las estrategias habituales de resolución de problemas. La persona pone en práctica estrategias de ensayo y error para intentar encontrar una solución. 3º Fase: La tensión es aún mayor, exigiendo la búsqueda de recursos adicionales como estrategia de emergencia o nuevas estrategias de resolución de problemas. 4º Fase: Aparece cuando no se ha resuelto el problema en las fases anteriores y puede dar lugar a la aparición de trastornos emocionales y a la desorganización de la personalidad. CARACTERISTICAS DE UNA SITUACION EN CRISIS. Las personas en crisis muestran un patrón de conducta cuando se encuentran sometidas a una situación de estrés, ante un acontecimiento. Estas son las tareas que efectúa: Percepción del acontecimiento y de los sentimientos que éste suscita. Búsqueda de un apoyo adecuado en el entorno. Puesta en acción de las capacidades. En la primera tarea se puede dar una percepción no realista del acontecimiento, que permita distinguir la relación entre éste, y los sentimientos que suscita, o podrá ser una percepción irreal. En ese caso será difícil solucionar el problema. En la segunda se pueden dar también dos casos la de la persona que encuentre un apoyo adecuado y la que no. Esta última se situara en una posición vulnerable. PRINCIPIOS CLINICOS DE LA INTERVENCION EN CRISIS Oportunidad: La terapia breve de urgencia con tiempo limitado, es el tratamiento que se elige en situaciones de crisis; el proceso de ayuda para que las personas puedan recuperar el equilibrio después del incidente puede tomar de 1 a 6 semanas. Puesto que la experiencia de crisis es un periodo de alto riesgo para la persona como para su familia, se requiere que la ayuda esté disponible de modo inmediato y en una ubicación de fácil acceso. El énfasis en la oportunidad se calcula para reducir el peligro y, al mismo tiempo, para capitalizar la motivación del paciente para hallar un nuevo planteamiento (lo mismo de actitud que conductual) para enfrentarse con las circunstancias de la vida. Metas: Ayudar a la persona a recuperar un nivel de funcionamiento equilibrado que tenía antes del incidente que precipitó la crisis ó un nivel potencialmente creativo que le permita superar el momento crítico. Valoración: Es importante que la valoración abarque tanto la fortaleza como la debilidad de cada una de los sistemas (CASIC) implicados en la crisis. La información acerca de qué está mal en la vida de una persona (como el desmoronamiento de la relación matrimonial) se complementa con la información acerca de qué es aún funcional (como un sistema red de amigos). Las fuerzas y recursos sociales pueden y deben utilizarse para ayudar a una persona a arreglárselas con la crisis. INTERVENCIÓN DE PRIMERA Y SEGUNDA INSTANCIA Podemos comenzar por describir los Primeros Auxilios Psicológicos, o de intervención en crisis, de primera instancia, que abarca la asistencia inmediata y de modo usual lleva sólo una sesión. Los Primeros Auxilios Psicológicos pretenden de manera primordial proporcionar apoyo, reducir el peligro de muerte y enlazar a la persona en crisis con los recursos de ayuda. Aún más esto puede y debería ejecutarse por parte de las personas que perciban la necesidad primero, en el momento y lugar en que aquella surge. Se puede instruir a los hijos o estudiantes, del mismo modo que ahora sabe dar primeros auxilios físicos en situaciones de urgencia. La intervención en crisis de segunda instancia o terapia para crisis, por otra parte, se refiere a un proceso terapéutico breve que va más allá de la restauración del enfrentamiento inmediato y, en cambio, se encamina a la resolución de la crisis de manera que el incidente respectivo se integre a la trama de la vida. El efecto que se desea para el individuo es que emerja listo y mejor preparado para encarar el futuro. CARACTERÍSTICAS INTERVENCIÓN EN CRISIS DE 1ª. INSTANCIA: INTERVENCIÓN EN CRISIS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS TERAPIA MULTIMODAL DE 2ª INSTANCIA: ¿Por cuánto tiempo? De minutos a horas. De semanas a meses. ¿Por parte de quién? Protectores de vanguardia (Padres de familia, policía, clero, abogados, médicos, enfermeras trabajadores sociales, maestros, estudiantes lideres, supervisores, etc.) Psicoterapeutas y orientadores terapeutas (Formación en Salud Mental: psicología, psiquiatría, trabajo social, consejería pastoral, enfermería, orientadores vocacionales, etc.) ¿Dónde? Ambientes comunitarios: hospitales, iglesias, hogares, escuelas, ambientes de trabajo, líneas telefónicas de urgencia, etc. Ambientes para terapia/orientación: clínicas, centros de salud mental, centros abiertos al público, iglesias, oficina escolar, etc. ¿Cuáles son las metas? Restablecer el enfrentamiento inmediato: dar apoyo de contención; reducir la mortalidad y enlazar con recursos profesionales de ayuda (Terapia Multimodal o Asistencia Médica). Resolver la crisis, reelaborar o translaborar el incidente de crisis; integrar el incidente de trauma de vida; establecer la apertura/disposición para afrontar el futuro. ¿Cuál es el procedimiento? Los cinco componentes de Terapia multimodal para crisis los primeros auxilios (CASIC). psicológicos. COMPONENTES DE LOS PRMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS. Intervención en primera instancia: Realización del contacto psicológico: Se define este primer contacto como empatía o "sintonización" con los sentimientos de una persona durante una crisis. La tarea primaria es escuchar cómo la persona en crisis visualiza la situación y se comunica cualquiera que sea el entendimiento que surja. A sí mismo, se debe invitar a la persona a hablar, escuchar lo que paso (los hechos) y la reacción de la persona ante el acontecimiento (sentimientos), establecer lineamientos reflexivos, y así cuando los sentimientos están presentes de manera obvia y visual. (señales no verbales). Existen varios objetivos para la realización del primer contacto psicológico, el primero es que la persona sienta que la escuchan, aceptan, entienden y apoyan, lo que a su vez conduce a una disminución en la intensidad de la ansiedad; el contacto psicológico sirve para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, pero en realidad se dirige a algo más que esto. Analizar las dimensiones del problema: La indagación se enfoca a tres áreas: pasado inmediato, presente y futuro inmediato. El pasado inmediato, remite a los acontecimientos que condujeron al estado de crisis (como la muerte de un ser querido, el desempleo, heridas corporales o la separación del cónyuge). La indagación acerca de la situación presente implica las preguntas de "quién, qué, dónde, cuándo, cómo"; se requiere saber quién está implicado, qué pasó, cuando, etc. El futuro inmediato se enfoca hacia cuáles son las eventuales dificultades para la persona y su familia; por ejemplo: las necesidades que puede tener un adolescente para pasar la noche o la semana, después de haberse fugado de la casa. Sondear las posibles soluciones: Implica la identificación de un rango de soluciones alternativas tanto para las necesidades inmediatas como para las que pueden dejarse para después, identificadas de manera previa. Esto es llevar a la persona en crisis a generar alternativas, seguido de otras posibilidades. Una segunda cuestión es la importancia de analizar los obstáculos para la ejecución de un plan en particular. Asistir en la ejecución de pasos concretos: Implica ayudar a la persona a ejecutar alguna acción concreta, el objetivo es en realidad muy limitado: no es más que dar el mejor paso próximo, dada la situación. El interventor tomará una actitud facilitadora o directiva en la ayuda al paciente para tratar con la crisis. Seguimientos para verificar el progreso: Implica el extraer información y establecer un procedimiento que permite el seguimiento para verificar el progreso. El seguimiento puede suceder mediante un encuentro cara a cara o por teléfono. El objetivo es ante todo completar el circuito de retroalimentación, o determinar si se lograron o no las metas planteadas. Intervención en segunda instancia. Perfil CASIC. Conductual: Se refiere a Actividades y conductas manifiestas, es decir; Patrones de trabajo, interacción, descanso, ejercicio, dieta (hábitos de comida y bebida), comportamiento sexual, hábitos de sueño, uso de drogas y tabaco; presencia de cualquiera de los siguientes: actos suicidas, homicidas o de agresión. Habilidades para resolver conflictos o salir de situaciones de gran tensión. Gama de conductas agradables (reforzantes) y desagradables (aversivas). Afectiva: Emociones sentidas con más frecuencia. Sentimientos acerca de cualquiera de los comportamientos citados arriba; presencia de ansiedad, ira, alegría, depresión, temor, etc.; adecuación, distorsión o negación de los afectos a las circunstancias. ¿se expresa o se ocultan los sentimientos? Somática: Funcionamiento físico general, salud, enfermedades relevantes actuales y pasadas. Sensaciones placenteras o dolorosas experimentadas. Influencia del consumo de sustancias y alimentos Presencia o ausencia de tics, dolores de cabeza, malestares gastrointestinales y cualquier otro trastorno somático; el estado general de relajación/tensión; sensibilidad de la visión, el tacto, el gusto, la percepción y el oído. Interpersonal: Naturaleza (asertiva o conflictiva) de las relaciones con otras personas: la familia, los amigos, los vecinos, los compañeros de escuela o trabajo; identificación de síntoma sistémico; fortalezas y problemas interpersonales, número de amigos, frecuencia del contacto con ellos y con los conocidos; Habilidades sociales, papel asumido con los distintos amigos íntimos (pasivo, independiente, líder, como un igual); estilo de la resolución de conflictos (asertivo, agresivo, aislado); estilo interpersonal básico (congeniante, suspicaz, manipulador, explotador, sumiso, dependiente) Cognoscitiva: Manera de dormir y sueños diurnos y nocturnos usuales; representaciones mentales distorsionada acerca del pasado o el futuro; autoimagen; metas vitales y las razones para su validez; creencias religiosas; filosofía de la vida; presencia de cualquiera de los siguientes pensamientos: catastrofización, sobregeneralización, delirios, alucinaciones, hablarse a sí mismo de manera irracional, racionalizaciones, idealización paranoide; actitud general (positiva/negativa) hacia la vida. Expectativas sobre la terapia y atribuciones de cambio. Recuerdos, ideas e imágenes incomoda recurrentes. ACTITUDES DEL PERSONAL ESPECIALISTA PARA INTERVENIR EN CRISIS. Según la fase de la crisis: Antes de intervenir: 1. Determinar si es pertinente o no utilizar el concepto de crisis. 2. En caso afirmativo. Determinar el nivel o fase nivel alcanzado. 3. Acercamiento a la "situación de la persona en Crisis". Esto se refiere, a conocer la situación global del paciente y su interacción con aspectos psicológicos de la vida del mismo. Fase Inicial: 1. Crear una relación medico - paciente. 2. Centrarse en la situación: se debe identificar la causa que está generando la crisis, es decir el problema inmediato. 3. Percibir la realidad: Durante la entrevista, se deben determinar los acontecimientos verdaderos del problema y omitir las situaciones no reales, es decir, que no se relacionan con la generación de la crisis. 4. Organizar la acción: Se deben de planificar las diferentes intervenciones y tratamiento a seguir según la etiología de la crisis y la situación del individuo. Fase Intermedia: 1. Apoyarse en las capacidades del individuo y estimularlas. 2. Ayudar a la persona a tener una percepción realista de la realidad. 3. Utilizar el apoyo del entorno. 4. Fin de la Intervención, y seguimiento del caso de ser necesario. Algunas técnicas de Tratamiento de la persona en crisis: 1. Las técnicas de reflexión y de comprensión de su comportamiento y de los aspectos más relevantes de la infancia. 2. La exploración es importante para realizar el diagnóstico diferencial. 3. Tratamiento indirecto, es decir, utilizando el entorno y/o modificando el mismo. 4. Tratamiento directo o trabajo con el paciente. 5. Utilizar técnicas de apoyo y de orientación en el individuo afectado, realizando el apoyo emocional y la influencia directa de sus conocimientos que generen confianza y bienestar. MANIFESTACIONES PSICOSOCIALES ANTE CRISIS PRODUCIDAS POR DESATRES NATURALES O EMERGENCIAS. Las catástrofes inducen a menudo a los que las viven, un desorden psiquiátrico que en psiquiatría se llama DESORDEN DE ESTRÉS AGUDO. Este desorden está caracterizado por sentimientos de intenso miedo, impotencia y horror. Puede haber también ausencia total de emociones, de sensibilidad emocional, sentimiento de desconexión, reducción del reconocimiento de ambientes, sentido de irrealidad o amnesia. Las personas que sufren un desorden de estrés agudo pueden sentirse ansiosas, excitables, agitadas, desesperadas, irritables o desesperanzadas. Estas personas pueden reexperimentar el evento repitiéndolo en sueños recurrentes, en escenas repetitivas y recuerdos persistentes del trauma. También pueden evitar a otras personas, lugares y objetos que pudieran evocar recuerdos del evento traumático. Pueden presentar dificultades para concentrarse y funcionar a su manera habitual en el hogar y el trabajo. Es muy común que padezcan de sentimientos de culpa por haber sobrevivido o por sentir que no han proporcionado suficiente ayuda a otros. Algunas personas pueden ponerse agresivas o autodestructivos, descuidándose a sí mismos, sintiéndose confusos o comportándose de modo extraño. Cuando el paciente es tratado rápidamente, los síntomas de estrés agudo en general disminuyen o desaparecen completamente en los siguientes 30 días. En algunos casos, particularmente cuando no hay tratamiento, este desorden puede persistir. Si su duración es de uno a tres meses, lo llamamos DESORDEN DE ESTRÉS POST TRAUMATICO (POST TRAUMATIC STRESS DISORDER). Cuando los síntomas duran más de tres meses, lo llamamos DESORDEN DE STRESS POST TRAUMATICO CRÓNICO. En los casos en que este desorden no es tratado, no es poco común que persistan los síntomas durante muchos años y que se transformen en serios problemas en la vida de una persona y de sus familiares, quienes también estarán afectados por tales síntomas. Son muy comunes los casos en el proceso de expresar las experiencias del trauma con palabras, estos son algunos de los cuadros que más se repiten: Aquellos que son agobiados por la emoción y tienen dificultad para expresarse. Cuando las personas están agobiadas por sus emociones, los consejeros deben ayudarles a tranquilizarse conduciéndolos a un lugar callado, ofreciendo una taza de agua, permitiéndoles mostrar su emoción por un rato y luego ayudándolos a intentar hablar sobre lo que están experimentando. Sentarse con el paciente en silencio o permitirle su lamento es muy útil durante algún tiempo pero posteriormente será importante ayudarles a intentar hablar sobre lo indecible. Aquellos que sin ninguna emoción en absoluto cuentan una historia de horror. Para pacientes que no sienten ninguna emoción, el consejero puede señalar los sentimientos usuales que la mayoría de las personas podría tener en tales circunstancias y podría preguntarse con el paciente qué sentimientos podrían estar fuera de su vista. PERO también es importante recordar que si una persona reacciona de esta manera, aislando por completo la emoción, esto le es útil para protegerse de una emoción agobiante. Por lo tanto, es importante que el consejero respete las defensas del paciente y le dé tiempo para permitir que los sentimientos sobre la experiencia afloren. Consejeros de crisis han reconocido durante muchos años la manera en que algunas víctimas de trauma pueden parecer estar bien en los primeros días que siguen a la crisis pero se desmoronan luego de una semana o dos, cuando ya se encuentran bajo condiciones seguras en otro contexto. Aquellos que se sienten culpables por sobrevivir al desastre mientras otros murieron o resultaron heridos. También es muy común encontrar quienes se sienten agobiados con sentimientos de culpa por haber sobrevivido a la tragedia mientras otros perecieron. El consejero de crisis debe supervisar el riesgo suicida en estos pacientes y ayudarles en el duelo por sus pérdidas invitándolos a hablar sobre las personas y cosas que han perdido. También es útil a veces preguntarle a la persona si su fallecido ser amado habría deseado que el paciente sufra la culpa por sobrevivir o, si por el contrario, hubiese deseado que él continúe viviendo de una mejor manera. Esto tiende a cambiar el enfoque de la culpa por sobrevivir al luto. Aquellos que sienten que ellos causaron la calamidad de alguna manera o que debieron haber hecho algo diferente para salvar a alguien. Para aquellos que sienten que pueden ser, de alguna manera, los causantes del desastre o que hubiesen podido hacer algo para salvar a su familia, es importante ayudarles a reconocer el poder que el desastre natural tiene en sí mismo, a diferencia de el ínfimo poder que tiene el ser humano en esos casos. También a reconocer el miedo y la confusión propios de ese momento, y, nuevamente, al duelo por sus pérdidas. Después de que la persona ha contado su historia, es a menudo útil volver a relatarla una y otra vez. No es necesario sugerirles que lo hagan, pero es conveniente invitarles a que se sientan libres para contar su historia repetidamente sin sentir que son personas aburridas por el hecho de ser repetitivos. El consejero puede esperar que cada vez que se repite la historia, aparezcan mas detalles que favorezcan alguna elaboración y faciliten la descarga de los afectos. Etapa Amenaza Impacto Consecuencias a corto plazo Biologica Cambios en los niveles neuroquímicos Fatiga Agotamiento Act. Excesiva Insomnio Problemas psicosomáticos Irritabilidad Psicologica Supersticion Rumores. Confusion. Actitud pasivo-negativa. Sensacion de vulnerabilidad. Humor. Carácter central. Conducta contraria a lo usual. Temor Ansiedad Ofuscacion cognoscitiva Hiperactividad Hipoactividad Afliccion Depresion Sensibilidad Ansiedad Interpersonal Ayudar Planificar Comparar Act. En la comunidad Preocupacion activa y apropiada Social Fatalismo Act. Religiosas Preparacion de la comunidad. Impotencia Aislamiento Docilidad Dependencia Indecision Victimizacion Culpa Facil de lastimar. Dificultad para compartir Competencia Frustracion Vinculos Familiares Fortalecimiento de la religiosidad Influencia de los mitos Conducta tradicional mas fuerte o mas débil Act. Religiosas Consecuencias a largo plazo Consecuencias de salud, enfermedades y lesiones. Retomo a la función normal Funcion subnormal Resignacion Fijacion en la emociones ambivalentes. Relaciones en el trabajo o en la familia Niveles diferentes de acomodacion Mayor o menor numero de uso de los sist, religiosos Mayor uso de los sistemas medicos MANEJO Y TRATAMIENTO DE LA CRISIS. La intervención en crisis se concentra en una alteración identificada en particular, y la intención es que sea breve y flexible, es un proceso que busca influir activamente en el funcionamiento psíquico de una persona durante un periodo de desequilibrio para aliviar el impacto inmediato de los eventos estresantes, y ayudar a reactivar las actividades afectadas por la crisis. La evaluación e intervención adecuadas son esenciales para garantizar la seguridad del paciente y de terceros, ayudarlo a afrontar eficazmente el problema, y empoderarlo para hacer frente a futuros acontecimientos vitales de manera eficaz. Se estima que 4% de las consultas a médicos de atención primaria tienen que ver con crisis psiquiátricas o sociales causadas por eventos estresantes agudos. El primer paso de la intervención en crisis es valorar la percepción que tiene el enfermo del acontecimiento actual, los mecanismos de afrontamientos anteriores y actuales y los respaldos situacionales disponibles. Se anima a las personas a contar los relatos de sus crisis y cómo los experimentaron. Una crisis problemática ocurre cuando falta uno o más factores de equilibrio o cuando son insuficientes (percepción realista del acontecimiento, apoyos suficientes, mecanismos de afrontamiento viables, incapacidad de incorporar nuevos métodos de hacer frente a la situación). La intervención comprende cuatro metas, aunque no se limita a ellas: 1. Ayudar al individuo a desarrollar una comprensión intelectual. 2. Conocer cada vez mejor los sentimientos actuales. 3. Examinar los mecanismos de afrontamiento alternativos. 4. Recibir el sistema social para incorporar nueva gente y posibilidades. La meta es recuperar, restaurar o revitalizar los factores de equilibrio faltantes para resolver la situación de crisis inmediata. Refuerzo del aprendizaje, mecanismos de afrontamiento que se adapten correctamente y una orientación que se anticipe a futuras crisis son importantes para la resolución. INTERVENCION DE CRISIS PRODUCIDAS POR DESATRES NATURALES O EMERGENCIAS. El encuadre en la intervención en crisis es diferente del de un encuadre clínico. El consejero puede estar en una escuela o en una iglesia, en un campo o bajo un árbol. Y así como los encuadres son diferentes en una intervención en crisis y en una clínica, también son diferentes los problemas con los que el consejero de crisis debe tratar. Los problemas incluyen los síntomas sobre el estrés agudo. Durante la crisis, la meta del tratamiento no es el cambio profundo del paciente, o la revisión del origen infantil de los conflictos del paciente. La meta de intervención en crisis es ayudar a que el paciente LIDIE con su trauma. La meta es ayudar al paciente a AJUSTARSE a su nueva situación. La meta es DEVOLVER AL PACIENTE SU NIVEL ANTERIOR DE FUNCIONAMIENTO. Estas metas se logran invitando al paciente a hablar sobre su experiencia, para que pueda observar el evento desde cierta perspectiva, tomando cierta distancia; ayudarle para que logre ordenar y reconocer sus sentimientos asociados, así como asistirle en la resolución de los problemas inicialmente prácticos e inmediatos. Primer contacto. En el primer contacto será útil conseguir cierta información como el nombre de la persona, condición médica, sistema de apoyo social, etc., pero el paciente en crisis no debe someterse a una evaluación prolongada. El consejero debe intentar que el paciente esté confortable, clarificar la tarea e invitarlo a hablar. Un buen consejero de crisis es un buen oyente pero el consejero de crisis es a menudo más activo que un psicoterapeuta que ve a sus pacientes con regularidad. El consejero de crisis clarifica, tranquiliza, educa, ofrece consejos sobre aspectos prácticos que atiendan a las necesidades de los pacientes; busca consultar acerca de la medicación con médicos y psiquiatras y refiere a los pacientes a donde fuese necesario. El consejero necesita estar muy atento a la condición médica de los pacientes y realizar consultas médicas si la ansiedad, depresión, agitación o insomnio están presentes en niveles que dañan severamente el funcionamiento del paciente o hacen imposible la intervención de la crisis. Metas a corto y largo plazo: En medio de una crisis las personas pierden las perspectivas. Se ven inundadas de pensamientos y sentimientos que les dificultan el establecimiento de prioridades y, como resultado, tienden a preocuparse mucho por las cosas que no pueden resolver y a evitar o ignorar las preocupaciones más inmediatas del momento que sí sería posible para ellos resolver. Por esta razón es a menudo útil ayudar al paciente a que organice sus pensamientos en dos grupos de metas; un grupo de metas a corto plazo y un grupo de metas a largo plazo. LAS METAS A CORTO PLAZO incluyen tranquilizar al paciente, intentar manejar su intenso miedo, hablar acerca de lo que le ha sucedido, conseguirle resguardo durante la noche, y asegurarse de que tiene algo que comer, etc., LAS METAS A LARGO PLAZO incluyen ayudarle al paciente en su búsqueda de trabajo, de una terapia más larga si es necesario, albergue permanente, etc., El consejero de crisis necesita ser muy ACTIVO y DIRECTIVO ayudando al paciente a definir estos dos tipos de meta y así asistiendo, de una manera muy práctica, a lograr las metas cortas y a planificar las metas a largo plazo. Elaborar un plan de acción. Las personas en crisis tienen dificultades para concentrarse, pensar claramente, usar un juicio adecuado y jerarquizar prioridades. Es a menudo útil para el terapeuta tomar apuntes mientras habla con el paciente, lo que le permitirá guardar las huellas de toda la información y, además, tener una lista de aspectos a recordar para ser cubiertos durante la entrevista. Al final de la sesión es a menudo muy útil ESCRIBIR UN PLAN para que el paciente pueda seguir y despedirlo con el plan en su mano. Es preferible preparar el plan con la colaboración del paciente, escribirlo en caligrafía legible, numerar cada uno de los puntos y estructurarlo para que sea fácil leerlo. El plan puede contemplar aspectos tan simples y concretos como los siguientes: 1. Si me siento perturbado, hablaré con un consejero. 2. Llamaré a un familiar para ver si puede ayudarme durante las próximas dos semanas. 3. Hablaré con mi doctor sobre reemplazar mi medicación usual para mi asma. 4. Anotaré mi nombre en la lista para alojarme en determinado albergue. 5. Iré a buscar trabajo Las personas desarrollan los síntomas de un Desorden de Estrés Agudo porque, como ya hemos dicho, han sido expuestos a una situación traumática que sobrepasó su habilidad de manejarse en su modo usual. Por consiguiente, sus síntomas sirven para cubrir o esconder el agobio y las experiencias sin metabolizar. Cuando el paciente cuenta la historia de su experiencia traumática puede llorar, reírse, gritar, susurrar, quedarse callado durante algún tiempo, evocar un recuerdo que traiga a su mente otra pérdida anterior (aunque pudiera no estar aparentemente relacionada), o mostrarse preocupado con algún aspecto de su historia que pudiera parecer insignificante. El terapeuta debe escuchar pacientemente y ayudar al paciente a retornar a su historia. Finalización de la intervención. La intervención en crisis es, por su naturaleza, muy corta. Muchas intervenciones tienen lugar únicamente en UNA sesión. Es importante conducir la sesión como un tratamiento de una sola sesión. La intervención de crisis debe concluir con un plan concreto a seguir para el paciente. El plan debe escribirse y dársele al paciente. Si el paciente es un niño, el plan debe entregarse al adulto a su cargo o debe archivarse como parte de su tratamiento para el cuidado continuo del niño. Asimismo es muy importante no olvidar referir al paciente, de ser necesario, a cualquier otro especialista que pudiera requerir en diversos campos y finalmente, paciente y terapeuta necesitarán despedirse. El terapeuta no debe preocuparse por ser demasiado neutral. No es problemático que en una situación de crisis el consejero exprese tristeza y rabia con relación a la tragedia del paciente, ofrezca consejo y desee suerte a su paciente. Aunque el contacto físico es evitado en psicoterapia, los abrazos no son poco comunes en medio de los eventos catastróficos. Una caricia tranquilizante o un abrazo a veces pueden representar toda la diferencia. Mientras que los consejeros necesitan no temer tocar a un paciente, deben a la vez respetar las necesidades de éste y recordar que el paciente en crisis a menudo se siente como un nervio expuesto y que el afecto físico a veces pudiera confundirlo. (Ver Anexos Tabla 1.1 y Tabla 1.2) PAPEL DEL MEDICO EN SITUACIONES DE CRISIS. Aunque cada paciente y situación es diferente, hay varios pasos generales que el médico puede seguir para responder eficazmente a la crisis de un paciente como para entender de manera resumida. Ver Anexos tabla n° 1 Tranquilizar, dar apoyo al paciente y formar una alianza: El primer paso es tranquilizar al paciente recalcando que se encuentra en un medio seguro para referir su preocupación actual y que el médico estará disponible para ayudarlo a lo largo de la crisis. Si el paciente está angustiado, se puede usar técnicas de respiración profunda y enfoque en el problema. La actitud de escucha, validación, comprensión y apoyo del personal de salud contribuye a disminuir la intensidad emocional y así reorientar las energías al enfrentamiento de la situación. La validación de la experiencia no significa necesariamente que el médico esté de acuerdo con la percepción y la respuesta a la crisis del paciente. Por otra parte Se debe clarificar y amplificar la situación al paciente, sin que el médico imponga su opinión. Se va estableciendo una relación (rapport) con el paciente escuchándolo activamente (con preguntas abiertas, declaraciones, etc.) y, si procede, aplicar técnicas no verbales (por ejemplo, hablarle al nivel de los ojos o inclinarse hacia adelante). La OPS ha desarrollado una guía práctica de salud mental en caso de desastres donde se señala algunas actitudes de la persona que va a asistir (Ver anexos tabla n° 2). Evaluar la severidad de la crisis y el estado del paciente: Este paso generalmente se realiza durante los primeros minutos del encuentro, escuchando al paciente y conduciendo la entrevista con el fin de obtener información. Se debe evaluar la gravedad de la crisis y el estado mental, psiquiátrico, homicida o suicida, y médico del paciente. En el caso de pacientes que presentan crisis suicidas se debe evaluar además los factores asociados a mayor riesgo suicida. Los factores de riesgo incluyen antecedente de autoagresión, historia de conducta criminal, historia de abuso infantil o haber sido testigo de violencia doméstica, C.I bajo, trastornos neurológicos, hostilidad, abuso o dependencia de sustancias, diluciones de daño y enajenación del pensamiento. En el examen mental se debe evaluar el aspecto general, conducta, lenguaje, pensamiento, juicio, y afecto del paciente, así como el uso de sustancias que puedan interferir el juicio. La depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno de personalidad limítrofe, y el abuso o dependencia de sustancias aumentarán en gran medida el riesgo suicida. De ser necesario se deberá contactar a un familiar o amigo cercano para recoger información adicional y para garantizar la seguridad del paciente y un seguimiento adecuado. Asegurar la seguridad del paciente y de otras personas: El médico debe garantizar la seguridad del paciente y de terceros, en ese sentido debe considerar la hospitalización en aquellos pacientes con crisis suicidas y que tienen co-morbilidad con problemas médicos o psiquiátricos, historia de violencia o intentos de suicidio previos serios, pobre respuesta al tratamiento ambulatorio, o pobre soporte familiar o social. En caso se decida el alta, el paciente debe salir con un familiar o amigo cercano. Los pacientes con ideación suicida crónica, sin un historial de intentos suicidas médicamente serios y que a juicio del médico no se encuentran en peligro pueden ser seguidos ambulatoriamente, siempre y cuando tengan buen soporte y puedan colaborar con el plan terapéutico. En estos pacientes se debe programar una cita cercana. Es necesaria la orientación a los familiares y amigos para que dejen fuera del alcance del paciente armas de fuego y fármacos potencialmente peligrosos. La vigilancia del paciente es esencial, modificando el plan de acción según sea necesario. Si el paciente tiene riesgo homicida, el médico debe velar por la seguridad del paciente y de las posibles víctimas, pudiendo ser necesaria la hospitalización del paciente. Las clínicas deben establecer políticas y procedimientos para el manejo de pacientes agitados o peligrosos, y deben proporcionar formación al personal. Desarrollar un plan de acción: Cuando hablamos de la intervención en sí misma hay algunos autores que la dividen en primeros auxilios psicológicos y en terapia para crisis. Los primeros auxilios psicológicos tienen que ver con el primer contacto del paciente con un personal de salud, mientras que la terapia para crisis ocurre en segunda instancia en la atención de la crisis y se desarrolla en un número limitado de sesiones. En esta revisión nos ocuparemos de la primera atención a la persona que ha presentado una crisis. El objetivo central de la intervención es preservar la vida, evitando o disminuyendo el potencial daño físico a sí mismo o a otras personas, para ello se ayuda al paciente a desarrollar una respuesta constructiva a la crisis. Hay que hacer hincapié que aunque el paciente no pueda controlar el evento que precipitó la crisis, si pueden controlar la respuesta a la misma. En primer lugar se ayuda al paciente a disminuir la angustia. En esta instancia se puede utilizar métodos de relajación. Las técnicas como respiración profunda y relajación muscular pueden facilitar el autocontrol de las manifestaciones fisiológicas y las emociones, así como permitir que el paciente se centre en tomar medidas activas para afrontar con éxito la crisis. Los pacientes que presentan ansiedad aguda, insomnio, y dificultad significativa del funcionamiento diario pueden beneficiarse de terapia farmacológica de corto plazo o intermitente dirigida a síntomas específicos, como los ansiolíticos para la ansiedad o hipnóticos para el insomnio. En pacientes con psicosis aguda, agresividad, agitación o disforia intensa se debe considerar el uso de antipsicóticos intramusculares. Las benzodiazepinas no se recomiendan como monoterapia en pacientes con trastorno de estrés postraumático debido a que la suspensión se ha asociado con exacerbación de los síntomas. En segundo lugar se ayuda al paciente a buscar opciones para hacer frente a la crisis. Con la participación del paciente se identifica las soluciones alternativas, analizando los pro y contra, así como los obstáculos para alcanzarlas, lo que deriva en una jerarquización de soluciones. La ejecución de un plan concreto depende del estado de la persona, si está muy afectada la capacidad de decisión se puede asumir un papel directivo, adoptando las decisiones del caso y comprometiendo en ello a una persona responsable. Si el paciente está menos comprometido y puede asumir un plan, el rol del médico será el de facilitador brindando información conveniente. Se desarrolla un plan de acción específico que incluya una lista breve de pasos realistas, concretos y positivos que el paciente puede comenzar a aplicar inmediatamente. El uso de "tareas" que impliquen la recolección de información adicional sobre el tema de preocupación, auto-monitoreo de síntomas, pensamientos o actividades; identificación de fortalezas y la práctica de nuevas conductas de afronte pueden empoderar al paciente para tomar decisiones en lugar de sentirse desvalidos. Por último, se debe pedir al paciente que a resuma el plan y que se comprometa a llevar a cabo uno o más pasos, además es necesario prevenir al paciente contra el uso de estrategias de afronte negativas como la negación, evitación, aislamiento o dependencia de sustancias. Las estrategias de afrontamiento perjudiciales también incluyen el uso de procesos cognitivos negativos como el pensamiento catastrófico, lo que puede aumentar la ansiedad del paciente y anular los esfuerzos de por solucionar el problema. Se debe orientar al paciente para reconocer tales procesos de pensamiento, detenerlos y sustituirlos por otros más racionales y equilibrados. Puede ser útil pedir al paciente que recuerde estrategias que le han funcionado en el pasado para aplicarlas en el problema actual, asimismo se le puede pedir al paciente identificar puntos de apoyo como la familia o amigos. Seguimiento: Es importante verificar el estado del paciente y reforzar su esfuerzo. La prontitud de la cita debe ser determinada por la gravedad del problema y la confianza que el médico tiene en el paciente y en el plan. El seguimiento conecta al paciente con una fuente de ayuda, además mejora la probabilidad que continúe el plan de acción. Durante el seguimiento, se debe evaluar el progreso en relación con el plan específico de acción y debe reforzar incluso los pequeños avances terapéuticos. El refuerzo del éxito incrementa la resiliencia del paciente, lo que le permite manejar futuras situaciones de crisis con más éxito. Finalmente, la intervención en crisis no elimina la posibilidad de intervenciones posteriores o de psicoterapia, ni tampoco la sustituye. Una cosa no es la otra. Una posible consecuencia de la intervención podría ser la necesidad de referimiento a otros servicios o profesionales que puedan ayudar en el proceso de recuperación. Puede darse el caso de que la persona asistida decida seguir tratándose con el profesional de ayuda que intervino durante el período de crisis, lo que tiene la ventaja de agilizar los procesos siguientes. No obstante, no debe perderse de vista la posibilidad de que el evento que propició la crisis y la intervención profesional pueda haber dado lugar a emociones y sentimientos en el profesional de ayuda que dificulten la prestación de sus servicios. Un ejemplo de lo anterior es si el profesional de ayuda ha evitado un acto suicida u homicida y desarrolla fuertes vínculos emocionales con las personas afectadas, ofuscándose así su objetividad profesional. PAPEL DEL ESTUDIANTE DE MEDICINA EN SITUACIONES DE CRISIS Debe mostrar una actitud tranquila y empática. Debe ser capaz de distinguir los hechos, y reconocer una situación de crisis. Debe ser capaz de tolerar el malestar y la angustia Mantener la discreción Debe solicitar ayuda profesional Puede contar una experiencia similar que pueda ser de ayuda para que en la persona en crisis disminuyan sus niveles de agresividad o angustia. El estudiante de medicina solo puede actuar con un sistema de apoyo a la persona en crisis, el estudiante de medicina no tiene facultades, para intervenir en crisis pero debe tener el suficiente entrenamiento para distinguir una situación que pueda ser peligrosa, si esta en sus posibilidades debe centrarse en el control de las conductas agresivas, hasta que llegue la ayuda. Es importantísimo siempre mantener la calma y mostrar una actitud segura, la persona que interviene en crisis debe dar sensación de seguridad al paciente, y no puede por ningún motivo mostrarse mas angustido o nervioso que la persona en crisis. Herramientas para el estudiante de medicina en situaciones de crisis. En la situaciones de crisis, el individuo trata de afrontar el desequilibrio usando sus energías habituales de solución de problemas (recursos internos) y buscando apoyo situacionales (recursos externos). Los recursos no sirven para resolver las demandas de cambio en el sistema. El sistema se siente entonces imposibilitado e ineficaz, lo que resulta en desorganización de la conducta. En general el sistema estaría entonces de recibir ayuda o intervención de crisis. Walkup, sostiene que la crisis es un orden sucesivo de conductas emergentes que se inicia con un cambio como destructor del equilibrio intersistémico entre las necesidades internas y las demandas externas. Walkup, desarrollo una guía que sirve para recoger datos y planificar la intervención y el plan de acción ante en un sistema de crisis potencial: ORDEN DE SERIE DE LAS ESTRUCTURA PARA CONDUCTAS CONSEGUIR LA ESTRUCTURA PARA LA EMERGENTES INFORMACIÓN SOBRE RESOLUCIÓN DE LA ASOCIADAS AL EL PROBLEMA CRISIS: CONCEPTO DE CRISIS: ESPECÍFICO: ¿En qué consiste el cambio? Ocurre un cambio en un ¿Qué se espera? ¿Se han sistema en equilibrio dinámico. presentado cambios similares en el pasado? Identifique el cambio; céntrese sobre el problema inmediato como lo percibe el individuo. El sistema percibe el cambio ¿Cómo mostrará el sistema los Defina el problema como ruptura del equilibrio efectos de la ruptura? ¿En qué cognoscitivamente para el intersistémico necesidades de internas las consisten sistema demandas y las externas? ¿Está el sistema demandas externas. El las moviliza sistema como lo percibe usted, obtenga retroalimentación a consciente del problema? partir del sistema. las ¿Cuál fue el éxito de la Los problemas pueden energías habituales de solución solución previa del problema? resolverse disminuyendo su del (recursos ¿Cuáles son los mecanismos de intensidad, redefiniéndolos o apoyo enfrentamiento del sistema? abandonándolos. problemas internos) y desea situacional (recursos externos) en un intento por resolver el desequilibrio. Los recursos externos no internos sirven y para resolver las exigencias del problema. Hay sensaciones de impotencia e ineficacia que conducen a la desorganización de la conducta ¿Se comunicaron a alguien las necesidades? ¿Había recursos externos reales y eficaces? ¿Es peligroso el sistema para sí mismo o para otros sistemas? enfrentamiento; intente alternativas; busque apoyo situacional. ¿Cómo se ve a sí mismo el sistema? Valore los mecanismos de Valore el potencial suicida u homicida; realice planificación anticipada para prevenir una crisis futura. La primera columna de la guía da a conocer que conductas emergentes van asociadas al concepto de crisis. La segunda columna muestra la estructura para conseguir información sobre el problema específico; y la tercera columna muestra la estructura en la que puede basarse la acción del estudiante para resolver la crisis del paciente o individuo. PACIENTES DIFICILES. En un primer lugar debemos definir el término de “paciente difícil”. Podemos definirlos ampliamente como el paciente que acude a nuestras consultas, no necesariamente con gran frecuencia (este sería más un hiperfrecuentador con problemas biopsicosociales no resueltos), que plantea problemas en el área de la comunicación entre el profesional y él, incumpliendo de manera repetida las indicaciones médicas, e incluso realizando acciones de desconfianza buscando nuevas opiniones en diversos servicios de urgencias. Este paciente genera un malestar continuo en el profesional, sólo con visualizarlo en la lista de consulta, generando desde el principio una comunicación no fluída. Ante esta situación el paciente suele ser exigente, incluso rozando la falta de respeto al profesional, desafiando las cuestiones del mismo. ¿QUÉ GENERAN EN EL PROFESIONAL? Estos pacientes hacen aflorar en el profesional sanitario múltiples sentimientos: Frustración Rechazo Enojo Impotencia Inseguridad Miedo Todo esto genera que la relación comunicativa sea poco fluida, que los mensajes de salud no son transmitidos y entendidos de manera correcta y que el fracaso terapeútico es algo habitual. 1. Paciente Histérico (a). El que no acepta la opinión médica, y predispone su percepción del padecimiento ante la realidad. 2. Pacientes abandonados, o con situación familiar deteriorada. Pacientes que no tienen apoyo para sobrellevar las crisis. 3. Pacientes con ideas de suicidio. Son pacientes de estricto seguimiento, que al no creerse capaces de superar la crisis, piensan que la muerte es una huida. 4. Pacientes con trastornos de personalidad limítrofe. Son algunos de los considerados pacientes difíciles, en los cuales el tratamiento de lo físico y lo biológico debe ir obligatoriamente de la mano con apoyo psiquiátrico. CONCLUSION Las personas son muy vulnerables en momentos de crisis, ya que, el individuo que atraviesa por un estado de crisis se encuentra en una etapa vivencialmente importante para continuar el curso de su vida. No importa qué tipo de crisis sea, el evento es emocionalmente significativo e implica un cambio radical en su vida. El individuo enfrenta un problema ante el cual sus recursos de adaptación, así como sus mecanismos de defensa usuales no funcionan. El problema rebasa sus capacidades de resolución y por lo mismo se encuentra en franco desequilibrio. Como resultado de todo esto la persona experimenta una mayor tensión y ansiedad, lo cual la inhabilita aún más para encontrar una solución. La intervención llevada a cabo por los profesionales de la Salud Mental, puede ofrecer una ayuda inmediata para aquellas personas que atraviesan por una crisis y necesitan restablecer su equilibrio emocional. La intervención en crisis se emplea para tratar alteraciones de madurez, desarrollo y situacionales, y comprende una valoración de los factores de equilibrio, como la percepción que tiene el afectado de la crisis, los mecanismos típicos de afrontamiento y la disponibilidad de sistemas de apoyo. Los métodos por los cuales se auxilian a las víctimas de una crisis a lograr su recuperación son conocidos genéricamente como técnicas de intervención en crisis, y tienen un par de propósitos esenciales: 1. Restablecer la capacidad del individuo para afrontar las situaciones de estrés en las que se encuentra. 2. Proveer asistencia a estos individuos para reordenar y reorganizar su mundo social destruido. 3. Realizar respaldo psicosocial para individuos, grupos o comunidades con el fin de estabilizar su funcionamiento y reducir al mínimo el riesgo de reacciones de estrés crónico. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS BENVENISTE, D. (2000). Intervención en Crisis Después de Grandes Desastres. Trópicos: La Revista del Sociedad Psicoanalítica de Caracas. Año VIII, Vol. I, Traducción de Adriana Prengler. GARCIA. (2006). Modelo para Intervenir en Crisis. Enfoque Terapéutico de Urgencia y Breve por Psic. Juan Carlos García Ramos. www.uaq.mx/psicologia/investigacion/psicgarcia HALL, Joanne y REDDING, Barbara (1990). Enfermería en Salud Comunitaria II. Editorial Elsevier. 1era Edición. Págs: 56-63. O´BRIEN, KENEDY Y BALLARD (2001). Enfermería Psiquiátrica. Editorial Mac Graw Hill Interamericana. 1era Edición. Págs: 138-160. Psiquiátrico REVISTA MÉDICA DE COSTA RICA Y CENTROAMERICA LXVI (587) 2009. INTERVENCIÓN EN CRISIS EN SITUACIONES DE DESASTRE: INTERVENCIÓN DE PRIMERA Y DE SEGUNDA INSTANCIA. KARL A. SLAIKEU. Intervención en Crisis. Editorial Manual Moderno. INTERVENIR EN TIEMPOS DE CRISIS. http://revistagriot.uprrp.edu/archivos/2008061505.pdf Manuel Antonio Rivera ANEXOS Tabla n° 1. Tabla n°2