b) Detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos): - ESTRUCTURA: La estructura interna del texto se divide en tres partes: una primera (líneas 1-11), cuyo eje central es la protagonista de su última novela, Eva; una segunda (12-29) que informa al lector sobre los méritos de la novelista y la gran virtud que tuvo a la hora de encontrar una trayectoria literaria tan notoria al margen de la extendida mediocridad de los años cincuenta, a través, además, de unos personajes femeninos que funcionan como encarnaciones de la propia escritora, y que lograron sobreponerse a las situaciones difíciles de ese momento histórico. Por último, en la tercera parte, a modo de conclusión, Almudena Grandes afirma que ella no sería la misma de no haber leído las novelas de Matute, con las que aprendió quién era y dónde vivía. - REGISTRO LINGÜÍSTICO: Por lo que respecta al nivel lingüístico propiamente dicho, el texto pertenece al registro estándar: la autora utiliza un lenguaje sencillo y claro, sin complejidades, dirigido por tanto a un público amplio. - FUNCIONES DEL LENGUAJE: En cuanto a las funciones del lenguaje, destaca en este fragmento la función expresiva, ya que, salvo la primera oración (“La protagonista de la última novela de Ana Mª Matute se llama Eva”), claramente objetiva, dentro de la función referencial, el resto del fragmento nos muestra las emociones, sensaciones y sentimientos más profundos y personales que producen las novelas de Matute en la autora, siendo factores decisivos en su vida. Para ello, Almudena Grandes se apoya en el uso de la 1ª persona y en el lenguaje connotativo. Además, se puede observar la función poética en el uso de metáforas como: “el campo de ortigas espinosas” y antítesis paralelísticas como: “ignorantes pero nunca estúpidas, desvalidas pero nunca patéticas, desarmadas pero nunca cobardes...”. Por último, también aparece presente la función apelativa en el carácter persuasivo general del texto. - ANÁLISIS DEL PLANO MORFOSINTÁCTICO Dentro del plano morfosintáctico, predomina la subordinación, fundamentalmente, en función adjetiva (que nunca alcanza otro final…; el que nos tiene…; donde le tocó escribir…). Uso casi exclusivo de la 3ª persona, tanto en singular (se llama, fue, eligió...) como en plural (serían, integran, han representado…) y, al final del texto, coincidiendo con la tesis, la 1ª persona (sería, era, vivía…). Predominan formas verbales en pasado: pretéritos perfectos simples (fue, hicieron, culminó…) o compuestos (han representado) y pretéritos imperfectos (era, hacía, vivía…). ¿Recursos literarios morfosintácticos? - ANÁLISIS DEL PLANO LÉXICO-SEMÁNTICO En cuanto al nivel léxico-semántico, el texto destaca por sus recurrencias o repeticiones, tanto léxicas (protagonista, novela-novelista, mujer, Eva, Ana…) como semánticas, en casos de sinonimia (descomunal-monumental-excepcional) y, sobre todo, antonimia (grande-pequeña, inocencia propia-perversidad ajena…), hiperonimia (mujer, hiperónimo de escritora o creadora) o el campo semántico de la literatura (novela, escritora, protagonista, personaje, literatura…). Todas estas recurrencias hacen que el texto aparezca cohesionado. Empleo de un lenguaje connotativo, dada la subjetividad del texto, que se observa por la presencia de adjetivos valorativos antepuestos al nombre (clamorosa brillantez, grandes novelas de juventud, grandes proezas de la autora…) o todos los calificativos, precisos y subjetivos, que da a las protagonistas de Matute (ignorantes, desvalidas, desarmadas, sensibles, femeninas), “pero nunca” (estúpidas, patéticas, empachosas, cobardes, ñoñas). La figura literaria más importante que aparece en el texto es la metáfora: “el campo de ortigas espinosas” (que se refiere al difícil mundo literario que le tocó sufrir a Matute) y “espejos vitales y literarios” (las protagonistas femeninas como modelos donde tantos lectores se han mirado, incluida la autora de la columna).