Canto a Teresa; José Espronceda

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Fuerza y tragedia de la vida: reflexiones sobre el amor en el "Canto a Teresa"
"El Diablo Mundo" es un poema que configura una pesimista visión del mundo y del ser humano. Cuenta las
experiencias del hombre en este "valle de lágrimas" y su desengaño. El poema se presenta en estado
fragmentario. Hay un variedad de asuntos, temas, tonos, multitud de digresiones: todo esto para expresar la
compejidad dela existencia y del universo. "El canto a Teresa" que se sitúa en el comienzo del poema, según
su propio progenitor, no está relacionado de manera alguna con el resto y es sólo un "desahogo del corazón".
Pero el amor forma una parte muy importante de la vida humana, así que un canto dedicado a la mujer en el
poema que pretende tener en cuenta todos los aspectos de la vida no extraña. Casalduero dice que: "El Canto
a Teresa es la atalaya desde la cual Espronceda ha abarcado la vida".
El canto tiene carácter extremamente personal e íntimo, y podemos identificar el "yo lírico" con el autor.
Espronceda aquí llora su amor y éste amor perdido provoca reflexiones sobre la esencia del amor y su lugar en
la vida.
Los primeros cuatro versos son una apóstrofe a los tristes recuerdos que ha dejado el amor en el corazón del
poeta. Luego pasamos a una descripción de su juventud. Es una juventud llena de amor: yo amaba
todo−confiesa el autor. El mundo era bueno y le parecía favorable, el sol iluminaba su alegría. Era orgulloso y
audaz. Dotado del valor y de la fe del caballero, virtud del héroe y amor del trovador soñaba con glorias.
Vivía con ingénuas ilusiones y esperanzas. Su amor era pura, inocente y espiritual, parecía un "dulce canto"
que habitaba en su alma. El autor evoca el Edén como el lugar donde había nacido su sentimiento.
El objeto del amor parecía inmaterial:
¡Una mujer! En el templado rayo
De la mágica luna se colora,
Del sol poniente al lánguido desmayo
Lejos entre las nubes evapora
(...)
Tenía algo sagrado, angelical, divino. Era más bella, superior a la misma naturaleza, poseía un encanto
celestial. No era mujer de carne y hueso y tanto ella como el sentimiento del autor eran pura ilusión, un
ensueño. El intento de materializar esa ilusión hizo que que dejara de existir, destruyera el sueño y con él el
amor. Francisco García Lorca afirma: "El amor que nace de ilusiones no puede alimentarse de ellas, la
realización el amor engendra la impureza y con ella su muerte. Hay en Espronceda una terrible idea
angustiosa de que el amor degrada. Lo que más alto hace subir el espíritu el hombre, lo único que puede
encener en él la chispa divina, lleva en sí, inevitable, el germen de la corrupcíon."
Hay un contraste entre la primera y la seguna parte del canto, un cambio radical en la percepción de Teresa.
Ahora la mujer empieza a ser la encarnación del pecado. Espronceda compara a Teresa con un cristalino río,
que después es torrente y termina siendo un estanque de aguas corrompidas.Otra vez el poeta evoca el paraíso
bíblico para llamar a la mujer heredera de Eva. Aparece el desengaño, la desilusión. Francisco García Lorca
señala que para Esproncea la impureza no es igual en el hombre que en la mujer. Mientras al probar el fruto
prohibido la mujer queda dañada y desgradada, lo único de que se puede culpar al. Hombre es haber
marchitado la pureza femenina. Ricaro Laneira afirma que Espronceda trata de ser tan cruel con Teresa como
cree que ella fue con él revelando su mera condición humana. Se atreve a llamarle un egoísta, porque, según
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él, el poeta llora más la imposibilidad de cumplir sus deseos, que la muerte de su amante.
El poeta culpa a Teresa por la infidelidad de esposa cometida con él mismo, menciona que sus hijos y la
sociedad se han vuelto contra ella. Bendice la muerte que la ha liberado del dolor y de la desdicha.
Sin embargo, no puede olvidarse del amor, no es capaz de arrrancar a Teresa de su mente. Su recuerdo sigue
siendo muy vivo, el poeta está convencido que será eterno. El dolor de su desgarrado corazón es insoportable.
Ya incluso no es capaz de llorar. Aconseja huir del amor cuya pureza ha sido envenenada por el infierno y por
lo tanto causó tanto dolor, arruinó la vida del autor.
(...)
Dentro del pecho mi dolor oculto,
Enjuego de mis párpados el llanto,
Y doy al mundo el exigido culto:
Yo escondo con vergüenza mi quebranto,
Mi propia pena con mi risa insulto
Y me divierto en arrancar del pecho
Mi mismo corazón pedazos hecho.
Para olvidar de su dolor quiere embriagarse de alegría.
El canto expresa todas las ideas de Espronceda sobre el amor. Pone de manifiesto la triste convencimiento de
que el verdadero amor es imposible de realizar. Amar es vivir con una ilusión: de ahí viene su tragedia, pero
también la belleza el amor.
El "Canto a Teresa" es el grito de un desesperado por el fracaso del amor. Joaquín Casalduero lo compara a
una "voz lanzada en el bosque, que pide socorro, una voz que nos llama sin decirnos donde está. Voz que hace
presente el dolor, la miseria humana, y que nos da una dirección, no nos revela un sentido, pero se apodera de
nuestro corazón. El náufrago siente la necesidad de lanzar un grito que quedará sonando para siempre en
quien lo oiga." Espronceda haa senido la necesidad de lanzar tal grito y situarlo en el comienzo de su "El
Diablo Mundo".
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Casalduero, J., Epronceda, Editorial Gredos, Madrid, 1967, pág. 235
García Lorca, F.,citado por Domingo Ynduráin en su "Introducción a El Diablo Mundo",Cátedra, Madrid,
1992, pág 50
García Lorca, F., op.cit., pág.51
Landeira, R. , José de Epronceda, Society of Spanish and Spanish−American Studies, Lincoln, 1985, pág. 82
Casalduero, J., "Función del «Canto a Teresa» en El Diablo Mundo", en"Estudios de la literatura española",
parte de Estudios y ensayos 60, Editorial Gredos, Madrid, 1973, pág. 201
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BIBLIOGRAFIA
1. Casalduero, Joaquín, Epronceda, Editorial Gredos, Madrid, 1967
2. Casalduero, Joaquín, "Función del «Canto a Teresa» en El Diablo Mundo", en"Estudios de la literatura
española", parte de Estudios y ensayos 60, Editorial Gredos, Madrid, 1973
3. Ynduráin, Domingo, "Introducción a El Diablo Mundo",Cátedra, Madrid, 1992
4. Landeira, Ricardo, José de Epronceda, Society of Spanish and Spanish−American Studies, Lincoln, 1985
5. Alborg, Jorge Luis, Historia de la literatura española, tomoIV, "El Romanticismo", Editorial Gredos,
Madrid, 1980, pág 332−358
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