La prueba o test de Romberg es una maniobra clínica simple que busca encontrar un trastorno en la coordinación del movimiento y en el equilibrio de una persona. Si experimentas mareos, torpeza, desbalance y caídas con frecuencia deberías concertar una visita en un neurólogo y te hará realizar este test. Se basa en el hecho que afirma que el equilibrio combina sistemas neurológicos como la visión (que ajusta dónde se encuentra el cuerpo tras cada movimiento), el sistema vestibular (informa al cerebro sobre la posición de la cabeza respecto al cuerpo) y la propiocepción (conocer dónde se encuentra el cuerpo respecto al espacio). Aunque se pierda una de estas facultades, la persona todavía tendría que ser capaz de mantener el equilibrio. El procedimiento es el siguiente: El paciente se pone de pie con los pies juntos (tocándose las puntas y los talones) y los brazos estirados a los lados. Se deberá mantener la posición unos 30 segundos con los ojos abiertos y sin ayudarse de nada para mantener el equilibrio. Se pide al paciente que cierre los ojos. Si al cerrar los ojos la persona mantiene el equilibrio, el Romberg es negativo. En cambio, si existe una inestabilidad manifiesta se considera que el Romberg es positivo. También puede complementarse la prueba repitiendo la maniobra pero, en este caso, con los pies situados uno delante del otro, de manera que la punta de uno toque el talón del otro. ACCIÓN: Observar la capacidad del paciente para aguantar el balanceo postural y/o pérdida del equilibrio. RESULTADO POSITIVO: El balanceo postural significativo, la perdida de equilibrio o la incapacidad de permanecer de pie con los ojos cerrados son indicativos de lesión cerebral.