Por: Eliana María Zuleta Carmona RESEÑA PEDAGOGIA DE OPRIMIDO CAPITULI 1 Esta breve reseña, está centrada en el primer capítulo del libro de Paulo Freire “pedagogía del Oprimido” “justificación de la pedagogía del oprimido, contradicción opresores – oprimidos su superación, situación concreta opresión-opresor, situación concreta opresión-oprimido”. Como es evidente una gran mayoría del grupo ha designado este libro para elaborar el ejercicio académico, ¿las razones? en ese caso solo podría hablar de las mías y justificar, que desde el autor y desde el mismo título se ofrecen unas expectativas bastante motivadoras y seductoras para la búsqueda de respuestas, además de contar con una apertura determinada por las construcciones que se han dado en el espacio de la clase, que de modo alguno son trasversales a la hora de elegir y leer el texto. Freire en este capítulo sitúa una premisa concomitante referente a la propuesta que se deriva de su argumento central, el cual radica en que los hombres se educan entre sí, con la mediación del mundo, y es a través de este encuentro y reencuentro consigo mismo y con el mundo que surge la propuesta de una pedagogía del oprimido, donde el oprimido pasara a ser opresor construyéndose en cada generación un eslabón más en una cadena que pareciera irrompible, y es esto lo que motiva a Freire a plantear su tesis de construir una pedagogía del oprimido, la cual ha de ser una pedagogía de liberación y auto liberación, que permita la concientización de la propia realidad y el anhelo de transformarla, pero es solo a partir de este reconocimiento que se ha de llegar a un compromiso, desde la independencia y el reconocimiento como sujeto, desde la vocación ontológica e histórica, porque es desde la libertad que existe un reconocimiento del sujeto como creador, innovador y constructor de nuevas realidades; sabiéndose vulnerables como opresores u oprimidos, para así restaurarse a partir de la intersubjetividad, siendo importante distinguir los límites, asumir la propia realidad personal, social y así llegar a la transformación, que no se dará por si misma si no hay una percepción diferente de lo que es el mundo y su realidad, venciendo el miedo a la libertad, que no es más que el miedo a asumir la propia realidad, permitiendo al hombre y la mujer ser verdaderamente lo que son, sin programaciones e imposiciones, dejando de sentirse sometidos/as y subvalorados/das. Es una pedagogía que enfrenta el dilema de reconocer la condición humana sin justificaciones vanas y vacuas, a partir de la educación cuyo escenario es donde se ha de propiciar el dialogo, la reflexión, la praxis, la deconstrucción y construcción de nuevas acciones que fomente la aventura de crear, recrear, innovar generando la verdadera participación. Sin embargo, es en este escenario donde se debe asumir la contradicción y dualidad que se presenta entre opresores y oprimidos, porque ser, es parecerse a: tener, dominar, violentar, imponer, depender; es una pedagogía cuya dinámica y ejecución no puede ser llevada a cabo por los opresores sino por los oprimidos, porque son quienes deben empeñarse en la lucha por su liberación, a través de la reflexión, el dialogo y la praxis mediante un liderazgo crítico y revolucionario. Para llevar a cabo este proceso el autor plantea una propuesta ontológico-antropológica del hombre y la mujer para el hombre y la mujer, de manera que se restaure la humanidad, mediante la instauración del amor y la supresión a la subvaloración del otro y la otra, todo esto a partir del dialogo que ha de llevar a la concientización, la reflexión que conduce a la convicción, la comunicación y la acción, a partir de un empoderamiento que debe realizarse co-intensionado que permita tener un conocimiento que logre descubrir y conocer la presencia de los oprimidos en la búsqueda de su liberación, pues transformada la realidad se pasa a la pedagogía de los hombres y las mujeres en proceso de permanente liberación, expulsando los mitos que obstruyen la vocación ontológica e histórica, la de SER MÁS. Venciendo todo acto prohibitivo al ser más y reconociendo la importancia de ser individuos, venciéndose así, toda opresión, y desarmando a todo opresor que promulgan una falsa solidaridad, una falsa generosidad, comprensión y compromiso, rompiendo las cadenas de la “dependencia y necesidad fatua”. Para poder realizarla es importante no instaurar el temor, porque instaurar el temor es instaurar la negación del SER, lo que hace importante la instauración del AMOR, que lleva a una solidaridad honesta y verdadera, porque es la generosidad falseada la que ha generado mayor dependencia a esta cadena de opresores—oprimidos, porque se ha ido despojando de la humanidad, de los demás y la propia también, y es precisamente esta actitud la que ha hecho que la violencia de alguna manera sea justificable, no obstante es a partir de esta situación que surge la nueva propuesta que permite transformar esta realidad y platear soluciones, “mientras que la violencia de los opresores hace de los oprimidos hombres a quienes se les prohíbe SER, la respuesta de éstos a la violencia de aquellos se encuentra infundida del anhelo de búsqueda del derecho de SER; los opresores violentando y prohibiendo que los otros sean, no pueden a su vez ser; los oprimidos, luchando por ser, al retirarles el poder de oprimir y de aplastar, y les restauran la humanidad que habían perdido en el uso de la libertad”1 1 En línea: Pedagogía del oprimido www.servicioskoinonia.org/.../FreirePedagogiadelOprimido.pdf p.37. fecha de consulta 28 de octubre de 2010. Pero es esta opresión la que lleva a generar los actos de libertad, todo esto a partir de la transformación de una realidad en la que se debe ser conscientes de los demás como seres iguales, donde nadie posee a nadie y del tener no es el ideal máximo, romper con la forma de estar siendo, y no permanecer como estaban siendo, dejar de lado la construcción de esta cadena, haciendo una lectura errada en la que se culpabilizan terceros como a Dios y su voluntad, adormeciendo de alguna manera la falsa conciencia y la honestidad ficticia, fatalizando la opresión cometida y ejercida a diario. ¿Cómo lograrlo? Si constantemente estamos aspirando a Más, a poseer, alcanzar estatus y reconocimiento social, por lo que se posea o se realiza en pro de los “más necesitados” léase oprimidos, limitando así el anhelo de libertad e igualdad, de creer en las potencialidades e igualdades, reconociendo el principio ontológico de SER MAS, de ahí que sea necesaria la acción a partir de la reflexión y el dialogo, reflexión como resultado de la comunicación, implementando la acción para la LIBERTAD, como resultado de la independencia lograda de la reflexión y la acción, libertad que debe partir de la propia AUTOLIBERACION en la totalidad del ser, desde todas y cada una de sus dimensiones, pero según Freire no es a partir como siempre lo hemos realizado de propagandas, sino a partir del resultado de la concienciación, insertándose en la situación en la que se encuentran y por la cual están marcados, y esta es la tarea pedagógica que propone el autor, en la que se asuma responsablemente las limitaciones y caducidad del ser humano, tomar conciencia, que como lo define Freire la conciencia es “en su esencia un camino para algo, que no es ella, que esta fuera de ella, que la circunda y que ella aprehende por su capacidad ideativa, la conciencia, es, pues, método entendido éste en si sentido de máxima generalidad, tal es la raíz del método, así como tal es la esencia de la conciencia que sólo existe en facultad abstracta y metódica”2 En este escrito, de estructura dialogante a partir de la experiencia vivida de dos maestros amigos de Pablo Freire, en su quehacer educativo, busca plantear una tarea radical, en la que la educación se debe vislumbrar como una práctica de la libertad, en la que la inteligencia debe llevar a la transformación del mundo, en la que debe existir una conciencia del rol dinámico y fundamental, en el que cada uno tiene una tarea específica, que si es asumida como debe ser comenzar por trasformar la realidad propia, expandiéndose está a el entorno inmediato y así sucesivamente. Esta transformación solo será posible cuando se decida la conquista así mismo, reconociendo lo que se es, apropiándose de la existencia, vislumbrando la potencia que esta adormecida por la subvaloración o programación realizada por otros y es por eso que se termina viviendo una realidad que no es la de cada cual, haciéndose esclavos de las circunstancias o de las realidades circundantes, siendo oprimidos y opresores, una propuesta valida, en una sociedad en la que se es constantemente hostigados por las masas vigilantes que por estos días han estado tan de moda en el campus universitario, pero además por las nuevas tecnologías que mas que posibilitar impiden que se escriba y construya la propia historia, como leía en una ocasión un escrito en la prensa cuando se hablaba de que parece que los niños y jóvenes de hoy fuesen producidos en serie, en el que vestirse, peinarse y hablar es un uniforme para no sentirse excluidos o mejor ser excluidos, poniendo en común a los sujetos como objetos que se cualifica según unos estándares sociales, lo que ha incrementado la falta de motivaciones para la vida, un ejemplo indiscutible es desde la escuela, en este escenario, en el que se 2 Ibíd. 49 educa más que para la academia, que para la vida, pero como lograrlo cuando también se estandariza hasta la formación de los individuos, cuando cumplir con los contenidos y aprender conceptos supera la misma formación de las competencias básicas para la vida, cuando la calificación de las instituciones se da mediante unas pruebas de estado y no mediante una revisión de los métodos y estrategias para formar y trasformar realidades. Se han quedado y nos hemos quedado en el discurso, y en la falsa honestidad, la cual adormece la conciencia y se programa en una sociedad que el ser está asociado al contener, y es desde allí que surge esa apuesta considerada por Freire como la pedagogía de la liberación, la cual tiene una apuesta en el dialogo y la comunicación, siendo hoy por hoy el dialogo desplazado por las redes sociales, las relaciones virtuales, se adoptan varios roles con la creación de los avatares, la identidad falsa en la creación de cuentas en las páginas sociales, el surgimiento de nuevas subculturas o grupos colectivos, que se caracterizan por cierta posición frente a la vida, (que entre otras cosas es válido) que son tantos como puedan surgir, no son más que la evidencia de que los sujetos se están reencontrando con su propia realidad. Coincido en que hoy más que nunca es necesario apoderarse de la pedagogía de la liberación, que motiva a la reflexión, del cambio que debe establecerse en las relaciones; de la pedagogía del oprimido, porque aunque se dice que el tiempo de la esclavitud ya caduco, hoy está más vigente que nunca, estamos más oprimidos por el sistema, los opresores de hoy varían desde la tecnología, hasta el sistema económico imperante, en los que se hace divulgación a la posibilidad de adquirir y poseer, síntoma grave de la enfermedad de la opresión, la concepción que se tiene de la vida y el cambio en las estructuras, estos últimos de alguna manera pueden ser positivos pues algunas visiones que se tenían en cuanto a la comunicación vertical, hoy ya se vislumbran de una manera horizontal, y es algo que se tiene a favor, el dialogo es más promovido, pero como lo aprovechamos quienes tenemos el acceso a la formación de conciencia?, si estamos siendo conscientes de nuestra responsabilidad propia y con las y los demás?, nos hemos hecho expertos en el discurso y quizás hasta seamos eruditos ante los demás, pero que tan apropiados de nuestra realidad, de lo que somos y lo que queremos ser, que tan dueño y dueñas somos de nosotros mismos, o terminamos siendo un eslabón más en esta cadena que propicia más auto violencia y por ende violencia general, ¿cuál será nuestro acto de amor hacia nosotros mismos para poder hacerlo colectivo?. Pero para este cambio es necesario la transformación interna que permita estar atentos al cambio, aprender a abrazarnos y aceptar nuestra realidad sin autocensuras, solo quien conoce, acepta y asume su realidad puede transformarla. Dejo esta lectura de complemento y reflexión. SI EL RÍO CAMBIA DE CAUCE Allá abajo, cerca del río, vi un viejo cuyo nombre no importa. Tendrá unos ochenta y pico de años, su paso es poco firme, tiemblan sus manos, sus ojos lloriquean y se ríe a solas como si supiera algo muy cómico acerca del resto de la humanidad. En su época, el viejo era el mejor pescador de la comarca. Solía decir: “yo los agarro hasta donde no existen”. Sabía escoger las carnadas más convenientes para toda ocasión, la profundidad exacta donde nadaban, las diferentes clases de peces, y el tamaño preciso del anzuelo que se debía usar. A poca distancia de la choza donde habitaba el pescador, el río hacía una vuelta cerrada, y era allí – en aguas profundas y tranquilas- donde le encantaba sentarse sobre un tronco que estaba a la orilla y lanzar su cuerda al agua. Allí nada más, ningún otro sitio le gustaba. Pero la naturaleza no respeta las costumbres del hombre, y sucedió que durante un invierno hubo una creciente espantosa. Cuando las aguas volvieron a bajar, el río había abandonado su viejo cauce y se había alejado unos cincuenta metros hacia el oeste, formando un canal completamente nuevo. En el recodo donde nuestro pescador solía coger su presa, ya no quedaba sino un banco de arena. Un hombre cuerdo, en su caso, se habría adaptado a las nuevas condiciones y buscado otro lugar para pescar. No así nuestro pescador: más terco que una mula y resistente a los cambios que inevitablemente trae el transcurrir del tiempo. Todavía, si uno quiere tomarse el trabajo de visitar el lugar, puede ver al viejo sentado sobre el mismo tronco y pescando en el mismo banco de arena. En el pasado, el viejo sabía dónde estaban los peces y por eso podía pescarlos hasta con los ojos cerrados. El viejo sentado en su viejo tronco, no comprende que este es otro río. Antonio González