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Actualidad y Aplicación Práctica
Implicancias Tributarias a considerar en los
contratos de Asociación en Participación
Ficha Técnica
Autor : Patricia Román Tello*
Título : Implicancias Tributarias a considerar en los
contratos de Asociación en Participación
Fuente : Actualidad Empresarial, Nº 185 - Segunda
Quincena de Junio 2009
1. Introducción
El Libro Quinto de la Ley General de
Sociedades Nº 26887 (en adelante LGS),
define a los contratos asociativos como
aquellos que crean y regulan relaciones de participación e integración en
negocios o empresas determinadas, en
interés común de los intervinientes. El
contrato asociativo no genera una persona jurídica, debe constar por escrito y
no está sujeto a inscripción en el Registro.
Asimismo, resulta importante resaltar que
dentro de estos contratos asociativos,
se encuentran el contrato de asociación
en participación y consorcios1. Respecto
al contrato de consorcio, pese a no ser
materia del presente informe, debemos
señalar que el artículo 445º de la LGS,
lo define como aquel contrato por el
cual dos o más personas se asocian para
participar en forma activa y directa en
un determinado negocio o empresa con
el propósito de obtener un beneficio
económico, manteniendo cada una su
propia autonomía2, ello a diferencia
de la asociación en participación en la
cual la parte activa del contrato es sólo
el asociante. En el consorcio, el hecho
que cada parte del contrato participe
activamente se puede apreciar que
la naturaleza exclusiva de este tipo
de contratos es entre empresarios,
sin embargo, en la asociación en
participación el asociado puede ser
tanto una persona natural o jurídica
(socio oculto).
El presente informe tiene por finalidad
esbozar los alcances más importantes y
la utilidad de los contratos de asociación
en participación, así como las principales
implicancias tributarias de los mismos.
2. Asociación en Participación
Es el contrato por el cual una persona,
denominada asociante concede a otra u
* Miembro Honorario del Taller de Estudios Fiscales de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.
1 Debemos señalar que, la legislación comercial considera a estos
dos contratos como nominados y típicos, ello debido a que no solo
establece su denominación sino que se regulan detalladamente las
características y las normas aplicables en ambos contratos.
2 Del hecho que cada parte del contrato participe activamente se
puede apreciar que la naturaleza exclusiva de este tipo de contratos
es entre empresas.
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otras personas denominadas asociados
(natural o jurídica), una participación
en el resultado o en las utilidades de
uno o de varios negocios o empresas
del asociante, a cambio de determinada
contribución. Ello de conformidad con lo
establecido en el artículo 440º de la LGS.
Como se puede apreciar de la definición
del presente contrato, un empresario
(asociante) concede a una persona natural o jurídica (asociado) una participación
en los resultados de la empresa o negocio
especifico, a cambio de la entrega de
dinero, bienes o prestación de servicios
a cargo del asociado.
-
-
2.1. Características
Las características de la presente figura
contractual se encuentran establecidas
expresamente en el artículo 441º de
la LGS:
-
-
El asociante actúa en nombre propio
y la asociación en participación no
tiene razón social ni denominación:
Ello quiere decir que, dicho contrato
no da lugar a la formación de una
persona jurídica, sino que el asociante
es el titular del negocio o empresa
sobre cuyos resultados concede
participación al asociado. La única
formalidad en este contrato es que
debe constar por escrito y no está
sujeto a inscripción en el Registro.
La gestión del negocio o empresa
corresponde única y exclusivamente al
asociante y no existe relación jurídica
entre los terceros y los asociados: El
asociante debe encargarse de la gestión de su empresa con la diligencia
respectiva, no siendo válidamente
que delegue el cumplimiento de esta
obligación a un tercero. Asimismo,
debemos señalar que el asociante
no puede renunciar a la gestión del
negocio, salvo que celebre un contrato
de cesión de posición contractual3.
Sobre este aspecto, a nuestro juicio
ambas partes (asociante y asociado)
del contrato pueden transferir su posición en el contrato, siempre que se
cuente con la conformidad de la parte
cedida.
Si la conformidad del cedido hubiera
sido prestada previamente al acuerdo
entre cedente y cesionario, el contrato sólo tendrá efectos desde que dicho acuerdo haya sido comunicado al
cedido por escrito de fecha cierta.
3 Al respecto, le sugerimos revisar el Informe: “Cesión de Posición
Contractual y su tratamiento en la Ley del Impuesto General a
las Ventas”. En Revista Actualidad Empresarial, Nº 181- Segunda
Quincena de Abril 2009.
-
Los terceros no adquieren derechos
ni asumen obligaciones frente a los
asociados, ni éstos ante aquéllos: La
responsabilidad frente a terceros por
las obligaciones contraídas durante
la conducción del negocio le corresponde exclusivamente al asociante,
puesto que él es la parte activa del
contrato.
El contrato puede determinar la
forma de fiscalización o control a
ejercerse por los asociados sobre los
negocios o empresas del asociante
que son objeto del contrato: Durante
la vigencia de la asociación en participación, corresponde al asociado
mantener una actitud vigilante sobre
la gestión del asociante, pudiendo
demandar el cumplimiento del
contrato o incluso la resolución del
mismo, si el asociante incumple sus
obligaciones.
Los asociados tienen derecho a la
rendición de cuentas al término del
negocio realizado y al término de
cada ejercicio.
3. Implicancias Tributarias
3.1. ¿La asociación en participación es
contribuyente para efectos fiscales?
Se debe tener en cuenta que, actualmente, la asociación en participación
no se encuentra comprendida como
contribuyente del Impuesto a la Renta,
ello debido a la modificación incorporada
por el artículo 2º de la Ley N° 27034,
publicada el 30 de diciembre de 1998.
El texto legal vigente del TUO de la Ley
del Impuesto a la Renta (en adelante LIR)
señala en su artículo 14º a los contribuyentes del mencionado impuesto, entre
los cuales se encuentran:
“Las sociedades irregulares previstas en el
artículo 423° de la Ley General de Sociedades; la comunidad de bienes; joint ventures,
consorcios y otros contratos de colaboración empresarial que lleven contabilidad
independiente de la de sus socios o partes
contratantes”.
Sobre este punto, es interesante citar el
siguiente pronunciamiento del Tribunal
Fiscal:
RTF Nº 1452-2-20044
El inciso k) del artículo 14º de la Ley
del Impuesto a la Renta, incorporado
por el artículo 2º de la Ley Nº 27034
(publicada el 30.12.1998), no consi4
De fecha 12.03.2004
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Área Tributaria
deró a las asociaciones en participación
como contribuyentes del impuesto, al no
haberlas mencionado expresamente, no
pudiéndose colegir que éstas se encuentran incluidas en la mención genérica
que se hace a los “demás contratos de
colaboración empresarial”.
Entendemos como razonable la exclusión
de esta figura en la LIR, ello debido a
que en este tipo de contrato, el asociante
actúa en nombre propio (lleva a cabo
todos lo negocios en su nombre) y por
lo tanto, todas las operaciones se registran en la contabilidad de éste. Como
bien señala Jorge Picón, “tanto la LIGV
como la LIR han omitido toda mención
al tratamiento de este contrato, bajo el
entendido, que no estamos ante un sujeto de ninguno de estos impuestos ni de
obligaciones especiales de llevar contabilidad independiente. Teniendo en cuenta
esto, y lo señalado en la Ley General de
Sociedades, diremos en términos muy
simples que para efectos del IGV y del IR
todas las operaciones, ingresos y gastos
corresponden al Asociante5”.
A modo ilustrativo, mencionamos el
siguiente pronunciamiento del Tribunal
Fiscal: RTF Nº 3522-1-20056.
El contrato de asociación en participación
tiene como elemento constitutivo que el
asociado participe de las utilidades del
negocio pero permanezca oculto a terceros en las operaciones que son materia
del contrato.
que se transfieran al asociante, para de
esa forma determinar la base imponible
sobre el cual se deberá tributar los respectivos impuestos. Como señalamos
anteriormente, la contribución pueden
ser en dinero bienes o servicios, respecto
de las cuales se debe tener en cuenta las
siguientes consecuencias:
Implicancia respecto del Impuesto
General a las Ventas (IGV)
Entrega de Dinero: El dinero no es
bien mueble para el IGV, por lo tanto,
su transferencia al asociante (gestor del
contrato) no está gravada con IGV. Ello,
de conformidad con el numeral 8 del
artículo 2º del Reglamento de la LIGV.
Entrega en propiedad de bienes muebles: Respecto de los bienes muebles,
entregados en propiedad al asociante,
debemos señalar que dicha transferencia
sí se encuentra gravada con IGV. Ello, de
conformidad con el artículo 3º inciso a)
de la LIGV que define que se entiende
por venta. Dicho artículo se debe concordar con el numeral 3 inciso a) del
artículo 2º del Reglamento de la LIGV:
“Todo acto a título oneroso que conlleve
la transmisión de propiedad de bienes,
independientemente de la denominación
que le den las partes, tales como venta
propiamente dicha, permuta, dación en
pago, expropiación, adjudicación por disolución de sociedades, aportes sociales,
adjudicación por remate o cualquier otro
acto que conduzca al mismo fin”.
Asociación en Participación
Asociante
Asociado
I.
En dinero, bienes o servicios
II.
Concede la Participación
en los resultados
(utilidad o pérdidas)
3.2. Contribución del asociado al asociante y sus efectos tributarios
Es necesario valorizar en el contrato los
derechos de propiedad, uso, usufructo
5 Picón Gonzáles, Jorge. “Un acercamiento al tratamiento tributario
de los contratos asociativos en la legislación peruana”. Ver en Revista
Themis 41, P.108.
6 De fecha 07.06.2005
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se considere renta de tercera categoría
para los efectos del Impuesto a la Renta,
aún cuando no esté afecto a este último
impuesto; incluidos el arrendamiento de
bienes muebles e inmuebles y el arrendamiento financiero”.
Como se desprende del texto de la misma
norma, la transferencia de bienes sin propiedad, es considerada como un servicio
de arrendamiento de bienes. Ahora bien,
lo que debemos analizar es ¿si la contribución de servicios se encuentra o no
gravada con IGV?
A nuestro criterio, dichas contribuciones
en servicio no se encuentran gravadas
con IGV, puesto que de la definición de la
norma del IGV antes expuesta, se señala
que para la calificación del servicio gravado con IGV, es un requisito necesario que
se perciba una retribución o ingreso que
se considera renta de tercera categoría.
Consideramos que el solo hecho de entregar una contribución, no significa que
en estricto se reciba una contraprestación
del valor aportado, toda vez que, la finalidad de la “contribución” es generar un
derecho espectaticio en el asociado de
participar el los resultados del negocio,
ya sea que se obtenga utilidad (por el
cual nace el derecho a exigir el pago) o
pérdida.
Respecto a este último aspecto, debemos
señalar que para el destacado tributarista
Talledo Mazú, “Si bien la asociación en
participación es un contrato oneroso,
el asociado no recibe el contravalor de
su contribución al realizar la misma.
Simplemente se le atribuye un derecho
espectaticio de participación. En tal
sentido, la utilidad que corresponde
al asociado no es la retribución de su
contribución7”.
Además de los fundamentos expuestos,
debemos recordar que la regla general
es que los servicios a título gratuito no
están gravados con IGV8, por lo que si
bien en el presente caso, el servicio dado
como una “contribución” está valorizado
económicamente, ello no significa que
lo que se reciba por el mismo sea una
contraprestación directa por el servicio
aportado.
Contribución
Ingreso
(Renta de 3ra. Cat.)
I
Gasto
Entrega de bienes (sin transferencia
de propiedad) y servicios
En primer lugar se debe de tener en
cuenta la definición de servicios que
establece el artículo 3º numeral 1 inciso
c) de la LIGV: “Toda prestación que una
persona realiza para otra y por la cual
percibe una retribución o ingreso que
Por tanto, podemos concluir que, las
contribuciones que entrega el asociado
al asociante en el supuesto que se subsuman en el artículo 1º inciso a) de la LIGV,
sí se encontrarán gravadas con IGV. Por lo
expuesto, la entrega de dinero o bienes
(sin transferencia de propiedad) no se
encuentran gravadas con IGV.
7 http://www.ifaperu.org/publicaciones/62_02_CT22_CTM.pdf,
Ver pág. 28
8 La excepción a dicha regla, se encuentra en el numeral 2 inciso c)
del artículo 3º de la LIGV, mediante el cual se señala como servicios
gravados con IGV: “La entrega a título gratuito que no implique la
transferencia de propiedad de bienes que conforman el activo fijo de
una empresa vinculada económicamente, salvo los casos señalados
en el Reglamento”.
Actualidad Empresarial
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Actualidad y Aplicación Práctica
Implicancia respecto del Impuesto a
la Renta (IR)
El artículo 443º de la LGS, señala que respecto de terceros, los bienes contribuidos
por los asociados se presumen de propiedad del asociante, salvo aquellos que se
encuentren inscritos en el Registro a nombre del asociado. De ello se infiere, que
no es obligatorio que todos los bienes que
entregan los asociados como ”contribuciones9” pasen a propiedad del asociante,
puesto que simplemente se puede pactar
el derecho de uso, usufructo, superficie
o la transferencia de la posesión sobre
el bien materia de la contribución,10. En
atención a ello, entendemos que valor
de la contribución deberá ser tratado
tributariamente como si fuera un aporte
a sociedades (pese a que no se forma
una persona jurídica independiente por
tanto no es aporte en estricto) cuando
se refiera a bienes entregados a título de
propiedad. Ello, de conformidad con el
artículo 5º de la LIR, para efectos de esta
ley, se entiende por enajenación la venta,
permuta, cesión definitiva, expropiación,
aporte a sociedades, y en general todo
acto por el que se transmita el dominio
a título oneroso.
Asimismo, de conformidad con el numeral 8 del artículo 24º del Reglamento de
la LIR, en el supuesto de encontrarnos
ante un contrato de asociación en participación en el cual se haya pactado que
el asociado, directa o indirectamente,
participe en más del 30% en los resultados o utilidades de uno o varios
negocios del asociante, en cuyo caso se
considerará que existe vinculación entre
el asociante y cada un de los asociados.
Por tanto, en este supuesto especÍfico,
la valoración de la contribución que el
asociado entrega al asociante, deberá
efectuarse al amparo de las normas de
valor de mercado, prevista en el artículo
32º numeral 4) de la LIR.
3.3. El asociante y el Registro de
Ingresos, gastos y determinación
de resultados
Mediante esta modalidad contractual corresponde al asociante como parte activa
del contrato, registrar en su contabilidad
la totalidad de ingresos por las ventas
efectuadas del negocio, así como todos
los gastos incurridos en el giro del negocio
para cual ha sido constituido el presente
contrato. Es decir, todas las facturas de
ventas como las facturas de compras,
deberán ser emitidas consignando el RUC
del asociante.
En ese mismo sentido, Talledo Mazú,
señala lo siguiente: “Como el asociante
actúa en nombre propio, la contabilidad
del negocio o empresa es llevada por él
en nombre propio. No es posible desde
9 Las contribuciones pueden ser dinero, bienes o servicios.
10 El derecho conferido por la contribución, debe estar expresado en
el contrato de asociación en participación.
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Instituto Pacífico
un punto de vista legal, que la asociación en participación lleve contabilidad
distinta a la del asociante. Lo que no
impide que las partes puedan convenir
que el asociante, en su contabilidad, lleve
cuentas especiales para el mejor control
de las operaciones que conciernen al
interés común”11.
Un tema de relevante trascendencia está
referido a la deducción del gasto generado por la entrega de participación al
asociado, ello puesto que mediante el
artículo 6º de la Resolución de Superintendencia Nº 042-2000/SUNAT12, se
regula expresamente el tratamiento de la
participación como costo o gasto según
corresponda, pero sólo con respecto a la
Declaración Jurada Anual del Impuesto
a la Renta 1999. Asimismo, mediante
el artículo 4º de la citada resolución, se
establece que el asociante presentará la
Declaración Jurada Anual del ejercicio
1999, determinando el Impuesto a la
Renta que le corresponda pagar. Para
tal fin considerará como parte de sus
ingresos y gastos los correspondientes a
la asociación.
Bajo ese escenario, si bien la citada
resolución se refiere al tratamiento para
el ejercicio 1999, somos de la opinión
que dicho procedimiento también sería
aplicable a la fecha, toda vez que no
existe una norma que contradiga dicho
tratamiento. En ese mismo sentido,
Picón Gonzáles, señala que “Si bien es
una norma aplicable a la Declaración
Jurada Anual del ejercicio 1999, la instrucción contiene un carácter conceptual
genérico, que salvo norma que diga lo
contrario, podría aplicarse para ejercicios
siguientes”13.
Pagos a cuenta en cabeza del asociante
En la medida que el que contabiliza las
operaciones es el asociante, asimismo es
él quien deberá efectuar los respectivos
pagos a cuenta por los ingresos generados
en el negocio; y no el asociado.
Es decir, el asociante considerará al total
de operaciones facturadas en el desarrollo del contrato, como si fuera un ingreso
propio, debiendo efectuar los respectivos
pagos a cuenta sobre las operaciones
facturadas. Como bien señalamos inicialmente en el informe, al ser el asociante
la parte activa del contrato, todas las
facturas de ventas y compras, deberán
emitirse a su nombre.
3.4. La participación al asociado y sus
efectos tributarios
La participación que entrega el asociante
al asociado se calcula antes del Impuesto
11 http://www.ifaperu.org/publicaciones/62_02_CT22_CTM.pdf
12 Publicada el 21.03.2000
13 Picón Gonzáles, Jorge. Un acercamiento al tratamiento tributario de
los contratos asociativos en la legislación peruana”. Ver en Revista
Themis 41, P.108.
a la Renta, ello se puede inferir de lo
dispuesto por el artículo 6º de la Resolución de Superintendencia Nº 042-2000/
SUNAT, al señalar que la participación es
deducible como gasto para el asociante.
Puesto que la renta que obtiene el asociante, es una renta de empresarial ya
que proviene de la conjunción del capital
más el trabajo, la participación del asociado también califica como renta de tercera
categoría. Para el asociado, este contrato
constituye una modalidad de inversión
en los que arriesgará los bienes y servicios
que aporte, con la finalidad de participar
en las utilidades que pudiera obtener la
empresa del cual es titular el asociante.
Si el resultado del contrato fuera utilidad,
la misma será un ingreso, es decir, renta
de tercera categoría del asociado, sin
embargo, si el resultado del contrato
fuese negativo, el asociado asumirá una
parte proporcional de las pérdidas hasta
el límite del valor de sus aportes.
En el supuesto de que los bienes hayan
sido entregados en propiedad al asociante, el asociado no tendrá derecho a
devolución de los mismos al finalizar el
contrato de asociación en participación;
sin embargo, puede pactarse que al
vencimiento del contrato, el asociante
transfiera nuevamente al asociado la
propiedad del bien que entregó.
3.4.1. ¿En qué período tributario
devenga la participación en los
resultados?
Como señalamos inicialmente, una de las
características del presente contrato, señala que los asociados tienen derecho
a la rendición de cuentas al término
del negocio realizado y al término de
cada ejercicio. En ese sentido, se puede
apreciar que recién cuando ocurra uno
de los dos supuestos antes señalados se
podría reconocer el ingreso para efectos
del Impuesto a la Renta, ello bajo el cumplimiento del principio del devengado
previsto en el artículo 57º de la LIR. Es
decir, recién cuando ocurran cualquiera
de los dos supuestos antes señalados, el
asociado podrá reconocer como ingreso
gravado los resultados del negocio.
Sobre el criterio del devengado, el referido artículo 57º de la LIR, señala lo
siguiente: “Las rentas se imputarán al
ejercicio gravable de acuerdo con las
siguientes normas:
a) Las rentas de la tercera categoría se
considerarán producidas en el ejercicio
comercial en que se devenguen.(...).
Dichas reglas, serán de aplicación para
la imputación de los gastos”.
Para GARCÍA MULLÍN, uno de los representantes más ilustres en doctrina
tributaria, “con el sistema de lo “devengado” también llamado “causado”, se
atiende únicamente al momento en que
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Área Tributaria
nace el derecho al cobro, aunque no se
haya hecho efectivo el mismo. Como
contrapartida, tratándose de gastos, el
principio de lo devengado se aplica considerándoseles imputables (deducibles)
cuando nace la obligación de pagarlos,
aunque no se hayan pagado14”.
En ese sentido, si bien es cierto, el
artículo 85º de la LIR señala que los
contribuyentes que obtengan rentas
de tercera categoría deberán efectuar
los correspondientes pagos mensuales
a cuenta del IR (en base a los ingresos
obtenidos en el mes), que en definitiva
le corresponda al termino del ejercicio,
en el presente caso analizado somos de
la opinión que el asociado no deberá
efectuar pagos a cuenta mensuales del
Impuesto a la Renta, ello debido a que
aún no se habría devengado los mismos.
Además, de cumplir con el artículo 57º de
la LIR, es importante señalar que se debe
cumplir los requisitos previstos en la NIC
18 Reconocimiento de Ingresos:
i.
El monto de los ingresos se puede
estimar confiablemente.
ii. El grado de avance de la transacción
a la fecha del balance general puede
ser estimado confiablemente.
iii. Los costos incurridos y los costos para
completar la transacción pueden ser
estimados confiablemente.
iv. Es probable que los beneficios económicos relacionados con la transacción
fluirán a la empresa.
Por tanto, al desconocer el asociado el
desenvolvimiento del negocio de manera
mensual, no podrá incluir considerar
como devengados dichos ingresos en
sus pagos a cuenta, toda vez que uno
de los requisitos estipulados en la NIC
18, es que los ingresos puedan ser medidos confiablemente, lo que a nuestro
juicio sólo podría hacerse cuando exista
la “rendición de cuentas” de la cual
tiene derecho el asociado y en la cual se
determine cuales son los resultados del
contrato. Lo expuesto anteriormente,
respecto al reconocimiento de ingresos
del asociado no excluye la posibilidad
de que pueda pactarse en el contrato
adelantos de dinero al asociado, los
cuales vendrían a ser “anticipos” de
un derecho que se determinará como
señalamos anteriormente cuando ocurra
cualquiera de los siguientes supuestos: al
término del negocio realizado y al término de cada ejercicio (31 de diciembre).
Finalmente, respecto al asunto sobre si el
asociado debe declarar su participación
como renta de tercera categoría, debe
entenderse que está obligado a pagar
el Impuesto por el monto que ella alcance. Sin embargo, añade Humberto,
Medrano”no se trata de un “ingreso”
14 GARCÍA MULLÍN, Roque. Manual de Impuesto a la Renta. Centro
Interamericano de Estudios Tributarios (CIET) Organización de
Estados Americanos. Buenos Aires 1978, P. 36-37.
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sino de una renta que debe incluir en su
declaración, lo que tiene gran importancia porque ello significa que al no existir
atribución de los ingresos al asociado no
debe computarlos para efectos de sus
pagos a cuenta15”.
3.4.2. Si el asociado es persona natural ¿Qué tipo de renta sería el
ingreso (participación)?
Como señalamos en el numeral 3.3, la
renta que percibe dicha persona natural
es renta de tercera categoría, la particularidad de este tipo de contrato es que
el asociado puede ser persona natural
(con o sin negocio) o persona jurídica.
En ese sentido, a nuestro criterio es claro
que si el asociado participa en este tipo
de contrato lo que recibe siempre será
renta de tercera categoría, por la misma
naturaleza de la actividad en la que está
participando, es decir, una suerte de
inversión en negocios.
Como anteriormente hemos señalado,
las rentas que percibe el asociado claramente se pueden inferir que son de
tercera categoría, ello debido a que el
tipo de negocio en el cual participa.
Sobre el particular, se debe tener en
cuenta el artículo 6º de la Resolución de
Superintendencia Nº 042-2000/SUNAT,
la cual señala que el asociado declarará
la participación como renta de tercera
categoría del Impuesto a la Renta y el
asociante la deducirá como gasto o costo
según corresponda.
Siguiendo ese razonamiento, la participación (utilidad) obtenida del contrato
de asociación en participación, bajo
ningún supuesto puede estar sometida a
la imposición del 4.1% puesto que, como
hemos señalado, el ingreso obtenido
califica como renta de tercera categoría. Sólo sería factible que la empresa
asociante retenga un 4.1% al asociado,
en la medida que dicha utilidad hubiere
calificado como renta de segunda, sin
embargo, como ya lo hemos reiterado,
la utilidad del asociado por más que sea
persona natural sin negocio, siempre será
renta de tercera categoría. En conclusión,
descartamos la posibilidad de considerar
los ingresos en función al tipo de contribución que se realiza al asociante, toda
vez que bajo dicho supuesto, la renta de
la persona natural sin negocio calificaría
como renta de primera, segunda, o cuarta
categoría.
3.4.3 ¿Cuál es la formalidad para
entregar los resultados de la participación?
Para poder responder a ésta interrogante,
debemos recurrir al artículo 1º de la Ley
del Comprobantes de Pago - Decreto Ley
Nº 2563216, mediante el cual se señala
15 Medrano Cornejo, Humberto. Impuesto a la Renta y Contratos de
Colaboración Empresarial. Ver en Revista Themis 41, pág.105.
16 Publicado el 24.07.92.
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expresamente que están obligados a
emitir comprobantes de pago todas las
personas que transfieran bienes o presten
servicios de cualquier naturaleza. Asimismo, en concordancia con esta norma,
se debe tener en cuenta el artículo 1º
y 6º del Reglamento de Comprobantes
de Pago, aprobado la por Resolución de
Superintendencia Nº 007-99/SUNAT17,
mediante los cuales se establece los
supuestos por los cuales se emite comprobantes de pago. Por tanto, si bien se
puede advertir en el presente contrato
que la entrega de la participación al
asociado no es venta ni prestación de
servicios, no obstante ello, consideramos
que sí se debería emitir un comprobante
de pago (factura sin IGV), por el siguiente
fundamento:
De conformidad con el artículo 6º de
la Resolución de Superintendencia
Nº 042-2000/SUNAT, el asociante podrá
deducir como costo gasto, la participación. Por tanto, a nuestro criterio, si
bien es cierto el artículo 1º del Reglamento de Comprobantes de Pago, aprobado
por la Resolución de Superintendencia
Nº 007-99/SUNAT y normas modificatorias, establece que existe la obligación de
emitir comprobante de pago cuando se
está ante una operación de venta o una
prestación de servicios, ello no implica
que no se pueda emitir un comprobante
de pago en el presente supuesto, en el
cual pese a no estar obligado el asociante
a emitir tal documento, a efectos de
poder sustentar el gasto (asociante), a
nuestro juicio bien podría hacerlo18.
En el mismo sentido, respecto a la posibilidad de que se emita una factura para
que el asociante pueda sustentar como
costo o gasto dicha participación, el Tribunal Fiscal ha señalado lo siguiente:
RTF Nº 00732-5-200219
“El artículo 6º de la Resolución de Superintendencia Nº 042-2000/SUNAT
establece que el asociado declarará la
participación como renta de tercera
categoría del Impuesto a la Renta y el
asociante la deducirá como costo o gasto, según corresponda. En ese sentido,
la participación al asociado, sólo podía
ser deducida como gasto siempre que
se acreditará que se hubiera efectuado,
como lo prevee el numeral j) del artículo 44º de la LIR, norma que establece
que no serán deducibles los gastos cuya
documentación sustentatoria no cumpla
con los requisitos y características mínimas establecidas en el Reglamento de
Comprobantes de Pago”.
17 Publicada el 24.01.99.
18 Debemos señalar, que al igual que en el tema de la “refacturación de
gastos”, si bien no se está en la obligación de emitir un comprobante
de pago, a efectos de que la empresa que asumió el gasto del cliente
a nombre propio, pueda recuperar el importe, cabría la opción de
emitir un comprobante de pago.
19 De fecha 13.02.2002.
Actualidad Empresarial
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