2017 Análisis de competencia en el sector crediticio en México, y el rol de las nuevas empresas Fintech Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla Lic. María del Carmen Dircio Palacios Lic. Guillermo Pérez Bolaños Lic. Itzel Ríos Matus Puebla, Pue. 07 Mayo 2017 Índice Introducción 2 Metodología 7 El sistema financiero de México a través de los años 9 Estructura del mercado crediticio 14 Demanda 15 Oferta 17 Agentes Reguladores 19 Barreras a la entrada económicas y no económicas, y restricciones a la competencia 21 Análisis de la Concentración del mercado crediticio. 25 Estimación de índices de concentración por segmento 31 Crédito al consumo 31 Crédito vivienda 32 Crédito a empresas 33 Crédito a entidades financieras 34 Crédito a entidades gubernamentales 35 Las Fintech como nuevas tecnologías disruptivas del sistema financiero 36 Discusión de Resultados 39 Conclusiones 44 Bibliografía 48 Introducción De acuerdo al Banco de México en su reporte sobre las condiciones de competencia (2013), una fuerte competencia indica no sólo aumentos en eficiencia, sino también menores precios, mayor variedad de productos, y por consiguiente permite mejorar el bienestar de la población. Ahora bien, la competencia entre los intermediarios financieros presenta una gran importancia, esto debido a que el sector permite que el financiamiento fluya, así mismo que las personas puedan realizar pagos de forma segura y eficiente, además de que sus ahorros alcancen mejores rendimientos, por tal motivo el sector financiero proporciona elementos indispensables para el buen funcionamiento de la economía. Ross Levine en un artículo publicado por la National Bureau Of Economic Research, (2004) revisa, evalúa y critica investigaciones teóricas y empíricas sobre las conexiones entre el funcionamiento del sistema financiero y el crecimiento económico. Aunque la evidencia está sujeta a amplios aspectos cualitativos y a opiniones contrarias, la preponderancia de las pruebas sugiere que tanto los intermediarios financieros como los mercados son importantes para el crecimiento y que la causalidad inversa por sí sola no está impulsando esta relación. Debe tomarse en cuenta que los mercados financieros tienen características particulares que hacen que la relación entre competencia y bienestar sea más difícil de evaluar que en otras industrias. Esto se debe a que los mercados financieros enfrentan fallas como: información incompleta para evaluar riesgos, economías de escala y externalidades que podrían amenazar la estabilidad del sistema. De acuerdo al Banco de México (2013), para corregir estas fallas, las autoridades financieras establecen diversos tipos de regulación prudencial que podrían incidir en la intensidad de la competencia. Por ello, las políticas diseñadas para estimular la competencia en este sector deben ser congruentes con la regulación prudencial relevante y cuidar los posibles efectos sobre la estabilidad del sistema. No obstante, la evaluación de la competencia en el sector financiero es compleja porque, por un lado, el sistema está compuesto por diversos mercados en los que las instituciones ofrecen servicios de depósito, distintos tipos de créditos, y otros servicios a individuos y empresas. Cada mercado posee características propias y la competencia puede enfrentar obstáculos particulares. Por otro lado, los productos financieros son complejos porque están conformados por varios servicios, los cuales pueden o no cobrarse (Banxico ,2013), razón por la cual se decide tomar en consideración solo uno de los servicios principales que proporciona el sistema: El Crédito; sin lugar a dudas en México este se considera de suma importancia para el crecimiento económico, y es así tal que de acuerdo a Banco de México sólo el crédito al sector privado en el 2015 representó el 32.7% del PIB, además de representar entre 40% y 60% de los activos de la banca , y esto es debido a que el crédito permite incentivar no sólo el consumo sino también la inversión tanto en las familias como en las empresas y gobiernos que pueden encontrarse con limitaciones financieras, lo que a su vez contribuye a incrementar el nivel de bienestar de la población. Por lo cual el gobierno mexicano aprobó la reforma financiera en 2014, pretendiendo tener una mayor competitividad en este sector para que de esta forma beneficiar a los demandantes y focalizar no sólo el aumento del crédito sino también la solidez del sector financiero. Ahora bien, el mercado crediticio mexicano, tiene sus antecedentes en el crédito bancario que ofrecían las instituciones bancarias del país, siendo estas un conjunto de entidades financieras que captan los depósitos de los ahorradores para administrarlo y canalizarlo a diferentes agentes económicos que necesitaban de este recurso monetario ya sea para consumirlo o para financiar algún tipo de proyecto rentable. Partiendo de la importancia de la banca en México para el otorgamiento de crédito a los diferentes sectores, cabe referir que ésta ha tenido una serie de transformaciones desde finales de la década de los años 80, con la nacionalización de la banca como consecuencia de una serie de factores económicos que afectaron gravemente al país, para después continuar con la reprivatización de la banca con la implementación del nuevo modelo económico liberal que encabezó el expresidente Salinas de Gortari en 1991. Como resultado de los procesos de nacionalización-privatización de la banca en México y de la desregulación-regulación-desregulación del gobierno mexicano para propiciar un entorno competitivo en el mercado crediticio y asegurar la estabilidad del sistema financiero mexicano, se establece como objetivo que este sea el motor del crecimiento económico del país mediante el financiamiento de proyectos rentables tanto de personas y empresas. En particular, si bien en nuestra economía existen muchos competidores en cuanto al otorgamiento de crédito a diferentes sectores, actualmente hay una concentración de los Bancos que otorgan la mayoría de los créditos teniendo una participación de mercado de aproximadamente 70% y concentran el mayor número de activos, cuentas, créditos, sucursales e infraestructura, pero la competencia que enfrentan es muy agresiva, pues tan sólo en los últimos dos años se han integrado ocho bancos al sistema bancario. Sin embargo, los tres mayores bancos en el país, BBVA Bancomer, Banamex y Santander, todos de capital extranjero, concentran poco más de la mitad de los activos totales del sistema bancario y de la cartera de crédito del país.1 A pesar de la entrada de nuevos bancos, y de la desregulación en cuanto a barreras a la entrada que se ha llevado a cabo, de acuerdo al Banco de México (2013), la concentración bancaria en México, medida en términos de activos, ha permanecido relativamente estable a lo largo de las últimas décadas, con repuntes transitorios durante la época de la banca nacionalizada (1982-1989) y los años de alta entrada de inversión extranjera al sector (2000-2002). El índice de concentración HerfindahlHirschman se ha mantenido en alrededor de 1,500 puntos, siempre por debajo del nivel de referencia de 2,000 puntos. Este último nivel de referencia representa un umbral para impugnar concentraciones en la legislación de México y de muchos países. Los niveles de los índices de la banca mexicana se pueden considerar que 1 El economista. http://eleconomista.com.mx/columnas/columna-especial-empresas/2015/04/09/concentracion-sistemabancario-mexicano-i son comunes en el contexto internacional. No obstante se infiere que el mercado en cuestión está lejos aún de satisfacer el total cumplimiento de ser el motor de la economía, lo anterior por la falta de otorgamiento de crédito a empresas y personas de los diferentes sectores económicos, lo cual haría incrementar la productividad de las empresas y por tanto del país. Dicho lo anterior, mediante la experiencia del sector crediticio en México y a nivel internacional, así como de las nuevas aplicaciones que se pueden hacer con el uso de la tecnología, nace las llamadas empresas Financieras Tecnológicas (Fintech), con las cuales, se permite llegar a una mayor oferta de crédito no bancario, que repercuten tanto en los créditos de consumo como créditos productivos, permitiendo una mayor inclusión financiera de la población; sin embargo, ante las experiencias pasadas en la banca comercial es necesario aún incluir estas nuevas empresas tecnológicas financieras en el marco normativo del sistema bancario que permita tener la confianza tanto de las personas como de las empresas, así como de los ahorradores y de los prestatarios. Siendo este nuevo paradigma nuestro contexto actual y con el cual, se pretende incrementar la competitividad en el sector crediticio. Se ha considerado que, en un futuro cercano, estas empresas pueden ir ganando segmentos y cuotas del mercado a los grandes bancos, y también que los bancos irán comprando o adoptando algunas de sus plataformas y posiblemente se transformará la forma de dar servicios a algunos segmentos de consumidores finales. Teniendo en cuenta dichos argumentos, se establece que la presente investigación tiene como objetivo principal describir la estructura del mercado crediticio en México, así como analizar y estimar la concentración y el nivel de competencia en el sector, por tal motivo es preciso señalar que el análisis de la estructura del mercado se determinó con la descripción de las características y nuevas tendencias por parte de la demanda y oferta, además del análisis de las barreras económicas y no económicas que los nuevos prospectos de empresas bancarias pueden llegar o no a superar para poder acceder a competir con las empresas ya establecidas. Especialmente deben considerarse las barreras a la entrada al mercado, donde enfocamos la importancia del estudio poder inferir en qué grado las empresas establecidas tienen la posibilidad de ejercer su poder de mercado sin que competidores potenciales pudieran entrar y erosionar tal poder, lo anterior no sólo a los bancos tradicionales sino también de las empresas financieras tecnológicas (Fintech) y con ello el impacto de su inclusión al sistema, ya que actualmente ofrecen aplicaciones de servicios financieros altamente enfocados, que a menudo se han considerado más efectivos y menos costosos que las compañías tradicionales2. Por tal motivo, en algunos casos los servicios financieros que prestan las Fintech pueden considerarse sustitutos de los servicios bancarios tradicionales, y en otros pueden considerarse complementos. El grado en que se transformará el mercado crediticio y las formas de prestar los servicios financieros es un fenómeno que está por verse en el futuro cercano, y que aún no se conoce completamente. Sin embargo, se estima que el impacto será muy importante y es una tendencia de la cual los participantes actuales de los mercados financieros no pueden estar fuera. El resto del estudio se organiza de la siguiente manera. En la sección 2 se presenta un breve análisis de la evolución del sistema financiero mexicano. En la sección 3 se describen el comportamiento de los principales participantes dentro de la estructura de mercado crediticio. Posteriormente se analizan las barreras a la entrada y las restricciones a la competencia que presenta el mercado. En el apartado siguiente se analizan algunos indicadores de concentración a nivel general y por segmentos del sector crediticio, para los cuales, la fuente de los datos sería el portafolio de inversión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. En la sección 4 se presenta el análisis y discusión del actual comportamiento del mercado, así como de los resultados obtenidos con la estimación de los índices de concentración. En la última sección se presentan las conclusiones y recomendaciones. 2 Pricewaterhouse Coopers. http://www.strategyand.pwc.com/trends/2016-financial-services-trends Metodología La metodología empleada es tanto analítica como descriptiva, en vista de que se estableció necesario explicar las características y rasgos más importantes de la estructura del sistema bancario mediante el análisis de sus elementos. De igual modo es preciso señalar que es un estudio transversal atendiendo el periodo de 2010 a 2016 enfatizando los cambios en los 2 últimos años. Asimismo, con el fin de cubrir los objetivos, se empleó un enfoque cuantitativo y cualitativo, primeramente la investigación se enfoca en la estructura de mercado, de donde resultó oportuno el enfoque cualitativo para el análisis interpretativo particular de las variables que intervienen en el mercado, posteriormente se aplicó el enfoque cuantitativo, debido a que se determinó necesario analizar la participación del mercado en el sector con el objetivo de medir dichas variables de forma objetiva mediante su tratamiento estadístico, además se tomó en cuenta los índices de concentración mediante la recolección y análisis de los datos correspondientes. Ahora bien, de manera puntual las medidas de concentración se enfocan en examinar el grado en la distribución total de un bien o servicio en específico tomando en cuenta todas y cada una de las entidades que operan en el mercado, razón por la cual en el sector bancario resulta importante un estudio de grado de concentración y competencia por sus implicaciones sustanciales en la política económica del país. Por consiguiente, para medir la concentración existen varios índices, sin embargo, para el caso que nos ocupa en el sector bancario se utilizaron los índices de C3 y C5, el índice de Herfindahl-Hirschman, y el índice de dominancia El índice C3 y C5 son medidas de concentración del mercado, los cuales se calculan como la suma de la participación de las 3 y 5 empresas más grandes (respectivamente), en función al total de participación de mercado. De acuerdo a Zurita (2014), también puede ser conocido como el peso de las “k” mayores entidades, el cual al proporcionar de forma simple y práctica la cuota de mercado, además es una de las medidas de concentración más usadas. Este indicador concede la ponderación a las “k” entidades más grandes. 𝐶𝑘 = ∑𝑘𝑖=1 𝑆𝑖 , donde 𝑘 es el número elegido de las principales entidades del mercado y 𝑆𝑖 es la cuota de mercado de la i-ésima entidad. Por tal motivo mientras mayor sea este índice mayor es la concentración del mercado. Por lo que respecta al índice de Herfindahl-Hirschman es la medida más conocida y usada, esto debido a que presenta datos de todas las entidades en el mercado, el cual es determinado por la suma de los cuadrados de sus cuotas de mercado: 2 𝐻𝐻𝐼 = ∑𝑁 𝑖=1 𝑆𝑖 , donde 𝑆𝑖 es la cuota de mercado de la i-ésima entidad y 𝑁 el número Valoración <100 mientras más alto sea el índice, indica que el >100,<1500 mercado está más concentrado y menos >1500,<2500 competitivo. Además, como señala Zurita >2500 de entidades en el mercado; por consiguiente Mercado Muy Competitivo Desconcentrado Concentrado Altamente Concentrado (2014) de acuerdo con el US Department of Justice y The Federal Trade Commission la concentración del mercado varía dependiendo de los siguientes niveles: Ahora bien, el índice de dominancia mide la concentración del mercado tomando en consideración la contribución al índice HHI de cada participante, en este caso de cada banco en la industria, razón por la cual su valor depende no solo del tamaño relativo de las empresas, sino también de la estructura del mercado. Habría que señalar que el valor de este índice estará entre 0 y 1, el cual indica que mientras más alto sea su valor, existe una mayor capacidad de que la empresa dominante pueda ejercer su dominio sobre las restantes. Por consiguiente, si toma un valor 1, indica un monopolio. 2 𝐼𝐷 = ∑𝑁 𝑖=1 ℎ 𝑖 𝑆 2𝑖 Donde: ℎ𝑖 = 𝐻𝐻𝐼 El sistema financiero de México a través de los años El sistema financiero es el conjunto de entidades y mercados que captan el ahorro que se genera en la sociedad, lo administran y canalizan hacia el financiamiento de proyectos productivos o personales (COFECE, 2014). Por tal motivo puede influir en las decisiones de inversión, así como en tasas tanto de ahorro como de crecimiento a largo plazo, esto debido a que de acuerdo a Levine, R. (2004), los sistemas financieros particularmente tienen 5 funciones que son: producir información sobre posibles inversiones y asignar capital, monitorear las inversiones y ejercer el gobierno corporativo después de proporcionar financiamiento, facilitar el comercio, diversificación y gestión del riesgo, movilizar el ahorro, y por último pero no menos importante, facilitar el intercambio de bienes y servicios. Ahora bien, es preciso señalar que, de acuerdo al Banco de México, un sistema financiero está integrado por distintos intermediarios financieros, tales como bancos, aseguradoras, arrendadoras, afianzadoras, casas de bolsa y las administradoras de fondos de inversión, no obstante, los más conocidos son los bancos, ya que estos son indispensables tanto para la existencia como para el buen funcionamiento de cualquier sistema financiero. La estructura del sistema financiero en México a lo largo del tiempo ha experimentado cambios relevantes, de acuerdo a la Asociación de Bancos de México (ABM, 2014) previo al siglo XX la actividad bancaria en el país se realizaba con prácticas que hoy se denominan informales ya que no había bancos. Por tal motivo las funciones bancarias surgen ante una necesidad de administración y organización, aunque en México dicha actividad bancaria ha pasado por diversas transformaciones significativas que demuestran un sector inmerso en un entorno dinámico. En particular fueron varios factores presentados en los últimos años que concretaron las sucesivas modificaciones de la banca en México, principalmente el entorno económico, las regulaciones existentes o el régimen de propiedad (ABM, 2014), lo que llevó a la banca de privada a gubernamental, y en poco tiempo a ser privatizada nuevamente. De manera puntual de acuerdo a Nicolás López (1993), México durante un largo tiempo desarrolló un sistema financiero que pertenecía a la iniciativa privada, el cual era regulado de acuerdo a lo establecido en la Constitución Política, específicamente por el artículo 28. Sin embargo, a principios de los años ochenta se atravesaba por una crisis económica, y ante un sector que desempeñaba sus funciones de forma ineficaz al coadyuvar a la fuga de capitales del país, se vio la necesidad de determinar diversas medidas de política económica con el fin de modificar la forma de operar el sistema financiero mexicano, lo que dio como resultado la nacionalización de la banca en 1982 con la actuación del nuevo régimen del sector por el Estado. De acuerdo a AMB este nuevo régimen logró mejorar el sistema, principalmente por ofrecer en una sola institución operaciones tanto de depósito como de ahorro, financieras, hipotecarias y fiduciarias. Además “este modelo de servicio presentó grandes ventajas frente a la banca especializada, como la superación de las limitaciones de crecimiento y concentración de riesgos, o la generación de economía de escala derivadas de la integración”, (AMB, 2014, p. 3). No obstante la situación del país era complicada por la crisis de 1986, razón por la cual el sistema bancario pasó a convertirse en principal motor de financiamiento del gasto público, lo que desembocó en condiciones de emergencia para la búsqueda de cómo salir de la vigente crisis de deuda del país, interviniendo en organismos tales como el FMI con recomendaciones de una reforma financiera, por lo que se procedió a nuevas medidas de liberalización del sistema bancario, y por consiguiente a tan sólo un sexenio de la nacionalización se regresó a la situación jurídica inicial culminando con la reprivatización bancaria en 1991, ello con el fin de garantizar no sólo la inversión de capital tanto públicos como privados sino también un sistema de libre comercio regional incorporando para el sistema financiero capital interno y externo. Hernández (2010) argumenta que en un tiempo inmediato al proceso de privatización y liberalización financiera inició una desregulación que incluía no sólo la liberalización de las tasas de interés, sino también la remoción del coeficiente de liquidez y una promoción agresiva de los mercados bursátiles; sin embargo de acuerdo a la ABM (2014) el repentino retorno al mercado del crédito implicó no sólo que los bancos carecieran de suficiente experiencia para la mediación de riesgos sino también a una excesiva desregulación en relación a la supervisión prudencial de créditos, razón por la cual los problemas de cartera irregular comenzaron a presentarse de manera creciente como resultado un deficiente proceso de privatización, lo cual contribuyó a que el sector entrara en crisis y en consecuencia una elevada falta de liquidez en el sistema bancario por lo que para enfrentar los problemas financieros se dio la intervención del Estado en la capitalización de las instituciones financieras, así pues el sector tuvo que ser rescatado en protección de la economía pero sobre todo de los ahorradores. De acuerdo a Hernández (2010) con la renovación del marco legal después a la crisis de 1995, la banca ha adquirido cierta solidez, producto de un aprendizaje no sólo por parte de los banqueros sino también de los reguladores del sector, y principalmente en el manejo prudente del crédito. Sin embargo, Avalos y Hernández (2006) indican que desde el proceso de privatización en 1991-92, la mayoría de las instituciones de banca múltiple han cambiado de dueño, además de que, aunque nuevas instituciones bancarias se han incorporado en el mercado, de ellos muchos han sido intervenidos, o en su defecto adquiridos por otros más grandes, y en el peor de los casos desaparecido. Y por consiguiente a dichos sucesos y a las crisis económicas, en México el número de instituciones de banca múltiple se ha ido reduciendo. Aunado a lo anterior, lo principal ha sido que aprovechando las nuevas reformas y políticas del gobierno para recuperar las finanzas del sector y en general de la economía del país, capitales financieros extranjeros bien consolidados empezaron a buscar participación en bancos mexicanos, y por el producto de fusiones y alianzas en el periodo de recuperación económica se conformaron conglomerados financieros que permitieron que más recientemente la propiedad del sistema bancario en México fuese mayoritariamente extranjera. Cabe destacar que de acuerdo a Jiménez Bautista (2012) el efecto conjunto de estas medidas permitiría por un lado aminorar la vulnerabilidad y fragilidad financiera en el corto plazo, y por el otro retomar el crecimiento económico estable y sostenido. Así mismo ello permitiría conformar no sólo un sistema financiero competitivo y eficiente, sino también propiciar la producción de capital mexicano y participación diversificada en prácticas financieras y bancarias internacionales. Considerando lo anterior, el sistema financiero mexicano tiene algunas ventajas respecto a otros sistemas en el mundo: las instituciones financieras privadas del país cuentan con los niveles de capitalización requeridos por la ley; y presentan bajos índices de morosidad en su actividad. Estas dos condiciones han generado que los mercados financieros posean una estabilidad que permite amortiguar los choques financieros. “No obstante, el ambiente de estabilidad no ha sido suficiente para incrementar los niveles de intermediación financiera de la economía en general, ni los niveles de inclusión financiera de la población que no tiene acceso a los mercados financieros” (COFECE, 2014, p. 45) Algunos datos del sistema financiero mexicano son: • El índice de capitalización bancario: 16.3% en septiembre de 2013, mientras que el criterio de la CNBV, conforme a los acuerdos de Basilea III, fue de 10.5% • El nivel de morosidad de la cartera total de la banca: 3% • Bajo nivel de intermediación: El crédito proporcionado al sector privado por parte de la banca como porcentaje del PIB ascendió a 18% en 2011 (otros países Panamá 79%, Chile 66%, Estados Unidos 55%, Brasil 52%, Colombia 32%) Explicar por qué el nivel de intermediación financiera en la economía mexicana es tan bajo va más allá del alcance del presente trabajo. Herman y Klemm (2017) abordan el estudio de este aspecto, señalando que las posibles explicaciones tienen que ver con la historia de las crisis bancarias, el gran sector informal y un sistema legal ineficiente. En su estudio utilizan un enfoque de regresión de desequilibrio, encontrando que los factores de oferta son particularmente importantes como determinantes del crédito en México. Consideran que las recientes reformas financieras abordan muchas de las limitaciones de la oferta, pero su éxito dependerá de su aplicación con el principal reto de apoyar la profundización financiera. Hecha esta salvedad, el rápido crecimiento de las tecnologías de procesamiento y almacenamiento de datos, y con la idea de innovar y adaptarse a una sociedad tecnológica más recientemente se están “incorporado” en el sistema empresas de nueva creación “startups” con nuevos modelos de negocio incluyendo el financiero, los cuales rompen con el esquema actual de las entidades financieras, ello principalmente por su agilidad y flexibilidad, razón por la cual se presenta como una buena alternativa para los clientes. Para ser más específicos, las empresas financieras tecnológicas (Fintech) son startups del sector financiero de muy diversos tipos que han ganado importancia en el mercado mundial en años recientes y también en el mercado mexicano. Estas empresas han ido apareciendo en el mercado en el contexto actual en el que la revolución digital se ha convertido en algo ubicuo en muchos ámbitos, y el sector financiero no se encuentra ajeno a estas tendencias, de hecho, lo más reciente que se ha visto es que las aplicaciones tecnológicas han ido penetrando en casi todos los segmentos de los servicios financieros. PriceWaterhouseCoopers [PwC] (2016) considera que los Fintech constituyen un segmento dinámico que se encuentra en la intersección del sector financiero y tecnológico, en el que empresas startups y nuevos entrantes innovan en los productos y servicios que son ofrecidos actualmente por la industria de servicios financieros tradicional. Estructura del mercado crediticio Acorde con los glosarios de la CNBV y el Banxico, la actividad crediticia consiste en préstamos que concede una institución financiera —mediante un contrato— a las familias, empresas privadas y sector público (o social) a fin de cubrir sus necesidades de financiamiento (por ejemplo, consumo e inversión), con el compromiso de redimirlo en una fecha posterior y pagar un interés pactado en el contrato en un tiempo establecido. Ahora bien, un mercado está conformado por proveedores y consumidores de bienes y servicios, quienes deben interactuar mutuamente para que se dé el buen funcionamiento del mercado. No obstante, conviene subrayar que las empresas tienen como objetivo maximizar sus beneficios, por tal motivo operan ante diferentes ambientes que determinan el tipo de comportamiento que deben de asumir para lograr su objetivo. Tales ambientes se designan como estructuras de mercado, los cuales definen varios aspectos, tales como el número de competidores, el poder de mercado entre los participantes y las barreras a la entrada a la industria de nuevos competidores. En particular la estructura del mercado crediticio en México, se encuentra conformada por los demandantes de servicios crediticios así como los oferentes de los mismos, siendo las encargadas de proporcionar este servicio las instituciones bancarias, sin embargo, con la disrupción de las tecnologías informáticas en el sector financiero se han creado nuevas empresas tecnológicas que proporcionan el mismo servicio a un costo más bajo, dado que solo son intermediarios al conectar a los ahorradores y a los demandantes de dinero obteniendo como ganancia únicamente la comisión cobrada. Por lo que actualmente, un reto para los agentes reguladores en supervisar las acciones y operaciones de este nuevo tipo de empresas, ya que aún no se encuentran regulados por algún tipo de Ley. Demanda En esencia los consumidores quienes son los que demandan y eligen entre una gama de opciones uno o varios de los productos que ofrecen cada una de las entidades del sector bancario son personas que presentan diferentes posiciones pero que en términos generales dependerá no sólo de su liquidez sino también de sus necesidades, incluyendo en estas características aspectos tales como su edad, sexo, estado civil, nivel de estudios, actividad profesional o incluso lugar de residencia. Para ser más específicos, usualmente para que un consumidor se incline por una u otra entidad será en función a sus expectativas, la calidad percibida y por el valor percibido del producto/servicio. De manera puntual en el momento en el que un consumidor identifica una necesidad financiera y que desea satisfacer mediante un producto/servicio, se reconocen las expectativas del consumidor, el cual puede referirse al beneficio que los clientes buscan. Ahora bien, con respecto a la calidad hace referencia en la forma en que la entidad financiera atiende sus necesidades de forma efectiva y fiable, pero sobre todo cumpliendo con la promesa de las condiciones y/o características del producto/servicio. Razón por la cual el elemento calidad tiende a ser fundamental ya que de ella se transforma en un valor que fundamenta la existencia del sistema financiero: la confianza. Y, por último, pero no menos importante el beneficio que se espera recibir está asociado con varios factores, de donde destacan los relacionados a los atributos del producto/servicio, tales como el costo total que se debe asumir, y con ello el costo en relación a la calidad, razón por la cual este último generalmente se presenta en términos monetarios. No obstante, habría que destacar que los consumidores pueden presentar cambios en sus necesidades y/o expectativas de los productos/servicio que esperan de las entidades, por tal motivo es importante que las entidades financieras deben de estar atentos sus clientes tanto actuales como potenciales, ello con el fin de atender los diferentes segmentos, prioridades, necesidades y preferencias de los consumidores, pero sin duda alguna sin olvidar un servicio de calidad y con precios razonables, este último tendrá que ver con un sector impulsado con un ambiente de regulación y libre competencia. De acuerdo a PWC (2016), durante la próxima década, el perfil del consumidor promedio de servicios financieros cambiará dramáticamente a medida que la generación de Baby Boomer envejezca y las Generaciones X e Y vayan teniendo un mayor papel en la economía global. Este último grupo, también conocido como "Millennials", representan cambios radicales a la demografía, los comportamientos y las expectativas de los clientes. Lo anterior representa un cambio en preferencias de los consumidores que es un detonante del desplazamiento de la demanda del mercado. Así pues, las preferencias de la demanda de los "Millennials" tienden a buscar una experiencia de consumo "de última generación", esto es, buscar la velocidad y la conveniencia en los servicios bancarios que requieren, equiparable con la experiencia que tienen estos consumidores en otros tipos de servicios digitales. Esto supone un cambio muy importante impulsado por el lado de la demanda (necesidades y expectativas de los consumidores) el cual aprovechan y capitalizan las Fintech. De acuerdo a PWC (2016), para hacer frente a esta tendencia, las Fintech están usando un modelo de negocio que denominan como consumer centricity. En este enfoque se pone al consumidor en el centro de la actividad de marketing y ventas, pero va más allá de la idea “el cliente es primero”, sino que tiene que ver con un conocimiento más profundo del cliente que lo permiten las nuevas tecnologías, y el objetivo de seguirlo más de cerca, además de poner énfasis en los clientes más valiosos.3 Se considera que los millennials parecen estar trayendo un mayor grado de centralización del cliente (consumer centricity) a todo el sistema financiero, un 3 De acuerdo al portal de la consultura Think and Sell, “customer centricity” es una estrategia cuyo objetivo primordial es alinear la conceptualización, desarrollo y comercialización de los productos y servicios de una empresa, con las necesidades y deseos de sus clientes más valiosos. Esta estrategia tiene un fin muy específico: maximizar los beneficios a largo plazo. http://thinkandsell.com/blog/customer-centricity-los-mejoresclientes-como-centro-de-la-estrategia-de-marketing/ cambio que se está cristalizando en la esencia del modelo de negocios de las empresas Fintech. Estas empresas están ofreciendo soluciones que pueden satisfacer mejor las necesidades de los clientes ofreciendo mayor accesibilidad, conveniencia y productos a la medida. El movimiento hacia soluciones bancarias virtuales está siendo impulsado, en gran parte, por las expectativas de los consumidores y cambios en sus preferencias. Actualmente existe un gran acceso a productos y servicios digitales, y con ello hay un cambio en las preferencias de los consumidores, haciendo que se demanden cada vez más formas de pago rápido, convenientes y seguros, que se puedan realizar en segundos, en vez de tomar días, como venían dándose en los servicios bancarios tradicionales. Esto motiva tanto a las empresas establecidas como a las nuevas entrantes para desarrollar soluciones que permitan la transferencia de fondos a nivel mundial en tiempo real. Oferta Los oferentes del sector bancario son instituciones autorizadas por el Gobierno Federal, los cuales tienen implicaciones sustanciales en las economías y en la sociedad, de manera puntual se le denomina banca comercial. De acuerdo a Hernández y Zárate (2001) estas instituciones pueden considerarse como cualquier otra empresa, las cuales, a partir de insumos específicos, tales como depósitos o ahorros, “producen” créditos. En otras palabras, la banca comercial capta recursos de sus clientes quienes por diversos factores (considerados en el punto anterior) depositan su dinero, así pues, éste es transformado por la banca, es decir, que registra el dinero captado como suyo, que posteriormente en unión con recursos propios asume los pasivos y lo presta a nombre propio (concede créditos), esto con el fin de canalizar dichos recursos a actividades económicas y productivas. Tabla 1 Segmentos del mercado crediticio - De nómina Consumo - Personal - Automotriz Vivienda Crédito - Hipotecario - Crédito a empresas Comercial - Crédito a entidades a entidades gubernamentales -Créditos a entidades financieras No obstante, hay cambios tecnológicos constantes que revolucionan la forma en que se pueden prestar los servicios financieros. Todo ello trae consigo cambios estructurales en los mercados de servicios bancarios. Razón por la cual para hacer frente a las nuevas tendencias se están adoptando nuevas soluciones, sistemas informáticos y procedimientos para prestar los servicios bancarios. El objetivo es mejorar y simplificar las operaciones, y para ello los prestadores de servicios financieros se están alejando de los canales físicos y moviéndose hacia la oferta de servicios digitales y móviles. Las fintechs han sido especialmente innovadoras al usar este tipo de sistemas digitales para ofrecer servicios financieros. De acuerdo a PWC (2016), existe una tendencia clara en el mercado, el cual está dirigida a ofrecer los servicios cada vez más a través de canales no físicos, y con ello buscar mejorar y simplificar las operaciones. Razón por la cual los bancos ya tienen algún tiempo trabajando hacia esta tendencia, moviéndose hacia los canales no físicos, con ello desarrollando nuevos métodos que les permitan obtener nuevos clientes, e involucrar y retener a clientes existentes mediante nuevas experiencias digitales. En esta búsqueda de brindar al cliente una experiencia digital renovada, muchos bancos se están acercando o asociando con las Fintech para que las experiencias digitales que se ofrezcan a sus clientes sean comparables con las de estas últimas. De acuerdo a PWC (2016), los bancos pueden de esta forma organizarse en torno a los clientes, en lugar de en ciertos productos o canales, y refinar su enfoque para ofrecer soluciones integrales mediante la adaptación de sus ofertas a las expectativas de los clientes. Estos esfuerzos también pueden ser apoyados mediante el uso de nuevos canales digitales para recopilar datos de los clientes para ayudarles a predecir mejor sus necesidades, ofrecer propuestas de valor convincentes y generar nuevos flujos de ingresos. Esto es lo que se le llama tecnología de inteligencia artificial aplicada al sector bancario. Ahora bien, es preciso señalar que se considera que la banca de consumo, la transferencia de fondos y los pagos son los sectores con mayor probabilidad de ser transformados disruptivamente durante los próximos años, a través de la participación de las Fintech, (PWC, 2016). Siendo más preciso, en los préstamos de consumo y comerciales, por ejemplo, la aparición de plataformas en línea permite que las personas y las empresas se presten y pidan prestado entre sí. La innovación crediticia también se manifiesta en modelos alternativos de crédito, uso de fuentes de datos no tradicionales y poderosos análisis de datos de los riesgos de precios, rápidos procesos de préstamos centrados en el cliente y menores costos operativos. En los últimos años, la industria de los pagos también ha experimentado un alto nivel de disrupción con la oleada de nuevas tecnologías de procesos de pagos, las nuevas aplicaciones digitales que facilitan los pagos, las redes alternativas de procesamiento y el uso creciente de dispositivos electrónicos para transferir dinero entre cuentas. Agentes Reguladores Los agentes reguladores son de vital importancia para mantener la estabilidad del sistema financiero y por tanto del mercado crediticio, estos son los encargados de hacer cumplir las leyes que regulan el sector. Los encargados de autorizar a las instituciones financieras para poder ofrecer sus servicios dentro del mercado crediticio es la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mientras que el Banco de México (BM) es el encargado de regular y vigilar a las instituciones financieras respecto al cumplimiento de los sistemas de pago promoviendo el desarrollo del sistema financiero, de igual forma un agente regulador encargado de supervisar las y autorizar las operaciones de las instituciones crediticias son la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV),el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) que se encarga de garantizar los depósitos de los ahorradores hasta por 400 mil udis, por último pero no menos importante, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) encargada de promover y difundir educación financiera a los usuarios, además de proteger sus intereses al resolver las controversias que surjan entre usuarios de los servicios financieros y las empresas que ofrecen dichos servicios. Los agentes reguladores mencionados tienen la función de asegurar el correcto funcionamiento del sector crediticio dado su carácter estratégico con el fin de que las instituciones financieras actúen de acuerdo a las normas, reglamentos y leyes nacionales para crear las condiciones propicias de una competencia justa. No obstante, existe un acuerdo internacional (BASILEA) de los países que conforman el Banco de pagos Internacionales. “En México los lineamientos y recomendaciones de regulación prudencial derivados de los acuerdos de Basilea se transmiten al sector financiero a través de la Circular Única de Bancos (CUB) y mediante disposiciones de carácter general (DCG) que emite la Comisión Nacional Bancaria y de Valores”, (COFECE, 2014, p. 125) Este acuerdo internacional asegura la solvencia de los bancos que mantienen una creciente actividad internacional, por lo cual se asignó al Banco de Pagos Internacionales crear el Comité de Supervisión Bancaria Basilea. Conviene subrayar que los acuerdos con el paso del tiempo han evolucionado de acuerdo a los acontecimientos en materia económica y financiera, ello con el fin de especificar recomendaciones acerca de regulación y legislación financiera, pero principalmente para garantizar la capacidad de respuesta de las instituciones bancarias antes los principales riesgos dentro del sistema. Hasta el momento existen 3 acuerdos denominados Basilea I, II, y III. La Comisión Federal de Competencia Económica (2014) esclarece que el acuerdo Basilea I fue publicado en 1988, el cual se propone que las entidades bancarias deben de tener un requerimiento mínimo de capital en función de los riesgos que asumen en sus operaciones; por consiguiente, se estableció el capital como la principal base para absorber pérdidas ante problemas de solvencia. Por su parte el acuerdo Basilea II se publicó en 2004, en el cual se incorporan pilares para consolidar el requerimiento de capital, ello mediante el seguimiento de los riesgos con el objetivo de impulsar un buen funcionamiento y garantizar un crecimiento económico sostenible. Sin embargo, en 2008 la crisis financiera internacional puso en evidencia la necesidad de reforzar el marco regulatorio en el sector financiero, razón por la cual se aprobó un nuevo acuerdo en el 2010: Basilea III, el cual se orientó a atacar las carencias no sólo en la gestión de riesgos, sino también en el buen gobierno y la transparencia en la información de las entidades financieras hacia el mercado. Si bien el mercado crediticio se encuentra altamente regulado en cuanto a la autorización de nuevas instituciones crediticias tradicionales, dada la importancia de este tipo de empresas para la economía nacional y para la distribución de los excedentes de dinero hacia proyectos productivos; sin embargo, la nuevas empresas tecnológicas (FINTECH) aún no se encuentran dentro de este marco regulatorio lo que permite incertidumbre para los ahorradores que corren un mayor riesgo que sus préstamos no sean pagado en tiempo y forma según lo estipulado por ambas partes. Es por ello, que aunque el cumplimiento de las regulaciones representa un costo mayor de operación, tiene su fundamento ya que crea un entorno de mayor certidumbre principalmente para los ahorrados y para los que piden los recursos financieros al verse respetado el contrato celebrado por ambas partes y por los intermediarios financieros. Razón por la cual no sólo es necesitar una regulación para los Fintech, sino que esta debe diseñarse para reconocer, autorizar y vigilar a las entidades con actividades Fintech, pero a la vez debe de ser flexible atendiendo que es una industria cambiante por lo que no debe de frenar la innovación ni transferir costos a otros participantes del sector. Barreras a la entrada económicas y no económicas, y restricciones a la competencia De acuerdo al Banco de México (2013), posterior a la crisis de 1994-95, se empezaron a reducir las diversas barreras a la entrada como consecuencia del proceso de liberalización de la banca en México. Así pues, dada su importancia para la competencia, destacan no sólo la eliminación de las restricciones para la participación de capital extranjero en el sistema financiero mexicano, sino también la autorización para la operación de bancos que tienen vínculos patrimoniales con cadenas comerciales, y que además atienden a segmentos de la población de menores recursos económicos. Como resultado de estos ajustes, las barreras a la entrada en la banca mexicana se han reducido de modo que son ahora menores que las existentes en muchos otros países de un nivel de desarrollo económico similar. Por tal motivo, la reducción de las barreras a la entrada ha dado lugar a un aumento en el número de bancos de 35 a 45 instituciones entre 2000 y 2012, a pesar de que en este periodo ocurrieron 10 fusiones o compras de bancos. De igual modo, al menos 10 entidades que, aunque tienen autorización para operar como institución de banca múltiple, no realizan funciones de banca tradicional. Así mismo cinco instituciones son bancos asociados a cadenas comerciales, y algunos otros se especializan en un solo tipo de crédito. (Banxico, 2013) No obstante, la entrada de nuevas instituciones no necesariamente tiene un impacto inmediato sobre la intensidad de la competencia y dicho efecto puede ser diferenciado a través de productos. El proceso de competencia requiere de un periodo de maduración que puede ser largo. Además, los entrantes pueden enfrentar problemas no previstos; por ejemplo, algunos bancos asociados a cadenas comerciales entraron al mercado en el periodo de ajuste económico derivado de la crisis financiera internacional en 2007 por lo que iniciaron actividades de manera cautelosa. Finalmente, algunos entrantes atienden segmentos de la población que no tenían acceso a fuentes formales de financiamiento, por lo que puede no apreciarse un impacto inmediato en la competencia resultante de dicha entrada. Además, es preciso señalar que en ocasiones los nuevos entrantes buscan especializarse en un tipo de negocio o dirigirse a un segmento en específico, en otras palabras, en mercados tan representativos como el bancario, los interesados como nuevos entrantes toman en consideración tener una ventaja comparativa y aprovecharla al máximo, dichas ventajas son principalmente basadas en la tecnología, infraestructura, acceso a clientes, conocimientos y reputación (Banxico, 2013) Mientras tanto, si analizamos las restricciones o problemas para la competencia, es preciso señalar que el sector financiero posee ciertas características especiales en su estructura. Se considera que estas características influyen en que los mercados crediticios sean proclives a la concentración o constituir barreras a la entrada a los nuevos oferentes, en algunos casos dichas características son consideradas fallas de mercado. Economías de escala Las instituciones ya establecidas dentro del sector crediticio, cuentan con una ventaja dado que tienen una mayor cantidad de clientes que permite amortizar los costos promedio con un mayor volumen de operaciones, lo anterior en comparación con un nuevo oferente, quien debe enfrentar un costo mayor al tener para un mismo nivel de infraestructura un menor volumen de clientes o transacciones. De acuerdo a la COFECE (2014) comúnmente es presentado en los créditos al consumo, esto debido a que las instituciones con economías de escala presentan una oferta de productos crediticios con un nivel de incertidumbre cómodo, ya que tienen mayor capacidad para lograr una diversificación del riesgo. Costos hundidos Son costos que son necesarios realizar para poder crear tanto una infraestructura como una reputación adecuada para ofrecer los servicios necesarios, sin embargo, puede que no lleguen a recuperarse. Por ejemplo, para un nuevo oferente la construcción de la marca conlleva no sólo tiempo sino también costos en publicidad que pueden ser no recuperados, por lo que puede limitar la entrada a los participantes, ya que sobre todo en el sector de servicios financieros la reputación resulta importante. Economías de Alcance Se comercializan diferentes servicios ya sea de manera individual o en paquetes para rentabilizar la infraestructura común. De acuerdo a la COFECE (2014) si una sucursal combina más de una actividad los costos promedio disminuyen, ello principalmente por el hecho de que se aprovecha mejor la infraestructura y el personal, de igual modo los usuarios prefieren tales proveedores ya que contratan múltiples servicios en el mismo sitio. Costos Asociados a la regulación En general, la regulación ha sido vista como una barrera para ingresar a los Servicios Financieros, ello ya que los requisitos suelen ser onerosos y difíciles de adoptar, lo cual constituye una barrera a la entrada, ya que las instituciones financieras presentan costos por su autorización y supervisión, aunque suele resultar más costoso para las pequeñas organizaciones o los nuevos entrantes. Costos de Cambio o traspaso Los clientes de las instituciones financieras perciben un costo por cambiar (switching costs) de institución a pesar de que los servicios pueden ser similares. Es decir, se llega a incurrir en costos diversos para su cancelación, lo que se traduce en pérdidas de tiempo y dinero. De acuerdo a la COFECE (2014) con la presencia de estos se presenta la capacidad para incrementar o discriminar los precios en función a los perfiles de los clientes, de donde resulta una reducción en la competencia de nuevos proveedores, esto debido a que, al dificultar el cambio, les resultará complicado atraer a los consumidores ya establecidos en las instituciones dominantes. Habría que señalar que es común que se presente del sector crediticio en el consumo y personales, ya que a los clientes no les es fácil lograr sustituir a su acreedor por otro que ofrezca condiciones mejores. Asimetrías de la información Se da cuando la contraparte tiene mayor información que la otra, lo cual, implica que las instituciones corren un mayor riesgo de impago que tiende a generar un mayor costo para las instituciones, lo que se refleja en una mayor tasa de interés. Economías de Red Se presenta por el valor que se les da a los servicios ofrecidos si existe una amplia utilización de un gran número de usuarios que puedan usar su red para hacer un mayor número de operaciones entre ellos. Por lo que los nuevos competidores se verán en desventaja al tener un pequeño número de red de usuarios. Mercado de dos lados Este tipo de restricción se encuentra vinculado con la barrera de economías de red, dado que mientras más usuarios tenga la plataforma de servicios y más comercios acepten sus medios de pago, el servicio generará mayor valor tanto para usuario como para comercios. De acuerdo a la COFECE (2014) para lograr lo anterior se necesita de plataformas que requieren no sólo de infraestructura e instrumentos, sino también de procedimientos y normas para lograr transferir los recursos financieros entre las partes involucradas. Razón por la cual se traduce en una barrera para los nuevos competidores. Como se observa anteriormente con las barreras a la entrada de nuevos competidores al mercado, es difícil que las instituciones bancarias tradicionales emergentes les sea muy sencillo competir con las instituciones financieras ya establecidas, ya que presentan una mayor ventaja en cuanto a economías de escala, experiencia en el ofrecimiento de servicios, aprovechando su infraestructura y su diversidad de productos, de igual forma se hace importante la experiencia en cuanto al cumplimiento de las regulaciones existentes y nuevas. De donde resulta oportuno analizar que con el reciente surgimiento y aumento de importancia de empresas Fintech en el sector, algunos aspectos que se consideraba en la teoría como característica esencial de la estructura de los mercados bancarios, pueden ya no ser de esta forma. Es en este sentido, las nuevas tecnologías han permitido que empresas puedan ofrecer servicios crediticios dando la vuelta a las ventajas que establecieron las instituciones crediticias tradicionales, por ejemplo las nuevas empresas tecnológicas han permitido establecer sus plataformas a través de internet, permitiendo romper la barrera a la entrada de costos hundidos al no contar con una gran infraestructura física, de igual forma pueden crear una economía de red más grandes al controlar un mayor volumen de información de datos de sus clientes y de sus productos. Además hasta el momento les han permitido estar fuera de toda regulación, lo que permite librar la barrera no económica de los costos asumidos por la regulación y autorización. Sin embargo, crea una mayor incertidumbre para los ahorradores al no estar protegidos sus ahorros ante un posible impago de su contraparte. Por lo tanto, además de considerarse que las Fintech son disruptivas por la nueva tecnología que ocupan, es indudable que introducen además cambios importantes en la estructura de los mercados. El impacto proveniente de nuevas tendencias y cambios, tiene fundamento no sólo en mejorar las capacidades operacionales, sino también reducir los costos en la industria, lo anterior de acuerdo a PWC (2016) principalmente porque los Fintech dan nuevas opciones a los clientes en relación a productos financieros, tales como analizar datos, procesar transacciones, y de lograr mejores elecciones de productos y portafolios. Análisis de la Concentración del mercado crediticio. La eficiencia en el sistema bancario debe ser primordial, razón por la cual se ha ido buscando una mayor competencia, lo anterior mediante el incremento del número de participantes en dicho sector, es decir, de competidores, no obstante, aunque se han presentado ciertas variaciones, la estructura que se ha mantenido permite observar una constante concentración en la participación del mercado en unas cuantas instituciones financieras. Nicolás López (1993) en su estudio sobre la concentración de los servicios financieros señala que las operaciones realizadas por los 3 bancos más grandes presentan el mayor porcentaje, por tal motivo solo se deja un pequeño volumen del sector a las instituciones financieras restantes, razón por la cual se indica que existe no sólo una desigualdad y distorsión en el sector, sino también una competencia asimétrica entre las instituciones bancarias. “Lo sobresaliente del sistema financiero de México, es su marcada concentración, en una pequeña minoría de instituciones que son las que captan alrededor de las dos terceras partes del total de las utilidades obtenidas por el sistema en su conjunto.” (Nicolás López, 1993, p. 127) Jiménez Bautista (2012) explica que a pesar de la introducción de nuevos bancos con el fin de lograr una mayor competencia, la banca en el país sigue siendo concentrada, se hace un comparativo en años inmediatos a la privatización y años posteriores, donde se presenta que en 1991 el 62.61% de los activos en el sistema bancario estaba tan solo en manos de 3 grandes bancos que son: Bancomer, Banamex, y Serfin, por su parte para el año 1994 sí disminuyó la participación de esos tres bancos, no obstante dicho valor fue un escaso 10%, es decir dichos bancos seguían concentrando los activos, ahora en 51.89%. Además, es preciso señalar que, si se toma en cuenta los 5 bancos más grandes en México, sus participaciones en activos superan el 65% del total, y de acuerdo al análisis que presenta Jiménez Bautista (2012), dicha participación llegó a su punto máximo en 2005, año en el cual mantuvieron casi el 81% del sistema; y aunque a partir de ese año empezó a reducirse, esta disminución ha sido muy reducida, ya que para el año 2010 se presenta una participación del 73.98%. Por su parte Rivera y Rodríguez (2008), explican que los 5 principales bancos en el país mantienen una participación muy alta del total de los activos, además proporciona datos de concentración mediante el índice de Herfindahl-Hirschman (IHH), el cual indicó resultados cercanos a 2,000 en la mayoría de los años (19962005). Hernández y Zárate (2001) explican que el sistema bancario en México presenta una posición oligopólica, en el cual las empresas más dinámicas que mantienen la mayor concentración inciden significativamente en la actividad económica, y por ende representan los más importantes para la mayor parte de la cartera total de clientes. Por tal motivo, dado dicho contexto oligopólico, ejercen un poder financiero y económico, razón por la cual pueden determinar factores tales como la tasa de interés y por consiguiente posibilitar mayores ganancias a la institución bancaria, esto debido a que pueden lograr satisfacer la demanda de sus productos, por ejemplo, de créditos minimizando los riesgos. De igual análoga, Domínguez Blancas y Levy Orlik (2014) describen que si bien se ha dado la entrada no sólo de bancos medianos y extranjeros, sino también la constitución de un grupo de pequeños bancos en el país, la realidad es que en el sistema bancario del país el nivel de concentración permanece relativamente alto; los bancos denominados C5 (BBVA Bancomer, Banamex, Santander, Banorte y HSBC) presentan un control de aproximadamente 74% del total de activos bancarios durante el periodo 2000-2011. Además, de acuerdo a Rivera y Rodríguez (2008, p. 177) “…desde el punto de vista institucional, el gran ausente ha sido la agencia de competencia, con consecuencias que se han agravado por la escasa o nula preocupación de las instituciones reguladoras por la competencia en la industria” Ahora bien, lo dicho hasta aquí supone que la industria bancaria ha padecido un gran proceso de concentración, ello no sólo por la privatización y las nuevas reformas, sino también por la implementación de las normas de Basilea (I, II, III), además del incremento de la competencia internacional principalmente por la globalización financiera. En consonancia con lo analizado con estos autores, la concentración bancaria en México, prácticamente se ha mantenido y fortalecido entre los 3 y 5 más grandes bancos del país, de los cuales la mayoría de capital extranjero. No obstante, es preciso señalar que los autores señalados han enfocado su análisis del mercado en su conjunto (activos totales). Sin embargo, con base a la COFECE (2014) algunos datos que muestran la concentración del sector bancario, así como del crediticio a partir de diferentes indicadores son: • Alta concentración de oferentes: Ello a pesar de que entre 2007 y 2013 se otorgaron 11 licencias para operar como bancos (A diciembre de 2012 existían 42 instituciones de Banca Múltiple). Habría que señalar que de acuerdo a la CNBV en el actual sistema existen 48. • Concentración de activos: En 2011, cinco instituciones financieras bancarias concentraron cerca de 72% de los activos del sistema bancario. BBVA Bancomer 21.1%, Banamex 19.3%, Santander 12.8%, Banorte 10.6% y HSBC 8.4% • Concentración en servicios: Con base en datos de la CNBV para México, al cierre de 2013, 74% de los créditos, así como 77% de la captación de recursos del público en general estuvo concentrada en cinco instituciones. (BBVA Bancomer 22.7, Banamex 17.0%, Banorte 14.2%, Santander 13.5% y HSBC 9.5%) • Infraestructura: Cinco instituciones controlaban 85% de las sucursales, 80% de los cajeros automáticos. Por su parte este análisis se realiza y presenta únicamente en la cartera total de crédito y sus componentes. A pesar de ello, así como dichos estudios, para medir la concentración en el caso que nos ocupa en el sector crediticio se utilizaron para el periodo 2010-2016 el nivel de concentración de las 3 y 5 empresas más grandes, de aquí en adelante el C3 y C5 respectivamente, el cual permite observar que parte del mercado se encuentra concentrado por dichas instituciones. De igual forma se calculó el índice Herfindahl-Hirschman, así mismo resultó oportuno incorporar el índice de dominancia, ya que este y el HHI permiten ver si el mercado es competitivo. No obstante, conviene subrayar, que solo fue aplicado para las instituciones de crédito tradicionales, debido a que las nuevas empresas tecnológicas que se enfocan al crédito, no informan a un agente regulador sobre sus operaciones, así como los montos que prestan anualmente, siendo una limitante para nuestro actual análisis y no poder determinar el nivel de participación del mercado de estos nuevos competidores que está rompiendo paradigmas dentro del mercado de crédito y otros mercados financieros. Cartera Total A continuación, se presenta el análisis en función de la cartera total reportada en el estado financiero del balance general, debido a que es donde se encuentra establecido en cada institución financiera el monto que ha prestado a terceros a una determinada tasa de interés, teniendo los siguientes resultados: Tabla 2 Porcentaje de participación del mercado Porcentaje 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 BBVA Bancomer 27% 25% 24% 24% 24% 23% 23% Banamex 16% 16% 16% 16% 14% 14% 14% Santander 11% 13% 13% 13% 14% 15% 14% Banorte 12% 12% 13% 14% 14% 13% 13% Scotiabank Inverlat 5% 5% 5% 5% 5% 6% 6% Inbursa 8% 7% 6% 7% 6% 6% 7% Interacciones 2% 2% 2% 2% 2% 3% 3% Del Bajío 3% 3% 3% 3% 3% 3% 3% HSBC Bank 8% 8% 7% 7% 7% 6% 6% Otros 9% 9% 11% 10% 11% 11% 12% Total Cartera 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV Indicadores 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 C3 53% 54% 53% 53% 52% 52% 51% C5 70% 71% 71% 71% 71% 71% 70% 1366.69 1308.65 1309.59 1300.04 1275.23 1241.05 Herfindahl- 1404.13 Hirschman Índice de 0.32 Dominancia 0.29 0.27 0.26 0.27 0.26 0.26 Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV Donde se tiene que la participación de los grandes bancos respecto al mercado es muy alta, haciéndose evidente principalmente para el banco predominante Bancomer que representa un cuarto del mercado. Sin embargo observando particularmente que la eficiencia en el sistema crediticio debe ser primordial se ha ido buscando con un mayor incentivo a la entrada de nuevos competidores, no obstante la estructura de mercado se ha mantenido con una constante concentración en la participación del mercado en las principales 5 instituciones financieras. Las concentraciones de los primeros tres bancos representan el 51% del total de la participación del mercado lo que representa que aún tienen un gran poder de influencia dentro del sector. La participación de los 5 bancos más grandes representa un 70% de mercado, lo cual, demuestra que existe aún una estructura oligopólica dentro del sector crediticio en México. Ahora bien, en cuanto al índice de concentración Herfindahl-Hirschman, sigue manteniéndose por debajo de los 1500 puntos, lo cual indica que no existe una concentración tan alta dentro del mercado crediticio. Confirmando lo anterior mediante el índice de dominancia que se encuentra más cercanos 0, indicando que los participantes más grandes no ejercen un poder de dominancia sobre los competidores más pequeños. Dicho análisis sigue la tendencia de años anteriores aun con la privatización de los bancos y la liberalización de la entrada del capital extranjero, permitiendo mantener la misma tendencia de concentración. Se identifica una fuerte concentración de los tres principales bancos a pesar de la introducción de nuevos competidores, sin embargo, dado la alta concentración y las barreras a la entrada que imponen los bancos dominantes les resulta difícil ser competitivos y ganar una parte del mercado. Esta falta de competencia hace que las instituciones de crédito destinen los recursos hacia sectores más seguros, pero menos productivos, lo cual, no permite incidir en el crecimiento de la economía, por dicha razón se continúa con el análisis de concentración del mercado crediticio desglosando por los diferentes tipos de segmento que llegan a destinar los recursos de los ahorradores. Estimación de índices de concentración por segmento Crédito al consumo El crédito al consumo como se vio en la tabla 1, representa los préstamos de nómina, personales y automotrices, teniendo los siguientes resultados: 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 C3 65.1% 66.3% 64.8% 62.9% 63.2% 62.1% 60.8% C5 79.4% 78.7% 77.9% 77.6% 77.9% 77.8% 77.4% HerfindahlHirschman 1788.08 1828.43 1752.65 1682.28 1682.33 1624.64 1596.34 Índice de Dominancia 0.391 0.395 0.368 0.353 0.355 0.347 0.347 Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV Se observa en este segmento del mercado crediticio una alta concentración del mercado por las tres principales instituciones crediticias, llegando a representar en el C3 el 60.8% y del C5 un 77.4%, por lo que se tiene que las tres principales instituciones concentran más de la mitad del mercado y si se le agregan los siguientes dos competidores apenas incrementa un 17%. Mientras que el índice Herfindahl-Hirschman se encuentra por arriba de los 1,500 puntos lo cual nos indica que hay una mayor concentración del mercado en unos cuantos competidores. Si bien en este se observa una disminución del índice HHI, es básicamente porque ha aumentado ligeramente la participación de los pequeños bancos e intermediarios en el mercado. No obstante el índice de dominancia nos indica que si bien hay una alta concentración del mercado por parte de los grandes competidores, estos no ejercen un poder de dominancia significativo para los competidores más pequeños. Sin embargo, si se observa la tendencia desde el 2010, se muestra que la concentración de los tres principales bancos ha disminuido ligeramente en aproximadamente 5%, mientras que la concentración que se presenta desde el 2012 en el indicador C5 se ha mantenido, infiriendo en este caso que parte de la concentración que tenían las principales instituciones se ha transferido o han ganado parte del mercado los nuevos y pequeños competidores. Crédito vivienda El crédito a la vivienda es principalmente el préstamo que se tiene como garantía una hipoteca, siendo estos préstamos a muy largo plazo, y a una tasa de interés moderada dada la garantía que se aplica con el otorgamiento del crédito. En relación a ello, se presentan los siguientes resultados: 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 C3 64.7% 66.0% 65.2% 64.0% 63.6% 62.6% 62.4% C5 90.4% 91.0% 91.0% 89.7% 89.4% 88.2% 87.8% HerfindahlHirschman 2261.41 2055.33 1988.11 1838.62 1788.41 1722.75 1700.72 Índice de Dominancia 0.513 0.410 0.376 0.311 0.287 0.271 0.264 Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV Como se observa, se tiene que, en el segmento de crédito a la vivienda, se cuenta de igual forma con un alto grado de concentración por parte de los tres principales bancos, que en este caso son Bancomer, Santander y Banorte teniendo en 2016 un 62.4%, mientras que con la suma de las siguientes dos grandes instituciones al indicador llega a alcanzar el 87.8%, siendo estos Scotiabank y Banamex. De igual forma se tiene que el índice Herfindahl-Hirschman está por arriba de los 1500 puntos, lo cual, nos indica que hay una alta concentración del mercado en unos cuantos competidores, sin embargo, contrastando el resultado del HHI con el índice de dominancia se encuentra que hay un bajo poder de dominancia por parte de los competidores más grandes sobre los pequeños, lo cual nos indica que si bien el mercado está concentrado los grandes competidores no influyen en las decisiones de los competidores más pequeños y por tanto en la influencia del mercado. Crédito a empresas Este segmento del mercado es de suma importancia ya que el propósito de los intermediarios financieros es recolectar los excedentes de dinero de los ahorradores y destinarlos a proyectos productivos, siendo las empresas que necesitan financiar dichos proyectos los principales demandantes de este tipo de crédito. Sin embargo, al ser la tasa de interés muy alta muchas veces se recurre a otras fuentes de financiamiento como la de proveedores o el sistema bursátil. 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 C3 48.8% 47.7% 47.9% 48.3% 47.9% 48.5% 47.8% C5 73.4% 71.9% 70.7% 71.6% 70.0% 69.2% 68.0% HerfindahlHirschman 1258.47 1199.48 1174.56 1201.80 1183.99 1154.75 1128.43 Índice de 0.222 Dominancia 0.195 0.194 0.201 0.217 0.217 0.226 Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV Dado que las empresas principalmente las PYMES representan un riesgo alto los bancos prefieren prestar a otros segmentos del mercado como los gobiernos, por lo cual la concentración de las tres principales instituciones crediticias representa el 47.8% menos de la mitad del mercado. Y sumando los siguientes dos competidores más grandes de este segmento apenas y alcanza el 68% para 2016. De igual forma el índice Herfindahl-Hirschman, se encuentra por debajo de los 1,500 lo cual confirma que hay una baja concentración del mercado. Y confirmando que este segmento no es muy atractivo para las instituciones crediticias. Por lo que en este sector se tiene que la concentración del mercado en las empresas más grandes es más pequeño comparadas con otros sectores, de igual forma las grandes empresas no ejercen un poder de dominancia sobre las pequeñas. Crédito a entidades financieras El segmento de entidades financieras se conforma por los préstamos que se hacen las mismas instituciones crediticias entre ellas a una tasa de interés interbancaria TIIE estipulada, y a otras instituciones dentro del sistema financiero. 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 C3 31.4% 43.4% 39.4% 44.0% 45.1% 55.1% 48.7% C5 43.9% 54.0% 48.5% 59.9% 57.6% 68.2% 66.5% HerfindahlHirschman 1182.79 1225.87 1350.98 1058.59 1019.65 1501.42 1167.61 Índice de Dominancia 0.194 0.226 0.304 0.198 0.176 0.461 0.244 Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV De igual forma se encuentra que la concentración del mercado del mercado es muy baja, ya que el C3 apenas representa el 48.7% y el C5 el 66.5% para 2016, a pesar de que la tendencia desde el 2010 ha incrementado en 17% aproximadamente para el C3 y un 23% para el C5. Por su parte, el índice Herfindahl-Hirschman se ha mantenido por debajo de los 1500 puntos lo que indica que aún hay una baja concentración del mercado. De igual forma se observa que el índice de dominancia se encuentra muy bajo, indicando que no hay dominancia de los grandes competidores sobre los pequeños, fomentando la competencia en el sector. Crédito a entidades gubernamentales En lo que respecta al segmento de entidades gubernamentales representa un fuerte atractivo para las instituciones crediticias, ya que se considera más seguro prestar a los gobiernos y dependencias gubernamentales que a las empresas, sin embargo, este sector no es productivo lo que contradice al objetivo del sistema financiero, haciendo que el mercado crediticio no sea el motor del crecimiento económico del país. 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 C3 51.6% 56.2% 55.5% 56.8% 61.0% 61.3% 62.5% C5 70.4% 77.8% 76.2% 77.4% 80.0% 80.4% 80.2% HerfindahlHirschman 1409.48 1536.09 1421.04 1469.71 1613.06 1608.82 1590.93 Índice de Dominancia 0.279 0.302 0.257 0.259 0.294 0.285 0.274 Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV Con el análisis anterior se observa que hay una alta concentración del mercado de instituciones las tres principales financieras siendo Bancomer, Banorte e interacciones las que concentran el 62.5% de la participación para 2016, y con la suma de las dos instituciones siguientes se tiene el 80.2% siendo un indicador muy alto. De igual forma el índice de Herfindahl-Hirschman confirma la alta concentración que hay en el mercado al rebasar los 1500 puntos. Sin embargo, a pesar de una alta concentracion en el mercado, se puede observar a traves del indice de dominancia que el poder de los grandes competidores no influye en la competencia de los pequeños competidores. Las Fintech como nuevas tecnologías disruptivas del sistema financiero Los Fintech se encuentran ganando terreno mundialmente y causando efectos disruptivos a la cadena tradicional de valor. De hecho, el fondeo a través de los Fintech fue un poco más que el doble en 2015 alcanzando 12,200 millones de dólares, mientras que en el 2014 era de 5,600 millones de dólares. Actualmente el financiamiento de las empresas de Fintech ha aumentado a una tasa de crecimiento anual compuesta de 41% en los últimos 4 años, con más de US $ 40,000 millones en inversión acumulada. De donde resulta que la innovación financiera y las empresas Fintech de vanguardia están proponiendo nuevas actividades en el mercado, cambiando el panorama competitivo y rediseñando las líneas de la industria de servicios financieros, y con ello eliminando los límites divisorios que definen a los jugadores en el sector financiero. (PWC, 2016,2017). Es de gran relevancia que la base de muchas de estas nuevas empresas Fintech son nuevas tecnologías de sistemas y almacenamiento de datos. Estas nuevas tecnologías se consideran disruptivas pues propiciarán un cambio radical en muchas industrias, y particularmente en el mercado financiero. La importancia de las Fintech en el mercado mexicano cada vez es mayor, pero persisten retos en el mercado para su expansión, como son la falta de regulación, y la difusión de las nuevas tecnologías. No obstante, la velocidad, seguridad y digitalización serán tendencias crecientes para el ecosistema de pagos, situación que puede impulsar a las Fintech. Lo anterior, sobre todo, por el hecho de que el sector bancario se encuentra en un entorno en el no sólo se está reduciendo la lealtad tradicional a las instituciones financieras sino también las barreras de entrada a terceros, por tal motivo el panorama competitivo es fluido y potencialmente cambiante. Las instituciones que sean lentas para adaptarse al cambio podrían perder su cuota de mercado a empresas que no tienen un pedigrí de pagos tradicional, pero que tienen una masa crítica de usuarios y la conectividad de red para permitir experiencias de pago que se consideran al menos equivalentes al status quo. Mientras que la mayoría de los oferentes "usan los rieles" de la banca tradicional, al hacerlo corren el riesgo de perder el control de la experiencia del cliente y ceder terreno a los innovadores. Ahora bien, como señala Dapp (2014) la entrada en el mercado para los nuevos actores está vinculada con los costos de las licencias potencialmente necesarias y el desarrollo de la infraestructura. No obstante, a diferencia de los bancos ya establecidos, los competidores impulsados por la tecnología a menudo pueden cambiar inmediatamente sus modelos de negocios digitales a las actuales condiciones de mercado, y sobre todo en función a las preferencias de los clientes actuales sin tener que realizar costosas inversiones de dinero y tiempo por la renovación de infraestructura obsoleta o actualización digital. Razón por la cual la competencia por la tecnología para los clientes y las cuotas de mercado en los servicios financieros digitales modernas parece estar tomando cada vez más peso, principalmente en los bancos convencionales centrados en productos y servicios relativamente simples. Sin embargo, si el banco mantiene un enfoque centrado en productos más intensivos de consultoría y sofisticados, la exposición ante las Fintech es aún menor, al menos en la actualidad. No obstante, los bancos establecidos no deben de confiarse y dejar a un lado la inversión en tecnología, ya que, sin dudar la innovación de los nuevos competidores también puede intensificar la competencia en productos bancarios más sofisticados a medio plazo. Discusión de Resultados Índice Herfindahl-Hirschman 2400 2200 2000 1800 1600 1400 1200 1000 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Credito al consumo Credito vivienda Credito a empresas Credito a entidades financieras 2016 Credito a entidades gubernamentales Elaboración propia con datos del boletín estadístico mensual de la CNBV De acuerdo al análisis realizado de la concentración en el mercado se percibe que existe cierta dominancia de los 3 bancos más grandes (Bancomer, Banamex y Santander) en relación al crédito total, además como lo afirma la COFECE (2014) para el cierre del año 2013 los créditos se concentraron en cinco instituciones. (BBVA Bancomer, Banamex, Banorte, Santander y HSBC), de donde nuestros resultados al cierre del 2016 demuestra que prácticamente no se han logrado cambios para disminuir esa concentración, ya que esos mismos bancos siguen manteniendo la mayor parte de la participación del mercado (71%), a pesar que en el sistema se encuentran 43 bancos más. Ahora bien, cuando se analiza por segmento aunque existen pequeñas variaciones en la posición de los bancos, se detectó mediante los índices de concentración que en su mayoría en los segmentos hay una concentración de al menos el 50% de 3 bancos, además este porcentaje aumenta en al menos 66% cuando se incluyen los 5 bancos más grandes. Lo cual hace evidente que la mayor parte de la participación en este mercado lo mantienen una minoría del total de los participantes. No obstante, habría que señalar que, si bien estos porcentajes han ido disminuyendo relativamente en los segmentos del crédito al consumo, vivienda y a empresas, en los correspondientes a otras entidades financieras y gubernamentales ha incrementado. Por otra parte tanto el índice de HHI como el de dominancia nos indican que específicamente en este sector existe un mercado ligeramente concentrado ya que en general en los últimos años ha disminuido y mantenido alrededor de los 1500, que aunque Rivera y Rodríguez (2008) estiman resultados cercanos a los 2000, es preciso señalar que esta diferencia puede deberse a que en nuestro caso sólo nos centramos en el sector crediticio; No obstante, habría que señalar que tomando como fundamento el nivel de referencia de 1500 puntos (marcada con la línea roja discontinua), podemos notar que en lo que a los segmentos del crédito se refiere los que mantienen una concentración son los de consumo, vivienda y a entidades gubernamentales, mientras que en los segmentos de créditos a empresas y entidades financieras no presentan una concentración. Aunque es preciso mencionar que nuestros resultados si bien indican cierta concentración, también señalan que en todos los segmentos no hay una fuerte capacidad de dominio por parte de las entidades dominantes sobre las más pequeñas. Sin embargo ello no significa que el mercado crediticio sea totalmente competitivo y eficiente, pues de acuerdo a otros autores citados anteriormente a pesar de la incorporación de nuevos bancos con el propósito de lograr mayor competencia en el sector, este sigue estando concentrado, lo anterior lo demuestra el análisis y los resultados obtenidos, por ejemplo tanto Nicolás López (1993) como Jiménez Bautista (2012), los cuales señalan que los 3 bancos presentaban el mayor porcentaje, lo cual actualmente con las estimaciones realizadas se sigue manteniendo pues tan solo en el año 2016 el 51% del crédito lo mantienen 3 instituciones. De igual modo Hernández y Zárate (2001) hacen referencia a la posición oligopólica del sector bancario, y si bien se han incorporado nuevas reformas, de acuerdo al análisis se observa que se mantiene ese dinamismo en el sector, ya que existe cierto poder oligopólico dada la mayor concentración en pocas instituciones, de donde resulta la incidencia en el poder para establecer ciertas condiciones en los servicios financieros y con ello seguir manteniendo la mayor parte de la cartera. Por otro lado, existen diferentes análisis a nivel mundial en donde se prevé que las nuevas tendencias que traen consigo las Fintech impactarán importantemente en la competencia en los mercados bancarios, y presumiblemente disminuirán su concentración. La estimación de ello no puede ser precisa dado que se trata de la proyección de una tendencia a futuro, además de ser un sector que aún no está regulado, lo que implica no poder recabar la información suficiente para tal análisis. Además, dado que es un cambio disruptivo, aún no se puede prever con exactitud cuáles serán los resultados finales en los mercados. De acuerdo a Dapp (2014) varias empresas impulsadas por tecnologías que van desde los pagos móviles, una simple financiación y hasta la elaboración de propuestas de grandes soluciones de datos, que hoy en día no sólo están desafiando a los bancos establecidos, sino también están empezando a quitarles a sus clientes relativamente leales a quienes les ofrecen servicios y productos atractivos. Dicho de otra manera, se considera que las Fintech y las nuevas tecnologías pueden significar un cambio, en el sentido de que el balance de poder se puede inclinar más hacia los consumidores. Esto es, de acuerdo a PWC (2016), las Fintech no solo aportan soluciones concretas a una base de consumidores cambiante, sino que también están empoderando a los clientes al ofrecer nuevos servicios que pueden ser entregados con el uso de aplicaciones tecnológicas. Por ejemplo, de acuerdo con la encuesta realizada por PWC (2016, 2017), en el año 2015 el 83% de los encuestados de las instituciones financieras tradicionales creen que parte de su negocio corre el riesgo de perderse debido a la entrada de empresas Fintech independientes, y para 2016 dicho porcentaje incrementó a 88%. Razón por la cual las instituciones financieras tendrán que adaptar sus mentalidades para estar abiertas a las innovaciones de estos startups con el fin de abrazar estos desarrollos y mantener a sus clientes. De igual modo, PWC (2017) estima que las empresas Fintech anticipan que podrían obtener el 33% de los negocios de las empresas establecidas. Además, es preciso señalar que se considera que las industrias bancarias y de pagos son los segmentos que están sintiendo más presión de las empresas Fintech. Por consiguiente, las alianzas con empresas Fintech podrían aumentar la eficiencia de las empresas establecidas. De hecho, la gran mayoría de los encuestados (73%) por PWC (2016) calificó la reducción de costos como la principal oportunidad relacionada con la mayor preponderancia de las Fintech. En este sentido, podrían simplificar y racionalizar sus procesos, servicios y productos básicos y consecuentemente reducir las ineficiencias en sus operaciones. Hay que hacer énfasis en que los nuevos sistemas tecnológicos que traen consigo las Fintech pueden cambiar la estructura del mercado y por tanto, la dinámica de la competencia. Por ejemplo, algunas características del mercado que implicaban economías a escala, economías de alcance o costos hundidos, se considera que con las nuevas tecnologías puede ser que ya no sean tales. Es de gran relevancia que la base de muchas de estas nuevas empresas fintech son nuevas tecnologías de sistemas y almacenamiento de datos. Como un ejemplo de esto se tiene el “cloud computing”. Con este tipo de tecnología el almacenamiento de datos se vuelve más barato, pues se ponen los datos en la nube. Por su parte los bancos tienen que invertir mucho en CPD (centros de procesamiento de datos), estos costos no se incurren por parte de las empresas Fintech. Así, un costo hundido importante solventado por los bancos, ya no es necesario que sea incurrido por las Fintech, sino que se sustituye por una alternativa más barata gracias a las nuevas tecnologías. Otro ejemplo puede ser las tecnologías de inteligencia artificial, que permiten conocer mejor la demanda de los consumidores. Los bancos tradicionalmente tienen que usar recursos para invertir en promocionar y ofrecer los diferentes servicios a los clientes, y así encontrar quienes pueden estar interesados en sus servicios. Con la inteligencia artificial se estaría más cercano a conocer las preferencias de los clientes. Además, con las nuevas tecnologías los clientes pueden ser más autónomos en la búsqueda de los servicios que requieran, lo cual también podría reducir los switching costs antes mencionados, que es una dificultad que enfrentan los consumidores para poder comparar entre diferentes oferentes y por tanto es una barrera a una mayor competencia en el sector. Conclusiones A pesar de la evolución de la estructura del mercado crediticio en la que se ha observado fusiones y adquisiciones de las grandes instituciones a las pequeñas, y del objetivo que se ha encomendado al sistema crediticio y financiero en México, se tiene que las barreras a la entrada que presenta el mercado hacen que la competencia se concentre en unos cuantos competidores, dado el grado de especialización así como de capitalización que se requiere para llegar a competir con las instituciones financieras ya arraigadas en el mercado. No obstante, se considera que el entorno competitivo ha cambiado tanto por los cambios en las preferencias de los consumidores, como por aspectos tecnológicos. Razón por la cual, mientras que antes la competencia se daba entre competidores locales, ahora son globales, e involucrados hacia las nuevas tendencias. De donde resulta no sólo la oportunidad de mejorar la eficiencia operativa sino también de responder a las demandas de servicios más innovadores, y con ello la incorporación en el sistema a los Fintech, enfocados en las plataforma tecnológicas p2p, cuyo funcionamiento consiste en reunir en una plataforma tanto a los ahorradores como a los demandantes de financiamiento, permitiendo abaratar costos, lo cual, hace que algunas barreras al entrada de este sector no sean aplicados a estas nuevas empresas, dando como resultado romper el esquema actual de las entidades financieras principalmente por su flexibilidad y rapidez. Por tal motivo debe considerarse que los nuevos entrantes son competidores de la banca tradicional, pero también son empresas con las que los bancos pueden querer colaborar o fusionarse. Sin embargo, el principal debate que se tiene actualmente es la de darle certeza jurídica a este tipo de operaciones financieras para que tanto ahorradores y prestatarios cumplan con los contratos legales estipulados. Hay que tener en cuenta que esta es una tendencia que se da a nivel mundial, y de la que los inversionistas y los bancos están de hecho muy al pendiente, aún se especula sobre cómo evolucionará el sector y respecto a los cambios concretos que tendrán los mercados. Las empresas Fintech han ido de hecho ganando terreno en el mercado internacional y han ganado participación en el mercado mexicano. Los bancos tradicionales las ven como competidores potencialmente importantes en algunos segmentos, además de reconocer que la demanda ha cambiado y que no pueden quedarse fuera de esta tendencia. Se prevé que estas empresas pueden poco a poco ir ganando terreno y participación a los bancos a nivel mundial, esta tendencia es observada por consultoras internacionales como Accenture (2015), PriceWaterhouseCoopers (2016,2017) y Kantox (2014). Establecer en qué medida puede ocurrir esto en México entra en un terreno prospectivo, aunque hay algunas estimaciones. De acuerdo a la Revista Expansión (2016), México tiene el mayor número de startups en el sector Fintech en Latinoamérica. Además, la inversión crece: de acuerdo con un análisis de la Latin American Private Equity and Venture Capital Association (LAVCA), en México se invirtieron 40 millones de dólares (mdd) en la industria financiera tecnológica en 2015. De acuerdo a la Revista Expansión (2017), el potencial de que México se convierta en un competidor líder en el sistema financiero global, al lado de Estados Unidos, Reino Unido y China, es real si resuelve los dos principales desafíos que enfrenta desde su origen: la colaboración con las instituciones financieras tradicionales -a las que podría quitar casi un tercio del mercado- y la necesidad de una regulación que determine las reglas para las empresas y proteja a los usuarios de las 13 divisiones del sector que operan en el país, desde plataformas de crowdfunding y bitcoin hasta sistemas de pagos electrónicos. El surgimiento de nuevas Fintech y su cada vez mayor importancia en el mercado está haciendo que muchos bancos busquen ya sea desarrollar su propia estrategia digital, o asociarse con las Fintech. De esta forma, las Fintech están impulsando que los bancos mejoren sus ofertas tradicionales. Sin embargo, las asociaciones con las Fintech no van sólo encaminadas a reducir los costos. Las empresas establecidas que se asocien con las Fintech podrían ofrecer una oferta diferenciada, mejorar la retención de clientes y aportar ingresos adicionales. Esto ya ha venido ocurriendo en la actividad de pagos donde existen Fintech que generan ingresos adicionales a través de pagos más rápidos y más fáciles y transacciones de cartera digital. La asociación conjunta es una manera fácil y flexible de involucrarse con una empresa de tecnología y aprovechar sus capacidades dentro de un entorno de prueba seguro. Al asociarse con las empresas Fintech, las empresas establecidas pueden fortalecer su posición competitiva y traer soluciones o productos al mercado con mayor rapidez. Además, esta es una manera eficaz tanto para las empresas establecidas como para las Fintech de identificar los desafíos y oportunidades, así como para obtener una comprensión más profunda de cómo se complementan entre sí. Algunos cambios que se observarán en los mercados de crédito como consecuencia de estas tendencias son los siguientes: ● Puede existir un aumento de los préstamos entre pares, (P2P), esto es, sin necesidad de intermediarios ● Se prestarán servicios y brindando soluciones para consumidores que tradicionalmente han estado subatendidos por los bancos ● Se puede experimentar una mejora en la toma de decisiones para el otorgamiento de créditos ● Los bancos integrarán soluciones tendientes a simplificar las operaciones ● Se pueden llegar a una mayor sofisticación en los métodos para obtener, involucrar y retener a los clientes ● El surgimiento de herramientas autoservicio ● El movimiento hacia canales no físicos o virtuales, incluyendo canales móviles ● Avanzar hacia procesos de aplicación de productos simplificados para mejorar la experiencia del cliente Por otra parte, el cambio que están trayendo las Fintech al mercado va más allá, y se piensa que será más bien un cambio en la cultura de negocios en el sector financiero. De acuerdo a PWC (2016), las empresas del sector financiero que deseen prosperar en el futuro necesitarán cambiar su pensamiento para satisfacer mejor las necesidades de los clientes, realizar un seguimiento constante de los desarrollos tecnológicos, comprometerse agresivamente con los socios externos e integrar la digitalización en su ADN corporativo. Bibliografía Domínguez Blancas, C., & Levy Orlik, N. (2014). Los bancos extranjeros en México: diversificación de actividades y su efecto en la estructura de ingresos. Economía UNAM, 11(32), 18. Accenture (2015), The Future of Fintech and Banking: Digitally disrupted or reimagined?: Kantox (2014), The Rise of Fintech in Finance. How fintech is reshaping the finance sector and how you handel your money. Asociación de Bancos de México. (2014). La banda en México. Obtenido de Historia 1830 - 1910, Historia 1982 – 1996: https://www.abm.org.mx/la-banca-enmexico/abm-historia.htm Avalos, M., & Hernández Trillo, F. (2006). 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