Cartas al Director El Mercurio Quisiera a través de este medio dar a conocer mi grave situación, con respecto a la Superintendencia de Pensiones de la Comisión Médica y de Seguros en la necesidad de tener una Pensión de Invalidez. Tengo 63 años y aún debo cumplir con obligaciones y mi salud no me lo permite. En agosto 2017, por una intervención quirúrgica me dio una infección a la columna, la que el 12 enero de 2018 me llevó a ingresar a Urgencias del Hospital de mi ciudad con una Espondilopatia (Discitis T5 yT6) y que al pasar 10 días me comprometió mi medula espinal por lo que tuve que ser sometido a una cirugía de emergencia inmediata, ya que se me habían paralizado mis extremidades inferiores. Posterior a eso, el 12 de febrero 2018, debieron fijarme la columna (ARTRODESIS T3T4T7T8), con daños a vertebras y discos dorsales producidos por la infección. Todo esto me llevo a un cambio rotundo en mi calidad de vida. Tuve que empezar a aprender a caminar de nuevo y todo lo que conlleva a la lesión con cual quedé. Limitando mi vida, mi trabajo y además depender de mi familia en todo mi quehacer diario. Mi solicitud la realice en noviembre del 2018, donde me enviaron a la evaluación de distintos médicos respectivos, viajando, con mucho estrés y dolor físico a Temuco, Santiago (2 veces, con las dificultades que conlleva viajar) y luego de todo esto fue rechazada mi solicitud (más encima fue porque ellos equivocaron las fechas de evaluación). Posterior a eso volví a presentarme y La Comisión Médica de Los Ángeles me aceptó con un 50% de invalidez, luego se me envió a la Compañía de Seguro, donde nuevamente me enviaron a un traumatólogo a Santiago, en donde solicitaron una Radiografía Dinámica, la cual los mismos tecnólogos médicos del ramo me dijeron que no procedía ese examen por la lesión de mi columna. Igual me hicieron radiografías y posteriormente se rechazó mi solicitud, considerando un 25% de invalidez por la Comisión Médica. Sé que no soy el único en esta situación, y me siento muy desilusionado de lo que ocurre con estos trámites. Mucha burocracia, mucho menoscabo económico y emocional me afectan. Lo peor es que no tan solo a mí, también a mis seres queridos. ¿De qué sirven entonces en este país los descuentos de seguro de invalidez y sobrevivencia? Atte. Juan Carlos Morales Villalobos Rut 8.071.389-4