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Lanzamiento de la campaña sobre trabajo doméstico
remunerado: “Trabajo como ningún otro,
derechos como
cualquier otro”.
PALABRAS DEL DISCURSO Sr. Hajo Lanz. Representante de la
Fundación Friedrich Ebert para Costa Rica, Nicaragua y Panamá
_Estimables autoridades de Gobierno y de la Asamblea Legislativa que nos
acompañan, invitados e invitadas especiales, a las personas integrantes de
la Mesa, Mujeres sindicalistas delegadas provenientes de Panamá,
Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Guatemala y de
Costa Rica, participantes en general, en nombre de la FUNDACIÓN
FRIEDRICH EBERT reciban un cordial saludo.
Reconocer el esfuerzo de las instituciones organizadoras de esta actividad:
La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de Las
Américas, el Consejo Sindical Unitario de América Central y El Caribe y la
Organización Internacional del Trabajo que junto con la Fundación
Friedrich Ebert constituimos una alianza para desarrollar esta actividad
orientada a informar, difundir y sensibilizar sobre los derechos de las
personas que se ocupan del trabajo doméstico remunerado y la
importancia de organizarse en defensa de sus derechos.
El trabajo doméstico remunerado es una de las ocupaciones más
importantes para las mujeres de la región de América Central y El Caribe y
aunque se ubica en la economía informal, es indispensable para el
funcionamiento de la economía fuera de la esfera doméstica.
Las personas que se ocupan del trabajo doméstico remunerado realizan las
más variadas actividades: desde labores de limpieza y preparación de
alimentos, cuidado de niños y de ancianos, trabajos de jardinería, cuidado
de animales, cumplen como choferes y personal de compañía en los
hogares
más
diversos.
Labores
funcionamiento de la sociedad.
todas
imprescindibles
para
el
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Los datos evidencian que el trabajo doméstico remunerado afecta un
componente importante de las sociedades, en los siete países de la subregión tomando en cuenta los miembros de los hogares donde trabajan, las
mujeres y los hombres trabajadores, y el número de personas que
dependen de sus ingresos.
La sub-región experimenta una creciente incorporación de las mujeres al
mercado laboral y un incremento de hogares con jefatura femenina, los
cuales están provocando cambios en la composición de los hogares y al
mismo tiempo en la distribución de las tareas del cuidado de los personas.
En este marco el trabajo doméstico remunerado surge como una
alternativa de mercado para muchas mujeres de la región y una estrategia
de sobrevivencia para miles de familias pobres.
Cerca del 20% en promedio de las mujeres ocupadas en la sub-región son
trabajadoras domésticas, y en más del 10% de los hogares, con algunas
diferencias significativas entre los países, tienen a una persona como
trabajadora doméstica.
La mayoría de personas que se desempeñan en el trabajo doméstico
remunerado lo hacen en jornadas laborales extendidas, que exceden las
12 horas, con bajos salarios, sufren maltrato, discriminación e injusticias
que van desde no pagar el salario básico, seguro de salud, vacaciones y
demás prestaciones sociales.
No obstante la relevancia del trabajo doméstico, ésta actividad no se
corresponde con las malas condiciones laborales en las que se realiza;
tales como las discriminaciones salariales, la desprotección social,
minimización de las garantías laborales, violación a los derechos humanos
fundamentales, inexistencia de un marco jurídico orientado a la mejora en
el cumplimiento de sus derechos.
El trabajo doméstico remunerado se realiza en un espacio de relaciones
contractuales en un ámbito físico privado, en condiciones de aislamiento,
de manera informal, e invisible como actividad económica.
Es así como el trabajo doméstico remunerado no solo es un ámbito de la
economía con falta de regulación, sino que también se convierte en un
ámbito de violación de los derechos humanos de las personas trabajadoras
en esta actividad.
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Una gran mayoría están desprovistas de sus derechos sociales y laborales,
a la vez, que desconocen dichos derechos laborales. En el desempeño de
esta actividad las personas trabajadoras carecen de mecanismos de
socialización más allá de su espacio laboral y por tanto de organización
para reivindicar sus derechos.
Esto evidencia la urgente necesidad de que a las personas trabajadoras
domésticas les sean reconocidos los derechos establecidos para el resto de
la población trabajadora, como la jornada diaria de 8 horas y las
prestaciones sociales.
Solamente 3 países de la sub-región: Costa Rica, Nicaragua y República
Dominicana ha ratificado el Convenio 189 de OIT. Por eso, la ratificación
sigue siendo una tarea pendiente.
A esta tarea se suma la necesidad de modificar los marcos legales para
acabar con la discriminación que sufren las trabajadoras domésticas en
los países que no han ratificado el Convenio 189 de la OIT o fortalecer el
cumplimiento de las leyes existentes, en aquellos países que ya reconocen
esos derechos.
De ahí que como institución compartimos la tarea fundamental de
fortalecer la representación colectiva de los intereses de las personas
trabajadoras domésticas, al igual que mejorar sus alianzas y contar con
mayor presencia de otros sectores, decididos a atender sus derechos
sociales y laborales.
La Fundación Friedrich Ebert, como institución política-educativa
comprometida con la promoción de los valores de la democracia y la
justicia social da especial importancia a la igualdad e interdependencia de
los derechos humanos económicos, sociales y culturales y los derechos
civiles y políticos.
El trabajo de derechos humanos realizado por la FES comprende desde el
fomento de los derechos laborales y sindicales o el asesoramiento en temas
estratégicos tales como: las relaciones laborales, los derechos sociales de
trabajadores, personas migrantes, jóvenes, mujeres, así como la
participación y representación política y el diálogo social.
En su quehacer la Fundación Friedrich Ebert instala espacios de
encuentro, de debate de información, de generación de conocimiento para
la formulación de propuestas tendientes a mejorar las relaciones laborales
y con ello contribuir a una mayor justicia social.
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Con el propósito de contribuir a mejorar las precarias condiciones en que
se desarrolla el trabajo doméstico, así como aumentar el conocimiento de
los sectores sobre los derechos laborales de las personas trabajadoras
remuneradas, en casas de familia, y estimular la reflexión, la Fundación
Friedrich Ebert se une al lanzamiento de la campaña “Trabajo como ningún
otro, derechos como cualquier otro”.
Compartimos la necesidad de reconocer los beneficios básicos para este
sector laboral, así como el llamado de la campaña para fomentar la
organización sindical como herramienta esencial para garantizar el avance
y el respeto de los derechos laborales.
Nos sumamos a los esfuerzos, como parte del trabajo sistemático en el
tema que realizamos desde hace algunos años
En este sentido la Fundación Friedrich Ebert entregó a Marcelina Bautista
Bautista, trabajadora mexicana de casa particular, en reconocimiento a su
trayectoria, con el Premio de Derechos Humanos, en el año 2010.
Marcelina fue por varios años,
secretaria general de la Confederación
Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar, techo de unas 30
organizaciones en América Latina, y directora del Centro de Apoyo y
Capacitación para las Empleadas del Hogar.
Hoy en el marco de esta campaña esperamos contribuir como institución a
la defensa y protección de los derechos de las personas que trabajan en
este sector de la economía.
Como Fundación política acogemos el objetivo de esta campaña: informar y
sensibilizar para lograr que las personas trabajadoras domésticas
disfruten de los mismos derechos como cualquier otro tipo de trabajo.
Finalmente quiero expresar que la Fundación Friedrich Ebert está
comprometida con uno de los grandes retos de la región el impulso del
trabajo decente para avanzar hacia una mayor justicia social.
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