INTRODUCCIÓN Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que permiten al individuo desarrollarse en un contexto individual o interpersonal expresando sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación. Generalmente, posibilitan la resolución de problemas inmediatos y la disminución de problemas futuros en la medida que el individuo respeta las conductas de los otros. En los adolescentes, las habilidades sociales son importantes ya que éstas influyen en otras áreas como la familiar o la escolar. Se puede confirmar que los adolescentes que tienden a presentar problemas a largo plazo asociados con el abandono escolar, comportamientos violentos y alteraciones psicopatológicas, se puede deber a la dificultad de relacionarse o ser aceptados por sus compañeros. Además, los comportamientos sociales se aprenden a lo largo de la vida a través de la socialización con los demás, por lo que la adquisición de habilidades sociales facilita el nivel de relación con el prójimo. Los grupos de pertenencia como la familia o el centro educativo son fundamentales para el correcto aprendizaje de las habilidades sociales, éstos aportan experiencias positivas para la adquisición de comportamientos sociales, ya que aprendemos de lo que observamos, así como de lo que experimentamos. En el campo de la salud, hablar de factores protectores, es hablar de características detectables en un individuo, familia, grupo o comunidad que favorecen el desarrollo humano, el mantenimiento o la recuperación de la salud; y que pueden contrarrestar los posibles efectos de los factores de riesgo, de las conductas de riesgo y, por lo tanto, reducir la vulnerabilidad, ya sea general o específica.