1 SEXUALIDADES Y VIDA REPRODUCTIVA GÉNERO Selección de trabajos consultados: 1. Jones: investigación con metodología cualitativa realizada con alumnos del nivel medio de la ciudad de Trelew, Chubut, entre 15 y 19 años, con una muestra de 46 casos, trabajo de campo realizado entre 2003 y 2005. 2. Itoitz et al. Investigación realizada en Junín, Provincia de Buenos Aires con una encuesta (muestra por cuotas) a 110 jóvenes de 17 a 25 años de sectores medios y bajos, en 2008. 3. Kornblit y Sustas: Estudio sobre actitudes y prácticas en relación con la sexualidad en jóvenes escolarizados en el nivel medio de la enseñanza de todo el país (muestreo intencional no probabilístico en 95 escuelas, con 6.119 casos, 2012; comparación con datos de un trabajo equivalente en 2005, con 116 escuelas y 6886 casos; edades: 13 a 19 años), 2014. Principales hallazgos: Los jóvenes han incorporado una mayor liberalidad en sus prácticas que en sus concepciones valorativas sobre la sexualidad. Especialmente reivindican la necesidad de enseñanza de los MACs, en todas las provincias, pero especialmente en la región de Cuyo, NOA y NEA. (3) Existe entre los jóvenes un resabio de valores tradicionales que favorecen enunciados y discursos asociados con concepciones tradicionales recibidas en la socialización familiar: la demanda por la no vulneración de derechos en determinadas poblaciones y la reivindicación de la igualdad de los géneros se da de modo diferente según las regiones del país. Las concepciones de los jóvenes encuestados son más “liberales” en estos aspectos especialmente en CABA y Patagonia y más “tradicionales” en Cuyo y NOA. (3) La disociación entre valoraciones y prácticas en el campo de la sexualidad muestra la vigencia todavía de los tabúes sexuales. (3) Existen indicios que muestran que entre los jóvenes entrevistados se ha dado una modernización o liberalización parcial de sus guiones o patrones de conducta relativos a la 2 primera relación sexual: en algunos casos la iniciativa para tener la primera relación sexual fue tomada de manera conjunta por la pareja, lo que disuelve una separación clara entre iniciativa masculina y consentimiento femenino y denota cierta adhesión a un modelo más igualitario de interacción sexual, aunque persisten las relaciones de género asimétricas. (1) Persisten entre los jóvenes de Junín estereotipos y prejuicios en relación con las sexualidades no hegemónicas, especialmente en lo que se refiere a la visibilización y aceptación de los cuerpos que no son claramente masculinos o femeninos (2) Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: Necesidad de trabajar reflexivamente con jóvenes con respecto a sus concepciones sobre género y sexualidad. INICIO SEXUAL Selección de trabajos consultados: 1. Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia: Resumen de indicadores extraído de: “Situación de salud de los/as adolescentes en la Argentina”, 2014. 2. Programa Nacional de Salud Sexual y Reproducción Responsable: encuesta de 2013 (muestreo probabilístico de varones de 14 a 59 años y mujeres de 14 a 49 años residentes en centros urbanos de 2.000 o más habitantes - 6.000 hogares representativos de 20 millones de habitantes, que es la población en edad reproductiva), 2014. (2) 3. Encuesta Mundial de Salud Escolar: censo de 28.000 alumnos entre 13 y 15 años que cursaban 1° y 3er. Año del nivel secundario en 25 escuelas seleccionadas por provincia, 2012. 4. Kornblit y Sustas: Estudio sobre actitudes y prácticas en relación con la sexualidad en jóvenes escolarizados en el nivel medio de la enseñanza de todo el país (muestreo intencional no probabilístico en 95 escuelas, con 6.119 casos, 2012; comparación con datos de un trabajo equivalente en 2005, con 116 escuelas y 6886 casos; edades: 13 a 19 años), 2014. 5. Binstock y Gogna: Estudio sobre mujeres de 18 y 19 años de las provincias de Chaco, Misiones, Sgo. del Estero y regiones sanitarias V y VII de Prov. De Bs. As. (muestra no 3 probabilística; 480 casos reclutadas en servicios de salud hospitalarios y centros de salud), 2014. 6. Pantelides y Geldstein: “Encantadas, convencidas o forzadas: iniciación sexual en adolescentes de bajos recursos”. AEPA, 1998. (primer trabajo sobre el tema) Principales hallazgos: • 44 % de las mujeres y 53% de los varones de 14 a 19 años se habían iniciado (2) • El 83 % de las mujeres y el 52 % de los varones tuvieron su primera relación con un novio/novia (2) • El 2,6 % de los varones y el 0,6 % de las mujeres la tuvieron con un/una desconocido/a (2) • El 1,9 % de las mujeres y el 5,8 % de los varones contestaron que tuvieron su primera relación con una persona del mismo sexo (2) • El promedio de edad de iniciación sexual es 15,5 años en mujeres y 14,9 en varones (2) • El 58,8% de los adolescentes (13-15 años) que tuvieron sexo alguna vez, mantuvieron su primera relación sexual antes de los 14 años, siendo esto más frecuente en varones (66,5%) que en mujeres (48,2%). (3) • en el 30% la persona con la que se iniciaron era alguien de su misma edad • en el 9% era menor • en el 61% era mayor (entre ellos, en el 6% era mucho mayor) • 67% mujeres, 41% varones contestan que era mayor • 33 % de los que se iniciaron con personas mucho mayores contestan que se trataba de alguien a quien no conocían en absoluto (varones: 14 % -sexo pago?) (mujeres: 6 % -abuso?) (5) Cuanto menor es la edad de iniciación mayor es la proporción de iniciaciones no queridas y hasta físicamente forzadas. (6) 4 Fuente: (4) • Como se observa en el Gráfico anterior, ha habido un aumento de 7 puntos porcentuales de los que se han iniciado sexualmente entre 2005 y 2012. Este aumento se relaciona con el mayor porcentaje de mujeres que han tenido relaciones sexuales. • Con respecto a las edades de inicio sexual, se ha producido un aumento de 8 puntos porcentuales respecto del 2005 en los jóvenes de 13 a 16 años, mientras que en los jóvenes mayores de 17 años, ha habido un aumento respecto del 2005 de cerca de 11 puntos porcentuales. • Se mantiene una leve diferencia de una mayor proporción de jóvenes iniciados en el estrato bajo respecto del medio. • Se observa un corrimiento de la edad de inicio hacia edades menores, que sin embargo no se expresa claramente en la edad promedio de iniciación. A nivel general de la 5 muestra del 2005, la edad promedio de inicio sexual era 15 años, mientras que en el 2012 es levemente menor: 14,8 años. A pesar de existir la misma edad modal tanto en el 2005 y en 2012 –15 años–, los mayores porcentajes se agrupan en el 2012 en las edades menores al modo –14 años–, mientras que en el 2005 lo hacían por arriba –16 años–. Más concretamente, en el 2005, la segunda edad de mayor frecuencia era 16 años, mientras que en el 2012 la segunda edad con mayor frecuencia es 14 años. Esto muestra el corrimiento hacia edades menores de la edad de inicio sexual. (Esto es así porque la media es una medida estadística con tendencia a la estabilidad, ya que no se ve influida por cambios en los valores centrales de la distribución, lo que hace que no presente cambios significativos.) Otros aspectos (5): Con quién se iniciaron las mujeres: • 80 % se inició sexualmente con quienes ellas definen como novio • 11 % se inició con un amigo • 6,5 % se inició con una relación ocasional Duración del noviazgo antes de tener relaciones: • 37 % 3 meses o menos • 23 % entre 4 y 6 meses • 40 % por ciento llevaba al menos 7 meses saliendo antes de tener relaciones sexuales Decisión de tener la primera relación sexual: • en el 85 % fue acordada con la pareja • en el 14 % la pareja “la convenció” • en menos de un 1 % la pareja la obligó. • en 0.7 % fue ella quien convenció a su pareja de tener relaciones sexuales Después del inicio: • • el 65 % continuó la relación con la pareja • el 23 % mantuvo unos pocos encuentros más y luego rompieron la relación • el 14% no mantuvo más relaciones con esa pareja las adolescentes que no se han criado con ambos padres se inician sexualmente más temprano que quienes sí lo han hecho • a mayor instrucción de la madre más se retrasa el inicio sexual • cuanto mayor apego y mayor adhesión familiar a creencias religiosas más se retrasa la iniciación sexual 6 • las adolescentes que se criaron en hogares en donde primaba el buen trato y una buena relación familiar se inician sexualmente más tardíamente que quienes lo hicieron en hogares más conflictivos y en donde las discusiones y peleas eran frecuentes • las adolescentes cuyas madres fueron madres tempranas (tuvieron su primer hijo a los 17 años o menos), tuvieron alta paridad (al menos 4 hijos), y tuvieron sus hijos con al menos dos parejas, tienen un debut sexual significativamente más temprano • asistir a la escuela retrasa las chances del debut sexual en un 36 % • cuanto más joven la adolescente comienza a salir, más tempranamente se inicia sexualmente • cuanto menor es el control parental más tempranamente ocurre el debut sexual Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: La iniciación sexual a edades más tempranas lleva a la necesidad de comenzar la educación sexual, especialmente en las escuelas, en etapas anteriores al nivel secundario, por lo que implica la necesidad de capacitar a los docentes del nivel primario. El porcentaje de mujeres que manifiestan que se iniciaron muy tempranamente lleva a pensar en la posibilidad de abuso sexual, por lo que se hace necesario el trabajo sobre la sensibilización y los cuidados posibles a adoptar por parte especialmente de las niñas. CONOCIMIENTO Y USO DE MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS Selección de trabajos consultados: 1. Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2005): encuesta por muestreo probabilístico a 6.605 mujeres de 10 a 49 años y 1.612 embarazadas de todo el país. 2. Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (2013): encuesta con muestreo probabilístico de varones de 14 a 59 años y mujeres de 14 a 49 años residentes en centros urbanos de 2.000 o más habitantes - 6.000 hogares representativos de 20 millones de habitantes, que es la población en edad reproductiva, 2014. 3. Fundación Huésped/UNICEF (2011): encuesta probabilística a 1100 adolescentes de ambos sexos de 14 a 19 años en 9 áreas geográficas de gran concentración poblacional urbana que sumadas representan el 50 % del total de la población del país. 7 4. Binstock y Gogna: Estudio sobre mujeres de 18 y 19 años de las provincias de Chaco, Misiones, Sgo. del Estero y regiones sanitarias V y VII de Prov. De Bs. As. (muestra no probabilística; 480 casos reclutadas en servicios de salud hospitalarios y centros de salud), 2014. 5. Zamberlin: Estudio sobre percepciones y conductas de las/los adolescentes frente al embarazo y la maternidad/paternidad: investigación cualitativa con 10 grupos focales con adolescentes de 15 a 19 años en Resistencia, Tucumán y Gran Bs. As., 2005. 6. Kornblit y Sustas: Estudio sobre actitudes y prácticas en relación con la sexualidad en jóvenes escolarizados en el nivel medio de la enseñanza de todo el país (muestreo intencional no probabilístico en 95 escuelas, con 6.119 casos, 2012; comparación con datos de un trabajo equivalente en 2005, con 116 escuelas y 6886 casos; edades: 13 a 19 años), 2014. 7. Szames et al.: Estudio sobre anticoncepción hormonal de emergencia por adolescentes en Rauch, Provincia de Buenos Aires: encuesta no probabilística a 387 adolescentes alumnos de escuelas públicas, 2012. 8. Gogna (coordinadora): Embarazo y maternidad en la adolescencia. CEDES-UNICEF-Min. de Salud: Encuesta a 1645 puérparas de 15 a 19 años atendidas en establecimientos públicos de 7 ciudades del país, 2005. Principales hallazgos: • Prácticamente todas las adolescentes (10-19) conocen al menos un método anticonceptivo. No existen grandes variaciones en relación a la edad, nivel educativo o nivel socioeconómico, aunque los niveles más bajos de conocimiento se dan en las adolescentes menores de 15 años, las menos educadas y las más pobres. (1) • Si bien el conocimiento es alto, hay un 20% de mujeres adolescentes de 15 a 19 años que son sexualmente activas y que no usan ningún método anticonceptivo. El motivo más frecuente de no uso tiene que ver con desear un embarazo. (1) • El 10 % de las mujeres y el 13% de los varones no usó ningún método en la primera relación. (2) • Dentro de la población que utiliza actualmente algún MAC, los varones de 15 a 19 años son los que más utilizan el preservativo (90%), entre las mujeres, el 66 % afirman usar preservativos y el 36 % pastillas. (2) 8 • Con respecto a las fuentes donde obtuvieron información sobre anticoncepción, las adolescentes de 15 a 19 señalan principalmente la escuela (41%) y el grupo de pares o familiares (31.5%), mientras que el sector salud es mencionado por cerca de un cuarto de ellas. (2) • Con respecto al lugar de obtención del MAC, el 43 % de las mujeres y el 22 % de los varones afirmaron que los consiguen gratuitamente. (2) • En la encuesta de Huésped (2012) sólo el 18 % mencionó al hospital y al centro de salud como lugares de provisión de preservativos. Los porcentajes más altos mencionan a los kioscos (46%) o a las farmacias (42%) (3) • Tanto los varones como las mujeres identifican los sitios donde se pueden comprar preservativos (farmacias, kioscos), así como los precios, marcas y presentaciones que existen. • En general los/las adolescentes no recurren a las instituciones públicas de salud para obtener preservativos. Los hospitales y centros de atención primaria, en cambio, constituyen la fuente principal de obtención de anticonceptivos orales, aún cuando refieren problemas con el suministro regular y constante de ese método. (5) • • Los motivos aducidos para el no uso de algún MAC en la primera relación sexual fueron: • 20 % no sabía que podía quedar embarazada la 1ª. vez • 8 % adujo que la pareja no quería usar (2) Otros motivos aducidos fueron: • no tener dinero para comprar un MAC • la falta de comunicación en la pareja • influencia del alcohol que afecta la posibilidad de percibirse en riesgo o implementar una conducta preventiva (5) • El uso de MAC disminuye en las relaciones posteriores (disminuye el uso del preservativo, aumenta el de pastillas) (2) • Se preguntó a las madres de 14 a 19 años que no habían buscado el embarazo con qué frecuencia utilizaban anticoncepción durante sus relaciones sexuales en esa época. Sólo 17 % indicó que siempre se cuidaba para la época que tuvo su primer embarazo mientras que el 36% reconoció que rara vez utilizaba algún método. El preservativo es el método más usado. (2) • Porcentaje de uso del preservativo en 2012: 61 % (levemente inferior a misma indagación en 2005) – Porcentaje algo mayor en 13 a 16 años, varones y clase media 9 – En AMBA el uso alcanza al 66 %, en NOA al 51 % – En CABA el % de uso bajó 10 % con respecto a 2005 – % de uso en relaciones ocasionales: 66 % – % de uso en parejas estables: 54 % • El 8 % no usa ningún MAC (en NOA el 14%) • El 16 % usó píldoras anticonceptivas (ligero aumento respecto a 2005) • El 37 % usó alguna vez la “píldora del día después” (47% en CABA – significativo aumento respecto al 2005) (6) En anticoncepción de emergencia en Rauch, Pcia. De Bs. As.: • El 77% de los encuestados sabía de la existencia del método anticonceptivo • El 28% poseía un conocimiento adecuado acerca de él • El 11% lo había utilizado. • No hubo distribución del insumo a nivel público y el total de unidades vendidas en las farmacias fue de 142, de las cuales el 20% fueron adquiridas por adolescentes (76% femenino, 17% masculino, 7% sin datos). (7) Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: • Los adolescentes no conocen adecuadamente las características de la AHE (anticoncepción hormonal de emergencia), aunque la utilizan y la obtienen principalmente a través de la compra en farmacias. • Los adolescentes no están al tanto de sus posibilidades de recurrir a los servicios de salud para informarse acerca de los MAC y para obtenerlos gratuitamente. • Los adolescentes están librados a sí mismos con respecto a su iniciación sexual: la información necesaria no llega a todos. CONOCIMIENTO Y PRÁCTICAS EN RELACION CON VIH/SIDA E ITS Selección de trabajos consultados: 1. Programa de Sida/Ministerio de Salud de Nación. Boletín N° 30, dic. 2013 2. Dirección de Sida/ Ministerio de Salud de CABA, 2014. 10 3. Adaszko: Trayectorias de vida y manejo de la enfermedad en adolescentes que crecieron viviendo con VIH/sida. Entrevistas a 25 jóvenes de sectores populares de la primera generación de niños con VIH, 2012. 4. Estudio de Fundación Huésped/UNICEF. Encuesta a 1100 casos de jóvenes de 14 a 19 años; muestra probabilística en 9 ciudades del país, 2012. 5. UNICEF: Situación de los niños, niñas y adolescentes con VIH en la Argentina, 2011. Principales hallazgos: • Situación epidemiológica general: en el país viven alrededor de 110 mil personas con VIH, de las cuales el 30% no conoce su situación. • Se continúan infectando alrededor de 5.000 personas cada año, el 96% de las mujeres y el 98% de los varones durante una relación sexual desprotegida. • Se siguen produciendo alrededor de 100 infecciones por transmisión vertical por año. • Fallecen 1.400 personas por sida en ese mismo lapso. • Tendencias desde hace algunos años: – Ligero descenso en la cantidad de diagnósticos en mujeres y el crecimiento de los diagnósticos en varones de diversas edades (aumento de la razón hombre/mujer hasta niveles semejantes a los registrados a principios de la década pasada); – aumento en las tasas de diagnóstico en algunas regiones del país; – incremento de los diagnósticos en varones infectados por relaciones sexuales desprotegidas con otros varones; – no reducción de la proporción de diagnósticos tardíos: 15% en mujeres y 27% en varones. • 19 % de los nuevos diagnósticos ocurren en menores de 24 años (alrededor de 1000 nuevos casos). • Hay un aumento en la tasa de infección entre los varones de 15 a 19 años, que pasó de 3,9 por 100 mil en 2005 a 5,5 por 100 mil en 2011. • En las mujeres hay valores estables (tasa general en el país: 12 por 100.000). (1 y 2) • La cantidad de diagnósticos en adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años se mantiene relativamente constante a lo largo de los años. • En el grupo de 15 a 24 años, el 83% de los varones y el 89% de las mujeres se infectaron por relaciones sexuales desprotegidas. 11 • En el caso de los varones, el 38% durante una relación sexual heterosexual y el 46% en una relación sexual con otro varón. • La mortalidad por sida en estas edades pasó de en el grupo de 15 a 24 años de 34,0 por millón en 1995 a 6,9 en 2008. • Los adolescentes que se infectan por transmisión sexual suelen ser asistidos en los servicios de infectología de adultos, que no cuentan, en general, con espacios diferenciados para esta población. (5) • El 89 % de los que tuvieron relaciones ocasionales usaron preservativo en la última relación sexual. • 3 de cada 4 adolescentes que han estado embarazadas declara haber realizado el test de VIH. • 4 % no retiraron el resultado del test. • 6 de cada 10 declaran no haber recibido ninguna información sobre prevención o atención al retirar los resultados • 11% de toda la muestra se realizó alguna vez el test de VIH. • Más del 40 % de la muestra expresa actitudes de discriminación en relación con las personas con VIH/Sida. • Los mayores niveles de discriminación se asocian al menor nivel socioeconómico. • Existe un bajo uso de las TIC como medio elegido para informarse sobre SSR. • 57 % nunca buscó información en Internet (4) • No hay un modo único, fijo ni homogéneo en que estos jóvenes experimentan la situación de vivir con VIH/sida. • Hay períodos en que ceden los síntomas y es más fácil construir rutinas o proyectarse hacia el futuro, mientras que hay otros momentos en que la vida gira en torno a los cuidados y las diferencias vuelven a un primer plano. • Los jóvenes que se presentan como iguales a sus pares no son negadores. Tratan de poder poner la enfermedad en un segundo plano para seguir construyéndose como sujetos. • Los jóvenes que circunstancialmente están atravesando una fase sintomática del proceso salud/enfermedad también tienen resquicios para proyectarse hacia el futuro. (3) 12 Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: • Teniendo en cuenta que los adolescentes que se infectan son atendidos en servicios para adultos, es necesario sensibilizar y capacitar a equipos interdisciplinarios en las especificidades del abordaje de los y las adolescentes con VIH. • Teniendo en cuenta el alto porcentaje de adolescentes que no han buscado información sobre VIH/Sida en Internet es aconsejable la creación y difusión de sitios amigables en las redes y en los buscadores sobre el tema. • Teniendo en cuenta el bajo % de jóvenes de población general que se han testeado es recomendable seguir incentivando el testeo voluntario. • Teniendo en cuenta el importante porcentaje de jóvenes que no han recibido consejería al momento de realizar el test es importante capacitar a los profesionales para realizarla. • Teniendo en cuenta el alto porcentaje de jóvenes que se infectan por relaciones sexuales, es importante realizar intervenciones para alentar el uso del preservativo, tanto en varones heterosexuales como homosexuales. • Teniendo en cuenta el persistente grado de prejuicio en relación con los enfermos de sida es importante seguir realizando campañas de concientización sobre el tema. FECUNDIDAD ADOLESCENTE Selección de trabajos consultados: 1. UNICEF, Situación del embarazo adolescente en Argentina, en el día mundial de la población, 2011. 2. UNICEF, Situación del embarazo adolescente en Argentina, en el día mundial de la población, 2013. 3. Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable: Estadísticas, 2007. 4. Binstock y Gogna: Estudio sobre mujeres de 18 y 19 años de las provincias de Chaco, Misiones, Sgo. del Estero y regiones sanitarias V y VII de Prov. de Bs. As. (muestra no probabilística; 480 casos reclutadas en servicios de salud hospitalarios y centros de salud), 2014. 5. Binstock y Pantelides: Estudio sobre la fecundidad adolescente, 2005. 6. Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia, 2014. 7. Anuario Estadístico 2009, DEIS. 8. Estadísticas de Salud, 2011. 13 Principales hallazgos: • Se denomina fecundidad adolescente precoz a la que ocurre antes de los 15 años, y tardía a la que ocurre entre los 15 y 19 años. • Tasa de fecundidad en mujeres de 15 a 19 años para el 2011: 68,2 x 1000, ubicándose por encima del promedio mundial (estimado en 51 x 1000) pero por debajo de la media para América Latina y el Caribe (75 x 1000). Entre los países de la región la fecundidad adolescente en la Argentina supera a la de Uruguay, Chile y Brasil y está por debajo de Bolivia y Colombia. (8) • La tasa en niñas de 10 a 14 años es 1,9 x 1000. (8) • Desde 1954 la fecundidad adolescente (15-19) tuvo un comportamiento ascendente con un pico alrededor de 1980 (80 x 1000) para luego descender hasta el 2003 (56,7 x 1000). A partir de allí comenzó nuevamente a ascender. (6) • El aumento desde el 2003 hasta el 2011 fue de alrededor del 20 %. (8) • La fecundidad adolescente precoz (10 a 14 años) mostró un comportamiento similar a la tardía. (3) • Si bien las brechas entre jurisdicciones se han reducido, persisten importantes diferencias. Por ej.: 33.8 por mil en CABA y 93.7 por mil en Misiones, 89.8 en Chaco y 81.1 en Sgo. del Estero. (3) • El embarazo durante la adolescencia ocurre con mayor frecuencia entre jóvenes de sectores vulnerables. En el censo de 2001 la proporción de madres entre las adolescentes con menor nivel educativo (primario completo o menos) triplicaba a la de las adolescentes con secundaria incompleta y más, pese a que éstas últimas tienen en promedio mayor edad y por lo tanto mayor tiempo de exposición a la posibilidad de ser madres. (5) • En 2010 el 79,5 % de las madres de 18 y 19 años no tenía concluido el nivel secundario. En algunas jurisdicciones con alta fecundidad adolescente la situación es aún más crítica. (5) • El 63% de ellas cuenta exclusivamente con cobertura del sistema público. (5) • Los nacimientos de madres adolescentes ocurren para la mayoría de las mujeres en el marco de una convivencia (2 de cada 3 casos, aproximadamente). (5) • Cada año cerca de 3000 niñas menores de 15 años se convierten en madres, lo que es preocupante no sólo por el riesgo de mayores complicaciones físicas que representa el embarazo a tan temprana edad, sino porque a menor edad de la mujer mayor es la 14 probabilidad de que el embarazo sea producto de abuso sexual, relaciones forzadas o explotación sexual. (2) • Considerando los nacimientos por edad de la madre, de cada 100 nacidos vivos, 16 tienen madres adolescentes. (2) • Las provincias del NOA y NEA tienen las tasas más elevadas. Santa Cruz se incluye entre las provincias con mayor fecundidad. (2) • La Ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego presentan las tasas más bajas. (2) • La provincia de Buenos Aires tiene una tasa baja, pero dada su densidad poblacional aporta el 33% de los nacimientos de madres adolescentes del país. (2) • En las adolescentes de países limítrofes y de Perú que residen en el país el porcentaje de madres es más elevado que entre las nativas; la diferencia es mayor entre las de 14 años que entre las de mayor edad. (2) FECUNDIDAD ADOLESCENTE Jurisdicciones según tasa de fecundidad adolescente precoz (10-14) y tardía (1519), 2009 Tasa de fecundidad de 10 a 14 años (promedio nacional 2,0 x 1.000) Menor de 1 CABA 1 - 1,9 2 - 2,9 3 -5,7 Buenos Aires La Rioja Corrientes Tierra del Fuego Jujuy Misiones Mendoza Neuquén Formosa Córdoba Chubut Chaco Tucumán Catamarca La Pampa Entre Ríos San Luis Santiago del Estero Río Negro Santa Cruz Salta Santa Fe San Juan Tasa de fecundidad de 15 a 19 años (promedio nacional 67,0 x 1.000) 33,8 - 59,9 60,0 - 69,9 70,0 - 79,9 80,0 - 93,7 CABA La Rioja San Luis Santiago del Estero Tierra del Fuego Córdoba Santa Fe Formosa Buenos Aires Mendoza Santa Cruz Jujuy Catamarca Chaco Tucumán Neuquén Misiones Salta Chubut La Pampa Entre Ríos Río Negro San Juan Corrientes Fuente: (7) 15 Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: Teniendo en cuenta especialmente el aumento en la tasa de fecundidad adolescente precoz es importante, como se dijo en relación con el inicio de las relaciones sexuales, diseñar y difundir programas de sensibilización para padres, docentes, profesionales de los servicios de salud y otros adultos que trabajan con niños con respecto a la detección de posibles casos de abuso sexual, capacitándolos con respecto a las intervenciones posibles en diferentes espacios. Al mismo tiempo, diseñar y difundir, basándose en iniciativas de otros países, programas para niñas púberes que las ayuden a identificar y a cuidarse de situaciones de riesgo en este sentido. Teniendo en cuenta el estereotipo difundido en general por los medios en relación con el embarazo en la adolescencia, trabajar con ellos diferenciando el embarazo no planificado o no decidido y el embarazo no deseado, atendiendo a los considerables porcentajes de embarazos en adolescentes que conviven en pareja y de adolescentes mujeres que plantean no haberse cuidado en sus relaciones sexuales porque deseaban quedar embarazadas. EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA Selección de trabajos consultados: 1. Sistema Informático Perinatal (SIP), 2008. 2. Boletín Observatorio de la Maternidad, 2014. 3. Gogna (coordinadora): Embarazo y maternidad en la adolescencia. CEDES-UNICEF-Min. de Salud: Encuesta a 1645 puérparas de 15 a 19 años atendidas en establecimientos públicos de 7 ciudades del país, 2005. 4. Climent: Investigación cualitativa sobre 28 madres adolescentes de un partido del Gran Buenos Aires, 2003. 5. Binstock y Pantelides: "La fecundidad adolescente hoy: diagnóstico sociodemográfico", 2005. 6. Pantelides y Binstock: “La fecundidad adolescente en la Argentina al comienzo del Siglo XXI”, 2007. 16 7. Binstock y Gogna: Estudio sobre mujeres de 18 y 19 años de las provincias de Chaco, Misiones, Sgo. del Estero y regiones sanitarias V y VII de Prov. De Bs. As. (muestra no probabilística; 480 casos reclutadas en servicios de salud hospitalarios y centros de salud), 2014. 8. Kornblit y Sustas: Estudio sobre actitudes y prácticas en relación con la sexualidad en jóvenes escolarizados en el nivel medio de la enseñanza de todo el país (muestreo intencional no probabilístico en 95 escuelas, con 6.119 casos, 2012; 9. Encuesta del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable: 6000 casos, 2014. 10. Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, 2011. Principales hallazgos: • Se estima que, a nivel mundial, dos de cada tres embarazos no planificados son producto de la falta de acceso a información, a uso de métodos anticonceptivos, y 1 en cada 7 del fracaso de métodos tradicionales. Se calcula también que, a nivel global, el 20% de los embarazos no planificados termina en un aborto inducido (10) • El 48% de las adolescentes que dan a luz no buscaron ese embarazo. • La mayoría de los embarazos (60%) no son planeados ni inicialmente deseados. (1) • Cerca de dos tercios de las puérperas encuestadas no esperaba tener un hijo al momento que quedó embarazada a pesar de que no estaba utilizando un método anticonceptivo. • El período entre la iniciación sexual y el embarazo fue en promedio de un año y medio. (3) • Algo más de un tercio no se cuidó al momento de quedar embarazada porque quería tener un hijo. La proporción de jóvenes que expresa haber querido embarazarse es mayor entre las de 18 y 19 años, las que no estaban estudiando, y las que convivían con su pareja. (3) • El embarazo en la adolescencia está asociado a: una sensación de “inmunidad” que las/ los jóvenes manifiestan frente a la posibilidad de un embarazo, “nunca me cuidé y nunca me embaracé tampoco” la toma de riesgos, aun conociendo las consecuencias una postura pasiva en la que el embarazo es algo que simplemente “pasa”, “pasa sin querer” o “viene solo” 17 Familias negligentes o autoritarias más restrictivas y con relaciones familiares más conflictivas. (4) • • Motivaciones para tener un hijo entre las adolescentes en situación de pobreza: Tener un objeto de afecto Mayor respeto social al cumplir con el mandato de la maternidad Intento de escapar a situaciones conflictivas en el hogar Deseo de tener hijos propios para no seguir cuidando de los hermanos pequeños Obtener protección o apoyo económico de un varón. La soledad tras la muerte de un ser querido La pérdida de un embarazo anterior (espontánea o por aborto provocado (4) La edad promedio del primer embarazo es 16.6 años. (3) Según tu opinión, el embarazo en la adolescencia tiene que ver con: Varones Mujeres Estrato bajo Estrato medio La necesidad de compensar una historia de falta de afectos La necesidad de tener algo propio 18,50% 25,00% 22,30% 22,60% 15,90 15,40% 15,50% 16,00% La posibilidad de no sentirse nunca más sola o solo La necesidad de encontrar una razón para seguir viviendo La posibilidad de estabilidad en la pareja 14,50% 16,20% 16,00% 15,60% 14,60% 15,60% 17,60% 13,70% 30,40% 40,80% 33,70% 38,60% La posibilidad de formar un hogar propio 27,80% 25,70% 30,50% 24,40% Falta de cuidado 15,90% 15,40% 8,30% 12,10% Fuente: (8) • Las adolescentes madres están en una situación de mayor vulnerabilidad en términos de cobertura de salud y de calidad de la vivienda. Sólo el 27% de las madres adolescentes comparado con el 53% de las no madres tiene algún tipo de cobertura de salud, y la 18 mitad de las adolescentes madres vive en viviendas precarias mientras que esta cifra es del 25% en la población general. (6) • Más de la mitad de las adolescentes madres ya habían abandonado la escuela antes del embarazo. Sólo 4 de cada 10 que están estudiando al quedar embarazadas continúan con el ciclo lectivo. (2) • Algo más del 60 por ciento de quienes estaban de novia pasaron a convivir con el padre del hijo al embarazarse, proporción que se incrementa conforme a la duración del noviazgo. • En el grupo de 17 a 19 años la mayoría de las que se embarazaron por primera vez lo hizo en el marco de una relación de noviazgo (73%), y un 22% lo hace en el marco de una convivencia • El 39 % de las madres adolescentes estudiaba al momento de quedar embarazada; un 9 % adicional estudiaba y trabajaba; y el 17 % sólo trabajaba. En el otro extremo, el 35 % no estudiaba ni trabajaba al momento de quedar embarazada. • La mayoría dejó la escuela inmediatamente de conocer la noticia del embarazo o en un corto lapso de tiempo. Algo más de un cuarto de las entrevistadas que estaban asistiendo a la escuela al momento del embarazo continuó hasta el séptimo mes o hasta el final del embarazo y sólo un 13.5% terminó el secundario o continuó estudiando. • Luego del nacimiento del primer hijo, sólo un cuarto de las jóvenes retornaron a la escuela. • Algo similar ocurre con el trabajo. De casi el 30 % que trabaja, algo menos de la mitad (45%) dejó de hacerlo inmediatamente; una de cada cuatro trabajó durante todo el embarazo. • En la mayor parte de los casos la actitud de la familia frente al embarazo de la adolescente es positiva. Un 30% de las entrevistadas reportó que la reacción inicial en su familia de origen fue de enojo. (7) EDAD DE LA PAREJA • 5% de las encuestadas declaró que el padre de su primer hijo tenía 30 años o más al momento del nacimiento del bebé, proporción que se eleva a 13.4% en Misiones, y que puede estar indicando posibles situaciones de abuso sexual o violación. • Un 38 % tienen la misma edad o hasta dos años de diferencia con la pareja, y una proporción casi similar (34%) entre 3 y 5 años. Esto revela que cuando se habla de maternidad adolescente también frecuentemente se trate de paternidad adolescente. 19 • En el caso de los noviazgos, más de un tercio llevaba un máximo de tres meses de relación al momento de la ocurrencia del embarazo, y casi un 20% adicional entre 4 y 8 meses. • Alrededor de la mitad de las adolescentes madres quedó embarazada de su primera pareja sexual. (3) REPITENCIA DEL EMBARAZO • Un 20% de los nacimientos que ocurren anualmente en adolescentes son de orden 2 o más, es decir de madres adolescentes que ya han tenido uno o más hijos. • Más de la mitad de ellas no quería quedar embarazada nuevamente o prefería esperar • En el año 2009 el 3% de los nacimientos de mujeres de hasta 14 años, el 11% de los de las de 15 a 17 y 26% de los de las de 18 y 19 fueron de orden 2 y más, y en este último grupo el 3,4% de los nacimientos fue de orden 3 y más. • Esto evidencia un patrón de fecundidad de inicio muy temprano con cortos espacios intergenésicos. • A diferencia de las tasas de fecundidad adolescente, se registra un descenso de nacimientos de segundo o mayor orden entre las adolescentes, particularmente durante el primer quinquenio de la década de 2000. La proporción de hijos de segundo o mayor orden entre los nacimientos de mujeres entre 18 y 19 años descendió del 31 al 26% entre 2001 y 2006, y se ha mantenido estable en dicho valor hasta el 2011. • Chaco y Misiones, pese a registrar un descenso importante son, junto con Santiago del Estero y Entre Ríos, las provincias que actualmente tienen la proporción más alta de nacimientos de segundo o mayor orden entre las adolescentes. En dichas provincias alrededor de uno de cada tres nacimientos de madres entre 18 y 19 años es de segundo o mayor orden. • Entre quienes manifestaron no haber buscado o planeado otro embarazo, el 37% reportó que se cuidaba “siempre”, 44% lo hacía “a veces” y 18% “casi nunca”. Los dos métodos más usados y en igual proporción fueron el preservativo y la píldora anticonceptiva (40% respectivamente). • En el momento del segundo embarazo, sólo una ínfima minoría estaba asistiendo a la escuela (10%), y alrededor del 30% trabajaba. • Continúan trabajando durante el segundo embarazo con más frecuencia, lo que refleja la mayor necesidad e importancia que tiene su ingreso para la economía del hogar. 20 • El segundo embarazo ocurre con más frecuencia en el marco de una relación de convivencia (72%). Del resto algo más de la mitad pasó a convivir con la pareja, principalmente antes del nacimiento. Consecuentemente, la mayoría queda embarazada conviviendo con la pareja, y la proporción se eleva al 92 % para el momento del nacimiento. • No se trata necesariamente de la misma pareja con quien tuvo el primer hijo. Dicha proporción es del 60%, por lo que el 40% restante tiene su segundo embarazo de una nueva pareja. • La edad promedio en el segundo embarazo es 17,5 años. (3) CONTROLES REALIZADOS DURANTE EL EMBARAZO • El 97% de las mujeres embarazadas entre 14 y 19 años realizaron controles durante el embarazo. • Sólo el 8 % de las mujeres entre 15 y 49 años realizó menos de 5 controles. (9) • El 31 % de las adolescentes encuestadas realizó menos de 5 controles. • Los controles son mucho más frecuentes entre las primíparas que entre las multíparas. • El 45 % no realizó controles durante el primer trimestre. (3) Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: • La persistencia de las tasas de embarazo y maternidad adolescentes se vincula a la combinación de un inicio cada vez más temprano de la sexualidad activa en los y las jóvenes, con la insuficiente efectividad de las políticas públicas de salud sexual y reproductiva para adolescentes y mujeres jóvenes. (2) • Teniendo en cuenta el alto porcentaje de adolescentes que abandonan la escolaridad tras embarazarse es necesario desarrollar programas que capaciten a los docentes y autoridades escolares para que la escuela incremente su capacidad de continencia en este aspecto. • Teniendo en cuenta el alto porcentaje de adolescentes que no vuelven a la escuela tras el parto es necesario incrementar y crear guarderías que permitan el acceso a las aulas de las madres. • Teniendo en cuenta la menor realización de controles del embarazo que realizan las adolescentes en relación con las mujeres más grandes es importante realizar intervenciones para sensibilizarlas en relación con la necesidad de los mismos. 21 • Teniendo en cuenta la menor cantidad de controles durante el embarazo que realizan las jóvenes en los embarazos en los que no son primerizas es importante capacitar a los profesionales de la salud en el aprovechamiento de las oportunidades de contacto con adolescentes para incentivarlas a realizarlos. ABORTO EN LA ADOLESCENCIA Selección de trabajos consultados: 1. Gogna (coordinadora): Embarazo y maternidad en la adolescencia. CEDES-UNICEF-Min. de Salud: Encuesta a 1645 puérparas de 15 a 19 años atendidas en establecimientos públicos de 7 ciudades del país, 2005. 2. Estadísticas de Salud, 2011. 3. Ciavarino et. al.: estudio en las adolescentes menores de 16 años que fueron asistidas por aborto en el Instituto de Maternidad de Tucumán durante el año 2004, 2006. 4. Nota Clarín, 8/III/2004. 5. Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable. Encuesta 2014. 6. Binstock y Gogna: Estudio sobre mujeres de 18 y 19 años de las provincias de Chaco, Misiones, Sgo. del Estero y regiones sanitarias V y VII de Prov. De Bs. As. (muestra no probabilística; 480 casos reclutadas en servicios de salud hospitalarios y centros de salud), 2014. 7. Vázquez y Gutiérrez: Investigación sobre Riesgos en salud reproductiva. Uso indebido de misoprostol en 59 adolescentes de 13 a 21 años embarazadas atendidas en el Servicio de Adolescencia del Hospital Argerich, 2006. 8. Zamberlin: Estudio sobre percepciones y conductas de las/los adolescentes frente al embarazo y la maternidad/paternidad: investigación cualitativa con 10 grupos focales con adolescentes de 15 a 19 años en Resistencia, Tucumán y Gran Bs. As., 2005. 9. Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Balance 2003─2011, 2011. Principales hallazgos: • Para la ley Argentina la ocurrencia de un embarazo en adolescentes por debajo de la edad de consentimiento sexual (13 años; en casos especiales como abuso: 16 años) 22 habilita a la implementación de las acciones definidas para la atención de abortos no punibles • El 3% de las adolescentes entre 14 y 19 años afirmó que realizó un aborto alguna vez. (5) • Los egresos ginecobstétricos en servicios hospitalarios representan el 59% de los egresos en las mujeres adolescentes y dentro de ellos el aborto explica el 10% de estos egresos. • En algunas jurisdicciones del país el peso del aborto dentro de los egresos ginecobstétricos de adolescentes es más elevado, destacándose La Rioja (20%), Tierra del Fuego (13%) y Córdoba (11%). • En 2009 se registraron cerca de 9.000 egresos hospitalarios por abortos en adolescentes en todo el país. Esto representa un promedio diario de 25 adolescentes que egresan de un hospital público luego de haber estado internadas por una situación de aborto. • De los egresos por aborto que se registraron en el país en 2007 un 16% correspondió a mujeres adolescentes. • Desde el año 2005 a la actualidad se registra un aumento del peso de las mujeres adolescentes en la población de mujeres que son hospitalizadas por complicaciones de aborto. (6) • El 4.4 % de la muestra había tenido al menos un aborto. La mayor proporción de abortos se registra en el Gran Buenos Aires. De estos, el 62% corresponde al primer embarazo. (1) • El principal motivo para realizar un aborto es el temor a la reacción de los padres, más que un rechazo a la maternidad. (1) • Muchas veces las adolescentes se rebelan y ofrecen resistencia frente a la imposición de un aborto por parte de los adultos, a diferencia de la decisión personal de interrumpir el embarazo que muchas de ellas tienen inicialmente. El motivo principal por el que intentan abortar ni bien descubren su estado está motivado, en gran parte, por el afán de evitar una reacción negativa por parte de sus padres, pero una vez que los padres se han enterado, las jóvenes se “apropian de su embarazo” y se resisten a acatar las decisiones de los mayores. (8) • De los 36 casos de mortalidad materna en adolescentes registrados en 2011, 10 casos fueron por abortos. (2) Se asistieron 647 embarazadas de 10 a 16 años y finalizaron en aborto el 11%. La edad de mayor frecuencia correspondió a 16 años. La mayor proporción completó el primario 23 (78%); sólo el 20% cursa el secundario. El 15% había tenido embarazos previos. El 9% manifestó que el aborto fue provocado. En el 7% se presentaron complicaciones. El 28% de los casos consultaron al año siguiente por estar embarazadas. Sólo al 68% (47) de las pacientes se les informó sobre el uso de algún método anticonceptivo. El 25 % de los casos se retiró del establecimiento sin el alta médica. No realizaron consultas post aborto. (3) Mabel Bianco: “El 35,3% de las muertes maternas en adolescentes es producto de embarazos terminados en abortos. Y lo más grave es que en el año 2000 hubo muerte materna en menores de 15 años, por primera vez en el país". (4) Las internaciones en hospitales públicos a causa de complicaciones debidas al aborto aumentaron de 48.000 en 1995 hasta 78.000 en el año 2000 (un 46%). En las provincias más pobres, las internaciones triplican el promedio nacional. El 40% de estas internaciones corresponde a adolescentes de menos de 20 años. Mientras los egresos hospitalarios por embarazos terminados en egresos hospitalarios por embarazos terminados en egresos hospitalarios por embarazos terminados en aborto muestran una tendencia decreciente en el grupo total de mujeres, el porcentaje de menores de 20 años que egresan con este diagnóstico registró, en los últimos años, una tendencia ascendente. En el año 2000, un 9% de las hospitalizaciones por complicaciones post aborto correspondieron a jóvenes de 15 a 19 años. Para el año 2007, esta cifra había ascendido al 15%. (9) En todo el país, la edad promedio de las mujeres que llegan a los hospitales públicos por abortos bajó de 25 años en 1995, hasta un promedio de entre 15 y 19 —con casos hasta de 10 años— en 2001. (4) De las 59 jóvenes entrevistadas, el 91,5 por ciento había usado por primera vez misoprostol. (7) El uso del misoprostol disminuyó notablemente la incidencia del aborto infectado, pero también es probable que por la misma razón haya aumentado el número de las internaciones por aborto, que tradicionalmente era de 50 mil por año y hoy es de 78 mil, ya que las mujeres toman la pastilla y después concurren al hospital con un aborto incompleto para que allí se los terminen. (7) 24 Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: En el caso del estudio de Tucumán, la alta proporción de adolescentes que se retiraron del establecimiento sin alta médica, y la ausencia de la consultas post aborto muestran la pérdida de oportunidades en consejería, lo que contribuye a la posibilidad de embarazos subsiguientes. Teniendo en cuenta la actual legislación en relación con el aborto, la propuesta de algunos especialistas es disminuir los perjuicios asociados a las mujeres que igualmente lo practican: la mortalidad y morbilidad maternas, y las secuelas físicas de los abortos quirúrgicos mal hechos. Para eso, proponen que dado que las jóvenes compran el misoprostol en las farmacias, capacitar a los farmacéuticos para que brinden información adecuada sobre su uso. Y una vez que se administraron la pastilla, brindarles la estructura hospitalaria para que se controlen y tengan una adecuada atención anticonceptiva post-aborto. MORTALIDAD MATERNA Selección de trabajos consultados: 1. Estadísticas de Salud, 2011. 2. PNUD. Aportes para el Desarrollo Humano en Argentina. Género en cifras: mujeres y varones en la sociedad argentina, 2011. 3. Salud materno-infanto-juvenil en cifras. UNICEF─SAP, 2013. 4. Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Balance 2003─2011, 2011. Principales hallazgos: De los 36 casos de mortalidad materna en adolescentes registrados en 2011, 10 casos fueron por abortos, 19 por causas obstétricas directas y 7 por causas obstétricas indirectas, sin especificar. 6 casos ocurrieron en el Chaco, 5 en Misiones, 5 en Buenos Aires y 4 en Jujuy. (1) En el 2009 el 8,5% de las defunciones maternas (35 defunciones) ocurrieron en menores de 20 años, lo que ubica la RMM (Razón de Mortalidad Materna) para este grupo en 3 x 10.000 NV (Nacidos Vivos), la más baja de los últimos cuatro años. La RMM de adolescentes descendió un 17% en el período 1990-2009. A pesar del 25 descenso, la tendencia muestra oscilaciones entre 2,4 y 3,8 defunciones cada 10.000 nacidos vivos durante dicho período. (1) En 2011, 36 adolescentes menores de 20 años fallecieron en Argentina por causas vinculadas al embarazo o el parto lo cual representa casi el 12% de la mortalidad materna en el país (3). De continuar con el ritmo de descenso observado hasta el presente, la RMM para Argentina para el año 2015 habrá logrado una reducción del 18% en veinticinco años, en lugar del 75% comprometido ante los 193 Estados Miembros de Naciones Unidas. La mortalidad materna descendió paulatinamente y con oscilaciones de un nivel de 7,0 muertes por cada 10 000 nacidos vivos en 1980 a 3,5 en el año 2000. A partir de allí se ha registrado una tendencia levemente ascendente que, hasta la fecha se ha mantenido por encima de 4,0 muertes por cada 10 000 nacidos vivos. La mortalidad materna se torna aún más preocupante cuando se considera la importante proporción de dichas muertes que son evitables. Sobre la base de las causas de muerte registradas en las estadísticas vitales en 2006, alrededor del 30% de las muertes maternas se deben a complicaciones de abortos, la principal causa, seguida por causas obstétricas indirectas (19%), causas obstétricas directas (15%), sepsis y otras complicaciones principalmente relacionadas con el puerperio. (2) La mortalidad materna en el grupo de 15 a 19 años muestra un incremento en los últimos años. Mientras en el año 2000 alcanzaban el 11% del total, para el año 2008 representaron casi el 15%. (4) Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: La persistencia del porcentaje de muertes maternas como consecuencia de abortos sépticos lleva a plantear la necesidad de difundir los riesgos de prácticas que pueden conducir a esta situación y a capacitar en los servicios que atienden a adolescentes en la metodología de trabajo adoptada por el servicio del Hospital Argerich (cf. FUSA, 2009). 26 MASCULINIDADES Selección de trabajos consultados: 1. Zamberlin: Percepciones y conductas de las/ los adolescentes frente al embarazo y la maternidad/ paternidad., 2005. 2. Necchi y Schufer: Adolescente varón: iniciación sexual y anticoncepción (Argentina), 2001. 3. Villa: Cuerpo, sexualidad y socialización, 2007. (3): se trabajó con una muestra de 60 jóvenes de ambos sexos, 15 de cada sexo y de cada estrato socioeconómico (bajo y medio), contactados a través de instituciones de salud. 4. Pantelides et al.: encuesta de hogares a 1245 varones de 25 a 59 años de las ciudades de Gran Rosario y Reconquista, 2011. 5. Kornblit: resumen de investigaciones sobre sexualidades en varones jóvenes, 2003. Principales hallazgos: • Los varones suelen plantear el deseo de tener un hijo principalmente como un deseo femenino que ellos aceptan o consienten. • Tanto en la iniciación como en las relaciones posteriores las mujeres tienden a delegar el cuidado anticonceptivo en los varones. • Entre los varones el no uso de métodos muchas veces responde al “impulso incontrolable” y a la imposibilidad de “detenerse a pensar” que se asocian a un modelo de género tradicional en el cual la masculinidad se prueba mediante la actividad sexual. • En los varones el deseo de concretar una relación sexual supera a la percepción de riesgo de dejar embarazada a la mujer o a contagiarse una enfermedad de transmisión sexual. La búsqueda de placer sexual se vuelve una prioridad. (1) • Los jóvenes varones identifican dos tipos de relaciones de pareja: la novia y la “otra”, con quien no media un compromiso afectivo y a quien se recurre con el fin de saciar el deseo sexual. Con esta última, la preocupación por evitar el embarazo no constituye una prioridad para el varón, que concentra su atención en la búsqueda de placer. • En el imaginario masculino, la mujer que se presta a tener relaciones ocasionales es una mujer experimentada y conocedora, y que por lo tanto se debería ocupar de su propio cuidado anticonceptivo. • Con respecto al embarazo, en concordancia con un modelo de género que reprime la sexualidad femenina y fomenta la sexualidad masculina y el rol del varón como proveedor, para los varones la reacción de la familia –si bien es un tema que los pone 27 nerviosos e incómodos– no constituye la principal preocupación. Su dilema se centra en el cambio de vida y las nuevas obligaciones y responsabilidades –fundamentalmente económicas– que representa la paternidad. (1) • Existe una importante heterogeneidad en las conductas y circunstancias psicosociales de la iniciación sexual en los varones adolescentes: algunos se acercan a un modelo de integración sexualidad/afectividad, otros actúan impulsados por la cultura machista y se inician precoz y disociadamente y algunos otros se inician, provocados o seducidos, con escaso manejo de la situación. Estas conductas diferenciales reflejan el proceso de transformación que se está dando en la forma de asumir la masculinidad. • El preservativo es el método anticonceptivo más usado por estos varones: lo valoran como eficaz para la anticoncepción y lo adoptan para prevenir embarazos. Su compromiso con la responsabilidad reproductiva no se percibe claramente: en su iniciación sexual, predomina más el temor al SIDA que la preocupación por no dejar embarazadas a sus compañeras. Y en sus relaciones siguientes aparecen más desprotegidos quienes se involucran afectivamente en parejas estables. (2) • Los jóvenes varones de estratos pobres tienen la expectativa de no repetir y de diferenciarse de las cualidades machistas que les fueron transmitidas en la familia de origen para el desempeño del rol de padre y en las relaciones de pareja con las mujeres, pero no disponen de espacios de socialización que discutan estos aspectos y que brinden la posibilidad de incorporar otros. (3) • Los varones muestran interés y voluntad por acompañar a sus parejas a las consultas de control prenatal como una forma de protegerlas y cuidarlas y también por la posibilidad de evacuar dudas con los profesionales e informarse sobre el progreso del embarazo. • Algunos profesionales de los centros de salud fomentan activamente la participación del varón en la atención del embarazo. Esto es valorado positivamente por los futuros padres que aprecian la información que reciben y se sienten protagonistas del embarazo a la par de sus parejas. • A diferencia de la participación que algunas instituciones –en especial los centros de atención primaria– dan al varón durante las consultas de control prenatal, el acompañamiento durante el parto y la internación en el puerperio parecen ser instancias vedadas para los varones en los hospitales públicos. Según los testimonios, existiría una política institucional que no permite el acompañamiento en el momento del parto, mientras que en la internación posterior, el ingreso de los varones se restringe a los 28 horarios de visita con el fin de resguardar la privacidad del conjunto de mujeres internadas. • Ninguno de los participantes de los grupos pudo presenciar el parto de su hijo, y no todos hubieran deseado hacerlo. Los testimonios reflejan un gran consenso sobre el escaso protagonismo y participación que las instituciones les permiten a los padres adolescentes en las primeras horas de vida de sus hijos ya que son tratados como visitas comunes cuya presencia se limita a un horario acotado y a quienes no se les informa con celeridad acerca del estado de su pareja e hijo o no se les notifica de inmediato el nacimiento. (1) • Los servicios de salud reproductiva para varones deberían ubicarse en los servicios de salud ya existentes; los esfuerzos deben concentrarse en reforzar ese sistema más que en crear recursos específicos para población masculina. (4) • Si bien se han producido modificaciones en el sistema género─sexualidad de los varones jóvenes en el país, ellas han tenido lugar a nivel de la conducta más que a nivel de las imágenes o representaciones sociales acerca de ella Los estereotipos de género serían más resistentes al cambio que las conductas por su carácter de estereotipos, que constituyen los aspectos cognitivos del prejuicio. (5) Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: • La escasa participación de los varones en los servicios de salud relación con los diferentes aspectos de la salud sexual y reproductiva y en especial en lo hace al parto de sus hijos lleva a planear la necesidad de trabajar en los servicios para que incluyan prestaciones para varones solos y junto a sus parejas. • La persistencia de los estereotipos en cuanto a las imágenes de género lleva a la necesidad de plantear la necesidad de trabajar con los jóvenes en pos de una distribución de los roles masculino y femenino menos rígida, ampliando las posibles incumbencias de cada uno de los miembros de la pareja. SEXUALIDADES NO HEGEMÓNICAS Selección de trabajos consultados: 1. Pecheny, 2002. 2. Pecheny y Manzelli, 2008. 3. Duranti. Dirección de Sida y ETS. Diversidad sexual. 29 4. Primeras Jornadas Nacionales de Diagnóstico Participativo, 2011. Principales hallazgos: • En la adolescencia los dos procesos más relevantes en relación con las sexualidades no hegemónicas son: – La percepción, reconocimiento y aceptación del deseo homoeróticamente orientado, marcado por la experiencia “inquietante” de reconocerse y encontrarse por fuera de la norma heterosexual – • La aceptación frente a los otros de la orientación (homo)sexual (3) La discriminación sobre la base de la orientación sexual no heterosexual es una conocida barrera al acceso al sistema de salud. (1) • En relación con lesbianas, se presume que la sexualidad es exclusivamente genital penetrativa. Dos preguntas clave son formuladas en el primer contacto profesionalpaciente: “¿Tenés relaciones sexuales?” y en caso afirmativo se pregunta - “¿cómo te cuidas?”. El interrogante tiene un referente específico: se asocia a métodos de cuidado anticonceptivo en el marco de relaciones heterosexuales. Difícilmente haya espacio para prácticas sexuales no coitales y mucho menos, que no vinculen a otro varón en el imaginario relacional (2). • Muchas veces: la mayor incomodidad es la que experimenta la médica/ el médico, que no espera encontrarse frente a una mujer lesbiana o bisexual en el marco de la consulta. • La asociación entre el sexo entre mujeres y las prácticas de cuidado va por la negativa: si se tienen relaciones sexuales con mujeres no es necesario cuidarse. • Barreras identificadas para el acceso a los servicios de salud: – Falta de reconocimiento de la Identidad de Género de las personas trans. – Procedimientos burocráticos y administrativos que dificultan el ingreso al Sistema de Salud. – Falta de servicios capacitados en los cuidados de la salud sexual y reproductiva de las personas LGTB. – La presunción de heterosexualidad en la atención médica. – Prejuicios, concepciones y creencias de los equipos de salud hacia la comunidad LGTB que pueden constituirse en prácticas discriminatorias. – Necesidades específicas según grupos: – Las personas trans (femeninas y masculinas) necesitan poder acceder a las distintas especialidades médicas para el desarrollo de los tratamientos de 30 hormonización, en los servicios de endocrinología, ginecología y urología y a las intervenciones de reasignación de género, extracción de glándulas mamarias, entre otras modificaciones corporales, para quienes así lo deseen. – Las mujeres lesbianas y bisexuales precisan que no se presuponga su heterosexualidad en las consultas ginecológicas, se les faciliten los estudios como el PAP, la colposcopía y mamografías, y puedan acceder a la información y a las técnicas de reproducción asistida. – Los varones gays y bisexuales necesitan desterrar los prejuicios y concepciones heteronormativas y machistas para acceder a servicios de proctología, urología y que los reconozcan y respeten en su identidad. (3) Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: • Las barreras señaladas por las personas con sexualidades no hegemónicas con respecto a su atención en los servicios de salud plantea la necesidad de capacitar a los profesionales de esos servicios en las problemáticas de estas personas y en sus necesidades. EVALUACIÓN DE LOS SERVICIOS PARA ADOLESCENTES POR PARTE DE LAS USUARIAS Selección de trabajos consultados: • Mattioli: evaluación de usuarias del Area Programática del Hospital Argerich, Ciudad de Buenos Aires sobre atención de la salud sexual y reproductiva, 2011. Principales hallazgos: • Se indagó sobre cuestiones referidas al grado de involucramiento de los profesionales con respecto a las trayectorias sexuales y reproductivas de las usuarias, en especial con respecto a si las cuestiones vinculadas a la sexualidad, tanto en provisión como en información, se ven facilitadas por los profesionales. En salud sexual y reproductiva si se genera una suerte de complicidad se favorece el establecimiento de relaciones de confianza entre profesionales y usuarias, que se reflejan en la continuidad de uso de los 31 MAC por parte de las usuarias y en la periodicidad de los controles ginecológicos, los cuales redundan en mejor salud para las mujeres. • Las profesionales del equipo de salud son evaluadas como comprometidas (informan y entregan MAC, pero además aconsejan y permiten establecer lazos de confianza). • El indicador referido a si le preguntaron si quería que la pareja la acompañe daría cuenta de una atención más integral, que pretende incorporar al varón en el cuidado de la salud sexual y reproductiva. Pero es importante destacar que se pregunte si quiere que la acompañe o no, brindando esa posibilidad y no enfatizar en que la acompañe; dado que el no acompañamiento puede significar el ejercicio de la autonomía de la mujer, frente a parejas que no quieren que utilice MAC. Estar atentos a estas situaciones contribuiría a la elección de métodos acordes a la realidad de cada usuaria y a la detección de casos de violencia. Cuestiones problemáticas a resaltar y propuestas de intervenciones: • Es necesario particularmente con las adolescentes favorecer la relación de confianza con los profesionales de la salud que asegure la continuidad de las consultas al servicio. En consecuencia, debería capacitarse a los profesionales que las atiendan en aspectos relacionales que refuercen la empatía. • Ampliar la cantidad de servicios especializados en atención de adolescentes. • Favorecer la concurrencia a los servicios de los adolescentes varones. REC0MENDACIONES Selección de trabajos consultados: 1. Gogna (coord.) Embarazo y maternidad en la adolescencia. Estereotipos, evidencias y propuestas para políticas públicas, 2005. 2. Binstock y Gogna, 2014. 3. Observatorio de la Maternidad, 2014. 4. Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, 2011. 32 Principales hallazgos: En relación con los servicios de salud: • Debe promoverse una adecuada consejería anticonceptiva tanto desde salud como desde educación que incluya la discusión de los estereotipos ý roles de género para promover la asertividad de las mujeres y la responsabilidad de los varones. • Sensibilizar a los profesionales de la salud respecto a la incidencia y a las consecuencias de la violencia sexual y fortalecer/crear redes de asistencia y contención de las jóvenes víctimas de abuso sexual. • La comparación con el uso de métodos después del primer embarazo indicaría una mayor intención de cuidado luego del primer parto pero poco eficaz a pesar de que las jóvenes usaron en mayor proporción métodos de control femenino. El mayor uso de la píldora como resultado del contacto con los servicios de salud y a partir de su experiencia previa, tiene un uso deficiente, como lo evidencia la alta incidencia de embarazos no deseados. Si bien la mayoría de las adolescentes conoce los métodos para prevenir embarazos, y tiene acceso a ellos, especialmente una vez que son madres, no logran mantener una conducta sistemática en torno a su uso. (1) • El hecho del uso de MAC a partir del primer hijo refleja que los servicios de salud reproductiva o bien actúan a destiempo, o lo hacen a partir del indicador de la maternidad y no del comienzo de la sexualidad activa de las mujeres. Adicionalmente, son escasas las políticas de promoción del compromiso de los hombres jóvenes en la planificación familiar responsable. (3) • La experiencia de haber tenido ya un hijo disminuye considerablemente los controles de embarazo en el segundo hijo y más, por lo que hay que diseñar estrategias para captar a las adolescentes multíparas. • Faltan cursos de preparación para el parto. • Visto la marcada preferencia expresada por las adolescentes con respecto al DIU se debería incluir esta oferta en las consultas a los servicios en general y en particular en el pos aborto o en el pos parto. (2) En relación con el sistema educativo: • La proporción de embarazos en adolescentes que ya estaban fuera del sistema educativo al momento del primer embarazo indica que es importante desarrollar estrategias tendientes a mejorar su capacidad de retención. 33 • Teniendo en cuenta el abandono escolar durante el embarazo hay que trabajar en la escuela para disminuir prejuicios y facilitar la continuidad de los estudios a las adolescentes embarazadas. • Propiciar entornos contenedores es tan importante como promover conocimientos y habilidades individuales. En el mismo sentido, deben extremarse los esfuerzos para mantener a los adolescentes en la escuela, visto el claro efecto protector que tiene la educación. Para atraer y mantener a los y las adolescentes en la escuela se requiere, entre otros aspectos, que ésta responda más y mejor a las necesidades y aspiraciones de los jóvenes. (1) • En relación con la comunidad: • Dado que la gran mayoría de las jóvenes se inician en el contexto de un noviazgo resulta fundamental promover el diálogo sobre los métodos anticonceptivos en las parejas antes de la iniciación sexual dado que esto incide positivamente sobre el uso del preservativo en esa instancia. (2) • Las razones de no uso de métodos en la iniciación sexual hablan de la persistencia de una cultura sexual en la que las relaciones sexuales son vividas como fruto de la espontaneidad, que funciona como valor central. Asimismo, las nociones de género predominantes hacen que para muchas adolescentes sea más fácil tener una primera relación sexual no protegida, ya sea que cedan a la presión de sus compañeros o que lo consideren en “el orden de las cosas”, que prepararse para una primera relación protegida. Esto implicaría alguna forma de previsión y, por tanto, una postura activa, lo cual podría ser considerado sinónimo de experiencia y eventualmente generar dudas sobre su moralidad. Por tanto la educación sexual, al igual que la consejería anticonceptiva, deben abordar abiertamente estas cuestiones de género así como las creencias erróneas sobre el ciclo menstrual y la fertilidad. (1) • El rol central jugado por las madres como informantes en temas de salud sexual y reproductiva sugiere que capacitar a estas mujeres (sea en la comunidad, sea a través de la escuela) puede contribuir a satisfacer mejor las necesidades de información y apoyo emocional de las adolescentes en las familias. (2) • La mayor proporción de interrupciones del embarazo y el incremento de la tasa de mortalidad materna entre las mujeres jóvenes subraya la necesidad de acentuar la puesta en práctica de la Ley de Educación Sexual Integral, las Consejerías Integrales 34 en Salud Sexual y Reproductiva, las políticas frente al abuso sexual y remover las barreras de acceso a métodos anticonceptivos para adolescentes. (4) TRABAJOS CONSULTADOS: • Adaszko, A. (2012) Trayectorias de vida y manejo de la enfermedad en la vida cotidiana de adolescentes que crecieron viviendo con VIH/sida. En: Actualizaciones en Sida, 20, 75. • Binstock G. y Gogna M. (2013) Entornos del primer y segundo embarazo en la adolescencia. XII Jornadas Argentinas de Estudios de Población, Bahía Blanca. • Binstock G. y Gogna M. (2014) La iniciación sexual entre mujeres de sectores vulnerables en cuatro provincias argentinas. VI Congreso de ALAP, Lima. • Binstock, G. y Pantelides E.A. 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