Subido por Profe Gustavo Alvarez Rivero

LOS RECURSOS TEATRALES

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LOS RECURSOS TEATRALES
Elaborada la secuencia de acciones de cada situación, a su vez puede tener una resolución
escénica distinta utilizando diferentes recursos teatrales.
De los múltiples recursos existentes desarrollaremos algunos de los más relevantes para el
trabajo con jóvenes espectadores:
El gag. Es una acción o un conjunto de acciones precisas, articuladas, sincronizadas, que
por su repetición o por la ruptura de su continuidad producen un efecto cómico. En las
rutinas clownescas, el cine mudo, Los Tres Chiflados o El Chavo podemos encontrar
ejemplos abundantes.
La repetición. Gestos, acciones o palabras, marcadas con énfasis, que se repiten varias
veces en un corto lapso o en determinados momentos de la situación. Por ejemplo, un
personaje que al hablar empieza siempre con la misma palabra; diálogos donde se repite
una misma fórmula ("¡Ud. señor!
¿Yo señor? !Sí señor!"); alguien que frente a determinadas cosas repite un gesto; etcétera.
La rima. Las construcciones rimadas de los diálogos incorporan un elemento de juego
sonoro atractivo para el niño. Permite además generar situaciones de comicidad por la
repetición de un mismo sonido, la tergiversación o invención de palabras que se ajusten a
la rima, resolución insólita, etcétera.
La voz. Jugar con las múltiples posibilidades del hablar: variaciones en el tono y el volumen
, la cadencia de las frases, saltos, tartamudeos, la marcación exagerada de alguna letra o
sílaba o su supresión, la recreación de tonadas o dialectos, la invención de idiomas, etc.,
aportan color, humor e intriga a los personajes y a las situaciones.
La calidad del movimiento. Modificando la velocidad aparece el efecto «cá· mara lenta»
o su contrario, la "cámara acelerada" ; cambios en la intensidad o en la continuidad
producen movimientos "latigueantes ", de fluir, o articulados -tipo robot-. En una misma
situación uno o todos los personajes pueden cambiar abruptamente su calidad de
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movimiento (dos enamorados pactan por teléfono su encuentro; con movimientos
acelerados y entrecortados
-tipo cine mudo·, cada uno se prepara y llega al lugar; al verse van uno al otro en cámara
lenta; tras el abrazo uno comienza como a flotar en el aire, al otro le agarra un temblequeo
de la emoción).
El mimo. Es una antigua técnica teatral donde el actor, prescindiendo de la palabra y por
lo general de cualquier elemento de utilería, vestuario o escenografía, crea a través de sus
gestos y acciones una realidad imaginaria; requiere gran precisión y claridad en el acciona
r. El trabajar con objetos y espacios imaginarios permite resolver situaciones fantásticas.
No obstante, para niños muy pequeños puede presentar dificultades por su nivel de
abstracción frente a la necesidad de apoyarse en lo concreto que tienen éstos.
El títere y la animación de objetos. Es conocida la atracción que ejercen sobre el niño los
títeres, en sus diversas formas (planos, de guante, marionetas, etc.) jugados detrás de un
retablo o manejados por el actor a la vista del público. Mediante ellos podemos encontrar
resoluciones escénicas más divertidas, significativas o sorprendentes que si se recurriese
a la actuación del actor.
El teatro actual viene explorando con notables hallazgos de ingenio y creatividad el recurso
de la animación de todo tipo de objetos (domésticos, industriales, vegetales, de deshecho,
etc.). Esto permite transformar en personaje cualquier elemento que aparezca en escena.
El teatro de sombras, el teatro negro. Si bien estas técnicas requieren dispositivos
escénicos y condiciones ambientales particulares para su realización, cuando son posibles
pueden aportar la cuota de misterio y encanto que le son propias. Ayudan, además, a
plantear escenas complejas de resolver por otros medios.
La canción. Al natural atractivo que tiene la música y a su capacidad inigualable para
transmitir climas y sentimientos debe agregarse, en el caso de la canción, su posibilidad de
síntesis.
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Determinados acontecimientos pueden quedar planteados en dos o tres estrofas evitando
largos diálogos o monólogos explicativos. Una canción puede informar al público sobre los
antecedentes de la historia que se va a presen­ ciar; con ella se puede presentar un
personaje; un diálogo cantado puede revelar la verdadera significación de lo que sucede;
un final cantado enfatiza el mensaje o el clima emocional que se buscaba.
La complicidad y la participaci6n del espectador. Éste es un recurso casi obligado en
estas edades en que se comprometen intensamente en el juego que se desarrolla ante
ellos. Se trata de incluir momentos donde queden de alguna manera involucrados en la
acción. Ya sea porque se los haga cómplices de lo que sucede (advertir de algo a los
protagonistas, informarles de lo que sucedió en su ausencia, cuidar un objeto, etc.) o bien
desarrollando con ellos algún juego (cantar una canción, mimarla, responder adivinanzas,
hacer un sonido necesario para ayudar o distraer a algún personaje, etc.).
La figura del relator. Un personaje que oficia de relator de la historia. La incorporación de
la figura de un relator se basa en la utilidad de tener, dada la edad del auditorio, un rol
mediador entre la obra y los espectadores.
La intensidad con que a estas edades los niños se involucran en lo que sucede en escena
(dialogando con los personajes, manifestando a viva voz su opinión sobre lo que está
ocurriendo, intentado incluso incorporarse al juego) debe ser tenida en cuenta y encauzada
para que no llegue a perturbar o dilatar la acción. De ahí la importancia de alguien que
pueda ir conteniéndolos, respondiendo a sus inquietudes, incluso planteando límites.
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