LA PRIMERA REPRESALIA CONTRA LA NARCOVIOLENCIA EN MÉXICO PROYECTO: ELABORACIÓN DE RELATOS HISTÓRICOS 1. INTRODUCCIÓN Ni el narcotráfico ni la lucha de los gobiernos mexicanos para erradicarlo o contenerlo son nuevos. Por el contrario, todos los presidentes del país latinoamericano han intentado resolver el problema del tráfico de drogas con diferentes medios y con menor o mayor fortuna. Sin embargo, ninguno había apostado por hacerlo mediante un ataque frontal, en todo el territorio, durante todo el tiempo, a las organizaciones traficantes como hizo el presidente Felipe Calderón desde el inicio de su administración (fines de 2006), al declararle la guerra al “narco” e iniciar el Operativo Conjunto Michoacán, primera de las acciones en que se manda a más de 5000 soldados, marinos y policías al sureño estado mexicano a librar una “batalla” contra el crimen organizado . A más de cuatro años de aquél toque de trompeta, es difícil salir en defensa de esta estrategia, que aposta revista de ciencias sociales Septiembre 2011 2 entiende al “narco” más como un problema de seguridad que como uno de salud pública al que hay que atajar por medios eminentemente policíacos y militares. No sólo porque la información disponible hoy demuestra que los argumentos que en su día se manejaron como justificaciones de esta estrategia son cuestionables, sino porque las medidas adoptadas, además de no haber cumplido los objetivos señalados, han tenido una serie de consecuencias funestas como efectos colaterales y unos costos materiales y humanos que no se compensan con sus triunfos. Todo comenzó a finales de 1980, las organizaciones de transporte mexicanas y los narcotraficantes colombianos establecieron un acuerdo de pago en producto. Los transportistas mexicanos por lo general se les daba el 35% a 50% de cada envío de cocaína. El equilibrio de poder entre los distintos cárteles mexicanos se desplazaba continuamente a medida que nuevas organizaciones emergen y los mayores se debilitaban hasta el colapso. Una interrupción en el sistema, tales como las detenciones o muertes de líderes de los carteles, generaban grandes derramamientos de sangre para ver quién sería el sucesor. Debido a que las acciones del gobierno mexicano eran malas para el negocio del tráfico de drogas los cárteles comenzaron a sobornar funcionarios mexicanos para tomar medidas contra un rival o por fugas de información de inteligencia sobre las operaciones de un rival para el gobierno mexicano o la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos. Mientras que muchos factores han contribuido a la escalada de violencia, los analistas de seguridad en la Ciudad de México trazaron los orígenes del flagelo creciente de la desintegración de un acuerdo implícito de toda la vida entre los narcotraficantes y los gobiernos controlados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que perdió su control sobre el poder político a partir de finales de 1980. Los enfrentamientos entre los carteles de la droga rivales comenzaron en serio después de la detención de Miguel Ángel Félix Gallardo, que dirigía el negocio de la cocaína en México en 1989.Hubo una pausa en los combates durante la década de 1990, pero la violencia empeoró en 2000. Antes del año 2000, el partido político PRI gobernó México durante 70 años, en este tiempo los carteles de la droga ampliaron su poder y la corrupción, las operaciones de lucha contra las drogas se centraron principalmente en la destrucción de la marihuana y el cultivo de opio en las regiones de montaña, nunca se realizaron operaciones militares a gran escala en centros urbanos, hasta el cambio de régimen en el año 2000, cuando el partido PAN ganó la presidencia se comenzaron a hacer ofensivas contra los carteles en su propio terreno En 2000 el presidente Vicente Fox envió tropas militares a Nuevo Laredo a combatir a los carteles. Se estima que alrededor de 110 personas murieron en Nuevo Laredo, entre enero y agosto de 2005 como consecuencia de los enfrentamientos entre el Cártel del Golfo y el de Sinaloa. En 2005 el cártel de la Familia Michoacán se estableció en el estado de Michoacán incrementando la violencia. Y no fue hasta el 11 de diciembre de 2006, el entonces presidente electo Felipe Calderón envió 6.500 soldados del Ejército mexicano al estado de Michoacán para poner fin a la narco violencia en ese estado. Esta acción es considerada como la primera represalia importante hecha contra la narco violencia, y es generalmente vista como el inicio de la guerra contra el narcotráfico. A medida que pasaba el tiempo, Calderón continuó intensificando su campaña contra las drogas, en el que en la actualidad hay unos 267,494 soldados que participan junto con las fuerzas policiales estatales y federales. Al finalizar estos enfrentamientos hubieron en fuerzas en combate alrededor de 260,000 militares y 35,000 policías federales y en bajas -2887 elementos de seguridad de los cuales 437 (2006-2014) son soldados de los cuales el 96% han muerto en combate. 175 marinos 496 policías federales 1822 Policías municipales, y Estatales 2 helicópteros derribados (uno de la fuerza aérea, otro de la fiscalía de Michoacán) otros más dañados. Varios vehículos de transporte militares y policiales dañados o destruidos. Más de 80.000 sicarios Más de 121.199 detenidos. Más de 28.000 muertes en 963 enfrentamientos 486 muertes en 2006. 2.477 muertes en 2007. 6.290 muertes en 2008. 9.724 muertes en 2009. 15.273 muertes en 2010. 24,068 muertes en 2011 18,061 muertes hasta octubre de 2012 desde mi punto de vista el gobierno tiene que implementar defensivas contra el narcotrafico ya que hace mal a muchísimas personas y aumenta la violencia y en general aumenta la violencia y corrompe el futuro y la vida de jóvenes y adultos.