Historia de Israel El País Oriental, Israel, se localiza en la ribera sudoriental del mar Mediterráneo. Este lugar tiene un gran énfasis religioso, pues en él se ubican lugares santos de tres religiones emblemáticas a nivel mundial: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. El pueblo judío ha estado siempre ligado al Medio Oriente, donde se encontraba Sion (la tierra de Israel) y de la cual fueron expulsados, lo que dio inició a la historia errante del pueblo judío. El deseo de volver algún día a las tierras de los ancestros y crear un Estado israelí siempre quedó latente en los corazones de los judíos, transmitiéndose de generación en generación. No obstante, ese ideal solo empieza a materializarse con el surgimiento del movimiento sionista. El sionismo surgió en Europa a mediados del siglo XIX y puede definirse como el movimiento de liberación nacional del pueblo judío. Su objetivo es concentrar a la población judía en un solo territorio, creando un Estado libre y soberano que ponga fin al éxodo del pueblo. Donde los territorios idóneos para cumplir con su ideal fue Transjordania y Palestina, pues en esta habitaron sus ancestros y por las coyunturas políticas de los territorios tras la retirada de los turcos y durante el mandato británico. El 14 de mayo de 1948 Israel declara su independencia, luego de manifestar su rechazo a la propuesta de la ONU para la creación de dos Estados independientes. Actualmente, Israel posee tres fuerzas políticas principales. El Partido Laborista Israelí (PLI), de posición de izquierda moderada, con orientación social demócrata y sionista. El Likud, un partido de centro derecha, conservador y sionista revisionista. Tradicionalmente choca con la línea del PLI. Su principal líder es el actual primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Los cuales se oponen a la creación de un Estado palestino y a ceder posición en las negociaciones. El Kadima, un partido centrista y sionista liberal. Ideológicamente podemos colocarlo entre el PLI y el Likud. Fue fundado por Ariel Sharon, antiguo primer ministro de Israel, luego de su salida del derechista partido Likud. Actualmente el partido predominante en el Kneset (parlamento israelí) es el Likud. Lo que provoca que la posición oficial sea más conservadora y contribuya al estancamiento de las negociaciones entre palestinos e israelíes. El conflicto Palestino-Israelí. Entender el conflicto puede ser una tarea compleja. Sin embargo, para apreciar la razón por la que se deriva la disputa, basta con saber que los territorios que hoy ocupan ambos pueblos han sido objeto de guerras durante siglos, tanto por su posición geográfica estratégica como por su importancia religiosa. De manera especial la ciudad de Jerusalén. Históricamente la comunidad judía fue una minoría. Se le negaban ciertas libertades, derechos de representación, de participación y políticos. Pero un cambio se produjo tras la conquista de Israel por el general egipcio Ibrahim Falla en 1833. El general Falla otorgó mayores derechos a las minorías judías y cristianas, entre los que se destacan los de libre tránsito y la participación política representativa. El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la ONU, tras intensos debates, adopta la Resolución 181,2 mediante la cual se propone un plan de partición de los territorios en tres partes: un estado palestino, uno judío y la ciudad de Jerusalén que tendría un estatuto jurídico especial y sería administrado por la ONU. La propuesta otorgaba 46 por ciento del territorio a los palestinos y el restante 54 por ciento a los judíos. La proposición fue rechazada. El 13 de mayo de 1948 los israelíes declaran la independencia del Estado de Israel. Este hecho inesperado enardeció a los árabes, quienes a través de la denominada Alianza Árabe intentaron invadir los territorios israelíes otorgados por el plan de la ONU. Este conflicto se extendió por alrededor de 15 meses provocando cientos de miles de refugiados y desplazados. La situación constituyó un fenómeno particular, donde una gran cantidad de palestinos quedaron literalmente atrapados dentro de los límites israelíes, mientras otros se vieron forzados a trasladarse a las zonas de Cisjordania y Gaza, quedando en un estatus de refugiados que hasta hoy en día provoca debates. Mientras el conflicto continuaba, Israel ocupaba más terreno de lo que originalmente el plan de la ONU le otorgaba. Para esto creaban asentamientos israelíes sobre la franja de Gaza y Cisjordania. Durante el ínterin de los años 1947-1948, la presión diplomática llevó a la ONU a enviar un contingente de cascos azules a las zonas de Gaza y el Sinaí. Dichas intervenciones fueron rechazadas por la Alianza Árabe, mediante una movilización de efectivos militares apoyados por Egipto, Siria e Irak y la firma de un pacto de defensa mutua. Ante la negativa de los países árabes de retirar sus tropas, Israel decide utilizar la fuerza militar, con lo que comienza la conocida Guerra de los Seis Días. La guerra de los Seis también conocida como la guerra de 1967 fue un conflicto bélico que enfrentó a Israel con una coalición árabe formada por Egipto, Siria, Jordania e Irak entre el 5 y el 10 de junio de 1967. La guerra de los Seis Días se inscribe dentro del conjunto de guerras libradas entre Israel y sus vecinos árabes, tras la creación del Estado de Israel en parte del Mandato británico de Palestina. Estos seis días de 1967 concitaron la atención mundial y resultaron claves en la geopolítica de la región: sus consecuencias han sido profundas, extensas y se han mantenido hasta el presente; han tenido también una influencia decisiva en numerosos acontecimientos posteriores como la guerra de YomKipur. La guerra de Yom Kipur fue un conflicto bélico librado por la coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria contra Israel desde el 6 al 25 de octubre de 1973. Con la excepción de ataques aislados en territorio israelí el 6 y 9 de octubre, las acciones militares de combate durante la guerra tuvieron lugar en territorio árabe, sobre todo en el Sinaí y los Altos del Golán. La guerra comenzó cuando la coalición árabe lanzó un ataque sorpresa conjunto sobre las posiciones israelíes en los territorios ocupados por Israel en Yom Kipur, el día más sagrado del judaísmo, que también se produjo ese año durante el mes sagrado musulmán del Ramadán.57 Las fuerzas egipcias y sirias cruzaron las líneas de alto el fuego para entrar en la península del Sinaí y los Altos del Golán, respectivamente, que habían sido capturados por Israel en la guerra de los Seis Días de 1967. Más referente a la actualidad se dio la guerra de Líbano de 2006. El conflicto se desencadenó el 12 de julio, cuando combatientes de Hezbolá lanzaron cohetes sobre las poblaciones fronterizas israelíes, un subsiguiente ataque con proyectiles antitanque a dos vehículos blindados ligeros que patrullaban en la frontera vallada. La emboscada dejó tres soldados israelíes muertos y otros dos fueron hechos prisioneros, siendo trasladados al interior del Líbano. Israel respondió con bombardeos aéreos y de artillería contra objetivos libaneses que incluían, además de los objetivos militares de Hezbolá, la infraestructura civil del país y el aeropuerto de la capital, Beirut. Se cree que este conflicto provocó la muerte de, entre 1 191 y 1 300 libaneses y de 165 israelíes.24 Asimismo, dañó severamente la infraestructura civil libanesa y provocó el desplazamiento de aproximadamente un millón de libaneses y entre 300 000 y 500 000 israelíes. Tratado de Oslo. En 1991 en la capital española, se empezaron negociaciones y contó con la participación de Líbano, Siria, Israel, Egipto y una delegación palestino jordana. En Oslo se decidió avanzar en una agenda más acotada y menos ambiciosa, tras el fracaso de las reuniones realizadas en Madrid dos años antes. Así, la resolución de las conversaciones realizadas en Noruega fue plasmadas en la Declaración de Washington, que estableció, como punto más importante, que los palestinos reconocieran el Estado de Israel y los israelíes a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Aunque positivos para la paz de la región, los acuerdos de Oslo desencadenaron una ola de fundamentalismos que afectaron a ambos bandos. Por el lado de Palestina, determinados grupos no reconocieron el tratado, mientras que facciones de ultra derecha israelíes lanzaron una serie de ataques, entre los que fue asesinado el propio primer ministro Rabin. Los vientos de concordancia se frenaron en 1996, un año electoral. Arafat se ratificó al frente de la ANP, mientras que el derechista Benjamín Netanyahu (del partido Likud) asumió en Israel. Éste último no era partidario de la paz con los palestinos, por lo que se dificultó la aplicación de las medidas acordadas y los niveles de tensión fueron en aumento, con enfrentamientos constantes entre palestinos e israelíes. A principios del nuevo milenio se dieron los últimos intentos de acuerdo entre Palestina e Israel, sin embargo, la falta de voluntad política y el endurecimiento de las partes no ha permitido arribar a un consenso duradero. El rol de la ONU en el conflicto. Debido a diversas razones el papel de la Organización de las Naciones Unidas es limitado, por este motivo la influencia en la resolución del conflicto ha sido baja. Una de estas limitaciones es que el único órgano de la ONU con la capacidad para tomar decisiones importantes sobre el tema, es decir, de carácter obligatorio, es el consejo de seguridad, sin embargo, este se encuentra supeditado a las razones políticas de sus miembros permanentes, de los cuales Estados Unidos es uno y tiene una invariable postura proisraelí. Por lo antes mencionado, cada vez que se señalan propuestas de resolución que reconozca a Palestina como Estado soberano o que vaya en detrimento de la nación israelí es automáticamente vetada por Estados Unidos. Impedimento que se hace extensivo para el conocimiento de cualquier causa en contra de Israel ante los tribunales jurídicos internacionales. En la historia reciente, la ONU ha hecho varios esfuerzos para influir en la solución del conflicto, el más destacado se refleja mediante la Resolución del Consejo de Seguridad 1397 del 12 de marzo de 2002. Esta exige el cese de las hostilidades y la reanudación de las negociaciones. Dicha resolución es el punto de partida para que, en el año 2003, Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas, presentaran Esta iniciativa consistía en un plan de paz donde se reconoce la soberanía y derechos de ambos Estados, y mediante una serie de fases estratégicas plantea la desmilitarización de las zonas en conflicto, la retirada de los asentamientos israelíes, el apoyo al fortalecimiento y creación de instituciones palestinas para la factibilidad de un gobierno autosustentable, entre otros. Notables estudiosos han afirmado que esa resolución constituye: “[…] el más serio de los esfuerzos internacionales para intervenir en el conflicto con el objetivo de poner fin a la violencia, reanudar las negociaciones de paz y resolver dicho conflicto”. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones y los esfuerzos de los mediadores, las partes envueltas en el conflicto lo rechazaron, obligando a la ONU olvidar la idea de que su proyecto se haga realidad. Queda claro que todos los esfuerzos para reanudar los procesos de paz y avanzar hacia una solución han sido truncados por uno u otro obstáculo hasta el momento infranqueable. El trazado inicial para el reconocimiento de Palestina La palestra internacional había pasado un tiempo en relativa calma, sin embargo, el tema del conflicto palestino israelí retoma el escenario mundial de manera intensa. Se indica que los orígenes se deben a diversas declaraciones públicas que provenían de importantes personalidades mundiales. Por ejemplo, en Marzo de 2010, durante una visita al Oriente Medio, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, declaró que la expansión de los asentamientos israelíes era ilegal y representa un acto contra el derecho internacional, pidiendo a la vez el levantamiento del bloqueo sobre Gaza. Estas palabras llegaron a los altos mandos de Israel, en el cual su primer ministro, , exigió a Ban Ki-Moon definir su postura en torno al conflicto. En esta misma línea, se registra otra situación similar, en donde el presidente de Estados Unidos, Barack Obama muestra su postura y declaraciones entorno al conflicto, de manera mas concreta se muestra como partidario del reconocimiento de las fronteras previas a 1967. Esa posición quedó plasmada tras su declaración pública en Mayo de 2011 cuando subrayó que: “Las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las líneas de 1967 con intercambios acordados mutuamente, de modo que se establezcan fronteras seguras y reconocidas para ambos Estados”. Esas declaraciones, sumadas a la revolución en el mundo árabe, conocida como “la primavera árabe”, han propiciado el momentum para que la ANP (Autoridad Nacional Palestina) decida presentar la solicitud formal ante la ONU, a fin de ser reconocido como estado miembro pleno del organismo internacional.