Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho” Licenciatura en educación primaria Segundo semestre “A” Observación y análisis de prácticas y contextos escolares Tehua Xochitl Muñoz Carrillo Una reflexión en torno a la relación comunidad, escuela y familia Gilberto Ramírez Alba Zacatecas, Zacatecas 26 de junio de 2020 Ciertamente apoyo la idea de que la escuela no puede sobrevivir a las inclemencias sociales como un sistema cerrado, ensimismado en sus propias lógicas de trabajo y cerrado al contexto que lo rodea; me atrevo a afirmar, sin miedo al error, que si la escuela adoptase una forma neutral (en cuanto a los bruscos cambios sociales) de trabajo e intentara no intervenir directamente en su entorno, este otro seguiría afectando el ambiente de trabajo escolar, principalmente por el hecho de que influye en la “materia prima” que se trabaja: el alumno. A pesar de ello, y en la práctica, se sabe que el objetivo de una institución de esta naturaleza no es trabajar para sí misma, y tal vez no pueda dejar de mediar en el contexto, aun si se busca ser neutral ante los cambios, pues el hecho de retraerse hacia sí contradice los objetivos que se han planteado para la educación: “formar al individuo para que sea capaz de adaptarse a entornos cambiantes y diversos, que maneje información de una variedad de fuentes, que sea crítico, creativo y reflexivo […]” (SEP, 2017, p. 25); proporcionarle aprendizajes útiles para desarrollarse y participar activamente en la sociedad. En primera instancia, no se puede concebir una dinámica educativa de este tenor, debido a que la comunidad escolar está formada no solo por alumnos y maestros, sino también por padres de familia, la misma comunidad, y las interrelaciones que existen entre estos “agentes”, es decir, que cada una de las “instituciones de socialización son primordiales para la crianza, cuidado y formación de las niñas, niños y jóvenes” (SE, 2009, p. 2). A grandes rasgos la educación es un término que no solo abarca la formación académica, pues comienza con la transmisión de valores y normas (aun un conocimiento de algunas materias) existentes en el núcleo familiar. En la comunidad alcanza a aprender de forma implícita reglas de interacción y convivencia socialmente aceptadas y ya no solo las adquiridas en casa. Por otro lado, la escuela tiene la función de homogenizar los valores culturales de forma inclusiva y manteniendo una igualdad de condiciones en las que el niño tiene la oportunidad de poner en práctica los valores aprendidos en los otros dos ámbitos, la solución de problemas y la socialización con individuos de su misma edad; además, según Kaufman (1995) retomado de Torres (2010) se debe proporcionar a los niños condiciones del mundo real que les permita adquirir herramientas para convertirse en ciudadanos participativos que intervengan en las decisiones de la sociedad. Por tanto, podemos decir según Sluzki en Dabas (2005) retomado de SE (2009) estas tres instituciones familia-escuela-comunidad, conforman un triángulo que brinda los elementos para constituir la identidad de las personas; y es tarea de todos los participantes de las comunidades escolares formar parte del proceso de enseñanza aprendizaje de las niñas, niños y jóvenes, pues se requiere que todos se planteen los mismos objetivos y que estos concuerden para alcanzar una educación integral. Para esto es necesario una comunicación constante, entre los contextos participantes de la educación, que les permita entablar una interacción más sólida y resolver problemas de distinta naturaleza (problemas de comportamiento, mal uso de las Tecnologías de la información y comunicación, problemas de integración social o fracaso escolar). La necesidad de fortalecer los lazos es conseguir que los estudiantes se integren a diversos ámbitos sociales de una forma adecuada, y apuntalar conjuntamente la formación, la salud física y psicológica de los estudiantes. Así miso, cada uno de los participantes debe asumir el rol que le toca. Por un lado, la familia como interesados y acompañantes en el proceso de aprendizaje de sus hijos; y por el otro, la escuela como institución formadora de ciudadanos responsables, que informa y consulta con todos los individuos involucrados para tomar decisiones conjuntas, además de dar seguimiento a las acciones comprometidas tanto en casa como en la escuela. También debemos considerar el entorno inmediato en el que se generan las necesidades sociales y educativas de los individuos: la comunidad, entendida como un espacio donde habitan individuos con valores éticos y morales similares y en la que se encuentra el contexto sociocultural del niño con la propuesta educativa; y cuya relación con la escuela se aborda como una interacción entre referentes educativos y entre personas, docentes, familiares e instituciones. Se habla pues de un contexto en el que se entablan las relaciones de distintos participantes y en distintos niveles Se debe considerar, también, que las sumas de estas relaciones forman parte de un panorama social más grande y que no solo se conforma por la relación del contorno inmediato, mas son estas las que influyen directamente en los niños. Una vez hechas las consideraciones anteriores, puedo decir que la relación que existen entre estos tres factores es evidente y que cada uno de ellos afecta al otro, ya sea positiva o negativamente, pues en cualquiera de los tres se influye sobre el protagonista de la educación. Debemos pensar en el hecho de que actuar conjuntamente en el entorno social inmediato, puede favorecer el desempeño de los estudiantes, su calidad de vida y la educación que reciben. Esto solo esposible abriendo vías de comunicación que permitan actuar a todos los miembros de la comunidad escolar en favor de objetivos determinados, comprometiéndose y participando activamente en mejorar la relación de cada uno de los agentes involucrados en la vida escolar. No se trata pues de una apertura literal, de una intervención directa o la modificació de los valores culturales de la comunidad, sino de mejorar las posibilidades de comunicación y las formas de interrelación que existen entre cada uno de los agentes participantes. La finalidad es involucrarse en la medida de lo posible y en tato permita el papel que se tiene dentro de la vida escolar de las niñas, niños y jóvenes del país. Referencias. Aguirre, A. M., Caro Samada, M. D. C., Fernández, S., & Silvero, M. (2016). Familia, escuela y sociedad: Manual para maestros. Universidad Internacional de La Rioja (págs. 87-89). Herrera, J. D. (2016). La relación escuela-comunidad: un análisis desde la teoría de sistemas a nueve experiencias de América Latina. Revista Interamericana de Investigación, Educación y Pedagogía, RIIEP, 9(1). Secretaría de Educación. (2009). Familia, escuela, comunidad: vínculos educativos. Gobierno de la provincia de Córdoba. Secretaría de Educación Pública. (2017). Aprendizajes clave para la educación integral. Sep. (págs. 12-43) Torres, N. D. (2010). Alternativas de solución frente a la violencia escolar. Universidad del Norte Barranquilla. Zona próxima. 12. Villar, B. C., & Pernas, R. G. (2008). La educación social como práctica mediadora en las relaciones escuela-comunidad Interuniversitaria, (15), 45-55. local. Pedagogía Social. Revista