Stephanie Andrea Carpinteyro Flores. Orenthal James Simpson, más conocido como O. J. Simpson, nació en julio de 1947 en San Francisco (California). Aunque su infancia estuvo condicionada por el raquitismo, para cuando llegó al instituto había superado la enfermedad hasta el punto que llegó a ser una joven promesa del fútbol americano como corredor. En la liga profesional, pasó por varios equipos hasta que se unió a los Buffalo Bills en 1969, llegando a ganar numerosos títulos. Tras su salida del fútbol en 1979 se convirtió en la imagen de diversas marcas comerciales y trabajó como actor en varias ocasiones. Un perfil que nada parecía indicar que fuera capaz de uno de los asesinatos que más han conmocionado a la sociedad americana. Sin embargo, tras todas estas luces había un mundo de sombras y O.J. Simpson acumulaba un historial de denuncias por violencia: de un antiguo jefe, de exnovias. Después de un matrimonio fracasado con Marguerite L. Whitley, se casó con Nicole Brown en 1985 y tuvieron dos hijos. Se divorciaron en 1992, tras acusaciones de maltrato de Brown hacia Simpson. La noche del 12 de junio de 1994, Nicole Brown fue hallada muerta con junto al cadáver de su amigo Ronald Goldman. Ambos fueron asesinados brutalmente, Brown siendo casi decapitada, además de apuñalada, y Goldman sufrió 27 puñaladas y un corte en el cuello. Rastros de sangre en el camino de entrada a la casa y un guante de cuero fue hallado junto a los cadáveres. Cuando la policía fue a buscar a O.J. Simpson, se inició la persecución conocida como Bronco Chase, la cual involucró más de 20 coches patrulla y 20 helicópteros. O. J. Simpson fue acusado de ambos asesinatos tras las pruebas que apuntaban en su dirección. De estas (más de 100), las más relevantes fueron: – La pareja del guante encontrado junto a los cuerpos, que se encontraba manchado con la sangre de Simpson y de las dos víctimas en un coche en la vivienda de Simpson. – Los restos de sangre en los tiradores de las puertas del vehículo, en la habitación del hotel donde Simpson se alojó esa noche, y en las cercanías de la puerta de entrada de la casa. Las declaraciones de un testigo que aseguraba haber visto al sospechoso conduciendo el coche donde se hallaron el resto de pruebas. Sin embargo, jamás se llegó a encontrar el arma homicida. Durante el juicio, la acusación mantuvo la suposición de los celos que Simpson sentía como consecuencia de la relación de Brown con Goldman, lo que le condujo a actuar y acabar con la vida de ambos. Sin embargo, la fuerte defensa de Simpson y la falta del arma homicida pusieron en tela de juicio la integridad de las pruebas de ADN. Otro de los hechos más relevantes fue la capacidad de la defensa para demostrar que el guante encontrado con sangre y cuya pareja se halló en uno de los coches del acusado (una de las pruebas principales de la acusación) le estaba pequeño a Simpson. El resultado: Simpson fue absuelto en 1995 de los dos homicidios, cuyo veredicto fue retransmitido en la televisión en directo. Aun así, en 1997 volvió a ser juzgado y esta vez sí fue declarado culpable. Se le condenó a indemnizar al padre de Goldman con 33,5 millones de dólares. En 2008 fue condenado por robo a mano armada y secuestro a 33 años de cárcel. El 1 de octubre de 2017 O. J. Simpson fue puesto en libertad bajo fianza.